J2.
Año Il Bogotá., Octubre 14 de 1898. Número~
BOLETIN MILITAR
ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO
Director, ALEJANDRO POSADA
Son colaboradores natos de este periódico todos los Jefe;
y Oficiales del Ejército de la República.
DE LA ARTILLERIA DE CAMPAÑA
EN COMBINACIÓN CON LAS OTRAS ARMAS
(Continuación).
En los combates ofensivos eu que la artillería obra
como una arma auxiliar de la infantería y caballería, debe
regular siempre sus n1ovimientos por los de estas armas.
Para establecer de qué manera estas armas han de ser ayudadas
por aquélla, es de todo punto indisrensabJe saber de
antemano y con alguna extens1ón la n1anera de batirse en
los ejércitos modernos la infantería y caballería.
Cualquiera que sea el concepto por el cual la artiller1a
obre en combinación con las otras arn1as, bien como arma
auxiliar ó como principal, en Ja ofensiva ó en la defensiva,
la misión que está llamada á cumplir es: 1. 0
, apoyar Jos
reconocimientos y empezar el combate; 2. 0
, proteger y
cubrir los despliegues de las tropas y sostener los combates
lentos y pausados, entreteniendo al enemigo para dar tiempo
con esto á que llegue el resto de las tropas al campo de
batalla ; 3. o, librar á las propias tropas del fuego de la artillería
enemiga; 4· 0
, preparar, por un fuego superior, el
n1omento decisivo en el ataque, y desviarlo en la defensa;
5 .0
, toma1· parte en la persecución, y cuando los obstáculos
del terreno la hagan in1posible á las otras armas, con el
fuego de sus cañones solamente; 6. 0
, proteger las retiradas.
Cuando la cabeza de la vanguardia descubre el enemigo,
debe tratar desde luego de reconocer su fuerza, situa-
ANCO DE lA REPU LtCA
&1 I.IOT
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202 BOLETfN MILITAR
ción y pos1c10nes que ocupa, estudiando si es posible ateacarla,
y cómo y de qué manera debe hacerse. Algunas vceces,
por circunstancias especiales, el enemigo demuesttra
bastante bien sus fuerzas, y puede conseguirse el maycor
número de noticias sobre él, sin necesidad de sostener lUn
combate ; pero en la generalidad de los casos,. es preci~o
efectuar un reconocimiento sosteniendo pequeños combattes.
ofensivos, tratando de desalojado de las localidades que ~ se
comprenda puedan ser útiles en el curso subsiguiente de la
bataJla, si ésta ha de tener lugar ; en algunos casos se delbe
simular un ataque á fondo á la posición principal del en~emigo,
obligándole con esto á desarrollar sus fuerzas y dlenlostrarlas
de una ma11era suficiente para hacerse cargo cde
su número y situación.
Adquiridas por este medio todas las noticias necesnarias
por el Comandante de la División, decidirá en seguicda
si debe rehusar el combate ó si debe continuarlo hasta la
completa derrota del enemigo. Si se decide por lo primerro~
debe empezar por reunir las fuerzas que tenga más próxximas
al adversario, sosteniéndolas por otras tropas, con o bjeto
de volver á la ofensiva, ó de resguardarlas en una p o-sición
de antemano elegida y segura contra todo ataq1ue
brusco ; en este caso, los ataques de flanco deben acentuaarse
mucho, tanto más cuanto Jas tropas próximas al ennenligo
tendrán, por regla general, un frente mucho mennos.
extenso que eJ suyo. En todos Jos casos, el Comandannte
de la División debe, cuanto antes, poner en inn1ediata re1Jación
su vanguardia con el resto de su fuerza, y no rompper
la ligazón obtenida ; conseguido esto, debe, por últimno,.
tomar sus disposiciones.
