LCAC
Qui non libere veritatem pronunciat, prtJditor est
o r5. 0 ] DOMINGO 25 DE AGOSTO DE I833.
OTRO DIALOGO
NTRE EL cACHACO 1 DO'N FULJEi'(C lO EL 1\ELUIONAato DE 1 S3o
Cachaco-- Hola, l10la, Don Fuljencio ! venga acá,
digame, ¿como es que U. no se fué con Sardá á
a·atar de defender la relijion, i a los reverendos pares
de S. A.?
Don Fuljencio- ¡Chito, niño! Yo no quiero ire
á mortificar á la caree!; i asi, hagame el gusto
e no gritar tan descompasadamenle. Ya ve U. que
o no soi de los <.le Sardá, sino un hombre que ....
Cachaco~- Si: ¡hola! ¿con que no se acuerda
de lo que me dijo ~hora dos meses? ( t ) Pues yo
ecuerdo muí bien, e s~ber, siu duda •lguna, todos los antecedentes
e la conspiracion de la nocl1e del 23 de Julio.
D. Fuljencio-Déjeme, niño. Yo no sé nada de
sa descahellada revoluciou; ni soi yo l10mbre tan víl
bajo que me pue(ln juntar con c.:u·niccros como los
riilos i Amayas, ni con presidarios como Gracia, Esandon
i otros semejan Les. U. sabe que tengo mi opiion,
Jlero yo no me degradaré hasta el cstrcmo de
oner á mi pohre patria en manos de facinerosos. Pero,
a) a ! nca .cutre nos, solo el que carecía de ojos pod1·ia
o 1Jaber 'Jslo los elcmentos de la revoludon de ]a noche
('1 23: unicamente Uds estahan ciegos para no palpar
ue teníamos aiuntes atrevidos, i medios 1Jaslantes
e 1·eunir parti(lo. ¿No decia U. que Sarda no gra
3paz de meterse de hoz i de r.oz en una rcvolucion ?
.ero dceia U.? ... Vaya, vaya!! Son Uds todavía
mi hoqui-ruhios: están penstfndo c¡uc con proclamas,
papelitos, i Q_lras mil nilíerias nos convencen i arrelan
el pnis. Si Uds. siguen asi, los engañaréwos una
otra vez. Esté U. s<>gnro de ello.
Cachaco-- Repare U. Don Fuljcncio que se conradicc
á cada palabra Asegura U. que no sC' ha mezlado
en la conspiracion dc\l 23, que se degradaria de
untarse con los Grillos, 1\lausos i Gracias, i en seguia
hahla U. como si fuese uno de ellos, i se alegrae
de la ajit.acion }lúbliea, i ele los trastornos que el
rustr;Hlo suceso del 23 ha debido producir.
Don Fuljencr.o-- ¡ Válg;m1e el cielo <:on las ericndederas
de U. ! Seguramente yo no me he cspliaJo,
pues, ¿ como 1~ahria yo de ser tan tonto que
~e cont ·adijcra? No señor: lo único que be querio
dar-le 3 entender es, que yo tenia razon cuando
( 1 ) Reczterdese el diqlogo que ¡~ubJ¿camQS ell
u estro numero 3, o
l~ decia todas aquellas cosas, que U. tuvo la poca deltea~
e~a de puhlicar en ese su incendiario papel, (rtie
el sabto Pensador granadino ha llamado Patojo con ·
tanta gracia,
Cachaco- Dejemos a un lado al pobré i cohar·
de. P~nsador,. Señor Don Fuljencio; que no merece
pájaro tan cluco que en él perdamos los momentos.
~onfiésole á U. que sabia todas las cosas que, me diJO,
manejaban los rclijionarios para hacernos un se
gundo Santuario; pero, mi amigo, U. no podra ne ..
garmc, que les lla salido la empresa del mismo modo
que le pronostiqué en Junio.
Don Fuljencio- ¿ I qué adelantan U(ls. con tener
.setenta hombres cojidos i encnrcelados? Los con}~~.
sllbles q~edan siempre a nuestra disposicion: la re- .
