en la tienda el Sctior An-tres
al precio de (.liez reales
~~...-..¡¡¡¡¡¡¡¡¡~¡¡¡¡¡,¡¡¡¡¡¡¡;¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡o----¡¡¡¡;¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡~~iiiiiiiiiiiiiiO~~~~~¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡o¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡.··
.ALGUNAS OB~ERY AGIO ES
de, ens(l del faccioso ex:jeneral Sarda, que
ríhió, le1·o i publico por la imprenta su dejen'
Doctor Eladio Urizarri.
Prometimos, en uno de nuestros numcros anteres?
oontestar l. defensa del faccio o e -j ncral Sar-
.que su c~efensor hizo jmblicmpre hemos tenido la costumbre de cumplir
que prometemos, no por<1ue creamos que, despues
la~ muchas refutacion s que á tan d('Scabellado e -
to han hecho, tengamos nada de nueYo que de-
T.. a iusta inofismas i de declamaciones
ha s rvitlo olo para complacer á los descontentos, pa'
ra . orprender el juicio de los imparciales, i para desuudar
al gobierno i á los jueces de la fuerza mora.
de que deben estar necesat·iamente revestidos, con
estwcialidacl en la Nueva Granada, pa1s todavia nuevo
en el catalogo de los pueblos, i por lo m1smo espuesto á
lus intriga i maqninacion s tlel partido vencido.
El doctor Urizarri pudo haber dicho todo lo
que diJo en los estrados del tribunal, apesar de que '
ha merecido de este un sério apercih. miento, sin que
1 S patriotas le hubie en censuraao tan agriamente;
peto de de qu cedio á l. s instancias de sus amigos,
rtUn ant s de leer su crito en los estrado , desde
que pcrmitio que el im pr so•· Roderick es¡ cula e ele
tan increible manera, ilt.·sdc c11tonccs han rocaido 'us·
lamen t sohre él cuan las ce u u ras, cuantas acusaciom•s
se le han hecho.
i no fu t'a por que conocemos al doctor Urizarrit
nos daría tal vez la lcntacion de ere r, que la mayor:
parte de los sofismas i de las alusiones injm·iosas al
gobierno i a los patriotas que su' al&gato conllene,
habían sido sujeridos por algun enemigo jurado de las
instituciones de la ueva Granada, or alguno de aquellos
que, habi 'ndose complicado en cuantas ttraniashan
ailijido al pais, i habiendo sido tal vez la causa
principal de sus desgrácias, todavia no se encuentran
atisfechos, i, sediento· de venganzas, aun pretenden
sumirnos en un piélago espantoso de nuevos infortunios.
Pero uo podemos creer que el doctor Urizarri
haya tenido la debilidad de ceder á las insinuaciones
de alguu sofista enemigo declarado de su p~tria: no
padem s creer al doctor Urizarri capaz. de reunir la
humillacion al desacierto. La obra, pues, que vam.PS a
examinar, es del doctor Urizarri, i esclusivamente del
doctor Urizarri.
Las ¡eneracion~s se succederdn a las jene~
aciones' dice, los siglos a los s"iglos 1 i el 23 de
J4ÜQ ser4 de grQ.ta _r,ecordacion pma la patria.. C,on"
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1~2 CACHACO DE BOGOTA.'
