Año l Bogotá, ~layo 1~ de 13!H. Núu1ero 1~
BOLETIN 1\1ILITAR -·--- ORGANO DEL MINI~TERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO •
--··-~-
Director, ALEJANDRO POSADA.
Son c(}/aboradores uatos de este periódico, todos los Jefe;
y O jiciales del Ejército de la República.
------------------------
EL GENERAL CAMPO SERRANO
V StJ PROMOCION A GOBERNADOR DEL MAGDALENA
Las eA.igencias de la época attual, tendentes á buscat·
un nuevo orden de cosas en completa armonía con las aspiraciones
netamente civiles y pacificas del n1oderno progreso,
hacen q u se d~ grande importancia, en estos momentos, á
la educación reíle ·iva y parsimoniosa del soldado., quien
· nspirándost. en el noble ideal de Patria, tiene que considerarse
defensor de ella., y por 1 mismo fiel guardián de la
paz y de la seguridad públicas.
Uno de ·Jos Jefes del Ejército colombiano que, entre
muchos otro~ ha s-..bido corresponder perfectan1ente á su
noble misión., atendiendo de preferencia á buscar la seguridad
y el orden por medio de la disciplina, que ha conforn1ado su
conducta con la misión civil izado ·a y prudente del Gobierno,
que ha dado ejen1plo de desprendimiento y que, n1ás que
todo, ~a &!tendido á armonizar las fuerzas para dar estrecha
unión al elemento n1ilitar, ha sido el señor General José María
Campo Serrano, quien acaba de ser favorecido por el
Podet Ejecutivo con el honroso cargo de Gobernador del
Departan1ento del Magdalena.
El General Campo Serrano ha aceptado el puesto de
confianza con que d Gobierno ha querido recompensarle
--u leal, franca y constante adhesión, y estamos ciertos de
que en el desempeño de sus elevadas funciones hará mucho
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍN MILITAR
~n favor del Departan1ento. El es aJlí, de largo tien1po
atrás, n1uy conocido con1o gobernante experto, digno y
amigo de toda clase de n1ejoras. De suerte que los n1agda-
• lenenses habrán acogido con júbilo la ¡1oticia de tan plausible
nombramiento, y se dispondrán á secundar los actos del
nuevo Gobernador. Nosotros, particulares amigos del General
Campo y estimadores del mérito que distingue á tan
abnegado Jefe, también nos hemos alegrado con su non1-
bran1iento, y estamos seguros del acierto y tino con que
desempeñará sus funciones. Bien comprendemos sin embargo
que las simpatías é inclinaciones suyas lo llevan de preferencia
hacia la carrera especial de las armas, á la cual ha
sacrificado el General sus mejores años y sus n1ás lisonjeras
esperanzas .. Prueba de nuestras palabras la hallarán Jos lectores
en vista de las notas que en seguida publicamos, en
las que se da cuenta del non1bran1iento y la contestación del
agraciado, quien con1pelido por la obligación militar y por
el alto concepto en que tiene los deberes del soldado hubiera
querido seguir prestando sus ~ervicios gratuitos en el
puesto que antes desen1peñaba, con absoluta consagración
y eficacia.
Las notas á q_ue nos referimos son las siguientes:
Rtpública de Colombia.- Telégrafos Nacionaln.-Ojidal.--Ciinaga,
7 de Abril de 1897·
Señor Mimstro dt' Guerra.
Debiendo encargarme de la Gobernación de- este Departamento
por acatar la voluntad del Gobierno debo separarme del empleo
de Inspector General del Ejército, y presento con pena mi
1enuncia á ese Despacho. Si no hubiera Í!lcompatibilidad legal
para servir los dos empleos, yo continuaría al frente de la Inspección
general del Ejército sin goce alguno de sueldo y sólo por el deseo
de ayuclar y estar en comunicación frecuente con el actual Ministro
de Guerra, por. quien tengo marcada deferencia y alta dis-inción.
Afectísima,.
J. .M. CAMPO SERRA.NOr
t'
l (
1
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLEl.ÍN MILITAR .
Repúhb.'ca de C:;/unbia.-Pode1· E'jecutivJ Nacional.-Lll!inisterio de
GuJrta.-Sectifm r .~~.-1'elegrama númeYJ ¡,532.-B:;gotá, 12
de Ahril de I ~97·
General Jo~é María C!lmpo Serr::no.- ClénaJI!.
