~ ~~I:~::MO~ilitar deAfi~I::~=~:~ ~
[~ _ _o~~~~O DEL I~INISTERIO~~-G~R~- ~nEL ~~~~~~O _ _ ___ ~.
¡:::::.::::_- DIRECTOR, Fra~~~::,~"~:,~;~::ara y Velasco -~:.·:::::: Son colaboradores de este periódico los Jefes y Oficiales dd Ejército
Puede 17ltll/ bie11 wrcdrr que nue1tro rttpcto á todrll ln8 condrcione1, 1·rngn cí parar en la
indifer•tlcia y 1101 deje 1in e11err;ía• par(L d'ferldu la• 111Lt1/raa
E'IRIQUE SICXKlf:WICZ
-··r··-----------·----------------·-- · -- ··-- ·--·--------------·------ -.. ------ --·· .. ..... - ................ --------
¡ -o-- Bogotá, 23 de Agosto de 1902
DECRETO NU~fERO 1 )84 DE 1902
(JULIO 20)
por el cual se hace un nombr:1micnto
El V/apresúlente dt la Rep;íb!t'ca, en cargado del Poder Eje"cutn•o,
DECRETA
Artículo ünico. Nómbrase al Sr. Dr. Timoteo Mora Ayudante
del ~Iinisterio d Gu e rra, a imilad á Comandante génc.ral de
División y adscrito al Cuart~l g-eneralísimo para los efectos fiscales.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 20 ck Julio dt: 1902.
JO E MANUEL MARROQUI N
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FER. ·L·nr-:z
DECRETO NUMERO r 143 DE 1902
(JULIO 29)
por el cual se confiere un ascenso
El Vicepresúlente de la Repúblz'ca, encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA
Artículo único. Asciéndese á General efectivo de Brigada al
Coronel Carlos Mejía, tanto por los importantes servicios que ha
prestado al Gobierno en la presente guerra, como por su valeroso
TOMO II-13
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\._ 194 _¡
comportamiento en los últimos hechos de armas ocurridos en el
Tolima.
§. Dése cuenta de este ascenso al Honorable Senado en sus
próximas sesiones, para los efectos constitucionales.
Comuníquese y pub1íquese.
Dado en Bogotá, á 29 de Julio de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁ mEz
DECRETO NUMERO II44 DE 1902
(JULIO 29)
por el cual se hace un nombramiento en interinidad
El Vicep1·eszdmle de la República, etzca~·gado del Poder .E)"ecull"vo,
DECRETA
Artículo único. Nómbrase interinamente 2.0 Edecán de Honor
del Vicepr idente de la República al Sr. R l:erto Ospina
Pradillc, con la asignación de seiscientos r esos mensuales.
Co~uníquese y publfquese.
Dado en Bogotá, á 29 de Julio de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁrmEz
DECRETO NU1\1ERO 1145 DE 1902
(JULIO 31)
aclaratorio del marcado con el número 836 de 21 de 1\Iayo del r sente aiío
El Vz'ceprtSz'dmle de la RepúbHca, encargado del Poder I!;¡eculz'vg,
En uso de sus facultades constitucionales,
DECRETA
Artículo único. La recompensa provisional concedida á las
familias de los Sres. General Jesús Casas Ca tañeda y' del Coronel
Augusto Pardo, según Decreto Lcgislati\O número 836 de 21 de
Mayo de 1902, será pagada á los Sres. Dres. Jesús Casas Rojas y
Ricardo Pardo A., padres de los finados, e mo representantes legítimos
de los agraciados.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 31 de Julio de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Gobierno, FRANCisco ~1mmozA P.-El Ministro
de Relaciones Exteriores, FELirE F. PAtJL-El Ministro de Ha-
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\,_ 195 _..)
cienda, Josi RAMÓN LAGo-El Ministro de Guerra, ARISTIDES F:n ...
NÁNDEz-El Ministro de Instrucción Pública, JosÉ JoAQuiN CAsAs-El
Ministro del Tesoro, AGusTlN URIBE.
DECRETO NUMERO 1153 DE 1902
(AGOSTO 1 . 0
)
por el cual se faculta á un Jefe para organizar una Brigada de Caballería
El Vz'ctpreszaente de la Rept'tbHca, encargado del Poder .E.JecuHvo,
DECRETA
Art. 1.° Facúltase al General Mariano Os pina Chaparro, Comandante
en Jefe del Ejército de Oriente, para organizar una
Brigada de Caballería compuesta de dos Regimientos, con el per.
sonal de Jefes, Oficiales y tropa que juzgue necesario y conveniente,
la cual hará parte del mencionado Ejército de Oriente.
Art. 2.0 Autorizase al Sr. General Comandante en Jefe del
Ejército de Oriente para hacer los nombramientos de Jefes y Ofi-.
ciales de esta Brigada, sometiéndolos á la aprobación del Ministerio
de Guerra.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 1.0 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO r 154 DE 1902
(AGOSTO 1 • 0
)
por el cual se fij1. una a imilación
El Vü:epresz'denle dt la Rtpúblzca, encargado del Poder EjeculzÍitJ,
DECRETA
Artículo único. En atención al recargo de trabajo y al maJ
estado sanitario de la región en donde ejerce sus funciones el Dr.
Manuel A. Soto, Médico de la División Malamundo, la asimilación
de que disfrutará, de acuerdo con lo prevenido en el artículo 3.0
del Decreto número 55 r de 31 de Marzo último, será la de General
de División.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 1.0 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIM
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
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'- 196 _;
DECRETO NUMERO 1158 DE 1902
(AGOSTO 1 . 0
)
por el cual se declara insubsistente un nombramiento y se hace otro
El Vü:epresidmle de la Repúblz'ca, encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA
Artículo único. En virtud del informe rendido por el Sr. Jefe
Civil y Militar de la Provincia de Zipaquirá, respecto de que el
Dr. Samuel F. Hernández no cumple debidamente con los deberes
de Médico del Hospital Militar de Zipaquirá, declárase insubsistente
el nombramiento hecho en él para tal puesto, y nómbrase
en su reemplazo al Dr. Epifanio Combariza.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 1.0 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERN,{NDEZ
DECRETO N'UJ.1ERO 1 169 DE 1902
(AGOSTO 2)
or el cunl !:.C auu.enta una asimilación
El Vü:ep?·est'dmle de la R tpúUica, encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA
Artículo único. Teniendo en cuenta la responsabilidad y el
recargo de trauajo que tiene el Teniente Coronel César l'delo, encargado
de la Botica del Ejército, auméntasele la asimilación de
que disfruta á primer Jefe de Cuerpo, desde el 1.0 del presente.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 2 de Agosto de 1902.
JOSE MA~UEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDF.S FmmÁgcno.-Distintos
tipos.-Inco:wenientes de los generadore'i móviles.- Transporte ~el
hidrógeno en cilindros.-Estudio de estos c'1vascs.-Forma y climenslO•
ne .-. ldal de que se construyen.-Clasc de pruebas á que se les sometc.-
Cilindros p:tra el parque tle Guadalajara.-Vilvula. tic ci~:Tre.-Compre5iÓn
del gas -Trar.sporte de 1 s cilindros en carro y á lomo.- Datos
concerniente<> á los ejércitos de Europa.
