ANo 11 Bogotá, Enero 2 3 de 1399 NUM. 83
__ ,.. . .,._ __
úRGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA ·y DEL EJERCITO __ ,..,._____
Fundador, ALEJANDRO POSADA
Son colabo'radorcs natos de este periódico todos loa Jefes y
Oficiale.~ del Ejército de la. República.
MINISTERIO DE GUERRA
-- ·~·--
DECRETO NUi\1ERO 369 DE 1899
(6 DE ENERO)
por el cual !e confiere un asceneo y se hace un nombramiento en el ramo militu.
El Prlsiatnt( al la República
DECRETA :
Art. 1.0 Asciéndese á General en Jefe del Ejército nl
General de Di visión Roberto U rdaneta.
Art. 2.0 Llámase al servicio activo al mencionado
General y destínasele á ocupar el puesto de Comandante
en Jefe del Ejército de la Nación, en propiedad.
§ Dése cuenta del ascenso al Honorable Senado de
la República en sus próximas sesiones, para los efectos del
ordinal 5. 0 del artículo 98 de la Uonstitución.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Anapoima, Departamento de Cundinamarca,
á 6 de Enero de 1 899·
MANUEL A. SANCLEMENTE
Bogotá, 7 de Enero de 1899.
El Secretario de Guerra, Encargado del Despacho,
CLÍMACO LOSADA
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378 BOLETÍN MILITAR
DECRETO NUMERO ..... DE 1899
(9 DE ENERO)
por el C"Ual &e restablecen loa trabajos del cuartel de Honcla.
El Presidente de la República
CONSIDERANDO:
~e es de urgente necesidad continuar los trabajos
fiel cuartel de Honda, en interés de darle á la guarnición
de allí alojan1iento sano, y para no perder el costo causado,
ya en el principio de la obra,
DECRETA:
Art. I. o Restablécense desde el 20 del presente n1es.
los trabajos de construcción del cuartel de Honda, que
fueron suspendidos por decreto de fecha I 2 de N ovien1bre
último.
Art. 2. o Continuarán en sus funciones desde la fecha
citada los empleados creados para la administración de dicha
obra.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Anapoima, Dcpartan1ento de Cundinamarca,
á 9 de Enero de I 899.
MANUEL A. SANCLEMENTE
Bogotá, I I de Enero de 1899.
El Ministro de Guerra, JORGE HOLGUIN
RESOLUCJON NUMERO 7
que señala algunas facultades á la Comandancia en Jefe del Ejército
Ministerio de Guerra-Sección r.a-Bogotá, IO de Enero de 1899
Siendo la Comandancia en Jefe la Oficina Superior del
Ejército, y debiendo, en consecuencia, tener la dirección de
algunos servicios del ran1o militar,
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BOLETÍN MILITAR 37~
SE RESUELVE:
Adscríbense á la Comandancia en Jefe del Ejército los,
siguientes asuntos, que han estado á cargo del Ministerio:.
I. 0 Las altas y bajas de tropa.
No se concederán bajas sino con arreglo á los requisitos
legales, esto es, cuando los individuos hayan cumplido.
cuatro años de servicio obligatorio, ó cuando se haJlen in-·
útiles;
2.o La expedición de pasaportes á los individuos de
tropa dados de baja;
J. 0 La concesión de licencias ten1porales á Jefes, Oficiales
y tropa ;
4·0 La reunión de conscriptos para completar el personal
efectivo de Jos Batallones, ó para la formación de
otros, teniendo especial cuidado de n1antener siempre el
número necesario de fuerza, conforme á la Ley que fija e .
pie de Ejército permanente;
5. 0 Disponer la con1parecencia de los militares en servicio,
ó de los empleados adn1inistrativos del Ejército, ante
cualquiera autoridad civil de la República, cuando fuere:
solicitada;
6.o Ordenar ltl prisión militar de cualquier individuoperteneciente
al Ejército, y su entrega al Juez de la causa;
y ordenar los pasaportes que haya de expedírseles, y el sun1inistro
de escoltas conductoras, debidamente pasaportadas·
7. o Hacer curnplir los en1bargns judiciales de suela os;
de militares;
8. o Decidir las consultas que ocurran en materias de
procedimiento; nombrar, cuando fuere el caso, funcionarios
de instrucción y fiscales; resolver competencias jurisdiccionales
entre autoridades militares, y todos los demás negocios
concernientes á la justícia militar;
9.o Oír las quejas de los miembros _de la fuerza por
malos tratamientos de los superiores, é imponer los castigos.
