S:.Rill IV-TOMO I • A1io VII-NUJIJlllO 1!5 ·¡ Boletín Militar. de Colombia
611
l ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRGITO · i
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i DIRECToR, Francisco J. Vergara y V ~lasco ¡
l Gentlral de luse11iero• ~
i i ¡ Son colaboradores de este periódico los Jefes y Oficiales del Ejército ¡
¡ t ¡ Pau.U m1lll bi- .uceder gue nue1tro re1peto d todiu la$ ~ontltcct0n41, .. 11ga. l.l'ttrttr.,. U& i
imliferencia 11 no• deje 1in energitU para defeni.erlt., nutdra•
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¡ + + _... Bogotá, Abril 18 de 1903 + + + l ·1
r-
-Oficial-
DECRETO NUMERO 416 DE 1903
(KARZO 3 I)
por el cual se llama á un Jefe al servicio activo y se le deatina
El Vicepresidmlt de la República, encargado ae/ Poder EjtcuHtJo,
DECRETA
Artículo único. Llámase al servicio activo al General Simón
' G6mez, y destínasele al Ejército del Tolima, en el puesto que le
designe el Comandante General del mismo Ejército.
Comuníquese y publíquese.
Dado en' Bogotá, á 31 de Marzo de 1903.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ALrJtEDO V lsQuaz Co•o
DECRETO NUMERO 422 DE 1903
(.ABRIL 2)
por el cual se hace un nombramiento
El Vicepresidmle de la República, encargado del P"der .Ejeculi'DI1
DRCRltT.A
Artículo único. N6mbrase al Sr. José Contreras B. Ayudante
'Escribiente de la Secci6n 3: de la Intendencia general del Ejérci-
¡uu IV-TOKO 1-29
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\._ 450 __.)
to, en reemplazo del Sr. Ciro Castañeda, con anterioridad de 1.0
de Marzo último, fecha desde la cual viene prestando sus servicios
en dicho puesto.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 2 de Abril de 1903.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ALFREDO V ASQuxz CoBo
DECRETO NUMERO 423 DE 1903
(ABRIL 2)
por el cual se aumenta la partida destinada para la construcción de una Sala de
operaciones en el Hospital Militar Central
El Vt'cepresldenle de la República, mcargado del Poder EjecuHo-,
D:EC.IU~T.l
Artículo único. Auméntase á cincuenta mil pesos ($ 50,000)
la suma destinada para la construcción de una Sala de operaciones
en el Hospital Militar Central.
§. Esta suma será. cubierta al empleado respectivo, por mensualidades
anticipadas de á quince mil pesos ($ 1 s,ooo) cada una.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 2 de Abril de 1903.
. JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ALFREDo V lsQuEz CoBo
'DECRETO NUMERO 424 DE 1903
(ABRIL 2)
por el cual se hace un nombramiento
El Vicepresidente de la República, encargado del Poder Ejeculiv1, .
DECR.RT4
Artículo único. Por renuncia aceptada al Sr. General Juan
N. Valderrama, nómbrase en propiedad Comandante en Jefe del
Ejército de la República al Sr. General D. Manuel María Castro
U.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 2 de Abril de 1903.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ALFREDo V Ásouu Co•o
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'- 451 _,
DECRETO NUMERO 431 DE 1903
(ABRIL 3).
por el cual se elimina el Cuerpo oe Depósito
.Zl Vzceprest'denle de la Repúbltca, encargado del Poder l!:fecuti'vl,
DEClUtT.A.
Art. 1. 0 Elimínase el Cuerpo de Dep6sito desde el I.0 del
presente mes de Abril.
Art. 2.0 Los Jefes, Oficiales y tropa que presten servicio diario
y permanente en las Oficinas del Ministerio de Guerra y de la
Comandancia en Jefe del Ejército, serán dados de alta en el Cuerpo
de Inválidos desde la citada fecha en adelante, para los efectos
fiscales.
§. La lista de los Jefes, Oficiales y tropa á que se refiere el
artículo anterior, la pasará el Ministerio de Guerra á la Comandancia
en Jefe para los fines consiguientes.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bo~otá, á 3 de Abril de 1903.
JOSE 11ANUEL ~.fARROQUIN
El Ministro de Guerra, ALFREDO V ÁsQu:tz Cono
DECRETO NUMERO 437 DE 1903
(A n R 1 L 6)
por el cual se hare un oo111bramiento
El Vzeepresidmle dt la Repúb/z'ca, encargado del Poder E}ecult'vo,·
DECRETA
Artículo único. N6mbrase al Sr. General Luis H. Ferro Inspector
de la División Casas Caslat1eda.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 6 de Abril de 1903.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ALFREDO V Ásouxz Cono
DECRETO NUMERO 438 DE 1903
(ABRIL 6)
por el eual se concede la efectividad de un grado
Z/ Yi'ctprtsidenle it la Repúbbca, encargado del Poder EJeculi'IJI,
CONSIDEJtANDO
Que el Profesor de 1.• clase de la 3.• Banda d.e Música Militar,
Sr. Lucio Jiménez, viene prestando sus servicios al Gobierno
desde el año de 1895, con lealta d y disciplina,
NCO Of LA RfPU LICA
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\_ 452 _J
DECRETA.
Artículo único. Con~édese al Sr. Lucio Jiménez la efectividad
del grado de Sargento Mayor con el cual ha venido prestando sus
servicios por asimilación, como Profesor de I .• clase de la 3.•
Banda de Música Militar.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 6 de Abril de 1903·
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ALFREDO V .ÁsQUEZ Coso
RESOLUCION NUMERO g8 DE 1903
(MARZO 23)
sobre colocación de Jefes y Oficiales en el Ejército
El Ministro de Guerra
RESUELVE
Los Jefes y Oficiales que hayan quedado excedentes en virtud
de haber solicitado sus letras de cuartel 6 de licencia indefinida.
6 por reorganización, no serán colocados en el Ejército sino seis
meses después de haberse retirado del servicio.
Comuníquese y publíquese.
Dada en Bogotá, á 23 de Marzo de 1903.
El Ministro, A. V ÁsQuEz Coso
RESOLUCION NUMERO 99 DE 1903
(MARZO 24)
que impone una obligación á un empleado
El MiniStro de Guerra
El Médico de la División Palonegro, acantonada en Zipaquir~,
tiene el deber de asistir los enfermos mi1itares que se encuentren
en el Hospital de aquella ciudad.
Comuníquese.
Dada en Bogotá, á 24 de Marzo de 1903.
El Ministro, A. V ÁsQuxz Coso
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'- 4.53 ...J
RESOL1JCION NUMERO 102 DE 1903
(IIAR&O 31)
sobre servicio de alumbrado en las Oficinas del Mini¡terio de Guerra y en los
cuarteles
El Ministro de Guerra
RESUELVE
El número de focos de luz eléctrica para el servicio de las
Oficinas del Ministerio de Guerra, queda distribuído así :
En el Ministerio.............................................. 2 focos
En la Subsecretaría.......................................... 1 -
En la Oficina telef6nica.................... ................ 1 -
En la Comandancia en Jefe ............................. ..
En el Estado Mayor general.. ........................... ..
En la Telegrafía............................................. 1 -
En los corredores............................................ 2
Los focos restantes serán trasladados á otros edificios y distribuídos
de la manera más conveniente para el buen servicio.
En consecuencia, el Sr. Intendente general del Ejército procederá
á t:elebrar el contrato respectivo, el cual someterá á la aprobaci6n
de este Ministerio.
Comuníquese.
Dada en Bogotá, á 31 de 1\.farzo de 1903.
El Ministro, A. V Á~QUJr:J CoBo
COMANDANCIA EN JEFE
DECRETO NUMERO 29 DE 1~3
(FEBRERO 24)
por el cual se organiza una C1'Jlumna en el Sur de Cundinamarca
El Comandante en Jife dtl Ejército de la República,
En uso de las atribuciones de que se halla investido, y
CONSIDERANDO
Que en el Municipio de Usme y resto de la regi6n del Sur de
Cundinamarca, no hay fuerza militar que dé apoyo á las autoridades
locales ; que es preciso prevenir los casos que por consecuen ..
cia de esto ocurran ;
Que el Gobierno está en el deber de mantener fuerzas en todas
y cada una de las partes del territorio de la República ; y
Que es indispensable crear un Cuerpo que atienda á las necesidades
apuntadas y además al mejoramiento de las víás públicas,
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\.._ 454 --'
D1tCIETA
Art. 1.0 Organizase en el Sur de Cundinamarca una Columna
de Zapadores que se compondrá de quinientos hombres, cuyo
Cuartel general se fijará en el Municipio de Usme.
Art. 2.0 Veinticinco hombres de esta fuerza prestarán servicio
permanente, pero serán alternados por cada veinticinco hombres
que no hayan servido, á juicio del Comandante general de
diera Columna.
Art. 3. 0 Sólo los veinticinco hombres devengarán raciones, y
Jos Jefes y Oficiales que están en servicio permanente, devengarán
el sueldo íntegro mensual.
Art. 4.0 Nómbrase Comandante General de la Columna que
por este Decreto se crea, al Coronel Alejandro Ucrós; Jefe de Estado
Mayor, al Comandante Julio Vargas; é Inspector al Coronel
Roberto Pardo C., ad honorem.
Art. 5. 0 Autorízase al Comandante General para hacer la
organización respectiva, sometiendo á la aprobación de esta Comandancia
en Jefe los nombramtentos que haga.
Comuníquese al Mini terio y expídanse los nombramientos.
Publíquesc en la Orden general.
Dado en Bogotá, á 24 de Febrero de 1903.
El General Comandante en Jefe,
MAN EL ~M. CASTRO u.
JUSTICIA MILITAR
'entencia uictada por el Consejo de Guerra verbal de Oficiales Generales que
juz~ó al Teniente José Ignacio Torres, y del auto de la Comandancia
en Jefe que confirmó dicha sentencia.