fe;~mos que cuandn leimos estas líticas por primera ce cojer una victiuw I ara hn-ccrla el blanco de sus ·e
vez nos llenamos de indignaci n,' poque .no nos figu- , . ponzoñauos tiros, i pueden tambien manchar la Ji
rap10S jamás que el 23 de julio puJiese ser de grata : n bcrtad de )a prensa, esta }¡ermosa garantÍa de 1
rccordacion para la patria; pero, por lo que á estas ~e tiempos modernos, con tan in noblc.o; proccdcl'cs. Se
retumbantes frases seguia, hemos sacado en claro, que , mejanteo; ataques son su mejor defensa, porque decid
esto fué lo que el autor quiso decir, cualesquiet'a que ce me, ¿quién no se compadece de un d sgraciado, pet
sean las benignas . interpretaciones que se den a la • seguido por los revesu del destino, sepultado en · u
palah~·a grata. I.os efectos de uua revolucion, dice, ,. lohrego calaho~o, cargado de ct·ucles i enormes p1·isio
son siempre tristes i funestos: pretende en seguida , nes: u·iste, solilario, melancólico, abandonado, olvi
probar c1ue no hnbo revolucion el 23 de julio, i que ce tlaien tt·atado,
vez con mayor·es consideraciones que los demas
os. El mismo gobernado¡· de la provincia le pro-ionó
buena cama, i le asistía de su casa con cuanutlo
~ecesitat·; i lo mismo hicieron otros ciudas
jenerosos, apesar de que detestaban sus infamias.
eusible que el ardor de la defensa haya llevado
octor U•·izarri a tal estremo de injusticia contra
obierno, contra. sus compatriotas que se precian
tan jcnero.ios i l1umanos como él. i contra el parnaciollal
de la libertad a que perlenece. Estas,
ras of~nsas semejantes, en hoca de nuestros enemi,
merecen el desprecio; pero, en boca de un Loroque
s jacta de ser republicano é independiente,
inst!friblcs, son indisculpables.
Sarda, encerrado en un calabozo sufi·r: en
ncio, calla i tiene lajene1osidad de perdonar ll
mas encarni:;ados enenúuos!! ¿Estaría el dt·.
z rr·i en su sano juicio cu.audo escrihio estns lineas?
ue? ¿El que se unió con una gavilla de facinerosos,
adroncs i asesinos, que ya en ot.ra ocasion habían,
cruel f •roci rbtl, derramado la sang1·~ inoccntisima
una multitud de vlctimas, cuyo 'Único delito h
lde, un asesino de los del 23 de julio, se neces:ta
únicamente tener ojos i oidos. ~o ltai tol vez una
sola pajina del proceso, un solo documento, un solo
testigo, uno solo de los cómplices, un solo pueblo de
aquellos por donde transitó, que no deponga, que no
afirme, que no testifique que Sarda iba á la cabeza de
nna gavilla de facinerosos, ai'tllado, en rebelion é.lb'crta
contra el gobicr o, i hos illzi:mdolo por todo el camino,
i huscé.indose apoyos i bases para llevar adelante scr
empresa. ¡Gracias a la prantitud de las providencias
del gobierno, que no lo dejaron respirar en pat·te
alguna!
Pero¿ i no se avct·güenza el doctor Urizarr~ de
contradecirse tan abicrtamenle? ¿No acabaha de decir,
en la pájina primera, la providencia ha velado sobre
los. destinos de la patria, i, siempre sabia en los conse¡
os de Slt ommpotencia, DJ>USfJSe a los intentos del
!d de julio, en utilidad igualmente de la patria qU:e
de lo¡ conspirados? Luego lmbo conspirados, i Sardñ
fué conspit·ador 'pot• confesion del mismo d··· u.·izarri.
