Año I llogotá, ~lli)'O 1. ~ tle 13!17. Número Hi
BOLE T IN lVIILITAR
-~··-~-
ORGANO DEL l\.1INISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO ·- Director, ALEJANDRO POSADA.
Soll colaboradores natos de este periódico, todos los 7efer
y Oficiales del Ejército de la República.
LABOR .ADMI TJ TRA TIV A
(Continúa del número ·anterior).
VESTU .\RIO Y EQUIPO. - Desde r 89 r el Gobierno confió
á la Sociedad de San Vicente de Paúl el encargo de sunlinistrai
· el vestuario para las tropas, n1edida que ha resultado
eficaz )' ven tajo a, porque la ropa confeccionada en los
talle;cs de la Sociedad, es más barata que la. importada de
Europa, y no se corre con ella el riesgo de que resulte fuera.
de medida. Les talleres de la Sociedad alcanzan á dar
abasto para proveer de vestuario y equipo á todo el Ejército,
y el Gobierno, atendiendo al buen servicio de este ramo
y para evitar comentarios desfavorables, tuvo á bien expedir
el Decreto número 232, de I 9 de Junio de I 896, en el
cual, conformándose con el sisten1a adoptado desde I 891, _
atiende la manera de allanar las dificultades que ocasionan
Jos gastos de transporte del vestuario á largas distancias verificJ.
ndo el servicio indicado por n1edio de contratos celebrados
en licitación pública.
Prescribe el Código Militar que los Jefes y Oficiales
hagan el gasto de su uniforme, lo que ocasiona á cada uno
de ellos un gasto fuerte. Pide el señor Ministro que se derogue
esa disposición y que sea la Nación la que costee los
uniformes de servicio y de parada.
MoNTEPío MrLITAR.-A establecer y desarrollar esta
institución, tan benéfica y útil á Jos deudos de los n1ilitares,
vinieron la Ley 96 de I 890, reglan1entada luégo por el De-
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BOLETÍN MILlTAi't
~reto número IO+ de r 89 r y por el acto legtsiatÍva de te
de Junio de 1895.
Hasta fines de r 896 el Montepío pagaba anrtalmente:
doce pensiones, de ellas la n1ayor era de cincuenta pesos.
mensuales y la n1enor de diez.
El total de entradas á la Caja de h Tesorería del Mon_,
tepío por intereses pagados por los prestan1istas asciende
en cuatro años y cinco n1eses, á la suma de $ 24,08 3-8 S ..
JusTiCIA .rvliLITAR.-S hace notar en el Inforn1e
que la Ley r S 3 de I 8 8 7 " señaló nu~vas penas á ciertos
delitos con1etidos por los n.ilitares, especialn1~nte á aque~
llos cuya ejecución apareja á la República graves peligros
en orden á su independencia. y soberanía ó á l.a conserva(
ión del orden público interno.''
Considerando el alcance del acto legislativo de I 89 5
GUe sotnctió á la jurisdicción n1ilitar los delitos definidos en
el Título r, Libro 2. 0 del Código Penal, diserta el señor
Ministro con elevado criterio filosófico cuando dice :
" Relajadas con o han sido, por la frecuetY·i, de nuestl
·as guerras civil s, Jas fuerzas q u e en to a 1a ión regularmente
constituída sustentan el orden social, y debilitada
el principio de autoridad en la conciencia pública, acostun1brada
á n1irar sin temor las :nvasione del espíritu de
anarquía así en los dominios dd o. den social como en
los de Ja organización política, preciso era refrenar con
n1ano firme las tendencias destructoras de los el n1entos
constitutivos de la tranquilidad p íblica y n1antener á raya
Jos conatos encan inados á poner al an1paro de una bandera
política la ejecución d" crin1enes execrables."
EsTADO DE GUERRA.-Este capítulo del informe es
fa página n1ás completa de él : contiene apreciacíones de:
alto valor histórico ; enunciación fápida, pero fiel y segura
de los movim.ientos principal s de la guerra civil de I 8 9 S ;
aparecen las grandes líneas del cuadro trazadas con obser':
l~ión sagaz. y penetrante y revelan el profundo estudio
'l e el señor Ministro ha h cho de nuestros partidos y
cón10 sabe apreciar en cuánto afectan la n1archa regular de
.la e.'istencia de nuestras poblaciones.
Con estas notas hemos de poner de n1anifiesto los.
puntos principales de administración pública que se tocan
,.