Consejo de . Gmrra <.Jerbal de Oficiales Generales-Cuartel gemral m
Bogotá, á dieciocho de Marzo de mil novecüntos lres
Vistos: La Comandancia en Jefe del Ejército ordena, por auto
de fecha once de los corrientes, la reunión del presente Consejo,
con el fin de juzgar al Ten_iente José Ignacio Torres, por los delitos
de traición, homicidio (siete veces) y robo, de que tratan el Libro
5. 0
, Título 3. 0
, Capítulo xm del Código Militar, y el Libro 3.0
,
Títulos 1.0 y 3.0
, Capítulo 1.0 del Código Penal vigente, en concordancia
con el Decreto legislativo número 484, dictado por el Gobierno
Nacional.
Habida consideración á los autos que se trajeron á la vista, al
interrogatorio hecho al sindicado tanto por la Presidencia de la
Audiencia como por el vocal Sr. Coronel Dr. Carlos Sampedro, y
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'- •ss _J
.dada completa libertad al reo para su defensa y á su propio Defensor,
se viene en conocimiento de lo siguiente :
Iniciada esta instrucción sumaria por el Sr. D. Leopoldo Pinzón,
vecino del Municipio de La Mesa, en fecha primero de Octubre
del año de mil novecientos dos, sobre los hechos ocurridos en
el vapor Vemztula el cinco de Febrero de mil novecientos, aquel
denuncio se pasó el dos de Octubre del mismo año al Funcionario
de Instrucción del Cuartel general, con el fin de que abriera la
instrucción sumaria para averiguar los hechos allí denunciados.
Dicho Funcionario, con la actividad que le es característica, procedió
á levantar la información que da lugar á la presente sentencia.
Por circunstancias especiales vino á poder de la justicia el
autor principal de los delitos que se juzgan, y hasta el presente no
ha habido prueba alguna que lo favorezca. Los testigos José M.&
Morales C., Pedro Saiz Rivera, Arturo Hernández, Pedro A. Pedraza,
Nemesio García, Aureliano D!az, Flavio Vanegas, José D.
Monsalve, Jacinto Olarte R., Emiliano González, Gregario Arteaga,
Emperatriz de Arteaga, Manuel S. Bonnet, Carlos Torrente
(General revolucionario), Clodomiro Parra, Carlos Tanco, Salvador
Vargas, Dorote a Vargas, Benjamín Conde y R ·dro Vúco, y con
especialidad el Sr. 1vfinistro español José B. de Girior, Marqués de
Girior, atestiguan de un modo completo los hechos ocurridos en
aquella fecha en el mencionado vapor Vmezuela.
La simple lectura del expediente forma para los Jueces de
hecho un concepto lo más aproximado á la justicia en este asunto.
Aunque los Consejos de Guerra, y mucho más en ~u carácter
de verbales, no tienen por qué entrar en altas consideraciones para
arrancar mayor confianza en sus determinaciones, pasa á hacer
algunas en virtud de que la responsabilidad que asume así lo exige,
tanto más cuanto la sociedad, advertida del peligro que la
amenaza, pára mientes en los que deben llevar por lo pronto la vara
de la justicia.
Demostrados de un modo completo se encuentran los hechos
ocurridos el cinco de Febrero de mil novecientos en el vapor mencionado,
y con grande acopio de pruebas se ha identificado la persona
de José Ignacio Torres, Y. su delincuencia absoluta en esta
actuación pot que se le juzga.
CONSIDERANDO
Que el Decreto legislativo número 484 de veinte de Octubre
de mil ochocientos noventa y nueve, publicado en el Diario Oficial .
número 11,123, sometió á la justicia militar el conocimiento de
varios delitos comunes, entre otros el de que se trata en el presente
(artículo 9. 0 del mismo Decreto), cometidos por indivxduos particulares,
y aun más por los que están al servicio del Gobierno, y
mucho más al frente del enemigo, no queda duda que el presente
Consejo, habida consideración á que los testimonios arriba dichos
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'- -456 ~
son completamente agravantes y que no hay ninguno que atenúe
las circunstancias atroces que concurren en el presente caso,
R.:ESUELVE
El Consejo de Guerra verbal de Oficiales Generales, adminis - trando
justicia en nombre de la República y por autoridad de la
ley, y en vista de la uniformidad habida en los cuestionarios resueltos
por los miembros que componen el Consejo, condena al
Teniente José Ignacio Torres á la pena capital, como grado máximo,
la cual será ejecutada en la Plaza de Armas de esta ciudad,
esto de acuerdo con el artículo 9. 0 del Decreto legislativo número
484, de veinte de Octubre de mil ochocientos noventa y nueve, y
598 del Código Penal.
Para los efectos del artículo 1533 del Código Militar, remíta¡
e la presente causa al Sr. General Comandante en Jefe del Ejército.
Notifíquese y publí'{uese.
El Vocal Presidente, JuAN N. SILVA-Los Coroneles Vocales, .
CARLOS SAMPEDRO-ALFREDO PULECIO-A. BARRERA G .-ARTUltO PÉtu-
El Auditor General de guerra, JoAQUÍN RoJAS R.-El Secretario,
Miguel A. Rubt'ano.
En Bogotá, á dieciocho de Marzo de mil novecientos tres,
siendo las doce de la noche, notifiqué la sentencia anterior á los
Sres. Fiscal y Defensor, quienes impuestos firmaron.
Eusxo ARBEI.ÁEz-A. ELÍAs Osn~~-Migrul A. Rubiano, Secretario.
En dieciocho de Marzo de mil novecientos tres, siendo las
doce p. m., notifiqué la sentencia anterior al Sr. José Ignacio TOrres,
y firma en constancia.
Jos¿ Ignacio T~rru-Miguel A. Rubiano, Secretario.
Comandancia eu Jefe ad Ejérdlo-Bogold, Marzo vtt'nHdós de mt1
novte/mloJ lres
. El Consejo de Guerra v~rbal de Oficiales Generales, á cuyo
juzgamiento fue s.ometido el Teniente José Ignacio To;res, por los
delitos que cometiera á bordo del vapor Vmezuda el cmco de Febrero
de mil novecientos, dictó con fecha dieciocho de Jos corrientes
la sentencia por la cual condena al expresado Oficial, como reo
de los delitos de traición, asesinato y robo, á la pena capital, y ha
remitido á esta Comandancia la ca usa para Jos efectos legales.
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'- 451 -' .
Examinada detenidamente la sentencia que ha sido dictada,.
aparece que la pena impuésta es la que la ley determina para castigar
á los responsables de los delitos que el Consejo estimó había
cometido el reo, por lo cual debe decretarse su cumplimiento, pero
haciendo notar que en toda sentencia condenatoria debe imponerse
á los condenados á la pena capital las penas accesorias y aquellas
á que se han hecho acreedores por las demás infracciones que
hubieren cometido, porque la imposición de la pena expresada no
debe atenuar ni destruir las penas merecidas por l0s otros delitos
que se hayan cometido, sin que quiera decir esto que se ha de llegar
á rig-ores extremos (artículo 131 del Código Penal).
En consecuencia, de acuerdo con lo que dispone el artículo
1533 del Código Militar,. cúmplase y ejecútese la sentencia dictada _
con fecha dieciocho de los con ientes por el Consejo de Guerra
verbal que juzgó al Teniente Torres, con la reforma de que la
ejecución de ella debe llevarse á cabo en la plaza de Girardo~, por
ser ésta la población ribereña más importante é inmediata del lugar
en donde se cometieron los delitos, y fácil para la conducción
del reo.
Dése cuenta al Ministerio de Guerra, y en oportunidad elévese
por su conducto el proceso al Poder Ejecutivo, para los efectos de
la parte final del precitado artículo.
Comisiónase al Sr. General Cecilio Zamudio para que se traslade
á Girardot, á fin de que dé cumplimiento, llenando las formalidades
de la ley, á la ejecución decretada, debiendo presentar en
este Despacho el acta respectiva.
Por el Estado Mayor se dispondrá lo conveniente á la conducción
del reo.
Comuníquese á qui e nes corresponda.
Notifíquese, cópiese y háganse las ·publicaciones que · dispone
!1 Código Militar.
El General Comandante en Jefe, MANtJEL M. CAsTRO U.-&verzano
de la Horlúa, Secretario.
Se copió al folio 1 16 del libro respectivo.
Horlúa, Secretario.
Hoy veintitrés de Marzo de mil novecientos tres, siendo l¡1s
tres p. m., notifiqué el auto anterior al Sr. Coronel Antonio E. Ospina,
en su carácter de Defensor del reo José Ignacio Torres.
A. ELÍAs OsPINA-&vert'ano de la Horltía, Secretario •.
Hoy veintitrés de Marzo de mil novecientos tres, el su>crit<><
primer Ayudante General Secretario se trasladó al Princifal del
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'- -4-58 J
Ejército y á la pieza donde se halla preso el reo José Ignacio Torres,
á quien notificó personalmente el auto anterior dictado por el
Sr. General Comandante en Jefe del Ejército. Impuesto firma.
José Ignacz'o 7orres-Stverz'ano de la Horlúa, Secretario.
En la misma fecha notifiqué el auto anterior al Sr. Fiscal,
siendo las cuatro p. m.
ELISEO ARBELÁEz-Swtn'ano de la Hortúa, Secretario.
- Doctrinal ====-
EL FERROCARRIL INTERCONTINENTAL
EN COLOMBIA
(Continúa)
NOTICIA GENERAL
La República de Colombia, llamada en un tiempo los Estados
Unidos de Colombia, y previamente los Estados Unidos de la
Nueva Granada, confina al Norte con el Mar Caribe y Vene7.uela;
al Este, con Venezuela y el Brasil; al ur, con el Brasil y el
Ecuador; al Oeste, con el Océano Pacífico; y al Noroeste, con
~osta Rica. Salvo con la República de Venezuela, el resto de su
límites está en clispu ·ta, y por lo . tanto no podemos decir cuál es
su área territorial, aunque la calculan en unas 514,000 millas cuadradas
inglesas, de las cuales como 330,000 quedan al Norte de la
línea equinoccial. El censo de 1870 le da una población de
2.952,000 habitantes, y un cálculo oficial hecho en 1881, arroja unos
3.878,600 habitantes, de los cuales como 220,000 eran indios salvajes.