Mas, pennitaseoos asegurar que este, dcspucs de
tantas fauJarrouadas, -ha dejado indefenso á, Sardá: el
ha lim.itado su defensa á proposiciones vaga i jcncráles,
que sr'eota sobre su palabra; pero que no se l1a .tomado
d trabajo u e proba•·. Niega que hubiese hahido
rcbelion, niega que Sarda haya sido un rPbelde trai- ,
dor; pero, sin demostrarlo, se contenta solamente con
clerramar una turba innumerable de itn·ectivas i de·
ofensas contra el gobierno, contra las autoridades i
contra los ardientes ¡ostcnedores del ór<.len legal i de
la libertad de la N ucva Gr ¡wocurar desvanecerlos, o siquiera de d isminuirlos,
como es el deber eJe un venladero i hom·ado
defensor. Coríoci6 birn, que esta ra obra de romnnos;
i le parecio mas sencillo negarlo todl), i acumular una
muhitud de rasgos declamatorios, comparando <Í s?- c•·iminal
con un héroe, á uuestro gobierno cou el ttrano
de Siracusa, i a los sostenedol'es del órden legal con
hombres inspir·ados de las mas viles pasiones. Es mas
fé.icil hacer una mala novela que escribir una histot·ia
verdadera: i es po1· esto que el doclot' Urizafl'i se clispeusa
de responder á las declaraciones de Ccledonio
Sanchez, de J ulian Santamaria, de Cayetano Estr·ada,
de Eusebio Velazquez, del coronel Quijano, á las confesiones
tan reiteradas i tan veridicas de Antonio Nieto,
i de muchos otros reos, en que, condenándose á si mismos,
hacen una franca mariÍfestacion de la verdad.; a
la declaraciou del alferez Posadas, ni á tantas otras
pruebas i testimonio-J como hai rt-uoidos en el proceso.
Obsérvese, continúa, que este hombre, acompañado
dr: dos mas no suena en el espedientc, silla
tomando entte las siete i las ocho de la noche la
~·uta q~H txmduc~ aci~ ~l norte d~ esta ciudad. En
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
12!
stc pa a ·e, como en todos los demá~ en que el dr. . deja~o d~rro~ar ig11omi~i~ a t' r te· en . . : ~c a
. _l'Jrizar ri ·p ctetHJc- hacer l papel 1e nistorr,H.Jor Ó re-. las_ fuerzas espa11oJas, SilCfl JC;;tn( ]a n. ' t tfnnda U
fer¡rse á los resultados l proceso, harét c1ue d ptí!Jlico gradúe en su verdo.- ciosa algara vía de sorpresas i temores, con qne
0
(lera valo1· las calumn·ias tau atrevi(las .i. gratuitas del pretendido demostrar, qúe no fueron culpables los q
doctor 1rizarri conti-a su Jlatria. El gobiemo consti~ ntacaron a los patriotas de Sbgamoso que les salie
tucional de la · neva Gt·anada no s lo no envia á los al encuentro. Sentimos c¡ue el juicio del doélpr Ur
patibulos á los hom]}r s, porque s poucn en fuga, zarri no haya e· tado en su lugar .r.uaodo, por via
sino que habÍot j<"'ncrosólmente inJuht~ do a los mas gr.iln- argumentos, dijo lanlOS desproposÍtos sobre }a S01pre
des facinerosos, á aquellos que, en el Santuario, ha- i el temor, para defender it los facciosos de juli
bian con ignotuiuia derramado la s~ngrc de sus l1cr- Pero sigamos. .
manos ya rendidos; mas de una vez babia él disimu- Dcspues de refer1t· el aoctor Uriznrri, con ft·as
!ádo i dejado impmte Jos crírucncs mayorc ; mas de almibaradas i a su modo, lo mél'ito i servicios d
una vez l1a pecudo por exc so de clemencia i de hcnig- faccioso Sardá, se inclina a probar, , que este tuv
n¡dad. I .os misJ 10 hombre que 'l :A3 ele julio trataron razon pa•·a obrar de la manera que obro, porque fu
de sumir •l país en uu mar de nu vas desventuras, segun dice, injustnmente rayado de la lista militar
em pnñanclo los puuales asesinos pua yengar de sus }>ero Sarda no fué bonatlo pol' i mpleo inmer 6idos, para com·er- leí, hábl:mdo contra la cotlvencion en ténninos irr stirse
en l diguo ministril de las oluntadcs de Mon- p tuosos i altamente ofensivos. Tres distintos maj i -
tilla 1 li'ados l1 n iuter•venido en es-te negocio : el jeneral
Estos son todos los bien s que Colombia i la José Maria OLando qu1en, ·. como ,·icepresidente, 1<>
neva Granada deben á Sardá7 i el q se hu}Ji se radió, el vicepresidenle M rquet i el p1·esidente Sau-
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EL CACHACO DE ~ÓGt)'t ~· 125
nder que sostuvieron aquella providencia, i que no
udicron reformarla por haberla hallado arreglada a
lei. ¿Qué motivo tuvo el doctor Urizarri, pues,
ara decir que el exjeneral Sarda fué injustamente
ot·rado 1 ¿Cual para acriminar a los patriotas que conrihuyeron
a su radiaciou 1 ¿Cual l'ara culpar a los
ue la sostuvieron 7 ¿Se hizo algo á Sarda por falta
e respeto á la convencion constituyente 1 ¿ •e le perguia
~ ¿se le espiaba acaso, como afirma su defensor 7
e ninguna manera.
