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LA ESPADA DE HOLOFER.NES.
[ Núm. 10.0 J [ Trim. 1.0 ]
Santajé de Bogotá 1 de Abril de 1830.
-,--- 000---
Heu! patior telis vulnera jacta 1)/eis.
Ay de mí! que padezco herida con mis flechas.-OvIDIO.
Continúa el Parágl'fljo 2.0 de la tercera parte, suspendido
en el número an/eriol'.
Otro enemigo de la Religion. el Abate Raynal, atribuye
los felices progresos del Evangelio á otro orij en de que
se honra igualmen te la R eligion. "El christianísmo, dice,
nacido entre las calamiüades del imperio Romano, consol6
a los des3'raciados que se refugiaron á su seno. J esuchristo
vino á la tierra en aquellos tiempos en que los Romanos,
... ducñvs en ODI'O tiempo del mundo, habian llegado- a ser esclavos
de tiranos detestables. Arrojados como pelota de un
Tiherio-á un Calíg ula, de un Claudio a un eron, necesitaban
se les recordase la dulce esperanza de otra vida, para
ha 'erlts toletar esta. El pueblo que no reconocia sobre
la tierra mu que señores crueles, busca un asilo en el cielo.
La R ligion vino á consolarle y a enseñarle a sufrir. Los
paganos oprimidos y despojados que abrazaron la fé, arruinaron
el PaglmíslUo con el ejemplo de todas las virtudes. "
( Ra!}ual tomo JO. pág. 16.)
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A un q liando estos dos escritores no mencionan los
dentas caractéres de la Religion, que la prueban toda divina
y celesti al; ¿ no es cosa que arrebata, mirarla, como
dice Juliano, vertiendo con la una mano el tesoro de la
caridad, y con la' otra enjugando tiernamente, segun Raynal.
nuestras lágrimas, y poniéndose al lado del que sufre,
como una madre amorosa, para suavizar nuestras penas?
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Pero qué prueba mas sólida podrémos aducir par
conocer evidentemente la utilidad de la Reh6ion chri ? ¿ El P an.treou, Franc.és, nu estu .
v.o · peor amueblad ( que. es CUlInto se puede. decir ) que
el OHID.p1il· mismo de ! los. Paganos; y Mara:t n.o era mucho
DUlS no11fible que las. Gracias y l~ MWlBS ~ Corr amos UI)
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vejo, y aniquilémo's delante d'e n-u estra ' imajinacion, lO ' qll ~
ni se puede expresar con palabras, ni hay lág rimas bastan~
tes para llorarlo, y que la pluma desmayada se cae de la
mano para escribirlo. E sta loca é ingrata filosofia desechando
el E vangelio, echaba ménos una guia que desca~
minase al géne ro humano, y lo precipitara en el abísmo.
Ella exclamaba por boca de Voltaire:
Astro de fuego, sol, yo te aetesto.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...
Dia que me atormentas y me espantas
Las luces ante tí desaparézcan
Los astros de la noche se obscurézcan.
• ,
I Qué deméncia ! A este es tado llega el insensato, que apa~
gando las luces de la fé; ¡te c reé iluminado con la obscuridad
de las tinieblas! Castigo terrible, pero justo,
Es verdad que entre los muchos e rrores de nuestros
filósofos se hallan a lgunas verdades; pero a quien las deben?
¿ No es al christianismo, en qué, como dice D ' Al e m~
bert, tuvi eron la dicha de nacer? i Monstruosa ing ratitud!
Levantarse contra el Evangelio con las mismas luces que
se recibiéron de él ! Esto es imitar a. aquel ingrato que
teni endo la mano seca y restituida por J esuc hristo a su natural
estado, olvidado del beneficio tuvo la avilantez de
convertirla contra su bienechor. i Qué insensatez es volverse
a vestir con los feos andrajos del paganÍsmo desacreditado,.
ó cubrirse con los girones desconocidos de la filosofia!
Verdaderamente que los extravíos del homóre nos
manifiestan con la mayor claridad la recti titud del camino
que nos vino á enseñar aq uel Señor, que es vida, verdad
y camino, y fu era del cual no hay mas que precipicios.
P ero el hombre abandonado a su propio consejo, ciego y
entenebrecido con el hilIllO de las pasiones, ha pensado,
que la fé Divina encadena la razon; siendo asi que lo que
hace es dir ijirla con seguridad en lo que es superior a
esta: es 'el dique que encadena un rio para facilitar sus
corrientes, é impedir así que inunde las campiñas. La Fé es
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un telescópio con cuyo auxilio alcanzan los ojos de la ra- '
zon á ve r, lo que sin él no pueden ni aun divisar. La fé,
como dice el Apostol San Pablo, es el escudo eontra el
error. La fé es el fundamento de la verdad, y como un
s éxto sentido para conocer a Dios.