Al presente se cree que el número de habitantes llega á más de
4.000,000. La posición astronómica de la República está comprendida
entre los 12° 25' de latitud Norte y los 4° 5' de latitud Sur, y
entre 8° de latitud Este y 9° de latitud Oeste del meridiano de
Bbgotá. El Presidente es elegido en las urnas electorales por un
período de seis años, y ejerce el Poder Ejecutivo con la ayuda de
seis Ministros, que son : el de Gobierno, el de Relaciones Exteriores,
el de Hacienda, el de Guerra, el de Instrucción Pública y el
del Tesoro.
La República de Colombia se divide en nueve Departamentos,
que en un tiempo constituían los Estados de la Nueva Granada,
y dos Intendencias nacionales, administradas directamente por el
Gobierno, las que fueron anteriormente territorios nacionales de
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' Casanare y San Martín. Los Departamentos y las Intendencias son
gobernados por agentes del Gobierno, llamados Gobernadores los
de los primeros, é Intendentes los de las últimas. Las Intendencias
y los Departamentos se subdividen en Provincias cuya administración
queda á cargo de los Prefectos, q)Je son agentes de los Intendentes
y Gohernadores. Estas, á su vez, se suhdividen en distritos
6 municipios, donde al Alcalde ó Jefe municipal le corresponde el
poder administrativo; y los idstritos se subdividen en corregimientos
ó fracciones, cuya administración queda á cargo de los Inspectores
de Policía ó corregidores, que son nombrados por los Alcaldes
respectivos. También hay en cada Distrito Municipal una corporación
ó Consejo Municipal que se entiende con la administración
del distrito.
Los Departamentos y sus capitales son los siguientes: Antioquia,
capital Medellín ; Bolívar, capital Cartagena; Boyacá, capital
Tunja; Cauca, capital Popayán; Cundinamarca, capital Bogotá,
que también lo es de toda la República; Magdalena, capital
Santamarta ; Panamá, capital Panamá; Santander, capital Bucaramanga;
.Y Tolima, capital Ibagu~. La capital· de la Intendencia
de San Martín es Villavicencio, y la de Casanare es Támara. La
ciudad capital está situada á 8,564 pies sobre el nivel del mar. Su
población monta á I 20,000 habitantes. Los principales centros comerciales
de la República son: Barranquilla, que está situada en
]a margen del Magdalena y unida con la costa por un ferrocarril
que mide unas 20 millas; tiene unos 40,000 habitantes; Cartagena,
20,000; Medellfn, 40,000, é importante por sus minas; Bucaramanga,
20,000; an José de Cúcuta, 10,000. Estos dos últimos
son centros importantes del Departamento de . antander, debido
al cultivo del café. Panamá, 30,000; !bagué, 12,000, y Popayán
10p00. .
El reino mineral de Colombia es riquísimo, principalmente en
los Departamentos de Antioquia, Cauca, Tolima, Santander y Panamá,
donde c .· istcn numerosas minas de oro. hncuéntrase plata
aurífera en el Cauca, Antioquia y Tolima. El platino se encuentra
en el Departamento del Cauca. Hay minas de hierro en muchos
lugares, pero sólo las explotan en Cundinamarca y Antioquia. En
Boyacá y Magdalena hay cobre. En Magdalena, Antioquia, Cauca
y en muchos otros lugares se encuentra hulla y petróleo; y
Gachalá, Pasto y Ruiz tienen minas de azufre. Entre los otros minerales
de la República meñcionaremos plomo, mercurio, cinabrio,
cal, yeso, mármol, salitre, asfalto, alumbre y kaolín. Antioquia
exporta anualmente unos S 2.000,000 en oro; asciende la
explotación de las minas de oro y plata de toda la República á.
-unos $ 4.000,000 anuales. También se encuentran esmeraldas,
rubíes, granates, amatistas y otras muchas piedras preciosas. El
Gobierno reporta una buena renta de las Salinas de Zipaquirá.
El suelo de Colombia es feracísimo y su vegetación es rica y
exuberante, pero el desarrollo del país no está á la altura que
debiera-y que sin duda alcanzará en día no muy lejano,-á causa
de la falta de medios de comunicación. El cultivo del café aumen-
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ta cada día con más rapidez. Se produce cacao, tabaco, azúcar,
caucho y maderas de tinte, y también se dan el trigo, el maíz, los
plátanos, &c. En los pastos y dehesas del Departamento del Tolima
existen 390,000 cabezas de ganado, incluyendo bueyes, caballos,
mulas y asnos. Calculan que de estos animales hay unos
3.-465,000 en la República; y además cuenta con 3.487,000 cabras,
carneros y cerdos.
Según el último anuario estadístico, el va1or de los artículos
importados en 1895 ascendió á $ 1 1.528,ooo, y el de los exportados
á $ I .5 .o88,ooo. El numerario de gran parte de . estas cantidades
es oro. Los principaleii artículos importados son: víveres,
bebidas, fibras textiles y objetos de hierro y acero; en tanto que
la mayor parte de los exportados son: café, tagua, cuarzo, cacao,
algod6n, maderas de tinte, animales vivos, tabaco, cueros de res,
caucho y madera. Como cerca de 6o por 100 de los artículos importados
entran por la Aduana de Barranquilla, y como un 20 por
100 por la de Cartagena. Pero el comercio de tránsito entre Panamá
y Col6n es más importante que el directo, pues en 1896 el
ferrocarril que urie á las dos ciudades, transport6 más de 26o,ooo
toneladas de carga.
FISIOGRAFÍA-OROGRAFÍA
Es tal la claridad y distinci6n con que se destacan en el mapa
los caracteres orográficos de la República de Colombia, que
cualquiera que lo examine no podrá menos que reconocerlo. En él
se encuentran delineadas gráficamente las principales características
de la República. El relieve del terreno di \'id e el suelo colo01biano
en dos partes bien definidas, que son : una, la montaña
del Oeste, y otra, la de las ti e rras bajas del Este. La primera puede
subdividirse en ocho regiones hidrográficas, á saber: primero,
la cuenca del Magdalena, qu e es la más e . ·tensa ; ocupa la parte
central de la R epública, y en su extre mo Norte se confunde con la
pr6xima. Segundo, la hoya del Cauca, que se extiende al Oeste de
la primera, casi paralela á ella; á esta secci6n también le pertene- .
ce la hoya de San Jorge. Tercero, las hoyas del Patía y del Mira,
que se encuentran en el extremo Sur de la regi6n. Cuarto, la hoya
de San Juan, la del Atrato, la del Le6n y la del Sinú, que se extienden
entre la serranía de Baud6 y la Cordillera Occidental de
los Andes; á esta parte le pertenece la costa del Choc6, así como
las vertientes de Buena ventura, que se dilatan entre los ríos Iscuandé
y San Juan. Quinto, el litoral del Golfo de Panamá, que además
de la vertiente de este Golfo, comprende la hoya del río Chagres.
Sexto, la regi6n ístmica, que queda al Oeste de Santiago y
·que abarca la vertiente septentrional 6 del Atlántico y la meridional
6 del Pacífico. Séptimo, la hoya del río Hacha, que encierra.
las vertientes meridionales y septentrionales de la sierra de Santamarta
y de la Goajira. Octavo, el pequeño distrito del Nordeste,
que contiene la parte principal de las hoyas del Catatumbo y del
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Zulia. La casi desierta división Oriental se dilata entre la Cordillera
Oriental de los Andes y los ríos Arauca, Orinoco, Atabapo, Negro
y Amazonas. Suponiendo que el Guaviare fuera la línea divisoria,
esta comarca se dividiría en dos vertientes : la del Norte,
cuyas aguas corren hacia el Este y Nordeste hasta el Orinoco; y
la del Mediodía, cuyas corrientes toman rumbo Sudeste y se
descargan en el Amazonas. Ambas porciones tienen suelos fértiles
en extremo, riéganlas grandes ríos, y es tal el valor de los recursos
naturales que poseen, que en tiempo no lejano ayudarán á la prosperidad
material de la República.
La dirección general de las aguas y su profundidad, ancho y
caudal, el rumbo de las montañas, y las alturas de sus pasos sobre
}os valles limítrofes, son los caracteres fisiográficos que entrañan
más importancia para los ingenieros de ferrocarriles. La naturaleza
se ha esmerado en tallar con mano atrevida los caracteres
iisiográficos de la faz del territorio colombiano; pues casi de un
extremo á otro de la República se extienden tres cordilleras, dándole
ese aspecto que por lo muy inequívoco y marcado, es visible
aun para el observador menos perspicaz. A partir del páramo de
Las Papas y torciendo bruscamente primero hacia el Sur, luégo al
Este y Sudeste, y después hacia el Norte Nordeste, atravesando
en ese orden los Departamentos del Tolima, Cundinamarca,
Boyacá, Santander y Magdalena, y dividiendo la vasta cuenca del
Magdalena de las aún más vastas del Orinoco y el Amazonas,
corre la cordillera oriental ó de Sumapaz, que luégo de pasar por
la capital y por cerca de Bucaramanga y Pamplona, se bifurca
en este último lugar para desgajar un ramal hacia el Oriente;
ramal que después de cruzar la línea divisoria por el páramo de
Tamá, entra en Venezuela, atraviesa por San Cristóbal, La Grita,
Mérida y Trujillo, yendo á perderse en las playas del Caribe.
