SERIE III- TOlJfO I
GENERAL
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CtfQOQ oqzález '$aleqda
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Boletín Milit r de Colombia
"- 258 _.)
-= Oficial -
UM R 34 DE 1902
(Fl~BRKR 18)
r el cual e hace una promoción
El Ycepr~ t"denü de la Rcjníblita ~11ca1 gado del Poda· .F:;'eculiv•,
DF. ETA
Comuníquc e y pulJlíquc ·
a 1 n Bog tá á 1 br:er le 1902.
J f U L M RROQUIN
.. 1 Mini tr rra J RI 1 IDE FER ·J.. ·mtz ·
h R .... T 2 8 E 1902
l•F lUR 14
I r 1 cual onfier un a censo
El Víupnu'den/c de la Rep1íbl/ra ~ncargado d~l Podu Ejuut/vo.
DE • R l•. T A
r neral graduado al ·r. Coro-
.. tado yor d la olumna
r. icepresid nte de
1 •0 d '!.nero del año n curso.
al Honorable enado en sus
on titucional
ado en og tá., á 1 t· de 1 go2.
J E MA EL MAR
1 Ministro de .TUerr RI TlDJi.
,
R 'A .DEZ
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Boletín ilit 1" eC lon1 bia
'- 25 _.1
ECRET 293 1902
(I<'EBRERO IS)
por 1 u l se hace un nombramiento
El Víc~presüi~nü de la ReptíbHca, are rgado dd Poder Ejeculwo~
DE RETA
Artículo único. 6mbrase 1ilitar de la Plaza de
Honda al r. Dioni i Poi neo n r m 1 zo el General José
Indaburu asimilado á Comandante g neral de División.
Comuníquese y publíqu e.
Dado en Bogotá á 1 S de Febrero de 1902.
JO E M UEL MARROQUIN
El Mini tro de Guerra, ARISTIDE FER.·Á, ·n~:z
DECRET UM R 297 DE 190~
(FEBRERO 1 5)
por el cual e hnce- un nombramient.>
'1 Vú:~pruz'denle de la Repríbb'ca, el/cargado del Pt~de1· Ejeculz7o,
DECRETA
Artículo único. 6mbra e al General Alcides Arzayús jefe
de Estado Mayor de la Comandancia Militar de la Plaza, sin per- ·
juicio de que continúe ejerciendo la funciones que le determina
el Decreto número 208 de 3 del pre ente.
Comuníquese.
Dado en Bogotá, á 15 de Fe rero de 1902.
JO E NUEL MARR QUIN
El Ministro de uerra, ARI TlDES FERNÁNDEZ
DECRET NUMERO 29) DE 1 2
(FEBRERO 1 S)
por el cual se hacen varios nombramientos
.El Vzeepru/dmte de la ReplíbHca, eJZca ."gadtJ del Poder .E]uu/t"v()
DECRETA
Artículo único. Hácense lo siguientes nombramiento de empleados
para el Cuartel general de la Comandancia Militar de Ja
Plaza:
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Boletín Militar de Colombia
'- 26o __../
Primeros Ayudantes generales, Generales Celso Salgar y
Santiago Vesga, Coronel Jesús Marfa Osorio, y Tenientes Coroneles
Agustín Ji ménez y Proto Morales.
egundos yudantes generales, argentos Mayores Rafael
Betancourt y Mio-uel . López.
djuntos, 'renientes Luciano Gonzá!ez y ilvestre Otálora.
Comuníquese y pu Hquese.
Dado en Bogotá, á 15 de Fe r ro de 1902.
JO E MANUEL MARROQUJN
El Ministro de uerra, ARISTIDE FERl ÁNDEZ
DECRET NUMER 306 DE 1902
( FEBREltO I 5)
por el ual se d~ una autoriz ci · n
El Viupt e ide11/e de la Reptíbl/ca, encar~ado del Poder Ejecufzvo
DECRETA
rtículo único. utorízase al r. Jefe Civil y Militar de la
Provincia de Guata vita para organizar una compañía suelta, que
quedará. bajo sus inmediatas órdenes.
Comuníquese y publíques .
Dado en Bogotá, á rs de Febrero de 1902.
JO .. E MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 307 DE rgoz
(FEBRERO I 3)
por el cual se hace un nombramiento
El Vtcepresidenle de la Repzíbb'ca uuargado del Poder .Ejecullv'
DECRETA
rtículo único. Nómbrase Auditor de Guerra de la 10! Divisten
comandada por el General Manuel D. Cañadas, al Sr. Coronel
Didacio Delo-ado a imilado á primer Jefe de Cuerpo para
lo efecto fiscale .
Comuní uese y publíquese.
Dado en Bogoti, á 1 S de Febrero de 1902.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El 1ini tro de uerra, RI TIDE FERNÁNoEz
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Boletín Militar de Colombia
\..._ 261 --'
DECRETO NUMERO 309 DE 1902
(FEBRERO 1 5)
por el cual se llama al servicio activo á un Jefe y se le destina
El Viúpresidenle de la Repzí.6li'ca, encargado dd Poder EjecuHvo,
DECRETA
Artículo único. Llámase al ervicio activo al General Aniceto
Polanco, y destínasele al puesto de Jefe de Estado Mayor de la División
MarroqttÍ1l.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 15 de Febrero de 1902.
JOSE MA UEL MARROQUIN
Rl Ministro de Guerra, ARISTIDES FER..~ÁNDXZ
DE.CRETO NUMER0 .. 1319 DE 1902
(FEBRERO 18)
que deroga el marcado con el número u6¡ de 2 de Octubre de 1901, que cre6
la Jefatura Civil y .1. Iilitar de Girardot
El Ví'upr1süiente de la R~plíblica, encargado del Poder .E.fecttH'lltJ,
DECRETA
Art. 1.0 Derógase el Decreto número I 167 de 2 de Octubre
rgot, que creó la Jefatura Ci il y Militar de Girardot.
Art. 2.0 El Municipio de Girardot volverá á se; regido por
un Alcalde, de nombramiento del jefe Civil y Militar de la Provincia
de Tequendama, á la cual pertenece dicho Municipio .
Art. 3.0 El I-lospital Militar de Girardot continuará al servicio,
y su administración dependerá de la Alcaldía del Municipio.
Art. 4.0 El Hospital seguirá funcionando con el tren de empleados
siguiente :
Un Capellán de Ho pitales y fuerza, a imilado á Coronel.
Un Médico de Hospitales y fuerza, a ~ :milado á Comandante
en Jefe · tres Hermanas de la Caridad, con asimilación de Capitanes.
Un Síndico Contador y Pagador, con sue ldo de Teniente Coronel.
Los sirvientes que sean necc arios, asimilados á ubtenient s .
Art. 5. 0 Los gastos del I-Io pital Militar se imputarán al Departamento
de Guerra, y e harán por cuentas de cobro de los
interesados, que llevarán el 'E corriente , del Médico y el 'Págue
e ·· del Alcalde.
