REDACTOREs:'DIOJENES A. ARRIETA-JUAN DE D. URIBE.
SERIE II ~ Bogotá, juéves 28 de abril de ]_881. · ~NÚMER019
CANDIDATO
PARA PRESIDENTE DE LA UN ION
EN EL PROXJMO PERIODO OONS~ITUOIONAL.
En presencia, pues, del implacable enemigo
aguijoneado por el Presidente de la República,
puede decirse que el partido liberal apénas obedeció
a la natural, imprescindible necesidad de la
conservacion. Es que el conservatismo no perdona,
ni escarmienta, ni se corrije: su plan es
único desde los albores de su vida, i las variadas
faces que presenta su obra, son apénas acentuáciones,
mas o ménos profundas, de su~ mismas
invariables i terribles tendencias.
Necesitábamos salvarnos, i nos sa.lvamos. El
esfuerzo de los círculos aislados seria infecundo.
Como a las gotas que se sustraen de la catarata
-G!ID~DAT-6 PAR! ~·6BIRNAD6R las arrebata el viento en sus alas voladoras, así
DE CUNDINAMA I.~CA.
los círculos en los grandes partidos, se pierden en
el vacío si locos se desvían de la corriente que
EN 1882 I 1883. empuja a la. colectividad. Como un I'ayo de sol
seria impotente para alumbrar las sombras sin
~ d término, si rompiera el haz de luz -poderoso del
. }"~ U no ,., e los ~edactores de este pe-l sol, así círculos en órbitas ili'mitadas pierden la
rwdwo, -el senor .A.rrwta, -está fuera de la eficacia de su esfuerzo cuando a.bandonan la inecapital
hace algunos dias; de manera que sistible necesidad del núcleo comun.
lo que hoi decimos, i lo que.hemos escrito El parti~o liberal, unido. es irresistible e~ paz i
en algunos de los números anteriores no en guerra, 1 .contra el son Imp~~entes, com~ con-
, · . l tra los antiguos héroes proteJidOs del Ohmpof
compromete sus opmwnes en nada abso u- hasta las veleidades de la fortuna i los rigores del
tamente. destino ....
JuAN DE D. URIBE. En este abrazo liber~tl hemos ahogado al ene-migo
consenador i a los traidores.
LA POLITICA.
LA. UNION LIBERAL.
i Ahora, qué lugar le toca al señor N úñez en
esta evolucion que nosotros aplaudimos? Ninguna;
a ménos que pida hoi un puesto en las
filas del partido liberal, puesto, que de seguro se
El anhelo de La Política, el anhelo imperioso, le dará porque est:unos en la época del perdon ;
ha tenido, felizmente, una resolucion grandiosa pero, aunque no se;t tal vez de tiempo la
i fecunda. Vencimos los liberales, señores cons~r- crudeza de nuestras p•dabrafl, ello es que siempre
vadores de Colombia! diremos ue al señor Núñez se le debi' la d sor-
Es de nuestro partido la lmprelllacía- del juicio; ganizacion del partido libera-l, i que su compacla
conformidad con el tiempo ; el acierto en las tacion a.ctual se ha hecho a. pesar, i contra su
situaciones difíciles, i no podría ser de otra ma- voluntad. E.:; lo cierto que para el Presidente de
nera, cuando el liberalismo representa el modo la República ha sido mortificante, si no sumanatural
de ser de las sociedades, la tendencia mente dolorosa, la evolucion liberal, i que ai ver
irresistible hácia. el mejoramiento. _algunos individuos desfilar al "centro de gra-
Sin hipérbole decimos hoi: se ha salvado la vedad," debió sentir que carne de su carne se
República! caía, i qué le faltaha sangre de su sangre ___ _
Aceptrtmos el pensamiento de la. union liberal, El ministerio del señor Núñez debió renun-como
que ha sido él nuestro mas caro ensueño. ciar~ lo exijia así, no solo la cortesía a la opinion
Bien podría decirse que,- como se presentó el liberal, sino el mismo respeto que se deben a sí
domingo;- tiene ~etalles .tal vez preu1atur?s; que mismos lo3 funcionarios públicos.
u.n poco. ~as de tie1~po. 1 de espera habna r~du- Este acto de cordur·a del partido liberal se enCiclo
o hmi.tad? los InCidentes; P.ero esto apenas cadenará, natura.lment.e, con otros de la misma
es una aspiraew~ de otro lugar I de otro órden, especie que serán fructuosos para la patria.
q.ue es ya exót.Ic~, -lo confesam?s, - en. presen-f Alborozados, se nos hace preciso terminar.
Cla de este movimiento salvador, jeneral1 espon- La union liberal se presta a mui ·variadas obtáneo.
. · . . . . servaciones, que haremos otro dia.: el entusiasmo
Empresa l?ca sena re~nstirlo~, I no senamos impide la claridad, i hé aquí que somos felices
nosotros qm~nes la emp~·endie.ramos, cuando estando perplejos ___ _
nuestro afan 1 nuestro trabaJO deswteresados han . Evohe, por la República! ___ _
sido con el propósito único de la union ; i, cuan- 1
do, en el órden de las ideas, i tratando de representar
esas ideas en los hombres, hemos subordinado
todo al alto p.ensamiento de la compactacion
de nuestras filas. El detalle de nuestra individualidad,
se pierde, debe perderse, en el solemne
conjunto del partido liberal,- que oyendo voces
sabias,- marcha. en imponente desfilada hácia el
porvenir.
Verdad lo que dijo un orador : " N o hemos
hecho la union liberal : la union liberal se hn.
hecho. Era solucion única i se ha Impuesto";
verdad esto, porque nada hubo ménos forzado
que el paso del domingo : fué una inspiracion jenerosa
de las ideas, en la cual mas que trabajo
medió cordura i desinteres.
