· Añu 1 &gotá, Abril 24 de 1897. Ntimero 1'1
BOLETIN MILITAR __ .,. ____ _
ORGAN~ DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO --··---
Director, ALEJANDRO POSADA.
Son colaboradores natos de este periódico, todos los ]efer
y Oficiales dtl Ejército de la República.
LABOH ADMINIS'TRA TIV A
FORME DEL SEÑOR MI L ISTRO DE GUERRA, DOCTOR PEDRO ANTONIO
MOLI:'\IA
A fi.t1 de Ilan1ar la atención de las pers nas int resadas
en ]a organización del Ejército, y de que se conozcan los
n1cdios que el Gobierno ha puesto por obra para el buen
r~gimcn y disciplina de la fuerza, forn1aremos una suscinta
reseña de los puntos á que se contrae el señot Ministro de
Guerra en su informe presentado á as Cámaras el afío
~~~ .
LEGTSLA~IÓ~ MrLITAR.-Con la nlira ue uniformar
la legislación militar el Gobierno estableció una Con1isió 1
Revisora del Código (Decnto de r I de Noviembre de
I 891 ), comisión que formuló varios proyectos, los cuales se
son1etieron al Consejo de Estado para que, acordadas las
bases de uno solo, se ton1ase nuevan1ente en cuenta por e1
Ministerio y por la Comandancia en Jefe del Ejército. Di<
Cho proyecto no fue considerado por el Congreso de 1 8 9+
Posteriorn1ente se creó una nueva comisión (Decreto de 2 2
-de Abrii de r 89 5) para que ahondase p.1ás en el estudio y
conocimiento de tan importante n1ateria, y se enccn1endó
tan1bién al señor Isaías Luján, quien ha hecho estudios mi-itares
en París, en1itiese su opinión sobre las bases yá indicadas.
El señor Ministro cree que reviste importancia pri-
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n1ordial el reglamentar Jo que el artículo 17 I de la ConstÍ·tución
ha establecido sobre organización y establecin1iento
de n1ilicia ·nacional.
PrE DE FUERZA.-El Gobierno, n1ediante lo dispuesto
por el artículo 2 9 de la Ley 7 2 de I 8 8 8, dispuso que para
I 89 5 se conservase el n1Ísn1o pie de fuerza de r 894. Tal
previsión fue n1uy oportuna, pues con n1otivo de la guerra
que estalló á fines de Enero de I 89 5, hubo base muy seria
y re!)petable con que hacer frente á los primeros amagos
revolucionarios. El nún1ero de plazas del ejército se aumentó
luégo hasta donde las proporciones de la guerra lo
exigieron. Sobre la necesidad de sostener la fuerza arn1ada,
en el punto en que hoy se halla, se expresa n1uy acertada-mente
el señor Ministro cuando dice :
"No seri posible volver al pie de fuerza señalado
para tiempos norn1ales hace ocho años, mientras el Gobierno
se vea obligado, por un elen1ental principio de propia
conservación y por el sagrado deber de n1antener el orden
social, á deff>nderse y defender los intereses cuya salvaguardia
le están encomendados, de constantes agresiones
preparadas por la impaciencia de agrupaciones políticas
que, bregando sin tregua por apoderarse de Jos negocios públicos,
abandonan las vías pacíficas para lanzarse en aven-·
turas armadas que, sin conseguir el objt>to deseado, complican
y agravan problen1as que se desenvolverán fácil-ente
por la acción del tien1po, causan hondos quebrantos
en el orden social y enorn1es perjuicios en nuestra produc- . / / . ,,
c10n econon11ca.
EJÉRCITo.-Hace justicia el señor Ministro á la nloralidad
y disciplina del ejército, reconociendo que, á su decidida
voluntad y empeño se debió la pronta pacificación
del país.
N o estima buena el señor Ministro la práctica que
por ley tan1bién se halla establecida de que Ja fuerza arnlada
se ocupe en servicio de policía n1ilitar, custodia de
correos, conducción de caudales y personas, etc.
Resaltan en esta parte del informe la inteligencia y
celo con que el señor Ministro se ocupa en atender á la
suerte del ejército y el estudio científico y gradual que ha
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hecho á fin de escalonar las fuerzas de n1anera de qu~
atiendan con éxito á la vigilancia y seguridad de que sot
garantes.
INSTRUCCIÓN CIVIL Y MILITAR.-Hace notar las dificultades
con que ha tenido que luchar el Gobierno para
corresponder en todo caso al deseo de fon1entar la instrucci9n
civil en los cuerpos del tjército.
En la capital ha estado t::ncargado de esta tárea, des~
mpeñando sus funciones con actividad y acierto, el señor
D. Francisco de P. Cortés.
Hasta 3 r de Mayo de I 890 estuvo encargado de la
instrucción n1ilitar el señor Henry R. Len1ly. Para el n1a-;
nejo de la artillería el Gobierno celebró contrato con el
señor Sophus Hoeg Warn1ing, quien estuvo aleccionand
veinte oficiales hasta que empezó la guerra.
