Año II Bogotá., Noviembre 16 de 1898.
BOLETIN l\iiLITAR
--··~--
ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO
--•e-
Director, ALEJANDRO POSADA
Son colaboradores natos de este periódico todos los 'Jefu
y Oficiales del Ejército de la República.
MINISTERIO DE GUERRA
DECRETO NUMERO 213 DE 1898
(17 DE OCTUBRE)
por el cual se dictan varias providencias relacionadas con el Ejército.
El Vicepresidente de la República, Encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA:
Art. 1.0 Por excusa aceptada al señor General Cruz Chaves
para servir el puesto de J cíe de Estado Mayor de la 3·" División,
nómbrase en su lugar al General Lucas Gallo M., que sirve como
Jefe de la 2." Brigada de la 1." División.
§ 1.0 Mientra el General Gallo ocupa su nuevo puesto, el
primer Jefe del Batallón B?mboná, señor General Mario Guzmán,
se encargará accidentalmente del Estado Mayor de la 3·" División.
§ 2. 0 El General Nicolás Perdomo, en su carácter de primer
Ayudante General de la 2." Brigada de la 1." División, se encargará
provisionalmente de la Jefatura de aquélla.
Art. 2. 0 Acéptase al señor Teniente Coronel Eduardo Ortiz
B. la excusa que presentó para servir el puesto de 2.0 Jeíe del Batallón
Tencrife número ro.0
, y nómbrase en su reemplazo al Sargento
Mayor Paulo E. Escobar, á quien se llama al servicio activo.
Art. 3· 0 N ómbrase Auditor de Guerra de la 3: División al
señor Anselmo León Gómez. :.
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Art. 4. 0 Acéptase al Capitán Víctor M. Vesga la excusa que
ha presentado para servir como primer Adjunto del Estado Mayor
de la citada División, y nómbrase para ese puesto al Capitán Eliecer
Gómez, á quien se llama al aervicio.
Art. 5.0 Los Jefes y Oficiales de los Cuerpos que constituyen
la 3·· División, serán los siguientes :
Batallón ]iradores número 1 3-Primer Jefe, el Coronel Habacuc:
Beltrán, ya nombrado; Segundo Jefe, el Sargento· Mayor
Lucio de la Torre; Ayudante Mayor, el Sarg~nto Mayor Jesús
Rocha S.; Segundo Ayudante, el Teniente Higinio Forero;
Abanderado, el Subteniente Alejandro Badillo.
Primera Compañía: Capitán, Domingo García; Teniente,
Daniel Molina Cardoso ; Subtenientes, Eleuterio Sánchez y Miguel
Granados.
Segunda Compañía : Capitánl Carlos Tomás Muñoz; Teniente,
Hipólito Moreno; Subtenientes, Agustín Carreño y José
Angel Vargas.
Tercera Compañía : Capitán, Carlos Mendoza S. ; Teniente,
José Segundo Ruiz; Subtenientes, Antonio Ortega y Francisco
Gáfaro.
Cuarta Compañía: Capitán, Ramón M. Soto E.; Teniente,
Luis López; Subtenientes, Nicolás Roja<> y Alfredo Rivera.
Quinta Compañía : Capitán, Carlos Julio Guevara ; Teniente,
Antonio Mieles ; Subtenientes, Marco A. Villarretl y
Rosario Leal.
Batallón Rifles número 14-Primer Jefe, el Coronel Andrés
Quintero, ya nombrado; Segundo Jefe, el Sargento Mayor N epomuceno
Salas; Ayudante Mayor, el Hargento Mayor graduado
Cipriano Soto ; Segundo Ayudante, el Teniente Silvino Montañés
; Abanderado, el Subteniente Fídolo González.
Primera Compañía : Capitán, Ignacio Buenahora ; Teniente,
Alejandro Díaz G. ; Subtenientes, Antonio Salamanca é Isaías
Guerrero.
Segunda Compañía : Capitán, Remigio R oncancio ; Teniente,
Manuel Ballén ; Subtenientes, Acisclo Toscano y Alfredo
Aguirre, á quien se llama al servicio activo.
Tercera Compañía : Capitán, Elíseo Dueñas ; Teniente,
'reodoro García, á quien se llama al servicio; Subtenientes, Reinaldo
Escobar y Eugenio Barreto.
Cuarta Compañía: Capitán, Jesús Galvis; Teniente, Agustín
B. Santacoloma, á quien se llama al servicio; Subtenientes,
Heliodoro Mogollón y Francisco Pinzón.
Quinta Compañía: Capittn, Julio Sanmiguel; Teniente,
Uladisiao Ruiz; Subtenientes, Julio Suárez y Víctor Medina.
Batallón Bomboná número 15-Primer Jefe, el General graduado
Mario Guzmán ; Segundo Jefe, el Sargento Mayor Julio
Albán, á quien se llama al servicio ; Ayudante Mayor, el Capitán
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Luis U rdaneta; Segundo Ayudante, el Teniente Luis Moisés
Talero; Abanderado, el Subteniente Saba~ Pardo.
Primera Compañía: Capitán, Rogelio V élez M.; Teniente,
Luis M. Burgos; Subtenientes, Críspulo Gómez y José A.
Peña.
Segunda Compañía :- Capitán, Eudoro Aguirre; Teniente,
·Belisario Rucindo ; Subtenientes, Leandro León y Mariano
Castro.