La política del señor Núñez, desatada como
una tempestad sobre la patria, fecundó con prodigalidad,
entre otros elementos viciados, al partido
conservador; de tal manera, que intentaba
sériamente levantarse de la postracion justa en
que lo colocaron sus desvios, sus crímenes i el
trabajo liberal. Se erguía, i hé aquí que era una
amenaza terrible ....
__ ...,..,. __ EL MEETING DEL DOMINGO.
En la plaz~ de Bolívar, cerca a la estátua del
Libertador se congregaron a la una p. m. la mayor
parte de los liberales residentes en la .capital.
E3taba allí representado el círculo radical por sus
hombres mas conspícuos ; i el independiente,
tambien por lo mas granado de sus filas.
Los artesanos lil;>erales, la juventud de los colejios
públicos, los comerciantes i un gran número
de miembros de las Cámaras lejislativas.
De lo alto de los balcones del Capitolio miraban
la fiesta el señor Ricardo Becerra i gran número
de empleados.
Se había repartido de antemano el programa
del meeting i se había fijado en las esquinas de
las calles principales.
Todos aguardaban con impaciencia el momento
de esclarecer la situacion, para todos . era ese
momento definitivo.
Cuando el reloj de la Catedral dió la una, los
concu1·rentes, en número , de tres mil personas,
saludaron al doctor José M. Rójas G. que apa-reció
en la tribuna levantada en frente de Bolívar.
El ilustre orador conservaba esa actitud
solemne que inspira respeto i bondadoso culto al
auditorio. '
El anhelo era inmenso : tres mil personas
aguardaban la palabra inspirada del tribuno
democrático, sie1\1pre acatada i siempre verdadera
en las crísis ?el partido liberal.
Sobre su discurso cayó, diremos así, una Hu.
via de aplausos i mil vivas a su nombre; i mil
confirmacion~s jenerales de lo que él decía, de~
tenían a veces la palabra en sus labios.
Hé aquí el magnífico discurso dechado de
ene1jía i de entusiasmo, propios del momento i
pro.Pios del carácter íntegro del doctor Rójas:
Señores :-Festejamos la union del partido liberal.
La idea hace boj acto de República i sella en estoa
momentos solemnes la reconciliacion entre los defenso.
res de una santa causa. (Aplausos) .
Accidentes estraños a la doctrina que profesan los
l:iabian separado; pero ella, irresistible como lo es,
vuelve a unirlos, a identificarlos, agrupados en torno
del antiguo i glorioso estandarte. Queda, pues, restablecido
el debate con el enemigo comun en sus verd"deros
términos, claros i bien definidos, como lo estuvo en los
días augustos de la República, la cual, por la division
del partido, se ha visto algunas veces en vergonzoso
eclipse.
El 7 de marzo de 1849 i la portentosa revolucion de
1860, actos redentores de la soberanía nacional a,vasa.
llada por los restos del feudalismo godo, daban en la
conciencia de los puoblos el reflejo amortecido de un
sol poniente, i todo, por la division del partido, anun.
ciaba la esterilidad del patriotismo en su antigua labor
jigantesca. (P'fiOW'{LgaLlus aplav,sos).
Pero aquellas dos grandes épocas en que la democra.
cia hizo luz, son lumbreras i programa perdurables en
el viaje de los pueblos al progreso, que no dejan des-viados
apesa. e lo iu.txincado .d.el camin.o. -
Por esto hace alto el partido 1iberal a la orilla del
volean en que iba a precipitan>e en fragmentos, i se
compacta i condensa hoi i vuelve sin ambajes ni logo.
grifor>, lleno de majestad, a ocupar los dominios aban~
donados de su poderosa doctrina. (Aplausos i viJUas al
o1·ador).
El partido liberal afronta de nuevo al enemigo secu.
lar de los derechos del hombre. (Aplausos).
Si el partido cohservador quiere la Baz de la Nacion
dé por terminadw su carrera, anonádese como entidad
polüica, abdique ante la grandeza de la Reptí.blica el
resto de reyedad que representa i abata el jir~m del
harapo de la colonia que ha enarbolado como bandera
de la patria. (Vivos aplausos).
El partido lib ral no persigue ni odia a los conser.
vadores; pero a la entidad politica que simboliza ,hará
gu.erra siempre, sin tregua, gnerra implacable hasta
rendirla, porque no puede admitir ninguna de sus ins.
pi raciones como elemento de gobierno. (Bien! bien!)
No es que se ataquen &us derechos individuales en lo
mínimo; que se les escluya como ciudadanos,. ni que se
les trate en condicion de párias. No: se aspira a que
acepten las doctrinas del partido liberal; a que levan.
ten el carácter i. se rejeneren, i tengan la firmeza de
alma que se necesita para sustraerse al Syllabus, salir
de la sacristía, protestar contra la obedieuci~ pasiva
que les impone 1ei romanismo, arrojar el s¡¡,yo de las
preocupaciones i vestir el traje de la civilizacion, para
que tomen as1ento, con aplauso de los liberales, que los
recibirán como hermanos, en la fiesta suntuosa de la.
República. Ent6uces tendrán con justicia part.icipacion
en el gobierno. ,
Pero en su calidad de partido.político, éste será siem.
pre el enemigo comun que. sitúa sus aspiraciones de go.
bierno en la época sombría anterior al 7 de marzo de
18.!9, con el tren indispensable de cadalsos, de repre.
sion gubernamental en todo sentido .¡ 1de persecucion a
los liberales hasta esterminarlos, únicos elementos de
administracion i de gobierno que forman su obligado e
ineludible credo político. (Apla,usos).