EL GLODO-CO:I!ETA
Inconvcnie11les de los globos csféncos caull'vos.-Ya se apuntó en
la última conferenria que el viento es el enemigo más poderoso
del globo sférico caulivo, ha ta el punto de ser imposible su empleo
cuand aquél es muy fuerte. El efecto perjudicial del viento
se deja entir aun en los casos en ue su "iolencia no sea grande ;
las incesantes oscilaciones hacen imposible la quietud indi pensable
para poder practicar los reconocimientos d "sde la barquilla;
por otra parte, no es siempre hacedero alcanzar grandes alturas á
causa tic la inclinación del cable, lo que trae como consecuencia
una dominación menor sobre los accidentes circundantes, y por
tanto, el que las observaciones 5ean más limitadas. A estas dificultades
del globo en el espacio hay que añadir las del globo en tierra,
es decir, las de u inflación, transporte y maniobra, todo lo
cual convierte este inapreciable instrumento de guerra en un medio
inútil y estorboso cuando se opera en términos geográficos azotados
de continuo por vientos reinantes.
Estos inconvenientes pudiéronse apreciar desde las primeras
campañas en que se usó el globo cautivo, sin que el ingenio de los
aeronautas militares, excitado para dotar de alguna estabilidad
á la forma esférica, haya conseguido disminuír aquellos inconvenientes,
los cuales se tocan hoy mismo en los aerostatos del ejército
inglés en el Trasvaal.
Teoría de la comela.-Buscando solución al problema, se cayó
en la cuenta de que la causa que impide subir al globo cautivo es
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L 200 _;
precisamente la que permite remontar la birlocha con que juega
el niño, y por tanto, se pensó que en el fútil juguete de tantos
siglos podía encontrarse la el a ve de la cuestión. La idea primeramente
concebida fue combinar la forma plana de la cometa con la
esférica del globo.
La razón del procedimiento se buscó en la teoría de la cometa,
teoría que explanó el conferenciante auxilíandose con diagramas
y extendiéndose en consideraciones que no podemos reproducir,
diciendo aquí tan solo, á modo de resumen, que supuesta una
cometa en el espacio, su plano, inclinado respecto al horizonte, recibe
del viento una fuerza horizontal que puede descomponerse en
otras dos : una normal á la superficie de la cometa, y otra en dirección
del plano de ésta y hacia su parte superior. La primera
está equilibrada por la tensión de la cuerda, quedando, pues, la
segunda como resultante del sistema, la cual imprime al aparato un
movimiento de ascenso. Se ve, pues, que la cometa subirá tanto
más cuanto mayor sea la fuerza del viento.
La idea de utilizar la cometa como instrumento científico es
anterior al siglo x1x; Franklin la empleó en sus ensayos acerca de
la electricidad atmosférica, y se ha usado y sigue usándose como
elemento de investigación en Meteorología.
En la primera mitad del último siglo comenzaron los ensayos
conducentes á la realización de un globo-cometa, pero la dificultad
de conectar la superficie plana de ésta con la esférica del globo,
hizo infructuosas las tentativas realizadas sucesivamente por el
inglés Douglas, el francés Trauson y el alemán Roedeck.
Idtas dt Parseval.-Como dentro de los medios de que disponen
la ciencia y la industria, puede casi asegurarse que cuestión
planteada es cuestión resuelta, 1 feliz acuerdo de los elementos
globo y cometa no podía hacerse esperar mucho tiempo, sobre
todo desde que el Capitán Parseval, en vista de la inutilidad de los
esfuerzos encaminados á realizar la asociación de aquellos elementos
sobre la base de la independencia de las dos formas plana
y esférica ó semiesférica, resolvió abandonar este camino para tomar
el de la fusión de dichos elementos en uno solo, para obtener
un cuerpo alargado que pudiera mantenerse en el espacio con cierta
inclinación sobre el horizonte.
El globo-comela.-Con el concurso del Capitán Siegsfeld, otro
mártir de la navegación aérea, de cuyo trágico fin habló la
prensa no hace muchos meses, se ha llegado á la realización de
un tipo de globo-cometa que obvia casi por completo los inconvenientes
del esférico cautivo y constituye, por lo tanto, un instrumento
seguro de observación, es decir, el verdadero globo militar.
Pn1mpz'o del globo-comela.-Es el que se ha dado á conocer en
la teoría esbozada más arriba, sin otra diferencia que la de ser cilíndrica
la superficie opuesta á la .acción del viento. La componente
vertical de la reacción dirigida de abajo á arriba, se opone en
cierta medida á la componente que tiende á tumbar el cable.
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'- 207 _J
Descripcz'ón.-El cuerpo principal del globo está constituido
por una envuelta cilíndrica terminada en dos casquetes esféricos,
la cual se halla dividida en dos compartimientos por una pared
flexible ó diafragma, que va desde el casquete inferior (supuesto el
cilindro inclinado en el espacio) á la parte media del semicilindro
vuelto hacia la tierra. El compartimiento superior forma la cámara
de gas, y el inferior (cuya capacidad es t próximamente de
aquélla), constituye la cámara de az'rt, donde .puede penetrar el de
la atmósfera con el fin de mantener constantemente en este receptáculo
una presión proporcional á la del viento; de suerte que,
obedeciendo á ella, el diafragma se extenderá más ó menos, obrando
sobre la cámara de gas, reduciendo la capacidad de esta cámara
y obligando á que dicho fluido llene siempre el compartimiento
superior, donde, por tal causa, no podrán formarse bolsones.
Válvulas de seguridad y otras disposiciones de detalle aseguran el
juego automático de ambas cámaras contra las variaciones repentinas
de fuerza y dirección del viento.
Para el caso en que la tensión del gas llegue á ser excesiva,
existe una válvula de escape, situada en el casquete superior, la cual
se abre automáticamente cuando sP. presenta dicho caso, y puede
abrirse también á voluntad del aeronauta, gracias á una cuerda
que va, en parte, por el interior del globo.
La gran superficie de éste hace poco sensibles bs oscilaciones
verticales, y en cuanto á las laterales, debidas á cambios inesperados
en la dirección de la corriente, pueden ser evitadas merced al
lz'món, que está situado en la parte inferior del globo y se halla
constituído por un gran saco que tiene la forma de una (:.Orción de
toro, cuyo círculo generador es de un diámetro sensiblemente mitad
de el del globo. Este toro termina por su parte anterior en un
trozo tronco-cónico, abierto por delante para dar entrada al aire,
con objeto de mantener henchido el timón, el cual está conectado
por medio de patas de ganso á la banda de amarre que rodea el
cuerpo del globo en toda su longitud; en fin, dos aletas de lóna
dispuestas lateralmente en el tercio superior de aquél, contribuyen
á dar estabilidad á la posición inclinada del globo, inclinación que
suele ser de 20 á 30°. Este aerostato no lleYa red.
La barquilla se une á las patas de ganso de la banda de amarre
por varios puntos convenientemente elegidos, para repartir
bien los esfuerzos y mantener la estabilidad en todos los casos.
Para que ésta sea la mayor posible, se ha provisto al globo de
una cola, cuyos elementos están dispuestos de manera que resulte
aumentada la presión del viento sobre aquél.
La explicación precedente no puede servir sino para dar
una idea muy vaga del globo-cometa. Este es un elemento tan ingenioso
como complejo, y para el completo conocimiento de sus
distintas partes se necesitan todas las figuras y todas las explicaciones
que el Coronel Maná consagró á este punto del programa.