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BOLITÍ MILITAR 243
eÍ1 el Inforn1e, no sin dejar de observar que estudiado éste
en conjunto, se ve el acierto y propiedad con que el Ministro
del ran1o interpreta el verdadero espíritu de la Con~titución
que hoy rig .....
Los Decretos n "meros 9, I 8 y 3 I, de I 8 9 5, vinieron
á declarar la República en estado de sitio.
El Gobierno tomó prontas y enérgicas providencias
en el sentido de levantar Jas fuerzas indispensables para
debelar la rebelión. Procedió á nombrar en los Departan1entos
funciQnarios encargados de la autoridad civil y n1i~
litar; activó la consecuci6n de recursos para las tropas en
can1paña, y logró dar cohesión y con1pleta unidad á sus
disposiciones. Dice el Informe:
" Desplegándose excepcional actividad en la organización
de las fuerzas destinadas á restablecer el in1perio
deJ orden y en la creación de todos los elementos indispen_:
sables para elevarlas hasta el número que las circunstancias
exigieran, la r b·-- iCn sufrió desde Jos primeros días descalabros
decisivos que, sobre desconcertar sus planes, dieron
ú. Jos anügos del Gobierno confianza en el resultado final
para robustec~r y "'igorizar Ja opinión fav rabie á éste.
unca se dio ejemplo en nuestras guerr~s civiles de mayor
ó igual ccléridad en L formación de fuerzas colectivas destinadas
á con1batir una insurrecció n, ni hubo en las operaciones
de h guerra la rapidez y el acierto con que se obró
p1ra tern1inar ésta en t.l plazo n1ás breve que registra nuestra
histori~L Ni las dificultades de tiempo ni las de distancia
fueron parte á entorpecer ó retardar movimientos .
n1ilitares eiecutados con n1aravillosa celeridad y que ahogaron
sin mayores sacrificios· n1orale~ y n1atcriales, un alzamiento
preparado en ]argo tiempo y re~lizado con auxilios
de invasores lanzados desde opuestos extren1os del continente
sud-americano.
"A fin de vigorizar la acción del Gobierno en todo el
territorio de Cundinaniarca y atender sin demoras á bs exigencias
del restablecitniento del orden, el Poder Ejecutivo
Tspuso que el Ministro de Gobierno ejerciera las funciones
d Gobernador del Departamento, Juégo que las operaciones
militares hicitron necesaria la separación de este puesto
de Jos señores General D. Rafael Reyes y D. Rufino Gu-
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2"TT BOLETÍN MlLITAR
tiérrez., uienes Jo habían ejercido sucesivan1ente y bajo cuya
adn1inistración se organizó el Eji:rcito denonünado d~ Cundinan1arca,
con parte del cual el Gobernadü r militar del
Departan1ento, que lo era el n1Í s mo General Reyes, hizo la
corta y brillante can1paña de Occidente., en que los revolucionarios
fueron vencidos por fuerzas considerablemente inferiores
y sometidos en virtud del convenio de Beltrán" ....
"Sin1ultánean1ente se disponía la organización d~J Ej~rcito
del Norte, destinado á pacificar las Provineias de Boyacá
y del Norte de Cundinan1arca y á coadyqvar en. caso
necesario los n1ovin1ie.ntos que debían ejecutarse en Santander;
Ejército que se puso bajo las órdene~ del señor Gene-·
ral Juan N. Matéus, Jefe de Estado Mayor General del
Ejército permanente, y cuyas operaciones, realizadas con
firmeza y serenidad, propias para asegurar la victoria, obtuvieron
el n1ás feliz resultado con la cél bre captura de Ca}'
itanejo, en la cual~ ahorrándose sacrificios de sangre y n1erced
á n1ovimicnto~ hábilmente con1binados y dirigidos, se
obtuvo la e11trega á discreción del Ejército enemigo, con1-
puesto de rebeldes alzados en armas en el ~ orte dt. Cundinanlarca
y en Boyacá, donde habían logrado reunirse y don1inar
por algunos dí.as g1·an parte del territorio de <..-ste ú1-
tin1o Departamento.
