AÑO II. Bogota, 27 de diciembre de 1864,
LA FIESTA DE NAVIDAD.
Quien lee los escritos de Salustio no puede figurat·se
lo que él era.
Eran esclnvos casi todos los pobres i todos los
pl'isioneros de guerrn.
Pet'O Jo que (•aractm\iza mas a los paganos, es su
MAS soBRE ROllA. amor desenfrrnado pot· los espectáculos sangrien-
La espeetarion univm·sal ha quedado satis~echa, tos: los del Coliseo i el Cit·co, los hacían es tremeya
nadie hublará: como de un hed~? por VN1Jl', del ce1· de gozo. Para que nuestros lectol'<'S eomprendnn
nacimiento de un Redrntot· de\ Jenero humano. esos juegos, uo bu~ta repetir con Tertuliano que
Tito Livio, Sal u tio, Tácito, Plutat·co, todos los « ernn el fu¡·ot·, la crueldr.d i la impudicicie, >)
historiadores anti(l"uos refieren que habia tal espec- elevauos a su mas alta potencia, r~ preciso darles
tacion, Virjilio c~mo su intérprete la. ?antó e~ aunque sfn una idea mui lijeru de alguno de ellos.
una de esas l~(rloO'ns i Ciceron anunciO una le1 Sea el Coliseo.
ctcrnut univers~l, la lei de todas \as Naciones i de Este soberl>lo edificio, pa1·u euya construccion
todos los siglos, un Soberano comun que seria el dice Cnsiodoro qtlc derramó Tito un rio de oro,
mismo Dios cuyo reinado iba pronto a comenzar. tenia 157 piés de elevacion sobre 1641 de circunSe3enta
i tres nños ántcs de que Dios bajara ni feJ'('nria, i podía contPner cit>n mil espectadores
mundo en forma humana, Roma habi~ oído anun· sin coi"ltal' los que srrvian en la tramoya. Tenia
cia1· su nacimiento : Regem populo romano natu- tres cuerpos sostenidos por· col u muas de mármol ;
ran paril~tre. Ya se cumplió el oráculo. El Dios ele rm\rmol eran todos los asientos de las galerías·;
Hei, Libet·tador, Reformador i Redentor del mun- las estátuas, los relieves, los trabnjos en bron('e
do, nació pobre, desvalido, sin otra cun~ que un dorado i el mármol bien bruñido, embellecían sus
pesebre, sin otro hogm· quG una caballenza. Solo paredPs i daban mayo•· fuerza a la luz, que cunndo
tos deshe¡·eclados de la tie1·r·a, los humildes pasto- el'é\ mui intensa, se disminuía con el velariwn,
res de Belen, oyeron el canto celestial_ <:Iue ,rrocla- inmenso velo de p\upura sembrado de estr·ellas de
mubn In venida del Justo i la rehab!IJtaciOn del oro que cubria todo el anfiteatro, dándole la J'orhombre.
E\ mundo vá a cambia•· de aspecto : la ma de una tienda de campañn. Si el calor era
' humildnd vá a ser ensalr.nda i humillada la so - muí grantle, caía sob1·e los t> ·peetadot·es para re-bel'bia
Esta es la leí de Dios, lei cuya evidencia frescnl'los, una menuda lluvia de aguas de olor·,
1 probat:án en si mismos \os que adorando s;-1 y~, qne salia pm· tubos de metal dorad·o.
quieren omcter todo al crh;~l de su propia !ntell- Para evitar dificultades a los cspectadot·es,habia
jcncia j niegan lo que nn entJen.clen •. como SI todo ochenta puertas numet·adils, i ya sabia cada clase
en la naturaleza no fuera un m1sterw, no fuera un soci:1l, por cuál le COI't'espondia -entrat· pat·a de•·•·amilngro;
como si no fuem un milagt·o '1? ret:or·~1a marse pot· la vasta galería i ocupal' las mAgníficas
social, política i relijiosa operada por el Cnstrams- gradas cubiertas po1· la mflgnífiea comisa que cumo
en el mundo. ronaba el edificio, i hasta donde subia el pueblo
Plll'a que pueda fonna¡·se idea de esa reforma ansioso del es-pectÓ.c\}lo.
asombrosa, vamos a presentar un lijero cuadro de La arena o lugar ·destina:do ·pam la lucha-, era un
lo que era la sociedad bajo el paganisn~o. . . . Óvftlo que mPdia 7 4 8 piés de cil'cunférencia;. i ·que
El amO\' a los deleites sensuales, habJa dtvm1sa- estnba·t·odeado de una rejí\ de hierro cuyos barras ·
' do todos los vicios : e\ lujo era tan estraordinario, te¡·minaban en puntas agudas vueltas' hácia el
que, se,run ¡·efiere Plinio, una sola mesa de made circo; . .sobre ellas t·odaban cilindros de marle1·a
¡•a costÓ·al modesto 1'epublicano Cicet·on, un mi- que resl>ahlban bajo las garras de las fieras que
Bon de sestercios ( 40.917 pesos r ... wrtes i 63 c.). que1·ian salit·se i las hacian ene¡· de nuevo en la
La casa de un caballero romano, era un palacio at·ena, ,
de que. hoi- no tienen idea los mas poderosos me- Habia conductos que traian c~ando así se desea·
IHlrcas. El mismo Plinio cita una que s pueblos: los p.,·oeonsules, lanzaban al sitio del combate. ..
ademas de las cuantiosas rentas que tenían ~1sigua- l. Dos puer·tas especiales llamadas Sandápil..zria i
da~, no omitian medio de estor:cionara sus gober- 1 Sanavivarz'a, set·vian pal'él dat• salida, la pl'ime•a
nados,no rett·ocedian ante ninguna iniquidad par·a 1 a los cadáveres de hombres i de animales que eran
volver a Romn dueilos de millones i tene1· como 1 igualmente arrastrados con ganchos, i la segnnda
propiedad suya hasta ciudades. Los mismos filó- 1 a los combatientes que quedaban vivos i que eran .
sofos emn dueitos de caudales así, i cuando mas 1 ·de m·dinnrio mui pocos. .
ricos eran; cuando mas codiciosos, cuando mas 1 Cerca de la puet·ta de los muer·tos, estaban Jos ¡·
ladt·ones i sibal'itas, mas ccnsut·aban todas estas 1 alojamientos de las meretr·ices. Hé aquí el local: . ~
cosas como contrarias a los intet·eses del Estado. 1 véamos ahora los juegos. •
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Imajinémonos al pueblo l'ei llegm1do ap ut·ado ' decente, tl'incha los cuet·po 1 Yer si aun hai
i denamándose por los respectivos vomitoriwns o vidas allí, i el otro con una gran masn, aplasta las
¡·puertas de salida, en el vasto recinto de aguel ji- <.:abezas que quedan enteras.
gant~zco edificio, i ocupa-ndo desde rnui temprano Ya no se vé mas que sangt·e: rs preciso hacerla
Jos diferentes ót·denes de gt·adas de que está rodea- -desaparecer, i al efet'to se presentan algunos esdo.