Valor práctz'co del globo-comela.-Si este aparato no evita en
absoluto las oscilaciones, ~esultan en él tan atenuadas, que las ob-
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servaciones desde la barl"}uilla son casi siempre posibles. Su eficacia
en todos terrenos y circunstancias atmosféricas; la facultad de
orientarse por sí mismo según la dirección del viento; la lentitud
con que toma los cambios de posición aun para las grandes
ráfagas, y la posibilidad de mantenerse en el espacio por más
tiempo que e. globo esférico, hacen del cometa un instrumento de
indiscutible valor táctico en los ejércitos. Su elevación es perfectamente
posible en un 62 por 100 de dfas del año.
Tipos de globo-comela.-La casa de Riedinger (Augsburgo)
construye tres modelos distintos, cuyas principales condiciones se
apuntan á continuación :
Diámetro. Longitud. Volumen. Peso. Precio.
Modelo.
llfetros. llfetros. ,1fetros cúb. Kgs. llfarcos
I 6,3 22,5 635 345 I 3· 150
2 6,82 24,35 8os 380 15.170
3 7,8 27,35 I.205 515 20.000
El modelo 1 es el reglamE:ntario en el Ejército alemán .
.A1odelo espa;7ol.-En España se ha hecho necesario adoptar un
globo-cometa de gran cubo, á causa de la ele\'ación de las mesetas
de Castilla, y en particular de la ciudad de Guadalajara, donde
radica el Parque aerostático español. Esta mayor altura da menor
den idad al aire dt;salojado por el globo, y consiguientemente
menor fuerza ascensional; lo que imp:me la necesidad de mayores
cubicaciones. Por tal razón, el Comandante de dicho Parque, Sr.
Vives, ha creído ncc .sario adoptar el modelo número 2.
Conll'mía
=;;.~¡;¡:-=
ESCUELA DEL SOLDADO A CABALLO
POR CARLOS FERNÁNDEZ Y JULIO DEL CANTO
(Concluye)
QUINTA PARTE-TRABAJO CON ARMA
Manejo y empleo del sable.
Marujo y empleo de la lanza.
Manejo y empleo de la cat-abz'na.
Persecución.
152. Los jinetes se encuentran preparados para este trabajo
por medio de la ejecución de los ejercicios musculares á pie firme y
sobre la marcha, á fin de que los caballos se habitúen de ese modo
á los movimientos de Jos brazos y á Jos desplazamientos del cuerpo
que resultan del empleo de las armas.
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Los caballos se familiarizan generalmente muy pronto con el
uso de las armas. Sin embargo, es preci o obrar desde el principio
con mucha prudencia, á fin de no resabiarlos. Los caballos
n erviosos 6 irritables, serán atendidos preferentemente por el Instructor.
Marchando el pelotón á mano izquierda, y repartidos sus jinetes
en las pic;;tas con grande di tancias, montan á caballo con pre caucir5n,
teni ndo el sable al portasable. El Instructor los hace
marchar d'"' frente al p1.so; no los hace trotar sino cuand -..·e que
todo los caballos marchan tranquilamente' y no manifiestan i,1quietu'
1. D ~spués de alg-unas vueltas al picadero á ese aire de marcha,
los jinetes vuelven á tomar el pas, y cambian de mano para repetir
el mismo trabajo. Se hace en seguida ejecutar á la dos
manos algunos movimiento al pnso y al trote, h::1sta qu los caballo
demue tren la mism1. tranrtuilidad y la misma obediencia á las
ayurlas que cu1nd lo jint>tes e5ta han sin sable.
Cuan J los caballos sop,)rtan el sabl á todos los aires de
marcha, s~ le desonv·:~.ina y envaina r e petí as vece . Al prin ipio,
est mJvimi •ntos s ejecutan ri pi flrm ~ , suavemente y in marcar
ti m pos; s, les r pite marchancl al paso, y despu~ci se hace
desenvainar el al le al trote y al g-alopt.
El ej rcicio del sabl se manda, al principio, desde pie t1rmc,
y suce Í\'amcnte á todus los air s d . marcha, á man derecha y á
mano izquierda.
15 3. Pam aco tumbrar á loe;; caballos á las detonaciones de
armas d e fu e n· , se coloca ,¡ pelotón á pi tirm sobre el e írculo;
el In t ructor, co 1ocado al centn, di para un tir , con poca pólvora
al princ ipi1), y aum ntan 1) d pués pror)T sivame nt la carga. O·dern
á lo · jin e tes qu acari cie n su ca allo á. cada de tonación y
que d en frent al inte ri r clc1 círculo. Un ayudante á pi e da entonces
un poco ele ceba la, az ícar ó s·, 1 á cada caballo.
La misma progr~.;sión se sig-u! cuando el pelotón est<Í. en movimiento
al p so y al trot . Al disparo, ¡r ar al paso, det •n ~r e y
dar frente al centro del cír u lo. Despw.!s de varias r 'P .ticionr:.s de
esta especie, y cuando los caballos no manifiesten temor, los jinetes
nJ se detienen á la detonación y con ervan el aire ' de marcha
que llevan.
Para convencerse de que los jinetes son verdaderamente
dueñ os de sus caballos y que éstos no se espantan, el Instructor
hace ejecutar alg-unos movimientos á lo largo de las pista·, mientras
que individuos á pie disparan en el centro del picadero.
Cada jinete hace fuego después de esto, estando á caballo,
evitando aproximar su arma á la cabeza del animal.
1 54· Los caballos se habitúan á la vista de estandartes durante
el trabajo con la lanza, y ésta se emplea al principro sin banderola.
Los jinetes montan con precaución y, si es preciso, se hacen
ayudar por un hombre á pie. Se colocan sobre las pistas con grandes
distancias, y el Instructor les hace ejecutar á las dos manos
TOXO n-14
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algunas vueltas al picadero al paso y al trote, teniendo la lanza
terciada 6 afianzada .
Para calar la lanza, bajarla suavemente á fin de no asustar
los caballos; volverla á leYantar del mismo modo, y bajarla en seguida
á derecha é izquierda, hasta que dejen de asustarse. Repet!r
después el mismo trabajo al trote y al galope.
Una vez familiarizados Jos caballos con la lanza sin banderola,
se ajusta ésta y se sigue la progresión de más arriba.
En fin, se ejecuta el ejercicio de la lanza al principio á pie
firme, y después á todos los aires de marcha y á las do manos,
pero evitando tocar la cabeza del caballo con el asta.
155. El jinete conduce su caballo al terreno con el sable en
el porta-sable; la carabina se lleva ordinariamente al porta-mosquetón
; irá á la espalda cuando así se ordene con anterioridad.
En todo caso, el portacarabina estará alargado.
El Instructor hace repetir á los jinetes armados los diferentes
ejercicios del trabajo con brida; vigila que el peso y el movimiento
de las armas no les hagan perder la regularidad de posición, y
les prescribe conducir alternativamente sus caballos co.n una sola
mano 6 con ambas.
MANEJO Y E.MPLJ!:O DEL SADLE
Deseuvénar el .sal/t.-Pasar la mano derecha por encima de
las riendas, para jecutar lo que está pr scrito á pie; dC;senYainado
el able, colocar el puño apoyado en el muslo, diez centímetros
más abajo de la cadera, el pomo en la franja del pantalón.