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Boletín I\'Iilitar de Colotnbia
'- 262 __,
rt. 6.0 Los fondos necesarios para el sostenimiento del Hospital
se suministrarán por medio de remesa.s a] {ndico Pagad?r,
quien deberá prestar caución de b~en man~J.O por la su~~ <:Ie dtez
mil pesos ( ro,ooo) ante la autondad pohttca del Muntc1p10.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 18 de Febrero de 1902.
JO E MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDE FER f.. DEZ .
DECRETO UMERO 332 DE 1902
(FEBRERO 20)
por el cual se hace un nombramiento
El Vicepres1'denle de la Repúbl/ca, encargado del Poder Ejuutivo,
DECRETA
Artículo único. ómbrase al r. Eustasio Angulo Habilitado
de la Sección de Inválidos, a~imilado á Capitán para los efectos
fiscales, por excusa aceptada al Sr. ntonio José Escobar.
Comuníque e y pub1íquese.
Dado en ogotá á 20 de Febrero de 1902.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra RISTIDES FERNÁ ·oxz
ECRETO UMERO ~35 DE rgoz
(FEBRERO 20)
por el cual se~umenta la asimilación de los empleados de la Telefonía del
Ministerio de Guerra
El Vicepresidente de la Repríblica, encargado del Poder .F;Jeculivo,
DECRETA
Artículo único. esde el 1.0 del pre ente mes en adelante, y
mientras dure perturbado el orden público, la asimilación de los
empleados de la Tel fonía del Ministerio de Guerra para los efectos
fiscales, set á la siguiente :
El jefe de la oficina, asimilado á Sargento Mayor segundo
jefe de uerpo.
Tres yudantes de la mi ma, a imitados á Capitanes.
Comuníquese y publíquese.
D.1do en Bogotá, á 20 de ~ebrero de 1902.
JO E MANUEk MARROQUIN
El Ministro de Guerra, AlusTrox FxRNÁNDEZ
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B letín Militar l Colornbia
\..._ 263 _J
DECRETO UMER 336 DE 1902
(FEBRERO 20)
por d cual se hace una rotnoción y se confiere una autorización
El Vicepruidenle de la Reptíbl/ca:~ encargado del Poder .Ejeculiv11
DECRETA
Art. 1.0 Promuéve e al en r 1 Obdulio Garavito del puesto
de Comandante general de la 2.• División del Ejército que comanda
el General Ernesto Restrepo Tirado al de Comandante Militar
de Ja Plaza de Pacho.
rt. 2.° Facúltase al expresado General Garavito para nom-brar
do yudante del grado de Coronel y Teniente Coronel.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá:~ á 20 de Febrero de 1902.
JO 'E MA UEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra ARIS'TIDE FE~ ÁNDEZ
DECR TO UMERO 347 DE rgo2
(FEBRERO 2 I )
por el cual se fija sueldo á un empleado
El Viápresidenle de la Repúblü:a, encargado del Poder EjecuNvo,
DECRETA
Artículo único. La asignación de que disfrutará el General
Alcides Arzayús, en u carácter de Inspector Organizador de las
fuerzas que se hallan en la cap1lal de la República, será la de Comandante
general did ionario.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 2 1 de Febrero de 1902.
JO E MA UEL M RROQUIN
El Ministro de Guerra, ARrsTIDES FERNÁ .. DEZ
DE ... RET U ERO 349 DE rgo2
(FEBRERO 2 1)
por el cual se fija una asimilación
El Vícepresz'denü de la Rep!Íbbca, encargado del Poder Eject11/V()1
DE ETA
Artículo único. A imílas al r. Policarpo Pizarro, Médico
Visitador de los Cuerpos que se hallan acantonados en la e pital
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Bol etín Militar de Colombia
'- 264 ..J
de la República y encargado de los reconocimientos, á Comandante
general de División .
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á. 2 I de Febrero de 1902.
JOSE MA UEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARisTmE.S FERN.Á IDEZ
DECRETO UMERO 355 DE 1902
(FEBRERO 22)
por el cual se aumentan unas asignaciones mintares
El Vicepresidente de la Rtpúblú:a, encargado del Poder Ejeculiv#,
Dl!:CRETA
Art. 1.0 Desde el I .0 del mes entrante los empleados del
Cuartel general del Ejército Permanente gozarán de las siguientes
asignaciones, sin ningún sobresueldo :
El Comandante en Jefe, mil pesos mensuales.
El Jefe de Estado Mayor general, novecientos pesos .
El Inspector general del jército, novecientos pesos.
Los tres Jefes de Mesa ochociento cincuenta pesos.
Dos Generales, primeros Ayudantes, con servicio permanente
ochocientos pesos cada uno.
' Dos Coroneles, primeros Ayudantes, seiscientos pesos cada
uno con servicio permanente.
'Dos Tenientes Coroneles, segundos Ayudante , con servicio
permanente, quinientos pesos cada uno.
Dos argentas Mayores, segundos Ayudantes, con servicio
permanente cuatrocientos pesos cada uno.
Dos Capitanes Adjuntos con servicio permanente, doscientos
cincu nta pesos cada uno.
Dos Tenientes Adjuntos, con servicio permanente, doscientos
cincuenta pesos cada uno.
Dos Subtenientes, con servicio ermanente doscientos pesos
cada uno.
Art. 2.0 Los demás Generales Jefes y Oficiales que sean de-tinados
al Cuartel General del Ejército, devengarán el sueldo de
us respecti os grados.
Art. 3.0 Este Decreto regirá mientras dure turbado el orden
público.
Dado en Bogotá, á 22 de Febrero de 1902 .
JOSE M UEL MARROQUIN
El r 1inistro de Go ierno FRANCisco ME DOZA P.-El 1inistro
ae Instrucción Pública, encargado del Despacho de Relaciones
Exteriores, JosÉ JoAQUÍN CAsAs-El ubsecrelario del 1;Iiní terio de
Hacienda, encargado del Despacho, Jo É R.AltóN LAGo-El Ministro
de Guerra, ARISTIDBS FxRN.Á.Nox.z-El Ministro del Tesoro,
~GUSTÍN lJ~I»E.
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\.._ 265 ...../
-Doctrinal-
MANUAL PARA LA PREPARACIÓN
.... 1 DE LA COMPA I AL COMBATE
POR EL GENERAL DRAGOMIROFF *
59.-MA IOBRAS CON Fl r TÁCTICO-Las maniobras COn fin táctiCO
tienen por objeto de arrollar, entre los Jefes y la tropa, ~l arte de
tomar la posición m á entajosa en relación al adversa río, y de
vencer los obstáculos del terreno ó ara aprovechar e de las sinuosidades
de éste para defenderse tanto durante las marchas
como durante el combate. Si la serie de ejercicio tocantes á la
aplicación del Reglamento se recorre como conviene no podemos
suponer que haya circun tancia en que la compañía pueda caer
de prevenida por alguna eventualidad.