La nrena se vé cubierta con una capa de ver- clavos jóvenes, elegantemente H'stidos, que con
mellon .. Eo e.l ~entro está un altat·, a c-uyo pié un anchas palas remueven la at·ena. Miéntras tanto
hombre atado .es custódiado pot· dos pretorianos: los tubos de metal esparcen una lluvia de aromas,
.a un ladG, sohJ'e un tri pode lll'den esquisitns uro- el velal'ium oscila .nrtísticamente pat·a l'(,lfrescar el
mas en hono1· de Júpiter., i sobre una pequeña mesa , aire, f la música i el canto llenan con su armonía
de mármol, brilla un cuchillo j-unto n un vnso de , .todos Uos espacios: Jos b1Jfoncs, remedando a las
pórfiro. El tiempo vuela rápido i las g•·adas su.pe- victimas i haciendo bul'la ele sus dolores, hact·n
riores se empiez a n a llenat· pot· \as matronus i jó- desternillar de risa n \a p\rbe i a las matronns.
~' enes romanas resplandecientes de belleza, i ador- Al fin se presentan los g\adiado1·es. Van sobre
nadas cou pl·ofusion de brillantes, gazas i seda co- canos de L>rillautes colores: dan la vuelta al
J.or de escal'lata. Solo queda ya un pequeño espa- tentro; llegan frente ai pabellon imperinl, se paran,
.cío vacío, en donde luce el doce! del Emprt·adot·. díl'ijen el mismo saludo que los auteriot·es, saltan
De pronto apat·ece el Pt·eto&· que lo t•epresenta, con a la arena i se dividen en grupos. Su vestido
un rico manto de púrpura, recojido sobre eL hom- consta solo de un calzon blanco o rojo que llega
b1·o derecho ron un broche de oro : presédenlo los npénas a la mitad del muslo i que está ~segurado
Lktores ron sus insignias, i 5:ignénlo los-Senado- en la cintura por un fajon de placas de cobre
res con sus ámplios mantos blcmcos recamados de cincelado: una especie de sandalia de bt·once sosoro,
las jóvenes vestales i todos los .diguataf'ios del tenida por coneas de cuero azul que se cruzan
Imperio que se colocan a derecha e izquiet da del sobre la pierna i se ntan arriba de la pantorrilla,
docel imperial. Una vez sentados, miéntms el ai¡·e forma su calzéldo. Van armados, unos con un
se estt·emece ron las aclamaciones de la multitud, tridente i un puna], otros con un sable curbo, otros
las dulces vestales dán la señal, i el silt>nrio se con una espada, otros con un simple lazo; algu·
restablece. El sacerdote de Júpiter, con sus bri- nos Hevon uo escudo embt·azado i un casco con
llantes vestidos de cet·emonia, se adelanta. lenta- cimera roja, ott·os léjos de tene1· algun medio de
mente, los pretorianos ~rrastran al cautivo hácia defensa, 1\evnn los ojos vendados.
el al'a, el ~ace•·dote toma el cuchillo e invocando No todos se empeñan de una vez en el combate,
al dios, lo hunde en la garganta del infeliz que no porque es .preciso que el espectáculo dure. Cada
tenia otro delito que haber defendido la indepen- clase suministra su rato de di vct·sion, i la '\'ariecia
de su patria o ser simplemente un es<.'lavo, un dad en el modo de dat· o d~ recibir la muet·te es
pob•·e : el pueblo aplaude con f•·enesí, i la fiesta Jo que satisface al depravado pueblo re f.
empieza; la música se hace oír con estrépito. :Entre esas víctimas votadas a\ placer de los pa-
Preséntanse los venatores a•·mados de látigos, ganos, hai algunas voluntarias que han vendido
i se fonnan en dos filas po1· entt·e las cuales pasan su vida, i que se llaman sin mision. Miéot&·ns mas
los desgraciados esclavos vendidos pat·u set' pasto hai de estas, son mejores las fiestas, i se tiene
~ de las fieras que rujen en· las jaulas o carceres. cuidado de avisarlo en el programa, porque ni nEstos
infelices que van a sufrir un att'O~ martirio guno de ellos quedat·á con vida • .
para divertit· al pueblo •·ei, van casi desnudos i Principiada la lucha, cuando la sangre empieza
empiezan por ser azotados llOrriblemente miéntt·as a corre1· a bo1·botones, el pueblo se rñuest•·a aun
marchan al t•ededot· de la arena. Hai entre ellos descontent<> i estalla en manifrst;Jciones de cólera.
niños,ancianos,rnujet·es,nioguno escita compasion ¿Por qué? Po&·que los bel'idos no caen con gracia,
sino estq1endosas cat·cajndas. A 1 llegm· enfr~nte porque los que hieren lo hacen con precipitacion,
del pabellon imperial, se inclinan profundamente porque hui algunos que manifiestan miedo u
i esclaman: Cr!sar, los que 't:an a morir te saludan. ho•·•·or. J,jas matronas i jóvenes de las primeras
Entónces los dividen eu grupos pa1·a que no mue- gt·adas, las vestales g&·itan indignadas, i el furor
l'an todos a un tiempo, porque es preciso que dut·e de los espectadot·es estalla en maldiciones. Enla
diversion. Las pl'imeras yíctimas son atadas i tónces ros vendedores de las víctimas se presenquedan
allí ; las otms se hunden en los carceres tan armados de látigos o de Yaras de hien·o
inmediatos a las fiel'as cuyos rujidos estremecen incandescente, i con esos instr·umentos obligan
todo el anfiteatro. La impaciencia del pueblo juzga a los desgt·aciados a encarnizat·se. Esos hombt·es
mui lat·go el tiempo que ha corrido, i las vestales qlle van a morir, que saben que van a morir roavuelven
a dar la señal de la camiceda. Entónces taudo, vuelyen contra sus compañeros de desdicha
se bajan los puentes, i Jos leones, los osos, las las m·mas con que podian siquiera castigar a sus
panteras saltan fu1·iosos a la arena i empiezan a ''erdugos: el pueblo es i ha sido siempre el misdespedazar
con sus ga&·ras i sus dit>ntes a Jos que mo en t-odas partes.
