No HI Bogotá, Sepriembre 9 de 1899 NUM. 116
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ORGA ro DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJERCITO ---·· ..... ---
DIRECTOR AD-HONOREM, FRANCISCO J. VERGARA y V.
Coronel, Miembro de la Sociedad Colombiana de Ingenieros
~2~2~2~Q2~2~2~22~~~~9~~22~2~~~2~~2222222200~22~~~~22~22222~2~~22~
Son colaboradores natos de este peri6dico todos los Jefes y
Oficiales del Ejército de la República
~~~~~~~~~~~~~~~~~ 06~~~f~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~b~~~~~~~~~~~~~·~~TTQ
OFICIAL
JOSE MARIA OORDOE.~
1 7 9 9- 8 D E S E P T I E ?ti B R E-1 8 9 9
Hoja de servicios
181 s-De quince años COIJlbate en las batallas del Palo y de Cachirí
como Subteniente.
1816-Acompaña á Scrvies en la retirada á Casanare y comba:n á que
da lugar.
t816-I817-Como Capitán, á órdenes de Páez, lidia en Arichuma,.
ragua!, Achagu11s y Guadualito.
t:8tg-Al lado de Bolívar y Santander comoatc, com Sargento Mayor,
en Pay11, Grímeza, B~nza, Pantano de f/argas y Boyacá,
donde por su valor es ascendido á Teniente Coronel.
1819-182o-Es enviado por el Libertador :í libertar la Provincia de
Antioquia; á Rionegro llega sólo con 40 hombres, y sin
embargo, era ya tal su fama, que á su aproximación el Coronel
español Tolrá, que estaba en Medellín con un Cuerpo,
huye hacia el orce, á donde 1kgaba con refner%os el
realista Warlcta. Córdoba organiza 500 hombres, y en
e horros-/;l,lllfOJ ( 1 z de Febrero), donde manda en Jefe por
primera vez, rechaza 6oo enem1gos. En seguida avanza
ha ta M agaugué y l\tiompÓ", d nde e reúne con 1\llaza, y
con él comand en Tn~erift (25 de Junio). D pué de la
''Íctoria iguc h t ·ta Barranquilla, contr· marcha á lib rtar
las Saburtas· por los mérito contraídos en la camP,afía es ascendido
n m dcrna.
JI
FarattlfÍZ'tÍ (í Agtui/rJrga-E1 camino que !icguí tema una dirección
hacia el N.O.; al abandonar por este lado la citada p blación de l•acatativá,
sepa a la pcquefia vertiente llamada de Cllic11osa.
De aquí en adelante el camino es perfectamct.te plano, y un kilómetro
adelante e encnen ra Bote/lo, lugar donde hay un ¡.cqucfio cerro
redondeado que mide veintitrés mt.tros de al ura, por detrá. del cual
continúa el camino, perdiéndose naturalmente de vi ta á Facatati\'á, que
luégo vuelve á divisarse arriba de Los Ma!!Z:flliOJ. Tres kilómetros adelante
He Bote 'lo se encuentran las casas de La ArgNJfllia (lugar de nospedaje).
y El Rosal, y un kilómetro adelante se ll~.:ga al punto denorni·
nado Los Manzanos. Hasta aquí, como dejo dicho, el camino es plano
y espacioso, á un lado y otro del cual se ven dehesas donde pacen innumerables
ganados, y hay también algunas cementeras, siendo el te·
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132 ROLETÍN MILI'l'AR
rreno bastante fértil. De este mismo punto y á la izquierda se desprende
un camino qué conduce á la población de Anolaima. El punto de Llf
MaJJZaltoJ es el límite por el NO. de la sabana ó planicie de Facatativá.
El camino aquí se divide en dos: uno, que tuerce un poso á la derecha,
llamado Brmqueo, que continúa con piso plano y que va á buscar
la carretera de Ctmtbao, á la que se une en el sitio de El Empalme; d
otro es el de herradura, que se aparta á la izquierda y que fue el que
eguf. Aquí principia una suave pendiente hasta coronar el cerro de La
Tribrma, célebre en la historia de la guerra de 1895, y que tiene 103
metros de altura. Aquí principia el descenso que es bastante inclinado y
difícil, por ser estrecho el sendero y estar lleno de lodaza]ec; y piedras,
y termina en el punto denominado El Empalme, lugar de algunos recursos
y vecindario, y donde el camino de herradura atraviesa la carretera
de Cambao.
Conservando la misma dirección al NO., continúa el camino descendiendo
suavemente; á la derecha de éste, en terreno más bajo, bulle
una insignificante vertiente, que más adelante veremos en mayores proporciones,
pues es la fuente principal del río Síquima: inmediatamente
á la izquierda se levanta un cerro de poca significación. Un poco más
adelante, y á la derecha, se eleva majestuoso el cerro de "El Aserradero,"
desde cuya cima en las mañanas despejadas se ve el nevado de El
Tolima, el río Magdalena é infinidad de poblaciones y lugares de lai
Tegiones bajas; la parte escarpada de esta altura, y que mira al SO., está
formada de es tratas que la acción del tiempo y otros fenómenos geológicos
han inclinado hacia el Oriente. Quinientos metros antes de Agualarga
se p1sa la pequeña quebrada de que hace poco hice mención, y de aquí
hasta ese caserío el camino es plano ó ligeramente ondulado.
Distancia de Facatativá á Agualarga, trece kilómetros y medio,
que representan 16,09 5 pasos de bestia, y se emplean en recorrerlos dos
horas y media.
Agualarga es un caserío ó aldea, edificado en una planicie inclinada
que mira al S.O., sus recursos son relativos, y tiene una fábrica bien
montada, donde se hace calzado, etc, etc. Está á 1,789 metros sobre
el nivel del mar; su temperatura es de 15° y sus habitantes 1,200. Es,
naturalmente, punto obligado en el camino que, sin duda, se transita
más en el Departamento. De Agualarga continúa al N. O. el camino
para Honda, etc., etc., y se desprende al SO. el de Ambalema, que seguí.
III
.Ag11alarga á Guayabal-Con dirección SO. continua el camino
por un descenso regular y pendicnt .... , aunque no muy pedregoso ; dos
-ilómetro adelante se pasa la q11cbrada de Síquíma ó Guayabal; coninúa
el de censo y después de haber caminado otros dos kilómetros y
medio se llega á la población de Guayabal.
Distancia de Agualarga á Guayabal 4 y J kilómetro, c1ue se camin
an en 6,ooo pasos, y se emplean en recorrerlos 55 minutos.
Guayabal cst:t edificado sobre una pequeña meseta inclinada al
SO. á orillas del río de su nombre; su terreno es exuberante, feraz;
hay abundancia de víveres é innumerables plantaciones de café, pláta"'
o, caña de azúcar y demás productos propios del clima templado; su
orizonte es muy limitado, pues la población está circundada de cerroslt
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BOLETÍN MILITAR 133
en cuyas cuchillas, cimas y partes casi \'erticales, todas ellas cultivadas,
se ve la incansable mano del hombre trabajador. Está á 1,344 metros
sobre el nivel del mar; goza de una temperatura media entre
]os 20 á zzO del Centígrado y puede tener unos 4,000 habitantes que
se dedican con gran éxito á la agricultura.
Se desprenden de la población los siguientes caminos principales :
Por el . el que conduce á Sasaima.
Por el O. el que lle,.a á Honda etc., cte.
Por el SE. el que guía á Anolaima.
Por el E. el que he venido recorriendo, y
Por el SO. el que seguiré en adelante.
IV
Guayahal á B ituirna.-Continúa el camino en descenso y después
de soo metros se atraviesa una pequeña quebrada, después de la cual se
empieza á subir una pendiente ; el camino es angosto y tiene inmediatamente
á la izquierda un cerro d~ alguna consideración y desprovisto
de árboles, y á la derecha una profunda hondonada por cuyo lecho pedregoso
corre el río Guayabal: el sendero en esta parte es, pues, bastante
peligroso, con dificultad podría pasar por él un cuerpo de tropas en columna
de cuatros. Tres kilómetros y medio adelante, después de haber
subido otro pequeño cerro, se encuentra BogotacitD, lugar de hospedaje,
y algunos recursos. El camino recorrido desde Guayabal á este punto
ofrece paisajes verdaderamente pintorescos, á la vez que puntos de resisteilcia
difícilm ntc e .·pugnables : alturas considerables que la niebla
corona ; cerros acorderados, redondeados por remotas nieves, y, por
donde éstas descendían, escarpas verticales y lisas : profundos precipicios
y sobre éstos el camino angosto y difícil.
