~ogotú, Febrero ~) de 1 !17.
BOLETI.N lVI ILITAR
---· - - -
ORGANO DEL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO ---·---
Directo:r., ALEJA N DRO POSAD. ~
Son colaboradores natos de este periódico, todos /!()s Jefe'i
y Ojicialn del Ejército de la República.
LA BANDERA NACIONAL (1)
tnEDICADO AL EJERCirO DE LA REP BLICA)
Con n1otivo de la bendición de la band ra del Bárbula,
de cuya fiest2. din1os cuenta en el nún1ero anterior del BoLETIN.,
nuestro amigo y colaborador, s ñor Ignacio Borda
nos h.a ren1itido Jos siguientes datos sobre el origen de
ntae trG glorioso pendón.
Las lineas que van á continuación y que su autor tiene
especial placer en dedicar al Ejército, forn1an parte de un
Ebro relativo á cosas análogas á ésta, partes importantísimas
de nuestra. un tanto descuidada Historia Patri~ De
la importancia y utilidad de Ja obra en cuestión, podrá
juzgarse por la pequeña m.urstra que hoy poden1os da.r á
con()cer gracias á la galantería del autor.
¡Oh, amad la Patria, vencradla; y cuando
Todo zozobre y la esperanza muera,
Con brazo firme a1.1n tremolad en alto
La nacional bandera.
M . A. CARO.
~'Alguien ha dicho~ "cuando n1iro el tricolor nacional
siento por la espalda frío y se n1e ensancha el corazón, r e-
(I) B anderas de la República de Co!ombia.-En el Musco Na.:ional de
Bogotá, se encuentran sci· gue acomp:.ñaro:1 al Ejército colombi 1110 du-
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-BOLETÍN MILITAR -
constituyo e~ mí n1ente sacrificios y cuantos hechos hero.ícos
se han Jlevado á cabo á la vista de esos pedazos de tela
que nada fueron separados, que tánto dicen unidos y que
sin1bolizan hogar, familia y la honra nacional."
Este emblema de la gloria colon1biana fue concebido
por el célebre General Miranda, quien lo enarboló en su expedición
de r 8o6 y concibió así la idea de su traducción:
CoLOR AMARILLO. La Virgen y rica An1érica.
CoLOR AZUL. Se separa de la n1etrópoli por el azul de
los n1ares.
CoLOR ENCARNA o o. O con la sangre de sus hijos s¡
aquello no fuere suficiente. ·
El Congreso de r 8 r r adoptó la concepción de Miranda
y posteriorm~nte la adoptó también el Congreso de Angostura
en r 8 I 9: después de un debate acalorado acerca de
Jos colores de que definitivamente debía componerse la bandera
de la República, el gran Zea, el real botánico prisionero
en Cádiz, diplomático ante el prin1er Napoleón, Ministro
de la Corte española y Presidente del Congreso de Angostura
resolvió el punto en un adn1irable discurso que concluye:
"No sé por qu~ íluctuais, ciudadanos; nuestro pabellón
nacional, sín1bolo de las libertades públicas deJa An1érica
redimida, debe tener tres franjas de distintos colores:
sea la primera an1arilla, para significar á los pueblos que
queren1os y amamos la federación; Ja segunda azul, color
rante la guerra de la Independencia, y aun cuando están algo deterioradas
son testimonio de su patriotismo y valor. ·
Tricolor, con el e3cudo de armas de Colombia y la inscripción ;
"Batallón primero de Milicias regladas de Cartagcna."
Tricolor con las armas de Colombia· y dos insignias con las inscripciones:
"Por la Libertad.-Cundinamarca."
Tricolor, armas de Colombia pintadas en el centro y las inscripciones
: "·Dios con tJ.osotros.-Prúvincia de BogottÍ.-Primer Batallón de
la Milicia Auxiliar.-Departamento de Cundinamarca."
Cfricolor, muy semejante á la anterior, pero sin escudo de armas
ni tampoco inscripción alguna.
Banderola tricolor de doble tela y bordado ftno. Tiene laS' armas
de Colombia en el centro y la inscripción : "Húsares del Cmtro.-Pflr
In Libertad."