Refiérome telegrama del siete (7 ). ~n atención á que ha beis
sido designado para ocupar otro importante puesto, este Despacho
siente privarse de vuestros muy útiles servicios ' en el Ejército; y
podeis estar seguro de que si no media:ra incompatibilidad legal
de funciones, el Ministerio vería con gusto continuárais con las
que ha beis estado ejerciéndo, pam utilizar de esta· manera vuestra
grande voluntad y pericia militar : pero procuraré aprovechar
vuestros servicios en todos los asuntos reiacionados con la fuerza.
pública qu~ hiCe la guarnición de ese Departamento, en los cuales
haya de intervenir la Gobernaci6n como colaboradora del Gobierno
en este especial ramo. Cúmpleme daros las gracias por la
iucida manera con que desempeñasteis el destino de Inspector Ge·
neral del Ejército. ,
PEDRO ANTONto MeLINA.
E copia cGnforme . .-. E1 Subsecretario,
C!ímaco Losada.
MINISTERIO DE GUERRA
DECRETO NúMERO r68 DE 1897·
(24 DE -ABRIL)
l{~Jlamentario de la Manna de Guerrl:
El Jlicepresidente Je h República Encargad,; del Poder Ejecutivo-,
•
Con la facultad concedida en el artículo 13 de la Ler I 50 de
! 8q6, en atención a las dificultades que en el servicio de ia Marina
de Guerra se han pl·esentado respecto al personal y sueldos de lidieron á los Jefes militares de llarranquilla
y Cartagena,
DECRETA~
Art. 1. 0 El persohal de empleados del Crucero ct Córdoba,"'
etá el siguiente, con los sueldos que pasan á expresarse :
Un Comand-ante., con el sueld0 mens\.4al de ............. S 25
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍN MILITAR.
Un segund'o Comandante .................................. $ 1 so
Un Oficial Ejecutivo (Contador).......................... 100
Un Capitán .. . . ... . . . . . ... .. .. . . . . . . . . . . . ... .. . . . .. .. ... . 300
Un prirner piloto.................... ... . . ... . .. ... ... . . . ... 200
Un segundo íd..................... . . . .. . . . ... .. . .. . . . . . . . . . . 1 oo
Un Artillero .......••.•................ , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 7 5
Un Contra-maestre.............. •. . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . .• . • . . 40
Un prirner timone-l................. ... . .. . . . . . .. ... . . . . . . ... 40
U~ segu.ndo íd ......... ... ·:: ................................ , 40
e1s manneros, cad'a uno a.............. . . . . .. .. . .. .. . •. .. 30
Un primer mayordomo............... . . . . . . . . . . . .. . . . . .•. . . . 6o
un segundo rd... . . . . . .. . . ... .. .. . . .. •. . . .. . .• . .. . . . . .. .. . 30
Un primer cocinero....................................... .. . 40
Un segundo íd......... ..... .•. ......... ... .. . . ... ... . . ... 30
Un primer ingeniero .............................. ,.... ... ... 2SO
Un segundo íd............... . . .. . . .. •. • .. .. . .. . . . . • . . .. . .. ••• 200
Un tercer íd................................................... ISO
Un aceitero..................... .•. . . . . . . ... .... ... ... ... ... .• 6o
eis fogoneros, ca~ uno ........... ........ • . . . . . 45
Cuatro carboneros, cada uno. . . . . . . . . . . • . . . . . . . 30
Art. 2.0 Mientras el Crucero no esté compuesto y en perfecto
uen,estado de servicio, el Poder Ejecutivo supriimid los empleados
y disminuirá los eldos que juzgue con.ven.icntc.
Art. 3·~ El personal de empleados de las Cañoreras "La
Popa" y "Boyacá," será el s-iguiente, con. las asignaciones men-
suales que pasan á expt:esarse :
Un Capitán Comandante ........... . • .• • .... $ 2SO
Un OfLcial Ejecutivo (Contador). . . . . . . • . . . . . . . 100
Un Contra-maestr.e. , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6Q
Dos timoneles, cada. uno . . . . . • . . . • . . . . • . . . . . . 40
Cuatro marineros, cada 11no . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Un carpintero • • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Un primer ingeniero . . . . • . . . . . . . . . . • . . . . . . . 200
Un segundo iS de estación
de cada buque, para nombrar, en caso de viaje de una nave,
un médico para la tripulación y guarnición, el cual prestará sus ser,
vicios durante el viaje redondo. Esta designación se hará previo uo
2rreglo justo de honorarios.
Art. 18. Al regresar las naves á su puerto de tación, lo~
tripulantes ó individuos de la. guarnición que hay.an enfermada
durante el viaje, pasarán al Hospital Militar ; v lo pcopio se verificará
cuando dichos indü1 iduos enfermen hallándose la nave surt~t
en el puerto_
Art. 19. El Comandante de cada haque dictará el Reglamento
interno de éste, en el cual se señalarán las funciones y de-·
beres de cada empleado, y los servicios, ejercicios y deberes de la
guarnición. Los Reglamentos secán sometidos .á la aprobación
s co:1tc:1tos y no tuve queja
•hsolutamcnte de nadie.
