Afio II Bogotá, Mayo 2 de 1893. Número 53
BOLETIN MILITAR __ .,.. . .,..._ __
ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERR{\ Y DEL EJÉRCITO
Director, ALEJANDRO POSADA. --- Son colaboradores natos de este periódico, todos los Jefit
y Oficiales del Ejército de la República.
LA MORAL DEL fOLOADO
Si excitamos continuamente el celo de todos á fin de
conseguir extender la instrucción en las distintas clases de
la n1ilicia, como n1edio cficacísin1o de regeneración del ejército,
no damos, sin embargo, al olvido los den1ás elen1entos
que entran, con1o con1poncntes, á forn1ar el espíritu de Jas
tropas, llan1adas á sufrir riesgos y privacione~, fatigas y
dolores en defensa de Jos n1ás caros intereses de la sociedad.
No es el soldado nna n1áquina que, con1o tal, respon""
da automática y fataln1ente al impulso de quien la n1aneja.
I~s un todo cornpucsto de espíritu y n1ateria; sujeto, lo
n1isn1o que sus sen1ejantes, á las in1presiones; ensibie al
frío y al calor, y dotado, como todos Jos hon1bres, de ese
sentimiento natural, Ilan1ado instinto de conservación, que
impulsa al individuo á precaverse del peligro que an1enaza
~u vida y que, á pesar d la Ordenanza, subsiste en el áninlo
del que está sujeto á sus preceptos, con1o en el de aquel
á quien no alcanzan sus disposiciones. .
No hasta que la 1 y n1ilitar señale severas penas al delito
de cobardía; es preciso además que el soldado, puesto
en la alternativa de correr al peligro inmediato, visible, á
Ja n1uerte que cree inevitable, ú volver Ja cara á l:sta para
arrojarse en brazos de una sentencia infamante, prefiera
.:.tencrs~ al cumplimiento de su deber, no sólo por el honor
que el lo le reporta, no 1 or temor de la r en a en que \"a á in-
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currir, si obra de otro n1odo, sino por el convencimiento d
que aquel peligro no es tan grande con1o su imaginación se
lo pinta, ni ]a n1uerte tan inevitable con1o supor:1e.
Interesa, pue.s, sobren1anera, persuadir al soldado de
que no es el can1po de batalJa cen1enterio forzado de cuantos
ton1an parte en la lucha, sino que, por lo general, son
las víctin1as n1enos numerosas de Jo que se cree.
Al efecto conviene que el Oficial y el Sargento, con1o
hon1bres á quienes se supone n1ás avezados á Jos peligros
y n1ás prácticos en la~ cosas de guerra, sepan inspirar á sus
inferiores el valor y de rprecio en los riesgos que recomiendan
las Ordenanzas, no desdeñando ]as ocasiones que se les
ofrezcan de hablar al soldado de los efectos producidos por
las arn1as, utilizando para ello las horas que pasan junto á
la tropa, n1ostrándose con1unicativos con Jas clases inferiores;
pero sin .buscar una falsa popularidad, á casta de rebajar
su propia dignidad y carácter, con fan-úJia.rid~des de
n1al género, que son n1ás propias para ganátse el menosprecio
del soldado que para granjearse s t estimación.
Debe pues hacerse con1prender á la tropa que el estruendo
del cañón es n1ayor que Jos daí1os que produce =
~e el fuego de las piezas apenas pne¿e causar bajas en las
líneas de tiradon .. "S, los cuales han 11t>gado ~n tnás de una
ocasión á apoderarse de aquéJlag sin Ja menor pérdida: ~1c er lllejor nledio de hacer callar su fuego es aproximarse á
tiro de fusil, para molestar á Jos sírvi ntes y hacerles perder
la serenidad necesaria para cargar y apuntar: ~1e en
el ataque de tal ó cual plaza, su guarnición contó n1uy poca~
bajas, no obstante haberse lanzado sobre ella nüks dé! .
proyectiles: ~e los efectos del tiro de rebote, notablen1cn-t
disn1inuídos por.·la forn1a prolongada que hoy afectan
aquéllos, se producen generaln1cnte, no delante, sino detrás
de la línea de con1batientes, etc ...
