TRIM. IV. AÑO II. Bogota, 28 de febrero de 1865, NUMERO 91
REDACTOR, VENANCIO ORTIZ.
AL SE~OR REDACTOR DE ce EL TIE",IPO. »
1 respecto a las leyes que arr.eglan el movimiento de
1 los astros; el primero recojió i codificó las leyes
morales que Dios había impreso ya en la mente i
el corazon de los hombres, i el segundo pel'feccionó
ese descubrimiento. La humanidad se apropió
esas verdades como las que hnn sido descubiertas
en el órden de la naturaleza, i para aceptal'las como
tales, nada importa el carácter de los descubridm·es,
así como no importa el de Newton, Laplace, o
Colon pam la aceptacion de las vet·dades que ellos
descubl'iet·on. >)
En su númet·o 37 4,replica U. a nuestro artículo
C< EL CRISTIANISMO LtnERAL, l) quel'icmdo hacer
creer que profesa realmente una creencia reiijiosa
que no es la que nosotros le- descubrimos. Pues
bien, señot·, nosot1·os no dijimos en el precitado
at·tículo nada que no podamos demostrar apoyados
en mzonamientos o en hechos incontrovertibles.
Podríamos empezat· pot· pt·obat• a U. que «El
Tiempo» no ha dado nunca muestms de ese eclecticismo
de que hace gala al principio del m·ticulo que
contestamos ahora; podriamos, copiando tt·ozos
de todos los números de ese periódico, convencer
a U. que blasonn de tan imparcial en sus investigaciones
filosóficas, de llevar la péucialidad hasta
la ceguedad, hasta abraza•· el absurdo huyendo de
la vet· dad. Es U. mui exijente señot• Redactor,
¿con que no ha encontrado una sola concluyente
entre las refutaciones de Rcnan ? ¿ni las que lo
muestran a cada paso en contradiccion consigo
mismo,ni las que lo convencen de afinnar despues
Jo que negó ántes, i negm· lo que afirmó, siempre
con el objeto de hacer servh· su nanaci.on cargada
de qui::. ás al objeto que se propuso desde e) pt·incipio
~ En cuanto u nuestros at·tfculos sobre )a
cuestion milagros no es a nosotros a quien toca
juzgat·los; la sociedad entera. que ha leido los escritos
del colabot·adot· de U. sobre la materia, i
nuestt·as contestaciones a esos artículos, habrá decidido
ya quién venció. Por ahora no qne1·emos
agregar mas con respecto a esa cnestion que l,a
sencillísima romparacion del Padre Gratry. El
dice: .tin, segun
ga. Singularisemos. Si Dios no ha revelado esa afit·ma ahot·a el sei10r Rrdnctoa·, i no tiene otro 1
lei, aunque ella sea emanacion de Dios i exista en objeto que dat· plata a los Clél'igos que sin ella no 1
jérmen dentro de mí, el jét·men de la pasion que hacen salir ninguna alma de ese lugnt' sombrío.
me halaga mas, la hace desaparecet·. ¿Qué impot·- Resulta, pues, que la Cl'('encia de los actuales reta
que yo me perjudique i que S€ pe•·judique la formadores, está basada en la absoluta impunidad ¡1
sociedad? La felicidad que busco consiste en la del cdmen. ¡ Con razon que tanto aboguen pot·
satisfaccio_n de mi déseo, en el placer ; la lei mo- los criminales i que aconsejen en todo la violencia 1
ral me impone el dolot·, i el triunfo en la lucha contm los inocentes!
entre ese debet· abstruso i el hecho a que me in- Pero no señot·; Dios es infinitumentR. justo, es
clino, no es dudoso. la justicia misma, i de ahí nace la existencia real
Vea U. qué diferencia tan notable hai enta·e Jo de ese lugat· de pul'ificacion que U. llama hacienda
físico que existe forzosamente a pesar nttestro, i · del Clero 'ltlt?'amontano.
lo moral de que podemos prescindit·. Siendo Dios esencialmente puro i perfecto en
Hai otl·a diferepcia todavía que no podemos es- todo, nada manchado puede llegar a EL; i habiencusarnos
de mencionat• pat·a acabar de destruit· do faltas que manchan a la cl'iatura humana sin
el sofisma, Las leyes del mundo físico son absolu- hnrel'la digna ele la pl'ivacion completa de la posetas
pet·o no nccesal'ias; ningun trastorno acanea- sion de Dios, es preciso comprender la existencia
ria a la naturaleza el que en vez de tener el hom- de ese lugar intet·medio en que el alma se purifica.