Tercera Compañía: Capitán, José Manuel Dederlé; Teniente,
Gabriel Baena, á quien se llama al servicio; Subtenientes,
Manuel A. Medina é Hipólito Nieto.
Cuarta Compañía: ~apitán, José B. Vera, á quien se llama
al, servicio; Teniente, Félix V. Castillo; Subtenientes,Justiniano
Arenas y Jacobo Pérez.
Art. 6.0 Los Jefes y Oficiales de los Batallones que forman la
4·a División, serán los que á continuación se expresan :
§ 1.0 El Batallón Pichincha número r6 tendrá los mismos
Jefes y Oficiales que hoy tiene. Para la vacante de Teniente, que
existe en la 4: Compañía, se nombra al de ese grado señor Gerardo
Grajales, á quien se llama al servicio activo.
~ 2.0 Nómbrase primer Tefe del Batallón Urdaneta número
17, al Coronel Alejandro Quintero. El segundo Jefe, los Oficiales
de Plana Mayor y los de Co1hpañía, serán los mismos que hoy
sirven en dicho Cuerpo. Para la \iacante de Capitán, que existe en
la 3·· Compañía, y para las "de ~reniente y Subteniente de la 4.•,
se nombra al Capitán Olimpo Santos, al Teniente Leopoldc;> Ruiz
Vásquez y al Subteniente Wenceslao Bolaños, respectivamente.
§ 3· 0 Dos Compañías de e¡ te Cuerpo, c:on el primer Jefe,
harán la guarnición de Cali, y las sos restantes, con el segundo,
guarnecerán á B uga.
§ 4.0 La Plana .l\1ayor del Batallón La Popa continuará con
los mismos Jefes y Oficiales que hoy tiene. La oficialidad de las
Compañías será la siguiente :
Primera Compañía : Capitán, José María For~ro, á quien se
llama al servicio ; Teniente, Lcandro Guzmán ; Subtenientes,
Hipólito López y Vicente Monsalve.
Segunda Compañía: Capitán, Rafael Guevara !viartínez;
Teniente, Ruiino Guerrero C. ; Subtenientes, Francisco Congote
y Juan Gómez.
Tercera Compañía: Capitán, Antonio Domínguez C., á quien
se llama al servicio; Teniente, Carlos Talero; Subtenientes, Alberto
Barnga y José Vicente Fernández, á quienes se llama al servicio
activo.
Cuarta Compañía : Capitán, Guillermo Esc~llón y Teniente
Ulpiano Osorio, á quienes se llama al servicio ; Subtenientes,
Cándido Molina y Sebastián Delgado, á quienes se llama igualmente
al servicio.
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252 BOLE'.fÍN M.ILIT..A.R
§ 5.0 . Dos Compañías del Batallón La Popa harán la guarnición
de Medellfn, al mando del primer Jefe, y las otras dos, al
mando del segundo, guarnecerán la plaza de Manizales.
Art. 7.0 Restablécese la guarnición del Sur del Cauca, que
la constituirán dos Compañías, que se acantonarán en Pasto, con
el nombre de Medio Batallón Cazadores número I 9, el cual formará
parte de la 4·" División del Ejército.
§ 1.0 Nómbrase Jefe del medio Cuerpo citado, al Coronel
José María Mosquera.
§ 2.0 En decreto separado se harán los nombramientos de la
oficialidad para el mismo.
Art. 8.0 Llámase al servicio activo al Subteniente Luis E duardo
Calderón, y destínase á la quinta Compañía del Batallón Ayacucho
número 3.0
, en reemplazo del de igual grado Alberto Barriga,
que fue destinado al Batallón La Popa número I 8.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á I7 de Octubre de 1898.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, 0LECARIO RIVERA
DECRETO NU.l\1ERO 215 DE 1898
( NOVIEMBRE 8 )
por el cual se ordena vender unos buques de guerra
El Presidente de la República
En uso de sus facultades legales, y
CONSIDERAN DO :
I.0 Que para restablecer el equilibrio fiscal es de urgente negesidad
adoptar cuantas medidas de economía indique la conveniencia
pública; y
2. 0 Que atendido el ningún servicio que prestan algunos buques
de la .J.\Ilarina Colombiana, el gasto que se hace en el sostenimiento
de ellos, sobre ser gravoso para el Tesoro, no corresponde
á necesidad alguna relacionada con el orden,
DECRETA:
Art. 1.0 Procédase á vender en pública subasta, y con arreglo
á las demás formalidades que prescribe el Código Fiscal, los buques
de guerra denominados Crucero Córdoba y General Nariño.
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BOLETÍN MILITAR
Art. 2.0 Mientras se hace la venta de que trata d presente
Decreto, la tripulación de las naves mencionadas quedará reducida
á la guardia ó custodia indispensable para conservarlas.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 8 de Noviembre de I 898.
MANUEL A. SANCLEMENTE
El Ministro de Guerra,
PEDRo ANTONio MoLINA
DECRETO NUl\1ERO 2I6 DE r898
(NOVIEMBRE 8)
por el cnnl se elimina el Depósito militnr
El Presidmte d2 la República
En uso de sus facultades legales, y
CO. 'SIDERANDO:
1.
