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TRil\~. II.
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AÑO II. Bogota, 11 de octubre de 1864, NUi'liERO 71. l
~~ J;!Jl.t ({} JJ. r;p (/)[lj[l.(/} ®~ ~~ dos i rcstitblocl.clo la Relijion Católica para con- '
tener los fur'oros demagójlcos i salvar el país;
~ ~~~DACTOR, VENANCIO ORTIZ. · ~ pero para c~ntenta1· tamb1én n. los impíos, ha- '
~ : ~ ,;LESIA SUFRE, PERO NO PERECE. lJia nprovechaclo las circunstancias i celebrado
, río y¡ acababa de morir prisionero en h el C')ncor(lato de 1801, en que la Silla Apostó!
CHrtuj:-t de San Casiano en Florencia, dcspues licn se lJabi ·t visto for~nda. a ceder algo ele sus
1 aia del E 'tado.
, a algunos sacerdotes en son do bnrla: "Apre- El Cartlonal Cnprara rcclam0 contra CS)S l suraos a ver a vuestro ültimo Papa, porque ya artículos en una nota. que contiene argum()n- ·
no h "l)I'a~ otro,,; 1· asl# lo cr·et'an "'rl er,cto los tos incontesta,b les, i esperó inú tilmentc la re- i
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1 ~o solucion definitiva a esto reclamo. En el mes j .. que no consiuernndo que la Iglesia está soste- ~
niLb po r el Altísimo, juzgaban humanamente: de m ·1yo de 1804, Napole9n resolvió hacerse
era imposiule que hubiera otro Papa. Sinem- Emperador, i comunicó al Cardenal este pro·
barg·', los hombres siempre se engañan cuando yecto, insinuándole que si el Sr,nto Padre se
se oponen a Dios ; i el mundo supo poco tiempo prestaba a venir a consagrarlo, todo qucuaria
despucs quo treinta i cinco Cardenales reuni- arreglado en nna entrevista.
U.os en Oónclav~ en Venecia, al cabo ele ciento Pío VII temin, como era natural, chocar con
cuatro clias do sesiones, hablan dejido al Car- los intereses de los Barbones í con los das las fisonom1as; los francequc
rompiendo a hachazos las puertas i venta- ses temian, el pueblo amenazaba, las mujeres
nas, se dirijan a la sala del trono, donde habia venian como un torrente que todo lo arrollaba,
1 cuarent;1 suizos formados en actitud do resistir, a besar el p ié a S. S. Por fin trajeron otro copero
que se rindieron sin húcerlo, por órden che mui m alo i la comitiva si guió porq.lle el
d el P a pa. mismo Santo Padre calmó el furor del pueblo
Ll egó el Jeneral france~ por fin a doncle es- recomendándole que tuviera valor i orara. En
taba este con n.lgunos Prelados., i poniéndose todas partes se notaba la misma Ílhlignacion
al frente de su tropa., con el sombrero en la contra los sacríle()'os, i si el Papa no la hubier:t.
mano, intimó al Santo Padre a nombre del contenido, aun dc~tro de la misma Francia haEmperr\
d or que renunciase la soberanía tem- bria estallado. En una Aldea, un hombre de
poral do Rom<'t i demas Estados. "Nos, con- formas hercúleas se postró hasta poner la frente
testó Pío VII, no podemos, ni debemos, ni sobre el polvo para recibir ltt. bcndicion, i al
q nerernos ceder ni abandonar lo que no es nues- levantarse, dirijiéndose al Papa con el rostro
tro, porque solo somos un administ'rador del encendido i en que se pintaban a un tiempo el
dominio temporal propio de la Iglesia. El furor, la compasion i el horror, le dijo con un
Emperador p odrá hacerno8 pedazos, pero nun- tono mui notctble: ¿Quiere V. S ~ Si Pío VII
ca logrará esto de N os que teníamos derecho a hubiera hecho una señ ,1l afirma ti va, no habria
esperar otras muestras de reconocimiento, quedado un hombre de la escolta, pero conte s tó :
des pues de lo que hemos hecho por él.'' '' En- ''N o hijo: Dios l•J hace todo, i debemos sometónc
es, señor, replicó el J eneral, tengo órden ternos i confiar en su Providencia."
de conduciros a casa del Gobernador do Roma Así ll egó a Savona por entre un pueblo
para que os anuncie vuestro destino. " El arrodillado otra vez.