En los primeros momentos de este combate, tan proonto
como se vea que el enemigo acepta la batalla, la ba terería
ó baterías de la vanguardia se trasladarán, sin pérdida t de
tiempo, á una posición lo más dominante posible, y que s sea
la más conveniente como punto de apoyo á las otras arn1:nas,
debiendo poder desde ella detener al enemigo y cubritir y
proteger el despliegue de la vanguardia, batiendo ci
l Alejftndro Posada, Edecán ad honorem del Vicepresidente;
Coronel José Su ere Indaburu, Habilitado del Cuartel General;
Tomás Groot, Guardaparque General, y los Ayudantes de éste,
Javier Herrán y Belisario Bar reto ; Javier Tobar, Proveedor General
del Ejército; Nicolás Pontón, Archivero del mismo, asimilado
á Teniente Coronel; y el Presbítero Francisco Jiménez Zamudio,
Ca,:>ellán General del Ejército.
Art. 5. 0 Llámase al servicio activo á los Generales Rafael
Ortiz B. y Roberto Morales T., y nómbraseles Comandante General
de la primera División al primero, y Jefe de Estado Mayor
de la misma al segundo.
§ I . 0 El Estado Mayor de esta División lo compondrán,
aparte de los nombrados, los siguientes : General Antonio B.
Rebollo, Inspector Militar; Coronel Elías Baquero, primer Ayudante
General; Tenientes Coroneles Antonio La verde R. y Julio.
Escallón, segundos Ayudantes Generales; Copitán Rubén de J.
Wilches, primer Adjunto; Tenientes Pedro Rubén Castro y
Carlos Tribín, Ayudantes de Campo ; y Subtenientes Alberto
Aguirre y Francisco Camacho, segundos Adjuntos.
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BOLETÍM MILITAR.
El Comandante General de la primera División designará los
Sargentos y soldados ordenanzas.
§ 2.0 Dependerán del Estado Mayor de esta División los
siguientes empleados administrativos : doctores Policarpo Pizarra
y Enrique Pardo, como médicos de la guarnición de Bogotá ;
Francisco de P. Cortés, Insi. ructor Civil de la misma; Ratael
Gómt.z Mesa, Ayudante de éste, y el Habilitado del Estado Mayor,
Aquilino Pardo Q., todos con los asimilaciones que hoy tienen.
§ 3. 0 Los Batallones de la primera Brigada de la primera División
continuarán con Jos Jefes y Oficiales que hoy tienen, excepto
el Bárbula número 2.0
, para el cual se nombran como primero
y segundo Jefes, respectivamente, al Coronel Pedro Bicard Briceño,
á quien se llama al servicio activo, y al Sargento Mayor Arturo
Moya. l\1ientras este último ocupa su puesto, lo reemplaza interinamente
el 'I'eniente Coronel Antonio Laverde R.
Art. 6.0 La segunda Brigada de la primera DivisitSn tendrá
por Jefes primero y segundo, respectivamente, á los Generales
Lucas Gallo ..lVL y Nicolás Perdomo.
Art. 7.° Comandarán la tercera Brigada como primero y segundo
Jefes, respectivamente, el General Floro Gómez, á quien
se llama al servicio activo, y el General Graduado Manuel María
Castro U.
Art. 8.° Créase el destino de Superintendente General de las
fuerzas del Atlántico, con dos Ayudantes del grado de Generales,
y nómbrase para desempeñar estos puestos, respectivamente, á los
Generales Francisco J. Palacio, Heriberto A. Vengoechea y Antonio
Araújo L.
Art. 9. 0 Destínase como Comandante General y Jefe de
Estado Mayor de la segunda División á los Generales Lucio V elasco
y Rafael María Gaitán, respectivamente, y al General Ignacio
Folíaco como Inspector Militar de la misma.
§. Llámase al servicio activo al Coronel Enrique Hoyos F.,
y nómbrasele primer Jefe del Batallón Junín número 9·
El Teniente Coronel Clodomiro Acosta continuará como segundo
Jefe de este Cuerpo.
Al Teniente Coronel Ildefonso L. Guevara se le destina como
Comandante del medio Batallón Valencey número 12.
Art. 10. Nómbrase al General ¿\1ariano Tobar, á quien se
llama al servicio activo, Comandante General de la tercera División,
y al General Cruz Chaves M., Jefe de E~tado Mayor de la
misma. Destínase al General Ramón Acevedo P. como Inspector
Militar de ella.