0 Que la angustiosa situación del Tesoro exige imperiosamente
eliminar cuanto gasto público no sea estrictamente indispensable
para los fines de la Administración; y
2.0 Oue en el Presupuesto de Gastos de la presente vigencia
no hay partida especialmente destinada para el pago de personal
distinto de el del Ejército en servicio activo, y por lo tanto el Poder
Ejecutivo no cree estrictamente legal la erogación que se hace
en el sostenimiento del Depósito,
DECRETA:
Artículo único. Desde el r .0 de Diciembre próximo quedará
eliminado el Depósito fvi ilitar, derogado en todas sus partes el Decreto
número 900 de 1890, que lo creóJ y virtualmente abrogado
el artículo 15 del Decreto número 14 de 23 de Agosto último,
reorgánico del Ejército.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 8 de Noviembre de 1898.
MANUEL A. SANCLEMENTE
El .f\1inistro de Guerra,
PEDRO ANTONlO MouNA
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254 BOLETÍN M.ILIT.A.R
NOTA DEL SENOR MINISTRO DE GUERRA
AL SEROR GENERAL JEFE DE ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJ~RCITO
República de Colombia-Ministerio de Guerra--8ección 1.•-7 Bogotá,
I I de Noviembre de I 898
SeÍlor General Jefe de Estado Mayor General del Ejército.
Consecuente con ias doctrinas y prácticas observadas invariablemente
por el actual encargado de este Despacho, aun en los
momentos más difíciles del último Jebate electoral, respecto de la
actitud que los miembros del Ejtrcito deben guardar en las luchas
políticas de los partidos, creo indispensable reiterar á la fuerza pública,
por vuestro digno conducto, las órdenes más terminantes
para que~~ Ejército se guarde, en absoluto, de toda intervención
en asuntos políticos, ya porque conforme al artículo · 168 de la
Constitución, la fuerza armada no es deliberante, y le está prohibido,
por tanto, ingerirse en esa clase de luchas, como porque la
buena organización y disciplina militares, que constituyen la base
de todo Ejército que realmente merezca l!"'var ese nombre, son
incompatibles con las deliberaciones á que la disposición constitucional
se refiere, y están en abierta pugna con la naturaleza y los
fines de la institución militar.
Siendo, como es, la fuerza pública guardián del orden y de laS
imtituciones, no se concibe cómo podría llenar el objeto para que
ha sido creada, si interviniera en el juego natural y pací:V.:o de los
p.lrtidos, ó tomara parte, siquiera indirecta, en la solución de problemas
políticos que debe ser confiada únicamente á la acción
libre y espontánea de la opinión pública.
El Gobierno tendrá como falta muy grave en los !'.1iembros
del Ejército, la ingerencia en debates políticos, ya sea pública ó
privadamente, y reputará inadecuado para el servicio á todo militar
· que no se ciña estrictamente al precepto constitucional y á la doctrina
desarrollada en este oficio, y antes bien estimará su cumplimiento
como un título más para obtener los grados y recompensas
á que sean acreedores por sus servicios.
El Gobierno, al adoptar esta medida, se propone rbdeat al
Ejército de todo el respeto y prestigio qu(' en otros países ha alcanzado,
sustrayéndolo así de las ardientes luchas políticas y manteniéndolo
superior á ellas, á fin de que los ciudadanos se acostumbren
á mirar en él la custodia del orden social y no la amenaza
de las libertades públicas.
El Poder Ejecutivo, del cual depende, en un todo, el Ejército,
con arregl0 al artículo 22 del Código Militar, confía en que los
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leales y valerosos miembros que lo forman, ajustándose al espíritu
de civismo que ·predomina en sus filas y que es garantía de las instituciones
republicanas, no han de querer romper la tradición de
respeto á la ley y á los Magistrados, la cual constituye ya salvador
derecho consuetudinario en nuestra historia política, y es;::>era,
asimismo, que ningún militar en servicio dé ocasión á censuras
por infracción de las disposiciones constitucionales y legales que
sustentan la materia del presen·te oficio.
. Servíos disponer que esta comunicación sea public;ada en la
Orden General del Ejército.
Soy vuestro atento servidor,
PEoRo ANTONIO MaLINA
EJERCITO NACIONAL
INFORME
que el primer Jefe del Batallón Oo.ro número 17 presenta al Estado Mayor
de la División.
Sefior Coronel primer Ayudante GeneraL-Presente.
Tengo el honor de informar á usted sobre los trabajos de zapa
que ejecuta· el Batallón que comando, así: se han construído desde
el ~ .0 de Abril hasta el último de Mayo próximo pasado, 170
metros de camellón, el cual tiene de latitud 7 metros 10 centímetros,
y de flecha 45 centímetros. Se construyó una alcantarilla
cuya longitud es de 7 metros 10 centímetros, y tiene de luz 85
centímetros. También se construyó una muralla para sostener el
ca melión, .en la parte donde corta el antiguo cauce del río, la cual
mide 66 metros de extensión por una altura creciente desde 50
centímetros hasta 1 metro. Es de advertir que en este trabajo, y
en el tiempo ya dicho, sólo se ha empleado el personal de cuatro
Compañías, desde el r .0 de Abril hasta el 15 del mismo, y de
esta fecha hasta el último de Mayo, el personal de tres, porque de
cuatro Compañías á que quedó reducido el Batallón desde el 16 de
Abril próximo pasado, la cuarta se ha ocupado todo ese tiempo en
los trabajos del acueducto y carretera de San Vicente.