Con el fin de n1ejorar la instrucción científica de hi
Oficialidad de la fuerza pública, propuso el señor Ministro
el envío á algunas Escuelas de Francia ó Alcn1ania de
varios jóvenes oficiales, tnedida 1 u e fue acogida por las
Can1aras y está en vía de realizarse.
Tratando de la escuela de cadetes, es de opin"ón qué
ya que no pueden sostenerse entre nosotros á estilo euro_.
peo &les institutos, ni co.n organización aparte, al n1enos
se organicen escuelas de instrucción n1ilitar en los cuarteles
de la guarnición de Bogotá, las que no ocasionarían
gastos considerables, l l exigirían numeroso personal.
Las bases para una Escuda de infa11tería, que llenaría
la necesidad indicada, pudieran fijarse según su particular
dictamen así:
Primero. Tiro de infantería y nociones de tiro de artilleríá.
Segundo. Táctica de infantería en tod2. su extensión y
nociones de táctica de artillería.
Tercero. Geografía de Colombia y de los Estados li~
mítrofes y estadística de estos n1isn1os Estados, estudio de
sus Ejércitos, medios y recursos de guerra.
Cuarto. Historia nlÍlitar de Colon1bia, estrategia '
táctica general.
Quinto. Fortificación de can1paña.
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B'OLE'TÍN MlLITAR •
Sexto·. Organización, Estado Mayor, Adn1.ÍnÍstraci6~
y Contabilidad militares; y
Séptimo. Legislación n1ilitar con1parada.
" Estos cursos serían de diez n1eses en cada año, y
transcurrido el último n1es, todos los oficiales presentarían.
exámenes reglan1entario3, después -de los cuales, en los dos
n1eses subsiguientes, se dedicarían á nla'liobras en el campo
y á la resolución sobre el terreno de cuestiones de táctica,
construcción de obras de can1paña, etc., haci" ndose todo
esto con uno ó n1ás Cuerpos del Ej¿rcito.
"Como pren1io al n1:rito obtenido por los alun1nos
de la Escuela al fin de los dos años del aprendizaje, se les>
concedería, aden1ás del diplon1a de capacidad, el ascenso
al grado inmediato y colocación efectiva en uno de los.
Cuerpos del Ejército. La duración del tiempo de servicio
obligatorio para los que fuesen colocados no excedería de
cinco años, y después podrían pern1anecer en él por todo
el tiempo rle su buena conducta."
SERVICIO DE SANIDAD.-Este se ha prestado en eJ
Hospital Militar central de la capital, situado en las casas.
que fueron arregladas para tal efecto por los lados de "N inguna
Parte"; edificio u adoptado defectuosamente para ese
servicio y construído sin arreglo á un plan científico," según
afirn1ación del señor Ministro. Carece de departan1entos
suficientes. J ú zgase imprescindible la necesidad de en .....
sanchar el edificio ó de construír uno nuevo en el misn1o
lugar, puesto que el área de terreno de propiedad de la.
N ación en aquel sitio es bien considerable.
En las ciudades de BarranquilJa, Cartagena, Cúcuta,
Panan1á, en donde no hay hospitales n1ilitares, el Gobierno
se ha visto en el caso de con tratar la asistencia de sus enfern1os
en los hospitales particulares, contratos que no dejan
de ser gravosos. En el tiempo transcurrido de 30 de Junio
de I 894 á la misma fecha de I 896, el gasto por personal y
material del Hospital Militar de Bogotá asciende á la suma
de$ 74,734-25; y el mismo gasto en, las demás localidades
donde ha1'" guarnición asciende á $ I 6 6, S 1 2, en un
tien1po igual al anterior.
Opina el señor Ministro que en los· Departan1entos n'>
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debe prestarse el servicio de custodia de presos ó reos renlatados
por los soldados de la fuer7 -- pública, atribuyendo
á esta clase de fatigas una de las varias causas que influyen
en las frecuentes enfern1edades de la tropa.
CuARTELES Y PARQUEs.-No son bien adecuados á
su objeto los edificios que posee la capital. En uno de ellos
hay que renovar los entresuelos y en otro la techun1breNinguno
tiene oficinas adecuadas para Estados Mayores, ni
para atn1acenes ó depósitos de elementos de guerra. Cree
que ~nvendría construír de nuevo los cuarteles, levantánJos
sobre los cin1ientos de los que existen; trabajo en el
cual pudiera aprovecharse la tnano de obra de los soldados.