La entidad política conservadora cuando se apodera
del país persigue sin descanso, porque el catecismo de
su doctrina es la intolerancia. Implacable en odios i
venganzas, con todo el fanatismo de los que se imajinan
se-r instrumentos de una divinidad colérica, mantienen
a los pueblos en alarma, con el fusil~tl brazo a todas
horas, para evitar el triunfo de semejante partido, cuya
ferocidad es notoria en todos los ángulos de la Repú.
blica.
Señores: este partido conservador se halla hoi per.
fectamente organizado i acecha la oportunidad, que en
1 •
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
74
su concepto se aproxima, de dar el golpe decisivo a su
adversario.
El partido liberal, ape~cibi~o ~e esto, asume hoi la
actitud imponente de umdad, 1 cterra filas par~ c~ntenet
al enemigo tenaz en sus tenebrosas maqmn~cw.
nes. Hé aquí, señores, el entusiastlfO de la solemmdad
presente.
No es que los liberales se unen por cortesía! por
cariño, por deferen?ia, p~r intereses ~erso~ales m _ por
espíritu de con_cord1a. N o, l_os ~ne la td~a 1 el pel1 g;ro,
fuerzas irresisttbles de doctrma 1 de propia conservacwn
individlw.l i colectiva, que los empuja. al centr_o d~
gravitacion en que se condensa la m~~a del parttdo 1
se vuelve inquebrantable. Así, a nadie se le ruega que
se junte. Si algunos, lo que no es de esperarse,_ !u~ren
refractarios a este acto solemne de reconclltacwn,
quedarán jirando fuera de 6rbita, como guijarros suel.
tos en el vacío1 que van cayendo al abismo. (Prolonga.
dos aplausos ). ·
Será sensible· pero con ello nada se pierde. Por
cada. una de tal¿s hojas marchitas que cae al lod?, ~es.
prendida del árbol de la libertad, asoman multtphca.
dos renuevos de la jenerosa juventud liberal que cul.
ti va la intelijencia i repone las pérdid1\S i aumenta el
caudal de los defensores de la patria. Estas conste.
iaciones que vienen brotando de los claustros de la
Universidad i del Colejio de Nuestra. Señora del Ro.
sario tanto resplandecen ya en el Oriente, que no hai
temo~, por unas cuant.as defecciones, si las ~ubiere, de
ver entenebrecido el firmamento de la Patraa. (Aplau.
sos). h' ,, '1. 't
Pero señores, es tpotetrco que a.gmen se rests a a
• la unio~ de los liberales. i C6mo seria posible que al.
guno, uno solo siquiera de ellos, por té~ues remi.n·iscen.
cías de iras fujitivas i de ~utuos des!j.C1ertos_ que pr_o.
dujeron pasajeras cont_rar_tedades, p~eten_dtese, resta.
tíendo la union, el sacnficw del part1do hberal ? N o:
semejante escándalo seria bien singular en los anll.l~s,;
de la traicion, i el anatema sobre el culpable quedana
escaso deRpues de sepúltado en la ignominia. ( Gt·andes
aplausos).
Señores la doctrina política del partido conservador
es el cií.nc~r de la República, i es preciso estirparlo.
Parece una antinomia, pero es la verdad: dicho par ·
tido no puede curarse por sí mismo, porque la_ sa~ud le
daría la muerte. (Ru-¡,dosos apla~~sos). Es mdtspen.
sable que su doctrina no tenga asidero en ninguna
parte. (Aplausos ).
Pero, señores, qué desgraciado el partido liberal cuan.
do, vuelto pedazos, ba pedido m~s _d~ una vez las a rmas
al enemio-o para consumar el smctdto! (Aplausos).
I el en°emigo, señores, creyóse desde entónces enal.
tecido i con títulos suficientes para insultar i e sc ~rnecer
alternativamente, a cada fraccion liberal que,
iñsen;a"ta, · ·' para. sostener en la.l.u ha
fratri cida. (Bien! bien!)
I el partido liberal, bumill_ado ~or la division, . ha
venido acruantando el ul traJe restg nado, como i!l se
aintiera ~bochornado e indig.no de seguir con el esta n.
darte de los hombres libres !
Hasta. ayer el partido conservador ost entaba uncid~s
a su carro las dos fracciones liberales, i pbr esto creta
con evidencia en su próximo triunfo definitivo. La
presen,.te solemn~dad _ha venid~ a des~n gañarlo.
Unido el parttdo hberal es wvenc1ble.
Cuenta con la juventud de su escuela, poderoso ariete
que continúa d~rribando los murallones del ant iguo
réjimen. Formtdable a_metralladora. de las seoula_r es
preocupac_ioues que hacrnó ~a barbane ~e la colon_;a ¡
i luz precwsa, luz de la manana de la vtda que bana 1
embellece la frente de los pueblos. (Prolongados
aplausos) .
Del partido liberal, si_ el con,s~rvad?r triunfara, no
solo desapr,o,receria la ent1d~d pohtwa, smo el personal
i las riquezas de los que hot la componen.
Cuenta. con la Guardia colombiana, pléyade de
]léroes que no alientan sino para la. patria. Vijilant es,
abnegados, celosos guardianes de la doc t rin~ liberal i
egrejios ciudadanos armados, fuertes en el vtvac de los
campamentos e invenci?les en ~as batallas que con.
tra los enemigos de la hbertad hbra el derecho de los
pueblos. (Aplausos).
I cuenta con la dignidad i el entusiasmo de estos
mismos pueblos, dueños de la tierra cuajada de glorias
que les pertenecen como fruto de redencion alcanzada
por los mártires que fertiliz~ron el suelo ~on _su sangre
para li~rarlos del tnbuto 1 del vasallaJe Impuestos
por ant1guos opresores.
Señores, el partido. conservn:dor ~o tiene derecho
de gobernar en el país. El part1do hberal, sosten . ~e
la civiLizacion, defiende el 6rden, la moral, 1~ fam1ha
i la propiedad, así como los demas derechos mmanen.
tes i afirma el edificio de esperanzas trascendentales
en 'el verdadero sentimiento relijioso.