§. Llámase al servicio activo á los Coroneles Andrés Ouintero
y Habacuc Beltrán, y destínaseles como primeros Jef~ de los
Batallones Rifles y Tiradores, respectivamente.
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208 BOLETÍN MILITAR
Art. I I. Llámase al servicio activo al General Clímaco Silva,_
y nómbrasele Comandante General de la cuarta División. Al General
Ernesto Borrero se le deHina como Jefe de Estado Mayor
de dicha División, y al General Belisario Losada como Inspector
Militar de la misma.
Art. I2. Nómbrase Comandante Militar de Panamá al Ge-neral
D. Roberto U rdaneta, á quien se llama al servicio activo.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 rle Septiembre de 1 8g8.
JOSE lV1ANUEL MARROQ_UIN.- El Ministro de
Guerra, ÜLEGARIO RIVERA.
r __ ,._.. . .,...___
EJERCITO N ACIOl~ AL
INVENTARIO de los bienes dejados por el Corneta Ventura Aranguren,
del expresado Cuerpo, quien falleció el día J 9 de Abril del
presente año en el Hospital de Caridad de esta ciudad.
Un sombrero Jipijapa usado.............. .... . . . • . . • 8o
Una caja de madera, pequeña......................... 6o
U na guitarra. . . . • • . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . • . . 2 40
Una banca........... . • • . • . • • . • . • . . . . . . . • • • • . . . . ... so
Suma ............................. $ 4 30
Estos objetos le fueron entregados á la viuda de dicho Corneta.
Pasto, Abril 20 de I 897
El Coronel primer Jefe, ALEJANDRO QuiNTERO.- Testigo, ArseniQ·
Gálvez.-Testigo, José Ant1mio Moreno.-Testigo, Angel P. Figueroa.
INVENTARIO de los bienes dejados por el soldado Rosen do Pai pa,
del Batallón Cazadores número I 6, y que falleció el 15 de Abril
del corriente año en el Hospital de Caridad.
Un par de botines amarillos usados ................... o • • • • 40
Suma . ..... ...... o .............. ··$ .. 40
/
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BOLETÍN MILITAR 209
Pasto, Abril 16 de 1897.
El Coronel primer Jefe, ALEJANDRO QurNTERO.- Testigo, Arsenit
Gálvez.-Testigo, José Antonio Moreno.-Testigo, llt1gel P. FiguerOtl.
INVENTARIO de los bienes dejados por el soldado Cecilio Córdoba,
perteneciente al Batallón Cazadores, y que falleció el día 22 de
Abril del corriente año.
Una ruana usada ............................... ....... $ 20
Un sombrero jipijapa íd. . . . • . . • . . • • . . . • • • . . . . . . . . 1 o
Un par de pantalones íd.... • . • . • .. . . . • . • • . • . .. • • . ...... 10
Sun1a .............................. $ .. 40
Pasto, Abril 23 de 1897.
El Coronel primer Jefe, ALEJANDRO QuiNTERo.-Testigo, Arsmio
Gálvez.-Testigo, José Antonio Moreno.-Tcstigo, Angel P. Figueroa.
INVENTARIO de los bienes dejados por el soldado Julio Galvis, perteneciente
al Batallón Cazadores número 16, y que murió en el
Hospttal de Caridad el día 4 de Mayo del corriente año.
Una caja de madera, pequeña . ...•..........•..•... $ 6o
Tres camisas usadas, á 20 centavos cada una................. 6o
U na cartera peque fía. . . . .. ... . . . . . .. .. .. . • . . . . . . . • . . • . 02t
Un espejo. . .. .. .. • . . . • . . . .. . . . . . . . . . . • • . . . . • . . . • . . . o2t
Un peine.
Un frasco con aceite.
Suma ..•........•••••.....•....••. $ 1 25
Pasto, Mayo 5 de 1897.
El Coronel primer Jefe, ALEJANDRO QuiNTERO.- Testigo, Arsenio
Gálvez.-Testigo, José Antonio Moreno.-Testigo, Angel P. Figueroa.