Banderola tricolor, con las armas de Colombia y la insnípcíón ~
"Hú111rcs del Cellfr9.-Primer Batallón."
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de los n1ates, para demostrar á los d~spotas de España, que .
nos separa de su yugo ominoso la inn1ensidad del Océano;
y la tercera roja, con el fin de hacerles entender á Jos tiraflos
que antes de aceptar la esclavitud que nos han Ín1puesto
por tres siglos, queren1os ahogarlos en huestra propia
sangre, jurándoles guerra á muerte en nombre de la liberrad.
En el centro del pab 'llón pondren1os por escudo la
in1agen de nuestro ·candor andino, á in1itación de los ron1anos
que coloeaban en sus oanderas las fan1osas águilas
que conqUistaron el n1undo."
El pabel.Jóh nacional de Ja República de Colon1bia se
éon1pone hóy de tres fajas horizontales.
- La faja supet'ior es doble en ancho á las otras dos.
En el volun1en IV de la vida públiéa del Libertador
se encúéntran los siguientes datos sobre el origen de la bandera
colon1biana que con1plen1entan Jo anterior:
"En el n1isn1o día 5 de Julio, adoptó el Congreso constituyente
para la nueva República, Ja bandera , tricolor, la
n1isma que trajo Miranda en sus expediciones de r 8o6; y
hombró una con1isión de su seno que debía presentar un
diseño de pabellón y escarapela nacional. La con1isión se
compuso del Capitán . de fragata Lino Glemente, del Capitán
de ingenieros José de Zota y Bussi y dél misn1o Miranda,
quienes presen·taron una muestra~ exactanlente el pensamiento
de éste, ;ricolor;- en listas horizontales de igual
longitud, de n1ayor anchura Ja amarilla que la azul, y ésta
n1ás que la encarnarla, y en el or~en que queda expresado
de superior é inferior.
"El 14 de Julio, día en que se publicó solen1nen1ente
él aeta que acel~ró la independencia, se enarboló el pabellón
.acordado con el en1blen1a, . escudo, de una India llevando en
un cayado el gorro frigio. Esta bandera venezolana Ja declaró
el Congreso de Angostura para la República de Colombia
en su Ley fundamental de I 7 de Diciembre de r 8 r 9;
y es el mismo pabellón que ha guiado á Jos hijos de Colon1-
bia en sus gloriosos triunfos que dieron libertad á Nueva
Granada, al Ecuador, Perú, y á la región boliviana. V enezuela
lo conserva con las tres listas iguales en latitud y longit-
ud;. la Nueva Granada bajo la denon1Ínación h_by de Re.:-
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lOO BOLITÍN" MILITAR
pública de Colon1bía, ha t~nido el mayor gnst{)) d€ n1antener
íntegran1ente la composición prin1itiva de Miranda, que
fue la prin1era bandera de: Venezuela; y el Ecuador constituído
en República independiente,: hizo €-l vat·iante de
listas verticales é iguales en din1ensione~, el color an1arillo
adherido al asta, el azul en el centro y el encarnad0 a] exterior~
'"'Las tres seccrones que cornpusíer.on léll gran Repúblice!
de Colombia enarbolan hoy} como ayer- U!l1idas, con honor
y gloria nacionales, el pab llón trico-lolí que· el decano de lo~
próceres de la Independencia Sur-An1ericana con1puso, y
que flan1eó en su n1ano, al frente de las expediciones redentoras
al conúenzo del presente siglo_"
LA BANDERA NACIONAL
[ No ofs ? Es C"Uaf fa oz de gran torrente-~
Con las lluvias de Dios acrecentado,
Que baja de tos Andes despeñado,.
Raudo,. tremendo,. a ordador, rugiente'.
¡No oí~ má cerca yá! Se une á los eco~
El rüido de nuísica guerrera
Que en alas de los vientos desatado
Colma el ámbito inmenso de la esfera.
Pero ved más allá cómo se- avanza,
Entre un bosque de aceros refulgente,.
Que del sol á los rayos reverbera ;
Del pueblo entre la ola,.
Al firmamento azur enhiesta y sofa,.
De nuestlia Patáa la inmortal bandera.
Y sube al Capi.tofio, y lo3 clarines
Sueltan su aguda voz ; retumba d truen~
Del cañón en los últimos confines.