La dirección del camino en Bogotacito tuerce un poco más al S. ;
aquí empieza una pequeña y suave pendiente, terminada la cual se principia
á bajar ha ·ta la quebrada del Peñón, que corre á la derecha del camino,
el cual en esta parte es su mamen te angosto y peligro~o, en
términos que hay pasos donde c:on dificultad puede pa ar una sola per~
ona; el suelo, de un color gris o . curo, está cubierto de partículas pizarrosas
desprendidas de las rocas que se levantan -!la izquierda. El camino,
como he dicho, á la izquierda de la r¡uebradtJ . igue el rumbo de é ta y
es plano hasta llegar al río Contador, que dista 6 kilómetros de Bogotllcitl.
El citado río se atra ie-;a y en este mi mo punto junta us aguas ;,l
]as del Síquima 6 Guayahal. En estos alrededores se ven espléndida
plantacione de caña de azúcar y algunos trapiches. Pasando, como dejo
dicho, el río, se continúa el camino que es plano ó ligeramente ondulado
hasta el punto denominado Periquito, donde la quebrada Gualivá taibuta
sus aguas al Co!Jtador: en este punto se empieza una suave subida
que tiene unos 6o metros de elevación y 1 uégo el camino es plano ó de
travesía en el trayecro de un kilómetro de extensión, ha ta llegar ;,l una
pequeña quebrada ; de aquí empieza una pequetía subida bastante pendiente
que termina en la población de Bituima.
Distancia de Guayabal á Bituima, 20 kilómetros y ~' que se caminan
en z 5,2. 14 pasos y se emplean en recorrerlos 4 horas y 1 5 minutos.
Bituima está situada en una meseta inclinada al N., y á sus inme-
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134 DOLETiN MILITAR
díacion~s corre el río Contador de SO. á NE. Su terreno es feraz y
completamente cultivado: hay abundancia de víveres y artículos de los
quese cosechan en una temperatura entre los 21 y 230 del centígrado;
está á 1,200 metros sobre el nivel del mar y puede tener unos I,ooo
habitan te que se dedican en su generalidad á las faenas agrícolas.
Salen de esta población las siguientes principales vías de comuni-cación:
Al N. la que conduce al Quipile y La Mesa.
Al S. La que lleva á Villeta.
Al E. la que he venido recorriendo, y
Al SO. de la que trataré en adelante.
V
Bituima á Vianí.-Uontinúa aquí el camino 5ohre piso plano
llamado Banr¡ueo, abierto en la falda de un cerro que queda al O.;
dicha travesía tiene unos 3 kilómetros de extensión, después de los
cuales empieza una corta y suave pendiente que termina en c:l sitio llamado
L()s Pantanos; aquí mismo y al N. se desprende un camino que
conduce á la población de Guaduas. De Ln Pantanos en adelante ya
se inclina el camino un poco más al S. y empieza un descenso de un
kilómetro y medio de extensión hasta dar á la quebrada Balundrt; de este
punto en adelante empieza una per:diente de 500 metros que termina
en la población de Vianí.
Distancia de Bituima á Vianí, 5 kilómetros que se caminan en
6,3+5 pasos y se emplean en recorrerlos 65 minutos.
La población de Vianí está edificada en una planicie sobre una
falda: está circundada de cerros no muy elevados y casi todos cuiLivados
que le dan nn bello a pecto. Ffay alguna abundancia de vívere·:
está á r, ~+2 me tro<> sobre el nive1 del nur; su temperatura, 21° del
Centígrado y ·us h.tbicantes, 2,ooo, más ó menos.
VI
riallí á S :m .7ua11 dt Riosec1.-EI camino de aquella población en
adelante empiez·t, ·tl principio, ascendienJo suaveme11tc, pero luégo la
p~..:ndientc toma mayores proporci0ncs y el sendero es estrecho y en
parte· pedregoso; dicha subida lÍenc 3 y ~ kilómetros de extet sió•1 y
320 metros de altura, y al coronar la cual se experimenta la acción del
clima frío. Lu~go, continuando casi ai S. el camino, sF bajan uno-; pocos
metros h 1sta lleg.u á 0/Utmbamu_y (lugu de hospedaje), célebre en lo
anales milirares de la revolución del 95· Aquí mismo el camino de herradura
corta la carretera de CambtJij, que continúa su rumbo al O. De
Cluunbam!ly en adelante el camino \'a en deseen o hasta llegar á la
qrubrada de Riouc?, el cual descenso tiene ocho kilóme~ros de extensión.
De este punto en adelante se empieza á subir una cuesta b:Istante
pendiente, fuerte y pedregosa. Después de haber subido 3 kilómetros,
se encuentra el punto denominado Ct~mpordegre, lug:u de algunos recursos:
aquí mismo, y á la derecha, se desprende un camino que va
para Chaguaní y Guaduas. Dos kilómetros y medio aaelante, siendo
::n este trayecto el camino, tan sólo ligeram.:nte ondulado, se llega á la
población de San Juan de Rioseco.
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BOLETfN )tlLITAR 135
Distancia de Yianí á San 1 uan de Rioseco, diez y siete kilómetros
v medio, que se caminan en 22,779 pasos y se eTT\plean en recorrerlos 3 horas y media.
San 1 uan de Rioseco es la población de más importancia en el trayecto
de Facatativá á Ambalcma. Se halla pintorescamcnte situada sobre
una colina y en la falda de una altura ; tiene un bello aspecto digno de
mención; á sus pies se extiende un cultivado y fértil valle y á su derecha,
ó sea el SO., se distingue el ardiente y dilatado por donde
corre majestuoso el Magdalena Hay abundancia de víveres y generosidad
y cultura en sus habitantes. Está á 1 ,ooo metros sobre el nivel
del mar: su temperatura fluctúa entre los 22 y 24, del Centígrado, y su
número de habitantes no baja de s,ooo, los que se dedican en su generalidad
á la agricultura.
De la poblaci0n en referencia parten los siguientes caminos prin
·Cipales :
Al N. el camino del cual me he venido ocupando y que lleva á
las poblaciones referidas.
Al S . del que trataré en adelante, y
Al E. el que va á buscar la carretera de Cambao.
VII
San Juan de Riosuo á Beltrán.-Continúa el cammo al S. y se
empieza á subir una pendiente tan sumamente uave, que teniendo sólo
:;o metros de altura, se corona después de 2 5' en los cuales se recorre
~na extensión de 2~ kilómetros. Desde aquí la vista abarca completa-ente
el alle por donde corre el l\Iagdalcna en aquella parte, y se divisan
algunas poblacione del To!ima.
Aquí empieza "la bajada de la cucc:;ta." El camino es angosto, pe-regoso
y con infinidad de vueltas, pue':i, como naturalmente se comprende,
va buscando la mayor posible ni velación y las partes menos di .
fícilcs por entre aquellos riscos. Se encuentran á menudo casa que
ofrecen algún de canso y rccur os al viajero. Progresivamc:nte sube la
temperatura y son muy frecuentes los casos en que la tropa e insola en
aquel peligroso trayecto, sobre todo cuando e sube.
Después de bajar una e . tensión de terreno, el más difícil y quebrado
que se encuentra en el trayecto gc..:neral de que me ocupo, la cual
exten. ión mide 17 kilómetros, se llega ''al pie de la cuesta," donde el
baróme.tro marca 397 metros obre el ni\ el del mar. El calor es ca i des esperante
y se llega á una casa donde se encuentran alguno recurso ,
después de haber pasado el lecho seco de un río cuyas aguas en la estación
del verano la, aniquila y mata el fuego de un sol ardiente y constante.