6o.-MARCH s. Se llegará con facilidad y prontitud á enseñar á
los Jefes y á la tropa á que fijen u atención en el terreno durante
las marcha , con tal que e sepa apro echar el tiempo, en vez
de desperdiciarlo co1no al pre ente, sin provecho para la instrucción,
en las marchas de ida y vuelta á la plaza de ejercicios, al
campo de maniobras, al de tiro al polígono de gimnástica.
Un buen instructor debe ejercitar á sus tropas desde el momento
mismo n que la compañía deja el lugar en donde está in -
talada, y no cesar sino hasta cuand ella ha vuelto al mismo sitio;
esto dará doble ventaja : economía dt tiempo por una parte, y por
otra se aprovechará cada paso en eneficio de la instrucción.
Hay que fijar como regla in\·ariabl , que la compañía no
efectlÍe nunca un cambio de itio, d la clase de 1 s que se acaban
e citar sin una vanguardia precedida por patrulla de exploradores.
Pocos instante antes de comenzar la marcha el jefe
de compañía desprende unos diez hombres al mando de un cabo ó
sargento inteligente á quien ha ordenado que ocul t us hombres
uno por un á los lado del camino, letrás d los objetos que se
encuentren en una zona de roo pasos á derecha y á i¿qui rd de
la vía. Estos hombre reúnen á las patrulla cuando éstas los
encuentran.
Est.a es una ¡.>ráctica excelent para d arrollar la costumbre
de explorar el terreno. o 1·equier sesione de in trucción esp -
cial y al propio iempo ha itúa á la ti· pa en las prácticas que
reclama l eguridad durante las marcha de guen·a. demá ,
obliga á lo soldados á erder poc á poco la inclinación que tie-
' V én.se el Boldln llflltlm números r. 0 á 4 de la se ric r 1 En oro de I SOl.
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Boletín Militar de Colombia
'- 266 _J
nen si m r á formar grupo, y los obliga á escu riñar una exten-sión
te rreno más ó menos considerable.
61.-To o los hombres de la compañfa d en, á u vez, formar
parte d la atrulla d xploradorcs y d l destacamento
que se pone en lo escondrijos. El arte e ocultarse di stramente
n un terreno atrav sado por el enemigo, e también muy
útil para la guerra · i se cuenta con oldados hábile en esta clase
de ejercicio , e puede llegar algunas veces á conocer, con más
pormenorc y meno érdidas, lo que pa a en el campamento enemigo.
62.- medida que 1 oldados e perfeccionan n esta prác-tica,
se pued aumentar progre ivamente la zona d l terreno por
reconocer ha ta 400 pas á cada lado del camino.
63.-MA !OBRAS ~N I.A ZONA DE LOS FUEGO -ÜBSERVACIO .. rES GENERALES-
Para e ta da e de instrucción no hay necesidad de cornetas,
y no hay que hacer uso del tambor ino n 1 momento del
asalto final · con el objeto de outen r más uniformida-i y el impulso
po ible para las e oluciones y otros movimientos es mejor prescindir
del tambor ; e ejecutan dando encillamente órdenes, y cada
uno, egún sus atribuciones, manda como conviene.
En el combate importa, ante todo, saber á dó1lde se vay por
qué y en egundo lugar tan sólo cuándo y en quJ orden es predso
ir. Los dos primero puntos-dir cción y objeto-no pueden manifestarse
ino por medio ~ . E QUE RE IBA Y POR TODO LOS 10 IltllE TO Q E EJECUTE L CO:MPA.
1 ~, S lE. A ELLA .n MA EN PRE-E CIA DRL E.TE~IIGO- Por esto,
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B letín Militar de Colombi
\._ 267 ._/
:;iernpre debe señalarse el lugar dond · s enLuentrc la cadena del
nemigo y el qu ocupe su reserva, y explicar bien tos dos
punto á la compañía. A e te re pecto conviene indicar objetos
bien visible y al propio tiempo venta jo os realmente para la de.
en iva, tales como aldeas, altura , orilla d o ques, alturas del
•camino posicione etrá de un paso de río, trinchera .
65.-CAMBTO DEL ORDE,T DE CAltO ·o AL ORDE ·DE CO.f13ATE- }llegar
como á un kilómetro de di tancia de una posición de sta cla-e
en orden d camino dada, hay que lOmar la formación de combate,
lo que debe efectuarse siempre en el mayor orden, es decir,
dden~r la cabeza d~ la compaíiía, ordenar que se cierren las dúla11cias y
no diSponer síllo en seguida el cambzo de formación
66.-Dl POSICIÓ. Jl'IClAL DE LA CADE • Y DE LA RESERY -Cuando
la anguardia no se compone ino de una ección, e dispersa íntegra
en tirador y s con ierte al propio tiempo n una línea de
exploradores y en cadena de combate. Luégo avanza, ha ta el
momento en que llega á cierta distancia de la posición atacada,
desde la cual pueda alcanzar con sus fuego al enemigo. .. ntonces
la compañía se <.letienc y toma posición como lo diremos ad lante.
(Véase 77 y siguientes).
La cadena también se deti ne á la indicaciones de su jefe.
Los consejos que contiene el Reglamento en cuanto á utilización
del terreno por medio de la cadena y las fre erva , e man
·enen en todo su vigor y deben ser conocidos de todo el personal
e la compañía. Aquí no e proponen sino alguna aclaraciones
respecto de la manera de pon r en obra sto consejos.
67.-CüANDO ESTÁ EL E ~E.UGO AL FRE TE, E PRECISO IE~t:PRE Y
.A iTE TODO PE. AR EN COLOCAR E E~ J. A CO~DICIONES ?l!J-{S VE. TAJOS S
PARA CAuSARLE D\.-0. O ES SINO DE PUÉ DE LLE •AR F. TA CONDICIÓN
CUA. DO ES PF.R UTIDO PE1 AR E. BUSCAR ABRIGOS PARA UNO.
68.-Partiendo de ahí, un tirador, tomado ai ladam nte, estará.
bien colocado: I . 0 i entre él y la posición ocupada por el enemigo
no hay objeto que le oculte esta posición ; 2.0 i tiene punto
de apoyo par ~u fu il ; 3. 0 En fin i disfruta al mismo tiempo de
má 6 menos defensa,
Toda posición que le oculte al tirador el enemigo, debe re~
hazar e, aun cuando ll ne la dos últimas condiciones; toda posición
que permite ver al nemigo, cubri ndo al tirador, pero que
• Aun cuando el prolongamiento ele la columna, por una un! ad tan dé-il
como un compailí~, no u ele tener influencia sensible .en l:l rapulez del paso
i la or en de combate, hay que p nsar que para unidades más considerables,
e te rolongamicnlo se hace muy perjudicial para la buena eje cución ele sta
evoluciñn. y, por tanto, es mejor que la costumbre de detener la cabera ele la
columna y de hacer e rechar la di. tancias, e haga como es de rutina. Por lo
demás, si el movimi nt se fcctún en un terreno difícil, cu ierto de maleza ,
por entr.c un bosque ·c., ·sta co · tumbre de aplicación nece aria basta para la
comp uí . •n cambio, i ., · tropieza de impro i o con el adversario. la cabeza
no espera la retaguardia; hay que atacar con rontitud con las fuerzas que hay.a
á mano, porque de otro modo el enemigo tendrá tiempo de tomar sus disposteiones.