La sediciosa, ca·iminal, é indisculpable "apostrofe
ue se hace a los ''Cocedores en Palmira, Cerinza,
artajena i Ahejot·ral, es en estremo injuriosa a estos
oluados republicanos, i leales defensor~s de la libertad.
~~ doctor Urizarri sabe, ó debe sabe•·, que jamás, jamás,
or m<~s injusta ~ue st>a la pátria o el gobierno contra
n ciudadélno, hal derecho en este para conspirar, para
ace1· una infame traicion : pueue si escribir, reclamat•,
Ut"jarse, i aun acusat• a los majistrados. Nadie puede
•t· juez en causa propia; i desde el instante mismo
u que el ciudadano se rebela contra el lejítimo goierno
de su patria, desde que se hace criminal, se
cabau todos los méritos, toclos los sen.·icios, todos los
1onores, las distinciones todas, i todo, en fin, queda
orrado. i b01·rado para siempre.
Pero dke el defensor e u la paj . 2', que el ti-ano
ele Simcus:t bizo cortar la cabeza al desgr~ciado
<ÍrS.!élS, por hahet• soñado que Je mataha; i a la veraq,
agrega, yo encuentro alguna semejanza entre
rte. desventnrado ' los Ju.jitivos del 23 de julio.
Ja prueha mas perentoria de que no se imita entre
osotros la cot\ducta del tirano de Sia·acusa, i ele que
o se co•·tan las cabe~:a5 porque el gobierno sueñe que
an conspirado, es la <.le que el Dt·. Ul'izarri contiúa
vivitndo tranquilo eb su casa , sin que nadie lo
crsiga, dcspues <.le haber publicado e¡ta su defensa
nlipatriótica, por no decir criminal; despues de har
sembrado ~n ella tantas calúmnias, tantas invec-ivas,
tantos ullmjes contra nuestro gobierno, i coura
1o:; e ct·itores i buenos ciudadanos que lo sostieen,
i estan prontos ii sacrificarse por él. Sienlre no
otros se persiguiera & los hombres por aucños, el Dr·.
l'i:tarri no se h;shria atn•vitlo <Í escribi rlo, a Jer.irlo,
i a impt•imlrlh. Él habría enlonce gu.ml· (lo la pruentc
conduela c¡ue obseno en 1828, 29 i 3o, cuan-o
estuvo entronizado el oespotiswo. Es seguro que,
o tiempo do llolivar i l.Jrclaucta, i del mismo Sanlá,
o halll'ia nucsLI'O doctor manifestado ta11ta iodep~n-dencia
de cm·acter, ni habria ascmejdicioso, sino tambien
váno, orgulloso é intolerante 1 Gracias al cielo q~e ya
no tenemos que ocurrir hasta la silla romana en bus•
ea de la infabilidad, porque entre nosotros tambien
tenemo& doctores infalibles, que no pueden engañarse, i
a quienes es forzoso, que creamos, porque sola su razon,
es la verdadera razon solos sus principios sen los verda·
de ros principios, i sola su ,justicia es la verdadera justicia.