Oh! salve á tí magníftca y s'ublim.c
Ungida con la sangre de los bravos.
Muertos en la pelea !
Oh! saLve á tír quemaáa por el fuego
De las contrarias huestes;
Tú, poder,, gloria y de la ?atría idea r
Oh! la bandera de la Patria es sant.Fiote
.en las manos que flotar.e· ; o~:a
Volviendo vencedora
Entre lluYÍa de flores
AL són. del himno qpc: 5U• gLorí; c.antcr,...
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TJOLETÍN MILITAll
O de la adversa lid acaso vuelva ...•.•
()h! de la Patr1a la bandera es santa!
Y si hay un ciudadano que, pensan·clo
En el secreto de su alma, diga:
u Está en indignas manos ! " ese puede
A su m::tdrc negar en su ira insana;
N o tiene corazón, y entre sus venas
Empobreció la sangre colombiana.
101
dosÉ jo.~QUÍN ÜRTIZ.
LEGISLACIÓN MILITAR.
Es~asam~,..nte necesita comentario alguno la Ley 152
de 1896 q u~,.. publicamos en SeJuid:t. Deroga ella algunas
dispJsiciones del C6digo Militar vigente y autoriza al Gobierno
para reglamentar otras. Si se tiene en cuenta Jos defectos
de que aqu"l adolece por su incon1patibilidad en
n1uchos puntos e n el actual r¿gin1en e ntral, se verá lo
indispensable de la reforma para evitar tropiezos n1uy perjudiciales
al buen servicio.
LEY 152 DE 189)
(4 DE DIClEMBRE),
que contiene varias disposicionc sobre scrvicicio militar.
El C fJngres? de C o!otn.bia
DECRETA~
Art. 1.0 Por Código Mil-itar se entenderá exclusi amente la parte
referente á la justicia (Tribunales, juicios y recompensas) y las prescrip·
cioncs clcl Derecho de Gentes que deban observar los Jefes de operaciones,
conforme al actual Código Militar y las leyes que lo han reformado,
mientras el Congreso no legisle de nuevo sobre esta materia.
Art. 2.0 Todo lo demás relativo al Departamento de Guerra será
ordenado por leyes e~peciales que regulen los siguientes puntos: la conscripción
militar, la organización del Ejército, los ascensos, las pensiones,
los cuadros del Ejército, la mov:ilizacdón y el servicio :fiscal de la fuerza
pública.
Art. 3.0 El servicio interior de los cuerpos de tropa., el servicio de
guarnición, el servicio en las plazas fuertes, el servicio en campaña, el
.servicio de sanidad y castren·c el servicio en las milicias., el servicio de
ANCO Of LA REPUBUC,\
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BOLETÍN MILI-TAR.
intendencias, la i·nstrucción militar y las disposiciones sobre movilf..,
zación y maniobras y sobre ejercicio de las tres armas, serán organizados.
por decretos reglament-arios expedidos por el Gobierno.
Art. 4.0 Deróganse los artículos 72 á 75, 138 á 161, 192 á 197,
z38 á 384, 433 á ¡cjz, 8oz á 1,034 y 1143 á 1236 del Código Militar.
Esta derogación comenz,ará á '\egi~ pat;a cada u,no de esos grupos de artículos
tan luégo como el Gobie~no dipc los ~egla!J1ento~ del caso.
Art. 5.o "¡ el Congreso no alcanzare á legislar sobre la materia,
queda facultado el Gobierno para fijar la división militar del territorio
y organizar las milicias de acuerdo con la legislación vigente y las prácticas
usuales de las naciones civiles sobre la materia, y sus disposiciones,
regirán hasta que ~e s uelva lo contrario el próxim_o Congreso.
Art. 6;) Todo militar en sc;¡:.vi.cio activo '¿estirá siempre de uniforme.
. Art. 7 ,() Queda fac.ultado. el qobÁerno para crear en los Estados
Mayores y cuerpos, tribuna.Jes. de honor que impongan á los militar~s
castigos de carácter moral por las violencias de los deberes sociales que.
· no merezcan pena di'Sdplinari.a.
Dada en Bogotá, á u:es de Dic·iembre de mil ochoc~en.tos ()OVen~~
y sei s.