De Bucaramanga el ramal occidental corre con ·rumbo Norte
; su cresta hace de frontera entre las dos Repúblicas, y con
el nombre de Sierra de Motilones, y luégo con el de serranía
del Valle de Upar, ó de Perijá, separa las cabeceras de los ríos
que desaguan en el Magdalena de los que fluyen al lago de Maracaibo,
y finalmente va á morir en los llanos de la península de la
Goajira. Del páramo de Las Papas al término Norte, en la península
nombrada, la cordillera recorre una extensión de 850 millas
(1,367.93 kilómetros). Sólo conociendo la altura de sus picos más
culminantes se podrá concebir una idea de la grandiosidad de esta
cordillera. Al Nordeste de Neiva se eleva el páramo de Sumapaz,
á 13,123 pies de altura sobre el nivel del mar; muy cerca el cerro
nevado de Sumapaz, con 14,141 pies; un poquito más allá la señorea
el nudo de Verjón, de 10,827 pies; al Sudoeste de Bucaramanga
yérguese la Sierra Nevada de Chita ó Güicán, con 16,683 pies
de altura ; el páramo del Almorzadero, 1 3,12 3 pies; al Este de
Pamplona se encuentra el páramo de Tamá, 13,123 pie5; cercase
halla el nudo de Guerrero, 10,827 pies; mientras que al Norte de
Bucaramanga descuella el páramo de Cachirí, 13,780; y entre las
otras alturas de esta cordillera se encuentran el Macizo de Santur-
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Boletín Militar de Colombia
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bán, 14,108 pies; el nudo de Cobrados, 13,780 pies; y el nudo de
Giiicán, I 5,748 pies.
Parte la cordillera central ó del Quindío de la frontera
ecuatoriana con rumbo Norte, se une con la cordillera descrita.
poco há, en el páramo de Las Papas, que guarda los orígenes de
los ríos Cauca, Magdalena y Caquetá, y corriendo un poquito al
Nordeste, bañada en esta parte por las dos corrientes primeras de
las tres que mencionamos no há mucho, se deshace en numerosos
espolones, y va á perderse en el Departamento de Bolívar. Desde
el nudo de Huaca, cerca de la frontera ecuatoriana, hasta
su extremo Norte, esta cadena tiene unas 6oo millas (965.59 kilómetros)
de largo. En la cresta de esta Cordillera, ó muy cerca,
culmina el volcán de Pasto, con 13,990 pies de altura; el ,-olcán de
Bordoncillo, 12,467; el páramo de Tanjubina, 13,53+; el macizo de
Iscancé, I 3,917; el páramo de Las Papas, 13,123; el volcán de
Sotará, 14,492; el de Buey, 15,748; el pico de los Coconucos,
15,748; el cono de Puracé, 16,076; la cumbre de Huila, 18,045;
el páramo de Barragán, 1-i-,337; el picacho de Santa Catalina,
15,420; el de Santa Isabel, 16,732; el volcán del 'I'olima, 18,425;
el de Herveo, 18,045 ; los picachos del Ruiz, 17,388; mientras
que el paso del Allo de Guanacas queda á 12,303 pies, y el paso
del Quindío á 1 1,200. Estos dos pasos son probablemente los más
bajos en la cordillera que divide los valles del Cauca y el Magdalena
en sus partes alta y media.
Más al Oeste se encuentra la Cordillera Occidental ó del
Chocó, que forma parte del gran eje Andino. Del Ecuador se extiende
con rumbo Norte, y en el nudo de Huaca se une con la Cordillera
Central. En la parte Sur del Departamento del Cauca esta
cadena es rota por las aguas del río Patía, y continuando, corre
luégo hacia el rorte, bañada á un lado por las aguas del Cauca y
limitada al otro por el litoral del Pacífico. En el Departamento de
Antioquia lleva el nombre de Cordillera del Citará, y antes de pasar
á Bolívar, forma hacia el Oeste un ensanche elevado, en donde señorean
los cerros de Tresmorros, Sasafiral y León, y se deshace
en numerosos estribos que terminan en el Departamento de Bolívar.
De estos espolones, los principales son la serranía de Abibe,
que termina en la sierra del AguiJa; la de San Jerónimo, que
continúa hacia el Norte hasta unirse con la extremidad Sur de la
serranía de Cartagena; y la de Ayapel, á cuyo pie se halla la Ciénaga
del mismo nombre. Desde la frontera ecuatoriana hasta Cartag-
ena, donde termina, esta cordillera recorre unas 6~0 millas
(1,094-34 kilómetros). En el cerro de Caramanta desgaja un gran
estribo que, bañado á un lado por el Atrato y al otro por el San
Juan, se extiende, hasta que en la pedregosa meseta del istmo de
San Pablo se une con la serranía del Baudó.
Por lo dicho se ve, pues, que la dirección general de la cordillera
occidental es casi paralela á la del Quindío, y como se
halla al Oeste del Cauca y del San Jorge, separa los valles de estos
ríos de los del San Juan, el Atrato, el León y el Sinú. Sus
cumbres más elevadas son: la nevada de Cumbal, con 15,715
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pies de altura; la de Azufra] ó Túquerres, con 13,553; los picos
de Guacal á, con 13,780; el cerro Cara manta, 10,171 ; los farallones
de Citará, 10,827; el páramo de Frontino, 11,155; y la cima
de León, 10,827. Más al Oeste se alza la serranía del Baudó,
que de la boca del río San Juan, se extiende hacia el Norte por el
Oeste del mencionado río y del Atrato, hasta que se reúne con la
serranía del Darién. El punto más elevado de la serranía de Baudó
son las alturas del Buey y Baudó, que tienen 5,958 pies sobre
el nivel del mar.
Corre la serranía del Darién de un extremo al otro del Istmo
de Panam:i, y penetra en territorio costarricense después de dividir
la vertiente atlántica de la del Pacífico. Su rumbo general es
Este-Oeste, y su forma se asemeja á la de una S estirada. En su extremidad
occidental encontrámos algunos picos de altura bastante
notable, como el cerro Santiago, con 6,23+ pies; el volcán de
Chiriquí, 6,480; el cerro Picacho, 7,054 pies; el cerro Horqueta,
6,562 pies; y el pico Róbalo, 7,012 pies.
Muéstrase la sierra nevada de Santa Marta en la secci6n septentrional
del Departamento del Magdalena. Esta montaña es el
tipo del macizo aislado, por más que algunos geógrafos la consideren
como parte integrante de la cordillera oriental. Su mole es
más vasta que la del Chimborazo, y dicen que sus cumbres son
las más elevadas de Colombia. Alzanse en su centro cinco picos
que la nieve cubre eternamente, y fie los cuales el más alto tiene
19,029 pies; de su centro irradian como de un haz numerosos estribo
que guardan las fuentes de muchos ríos. Su proximidad al
mar y lo variado?de su clima,:la salubridad de sus aires, la pureza
de sus aguas y la belleza de sus mesetas, todo contribuye á hacer
de ella un sitio adecuado para las empresas industriales. En las
anchas llanuras que se extienden á sus pies, prodúcese cacao de la
más exquisita calidad, en tanto que el café, el algodón y el tabaco,
crecen con maravillosa exuberancia.
Alzase la serranía de Goajira en el Departamento del ?-.1agdalena,
con relieve caracterizado por cumbres cónicas, fragosas,
desnudas y de mediana altura, que surgen de una base, cuya vegetación
por lo muy cerca se asemeja á la Gaharica.
Por lo vasto de su tamaño, si no por su altitud, son notables las
casi desconocidas sierras que se dilatan entre los ríos Gua viare y
Caquetá en la sección oriental de Colombia. La principal arranca
del cerro de Neiva en la cordillera de Sumapaz, y divide la vasta
mesa del Caquetá en dos porciones. De aquellas que se tiene más
conocimiento son: las de Padavida, Aracuara, Yávita, Tunahí y
Yimbí. Dicen que las montañas de Colombia ocupan la tercera
parte de su suelo.
Sin que tengamos otro objeto que el de presentar una oportunidad
de poderlas comparar, diremos que el pico de Pike, en el
Estado de Colorado, Estados Unidos, sólo tiene 14,147 pies ; el
monte Rainier, en el Estado ' de Wáshington, no llega sino á
14,):¡6 pies, siendo éste el pico más alto de los Estados Unidos,
fuera de Alaska, donde se alza el monte de San Elías, visitado
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no hace mucho por el príncipe Luis Amadeo de Saboya, quien
determinó que tiene una altura de 18,086 pies. Esta sencillísima
mención es suficiente para hacer concebir una idea de la magnitud
de alguQas de las cordilleras que se alzan en la América del
Sur, en las mismas inmediaciOnes de trazado aproximativo proyectado
para el Ferrocarril Intercontinental. . c.,,,,.,;.
TEORIA DE LA ESTADISTICA
JtSCI.ITA P01 ], P. HU1TADO (ESPAÑOL)
V
OPERACIONES DE LA ESTA DÍSTICA
(Continúa)
l. La Imiustria-Clasificaci6n que debe hacerse de las aplicaciones del trabajo
económico-Idea del plan que sin embargo suele adoptarse para estas in.
vestigaciones-La agricultura. la ainería. las manufacturas y el comercio.
II. El Gobiern"-Estadística política y de los servicios administrativos-L~o
justicia-La enseñanza.
I. La industria, tercero d los grandes hechos á cuyo conocimiento
se aplica la Estadística, resulta de la combinación de los
elementos anteriormente examinados, la población y el territorio, y
expresa las relaciones del hombre con la Naturaleza, á que le lleva.
el deseo de satisfacer sus necesidades.
Debe, pues, comprender la esladíslica industrial el estudio de
todas las aplicaciones del trabajo económico, sin más excepción
que la de aquellas que, por constituír una función social, han de
reservarse para el grupo de los hechos que se refieren al Estado.
La división, generalmente aceptada, de las operaciones productivas
en agricultura, industria y comercio, es todavía más imperfecta
aplicada á las investigaciones estadísticas. Ese método, ó prescinde
de trabajos numerosos é importantes, ó ha de reunirlos con
otros muy diferentes, bajo una denominación impropia. La minería,
la caza y la pesca, los transportes, ¿no son, por ejemplo, industrias
que debe considerar el estadístico? ¿Y cómo acomodarlas
.en aquella división ?