Suponemos que á la fecha el dr. Urizarri habra detes·
tado la razon, mirando con horror tJSt!fantasma qutJ
llamamos justicia, aborrecido los principios, i llorado
mas que una Magdalena, 1upuesto que diez i siete
facciosos han sido pasados poz· las armas el 16 de oc•
tubre, en -vírtud de la sentencia de un tribunal compuesto
de .Jueces integros i justos i de patriotas escla•
recidos. Si el dr. Urizarrí no se arrepiente rle tantos
estravios, i si su futura conclucta no nos lo demuestra,
lo tendrémos de hoi en adelante por desertor
de lus banderas de los libres, en virtud de la promesa
que solemnemente ha hecho de desertar de ellas.
Continuemos. En la pajina 33 dice lo siguiente:
Una rt!spP.table i sincera unammidad de pareceres
1 una misma int-eliJencia en los artículos de la
lei, no, no podra ser despreciada . ¿ I donde esta
unanimidad? ¿Tres o cuatro abogatlos, que han pretendido
inteFpt'etar- i violentar el sentido claro, natural
i lileral de la lei, forman esa unanimidad, contra
mas de ' ·einte defensores que han YÍsto la cuestion
c.le mui distinta manera, í coutra el clictáme• de todos
1os que ven la euestion con imparcialidad, i ~es,
nudos de todo interés 1 '
Dichosamente, repetimos, no estamos en lot
tiempos calamilo!los de Cados 1, ui ele Cromwell, ni
de Ja.cobo U, ni aqui se persigue ¡, ciudadanos virtuosos
que lidien pot• hncrr triunfar t. libertacl i la
justicia sobre el ~espotismo i la arbitrariedad. Diga lo
que quiera el d Urizarrí. Jos bechos lo desmienten,
i la seguridad de ({Ue él mismo goza, despues
de baher puhlib'ado tantas inoportunas sandeces.
¡.Ah! ! .. dice en la paj . 33- 1. porqué tanta
rabia, porl¡ué ese ulterndo encono contra el desgraciddo
po¡. quien hablo? No hai mas rábia, ni ma~
encouo, señor doctor de tono plañidero, que la indignacion
jencrosa i mui justa, que e1citan contra si
la perfidia i la t1·aicron. No puede ser buen patriota
quien no esperimenta esta rábia, i este lejitimo encono
co11tra el que pretendía "bism.srnos en un mar o, i cu. os cstravios deploramos.
to, i ~ue debi.an set· ~onserucncia, de la autorizaci
<.le( despotismo" IQe estÍq1uJaron a sep;,rarme dt:l CO
greso, i escudado con el articulo 23 de . 1~ constit
'Cion, me re$olvi ·~ -prcsentat·le mi opinion, I,>rotesta
do contra los 'atentados del minist~rio. A pesar de
t~í· cub Í~t•·to de lé\ ejida de L} Ítniolabilidad que
concedt> la cotJstitucwn, i de no poder ser responsab
ni 01hot·a, ni nunca, por la manife.~tacion de mis ide&~
se~un ,1 artículo 1 ° del reg~u11ento; la mayor'
mmisterial~ ólvida1la de sus dt-bet·es, destitui~la de to
scutimiGnt~ d.y ju~ticia., falta de prevision para la f
tura conservacio.n de ~us fue•·os,., vilipe,ndiando la di
nidad lejislativa, i traspasando todos los limites d
c(,di¡:o que nos rije,. ha ~nido el at•rojo de prete
• n ECUADOR. der despojarme de lo que no me puede quitar P
En el número 29 dimos algunas noticias de lo uno de los. princip1os ma" evidrntes dt-1 derecho con
'fUt' estaba p.~saudo en el Ecuador entt·e Flures, Garcia'· titucional, nadie puede ser juzgado i menos castig
del Rio i el con~re o. Por el último correo hemos do, sino en virtud de una leí pl'eexistente a la accio