bre cinco piés de altu·ra tuviera veinte, el que en Este sér simple, indivisible, que h3bita i piensa
vez de vivir cien años viviera mil, i puede conce- en mf, que mueve mi mano i guia mi pluma, no
birse sin esfuet·zo que Dios ejecute un pr·odijio así puede morit·. El me sujiere vit·tndes o faltas; esas
porque no hai contmdiccion entre él i la idea que faltas deben set· espiadas i esas virtudes premiadas
tenemos de los atributos de Dios. Pei'O nadie pue- porque así me lo dice la simple razon, i veo que
de concebir que la verdad no sea absolutamente muchas veces el criminal vive contento, miéntt·as
contraria a la mentira, es decir, que la !ei moral el virtuoso es desgraciado, con que si no hai casno
sea necesaria. tigo ni recompensa aquí ui en ott·a parte, no hai
Siendo necesaria la lei moral i el hombt•e pode- justicia, no hai Dios.
roso pat·a tt·ansgredirla en vh·tud de su libertad, ce La posesion de Dios es la sola idea que la filoera
absolutamente necesario que Dios dejara oít· sofía puede tenet· de los verdaderos destinos del
su lei al hombre, que el hombre supiera que esa. hombt·e, >) dice Augusto Nicolas ; pet·o si uo bai
leí es la lei de Dios, i eso fué cabalmente Jo que JUSticia no hai Dios, i esa única idea desaparece,
hizo dictando la lei a Moisés. desaparece la filo sofía, desaparece tpdo i ningun 1
El hombre pot· sí mismo nunca hubiera podido fenómeno se puede esplicat·.
inventada, es 9ecir, descubl'irla i codificarla ; Pero todo revela la existencia de Dios porque 1
solo el materialismo, divinizando al hombt·e, ha todo lo que existe ha debido tener una causa. El 11
podidO imajinar talabstudo. Pe1·o U. dice que el órden que vemos en todo lo que existe prueba que 1
talento prodijioso de Moisés le hizo encontl'al' la esa causa es intelijente, luego esa causa es Dios. ¡
1 tei moral como a Newton la leí de la gt·avedad, i Dios, pues, existe. Si existe es justo i santo, porque
una vez descubierta aquella, nadie puede ya que U. mismo dice en ott·a parte, que In moral es
negarla como no puede negat· la otra. Pero ¿ pot· emanacion suya, luego nada puede unít·seie que
qué? Suprima U. la mision sobrenatural de Moi- no este en m·monía con su infinita pureza . 1
sés i Jesucl'isto, i dfganos cómo puede demostrar, ce Como cal'idad i bondad por esencia, no puede
1 a no dejar duda, que el Decálogo i el Evanjelio dejar perecer para siempre la obra de sus manos /
son la lei de Dios. ¿No vé U. que su relijion es que le pide gracia, i echat· etemamente fuera de
muí particular, i que es de veras la misma de su -seno,. es decit·, léjos de la felicidad i de ia vida,
Renan? Es que el hombr·e cuando divinizáqdose las almas cl'iadns para poseerlo i que no perdieron 1
a sí mismo quiere desca1·tarse de Dios, aunque ni han pet·dido la esperar.za.
mencione como por burla su sacrosanto nombt·e.; «De aquí se si ~ ue la necesidad, en la verdad
se priva de luz i marcha en las tinieblas por entre cristiana~ i basta podríamos decit· en la verdad fi.
un laberinto inestricable, porque Dios es realmen- losófica, de un lugat• inte•·medio donde el hombre
te la luz del mundo. acabe de purificarse, i que sea como el vestíbulo
EL PURGATORIO I LOS GODOS.
Con este título rejistr·a tambien )
número 37 4, en sus columnas, un artículo en que
se ataca el dogma del purgatol'io, procua·ando ridiculizarlo
como una invencion de m~1·o lucro para
el Clero.
El señor Redactor que tiene una idea mui ptll'ticular
de Dios, no comp1·ende su justicia. Ha negado
ya en vadas ocasiOites la existencia de los
casUgos eternos, i ha admitido Jos castigos tempo··
rales para Jos crímenes con qur. se mancha Ja hu- 1
manidad, i, sinembargo, niega ahora la existencia
del purgatot·io que en ota·a ocasion llamó ya tosca
1IL p:lr;e ocupacion (número 367 ). De manem que para señor escritor de ce El Tiempo » no hai infierno
del cielo. » ( 1 )
La creencia en ese luga1· de pm·itlcacion ha existido
siempre en la humanicl:ld. JJa historia nos refiere
que Jn<1as Mac<:1beo, despues de su victo1·ia
sobre Góa·jias, hizo una colecta entre sus soldados
i envió a Jerusalen doce mil dt·acmas de plata pam
que se ofreciese un sacrificio pot· los pecados de
Jos difuntos. Luego se creía entónces ya en Ja eficacia
de Jos suft·ajios.