Si el análisis estadís-tico ha de aplicarse debidamente al interesante
objeto de la industria, es necesario ante todo clasificar tOdas
las manifestaciones de ésta, con arreglo á un sistema ordenado
y completo. Nosotros propondríamos para las industrias de productos
materiales, que dete examinar la Estadística, la siguiente
clasificación :
1 ... Industria exlraclzva: comprendiendo en ella las operaciones
que sacan de la tierra y de las aguas, sin darles preparación alguna,
las cosas útiles que contienen, ó sea la minería, la cantería,
la cacería, la pesquería y la leñería-corta de leña y maderaje.
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2.• Industria agríc··la: trabajos que se dedican al cultivo de la
tierra, y comprenden la agricultura propiamente dicha, esto es,
las plantaciones alimenticias, como son los granos, frutas, legumbres,
hortalizas y pastos; las plantaciones recreativas, á saber:
floricultura y jardinería ; las plantaciones textiles y tintoriales, y
las plantaciones medicmales.
:,-··· ~·3 : Industn·a de la cría de am!nalts, cuyo objeto indica suficientemente
su título, y que com¡Jrende las varias especie¡ de ganadería,
ó sea de industria pecuaria, la piscicultura, la cría del gusano
de seda, la de la abeja, la de Jos animales domésticos, &c., y la
recolección de sus procl uctos.
4.• Industrt'a manufacturera : la que prepara y transforma las
materias que le suministran las industrias anteriores, valiéndose
para e1Jo de la mano del hombre, au.·iliada de instrumentos 6
aparatos sencillos. Comprende los oficios y las artes mecánicas.
5: Industrz"a fabril: la que emplea para el mismo objeto de la
anterior aparatos complicados (máquinas) en establecimientos llamados
fábricas.
6: Industria locomotiva: distinta del comercio, con el cual se
confunde ordinariamente, que tiene por objeto transportar las cosas
y las personas por ·tierra, por mar y por río!i ó por canales navegables,
y comprende los transportes y la navegación.
7: Indusln'a mercanll'l, comúnmente llamada comercio, cuyo
oficio es senir de intermediaria entre el productor y el consumidor,
y puede dividirse en dos clases : t'nter/or, cuando opera entre
los diversos pueblos de una misma nación, llamándose de cabotajt,
si son puertos y el tran porte se verifica por mar, y exlerzor, cuando
se verifica con otras naciones, subdividiéndose en este caso en comercio
de t'mportadJn, .1 que trae las mercancías de otro país, y
de e.t}Jortadón, el que las lleva á él.
Admitido este cuadro de las industrias, la importancia de cada
una dcte_rminaría la preferencia ó el orden en que deben dedic~
seles la~ in\'estigaciones, así como su naturaleza respectiva, la clase
de datos que habfan de recogerse en cada caso, sin perjuicio de
que también se amoldaran éstos á un sistema uniforme, que debe
pedirse á la Economía polftica, ciencia encargada de estudiar las
manifestaciones industriales. Elementos productivos de cada industria,
6 sea agentes 1lalurales, trabajo y capital, que en ella se reúnen,
productos obtenidos, predos de éstos y consumo ó aplicación que reciben
esos productos, hé aquí las bases racionales de una estadística
-ndustrial. Tienen la generali:lad necesaria para ser aplicadas á
.todas las investigaciones de esta clase, y la amplitud suficiente para
admitir los desarrollos particulares que exige la diversa condición
de las industrias.
A continuación de las industrias propiamente dichas deben
figurar las que algunos economistas llaman subjelt'vas ó de productos
inmateriales, ó sea todas aquellas aplicaciones del trabajo intelectual
que, dando lugar á retribuciones individuales, son el agente
de que se valen numerosas clases de la sociedad para adqui-
SERIE IV TOMO 1-JO
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rir los medios económicos. Su doble carácter pudiera indicarse COfl
el epígrafe de Industrias profesionales, comprendiendo el sacerdocio,
en cuanto no es mantenido por el Estado, la enuñanza ejercida
también libre y privadamente, las bellas artes y las profesz'ones sanilarzas.
A propósito de cada una de ellas conviene examinar el número
de individuos que las ejercen, el de los actos ó funciones que
desempeñan, y el importe de las retribuciones que se consiguen.
La manera de concebir la estadística industrial que tienen los
autores, se separa, en efecto, notablemente de la que dejamos expuesta:
la mayor parte conserva la división de agricultura, industria
y comercio; unos nos hablan de catastros agrícolas é industriales,
y otros, como el mismo Congreso internacional de Bruselas,
tratan de los censos de la agricultura y de la industria. Esta
asamblea, sin embargo de haber adoptado una clasificación que
nos parece anómala, estableció un sistema bastante completo para
la estadística del trabajo, de que daremos una ligera idea.
Hizo una clasificación general de cuatro miembros, á. saber:
1.0 Industria agrícola ó de la agricultura.
2.0 Industria de minas y canteras.
J.0 Industria manufacturera.
4.0 Industria comercial ó de comercio.
Y añadió que podía admitirse una quinta clase que comprenda
la pesca fluvial y marítima, si se adquieren datos sobre estas
dos industrias. .
Respecto de los censos agrícolas, decidió el Congreso que se
verificaran por períodosdecenales,que coincidan, á. ser posible, con
el recuento de la población, y que se prefiera para llevarlos á cabo
el último trimestre del año. Los datos deben recogerse de manera
que queden comprobados en las mismas localidades, con el concurso
de agentes probos é ilustrados, y han de referirse al área ó
superficie destinada á cada especie de cultivo, al producto de cada.
jlxplotación, al modo de fertilizar los terrenos, al valor de los pr~
duetos, á los trabajos agrícolas y al número de animales domésticos.
Los censos industriales se dijo que debían celebrarse en la
misma época que los agrícolas, para evitar la duplicación de datos
que resultaría de la diversidad de ocupaciones de un gran número
de trabajadores, que alternativamente se ocupan en las labores
del campo y en las manipulaciones industriales. Los períodos de
formación, también decenales, y la forma, el censo por establecimientos
y relaciones individuales. Los datos que se especifican con
bastante minuciosidad, se clasificaron, para la industria de minas
y canteras, en cinco grupos : ·
1. 0 Extracción de combustibles, hulla, lignito, turba.
2.0 Extracción de minerales.
3. 0 Minas de sal y fuentes 6 manantiales de aguas minerales.
4· ° Canteras, extracción de arcilla, tierras areniscas.
5. 0 Tratamiento de los minerales á todas las temperaturas.
En cuanto á la industria manufacturera, el Congreso de Vie-na
señaló un programa muy completo que dividía los productos
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de la manufactura en ocho ~rupos subdivididos en 3 4 clases. Hé
aquí los grupos : 1.0 Máquinas, instrumentos, utensilios y medios
de transporte; 2.0 Productos minerales, no metálicos; 3. 0 Metales
y trabajos metálicos; 4. 0 Productos químicos; 5. 0 Materias alimenticias;
6. 0 Hilos y tejidos; ¡.0 Industrias que emplean otras
materias org.inicas; 8.0 Industrias de la construcción y artes industriales.
La industria del comercio comprende, según lo ac0rdado en
Bruselas, dos grupos diferentes: 1.° Comercio exterior; y 2.0 Navegación
marítima con el extranjero y con las colonias ; aquél
subdividi:Jo en comercio general, especial, de tránsito y de depósito,
y luégo en importaciones y exportaciones por mar; la navegación
también subdividida en barcos de vela y barcos de vapor, y
después en buques nacionales y buques extranjeros, buques cargados
y buques en lastre. Los datos deben comprender períodos de
un año, y recogerse luégo separadamente los relativos á la st·luaálm.
de la manna menan/e y al movzimenlo de cabotaje.
Echase aquí de menos todo lo concerniente al come io interior;
pero la omisión se explica, porque es vana labor la de trazar
cuadros para una estadística irrealizable por la ma2"nitud y la
complicación de su objeto.
El Congreso internacional de Budapest, fijándose en el prodigioso
desarrollo que han adquirido las sociedades anónimas y
comanditarias, industriales y mercantiles, acordó, á propuesta del
Delegado H. EngeJ, ejecutar la estadística de las personas morales
que explotan la industria y el comercio. También aprobó nuevos
interrogatorios y formularios encaminados á obtener la estadística
de las industrias domésticas, de los accidentes ocurridos en
el trabajo, y de las medidas adoptadas para mejorar la condición
de los obreros.
Recomendada ya en el Congreso de Bruselas la estadística de
las clases trabajadoras, todos los Gobiernos y muchos particulares
han hecho después informaciones y estudios dirigidos á conocer el
número de los obreros, su distinción por sexos y edades, la duración
de las jornadas, los tipos de los salarios, las condiciones de la
alimentación y la víviencla, y á recoger, en fin, los datos de
todo género que interesan para la solución de ese delicadísimo
problema social.
Como se ve por estas indicaciones, la estadística de la industria
ofrece una gran complejidad, y sus investi2"acioncs luchan con
grandes dificultades, porque afectan directamente á los intereses
más suspicaces, y los datos que procura no admiten la comprobación
que puede hacerse con otros. Por eso, con ser tan importante,
la estadística industrial, es la más atrasada y deficiente de todas.
II. La extensión é importancia de la Estadística del Gobt"er11o
depende de la que á su vez tengan las atribuciones del Estado,
puesto que á todos los servicios públicos han de aplicarse las im·estigaciones
estadístico-administrativas.
Su primer objeto consiste en los hechos relativos á la constitución
po/U/ca: los censos electorales, que sirven para la desi~·nación
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de los legisladores y de los administradores de las ProYincias y
Municipios, los resultados que ofrezcan esas elecciones, la organización
de los partidos, las instituciones y centros políticos, y la pren~
a de esta clase.
. Viene después el estudio de todas las funciones administrativas.
Esta operación tiene la ventaja de que se ejecuta con mayor
facilidad que cualquiera otra de las anteriormente descritas, porque
los datos que ha de recoger existen ya de antemano y sirven
diariamente para el desempeño de los servicios, mientras que para
el censo ó el catastro hay que crearlo todo.
Esas investigaciones que antes hemos llamado aulomálú:as, son
ordinariamente anuales, y las materias más generales é importantes
sobre que recaen, las iguiente :
1. 0 Administración de la justicia.