Jr.pon ultraJada no deja de ser nuestra arma favorita:
los padres descontentos confiesan i predican co o (le
costumbre: los borrados son i sedm constpnteme:a~
enemigos del gobierno: el rcparlimiento de resgaaa•.
~os d~ indijen·ts nos continuará sir ienclo para gana~
a los mtere adosen qu no se r partan: los empleados
sus_rensos, los censurados, i los que sirven al c1uc en
ce, son fáciles de atraer i conr1uistar: el pretendiente
que nada consigue, el acreedor á (¡uien n pagan, i
el deudor a quien cobran por cuenta del estatli) son
hieu susceptibles tle embarcarse en u plan de ~rastornos:
los que gastan mas de lo que tienen, i Jo$ tu ..
uautes i vagamunllos que quieren vi vil· sin sueldo ni
fi
• • 1
O lCIO, Dl prof. , ..
Cochaco- ¡ Calle, calle, Don Fuljeneio! Segun
sus cuentas no hai gobierno que pueda contar con es~
tahilidad ni repG)sO. U. se engolfa alla en unos espa~
cios, donde su imajinacion se flelcita á su placer.
Don Fuljencio · Niño, U. i sus compañeros no
escarmientan. El otro dia le dije que el plan era el
de levantar guerralas contra el gobieJno, i U ha visN
lo que asi lo han querido hacer: le hablé á U. de
Serna, i Serna anda huyendo de ser aprehendido: le
dije que los vencedores del Santuario estarían pront~
s con sus armas, i U ha sido testigo de que se rindtet
·on cerca de Sogamoso; i por último, le aseguré
que Sard.:i seria el jeneral en jefe, i U. mismo, por
sus propios é incrédulos ojos, lo ha palpado. Todo esto
lo publicaron por la imprenta, í todos Uds. se bur ..
laron de mi, hicieron el aparato de poner candeladas
en Monserrate, metieron en la carcel á dos pobres~
majaderos, i hasta ahora ni su gobierno, ni U. saben
si son delincuentes o no. Uds. son mui. . . . . Dios
me lo perdone.
Cachaco.--Tiene U. sobrada razon en cuanto
di{Je1 &eiio~ Don Fuljencio., . ~osotros tene~Qs. ley_es
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58 EL.CACHACO D~ BOGOTA:
i autoridades que respetar i obedecer, i Uds. nada
tienen, nada respetan. Entre Uds. i nosotros hai
enormes desventajas,i combatimos con armas desigua!t-s;
pero nuestt·a fortuna es que Uds. son cuatro gntos
mientras que nosotros contamos en nuestras filas
millares de hombres íntegros, pactficos, intrépidos i
amantes de la patria. Aun cuando intentáran Uds.
cien veces i ott"aS ciento derrocar el gobierno constitucional,
cien veces i otras ciento encontrarían Uds.
la misma oposicion i resistencia, que han encontrado
abora los t•evolucionarios del 23 de julio. 1 sobre
todo, amigo Don Fuljencio, ya nos hemos desengañado
de que no es posible ganar á Uds. con amnistías
ni perdones, ni con una jenerosidad i tolerancia
inimitables: ya sabemos que Uds. no se reconcilian
jamás con nuestras institucionei, ni con los que han
sido liberales: ya sabemos que nos es forzoso, i efectivamente
hemos echado, desde la noche de 23 de julio
para en adelante, una linea dtvisoria entre Uds. i
nosotros.
Don Fuljencio .-- ¡ Pu ! Pu! Pu! j Qué niño éste ! !
La 'Verdadera diferencia que hai entre Uds. los liberales,
i nosotros los serviles es ésta: Uds. charlan,
grita}}, escriben, i meten mas hulla que una periquitera,
i nosotros obramos.