I. 1Jesenvm1zm
2. SABLE.
15 7. E1mal1zar d sal/e.-Como está prescrito á pie, apoyando
la hoja en el ant ·brazo izquierdo hasta que la punta e intr duzca
en la vaina, y afirmando ésta con el talón izquierdo ¡.,ara facilitar
la introducción de la hoja.
I .. E1n:arizm.
2. SABLE.
158. Los movimientos de prcsmlm el salle y al lzrml1·o el salle,
se ej cL.tan á caballo como está prescrito á pie. Al mando: A
discreáfm, los jinetes pueden dejar caer el ~able al co tado derecho
6 ponerlo en una posición que, sin estorbar á sus vecinos, encuentren
cómoda y descansada. Al mando : En su lugar descat1so,
ejecutarán golpes y estocadas á voluntad. En ambos casos, al mando:
Atwc ·zn FIR(mes), 'uehen el sable al homl>ro.
El Instructor hará dtsctwaúwr á los tres aires de marcha, y mvaz1zar
solamente marchando al paso. Vigila que los jinetes, ejecutando
estos movimientos, cambien lo menos que sea posible la
mano de la brida.
El jinete que tiene el sable desenvainado puede, momentáneamente,
ayudarse de la mano derecha para conducir su caballo con
las riendas separada., llevando el puño junto al izquierdo, tomando
la empuñadura con todos los dedos, entreabriendo éstos, cogien-
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do la rienda derecha del filete inmediatamente adelante del puño
izquierdo, corriendo el derecho lo que sea necesario para ponerlo
enfrente del otro, sacando la rienda de debajo del índice izquierdo;
tomada la rienda de manera que éntre por debajo del meñique
y salga por encima del índice, se toma con firmeza la empuñadura,
poniendo el sable vertical, el filo al frente. Para cruzar las
riendas, colocar la derecha del filete debajo del índice izquierdo,
ajustar las riendas y volver el puño y el sable á su lugar. Para
acortar 6 alargar, llevar también el puño derecho á las riendas y
tomar éstas con el pulgar y el índice.
1 59· Las estocadas y los golpes de sable que se enseñan en la
instrucción á pie, se ejecutan primero á pie firme, y después á los
tres aires de marcha.
A la indicación: Contra úifanleda, dirigir los golpes de arriba
hacia abajo. ·
El Instructor se fijará en que los jinetes no vuelvan ó inclinen
c.1 cuerpo más de lo neresario, y en que conserven siempre la
mano izquierda inmediatamente encima del borren rlelantero.
Para ejecutar el ejercicio del sable sobre la marcha, se hará
el mo,·imiento de romper de á uno (número 47), conservando siempre
las distancias y describiendo una pista á dos pases de la pared,
cuando se trabaje en picadero cerrado. Los jinetes mantienen las
piernas cerca del caballo y se apoyan en los estribos; ,:,US movimientos
no deben modificar el aire de marcha ni la dirección del
caballo.
160. Para ejercitar los jinetes á golpear un objeto determinado,
se coloca sobre la línea del medio del picadero ó sobre un
punto cualquiera del cuadro, pero lejos de la pista, un trípode coronado
por una cabeza móvil. El jinete se ejercita primero en pasar
á todos los aires de marcha muy cerca del obstáculo, dejándolo
alternativamente á su derecha y á su izquierda. Cuando el caballo
no manifieste tendencia á retirarse, el Instructor indica al jinete la
estocada 6 el corte que debe dar á la cabeza móvil.
La cabeza se coloca en seguida en tierra. El jinete no inclina
su cuerpo más allá de lo estrictamente indispensable para tocarla
con la punta del sable, dirigiendo el golpe de arriba hacia abajo.
En este último ejercicio el jinete deja siempre á su derecha el objetz'vo.
Los ejercicios preparatorios de la carga indicados en el trabajo
fuera del picadero (núm. 144), se repiten con el sable desenvainado;
los jinetes toman, según la indicación del Instructor, la posición
de los soldados de la primera 6 de la segunda fila, y terminan
el movimiento con algunos golpes á su elección. Posú:z!m de la prz'merafila:
en guardia.-PoszCión de la segunda fila: el puño á la derecha
más arriba que la cabeza, el codo doblado, el filo al aire, la
punta atrás y á la tzquierda.
161. Un maniquí de paja vestido con un iniforme viejo de Ia
tropa, se empleará también para el ejercicio del sable, colocándolo
amarrado al trípode. Este mismo maniquí clavado superficialmen-
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te e n el suelo, da mod o q ue a l menor g-olpe caiga, se emple ará
~ara acostumbrar á los caballos á atro p ellar los infantes.
MANEJO Y E;\IPLEO DE LA LANZA
IÓ2. Co11duúr el caballo al tcrreno.-El jinete conduce el caballo
al terreno con las cuatro riendas sobre el cuello, tomándolas
tl e la brida con la mano derecha á dos centímetros de las argollas
del freno, en la forma prescrita. La lanza la lleva sobre el hombro
izquierdo, con los dedos de esta mano bien cerrados, e l dorso a l
frente, tomada el asta á un metro, más ó menos, del reo·atón y
colocando el puño á la altura de la tetilla izquierda . Llegado al
terreno, tomará la posición del cuerpo y de la mano derecha como
en el número 126, colocando la la11Za verticalmente, con el regnt6n
poyado en tierra i cinco centímetros de la punta del pie izquierdo,
alineado con dia; la mano izquiPrda t ma el asta con el dorso
hacia el fr ntc, los dedos bien cerrados y el puño en contacto con
el hombro izquierdu.
IÓJ. J.fOJZiar á caballo.-Levantar la lanza con la mano iz~
uicrda, girar á la der~;.;cha, dar el pa o á la derecha soltando las
riendas con esta mano, que incontin e nti pasa á tomarlas por encima
del cuello; afirmar el a~;Ll .. z0 ,: toda su e,aensiún por entre el
cuello del caballo y el antt"hrnzo izquierdo; soltar la lanza con la
mano iz uierdn, h.:Yantarla on la derecha hacia arriba hasta que
el regatón quede más alto que las crines; pasarla verticalmente
1 costado derecho ara intrvducirla en el porta-r galón, corriendo
la mano el recha hasta que quede á la altura del hombro, 1 dorso
~1 frente, los d dos bi~n cerrado. , el asta vertical y la band rola
ameando sin em·olverse en el asta.
Contimía
EL SERV ICIO OBLIGATOR IO EN LA ARGENTINA
LEY NUMERO 4031
El Stnado y Cámara dt Diputados de la Naáón ArgmtitJa reumdos
m Co ngres o, &-> c.,
SANCIONAN CON FUER ZA DE LE Y
TITULO I
DISPOS ICIO ES GEl\".ERA LES
Art. x. 0 Todo argentino d ebe el servicio militar personal.
Art. 2.0 La obligación del servicio militar es igual para todos
y tendrá una duración de veinticinco años.
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\.._ 213 --'
Art. 3.0 Nadie podrá ingresar en adelante al Ejército Nacional,
en carácter permanente, si no es ciudadano argentino 6 naturalizado
argentino.