INVENTARIO de los bienes dejados por el soldado José Quimbay, de1
Batallón Cazadores número 16, y gue falleció el día 24 de Marzo
del corriente año en el Hospital de Caridad de esta ciudad.
Un sombrero jipijapa usado ..••..•.•.•..... . •••.••. $ . . 1 o
U ua ruana de paño íd ... , . . . . . . . . . . . . . . • • . . . • . . • . • . • 8o
Suma ........................ , .... $ •• 90
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HO BOLETÍN MILITAR
Pasto, Marzo 2.5 de 1897.
El Coronel primer Jefe, ALEJANDRO QuiNTERo.-Testigo, Arsenio
Gálf!ez.-Testigo, Josí Antonio Mormo.-Testigo, Angel P. Figueroa.
iNVENTARIO de los bienes dejados por el soldado Aquilino Romero,
del Batallón Cazadores número 16, y que falleció el día 3 de Abril
del corriente afio.
U na camisa usada ....••.............•........•.... $ 1 o
Dos pares de pantalones usados.... • • . . .... . . . . . . ......... 40
Un par de calzoncillos íd. . . . . . • . . . . . . . . . . . . . • . . . . . 40
Un chaleco íd.. . ...................... . ......... . . . zo
Un par de botines íd . •.....•....................•.
Un sombrero jipijapa íd... . . . . . . . • . . . . . . • . . . . . . . ... 40
Un par de alpargatas ... . . . . . . . . . . • . . . . . . .. . . . . . . . . . I 5
Suma ........ . ................... ··$ z 65
Pasto, Abril 4 de I 897.
El Coronel primer J efe, ALEJANDRO Qui NTERo.-Tcstigo, A rsmio
G.ílvez.-Testigo, J osé AntoliÍO M oreno.-Te stigo, A 11gel P. Fig ue roa.
INVENTARIO de lo s bienes dejados por el Cabo primero An onio
Martincz, del Batallón Cazadores número 16, y que falleció el día
J. O de M ayo del corriente afio en el Hospital de Caridad de esta
ciudad.
U na maleta usada. . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . ........ $ 40
U na ruana de palio íd. . . . . . . . . . . . • . . • . . . . . • . . . • . 1 1 o
Unchalecodepanaíd......................... . ..... 10
Tres cami sas íd ..................... . .... ___ ..••• . ... . . 1 20
U na franela íd ........................... -·· . . . . . . . • . zo
Dos pares de calzoncillos íd.... • . . . . . . . . . . . . • . . . . . .. .. 40
Un sombrero jipijapa con funda....................... 40
Un par de pantalones de género..................... 30
Suma ............................ $ 4 IO
Pasto, Mayo 2 de I 897.
El Coronel primer Jefe, .ALEJANDRO QuiNTERO.-Testigo, A rsenio
Gálvez.-Testigo, José Antonio Mormo.-Te stigo, A11gel P. Fig:¡ eroa
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IOLETfN MILITAR 2II
INSTRUCClOl~ PARA EL EJERCITO
EL CAPITAN
(Continuación)
Por consiguiente, si se ve en la obligación de reducir un castigo,
es necesario que haga comprender á la IClase que lo ha aplicado,
los motivos que le hacen obrar por sí, y que haga conocer, ó
mejor, que diga el mismo aí soldado que h clase que lo ha castigado
ha consentido en reducir el castigo en virtud de su petición al
Capitán, en razón de sus buenos antecedentes y de su manera de
servir, habttualmente regular.
II
El Capitán no debe descuidar ninguna circunstancia para inspirar
á sus soldados el culto de la bandera, y derramar en sus corazones
esa simiente de valentía, de heroísmo y de abnegación que
todo buen soldado debe poseer para estar á la altura de los sacrificios
que la patria tiene derecho á exigirle.
¿Cuál es el soldado que no ama y recuerda con religioso sentimiento
de complacencia la santa emoción que lo ha conmovido
cuando por primera vez ha visto delante de él, en el silencio solemne
de la tropa bajo las armas, el símbolo de la patria ?