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Boletín Militar de Colombia
'- 268 _;
no ofrece punto de apoyo para su a¡·ma, es menos buena que una
posici6n que procure este apoyo y en la que el tirador esté más á
descubierto.
6g.-El comandante de la cadena, eniendo en cuenta todas
estas condiciones, escoge la po ición de la línea, determina la longitud
total de ella y su dirección, y señala á cada escuadra su sector.
Si sobre el terren hay obje o visibles, el comandante de la
cadena designa los sectore de ella, por medio de estos objetos;
si no, dice ~z núnuro de pasos que deba ocupar cada escuadra (pero no
Jos que deban guardarse entr cada una) ; luégo los Jefes de sectores
de escuadra, á su turno señalan á cada uno de sus soldados
el sitio que deben tomar.
La colocación de cada tirador e deja á su propia voluntad;
no hay que rectificarla sino cuando el oldado se pone en condiciones
en que no le es posi 1 di parar sobre el enemigo. Cuando
la cadena ha ocupado su po ición, el Comandante la recorre, y
rectifica las faltas cometida en la colocación de los tiradores, dirigiéndose
á lo jefes de cuadra. Durante las primeras sesiones,
nada impide que el j fe de compañía verifique una ó dos
veces la colocación de la cadena. Al principio hay que tener el
mayor cuidado asible en colocar bien los tiradores sobre la cadena
y n cerciorarse de su colocación, d manera que lo tiradores
y los jefe. má inmediatos e a imilen bien aquello que se
necesita para ocupar una posición. Despues conviene dejar el
asunto á u iniciativa per onal, y exigir que la ocupación de la
posición se efec úe con rapidez.- Co11/ittúa
c.=---
LAS GRANDE BATALI.~AS D NAPOLEON
PO. DIC1r DX LONGLA 'Y
EssHnz.-(:JI y 22 de Mayo de z8o9)
(Concluye)
Ha llegado el momento d tomar la ofensiva. annes deja la
Divi~i.ón Boudet n .. sling, y se arroja á su ez sobre el centro
enem1go con un masa de einte mil soldados de infantería y con
seis mil de ballería, á fin d destru{rlo.
Nuestra aliente infantería avanza á la carrera : ya no se ve
nada, no se ye nada· se atravi sa por entre las sementeras, por
entre los v llados, por entre los fo o ; no se repara en los que
?a n ; n brcv~ alcanzamos al enemigo; nuestra ayonetas aguJere
n lo ' st1d bla neos, que o mi nzan á retrae der en desorden.
1 contemplar st 1 Archidu ue arios, se precipita á la
cabeza de us oldados para so t nerios, y toma n u manos el
estandarte del regimi nto de Zoch, 1 que "uel 'e á impulsar adelante.
us má v liente oficiales s n heridos al lad0 de éJ entre
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'- 26g _J
ellos el Conde Colloredo, á quien ve caer bajo este fuego espantoso,
y á quien estrecha la mano con dolor. Viendo á la infantería
austriaca desorganizada, Lann s arroja sobre ella á Bessieres y á
sus coraceros, que desbaratan varios cuadros del Cuerpo de Hohenzollern,
y toman prisioneros, cañones y banderas.
El Duque de Montebello, no dudando ya del éxito envía á
Napoleón uno de sus oficiales de Estado Mayor, el jefe de escuadrón
César de Laville, para informarle de sus progresos. Desgraciadamente,
en ese mismo instante dan una siniestra noticia al
Emperador: el gran puente establecido entre Elbersdorf y la isla
de Lobau acaba de desbaratarse por completo, en el momento en
que seis hermosos regimientos de coraceros, las dos Di visiones del
Mariscal Davout y las cajas del gran parque se preparaban á pa-ar
por él. Y no es tanto la falta de tropas lo que hay que lamentar,
puesto que los sesenta mil hombres que han pasado á la orilla
izquierda bastan para desbaratar el ejército austriaco, sino la de
municiones, de las cuales ya se ha consumido una cantidad enorme:
están casi agotadas, y en breve van á faltar por completo, sin que
se pueda reemplazarlas. A este a viso desastroso, Napoleón ordena
á Lannes suspender toda ofensiva y replegarse poco á poco sobre
la línea de Essling á Aspern, teniendo cuidado de economizar sus
municiones. Aprovechándose de esta tregua, el Archiduque Carlos
impulsa adelante la última reserva de granaderos y nos abruma
c on los fuegos de su poderosa artillería.
Nuestros regimientos retrogradan lentamente, con e l aplomo
ue conviene á los soldados veteranos que los componen, á pesar
de las balas de cañón austriacas, que arrebatan filas enteras; se
retiran como leon á quienes es peligroso perseguir. Los Cuerpos
ue pretenden e trecharles de muy cerca, sufren rudas cargas á
la bayone ta y son violentamente rechazados. En esta marcha retrógrada,
el caballeroso General Saint- Hilaire antiguo amigo de
apoleón, cae herido de mue rte por una bala de izcaíno.
El Archiduque Cados trata todavía de hacer una tentativa
desesperada sobr nuestro centro. La División Saint- Hilaire, que
desea vengar la muerte de u J efe, las dos Divisiones Oudinot y
la caballería, se acrifican de nuP.vo por la seguridad del Ejército.
uestras tropas dejan llegar la masa espesa del Cuerpo de Hohen.
zollern á medio alcance de fusil; luégo, mediante un fuego d mosquetería
y de metralla, di parado tan cerca y con tanta preci-ión,
se ve bien pronto aclararse las líneas del enemigo. Lannes,
aprovechándose de esas brecha , lanza contra ellos á nue tros coraceros;
el intrépido Príncipe jua:1 de Lichten tein, á su vez e les
opone resueltamente con su caballería; pero La alle y Marulaz
acuden con nuestro cazadores y nuestros hú ares en socorro de
los coraceros, y este inmenso terre no no pr sen ~n breve sino
una masa de quince mil jinetes franceses y austriacos acometiéndose
con furor, unidos cuando atacan, separados al volver, y que
tornan á juntarse sin cesar, para cargar de nuevo.