En adelante contimía el camino sobre terreno plano y areno o y
al principio paralelo a] lecho del río. Once kilómetros adelante se llega
á Beltrán, p{;queña población situada en la margen derecha del río l\Iagdalena
; en sus alrededores e .· isten dehesas, donde se crían infinidad de
ganados. Su clima es malsano, y con dificultad tiene víveres suficiente
para sus habitadores. Está á 290 metros sobre el ni\·cl del mar, puede tener
fOO almas y su clima fluctúa entre los z.8 y 30o.,
Distancia de San Juan de Rioseco á Beltrán, 36z kilómetros, que
e caminan en ocho horas y so,ooo pasos.
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136 BOLE'f1N MIL11'A.R
VIII
Bt!trán á Amba!tma-Atravesando el río, que generalmente Se!
hace en canea;, las que hay allí con tal objeto, se prosigue el camin
por terreno plano y arenoso, y 5 kilómetros adelante se llega á la población
ó ciudad de Ambalema.
Distancia de Beltrán á Ambalema, 5 kilómetro , que se caminan
en 6,1 15 pasos, y se emplea en recorrerlos 6o minutos.
Ambalema, aunque hoy día ha perdido mucho de su antigua importancia
comercial, en lo que se relaciona á su principal industria,
consistente en la elaboración de sus afamados cigarros, por la pérdida
de sus extensas plantaciones de tabaco, es una población de algún movimiento,
y que provee á muchos mercados por la reconocida bondad de
sus cigarros. Hay allí una gran fábrica, en que trabajan continuamente
infinidad de obreros en la preparación del tabaco, y de donde sale
una de las más afamadas calidades de cigarros en nuestra tierra.
Ambalema está á 289 metros sobre el ni\'el del mar ; su ardiente
clima tiene una temperatura que sube hasta los 30o del Centígrado, y
sus habitantes pueden llegar á 8,ooo.
En el presente informe veréis que no me he atrevido á calificar
por no exponerme á caer en el ridículo, ningún prmttJ como verdaderamente
militar, pues creo que ninguno posea de por sí una condición tan
absoluta y esencial; si existen algunos de estos puntos que parezcan
tener importancia militar, la ventaja que de ellos se pueda sacar está..
sometida á multitud de circunstancias y eventualidades. Depende~
pues, de la pericia é inteligencia del Jefe, el saber elegir y aprovechar·
tales lugares, que de otra manera no podrán jamás llamarse con propiedad
puntos militaru.
Dejo así terminado mi informe, en el que he tratado, lo más que
me ha sido posible, corre:;ponder dignamente á las nobles miras de
nuestro profesor, el ilustrado militar Coronel Vergara y Vclasco, que
tánto se esfuerza por el estímulo y adelanto de la Oficialidad de nuestra
Patria.
Los errores que encontraréis naturalmente en mi humilde trabajo,
sabréis disimularlos, si atendéis á la premura de un viaje con
correo, :.í la falta de algunos necesarios instrumentos, y m 's que todo, á.
mi e casa in trucción y pocos alcances.
Dios os guarde. LUIS EDUARDO CALDERO
Subt~niente
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Conferencias de los Oficiales de la Misión Francesa
INSTRUCCIÓN PROVISlON A.L PARA EL TIRO
1.-Para la infantería hay dos modos de obrar : la marcha y el tiro
Sobre el campo de batalla, la victoria pertenece á las tropas que
saben sacar el mejor Frovecho de sus armas en todas las circunstancia·
del combate.
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BOLE1.'Í.N MILITAR 137
En tiempo de paz, la instrucción debe tener por objeto formar buenos
tiradores para el campo de batalla.
CAPITULO I
DEFINICIONES
2.-La Trayectoria es una curva que describe el proyectil durant
su traslación por el aire.
3.-La línea de tiro es el eje del ánima del cañón indefinidamente
prolongado.
4.-El alcance es la distancia comprendida entre el punto de partida
de la bala y su punto de caída.
s.-El alza es el aparato que sirve para dar al rifle la inclinación
conveniente, de acuerdo con la distancia, á fin de herir siempre el blanco.
6.-La línea de mira es una recta que pasa por la ranura de mira
y el punto de mira del rifle.
7.-Apuntar es dirigir la línea de mira sobre el blanco.
CAPITULO II
PROGRESION
8.-La enseñanza se divide en dos períodos y se dará en el orden
siguiente :
El primer período tiene por objeto dar al soldado la instrucción
teórica y práctica necesaria para tirar con precisión, y comprende : los
e]ercicios preparatorios, el tiro reducido, el tiro de instrucción y los
ejercicios de apreciación de las distancias.
Durante este período, la iustrucción es individual en cuanto sea
posible. Los soldados deben colocarse en las mejores condiciones de
tiempo y de temperatura, sobre todo para la ejecución del tiro.
El segundo período tiene por objeto la preparación del tirador
para la guerra y comprende el tiro de aplicación, el tiro individual
de combate, el tiro colectivo y el tiro de combate con evoluciones.
Es menester, además, preparar la tropa á la ejecución de estos fuegos,
colocándo los soldados en situaciones análogas á las del campo
de batalla y haciendo que consuman algunos cartuchos &in balas.
CAPITULO Ili
INSTRUCCION PREPARATOlliA DEL TIRADOR
Art. 1. Ejercicios preparatorios de tiro .
9-El tiro se ejecuta en tres posiciones: de pie, rodilla en tierra
y en tierra.
lo-Hacer fuego á un objetivo determinado, es reumr en una
sola operación tres acciones distintas, á saber:
1 ·-Apuntar.
2-Mantener el aLma en la dirección conven'ente.
3 -Apoyar el dedo sobre el disparador para hacer partir el proyectil.
Estas tres operaciones se enseñan sucesivamente al soldado y después
se las reúne, :ensefiándole á hacer fuego sin variar la puntería.
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138 :BOL.&TÍ¡'( MIL IT .A.R
1 1-Las ·eswnes para la instrucción del tirador deben ser cortas
y frecuentes.
1 2-Los movimientos de la instrucción del tirador no deben ha-
cerse acompasados.
1 3 -La enseñanza se hará en el orden sigui en te:
1. Punttría.-1. Hallar la linea de mira; 2. Apuntar á un punto
designado; 3· Reglas de tiro y puntería con las diferentes líneas de
mira; 4· Comprobación de la regularidad de la puntería; 5· Corrección
de la puntería.
11. Posición del tirador- .''vfantmer el arma en la direcciÓrJ confltniente-
I. Posición del tirador de pie, colocación del rifle en el hombro,
apuntar á un punto designado, empleando las 2iferentes Hneas de
mira ; 2. Posición del tirador, rodilla en tierra ; 3· Posición del tirador
por tierra ; 4· Cargar el arma ; 5. Descargar el rifle.
11 l. Apoyar el dedo sobre el gatillo.
11/. Hacer fuego sin cambiar la ptmtería-1. Fuego á voluntad
2. Fuego de sal vas ; 3· Fuego rápido ; 4· Fuego de repetición.
l. Hallar la línea de mira.
14-Los soldados se reúnen alrededor del caballete de puntería,
sobre el cual se habrá colocado el rifle. (Un pabellón de armas, con
Lln saco lleno de arena, puede sustituír al caballete).
El instructor muestra los dos puntos que determinan la línea de
mira, es decir, la ranura de mira y el punto de mira ; y enseña que deben
colocarse en la posición siguiente : cerrar el ojo tzquierdo ; colocar
el ojo derecho un poco atrás de la cresta de la. culata, de modo que
vean todo el punto de mira dentro de la ranura de mira y sobre el fondo
de ella ; la mejilla no debe tocar la culat·1.
El instructor llama sucesivamente á cada soldado, lo hace colocar
en la dicha posición, de pu~s pone con la mano izquierda el filo de un
cuchillo sobre los br)rdes de la ranura de mir:1, y e Jloca su mano derecha
m ·í.s ó meno~ á diez centímetros delante de la boca del cañón.