¿ No le parece oír toda la voz del Coronel que manda: "Terciad
las armas ! " "Presentad las armas!", y después de todo,
vibrar en sus oídos los vigorosos acentos de la corneta, los redobles
graves del tambor, y en medio de estas notas que remueven las
moléculas del aire y hacen palpitar su corazón, ver al Comandante
del Regimitnto, ese hombre envejecido en la profesión de las
armas, presentarse delante del objeto sagrado y saludarle con imponente
gravedad ?
En esta ceremonia el soldado comprende que ese pedazo de
trapo rodeado de tanto respeto es alguna cosa.
Es alguna cosa que trae en sus pliegues honor y patria,
que es sinónimo del valor y disciplina, que el Capitán debe constantemente
mostrar á sus soldados como la causa por la cual se
combate, por la cual se triunfa, por la cual se muere.
"Soldados, míra tu bandera y tendrá) aliento," decía un Coronel
á sus soldados cuando en marcha se quedaban á retaguardia.
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2!2 BOLETÍN MILITAR
"Soldado, míra tu bandera, dirá el Capitán ; ella te dirá tu
deber : sumisión á tus jefes, obediencia á las leyes, abnegación por
la patria."
Se ha dicho en alguna parte en los regla¡¡-¡entos que todo militar
debe saludar la bandera.
El Capitán debe hacer comprender á sus soldados que este
saludo no debe hacerse por sugestión sino con placer; que saludar
la bandera es saludar la patria, mostrar el acatamiento y el respeto
que se tiene por ella; que este saludo no debe hacerlo solamente
como militar srno también cuando vuelva á la vida civil.
Un regimiento pasa, un soldado saluda la bandera. Esto es
hermoso, pero parece natural.
Un regimiento pasa, un ciudadano se detiene y saluda la bandera;
esto no solamente es hermoso, es magnífico, es imponente,
es sublime. Se nota y_ue en el pecho de este hombre que ha abandonado
el uniforme para volver á u ar ]a blusa ó la chaqueta, late
el corazón de un soldado, de un bravo, de un hombre consagrado á
la patria, respetuoso de sus leyes; de un hombre que cumplirá su
deber cuando el pah esté en peligw y haga resonar el aire con la
corneta de alarma; de un hombre que si la edad no le permite
llevar la e pada ó el íusil, encontrata en sus gestos, en su voz, el
movimiento, la palabra susceptible de derramar en el corazón de los
jóvenes la abnegación, el fuego sagrado, el ardor generoso que hace
abandonar lo que más se quiere en el hogar: amante, esposa:>
madre, hijo~, para ir á engrosar lo batallones, murallas vivientes
opuestas á los enemigos de la patria.
Un día, en 1873, un regimiento nuevamente formado pasaba
por una pequeña población de Auvergnc, vecina del campo, donde
sus diversos elementos se habían reunido. Piadosas manos habían
confeccionado para ese regimiento una magnífica bandera con
franjas de oro, sobre la cual estaban marcadas, igualmente en letras
de oro, su número y las batallas á las cuales había asistido en otros
tiempos.
Estaba sentado sobre el umbral de su puerta un viejo de cabellos
blancos, y de repente se levanta y se endt>reza como si hubiese
tenido veinte años, lleva la mano derecha á la altura de su gorra
al mismo tiempo que gruesas lágrimas caían de sus ojos, intensament~
fijos en la bandera del regimiento.
Cuando hubo pasado la bandera el cuerpo del viejo se encorva,
su cabeza se inclina sobre el pecho, se hunde en su sitio, coloca
sus manos sobre las rodillas y parecía abismado en sus pensamientos.
La vista de la bandera le había rejuvenecido, le había vuelto á
dar esa varonil energía, esa fría actitud de los campos de batalla
que le cambiaba á otros tiempos, cuando por la gloria de la patria
había ido lejo'\ de ella á combatir sus enemigos.
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BOLETÍN MILITAR 213
Un acto como el de este viejo es la simiente del patriotismo.
Por mucho tiempo los soldados del regimiento hablaron de él
con entusiasmo y admiración, llevaron el recuerdo á sus hogares,
lo contaron á sus familias, después á sus hijos.