Son de propiedad nacional Jos cuarteles de Barrranquilla,
Bogotá, Cartagena, Guaduas, Honda, Panan1á, Tunja,
Santa Marta, Chita, Cúcuta, Zipaquirá y Sogan1oso; y
tienen que pagarse los de las guarniciones acantonadas en
Bucaran1anga, Buga, Facatativá, Ibagu~, Cali, Medellín,
Popayán, La Mesa, Madrid, Socorro, Riohacha, Nemocón,
Manizálcs, Chinácota, Neiva, Pasto, Soatá.
La falta de locales adecuados para la tro¡..a y para la
guarda ó depósito de n1ateriales de guerra se hace sentir,
señaladan1ente, en Bucaran1anga, Cali, Medellín y Barranquilla.
A los Guardaparq ues se les ha exigido la fianza legal
de seguridad en el m.anejo de los elementos confiados á su
custodia, y se les ha ordenado que lleven la docun1entación
respectiva, conforn1e á las disposiciones del Decreto nÚn1ero
304, de 20 de Mayo de 1 8 8 2.
FÁBRICA DE CÁPSULAs.-Para poder aprovechar debidamente
el arn1an1ento de precisión con que se dotó al
Ejército, y evitar cualquier inconveniente que pudiera nacer
de la importación de cápsulas, se pensó en establecer en
Bogotá una fábrica de . ellas. El edificio se empezó á
, levantar hacia el Sur de ]a ciudad, en el punto denon1inado
<'El Aserrío." Comenzaron los trabajos de edificación en
I 8 8 8. Aquelos que se han ejecutado en la Fábrica han
sido encon1endados á un n1ecánico entendido, n1ediante contrato.
Pero prestaría n1ás eficacia y seguridad positiva al
Gobierno dicho Establecin1iento si las obras que deben
•
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, acerse en él, se llevasen á cabo por n1edio de administración.
La Fábrica requiere aún gastos que no so~
excesivos y que recon1penzarán el esfuerzo que se haga. La.
introducción de grandes cantidades de cápsulas del extran-:iero
para n1antenerlas en depósito, no puede hacerse ventajosamente
porque la acción del clima las daña después de
algún tiempo. .
AsiGNACIONES Y OTROS GASTOS MILITARES.-Las
Leyes 86 de I 8 86 y 2 de r 894, vinieron á subsanar en
parte, los vacíos y deficiencias del Código Fiscal, relativos
á los sueldos de Jos empleados militares y á las sumas de"
retadas para auxilios e rna.rcha y n1ovilización de tropas.
Las guarniciones del Norte y Sur de la República, no po-.
~lían hac~r uso del papel n1oneda al n1isn1o tipo que en el
resto de Ja República, y las estacionadas en Bolívar y Santand
r tenían que pagar n1ás caro el precio de los artículos
alin1enticios.
Com medio económico conciliable con la justicia, el
señor Ministro de Guerra propuso en su Informe que la ra-.
ción que se pague [t Jo individuos de tropa no sea nunca
inferior al jornal que ganan los obreros que trabajan en
construcciones de casas, cte. Califica de exigL~a la de sesenta
centavos diarios, y aboga con in1parcialidad y acopio de
razones de fundado peso, porque se señale una sun1a que
dé completo desahogo n1aterial á los que se dedican á servir
á la Patria en sostenin1iento del orden público. Q.yiere
que ]a Nación provea, an1pliamente, al sostén de los individuos
que con1ponen el Ejército, que el apoyo que se les
haya de suministrar sea de carácter duradero, atendiendo.
al régimen de permanente igualdad en el orden que entraña
el espíritu de Ja Constitución de 1 8 8 6.
Por el contexto de varios puntos del Informe del señor
Ministro, y por algunos actos y disposiciones que ha
dictado, en desen1peño de sus funci~mes, se viene en conocimiento
de que él quiere ·despertar en los individuos al
servicio de la N ación el convencin1iento del deber in1pres~
cindible en que están de ajustar sus actos á cuanto tiende.
á dar respetabilidad, solidaridad y armonía n1oral á la Nación
; busca él y estudia los medios n1ás adecuados y con-
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ciliables con el desarrollo de la existencia holgada del ejército,
penetrado de la importancia que como elen1ento de
seguri~ad han de prestar sus n1ien1bros á la sociedad en
que v1ven.
Sin igualdad de nlÍras y absoluta uniforn1idad en la
disciplina no se concibe la existencia del t::jército.
(Concluirá). -- ... - -
MINISTERIO DE GUERRA
RESOLUCIÓN NÚl\1ERO rr7
ua señala la manera de comprobar su domicilio los militares para ser
pasaportados cuando se retiren del servicio.
Ministerio de Guerra.-Sección I.a- Bogotá, Abrilr2 de 1897.