El instructor m .tn b a: soldado que coloque el punto de mira enmedio
del e p .tcio vacío que se halla entre el cuchillo y la ranura de
mira ; y advierte que el ojo e tá bien coloc:tdo para apuntar cuando
de cubre un1 c:wci a 1 de luz igu.tl á la derecha y á h izquierda del
punto de m in, y la cima d<> ~ste queJa :í. la mism altura que la ex eremi
dad ~uperior de 1:1 ranura de mira.
Cuando el soldado cree haber realizado estas condiciones, lo hace
saber al instructor y permanece en h po ici6n indicada, el ojo colo-
cado iempre en la prolong ción de la línea de mira. El instructor retira
el cuchillo mientras el soldado continúa obser ando el punto de
mira, y aquél 1~.: dirá que siempre ha de ver el punto de mira como lo)
'e en este momento.
11. Apuntar á un '/JU1Jto designadrJ.
15-El instructor indica al soldado que basta prolongar la lín~a t
de mirahasta el punto designado, quedando siempre el ojo al extremo de
esta Hnea; el rifle no se inclina ni á la derecha ni á la izquierda.
El instructor dirige la línea de mira de 100 metros sobre un cír- ·
culo negro de un centímetro de diámetro, colocado á una distancia
más ó menos de diez metros. Explica al soldado que el punto de mira.
debe aparecer al mismo tiempo en la mitad de la ranura de mira y de-
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BOLETÍN HILI1'.6.R 139
bajo del círculo. El imtructor hace que cada soldado separadamente
examine la puntería.
Luégo que todos han visto y comprendido cuándo es que un fusil
e tá regularmente apuntado, el instructor desarregla la puntería y hace
que sucesivamente cada soldado la dirija de nuevo hacia el círculo negro.
El instructor verifica la puntería é indica los errores cometidos si
los hubiere y los comprueba de la manera siguiente:
Manda al soldado que busque la línea de mira como se explica en
el número 14, manteniendo la mano ¿erecho al frente de la boca del
fu:i l. de suerte que con ella oculte el blanco. Luégo que el soldado cree
haber hallado la línea de mira lo avisa al instructor, quien descubre
de golpe la boca del cañón y hace observar que la línea de mira no toca
el punto apuntado.
Entonces hace corregir la puntería hasta que el hombre apunte
bien, cuidando de mover el rifle antes de llamar al puesto otro soldado.
(Crmtinúa) Capitán LEVEQUE (r-e infantería)
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INSTRUCCIÓN PR , CTICA
CAPITULO I
GENERALIDADES Y DEFTNlCIONES
1-Dt>finición dP lajCJrlificacifm
La fortificación es la parte del arte militar que ensei1a á disponer
el terreno de tal modo que las tropas que lo ocupan puedan resistir con
ventaja á un enemigo. uperior en número, poniéndolas al abrigo de los
proyectiles de aquél y de un ataque cuerpo á cuerpo ó á viva fuerza.
Se da el n(Jm bre de terre!l., al suelo mismo y el de nu 'dt'ntn á
todo lo· obstáculos naturales ó artificiales que se h~llcn sobre él.
Son del dominio de la fortificación todos los trabajos que se ejecutan,
:sea para construír artillcialmente obra que pcngan al defen oren
las condicioues mú Eworables, sea para utiliz r las formas y accidentes
del terreno de tal manera que se aumenten· sus propied:tdes d~;:fensivas.
Esta organización defensiva puede tener do objetos muy di tintos:
ó se quiere mejorar posiciones que no ser;Í.n ocupadas ino durante un
tiempo muy limitado. algunos díac;, y aun muchas veces algunas hora,
ó al contrario, se quiere reforzar algunos lugares, con el objeto de asegurar
su posesión com0 ¡-un toe; e tratégicos importantes de interés militar
permanente para la dcfen:a r eguridad dei territorio ; puntos perfectamente
cono idos de amcmano, euya organización necesita estudios
preliminares y trabajos ejecutados desde el tiempo de paz.
La solución del problema es esencialmente di,.tinta en los dos
casos; la indicará en el primero 1afortijicaciÓ71 de campaña y en el segundo
la ftrtjfi fián permr;.neute~
De lo dicho resulta la división del estudio de la fortificación en
dos partes distintas : la fortificación de campaña ó pasajera, y la fortificación
permanente.
Por ahora nos ocuparemos sólo de la fortificación de campaña.
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140 BOLE'l'íN MILI'.rA..R
ll-Objeto de lafortificación de campaña
El objeto de la fortificación de campaña es reforzar posiciones militares
cuya importancia es accidental ó temporal.
Se emplea en la guerra para organizar los campos de batalla; durante
un sitio servirá al defensor de una fortaleza para dar á la fortificación
permanente un complemento de fuerzas muchas veces indispensable,
y al sitiador para poner sus tropas, trabajos é instalaciones al
abrigo de los contraataques del defensor. En fin, puede utilizarse en la
creación rápida y provisional, sea en territorio nacional, sea en país
conquistado, de plazas de guerra de una importancia análoga á la de las
fortalezas permanentes, pero con carácter temporal.
11 !-Carácter de la fortificación de campaña
Esta clase de fortificación la caracterizará siempre la rapidez de
su ejecución, la utilización de los materiales existentes en el lugar mismo
y el empleo de los soldados para la construcción de las obras. Pero
no se puede definir de antemano el grado de fuerza que tendrá una
obra dada, porque ésta será muy variable y dependerá del tiempo de
que se dispone, de los recursos en hombres y materiales, de la operación
militar que c;e ha de favorecer, de las dificultades que la configuración
del terreno Y las circunstancias locales oponen á la ejecución
del trabajo ; en una palabra, dependerá del resultado de un reconocimiento
militar.
Este reconocimiento Jo facilitará la práctica de las operaciones
topográficas, lo que demuestra la conexión íntima de los estudios de la
Topografía y de la Fortificación.
!Y-Utilidad de la/or·tificnción de campaña
El plan de esta instruc.ción no permite hacer la historia de la fortificación
de campaña, ni tampoco citar las opiniones de los autores
militares competentes que demuestran su utilidad. Bastará decir que la
importancia de la fortificación en el campo de batalla, aumenta con la
precisión y alcance de las armas de fuego, lo que explica el papel tan
importante que los atrincheramientos improvisados han desempeñado
en las últimas guerras (General Brialmont).
Pero es bien entendido que la fortificación debe emplearse principalmente
para mejorar el terreno cuando éste presenta ya de por sí ventajosas
condiciones estratégicas ó tácticas. Por consiguiente, la parte
más importante del estudio de la fortificación de campaila, es la que
se ocupa del aprovechamiento de los obstáculos del terreno, utilizándolos
con ligeras modificaciones. Sin embargo, para focilito1r la instruc(
ión, vamos á estudiar primero las obras de fortificación que se pueden
ejecutar, suponiendo un terreno sin obstáculos naturales ó artificiales
utilizables, caso en que se emplean los atrincheramientos de tierra.
V-Clasificación y elemtnlos de los atrit1clteramientos
Los atrincheramientos de fortificación pasajera ó de campar1a?
podemos dividirlos en tres categorías, según el grado de fuerza ó de
resistencia que se les da, el tiempo que se necesita para construírlos
y su duración probable.
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BOLETÍN MILITAR 141
1 .o Los atrincheraminJ/(IS ordinarios cuya construcciÓn no exige
tiempo muy considerable ;
z.~ Cuando estos atrincheramientos se emplean para reforzar una
posición de excepcional importancia, y se dispone de largo tiempo y de
muchos recursos, se les da considerable solidez y se llaman obras de 1'.
sitiÓll ;
3. 0 Los atrillcheramitntos de construtción rrípida, ejecutados frente
al enemigo, antes 6 aun durante el pcr'odo mismo del combate.
Elementos de los atrincheramin1tos de titrra-Todos los atrincheramientos
de tierra constan esencialmente :
1. 0 De una masa protectora que se llama parapeto, cuando se organiza
para facilitar el tiro, y espr.ldón, e u ando sólo se emplea para abrigar
las tropas ó el material ;
2.0 De excavaciones de donde se sacan la tierras con que se forma
la masa protectora, las cuales se llamanfoso, cuando se abren delante
del parapeto para consti tuír un obstáculo, y trinchera cuando quedan
detrás y sirven para abrigar á los defensores.