¿ Ouién sabe si cada uno de ellos, al acordarse del viejo de
Auverg~e, entonces encorvado en un campo sobre un instrumento
de trabajo, al ver aproximarse un regimiento, quién sabe si cada
· uno de ellos no se ha enderezado y no ha llevado la mano á la altura
de la frente para saludar la bandera ?
¿ Oué era entonces ese viejo? Un soldado del mismo regimiento
"t;n r 8 I 3, un combatiente de Lutzsen y de Bunrzen.
Levantándose y llevando la mano á la vicera de su gorra
habla mostrando á todos lo que se debe entender por el culto de la
bandera y el recuerdo que se debe guardar del regimiento en el
cual se ha aprendido á servirse de sus brazos y de su inteligencia
para la defensa del país.
Este recuerdo es necesario que el Capitán lo diga bien alto á
sus soldados: el recuerdo de que el regimiento es la escuela del
deber, de la disciplina y del honor; que los jefes que allí encuentran
quieren el bien de todos, y que bajo su apariencia, á rnenudo
ruda, se oculta iempre un corazón de oro.
N umecoso on los ejemplo de soldados que han defendido
on su c~crpo á un jefe, ó que lo han seguido en peligrosas circunstancias.
1uchos lo han hecho porque ese era su deber, muchos se han
sacrificado porque trataban de salvar la vida de un hombre apreciado
ó de correr los mismos peligros que el.
No debe olvidar el Capirán que el sold·.1do es el mejor juez
del Oficial. Si su juicio es algunas veces grosero, es siempre lleno
,de buen sent1do.
Juntamente con el culto de la bandera, el Capitán debe enseñar
á sus soldados ser humanos, generosos y desinteresados.
Por otra parte, la palabra honor que la bandera lleva en sus
pliegues sería un contrasentido si se pudiese pensar que es permitido
hacer de las necesidades de la guerra un pretexto para satisfacer
malas pasiones, para librarse de actos de salvajismo.
Es entonces un deber para el Capitán hacer comprender á sus
soldados que toda c<5lera debe cesar inmediatamente después de al
lucha ; que un enemigo caído, desarmado, herido, deja al instante
mismo de ser enemigo ; que en este momento no es permitido
amenazarlo, lanzarle injurias, hacerlo avergonzarse de su derrota.
" La generosidad honra el valor," dice el reglamento sobre e
servicio de los ejércitos en campaña.
Rendir honor al valor desgraciado es unir la bravura á la generosidad,
es realzar el lustre del estandarte sagrado á cuya sombra
e combate.
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214 BOLETÍN MlLITAR
I I I
El Capitán ha enseñado á los soldados, en las teoría~ metódicamente
dirigidas, á ser cuidadoso de su ropa y su persona y á conocer
sus deberes hacia sus jefes ; en los ejercicios del terreno de
maniobras á servirse de sus armas, á maniobrar por la disciplina y
el combate.
Debe también ejercitar su iRteligencia en las cosas de la
guerra para reglar su iniciativa, exitar su entusiasmo é inflamar
su valor.
El soldado gusta que se le hable, le agrada no solamente marchar
porque es necesario, sino !aber por qué se marcha.
Los soldados son todo ojos, todo oído á las explicaciones del
Capitán en los ejercicios de combate ó de servicio en campaña.
Si el Capitán debe servirse á tiempo de un recuerdo histórico,
los verá suspensos de sus labios mientras dura la relación.
Este recuerdo, que hará referencia á la manera como nuestros
antepasados hacían la guerra, á su sufrimiento en las fatigas y en
las privaciones, les dará energía, se entusias marán con el recuerdo
del pasado y lo tendrán presente cuande llegue la ocasión.
El recluta siente la necesidad de hacerse soldado. Despertar
su entusiasmo demostrándole que sus antepasados defendían, á pesar
de sus escasos recursos, el suelo sagrado de la patria y se e u brían de
gloria, es invitarlos á un festín semejante y preparar héroes.
Si el Capitán se complace en dar á sus soldados el por qué, la
razón de cada cosa, los verá á todos dedicarse á comprenderle, y
los resultados que obtendrá le pagarán con exceso el trabajo que se
ha impuesto.