J;ecihido una representacion en que el señor Miguel ¿Cual es la leí que califica ele cr~minal mi conJu
Cartion, despues de referir los atentados cometidos en ta 7 ¿Cual la que me impone la gt·ave pena de dcstit
el congreso poi' Ga1·cia fol.el Rio, ameoaz<•nclo á loa di-: cion ántes de oírme i venGenne conforme á derecho,i co
putados liberales i lr;lta/ldo de suf~car su voz, concluye pet·juicio de la provincia que me encargo la custodia
con ]as siguientes pala! ras. ' los derechos nacionales? El, :u· ti~ulo del regla:meoto e
"Por lo mismo, uasdo. ya no llai necesidad de que se apr•ya mi qe.>titucion que no es el 26 sitlO el 20 di
, lejislatura, cuan .lo se ha'n arrancado mcclidas estem- 1 ce-'' El diputado qne fuere acusado legalmente de de lit
poráilcas que dttllan la confianta pública, cuando la "qut- mere1.ca castigarsl' con pena C
ha dadG al congr~so la contestacion que nistros son unos m::dva:los l _Este es, pue$, mi dclit ,
ahora publicamos i por el que mere~co (se" un el dictamen de algunos
"He re~ibido ayer una nota (lirijicla por el se- diputado, di~nos de figurat· en un club de Marat i
crt>tario del congre ·o, en que me comunica lo que Robespierre ) que me corten la cabeza, i sobre una
se ha resuelt acet·ca de la destitucion de mis det·e-- lanza la paseen pot la." calles de Quito. La muerl
chos ele rc.tpt·esenta.nte, i de l~s prerogativus c¡ue como no me arred1·a. "Dulce et decoru.1n eft pro patria
á tal me competen por la lt-i fiundam(')ntal. Comó di- mori" Si los nuevos jacohiuos del Guayas Iograa
putado lejitimo por la provincia de Pichincha, no pue- decretar mt esterminio, sahré morir con la noble consdo
conformu·me, ni me conformaré jam 1s con esta tancia de ánimo que manifestaron Jos Malesherbest
provideocid anticonslit.ucion..tl, injusta, é ilegal, dicta- Lavoicier, Condorcet, Nicolay etc. etc Apoyado en
da po•· la faccionliberticida que compone 1.. mayoria los principios constitucionales, en el verdadet·o sentido
de1 coogre:o i Ja l.jHe eslfi Vt>ndida al infum , minis- , de nuestro codigo fundamental, i en la opinion de
terio, que oprÍ'Jll.e, vt•ja i tiraniza al Ecruaclor. Blackstone, dt> Filangieri, Benjamín Constant, i pniJli-
La decidid<} parcialidad manift>Stflda· en la veri- ei:o.tas de m;1yor reputacion, sostengo i sostendré que~
ficaciou de loi poderE:s de los dtputado:§; el carácter ilejítima, injusta, é íuconstitucio~al la decision de los
público conocid~ de lo., que componen la mayoría trece miemht•os que compu:;iel'lln la mayoría liberti-
ministerial; el ale~lta lo mhia dio el prime¡· grito de independencia i
ertad, no se habrá olvidado tanto de si mismo que
lere por· mucho tiempo una <.lomin~cion · peot· CJUe
que supo t•c'pelcr tan denotladamentq. ¡Ciudadanos
l Ecuador! oíd las voces de vuest1·a patria moribund.t,
s clamot·es. tle la libertad ultr·ujatla i .l grito pelleante
de la opinion, que piden en vuestro suelo uu
len de cos;•s diver·so del que ahor·a •·xisle, para
puedan desenvolfe1·se Jos jérmenes ele la pt··•spedad
n..tcional, i p¡·esentat·se vuestrn república glor·iosa
1' sn devocion á los principios i g•·ande por sus hclOl!.