á que hubiere lugar;
ro.o Prevenir y castigar la~t faltas de moralidad y disciplina
cometidas por individuos militares, dentro ó fuera
de los cuarteles.
Comuníquese.
El Ministro, JORGE HOLGUÍ r
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380 BOLETÍN 1\HLITA. 1~
INSTRUCCION DEL SOLDADO
DE INFANTERIA ALEMAN SOBRE EL TERRENO
(Conclusión)
De la tercera á la séptima semana los instructores enseñan á
los reclutas cómo los menores accidentes del suelo- cunetas, árboles,
muros, etc. -pueden servir de abrigo; y cuál es la t·esistencia
que cada uno de tales ob3táculos puede oponer á la fuerza de pene.
tración de los actuales proyectiles. Se insiste en que el soldado
apunte en las di versas posiciones exigidas por la utilización de los
.abrigos, repitiéndole sin cesar que su deber es más bien el de asegurarse
un buen campo de tiro que el de cubrirse : f/irkung geht uor
Deckung. (La acción va delante de la protección).
Poco á poco se le enseña á servirse de la haramienta portátil
para mejorar ó reforzar los ob.;táculos detrás de los cuales se halla
apostado. Se recomienda á los soldados que las tierras removidas
con este objeto, en los trabajos del campo de batalla, no se destaquen
sobre el terreno natural.
Se hace también palpable á los ojos de los reclutas la extensión
~e la zona eficazmente batida por el fuego de fusilería, escalonán
«lola por medio de soldados tendidos sobre el suelo.
Durante varios días se ejercita á los soldados bisoños á situar-
e rápidamente en sus po::,iciones, suponiendo que han de efectuar.
o bajo el fuego del enemigo: unas veces se les prescribe que se
deslicen con precaución hacia el obstáculo que debe de servirles de
. abrigo, y otras en cambio se previene que esta operación se haga
.en el menor tiempo posible.
Para el empleo del alza y las reglas de tiro, la instrucción en
e1 campo marcha paralelamente á la de la escuela teórica, que puede
empezar en el cuartel á la tercera semana.
Progresivamente se enseña á los reclutas á apuntar á blancos
-:situados de 100 á 500 metros, ya situados frente á su posición, ya
..en los blancos de la misma, y finalmente, á hacerlo con rapidez
·sobre puntos movibles.
Sin embargo, solamente á partir de la octava semana podrá el
$Oldado hacer uso de su arma como en campaña, es decir, haciendo
fuego, sea con falsos cartuchos, sea con cartuchos de carga reduci~
a. Se ha de tener mucho cuidado en habituar á los reclutas á
~puntar bien en todas las posiciones, convenciéndoles de la necesidad
de hacer un tiro preciso, ejecutado con calma.
La instrucción sobre los objetivos da lugar á una enseñanza
.minuciosa, en la que se saca el posible partido de la inteligencia
Jel soldado y de las mejores ó peores circunstancia~ de su vista.
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BOLETÍN MILITAR 38F
El blanco representa siempre soldados que se mueven y toman
las diversas posiciones que comprende el servicio de campa.ña.
Del hombre aislado se pasa al grupo, poniendo de!ante de los .
ojos de los reclutas objetivos descubiertos ó medio vueltos, altos ó.
bajos, profundos ó delgados.
Así se les familiariza con todas las apariencias que presenta el
enemigo en ]a realidad. Algunas veces el instructor hará pasar por
delante de ellos soldados que desaparecerán en un punto para reaparecer
en otros. Cualquiera que sea el objeto percibido, el solda- do
debe definirlo en alta vozJ caractFrizándela, por ejemplo: "un
centinela á la izquierda, oculto hasta el pecho; una patrulla de
tres hombres, marchando al descubierto.''