Santo Padre se resignó, i en asocio del Carde- El hombro a quien nada resistia en el munnal
Pacca siguió a Radet que lo hizo entrar do, no se atrevió apesa.r de eso, a pedirle que
en un coche de que él mismo cerró la portezue- di sol viera su matrimonio con Josefina para conla
gu~rdándocUidadosamente la llave,i rodeán- traerlo con la Archiduquesa María Luisa, hija
d olo con su tropa, lo hizo marchar a escape del Emperador de Austria! Hizo hacer tal defuera.
de Roma. cl:uatoria por los Prelados que se le habian ven-
Cuando el Santo Padre se vió así, prisione- dido; i el dia 2 de enero de 1810, en que tuvo
ro i sin saber lo qua intentarían con él los lugar· la ceremonia,solo esos mismos concurrieajentes
del Emperador, llevó la mano al bolsi- ron a presenciarla. Trece Cardenales,respetanllo,
i sacando una pequefb moneda que tenia, do su dignidad,dejaron de asistir,i esos fueron
preguntó a su compañero si habia sido mas depuestos por N apoleon que les prohibió el uso
previsivo. El Cardenal no llevaba mas que Su de la púrpura, i los denominó Cardenales neSantidad,
i al verlo este, dijo riendo: "Viaja- gros. Los que habían sido complacientes, fue·
mos como los Apóstoles." liln verdad, no lleva- ron llamados rojos, i recibieron órden de rodear
ban segunda camisa : el Papa con muceta i al Papa i acosarlo con solicitudes en el sentido
estola, el Cardenal con manteleta, roquete .¡ de los intereses del Emperador. Los otros fuemuceta.
" Ved, señor, dijo el Papa a Radet, ron desterrados, contándose entre estos a Conmostrándole
por la ventanilla las monedas que sal vi que era el mas querido de Pío VII, i el
tenia: ved ; de todt:> nuestro principado, esto principal de sus Secretarios. Así quedó aisla·
es lo que hemos llegado a poseer. " Jo el venerable Pontífice a quien se privó hasta
At aclarar el dia, vió con sorpresa la poli- de su confesor, sin que ninguno otro que el cécía
de Francia que estaba fijada en las esqui- lcbre escultor Canoba i el anciano Abate Emenas
de la ciudad eterna, la bula de escomunion ry, se atreviera a hablar en favor de él a N a.
lanzada pot· Pío VII contra el usurpador i sus poleon.
e~birros; i eso que, segun N apoleon1. solo ser- Este marchó al fin para la Rusia, i durante
V!a ya para alarmar a las almas timoratas, su ausencia sus esbirros se encarO'aron de la
C?nmovió a todos, i mas tarde a él_mi~mo. ~a- triste misio~ de hacer sufrir al prisi''Onero,para
b1a p~esto el colmo a ~us escasos, 1 D10s le 1ba arrancarle hasta un breve en que reconocía la
a decir: HASTA AQ.UI. validez de ciertos actos, emanados de un con-
A la noche, el ilustre prisionero fué alojado ciliábulo tenido en París sin anuencia siquiera
en una miserable choza donde no tuvo ni cama del Santo Padre.
sino un mal jergon, lo mismo que su compañeroj Acercóse en estas circunstancias una fragata
i al dia siguiente continuó su ma.rcha, viendo inglesa a las aguas de Savona, i se dijo que era
por donde quiera las lágrimas de sus hijos que con intento de ponerlo en libertad. Sus carceesclamaban:
'' ¡Nos quitan al Santo Padre! " leras redoblaron ent6nces la vijilancia, i últi.
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180 EL CATOLICO.
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mamente resolvieron trasladarlo a Fontaine- 1 jeras, a.laLándolo por su hcróica, constancia.
bleau. El 10 de junio de 1812 lo hi.cieron cm- 1 "Pero Pl fin, contestó el Santo Padre con voz
prender el viaje, tomando la precaucion de cavernosa i moviendo la cabeza, nos hemos endespojarlo
de sus vestiduras para que fuera fangado. Estos Cardenales nos arrastraron a
ménos conocido en el tránsito. I aunque ell3 la mesa i nos hicieron firmar."