Dejo así cumplidos vueatros deseos.
Dios os gturde.
El Capitán, RAFAEL VEsGA.
Rtpftblita de Colotdia.-Ejútito Nacio1Jal.-3.n Ditiisión.-CJmandtm.
fia del BatntiótJ .Stw·e ?t!Lt«ro J o.-Nítturo 440.-Soatá, 17 de
Marzo de 1 897.
eñor General Jefe de Estado Mayor de la División. Tunja.
En c:umplimiento del artículo 141 de la Orden dictada á la Divi:-;
ión el 2 5 del m~s pasado, tengo el honor de informaros el resül cado del
tiro al blanco verificado hoy., así:
Se hicieron doscfentos quince (ll 5) tiros por los Jefes, Oficiales y
tropa, de los cuales dieron en el blanco cuarenta y tres (43), así: Co·
mandant primer Jefe,. uno en el número 5 y otro en d número 3; Sargento
Mayor segundo Jefe,. dos tiros en el número J; Capitán Luis María
Ramos, uno en el nÚm<'ro 3 y otro en el número o; Capitán Fer·
nando Mutis, uno en el número z; Teniente Manuel Ballén, uno en el
número 3; Subt ~ ni-ente Juan Prieto, dos en el número o. Tropa de la
t .a Compañía~ Sargento 1.0 Elfa. Macharaviay~ uno en el número 2.
Soldados: Vicente Torre uno en el número o; Jeremías Salamanca,
uno en el número 3; SiJ..erio Baneto, uno en el número z; Jesús Montañez.
uno en el número o; Cristóbal Bcnavides, uno en el número 5 y
otro en el número 3; Leopoldo Guachctá, uno en el número 5; Ramón
Herrera, uno en el número 3; Antonio Chivat nombrndo
por Su Señoría, Ayudante del Ins-titutor de las fuerzas acantonadas ea
Bogotá, y que se ha dedicado exclusivamente á la instmcción de este
Batallón, me presenta· un informe mensual en el cual manifiesta el adelanto
intelectual de los individuos ~e tropa á quienes ha instruido ca
Lectura, Escritura,. Aritmética, Gramática y Gcografia,. haciéndose notable
por su consag.ración.-La ""Legión de Hono¡;," de este Batallón,
consta de cincuenta individuos. Los caballcrosos Jefes que tan dignamente
comandan los exp•esados Batallones se han hecho aneed'oves á un
sentimiento de inmensa graütud y rc~petuoso cariiio die mr. parte por el
apoyo moral que tan generosamente han prestado paPa d logro del adelanto
moral é ~ntelectual dd Ejército. •
Tengo la pena de manifestar á Su Señoría q: le las escuelas carecen
hasta de lo más indispensable para la ~nstrucción, como son papel, tinta,.
piza:rras y jises; carecemos de cartas geográficas 1 haciéndose indispensable,
por lo menos la de Colombia para que los soldados· estudien con
exactitud el terreno de su patria, y esto, sinembargo1 de haber. dirigidO>
\arias notas en e·tc sentido á los Estados Mayores·,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
'•
Presento muy respetuosamente el presente informe á Su Stñori:t
que es sin disputa el mas sincero amigo del adelanto moral y material
d~l Ejército.
Dios guarde á Slt S ñoría,
FRANtrSGO o! P. CoRTÉs,
--·· ... --
LITERATURA
ltL PEQUEf:tO VIJÍA LOMBARD()
En rS59, ~-lut•ante la guerra por el rescate de Lombardía, po•
e-os días después de la batalla d<: Solferlno y San Martino, ganadá
¡:>or los france'es y lo3 italianos contra los austriacos, en una hermo•
sa mañana del n\es de Junio, una llCéción de caballerfa de Sal uzo
iba, á paso l~nto, po1' estrecha senda solitaria hacia el enemigo, es~
plorando el campo atentamente. Mandab:.tn la sección un Oficial y
tm Sargento~ y tódos miraban á lo lejos delante de sí, con los ojos
fijos, silenciosos, prepatándose pata ver blanquear á cada momentoi
entre los árboles, las divisiones de las avanzadas enemigas. Llegaron
así á cierta casita rustica, rodeada de fresno~, delante de la cual
sólo había un muchacho corno de do~e años; que descortezaba grue~
sa rama con un cuchillo para proporcionarse un bastón. En 11na de
las ventanas de la casn tremolaba al viento la bandera tricololor;
dentro no había nadie: los aldeanos, izada su bandera, habían esca.,.
pado por miedo á los aust1'iacos. Apenas divisó la caballería el mu ...
chacho, tiró el bast<')n y se quitó la gorra. Era un hermoso niño,
de aire descarado, con ojos grandes y azules, los cabellos tubios y
largos, estaba en mangas de camisa y enseñaba el pecho desnudo,
-¿Qué haces aquf? le pregunt{) el Ohcial parando el caballo,
¿Por qué no has huido con tu familia?