Et Presidente del Senado,
El Presidente de la Cámara de Rep~esentantes,
JylAXIMILIANO N EIRA.
El S c.cre tario del Senado,
Camilo Sánchez..
~.1 Secretario de l'a Ccimara de Representantes,
lV!iguel .A. Peñaredonda.,
Tobitrno Ejccutivo.-B-ogottÍ, 4· de Diciembre de 1896.
fublíquese y ejectítese.
(L. S.) M. A. CARO.
El Ministro de Guerra,
AuRELIO MuTr.s.,
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'sotETfN MILITAR IOJ
MINISTERIO DE GUERRA
República de CJ}?mbia. - Minísterio de Guerra.- Secci&n 1.•- Número
J,loo. - Bogotá, 3 de febrero de I897·
Señor General, Comandante en Jefe del Ejércíto.-Presentc.
. Servíos prevenir en la Orden General, que el servicio de Ordenanzas
debe limitarse á las prescripciones del artículo 21 del Código
Mílitar, y que en ningún caso, y por ningún motivo, es permitido
que las Ordenanzas degeneren en servidores domésticos, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 20 del mismo Código.
Soy vuestro atento servidor,
PEotto ANTONIO MaLINA.
República de C?l?mbía. --Ministerio de Guerra. - S eccítn 1.8 - Número
7,103. - 4 de lebrero de 1897.
Señor Gcncra4 Comandante en Jefe del Ejércíto.-Presente.
Servíos prevenir en la Orden General del Ejé reito, que debe
darse curso, imprescindiblemente, á toda solicitud que cualquier
militar en servicio, inclu ive los individuos de tropa, dirijan á este
Despacho ó á alguna Autoridad militar, para garantizar de esta
manera, el derecho de hacer peticiones y de obtener resolución,
dere ho que la Constitución consagra.
Soy vuestro ateoto ervidor,
PEoRo ANTONIO MoLINA. ---·---
JrPISODIO DE LA CAMPAf.i'..A DE AUSTRIA.-! 8'09 ..
(General Bar&n de Marbot.-.....M.ErvtORIAS}.
Después de haber atravesado el Traun y quemado ei puente
de .M.anthausen, el Ejército de Napoleón avanzó hacia Molk sin
que se supiese si el General Hiller se encontraba entre Viena y
nosotros, ó si había pasado el. Danubio para incorporarse á las fuerzas
del Príncipe Carlos .efol la rr1bera izquierda. Algúnos td'e nu~tros
espías aseguraban que, por- el contrario~ era el Príncipe quien
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BOLETÍN MII.ITAR
había atravesado aquel río para unirse al General H ille.r, y que al
dí,a siguiente encontraríamos el grueso del Ejército austriaco en
ventajosas posiciones, adelante de Saint-Polten. En este último
caso debíamos prepararnos para librar gran batalla próximamente
y, en el contrario, precisaba matThar rápidamente sobre Viena á
fin de llegar allí primero que el Ejército enemigo que también se
dirigb. á lá capital por la ribera opuesta.
La incertidumbre del Emperador era, pues, muy grande por
la falta de datos positivo que le permitiesen resolver tan importante
cuestión. Absolutamente nada se sabía acerca de ello el día 7
de Mayo que llegámos á Molk.
Fue allí, mis queridos hijos, donde llevé á cabo aquella de
mis acciones de guerra que más me enorgullece, porque los peligros
que hasta entonces h:1.bía corrido me habían sido impuestos por la
ejecución de [rden! s de mis Jefes mientras que aquí afronté v;/unt.
1ri·amente b muerte para serie útil á mi Patria, servir al Empera-
Jor y conquistarme un poco de gloria ... . ... .