2.0 Instrucción y enseñanza públicas en sus diferentes grados.
3.0 Establecimientos é instituciones oficiales de beneficencia.
4-. 0 Obras públicas.
5. 0 Organización militar: Ejército y Marina.
6. 0 Hacienda pública, es decir, del Estado y de las corporaciones
ó entidades locales.
Es· muy fácil detallar las noticias que deben reunirse á propósito
de cada uno de esos asuntos, y por eso, limitándonos á los dos
primeros, que son los más interesantes, ex;>ondremos las reglas
para ellos establecidas en el repetido Congreso de Bruselas.
Respecto de la administración de justicia civil, no se hizo más
que expresar el deseo de que en las reuniones sucesivas se establecieran
sus base y fórmulas; y en cuanto á la penal, se decidió
que conTenía : .
1.0 Tomar por base, sin adoptar por ahora clasificaciones ó
categorías generales, a nomenclatura de todos los delitos que
tengan designada pena en el Código ó en las leyes especiales de
cada país.
~. 0 Agregar á los estados la e ·plicación detallada de la naturaleza
de la legislación criminal de cada país, y muy particularmente
la importancia dada por las leyes penales á los diversos
grados de culpabilidad, &c.
3. 0 Invitar á los jurisconsultos, y especialmente á los criminalistas
de los diferentes países, á formular, en conformidad al derecho
penal de sus respectivas nacionalidades, un cuadro tan detallado
como sea posible de los crímenes, delitos y contravenciones,
con la explicación necesaria á fin de formar y preparar los
elementos de una clasificación general y aplicable á todas las naciones.
Los datos que deberán obtenerse son :
1.0 Número de delitos que han sido castigados.
2. 0 Número de los delitos que por cualquier causa no han
sido perseguidos, ó sobre los que no haya recaído sentencia absolutoria
ó condenatoria.
3.0 Número de los delitos perseguidos y de los acusados, con
.distinción de sexos y edades, adoptando, en cuanto sea posible, la
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división por anualidad hasta veinte años, y procediendo luégo de
diez en diez años.
4.0 Número de los absueltos y condenados con las mismas
condiciones.
5. • Penas impuestas en conformidad á una nomenclatura detallada,
indicando muy e~pecialmente el número de las que se hayan
ejecutado, la duración de las penas de detención y deportación,
y la cantidad total de las multas.
6.0 Número de los. individuos detenidos ó encarcelados, sea
cualquiera la causa.
7. 0 Duración de las detenciones preventivas.
8.0 Número de las excarcelaciones provisionales con caución
ó sin caución.
g. 0 Duración de las instrucciones procesales antes de la sen~
tencia.
10.0 Número de los condenados de ambos sexos y de cada
edad indicada, con distinción de los que no hayan sufrido condena
anterior que lleve consigo la pena de encarcelamiento ú otra
equivalente, y de los que lleven sufridas una ó más condenas de
este género.
A estos datos principales convendrá, si es posible, ag-regar
indicaciones relativas al origen, domicilio, estado civil, profesión,
grado de instrucción de los delincuentes, causas conocidas ó presumibles
de los delitos, circunstancias, contumacia, procedimiento
y enjuiciamiento criminal, indicando cada uno de sus períodos,
apelaciones, recursos de casación y ejercicio de la prerrogativa de
indulto. En los Congresos de Viena y de Londres se trató también
de organizar la e tadí tica de la justicia penal conforme á un sistema
que permitiera las comparaciones internacionales; ¡Jero no
llegó á resolverse el asunto.
Para la estadística de la instrucción y de la enseñanza, ó de
la educación y de la instrucción, como la llamó aquel Congreso,
dividió los establecimientos de e¡te género en cuatro categorías:
1." Los que se refieren á la primera enseñanza : casas de asilo,
escuelas de párvulos, escuelas de primera enseñanza elemental, de
primera enseñanza superior, escuelas de repaso, de adultos, dominicales,
&c., colegios de pensionistas, escuelas normales de primera
enseñanza, escuelas de ciegos ó de sordomudos, escuelas de las
casas de expósitos ó de refugio, escuelas anexas á los establecimientos
industriales y á los de beneficencia y represión.
2." Los que se refieren á la segunda enseñanza: ateneos, liceos,
colegios, escuelas industriales y de comercio, de agricultura,
de horticultura, de arboricultura, de medicina, veterinaria y de navegación,
&c.
3." Los que se refieren á la enseñanza,. superior: universidades,.
escuelas de ingenieros civiles, de minas, de artes y manufacturas,
de economía agrícola y forestal.
4." Los que se refieren á enseñanzas especiales no enumeradas
anteriormente : enseñanza religiosa, seminarios ; enseñanza industrial
práctica, talleres de aprendizaje; enseñanza de artes, aca-
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demias y escuelas de dibujo, &c., enseñanza musical, conservatorios,
es~~elas y cursos de música; enseñanza de gimnasia ; enseñanza
mthtar, escuelas en los regimientos, escuelas superiores militares
~scuelas de equitación y de pirotécnica. '
La estadística de la educación é instrucción debe comprender
para cada categoría de establecimientos:
1 .• El número y descripción de los establecimientos, indicando,
á ser posible, los objetos de enseñanza, los métodos empleados,
el idioma en que se da la enseñanza, &c.
-2.0 El número de maestros, institutores y profesores.
').
0 El número de educandos, con distinción de sexos, y ex-presando,
en cuanto posible sea, la edad.
4.0 Los sueldos y emolumentos de los profesores.
5. 0 La administración é inspección.
6.0 Las instituciones accesorias y complementarias: conferencias,
cursos públicos, bibliotecas, museos, colecciones, publicaciones,
premios y recompensas, concursos, pensiones ó dotaciones
pías para estudios, cajas de previsión, asig-naciones de reserva en
favor de las viudas y de los huétfanos.
7. 0 Los ingresos y los gastos, especificando en los primeros el
importe de las retribuciones satisfechas por los educandos y de las
subvenciones abonadas por el Estado, por la administración local
y por la beneficencia, y en los segundos los gastos de administración
é inspección, de personal y material de la enseñanza.
Es necesario distinguir, además, si los establecimientos son
confesionales ó laicos, públicos ó privados.
El Congreso de Florencia pidió que se incluyeran en ese cuadro
la escuelas de bellas artes, de dibujo y de música, los museos
y las bibliotecas, y el de Londres trazó un proyecto de estadística
bibliográfica.
LA CARGA DEL INFANTE
Sobre la carga del infante muy poco se ha escrito.
Los documentos dejados por algunos pocos, que se preocupan
del bienestar del soldado, son escasos y dispersos: la cuestión es,
sin embargo, de alta importancia, y convendría que un capítulo especial
sobre la materia encabezara el Vade mécum del Oficial.
¿No resultan inútiles las más hermosas concepciones del Jefe,
con tropas cansadas y debilitadas?
Es siempre con las eiernas del soldado con las que se ganan
las batallas; y la mochila le corta las piernas.
En campaña, nuestro soldado lleva el tercio de la carga de un
mulo, lo que es inhumano y absurdo y de funestas consecuencias.
Con esta enorme carga, los más robustos pueden todavía mar.
char, pero lenta y pesadamente ; los demás, rendidos, desmorali-
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zados, se arrastran penosamente á la cola de las columnas, quedan
en el camino, llenan los carros y las ambulancias.
Sin mochila, el soldado puede marchar casi indefinidamente y
llevar á cabo inverosímiles raids.
Con nuestro equipo tradicional, la mochila, formada por una
caja rígida de tablas, con agudas aristas, sin punto de apoyo suficiente,
demasiado y mal cargada, es esencialmente defectuosa.
Para acercarla al centro de gravedad del cuerpo, el soldado hace
constantes y fatigosos esfuerzos. Tiene que inclinarse hacia adelante,
con contracci6n de los músculos pectorales. Para que no se
corra la carga, está obligado á apretar las correas hasta comprimir
la respiraci6n, ese muelle real de la marcha.
El aliviarlo de este peso anormal es necesario, pero lo -es más
aún repartirlo mejor, á fin de libertar su pecho y dejarle completa
libertad de actitud y movimiento.
La utilizaci6n de un punto de ·apoyo suplementario, no sobre
las espaldas, pero sí sobre la región sacrolumbar, da excelentes
resultados.
La mochila-valija, con marco de bambú, que propuse hace
treinta años y acerca de la cual he hecho experimentos con éxito,
se funda en ese principio.
Los modelos de equipo de esta clase, adoptados ó ensayados
en ejércitos extranjeros, han sido bien acogidos.
Es en esa direcci6n en la que se deben hacer estudios.
El libro Sac au dos, contiene, para la soluci6n de tan delicado
problema, documentos preciosos.
En una exposici6n clara y precisa, el Mayor Lavisse presenta
al lector los elementos de la discusi6n: es la exacta descripci6n de
los diferentes equipos de campaña de Francia y del extranjero,
datos auténticos é inéditos.
Las bases de la discusión así establecidas, el autor compara
entre sí esos diferentes equipos y deduce de esta comparación conclusiones
juiciosas y prácticas. Sus inteligentes estudios ofrecen el
más vivo interés y las numerosas reformas que aconseja introducirían
mejoras reales en el vestuario y equipo de la infantería.
Damos á. continuaci6n unas cortas plallillas de la carga en ki-
1ogramos del soldado de infantería en algunos Ejércitos de Europa
y América:
. ALEMANa-Con carpa, 1.20 cartuchos y 3 días y medio de TÍveres:
Sobre el soldado................ 15,543
Mochila y su cargamento..... 11,163
Total.................. 26,7o6
Con útiles (pala, pico, sierra
-&c.), basta................... 28,200
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AusTIUA.-Con carpa, roo cartucho~& y -4 días de víver~s : ·
Sobre el soldado................ 1 3,998
Mochila........................... 14,163
Total.................. 28,161
Con útiles, hasta................. 29,4•0
BÍLGICA-Sin carpa, con 120 cartuchos y 1 solo día de víveres: ·
Sobre el soldado................ r 3,5 3 r
Mochila........................... 10,72-4
Total. ................ .