Platon, fundado en la opinion de Sócrates, habla
tnmbien mui claro de la rm·acion que logran
las almas en el otro mundo por medio del dolor
i de los remordimientos_, \mica espiacion de una
( 1 ) Estudios filosóficos sobre el Cristianismo, por
Augusto Nicolas.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
ll v ;da~;,.¡:¡~ ~l. Pew ~ s :a ~=~~-n-~~;gn::. a ñ:: :~·::~~~C-os0__q~~""'e~--v!"'"-~:~e-~ .... :"'--~h""':~:c-~:~;-~~. ~.n~~J:~~~~~~~o ~-s~--~~~~le"!"~~i~3:o:"!e9~:1~,,,_"'!!o~s~~
1 no ti enen ni esta esperanza. desiertos al infeliz que vi_ve sentado en las tinie~'
El autor de la Eneida en ellibi'O VI, consigna blas, i' que lo arrancan u ese estado, i lo traen al
p tnmbieu la misma idea. seno de la civilizacion i lo hacen verdadero hom-
~- Luego ella no fué inventada po1· San Agt~stin, bre, túdo esto es ob!'a del dogma del purgatorio.
; 1 el mismo Jesuc·risto, en una de sus admi1·nbles Si la verdad de Jo que enseña ese dogma está,
; ,
1
parábolas, dá una perfe<'ta idea df'l purgatorio en pues, comprobada por la his~oria, si ella está de
~ que todos creiau ya e:) su tiempo como se había acuerdo con la verdadera filosofía, si ha pi'Oduci·
J creído ántes. « Reconcilíate, dice, c~m tu hermano do i produce tantos bienes para la humanidad, no
! ántes de pone¡· tu ofrenda en el nltnr, no seel que debe tratarse con desprecio, no merece burlas sino
rl .Juez te entregue al alguaeil 9 i te metan eq la respeto, temor i am01·.
<'are-el, As<>gúroto de cierto, que de allí no snldrás « El Clero ultramontano tiene en ese dogma su
hasta que pague· el ú ltimo maravedí 1 (S. Mnt. hacienda. Por él puede vender la misa i los res-
' cap. V, ' 'ers. 25 i 26 ). ¿No está clat·o que Dios ponsos que nunca dice de Yalde, i el candoroso
dice : si no perdonas a tu hermano ántcs de venit· pueblo se deja saqueat· creyendo que con eso alivia
, a mí, vienes imput·o i no poclr<1s poseerme hasta a los que ama. >) Be aquí Jas ideas del señor Reque
te hayas purificado? Luego el Evanjelio sí dactor de « El Tiempo. >) Suponiendo que eso
1 l.wbla. del pmgatol'io, luego el purgatorio existe, fuet·a ¡·cal mente así, suponiendo que el Clero fuera.
no fué invet!tado pot· San Agustin. tan codicioso que abusara siempre de su mision,
1
.Para quien erra en la Di vi nielad de .Tcsucl'isto, nosotros solo haremos una Ji jera refleccion para
, bastará decirle: ltL p1·ometió la infalibilidad a su probar que aunque eso stl'ía un gran mal, sería
~ 1 Iglesia, esa _Igicsia ha definido el dogma del purga· siempre mucho menor que el que resulta de la falta
1 torio, luego no puede dudarse de su existencia. de piedad. .