"No tern1inó m.a.terialn1cnte Ja ca.n1paiia con el con1-
batc de Enciso y Ja captura de Capitanej .; partidas que no
pertenecían á ejército regular alghlno ni t~nían Jefe recono-·
ciclo, continuaron resistiend , cómo las que se refugiaron en
los bosque~ del Valle del Cauca y en las vastas llanuras de·
Casanare, en la esperanza de revi\rir la lucha por n1edios de-·
sesperados; se fraguaron conspiraciones encatninadas á apoderarse
de Jos cuarteles de ~arranquilla y la pláza de Popayán,
y se intentaron nuevas invasiones por auestras fronteras
del Sur y del Norte. De aquí la necesidad de n1antener
en estado. de sitio !a. República n1ientras Jos revolucionarios
se convencieran: de que n1oral y n1aterialn1ente esta-·
ban vencidos, y por lo n1isn1o impotentes para renovar la
lucha. Pero este resultado no se alcanzó sino prosiguiendo
activan1ente la can1paña en los Llanos, último albergue de
aventureros arn1ados de las poblaciones ribereñas del Meta
y precaviendo posibles con1plicaciones que la caida del Go-
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BOLETÍN MILITAR 24)
bierno legítin1o del Ecuador hiciera surgir por el Sur de
nuestro territorio, á donde fue necesario enviar dos Batallones
que sirvieran de respeto á los filibusteros y salvaguar-
diaran la neutralidad de Colombia en la contienda civil de
aq u.ella República."
El cóntingentc de pie de fuerza que los Departan1en-tos
sun1inistraron al Gobierno nacional fue el siguiente:
Antioq uia ........... · ... ~ . . .. . . , .... , .. "' 4,ooo
Boyacá .. . . . . . . . ... ... . . . . . . • . . . .. . . . ...... J,ooo
Bolívar. . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • J,ooo
Ca u ca... . . . . . . . . . . . . ................ ~ . . . . . . I o,ooo
Cundinan1arca . . .. .. . . . .. . . .. . . . . . . . . . . ... 20,000
Magdalena. . . . . . . . . . . . . . . . . . . "" 6oo
Panan1á .................. _ . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6oo
Santander............... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 5 ,ooo
Tolin1a............. .. .. . ... .... . .. . . . . . . . . . . . . 2,ooo
Todos los sueldos d.e los n1ilitares y soldados en servi
·cio fueron pagados puntualmente durante la guerra, así conlo
se hicieron tambi~n con absoluta rcgularid. d los demás
gastos de materiz.l y movilizaciún de tropas.
Concluída la guerra el Ministerio creyó conveniente
conceder á los Jefes y Oficiales licenciad s la gracia de u u
sueldo de excedencia, que se pago en parte. La suma de las
gratificaciones pagadas ~lscendió a $ 1 46,o8 1.
Los gastos hechos durante la guerra pueden computarse
en$ 12.267,955-45·
El Ministerio reconoció por val o· de expropiaciones,
suministros y empr¿stitos, la sun1a de * 662,997-.80, sun1a
en la cual está incluído lo reconocido á las Con1pañías de
11avegación fluvial., por servicio de vapores en la guerra.
Esta parte del Informe tern1ina así~
"Imperfecta con1o es Ja organización política de CoJonlbia,
por no haber aparecido todavía el equilibrio de intereses
que dan sólida y definitiva estructura á los elementos
sociales y son firn1e garantía de su ordenado n1ecanisn1o,
y debilitadas con1o han sido, por las frecuentes conmociones
civiles ocurridas desde que se demolió el régin1en de 1~
Colonia, las fuerzas tutelares del orden y del respeto á 1~
2utoridad, sería pueril y candorosa 'ilusión pensar que h2..
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BOLETIN MILITAR
terminado para siempre la ~ra de las guerras civiles entre
nosotros, y, por lo n1ismo, la previsión aconseja adoptar
n1edidas encaminadas no s6lo á elin1inar causas de agitación
política y de n1alestar econón1ico, sino tan1bi~n á poner en
manos de todos Jos agentes del poder públíco n1 dios suficientes
para dar á la d fensa del orden la vigorosa organización
que es prenda de buen éx.ito en las n1edidas del Gobierno.
La organizaciún de una n1ilicia nacional, la provisión
de abundantes elementos de guerra y la adopción de
reglas bien definidas sobre autorizaciones para el caso de
conmoción, contribJ.irían poderosamente á dar n1ayor estabilidad
á la paz pública y á desal ntar á los perturbadores
en sus propósitos de can1.biat:" por la. violencia el / régimen
constitucional.''