Banqutta. En las obras de fortificación llamamos banqueta la faja
de terreno en donde se colocan los defensores detrás del parapeto. La
banqueta puede encontrarse ora más alta que el terrero natural, ora sobre
éste 6 bien en una excavación.
Representación de la fortificación. Un atrincheramiento queda determinado
por su traza, planta y perfil.
La traza es la disposición del atrincheramiento sobre el terreno; se
representa por la proyección acotada de todas las líneas de la obra de
fortificación sobre un plano horizontal de comparación.
El perfil es la figura que resulta de la intersección tra.1sversal del
atrincheramiento por un plano vertical perpendicular á la dirección del
trazo.
Cuando se representa el trazo de las obras por una sola línea quebrada,
esta línea es la proyección de la cresta interior del parapeto sobre
un plano horizontal.
El Capitán SABARTHES (de ingenieros)
Continúa.
NOCIONES DE TOPOO~AFIA
GENERALIDADES
Objeto dt la topografía
La topografía tiene por objeto representar geométricamente
la configuración dd terreno, con todos lo5 accidentes naturales ó
~rtificiale que se encuentren en su superficie.
- --- ~ ---~- ---
Lecciones adoptada al e tu lío de la Topografía m ilitar y á la practtca con lo3
in strumentos modelos usadoa por el Ejército franc é los cuales existen en el Cuerpo Politécnico;
han tomado alguna partes de tas leccÍotJes! así como un gran numero de
términos té<-nicos, el la muy com lcta del ingeniero C1llombiano M. H. Peña Geometri11
Práctica obra que pueden consult:tr con gran provecho los Sres. ofictales que quieran p ·rfeccionarse
en el estudio de la Topografía y de la Geoóesi:t, tan útil para el arte militar
Otras obras consultadas: Ma.nttal de Guerra, por D. Mariano Rub1ó) Bullcré. Ca.
pitán de Ingenieros (Barcelona, 1895); Cw·so de Topogoafia (Instrumentos y procecli-
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142 BOLE1.'ÍN MlLITA.R
Esta representación del terreno se realiza proyectando todos
sus puntos sobre una superficie de nivel, es decir, una superficie que
en cada uno de sus puntos es perpendicular á la dirección de la
plomada.
Ademá~, para determinar el rdic'Ve del terreno, c. decir, las
altura relativas de sus diferentes puntos, se e;,coge una superhcie
de nivel que pase por deb1jo de todo el terreno repre~entado, y se
miden en la dirección de la plomada las distancia de cada uno de
los punto del terreno á dicha superficie, que e llama Juperjic:it de
comparación.
El número que expresa esta distancia de un punto del terreno
á la superficie de comparación, se llama cota del punto.
Cuando se trata de representar un terreno poco extcn o, y es
el caso general de la topografía, las superficie. de niyeJ pueden reemplazarse
por planos horizontales, y la superficie de comparación
por un plano horizontal de comparación.
En las cartas geográficas, que representan una porc1on considerable
del globo terre tre, y en general siempre que no se exprese
la superricie de comp<:~raci ón, esta es la superficie de los mares
que se upone idealmente continuada hacia el interior de Jo,
continentes.
El conjunto de todas las mediciones que se hacen en el terreno
con el fin de obtener los elementos de que arriba . e habló,
esto e , la proyección de los puotos del terreno y sus cotas, con -
tituye un l·vantamiento topogrcifico.
rrodo levantamiento topográfico consta, pues, de do parte;,
muy di tintas.
1.1\ La planimdría, que tiene por objeto la d<·terminación de
la longitud y la dirección de las proyeccione de línea: del terreno
sobre un pbno h oriz. ntal, lo que se obtiene midiendcJ ángulos ,
di t,m.:ia:; .... ·
2.a La niv •ladon, que determina las cota de lo punto d 1
terreno respecto del plano de com paraciún.
Lo rl.! ·ultado del le\'antamiento topoo-r( J.co e repr · en tan
en una hoja de papel por medio de un di, erío llamad< carta u plano
topogr!ifi~·o.
Escalas - Para que la:- dirr1en::.ione de '" te dibujo, re ultcn d
tamaño e mveniente, s prcci o reducir en cierta ¡ro¡ or ion la
extensione medidas en el terr ·no.
La relación · que existe entre las magnitud ~ repr sentada
gráficamente en el di bu jo y las medida en el plano h rizontal, e
micntos topográficos), por el Capitán ele Ingenieros Bonnet (Marzo, 1897), de la Esn1c
de aplicJción de artillería é ingeniería ele Fontaincolau ; Curso de Topograjia, por el CJpitán
de Ingenieros Cuiot (1897 de la Escuela Militar de artillería é ingeniería de Ver~
alles; C"rso de Topografía (1896-97) de la Escuela especial militar de Saint-Cyr.
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]¡OLE'!'fN KILIT .AR 143
llama ~sea/a numérica del plano. Los ángulos del plano ~on siempre
iguales á los ángulos formados por las proyecciones de J:as líneas
del terreno en el plano horizontal.
Las escalas más cómodas y más frecuentemente u adas son
las expresadas ?Or fracciones cuyo numerador es la unidad y el denominador
una pote:1cia de I o,- 6 un múltiplo de 2 ó de 5, ó una
potencia de 1 o, a~Í:
100 2.00 ~oo ICOO 2 >00 sooo
l
10000
etc.
U na escala es tanto menor cuanto mayor es el denominador
de la fracción que la expre a. Así, un plano á 6 0
1
0 0 tiene una escala
mayor que un plano á 2 0 ~ 0 o.
En toda carta geográfica ó plano se indica la escala numéricamente,
r, a~lemás, se traza en la hoja de papel la escala gráfica,
e toes, una línea dividida de tal modo que cada una de sus partt!s
equivale á un metro ó á multiplos ó submúltiplos de esta unidad,
medidas en el plano horizontal.
Hemos visto que para representar un terreno poco extenso,
se reemplaza la superficie de nivel por un plano horizontal; pero
como la superficie de la tierra es esférica, de esta conversión resulta
una deformación en la representación del terreno sobre un
plano.
Para que no sea muy sensible esta deformación, es pr("cisoque
las cartas ó planos sólo abarquen en las escalas de
1000 seco 10000 20000 soooo 100000
un radio máximo de 29, 37, so, 67, 79 y 134 kilómetros, respectiva
m en te.
Equivucaci.om•s !1 t'rruu¡;
La exa titud de la~ mediciones puede ser pt·rturbada por dos
cla e. de ~ausas muy dJstintas:
1. u Las equi ·oc:acio,us que re. ultan de la torpeza, de la negli<
Tencia ó de una omi ión d l operario. Ejemplo; omisi<ín d ·un
piquete en la medición de una línea recta con la cadena Je agrimen~
or, lectw·a errónea en una mira, etc., cte. Cuale quie!"a que
sean la de trez.a y el uidado del operario, puede siempre equivocar.
e y es mene ter verificar toda met ición p, ra ncontrar y corregir
e. tas equivocacione ..
2.o Lo· errort·s que re ultan de la Í1 perfec iún d · nue tro::.
órgano y de lo instrumento .
Lo. errore son inevitable ; pero puede atenuarlos y aún liminarlos
el metodo adoptado para los levantamientos, y el modo
de manejar los instrumentos . .Cv error e pue en i 1di rse en dos
categorías : los crrorts sistemáticos y los t'rron:s accidentalts.
Los errores sistemático tienen causa asignable, es decir, obedecen
á una ley que puede ponerse en evidencia más ó menos fá-
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144 BOLETÍN MILI1.1 AR
cilmente; y discutiendo luégo los re ultados encontrados, buscar
los valores de tales err )res y eliminarlos.
De ordinario lo~ errores sistemáticos se cometen en el mismo
sentido, y poco más ó menos tienen el mismo valor en todas las
o¡:>eraciones; pero á veces presentan signos contrarios y valores
variables.
Ejemplos: una medición ejecutada con una cadena demasiado
larga causa un error sistemático constante y del mi mo signo
para todas las operaciones parciales. El uso de un transportador
mal centrado produce en el trazo de las direcciones errores sistemáticos
variables que pueden también tener sentidos contrarios,
según el valor del ángulo construído.