se han puesto allí para que les sil'van de pasto..... Hai alguno que herido pide gracia de la vida a
¡ Oh I ¡ qué horror ! Los miembros dispersos i Jos espectadores que rnui ra1·a vez la conceden::
ensangrentados, los cráneos t•otos, producen emo- si esto •sucede, el gladiador he1•ido ¡•eeibe un golpe
ciones deliciosas en los espectadores : el sexo de Yat·a en la cabeza, se le pone el gorro de liberto
hermoso l'ie, aplaude, bate sus pañuelos de riquí- i sale pot· la puerta de los ''ivos ;. si no obtiene Jo
simo liuo bordados de pel'las. que pide, si el pueblo baja el pulga1· en vez de
Terminada esta escena, de cuya repeticion está ' levantarlo, tiene el debet·, i Jo oomple, de tenderse
cansado el pueblo, los venato1'es hacen volver las 1 -graciosamente a los pies de su coutt·aa·io, ponet·
fieras a sus jaulas : Jos confectores at·rasta·au con con su propia mano la punta del acero en su garganchos
los cadáveres, pero ántes, dos ele sus jefes ganta i recibir el golpe m01·tal entre los aplausos
se pasean por el circo, vestidos el uno de Met·curio de la multitud ébt·ia de sangre.
i el otro de Pluton; aquel con uu <'aduceo incan- Cuando ya no hai gladiadores ·vivos,. cuando
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EL CATOLlCO. 267
todos han sido arrastl'ados po:· la puerta de los l
muertos i se ha removido otra vez la arenn, se
trne otro pobre esclavo vestido Cl'n unn túnica
impregnada de azufre; junto a él se coloca eu la
mitad del circo un trípode con carbones encendidos,
i se lo obliga a representar ni vh' o a M u río
Scevol <~ , tendi Pndü su mano sobre el bracero hasta
que esté a~ada. Si vacila, si grita, si no puede
soportar el dolor, los pretorianos encienden con
antorchns la túnica azufrada. ¡Esto divierte al
pueblo! ¡Este ern el pueblo pngano J.
Diez n'lil l.omiJ¡·es fueron saerificados de la manera
que hemos referido, en las magníficas fiestas
que dió n su pueblo el Emperador Trajano, i era
tnl la decision de los romanos por esta clase de
espectáculos, que los ricos, los que desel'lban set·
clejidos pnra algun cargo público, les ofreeiHn al
pueblo como recompensa i estaban seguros de la
eleccion. Boma era entónces la seilorn del mt.ndo,
no hubia pueblo que uo estuviera entre las gat•t·as r de·hiel'l'O ele las nguilns imperiales. Todo el mundo,
pue , era lo mismo, en todas partes habia com-
, bates de gladiadores que se repctian muchas veces
en el nño, i el Cristianismo vino n destruir esa
barbarie i a camhim· la fuz del mundo. ta Cruz
brilla hoi en el ct> ntro de la nrena del Colb?o donde
muchos cristianos sirvie1·on de espeetaculo a
los fieros paganos, siendo despedazados por los
1 leones, oso i panteras, ménos crueles a veces que
los hombres.
S i se cree que la humanidad está bastante adelantada
para que tales hot·t·ores no puedan repetirse
aunque se dest1 uya el cristianismo, recorcls, los Santos Materno, Euquero ~ ~
i Valerio, murió el primero n los cuarenta di~s 1,
de su lle gadn, i cuando un() de los otros dos se ¡·
tmslftdó a Roma i &visó a San Pedro para que en- !
viara el ':"reemplazo, eJ Santo le contestó : e< Toma 1;
mi báculo, toca con él al muerto i mcíndale que se
1~vallte i predique. » En efecto, Materno e fe..,.. J
vantó del' sepulcro, continuó su mi~lon, i fué se- ;
gundo Obispo de aquella. diócesis. ~~
Principiada la misa, despücs de recitar la con- A
fesion, el Pupa se retira del altntarse 1~
en el coro, debajo de la ·cátedt•a de San Pedro.
1
A derecha e izquierda se colo('é\n sobre un estrndo ~
cubierto con una alfombra carmesí, los Cardenales j
1 con casullas i mib't1s blancas ; dc>t1·as de los Car-· [2!
deuales los Obispos, los Superiores de órdenes ~
relijiosas i los Prelados. Las tt·ibunas que quedan
1
(
encima, estün ocupadns por los Príncipes i los J
EmbnJadores de las Nnriunes. Así el mundo está !
representado ante la cun.a de Dios. l ..
Al tiempo de la Epístoln, reciben el misal dos g
di:iconos romanos, un subdiácono griego i un l
diácono armenio, que In · cant<~n en sus idiümas ~
respectiyos, uno de.spnes de otro, en memoria de ';
la union de las iglesins oriental i oceidental. 1 ~
Al momento- de la consagraciou, vuelve el Santo ~
Padre al altar, i luego que a:onsngra, levanta la 1 ~ •
ho tia i la presenta a los cuatro puntos del globo; ·~~.
en seguida dá la Lemlicion al universo. , O
Antes de la comuniou, vueJye el anciano Pon- ~
tífice a su tron{l, i un cardenal diúcono toma la ~
santa Vktirna del altal', i, .prc•ccdido del Clero que ;
lleva cirios eucendidos, la lfesn al Papa, que la d
recibe sentado i se comulga; luego da la comunion 1
con su propia mano al cardenal diácono que In ~
recibe de pié. Ln misma ceremonia se practica t
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268 EL CATOLICO.
con la divina Sangre, contenida en el ciiliz, i esto
en memorin de la santa Cemt en que el Hijo de
Dios, sentado en medio de sus A iJÓstoles, instituyó
la sagrada Eucaristía. El diácono rep1·esenta al
pueblo israelita, tomando, en la actitud de villjero,
ei"'Cordero Pascual a tiempo de pasar el Mar rojo.