' se alteró su salud hasta el estremo de aplicar- La llegada de Oonsalvi rcstaLleció algo ln.
le la Est remauncion, el 15 se le h1zo continuar calma en el ánimo del ntrtbulaclo anciano. Lo
la marcha -inflijiéndole los mus bárbaros trn ta.- aconsejó ]a retractacion inmediata i se c-onv:no
mientos. Dia. i noche -caminaron ~in cesar? l:w.s: en el modo de hacerla para que, ni pudiera '
ta el 20 en que lleg:uon al térmmo del ~WJe, 1 ocultarse por Napolcon, ni reputarse como un 1
lo alojaron e'\1 una pequei1a casa inmedtata al abuso de una de las partes oontratuntcs. El
palacio. rcjistro diario qu3 se hacia. de los pnpe1e del
La enfermedad del Pap~ se_ prolongó pot Papa, obligó a demorar por pocos días estepaalgun
tiempo, i lo d ejó tan aébll, tan abatido, s o,pu es tentan que escribir algo solamente cada
que cu::mdo llegó N apoleon en 1 ~13, lo halló día, i llevarse lo escrito uno de los Cardenales
on una situacion lamcntaLle. LéJOS de condo- que podian salir ,para traerlo al dia :siguientc i
lerse por esto, trató do aprovechar los in, tan- poder continuar. Al fin se concluyó así; i en
tes con au acostumbrada actividad.El brillo de seguida fueron llamados cuantos Cardenales
su glorin. empezaba a eclipsarse, i queria rest:1- había, inclusos los rojos: i el Santo Padre en
blccerlo rodeándosa de nuevo prestijio.El San- persona, les fué leyendo la comunicacion que
to Padre residia ya en el palacio, i allí lo tuvo bahía escrito para el Emperador, i que entregó
a la mano el Emperador para hostigarlo con sus al Coronel Lagorsse, con la nota de "urj ente."
pretensiones, con insultos i amenazas, a fin de Luego reunió un Consistorio, al que dü·ijió
obtener de él cuanto Ee proponia. Re:fiércsc que una. alocucion relativa a la derogatoria. del
en una de esr. ~ conferencias, llegó hasta el es- Concordato i del Breve de S a vona, e hizo tomar
tremo de asirlo por los cabellos e injuriado copia de esta alocucion a cada uno de los Oarvilmente.
Lo llamó viejo chocho e ignorante, i denales.
le presentó l a s Lascs dP. un concordato que Al recibir Bonaparte el pliego del Santo Patenia
ya redactado de acuerdo con los Cardona- drc, se puso furioso i prorrumpió en amen :1zas.
les rojos. Rl Srmto Padre aterrado ; debilitado Uno de sus aduladores le aconsejó que se dcclapor
sus sufrimientos i por los 71 añ os de edud rara Jefe absoluto de la Relijion del Estado i el
que contaba, buscó con los ojos algun sc'JJb-lan- Emperador contestó: ''N o, eso seria apedrear
te que lo animara, alguna mirada, alguna seña los vidrios," i resolyiÓ guardar silencio sobre
que lo aconsejara, pero solo vió caras impasi- el asunto. Pero este ora ya conocir!o de todos
bies, i hubo hasta quien le tomara la mano los Cardenales i no pudo permanecer ooulto.
para hacerlo firmar. Firmó por fin la esclavi- El Ciclo estaba causado : el viento de la
tud de la Iglesia i la suya propia. N apoleon fortuna que babia elevado tanto a N apoleon,
hizo e-spléndidos regalos a los Prelados que le soplaba ahora en sentido contrario : los aliahabian
ayudado a obtener este triunfo, i mar- dos ma rchaban sobre Paris, i el horn b1·e caído
chó para París 11 publicar el arreglo que babia no quiso que Pío VII Yiera su humlllacion.
concluido con S. S. a qnien dt>jaron ya en libcr· ~1ándolo volver a Roma i él se dirijió a Pontad
para comunicarse con los suyos. tainebleau a firmar su abdicacion sobre la
El Cardenal Pacca fué ele los primeros que misma mesa en que Pío habia firmado el docu·
se apresuraron a venir a verlo, i se g un refiere, mento arrancado por la violencia.