--Yo no tengo familia, respondió el muchacho. Soy expósito.
Trabajo algo al servicio de todos. Arfe he quedado aquí para v~r la
guerra.
~¿Has visto pasar á los austtiacos?
-N ó, desde hace tres d fas.
El Oficial se quedó un poco pensativo~ después !;e ape6 del
caballo y dejando á los soldados allf vueltos hatia el enemigo) entró
en la casa y subió hasta el tejado: no se veía más que un pedazo
de campo.-;-Es menester subir ~obre los árboles~ pensó el Oficial;
• 'y bajó. Precisamente delante de la era se alzaba un ftesno altísimo
y flexible, cuya cumbre casi se mecía en las nubes. El Oficial es·
tuvLETÍN MIL(TA1t
- ¿S(lbrJas tú subir á )a dma de aquel árbol?
- ¿A la cima de aquel árbol, yo? En medio minuto me subo.
- ¿Y sabrás decirme lo que veas desde allí arriba, si son sol-dados
austriacos, nubes de polvo, fusiles que relucen, caballos ... ?
- De seguro que sabré.
- ¿ Oue quieres por prestarme este ~ervico?
- ¿Q"ué quiero? dijo el muchacho sonriendo. Nada. ¡Vaya
una cosa! Y después . si fuera por los alemanes, entonces á nín ..
guno; ¡pero por1os nuéstros! Si yo soy lombardo.
- Bien; súbete, pue~.
- Espere que me quit los zapato5.
Se quitó el calzado, se apretó el cinturón, echó al suelo Ia
gorra y se abrazó al tronco del fresno . .
- Pero, mira ..... exclamó el oficial, intentando detenerlo
como sobrecogido por repentino temor.
El muchacho se volvió á mirarlo con sus hermosos ojos azu-les,
en actitud ínterroganre.
- Nada, dijo el oficial; sube.
El muchacho se encaramó como un gato.
1 Mirad delante de vosotros ! gritó el oficial á Jo soidados.
En pocos momentos el muchacho estuvo en la copa del árbol,
abrazado al tronco, con las piernas entre las hojas, pero con e1
pecho d~cubierto, y su rubia cabeza respland ecía con el sol pareciendo
oro. El oficial apenas lo veía : tan pequeño re &ultaba allí
arriba.
- Mira hacia el fre-nte, y muy lejos, gritó el ofióal.
El chico, para ver mejor, sacó la mano derecha, que apoyaba
en el árbol, y se la puso sobre los ojos á manera de pantalla.
- ¿Oué ves? preguntó el oficial.
El ~uchc.cho inclinó la cara hacia él, y haciendo portavoz de
su mano, respodió :- Dos hombres á caballo en lo blanco dd
camino.
- ~~ qué distancia de aquí?
- Medía legua.
- ¿Se mueven?
- Están parados.
-¿Qué otra cos-a ves? preguntó e1 oficial después de un ÍnS'--
tante de silenc;-io. Mira á la derecha.
El chico dijo :-Cerca del cementerio, entre los árboles, hay
algo que brilla ; parecen bayonetas.
-¿Ves gente?
-Nó; estarán escondidos entre los sembrados.
En aquel momento un silbido de bala agudísimo se sintí6
por el aire y fue á perderse lejos, detrás de la casa.
-¡Bájate, muchacho! gritó el ofici.al. Te ha.n vi .sto. No
t]uiero aber más. V é.nte abaf.>.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
!OLE'rfN MtLlTAll
- Yo rto tengo miedo~ respondió el chico.
- · ¡Baja! .•. repitió el oficial. ¿Qué más ves á la izquíerda?
- ¿A la izquierda?
El muchacho volvió la cabeza á la izquierda. En aquel mo ...
mento, otro silbido más agudo y más bajo hendió los aires. El
muchacho se ocultó todo lo que pudo.- ¡ V,\mos, exclamó; la han
tomado conmigo !- La bala le habb pasado muy cerca.
- ¡Abajo! gritó el Oficial con energfa y furioso.
-·.En seguida bajo, respondió el chico, pero el árbol me res ...
guardaj no tenga. usted cuidado. ¿A la izquierda quiere usted
saber?
A la izquierda, respondió el O 11CÍal, pero bája.
- A la izquierda,- gri~ó el niiio, ditigiendo el cuerpo hacia
aquella parte -~ donde ha y una capilla, me parece ver... un tercer'
silbido pasó por lo alto, y en seguida se vio al muchacho venir'
abajo, deteniéndose un punto en el tronco y en la~ ramas, y precipitándose
después de cabeza con los brazos abiertos.