Dul'ante esta ceremonia, todos pe1·manecen
post1·ados con la fre.nle sol.H·e el poi vo ; i la l'iqueza
de la iluminacion, la mnjestad del inmenso templo,
el brillo de los magnífieos mosaicos, la actitud del
pueblo i del Clm·o l'icamente revestido, la musica
que llena con su a1·monfa las vastas bóvedas, deben
causa¡· en efecto una impresion sublime, diametralmant.
e opuesta a la que ántes probaba ese
mismo pueblo en lns ceremonias relijiosas que prece,
iiau a los sangrientos juegos del Circo i del Coliseo.
Concluida la mi-sa, vuelve el Santo Padre a tom<:
tt' su tia1·a, se sienta en la sedic1tla que levantan
en hombros los prelados, i, des pues de bendccit
· al pueblo, se retira precedido de los cnrde-i\
nales i seguido de los Obispos, P1·elados i guardia
~ noble.
Inmediatamente des pues tiene 1 ugat· en Santa
Mai'Ía la Mayo¡·, ott·a ceremonia no ménos coumoi
vedora para ·el corazon cristiano. Es la adoracion
J del Pesebre en que la Vírjen María colocó ol niño
Jesus. Este rnonnmento ps·ecioso de nuestra ¡·edencion,
había estado recibiendo en Palestina la
''isita dinl'ia de muchos pes·eg1·inos, que iban a
buscar en él el1·emedio de sus necesidades, i a satisface•
· una nec~sidad de su alma. San .Terónimo,
que vivia en Belen, babia sido su guat·dian cuidadoso
; i Santa Helena· lo habia hecho cubrir de
láminas de plata. Pero el año 642, gobemando la
Iglesia el Papa Teodo¡·o, fué pt·Pciso tt•asladat·lo a
Roma para sustraerlo a las profanaciones mahometanas.
Consé1·vase guardado en una rajá de hiel'l'o que,
el dia de pascua se coloca sobre un altar oo la gran
sacl'istía donde se queman esquisitos aromas ; a
las cuatro de In maúana cuatt·o canónigos la trasportan
solemnemente a la ('apilla deSisto V, i
despues de la misa de la ·au¡·ora la es ponen sobre
el altm· mayor. Entónces todo el Clero se diriJe
ácia la imáJen de Mat~ia, que la tradi<'ion refiere
habet· sido pintada pot· San Lúcas, i la descubr·e
como pat·a.que presencie el triunfo de su Hijo.Un
ca•·dennl es el p1 imero que se acerca i besa
respetuosamente la sag•·ada reliquia ; luego siguen
todos los que han pouido permanecer dentro del
templo, i cuando esto ha concluido, se IE>e el pt·oceso
que act·edita la identidad de la reliquia, cuya&
cinco tablas ennrgrecidas pot· los nños, rstán colocadas
en una caja de cristal qne descansa sobre
una peana de pi ata cubie1·ta de piedras prec•iosas
que donó Felipe IV de España. En seguida vuelve
a colocarse en su arca de hierro i a set· eneel'fada
en el tesoro pa1·a no sali1· sinCJ el año siguiente . .
Así se celelJra hoi en Roma el grande aniversa·
rio del nacimiento del Hombre Dios. En vez de
las carret·as del Ci1·co i de los comba tes del Coliseo
en que se ostentaban todo el lujo i toda la barba·
l'ie pagnnas, ahora se celebmn los mistel'ios pacíficos
i civilizadores del Cristianismo. No hai mas
sacl'iflcio que el incruento de la hostia consagrada,
no hai mas lágrimas que las que hace verte¡·
una deliciosa piedad ; la fraternidad reina donde
áutes se ostentaban los odios, i las virtudes han
reemplazado a la mas vergonzosa corrupcion.
¡Salve al divino Niño que produjo en el mundo tal
1 revolucion! ¡Salve a la ducto1·, ol ,·ida do de la política i de la
cuestion anti-relijiosa, se muestra con todo el
juicio i la noblejenerosidad que caracterizau a un i,
jóven granadino.
En efecto, los exámenes anuales del Colejio de
Cannsquil!a han debid dejar tan satisfechos a los
padres de familia, como lo hemos quedado los que
vernos en la juventud que se está formando hoi, el
porvenir de la patria,
Homb¡·es como el dil'ecto1· de este estableeimien- '
to i como los señores Jo~é Joaquín Ortiz i José
Caicedo Rójas, están llamados a sal vria al'arrearse
lns zumbas i los dicterios s hijos del serafico
Padr·e, San Franeisco i Snnto Domingo eou su mansedumbre,
caridad i demas vi-rtudes evaujélicas.
«La misa fué cantada por el Reverendo Padre Prefecto
con suntuosidad, pero al mismo tiempo con Ja
modestia que le es característiea a dicha comunidad.
Despues de la misa fueron invitados varios amigos de
la c<:tsa al refectorio, doude en medio de una sencilla
comida, reinó la verdadera alegría, que no puede disfrutarse
sino en medio de almas tan virtuosas como
éstas.
<1 ¡Ojalá logremos ver pronto a las demas comunidades
relijiosastan observantes i benéficas a la soeiedad!"
IJA VÍUJEN MARÍA.
1\Jas el que me ofendiere
dariará sunlma. Todos los que
me aborrecen aman la n.uerte
ett>rna.
LIB. PROD. CAP. VIII-V. 36
Cuando percibí en mis oídos sacerdotales una
'' ~z .impía que, denigraba Jas glorias de la Mujel'
~ Dn·Hw, Madre Inmaculada de) Eterno, me pare-
' ció que un honísono trueno hacia estremecer mi
cornzon, i 9\Je heda mi alma una espresion del
Ánjel desUnado por et Omnipotente para vcugar las
injurias iufericlas a la criatura mas bella i herm-osa
que fonnó la mano ilel Todopoderoso. No pudi<'ndo
llevar con paciencia las blasfemias del impío
mason que lace•·a la llü'nra de la Vírjen Inmaculada,
me deditjué a bosqurjar aunque no todas sus
prero_gati\·as i privilejios, a lo ménos una parte
de ellos, para que el pueblo g1·anadino se persuada
de que los impíos trabajan como han trabajado
siempre con descaro i desenfreno, en sustitui1· a
nuestra Relijion divina las doctrinas protestantes .
o las de los maniqueos.