cuando creia hallar el palacio henchido de Poco hacia que el Papa habia entrado en ol
eclesiásticos i fieles que habrían venido de to- Quirinal, cuando tuvo que huir a Jénova por- ,
das partes a buscar los medios do satisfacer que Bonaparte babia abandonado la isla de
necesidades espirituales~ despues de tanto tiem- Elva; pero el brillo del nstro iba a desuparecer:
po en que la. Igle-sia ha bia permanecido in e o- cien días no mas brilló otra vez i fué a s e ntarmunicada
con su Jefe, ha.lló todo desierto. se sobre la roca de Sant::i Elena. Allí confesó
Llegó a un g r an p a tio donde había dos rama- la Divinidad do Cristo, pidió perdon de todas
les de escaleras que conducían a las piezas las impiedades i sacrilejios ~ue había cometiprincipalcs,
i solo v;ó un centinela que se pa- do ; vió la nada de las grandezas humanas, i
scaba en lo alto. Subió i no halló ni a quien mostró al mundo que la Iglesia Católica no se
preguntar: envió a su criado que encontró al puede destruir. ,
al del Papa i regresó con él a donde el Carde- El nuevo Gobierno francos trató con el Papa:
nal.El criado del Papa lo condujo a donde S. S. quedó abrogado el concordato de 1801, i el Ca~
1 diciéndole: "puede V. -E. entrar en traje de tolicismo cobijó con sus divinas alas a la Euro·
camino porque el Santo Padre no está para pa que hab;a jemido largo tiempo sacudida por
cumplidos.'' En efecto, Pacca lo vió sentado en la impiedad.
un sdlon en el fondo do la sala i tan abismado Sí, es imposible matar a Dios. El dirije to
en sus meditaciones que no advirtió su entrada das las cosas con su Providencia, i salvará a la
hasta que el Cardenal se echó a sus piés a po- Nueva Granada ocmo salvó a la Francia.
1
ca distancia. Entónces se paró el anciano i vi- Cuando los rev0lncionarios franceses prenno
ácia su Ministro a. quien tendió los brazos dieron a Pío VI, cuando N apoleon tuvo a Pío
descarnados. ':Estaba, dice Pacca, desconocí- VIl, la Iglesia estuvo a discrecion de sus ene-
1~1 do; pálido, demacrado, ojeroso, agoviado." El migos que creían cumplido el vaticinio de Vol~
~cnal s~ apresuró a decirlo palabras lison- taire : ''El Cristianismo quedará. enterrado, i
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t ~_,_~ 1'<~~~~- ~~~Tr-~-LIC ___ O. ""~"-"~"'""--.~"'-'"~~~~-
la loz~ de_ su sepulcro no se leva:ntará jamas. " l da1· a cnda uno la ventnja de ver uno por Jo
Volt::ure 1 los suyos yacen en el sepulcro; lr1 1 ménos? ¿Cuántos serian uecesarios en diez años?
Iglc~ia ~e Cristo viv-e i ~ivirá. L. as lecciones de
1
¿No vris que ron rsta exijencia, al pnreret· tan 1
la h1storm no deb<'-n perderse. s1mple~ terminais por multiplicar el milagro hasta
===:=-:.;=----~ - _ ""P ... J'o el infinito, por su.sti~uil· la escepcion a la regla, i
/ . ./t\JJ $J ~ ~f:t ({J J @~( ~ ~ Q. c?mo consecuencm ultima, por arrojat· en la creacwn
la perturbacion que objetais ahora como con-
CO:\FE.n Er 'CIAS DEL PADRE :FEL1X:. secut>ncia del hetho milagroso?