La hermosa ciuuad Je Molh:, situada á orillas del Danubio,
cst.'i dominada por un:.1 inmensa roca en forma de promontorio, en
cuya cima se levanta un convento de lJenedictinos, que pasa por
ser el más bello y más rico de la cristiandad. Desde las celdas y
de¡nrt:lm~nt03 del mo:u:;tsio se divisan, en un:1 gr::t:-t extensión,
el curo y las orilbs del Danubio. El Emperador y vario Mariscalc
, entre ello el lVlarí cal Lannes, se instalaron en el mona terío
y nuestro E tad Mayor en la casa cura!. Mucho había llovido
durante b $Cmana y la lluvia que no había cesado en las últimas
veinticuatro horas, continuaba aún, ¿e tal modo que el Dan ubio y
sus numeroso3 afluente habían desbordado. Entrada la noche, mis
compaiiero ~ y yo, sati fecho de hallarnos bajo techo en un tiempo
t.1n mal , cenábamos al:;grem:!nte en com?ai1ía d~l Cun, hombre
j.::>vial y sencillo, que no · hacía Jos h;:,nores d~ una excelent~ cena,
cuando un ayudante d e campo, al servicio dell\1ariscal L:.1nnes,
vino á avisarme qu~ éste me llam:.1bJ. y qu~ del:h subir inmediatamente
al c.:>nvento. Me encontrabJ. tan bien donde estaba, que me
contrarió much verme obligado á abandonar tan buenJ. c~nl y
albergue para salir de nuevo á mojarme; pero, era preciso obedecer.
L:r e )r.-'"'Jo:~, y s1h~ b1j1> d.!l mmJ..>t~ri.:> e:>~l~_n lle :10s de
gr.w::de::.:>.> y CJ.?.J.J.Jr-!3 d.! b glla:-Jia, á quien~s el b :.Ln vino d~ los
monje.:> hacía olvidJ.r la~ fatiga de lo.J día:; anteriores. Al llegar á
los salones compr ndí que se me llamaba por algún motivo grave,
pues generales, chambelanes, o ficiales de Crdenes, todos me repetían:
"El Empendor os ha hecho lhmar" y alguno agregaban:
'~Es quizá para entregaros vuestro despach.:> de ']efi dt Escuadr~n."
No lo creí, sin embargo, pues aún no tenía su~ciente importancia
cerca del soberano par.1 que éste me mandara buscar á semejante
P.:>n c.:>:1 el fin de e.:'1tregarme p~rs:~:ulmente mi nombi-amicnto.
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BOLiTI:\T MILITAJt 105
Se me hizo entrar á una inmensa y magnífica galería cuyo
balcón daba sobre el Danubio. Allí 'encontré al Emperador á la
.mesa con varios mariscales y el superior del convento, quien lleva
el título de Obispo. Al verme, el Emperador se puso de pie y se
dirigió al balcón seguido del l'v1ariscal Lannes, al cual decía en
voz baja: "La ejecución de este proyecto es poco menos que imposible;
vamos á enviar á e. te valiente oficial á una muerte casi
segura."- " Irá, señor, estoy cierto de ello, respondió el Mariscal,
por lo demás, podemos en todo caso proponérselo."
Tomándome en seguida de la mano el Mariscal abrió la ventana
del balcón que domina á lo lejos el río cuya inmensa anchura,
triplicada en aquel momento por la fuerte inundación, era casi de
una legua. Un viento impetuo o agitaba las aguas dejando oír el
bramar de las ola . LlovÍ:l á torrentes y la oscuridad era completa ;
á pe ar de esto se veía en la ribera opuesta una larga línea de fuegos
de vivac. Napoleón, el Mariscal Lannes y yo e tábamos solos en
el balcón cuando éste me dijo: "Allí tiene usted al otro lado del
río un campament austriaco; el Emperador tiene grande interés
en sab~r si . el cuerpo de ejército del General Hiller forma parte de
él ó si se encuentra aún de este lado. Para averiguarlo e preci o
que un hombre de resolución tenga el valor de atravesar el Danubi
con el fin de aprehender un oldado enemigo y yo he a egurado
á Su Maje tad que usted iría." Napoleón me dijo entonce :
"Note bien que no es una orden la que doy; es, simplemente la
expresión de un de eo ; reconozco que la empre a e de las más
peligrosas; puede usted rehusarla in temor alguno de desagradarme.
Vaya pues, piénselo en la pieza vecina y vuelva á decirme
francamente su resolución."