Re~pecto· á la caballería, debe hacerse observar que un
1nfante armado del fusil n1oderno, provisto de nutniciones,
no tiene que ten1er á un jinete aislado, ni aun t!l1 terreno
llano, ~oda vez que mientras aquél recorre, á galope, la dist.
ancia de 500 n1etros, puede hacer éste cinco ó seis disparos:f '
c~~.puntando tranquilan1ente, y que, en últin o caso, le queda.
la bayoneta, la que arn1ada en el fusil y n1anejada con eles-
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treza, constituye una defensa contra la cual nada pueden Jos
esfuerzos del jinete: ~e una zanja, un ár-bol, un obstáculo
cualquiera, bastan á inutilizar la acción de la caballería~
~e el fuego de la infantería, hiriendo jinetes y caballos,
desordena las filas, é in1pide llevar la carga á fondo, en la
n1ayor parte de los casos ·: ~e las n1asas de caballería son
in1potentes contrél: Jos cuadros de ·infantería, cuando no
cuentan aquéllas con artillería que prepare el ataque, y que,
·en estos casos la salvación de todos está en la unión, Y. por
fin, que aún sin formal" d cuadro, una fuerza en batalla
puede resistir el en1puje de la caballería, sobre todo, si apo~
ya sus flancos ct) obstáculos que impidan el ataque por retaguardia,
etc.
El fuego de la infantería, n1ás mortífero que ei de las
otras arn1ás, pierde mucho efcctn fuera de ciertas distancia. ,
por lo cual co9viene convencer al soldado de que, en los
(:an1pos de ba~lla se cuen'tan los disparos por cientos de
n1ilcs y q uc, á veces, no se produce una baja por cada
1 o,ooo cartuchos consUinidos: ~1e h bala ~al ida del fusil
alcanza lo n1ismo 1 que ataca á la cabeza de sus compañeros
que al que 1narcha á retaguardia~ ~1e, de lejos, es poco
eficaz el fuego; y que cuando una fuerza avanza resue1tan1ente
sóbre orra, ésta pi rdc la serenidad á n1edida que ve
n1ás próximo el peligro, carga y apunta con precipitación
y su· disparos resultan altos, generalm~nte, porq uc con el
·1fan de tirar, ap e na se apoya la ulata tn el hombro, dis-
)ara la n1a1 o der cha sin cuidarse de que el arn1a ocupe la
osición que debe para que su fuego sea efectivo: (~le d
fuego de las masas s muy infetiot en su efectos al de los
tiradore ·, los cuales, arrodillados, tendidos en el suelo ú
abrigados tra::s de un obstáculo. al ~arecer insignificante,
presenta n1uy poco blanco á las balas enemigas.
~:stas reflexiones y otras ·sen1cjantes fortifican la moral
que sólo a piran á encontrar en • los hombres de guerra
ciegos arrebato· de audacia, hechos inauditos, que por su índole parezcan
fabulosos, hacen de la guerra un oficio de bárbaros ó de
semidioses; se alejan de lo justos término en que deben considerarse
las accione ~ humanas. ) ara los soldados que mili tan l_-, bien porque la
Providencia, á manera de arti tas Ítlsignes, no logra producir obras
maestras todos los días ?
Sea lo que fuere, debemos observar que el temperamento de
Bolívar no era el de guerrero. No fue, por tanto, la sórdida ambición
audaz, ni el deslumbrante brillo de las insignias mili tares,
lo que le condujo desde el primer momento á tomar la armas.
La educaci~ín que recibió marchó al principio de modo lento
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BOLETÍN MILITAR 245
é imperfecto, según el decir de sus biógrafos; cobró vuelo y adquirió
desarrollo imprevisto sólo explicable en las imaginacione3 latinas,
prontas á impresionarse de modo intenso cuando á par de la
inteligencia se mueve el corazón.
lVluy bien puede colegir e que la encendida pasión que en el
sensible pecho de Bolívar despertó la seiíorita 'Tere a T,)ro y
Alayza, con quien se casó á lJ. edad de diez y ocho año , descubrí<)
también todo el genial arranque de que era capaz aquel penetrante
espíritu. Hallábase Bolívar en Madrid el 30 de eptiembre de
I 8oo cuando dirigió á su tío materno, D. Pedro Palacio. y Sojo,
una ca~ta comunicándole su proyectado enlace, en la que le decía :
"No ignora usted que poseo un mayorazgo bastante cuantioso,
con la preci a condición de que he de estar establecido en Caracas,
y que á falta mía, pa e á mis hijos, y de nó, á la casad~ Aristeiquieta;
por lo que, atendiendo yo al aument9 ce mis bienes para
mi familia,_ y por haberme apasionado de una señorita de la má.