Las palabras 6rdan, familia, moral, relijion i propia.
dad son meros sofismas en boca del partido conser·
vador heredero obligado de la colonia, hasta nues.
tros cÚas. ( Vooes de sí, sí, sí ! )
Decidle que os analice el 6rden, i os hablará del
cadalso la marca, la infamia, la persecucion i el
despoti~mo en todas sus manifestaciones. N o conoce
otros elementos de 6rden. (Verdad! verdwl, !)
Preguntadle c6mo es la familia _del pueblo que él
educa i os la presentará embrutectda por la supers.
POLI1.,1CA.
ticion i bamhr@ada por la socaliña de los juglares. (Je.
nerales aplausos ! )
Pedidle cuenta de la moral i la relijion que.?a pra?ticado
i el mejor fruto de sus enseñanzas lo reJIStrareis
en el ~arnero ;le Santafé, en las cr6nicas escandalosas
de aquellos tiempps i en la suerte que cupo a los va.
Hentes comuneros del Socorro. (Aplausoe ).
Decidle que os bable de la propiedad ...• Oh ! ..•.
D6!lde estaba la propiedad de los pueblos del Nuevo
Reino de Granada, que hal>ian trabaiado com~ esclavo¡;¡
trescientos años i que no tenían segunda. camisa el 20
de julio de 1810! I la doctrina de aquel entónces es la
misma que hoi profesa el partid~ conser~adorJ porr¡ue
n11nca ha tenido otra para orgamza.r gobiernos, con __ las
inevitables modificaciones, en detalles laves, que e;xiJen
el cambio de la época. i el person¡¡.l de los opresores. '
Señores liberales unidos!
Que las desgracias anterior~s i el peligro actual,
inminente nos sirvan de escarmiento en lo futQro.
En•re l~s hombres de una misma comuuion política
puede haber di verjencias ¡ pero ellas no ~fectan_ la
doctrina que les es _comun. Este lazo de um?n es m.
quebrantable. .
El que pretenda sustraers~ al imperio_ 9e l.a idea
liberal, proclamando la desumon del parttdo hb~ral,
destile con franqueza bácia el campamento enemtgo;
pues es preciso que nos liquidemos_ i qu~ se c~mprenda _
bien que la causa liberal no necesita m admite defen.
so res forzados . ( Ruídosos aplausQs).
Soñares liberales unidos!
Juramento solemne !
Antes que permitir el triunfo del partido conserva.
dor, que no qnede piedra §obre piedra en el suelo de
la patria! (Sí, sí, mueran los godos!) ,
Viva la union del partido liberal! Viva la República!
Viva la democracia! (Aplausos i vivas a~ doctor
R ój as).
La banda nacional, que pocos momentos ántes
concurria,- de seguro por órden del Presidente de
la Repüblict-~,- a. la solPrnniza.cion de una superchei'Ía.
católica, tocó una magnífica pieza. Cuando
la música liubo terminado, reemplazó en la
tribuna el doctor Pablo Arosemena al doctor
Rójas Garrido. Es bien conocido el talento i las
dotes oratorias de este notable hijo de Panamá,
a_í como las simpatías jenerales que tienen su
nombre i sus actos en la capital. Fué el doctor
Arosemena el primero que presentó una proposicion
al Senado sobre union liberal, i esto aumentaba
el placer de oir su discurso.
Aplausos mui justos recibieron cada una de sus
pa1a ras, i v1vas sonorosos, i protes1as vehemente
de entusiasmo.
Discurso del doctor Pablo Arosemena :
St:ñore.; :-La noche de nuestro glorioso partido era ya
demasiado largA. Los espíritus más fn ertes pr10cipiaban a
vacilar: la esperanzil huia de los corazones má.~ vale rosos.
LR libertad contemplaba angustiada la division de sus
hij os, precursora de su ruina i dé su deshonra.
La viotoría , que nos habia ofrecido sn ~ más precisHlas
coronas en las bata llas de la fu erza i en ]¡¡s li des de In intelij
eocia , parecía arrepentirse de habernos abrumado con !us
favores.
Ibamos como empujados por h11do fun esto, hácia el abis·
mo ; i nu~Rtras a~ piraci on es, siempre nobl es i jenerosas, nos
señalaban pu e@ to de honor en l11s alturas 1
Pero nos hemos det<·nido, i nos hemos salvado! I con nosot
ros se sa lvan la libertad i la patria!
A la noche de in quietud dolo rosa, ha seguido el dia que
al umbra este gra.nde acto de pa triotismo; " Jos odios que
esterilizan i matan, reemplaza la co ncordia que fecun da i
eren; i sobre la ruina de intereses mezquinos i torpes pasiones,
clavamos hoi la bandera de Jos principios, a cuya som.
bra podrá n poner 80 S tiendAs, sin peligro, tod as las convicciones
honrad as i todas las aspiraciones lt>jítimas.
Esta nn ion no se hace contra nadie : es un acontecimiento
demasiado grande, para consentir en su seno, fecundo en be.
ncfic ios, propÓ!Ítos pequeños 1 Se hace por la patria, de quien
somos ser vidores desintéresados ; por la patri a, cuyo honor,
cuyo porvenir, hemos comprometido locamente con nuestras
in sensatas divisio nes.
Sobre nuestros adversarioa tradicion ales no hemos alcanzado
so lo victo rias sangrienLils en los campos de batalla:
hemos ganado tambien la batalla moral, que es definitiva.
E l l ib e rali ~ mo, noble i jeneroso, es hoi el alma de la patria,
co ndicion neces11ria de sn existencia. Despojadla de sus grandeR
conquistas, i le arrancareis el corllzon.