Confesaré que al oír la propue ta que se me hacía, un sudor
frío inundó toJo mi cuerpo ; pero al instante un sentimiento que
no podría definir, en el cual el amor á la gloria y á mi paí- se mezclaban
quizá á un noble orgullo, vino á exaltar mi ardor al último
grado de tal modo, que me dije: Cómo! El Emperador tiene aquí
un Ejército de 150,08:> guerrer03 abnegados, así como 25,000
- hombres de su guardia escogidos entre los más valientes ; está rodeado
de ayudantes de campo, de oficiales de órdenes, y sin emb~
lrgo, cuantlo se trata de una expedición para la cual se necesita
tánta inteligencia como intrepidez, es á mí á quien escogen el Emperador
y el bravo Mariscal Lannes ! ! "Iré, seííor, exclamé sin vacilar.
Iré .... y si perezco, lego mi madre á Vuestra Majestad."
El Emperador me cogió entonces de la oreja en seííal de satisfacción
y el Mari cal me tendió la mano diciendo: " Razón tenía
yo'en decir á Vuestra Maje tad que iría! Hé aquí lo que se llama
un soldado valiente! "
. Resuelta así mi expedición, era preciso pensar en los medios
de llevarla á cabo. El Emperador hizo llamar al General Bertr.and,
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BOI.;E-TÍN . MILI'I'AR
·su Ayudante de Campo, al Ge~1eral Dorsenne, á. algunos gr~nade-:ros
de la guardia, como también al Comandante del gran Cuartel
Imperial y les ordenó que pusiesen á mi disposición todo aquello
de que yo creyese tener necesidad. A petición mía, un piquete de
infantería fue á buscar al Alcalde de la ciudad, al Síndico de los remeros
y á cinco de sus mejores marineros ; un Sargento y cinco
granaderos á pie de la antigua guardia, que hablaban todos alemán
y escogidos entre los más valientes aun cuando no habían sido
condecorados, comparecieron también y consintieron voluntaria
·mente en acompañarme.
El Emperador hizo primero introducir á su presencia á los
seis milirares y habiéndoles prometido que á su regreso recibirían
inmediatamente la cruz, estos valientes contestaron con un "¡viva
el Emperador! ' y fueron á prepararse-. En cuanto á los cinco remeros,
una -vez que el intérprete les hubo ex·plicado qtte se trataba
de condtt·cir· una barca á la otra orilla del Danubio cayeron de rodillas
y principiaron á llo-rar ; el Síndico declaró que era preferible
fu ilarlos inmediatamente á enviarlos á una muerte segura: la expedición
era absolutamente imposible no sólo porque l'a fuerza extraordinari"
a de· l'a corriente vokaria la barca, sino porqtte los numero-
. sos árboles arrancados en las montañas vecinas por los afi uentes
del Danubio y que no se podrían esquivar en la oscttridad, llegadan
sin duda á desfond'arla. Por otra parte, ¿cómo abordar á la
otüla. opuesta por -entre los sauces que abrirían la embarcación,
$Uponiendo que se llegara á franquear una inundadón cuyo alcance
era de conoddo? ... .. El Síndico dedctjo, pt:Jes, que la operación
era materialmente i'mpracticabl'e.
En vano el Emperador para seducido hi:Zo brillar ante los
ojos de cada uno de ellos 6,ooo francos en oro; ni aun eso los decidió;
y sin embargo, dedan, somos unos pobres marineros, todos
padres de familia, éste oro asegurar1a nuestra fortuna y la de nuestros
hijos; nuestra negativa debe probaros la imposibilidad de atravesar
el río en este momento .... Yá lo. he dicho: en la guerra,
la necesidad de ahorrarla vida d~ muchos sacrificando la de unos
· pocos, hace, en cierta.'> ocasiones; á los Jefes del Ejército despiadados.
El Emperador fue, pues, inflexible; los granaderos recibieron
orden de conducir á eso.s desgraciados á pesar suyo, y todos bajamos
á la ciudad.
El sargento que me habían dado era un hombre muy inteligente;
lo tomé como intérprete y lo encargué mientras andábamos
de decir al síndico de los marineros que, ya que le era forzoso
venir con nosotros debía, por propio interés, señalarnos la mejor
~mbarcación que hubiera é indicar todos los objetos que pudiéramos
necesitar á bordo. El desgraciado obedeció no sin abandonarse
al más terrible despecho. Obtuvimos, pues, una excelente barca
y tomamos de las demás todo lo neces4rio; llevá.batp..os dos ancla:~;..