bellas circun tancias y recomendable prenda:., como es mi señora
doña Teresa 'Toro, hija de un paü:ano y aún pariente; he determinado
contraer alianza con dicha señorita, para evitar la falta que
puedo causar si fallezco sin sucesión ; pue haciendo tan justa liga,
querrá Dios darme algún hijo que sirva de apoyo á mis hermanos
y de auxJio á mis tíos." .
Los sentimientos que revelan esta carta son los de un ánimo
perfectamente tranquilo, confiado y amante. Invocaba el nombre
de Dios al dejar escapar su deseo de tener un hijo ; quería sostener
el mayorazgo no por los rendimientos que; le produjera á él, sino
por auxiliar con ellos á su familia, rasgo que, en aquella edad, le
hace aparecer con gran fondo de perfección moral.
Esa apariencia :sosegad~1 que, por entonces nos ofrece la mente
del Libertador deja adivinar además de u natural bc:>ndaJ, cuán
completa era la eJucación que había recibido el hijo de Caracas,
educación prodigiosam~.;nte de arrollada en su ingenuo y noble pecho,
cuando, en la primavera de la ,. ida, yá se c.· pn::>aba el con lo
acentos é mtenci<}n de un hombre que haya meditado ú . ufrido los
acerbos dolores de la existencia.
Apenas un Sixto Barrera, del Batallón 15 de Urdtl!Jeln.
En dinero .... ... ....•..................... $ 6 ¡o
Ajustamientos d eb rero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 40
Alpargata y jab t'" i d .............• : ............•• 25
Ración del d ía 1 .O de Marzo • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . 7 •
Suma ........•. $ 12 10
D ~ dúcc s e por valor dr un ataúd . • . . • . . . . . . . . . . . . . . 7 so
Quedan ... . .... ·$ + 6o
Cali Marzo 2 de 1897•
El Coronel, Jos É M. MosQUERA.-Tcs tigo, Vldtlrico Mi11otn.-Testigo,
Rnfatl Ltetiiii.-~1 es ligo, Federic? 1/ en. IIZtJ.
~
lNVE TARlO : aYalúo de los bicne
1
dejados por el soldádo del Batallón
15 d_ Urdt!ntta, Ezequiel ldrobo, gue falleció en el Hospital
de esta guarnición el día tres dd presente mes.
En dinero . , ........... , ...•............... $
Ajustamientos de Agosto próximo pasado .........•..
Alpargatas y jabón id. id .....•..........•......
Racic.mcs en do día del presente mes ............. .
z8 45
2 30
z8
1 6o
S11ma . . ........ $ 3·~ óo
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Dedúcesc ocho pesos por valer de utl ataúd, .cgún el recibo
adjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 ..
Cali, S~pticmbre 4 de I 897.
Quedan ........ $ 24 6o
El Coronel, JosÉ M. MosQUER.A.-Testigo, J. M. Correrz G.-Tcs~
tigo, Rose1Jdo Martínrz A.-Testigo, Pío Agttilar.
Recibí del Sargento Brigada del Batallón Urdaneta, Eugenio García,
la suma de ocho pesos('$ 8), valor de un ataúd, para ct cadaver del
soldado Ezeguiel Idrobo.
Cali, 4 de Septiembre de ~ 897.
J. A. Martín.
LITERATURA
UN RELOJ SALVADOR· -RECUERDOS DE 179~·
Mu hos relojes he vi to en mi vida; pero ninguno como
aquel.
.Estaba dentro de una caja de nogal, en que habría cabido un
gigante, y en el fondo se veía relucil' el pcndulo de cobre.
Los doce número árabes, no romano . .;, se destacaban con su
color azul sobre esmalre blanco, y las aguja enormes parecían flechas
<.le campanario ,
Por cierto que no parara en eso 1~ emejanza, porque como
las veletas, el horario y el minutero andaban como le daba la gana,
ya de pacio ya con rapide?. incrct ble. V cz hubo <.JUe anduvieron un
cuarto de hora en cinco minutos. '
Cuando onaba la campana, era cosa para taparse los oído y
dar e á mil demonios.