Nuestros primeros padres, prevaricadoJ'es llenos
de temo¡· i de espanto, oían debajo de las som ras
mdjestuosas del Eden, la voz aterradora de Jehová
que los coodeuabn ni destieno, al trabajo i a
la muerte, en ('astigo de su loca desobediencia ;
una prediccion misteriosa en que la bondad del
Criado¡· despuntaba nl traves de la J¡·a de un Dios
irritado, vino a reanimar el nbatido espiritu de
aquellas dos frájiles criaturas, que habian delinquido
por orgullo como Lucifet·. Una hija de EYa,
una Mujer de ánimo vaTonil debia aplastar bnjo sus
piés la cabeza de la serpiente, i rejenerar pam
siempre una raza culpable: esta Mujer era Mada.
El hombre que no respeta la santidad de la Ma·
dre Inmaculada del Criador, no tiene Relijion, ni
la mas mínima tintura de moral. Díganlo sjno,
los impios exi~tentes en la Nuevh Granada. Esta
gran Princesa que ennoblece e ilustra al cielo i a
la tierra, es a la que intentan anonada1·, si el Hijo
lo permitiera. Este bijo Divino es nltamente celoso
put· la l10nra de su Madre. Los impíos que mau,
cha.n tan descat·ada i atrozmente su nobleza virjinal,
sufrirán 1& pena que merecen. ¡Temblad pues,
hijos uel averno, temblad, porque ~1 Sét· Sup1·emo
·desde el alto s-olio de su mansion etema, os hará
descender a lo profundo del abismo, como descendió
el ánjd rebelde, con la tercera parte de los
espíritus conspiradores I
Hablemos del respeto i vcneracion que en todo~~
tiempos i e.n todas las edades se ha u tributadO" "1 '
la Vírjen sin m::mcilla. Todos los pueblos de la
a,ntigüednd, por una perpetu;¡ tradicion, se hau
instl"llido, i mantienen la erernda de que una Vírjeu
hermosa i pura como la luz, repararia con su
divino é.dumlmuniento el mal que habja causado
la primera mujet·. Esa tradiciou consoladora que
sostuvo ias espt·ranzas de una raza decaida, no se
boJTÓ de la memoria de los hombres en la época
de su gJ·an dispe1·~ion en Jas llanuras del Seuam·,
i con .ellus se llevaron mas allá de los montes i do
los mart>s tan dulce si bien lejana idea. Mas larde,
cuando la Belijiou primitiva empezó a debilitarse,
i las a•ltiguas tradiciones se rodea1·on de nubes, la_ l
de In Vírjen i del Mesi:Js J'esistió casi sola a la ac- 1
cl.ou del tiempo, i se elevó sobre los ruinas de las
antiguas crrendas perdidas entre las fábulas del
politeísmo. como el :11·busto siempre \'erde que
crece sobre las ruütas de la que fué en otro til•mpo
la gran Babilonia.
¡ Cosa admirable 1 } ... os pretendidos pensadores
de nuestro siglo~ incrédulos del mismo temple lJUe
los sofistas del paganismo, i bien dignos de fraternizar
encima de lo~ bancos de la escuela materialbta,
sou tan o:-,ados i atrevidos como aquellos,
cuando 11irgan la Divinidad del 1-:lijo de Dios, i
por consiguiente, la maternidad i virjiniJad de su
M odre. Si los sofistas e incrédulos tuvietan siquie-
~ - ~~.~·~~~~~~~~ ~--~~~--~~~~~~~~~~--~~; Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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270 EL CATOLICO.
ra una ráfaga de vergi' enza, se t•ubol'izarian al 1
contempléH' el aprecio que las NnciHiws paganas
han hecho de la Doncella de Nnza•·ef; recórr·anse
las dive1·sas rejiones del globo desde el Norte al
Mediodía, i desde el Poniente a la Aurora: reji~tren1os
los anales relijiosos . de los pueblos, desde
la tim·•·a en que nace el na1·anjo hasta las montnuas
abrazadas en que nace el jirasol, i se encontrará a
la Vírjen Madre en el fondo de casi todas las teogonías.
En el Tibet, en el Japon i en una parte de la
península OJ'iental de la India es el dios Fó, quien
pn1·a salvaJ' a los hombres se encarna en e l srno de
la jóven prometida de un rei, la ninfa Lharnoghinprul,
Ví1·jen santa i hermosa ; en la China
es Sching-Maftu? la mas pl>pular de lns Dios«s,
quien concibe, po1· el simple contncto de 1« flo1· de
las ::~guns, un hijo criado bajo el pobre terho de un
pescador, i (1ue lle g a a ser un grande Hombre i
obra prodijios. Los Lamas dicen que Bouddah nació
de la VírjeJl lJlahu-"hiahai. Sommo J(Jwdom,
Prínéipe lejisladol·, i Dios de Siam, debe igualmente
el sé1· a una Ví1 ·jen a In cual fecundai'On los
rnyos del sol. Lav-Fte'lt se encarna en el seno de
uria Vírjen negra, maravillosa i bella como el
jaspe. La Iris zodiacal de los Ejipcios es una
Vírjen madre. La de los Druidas debe dar a luz al
futuro Salvador. Los Brahmas Cl'een que cuando
Dios se encal'l)a, nace en las entnü'las de una Vh·jen
po1· operacion divin::t. Tambien Jagrenat, el
redentor mutilado del mundo, j Chrischosa nacido
en una gntta donde fue1·on a adorarle ánjeles i
pastores, han tenido úmbos una Vírjen madre. La
babilona Doyd~ ve en sueños a un bl'illante mensaje•
·o de 01·omazo que dE'pone :1 sus piés magníficos
vestidos; una luz eelestial ene sobre el ro stro de
la dormida q-ue .s e vuelve hermosa como la estrella
del dia: Zerdusch, Zorastm, o mas bien,Ebram-Zer-
Aseucht~ -el finno o profeta de los mélg os,es el
f¡·uto de aquella vision noctuma. El Tirano Nem ·
1·oud, a,visado por sus astrólegas de que un niño,
cuyo nacimiento estaba cercano, arrwnnz:1 a sus
•lo:oses i a su trono, hace perece¡· todas las mujeres
en cinta que se hallan en sus estados; pero Zer duscM
queda salvo orla ~studu i la prudenda de
su madre. Los Macéniros que habitahnn f'n las
orillas del lago Zarayns en el Parnguai, cuentan
que en una época muí ntrasnda una Mujet· de mra
belleza, se hizo Mad1·e i permaneció Ví1·jen, su
Hijo, despues de haber obrnclo insignes maravillas,
se elevó un <.lia po1· ros ni res en presencia de sus
discípulos i se convirtió e n sol. Parn comprender
estas creeneias espm·cidas, aunque adult('radas, no '
necesitamos mas que •·ecorda•· lós bollos pasajes
comprendidos en la Sagrada l'..seritura, que hablan
de la historia de la Viríen i de Jesucri s to.