cuAnTA co "FERE~CIA. Dejémos esta objcciou n~cia a la incredulidad
El mUagro i la critica mod.erna. a?~enada, i vengamos mas especialmente a la
(coKCLUSIOl\). d1ficu!Lad que formula contrn la existencia del
I.Il milagro, Ja crítica anticristiana. Esta se ('Stima
Se hace, seilores, a la existencia del milngro una bastante elevada para estar a la altura de la cienotra
objccion que, aunque mui débil, e etiene cia moderna, i no se cree indigna de sentarse en
algunas veces a espíritus que se E:'Stiman fuertes. r~ lugar 1nas alto del mundo sáuio; pero la objeEllos
dicen: "No creo en el milagro por una btle- ~1on que se atreve a dirijir <1 la aristocraeia deJas
na razon, i es, la de que no lo !Je visto nunca." mtelijencias, se reduce, poco mas o ménos a Jos
"Padre mio, me decia un día cierto hombre hon- siguientes términos : '
rado, fcl'la visto ? Si el hecho miJao-roso se Pongan~~s sunplement~ en nccion el pensamrento
· ha verificado dalante de otros ojos que los '' ~estros, ele la. Cl.'JtH'a moderna, .1 ver~is a qué espe.ctáculo
pero en condiciones d-e publicidad que dcsnfian al conv1dc1 ~lla al pensamien~o.lih•:e, para demostrarle
escepticisn1o, p-o 1• qué os creis autorizados para que el m1lag~·o no ha r.ecib!do JUmas, en el hecho, ~ ~ - _
negarlo ? la consagracwn de la ciencia.
, ¡ Pa1·a CI'P€do, quc1·eis absolutamente 1 erlo f • Supongo que hace algunos meses que ba apare-
Vuestra exi.jcncia parece mui inocente, pero tiene Cid? un hombre farr:os? en el seno de esta gran 1
consecuencws enormrs. Quereis ver decís norquc capital a donde se dán Citas todas las snperioridau
os creis con derecho para cxijirlo'. Per~ .. parece d,es cé>lebres i todas la~ .. curiosidades ardientes.
que todos los mortales tienen cntónces el mismo Este hombre hace prodiJIOS que conmueven la
.derecho, i será preciso que cada uno para creer ci_urlad i arrastran al pueblo tt·as él. Se dice que dá
sea admitido por lo ménos una ·vez en su ''ida ai v1sta a los ciegos, oido a los sordos, que devuelve
1 favor de \'er el hecho milagroso. 1 Qué digo una a los tullidos el uso de sus miembros, i hasta se es-
J
vez! - ~~ será bastante . Aun cuando hayais visto parce.~l ruido de que resucita los muertos. Desde
! el pro?JJIO, aunque Jo hayais tocado : ¿qué os J~s reJIOnes yopulares hasta las alturas de la ciengarautiza
que al al-ejat·se un poco de vosotros no cw, se l.e da el renombre de Taumatlll'go : los sá-
1:.
¡ disminuirá la firmeza de vuestra certidumbre? bios mismos comienzan a conmoverse i se pregun
¿ Estáis bien seguros de que al tra-vez an testificados l Es un insulto a Dios tambien. Sí, señores, este
sino por (•omisiones científicas bien organizadas i l procedimiento caprichoso im~jinado por la crítica,
r reunidas ton ese objeto? Pero entónces es preciso no es solamente un insulto al buen sentido huma~
ü· hasta el fondo de vuestra idea, i lo ménos que no, lo es tambien a la M8jestad Divina. ¿ No veis
· 1.. podemos exijir es que es-tos jurados para exami- hasta donde las condiciones risibles impuestas pot·
r IH.11' los hechos milsgrosos, se multipliquen pot· el despotismo científico a las libres manifestacio- 1
f donde quiera, que por lo ménos cada gran ciudad nes del podct• de Dios, ultt·ajan su Majestad sobe-t
. t('nga su <:omision permanente establecida para rana ? ¡ Qué ! ¿ Ordena que el Taumaturgo, es
juzgar el milagro; ·porque f'i vosotros sübios de d-ecir, Dios mismo obrando por medio de él, venga
r París, nt>cesitais una especie de facultad especial a recibit· órdenes pam hacer un milagro, de maner
para juzgar los hechos milag1·osos; ¿ pot' qué no ra qtfe Dios no 1-o hace para imponet· su voluntad
~ habL1mos de tenerla tambien en Nantes, en Lion, i mflnifesta¡· su poder, sino el podet· i la voluntad
J- en .Marse lla, donde quiera que se puednn enron- de los sábios? ¡ Qué ! ¿El hombre, el súbdito,
{ tnw hombres de gran cw·iosidad? Nuestro si- el servid-o1·, pt·escribe inso4entemente al Soberano 1
ti ' glo realizará sin duda este progt·eso mas; veremos el lugar, la hora, i las cit·ctmstancias en que debe 1
~ ; nuestras buenas ciudades en posesion de esa Aca- obrar? ¿Vosotros 1 señores críticos, le designais el ~
demia nueva ; tendremos taumaturgos autoriza- teatro de su operacion, la natlll'aleza del prodijio IÍ
dos i gmduados que recibirán sus diplomas de que cl.ebe hhcer i el mod.o como Jo debe hacer? A 1
licenciados en milagros como otros sus diplomas mane1·a de gnm señot· decís al Infinito; <(Vende
lil'eociados en letras. Entónres los milagros se dreis a tal hora i nó a otra, a tal lu.gat• i nó a otro.