Los errores accidentales no tienen causa asignable, es decir, no
obedecen á ninguna ley; pueden tener valor y sentidos variables
en cada una de las operaciones. Ejemplo: en una medición con la
cadena, el ayudante clava los piquetes inclinándolos ya hacia adelante,
ya hacia atrás.
Los errores accidentales pueden, pues, asimilarse á efectos
del azar.
Importa evitar la acumulación de los errores que aumenta
c~n el número de operaciones, por lo que en un levantamiento no
hay que apoyar unas sobre otras un gran número de operaciones
de donde que sea pernicioso é inadmisible deducir unos de otros,
progreai vamente y hasta los límites del terreno que se quiere representar,
todos los puntos de éste.
Métodn general de los levanfamiento8
De estas consideracione-5 resulta el método general que debe
seguirse en los levantamiento , ya en la planimetría, ya en Ja nivelación.
I.0 Se determinan con mucho cuidado algunos puntos convenientemente
escogidos, cuyo conjunto forma lo que se llama el
polígono topográfico.
Levantar el plano de un terreno, es retratarlo ; y el topógrafo,
como el retratista ó el escultor, principia haciendo el bosque
jo de su obra, el que en este caso consiste en una serie de polígonos
determinados exactamente, y de tal suerte que envuelvan
por completo el terreno en cuestión.
2.o Sobre esta especcie de red se figuran los detalles, empleando
medicione muy s~ncilla , y, tanto como ea posible, independientes
unas de otra . e n e te método de operar, el levantamiento aumenta en
precisión y rapidez : primero, en preci ·ión, porque jendo relativamente
pocas la· operaciones que determinan los puntos mas
lejano. del terreno, se evitan acumulaciones de crrore ; segundo,
en rapidez, porque basta menor exactitud para el levantamiento
de los detalle , y por consiguiente se pueden fijar éstos con prontitud.
(f..,ontinúa) Capitán SABARTHES (de ingenieros)
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BOLETÍN lUI.lT.A.R
SECCION DOCTRINAL
Uáleulo tle altitude• eo11 el bar6:naetro aneroide
La tabla 1. a da las cotas correspondientes á presiones absolutas
obre el plano de comparación en el cual la presión es de de om76o.
Como se comprenderá, las alturas ó cotas no se refieren al nivel
-del mar, pues en nuestra latitud la presión al nivel del mar es algo
inferior á omí60. Sin embargo, el uso de estas tablas, para hallar
diferencias de alturas, es correcto, pues no importa que las alturas
absolutas se refieran al nivel del mar ó á un plano vecino de dicho
11i ve l. El uso de estas tablas, en las cuales ya está indicada la conexión
de la temperatura, se reduce á la resolución del siguiente
probiema : Hallar la diferencia de alturas de dos Puntos, conocitndl
las indicacÍ!Jnej del aneroide en esos dos puntos á horas determinadas,
ó hallar la altura absoluta de un punto sobre el plano de comparación,
de acuerdo con la tabla 1 .a, haciendo la corrección horaria.
Ejemplo: En el lugar A, á las diez del día, el aneroide marcó
una presión de 0.643 milímetros, y en el lugar B, á las dos de
la tarde del mismo día ó de otro cualquiera, el aneroide marcó
om521 milímetros; se trata de hallar la altura de B sobre A.
En la Tabla 2.n encontramos, frente á las roh a. m., una corrección
de--omm9 (nueve decimos de milímetro), corrección que
lleva el signo - (menos) ; por tanto, á la indicación del barómetro
aneroide en A, se le deberá restar omm9, lo que da 642. I. En
la misma Tabb, y enfrente de las 2h p. m. encontramos una corrección
de + omm7, la cual, como tiene el signo + (mas), deberá
ser agregada á la indicación del aneroide en el lugar B, lo que
dará una presión de 521.7. Las presiones corregidas serán, pues,
de 642mm r en A, y de 521.7 en B.
H aliaremos las cotas correspondientes á esas dos presiones.
La pre ión en B, e.; de 521,7; en la tabla r.• este número e tá
comprendido entre 530 y 520. La cota correspondiente á 530 es
de 3,1o7m8o y entre 530 y 520 hay una variación de 16mo1 por
cada milímetro de presión, 530-521,7=8111 3, lo que corresponde
á 8.3 X J 6.01 = 132111 88, los cuales agregados á 3IOj 111 8o, dan
3107.80+ 132m88=324o.68, que es la cota del punto B. Ahora,
la presión corregida en A es de 642m1m, la que está comprendida
entre 640 y 650. A la presión mayor de 65om corre ponde en
la tabla I.a una cota de 1368.42, y entre 650 y 640 hay una
variación de 13m39 por cada milímetro de presión. ]'encmos
6 50-642. l = 7m9m que multi picado por I 3m39, da 105m78, que
agregados á la cota de 6,50, es decir, á 1368,42, ~an 1474.23, ue
será la cota del punto A. Por tanto:
Cota de B=324om68.
Cota de A=I474m23.
JULIO GARAVITO
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TABLA 1."
1 ~ j 11 B. ó b. l COTAS
~ ~·~ 1
.. 1
B. ó b. COTAS
---------- - ----~- - ---- - -- --
11
~
760
750
740
73°
720
710
700
690
68o
670
66o
6so
640
630
620
610
6oo
S90
58 o
S70
s6o
sso
11 7· 40
236. o6
3SS· 99
477· 4 1
6oo. 40
724. 29
Bso. oo
977· 23
110S. 94
1236 40
1368. 42
1 S02. 29
1637· 91
1775· 38
1914. 78
20S6. 23
2199· 67
234S· 1 7
2492. 97
2643· 09
279S· 43
m.
l I. 74
1 I. 87
11. 99
12. 14
12.20
12.39
12.57
12.72
12. 87
13.06
13.20
1 3· 39
13·S7
13·75
13·94
14. 1S
14·34
1 4·S5
1 4· 78
15.01
1S.23
1
sso 1
540
S30
S20
S10
sao
490
480
+70
460
450
440
430
420
410
400
390
380
37°
360
3SO
2795.m43
29SO. 41
3107. 8o
3267. 9S 1
3430. 8o 1
3596. s8 1
376s. 34
3937· 28
4112. 39
4291. os
4473· 18
46S9· 1 I
4848. 97
so42. 8o 1
S241· 03
5443· 84
s6s 1. 36
5863. 86
6o8x. 72
630S. 17 1
63S4· 49 1
m.
rs.so
15. 74
16. 01
16.28
1b. 5s
16.88
~;: ;i 11 17.87
I 8. 21
18.79 1
18.99
1 9·39
19.82
20.28
20.75
21. 1S
'2.1. 78
22.34-
22.93
TABLA 2."
Uot•re~~lóll l•orarla ele la pre Ión
HORAS CORRE CIÓN HORAS CORRECCIÓN 1
6 a. m. + o.ml 1 p.m. +o.m3
7 --o. 3 2 +o. 7
8 -o. 9 3 +I. I
9 - 1.2 + +I. 2
10 - o. 9 5 +x. I
1 I - o. 5 b +o. 7
12 m. - (). 1 7 +o. 3
11
~ +o. o
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DOLB'l'ÍN MILI'l'AR 147
NUESTRA VERDADERA TIENDA DE CAMPAÑA
Napoleón, autoridad irrecusable en 1a materia, juzgaba pernicioso
el empleo de las tiendas (toldos) de campaña; "no son sana:
i y por lo mismo es preferible el vivac, porque en éste el soldado
duerme con los pies cerca al fuego, que seca prontamente el
terreno sobre el cual se acuesta ; algunas ramas ó un poco de paja,
bastan entonces para abrigarlo contra el viento. La tienda sólo
deben usarla los jefes que necesitan escribir ó consultar las cartas
del terreno; de ella debe proveerse á los Generales y Jefes de cuerpo,
para poderles ordenar que en ningún caso duerman bajo techado,
funesto abuso á que se deben tantas ~atástrofes. A ejemplo
de los franceses, todas las naciones de E u ropa hao abandonado la
tienda de campaña, y si aún se usan en los campos de instrucción
es porque son económicas y evitan un perjudicial consumo de madera.