Los militares que se retiren del servicio activo y tengan derecho
á pa aporte con arreglo á los arttculo 1 I y 14 de la Ley 39
de 1896, deberán comprobar con un certificado del respectivo Alcalde
cuál era el lugar en que conforme al artículo 78 del Código
Civil e hallaban domiciliados cuando recibieron la comunicación
de llamamiento al ervicio i fueren Gcnerale ', Jefe ú Oficiale ó
enganchados si fueren individuos de tropa.
En el certificado dicho se expresará cuál de las causales señaladas
en el artículo 373 del Código Políti o y Municipal es la que
constituye la vecindad del individuo militar de quien se trata.
Del requisito indicado podrá prcscindirse cuando no hubiere
duda alguna acerca del domicilio del militar que haya de ser pasaportado.
Publíquese en el Diario Oficial y en ia Orden General del
Éjército.
El Ministro, PEDRO ANTONIO MoLINA.
SEOCION OIENT1FICA
TÁCTICA APLICADA
NOCIONES ESPECIALES DE TACTICA
(Continuación).
Las marchas de 35 á 45 kilómetros son penosas: la infantería
no puede soportarlas más que tres ó cuatro días consecutivos; la
caballería las resiste más largo tiempo.
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;
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Las marchas forzadas sólo se emplean en muy extraordinarios
casos. Por regla general el arma de mayor resistencia y perseverancia
para las fatigas continuadas es la infantería, porque en el
hombre el espíritu se sobrepone á la materia, y ésta misma es más
flexible á las regularidades y violencia-; de la vida de campaña: en
los institutos montados, el caballo que es su principal elemento, se
resiente en extremo de la falta de un trabajo metódico y de la regular
y continua administración á que se halla acostumbrado.
RAPIDEZ DE LAS MARCHAS
Es de todo punto imposible determinar con precisión ]a rapidez
de las marchas, porque este cálculo se halla sujeto á una porción
de circunstancias, siendo las principales el número y composición
de la columna de marcha, el estado de las tropas y la calidad
Je terreno y caminos que se atreviesan.
La experiencia, no obstante, ha dictado un término medio
para la rapidez normal de la diferentes armas, y es como sigue:
Infantería. Un infante ó pelotón aislado recorre con desahogo
S kilómetros en una hora: para el mismo trayecto emplea una columna
de infantería, en circunstancias favorables, de 66 á 73 minutos.
La columna de infantería neces ita, por lo t'lnto 4t horas para
una marcha ordinaria de etapa de 20 kilómetros añadiendo á dicho
tiempo una hora, por lo menO', empleada en los altos y descansos,
resulta que la duración total de la indicada marcha e de Si horas.
Si las circunstancias de la calidad de los ca mi nos, el tiempo, el estado
atmosf¿rico, etc., son de favorables, aquella cifra se elevará tal
vez á 6~ ó 7! horas, y aún podrá ubir hasta 9i ó rot cuando
aquellas son comp!et:lmente contraria .
Caballería. Un jinete ai slado sobre un buen caba1lo, recorre S
kilómetros al paso en 40 ó so minutos y en 18 ó 24 al trote. Al-:
ternando en dos aires para un trayecto de ro kilómetros, empleará
de s8 á 76 minutos. Una columna de caballería en circunstancias
normale recorre 5 kilómetros en 35 á 40 minutos, por lo que verifica
W1a marcha de etapa ordinaria de 20 kilómetros en 3 ~ ~ 4-
horas los descansos inclus ive: para una marcha de 30 kilómetros
necesita de S á si horas. No siguen, sin embargo, en la misma
propordón los grandes aumentos de trayecto, pues empleará la ca-
• ballería 9 horas por lo menos para recorrer 45 kilómetros en razón
á que los piensos de los caballos, mucho más lentos que la comida
de los homb'res, exigen una detención de una á dos horas próxi-mamente.
.
Artilüría. La rapidez de la marcha de una columna · de artillería
montada se equipara con la caballería, pues la ligenza y sen-
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BOLETÍN MILITAR 233
cillez del material le permite los altos aires: no obstante, para las
distancias un tanto con iderables como de una buena jornada, la rapidez
será algo menor atendidas las condiciones del arrastre y los
cuidados que exigen los trenes de esta arma. U na batéría puede
recorrer 20 kilómetro al paso en 4~ horas, pero esto sobre un terreno
sólido, pues el estado de los caminos y sus desniveles influyen
más poderosamente sobre ésta que sobre las demás armas.
Hé aquí las circun tancias que ejercen mayor influencia sobre
la rapidez de las marcha , y por lo tanto sobre la longitud de su
trayecto:
I .0 El estado f/sico y moral de las tropas, su hábito á las fatigas
y las disposicion es reglamentarias de las marchas.
Nada constituye un obstáculo tan grande al movimiento
como el cansancio del soldado. Saber prevenir y evitar oportunamente
este caso fatal e uno de lo secretos del arte del mando,
pues la situación má crítica para un General en Jefe ó cualquier
oficial con mando es hallarse al frente de tropa extenuadas por la
fatiga en el momento en que se necesita de sus fuerzas para una
importante operación.