-V amo , den a el tío .Francheteau - ya se de compuso la
campana. Con razón : no en balde recibio tantos balazos durante
la gran guerra.
¿Cómo? preguntaban todo - ¿ qué, es tan viejo el reloj?
Cuéntenos usted eso tío .Franchetcau.
El buen viejo gue por hablar por los codos se rroría, se hacía
de rogar.
Sacaba del bolsillo una pipa, la )lcnaba de tabaco, la encendía
y cuando todos estaban suspen os de us labios, empezaba así:
Es preciso que sepáis que Francia (así le llama á su reloj) y
yo tenemos la misma edad. Mi padre se lo regaló á mi madre el
día que me bautizaron; el autor de mis d1as era muy galante, y
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BOLETÍN MILitAR
cada vez que le mandaban de regalo otro niiío, aumentaba el menaje
de la c:.~sa con un mueble ó un utensilio nuevo. Esto sucedió
doce vece ni más ni menos.
Era en J 793; tenía yo once años y lo rec:uerdo como si hu·
biera sido ayer. No se hablaba más que de jacobino:; y sanscul9ttes;
lo primeros, sobre todo, me causaban terror. N o había en N antes
pan ni carne, porque los nobles acapa raban con todos los víveres y
en resumidas cuentas, el pueblo se moría de hambre.
Una mañana del 111es de Diciembr·e, se anunció la l!egada de
los jacobit1os. Salí á la puerta para verlos y los veo avanzar á la carrera,
lanzando alaridos salvaje , con los pies desnuclos y ias cabelleras
en de orden. Tuve tanto miedo, que volvf á meterme en
casa y cerré la puerta con llave y cerrojo.
, ... in embargo, los oí pa ar frente á casa gritando: "¡Al Loira
!" . y los ví de de una ventana, arras~rando barriles, cureñas y
grandes trozos de madera.
Repentinamente una joven de aspecto distinguido como el
de una marquesa, toca á la puerta.
Mi padre la abre.
- Salvadme, señora - xclnmú la joven - están en la ciudad las
tropas y asesinan á los vendcanos.
Era verdad, las calle · c~taban llenas de . oldados de infantería
y caballería, que arrcmctJan contra todo el mundo.
- ¡No quiero c,analla en mi casa!- grirc) en esto mi padre
- no quiero qut· por usted me corren c.:l pe cuezo: fuera.
l' 1i madre intervino, uplicú, lloró y t\cabó por desarmar á
mi padre. •
¿ Donde iban á l' Sconder á sa desgraciada? No teníamos
más que una pieza baja y un granero de.:ocupado. Mientré1S mi padre
bwcaba un - condrijo, la ~V1arquc a, porque repito que lo parecía,
le.: dijo entregándole un rollo de papcle·:
-l ls! ¡Cuántos bandidos ~emos mat:.do hoyl Mis húsares
fialt tral'ajado mtJcho. Cuát}tO SIÍ ·nto no ha~ei- ·llegad9 dos horas
~ntes; no se hubiera escapado uno solo. La Rochejacquelin puede
alegrarse de haberse escapado ...... pero mañana, quién abe!
En ~eg . ida se sen'tó juntg al fuego. Conservo de él memoria
c~\no ~i le viera: era l!Il hombre robustO', de estatura ·regular, bien
formad~ de mirada dura, voz ronca y aire lmperioso. Era un hermoso
oldado. Mientra duró -la céna estuvo muy alegre y felicit6
~ mi madre por sus dotes culina~ias. ,
De vez e 1 cuanqo C()ilsultaba su reloj y vé.a nacia el de la
c~.sa donde estiDa escondida la señora.
--¿Qué, no anda esé reloj p ·eg untó cuando meno!S lo pcn-·
·á amos. . . . .
--Desde esta mañana sé paró, General; contestó .mi padre :
.. - Pues pónlo tort el m·ío, porque rriañ· 'na á las seis ·quiero le-vantarme
y ese tiene campana. • .