Car.haco. -·-Obren Uds. enhorahnena, que el
'desengaño que l1an tenido les indica hicn oí las claras
lo que se les aguarda. Yo le dije á U. ahora dos
meses, que en este tiempo no se amarraban Jos perros
con longaniza, i U. lo ha palpado con sus propios
ojos: le dije que teniamos valerosos militares sos lenedore
de léts leyes, i U. es testigo de su conducta: le
anuncié que el pueblo de la capital, que habia dado
repetidas prueb s de amor al gobierno, no desmentiria
tan elevado conCe})tO, i U. debe haber sabido de que
modo se han portado los patriotas que componen la
guardi naciona~, i le l1ahrán referido tmnbien el
entusiasmo del considerable mímcro de cachacos que
vive en Bogotá: l sostuye que los sencillos habitantes
(le lai orillas del Funza se hn desengañado de su
error, i U. debe haber oído hablar de la ener:jia con
que Facatativá se ha conducido en sostenimiento del
gobierno, i que solo veinte lwmbres de I•outivon
:5Íguieron al faccioso maya; i últimamente le aseguré,
<1ue los cuatro tunantes hambrientos, á quienes estaba
haciendo falta el sueldecito, no valian un bledo, i U.
no puede ignorar la cobardía é infamia con que se
han rendido i escondido los defensores de la relijion
de Sartlá.
U. pues, l1a v-isto cumplidos mis pronosticas, i
puede libremente averiguar cual ha siJo el comportamiento
de Tunja, Duitama, Santarosa, Sogamoso,
Paipa, UbatéJ Susa, Simijaca, Chiquinquira, Tenjo,
Chocontá, Zipáquirá i otros muchos pu.ehlos de que no
bago mene ion por no atolondrar á U. Pero por fin i
postre, le recordaré lo que le dije al10ra dos meses de los
tl'einta i nueve del año de 1 g, de la suerte del valiente
coronel Infante, de la de FerreiraJ i .... i no
le digo mas, sino que arrieros ~omos i andando
vamos.
Don Fulfencio. ¿Qué me quiere U. decir con
eso? ¿que matarán á los presos 1 ¿ que me matarán
á mi? Niño, no sea majadero; Uds. no matan á
nadie. Despues de toda !a bulla que ha1~ armado, eso~
pobres hombres se irán á ~us cásas amonestados para
que no vuelvan á hacer otra. Si yo no viera die:t
o doce tomos de leyes á que Udi, estan sujetos,
temería realmente por la suerte de ellos; l)Cl'o las
leyes sirven para embrollal', i de aquí a tres meses
todos Uds. estan compasivos i misericordiosos; i luego
un juez Je primera instancia, 1 dcspues un tribunal
de justicia, i los abogados defensores, i los empeños,
i las lagrimas, i el Doctor Marga11o, i los canónigos
. ....... ¡ Pu!! Ya vera U. en lo que viene a parar
este mons pariuriebat. Los treinta i nueve ele antaño
murieron, porque enton~es estabamos siu Dios, sin reí,
i sin lei ; pero los de ogaño ...
Cachaco.- No me diga U. mas. Si el resultado
de todo fuera desgraciadamente lo que U. anuncia,
adios patria, leyes, libertad ! adios sangre t erramatla
por la causa de los principios du1·ante veii~te i tres
años! adios paz, dicha i honor granadino! ¡Cielos!
¿qué ~eria de esta tierra si simejnnlc cosa Stl.cediera 1
No: no quiero ni imajinarla. Los días {le Ha1·at j
Robespierre serian apenas nna sombra de lo que se
nos esperaba. Adios, adios Don Fuljencio: estoi sofocado,
colérico; ui aun pueJo lwhlat·. A dios.
SEGURIDAD DE IJA CAPITAL.