Grande influencia ejerce también el estada mJral del soldado
~obre us facultades de locomoción.
El ánimo del soldado e exalta hasta un punto extraordinario
que le impulsa á lle\ar á cabo gi g antes ca_ emprc a, cuando á una
sólida di c:plina une la confianza en la victoria, la que le inspiran
s u general y sus jefe. , la legítima sati s facción de los triunfos alcanzados
ó noticias favorables de ventajas adquiridas por otros
cuerpos.
El hábito de las marchas y de las fatigas, en general constituye
otro factor importante para el c á lculo de lo que e puede exigir
y obtener de la tropas en este punto, pue las que se hallan
acostumbradas á una grande movilidad poseen facultades superioJ'e
de march~, en tanto que el reposo continuado enerva todas sus
fuerzas. Antes de entrar en campaña deben ejercitarse al movimiento,
si bien en los primeros días de operaciones se p-rocura que
las marchas sean cortas, y se prolong:m progresivamente á mediea
que los hombres se fortalecen y que los caballos pierden la gordura
y ganan en dureza de carne y agilidad.
Las prescripciones reglamentarias relativas á las marchas
deben preveer y dictar las reglas más seguras para que aquellas se
ejecuten con la mayor regularidad y armonía, pues de e ta circunstancia
depende muy principalmente el buen paso de la· cabeza
de columna, la holgura de cada soldado dentro de ella, el que
las últimas fracciones no se queden ratrazadas y por ú !timo que el
todo de las fuerzas avance con la mayor rapidez y la menor fatiga
posible..
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2.0 La projundidad y la ordenación de la columna de mm·clz(l·,
Los efectivos de la columna, us diferentes armas y el orden eq
que éstas van di ·pue-tas ejerce muy particular influencia sobre la
rapidez y duración de la marcha. Mientras más profunda y más.
cargada de impedimento (caballo de mano, bagajes, etc.) sea Ja
columna, mayores serán las pertubaciones de la marcha y las f1 uc;tuaciones
que retardan el movimiento. Si éste no se emprende
por la cabeza con anticipación, la cola sufrirá detenciones unas
veces, retrazos otras, y el todo en lugar de ser un cuerpo eslabonado
que se mueve con perfecta armonía desde el principio al fin,
acu::,ará una desigualdad de distancia que se hace sentir especialmente,
en los pasos estrechos, como puentes ó desfiladeros, entorpeciendo
y retardando sin remedio la marcha mientras que es mayor
la fatiga, y por tanto, menor el trayecto que puede recorrer en
Ja jornada una fuerte columna provista de todo sus elementos.
3.° Ciases de terrenos, caminos, desfiladeros. La facilidad de. las
marchas depende en gn'n parte del estado de lo camipos : aquélla
e más grande y rápiJa cuando la carretera, además de una buena
anchura, tiene piso firme y plano. El barro, el polvo y las pendientes
son otras tantas causas que embarazan el avance de las
tropas.
Existen, no obstante otras causa que retardan má la marcha
que el mal e -tado e los c a minos ; cuales son : la de igualdad
del paso ; las R uctuacione de la col u m na de cabeza ó cola, la frecuencia
de aumentos y di minuciones del frente de columna, y
todo uanto se rela iona con el orden y armonía del movimiento.
La estación, la temperatura y la hora, on también factore·
importantes en la rapidez ó atrazo de las marchas.
MARCHAS DE GUERRA
En las marchas de guerra la atención capital, la condición
sine qua non, es que las tropas se 'hallen convenientemente resguar ...
dadas y rn perfecto estado de aceptar la batalla. Esto no obstante
las consideraciones de carácter económico permanecen en vigor,.
pero en cuanto no perjudiquen á las de naturaleza táctica que ocupan
en este caso el primero y el más respetable lugar.
Las marchas de guerra no tienen otro objeto que él encu€n.tro
del enemigo; pero éste con frecuencia está á su vez en movimiento,
de donde resulta- que ni lo cálculos más racionales, pro ...
ducen su efecto cuando reinan la incertidumbre y las congeturas.
Por esta razón las precauciones deben ser mayores y más
completas á fin de no sufi·ir una sorpresa y poder aceptar el combate
en cualquier tiempo y lugar en que el enemigo provoque á la
lucha.
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BOLETI ' MILITAR 235
LONGITUD DE LAS MARCHAS DE GUERRA
Respecto de este punto predominan los términos extremos en
ampaña: las marchas son demasiado largas ó demasiado cortas.
Los grandes cuerpos de tropa próximos ó casi en contacto con
el enemigo no verifican larga marchas por ser en dicho caso muy
restringido el rayo de su esfera de acción. Siendo de suma importancia
adquirir siempre las últimas y más seguras noticias respecto
al enen1:igo antes de ponerse en movimiento, la hora de salida no
debe .fijarse demasiado temprano, además de que el serv.icio de re~
onocimiento y descubierta que debe pr ceder á aquella, habrá de
retardarla necesariamente. .