Si en los dos meses citados los trabajos no han avanzado lo
que era de esperarseJ es debido á la falta de algunos elementos,
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como las carretillas, que tan indispensables son para el acarreo de
materiales y porque el personal de las Compañías era muy reducido
y se redujo más desde la segregación de la yuinta Compañía,
la cual hubo necesidad de completar con personal de las otras. Me
prometo que en este mes los trabajos avanzarán notablemente, porque
ya las Compañías están completas y de consiguiente aumenta
el número de trabajadores, á lo que se agrega que el señor
Prefecto me ha ofrecido suministrar las carretas en número suficiente.
Soy de usted atento y seguro servidor,
El primer Jefe, A. ARzA YÚS E.
Es copia.
El segundo A y u dan te general, RóMULO ARAGÓN
INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Miguel Vargas, perteneciente
á la quinta Compailía del Batallón 21 de JuníJJ, que
falleció ayer en el Hospital Militar de Barranquilla.
En Barranquilla, á ocho de Junio de mil ochocientos noventa y
ocho, en la Mayoría del Batallón 21 de Jt111Íl7, se reunic~on el señor
General graduado Ramón G. Amaya y los testigos señores Andrés Fortich
G., Julio C. Moneada y Cristóbal Fonncgra, con el objeto de inventariar
y avaluar los bienes del soldado Miguel Vargas, de la s.a Compañía
del aludido Cuerpo, que falleció ayer en el Hospital Militar de
esta ciudad, de beriberi, y se procedió á inventariarlos y avaluarlos en
la forma siguiente:
Una libreta militar, sin valor, en la que dice ser natural de Suta-tenza,
Departamento de Boyacá.
Dos pares de botines usados, aval uados en .............. $
Una ruana vieja, en ................. . .. , ..•.....••• ,
Una sábana, en ....................................... ,.
U na malctcra, en. . • . • . . • . . . . . . . . • . • . • • . . • •..•...
En poder del Habilitado, en dinero .................. .
Suma •••••..••••..•.•....•... , ••.. $
Dinero efectivo que dejó al Subteniente Belalcá-zar
antes de morir... • • • • . . •• . • • . •••...••••... $ 70 ..
De esta suma se deduce lo siguiente :
Valor de un ataúd ................... $ 16
Gasto de coche para practicar ]as dili-
20 so
20
26 40
gencias correspondientes .................. . IJ .. 53 • •
Quedan ...•••••..••...•.•••.. $ 81 30
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No habiendo más de qué tratar, se dio por terminada la presente
diligencia, que firman los que en ella intervinieron.
El General graduado, primer Jefe del Batallón 21 de J unín, RAMÓN
G. AMAYA-Tcstigo, A. Fortich C.-Testigo, Jttlio C. Moncada.-Testigo,
Cristóbal Fomtegra.
INVENTARIO de los bienes que dejó el soldado Simón Vera_ perteneciente
al Batallón Urdaneta número 1 5.
En dinero .•••.. , •...•.•.•.••••..•••.•.•.•.•••. $
Un par de botines usados ..................... __ -· .•.•
Un kepis ....•.•...•..••...•••..••...........•.•••
U na ruana deteriorada. . . . . • • • . . • •.......••.•••.•••
U na camisa de hilo usada. • . . ....................... .
U na camisa de hilo usada .....••••••.......••••..•.••
Una franela de hilo usada ........................... .
Un par de medias ................................. .
Dos pañuelos de hilo ....•••......••....•.••..••.••
U na correa de cintura ....••..•.••.•..••.•.••.•.•...
6¡ zo
3
1 20
So
6o
6o
40
20
20
20
Suma •....••...•.... $ 68 40
Cali, Junio 16 de I 898.
El Coronel primer ·Jefe, JosÉ M. MosQUERA.-Testigo avaluador,
Clímaco García.-Testigo avaluador, Mrmttel M. Castillo.-Tes·igo avaluador,
Manuel A. Zapata R.
NoTA.-Se deduce de esta suma la de siete pesos cincuenta centavos
($ 7-50) por valor de un ataúd, cuyo recibo se adjunta.
Recibí del Habilitado del Batallón Urdaneta $ 7- so, valor de un
ataúd para Simón V era.
Cali, 15 de Junio de 1898.
J . .A. Martín
V. B.-El Coronel, JosÉ M. MosQUERA
Es copia.-El Coronel, JosÉ M. MosQUERA
VARIEDADES
LA 'rACTICA DE INFANTERÍA
Y LAS ARMAS DE FUEGO PERFECCIONADAS
El reglamento sobre el ejercicio y las maniobras de infantería,
da el métod~ y los medios de adiestrar la tropa, para ejecutar regu-
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:BOLETÍN MILIT~R
lar y rápidamente los movimientos que preceden ó continúan el
combate. Pero bajo el fuego de las máquinas modernas, la aplicación
de las formaciones cerradas cada día se hace más rara: así
lo prueban las últimas guerras. ·
La historia nos demuestra que, con muy pocas excepciones,
las cargas verdaderas á la bayoneta no han existido ~ino en la imaginación
de los escritores militares, y que es preciso entender por
carga á la bayoneta todo movimiento ofensivo ejecutado con audacia.