Después de esta larga lucha, el enemigo sed tiene como paralizado
enfrente de nuestro espa ldón, que se extiende de Essling
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\..._ ~70 _J
á Aspern. Nuestra artilleda, en parte de montada, permanece
sobre el reborde del foso, disparando con precisión pero con lentitud,
por lo esca o de las municiones, y suj~ta al f~ego de más de
do ciento cañone . uestros soldados de mfantena se parapetan
en el foso; nuestra caballería formando una cortina á retaguardia,
sufre con impa ibilidad admirable, y con el sable á la palda, un
fuego ince ante de cañón. La balas caen unas tras otras con rapidez
n las fila , cubriendo la tierra de caballos muertos con sus
jinetes; nadie e mue e. Hay que ostenerse hasta el fin del día,
so pena d hundir e en el Danubio, que continúa creciendo.
En e te momen o una de gracia e panto a ''iene á h rir al
Ejército. Mi ntras Lanncs acude á galope de un Cu rpo al otro
para ostener el valor d us soldado , un oficial, a ustado del peligro
que aquél corre, le ruega e d smonte para exponerse menos
á lo tiros d 1 enemigo. Lannes, á pesar de estar acostumbrado á
exponer la ida sigue el consejo · pero apenas ha bajado del caballo,
cuando una bala 1 alcanza y le rompe las dos rodillas. ~1
Mariscal essi r s y el Jefe de escuadrón César de Laville lo
recogen anegado en u angre y casi sin sentido; le extienden en
una apa de coracero y le transportan durante media legua con
ayuda de r mas de árboles de fusiles y de hierros cruzados, á
modo de camilla ha ta e 1 pequeño puente n donde e encuentra
una aml ulancia. E ta noticia, de que pronto nos informamos todos,
esparce una tristeza profunda n el Ejército. Pe1~o no s el momento
de llorar, porque 1 pe1ig1·o aumenta á cada in tante.
Detenido en el centro, el enemigo e arroja con furor tanto
más violento obre nue tra alas en A pern y en Essling. Del lado
de Aspern los ataques de los austriacos continúan sin tregua sobre
e ta infortunada aldea, que ya no e sino un montón de ruina
y de cadá \ere . o se camina sino obre escombros, sobre vigas
ardiendo ó sobre moribundos.
Los tiradores de la guardia joven, á pesar de u ardor juvenil,
á pesar de los jefes experimentados que les mandan e ven
arrojados fuera de la aldea. 1 punto Ma sena, que aun cuando
muerto de fatiga ha permanecido constantemente en medio de sus
soldados, hace avanzar en u ayuda los restos de u Divisiones.
egrand los impulsa y aparece por toda parte , con la punta de
u ombrero despedazada por una bala, y viéndose oblio-ado con
frecuencia á echar mano á la e pada para a artar d u pecho las
bayoneta enemigas. n breve e_.ste montón d ruinas humeantes
de A pern vuelve á caer en nuestras manos. Rechazado en nuestra
ala izquierda, el Archiduque Juan s arroja sobre nuestra derecha
para tomar á Essling, y marchando á la cabeza de sus granader.
os que .conduce personalm~nte, dirige un terrible ataque
o re el ntro d•la aldea.
Napoleón, con el fin de auxiliar á Bessi res, que ha reemplazado
á Lannes n ste punto, le env( los fusileros granadero y los
fusile1~os cazadores de la guardia, tro a admirable, formada durant
las campañas de Prusia hacia i-lnes de I 8o6, y próxima á
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lograr aquel grado de perf cción que se encuentra entre la extrema
juventud y la extrema vejez del soldado. Es el General Mouton
quien e t ncarga o de mandar e te Cuerpo escogido. ' Valiente
Mouton le dice el Emperador: haced un esfuerzo más para
alvar al Ejército· pero terminad porque despué de esto fu ~ ileros
ya no tengo sino á los granaderos y cazadore de la guardia
ieja último recurso de que no e puede hacer uso sino en caso
de desastre.'· ·
1outon párte con estos cuatro batallones de la guardia, divididos
en do columnas de á dos batallones cada una. E tiempo de
que llegue este acorro. El General Boudet defiende á Essling
desde la víspera · cinco veces los granaderos húngaros que conduce
el 1\.fariscal de Campo Aspre, han vuelto al ataque, y cinco
·eces han sido rechazados ya por el fuego de fusilería, ya por
carga á la bayoneta. pe arde todo, la aldea ha ido invadida ;
y Boudet e ha visto obligado á retirarse á un granero, amplio
edificio almenado como una fortaleza. lH se· so tiene con una indomalJle
t nacidad; pero acometido por toda parte va á sucumbir
cuando aparecen lo altos plumaje encarnados de los fusileros
de la guardia: son lo dos atallones de lo fusileros granaderos
conducidos por el Coronel Friederichs Mayor Comandante.
En e te ataque, el cabo Pierson, del primer atallón de los fusileros
granaderos, toma una bandera á los granaderos húngaros en
la aldea de Essling, á donde ha penetrado el primero.
Pero este primer refuerzo no e suficiente: el enemigo torna
á la carga. Rapp acude entonces á su encuentro con los dos batallones
de fusilero cazadores de la guardia que lleva el Coronel
Boyer, Mayor Corn;:LDdante de este Cuerpo escogido. Mouton y
f.tapp re uelven entonces dar una carga general á la bayoneta.
Ambos se estrechan la mano y acometen denodéLdamente á los
austriacos que no pueden r istir el choctue huyen de la aldea y
on ametrallados en u huída por la artillería de la isla Lobau.
Más de treinta horas cuenta ya esta lucha encarnizada é implaca-le.
El rchiduque Carlos, agotado, perdida toda esperan·za de
arrojarpos al Danubio, comienza también á carecer de municiones,
toma el artido de suspender e ta sangrienta atalla, una de las
más e pan tosa del siglo, y se resuelve á terminar la jornada, enviando
contra los Cuerpos colocado entre A pern y E slino- lo que
le queda de granadas y de balas.
Así, en tanto que en Aspern lo austriacos e encarnizan todavía
en disputar algunos re tos de esta d sdichada aldea hacia el
centro y hacia Essling l Archiduque Carlos hace su pender lo
ataques y se limita á ordenar ue a vanee su artillería para disparar
resueltamente sobre nuestras líneas.
uestra artillería, en part desmontada s d tiene á la orilla
del foso, dis arando con intervalos, hasta que oscurece. uestras
tropas, infantería y aballeda resisten con 1mpa ible inmovilida
los terribles fuego ... de la batería enemigas. Ante el
frente formado por los granaderos y los cazador s de á pie de la
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guardia vieja, entre Essling y el Danubio_, el enemigo fija sobre
este punto una línea de cincuenta cañones.
Vuelve á comenzar el cañoneo. La primera bala viene á herir
el muslo del caballo de apoleón; todos los viejos gruñones gritan
: u Abajo las armas, si el Emperador no se retira al punto 1 "
El General Dor enne que manda á los granaderos, se acerca á él y
le dice : 1 ire, retiraos; ú os hago sacar por mis granaderos.' Napoleón
vuelve á pasar entonces el pequeño puente y hace que pongan
una escala de cuerdas suspendida de lo alto de un abeto, y
desde allí contempla todo los movimientos del enemigo y los nuestros.