N o hemos hecho la un ion liberal: la un ion liberal so ha
hecho. Era solucion úni ca, i se ha impuesto. Es la obra del
desin teres i del patriotismo: es un triunfo 'qne mer~ciamos
despuee de t antas caidas i de tantos pecados. I ahora no hai
que volver la mirada háaia atr;¡s! N o hai que evocar el
recu erdo de los tristes sucesos que nos habian separado! Dejemos
todas esas impUTezas en las aguas del olvido.
Recordemos solo, que somos sucesores de !os apóstoles de
1849. R ecordemos con orgullo que dimos al país, al dia siguiente
de la glorio~a victoria, comprometiéndola como la
comprometimos gravemente, la Oonstitucion de 1853, que
contenía nuestro credo. Recordemos qlle a nuestro esfuerzo
se quebrantó la cadena del esclavo, del pensamiento i de la
concienci!l; i que el honor nos impone corresponder a tan
magníficos antecedentes. Nobleza obliga! Somoi loi caba·
lleros de la libertad, i debemos mantener limpios .nuestroa
blasones!
Recordemos a los que qoedaron en el campo, al pió d~t
nuestra bandera: que su sangN no ha sido estérilmente
derramada! En Rus tumbas se estremecerá.n de júbilo por este
acto, que SR1 vará el fruto de su nobltl sacrificio !
Señores! La onion liberal es la paz. Viva la R epública r
Rójas Garrido i Arosemena eran los oradores
anund dos en la invitacion de la Junta liberal,
pero el auditorio pedia, i pedia con insistencia,
oir a los doctores.Ramon Gómez, Salvador Camacho
Roldan i Felipe Zapa.:a.
Un jóven miembro de la Soczedad union liberal
leyó la escitacion que liberales caracterizados de
ámbos ~irculos dirijen a sus amigos políticos, i
que en totro lugar insertamos. Fué escuchado con
respetuo¡:¡a atencion.
La -banda tocó otra pieza i el doctor Gómez
tuvo que ir a la tribuna, porque se le exijia i se
le suplicaba. No hemos podido conseguir su improvisacion,
pero fué mui patriótica i fervorosamente
aplaudida,
El doctor Salvador Camacho Roldan, habló a
su túrno, impelido por las exijencias de los concurrent
s, i en medio del mas puro entusia~m1e
invitó a todos a que se dirijieran a la ca~tt. del
doctor Zaldúa a participarle que el partido liberal
unido lp aclamaba candidato para. la Presidencia
de la República. Esto, como era de suponer, enfrió
demasiado los ánimos, pero pasada la primera
impresion, todos marcharon hácia el camellon de
los carneros lugar en donde está la casa del doctor
Zaldúa. La¡:¡ calles del comercio i de Florian esta~
han completamente llenas en toda su este1,1sion.
Cuartdo la concurrencia estuvo bajo los balcones
de la habitacion del doctor Zaldúa, el señor
Aquile Parra le leyó el discurso que sigue, que
fué interrumpido por salvas jenerales,de aplausos.
Discurso del doctor Aquileo Parra:
Señor doctor Zaldua. :
A nombre de un con~iderabl e ntím11ro do t:iudadanos, vengo
a ofrecer~s nuestr11 . ad h :-~ ion a vu estra candidat~ra para
la Presit eneJa de la Repúbhca, como e1mbolo de uoton entre
loe mie broe tlel partido hberal.
La rei ntegracion de estR gloriosa escuela es un premioso
deber para con la Re pt.b l i c~ , deber que sienten tod.a los
hombres de p• triotismo i de con vicciones, i que nos ha
imp-u lsado, los unoa hácia loo otroq, a buscarnos i darnos
la mauo par11 establecer con cordiad.d ad los medios de reor.
gani~arn o s, a fin de con ti ou~ r n t~ e stra marcha cnmo gr3n
partido p\• lítico. En el med io sigl ¡ de existencia de nuestra
Repúb lica, el p;11rtido liberal la bR gobern ad o, en diversos
petfodos, por más de-so alí.jos, e
impoeibliitado much11s veces el fi el pl anteami ento de sus instltncio
oee, Es verda li que ei esa 1esponsabilid ad es inmensa,
ei partido tiene en su abono, como circunstan cia 11tenuBnte,
la jen ~ osirl&d i ab negacion con que sus diversas fr11cciones
han ol vidado sus resenLimientos i se'h an unido siempre que
la canM comun ha necesitado su sangre i sus eefu erzos.
Mas, ei el partido liberal ha ~ab i do unirse para la guetra,
es pre c"so que tambien sepa o u irse para oonRervar la paz, fundando
así el precedente sa lurl able i fec undo de que no debe
sacarse la espada para cortH las difi cultades, cuando ~ e puelle
tr ansijirlas. El partido liberal está co rri endo hoi un peligro
mucho máe grave_ que el de una guerrs civil con su adversario
; pues ~ i coot in tí'\ d ivi di ó ndb~ e i subdivi diéo c!ose en
cí rcu los impotentes, tendrá for zosa mente que disolverse por
disper ion. Este no puede , no debe st:Jr el fin de un partido
tradiciona lmente grande; i en presencia de tal peligro su~
miembrq¡¡ estarrlos obl igados a hacer to io jéo ero de sacrifid
os para cooj orario, uoién dt nos frente al partido conservador,
hoi organ izado i com pacto. Por mi parte, tengo plena
coofia za en que por mucho que éea el encono que pueda
existir entre las fracciones liberales, e ll ~d, 1 ma~ qne
todo eso, i por sobre todo eso, vuestra acnsolada probtdad,
que es la f.llás só.lida garanti!l que puede darse al . p~ís de
que vuestn palabra será siempre sagrada, i de que el, ma·
nejo de los intereses públicos, en vuestras m11nos, sera objeto
de vuestra solicitud i severa vij.ilancia, a fi~ de 9ue ellos
solo sirvan para atender a las necesidades púbhcas, 1 al crédito
interior i esterior de la Nacion.