Presentamos estos I}ennosos rasgos de los antiguos
pueblos para ratifica¡· el gran respeto i estirnacion
que se debe a la Divina .Mujer Madre dél
RPparador del Universo.
1 rechazamos con inclignarion In infame doctl'ina
·de Mr. Ernesto R<>nan que, siguiendo las tortuosas
huel!as d e Arrio, i de otro.s penersos, niega
audnzmt>nte la Divinidad de .Jesucristo, i con ella
el dogma de la matel'llidnd i virjinidad de su_
Macli·e. ·
El Señor me pos eyó dc'sde el principio de sus
caminos. 1 esta es In wan rnon, i el h('rmoso
principio de los siglos, porque se le debe por justicia
el respeto, la veneracion, los homenajes, i la
sumision de la humanidad. Pot· esto debe medirse
su elevacion, su g1·andeza i su dignidad. Parn hacer
comprende•· el respeto debido a la VírJen Inmaculada,
es necesm·io hablm· de su grandeza.
Estn gra~deza está fundada en la dignidad de Madre
de Dios, i en las prerogativas i privilejios que
trene eomo tal. Con\'iene pues, fijar nuestra aten·
cion sobre esta divina ooaternidnd : Meditemos
nlgunos momentos en silencio este punto inPfable
i asombi'Oso. Dirijamos nuestras miradas sobre la
majestad del Eterno, sobre ese Sér inmenso e in- 1
finito, en cuya presencia los ánjeles, los hombres, •'
el mundo entero, i un millon de mundos no son '
mas que nada. I llenos ele lu idea de esta infinita
grnndeza, fijemos dPspues la ' ' ista sob1·e María,
Madre de este gran Dios en tn persona de Jesucris-to,
i que puede decirle con vet·dad: ''Vos sois mi
Hiio : en mi seno i de mi sustancia ha beis sido
fot~mado : Yo soi la que os he dado la vida/' Una
Vírjen que ha recibido sob1·e su Dios una especie
de autol'idad insep:1rable de la calidan de Mt1clre.
Una Vírjeu que, por su divina materni-dad rntró
eñ una ve•·dadcra alianza con las tres divinas personas
de la augusta Trinidad, i fué unida a las
mismas de un modo tan íntimo, que ninguna cria- ·~
tura hai que se ace1·que, ni pueda acti'Cé.li'Se tanto
a ell.as como Moría: que siendo Madre del Hi j o
único que el Eterno Padre enjendra desde lh ete rnidad,
tic?ne p:11te en cierto modo en s u divina fecundidad:
que como verdadera l\Iadrr rle este excelso
Hijo, entra naturalme.nte po1· c!Prt>cho mnter~
nnl en posf'sion de los bienes de este mi t- mo HiJO,
i ni mismo tiempo se hace esposn del espíritu consolado•
· de un modo inefable, i que sol o pu ede
ap•·opia1·se n Mai'Ín. Los que habei lt>ido estns reflecciones,
¿ líls hn!Jeis considérado bien rn el discmso
de vuestra vida? <,Las habeis pr ofundi za do?
¿Las habeis compreudido?
Los mismos úHjeles de l Cielo·, espídtus C<'lestiaJrs
i bienannturndos, que son los Ministros del
Dios Supremo, se inclimm ante esa Vír,i e n que
llama a Dios Hijo suyo, i a la cnal el mi s mo Dios
dn el nombre dr Madre. Bien podemos pues, es- .
clama1· nquí con Pedro Damiano, qu~ toda crintu- ra
enmudt'Ce i queda en rl mas profundo silencio:
toda crial'lt1 ·a tiembla de 'respeto, i no hai u1w sola
que se atreva a fijar su vista sobre la inmensidad
de esta gforia.
''María es la mas digna Madre de Dios dice ~
Sao Bueunventurn, i Dios mismo no puPde formal' 1
una Mad1·e mn.s elevada. Si Dios puede Cl'im· un
mundo mas pe1'fecto, un cielo mas herrno o, no lt
p\.tcde criar una maure mns bella i sublime que 1f
su misma Madre. Mal'fa es una obra tan perfecta ~,~ ..
que solo Dios In sobrepuja.''
El elojio de Bernardo es tan elevado que su es·
píritu se ennjena ruando esrlama: "cuando se trn· {
ta ele la gloria de María, mi devocion no me per- ~.
mi te callar, al paso que mi espíl'itu nnda encuentra
que sea digno de Ella. ¿1 qué lengun, mm cuando
fuese movida por un t\njel, podrin celebrm· di g na- j
mente las glorias i alabanzas de 1\laría ? " l.
Espíritus fuertes e incrédulos; repito nuevnmen- !t.
te~ temhlflu, porque In mano del Omnipotente
tomará la espada de su just:cia para hacer en \'0- ¡j
sott·os un ejemplm· rasligo, si continuuis nt>gnndo
la DivintdfHl de Jesus, i laceranuo las glorias i
prerogativas de su 1\'l:Jdt·e: temblfltl, porque el
liijo de la excelsa María uo sufre la d e::.h onra de
1
su ~ladre. 1
Por último yo, aunque el mas i n digno l\linistro ¡
d.el Altísimo, en eiOJiO de la Vírjen Madre cscl amo : ·l
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CATOLICO. 271
que Ella se halla elevada a una digni<.lad que no
puede tener igual; la Vírjen María ve nece-sariamente
debajo de sí todo lo que existe, todo lo que
ha existido, i todo lo que ha de existir : esta pro
dijiosa dignidad le er·a esencial para contraei'
alianza con el Kterno Padre, i esta alianza es la
primera base, para formar juicio de la grandeza de
Mada. Hablm· cle la altísima dignidad de María
es lo mismo que compeudiat· todas las maravillas
: del Señot·; es reunit· bajo un solo punto de vista
lns Yirtudes mas brillantes; es pintar la obra maestra
de la sabiduría i del pode&· de J>jos; es en fin,
p1·esent &' el ret1·ato de l.a mas perfe<.'ta i mas santa
de todas las criaturas. VICENTE F. BERNAL·
CARTA.
DE SU SANTrDAD PIO IX }.. M. LUIS VEUi LLAT.