Porque, quien sino Dios podia dar de si noticias
seguras al hombre? ,
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M uda es natura, la pregunto en vano
La voz de un Dios exlje al ~er humano.
Solo a él, explicar su obra perten e ce,
Al sábio luces dar y al qu e padece
Piadoso consolar. Abandonado
El humano á sí mismo, es cn g añado .
(Volt. tomo 12. pág. 135. )
Los sábios nos engañan y Dios solo
Tiene razon y la verdad nos dice. . ( ldem id. )
Del Cielo es la verdad, de l suelo el yerro. ( Id. id. )
1 0 hijo mio! decia Rousseatl a su educando, ojalá pudieras
sentir, de qué peso queda uno aliviado, cuando despues
de haber agotado la vanidad de las opinin es humanas, halla en
fin tan cerca de si el camino de la sabiduria, el prémio
de los trabajos de esta vida, y la fuente de la felicidad que
nos esperaba ya! todos los deberes de la ley natural casi
borrados de nuestro corazon, se vuelven á d e linear en él
a nombre de la justicia eterna que me los impone, y me
los vé cumplir." (Emilio. )
Despues de haber hecho Montaigne una menuda relacion
de los muchos errores de lo s incrédulos, que él llama
batahola de tantas cabezas filo s 6ficas, exclama; 6 Dios,
quan obligados estámos a be nd p. cir la b e ni g nidad d e nuestro
soberano Criador, por haber librado nu es tra cree ncia d e
estas vagas yarbitrarias opiniones, colocándola sobre la base
.eterna de su palabra!"
Malem branche termina
de la Inquisicjon de la Verdad.
en este modo su cel e bre obra
~'Me parece que eJ m étod o
,
,
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qtle he. p rop'uesto puede sen'ir mucho á l os que quieren hacer
úso de su razon , Pero corno este camino natural de ,
buscal' l a, verdad el> muy penoso, y ordinariamente no sirve
sino para resolver q,li es tiones poco importantes, cuyo ~onocimiento
sirve mas comunmente para lisonjear nuestro orgu
ll o, que para i l ustrar nuestro esp!ritu; creo que para acabar
útilmente e s ta obra, debo decir, que el métod o mas. COl'to
y mas seguro para des cubrir la verdad, y para unirse á Dios
del modo mas l).Uro y p erfe~to posible, es vivir camo ,-e rda dero
christiano: seg.uir exactamente los prece ptns de la
verdad ete rna, q,ue no se ha unido á nosotros sino para reu nirnos
á sí; es escuchar mas bien nuestra fé, que nu es tra razon,
y caminar á Dios no tanto r~r las fuerzas natora lcs que
despu e s del pecado son tan lánguidas, cuanto por el socorro
de la fé-, por medio d e la cual qui e re con du ci rnos á aquella luz
inmensa d e la verd ad , qu e disipará luda. n uestras ti ni e blas;
porque en fin, vale mas p asa r algu,no años en 1<>. ignorancia
de ciertas opsas, y hallarse en un momento ilu lrado para
s,iempre, que ' adquirir p o r lol' medio nat ural es, cou mucha
aplicacion y t r abajo una cien c ia mu y imperfecta, que nos
dejará e n tiui e blas por toda. la eternidad ,"
No se d e b e olvidar, que la sabiduría humana por boca
de Platon habia form ado un voto, que el chri.tianísmo solo
ha reali zado, el de ver á la dil'inid,ld bajando del cielo (~ la
tierra, para volver el jénero hllmano al r.ulllino de la verdad
y de la virtud, tu go la tiloso.' antiglla y m oderna, y la
incrl:\ dulidad mi sma confie an, que introducir en el mundo
la ve rdad y la virtud eran dos empresas e nteramel\te supe rior
e á las fuerzas d e la razon, ¿ Y qué o.tra cosa decirnos
I\osotros, sino lo qll e ánte de nosotros, y como nosotros, di xerOI1
todos los siglos, todos los filósofos y hasta nuestros
mayores enemigos? ( Continuará. )
--000--
CON LA LlGENC I A NFCESARIA. ,
Impr enta de B, Espinosa, por José A!Jar::a •
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Citación recomendada (normas APA)
"La Espada de Holofernes - N. 10", -:-, 1830. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3684012/), el día 2025-07-02.
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