- ¡Maldición! 9riró el Oficial acudiendo.
El chico cayó a tierra de espaldas, y quedó tendido con los
brazos abiertos, boca ar•riba: un arroyo de: sangre le salió del pecho,
por la izquierda. El Sargento y dos soldados se apearon de sus caballos
; el Oficial se agachó y le separó la camisa; la bala le había
entrado en el pulmón izquierdo. ¡ Est:Í muenol exclamó el oficial.
- ¡No, vive1 replicó el argento. ¡Ah, pobre niño, \'aliente m u•
chachol gritó el oficial- ·¡Animo! ¡ánimo! Pero mientras decía
ánimo y le oprimía ~l pañuelo obre la herida, el muchacho movió
los ojo é inclinó la cabeza; había muerto. El oficial palideció y
lo miró con fijeza, un minuto después le arregló la cabeza sobre la
hierba, se levant<') y estuvo otro instante mirc!ndolo. También el
~argento y los dos soldados, ímóvih~3, lo miraban; los demás estaban
vueltos hacia el enemigo.
¡Pobre muchacho! repitió tristemente d oficial. ¡Pobre y valiente
niño!
Luégo se acercó á 1:1 casa, quitó de la ventana la bandera tri~
color y la exrendió como paño fúnebre sobre el pobre muetto, dejándole
la cara descubierta. El sargento a~ercó al lado del muerto
los zapatos, la gorra, el bastón y el cuchillo.
Permanecieron aún un rato silenciosos; después el oficial se
volv:ó al sargento, y le dijo: maT'daremos que lo recoja la ambulancia:
ha muerto como soldado, y Como soldado debernos ente ...
narlo. Dicho esto, dio al muerto un beso en la frente y gritó~
~ ¡á caballo!~'fodos se aseguraron en las sillas, reuníóse la sec ...
ción y volvió á emprender la marcha.
Pocas horas despué3 el pobre muetto tuvo los honores de
guerra.
Al pon1rse el sol toda h lfnca de las atanzadas italianas se
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍL': MILITAR
dirigía hacia el enemigo, y por el mismo camino que recorrió por la
maíiana la sección de caballería, caminaba en dos filas un bravo batallón
de cazadores, el cual pocos días antes había regado valerosamente
con su sangre el collado de San Martino. La noticia de la
muerte\lel muchacho había corrido yá entre los soldados antes que
dejaran sus campamentos. El camino, flanqueado por un arroyuelo,
pasaba á pocos pasos de distancia de la casa. Cuando los primeros
Oficiales del Batallón vieron el pequeño cadáver tendido al pie del
fresno y cubierto con la bandera tricolor, lo saludaron con sus sables,
y uno de ellos se inclinó sobre la orilla del arroyo que estaba muy
florida, arr.mcó las flores y se las echó. Entonces todos los cazadores,
conforme iban pasando, cortaban flores y las arrojaban al muerto.
En poco momento, el muchacho se vio cubierto de flores, y lo
·oldados le dirigían todos sus saludos al pasar. ¡Bravo, pequeño
lombardo ! ¡ A dio niiio! ¡ Adiós rubio! j Viva ! ¡Bendito seas !
Adiós ! - Un oficial le puso su cruz r ~a, otro le besó en la fren-e,
y las flores continuaban lloviendo sobre sus desnudos pies, sobre
el pecho ensangrentado, sobre la rubia cabeza. Y él parecía dormido
en la yerba, envuelto en la bandera, con el rostro pálido y
C4 i onrientc, como si oyese aquellos saludos y e tuviese contento
de haber dado la vid,l por su patria.
EnMUNDo DE AMICIS.
--·-
SECCION CIENT .. FIOA
TÁCTICA PLICA DA
NOCIONES ESPECIALES DE TACTlCA
(Continuación).
Los progre o de la agricultura en nuestro dtas y la gran
~ubdivisión de la propiedad rural nos hacen uponer que rara vez
c;crá favorable por 1 completo á la acción de la caballería el campo
de batalla en cualquier país de Europa, por efecto del sinnúmero de
cercas, zanjas, vallados, desmontes y empalizadas de las vías férreas
etc. Pero en nuestro país, y especialmente en la Provincia de Buenos
Aires, tendrá siempre la caballería terrenos favorables.
Todos estos obstáculos paralizan la marcha de la caballería y
por lo menos impiden casi siempre su oportuna intervención en el
combate con arreglo al orden cerrado en que se dan las cargas en
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍN MILITAR
línea, al paso que los mismos favorecen la acción de la infantería
prestándole el mayor refugio y apoyo contra la amenaza de los escuadrones.