Pero ocurre con frecuencia en campaí1a que á una larga inmovilidad,
ó bien á las pequeñas marchas se suceden las forzadas,
y esto acontece generalmente cuando se trata de operar una rápida
co.ncentración para un at gue decisivo; cuando hay que transportar
á ~na nueva posición estratégica todas las fuerzas y el material;
cu<~;ndo es preciso retirarse á toda prisa despues de una derrota ó
avanzar rápidamente sobre el enemigo vencido; y últimamente si
se intenta una sorpresa ó golpe de mano, alguna atrevida expedición,
cte.
Resulta de lo dicho que es muy dificil determinar la duración
de una marcha de guerra p,or ser muchas las circunstancia particulares
que entran en el cálculo y especialmente la proximidad ó
pre encía del enemigo, qt..tc ora sea segura, ó incierta é ignorada,
puede obligar en muchas ocasiones, según las fuerzas de que se
dispone y el país que se atraviesa á prolongar la marcha, á reducirla,
y en fin, á no terminarla, acampando sobre el terreno donde
nos sorprenda la noche ó el momento del peligro.
MARCHAS DE OC HE
Marchas se ~-retas
En toda operación nocturna, no sólo el Jefe principal, pero
más particularmente los de cada unidad táctica deben redoblar su
vigilancia y exquisitos cuidados para que en nada se altere el orden
y la cohesión de sus re pectivas fuerzas, permaneciendo unidas y
compactas aun en el caso de que por circunstancias particulare
hubiera solución de continuidad en el todo de la columna. Cuando
ésta se detenga por cualquier causa, nadie puede separarse de la
.fila, ni menos sentarse ni echarse en el camino; lo primero para
evitar los extravíos de hombres ó con fu. ión de unas fracciones con
otras; lo segundo, porque cediendo fácilmente al sueño, se hace
muy difícil emprender la marcha de nuevo. Se vigilará también.
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BOLETÍN MI'JITAR.
con cuidado que los jinetes no e duerman, porque abandonados los
caballos se producen detenciones y descomposición en las tilas; y
por último, d asiento del hombre pesado y vacilante, provoca levante
en el lomo del animal.
Cuando la marcha de noche tiene por objeto llevar á cabo una
sorpresa ú operación secreta, es de rigor que no haya ruido, que
nadie tome y que reine el mayor silencio posible; se esquivarán los
caminos conocidos, los terrenos habitados.
Finalmente, en esta clase de marchas, sólo el jefe, á ser posible,
y á lo más u segundo jefe ó el de Estado Mayor, deben conocer
el secreto de las operaciones que se intentan, y de cuyo éxito
muchas veces es garante la más ab.;oluta reserva.
( C;ntinuará).
ESTUDIO
SOBRE LAS OPERACIONES DE NOCHE EN CAMPAÑA
(Abreviado de la obra de Julcs Bourelly. C apitá n de Estado M ayor del Ejé rcito fi-nnc~
p or A. P .)
I
ER VICio DE SEGURIDAD DE N'OCHE
El artículo 8 5 del R !!glarnento para el servicio en campaña del
Ejército frances dice:
" En los cuerpos destacados, pequeños e uerpos consti tui el os
con hombres inteligentes, se colocan á bastante distancia en los diversos
puntos por lo cuale pueda pasar el enemigo para atacar la
posición y cortar la retirada. Sitúan e de preferencia en las encrucijadas
de los caminos, no encienden fuego alguno, permanecen
ocultos y cambian de posición frecuentemente.
"Esto puestos anuncian la aproximación del enemigo por
medio de seiíales de que deben haber sido provistos, ó en su defecto,
por seí1as convenidas de antemano, retirándose á los puntos que
les hayan sido indicados por caminos que han debido reconocerse
con anterioridad. Al amanecer se incorpora!1 de nuevo á la gran
guardia."
Prescribe la misma Ordenanza el establecimiento de una especie
de red de puestos avanzados alrededor de los campos, acantollamiento
y vivacs.
Esta red debe cubrir el frente y rebasar los Bancos de la posióón
que ocupa el Ejército. Las fuerza que e hallen en los pues-
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&OLETfN MIUTAR 237
tos avanzados tienen la misión de observar los movírnícntos Jd
enemigo, avisar su aproximación y retardar ó detener su marcha
~uando intente avanzar hacia el campo ó VÍ\'ac.
Si el enemigo qui&iera penetrar en un campo francés, encontraría,
en primer lugar, centinelas aislados, después una línea regu ....
lar de centinelas de infantería y caballerb, otra de pequeñas avanzadas,
las grandes guardias, algunas veces puestos de so·tén ;Í continuación
de éstas, y, en últímo término, el puesto avanzado de la
guardia de preve.nci6n.