harán en rt>gla, delante de las autoridades compe- No aceptamos de vos sino los milagros que nues-
. ten tes, en las circunstancias que detet·mine una tros sábios puedan somete¡· a las leyes de una i
Jl'jis!neion especial, i los Gobiemos podrán ver si crítica rigurosa, i a la pt·ueba de un análisis físico, ~ ~
••
1
¡ conviene centralizar esta uueva institucion que químico i fisiolójil'o. Exijimos que el milagro he-debe
rjerrer sobre el pueblo una influencia tan cho, sea visto por una reunion, aprobado por cada
j prodijiosa ! uno de sus miemb1·os, i proclamado como tal por 1
1
1
Como quiera qee sea, la critica quiere una co- el Presidente. Hé aquí nuestras· condiciones;) i es- ·
mision porque el siglo en que vivimos es por exe- tais en el deber de respetadas. Ahora, escuchad
1 lencil't el siglo de las comisiones, ¡ así debe ser: las órdenes que, por la soberanía de nuestra cien- 1
.ill ella ~enclrú. ~~ que qul iepre. ¡ lGrande.s .hombr~s, es cdieaJ: imDpeJ~ant~J!lsos.. . anltalensltlt~ansifecsetlaelcJii~J.dnaddeesvtc1ei.'esnttr~~~pcoa-s jli
prec1so satls1aceros ero a romisiOn ex1ste, i · e .., u • lu e
1
funciona con un rigor, una asiduidad, una perse- el tiempo de prepnrarse, comunicarse i reunirse-.
-: verancia i una solemnidad que no podriais imita1•• No seremos nosotros los que esperamos, sino vos
¿ Habeis asistido a los debates que preceden en el que nos esperareis. Si ..vtlestw milagro no se
I 1 J! n~1ma a la canonizacion de los sant~s ? Allí los ~~~~~~aJe do~~·~. l:s
0
tres,
1
en e
1
I a1nfi~ea~·o dde !a
m1 agros son G3puestos, atacados, de.~endidos,dis- m Jeme en a sa a e e a ca emm .
cutidos, i en fin, compt·obados tan científicamente de ciencias; ~i no se hace como prescribamos,
¡ como podrian hacerlo todas las comisiones ¡ todas ante diez, veinte o treinta notabilidades, tendre- j
1
1 las academias del mundo. ¿ Recusais esta flor de mos po1· no hecho vuestro milagro aunque ló ha»
:.l./ los sábios, atestando perpetuamente ante la huma- yais verificado en la plaza de la Concordia, en pre- /
nielad cutera, la evidencia de los testimonios que sencia de cirn mil testigos, i aunque sea certificado
~ 1 la fuerznn a proclamúr la certiuumbre de los mila- por la ciudad entera."