La sombra de un árbol, que basta para guardar del sol y del
calor, el más ligero abrigo contra el viento, son ~preferibles á la
tienda. El transporte de las tiendas exige cinco bagajes por bataHón,
que sin duda valdría más destinarlos á la conducción de víveres.
Las tiendas son un buen campo de observación para el
enemigo, al que dan noticia cierta del efectivo de la tropa y de la
posición que ocupan; este es inconveniente de todos los días y de
todos los instantes. Un ejército que vivaquea sobre dos ó tres líneas
no deja percibir de lejos sino un poc-o de humo que se confunde
con las brumas de la atmósfera. Es impo ible valorar el número
de los fuegos (hogueras) y muy fácil contar la tiendas y delinear
las posiciones que ocupan."
El General Lewal, enemigo irreconciliable de la tienda de
campaña le apunta, por su parte, otro inconvenientes: la habitación
en común, bajo una tienda cerrada, e peligrosísima para la
salud; el aire no se renueva y e carga de mia mas deletéreo que
desarro1lan di versa enfcrmedade . Como el gas ácido C3rbónico es
á un tiempo irrespirable y el más pt ·ado de los elementos componentes
del aire, ya puede juzgarse cuál es el peligro á que se exponen
los soldados que pasan la noche aglomerados bajo la tienda y
acostados sobre el suelo; si la asfixia no se presenta, la hcrnato is
se realiza mal y la salud se reciente y se quebranta. Los soldados,
cuando hace frío, cierran las tiendas con el mayor cuidado, se
aprietan unos contra otros para tener calor y carec-en del aire respirable
que necesitan, ó sea de 2 metro~ cúbicos por hombre y por
noche ( 1 ), porque la renovación es muy lenra como lo prueba el
\1) r.n la tienda para 16 ~embrea aólo hay una .::ap~tcid"d de 24- rnetrOt cúbico•
tie loa ~ue deac~ntan~o el volumen de loa individuo•, de la armu, equipo, etc .. 11penn
~weda hbre la m1tad, o acan 12, cuando ae•neceaitan 37·
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148 BOLETÍN MILI'l' A.R
aumento de la temperatura. La tienda, es, pu Js, malsana en
invierno y á la larga disminuye las fuerzas y reduce el efectivo de
.los combatientes.
Aun en buen clima la tienda es inconveniente: su establecimiento
demanda mucho tiempo, en especial cuando el viento es
uerte, la madera no está próxima y el suelo no es propicio. Y esa
pérdida de tiempo y aumento de fatiga para tropas que marchan r
t:ombaten es perjudicial en extremo. Además, los hombres encezrados
y amontonados bajo la tolda no pueden ponerse sobre las
armas inopinadamente, y al salir de ella, aun bajo la impresión del
~ ueño y en medio de la oscuridad, no saben dónde se encuentran,
el viento impide encender luz y el arreglo del equipo en esas condiciones
se resiente en prontitud y regularidad.
A estas lógicas razones agregaremos por nuestra cuenta otras
~ue no son para olvidadas en esta tierra. Las tiendas de campaña.
para una c~lumna de r,ooo hombres, ya exigen por lo menos 25
bestias para su transporte, reducidas al mínimun, y si no están mo-jadas:
de ordinario constituirán de 2.5 á 30 cargas, es decir, 250
para un Ejército de ro,ooo hombres, sinincluír las de Estados Mavores,
Oficiales, intendencia, ambulancias, etc., produciendo por aña.
idura un alongamiento inútil de más de un kilómetro, que presupone
un correlativo aumento en el tiempo necesario para el despliegue.
Y á lo dicho agréguese que los toldos para la tropa de un
Ejército de I o,ooo hombres representan un gasto de$ I 2,500 oro.
En vista de lo que antecede, parece natural suprimir la tienda
de campaña de nuestro equipo de guerra, en lo cual sólo haremos
lo que ya hit:ieron há tiempos los Ejercitos europeos, no ob tante
1as mayores facilid a des con que cuentan para el transporte del ma-erial,
que siempre llevan en furgones ó carros de guerra.
Pero com en Europa pudo re emplazarse el abrigo incompleo
y nocivo que prestaban las toldas por el cómorlo y sencillo que
ofrece el acantonamiento, de ordinario imposible entre nosotros
por la mínima densidad de la población, es preciso buscar el reem-
Iazo de la tolda por algo más racional, económico y práctico, y
parécenos que ese desideratum lo realiza de: sobra la tiendá abrigo,
ideada por los franceses en Africa, con algunas modificaciones,
siendo de advertir que tal tiendo-abrigo no se usa en Europa porue
es inconveniente en el invierno, es decir, en la época en que
nieve cubre el suelo, cosa que no sucede entre nosotros : para
países tropicales la han recomendado todos los militares eueo
~ .
La tienda-abrigo se reduce á un p edazo de tela de 1 metro 7 5
ntímetros de largo por 1 metro 6o centímetros de ancho (fig.),
e en cada uno de los dos lados más largos lleva siete ojales y siete
botones, en tanto que en los más cortos en uno presenta nueve oja-
. r nueve botones y en el otro dos orejas de cuerda destinadas á
apoyo á los pif!uetes con que se asegura la tienda. La tienda
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍN MILITAR 149
comprende, además, una percha ó bastón de I metro 20 centÍmetros
de largo, compuesta de dos pedazos de sesenta centímetros qu~
se añaden uno á otro por &us extremos mediante un anillo de hierro
que lleva el uno y un regatón del mismo metal asegurado en
d otro; pero como varas ó trozos de palo de 1,2o fácilmente se
consiguen en todas partes en Colombia, aun en número de vario
millares, en último caso puede prescindirse de tal aditamento, aunque
de llevarlo el soldado buen provecho derivaría para usarlo com
apoyo en los malos caminos, evitándose entonces que empleara co
tal objeto el fusil que con ello siempre sufre algún daño, en especial
si es de repetición. En fin, la tienda se completa con un pedazo
de cuerda de 2 metros de longitud.
o o ------
o- o-o-
o-o-
o- l a o-ooo-
00000
000000000
ooooooo-
I!Perclw
Para armar una tienda-abrigo para tres hombres se abotonan
dos de los pedazos de tela mencionados por el lado que llevan 9
botones, y luégo el todo se tiende sobre una cuerda asegurada en
el extremo supe-rior de dos perchas ó palos clavados en tierra á I ,6o
Je distancia. En seguida se templa el género con 4 estacas que se
hincan en el suelo pasándolas por las oreja de cuerda. Después las
otra> dos cuerdas se llevan de la cabeza de las perchas hac-ia los lados,
y también se aseguran al suelo con estacas para dar estabilidad
á la construcción. En fin, el otro de los pedazos de tela se abotona,
por los lados más largos, montándolo sobre una de las cuerdas laterales,
á los dos trozos que ya están colocados, con lo cual se cierra
la tienda por uno de sus extremos. Reuniendo por sus extremoa
abiertos dos tiendas-abrigos para tres hombres, se forma otra que
sirve para seis y tiene la ventaja de quedar totalmente cerrada,
Jo que es una comodidad en las regiones muy frías. En este caso la.
tienda se arma sobre tres grupos de dos perchas, dos cuerdas horizontales
y cuatro en tirantas, lo que da gran estabilidad á la construcción.
La tienda-abrigo no recarga el equipo del soidado, resulta de
muy poco precio y permite acampar una tropa aun en terrenos
donde no es posible levantar una tienda, por cuanto solo demanda.
una área de 2 metros 40 centímetros por lado.