La serie de las apreciaciones de distancias empieza á 50 y se:
termina á 6oo metros. Las apreciaciones se repiten varias veces
tomando con puntos fijos varios individuos colocados á diferentes
distancias ú objetos del terreno, teniendo cuidado de hacer observar
á los reclutas las diferencias producidas en la apariencia de los
objetos y circunstancias atmosféricas; pero no se les hablará más
que de las que realmente se produzcan, pues una explicación teórica
sin la práctica sería inútil.
El instructor no debe omitir el indicar á los reclutas los efec-tos
del tiro para cada distancia apreciada.
A partir de ]a octava semana, la instrucción toma el carácter~
de ejercicio razonado, sea de defensiva, sea de ofensiva. La ejecución
del fuego debe ser objeto de escrupulosas atenciones. Tanto
si se hace tirar individualmente, como si el fuego es colectivo)
lento ó rápido, el jefe debe inspirarse, no en una hipótesis cualquiera,
sino en la apariencia que presente el objetivo en cada instante.
Análogamente se verifica con los movimientos de la guerrilJa _
Si el objetivo aparece, la cadena de tiradores se detiene y se inicia
el fuego; si aquél desaparece ó retrocede, la guerrilla avanza. Solamente
se inicia un movimiento retrógrado cuando el objetivo
aparece en grupos más numerosos en el frente ó en los flancos.
Los objetivos que sucesivamente se presenten á la vista de la
tropa que se esté instruyendo, serán variados como sea posible:
siluetas de hombre.; de pie, rodilla en tierra ó echados, y siluetas de ·
jinetes. Algunas veces se harán desaparecer completamente los
blancos, que se pondrán de manifiesto únicamente por un poco de
humo; acostumbrando á los soldados á apreciar la distancia y á
ejecutar el fuego con el emplazamiento así designado.
La presentación de los objetivos lleva consigo, pues, una progresión
metódica rigurosamente subordinada al programa de cada
ejercicio: si se presentan las siluetas de pie no deberá dejárselas
inmóviles, sino que habrá necesariamente que hacerlas avanzar, retroceder
ó moverse lateralmente.
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.382 BOLETÍN MII;I'l'AR
Si los blancos extendidos sobre el terreno rep!"esentan fraccio"
nes en orden cerrado, habrá que transformarlos, en cuanto se inicie
el fuego, en siluetas aisladas, rodilla en tierra ó echados.
Al principio las siluetas se disponen de manera bien visible
:Sobre el terreno, en las zonas correspondientes á las diferentes alzas
cuyo empleo se enseña, y se conduce la tropa á presencia de
tales objetivos. En seguida se ocultan los blancos dentro de fosos
ó detrás de masas cubridoras, y se les hace aparecer .súbitamente,
inmóviles ó en movimiento.
Al empezar cada ejercicio los individuos que representan al
enemigo, ó que están encargados de manejar los blancos, reciben
instrucciones precisas, que les sirven, ·además, de enseñanza para
.Ja manera como deben obrar en di versas circunstancias.
El método de instrucción que acabamos de indicar se dirige
:á los ojos y á la inteligencia del oldado, cxclurendo toda hipótesis,
á la que la imaginación dd soldado será poco accquible. El recluta
ve todo lo que se explica, y puede fácilmente comprender el por qué
el cómo de las cosas.
Ciertamente que el procedimiento explicado requiere mucho
'.tTlaterial de blancos y siluetas, absorbiendo un personal muy numeroso
para representar al enemigo ó mover los blancos ( 1 ), pero
esta representación de los episodios de detalle del servicio de campaña
enseñan al soldado más rápidamente que repetidas lecciones
eóricas en la Escuela.
Informaciones para el Ejército
EL EJERCITO DE CHILE
PROVISIÓN DE BAJAS EN EL EJÉRCITO DE LÍNt:A--=Llamaremos la aten-=
ciÓn del lector á la cantidad de Io,ooo soldados de línea que quedan
-excedentes cada diez años. Es el resultado de la aplicación de una medida
tomada por el General Korner hace años y posteriormente reglamentada
por decreto de 8 de Octubre de 1897, para la provisión de hajas
¿n el ejército de lí11ea, cuyo texto es el sigui,ente:
"Los euerpos del ejército llenarán las bajas que se produzcan en
~u dotación, exclusivamente con aquellos individuos que, dentro de los
cantones señalados para su reclutamiento, reúnan los requisitos necesarios
para formar parte de la guardia nacional activa.