Como ciudadanos amanlcs de la patria i del
gobierno actu<.tl, i como comprometidos en la catts:l
de la libertad, nos atre·vemos :i decir algo acerca de
la vital importancia de tomar medidns que asc>gurcn
la c:tpital del estado, donde residen lus supremás autoridades
de la republica, donde existe un gran parque,
donde están la tesOI't"ria jenct·al, la casa de motleda,
i otros muchas ofidnas de hacienda que recaudan
sumas considerables de dinero. Estamos persuaclidos,
de que las autoridades couoccn suficientemente hasta
donde llega la ncce::.idad de })Oller :s· tmpre ti cubierto,
de gol¡les como el de la uocl1e del 23 de J u}jo, á la
primera ciudad de la rcptíhlica, por la lerl'ible influencia
i resultados gr¿n isimos que podrian scguil'se
de un tt•astol·no. lJa guarnicion debe ser, en nuestro
lmmilde concepto, de un pié consideral)le de fuerza,
i en ella se dehen tener jefes i oficiales de la m a) Ol'
confianza, tales coruo el activo patriota jeneral Ililario
LopeL, actualmente jefe milit:-~r, el jef~ del
Estado mayor, el comandante del B<.au,dlon 1. 0 coronel
Manuel Gonzales, el de anilleria teuiente coronel
Joaquin Acosta, el mayor de la I)laza, el comanclaute
de la guardia nacional, i otros varios que d }JLíblico
conoce por patriotas verdaderos, i por oficiales in trépidos
i l1onrados. Jamas dcbicrnn dejarse en 1.1 ciudad
á los sat'jentos i soldados licenciados, que :J:o tengan
oficio de que vi, ir, ni oficiales retirados ó iudef:nidos
que anden vagando por las calles, esperan lo á que
llegue uu perturbador a ofrecerles ascensos i saqueo.
Los soldados de húsares debieran tenC!r caballos, i c.>stos
hallarse siempre listos para hace•· cualquier servicio
urjente. El jefe poli.tico debiera de continuo ,·ijilar
sobre }Qs vagos de todas clases, para arrojarlos de la
ciudad, pues aunque es verdad que tenemos la desgracia
de que no exista una buena lci de policia de.
segUiidad, bastante se haria si se cumpliese con relijiosidad
la que hai víjente. J....os bandos se publican
solo para ser leidos., pues nos acordamos de que ahora
ti~mpos publico uno el seuor gobernador, bastante
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EL CACHACO DE BOGOTA. 59
bien calculado para saber que clase de jente vivia en
la ciudad, i quienes entraban o salian, i ''emos con
rlolo1·, que los encargados de su ejecucion han des~
cuidado su cumplimiento. Los vecinos, en jeneral, quic-
. ren que todo lo llélgan las autoridades, i de su parle
oponen toda la fuerta de inercia posible para que ellas
puedan llenar sus debeJ-'Cs. La enerjia i firmeza de
earacter son cualidades indispensables en los ajentes
de la administracion, i el que no las posee es tan
:reprensible, como es reprensible el egoísmo i la indolencia
de los ciudadanos.
A Bogotá vienen siempre á reconcentt·arse todos
los perdularios de otras provincias, i, por una fatalidad
que pu(.lo habernos costado caro el 23 de julio, aquí
estaban reunidos los que intentaron asesinarnos, i trastornar
e] sistema.
· En nombre de la patria, i por la seguridatl de
todos, suplicamos no se miren con desprecio nuestras
indicaciones. Ell<1s son hijaa del patriotismo, i dc..•l deseo
(le evitar á la Nueva Granaúa cli<~s de llanto i de dcso-lacion.
-
COMPASION.
No deja de hnbe1• quieu la pida en favor de 1oa
conspiradores clel 23 de Julio, intcrcsauJo para ello
la bondad natural dt> los corazones ltberles <¡ue tlelJian perecer al
filo del puiíal ascendía á 9S; i despues de esto pen~
temos si merecen compasion los conspiradores.
No: h:~sla Ja d<" perdones, de cpte tanto se ha
abusado; es necesario poner freno á los alentados de
los perturbadores con un .esc:~¡·miento ejemplar. Ya
está visto: la dulzura i ]a clemencia no hacen otra
cosa que volverlos insolentes; animarlos á comctel' crímenes
n i c1·ezr.an sin
embarazo. No se tema el rest'ntimiento de los que
tienen relaciones con los culpablesj él se ahoga•· i r.oo.
el temor de la pena, i con el conocinaiento de las ,·en·
tajas que resultan Je que reine el orden i se oLedez ...
ca a las autoridades.
A LOS PARISES.