Vuestros hermanos de la Nueva Granadá os han
do el ejemplo. Aqai tambien uos insulto.~run los
télite de la tir·ania, proscrioif'ron a los mas ilustres
udatlanos, hollar, u la constitucion i las le, es, i difnnrou
por· todas partes la miscri .• , la desolacion i la
u rte; pero el puchlo se acordo un día de lo que
otr·os tiempos habi. sirio, ¡>r·oclamo sus derechos,
arbolo bs banderas de la Lbertad; i Jos opresor s
) eron espantados, mostrándose tan déhilf's i cobars
en su caida como habian sido altaneros i or·gu·
¡os en u elevacion. lVulla enim yohis societas
C .~RTAJF.NA 1 MR. LE GRAUDAIS.
Al fin par~ce que Mr. Le Grlludais &e cansó de
cir fanf.trronadas, i el 1 J era a puestras
costas, ;¡J menos con mensajes del gobet•¡wJo•· de
M,,J.tinica, con quien el gobierno , de nuestra p<~tria
nada tiene (¡ue ver.. Maa si, p·)r JP.tla fortuna ,U.J'~'
vuelve é inteuta cometer algun ~\C~Q hostil, teu,tlra
oc:tsion tle conocer que la Nueva Grano.~ da. siJ~O ~s
grande por su pohla<;ion, lo es por sqs becllQ:); i q,ue
sus hijos, sin el orgullo éjltanero del tOilrÍno f•:\H,l<;és,
tambien saben medir las a1·mas «;on IQ,s qqe lvs ,tt,tc· u,
i venJer caramente sns vidas. ~ts Je una rez lJ herq¡~a
Cartajeoa ha dado pt·uebas de esta verdad, i a~m le
queda la indomal>lc resolucion <.18 repetirlas cuando ~e
le ofr·ezca. ,
H:1biamos sentido al princip'io la ocurrencia de
Mr. Le Gr.~ uclais; pero ahor~ nos alegr 1JUos de que
haj a sucecliuu, porque se ha d •• do ocasion para -tue
el pueblo manifieste que no mira con iudifereucia la
su<•rte Je la naciou, i que esta resuelto á perec~r
antes que sufrir injur·ias del eslranjer·o. .Si, ]a indi,gnacion
con que se han visto en Cal't.,jena lo insultos
de Mr. Le Gr·audais, lo mismo que en todos loa ptlO Los
de la reptíhlica, eu donde se han sabido, dernueatran
claramente que los granarlínos se ínterc.san pur
su gobierno i por su suelo natal.
NUEVA PROTESTA.
Algunéll jentes mal inteucionadas han empezado
á decir, que, eu el diálogo que publicamos el pas.ldo
domingo, cuando hemos hablado de los frailes, IH?uws
querido compreiJderlos a toUOS ¡ perv otra \'CZ hemos
dicho, i ahora de nuevo protestamos, que nueslt·as
declamaciones no se dtrijen a los que uo se hacen
culpables de sPdiciou contra el gobierno, o conspir<.~cion
contra el progt·eso de las luces. Esto set·ia Ja mas
gran1le injusticia, pues todos las p.¡lrtolensamientos
torcidos, de laberinto illsondable, de ignartJncia
oficial que tenia el gohi·erno de la edad del
señor La Rota. Le acusamos el recibo, i le correrémos
traslado a los autOl'CS del artÍculo, que le ha
torcido las entendederas al señor La Rota. ,
A ALGUNOS DE LOS VECINOS NOTABLES
DE HONDA.