( 1) Este material de blancos y siluetas es el e3collo del sistem1 propuestc>. Desear.
·anoctlo, y haciendo la instrucción en dos grupos opuestos, rle los que 1'1 uno sirva de ob-
jetivo al contrario, el métorlo resulta tan eminentemente lógico y racional, que merece
ser tomado en cuenta por todos los que creen que es insuficiente la instrucción del recluta
t"educi la á moverle como un maniquí. (N. o.u T.).
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:BOL:E1.'ÍN MILITAR 333
"Los cuerpos cuyos cantones de reclutamiento no coincidan COl\
us guarniciones, quedan autorizados para establecer sus cuadros de
instrucción ó parte de ellos en los cantones indicados en el cuadro adjunto,
y también para instruír allí mismo los reclutas ó enviarlos al
cuerpo.
''Todo individuo destinado á un cuerpo del ejército, necesariamente
debe ingresar á uno de los dos cuadros de instrucción de aquél,
para recibir la preparación individual correspondiente, sin dejar por
esto de pertenecer á la dotación d ~ su respectiva compañía, escuadrón
ó batería.
"El reclutamiento tendrá lugar solamente en los meses de Abril
y Octubre.
" Ninguna filiación se extenderá por más de dos años, después de
los cuales no se re11ovará sino en casos muy excepcionales y sólo á individuos
que no hayan podido ser ascendidos por falta de instrucción.
"La idea, que no e · nueva, es excelente. Es una reminiscencia de
1o que hizo Pru::.ia cuando obligada, después del Tratado de Tilsitt, á.
no tener ejúcito que pasase de 40,ooo hombres, se le ocurrió renovar
éstos en el plazo más corto posible, asegurándose así una reserva considerable
de antiguos soldados. El Presupuesto no permite á Chile tener
sino un número reducido de soldados de línea, pero como no guarda
éstos sino dos años, al cabo de los cuales los reemplaza por voluntarios,
que ·e presentan siempre en número mucho más considerable que el
necesario, resulta que el sistema Froduce, en cada período de dos años,
como 6,ooo soldados, Cabos y Sargento, que vuelven á la vida civil,
pero ,·an constituyendo poco á poco una reserva de veteranos. Al fijar
en Io,ooo el número E LÍNEA-El Congreso
fija anualmente la fuerza de que consta~án el ejército de línea y
la armada de la República.
Su administración está á cargo del Ministerio de Guerra y Marina.
MINISTERIO DE GuERRA-Corresponde al Departamento de Guerra:
1.0 El reclutamiento, organización y disciplina del ejército de
línea y la distribución de las fuerzas que lo componen ;
2. 0 El alistamiento, organización y disciplina de la Guardia nacional
y su movilizacion ;
3. 0 Todo lo relativo al armamento y conservación de las plazas
fuertes y fortalezas, y la administración de los parques y almacenes de
guerra, de las fábricas de armas, de municiones y de pólvora, y maestranzas
militares de propiedad fi5cal ;
4· 0 El abastecimiento de víveres y forraje, de vestuario y equipo,
y la remonta del ejército y de la Guardia nacional ;
~ • 0 El servicio de hacienda, de sanidad y religioso de las fuerzas
hay que dormir.
Llevábamos algunas provisiones, y el Agá pudo facilitarnos leche y
huevos, y nos consideramos felices con hallar este suplemento. La
digestión no fue dificil, la noche la hizo aún más fácil: una fuerte
lluvia se abrió camino al través de las hojas, y mojó nuestras cama¡,
sin parar mientes en otras desdichas más mortificantes; por
esto nos levantámos más temprano que de costumbre, y el recuerdo
que conservámos de la torre de Jericó no tiene nada de respetuoso,
á pesar de su antigüedad: data, según dicen, de Jos primeros
años de la ocupación romana.