MARINA DE GUERRA.-Atendiendo al objetivo de
poner al Gobierno en capa idad de pod .... r::; defender conjuntamente
de enemigos de la paz en motin"s interiores,
ó en expediciones de filibus eros, s, han tripulado y armado
~onveni~nt. nrente, en vapor s de guen·a La Bo)'acá, La
PopaJ El llérculcs y la CaHOJJercz JVardio, cuya construc-ión
•;e pr sta á navegar con rapidez en el· río Magdalena.
'1e con pr0 ademrcts, por el Ministerio de Gobierno, un,
buque de guerra adecuado para la navegación en la Costa
Atlántica.
PRESUPVESTO.- -La M ·n1oria de Guerra presenta un
cuadro complc:to de los gasto~ que se han hecho por el.
Ministerio con la respectiva referencia á los capítulos del
Presupu,esto que afectan y enun1era las partidas agotadas
y las que hay que renovar.
LEYES, DECRETOS Y RESOLUCIO,NEs.-La Ley 2.• de
1894, señaló los sueldos de los individuos del Ejército y
autorizó al Poder Ejecutivo para aumentarlos transitorian1ente.
Entre los varios decretos expedidos por el Ministerio
debe considerarse en prin1er Jugar, y con1o unp de los más
i.mportantes el señalado con el nún1ero 8 3 2, por n1edio del
~ual se creó una Con1isión investigadora para averiguar y
~alificar la responsabilidad política en que hubieren incu~
rido los perturb1dor..,s d .... l orden público. en la Nación\
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BOJJETÍN MILITAR 24.7
)icho decreto surt~ó sus efectos y las gestiones hechas OOJ\
:tal n1otivo se publicaron en el Diario Oficial.
En el capítulo de A UNTOS VIARIOS, con que termina
d Inforn1e, se encuentran porn1enores referentes á la exi -
tencia del Polvorín, en dDnde se depositan susrancias explosivas
; á la pequefia Irnprenta de propiedad del Ej~rcito
y en donde s_ ejecutan varios trabajos ; á la Arnzoría, establecida
convenienten1ente por resolución del Ministerio en
la Fábrica de Cápsulas; al servicio de Palomares, para el
1nejor desarrollo del cual se expidió el Decreto nún1ero
~93 del año pa ado; y sobre las disposiciones á que deben
someterse los habilitados de Jos cuerpos, y consideraciones
sobre el perso·1al del I\1inisterio de Guerra.
Por último, se insiste en llan1ar la atención á la ne~
ce~idad de establecer una buena legislación n1ilitar, hacia Ia
creación de una Escuela de guerra dirigida por profesores
con1petcntes y en el establecimiento de una n1arina qu ..
in1pida el arribo á nuestras costas de expediciones filibusteras
y que s a capaz tanlbi~n de vigilar el contrabandG
costanero.
SECClO.i.r CIENTIFICA
'I'i'1.CTICA APLICADA
NOCIONES ESPECIALES DE TACTICA
(Continuación).
MARCHAS FORZADAS
E. ta clase de marchas e distinguen de las demás, en que no
5e dividen en jornadas regulares, sino que las tropas caminan noche
y día sin más desean os hasta el logro del objetivo propuesto, que
los muy-precisos para la alimentación de hombres y caballos.
La experiencia ha dictado que la longitud máxima de una
J.narcha forzada pued ' S"'r de 8o á ro o hlómetros, ó sea de I 4 á
r8 leguas. Ejemplos existen, aunqt:e raros, de marchas superiores
que bien pudieran recibir el título de /zcréicas, llevadas á cabo por
oldados que unían á una extraordinaria fortaleza corporal y grande
hábito á las fatigas, una alma templada en la atmósfera sublime de
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:BOLETÍN MILITAJt
las empresas gigantescas, ora por causa de recientes victorias, ora
por el entusiasmo y la disciplina de que eran perfectos poseedores-
Pero salta á la vista que ni extraordinarim esfuerzos, ní aun
los precisos para cumplir el trayecto arriba citado, pueden exigirse
á las tropas sino en ca os de imperiosa necesidad, cuando de ello
depende la salvación del mayor número, cuando son egu ros y brillantes
los re ultados que han de obtenerse merced á un de esperado
sacrificio, y cuando, por último, cuenta d jefe con que su
tropa conservará al final de la jornada fuerza y aliento suficientes
para batirse con ventaja después de tan ruda p1 ueba.