Pero hablando con hombres que niegan todo, es Llamamos aquí mal, todo Jo que da:ña al indi-preciso
arguit· así, con hechos i con reflecciones viduo o a la sociedad. Si un Clérigo es codicioso ·
filosóficas. i se entrega a la simonía, puede retr·aer· del culto
La humanidad siemp1·e ha creído en el purga- a sus vecinos i aun hacel'los cae-1"1 conservarse en
torio; de esa creencia nació la de la trnsmigracion, pecado: este mal es gravísimo, i pot· eso lo conJuego
tal dogma no ha sido inventado por· los dena i castiga la Iglesin. Pero como el Sacer·dote
hom~res. tiene que vivir del altar, i los servicios que presta
Es indudable que el nlma siPnte i piensa; que son de grande importancia moral, es necesario re-
' el bat'l'o en que está envuelta daña la pe1·feccion tr·ibuía·selos. El fiel sabe con frecuencia Jo que debe
de sus percepciones ; que tanto mas perfectamen- dar·, i en que caso debe darlo, porque Jos Prelados
te comp¡·ende todo, cuanto mas se acerca a Dios ; dictan aranceles a fin de evitar la estafa. Cuando
luego cua11do esté desnuda de la cot·teza que lla- alguno paga un responso creyendo que ron él se
mamos cuea·po, sentirá i pensará con absoluta alivian Jas penas del ser que amó, ejecuta por su
perfeccion, es decir, vea·á la yerdad de que aquí, volimtad un acto piadoso que Dios recibe porque
en la vida tei'J'enal, solo tiene nociones. Esa ver- vé la intencion, oye la oracion, la súplica.-El que
dad es Dios, i Dios que es Santo po1· exelencia, i gasta una moneda en esto, no la dá al Cura sino
por exeler.cia bondadoso tambien, ha quel'ido que a Dios por quien tiene esa moneda que puede gasel
alma humana al comprende¡· pnfectélmente la tar. Si no Ja gflsta en es<>, la juega, se la bebe, la
verdad, mire tambien como un consuelo inefabl~ dá en pago de algun espectáculo, en fin, la gasta
esa amanacion de la bondad divina que llamamos siempre pero de un modo que no mejora su conla
esperanza. De aquí el dogma de la expiacion i dicion i ántes tal vez la empeora. El pensamiento
de la penitencia pmrticado en todo el mundo, en que conduce a Dios nunca daña, el que nos fija al
todo tiempo i aun en las relijioncs mas absurdas. mundo, casi siempre produce mal ; i el que cenTodns
la~ reHjiones tienen sus sacrificios, pero el sura al Clero porque recibe algo de los fieles por
Cristianismo ha desnudado este dogma de sus sus servicios, no se manifiesta mui desinte1·esado,
monstruosidades, lo ha espiritualizado, lo ha he- así como no se exhibe mui filósofo queriendo matar
clw digno de Dios i digno tnmbien de la concien· el espiritualismo cristiá:no para reemplazarlo por
cia, de la dignidad, de la grant.!eza humanas. el mercantilismo matel'ialista.
I esta elijion divi~a q~e reposa sobre el sólido El pensamiento de la piedad siempre enjendra
fundnm~~l.to de.la sohdar1dad. cl.e.la culpa- el. pe- una virtud; el egoísmo que es el hijo de la imcado
01:1Jz~wl, 1 de la reverslbi.hdad. del ménto- piedad, aisla al hombre en medio de sus seínejane~
sacrijicw, establece la .contmuacwn ele .la so- tes ¡ ¡0 hace inepto para las virtudes fecundas.
CJednd ron l) Aho. tereos o entre sa lvajes, marcha otra vez al <.lestic- '
1 f d . 1.~.- ra los señores del proyecto quieren que Jos moni- n·o po•· respeta•· os ueros e su propw conciencia. f
f~t!~~~vs::~o~i~~:~~l~o~~ ~:~t~et~s~~~;~l~~s:o•·que ~i~~~~ra~i l~npa~~b~:r:.~~~zJ:n~:~~:~ h~:~i~rab~·~~~~ ¡'f
El artículo 4.0 declara qu~ tl·astoma la seguri- del diccionario rojo.
dad i tranquilidad públicas, el clé1·igo que predi-que,
el Prelado que dé una pastoral, etc. ; i el J:tiP~ lJ.tJrl~(fJ[l(/)J.fllJr~~ f
cuaderno de Rionegro en el ar·L!culo 15, pa¡·;-)gt·a- i
fos 6.0 ¡ 7,o garantiza la libertad absoluta de im· ;! Ir·,··
pre11ta i la de la palab}·a. BIOGRAFIA DE MONSEÑOR DE MÉRODI~,
Sigue luego todo el Código penal, COmO Si ese SECRETARIO DE GUERRA DE SU SANTIDAD PIO IX.
Código no existiera. Allí se habla hasta de las 1
riñas de palaqra. Todos tienen libertad de insul- ( Conclusion J.