Con útiles, hasta ............... .
Y con carpa, hasta ........... ..
25,200
27,500
DrNAHA.RCA-Sin carpa, con 100 cartuchos y 3 días de víveres:
Sobre el soldado................ 17,740
Mochila........................... 1 1,740
Total ................. .
Con útiles, hasta ................ .
Y con carpa, hasta ............ .
30,500
32,000
EsPAÑA-Sin carpa, con 150 cartuchos y 2 días de víveres:
Sobre el soldado................ 16,927
Mochila........................... 10,337
Total.................. 27,264
Con útiles, hasta............... 28.200
Y con carpn, hasta............. 30,000
EsTADos UNIDos-Con carpa, 100 cartuchos y 2 días de víveres:
Sobre el soldado................ 13,400
Mochila........................... r 1,750
Total. ................ .
Con carpa (que raras veces
se lleva) .. , ............ -..... .
Y con útiles, hasta ........ ... .
25,150
28,500
30POO
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FKANCIA-Sin carpa, con 120 cartuchos y 2 días y medio de víveres :
Sobre el soldado................ 16,g63
Mochila .. .. .. . . . .. . .. . .. . .. . .. . .. . 7,804
Total ................. .
Con útiles, hasta .............. ..
Y eon carpa, hasta ........... ..
25,800
27,000
HoLANDA-Sin: carpa, con 120 cartucaes y 1 sólo día de víveres :
Sobre el soldado................ 1 5,946
Mochila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6,82 5
Total ................. .
Con útiles, hasta ............... .
Y con carpa, hasta .......... ..
22,771
23,800
25,000
INGLATERRA-Sin carpa, con 100 cartuchos y sólo un día de víveres:
Sobre el soldado................ 13,709
Bolsa valija y su cargamento. 10,141
Total ................. .
Con útiles, hasta ............... .
Con carpa, hasta .............. ..
23,850
25,000
26,500
.ITALIA-Con carpa, 162 cartuchos y 2 días de víveres:
Sobre el soldado................ 14,6oo
Mochila........................... 11,750
Total.................. 26,3)0
Con útiles, hasta................ 30,000
NORUEGA-Con carpa, 120 cartuchos y 2 días de víveres:
Sobre el soldado ................ · 13,449
Mochila ... . .. .. .. .. .. . .. . .. .. .. .. . 1 1,082
Total.................. 24,53 r
Con útiles, hasta................ 25,700
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RusiA-Con ca1pa, 1 20 cartuchos y 2 días de galleta :
Sobre el soldado................ 12, I 70
Bolsa y demás equipo......... 13,660
Total.................. 25,830
Con útiles, hasta................ 27/ioo
SuiZA-Sin carpa, 120 cartuchos y 3 días de víveres:
Sobre el soldado................ 14,605
Mochila........................... 11,105
Total.................. 25,710
Con útiles, hasta................ 26,900
Encontramos en un estudio miEtar publicado en 1899 por un
oficial superior, que el infante argentino, sin carpa, con tiros, una
pala y sin víveres, lleva sobre sí 16,527, y en la mochila 15,11 I, lo
que forma un total de JI,6J8, que se aumentaría hasta unos 35,000
con carpa y víveres; pero en el total subrayado figura un número
considerable de prendas duplicadas que probablemente no figurarán
en el equipo de campaña que se reglamentará.
La comparación de los pesos totales de las planillas anteriores
debe ser acompañada de otra sobre la base de la manera de llevarlos.
Un peso sobre el cuerpo puede ser considerable sin cansar mucho;
pero un aumento de uno ó dos kilogramos m la mocln1a, es
agobiador.
Los infantes menos cargados son los de ~olanda, Noruega,
Inglaterra, Estados Unidos y Francia.
Las mochilas y su carga menos pesadas-y esto es de suma
importancia-son las de Holanda y Francia.
Pero el inglés y el ruso (y creemos que pronto el austriaco y
el francés) no llevan mochilas, sino bolsas, morrales 6 algo parecido,
en forma de grupa, lo que es evidentemente un progreso.
Por otra parte, hay que tener en cuenta varias circunstancias
que aumentan ó disminuyen los pesos que para cada país damos
subrayados : 1.0 A veces los soldados cargan leña, útiles de trepar,
&c., como los alpinos; 2.0 No todos los soldados llevan útiles
de zapador; 3. 0 En la práctica, en tiempo de guerra, casi en todas
partes se alivia al soldado de jtlgún peso, por medio de carros
y de mulas, especialmente en las guerras coloniales, que son las
más penosas, en razón del clima, generalmente tórrido, &c.
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Pero, en suma, el peso llevado en todos Jos ejércitos, oscila
-entre 25 y 31 kilogramos, pudiendo tal vez adoptar como término
medio 28 kilogramos. Pues bien~ este peso de 28 kilogramos, el
soldado no puede llevarlo días seguidos. Una modificación se impone,
pues, á. la vez humanitaria y utilitaria: utilitaria porque el
soldado demasiado cargado no llega al campo de batalla, 6 lleg-a
valiendo menos. Es siempre exacta la vieja fórmula : un kilogramo
de menos, son dos kilómetros de más .... y es enorme la superioridad
maniobrera así obtenida.
Recomendamos la lectura del libro del :Mayor Lavisse, que
contiene no sólo datos, sino aun verdades que muchos piensan pero
.no dicen.
(De la Rroista dd Boldh1 Militar de Buenosaires)
No Oficial
EL CONFLICTO AMERICANO
(De La Ilustnuión Artl.rtica de Barcelona)
El hecho culminante en la actualidad de la vida política ameicana,
es la agresión de que ha sido víctima la República de los
Estados Unidos de Venezuela.
Escuadrillas de Alemania y de Ing-laterra entraban hace poco
en són de guerra por los mares de Colón, acercábanse á las costas
de V cnezuela, sorprendían y apresaban buques venezolanos
indefensos, destruían fuertes y bombardeaban y hacían desembarcos
en Puerto Cabelle y otros puntos, donde los soldados ingleses,
según su costumbre, pillaron y saquearon cuanto hubieron á mano.
El 20 de Diciembre los Gobiernos alemán y británico proclamaron
el bloqueo, que desde Juego comenzó á hacerse efectivo en
Puerto Cabello y en Maracaibo, y pocos días después se declaró
también en los de La Guaira, Carenero, Guanta, Cumaná y Carúpano
y en las bocas del Orinoco.
¿Qué había sucedido? ¿Qué razón motivaba este inesperado
rudo ataque contra Venezuela por parte de dos grandes naciones
europeas? ¿ Qué ofensas había inferido el Gobierno venezolano al
honor del Imperio Alemán y del Reino Unido de la Gran Bretaña
é Irlanda? ¿ Qué planes se fraguaban en esa República contra los
súbditos, los territorios 6 los derechos de esos poderosos Estados?
No había, ciertamente, ni peligros ni ofensas que justificasen
ese acto de fuerza; no había más que la negativa de los Estados
Unidos de Venezuela á someterse sin reservas á las reclamaciones
pecuniarias de acreedores ingleses y alemanes.
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Alemania é Inglaterra, sin admitir prueba en contrario, ni
mucho menos reconvención del Gobierno venezolano, por daños y
perjuicios que los súbditos de aquéllas habían causado á la paz y
tranquilidad de Venezuela, sostenían que ésta era deudora de unos.
cuantos miles de pesos á particulares y sociedades de la respectiva..
nacionalidad.
Inglaterra y Alemania no consentían ya excusa ni aplazamientos,
y resolvieron cobrar á cañonazos.
Italia también (la tránsfuga de la Unión latina) se llamó á la
parte. No era cosa de perder unos ro,ooo dólares que, eri jU~Jto, reclamaban
súbditos suyos, y se adhirió á la acción anglo-germana.
¡Y en qué ocasión tan oportuna se combinan estas tres potencias
para imponer sus ulll'malum á Venezuela l Cua11do esta República
se preparaba á entrar en período normal y había esperanza
de ir restaurando las agotadas fuerzas d~l país. No parecía sino
que tomaban la imposición como pretexto para reanimar y fortalecer
al bando vencido.
Pero ni la agresión intimida á los venezolanos, ni nadie simpatiza
con la actitud de esas potencias, porque los pueblos culto
jamás deben apelar á tales medios para resolver así, airadamente,
los litigios en que se hallan interesados sus ciudadanos residentes
en el territorio de otra nación también civilizada.
Castro lanza una proclama contra "los extranjeros cuyos pies
insolentes han profanado el suelo sagrado de Venezu el a." Lo que
ingleses y alemanes han hecho, dice, "no tiene precedente en la
historia de las naciones civilizadas ; es un acto de barbarie que
conculca los principios más elementales del derecho de las naciones
; es un acto innoble, porque es producto ele una mezcla de in- ...
moralidad y cobardía, de fuerza y de perfidia." En otra alocución
protesta contra el bombardeo de la ciudad de Puerto Cabello, que
se llevó á cabo sin una prevía d~claración de guerra y sin llenar
las formalidades prescritas, puesto que no se dio tiempo para sus: .
traer del peligro á las mujer~s y á Jos niños. "Esto, añade, no es
sólo una cobardía, sino un insulto á todas las naciones."
La prensa en América y en Europa expre a en tonos más ó
menos vivos asombro é indignación ante el proceder de esos
acreedores implacables, escribe artículos sobre "las nuevas salvajadas
de Inglaterra y Alemania," y hasta en las Cámaras Legislativas
de algún Estado hispano-~mericano se oye la protesta
contra la brutalidad de las potencias anglo-germanas, y la invitación
á formar alianzas que puedan servir de salvaguardia del derecho
contra la fuerza.
A pesar de que en la historia contemporánea se han dado
repetidos casos de la desconsideración con que el fuerte trata al
débil, el hecho de ahora es tan extraordinario, tan inaudito, que
ya los mismos venezolanos se preguntaban, desde un principio, cuál:
era el verdadero objeto que buscaban los aliados.