He dicho.
El doctor Zald úa con testó así :
Ciudadano Parra, sefiores concurrentes.
La uaion del partido lib.eral que acab:Jis de proclama•· de
una manera tan solemne es, sin duda, un acontecimiento
trascendental en nuestra vida política, P.,orque juot¡¡ndo en un
solo haz las fnerzaR que en el presente siglo han empezado a
trasformar esta antigua colonia eap añola, termin ~ rá pronto
esa trasformacion i se acercará el dia en qne ella pueda ocupar
un puesto entre las naciones que verdaderamente son
pró~peras i civilizadas. . ..
Congratu lémonos, pues, por esta unwn, fehCJtemos a la
República por élla i demos las gracias a los bien intencionados
ciudadanos que patrióticamente la han fre.
moa 11! acaso, sino qu ~ , ora sea como g obernantes om como
gob e rnado~, suj etémos nuestra conduqta, de un modo iov~Hia·
ble, a los principios políticos l.jlle son la í ndole de nueetro
partido i que h11n producido las instituciones libres gue po·
seemo5.
Eo nombre de ese putido, que por medio de vosotros me
ha dirijido la palabra, yo t1 aigo a la memoria su programa,
lleno de luz en todas sus partes, i e8pecialmente proclamo
para aten der a las u e ces~ dád es de esta época:
La tolerancia de todas las creencies i opiniones;
El acatamiento de todos los derechos;
L ~ l ~ g a l i dad estricta en los actos. del Gobierno;
J,a libertad i pur ez ~& del sufraj io;
La surnision a la voluntad de las mayo1ías constitucionalmente
repre~ e ntadHS;
El acceso de la probidad i de la intelijeucia· a los puestos
públicos;
La pureza i h onradez en el m ~ n ejo i la economh en la
invcraion de los fo nd o& públicos;
El resp nte•ca labor i tengo muí presenLes los
triunfos que b emo~ al can z \do i las conq~ístas qne hemos
hecho. Tampoco olvido lo que nos fnte de ambiciones personales, pretensiones concentradas,
de anarquía.
Poner, en lo posible, la marcha política del país en manos
esclusivas de la opinion pública, sacándola de la tutela do
combinaciones desconocidas del pueblo.
Organizar una opinion respeta.l)le, por el. número. i la homojeneidad,
que sea guantía efect1va de la hbertad 1 del res·
peto al sufrajio.
Hacer efectivo, por parte de la autoridad pú~lica, el reep<•
to a las creencias relijiosas do los ciudadanos, i la tolerancia
de las opiniones políticaR de todos los partidos.
Hacer economías severas en los gastos püblicos, para poder
hacer efect:in la retribucion de los servicios que requiere la
Administracioo nacional i la conservacion del crédito interior
i eaterior.
Dar garantías de eetabilidad a lQs ~obi e rnos seccionalea de
Jos Estados, sin la cual el órden jeneral tampoc0 puede existir,
ni adquirir desarrollo la proteocion i adelant.o do los ir: tereses
nacionales, ni estar seguro el derecho de propiedad, que
debe ser inviolable, ni ofrecerse garantías seguras a las libertades
i derechos de los ciudadanos.
E stimular eficazmente el fomento de la eduoacion púplica,
principalmente en las escuelas primarias, como medio de forrrra
r\ihfd lfdlm:o1í,ll'll · a o o 1 e e r 1 e ere·
cho, la libertad i la tolerancia, a la par que de dar a la. juven·
tud nuevos medios de ensanchar la esfera de su actividad
industrial.
El hecho de que en la composicion de los partidos figuran
el~ro e nto s más o m ~ nos acentuados de una misma idea cardi.
oal, es jeneral i constante en todos los países libres; pero las
combinaciones de algunos de esos elementos en parLidos distin
tos en su naturaleza, apénas observado tambien en algu.
nas partes, es un incidente, porque en lo jeneral hai conve.
niencia en mantener el hilo de la tt·adicioo en la marcha. del
pais, en cuanto d3pende de la organizaoion de los partidos. ·
La adopcion de la Constitucion federal, iniciada a lo menos
por el partido liberal, le impone ante la historia una responsabilidud
grave: la de defender esas instituciones con toda
la fuerza unida de sus miembros, i de velar en su buen plantamiento,
hasta tanto, por lo ménos, que su existenoia se ponga
fuera -iel alcance de toda vacilaoion.
El par tido libera! no puede pretender que las instituciones
actuales sean perfectas ni que hayan d.o durar eternamente;
pero si debe propender porque en el debate de la prensa,
acerca de su conservacion o reforma, luchen partidos igualmente
organizad os.
El .par tído conservador acaba de reorganizarse i comp3ctarse
por medio de una Convencion de delegados, como arriba
hemos dicho. El liberal faltaría a loa deberes cívicos que
tiene como tal, i aun al buen sentido, si, por su parte, no hiciera
otro tapto en guarda de sus convicciones i principios
comunes, como un resultado inevitable de la dinámica social,
i como un medio de concurrir a la práctica ·del Gobierno re•
presentativo, que tiene por base de funcionamiento, en lo jene.ral,
la existencia de dos grand~Js partidos.
La apariciun de varias oandidatur.asl iberales para la próxima
Presidencia de la Unioo es un peligro para el país i para
las dos fracciones de este partido, peligro que, probablemente,
solo puede conjurarse por medio de la union de esas fracciones.
Invitamos, pues, respetuosamente a todos nuestros amigos a
llevar a cabo cuanto án tes esa union , la cual aceptan desde
ahora cuatro de nosotros en nombre de la fraocion denomina·
da radcal, en virtud de las instrucciones i autorizaciones que
4au recibido de sus copartidarios de diversas partes de la
Nacion.