1
¡
tarse, ménos los monigotes. Esos, si se qicen en- IV. l
tt·e sí algunas lindezas, zas t Les cae encima la El conde Javier de Mérode volvió a Béljira en ¡f
lei, i Jos condena a la majadería de seis aíws de 1846, i entró de nuevo al servicio de los armas.
espat1·iacion. ¡ Es poco f Mas merecen pot· se1· Tenia ciertamente lo que se llama uu bello porve·
clérigos, i clét·igos romanistas. 1 Oh 1 1 1 nit·, i el ejército belga no ofrec!a posicion con la
Ahora, si dicen misa ántes de haiJet· apostatado cual él no pudiet·a contm·; e1·a rico, noble, el
de su fé prestando el juramento liso i llano que ya mundo estaba para él lleno de atractivos; pero
les pt·ohibió su Papa, les aplican por lo pronto miént1·as que el mundo le pt·ometia todas las faci hasta
diez años de espulsion de este Pa1·aiso. Hdades i todos los esplendores de la vida, él asI
Bien hecho 1 Pues qué ¿acaso los clérigos ro- piraba ·al sacrificio i pensnba siempre en ser sacermanistas
merecen ser t1·atados como hombres r No dote. Vacilaba aun, cuando una drsgt·ada de faseñm
·~ 1 Duro en ellos 1 El •·igot· con que se los milia vino a terminar las inrertidumbres de su
trate honrm·á eternamente al país i la .Colombia espíritu. Uno de sus mas íntimos amigos refiet·e
chiquita se ha1·á la pe1·la del mundo. Porsupuesto 1 las cosas así: "En 1847, Javier pe1·dió a su m a-
Es cie1'to que está tambien garantizado a los drastra, a quien amaba mas que los otros niüos
colombianos el no ser juzgados por comisiones es- que ella babia adoptado al casat'H', i a quiE-nes
traordinat·ias,ni penados sino despues de set· oídos babia sei'Vido de madre consagrándose u ellos con
i vencidos en juicio ; pero como los clérigos roma- una bondad incomparablt>. La mue1·te de una
nistas no son colombianitos, un Alcalde es com- persona tan quel'ida, dió el último golpe a- su eopetente
pam echarlos de la tierra i enviarlos a razon i lo desp1·e-ndió completamente del mundo,
mendiga1· un pan en el estranjero. ¡ Esto es her- cuya vanidad le hnbin choC'ado siempre. M•1rcbó
moso ! para Roma al fin del año, con la intencion bien
1 Oh ! la lei p ·opuesta es un modelo, como hemos
dicho. Pasó en primer de' ate el día 18 de
este mes, i juzgamos que la Comision la estará
traduciendo al castellano para considerarla en segundo.
Será, sí, lei de la Union po1·que el Catolicismo
no goza en esta tierra ni del derecho de asilo.
1 Viva el partido seudo-Jibeml !
--------~~e=-------
" Los Estados del norte i centro i los de Antioquia
i Tolima gozan de completa paz.
" En este ultimo fué aprehendido el señor Obispo
Riaño i a la fecha estará en Cali o Popayan de donde
debe partir para cualquier otro país eo el que se le
pernuta vivir. violando las reyes. La que hiere a este
Sacerdote consagra principios a los cuales somos an·
tipáticos,por su ineficacia,por la odiosa escepcion que
estableceu, pero en tanto que el mandato legal no caduque
o sea reformado, debe dársele cumplimiento
impasible. El señor Riaño ha acl(¡wrido con su conducta
pertinaz i altanera, el tri~te privilejio de ser el
úliimo rebelde que haya existido en Colombia en esta
decidida de consagrarse enteramente a Dios."
Apénas llegó a In ciudad eterna, ánte de tornar
el hábito quiso ver al Papa, i aunque et·a fácil
hacerse presenta•·, quería ene ontrarse solo con él
para pedirle una bendirion particular. Su pií·dad
sen tia todo el precio de tal bendicion, i un instinto
secreto le anunciaba tal vez la influencia que iba
n tener sobre su vida sacerdotal. Obtuvo, no sin
trabajo, el ser colocado un di a solo en un corredor·
po1· donde debia pasar· el Pnpa.--J?ío IX al verlo
se detuvo i le di.1o :--¿Quién sois ?
--Ja\'ier de Mérode, Santfsimo Pad1·e.
-¡Ah 1 Yo he leido ron ft·ecuencia ese nombre
en Jos diarios ¿Sois pariente del Conda de Mél'Ode
de Béljica '?
--Soi su hijo~
' --Vuestro padre es un buen católico a quien
amo. ¿ Veois a vet· a Roma i a pasar algun tiempo
.en ella?