Una segunda bala de cañón hiere al sargento tambor del 1.0
de grar:aderos y lo divide en dos; pero esto no es sino el preludio.
Las cincuenta bocas de cañón de los austriacos disparan sin
tregua sobre los granaderos y los caza ores, que no pueden dar
un paso ni disparar un solo tiro de fusil. Los granadero no tienen
sino cuatro cañones y los cazadores dos, para contestar á Jos cincuenta
del enemigo. Las balas de cañón caen en la filas de estos
viejos soldados impasibles, y arrebatan filas de tres hombres á un
tiempo; las granadas pacen saltar los gorros de piel á einte pies
de alto. Tan pronto como una fila es destrufda, no e oye en medio
del ruido del cañón sino la voz penetrante de los Generales
Dorsenne y Soult, de los Coronele Curial y Gros, que mandan :
11
• Apoyao~ á la derecha cerrad las fila ! " Y los intréptdos soldados
obedecen.
Confiado en la po esión de Es ling, ue los fusileros de la
guardia ocupan, apoleón hace preguntar á Massena si puede
contar con la posesión de spern, porque en tanto que estos dos
puntos de apoy nos queden, Ja r tirada del ejército e tará egura.
El oficial del Estado Mayor enviado á 1\l!assena Jo encuentra
sentado sobre lo escombros abrumado por la fatiga, los ojos encendidos,
pero iem re lleno de la mi ma energía. Le transmite el
mensaje de que es portador, y Massena levantándose, le responde
con acento particular: 'Id á d cir al Emperador qu yo me
sostendré dos horas sei , veinticuatro, si son necesarias para la seguridad
d 1 jército."
En este momento me envían á mí con mi escua ra, con el fin
de escoltar un con oy de heridos que se retira por entre el bos-que
hacia 1 pequeño braz el Danubio. El aspeoto de es a
orillas lastima 1 corazón. Largas filas de heridos, unos arrastrándose
como u den otro colocados en brazos de los soldados,
6 en ti rra p rando ue lo~ tran porten á la I Ja de Lobau ;
caball ros desmontado , que arrojan lejo sus corazas para marchar
con más fadlidad; multitud de caballos heriüu que dirigen
instintivamente hacia 1 do para calmar la ed en sa aguas
Y que e nredan en las cuerdas del puente ; centenares de carro
dC: artill ría medio rotQ , una indeci 1 confusión y doloro o gemtdo.
s,-:-tal es la escena ue e pre enta y que nos entristece. Al
propto mstante descubrimo una litera llevada por dos granadero ,
un tambor y un coracero, en la cual está extendido e11Vlariscal
Lannes, á quien acaban de amputar una pierna.
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'- ~73 _j
vuelto de la isla de Lobau á la cabeza del
TOMO 1-18
ntr
pcr·.
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B letín Militar de Colombia
\_ 274 _./
herido y sin dueño val
río, para obligarlos
. Por último n t niendo) a que llenar
e ha ton,. rtido n suelo nemi-tirador
austriacos llueven toda-t
n J h·o como cuando alía de Génova
bajo 1 fuego de la scuadra inglesa.
1 puente, u la corri nte del río lleva
pronto hacia la otra orilla y n r o o minuto tá n )a isla de
obau. Lo au triacas ont ntan on pr enciar la r tirada YO-lunlaria
le su adv r ado .
te modu t rminó ta batalla d do dfa ... , una d las
má anoTi ntas del iglo que co~tó á lo austriaco ' inti~i te mil
hom re o entre mu rto y h ri o , y á nu tro jér i o quince mi)
fue1·a d om ate.
I'UR lA1 1!. 1. 1 1 >R !. H 'I RU A
(Continúa)
e cuadrone e reúnen á vanguardia,
n migo 6 atra·vesar su intervalos,
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B letín ilit r Co on1hia
'-- :a7s -'
i 1 r ha~ad 6 Ji mita a uélla á una
la
que,
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'- 276 -'
C BALLERtA CO)lTRA C B LLERÍA.-Las Cargas COntra otra caballería
se jccutan frent y d flanco procurando envolverla.
Para g narl n fuerza impul iva y chocar on ventaja, es necesario
adelan arse á t mar la iniciativa, pero dentro de límites moderado
qu ,·itcn 1 de orden prematuro y el agotamiento de la
fuerza e lo caballo ; or lo que i la caballería enemiga stá
muy di tante pref ril 1 aproximarse m niobrando al trote hasta
llegar á bu na di tancia.
L carga se fectúa comúnm nte n líne 6 en escalones, que
adelantan el ala corre pon ient al flanco aborda le del enemigo.
Cuan o arg:tn varia línea la prim ra ataca de frente y la s -
g·unda ae so r 1 ilanc . La r rva mantiene obre el ala más
descul>i rta, ui pu t á re hat'ar -1 ontraata ¡u de la d J contrario.
l mez lar
cort , p r u la
da, xio- · ad má un m vimi nto
del jin te, y regularm nte ·a á
jes sin producir efecto aJo-uno.
punta mejor que de
i m¡ t·e qu ~ la stocau
<.le cu re e 1 cuerpo
n los ca cos y correa-ierto
ldd
1 esata-
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'- 277 -J
CABALLER{A CONTRA ARTILLERÍA. - La acción de Ja caballería
contra la artillería puede er eficaz cuando 1 t n·eno permite acercar
e á cubierto de su fu o; sobr todo contr la baterías situada
en la la y mal so t nida , y contra la que puede sorprender
mamobrando. Las situacione nómala á ue da dgen con
frecuencia el de orden del cornb t • y 1 descuido en la aplicación
estricta e la n1edidas de seo-uridad pueden facilitar también el
a aque de un b tería en cual uiera otra circunstanci .
La car a contr grandes batería se ej cuta con numerosas
fuerza di pu tas en do ó tres líneas y abrazando un ancho frenl
que de borde las aJas y facilite n,·olv rla . Empieza -n unto
cubierto y no muy lejano del que urgen lo escuadrones á gran
velocidad, y salvando lo antes posi 1 la zona d fuegos ca n como
un huracán obre lo ft neos de la batería. La prim ra Jín a carga
de frente d plegada n guerrilla ó á discreción · la eo-unda sigue
en línea d trás de la ala , encargada e arrollar lo ostenes
y dar el at ue principal obre Jo flanco y i hay terc ra, marcha
detrá del ala má d(:scubierta, ó re artida en arnbas n pre\
ÍSión de un contraataque de la r serva de caballería contraria
y para apoyar 1 esfuerzo deci no.
n r e>imiento qu ataca una batería forma su primera línea
con u - cuadrón desplegado, 1 segunda con dos y la reserva
con el cuarto. La brigada se di one de un modo análogo,
pero si cons a de tres regimiento no pon uno entero n prim ra
línea, sino ólo dos e cuadrones · pues como se limita á. demostrar
y de e marchar dispersa ni nece it más f cti •o ni con\ eniente
desplegar ma_ ·or fuerza.