Art. 4. 0 Los individuos que antes de su incorporación al Ejército,
6 mientras estén incorporados, sufran condena judicial, por
delitos que revelen inmoralidad notoria, á juicio del Poder Ejecutivo,
prestarán su sen·icio en cuerpos disciplinados, 6 serán destinados
á servicios 6 trabajos especiales después de cumplida 1~
condena.
Art. 5. 0 Nadie será admitido en adelante á desempeñar ua
puesto en las administraciones dependientes de la Nación, si n•
justifica haber satisfecho las prescripciones del servicio militar impu
estas por la presente Ley.
Art. 6. 0 Los j efes, Oficiales, clases y asimilados de todos lo'
grados y de todai las armas del Ejército permanente, no puedea
ejercitar ninglÍ.n derecho electoral, ni tomar directa ni indirectamente
participación alguna en política, mientras tengan mando de
fuerzas 6 desempeñen funciones en cualquier repartición dependiente
del Ministerio de Guerra. Los individuos de tropa del Ejército
permanente quedan sujetos á las mismas prohibiciones durante
el tiempo de servicio que les corresponda por la presente Ley.
Estas disposiciones se harán extensivas á los individuos de la
Reserva de cualquier graduación, mientras estén movilizados, deSde
la fecha de la convocatoria hasta la de ~u licenciamiento, de
acuerdo con las prescripciones de esta Ley.
Art. 7. 0 Las convocatorias para maniobras ó ejercicios de la
Resena del Ejército de línea, Guardia Nacional ó Guardia Territorial,
no podrán efectuarse con anticipación menor de cuarenta y
cinco días, 6 posterior de quince días á la celebraci6'1 de un acte
electoral.
Art. 8. 0 Los ciudadanos de la clase de Yeinte años que comprueben
haber adquirido en los polígonos de tiro la práctica y precisión
que el Poder Ejecutivo determine n la reglamentaci 'n de
esta Ley, serán di pensados: de un mes ele s nicio en las filas del
Ejército permanente, aquellos á quienes haya tocado el servicio de
seis meses; y de cuatro meses, aquellos á quienes haya tocado el
servicio de dus años, sin que este beneficio pueda exceder al die1
por ciento de los individuos de la clase convocados en uno y otr
caso.
Art. g. 0 El Poder Ejecutivo Nacional, en la capital federal y
territorios nacionales, y los Gobernadores de Provincia en las suyas
respectivas, quedan facultados para prorrogar por ocho días
el tiempo de servicio, en cada convocatoria, á todo guardia naciOnal
que no haya satisfecho exactamente á las condiciones del tiro,
determinadas por el Gobierno federal en los correspondientes prOgramas
de instrucción de la Guardia nacional.
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Boletín Mi litar de Colom b ia
L 2 14 _¡
TITULO II
CO. 'STITUCIÓN DEL EJÉRCITO
Art. ro. El Ejército de la Naci6n se compone:
1. 0 Del Ejército de Línea;
2. 0 De la Guardia nacional;
3. 0 De la Guardia territorial.
TITULO III
DEL EJÉRCITO DE d. K\
Art. 1 I. El Ejército de Línea lo forman: el Ejército permanenfe
y su reserva, como si~rue:
I .0 El Cuerpo de O.iciales sui)eriores, Jefe y O.Kiales subalternos
y asimilados del Ejército permanente, de acuerdo con la
ley respecti \'a;
2.0 Los Jefes y Oficiales de Rescna, reclutados de acuerdo
con la pres nte ley;
3. 0 Las clases: Sub-oficiales, Sargentos y Cabos del Ej¿rcito
permanente y los de u reserva, reclutados en la forma fijada por
la presente Ley ;
4. 0 L0s contingentes de conscriptos de las ocho clases de
veinte año cumplí o., i veintiocho años ig-ualmente cumplidos,
considerados aptos para el servicio militar, cualquiera que sea su
e ·tado civil;
5. 0 Una cantidad de ·oldado voluntario·, cuyo número no
podd. en tiempo de paz exceder de mil ochoci nto hombre . En
caso de guerra, el número de soldados voluntarios no seri limitado.
6. 0 Los destinado por infracción á la obligaciones impuestas
por la presente Ley.
7. 0 El perso al de \·oluntarios (músicos, cornetas y tambores)
necesarios para las bandas militare .
Art. 12. De acuerdo con el 4. 0 del artículo r r, que an-tecede,
los conscriptos de las clases de veinte á veintiocho años
cumplidos, que en virtud de la presente Ley forman parte del
Ejército de línea, dependen directa y e,·clusivamcnle del gobierno
federal, desde el momento de su enrolamiento, que deberá efectuarse,
imprescindiblemente, dentro de los noventa días después
de cumplir los diecinueve año , hasta su pasaje á la Guardia nac
ional, al cumplir los veintiocho años.
A:-t. 13. Los argentinos de la cla e de veinte años (cumplidos
en el año anterior a l de su llamamiento) reconocidos aptos para
el servicio militar, serán incorpo ra d os al Ejército permanente por
el término de seis meses, c on excepción d e los destinados por la
L ey número 3948 para el ser vic io de la A rmada, y d e otra canti d
a d que no podrá exced er de la q uinta parte del to tal d e los indi-
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Boletín Militar de Colombia
'- 215 _J
viduos reconocidos apto para el servicio de dicha clase, los cual es
serán incorporados al Ejército permanente por el término de dos
años. El Poder Ejecutivo podrá, por razones de presupuesto, redu cir
este tiempo de servicio continuado en las filas, hasta cuatro
meses para los primeros y veintid6s meses para los segundos .
Art. 14. El Poder Ejecutivo podrá, cuando alguna necesidad
urgente dd servicio lo requiera, prorrogar hasta por tres meses
ellicenciamento ele los c0ntingentes de dos años y de seis meses
incorp.:>rados en el Ejército permanente; y esto aun cuando los
nuevos contingentes de la cla e siguiente hubieren ya sido incorporados
al mismo Ejército.
Art. 15. El Pudl'r EjecutÍ\'O determinará cada año, con suficiente
anticipación, ·· 1 número de conscriptos de la clase de veinte
años que serán incorporados por dos años á la Armada y al Ejército.
Para designarlos, se proceded. á efectuar el scrteo de toda la
clase en la forma quL: será. reglamentada por el Poder Ejecutivo .
Aquellos á quiene toqu n los números más altos, formarán el contingente
para la Armada; los sicruientes, el contingente de dos
años para el Ejército p er manente, y el resto constituirá los contingentes
destinados al servicio de seis meses para el mismo Ejército.
Art. 16. El conscripto perteneciente, por el sort o, á uno de los
conting ·ntes enunciado,, que no se incorpore en la fecha para la cual
fuere convocado, será reemplazado por el número siguiente, aun
cuando é te forme parte de otro contingente, sin perjuicio de aplicar,
en cualquier tiempo, al infractor. las pena. establecidas por la
presente Ley.