,. ~Mi ma~Jre .é pu .ó m4y pálida y mi padre se levantó para.
no dar á conocer su turbación; mas, reponiendó'se, dijo en tono de
<:hanza:
-General, no se fíe usted de m.i reloj; voy á pedirle prestadá
<>t':o á mi vecino, que es 1·elojero; además, yo me levanto todos lo~
-días á las cinco y lo despertaré á usted.
En esos momentos ie oy-ó salir de la caja del reloj una tose '
_i1la seca.
--V 2ya, -perisu mi padré; nos lucimos, y para ahogar ·J:í tos dX
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la Marquesa se puso también á toser, hizo lo mismo mi madre y:
yo ¡¡eguí el ejemplo ..
-¿Qué pasa.? preguntó Westerrnann, parece que todos están
resfriados.
-No haga usted caso, General, respondió mi padre; ~ada vez.
que torn"mos sopa de <;ol nos vienen ganas de toser.
-Vamos. -vamos> dé-jatce de cuentos., Lo que sucede es que
tienes ganas de beber.
Westermann tomó una boteLla y llen.ó los vasos,
-¡A vu~stva salud, amigos! dijo.
-¡A la vtres~¡;a, General!·
-¡A la vuestJ:a,.ciucladan0'!
La Marql:lesa vobió á t'Jser y mi padre tambien.
-Creo, observó w-:estetoman, mirando hacia d reloj, que:
hay alguien dentlío de- eso o. o. ¿Qué ocultas, ciudano?
-¿Os chancéais~ General?
--No me chanceo . ...•. Abre ese r-eloj!
Mi padre balhució algunas pala-bras, perdió la calma', d~j~ muchas
sandeces y lo iba á echar á perder todo, cuando- mi mad11e, co111
1a admirable presencia de ánimo d~ las mujeres le dijo:
--Abre, hombre; cd General lo quiere.
--Bravo, ciudadana, bravo, r:epuso Westermann., bien dicho ..
--Mi padre se enojó y cerró los• puños coi rabia. En esos
momentos tocaron á la puerta.
Entró un oficial.
Mi General, dijo, el General Marceau tlke que os necesita:.
:e teme un nuevo ataque: ba c;;ido sorprendida y pasada á cuchillc
una avanzada,
--¡Rayos y truenos! es ~os.a de n6 acabar -' nunca.
¡Pronto, mis botas y mis a mas.!
Todos corrimos ;l .. eUa; qué peligros o!l' hig- : ·
rorrer! ~i lo hubiera sabido ..... .
-No hablemos de eso, señora; pero procure usted no toser ..
A penas se había instalado en el granero, cuando el asistente·
dol General Westermann entró sin Llamar á la puerta. Iba con e_
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BOLETÍN MILITAR 255
apote y los guantes del General, y á avisarle á mi padre que. su
amo no dormía en la casa, porque las tropas iban á salir de la ciudad
para reunirse á Fleuriot.
- ¡Benditas . a la Divina Providencia! exdamó mi madre,
cayendo de 'rodillas.
-¡Qué susto nos has dado con tu Marquesa! le respondió
mt p4dre.
Bajó la pobre mujer del granero, se le dio de comer y se
acostó en el lecho que estaba destinado al General.
Al día siguien e, al amanecer, se levantó, dio un abrazo á mi
padre, á mi madre, y se fue dejando sobre la chimenea una bolsa
que conten.ía mil franco en oro.
Olvidó decirnos quién era, pero mi padre siempre creyó que
tuvo escondida dentro de su reloj á b Marquesa de La R ocheja<:
quelín.
LEuN SEcHE..
LA OANCION DE IJA ESi'ADA
(P:m• los bravos oficiales de nuestro ejército).
¡Salió yii de la funda, con ira \'etJgadora,
Mi recia y noble e. pada!
¡Y á en el combate vibra, de España servidora
' al sol de las batallas reluce brilladora
Como una llam~rada!
¡Jamá 111Í fuerte e pada será rota en pedazos!
¡Jamás cono ió el miedo!
· e burla de peligro y traicionero lazo :
()uc fue ·u hoja valiente labrada á martillazos
En la .i111perial ' roledo.
¡ ()ué valt:q, {j.rmc espada, lu vi os re plan dores
""'-" De las pupilas bellas, ·
I lado de tu~ lumbres y espléndidos (ulgores
Sí, al s6n da lo · clarine y b t lico - tambores,
Magnífica destellas!