21 de Diciembre-A las siete de la mañana montamos á cabalb;
la lluvia ha cesado, y el sol, que se levanta, da un tinte
poético á todo el paisaje del Jordán. ri'an sólo al llegar á las orillas
mismas del río lo descubrirnos, de tal suerte va encajonado en
la tierra que mina cada vez más, oculto bajo los Sáuces y tamarindos,
que parecen contemplar su follaje en el espejo de las aguas.
A medio día bajamos el río, y en breve liegamos al Mar
Muerto, cuyas aguas sulfurosas también llaman la atención del
viajero. No hablaré de los análisis que se han hecho de ellas en diferentes
épocas; yo había probado el agua turbia del Jordán, que es
muy agradable; la del Mar Muerto me causó mortificación, y por
algunas horas estuve arrepentido de haberla bebido; sin embargo,
pude dar fe de los asertos de la ciencia, lo que ya es algo. Que las
ruinas de Sodoma y de Gomorra duerman ó nó en el fondo de este
lago, no por esto las aguas son menos sulfurosas y saladas, otros
dirán mejor que yo si hay que atribuído á Ja vecindad de tal montaña,
á la alta temperatura del aire ó la depresión. El nivel del
Mar 1\1uerto es de más de mil pies sobre el mar, y está averiguado
que arroja exhalaciones pestíferas: los pescados que allí llevan las
aguas del Jordán, mueren repentinamente, y nunca se ven pájaros
revolar pcr sus riberas.
SábadiJ 22 de Diciembre-Hé aquí un día grande para nosotros
; apenas estamos á tres leguas de Jerusalén, y debemos ir á
almorzar allí; desde el amanecer nos encontramos nerviosos, es un
día único en nuestra vida.
Son lt\s ocho de la mañana ; bajamos precipitadamente al diván
para tomar el café, y pronto, en seguida, montamos. El torren
te del Cedrón, que nace abajo de Jerusalén, en el valle de Josafat,
nos traza el camino para la ciudad santa, y seguimos las mil
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388 BOLETÍN MlLlTA.R
sinuosidades de él, no-sin mirar una vez más atrás todo lo que
hay de pintoresco. Tan sólo la cadena de montañas de Judea no¡
sep3ra de Jerusalén; como á las nueve y media llegamos á la
cima de la más alta de estas montañas, la vemos, al fin, tal como
apareció, poco más ó menos, á los primeros cruzados franceses en
1099! Piqué mi caballo y adelanté á la caravana, y pocos instantes
después era presa de la más viva é indescribible emoción;
me descubrí entonces, y dije á gritos á mis compañeros: ¡ Jerusalén!
¡Jerusalén!
Inmediatamente echamos pie á tierra para contemplar la porción
de la ciudad que se vfrecía t nuestras miradas. Era la parte
sudoeste del Monte Sión: encima de las murallas dentadas, que
datan de los cruzados, y forman á lo lejos una inmensa línea recta,
entre varios minaretes de mezquitas, apercibimos la cúpula de la
iglesia del Santo Sepulcro, punto central de la Jerusalén cristiana
que mis ojos venían á buscar desde tan lt>jos. Lo que entonces
me pasó no sabría explicarlo sino repitiendo el cántico del viejo
Simeón, cuyas primeras palabras se me escapaban de los labios:
N une dimittiJ urvum tttum in pace Domi11t,
Quía viderunt oculi mei J enualem.
Volvimos á emprender silenciosamente nuestro camino hasta
el valle de Josafat, en seguida cruzamos á la ¡zquierda por el valle
de Hennón, que corre á lo largo del Monte de Sión, y por una
bajada escarpada, muy áspera hasta para los caballos, llegamos,
como á las once d~ la mañana, al pie de la antigua torre de David,
á la puerta de Hebrón, que también se llama puerta de Jafa. De
seguro que nuestra llegada había sido anunciada por toda la ciudad,
porque los custodios que estaban de guardia en esta puerta,
tomaron las armas y nos hicieron los honores militares, rasgo de
cortesía á que antes no se nos había acostumbrado.