Numerosos ejemplos nos enseñan cuán difícil ha sido siempre
abordar de frente, en orden compacto, una infantería que aún no
ha sido conmovida, bien posicionada, y que tiene la eficacia de su
fuego, El largo alcance y la precisión de las nuevas armas, relacionadas
á la rapidez con la cual los fuegos se ejecutan, han hecho
imposible lo que antes era difícil.
Hoy no existe infantería alguna que pueda marchar_.al ataque
en terreno descubierto, en cualquier formación regular que sea,
c~:mtra un enemigo provisto de cañones de largo alcance y de..fusiles
que se .cargan por la culata.
"En un reconocimiento hecho en J untland en 1864, el Capitán
prusiano Schutterback, con 124 hombres del regimiento de
infantería número so, se vio repentinamente amenazado por su
retaguardia por 180 soldados del primer regimtento de infantería
dinamarqués. Estos, cubiertos por un pliegue de terreno, !e acercaron
á los prusianos hasta la distancia de 400 pasos, y los cargaron
á la bayoneta en columna, con gran resolución: á los 250 pasos
de la posición de los prusianos fueron acogidos por una primera
descarga que fue seguida inmediatamente por una segunda que no
los contuvo, pues siguieron marchando con la más grande bravura.
Pero á la tercera se detuvieron; les faltaban 150 pasos para poder
llegar á comprometer un combate al arma blanca y en este espacio
de tiempo habrían tenido que soportar tres ó cuatro descar~as. Así
,.j combate se conti.:1uó por un fuego de tiradores de corta duración.
En 20 minutos los dinamarqueses tuvieron fuera de combate 3
oficiales y 85 soldados; la mitad de su fuerza efectiva." (1)
"El 29 de Junio de 1866, en el combate de Gitchin, dice un
ofic:ial austriaco, testig() ocular (2), cuando la brigada Piret recibió,
á las seis de la tarde, la orden de dejar su posición para dirigirse
sobre Zames y tor:P.ar esta localidad, se emplearon seis batallones y
la batería de la brigada en esta expedición. Para protegerlas en
caso de desastre se dejó en el monte Ensestadler un batall6n de
infantería v una batería de ocho tt. tomada en la reserva de la artillería
del c~erpo de ejército; desde su posición·esta batería podía
proteger nuestra marcha hacia adelante, y cañonear eficazmente la
(1) MiUta.r Woohsmb~a.tt, 8 de Julio de 1865.
(2) ~Vh~r Preitwng, año de 1868.
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BOLETíN MILIT A..R 259
localidad que estaba alejada 2,ooo pasos mas o menos. Los seis batallones
destacaron cada uno una división (dos compañías) como segunda
línea y avanzaron sobre Zames en una línea de columnas
llevando la batería entre el segundo y tercero batallón, precedidos de
una espesa cortina de tiradores.
"Las alturas que rodean á Zames estaban débilmente ocupadas
por el enemigo y fueron tomadas después de un combate insignificante
de tirado\es. La cresta de esas alturas forma delante de
Zames una curva pbco sensible cuya extremidad se aleja 300 pasos,
y el centro á 8oo poco más ó menos de esta localidad. El enemigo
había sólidamente ocupado este punto y se distinguían perfectamente
tropas de las tres armas en el interior y en rededor de
Zames. La bataría se estableció en el centro de la curva porque
los declives son poco sensibles, mientras que son bastante escarpados
en las alas; y rompió el fuego á 300 pasos con proyectiles huecos.
Las tropas formadas por divisiones y en masa fueron colocadas
al abrigo de todo proyectil sobre las alas, y sólo las primeras divisiones
conducidas sobre la meseta rompieron un fuego de tiradores
contra el enemigo posesionado alrededor de Zames. 1
"Este combate preliminar duró más de media hora. El momento
decisivo había llegado: el enemigo había hecho progresos
sobre nuestro flanco izquierdo, sobre la altura de Prada. Dilet7-,
ocupado por los zajones, fue evacuad;~; la brigada debía apoderarse
de Zames y atacar seriamente el flanco izquierdo de los prusianos,
á fin de contener su movimiento ulterior al centro, ó bien retirarse
á su primitiva posición en el monte Esenotadler. Como entonces
no se conocían aún los efectos del tiro rápido, se decidió abrazar el
primer partido.
"Como lo hemos dicho ya, el ataque á la bayoneta había
sido preparado durante más de media hora cuando la señal del asalto
fue dada. Las tropas formadas en divisiones avanzaron en masa,
y al paso de carrera se dirigieron sobre el enemigo, los tiradores se
agruparon en los intervalos y cargaron conjuntamente con las tropas
cerradas en masa. El enemigo nos recibió con fueRos de fila:
nuestros soldados, en gran número, fueron puestos fuera de combate
mientras que trataban de franquear la distancia de trescientos
pasos que los separaban de la posición enemiga. Se detuvo la carga,
y las cabezcrs de columna hicieron fuego, y en seguida tratamos de
retirarnos á nuestros primeros abrigos.
"Las pérdidas de las 24 compañías asaltantes se elevaron á
4o oficiales y 8oo hombres en menos de cinco minutos, y sin embargo
el enemigo apenas había empleado 4 compañías en la fusilada.