(Comunicado)
Cansndos nos tie~en ya UU. con tanto l1ahla
sobre la muerte, de su hermano i hacer inculpaciones
a las autoridades i sus ajen les. Si UU. creen que su
hermano ha sido 'ictima de un as{'sinato ¿porqué no
persiguen aule los tribunales a los culpahles l Las le)
es están vijenles; niguna autoridad l-,ooo
pesos, i no le hemos v islo cjeculnr, n¡ h. cel'lt> ninguu
apre1 io; el Sr José Jgnacio no deja de dchc•r ens:on de cuartel, el
t n 'en le coror el Antonio ~sli1 emple.,do en lt~ corte
supel'Íor m:~rc'al, i al St·. Ramon no se le ha mulcst -
Ues él raras Teces usaba de la espada. Acuérdense
UU. de Florencio Orliz, que fué el qut> recibió las
puñaladas en una de las asonadas que, en la epoca
pasada de la reptiblica, eran tan frecuentes en esta
capital . . . . . Pero dejemos esto, no se di~a que remo'
emos las cenizas de los muertos. Fl púuli.co conoeia
a Mariano, le ha juzgado ya por sus pasados
h«;cl10s, i por la conspiracion del 2:~ de jul•o le juzgira,
luego que se publiquen las declaraciones de los
facciosos, seguu las cuales aparece, que era el conjurado
mas sediento de sangre i de vtnganzas.
Nos aseguran UU. que Urdaneta dejo el manrlo
por lo €mpeños de U U. ¡ Ha ! ¡Ha ! ¿ i cinco mil
bayonetas que circundaban la capital al m<.ndo de
los v UU. , i el tercero es mui cono-eido
por su imparcia1idad i honradh- re ritas.
LOS TIEMPOS.
(Contbwacion.)
Desde el año de 1827 hasta el de r83o todas
las conspiracianes tuvie1•on por objeto, ya el cambio
absoluto del gobierno, ya notables altera<'iones en él.
En 1827 las instituciones populares no fueron bastante
fuertes para resistir los atac1ues s sátelites d la tiranía,
quieues nunca ere) ror , qne hubiese ciudadanos bast:
mte esu ltos para '-\cometer en su mismo palacio, al
Lo1 hrc cu.' o prcstijto i potlert sostenidos por innumc¡
·abl s bayonetas, parecía que Jwcian invulnerable. El
$islema acontecimientos infaustos; i por últi.
mo la lihf'rtad apareció tt·iunfaute, en medio tle los
restos del despedaza~
n lascircnnstancias. La N u~,· a Granadíl derribo a sus
:tiranos, sandiono (lna.oonstitucion, la planteo, i se prentó
~~ mundo como un indi,iduo de la familia de
las naciones. Desde entonces todas las couspit·aciones
nada han podido contra ella, ni las que se ÍJ'aguaron
~n lo ~Lerior, ni las que fe•·m~utahan i estallaron en
lo )interior. Hl nuehlo, amante de las leyes protectoJiAI
i de las instituciones liber'"es~ llt\ e~~ado si~mpre
de parte de su gobierno, i los conspimdores no hat .
hooho otra cosa, que darnos ocasion de IllOstrar un
jenerosid~cl imprudentemente magnimi~a .• Los .cosas
han s~gu1do el curso regn~r,. la se.gul'u.la.o . .. "·
El "uno i medio por ciento á
la univcrsitla.d del Cauca,
en la cual se enseñan Cá-nones
i teolojia. . .
Al monnsterio de la Enseñanza
de esta capital.
Al cura párroco de la Buena\
eutura.
Para fomento de misiones de
ind1jenas.
Para la fiesta de Ntra. Sra.
del Topo en la Catedrál
de Bogotá. . . . .
Al cura l'ector de la Catedral
de Popayán.
Para amo1'lizar la deuda reconocida
en favor de la
renta decimal.
Suma.
6oo. ,
Goo. ,, ,
5.ooo. 11 Jt
5o:>> •
. 662 .• ,
7S.go4. 6 I['A
---- ---
88 . .346 6 1]2
Paga., pues, el. t<'soro publico ;~te añ.~! d~
gastos que ttenen relac10n con el serYlCIO rclljtoso,
ochenta i ocho mil trescientos cuarenta i seis pesos
seis reales i medio. Que respondan á estf) los pér!idos.
calumniadores del gobierno granadino, del consreso,
i de los patriotas.
Imprenta de 'N.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Cachaco de Bogotá - N. 15", -:-, 1833. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3688249/), el día 2025-05-21.
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