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"BOLETIN MlÚTÁR
'Pero como me parecía imposible servirnos de ellas, h¡ce cortar dos
.trozos de cable y coser en sus extremos pedazos- de tela fuerte con
el fin de envolver en cada uno de éstos una piedra grande. HabÍJ.
visto á los pescadores en el sur de .Francia emplear este medio
para detener sus barcas : la cuerdas preparadas como lo habían
:sido las mías se lanzan sobre los sauces de la orilla haciendo de
manera que se envuelvan en algún tronco, logrando así detener
el bote. Teníamos además, víveres, cuerdas, ha ~has, sierras,
una escala, en fin todo lo que la previsión nos había aconsejado
acumular.
U na vez ter:m.inados nuest('QS pre.p~rativos iba á dar la señal
de partida cuandQ los cinco barqueros vinieron a suplicarme sollozando
los hiciera conducir á sus casas por mis soldados con el fin
de despedirse, por última vez quizá, de sus familias. Pero temiendo
yo que el enternecimiento que tal escena hubiera producido
en aquellos .infelices pudiese amenguar aún s.u y á tan debilitado valor,
hube de rehusarles lo que me pedían. "Bien, dijo entonces
~1 Síndico, ya que no tenemos sino algunos instantes de vida, concedednos
cinco minutos para encomendar nuestras almas á Dios ;
y os aconsejo que hagáis otro tanto, pues es lo seguro que perezcamos
todos." Ellos se prosternaron en seguida ; los granaderos
y yo los imitamos, lo cual pareció complacerlos. T{!rminada la fervorosa
y sincera oración mandé que le dieran á cada uno un va o
· del excelente vino do los monjes y halJ¡endo tomado nue tros pues.
tos, la barca fue l.anzada :i la corr-iente~
Había recomendado á los granaderos que eje~uta en en el
· mayor silencio todas las órdenes del Síndi'co que. llebaba el timón.
La corriente que era demasiado rápida, no nos permitía atravesar
Qirectamente de Molk á la ribera opuesta ; nos fue preciso subir
costeando á la vela por más de una legua, y aunque el viento y las
olas hacían tambalear fuertemente el bote, este trayecto se recorrió
sin ningún accidente. Pero cuando fue necesario apartarse de
la tierra para comenzar el cruzamiento del río á fuerza de remo,
. el mástil que había sido derribado, en lugar de caer longitudinalmente
sobre la barca, cayó de lado y la vela, que se empapaba en el
agua, presentaba gran resistencia á la corriente, lo que nos hacía
j.nclinar de tal modo que estuvimos á punto de sumergirnos. El
patrón mandó cortar los cables y arrojar el mástil al río ; pero los
~arineros, que tenían perdida la ca,beza, se pusieron á rezar sin
. moverse •. El sargento, entonces, desenvainó su sable y les gritó :
''Se· puede muy bien rezar trabajando ! Si no obedecen inmediatamente,
los mato!"
Aquellas pobres gentes obligadas á escoger entre una muerte in.
~ierta y una positiva, echaron mano á las hachas y ayudaron en su
tarea . á los granaderos.; el mástil fue prontamente cortado y arro.
j.ado á la corrien~e •..• Era tiempo, pues no bien .n9s h.ubimos .
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BOLETIN MILITAR
or él engendran sus múltiple~ combinaciones,_ siendo verdaderamente
el tablero sobre el cual juegan y se combinan los agentes
del combate.
Este constituye el objetívo real de la táctica: la táctica debe~
por lo tanto, estudiar con especialidad suma la inR uencia que ejerce
el terreno sobre sus formas y disposiciones para la lucha, y estO
de tal J!lOdo y en tal . grado que, como yá dijimos, el terreno venga
á ser su natural aliado combinándo e (;;On ella para el mayor éxito
posible.