!\1i e s pada el honor patrio defiende, no mi vida;
Y muéstrase orgullosa
Cuando ante el fiero estrago de lid en fureciJ :,,
: leva e en los aires, de púrpun \'e tida,
· Cual reir1a \'Íctorio~a.
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BOLETfN .rv, lLITAR
¡Oh es paJa, f1d am..tnte, querida compañ~a,
Si la coot~aria suerte ·
. Hiriese con sus tiros á la nación guerrera
Y en mano~ en.t;miga.s.,. caJ.ese su baridera,
· 'Tú me claras la muerte!
¡ ,
MAt\UEL REI~A.
~ de E.nero de 18,-9 7 ·,
V·ARIEDADtES.
ESCUELA MILITAR DEL PER;Ú·
Merced á la poderosa iniciativa del seflor don Nicolás d~ Pié,
ola, Jefe muy distinguido de la República del Perú, en aquella
nJ.ción acaba de inaugurar~e, lo mismo qu_e e.n 1~ r~uestra, una Escuela
Militar ac; aplicaJ;i,<)nt· destinada, á. cpupr CJl el arte de la
~uc~ra á varios. j,<)venes que se han dedicado al servicio del Estado.
11a solemne ceremoi1ia, <.Te aper·tura d~ ]'a Escuela se verificó
e] 24 del pasado, mes de Abril, ante UJla conc.urreJ~f:i¡t m,uy notable.
Pronunciáronse con tal motivo varjof. discurso , ~iendo el
más ext~nso ~1 de Mr. Clement, Jefe de· 'la m it;io · Mill~r frances'a
que, contratado ppr. el C:robierno de~ Per.~., dl1ige la. ' .EScuela y
<~tiende á la in trucción dd. Ej~rcit. t •
Nos permitimos reproducir. l!J1a· partr.• del discurso de este tílt,
im , por cpnsiderar que e~~ . dicha. piez.a or¡awria .e tocan varios le
los .puntos que aquí m.i mo ~ tr. han . • n¡JP. ~~1; cuerifa: wr· el Minis.
t,eno de · Gu:~ra, al concede ,. a la tn~truc:~t~n. d e~ Ul cu~r~ de ofictales
atencton pt:eferente.
· . 1Jijo el :;eíior. Cl ll'en,t al di~igirsc. aJ: Pr.s gasto que hace para hallar e bien armado.; ese resultado,
e palpa aJ. considet;.a~ el• irnpu}so y la acti..,idad qu.c el comercio y 1~
in 1ustria toman en este caso. Así C:l que los economistas deben aconse.jar
la protecci·ón de los ramos conce¡n,i;entc&, al ejército.
Excelentísimo sejio~:. es mu.y pru,ckntc, a.cumul~r en ti:empo de pa1 ..
podcrosn ~.a.teria,l d:e. guerra; no e:~ menos importante o~ganizar los:
ejércitos en us menores detall-e~, tanto d ejé!"cito pe¡mancntc con todo ....
:us servicio, .:amo las otras fuerz-as die, qpc d país debe di-poner CIL
tiempo de gu,erra.
La kyes mil·itarcs y l-os reglamentos q,u~· de cHras se derivan, son:
una garantía i-ndispensable para la extstencia ád ej:ércno, para su. disct•.
plina y para su adelanto. Comi·ion<;S especatlcs han s1do nombrada~
hace . cis meses para cla~_orar cuidadosamente los proyecto de c. as lcyc~~
y reglamentos. Tengo fe de que la c1enci-a, ~ competencia y la laboriosidad
de los miembros de esas Comisione., jurisconsultos eminentes y.
mili tares de gran eXpt.iri.;ncia llc,·arán á c.abo feh~mcnt~ s..~~ tar:Jp* :~
la mayor pa.rte d-e estos prpyc .. ~tos se hal~ 'an terminados.
Una ,. :r- q.uc ~e organicen I•c~s · di.vcr.as arma dd· ejército y esté!
dotachs d'e sus rcspectl'\'0S rc..;glamcntos, faltará lo principal: instruírlas.
Con el fin d que la mstrucción del ejército tenga una ~ase sólida,
.C' necesitaba una Escuela, cuya c;licacut se haga sentir rápidamente en:
todas las filas del ejército.