La carga contra artillería e apoya con fuerza de infantería
que se lanzan detrás de 1 s e cu dron y con olidan su triunfo. i
al iniciarse aquélla tien n facilidad d.c batirla sin of ncl r á é tos,
lo hacen con fuego rá ido hasta el momento en que puede series
peligro o.
Cuando la caballería logra sorprender una batería en marcha
maniobrando y poniendo los armones, no debe perd r la ocasión
de lan7.ar e sobr Ha á toda rien a.
CABALLERÍ so TE u:.·no Á ·.·' B TERÍ.- l ostén montado de
una batería se forma con tropa ligera ar·mada de carabina,
que puedan acompañarla á todo aires y d fend rla á pi y á caballo.
u di posición d f nsi a e cm jante á la de la infantería.
La guerrill y los sostenes ocupan su 1 ~.L~ os ie á ti rra ; la reserva
se antiene á caballo y nvía alguna I arejas á xplorar i
lo lejos y r correr lo puntos cubi rtos 6 fraga os por dond puede
desern ocar el enemigo.
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L
Boletín Militar l
L 278 - 1
lornbia
u; R D ~ MONT
(Continúa)
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en o er
retró ra
letín lilit r d e C olom b ia
'- 279 .J
e n
En cuant á la ca lt ría, obran misma razone , y
sólo lo cuerpo ligero on lo únic ue e en emplearse en esta
guerra, aliicio a, los hijos de la cual guardan á rancia,
desde Je na, un odio que no se xtinguirá nunca.
in mbargo á pe arde e ta inquietu sorda que dominaba
todos los e. píritus las esferas oficial e se mo tra an umergidas
en la más completa eguridad. En vano llega an d todos lados
avisos al -c'mperador. En 'ano el 'Teniente oron 1 toffel, agregado
militar de nuestt·a Em ajada n Berlín, le en\ iaba los informe
más instructivos, más precisos é inquietantes so re los repa-ativo
de Prusia. E tos informe se transmitían únicam nte al Mariscal
Le ceuf; y e] Mini tr de Guerra, que e creía, y que bien
pronto no aciló en decirlo púl licamente, li to, u cinco e e s listo, '
hacía cla ificar o documentos en una carp ta, limitándose á ponerles
al marg n 1 palabra cxageraá(m. l Mini t río e creía eguro
d_ la paz para r870. Ha tase hablaba d desarme.
En la reunión de) cuerpo leo-i la ti vo del 30 de Junio la oposicion
idió ue e redujes á 8o,ooo hom r s el conting nte que el
Gobi rno r ponía fijar en go,ooo. Un solo hombre político r clam6
que d bían ser 100,000. Fue M. Thiers quien algunos días más
tard , e n ric go de rder su popularidad iba á oponerse con
todas ·us fuerza á la guerra, orque ól él e daba cu nta xacta
de nuestra ituación y de nuestra debilid d.
ubió á la tribuna para llenar un d ber e uen ciu adano, y
pronunció un magnífico discurso qu asombra hoy por la profundidad
de miras y la admirabJ claro idenci qu rev la. Quisiera
poderlo citar ínt gro. -e 1 ilustre h ml>re de Estado 'eía con claridad.
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Boletín Militar de C lornbi
'-- 282 -'
Ya vana ece , eñaladamente en 1867, cuan se trató en
Franco a la o m pra del Lu .. ·em burgo u pertenecía á o landa
h . buena armonía a arent que reinaba entr Francia y Prusia,
e do en ligr o Quedó definiti amente r ta orla coue .tión
e pañola de la cual cr emo de er nuéstro recordar 1 s pnnctpale
inci en te o
Por ausa d una revolución 1 eina I abel II e'! vi oblig -
da en 186 á salir de paña. La Corres re ol vieron que la forma
de gobierno continuaría i ndo la monarquía, y bu caron un Prfncip
que uisiera aceptar el trono d E pañao
'rra 1 rga é inft·uctuo as diligencias cerca de algunas familia
reinante , la cor na pañola fue al fin aceptada por el
Príncipe Leopold de Hoh n7 11 rn, le una rama católica de la familia
real de Pru ia.
El ey uillermo n calidad jefe de la familia, dio su
con cntimiento ara e ta ac pt cióno
Fue en los primeros días de Julio de 1870 cuando se esparció
en lo círculos olíticos prim r , y de pués i n pronto en e l púJic
, 1 ruido de e ta negociaciones.
El 3 llegó de lfadri un despacho que decía así : El Maris-cal
Prim tá de 'u Ita o cleb re id ir, sta tard , un Con ejo de
Mini t¡·o en donde se tratarán cuestiones importante .
' La a erción de La Epoc re~ cto de negociaciones con un
Pdncipe d una f milia r inan~e del orte de lemania, es
ine.·actao •
El nue o e acho ri l, e ta v z una gravedad
que no se escapa á nadie:
Todo los Ministro artirán ta tarde para la Granja, en
donde - r unirán en cons. jo para di cutir la candidatura del
Príncipe Leopoldo de Hoh nzollcrn, quien ha aceptado la oferta
que e le ha hech de la Corona de E paña. •
Francia no habí sido consultada. EIJa se sentía á la ez herida
or e t pr ccdimiento ind bid y amenazada directamente
por e haz de lianza con que Prusia trataba de rodearla .
. En .r puesta á una interpelación que se le hizo en el Cuerpo
Leg1 lat1 v por L ochery, nue tro ini tro de Negocios ~ .·tranjero
, conf ó 1 6 de Julio que la noticia de que se hablal a era
e.· ta.
fat-i cal Prim h ofr ciclo al Pdncila
corona de E pai1a, y que este
u 1 1 to ví no e ha decl rado,
erdadero de una negociación
í e que una di cusión 1.0 conduciría
prácti o. r.ogamos eñore , ue Ja
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Boletín Ii lit r de C lon1bic
no he m o sali resp cto de los di ver o pr tendit;nte al trono,
d 1 más estricta neutralid d, ni h mo manifestado nunca por
ni no uno de ello ni prefer ncia ni despego.'' Y agregó, en medio
de lo aplausos ca i unánime d la mbl é\:
Persi tiremo n e ta conducta p ro no creemo que el re -
eto á lo derecho d un pue lo vecin no
una potencia e~·tr anjera, al colocar á uno e u Príncipe sobre
el trono de Carla v, ued interrum ir, e n detdment nué tro, el
equilibrio ctual de la fuerzas de Europf'\ y ponet· en peligro los
in et·e s } el honor de Francia.
Tenemos la firme esperanza de que no t·ealizará esta
veñtuali ad.
1 Para impedirla contamos á un tiempo con la cordura del
ue lo alemán y con la ami tad d 1 ueblo e pañol.
i a í no fuere, fuertes con nue tro apoyo y con 1 d nación,
abríamos cumplir nuestro deber in ebilidad.