De todo esto se desprende que la dirección de la caballería en
el combate se ha hecho cada vez más difícil. A íin de ooservar y
sorprender el momento oportuno del ataque, el comandante en jefe
de esta ar-ma no debe permanecer inmóvil, junto á su tropa, per<;)
taf11poco en continuo f110virniento, cosa opuesta á una buena observación.
Confiará,_ por lo tanto, los preparativos de la carga á sus,
ayudantes3 y por sí mismo irá á situarse sobre un punto fa.vorable
para ~spiar el campo enemigo y el propio campo, no olvi ....
pa'ldo que el instante oportuno puede presentarse en un solo mi ..
nuto que se distraiga y vuelva la espalda al teatro de la lucha.
Sus investigaciones con el anteojo ó á la simple vista debe~
tener por objetivo <;1 cuadro entero, el conjunto del QOmbate, y en
particular lqs movimientos de la caballería enemiga; seguir con las
miradas las peripecias de la pelea, la fiuctnación. de los batallones
('!nemigos, los huecos e) distracciones que se erifiquen en la masa
de aquellos; casi ad~yinar en fin la vacilé\ción., indecisión ó desorden
material y moral de las f1las contrarias para sacar partido de tan. cdticos
momentos, avanzando en la dirección oportuna y co11 las sui1cientes
fuerzas al importa.nte objeto que se propone.
El momento de la sorpresa, que ac;í puede llamarse, es fugitivo,.
y los factore del problema cambian y desaparecen, tal '\lez para no
~·eaparecer en el resto del combate, perdido aquel momento. Ni la
multiplicidad de las cargas, ni el orden de ellas y el valor temerario
~erviría_q quizá más que á producir sensibles perdidas é inefica~c .
sacrificios.
Por esto el jefe de la caballería no debe ma.lga.s.tar el tiempo.
en ordenar sus escuadrones suponiendo que tat ó cual disposición
de ataque será más útil; Jo más ú.til en aquél entonces, la decisió)l,
la prontitud, la aparición inesperada, la sorpresa en fin, cayendo á
~ierra ojos sobre el flanco de las masas de infantería, sea en línea.,
en columna ó escalones. En cuanto á las guerrillas ó líneas de tiradores
enemigas, deben ser acometidas por un~ carga de cazadores
á d~sc-resi ón; sorprendidas en campo abierto serán arrolladas.
Aunque algunas veces se ofrece la oportunidad de estas cargas.
Qesde el principio de la acción, por regla general, no obstante la.
lucha entre infantería y caballería solo tiene lugar en el periodo
tfecisivo de la batalla, cuando la fatiga, las bajas sufridas por los batallones
y la pérdida de muchos jefes y oficiales, han mermado de
tal modo las filas y aflojado su energía, que no cueqtan con el suficiente
vigor y entereza de ánimo para resisúr y rechazar el
ímpetu de la caballería. Si ésta sabe reconocer dichos momentos
cr~ticos y aprovecharlos instantáneamente, bien dirigida y
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍN MILITAR 299
desplegando un ciego valor, podrá con fundado motivo fiar á su
diftcil mérito los más grandes, decisivos y sorprendentes resultados
en su choque contra la infantería.
Cuando un regimiento de caballería deba romper un cuadr.o,
formará fuera del alcance del fuego en columnas de escuadrones.
El primer escuadrón que se halla en cabeza recibe la orden de
cargar contra un ángulo del cuadro. El capitán ó jefe de dicho
escuadrón debe arengar á sus soldados en breves pero expresivos
terminos, manifestándoles el insigne honor que les cabe en la misión
que se les confía, tánto más alta y noble cuanto más difícil :
tendrá cuidado de hacer comprendc>r á su tropa el mayor peligro
que corre el que vuelve grupas y huye de la infantería antes de
abordarla, pues entonces aqu el arma, no teniendo delante peligro
alguno, puede apuntar y hacer fuego con serenidad y certeza sobre
los fugitivos.
Hecho esto, el jefe del escuadron emprende el mo v imiento y
se lanza sobre el enemigo decidido á arrollar cuanto encuentre
nl paso.
Puede suceder que la violencia del fuego d ~ la infantería obligue
á lo jinetes á vol ver bridas antes de llegar obre las bayonetas;
entonces la retirada d ebe tener lugar en la mi sma línea e) dirección
de la carga; lo . demás escuadrones que siguen á derta distancia .e
unirán más y mas para dejar paso á lo fugitivo~; el segundo escuadrón
avanzará á pa. o de carga sobre el mi mo ángulo del cuadro,
y a í los demá, , mientra. que el esctiadrc)n rechazado marcha
lateralmente á n•unirsc y formar á retaguardia del regimiento, continuando
la · cargas de este modo sin interrupción ni desmayo hasta
conseguir el objeto de romper y de baratar la erizada muralla del
, cuadro enemigo.