Esta especie de cordón de seguridad es variable, según la ma ....
yor ó menor importancia de las fuerzas á que pertenece, y nume ...
rosas circunstancsas que no creemos preciso cnttmerar. Cada bri ...
gada protege el terreno que ocupa; y rondas y patrullas, proporcionadas
por las grandes guardias, que reconocen las inmediacione ·
del campamento y vigilan el servicio de las avanzada , completan
eL de eguridad.
Se cvn igna en la ' misma Ordenanza que dut':.lnte la noche
hán de aproximarse al campo, vivac ó campamento los pequeños
puestos y grandes guardias que rodean el circuito.
Federico u, que ha marcado minuciosos preceptos referentes
al servicio de noche en las avanzada , estableció la. misma prescripción,
excepto en el caso que ocurre con alguna fre<;uencia, de quG
los dos ej ' rcitos combatientes se hallen separados por algun río o
tm extenso foso, en el cual, siendo nccesano impedir el paso, han
de conservar e de noche las mismas posiciones ocupadas durante
el día.
Lo escritores mílitares se expre an, por regla general, de
acuerdo con este sistema y uno de los pocos que se han rebelado
contra él ha sido el mariscal l3ugeaud.
Opina éste q~•e el referido si tema conduce necesariamente
á plantear la vigilancia nocturna en un radío de muy corta extensión;
siguiéndose de aquí que el núcleo prÍncipal de las fuerzas no
se halle suficientemente precavido contra una sorpresa cualquiera.
Además, en las fuerzas destacadas para. constituír la vanguardia de
un ejército, la5 avanzadas demasiado inmediatas favorecen los movimientos
envolventes del enemigo; la vanguardia corre el riesgo
de ser arrollada y destruída; hasta el mismo ejércíto puede verse
obligado á aceptar el combate ol:>re un ten:eno y á una hora que
no le sean favorables.
Así pues, si durante la noche se reconcentra la red de puestos
avanzado ,. son más fáciles de ocurrir las sorpresas y los golpes de
mano contra el grueso de las fuerzas. Aumentando las garantíag
de seguridad para las avanzadas, disminuyen las del cuerpo de
ejército cuya protección constituye su misión; esto es, se deséuida
lo principal por lo accesorio ..
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BOLETÍN MILITAR
Juzgaba el mismo mariscal B ugeaud que el mejor mediO dé
preservar e de noche contra las sorpresas que la noche misma favorece,
es el de establecer un servicio de puestos avanzados más alejado
aún que durante el día del núcleo de las fuerzas. En el caso
particular de un cuerpo de ejercito destacado á gran distancia del
grueso Jel mismo, se evitan de este modo las sorpresas, pudiéndose
además abrigar la convicción de que el enemigo no ocupará la
línea de retirada.
¿Cómo conceptuaba pues, el mariscal Bugeaud que debiera
establecerse de noche el servicio de seguridad de un ejército ?
Por medio de pequeños puestos de aviso, entre acados de las
fuerzas que durante el día presten el mismo servicio, compuestos
ue infantería y caballería, ó solamente de infantería, según la diversidad
de circunstancias ; diseminados en todas direcciones á la
mayor distancia posible; aprovechando los accidentes del terreno,
emboscados en los barranco , á la inmediaciones de las veredas,
senderos, carreteras encrucijadas, destacando centinelas más lejos
aún, y no comunicando con las guardias inmediatas al campo ó vivac
más que por medio de ordenanzas, prefiriendo los de ca baile-·
ría cuan1o las condiciones topográficas se lo permitan.
'Tal vez se objetará que en estos puestos tan avanzado pueden
ser fácilmente sorprendiJos ; pero no es esto tan realizable
corno aparece á primera vista, componiéndose por lo general
aquellos pue tos, de un corto número de individuo., perfectamente
penetrados de su deberes, que no han de er ocorridos ni batirse,
<.Jue guardan el mayor silencio, no encienden fuego y permanecen
convencidos de que su propia seguridad depende del silencio que
guarden; cuya misión se reduce únicamente á prevenir y participar
á la fuerzas cuya seguridad les está encomendada, cualquier
novedad que ocurra, por medio de señales convenidas, y que
pueden, por último, en un momento dado, merced al conocimiento
que han debido adquirir durante el día de los medios de retirada
de que pueden di poner, sustraerse rápidamente á la persecusión
del enemigo y ganar el puesto de reunión previamente de-·
·ignado.