Art. r 7· Despué~ de la incorporación queda autorizada la
permuta de servicio entre un conscripto á quien haya tocado el
servicio d e do años, con un conscripto p rf ctamente apto de la
misma el e á quien haya tocado el ·e rvico de eis mese;s, bajo
las condiciones siguientt!~:
a) El conscripto de SPis m ses manifestará á la autoridad militar
corre pendiente, formalmente 6 por e crito, y con intervenci6n
d u padre ó tutor, que acepta voluntariamente hacer el
servicio de dos años, que corre pondía al conscripto que propone
el cambio, tomando ante d Gobierno todas las obligaciones correspondi<"
ntes á éste;
b) La permuta implica únicamente el cambio del tiempo de
serv1cio que á cada uno de los dos conscriptos corresponde hacer
en el Ejército permanente, terminado el cual, ambos quedan obligacos
á formar parte de la reserva de dicho EJército, con todas
las obligacionPS inherentes á la misma, hasta su pasaje á la Guard
ia nacional, al cumplir los veintiocho años;
e) El conscripto de dos añ s, 6 su padreó tutor, pagará, a l d e
se is mese..,, una suma que será fijada entre ellos, sin poder, sin embargo,
ser menor de seiscientos p~sos moneda nacional. Esa suma
se rá depositada en e l Banco de la Naci6n Argenti na , 6 s uc ursal
más pr6xima, á la o rden del M ini sterio d e Gue rra, q uie n la hará
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L 216 _;
pagar al conscripto interesado e n tabla y mano propia, e n esta
forma : cien pesos moneda nacional un mes después de firmarse el
con trato de permuta; sucesivamente diez pesos moneda nacional
m ensualmente, y el resto de la suma, al terminar el servicio de
dos años;
d) En caso de fallecimiento de un conscripto que esté de~empeñando
así un servicio de dos años, las cuotas que aún quedan á
su haber serán entregadas á sus legítimos her cleros, deLiendo en
tregársele á él personalmente, en caso de haberse inutilizado en
acto de servicio. Pero en caso de deserción ó de expulsión del Ejército
por falta legalmente comprobada, entonces la suma que aún
restare, pasará á nb"r sar el fondo del Departam nto de Guerra,
destinado á las construcciones militares indicadas en el parágrafo
siguiente;
e) Todo contrato de permuta de servicio será extendido en
papel con timbre especial d l J\finisterio de Guerra, de costo de
doscientos peso moneda nacional. El importe ele venta de estos
papeles será, exclu::.ivamente, destinado á aumentar el fondo del
Departamento de Guerra, necesarios para construcción de hospitales
militares regionales, sanatorios, edificios para a ilos de inválirlos
ó huérfanos de militar s, ú otros institutos de beneficencia
del Ejército.
Revúla del .Ejércüo de línea
Art. r8. Terminado su tiempo de servicio en las unidades
pcrmanentt> del Ejército de línea, los conscriptos pa arán á constituír
la reserva de éste: una parte afectada á las compañías, scuadro
nf' s y baterías de las umdades pe rmanentes, hasta alcam~ ar
el pfc:ctiv reglamentario de éstos en pie de guerra, y 1 r . to á
comtituír las otras unidades de movilización que, con las p rman
nt s, constituyen el total del Ejército el lín a : todo de acuerdo
con la reglam ntación que dictará al re p cto el Pudcr Ejecutivo.
Art. 19. Los hombres que forman la rcscna d 1 Ejército de
línea, están obligados á incorporarse á su cuerpos respectivos, en
ca o de movilización convocatoria de la clase, ordenada por Decr
to del Poder Ejecutivo, de acuudo con las prescripciones de la
presente Ley.
Art. 20. Igualmente, los hombres que comtituyen la reserva
del Ejército de línea, están obligados, durante su tiempo de servicio
en dicha reserva, á efectuar do períodos de ejercicios ó maniobras,
de una duración máxima de un mes por período, en las
época y formas que reglamente el Poder Ejecutivo.
Art. 21. Ademá de lo período de instrucción que anteceden,
el Poder Ejecutivo queda facultado para convocar para dos
perL dos ele in. trucción de cuadros de una duración máxima de
quince días cada uno, á Jos Jefes, Oficiales y cla es de la Reserva,
en aquellos años en que no se haga, en la r egión respectiva, convocatoria
para instrucción de reservistas.
Cr;nlz'núa
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'- 217 _;
- Historia ~
AUTOBIOGRAFIA DE HIPÓLITO MORA
COROJ. EL DE COLOMBIA
(Continúa)
Llegámos á Cucutilla, y allí permanecimos dos días. Continuámos
la marcha para Cúcuta, donde también estuvimos igual tiempo,
que se empleó en elegir el punto en que debía IJbrarse el
combate. Marchámos para La Donjuana, punto que fue elegido
para esperar el enemigo,) allí acampimos. Poco después avistámos
á Camargo. Acampó é te en el llano que lleva el noml.Jre de
Carrillo, con un ejército de 8,200 hombres. Nusotros no contábamos
sino con 5,200, pero le llevábamos la ventaja del valor de
nuestra gente.
Se procedió á trabajar en las trincheras, las que fueron hechas
durante la noche. Al día siguiente, muy temprano, no atacó,
llevando la gente al combate por batallones, y aun había dispuesto
que por compañbs nos hicieran descargas cerradas. De la manera
dicha entraron y llegaron hasta muy e rca de nuestras trincheras
; pero á nuestros soldados nada de sto les aterraba ; con
las escopeta hacían fuego con la mayor prontitud, en términos
que los adver~arios salían .n. retirada y llegaban á su campamento
algo más que diezmado ; pero como Camar~·o tenía gente de
sobra, r forzal.Ja uien pronto la línea con batallones frescos. A pesar
de todos estos movimi ntos que el ene migo hacía, á las tr~s de
la tarde el triunfo era nué tro, pue ya le;:, habíamos cogido 400
homl.Jres, armados todQs de rémington, y si hubiera habido dpsulas,
de seguro que lo habríamo · batid ·>; p:!ro desgraciadamente
no teníamos ni una.
Como no habíamos preparado pertrechos suficientes para hacer
frente á un ejército tan numero o, se nos agotaron, pero así
sostuvimos el fuego hasta las seis de la tarde. Cuando el enemigo
se hul.Jo retirado á su campamento, dispu ieron los Jdes contra ..
marcháramos para Cúcuta, lo que se verificó, saliendo en formación.
A las once de la noche llegámos á Cúcuta; allí acampámos
en el Camellón, en el punto donde nos pararon. Al día siguiente
dieron orden de marchar para Gramalote; mas en esos momentos
se presentó Camargo con su gente, en el llano del Rosario, sitio
que dista de Cúcuta dos cuadras. Tan pronto como llegó, jt.cut6
la operación que había hecho en Bucaramanga, taladrar las paredes.