Siempre que así no . ea, las marchas forzadas serían un atentado
contra la conservación, la cohesión y aun la disciplina de las
tropas, porque en tales casos suele ser considerable el número de
rezagados, estropeados y enfermos que van quedando á lo largo del
trayecto que se recorre, lo C' al merma en grande es cala el efectivo
de hombres y caballos muy necesarios tal vez para la operación que
se proponen ó para los combates eventuales que pueden tener
lugar.
Resulta de aquí que como después de una marcha de ochenta
á cien kilómetros in de canso, sería preciso dar uno largo, si había
de continuarse del mismo modo, el sistema de marchas forzadas
viene á ser contraproducenü~m, pues con tropas an-uerridas y re istcntes
á la fatiga se puede hacer do . jornadas con c.:cutiva de 40 á
50 kilómetro , lo cual, e n meno \'Íolencia, produce los mismos y
más seguros re~ ult.1dos.
APTITUDES Y RELA 10. r E DE COl\.lB TF. DF. LAS DI F E~ E . TT E S
ARMAS
Infan te ría contra caballería
Las propiedades caracterÍgticas de estas dos armas, conocida y
de.finidas anteriormente, y muy en particubr la potencia ofensiva,
y arrolladora que en grado máximo posee la caballería, determinan
y establecen, como regla general, que la primera debe obrar drfmsivamente
contra las cargas de la segunda, empleando el fuego desde
.el primer instante; y cuando este medio no es &uficiente á rechazar
el ataque, recurrir al arma blanca como último extremo.
Las medidas que á este fin l-ía de adoptar la infantería dependen
inmediatamente de la naturaleza del terreno, posición que ocupa
y formación táctica que presenta en el instante crítico de ser
atacado.
Si el terreno le presta una defensa natural que sirva de escollo
contra los escuadrones, bástale parapetarse hábilmente, pues el fuego
nutrido y certero de sus tiradores paralizará la acción del enemigo
á respetable distancia, lo cual permitira á bs fuerzas amena-
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BOLETÍN MILITAR 249
zadas emprender el movimiento prevenido ó terminar el que estuviere
lcomenzado.
Pero si la infantería se ve atacada en terreno despejado y llano,
entonces el procedimiento será distinto según que se halle en orden
cerrado ó en orden abierto. En el primer caso debe di poner del tiempo
necesario para formar los cuadros de ba:al/CJ n; las columnas de
compai1 ía adoptan la formaci¿n en rectángub ó en circu!'J.
ucede con frecuencia que la caballería prepara una \·erdadera
carga por medio de otra preliminar á discresiw, que tiene por objeto
atraer obre los jinetes aislados las primeras de cargas á fin de
<:aer seguidamente en masa sobre la infantería.
En semejante ca o conviene no dejarse engañar y sí recibir la
carga á discresión con fuego certero de tiradore aislado ó por grupos,
los cuales volverán á su puesto tan luego como los jinetes ·e
dispersen. Este pr0cedi miento puede, no obstante, ser peligroso con
tropas poco aguerridas o demasiado excitadas que no posean la sangre
fría necesaria, pues tal vez al entir los di sparos de los tiradores,
no pudiendo contenerse har1an fuego sin esperar la vo~ de
mando.
Para evitar e te accidente conviene, y es preferible no hacer
caso al ataque preliminar, porque es seguro que los jinetes suelto
no romperán el cuadro.
En e5ta di . posición se es pera la verdadera carg a; las caras
amenazada del cuadro rompen el fuego á la voz de mando que ~ er;i
dada cuando los escuadrone · e hallen dentro de la zona: eficaz.
ha ta ese momento supremo, los cuadros deben permanecer en la
más profunda calma, con imperturbable serenidad, apuntando cada
soldado á los caballos, nó á los jinetes, y sin que e oiga ni un
solo disparo hasta la voz de mando.
El fuego puede efectuarse simult:.íneamcnte por las do fila ,
ó por la segunda antes y en eguida por la primera. El primer sistema
e ventaja o, cuando la caballería ataca en línea, y de un solo
avance, pero el segundo e desde luégo más racional y eficaz, cuando
aquella carga e por escalones ó en columna.
Rechazada la carga, al volver grupa los e. cuadrone~ en reti .
rada, se lts hace fuego. pero una vez no má·s, pues inmediatamente
deben cargarse las armas con calma, preparándose á un nuevo
ataque que pudieran intentar: esto se entiende i la carga ha ido
en línea, porque si tiene efecto por escalones, rechazando uno de
aquellos no hay lugar á hacerle fuego, sino prepararse á recibir el
siguiente escalón, el cual procurará caer con rapidez, á fin de no
dejar respiro á los batallones. La infantería debe practicar mucho
estos ejercicios de guerra en los simulacro y campos de maniobras,
porque el éxito depende sobre todo de la exactitud, erenidad y
conciencia con que se ejecuten~
( ~rmtinu.,rá.)