1 Una alianza aaglo-germano-italiana, los buques de guerra·
de estas potencias en el mar de las Antillas, barcos venezolanos
echados á pique 6 apresados, bombardeo, bloqu~o, amenazas de
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invasión, desembarcos, propósitos de incautarse de las aduanas,
tanto y tanto aparato bélico para que un sindicato 6 una compañía
de obras públicas y unos cuantos aventureros puedan embolsarse
cantidades que les eran ó nó debidas!
Para tomar á viva fuerza al Gobierno venezolano unos mi1Iares
de libras 6 de marcos, Inglaterra y Alemania movilizan sus
buques y gasta'rl más de lo que importan los créditos, y se exponen
á graves contrariedades si tienen que mantener fuerzas en tierra
y que incautarse de las aduanas, 6 hacen el ridículo papel que ya
están haciendo si no las intervienen ni desembarcan y acaban por
aceptar el arbitraje.
Ahora bien: ¿cabe admitir que los directores de la política
internacional en Alemania é Inglaterra han procedido de ligero?
¿Tan torpes son que no han previsto las consecuencias de sus
acuerdos?
Hay, indudablemente, otro fin, un propósito ulterior. ¿Cuál?
Se ha supuesto que el de favorecer al vencido, á l\1atos, procurándole
ocasión ventajosa de abrir nueva campaña. Séalo 6 no,
el hecho es que la ag-resión redunda en beneficio de éste, que
vuelve á la carga, aprovechando la crítica situación de Castro.
Claro es que las simpatías de que Jvlatos pudiera gozar en las
cortes de Berlín, Londres y Roma no llegan á tanto que deban
considerarse como el único motivo de la acción combinada de ingleses,
alemanes é italianos. Esa explicación no tiene otro fundamento
racional que el de confiar aquéllos en que bajo un obierno
presidido por Matos, los acreedores habrían de hacer efectivos
sus créditos, y más aún que pidieran_. pues la gratitud obliga á
mucho .
. Pero así volvemos al punto de partida. Si las escuadras de
Inglaterra y Alemania no se han puesto al servicio de un pretendiente
á la Presidencia de una República sudamericana, lo están
·-en el supuesto á que nos referimos-á la de banqueros, agiotistas
ó indu tria les que fían el buen é. ·ito del negocio en el triunfo
de :Matos, y á móvil ta.n mezquino habría que atribuír, pues, la
agresión. .
No: hay, indudablemente, otras causas, y no será difícil in-
• 'Yestigarlas si atendemos al estado actual y á las probables contingencias
de las relaciones entre América y los pueblos europeos de
mayor poder marítimo y de más fuerza e.·pansiva por su industria,
su producción y su comercio.
Necesitan esos pueblos evitar á todo trance que la gran República
norteamericana llegue á conseguir la preponderancia económica
en el mundo. Ni Alemania ni Inglaterra están dispuestas á
tolerar que los Estados Unidos rea1icen sus a'piraciones de cgemonía
política en América, y de predominio mercantil en todas partes.
Como dice Levasseur, Inglaterra ·y Alemania parecen destinadas
á ser las dos primeras víctimas de ese pulpo gigantesco que
extiende sus brazos y sus ventosas por la América del Sur, por el
Japón y la China, y hacia Africa y Europa.
Para ambas potencias, ya muy quebrantadas por la concurrencia
norteamericana y por otras causas, el peligro es inminente
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y se anuncia con caracteres de suma gravedad. Si aisladas habría}
es de ser muy difícil impedir el daño, unidas tal vez pueden
debilitar las enormes fuerzas del adversario, sobre todo si se apresuran
á provocar conflictos para ir á la lucha armada en condiciones
favorables, que dentro de algunos años no las tendrán, salvo si
sobrevinieren en los Estados Unidos escisiones de índole ¡ocial, ya
iniciadas, ó catástrofes financieras, no muy improbables si continúan
en auge los famosos lrusls.
Perdieron la excelente ocasión que les ofreció la guerra hispano-
yanqui, no, ciertamente, por culpa de Alemania, que, más
previsora que la Gran Bretaña, hizo cuanto pudo para establecer
una inteligencia entre los Estados europeos, y aun para obligarlos
á ella. La actitud de la escuadra alemana allá en los mares de
Oriente, sostenida á ciencia y paciencia del Almirante yanqui, bien
la recuerdan los que entonces residían en la capital del archipiélago
filipino.
Ahora nueva ocasión se ha presentado, y Alemania, con más
fortuna que en r8g8, ha conseguido arrastrar á Inglaterra. No han
necesitado acometer empresa tan arriesgada como hubiera podido
ser la otra; no ha habido que ponerse frente á frente de los Estados
Unidos.
Bastaba demostrar á los americanGs de origen latino que, á.
pesar de los alardes de los yanquis, que tanto se ufanan de ser los
protectores de los pueblos de América contra Europa, escuadras
europeas podían entrar impunemente en el mar de las Antillas y
realizar en él operaciones de guerra.
Y el Gobierno de Wáshington ha dejado hacer. Después, negociaciones
diplomáticas para terminar el asunto por medio de arbitraje
ó conferencias, y nada más.
Ya saben, pues, los hispano-americanos que cuando una potencia
europea quiera intervenir en sus asuntos, y echar á pique
sus barcos y cañonear su litoral, si esa potencia es fuerte, Jos Estados
Unidos se cruzarán de brazos.
Alemania lanzó el guante á los Estados Unidos en la bahía
de Manila. No lo recogieron. Ahora, unida con Inglaterra, los reta
de nuevo en aguas de Venezuela. Monroe había dicho, refiriéndose
á. Jos pueblos americanos independientes, que u cualquier interposición
con propósito de oprimirlos ó disponer de cualquz(r ma11era
de sus destinos, se consideraría como una disposición hostil á los Estados
Unidos." Y una manera de disponer de los destinos de un
pueblo es favorecer, directa ó indirectamente, á un bando político
contra otro. Los yanquis no se han dado por entendidos. Observaciones
muy razonadas sobre el derecho de bloqueo y ofrecimiento
de buenos oficios; de aquí no pasan.
Pero Alemania va más lejos. No quiere que el canal de Panamá
sea yanqui 6 dé pretexto á los yanquis para monopolizar el
comercio interocéanico.
Por una parte, Colombia no se avi~ne á aceptar todas las con.
diciones que imponen los Estados Unidos respecto al uso del canal
y derechos sobre él y zona adyacente; por otra, se habla de un
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sindicato alemán que ha entrado en tratos y negociación con la
Compañía francesa de Panamá.
La intervención en el canal, de europeos ó de empresas creadas
con capitales de nacionalidad varia, ofrece mayores garantías
al comercio universal y menos peligro á los hispano-americanos
que la ingerencia yanqui en esa importante vía de comunicación.
¿Estará dispuesto el Gobierno de Colombia á favorecer en
este asunto la gestión ó las pretensiones de Alemania, á las que encubiertamente
coopera Inglaterra ? En tal caso, corno el actual
Presidente de Venezuela es enemigo de los hombres que gobiernan
en Colombia, y como conTendría mucho contar también para
lo presente y para lo por venir con el concurso de a 1uella República,
hace falta derribar á Castro del poder.
Ya se ven, pues, razones de mayor peso que la reclamación
de créditos, para explicar la brusca acometida de los aliados.
¡ El canal libre de la opresora mano yanqui ! ¡ Acaso Colombia
y Venezuela unidas para constituír la gran República en que
soñó Bolívar 1
A pesar de las atrocidades que acaban de hacer allí ingleses
y alemanes, habría motivo para reconciliarnos con ellos.
Enero 19 de 1903.
R. BELTRÁN RÓZPIDX.
(Espafíel)
--,~~--,---
- Historia=-===
MEMORIAS
DEL GENERAL JOSÉ HILARlO LÓPEZ
ANTIGUO l'JlKS IDENT~ DE LA NUEVA Gl.ANA.DA
Escritas por él mismo-1857
(Continúa)
Oído en nuestro campo de la Cañada el fuego que se hilo
durante nuestros pasos de la quebrada de Sanajanacatu para ocupar
el Tablón de los G6mez y del río Juanambú, fuego que había
sido repetido por toda la serie de guardias y destacamentos enemigos
para avisar en su campo la aproximación de la columna de
V ego, creyó el General Nariño que ya nosotros comenzábamos
el ataque por la retaguardia, y man s sospechado su existencia y la trampa que nos había armado,
resolvió darnos el golpe aun cuando no hubiésemos llegado al
desfiladero, por temor de que se le escapase la presa con la llegada
de las tropas de retaguardia ; y súbitamente se arrojó sobre
nosotros una masa de más de z,ooo hombres, dando gntos de
muerte, en medio de la confusión y el 'desorden. Nosotros, no obstante
nuestra pequeña fuerza comparada con la del enemigo, lo
recibfmos á pie firme, y si fuimos forzadós á ir cediendo el terreno
que nos ~ra imposible defender, lo hicimos en orden y sosteniendo
un fuego bien dirigido, hasta que gastadas casi todas nuestras municiones,
y perdida la cuarta parte de la Columna, sin esperanza de
ser socorridos por el Ejército, abandonámos el campo, circunvalado
por los realistas, abriéndonos paso á. golpes de culata y bayoneta.
Nuestro jefe V ego quedó todo estropeado, y lo juzgábamos
perdido para siempre. El General en Jefe no podía disimular la
pena que le causaba esta sensible pérdida; cuando uno de nuestros
soldados se presentó al General, diciendo que él había visto
precipitar al Comandante V ego á culatazos por una barranca que
desde allí descubríamos, y que habiendo á su pie un bosque muy
espeso, él se atrevía á sacarlo vivo ó muerto, el General ordenó
al soldado que inmediatamente fuese en solicitud de V ego, y le
.ofreció una propina pecuniaria si lo hallaba vivo.
Conlt'ntíll
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Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VII Serie IV Tomo I N. 15", -:-, 1903. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691217/), el día 2025-07-21.
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