Esta tentativa de ataque á la bayoneta nos costó tantos hombres
como los que el enemigo había empleado para rechazarnos, y
puede calcularse muy bien que cada defensor poco más ó menos
.había puesto un asaltante fuera de combate, aunque las columnas
de ataque ocuparon la zona más peligrosa, que era la dé los c:ien
pasos antes de lle¡ar á la posición enemiga.
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260 BOLETÍN MILITAR
"Aunque las grandes pérdidas se producen siempre en cortos
espacios de tiempo, aun en el caso en que los combates son de larga
duración, los resultados del tiro rápido que acabamos de citar, no
provocan menos la admiración.
"Durante la marcha adelante que se hizo er.1 muy buen orden,
se observó que las pérdidas aumentaban en una progresión
. geométrica, y esta observación se hubiera mantenido si las tropas
hubieran continuado su ataque. La bravura desplegada por los austriacos
en Zames fue digna de todo elogio : sus pérdidas dan fe, y
creemos que ninguna otra brigada hubiera tomado la posición, porque
cualquiera tropa que fuera, pertenezca á tál ó cuál naci6n, y
cuya bravura sea á toda prueba, no posee en efecto sino cierta
dosis de sangre fría y de coraje que tiene un límite determinado,
y pérdidas tan considerables intimidan á los que sobreviven y detienen
todo impulso heroico. En el mundo entero no se encuentra
un ejército que se le pueda llevar adelante hasta perder su último
hombre; la energía moral tiene límites, los cuales no se pasan
jamás sin romperla."
Este ejemplo no es el sólo que nos proporciona la guerra de
Bohemia; sin embargo, después de r 866, distinguidos militares no
consideraban definitivamente resuelta la cuestión de saber si en el
futuro el ataque en masa debía ser desterrado del campo de batalla
por los cañones y los fusiles modernos; y así hemos visto que. á los
franceses en los primeros combates que dieron en I 870 en Wissembourg,
Sarrcbruck y Woerth recurrieron sin éxito á su táctica
favorita: el ataque á la bayoneta.
Hablando de las cargas llevadas por ellos en Sarrcbruck contra
los bosques ocupados por los tiradores prusianos á la derecha
del ejército alemán, un corresponsal del Thimes del 1 I de Agosto
de 1870 se exprf'sa así:
"No hay nada que pueda dar una idea del arrojo y de la bravura
de la infantería francesa; y cualquiera que sea el elogio que se
le rinda en homenaje á esa cualidad heroica, jamás alcanzará á la
altura de su mérito. Hemos visto repetidas veces avanzar los batallones
franceses con una heroica impetuosidad hasta el borde del
bosque, de donde eran constantemente rechazados dejando centenares
de bravos mordiendo el polvo; era un espectáculo lamentable
que duró muchas horas."
( Conti11uará ). _. .. __
LITERATURA
LA BATALLA DE SEDAN
No entra en mi plan hacer la relación técnica de la batalla de Sedán,
á fa que concurrí como espectador, más ó menos expuesto al rcli-
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BOLE1'ÍN MILITAR 261
gro, pero me esforzaré en hacer una relaci6n verídica de lo que vi ó
supe durante la acción, colocado en el st:gundo término de este cuadro
siniestro é inolvidable.
Los fuegos se rompieron al amanecer, en medio ce la neblina, del
lad') de Bazeilles, y de las orillas del Meuse, se extendieron al Sur, y
progresivamente al Este y al Oeste, á medida que los dos ejércitos alemanes
avanzaban en número de 2 30,000 hombres, y efectuaban el gran
movimiento en vol vente que desde la una de la tarde logró cortar al
ejército francés en su retirada hacia Mésicres, la sola posible quizás, si
la disposición adop~ada al principio por el General Ducrot no hubiera
sido cambiada por su sucesor en el mando en jefe.
Desde las seis y media de la mañana los Oficiales de la Casa Militar,
inclusive los caballerizos, aguardaban, rienda en mano, en el patio
de la Subprefectura, para acompañar al Emperador al campo de batalla.
Mientras éste se vestía, Emmanuel d'Harcourt, Capitán de infantería,
Oficial de Ordenes del Duque de Magenta, llegó apresuradamente, se
desmontó en medio de nosotros y pidió ser introducido cerca de Su
Majestad, para darle la noticia de que el Mariscal acababa de ser herido
gra\'emente en la ingle por un casco de obús. Después de haber escuchado,
con los ojos llenos de lágrimas, la noticia de este fatal acontecimiento,
el Emperador aprobó la entreg1 del mando en el General
Ducrot, no obstante que no era el más antiguo de los Jefes de Cuerpo de
Ejército, pero habida consideración de que era el que estaba más al corriente
de los proyectos del Mariscal. Este último no sabía, como tampoco
el Emperador, que el General Wimpfen, llegado la antevíspera de
París para mandar d 5·· Cuerpo del Ejército, era al mismo tiempo
conductor de una comis1ón del General en Jefe, en el caso de que la
vacante viniera á tener lugar. Entregándosela el Ministro de Guerra,
creía aún que el ejército francés conservaría una ventaja de dos días
sobre el tercer ejército alemán, y tendría que combatir sólo al ejército
del Meuse. Cálculo optimista, burlado por las marchas forzadas del
tercer ejército, al cual pertenecía, además, el Cuerpo Bábaro, comprometido
la víspera en Bazeilles. N o se podía, pues, dudar de que los
otros le seguirían de cerca !