tj gros? Es cierto que entre estos sábios llamados Os prt>gunto, seüores, ¿ hai demasiada severi-a
vrrifica1· los milagros de los santos, vosotros uo dad en nombrar tales procedimientos una burla
teneis un lugat· ; en ese Senpdo de la ciencia bis- hecha a Dios por el hombre? ¿No es esto redutórica
i teolójica,no teneis vuestra silla; no babeis cil al Taumaturgo, es decir, al que obra en nomnombrado
esa comtsion, ni ella os llama al honot· bre i por la causa de Dios, a las proporciones de
insigne de pt·esidh· sus debates; ¿ pero qué impor- un prestidijitador de quien se quie1·e sorprender la
1
ta? Por no contaros en sus filas i teneros a su habilidad, al papel de mistificador cuya mistifica·
cabeza ¿es ménos una reunion de sábios? ¿ Os cion se quie1·e descubrir para cargarlo con todo el
1 creeis sél'iamente en estado de darle lecciones so- peso de una pública humilJacion? ¿Qué es esto,
:j b1·e esta cuestion de los milagro5 tantas veces dis- sino someter a Dios mismo, al Sér infinitamente
cutida por ella, i en que vuestra ciencia desori.en- sábio i poder'Oso, a que suba a los teatros levanta·
11
¡ tuda se torceria a cada paso? Pensadlo i sed con- dos po1· una filosofía eamavalesca, a da1· muest1·a
secuentes con vosotros mismos. O no nos hableis de su fue1·za i de su sabiduda de un modo pít'blimas
de vuestras comisiones i de vuestros congt·e- co, a multiplicar los milagros para contentar a la
1 sos cientí-ficos cuando se trata de comprobar mila- vez la curiosidad del pueblo i la vanidad de los
gros,o aceptad la mas competente de las asambleas sábios? ¿No es esto, en verdad, querer pros ti.
científicas,que desde hace muchos siglos examina, tuir el ejerciciu del podet· divino para la diversion
.discute i comprueba la existencia del milagro. del espíritu humano? Ah 1 Nosot1·os sabíamos
Pero no, vosotros no teneis ni aun el vulgat· bien que la razon, a fQet·za de hacet· oposicion a 1
honor de estar de acuerdo con vosotros mismos. la verdad, llega a deslumbraxse hasta caer en el ¡·
Esas condiciones no son sino una ficcion de que vé•·tigo; pero no nos imajinábamos que pudiese
1
1
, os mofais de antemano, esperando que el público llegar a este grado de alucinacion blasfematoria,
les inflija una solemne burla: Aunqne todas las en que la absurdidad disputa el campo al sacrilejio 1
comisiones posibles atestaran la existencia del i donde no se sabe qué' debe sorprender mas, si 1
milagro., diriais aun: t· caer el desprecio i elr~~~e_¡
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1 "-- 2.~~,..._~_,_ ____ .... .. ~.r-..r..rv--, , ... J-.. ~,...---~~----~·~-~~~~,..._,..._~-~~-·~ l l~
los mi!agt·os i los -taumaturgos, llega u entregarse 1 tnban~ i sobretodo, que se quedaran pot· la noche· :
ella m1~ma al desprecio de los sábios i a la ¡·isn de 1 en SH desubl'igad:1 choza i al pié de su propio lecho. '
l~s Naciones? Nuestros milagros no han sido san- La mujer de un artesano jóven era la que rnas se i
cwnados pot· un jumdo científico delegado por el aturdía, i llevada de la curiosidad entraba a ver 1'
Instituto ele Francia,_ la Academia de Lóndt·es, de aquel cuaclt•ó algunas veces. «Sin duda, decin,
Viena o de Berlin, ¿pero qué importa? El miln- hablando para sí; alguna persona paga a estns
gro cntólico ha sufl'iclo una prueba mucho mas de- &eñoras mui bien pat·a que hagan esto, pero yo
cisi va: ha sido presentado ante el jlll'ado de la aunque me pagaran nlUeho, tal wz no Jo hacia;
humanidad ; ha obtenido el sufrajio de todas las se necesita muchn abnegacion." Cuando supo qn~
ciencias, de todos los jénios, de todas las san ti~ IlO lo hacían por ningun inte¡·cs nHHHlJno, i que
dadcs, de todos los apostolados, de todos los mat·- no e m eso solo lo que hacían, pncsto que '\ ' arias