IV
El Capitin no está solo en la Compañía.
Si él es el primer im:tructor, el principal educador, tiene en
los oficiales los ayudantes que deben obrar según sus miras. Tiene
que dirigirlos en este sentido dejándoles sietnpre la iniciativa que
corresponde á su grado.
Ouerer hacerlo todo sería querer anular á sus subordinados.
lrstando cada uno en su puesto todo marchará bien.
¡ Cuántos oficiales jóvenes, llegados con buenas disposiciones,
se hacen perezosos porque el Capitán, bajo las órdenes del cual se
encuentran colocados, no ha sabido ó no ha querido dirigirlos !
Es necesario que los oficiales posean su confianza y que les dé
prueba de ello.
La falta de confianza mata la armonía que debe reinar sin
cesar entre los jefes y los subordinados.
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BOLETÍN MJLITAR 215
Pero es necesario, y sobre todo, que parezca siempre superior.;
si esto no es como instrucción general que sea bajo el punto de vista
del puro oficio; sino es como instrucción general, que sea por e1
buen sentido que se adquiere por los años y la experiencia.
El buen sentido en las cosas del oficio vale más que la mejor
fraseología.
Es necesario también que su amor á la patria I"'Sté á la altura
de todas .las circunstancias, y que, si este amor puede ser igua~
no se aperciba jamás de que pueda ser sobrepasado.
V
En resumen, el Capitán, que es guía de los soldados de su
Compañía, debe s-::r un modelo, é inculcarles su patriotismo.
Estas cualidades de patriotismo debe poseerlas en el más alto
grado. Es necesario que sean una llama que no se extinga, y al
contacto de la cual se avive y se encienda en los jóvenes ese hogar
interior que se llama el fuego sagrado, sin el cual todo lo que se hace
es pálido, con lo cual todo lo que se hace tiene vida, es grande,
noble y heróico.
Formada en estas condiciones, la Compañía será el Jefe de
batallón, para el Coronel, para el General, para la Nación, en fin.,
la garantía del éxito, la r s peranza del porvenir.
-·.,.___
EN EL EJERCITO
CONDUCTA DE OFICIALES
3! División.-Durante el mes de Agosto del corriente añ
se distinguieron por su buena conducta, los siguientes señores Oficiales
;
Batallón Granaderos número 8.0 -Capitanes : José A. Flórez
y Clemente Arias; Tenientes: Faustino Ballesteros, Francisco
Durán, Pablo J. Monroy y Rafael Matéus; Subtenientes: Miguel
Bohórquez, José Piñeros y Nicolás Medina.
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216 BOLETÍN MILITAR
Batallón Sucre número ro.-Sargento Mayor graduado, CeciIio
Zamudio; Capitanes: Olegario Manrique; Tenient~s: Emilio
Camargo y Maximino Rivera; Subtenientes: Isaac V anegas, Santos
Quijano, Daniel Abella, Abelardo Aranguren, Sebastián Franco y
Jesús Zambrano.
Medio Batallón Bolívar.-Capitanes: Víctor M. Vesga y Salvador
Balbuena; Tenientes: Miguel A. ~intero; Subtenientes:
Juan Prieto, V alerio V anegas, F ermí n Moreno y Carlos R. Sarmiento.
3·· Brigada de la r.• División.-Durante el mes de Septiembre
próximo pasado, se distinguieron por su bueno conducta los siguientes
señores Oficiales:
Batallón Sucre número 7.0 -Sargento Mayor graduado Cecilio
Zamudio; Capitán, Olegario Manrique; Tenientes: Emiliano
Carnargo, Maximino Rivera; Subtenientes: Isaac Vanegas, Abelardo
Aranguren y Román Castillo.
Batallón Granaderos número 8. 0
- Sargento Mayor Rafael
Vesga; Capitanes: Leonidas S. BuenJía, José A. Flórez y J ustiniano
García; Tenientes: Juan E. MénJez H., Pantaleún Reyes
y Francisco Durán; Subtenientes: .1\lliguel Bohórquez, Manuel
A. López y Nicolás Medina.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 72", -:-, 1898. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690989/), el día 2025-08-21.
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