Después de haber enviado á uno de sus Ordenanzas el Capitán
Guzmán, cerca del General Ducrot, Napoleón m montó á caballo, y á
la cabeza de su Estado 1\!layor, seguido de un pelotón de guías suministrado
por el Escuadrón de la escolta, se dirigió hacia la puerta que conduce
al camino de Bazeilles. Apenas había dado algunos pasos cuando
se cruzó con el coche en el cual estaba acostado el Mariscal, y se detuvo
para informarse de su estado. El doctor Teófilo Anger, que nos seguía
á pie, tanto como k era posible, se apresuró á ofrecer sus servicios,
y manifestó que no obstante su gravedad, la herida no era mortal.
El Emperador, tranquilo con la relación de su cirujano, continuó
su camino á la vista de los habitantes, quienes desde las ventanas lo mir.
aban pasar silenciosamente. Antes de salir del recinto nos encontramos
con varios prisioneros enemigos, á quienes conducían al lado de nuestros
heridos, casi todos heridos en los brazos ; había uno que caminaba
entre estos últimos, un suavo de alta. estatura, que nos extendió la mu-
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ñeca mutilada exclamando furioso : "Voy á hacerme curar y voh·eré."
Hay palabras y miradas que nunca se olvidan.
Más allá de las fortificaciones Su Majestad puso su caballo al trote,
hasta que llegó á las primeras casas de Balan, en donde los enfermeros
transportaban nuevos heridos. Sostenido por dos soldados de infantería,
aguardaba el coche de la Ambulancia un Jefe de Escuadrón, cuya cara
est~ba tan mutilada que no se distinguían sus !acciones.
-¿Estoy tan desfigurado que no me reconocéis? Me dijo ,cuando
pasé á su lado. Era Octavio Bastard, cuya mejilla había sido destrozada
por una bala.
Al llegar al centro del pueblo el Emperador tomó por una calle en
descubierto del lado del Mosella, y avanzando sobre un montecillo de
donde hacían fuego las baterías divisioaarias de infantería de marina, se
detuvo cerca de ellas, no lejos del lugar donde había sido herido el Mariscal.
Cuando los artilleros que estaban á la c~palda del Emperador reconocieron
á éste impasible, lo saludaron con vivas ; los últimos que
debía oír!
Viéndole de lejos el General Vassoigne, avanzó un instante para
darle á COJlOCer la maniobra prescrit~ por el General Ducrot, en lo que
concernía á las divisiones del duodécimo Cuerpo, encargado de luchar
palmo á palmo, batiéndose en retirada en dirección de Mézieres.
Eran más de las ocho de la rnafiana cuando la ligera neblina que
todavía subía de las orillas del río acabó por disiparse. Vimos las alturas
de la orilla izquierda coronadas por una larga línea de baterías alemanas,
establecidas desde Remilly hasta más allá de Wadilincourt. Los
primeros rayos del sol daban sobre nuestros kepis ; nuestro grupo vino á
ser el objetivo de su puntería; el Emperador nos ordenó desfilar detrás
del muro de una fábrica, cerca de la cual permanecía en reserva un
bat:tllón de cazadores, y permaneció voluntariamente expuesto al fuego,
no conservando á su lado si-no á Darvillier, su primer escudero, Corvisart,
su médico, Pajo!, su Ayudante de Campo de servicio, y Hendencourt,
su Oficial 'de Orderres, muerto á su lado.
El General Pajol, en la relación que hace de la batalla de Sedán,
dice : "que Su Majestad se dirigió sobre un punto culminante, donde
estaban colocadas las baterías de reserva, al mando de Sainte-Aulaire, y
p::rmaneció más de una hora en esta posición, en medio de una lluvia
de balas enemigas, ocupado en seguir los movimientos por brigadas, conforme
á las órdenes del General Ducrot ; el General Lebrun comenzaba
á hacer ejecutar á las di visiones de su Cuerpo de ejército un combate
decisivo, bien sostenido y hábilmente conducido."
Informarlo por la vuelta del Capitán Guzmán, del cambio que
había tenido lugar en el mando en Jefe, inesperadamente reclamado por
el General Wimpfen, puesto al corriente de la contr~orden dada por
éste á la maniobra del General Ducrot, y del objetivo de Carignan,
sustituído al de Mézieres, el Emperador comprendió que toda esperanza
de salvacíón estaba en lo sucesivo perdida. Pero no pudiendo intervenir
sin ser acusado de perjudicar la acción de sus Generales, y no queriendo
tampoco, aun cuando privado de toda iniciativa, abandonar el
terreno, en tanto que sus fuerzas le permitiesen permanecer en él, re•
olvi6 dirigirse más hacia el norte, á las posiciones que defendían las
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tropas del primer Cuerpo. Fuimos entonces llamados cerca de él, y
después de un galopar frenético, · en medio del silbido de las balas y de
los cascos de obús que llovían en el suelo, alcanzamos al Emperador en
el camino de Givonne, donde el General Wimpfcn le hablaba con
exaltación respecto de las tropas bávaras y sajonas.
-Que Vuestra Majestad no se alarme; dentro de dos horas los habré
arrojado en el Meuse.
Extraña ilusión de un valeroso soldado, en quien la presunción
igualaba al valor;· de un General en Jefe que no considera sino una faz
del campo de batalla, sin preocuparse bastante de las masas enormes que
avanzaran á su retaguardia de la isla de Iges.