Sin entrar en lo detalles de ejecución del artículo 8 5 transcrito
ni de los demás artículos que forman el Título VIII de la
Ordenanza, referente á las operaciones de noche, artículos en los
cuales se consigna el principio de que las avanzadas deben ocupar
durante la noche posiciones más inmediatas al núcleo del ejército
que las que han conservado durante el día, puede oponerse á aquel
principio el siguiente, que creemos de útil aplicación en todos los
casos:
Por la noche, en que la vista pierde gran parte de su vigor,
convi~ne tener puestos mas avanzados que durante el día riel lado del
enemzgo.
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BOLETIN MILITAR 239
Bustow en su Arte militar en el siglo XIX opína que la dís..:
tanda que debe mediar entre los puestos avanzados de observación
y el campamento depende, primero, del tiempo que necesiten las
tropas cuya seguridad se defiende para tomar las armas y ponerse
en estado de defensa; segundo, de la mayoi· ó menor exten ión
de terreno que los puestos pueden vigilar; y, tercero, de la celeridad
con que el enemigo pueda avanzar hasta el campo ó vivac.
Hay que tener presente también que el soldado invierte más
tiempo de noche quf' de día en prepararse para la res:stencia; y
además que, por muy clara que sea la noche, las avanzadas no podrán
ejercer la misma vigilancia sobre el campo enemigo que en
pleno día. Razones ambas que bastan para justificar la necesidad
que existe <.le alejar en lo posible los puesto <.le observación.
T'al vez se nos arguya que. el ataque no es tan , ·igoroso en
el seno de la oscuridad como á la luz dd día, y que el tiempo perdido
por el ataque lo gana la defcn a; á lo cual re~ ponderemos,
en primer lugar, que el defensor se encuentra en las misma condici~
nes; y, en segun<.Io, que debe abrigarse siempre el temor de
que el agresor al intentar un golpe merced al conocimiento que
previamente ha debido adquirir del terreno, trate de desplegar mayor
vivacidad y arrojo en su primer ataque, á fin de hacer perder á
los defensores las naturales ventajas de una actividad upcrior.
La guerra de los E tado. U nido ha venido á dcmo trar, indudablemente,
el sólido fundamento de lo principios sentad('S por el
mariscal Bugeaud referentes al servicio dcseguridad. Al empezar esta
lucha, tan fecunda en aconte'-= irni ~tos d igt " d e ecial estudio,
oficiales y soldados improvizado tenían en este ervicio, y especialmente
en el de noche una falta de experiencia cuyo peligro
se hacían muy grave . Las alarmas se repetían con frecuencia
suma; sobre todo de noche sorprendíanse las grandes guardias y se
copaban los cuerpos destacados. •
(Continuará).
EN El EJERCITO
El Poder Ejecutivo por Decreto de fecha I 7 de Ivlarzo dictó
las siguientes disposiciones:
Reconoció al Teniente Coronel Zoilo Forero d empleo de
Coronel efectivo, con el cual ha prestado, en algunas oca iones,
sus servicios á la República.
Nombró al doctor Virgilio Osejo, médico de la Guarnición
de Ipiales, asimilado á Sargento Mayor para los efectos fiscales; y
concedió al T'eniente Juan B. Medina la licencia indefinida que
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nOLETÍN i\HLITAR
... olicito para separarse de la 5.11 Compaí.h dd llatall0n Rijlt·~ lUÍmero
12.
Por Decreto de r~cha I2 ascendí<) á Coronel efectivo al Te ..
niente Coronel Fernando Horrero~ que sirve en el Estado Mayo1'
de b 3·n División, como 2.() Ayudante General y lo promovió al
puesto de primer Ayudante General de b misma Oficina; y acep~
tú al Coronel Luis Fernando Garc1a la excusa que presentó para
servir el destino de primer Ayudante General del EstL'.do !vlay01'
de la 4• 8 Divisi<)n del Ejercito.
Por Decreto de fecha 18 promovió al Capitán Salvador Hoyos
Ordúñez, que sirve en la 2.a Compañía del Batallón ()az.adort's
numero 16 al pue¡;to de Ayudante .iVlayor del C~dibí? número 241
en la vacante que allí existe de e e empleo; ascendió á Capitán
efectivo al Teniente Heliodoro Pinilla, que sirve en la 3·" ComE_aÍÍla
del expresado Batallon Cazad'Jres, y lo promovió á la 2 ... enla
vacante que dej<) el Capitan Hoyos OrdoneZ'; y llamó al servicio
activo al Teniente Zcn<Ín Favio Lcmos, dc.·stinándolo á la 3.•
Compaííía del mencionado Cuerpo, á la vacante que dejó el ~re~
uiente Pinilla.
Por Decreto de fecha 2 7 reconoci<í al señot· Sal u ti ano Tejarla
el grado de Capitan efectivo del Ejercito que le confiri<) en Febrero
de 1895, el Jefe Civil y Militar del Departamento de Boya_,
ci, lo llame) al scn·icio acti\'() y lo destin
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 15", -:-, 1897. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690936/), el día 2025-05-19.
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