Como 110 podíamos marchar por tener el enemigo tan cerca,
dispusieron los J efes saliera el Coronel Juan Maldonado con su
batall ón á tiroteado, con el fin de proteger nuestra retirada : cumplido
esto, partímos para el punto designado. llegámos ya de
noche al sitio llamado Zulia; y como el río de este nombre es muy
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'- 218 _J
correntoso, no lo·podía pasar la tropa á vado; por lo cual todos
anhelaban tomar las barquetas. A las tres de la mañana e tábamos
del otro lado; continuámos nuestra marcha, y llegámos á Grama
lote; alH estuvimos ocho días. No habiendo recursos en aquel
pueblo, marchámos para un punto llamado La Corcovada. En este
lugar se dividió el ejército: el Dr. Valderrama partió por un atajo
con la mitad, y el resto contramarchó con todos los Generales para
Gramalote, donde permanecimos tres días. E te pueblo no tiene
sino un solo camino de entrada; de manera que el que entra por
él, tiene que volver á mlir por el mismo. Las fuerzas de Solón
vVilches, en número de 3,000 hombres, atrincheradas, resguardaban
dicha entrada. Convinieron nuestros Jefes en buscar prácticos
para que por el costado izquierdo nos sacaran, haciendo trocha,
aunque todo era cerro y muy montuoso. Por allí se verificó la
marcha, no sin que antes de: partir se fueran unos á poner al frente
de \Vilches, con el fin de que los tiroteara, y mientras tanto nosotros
pudiéramos partir. LoO"rámos salir uastante adelante de \Vilches,
aunque tuvimos que dar una vuelta considerable. El no advirtió
nuestra desaparición, por la estrategia de haberle puesto gente
al frente. Llegámos á Cúcuta, en donde no parámos sino para
tomar un ligero alimento. Seguímos en dirección á Silos; pasámos
por e rca de La Donjuana y no lejos del camino 1ue va para ella;
no purlimos atravesar el campo por la fetidez insoportable de los
caclá \' res que estaban en putrdacción y servían de pasto á Jos
animales.
Llegámo á Chin1cota, y en este pueblo era lamentable todo,
pues los enfermos no cabían en las casas~ y se veían hasta en
los corredores.
, t guímo la marcha pam 1 Valle de las Angu tías, y llegando
o\ é te, tuvimos noticia de que hacía poco tiempo había desocupad
stc pueblo el Coronel Ilernández, quien con su gente había
permanecido algunos dfas allí; díjo cnos que pabía tomado la vía
de 'ilos. En el acto nos pusimos en m~rcha picándole la retaguardia;
pero al llegar al río hubo mucha dcmoTa para pa arlo, porque
él había cortado el puente, dejando sólo dos vigas muy separadas;
con todo, por allí pasámo ; pero Hernándcz e taba parapetado en
un alto que por su situación u a imposible atacarlo por ser inexpugnable,
ha ta el extremo de que con 20 homlJres se impide el pa o á
mil. Por tanto, turimos que contramarchar para el pueblo de las
Angu tias, y allí pernoctámos, pasando la noche á la intemperie.
Al día siguiente muy temprano marchámos para Pamplona;
en e te lug-ar pasámos la noche. Al otro día marchámos para Mutiscua.
\Vilches estaba con su gente en el pueblo de Chopo; tan
pronto como salímos, él ocupó la población que nosotros abandonábamos.
Llegá.mos á Mutiscua, y continuando nuestra marcha salfmos
al alto de La Piñuela, en el páramo. En este Alto se dividen dos
caminos: el que va para Silos y el que sigue para Bucaramanga.
Nuestra intención era salir por el de Silos. Empezámos á subir una
loma, y á muy poca distancia nos empezó á tirotear la gente de
Hernández, que había salido adelante de nosotros. Por ser ya tarde,
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Boletín Milittlr de Colombia
.\._ 219 _.)
dispusieron nuestros Jefes que permaneciéramos en este punto: cada
uno acampó donde estaba parado. Al día siguiente hubo un desacuerdo
entre los J efes, porque unos querían tomar la vía de Bucaramanga,
y el General Posada opinaba que era mejor contramarchar
á Mutiscua, pues por allí había un camino que conducía á
Cupagá, y de este modo se podía de!>cansar. Inmediatamente desfiló
con alguna gente. Viendo el resto de la fuerza que él tomaba
esa vía, emprendió marcha por la misma.
Al llegar al pueblo, por el lado izquierdo, hay un camino que
faldea un cerro muy elevado, y cruza un puente. Cuando lo habían
pasado algunos, vimos desfilar las fuerzas enemigas que estaban
acampadas en el Alto de Calderas. Tan pronto como se divisaron,
todos Jos que no habían pasado e lanzaron sobre aquéllas con las
pocas municiones que tenían, para tirotearlas, lo que dio por resultado
que la. derrotaron; pero como las fuerzas de \Vilches
eran conocedoras de esos campos, se escurrieron por muy abajo del
río, y trepando una loma, nos salieron al frente de la YÍa que llevábam
)S. Cu1.nclo lo que estaban en el Alto vieron que se nos
atacab:1 por retaguardia, empezaron á bajar nuevamente en número
considerable por el camino que habían abandonado, haciendo
fueo-J en di tintas direcciones. Como nuestra gente estaba desarmada
por falta de municiones, tuvo que abandonar el campo.
El enemigo inmediatamente tomó el puente, lo que dio por resultado
que todos los que habíamos pa ado, fuéramos atacados de
frente y por retaguardia, cayendo prisioneros rasi la totalidad,
pues pocos fuimo lo que nos salv:imo .
Los prisioneros fueron llevados al pueblo, y la iglesia fue habilitada
de drcel. Yo no caí prisionero aquella tard _,, por 1ue me
metí uentro de una zanja, en donde espert.S la noche, y permanecí
como hasta las cuatro de la mañana, hora en que salí de tal escondite
y me dirigí i una casa inmediata. Tan pronto corno llegué,
salió un'l mujer y me dijo: ¿Quién es usted'? Le contesté que
era uno de 1 s derrotados. Me hizo entrar, y al acercarme á la
put rla, vi que en dirr.::cción á donde yo estaba venía un hombre.
Sabed r de que era perseguido por no haberme entregado, le dije
á la mujer: ¿ D 'nde me puedo ocultar? No tenga cuidado, que el
que llega es el Alcaldt::. E un ~cñor muy bueno y conservador.
Al llegar é_te, la mujer 1~ manifestó que en su ca a había admitido
á un señor de los derrotados. Le contestó que había hecho muv
bien, porque a í deb~ procederse con toda persona que se halla
en desgracia. A mí me dijo: Soy el Alcalde, no tenga cuidado.
Ahora no· vamos junto para el pueblo, n donde está el Coronel
Hern:índez recibiendo lo~ pri~ioneros que han caído hoy. Le manifesté
que era mejor que me dejara libre en el lugar en que me
hallaba. Me contestó que no podía, porque si lo llegaba á saber
el Coron 1, podía perjudicarlo, y agregó: No tenga cuidado. Yo
lo presento y le digo que en mi casa lo encontré.
Marchámos para el pueblo, donde me presentó al Coronel,
quien después de manifestarme no tuviera cuidado, me condujo á
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Bol~tín Militar de Colombia
'- 220 _J
donde estaban los otros señores, y al entrar les dijo: Aquí tienen
ustedes á otro compañero.
Me sorprendí al ver allí al General Posada, al Dr. José María
Samper, á los Sres. Hoyos y á otros compañeros.
A las cuatro de la tarde se presentó el Coronel Hernández y
nos dijo: "Tenemos que marchar para Pamplona, porque no tengo
orden de permanecer aquí." Inmediatamente contestó el General
Posada: "todos estamo á su disposición, de manera que puede
disponer lo que á bien tenga y estime conveniente." Partímos,
pues, para Pamplona, diciéndonos aquel Jefe al tiempo de marchar:
j Caballeros, ustedes no van con escolta, irán bajo su palabra
de honor rle cumplir lo ordenado !