Habiendo sido designadn por el Gobtcrno del Pení p:1ra dirizir.
esra Escuela, mi• principal idea d sd'C luego era permitir el inarcso ;{
ella del mayor núrner;o posible de ofic1t1lcs jóven.e. de todos l<1s Cuerpos .
. del ején .. ito, así. como de algunos otros jóvenes salidos de los . vario· planteles
de imtnJf=CWn. D spu~: dt."' halkr si 'O inicindos en la parte teórica
y práctica de la ciencig rnihta-, eso jóven11:\ debieran volver á su Cuerpos
y aplicar ácticam ll.t.~..;, como mstructores, las Icsciones que . hubiesen
aprendido.
Pero eso no bastaba, l~a man-era de combatir en la actualidad, cxi...._
ge que las tropas. poc;ean cltlf;C~ mu:,c- instrufdas, 1 t:lnto más cuanto que
para poder llevar á fc!li7. éxito la enseilanza de los snldndos, es indispensable
que los oficiales e~én secundados por cxccl ntcs cla es in tructoras.
Era, pues, mene . ter formar en nuestra E cud'a clases dignas_ de llevar
cHe nombre. Con tal fin se dclidió que se creara en la E cuela una
Unidad orgánica de cada arma: ornpañfa, Escuadra, Batería; debiendo
esas UpidadL:s recibir cada año cic~lO ' número de , rcchlf~s '-xperto .,
capaces de llegar ianos, mandados
por el Géneral Vogel de Fal kcstein. ·
Capitulación de Sedan, 1870. El ejúcito de reserva francés
(84,000 hombre, con 4,000 oficiales, 12,000 caballos, cuatrocien tas
piezas ec a ' tillería, 9o,ooo fu iles Cha scpots y un inmcn o '
material), mandado por. el Mariscal Mac-Mahon, rinde las arma~ ..
al Rey de Prusia, Generalísimo de los ejércitos alemanes. El En!
crador Napoleón es hechCl prisionero de guerra.
__ .... , ..... .._. __
E I EL EJERCITO
BlnLIOTE(.:A DEL F.J EkC TO
eg~n avisa el sci1or Bethancourt, En •iado E. · tntordinal·io
i.inistro Plenipotenciario de Colombia en Madrid, ha recibido··
:>ára la Biblioteca Militar recientemente creada, una gran can ti daG ·
de obras españolas referente á la milicia, que le ha CIH"iado el se- .
ñor Mini tro de la Guerra de España, por recomendación del sei1or
Mini tro de S. M. Católica en esta República.
Damos las más expresivas gracias al señor Barón de la Barre ,
e Flandes, por la eficacia con que contribuye á la i11strúcdón ·denuestro
Ejército.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
ROLKTtN MlLITAlt
~ El P. E. Ascendió á Satgent0 Métyo·r cl~ct;\·¿ al Cap;tári Abe~
.\ardo Bulfa, que sirve en la 1.• CdmpaitÍ;J dc.d Bátallón }./,riio nú ...
mero 4, y lo destin Avudcrnte (7eneral en
lugar dd T<"niente Coronel Ftartcisco de P. Úlloa, á quien se le
concedió 1ft licencia indefinida que solicitó.
Creó una pla:ra m<Í' de plegador en la lmprenta del EjércitO
y nombró para desempeñarla al señor Manuel Bu tamante, cm· el
1ueldo que á este destino corresponde.
Por Decreto de fecha 25 aprobó el n·ombramiento hecho po/
~~ Comandante del litoral del Pacífico en el señor ~nriquc Palaíos
para su Ayudant1!; asünilado á Sargento' Mayo para los efec ·o
fi cales.
Declaró en uso de licencia indefinida por mala Londucta y á:
~olicitud de los Jefes del Cuerpo a'l Teniente Alfredo U pegui de lci"
~·· 6ompañía del Batallón Boyacá número 24.
Ascendió á Teniente efectivo al Subteniente Pancracio Ro ..
h'órqucz, lo llamó al servicio activo y lo destinó •á la 4: Com'pá
ñ4a del referido Batallón B~yacá en lugar de Upégui·:
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 53", -:-, 1898. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690970/), el día 2025-05-25.
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