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DOL ETf T MILITAR
ESTUDIO
SOBRE L \S OPERACIOI\'ES DE 1\0CHC El\' CAMPA A
'Abrevi:-~ lo de la obra de Jt•H 13.)\'rclly. Crtpit:ín de E·t:-~do Mayor del Ejército fmncés-~
¡w¡· A. P.)
(e mt ill!l•~c i6t1).
1\d vez con istiera el mal á que aludimo en que la mayor·
parte de los Generales, formados en la escuela de West Point, no.
habían estudiado el servicio de a\·anzadas má" que en los clásicos
tratados europeos en los cuales aprendieron á guardar los puestos
cle día y más aún de noche ju'lto á los campos y vLvacs.
En cuanto á la colocación de los crn.tinelas, punto de suma
importancia en el ser icio de noche, el artículo 88 del mismo título
VIII de la Orden;1nza expresada manifiesta que los punto en
(jUe se coloquen los centinela dur~nte el día han de estar situados.
u1 tcrrenoc; de bastante elevación, á fin de que la vi ta abarque la
mayor extcnsió11 posible; y que pot' la noche se elegirán terrenos
hajo:;, para poder observar b altura con mayor seguridad. Esta
pre cripción fue dictada por Federico u y los prusianos la conser- ·
van en idéntica [ rma que los ii·ancese . Por nuestra parte abrigamos
la creencia de que en la o. curidad de la noche no , e observa
bien una altura ocupando un punto de menor :í no ser cuando la
posición vigilada se encuentra al descubierto destacándose, por lo.
tanto, en el hori7,onte. En dccto, en este ca•·o los centinelas y vigías
si ruado en las h ndonadas, distinguir:.ín con Ja mayor preci-
. ion las siluetas de h s patrullas enemigas, ocultándose al mismo.
tiempo á la vi ta de ella . Pero en los demá casos, un centinela
apostado como qued,t dicho, no se encuentra en mcjore·s condiciones
para ejercer la vigilancia al rededor de sí- que hallándose
establecido en una altura, entre otras razones porque los vapores
empiezan á descender á la caída de la tarde especialmente.
en el curso de las corrientes de agua.
Aun cuando no fuera cierto lo que acabamos de exponer, d
centinela que estuviera situado al pie de una altura tendría siempre
la desventaja de que los ruidos más cercanos le impedirían percibir
los que provinieran de lejos. Por el contrario, los má leves rumores
que proceden de una r;ran distancia, suben sin confusión algu-.
na á lo punto elevados, y on fáciles de percibir por un oído, cuidadoso,
cuyo sentido creemos importante llamar en auxilio, de ]a,
vista durante la noche; aún en la? más claras, n.ada tan necesario
como el concurso de. ambos órganos fijos constantemente en las
operaciones del enemigo; y puede decirse que cuando la oscuridad
es muy intensa, el oído suple perfectamente á la vista.
A í lo comprenden los alemanes quienes, prestando al órgano
auditivo la importancia que tiene en sí, han calculado que, en una
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BOLETL MILITAR 2)1
noche serena, la mar ha de una compan1a de infantena se oye á
una distancia variable entre 500 ó 6oo p::tsos y 700 ó 750. Un
escuadrón á trote se percibe :í 700 tÍ Soo pasos y á r,ooo si va al
galope. Para la artillería se calculan los mi smos datos que los
apuntados para la cab.1llaía. En un terreno igual, lo jinetes aislados
se oyen á roo ó 200 ¡usos según vayan al trote o al galope.
Nada más lejos de nuestro ánimo nten armas ! .
-¡Presenten armas !--repitieron los Coroneles.
La brigada entera rendía al joven oficial que espiraba,.
los honores debidos á su grado.
Aquel que iba á n1orir por su patria, recibía de ella el
saludo n1ás solen1ne. Después, el General, irguiéndose sobre
sus estribos, ebrio de · dolor y de sangre, con un rugido,.
gritó:
-¡ Adelante, á la bayoneta l
La brigada, frenética, se lanzó contra el enen1igo.
FELIPE N ALDA.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 16", -:-, 1897. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690937/), el día 2025-05-19.
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