Lejos de participar de su confianza, Napoleón no dudaba ya de la
suerte fatal reservada á este desgraciado ejército, comprometido y sostenido
á su pesar en una aventura en que la injusticia humana no debía
de atribuírle la responsabilidad. Permaneció de este modo más de tres
cuartos de hora buscando la muerte bajo el fuego cruzado de la metralla.
Llevaba más de cinco horas d'e exponerse al pelig .. , cuando el infortunado
Soberano, sintiéndose presa de los sufrimientos que agravaban
su permanencia á caballo, se vio obligado por dos veces á desmontarse
para obtener algunos mii1utos de descanso, y tuvo bastante energía para
hacerse montar de nuevo.
Hacia las once y media, no pudiendo sostenerse más, se resignó á
volver á la ciudad, cuyas cercanías estaiJ;Jn atestadas de coches abandonados
de sus conductores, cureñas rotas, ~ldados desalentados que buscaban
ilusorio abrigo en los fosos donde la artillería adversa no ocasionaba
menos destrozos. Antes de bajar el puente levadizo, el General
Courson y el Capitán Trécesson eran gravemente heridos á espaldas de
Su Maj l •ad.
- Más allá de la puerta un casco de obús hirió á mi caballo en una
pata, otro alcanzó en el costado al caballo de Canisy, un tercero destrozó,
á nuestro lado, el brazo de una desgraciada mujer que estaba de pie
en el umbral de su casa.
En la plaza t.~ Turena, sobre el puente, lugares descubiertos, los
proyectiles comenzaban á caer, cuando el Estado Mayor Imperial pas6
en dirección á la Subprefectura. Sobre el puente, encontrando á Stoffel
y al Teniente Paul de Warn, que salían de donde el Mariscal, cerca
del e ual se dirigía el Emperador, se detuvo algunos momentos para preguntarles
por su salud. A las primeras palabras que les dirigió, un obús
cayó á algunos pasos de su caballo, levantando una nube de polvo. Si no
hubiera interrumpido su camino, habría sido derribado.
¡Qué contraste en este momento entre los destinos de estos dos
Monarcas, en presencia uno del otro! De un lado, Napoleón m, anonadado,
encorvado bajo el peso de la derrota, arriesg_~ndo su vida á cada
paso como el más oscuro de sus soldados; del otro, Guillermo i, fuera
de peligro en las alturas de Frénois, asistiendo, como en apoteosis, á la
agonía del Imperio francés, sobre las ruinas del cual el Imperio de Alemania
iba pronto á levantarse á costa del otro.
Esta agonía de un ejército y de un régimen no debía sobrevivir á
su pérdida; duró _todavía cinc:o horas en medio de actos heroicos que
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nuestros de$cendientes, en tanto que haya una Francia unida y palpitante,
conservarán piadosamente el recuerdo, inseparable de los lugares
y de los nombres que van unidos á él.
En Bazeilles, el epi5odio de los últimos cartuchos quemados por el
Capitán Aubert y el Comandante Lambert.
En el Calvario de Illy, la gloriosa carga de la División Margueritte,
conducida al caer mortalmente herido éste por el General Galliffet.
En Caza], la audaz empresa de abrirse paso, hecha por el Comandante
Alincourt con un escuadrón del I . 0 de Coraceros.
En Balan, en fin, la suprema tcntati va para abrirse paso, hecha en
honor del ejército por los Generales Wimpfen y Lebrun, á la cabeza de
los restos valerosos del duodécimo cuerpo.
¡Y cuántos otros hechos llenos de abnegación y de valor, cuyos
modestos autores han quedado ignorados!
Concluirá
EN E1 EJERCITO
CONDUCTA DE OFICIALES
3.• Brigada.-Se distinguieron por su buena conducta durante
el mes de Octubre los señores oficiales:
Batallón Sucre número 7.0 -Sargcnto Mayor graduado Cecilio
Zamudio; Capitanes Aurelial)o Mora y Olegario Manrique; Tenientes
Maximino Rivera y Emiliano Camargo; Subtenientes
Isaac V anegas, Daniel Abella, Jesús Zambrano y Román Castillo.
Batallón Granaderos número 8. 0 -Sargento Mayor Rafael
Ves~a; Capitanes Leonidas S. Buendía y Clemente Arias; Tenientes
Juan E. Méndez, Pantaleón Reyes, Faustino Ballesteros,
Francisco Durán y Pablo J. Monroy; Subtenientes Elías Macharaviaya,
Manuel A. Bernal, Manuel A. López y Guillermo
Gamba.
El Poder Ejecutivo, por Decreto de fecha 2 del presente,
dictó las siguientes providencias :
Aceptó al Coronel Luis María Terán la renuncia que hizo,
con el carácter de irrevocable, del puesto de Edecán del Presidente
de la República.
Reconoció á los señores Rafael Navarro R. y Manuel Anzoátegui
los empleos de Teniente efectivo y Subteniente, respectivamente,
que les fueron conferidos por el Jefe Civil y Militar del
Departamento de Bolívar en la guerra de 1895.
Reconoció al señor Enrique A. de Castro el empleo de Subteniente
con que prestó sus servicios al Gobierno en la misma
guerra, abonándole la antigüedad de 30 de Enero de 189 5·
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Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 75", -:-, 1898. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690992/), el día 2025-08-21.
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