Bogotá, 22· de abril de 1881.
Julian Trujillo.
Pablo Atosemena.
Herm6jenes Wilson.
Salvador Camacho Roldan.
Sántos Acosta.
Eustorjio Salgar.
Santiago Pérez.
Aquileo Parra.
Era prudente que los miembros del directorio
radical esplicaran su conducta, i asi lo hicieron
en publicacion de fecha. 25 del presente. Este
75
documento claro i preciso, que nuestros lectores
verán en seguida, hace luz suficiente sobre los
móvileti aue determinaron la conducta de los
jefes del artido radicnl.
Hé aquí el Manifiesto : '
MANIFIESTO l>E LA JUNTA CENTEA.L LIBERAL,
En la circqlar que, con fecha 20 de julio de 1880, tu·
vimos e! honor de dirijir a los miembros del partido
liberal, definimos de ¡:sta manera el objeto con qu.e se
había orga izado la Junta Central:
"En la presente crisis ;hallamos claramente determi.
nados nuestros deberes políticos. Nosotros no podemos
retrocader ante ningun ~acrificio digno i patriótico que
fuere necesario para ·evitar el que,- empapada como lo
está todavía en la sangre de los que han muerto defen·
diéndola, -la bandera !Íbera! sea rendida a los que jamas
la han visto asi en el campo de batalla, i que, segun la
lei de la República, no tienen derecho de abatirla sino
por medio S.el sufrajio. .
"En deÍ~nsa, pues, de la causa liberal, en nombre de
los principio"! que constituyen ~sa causa, i en memoria
de los sacrificios q e ella representa, hacemos un llama.
miento a nuestros copartidarios, i esperamos que todos
responderáp.
"N os dirjjimos a todos los liberales con prescindencia
de las divi!l}.ones que, en cualquier tiempo i por cualquier
motivo, se hayan hecho sentir en el seno del partido.
"Invitamos a todos los que desean que desaparezcan
tales divisiones, a fin de que nuestro gran partido, consolidado
en suR doctrinas, continúe, dentro del órden
constitucional, su obra de progreso, -obra para la cual,
ahora más ~ue nunca, es indispensable la reunion cordial
de la mayor parte qe sus miembros, si ya no fuere posi·
ble ll;l de la totalidad de el los.''
A este itamamiento a la union del partido liberal
corref:lpondieron, de todos los puntos de. la República,
millares de ciudadanos, quienes resolv•eron confiar la
direccion de lqs trabajos politicos a l~ Junta Central, i
boi ha llegado el caso de dar a esos Ciudadanos cuenta
del u.so que hemos hecho de loe poderes que ellos nos de·
legaron. ·
Fraccionado el partido independiente en la adopcion
de candida u ras para la Presidencia de la U níon en el
próximo pEJdodo, era preciso determinar nuestra linea
de cond·ucta en lucha electoral.
N o creímos que debíamos adoptar i recomendar un
candidato radical, porque eso, en la presente situacion,
léjos de coptribnir a la reintegraciqn del partido, objeto
principal de nuestros esfuerzos, sólo habría servido para
ahondar las div1siopes, enardecer mas los ánimos i precipitar
alguf\as de las fracciones independientes a unirse
con el partido conservador.
Tampocq creímos que el partido radical debiera abs·
tenerse de toda participacion en las el ecciones i dejar a
las diversas fracciones independientes disputarse la Presidenáa
e~ una lucha encamizada; porque tal abstencion
debía dar necesariamente uno de dos resultados : o
a umon comp e a e una de la fraccwnes m epenrueu=-tes
con el ~artido conservador, que se adheriría en masa
a a)gun candidato dispuesto a ir en sus compromisos mas
léjos de lo que le tolerarían las otras fracciones liberales;
o que ninghno de los candidatos reuniex:a la mayoría
suficiente ara que hu hiera eleccion popular, i que llegara
el caso de que ésta se hiciese por el Congreso, tal
vez inconstitn cionalmente, por medio de negociaciones
inaceptabl s. ·Ambos resultado! tendrían que traer ine-vitablemente
la guerra civil.
En toda cuestioo política se trata de eqnilibrar intereses
diversos, i para lograrlo es preciso fijar su centro
de gravedad1 que es la justicia, :&1 país tiene ·derecho a
ex iji1· de s s ciudada110s, en sus respectivos partidos, que
establezcan un gobierno que, por su estabilidad i solidez,
mantenga la paz i dé garantías 11 todos los derechos.
Tal cla,se de gobierno no puede existir miéntras no esté
apoyado p0r un partido fuerte, que por su número constitllya
una mayoría, a ménos que los diversos partidos
tengan repl·esentacion parlamentaria, i se presten mútuo
apoyo. R.oto el equilibrio de los partidos, i apoderada
una sola fr l!-ccion de las mayorías lejislativas i de los ga·
bjernos de c asi todós los E stados, esa fraccíon tiene que
constituir an Gobierno débil, in capaz de hacer cumplir
las leyes, i qué por lo mismo trastorna el órden i .el progreso
del país1 pues para sostenerse ha. de apelar a compromisos
ue l·elajan la administracion pública. Si el
Gobiemo del país es un Gobiérno de mayorías, es preciso
brganizar esas JUayorías, i los esfuerzos contrarios a ese
resultado, son trabajos ilejítimos i peligrosos.
Cada sit acion tiene su problema, i éste su solucion
propia. Uonsiderando pat1·ióticamente el problema de la
situacion actual, se observa que para él no hai otra solucion,
OC? ' patible con los intereses del país, que el de
la union de las fr llocciones del partido liberal, a fin de
organizar un gobierno aceptable por la jeneralidad de la
N acion; o, si esto no es posible, dejar el campo al adversario
para que él lo b :lga. La cont.inuacion de la lucha
entre las fracciones liberales tiene que ir agravando el
mal dia por dia, hasta que al fin los homhres trabajado·
res i desintieTesa!fos, que cbnstituyen la masa del partido,
deserten d sus tilas, i el liberalismo acabe por una ver~
gónzosa a~dicacion.