Uno de los escritores mas brillantes de Francia.
Luis Veuillot, acaba de escribir un libro notable en su
método. en su esposicion i en su doctriua, eombatiéndo
la titulada VIDA DE JEsus de l\lr. Renan. El venerable
Pío IX, que aprecia en mucho a Mr, Veuillot, ha
recibido con agrado la dedicatoria que le hizo de este
importante libro, i despues de recorrer sus pájinas le
dirijió la siguiente carta, que no puede se1· mas tierna,
mas espresiva ni mas cariñosa. Dice así :
PIO PAPA IX.
Amado hijo, salud i postólica bendi6on.
Nos congratulamo .eculiar
esplendor estrínseco, por la índole de l.as des.gr(lcias a
que estais espuesto; como que en estas ontrarias
circunstancias nanifestais la anfgua hambre i sed de
justicia, i la misma disposioion i firmeza de ánirno en
proseguil·la pelea en otro tiemqo comenzada.
De aqul es que, si bien Nos nos sentimos conmovidos
por vuestros padecimientos, e inclinados a condoleruos
de vuestra suerte, sinembargo, nos parece ino·
portuna esta manifestacion de dolor cuando dice el
apó~tol : •' bienaventurado el varon que sufre con
paciencia la tribulacion; i tened, hermanos mios, por
objeto de sumo gozo el caer en varias tribulaciones."
Así que, como vuestra constancia demuestra que la
prueba da vuestra fé realmente produce en vos aquella
paciencia que perfecciona la obra, Nos nos movemos
mas bien a la felicitacion i a excitaros a la alegria.
I para que !o consigais mas tacilmente, os deseamos
i pedmws con ahinco a Dios el incremento de la gra·
cia, cada dia mas abundante ; i en señal de este don
celestial i en prenda de nuestra especial beilevole'ucia
i de nuestro ánimo reconocido, os damos con todo
afecto a vos i a vuestra familia la bendicion apostólica,
Dado en Roma en San Pedro a 9, de julio de 1864,
año XIX de nuestro pontificado.-Pío Papa IX.
A nuestro amado hijo Luis Veuillot.»
EL LENGUAJE CATÓLICO DE LAS FLORES.
POR LAS ALUMNAS DE LA CASA DE CRUMLEl.
«La gloria di colui che tutto muove
Per 1' universo penetra, e risplende
In una parte picí, e meno al trove, »
Las alumnas del convento de Jslew01·th tien~n
el honor de dediem· esta pequeña obl'a ( en la cual
se han propuesto manifestar la <·onexion que hai
entre el estudio de las flo1·es i 13 relijion •·evelada ).
a su Eminencia el Ca1·denal 'Viseman, Arzobispo
de "\Vestminster,en testimonio de gratitud pot· sus
fav01·es i de admiracion po1· sus virtudes i sabiduría.
Lóndres, 21 de enero de 186l.
Amadas hijas en el Señor :-Os devuelvo, con
las mas espresivas gracias, vuestra elegante obt·a
sobre las flores. La he E'xaminado con place&·, i
espet·o que hará nacer muchos pensamientos santos
en los que la le(ln. Que el Señ~t· os conceda
se&· flo1·es que exhalen el suave olo1· de la vit·tud
delante del altat· divino aca en la tietTa, i despues
aun con mayo&· ft·ngancia i pureza en el paraiso
celestial.
Recibid mis bendiciones mas amo1·osas i c•·~edme
vuestro amantísimo padre en Cristo.
N. CARDENAL w ISE!'fAN.
AL LECT.OR.
Amado lecto•· :-Te p1·esent.amos esta nuestra
obl'ita i eon ella un t·amillete de nuest1·as flores,
que dirán su prefacio por· sf mismas. Cuando
Oplwlia distributa sus flo1·es a los que la l'Odeaban,
daba a cada uno, con tino peculial', su propio emblema.
Allí había romero i trinitarias que significaban
t·ecuet·do i pensamientos, pat·a su het·mano,
i pat·a el rei, hinojo i vinletas. Del mismo modo;
Cl) nuestt·o t•amillete nosotras colocamos en el centl
·o el f1·ájil i humilde convólvulo, pues ft·ájil i
hu mi Id e como es, aunque raras veces eleva la cabeza
del suelo, corresponde con la mayor fidelidad
a 1:\ influencia del sol i siempt·e que su débil flot·
se muestra al azul del cielo, adquiere aquel mismo
colo&·.
Tal es nuestra obrita ; una empresa humilde,
de que todas las cosas sean puestas a los rayos
del cielo i teñidas de su colo•··
En •·ededot· del convólvulo, hemos puesto algunas
tlot·es pequeñas, como violetas i flores silvestt
·es; flores de p.oca estima i belleza ; que in·
clinan la cabeza i se ocultan bajo d~ hojas hospitalarias.
Estas somos nosot&·as,'' ine.spertas,
inhábiles autoras. 1 el convólvulo, las -violetas,
las f101·ecitas silvesta·es i todo, en fin, lo cubrimos
con hojas de vid, que significan benevolencia i
que son para tf, jeneroso leclot:.
PREFACIO.
En todas las ob1·as de Dios se halla su ímájeo o
su vestijio. Así c.s que todo nos habla de ÉL, aunque
no con .Ja ·sma v , orque tL no se manifiesta
del mismo modo en todas- las-cosas. Infinitas
en escelencia i vat·iedad como son sus pe•·fecciones,
'a cr·iatura, de suyo ljmitada, no puede
espr·esnr1as sino lánguida e imperfeetamente.
De aquí, considera~do la t•elacion de In creacion
visible con la iutelijencia humana, unas cosas
parecen d~stinadas pat·a inspirat· pavor i admiracion,
i estas nos hablan de su gl'andeza ; ott·as
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
2T2 .EL CATOI...ICO.
para mortificamos i humillarnos i estas nos ha- 1 • SEGU DA SECCION -Idiomas castellano, latino, 1
blan de su justicia ; otras~ en fin, pan\ uuest1·a fram·es f ingles. . , . .
utilidad i estas manifiestan su bondad. TERCEBA. .~Ecc!o~:-Aritme~·ca fund;!11~ntal, Alje-
No es raro po1· tant[) que en todos tiempos se bra, Jeometlla, lmttd~ dobl~ • Cosn o!'Yraf•a.