El trozo de tela en referencia no es, pues, má¡ grande que
un bayetón, y la modificación que creemos necesaria no es otra que
la de abrirle en su centro (a) una abertura con aletas y abotonadu-
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1~0 BOLETÍN MILI'l'A R
raque permitan cerrarla cuando sea preciso. Así arreglada la ru«.na
sui géneris, de una manta de buena calidad, servirá al soldade
de toldo de campaña, de abrigo contra la lluvia en las marcha~ y
de noche contra la intemperie cuando está de fatiga, reemplazand~
con ventajas el capote que usan los soldados en E u ropa, y en fin,
cuanrlo no se pueda ó no convenga armar la tienda, como sucede
en las avanzadas, la tela doblada y extendida en el suelo, servirá á la
tropa de lecno y cobertor. En caso de que se haya humedecido e~t
fácil secarla llevándola medio extendida . obre el morral un cortct
tiempo. En especial, como se comprende, para las comisiones que
de ordinario desempeña la tropa, la tienda-abrigo es un verdadero
tesoro y sólo es de admirar c0mo no ha entrado hace tiempo en
nuestro equipo de guerra abandonando la tolda que es inaceptable
desde todo punto de vista. Por último, la rienda-abrigo de manta
de color oscuro, abrigada en tierra fría y fresca en tierra cálida,
casi se confunde con el suelo, y á más de I,ooo metros es imposible
contar el número de las que constituyan un campamento.
Parécenos, pues, conveniente someter á las enseñanzas de la
práctica la tienda-abrigo, ensayándola en las comisiones de tiempo
de paz, porque de seguro el ejército comprendería entonces
en unos pocos días las ventajas indiscutibles de ella, como comprendió
las de la alpargata de cuero y lienzo sobre la de fique y algodón
á que estuvo acostumbrado tántos años.
Guer••a de llldependellf!la
(Conferencias á los Oficiales de la Guarnición ele Bogotá)
J · - 181 O, 1 81 1 Y 1812: LA REBELIÓN DE LA~ PROVINCIAS
CAPITULO 1 - VENEZUELA
Pr.'mna campaña de. Guayr111a
(Continúa)
Resuelto por las Juntas de Caracas y de Cumaná emprender
operaciones serias sobre Guayana, creyeron sus vocales, seguramente
influenciados por la~ opiniones de jefes inexpertos, que
el simple dominio del Orinoco bastaba para conclttJr la guerra en
favor de la República. En tal virtud, y sin preocuparse mucho por
• No indicamos fuentes, por cuanto nuestro relato se aparta íntegramente del 4!'11e
ae lee en todos los historiadores, y en caso tal es preciso incorpora en él loa documentos
que lo respald;m Llama aí la atención cómo punieron incurrir en equivocaciones de
tánta magnitud quienea antea que nosotros ee ocupnon de eata parte ele la Magna Guerra.
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BOLETÍN lUL11'..A Jt 111
ormar un ejército numeroso que obrara por tierra, la atencJoR
el Gobierno se dirigió á organizar una fuerte escuadrilla, lo que
rquedó á cargo de la Junta de Cumaná, de la cual dependía la isla
de ,~.\iargarita, cuyos valientes hijos y die tro marinos eran Jos
más á propó sito para con tituír la División naval que demandahan
las circunstancias. Organizáronse, pues, dos ejércitos, con jefe
de igual grado, por lo cual era difícil establecer la unidad de
acción, y la dualidad de mando de ordinario sólo ha producido catá
trofes.
En los últimos meses de 1811 y primeros días de 1812, se
realizo la organización proyectada, de ~uerte que en Febrero ya
estuvo reunida en el golfo de Paria, á órdenes del Comandante
Felipe Estévez y de B auti ta Videau, una respetable División de
fuerzas sutiles, compuesta de 2 goletas, 2 pailebotes, 20 lanchas
cañoneras y 6 flechera~, armadas con 40 cañones y morteros, los
primeros principalmente de los calibres 12, 18 y 24, y tripuladas
por 180 marineros, 160 fu ileros y roo artilleros. Esta División
debía penetrar al ()rinoco por uno de los brazos del delta, y obrar
en el río en com bi nací ón con fuerzas de tierra, mandadas por el
Coronel Arismendi y el Comandante González, á las cuales se había
señalado como punto de asamblea la población de Barrancas :
a cendían á unos 400 infantes, 100 jinetes y 2 cañones de á 1. El
Coronel Villapol era el Jefe de todas l a s tropas de mar y tierra de
Cumaná, y lo secundaban el Comandante de ingenieros A scue, y
el d e artillería Z e rtal.
Al principio las tropa. de Cumaná fueron más numerosas,
por cuanto en ellas se englobaban las que formaron la Columna
que, ':1) mando del Coronel Sol á, se envió como refuerzo al Coronel
Moreno, y comprendía el trozo de tropa veterana, el de pardos
vencedores en La Carata, un piquete de cab?llería y un cañón
•iolento, ó sea poco más de 500 hombres.
En resumen, el total de las fuerzas que Cumaná aprestó para
)a campaña, a cendió á unos r,2oo hombres de mar y tierra, entre
ellos roo jinetes, con 30 nave y 43 piezas de artillería. Por desgracia,
los cañones de los barcos apenas recibieron una dotación
de 70 tiros, y las municiones de la infantería no se calcularon con
más prodigalidad.
Por lo que hace á la Provincia de Caracas, sus tropas no eran
inferiores en número á las de Cumaná y se habían reunido en la
Villa del Pao á órdenes del Coronel Francisco González Moreno,
designado, a-iemás, como primer Jefe de toda la expedición contn.
Guayana. Dicho C0ronel, después de las derrotas de la expedicióA
anterior, había reunido en el lugar mencionado, que dista 70 kilómetros
del Orinoco (40 millas, no +O leguas como han dicho los
historiadores), los salvados por Freites, y sobre esa base con la recluta
de los Llanos y algún refuerzo enviado de la ca piral, había
odido organizar poco más de 1,30() de todas armas, por Jo cual
ANCO D REF'U! U C
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152 DOI,E'l'ÍN MILITAR
pudo disponer de unos 2,ooo cuando á mediados de Febrero se I
unió ]a columna del Coronel Solá.
Por lo que hace á los españoles, ahora mandado~ por el Coronel
Charle , nuevo Gobernador de Guay:ana, distinguido marino,
y el Comandante Sales Echeverría, Jefe de las fuerza sutiles,
pre\·enidos de la tormenta que los amenazaba, á las tropas con que
triunfaron el año anterior agregaron 100 jinetes organizados en
U pata y un batallón de 300 negros, á quiene sus amos ofrecieron
la libertad si se batían con valor en cefensa del rey. La escuadrilla
se componía de 10 goletas, 2 balandras, 6 lancha cañoneras y varias
flecheras bien artilladas y aunque con tripulación india, mandadas
por buenos oficiales de marina.
Las operaciones principiaron por parte de los patriotas con la
lentitud que en éstos era clásica, y el mejor relato de ellas y de lo
planes de Moreno está en la siguiente nota que dicho Jefe dirigió
el 20 de Enero, de su Cuartel del Pao, a] Comandante de las fuerzas
sutiles ancladas en Pedernales, mientras Villapol cruzaba despacio
la llanura: "Los enemigos se hallan situados á las inmediaciones
del apostadero de Barrancas, intentan atacar á nuestra escuadrilla,
cuando pase por un sitio que está entre dicho apostadero
y la hacienda de Torrente, paraje por donde sólo pueden navegar·
tres lanchas juntas, por ser m u y bajo lo restante del cañoJ acoderándose
á la parte de] Orinoco, formando su línea del Este al Oeste,
y su espalda al Sur. Aunque nuestra escuadrilla trae la ventaja
del barlovento, si determina entrar por Macareo ó por Pedernales,
siempre es peligroso el menciodado paso, porque las enemigos,
aunque sólo tienen quince buques (los otros · estaban en
Angostura) pueden oponerlos todos contra los tres que sólo permite
en aquel lugar el caño. Por consiguiente, convendrá que la escuadril1a,
en caso de haber de dirigir su navegación por dicho paraje,
sea s stenida por tierra, apostando en nuestra oril1a un par de
cañones de á 8, ó de á 12 que, sostenidos por las tropa de desembarco,
desalojen á lo en migos de aquel punto.
"Dicha artillería y tropa pueden muy bien costear el caño.
desde la vuelta que conduce un camino por tierra con dirección á
Barranca, por ser mucho m
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año III N. 116", -:-, 1899. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691033/), el día 2025-06-17.
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