--He venido a ordenarme Sacerdote i a pedir a
vuesta·a Santidad que bendiga mi vocacion. ·- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL C A T O LI C O . 341
--Bien, hijo mio ; yo os bendigo de lo íntimo ' ces. Les. ~aba todo lo qu~ tenia, hasta st; ropa
de mi eol'azon. Que Dios os :lsista i sea 00n vos. blanca, 1 JUntaba las ftmcwnes de Secretario a las
M. de Méa·ode salió con el corazon conmovido de Capellan. Se hubiera dicho que hacia cosas que
i con la conciencia tranquila sobre su destino sa- le erDn· naturales, segun la consagracion i la terce,
·dotal. Habia recibido la bendicion del Vicario nura con que las hacia. Estaba consagrado entede
tl'isto, i estaba segmo de habe1· entrado en la ramente a esta obra, cuando Pío IX lo llamó nomvía
en que Dios lo queda. Las buses de su exis- brándolo Camarero secreto participante. El Constencia
i de sus tmbajos, estaban definitivamente titucional en su número de 29 de abril de 1850,
puestas, i así como bai una granrle amargura, un anun,ció .la eleccion del Soberano Pontífice, en esil'remediable
dolor cuando uno puede echarse en tos tenmnos :
cara el haber· equivocad'O su estado, no hai un « El Papa acaba de nombrar Camarero secreto
placer comparable a fa certidumbre del porvenia· n un hombre que ha merecido bien del pontificado
que dá la entera pcsesion ele sí mismo. Esa cer- i de nuestt·o ejército; que dlll'ante la guetTa, i destidumbre
uo dú solamente un placer, dá tambien pues de ella, no ha cesado un instante de cansauna
gran fuerza, porque el hombre no llega al grarsc al servicio de los hospitales militat·es, con
pleno desarrollo de su peusan1iento sino poa· el un celo superior a todo elojio. Este hombre es el
apoyo moral de los que lo rodean. Coloc1do fue- seüo1· ~onde de l\férode, cuya elecciou ha sido
ra de su verdadem órbita, siente bien pronto de- aprmultda po1· todo el mundo.
bilitado su va loa· i aun su talento; se ntrófia en V
lugar de crecea·; se parece al áa·bol CJUC r on rní- El empleo de Camarea·o secreto .participante, no
ces i todo se traslada a nuestros paseos ; pv1 ¡ \ ~h un es E"n verdad, de los mas importantes de la co1·te
tiempo se ve cubierto de ho as débiles i descolol'i- pontifical, pero sí es el mas íntimo. Los camaredas
que lo muestré\n bien vivo a los ojos distrai- ros están encargados de intr·oduch· a las personas
dos, pero que prueban su aniquilamiento. Pron- honradas con una audienciá qel Santo Padre; lo
tose secará del todo i habrá que quitado i con- acompañan en todas sus salidas, ya sea que se tmvertirlo
en leña. te de una ce1·emonia, ya de un paseo, i pasan día··
M. de l\férode tomó inmediatamente el hábito i riamente muchas horas a su lado. Su número se
se puso a estudiat· con ardot·. Siguió los cmsos limita a cuatro.
del Colejio romano, i se hizo nota1· no solo por su Monseño¡· de Mérode se afliji6 por este nombr·aintelijencia
de lns cosas de Dios i de la Iglesia, miento que embm·azaba i desnl'l'eglaba sus planes.
sino por su modestia i su simplicidad. Tenia hon·o1· a las distinciones, i deseaba una ca-
Llegaron los acontecimientos de t 848. El Papa· nera eclesiástica laboriosa, pero al mismo tiempo
huyó a Gaeta i la revolucion a·einó en Roma. Es- libre i t·etirada· Pea·suadido de que su nuevo título
te estado de cosas no era favorable a los estudios a nada lo obligaba i consider~ndolo como un testiedesiásticos,
i sinembnrgo, Mérode, promoYido monio de hono1· al nombre de su familia, continuó
haeia algun tiempo al diaconado, continuaba tra- sus obras habituales sin pensar mas en sus nuevas
bajando i sufriendo lns profundas angustias que funciones.
probó entóoces todo c01·azon cristiano en las dife- Algun tiempo d~spues de la vuelta de Pio IX,
rentes faces de esa lucha impía. Sus simpatías le Monseüot' Hohenlohe, Camat·ero antíguo, enconimpusieron
bien pronto un papel mas activo. El trando a Mouseñor de .Mérode le dijo :-Teneis
ejét·cito frunces sitiaba a Roma, idos o t1·escientos · que ir al Vaticano-¿ Para qué ?-Id i lo sabreis.de
nuestros soldados, engañados con palabras de Vaciló nun algunos dias, pero al fin obedeció¡ se
amistad, habian caido en manos de las bandns presentó. Monseñot· Hohenlohe lo inti'Odujo cerca
mazzinianas. M. de Mél'ode que e&taba en el sítio del Santo Padre a cuyos piés se puso de rodill~s.del
combate socorriendo a los heridos, se puso con Su Santidad lo recibió SOlll'iendo i le dijo:-; Ah t
algunos Sacerdotes franceses al set·vieio de los Poa· fin estais aquí, Monseñor. ¿ Cr·eiais que habia
prisioneros. Los valientes de StPrvini i de Gari- grandes riesgos qtte co¡·ret· cerca del Papa cuando
baldi tomaron m ni a mal esta intervencion, i Mé ·· no queríais veuir? ¿Creíais que se vivia aquí enrode
i sus cómplices fue~·on r·educidos a pl'ision i tre lns dista·acciones i placeres 'l Ya hftbeis visto lo
notificados de que se los degollaria si los france- que hai-¿ Rehusareis aun obedecer·?