CcnHnÚil
---= Variedades
PEREGRINACION DE ALPHA
1
POR :UA, 'UEL ANCIZAR
(Continúa)
A 1 ,8o6 metros de altura sobre el mar, y batido por los vientos
libres de la cordillera, disfruta este pueblo de una temperatura
media t.k 20° centfgrados y Je ext: lente clima; beneficios que,
unidos á la sencillez de co tumbres, 1 s afianza la longevidad, así
como encuentran una fuente de salu<.l en la vi<.la que llevan, necesariamente
laboriosa, pues no habitan un suelo tan fértil que les
di pcnse de asiduas tar as para sacar de su seno las cosechas con
que se alimenran, y además de ellas, añil, panela y algodón, por
valor de S I 5,700 anuales, cuya irculación anima el tráfico interior.
Hay una escuela pública con 47 niños, lo que es bien poco
para 5,500 habitantes que cuenta el distrito. Nac n al año 170 y
fallecen 64, qucdanJo por consiguiente un aumento de ro6 individuos,
de los cual s 30 son hijos naturales; mal de que adolecen
todos nuestros pueblos por las grandes distancias que de la parroquia
dividen á los moradores, por el alto precio para ellos á que
se vende el Sacramento del matrimonio, y por un resto de las
costumbres sueltas de los indios, transmitidas á lo más pobre de la
población agrícola.
Hacia el N. de San Gil no hay más Distritos que los dos ya
nombrados, por lo cual hubimos de retroceder en demanda de
Mogotes, primero de los que se hallan al S. del cantón. El ter ritorío
que se recorre presenta una serie de ramblas y recuestos alternados,
que sin perjudicar la bondad del camino, lo hacen entre-
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Boletín Militar de C olombia
'- 221 _)
tenido por la variedad d e l os paisajes, ora enriquecidos con prósperas
se me n teras de todo linaj e d e f rutos, ora so litarios y a g re st es,
p er o si empre verdes , ll e nos de frescura y amenidad . Pas ados los
ríos T ubuga, Cuchicuira y Mogotico, en el punto en que se juntan
para form11 r el Monas, se entra de repente en una llanura pe rfe ctamente
pla na, q ue en la d irecc ión N-E. S-E., se prol onga casi
tres leguas, m idiendo en lo más a ncho una legua . Cíñe nla, como
el óvalo de un medall ón, dos ramales desprendidos de la serranía
principal, compuestos de cerros lavados y desgastados hacia el llano ,
most rando .n lo alto las crestas desiguales y ari tas afiladas del
n úcleo descubierto, n o ya formado de estratas más ó menos co ncordantes,
como e l grueso de la serranía, sino de masas esquistosas
en que abundan escamas brillantes d talco ; al paso que en lo
bajo constan de una aglomeración confu a de margas abigarradas
que ruedan hasta las márgenes d ·1 río 1IoO"otico, canal labrado
por las a•ruas primitiva aposentadas allí como en una g-ran taza,
de la cual se deslizaron cayendo sobre el mi ·mo río Monas y de jando
n seco la bella planicie en cuyo centro _e halla 1 pueblo
de ~ .fugot s . Con ta éste de un caserío c.·tenso, interrumpido á trecho
por ruina r ci ntes ck habitaciones, donde antes moraba n
familias acomodadas, industriosas y pacíficas, que en número de
700 in lividuos hubieron u abandonrara é
invita al descanso. Tanta es la fuerza de esta costumbre, que sentí
una especie de pesar cuando me convencí de que Petaquero no
tiene campanario, cual si leyera la intimación de no haber hospitalidad
para el viandante, por necesitado que llegase al reducido
caserío. "Las iglesias comunican á nuestras aldeas un carácter
singularmente moral. Las miradas del viajero se detienen y fijan
sobre la cruz del campanario, cuyo aspecto suscita multitud de
afectos y de recuerdos. Aquel campanario es el túmulo en torno
del cual duermen los abuelos y deudos de los moradores; y es al
mismo tiempo un monumento de alegría, que con sus bulliciosas
campanas anuncia la existencia de los fieles. Allí se unen los esposos
con religioso vínculo; allí se prosterna el cristiano ante los altares
sagrados: el débil, para invocar al Dios fuerte, el culpable,
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~oletín Militar de Colombia
\.._ 224 _J
para implorar al Dios misericordioso; el inocente, para cantar al
Dios de bondad. Por pequeño y solitario que sea un lugar, se llena
de vida y de misterios desde que en él se levanta un campanario
rústico: las plácidas ideas de pastor y rebailo, de asilo para el peregrinante,
de limosna para el menesteroso, de hospitalidad y fraternidad
cristianas, brotan consoladoras á la sombra del campanario,
emblema de los tiempos de gracia y de caridad." *
¡ Cuán noble y reverenciado sería el oficio de los Párrocos si
comprendieran la antiJau de su carácter y la g-randeza moral de
sus funciones, que no son de lucro ruin ni de intrigas opresoras,
sino de protección y civilización, de a'11or y beneficencia! t
D •jando á Petar¡uero, su casas pajizas y sus lindas mujeres,
prosigue al Sur el camino para Onzaga. al través de serranías y
estribos menores trastornados por alg-ún terremoto que pu o al
descubiert su esqueleto g-ranitoid , cobijado en parte por terreno
de formación intermediaria, y en parte por el secundario inferior.
Las quiebras y llanuritas contienen grue os lecho de acarreo, exc~
Jente- par'a cualquier g-énero de cultivo, los cuales cesan á las 3
leguas de camino, por la interposición de un ramal de la cordillera,
que dividida en dos, ciñe la hoya de Onzaga. Una cuPsta rápida
nos condujo al Alto del Manco, 2,401':' metros sobre el ni\ el del
mar, dejand atrás 21° de temperatura, para llegar á la de I7°
del centígrado. l.!.n la cumbre se hallan dos ranchos miserables,
ocupados por una familia tan pobre como numero ·a. Los YC tidos
de bayeta y el hablar con los dientes apr ~tados, ·onando mucho
las, indicaban ser gcntt.: u/11osa, nombre que Jos halJitant s de las
tierras bajas dan á los ue las cordilleras: eran los primeros que
yo, 1 ijo también de lo Ancl s, en contra la de pué: d largas corr~..:
rfa por tierras calient s; a í como en J.anuritas que coronaban
la altm--t se me pre ·ntaron de nuevo las flor s de achicoria, pcculiare.
de la r g-ión andina, recordánck1me las praderías verdeesmeralda,
tachonadas de tr !la amarilla , que en guisa de alfombras
tendidas á los pies de Bogotá, cubren y alegran sus alrededores.
1\I1 pensamientos volaron lejos, y con los ojos clavados
en las hum:ldes florecillas, w·rman cí abstraído d~ cuanto me rodeaba-
¿Scrá una debilidad, será una virtud este amor profundo,
indeliberad , que los naturales de la cordillera profesan al lugar
nativo, haciendo palpitar el corazón lo mismo bajo la ruana del
indio a(rricultor, que bajo el frac del hombre blanco de las ciudades?
Sacóme de mi di!)tracción la voz clara y tímida de una
muchachita, que con acento perfectamente reinoso contestaba:
"Mi mamá está hallá abajo motilando una oveja." Volvíme, y encontré
siete criaturas, que apiñadas unas contra otras, rodeaban á
mi compañero, mirand con ojos dilatados los barómetros que armaba
delante del rancho.
ConHnúa
• CHATEAUBRIAND-Mé/angt.r.
t Dic!1o está que el autor no era católico.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 7", -:-, 1902. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691184/), el día 2025-05-08.
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