El procedimiento que acabamo de indicar viene á ser una
transformación de la carga m columna cerrada en carga en columna
por escuadrones sucesivos, sistema preferible al primero, porque los
escuadrones no se embarazan unos con otros, ni se apelotonan, renovándose
así los ataques contra un mismo objetivo en mejores y
más holgadas condiciones.
Si· en lo fuerte de la batalla entra á cargar sobre lq. .infantería
dispuesta en líneas ó ma as profundas, puede verificarlo, adoptando
de preferencia el orden de columna cerrada.
CABALLERÍA CONTRA ARTILLERÍit
Hemos indicado más. arriba que la infantería se halla en si..:
tuación muy crítica para tomar po esione ó tnaniobrar dentro de
la zona de alcance eficaz de la -artillería á causa de la destructora
precisión de las ,piezas rayadas, y por lo tanto le es preciso recurrir
lÍ todo los medios que estén en su mano para evitar en lo posible
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
jO O BOLETÍ ' MILITAR
cJ efecto de lo proyectiles. Este principio es aplicable en 111ás alto
grado á la caballería, que presenta mayor punto en blanco y posee
peores condiciones para mantener el orden en sus filas, pues no
~6lo los más bravos y serenos jinetes serían incapaces de soportar
largo tiempo inmóviles y á cuerpo descubierto la explosión de muchas
granadas ó shrapneles> sin perder la fuerza moral, pero además
el desorden que esto causa en los caballos son motivos suficiente
para que los escuadrones se vean infaliblemente obligados á retirarse:
sabido es que una vez apreciada la distancia con exactitud
no variando el punto en blanco, los proyectiles de las piezas raya ..
das caen con matemática precisión siempre en el mismo punto, y
esto causa terribles destrozos.
Estas consideraciones han dado lugar á que se adopt~ en principio
la medida de que la caba1lería (particularmente la de reserva
de combate) se e tablezca fuer .a del alcance de la artille! ía enemiga,
hasta el momento preci o de entrar en escena, á menos que lm~
accidentes del teJTeno le permitan suficiente t"esguardo y protección ..
Siempre que esto no sea posible y que convenga á todo trance tener
la caballería dentro dP la zona peligrosa, el jefe de ::1.qttélla 6
los de sus diferentes fracciones, deben ordenar continuos y rápido.
movimientos al frente o á los costados tan luego como los ?rimeros
proyectiles que caen cerca de mue tren que los artilleros apt eciau
ensayan la puntería, y se seguirá esta regla en tanto dure la s-ituación
de los escuadrones y las tentativas de las baterías enemigas,
Este pincipi<• rige con igual rigor que aquel que recomienda no
dejarse jamás atacar á pie firme por la caballería enemiga, sin salirle
al encuentro.
En cuanto á los movimientos preparatorios para la carga, la
caballerÍa tiene una inconte·table yentaja sobre la in.Í:1.ntería en su
• • a~aque contra b arülle1 ia. · · · ' ' · · ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' '
Los e cuadrones emprenden el movimiento de avance: en
cuanto caigan los primeros proyectiles, el jefe de la caballerfa1
manda un cambio de dirección aumentando el aire: claro es que
los artilleros enemigos han de experimentar gran dificultad para
apuntar á la pequeña columna de uno ó varios escuadrones, cuando
estos cambian con tantemente de posición y siguen direccione
diagonales ó en zig zag: es indudable que de nada puede servirle~
en este caso la exacta aprecíació'1 de las distancias, y que la caballería
recibirá muy pocos daños. Pero si el fuego e demasiado violento
y un tanto eficaz, lo más conveniente es cerrar cuanto ante
las distancias, atravesando la zona más peligrosa al gran aire de
la carga.
Siempre que la caballerÍa haJle ocasión de or_prender á. una
batería en marcha ó en el momento crítico, aunque muy breve7
de enganchar ó desenganchar las piezas. no nccc itará mwcho esfuerzo
petra apoderar e de é ~ t~L ..
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍ • 1\III.ITt\R
Mas conviene tenga presente en esta circunstancia que obrará
con mucha previsión si no estrope::t el granado ni hiere á los conductores,
pues lo importante es poseer d material conquistado y
conducirlo al propio campo.
Cuando una fuerza de caballería se dispone á cargar unálínea
de cañón en batería, formará fuera del alcance de aquella ó á cubierto
del terreno. Como la fuerza impulsiva de los escuadrones
en masa ó columna cerrada sería inútil contra las pieza , y crueles
las pérdidas en el último período de la carga, ésta debe verificarse
á disa·eción sobre los flancos de Ja línea, y si las circunstancias lo
exigen, obre el frente. En este último caso recomendamos que
los escuadrones se abran y despleguen del centro hacia las alas,
con lo cual las piezas deberán verificar un cambio de dirección,
movimiento que les obligará á suspender el fuego por un instant~
muy oportuno y útil en estos casos. Al propio tiempo que la carga
en dispersión aborda la batería, otra fuerza en orden cerrado atacará
la caballería de osten de la mi ma.