La sola hospedería de los peregrinos crir,tianos en Jerusalén,
es el convento de los Padres de Tierra Santa, más conocido con el
nombre de Casa Nuova de los Franciscanos, y iituado en la ciudad,
á poca distancia de Hebrón. Cuando echamos allí pie á tierra, todos
los relit;iosos nos esperaban: el Cónsul de Francia nos había
hecho preparar cuartos, y nuestro equipaje, que de Jericó enviamos
directament'! á Jerusalén, había llegado la víspera de nuestra llegada,
por la tarde; en un instante es tu vimos como en nuestra propia
casa, y el pabellón de Francia se izó en el má5til del convento
en honor nuéstro. Reservamos este primer día para las visitas oficiales
que por nuestro uniforme y por las cartas de recomendación
de Fuad-pachá, teníamos que hacer.
Domingo 23 de Diciembre-Con gran pesar nuéstro se pasó el
primer día de nuestra permanencia en Jerusalén sin que nos fuese
posible visitar el Santo Sepulcro: los Turcos tienen las llaves, r
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BOLETÍN MlLl'l'Al~ 389
no lo abren sino á ciertas horas, para los diferentes cultos católicos.
Este gran pleito, respecto del cual la E u ropa cristiana no ha sabido
conducirse con bastante energía, está al presente reglamentado así:
los Latinos tienen á su disposición exclusiva los santos lugares todos
los días desde las cuatro de la mañana hasta las siete; durante
estas tres horas no tienen derecho sino de decir tres misas en el
Santo Sepulcro, de ellas una sola cantada. A las siete de la mañana
dejan e] sitio á los Armenios y á los Griegos, tan poderosos hvy
en Jerusalén, y de ter tores de casi todos los santos lugares. A las
diez los Turcos cierran las puertas, entregan las llaves en casa del
Gobernador Civil, y se necesita permiso para penetrar al S:mto
Sepulcro durante e] día, exceptuando siempre el jueves Santo, que
se dejan las llaves á los Latinos hasta las diez del día siguiente. De
este modo se han avenido los sectarios de Mahoma con los tres ritos
latino, griego y armenio, que entre sí no han podido entenderse.
Nada menos que el ruido que hizo nuestra llegada á Jerusalén,
se necesitó para obtener que un domingo se dije e una misa por
nosotros en el Calvario, á ]as siete y media de la mañana, esto es,
fuera de las horas latinas. El S nto Sepulcro, el Calvario, la Capilla
de la Invención de la Santa Cruz y la piedra de la Unción,que
formaban en el siglo primero capillas separadas, están, desde el
tiempo de las cruzadas, reunidas en un solo edificio.
¿Cómo pintar la emoción que se apoderó de nosotros, cuando
penetramos en este sagrado recinto, por una puerta desvencijada,
oculta en el fondo de un patio, entre dos casas que la desnivelan, y
atestada de musulmanes que fuman, ó preparan café á ]a entrada
misma de los slntos lugares, como lo hicieran en un mercado ó en
la mitad de una plaza pública? Se tropieza con el desgreño de la
miseria en donde se creería hallar la opulencia sostenida por todas las
naciones cristianas; y el escándalo y la indiferencia reinan allí á
donde uno acude animado del respeto y de la fe, é involuntariamente
tiene uno que llorar y callarse. Por otra parte, buscamos
los piadosos recuerdos de nuestra religión, y no nuevos agravios
contra los profanadores de su cuna.
El primer objeto que atrae las miradas al entrar al sagrado
recinto, es la piedra de la Unción, colocada al frente mismo de la
puerta de entrada, bajo un pabellón de piedra, de arquitectura gótica,
y del cual penden cinco lámparas que arden perpetuamente.
Esta piedra santa está protegida del piadoso vandalismo de los peregrinos
por una gran placa de mármol amarillo que la cubre completamente,
y recibe los besos de la veneración de los fieles. Allí
fue en donde Jesucristo fue embalsamado por los cuidados de José
de Arimatea.- (Continuará).
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390 DOLE'l'ÍN HILIT AR
SECOION TECNICA.
---···--
LAS EVOLUCIONES DE COMBATE
CON LAS TRES ARMAS REUNIDAS
Preliminares
En materia de táctica aplicada, nada puede decirse en absoluto, y
quien pretendiera establecer pedantescamente a priori un método para
combatir, aplicable á todos los casos y á todas las circunstancias de la
guerra, caería en gran error destruyendo irracionalmente esa libertad
de acción tan resistida, como necesaria é indispensable en la moderna
manera de combatir.