En el tt'anscur o del corríente s:glo y particularmente en la .
guerras de nuestros día ; se han operado grandes transformaciones
en la táctica por efecto de la mayor y má decisiva importancia
concedida al terreno para el acto del combate, de tal modo, que
hoy se estudia y se aprove~lia en campaña lo que antes se despreciaba
como demasiado incidental y pasajero;
De esto se despn~nde que todo Oficial, todo Jefe que mande
tropas, tiene necesidad absoluta de saber juzgar y apreciar rápidahlente
con la resolución de la ojeada mílítar, el túreno que pis
poseen.
Las propiedades caracterf ticas de la regiones llanas, según
las variedades y combinaciones de sus accidentes se pueden defi!lir
de esta manera:
La llanura abierta y despejada: es aquella cuyo horizonte despejado,
exento de bosques, pueblos, edificios, etc., se pre ta á la
perfecta vigilancia del terreno, al propio tiempo que el uelo no
ofrece obstáculos como barrancos, pantanos, vallados; etc., que embarazan
las evoluciones de las diferentes arma .
Pero una región de esta naturaleza uniforme no da carácter
especial al combate: su influencia es la misma para el ataque que
para la defensa; mejor dicho, no es ninguna, pues los ejérctios
combatientes se hallarían entregados á sus propias fuerzas.
La táctica aconseja no aceptar la batalla en semejante terreno
•á menos de tener superioridad numérica sobre el enemigo, particularmente
en caballería.
La llanura abierta y cortada no presenta objetos que cierren
el horizonte, pero si obstáculos que dificulten los movimientos.
(C mt irillar,í ).
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
II2 BOLETfN MIL ITAlt
EN EI. EJERCITO
El Ministerio de Guerra ha hecho últimamente importantes
cambios en el personal y material del Ejército, los cuales creemos
deben ser conocidos:
Se ha suprimido la Jefatura Militar establecida en el Sur del
Cauca.
El cuartel general de la 5·" División del Ejército será tras"Iadado
á f piales, con el fin de que nuestra frontera con la República
del Ecuador sea re::c-uardada convenientemente; el Batallón Pichincha
se ha incorpor~clo á b. mencionada División.
Se ha dispuesto que el Batallón Cazad?res, Cuerpo que estaba
acantonado en la ciudad de Popayán, se traslade al Sur del Cauca,
para que refuerce al Pichincha, que hace b guarnición de Pasto y
Túquerres; para reemplazar l Cuerpo que debe abaudonar á Popayán
se ha creado all í otro con el nombre de Calibí? y se ha designado
como Jefe de él al señor General D. Luis Ramírez.
El Batallón Palacé, que de tiempo atrás hacía el servicio de
zapadores en la montaña del Quindío, ha sido relevado por el Caro,
Cuerpo que estaba acantonado en !bagué. El Palacé hará la guarnición
de !bagué, en reemplazo del Caro.
Todos esto cambios responden á premiosas nece idade , que
satisfecha , redundan en la buena marcha y pro peridad del Ej é rcito
de la República.
El Poder Ejecutivo por Decreto de fecha 3 de los corrientes
dictó la siguientes providencias: .
Declaró en u o de licencia indefinida al Capitán Saravia Comandante
de la 5·" Compañía del Batallón Ayacucho número 3,
por haber solicitado la separación de e te oficial el Jefe del mencionado
Cuerpo.
Llamó al servicio activo al Capitán Franci co Malo P., y lo
destinó al Batallón Ayacucho en reemplazo del Capitán Saravia.
Ascendió á Capitán efectivo al Teniente Manuel Dederlee
qne sirve en la 2." Compañía del Batallón Bonboná número I 3, y
lo promovió al puesto de Comandante de las."- Compañía del mismo
Cuerpo en la vacante que allí quedó por haberse concedido licencia
indefinida al Capitán Manuel V anegas.
Ascendió á Teniente efectivo al Subteniente Carlos Sánchez
Rojas, lo llamó al servicio activo y lo destinó á la 2.8 Compañía
del expresado Batallón Bonboná en reemplazo del Capitán Dederlee.
Ascendió á Subteniente efectivo del Ejército, al Sargento 1.0
Venancio U m barita, lo llamó al servicio activo, y lo destinó á
la 2.• Compañía del Batallón Tenerife número 6, en la vacante
que allí quedó por haberse concedido licencia indefinida al Subteniente
Franci~co Peña.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año I N. 7", -:-, 1897. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690928/), el día 2025-05-29.
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