ses, como se temía entónces, daban un asalto -Vuestra Santidad no tiene mus que mandar.
dUl'ante la noche. Mazziui, comp1·endiendo al di a -Sí, .he'? 1 venis sin el hábito de vuestro ran-siguiente
la inutilidad i lo dañoso de esta violen- go. Os ordeno, pues, que os bagais vesth· in mediacía,
oa·denó que los rlél'igos fuea·an puestos en Ji- tamente, i cuando esteis ve~~otido,os ordeno que vol·
bertad, pero esta pl'imera esperiencia, léjos de de- vais. Cuando hayais vuelto,os ordenaré otra cosa.
salentar al abate Mé1·ode, le ofnció el atractivo Cuando volvió M. de Mérode, el Papa le ordenó
que tiene panl él t&da empresa en que bai peligros que se quedara ahí.
que corret·. Dirijóse a Vitervo i a Civita-Caste- A partir de esta época, la vida de Monseñor de
llana, para cnidat· en los hospitales a nuestros en- Mérode tomó otro caa·áctm· ; todavía siguió consafermo~
i a nuestr·os heridos. grando tiempo, i sobre todo abundantes ausilios a
El 3 de julio, en cuyo dia ocuparon a Roma los diferentes obras, pero tuvo que llenar las fúnciones
fr·anceses, el abate Mérode acompañó a M. de a que había sido elevado; i esto lo hizo con celo,
Cot·celle en la visita de las cárceles ?ara hacea· s:1- pero sin1·omper absolutamente con sus antiguas
lir de ellas a las Yíetimas de Jos furores i de los tendencias. El Oficial de humo1· jovial, de palabra
terrores mazzinianos. Esta mision no carecia de pi'Onta, de jestos multiplicados, no desapareció enditicultades
ni de peligros. " teramente en el dignatario de la corte pontificia.
Dos meses despucs, el abate Mérode fué elevado Es bien seguro que rara vez camarero alguno ha
al Sacerdocio, i llenó a la cabeza de nuesti'Os sol- tenido un sello individual tan marcado, i no es di·
dados las pl'imeras funciones de su ministerio, fícil concebir que esta vivacidad de carácte1· i de
por·que no sali11 de los hospitales, donde se conta- movimientos, hnya rausado mas ele una vez alguna
ban pot· centenares los enfermos del ejército fran- sorpresa.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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Como Camarero sec1·eto participante, M. de Mé- 1 impaciente, mui desconfiado, i mui inclinado n la 1
rode tenia sin duda una verdadera importancia, oposicicm. Quni:t que se tuvie1·an en cuenta las
sinemba•·go no se destacaba todavía notablemt>ntc dificultades de l(,s tiempos, i qu~ se fallara favora- ,
del grupo que rodea aPio IX; su papel político co- blt>mente Pn ~us cosas dudosas. No era este el le.nmenzó
cuando recibió del Santo Padre la mision de guaje de e n adversario sistemütiro, i sobre todo,
ofrece1· al Jeneml Lamot·iciere el mando del ejérci- · su posicion cerca de Pi o IX, })í)sta para defepderlo
to pontificio. Hai motivo para pensar que fué él contra tal acusacion,a tiempo que su pasado res ponel
primero que habló al Papa del antiguo e i lus- de de su él m o•· a In Fr:mcia.
tre JeÍleral del ejército de Afl'ica. Eu efecto, La- En cuanto a sus ideas políticas,se le ha ncusado
mol'iciere, a quien él babia conocido en Aljeria, se por nuestra prensa liberal, de se1· un reaccioumio 1
había ligado desde entónces con 1 a familia de Mé- fogoso i basta partidario de la intlut>ncia anstriia pasado lo siguiente: Ln
autoridad francesa babia ordenado ras, de negocios, de .estudws, de cunos1dad, ha
encontrado el medio de llevar una vida austera i
verdaderamente saccrdot::.l. · .