Dé esta conviccion han participado distinguidos ciudadanos
de la fraccion opuesta, quienes han visto que al
fraccionamiento del partido liberal ha seguido el fraccionamiento
de las fracciones, i palpan los peligroa
comunes a todas ellas. En tal situacion un sentimiento
patriótico ae ámbos lados, nos ha movido a entendernos
i a conferenciar sobre los medios de poner término a
tan graves conflictos.
¿ Hai aleuna esperanza de concitiar las fracciones
disidentes, salnndo de esta manera al partido de una
completa disolucion ? Así lo hemos creído, i sin vacila-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1
76
cion i con buena fe hemos procedido a allanar por nuestra
parte las dificultades que se presentaban para la
union.
Es claro que la union de fracciones disidentes no se
efectúa por un documento, i que no se concilian los
ánimos en un día. Esta es obra de ~ut~os acto11 de l~l!ltad
i de jnsticia. La union por tanto no puede decirs.e
que está hecb,a, sino apénas inicia\ia. ~lla de&agradará a
unos i contrariará a otros ; pero como los hombres siempt
·e acaban por adoptat• lo que es razonable, tenemos
confianza de que todos Jos liberales sinceros, -nó los especuladores,
-luego que palpen · los peligros que nos
amenazan, i que se persuadan de que el partido liberal
se halla en el dilema de unirse o de disolverse, acabarán
por entenderse i darse la mano.
Aspiramos a un cambio de política que consulte los
intereses jenerales del país, que son los mismos del partido
liberal : no exijimos un cambio de hombres. N o
importa quién administre la hacienda, si lo hace con
economía i probidad ; ni quién examine las cuentas, si las
· glosa escrupulosamente. I así en lo demas.
Presentada la candidatura del doctot· Francisco Javier
Zaldúa, no hemos vacilado en acaptarla i recomendar!'a.
Ninguna objecion teníamos que hacerle. Liberal antiguo,
su fidelidad al partido está fuera de duda ; jurisconsulto
eminente, deben esperarse de él grandes actos de justicia ;
hombre probo, la moralidad de su administracion será
incuestionable; i su misma venerable edad, que lo pone
fuera del alcance de las ambiciones ardientes, es una garantía
de que sus aspiraciones se limitarán a restablecer
la tranquilidad i la confianza, en mala hora perdidas, a
conciliar a ]os liberales por su imparcialidad, i a captarse
el respeto de sus adversarios por su moderacion ijusticia.
Si la candidatura del seño1· docto•· Zatdúa ha sido sin ·
ceramente proclamada i es lealmente sostenida por los
que la iniciaron, no hai duda de que desaparecen todas
]as dificultades con que pudiera tropezar la administracion
ejecutiva en el petíodo ct·ítico de la eleccion. Ni
hai tampoco duda de que la union de las fracciones liberales
se irá efectuando gradualmente, salvando as! la
bandera libéral de ser abatida ante. sus adversarios.
Mas si esa candidatura no ha sido sériamente iniciada,
i maña'na se la abandona, con el pretesto inicuo de que
no puede ser candidato quien por su probidad i por su
conciliador e intachable programa inspira confianza a la
fraccion radical; si esto se hace para formar una alianza
con los conservadores, a fin de hacer Presidente sabe
Dios a quién; i si de esa alianza resulta el advenimiento
al poder del partido conservador, la entrega, sin sufrajio,
de los Estados de Antioqnia i el Tolima, o la guerra civil;
entónces el partido libe•·al decidirá quiénes han sido
sus servidores i quiénes le han hecho traicion.
Por nuestra parte creemos que la candidatura del
señor Zaldúa debe ser sostenida aun en el caso de que
sea abandonada por . los mismos que la proclamaron, i
ello vor el hecho sato de ser él un liberal de cuya lealtad
no puede duda rse, i un hombre de probidad.
En cuanto a la union liberal esperamos que nuestros
dele at.arios no verán. en ella flq uívocos de ninguna clase.
La hemos aceptado con lealtad, como fruto de una hon
rada conviccion, i abrigamos la 'esperanza de que todos
nuestros amigos la aceptarán del mismo modo. ·
Otros ciudadanos podrían haber encontrado soluciones
más acertadas; pero sí dudamos que ellos nos hubiesen
a ventaj~o en patriotismo i sinceridad.
Bogotá, 25 de abril de 1881.
SÁNTos AcosTA-SANTIAGO PÉREz-EusTORJIO SAL·
GAR-AQUILEO PARRA.
SECCION LITERARIA.
EL ABOGADO LACHUD.
Hé aquí el hombre !
Tiene la frente ancha, luminosa, tersa i ovalada,-· e1
rostro ardiente i esplendoroso,- el labio ancho, intrépido,
con un·a refinada sonrisa de Ganlois,- la fosa nazal di latada,
reposando sobre una nariz sólida i de enlaces rectos,-
la boca rica i redonda, que recuerda aquella que
Horacio envidiaba a los atenienses: a1·e 1·otunclo, i Jos
ojos grandes, redondos i sus pát·pados de movilidad meridional;
estos ojos un tanto amortiguados, se iluminan
de claridades tenibles i de súbito ríen con un dulc~
resplan.dor que sobre el cristalino toma colores del iris i
arroja sus rayos al globo,- movimientos de cabeza llenos
de majestad; -la mano pequeña, los dedos delgados, la
parte interior de eso~ mismos dedos gorda, protuberante,
rosa
Citación recomendada (normas APA)
"La Política - N. 19", -:-, 1881. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690829/), el día 2025-07-07.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.