, . • ' •· . .t '. • . ' , • . , cuARTA sEccroN -Fttosofw ;· un curso completo.
ha)nn teconoc1do Jelr~rJones 1 analo.JtciS clltt€ las Se adtnitenalu-mnosdesdelaedadde~c.>isañoshasta
flo-l'es i la:s cosas sag¡·adns, pu~s a Dios se le ro-: la de diez i se-is, para. euya co1ocncion debe hablarse
n~)Ce mas po1· sus amables ntnbutos de bellrza 1 con los infrnscritos directores en el mismo local, de
bondad. Po1· esto es que claramente se \(;'11 mues- las diez· a las doce del dia, desde esta fecha.
t1·as~ de su bon<.lacl en estas criat\lras f¡·njiles i Bogotá, diciembre 22 de 1864.
prqueñas, qúe parecen cl'iadas únicamente para José D-1. Froes-Daniel JJJ. lflichaels.
deleitar al hombre i embellece¡··e] lugat· de su des,.
tiei'I'O, !:iiendo como ¡·eliquias del Eden por el iuo-
EL DE LA
, cente placer que siempre brindan; nsí ro mo en
su innumerable vaciedad, i esquisita lwiiPza en la
forma i ricos colores,. g.g refleja aquella bellrza
que es infinita. ·
Po1· tanto, si queremos esr.ncharlns, ellas nos
hablan de su Criador, de lo que le p(wtenece) i de
nuestms relacionrs con él. Querrian alguno s que
IMPRENTA CONSTITUCIONAL, 1
Conteniendo ndemas de la csactitud en los cál- J
l
culos i frstividacles, la relacion de los
tabla¡·an un lenguaje bien diferente: el de aquel
amor que ape~ nuestros corazones a la tiei' J'Il mas
bien ~ue al Cielo. Pero, ¿por qué las bel1:1s tlon's
D? "'~&,..D'.IJ~ lkJW M.~~f Q).i J.!!\ i1JM @ ® ~
en el órden con que l,os recuerda In lglesia ,i la de las
FESTJVlDADES ESPECIALES ' que Er.. hn. cl'iadot han de forzarse a .s ervir eoutra
EL? Ciertamente, aquí '' la -cdatura sirvió a la \'anidad
po 1· la fuerza, ¡ no poi' su voluntad.'' Oh! que conmerno¡·a el Clero ele la Repuhlica, por
cnün involuntJrinmente, fuisteis emplean mrjOI' OBRA ADOPT:A'D.A: · PARA- LA ENBE~ANZA EN
intérpl·ete que nosotros. s¡llembnrg.o. quizás los
J!lismos defectos de esta obra, .servir<\ u el~ estímulo
a manos mas diestras i a cornzones mas fm·virntes,
para perfecciona~· lo que nosotras tan solo
hemos pl'incipiado.
Se. han conse¡·:vado en estas pájinhs los nombres
populares de las flores, au11que no sean los verdade¡
·os, po1·que asf nquellas set·{ln mejot· conocidas.
Así, los Pelargoniums retienen el nombre
vulgat· de jeranios, i las Robinias el de acacias.
EL LENGUAJE. ;::ATÓLl.CO DE . LAS FLORES,.
Acacia blan,·a-Devocion a Maria.
La bella acaria, que levanta la cabeza al cieló
e melina_, sinemlJargo, sus flores frngsmtes hácia
la tierra, parece ser figu•·a de Mada i de las g1~a·
cias que concede a los hijos que. le son .deyotos • .
Rosa acacia--Verdadero mérito.
La a·osa acacia oculta bajo sus hojas sus ricos
ramilletesde fl01·es, como el verdadero mérito que,
siempre modesto, procura esrondea·se i pl'ivdi'Se de
)()s ap,lausos de los hombt·es.
Acacia esp.inosa.--:--Vengauza.
La acacia espií10sa q~ con sus agudas armas
parece ser el terror dél jardin, porque inflije una
herida a todo el que se la acere~, es un emblema
de la negra ~·enganza.
COLE.JIO DE SAN ANTONIO DE PADUA • .
Es(e establecimiento de educacion continuará sus ·
tareas.escoJares desde · el 2 de enero próximo en e11ocal
a~ostumbrado, siendo los ramos de enseñanza Jos siguientes
:
PRUlEBA SECClON-Lectura 1 Escritura, Dibujo
l\elijion i elementos de Aritmética . i Jeografía, .1\'lorai
, ~~istiana ·i Urbanidad.
· TODOS LOS COLEJJOS DE I.:A REPURLICA
W®m. cll®~~ ~®&\®WilliS ®ffi~il~a
La segunda edicion estará eonclu idn en todo e!
mes de enero. Va conejida i aumentada con un
t1·atado de jeog1·nfía sagrada, otro de prosodia i
ortografía, i ot1·o de contabilidad por el método de
pa1·tida doble.
Cada ejemplm· al mjsmo precio que los de la
pt·imera edicio.o.
SERMON .
EN ELOJI() DE· NUESTRA S:EÑO.RA>
[!) lll (8 rJJ JJJJJil [/.) ru ;;p m~
Compuesto í predicado por el Presbítero
FERNANDO A. MEJJA.
F:n él s;e h'ace una aplicacion patente d'e.T testo del
capitulo XII del Apocalipsis a la milagrosa aparicion
de Nuestra Seiiora de GuadaJupe. 1
1 i
De venta ea la tienda del señor Pastor Loza da. a
medio real el ej,~mplar. · ·
ESCUELA- DE NIÑOS.
El inMls('rito ofrece sus servicios a los padres de ·
familia en una escuela .. que abrirá el dia 1.P' de ~net·o
en esta capitaL Los ramos de enseñanza serán :
... I.;ectura: ·escritora : relijion: moral : tll'banidad : ¡
gr~mática . castellana : aritméti<'a i dii:Yuj~>. Por cada
1
¡.
nmo ~e pagará la cuota adelantada por trimestres, en
lós términos siguienles. Pot· sofa iectura, un peso '
fuerte, Por los otros ramos o ¡)prte de ellós, tres
pesos . sencillos.-Ei local, casa número 20, cal\e t.• · ,
pe la ·carrera del Banco, cuadra siguiente a la del A reo.
Bogotá, diciembre 6 de 1864. - JAcono GitooT.
·-----============================~
IMPRENTA. CONSTlíUClONAL.:.....ron · NICOL:AS FONTON.
Calle del Chorro del 'Fiscal; número 14 1 '
------ -------- ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 82", -:-, 1864. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687980/), el día 2025-07-16.
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