Entendida, por el contratio, en su verdadero sentido y aplicada
con justo criterio, tiene la inmensa ventaja de dar reglas generales, encaminadas,
sin establecer por ningún concepto la más mínima traba, á
indicar de un modo absoluto lo que se debe hacer, y enseñando además
á todos la manera de considerar las cosas, el terreno y el combate,
con criterio uniforme en lo posible, y á partir de conceptos idénticos é
iguales principios generales, para dar á aquélla desarrollo y aplicación,
si llegara, como consecuencia natural, á las mismas deducciones y conclusiones.
La acción de las diferentes armas y de los diversos cuerpos resultará,
por consiguiente, mas segura y eficaz, y su concurso, acumulado
para el fin común, podrá alcanzar con facilidad el grado de cohesión y
unidad deseadas.
La manera de interpretar las órdenes y las disposiciones, tanto
preventivas como preparatorias y durante la acción, tiene también
grandísima influencia en el desarrollo de las operaciones, resultando
por tanto gran ventaja y facilidad en la ejecución de las mismas órdenes,
mayor homogeneidad en su inteligencia, y casi me atrevería á
decir, mayor identidad en servirse de una expresión más bien que de
otra para una orden determinada ó para una determinada disposición ;
expresión que entendida por todos del mismo modo, será después aplicada
también igualmente.
Este modo uniforme de entender, interpretar y aplicar las órdenes,
hace más fácil la misión de cada uno en el desarrollo de las operaciones,
y establece una concatenación de ideas que, á manera de corriente
eléctrica, une y pone en relación á los que e'3tán llamados á obrar,
con sus respectivos comandantes, y á éstos, con el Comandante en Jefe,
y por consiguiente hace que todos se posean del pensamiento directiYo
y del objeto á que se tiende.
Grandes fueron las ventajas obtenidas por el ejército prusiano con
este sistema que tanto facilitó la misión del Gran Estado Mayor para
dirigir desde lejos los movimientos de numerosos cuerpos, que partiendo
de diferentes puntos, debían reunir sus esfuerzos para una acción común.
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BOLETÍN XILl'l'AR 391
Y á los magníficos resultados obtenidos de este modo, seguramente
no debió contribuír poco la convic{'ÍÓn en que de antemano estaba el
mando superior de que sus órdenes serían entendidas y ejecutadas por
todo el mundo según su verdadero espíritu y con la precisa é inteligente
interpretación con que los esfuerzos de todos, dirigidos á un fin común,
suelen resultar fecundos en los más brillantes resultados ; y tales precisamente
fueron los obtenidos en la última guerra por los ejércitos alemanes.
Estos resultados, superiores á toda previsi6n, asombraron haata á
los más incrédulos é impulsaron después á todas las naciones en esa actividad
febril de reformas militares y de perfeccionamientos tácticos
que la experiencia de guerra tan memorable y tan rica en ensefianzas,
ha sabido sugerir y reclamar.
CONSID!lt.ACIONES CENF.RAl.ES SOBRB EL MOno DE CONDUCIR LAS TROPAS AL
COMBATE
La experiencia adquirida en la campaña franco-alemana de 1870-7 r
ha dado lugar á muchos escritos de gran mérito é importancia, que
han hecho resaltar la necesidad de modificar la táctica de combate é
introducir algunas modificaciones en las formaciones reglamentarias y
normale'> anteriormente establecidas.
Los estudios tácticos de la Última campafi.a acerca de las formaciones
qne deben cm plearse con preferencia por las tropas en el momento
de entrar en la e::.fera de acción de la artillería adversaria, y de
qué modo y con qué disposición convendrá avanzar en la zona batida
por la fusilería, y por tanto qué medios y qué formaciones se prestan
mejor para atravesar la ültima y más peligrosa zona del fuego hasta
llegar á las posiciones enemigas ; están llamados á introducir serias modificaciones
en las formaciones reglamentarias y á absolver mucho
problemas tácticos, planteados en la campafia austro-prusiana de 1866
y no completamente resueltos todavía.