MonsctlOl' de l\lérode ama la lucha .. siente con
vivrza i obra prontamente. Estas preciosas cualidades
tienen para la mayor parte de los hombt·es
el inconveniente de no hermanarse siempre con Ja
mesura; si este im:onveniente ha podido hacerse
sentí¡· en Monsefwt· de Mérode, ha sido siempre
templado i reparauo por la delicadeza del hombre
de mundo, la caddad del cl'istiano, i la perfecta
humildad del Ministro de Jesucristo.
He hablado mas arriba de su papel político; a
decit· verdad él no tiene papel político; llena una
mision de amot·, i se consagra a Pi o IX, al derecho,
a la Jglesia, no piensa sino en hacer su deber. Si
tiene sobre ciertos puntos ideas pat·ticulares, las
subordina a la voluntad del Soberano Pontífice,
inclina su juicio ante esta sabidul'ia porque sabe
qne la plenitud de la obediencia es, en tales casos
' la plenitud deJ discernimiento.
Abril de 1863. EuJENlO VEUILLOT.
a su vez de la fatal tribuna i perseguido por Ja
proscripcion, vivia en una cueva subterránea, junto
al mismo foco de la reYolucion. (2) En semejante
estado, oyendo a su rededot· los rujidos de
la muert{', hcrJ;itando las cavidades de la tie1·ra,
como él mismo dice, << falto de todo, pudiendo
« ser impunemente asesinado, ignorando Ja sue1·te
<< de su familia, ten1iendo de continuo verse con
« ducido al ~uplicio sin se•· juzgado ni oído, corno
<< el animal que arrastran al matadPro, o la yfcti
« ITil\ al altat· ; >) en S{'mejante estado, repetirnos,
se obró en él una revolucion moral cuyas afecciones
mas íntimas sofocaron todo el est•·u e ndo i terror
de la que tenia al mundo conmovido sobre su
cabeza. ExiSTENCIA DE Dros, INl\:IOnTALIDAD DEL
ALl\:IA, NECESIDAD DE LA VIRTUD, NECESIDAD DE UNA
RELIJION, PARA PRACTICAR ESTA VIRTUD, DIVINIDAD
DEL CRISTIANISMO 1 COl\IPLETA FÉ EN SUS :MISTERIOS
; hé aquí los grandes pt·oblemas que sm·jieron
del fondo de aquella intelijencia solitaria, i a
cuya solucion se dedicó con una dilijencia, que él
mismo r.ompat·a a la de Arquímedes en medio del
saqueo de Siraeusa. Removiendo en el intel'ior de
si mismo las cenizas de su pasada vida, se le aparecieron
algunas chispas de fé, preciosos restos de
una educacioo maternal. ¡ Cuán ,pod€rosn ·es Ja
fidelidad a la voz del Cielo 1 Con estos débiles
recursos, aquella alma, cuya actividad se babia
replegado dentro de f'Í misma como un volean que
ha vomitado tocta su lava, emprendió la prodijiosa
tarea de reconstruir, enteramente sola, todo el
edificio de la vet·dad relijíosa, · de volvet• a la "f-é
de sus primeros años por medio de inmensos trabajos
filosóficos. Lo logró mui pronto ; i los treinta
i tres afws de vida que le concedió el Cielo despues
de aquel ventu roso d i a, f ueron un prol ongado
suspiro de piedad i arrepentimiento. (3) Pero
lo que mas debe llamm· nuestra ateneion es que,
gracias al buen sentido filosófico i a la rectitud de
c01·azon, que apestu· de sus estravíos habían constituido
siempre el fondo de su naturaleza,(4) conoció
desde luego que el buen éxito no et·a posible i
que su empt·esa era insensat:~ sin nna condicion a
la cual se doblegó francamente, i que nunca dejó
de cumplit· como uno de los elementos mas esenciales
d-e sus investigaci>
ce aquel abandono de la tietTa, aquel ~h'}amiento Cada una de las palabras que siguen jamas ser.
c desde donde percibía i juzgaba las en m males lo- rán bastante pesadas i meditadas. No es un teólo
« curas de Jos hombres, aquella adomcion sincet·a go que aduce reglas aprio1·i; es una alma recien
ce i siempt·e creciente a la vil·tud, aquella elevacion llegada de rnui léjos, que refiere su viaje, i señala
ce intelectual bácia Jos objetos gmndes i sublimes, a las almas flotantes todavía léjos del puerto,como
« i sobre todo hácia el Autor de la natul'aleza, i ella lo ha estado tambien,los canales de la verdad.
((aquel culto libre i puro que sin cesar le dirijia. .~(Desde luego comprendí que, en mnterins reli-
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 91", -:-, 1865. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687989/), el día 2025-06-19.
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