En esta declaración 1 público io 1 u rr . ·ada, in em-bargo,
taba decidí . En el abinet los miembros dif rían de
inión, y no se había re uel~.o co a alguna. En tanto ue el
Mari cal Lebceuf con ideraba la guerra como inevita le, M. milio
Oli ,¡ r deseaba la paz y la creía todavía po ible. De pué de
1 declaración de M. de Gramont u e te despacho al Emerador:
ce La declaracicSn ha sid acogida en la Cámara con emoción
aplauso inmenso. La izquierda misma con xcepción de muy
pequeño número ha declarado u o tendt-á al Gobi rn . En el
primer momento el impul o hasta ha sobrepa ado al objeto que
·e tenía. e hubiera dicho ue era un eclaratoria de guerra.
Ie he aprovechado de una intei·pelaciOR 14. liOLLIEN
'Traducido para el Boletlu Ni/iltllr)
(Continúa)
Antes de medio día estábamos en Perico. Este escollo está
formado por rocas contra las cuales el agua se estr Ha con estrépito
y salta en olas de e puma blanquizca como á orillas del mar.
No se puede ya hacer uso del canalete ni del remo. Un boga se
arroja al agua, provisto de una cuerda que va á sujetar en tierra
á al,g-ún tronco de árbol, para que se pueda hacer avanzar la embarcaci6n
sobre esta amarra. Esta maniobra fue mal jecutada;
la cuerda se rompió, y la piragua zozobró en medio de la rocas;
quellos de mis boga que estaban conmigo e echaron al agua y
se salvaron nadando y al 11egar á tierra, me llamaron diciéndome
á gritos que la piragua estaba perdida y que era preciso abandonarla.
Yo no sé nad r · me vi, pue , obligado á permanecer sobre
la embarcación ladeada y me a í á ella . cada acudida se
hubiera dicho que staba amarrada á la rocas: no se movía ; yo
perman da encima del ag-ua, que felizmente esta a a tant baja;.
un poco más lejo m habría ahogado.
Todas mi speranzas, el fruto de ei me es d trabajo y d
paciencia staban en ta piragua. ¿ Qué hu iera hecho yo i los
fectos que cont nía e hubieran perdido . ¿,A quién me hubi ra
dirigido'. ¿En dónde habría encontrado auxilio en l e tado n
que me habría pre ntado á olicitarlo '? La ieda in en ible
á los naufragios ufridos en el rf ; la relación d los ligros que
allí se corr n hace onr ír.
Aturdido con 1 ruido del agua, irritado con los gritos de mis
bogas fugitivo alt' al a()"ua que me daba ha ta la 1 arba ; el
remo de que yo estaba armado en 1 mom nto del naufragio, me
irvió de palanca pat·a olinar la piragua. Los negro me ·cían
trabajar, y quedaron sorpt·endido del éxi o ; ste entimiento lo
volvi6 á traer á mi lado ; me ayudaron; nue tro e fuerz reunido
volví ·r.on á poner á flote 1a pira ua. V lv{ á ubir á lla; mis
marin ero g naron la orilla nadando y guiando con una amarra
la m ba ¡·caci6n por en medio de la roca .
uando e tuvimos seguro n tierr se desocupó la 1 h·agua;
1 agu arda en el fondo tod mi f ctos staban dañ Jos y
había perdido muchos . taba muy contento de haber escapado al
peligro ue me había am nazado, para que me inquietase mu ho
por este daño . in embargo. no pud menos de echar en cara á
los negr s su cobardía y el abandono en que m habían dejado ;
de al manera estaban avergonzado , que nada me r phcaron.
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'--- 286 _J
Pronto el sol secó la embarcación y vol vimos á subir á ella. An-.
tes de artir hice tomar todas las precauciones necesarias. Después
del accidente de por la mañana yo había adquirido una autoridad
que me permitía dirigirlo todo. Llegué pue , sin nuevo obstáculo
á Honda lugar que dista de Bogotá veintidós 1 PUa .
Honda está ituado n un valle cerrado or montañas ; el calor
es allí ago iador. Hay ue atr~vesar dos uentes ante de entrar.
El último e levanta sobre el Gualí torrente impetuoso que
~e reúne al I\.1agdalena. to uentes de madera están atr vidam
nte colocados sobre pedazos de roca que le sirven de estribos
que lo temblores de tierra hacen desplomar.
El que Honda sufrió hace quince años, ha dejado huella espanto
a e u de trozos: muchas casas y la iglesia misma están
en ruinas. in embargo todavía quedan alguno edificios ba tante
regulare Las cal1e~ e tán empedrada y so r ctas. Esta plaza
es importante, porque las embarcaciones que llegan de las provincias
marítimas se detienen en ella y depositan las mercaderías
que deben ser di tribuidas en la provincias interiores. e ha
establecido allí una oficina de aduanas.
Pa é á la opue ta orilla del Magdalena, en donde encuen-tra
1 camino para 1a capital. y me alegré mucho por dejar
al fin á mi oga . Encontré ho pitalidad n la casa del aduanero
y me apre uré 1: arr glar cu ntas con mis marineros. Otra dificultad
iba á detenerme : no tenía mula · había en el corral del aduanero
pero taban de tinadas á Jlevar tabaco or cuenta del Gobierno.
Por indicación d mi huésped ofrecí una recompensa á
los muletero ; e' arreglo se conc1uyó con bre 'edad. Pud contar
con la mulas y.me ropu e apro\·echarme de ellas desde la mañana
igui nte .
. J fagdalena sal dd lago de Las Papas; · casi n todo su
curso corre bajo el mi mo meridiano. El Cauca, cuyos orígenes
están detrás del 1vfagdalena ofrecería las mi mas ventajas que
este río para la navegación, si, en tanto que 1 lecho d primero
se ensancha á medida que e aleja del punto de u nacimiento el
del otro no s estrechase al acercarse á los lugares n que e
tnezcla al Magdalena,- lo que hace el cur o p ligroso é impracticable
en muchos sitios.
La naturaleza parece ha er ca \·ado 1 lecho d J ~íagdalena
en medio d la cordillera de Colombia a 1 como ha dirigido las
aguas del Nilo al través de lo ar·enales d Egipto ara formar
un e nal de comunicación ntre las montaña y 1 mar. in embar
o, no habría producido ino un torrente inna,· gable si no
h~biese obstruído u curso en varias parte con ma a de rocas
d1s¡;mestas de modo de que rar la violencia d 1 agua ; las que, detenlda
de t modo corren con lentitud en las llanuras de las
Provincias de antamarta y de Cartagena que fecundizan y
la cual s 1 efrescan 1 quemante aire por medio de la e11aporación .
. 1° 58' lat. n., 78° 3° lon~itu
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 9", -:-, 1902. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691160/), el día 2025-12-06.
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