• Acusamos a usteues recibo de un papelito, cuya
pr1mera llana se ocupa con el titulo, la segunda i tercera
con los nombt·es de ustedes, i la última con el
lugar de la imprenta. Quedamos impuestos de que los
que fueron miembros de la cámara de provincia pot· ese
canton, i que son Yecútos notables de esa ciudad,
fueron los únicos qne tuvieron la jenerosidad de ceder
sua dietas. N()s alegramos c.le que no sea ese el solo
servicio que h~yán hecho a la patt·ia, ¡ de que no
sean hombres de charla i rasgos de pluma Estamos
de ocuerdo en que, aun cuando el impresor pong:l
mu9ha tinta en los tipos, los lin~as del Cacha ro,
porllegras que sean,jamas padr(m oscurecerla bien
sentada reputacion de ustedes, aolo si la mala. Por
último,.set}timos ver entre los firmantes del papelito i1
nuestro cot·responsal Pedro Diago, i no sabemos como
éon;ribuye a ~lecir pestes de los f{UC se han compadec~
do de él, lllan dado lugar en sus columnas a sus
quejas i reclamaciones. Esperamos que t>l señor Pedro
Diag~ nos diga que ha ~abioo en este ucgocio, pues
tOUOV~a cre,eDlOS que atJlH UCb~ de ~Jaber alguna errui"
OCaClOn, o tal vez ~lguna plcardtUi>la. ·No decimos
mas, porque cre~mos baher dicho lo bastante.
CEMENTERIO.
r\os l1an dicl1 , que hasta de aqui á dos met~es
110 Sera posible hacer Clllerrar los cadáveres UC lo:.
que mueran ~u el cementerio que se esta coustt·u)
endo. Nosotros somos de parecer contral'io, i creemos
que hai oovedas suficientes para los que puedan morirse
desde ahora hasta entonces . Recomendamos á las
autoriuaclcs el que se lleve a ~fccto la benéfica meJida,
de 110 pcl'mitir el que se siga enterrando pot· mas
tiempo en las iglesias. Estns no son otr~ cosa ya que
unos Vtlstos ccrnenlerios, en donde uo hai un solo
palmo de terreno que no cubra .:1lgun cadi\\•er, i los
vé!pores (1ue exalan, esP.ecialmcntc po1· las mañanas,
aon insufribles, i en estremo perjudiciales a la saluu.
Si la cóler~, por desgracia, nos atacase, la pmh·e·
dumhre encerr.atla bajo los pavimentos de uuestras
iglc~ias contt;ibuirá en gran manera a propngat• tan
ternble azote. La salud pública, pues, se encuentra
interesada, i a la ¡alud pública ·habrán de ceder pre·
ctsamente los iuterese~ privado¡ i las pt·eocupaciones
vulgares. Los mismos que ·Se oponen a tan benéfica
medida -serian, tal vez, las primeras víctimas en caso de
una epidémb.
Lo repetimos. Diez i ocl1o cadáveres han sido
. enterrados en los templos en los dias r6 i 17 de octubre.
Si los hubieramos llevado al cementerio, nos 3horraria.
mos quien sabe cuantas enfe1med Desde 1 ° de Julio proximo,
gun empl~ado gozará mas que de un solo i tinico
do, a su eleccion' :mnque accidentahnenle o po
111ision «lesempeñe Jos destinos de nomhramiento
de acrucllllS que por 6U natur•¡•}eza l funciones
separadc.s o puedan separat'H! con dos di, tinta
ciones; i aunque una sula e~té situnoa sobre los
dos del erar· o.
Art. 1 o. Los pre1Jrmlaclos eclesi~~ticos q J
teng el producto de )a pl·ebent1a, i el que re
ciase de los dos en ta·a r.' en la lcsor·eria del estad
( Del Redacto•· de N ucva York de . 1 7 de ~
de 1833. núm. 23).)
iCF' Llamamos la atenciot1 dd ptihlico altiltim
ticul'). Pot· su tlisposicion fe ,·c¡·¿i, <{ttC el gohi
espaíiol no hace Jistincion ninguna entre la r·enl
cimal, de que gozau los prehentlados, i las c.lema
la nacion.
LO QUE CUESTA UN EJECUTIVO.
En 1a memoria del ministro de la guerra
Ecuador se halla la partida siguiente ;
Cuartel jeneral de S.E.
Uu coronel, un prime•· comandante, uno
segundo, i un capitan
Citación recomendada (normas APA)
"El Cachaco de Bogotá - N. 31", -:-, 1833. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3688265/), el día 2025-05-21.
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