( Cmdtiirá),
ESTUDIO
SOl3RE LAS OPF.RACJOI\'ES OE . 'OCHE EN C ~1PA: A
(Abrevi;~do de J;¡ obra ele Juu:~ Bourelly. Capitán de E'tado Mayor del EFrcito lrilntes·
por A. P.)
(e oJitim,arió;J).
En tal situaci<:ín el Príncipe Eugenio, de acuerdo con su.
generales, optó por dirigirse hacia la derecha á través de los campos,
en dirección á Krasnoe, siguiendo el curso de Dnieper. La
división Broussier permaneció en la línea, á fin de simular un
ataque hacia el ala izquierda del enemigo.
El desfile se efectuó en el mayor silencio en la noche del I 5
nl 16 de Noviembre por un camino de trave ía y protegido por
las ondulaciones del terreno.
"Mientras la columna - dice Mr. Thiers- se deslizaba
silenciosa sobre la blanca sábana de nieve que tapizaba los catnpos:J
sin oírse otro rumor que el producido por la ca!da de los soldados
abrumados por el cansancio de aquella marcha de noche, apareció
de improviso un des'tacamento de tropas ligeras del General Miloradowitch,
que se había apercibido de nuestra maniobra, merced á
la c1aridad de la luna. Afortunadamente un oficial polonés de la
división Poniatow!:iki, que poseía el ruso y acostumbraba utilizar
este conocimiento con una gran serenidad de e·píritu, ordenó al
oficial enemigo que se retirara, manifestáf1dole que las fuerzas que
ANLU 1..1t l PUBLICA
TIC A Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOLETÍ ' MILITAR.
intentaba detener formaban parte de las de 11iloradowitch r estaban
encargadas de la ejecución de una mnniobra en las inmediaciones
de Krasnoé. Al fin pudieron llegar á este último punto,
dejando en el camino más de ~,ooo hombres muertos y heridos,
así como también los restos de la división Broussier, que no contaba
con más medio de salvación que la llegada de los Mariscale
• Davout y Ney." .
Al efectuar su retirada Ney, el último que abandonó á Smolensk,
intentó varias veces forzar el paso con la energía de la
desesperación ; pero no contaba con más de 6 6 7,ooo hombres
cstenuados por t<Íntas penalidades como habían sufrido; y no pudo
conseguir abrir brecha en las compactas fila de los rusos. Viendo
la inutilidad de us esfuerzos, y de pués de haber experimentado
considerables perdidas, ocasionadas por la artillería enemiga, adop;
tó el partido de retroceder hacia Smolensk y pasar el Dnieper.
Durante el movimiento de retirada, un mayor ruso, enviado por
el general l\1iloradowitch, le intim6 rendición. El mismo oficial
se incorporó de nuevo al mariscal en la aldea de Damikosda renovando
us anteriores intimaciones, afirmando al propio tiempo que
cuantos cuerpos del ejetcito francés le habían precedido habían
sido con pletamente derrotados. Mas el enviado ruso, olvidándo e
de la mi ic)n que le fuera confiada, examinaba con prolija atención
impropia de un parlamentario, cuantos detalles pudieran contribuir
á proporcionarle una exacta idea de la situación de las fuer7,as
mandadas por Ney. Este e apercibi6, lo arrestó, poniéndole centinela
de vista y acto continuo hizo encender los fuegos del vivac
en la propia forma que si se dispusiera á pernoctar en Damikosda.
Mientras los rusbs, convencido de tener a ·egu-rada su presa,
encendían también sus fuegos, los franceses, tras un breve reposo,
emprendían. la mar.cha con d medro Lamas Obando; y
Ascendió á Subteniente efectivo al Sargento 1.0 Joaquín Bueno que
sirve en el expresado Batallón 2.0 de Artillería y lo destinó á la 2.91 Batería
del mismo Cuerpo en la vacante que dejó el Su.bteniente Jorge
Martínez.
El J;>ode( Ejecutivo por Decreto de fecha 28 de Abril último, dictó.
las siguientes provid~ncias:
Aceptó al señor l\1:¡,nucl Villarraga la t;enunci:a que hizo, irrev.oca\>
le, del destino d~ Instructor. ciril del Batallón 1\-ariño número 4·
Nombró al Sargento Mayor Antonio Zapata, que desempeñaba el
destino de Comandante de la 3·a Compañía del Batallón Valmcey número
20, Ayudante mayor del mismo Cuerpo.
Ascendió á Capit
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 18", -:-, 1897. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690939/), el día 2025-05-08.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.