De un esmerado estudio de cuanto últimamente se ha escrito, esp~
cialmente en Alemania, por las personas más autorizadas en cuestiones
militareg, se dedujeron esas consecuencias prácticas de táctica aplicada,
que más se conforman al modo de combatir con las armas actuales
de tiro rápido.
Variarl.ísimas son las opiniones acerca del modo de conducir las
tropas al combate ; pero cuanto se recomienda en esta nueva táctica no
son sino reglas ya conocidas y aplicadas en parte aun en el pasado : so~
lamente que la mayor rapidez y eficacia de las nuevas armas de retrocarga,
hace necesarie modificar las formaciones adoptadas para maniobrar
al alcance del enemigo, para operar en la esfera de acción de sus
fuegos con las mayores precauciones, á fin de evitar las enormes pérdidas
que necesariamente resultarían procediendo de otro modo.
La rapidez del fuego siembra en pocos momentos en los 6rdenes
cerrados excesivas bajas, y de aquí la necesidad de emplear casi en absoluto
el orden disperso bajo el fuego enemigo, procurando sin embargo
¡imitar lo más posible el desbandamiento que de él resulta, y regularlo,
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39~ BOLE'l'ÍN MILITAR
habituando á él los soldados en las maniobras y ejercicios de combate
en tiempo de paz.
Las tropas en orden disperso escapan á la dirección de los Jefes
¡uperiores, por lo cual la dirección del combate en tiradores está enteramente
confiada á los oficiales inferiores que mandan las líneas, y precisamente
como estos combates de detalle concurren á la acción general,
requiere en los oficiales iniciativa en el juzgar, y prudente resolución
para obrar pronto y bien.
Es indispensable '\lerificar todas las maniobras de formación con el
mayor orden y la mayor regularidad, para habituar al soldado á mantent:
rse obediente, pronto y disciplinado.
Para disminuír en lo posible las pérdidas causadas por el fuego
enemigo, es necesario tomar muchas precauciones para marchar al
combate.
No adelantarse en la zona batida sino con un objetivo determinado
y pleno conocimiento del objeto al cual se tiende.
Utilizar el terreno y maniobrar con celeridad bajo el fuego de la
infantería. ·
N o tener bajo el fuego de la artillería fracciones en orden cerrado
al descubiérto y que no combatan, ó por lo menos disminuír en lo posible
el frente y la profundidad que sirven de blanco fácil al enemigo,
teniendo presente que los proyectiles tienen mucha mayor dispersión
¡ lo largo que á ¡, ancho, y que, por lo mismo, el orden profundo es en
estos casos el má& p«ligroso.
Hacer preceder siempre por tiradores á la tropa en orden cerrado
que tenga que atravesar trozos de terreno batidos por el fuego enemigo.
· Al avanzar en la zona del fuego, emplear con preferencia la línea
de columnas de compafiía, bien con las seccione de frente ó de flanco,
según el terreno y las tropas que se hayan de batir; de este modo se
adquirirá facilidad y prontitud en los movimientos, elasticidad y flexibilidad
para adaptarse á la configuración del terreno, y se presentará
menos flanco á la artillería enemiga, tanto en el sentido del frente como
en el de la profundidad.
En el orden disperso el arte de utilizar el terreno en el combate
depende de la habilidad de los individuos y de las escuadrillas (1) ; en
el orden cerrado esta habilidad corresponde esencialmente á las diferentes
fracciones-pequeñas ó grandes-las cuales deben saber adaptarse
á las formas del terreno y transformarse según las exigencias del mismo.
De saber modificarlas con oportunidad se derivan las infinitas combinaciones
de formaciones, que necesita saber adaptar una tropa en
orden cerrado, lo mismo antes que durante el combate, no sólo para
poder resistir sino también para reservar las propias fuerzas para el momento
decisivo.
Este estudio es el arte de dirigir y mover bien las tropas, y constituye
la verdadera maniobra táctica apl~cada al terreno.
(1) Equivalen á uuestras e&cua.dras. (N. del T,).
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BOGOTA-IMPRENTA NACIONAL
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 83", -:-, 1899. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691000/), el día 2025-08-24.
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