til'ios; hn pasatlo pú1· el tamiz de todas las grandes habían empleado su fo1·tmlfl en esas obras d~ cariintelijeneias,
de todos los gt>nn1les corazones r¡ue dad, i hoi vivinn como todas, coo los socorro~ qnc
ha producido en diez i ocho siglos la fecundidad la Pt·ovidencia les enviaba, i ele los cuales acaban
de la Iglesia, de la Iglesia que es el mf\s grande de lo necesario para sus enfermos, su at1miral'ion
los milagros. ¿Qué asamblea puede habrt· como \ llego ul colmo. Se acercó a la choza i pn'guntó a
esta asarnblea? ¿qué sufrujio como este sufrajio, las se!loras si era aquello verdatl: al oil' quu sí,
1
qué pt·uebn como esta prueba? Ah 1 El tl'ibnnal les preguntó el fin que se pt·oponin!l; i camo le
ante el cual ha comparecido el milagro para set· t•cspondiesen mostt·ándole el Cielo, hnblnndole
exarninfldo, discutido i comprobado ; el tribunal de Dios i de lns almas drl Pmgntorio, la muj ¡·
1
en que Yeo sentados como jueces todos los talen· cayó n sus pies suplicándoles la enseñase n Hlíl 1
t tos, todas lns ciencias, todos los Jrniost todas las doctrina que inspiraba tan heróicas virtm1Ps : h,s ¡
;
1 virt.lldes i todas lns santidades ; ese tribunal ver· refirió su vida en que no había mas que m~1tei'in • lj
11 dadernmente escepcional i a que ninguno hai se- Jismo egoísta i sen'iual. Era t)rotostnnte i no com-
~ mejante, no se puede cngañal' al decidir la exis- prendía la cal'idnd; estnbn casadc1 con un entólico
~ ~ tencia del mibgro. ¿De qué servirán, pues, para que habia olvidado su fé) i que al cnsnrse habia .1 l mi conviccion vuestnts comisiones, vuestt·os co- desagradado hondamPnte a la madt·e qu€ em nna d
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mités, vuestros delegados de las ciencias física, 1 piadosa lugareña, que detestaba la mula conducta ~l
química i fisiolójicn? De nada, absolutamente de de su nuera. -
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nada. Yo os dejaré en vuestm C'scuela con los po- · Las "flot·ns, pu ;-stas de t·odillns diet·on gt·acins
• cos libre~ p nsudorcs que os piden argurnentos a Dios, porque donde habían creído cnrat· un nnl
contm lo sobrenatUI'al i a·azones contt'a el mila- del enerpo, hallal>)Esta asociacion que hace a la huma·
nielad doliente servicios seü.a]ados, para tenet· que bl'e p1·otestante, hallaron a toda la familia reunida
oft·eceL' al Todopoderoso po1• el alivio de las almas i cont nta, gozando de ese place1· puro que Dios
que aun sufren detenidas en ellugat· doloroso de la concede algunas veces a sus scmtos sob-re In tiel'l'a,
purificacion, busca, como mayor sacrificio, a los como un goce anticipado de lns uelicins del cielo.
enfermos indijentes, ¡se consagm a su cuidado. Pocos clias despues,en la capilla de la comunidad,
¡Ah t dice el periódico de que tornamos est!ls no- el Cum de las misiones t·ecibió la abjuracion ue la
ticias, si los enfermos rodeados de atenciones las ferviente neófita, bautizó a sus dos hijos i bendijo ~
mus afectuosas,prueban movimientos de impncien- el matrimonio que se babia celebrado {mtes solo
· fl ~ como contt'<1to civiL cta que a ijeu a sus tamilias deso.ladas, el indijen·
te a quien todo .falta¡ que vé aga·nvarse su miseria Esto sucede hoi en Ft·ancin, lo que pt·ueba que .
con su enfermedad ¿ 110 ha de desespet·at·se, soba·e aquel país está m ni atrasado en IR senda de \a ciYi- '
d 1 lizacion i de la libet·tad colombianas. todo cuan o no 1ai una alma compasiva¡ que ven-ga
a consolarlo hablándole de Dios? Las señoras
de que tratamos llenan esta santa mision, i se
consagran con celo tan asiduo nl alivio, al aseo, a
In asistencia, en fin, de esta clase de enfennos que
no hace mucho tiempo, su conducta produjo' una
conversion admirable.
Asistian las ) a una
''ieja tan pobre i tan asque:-osa, que los vecinos no
podían dejar de admit·m· el cuidado con que la tl'a-
[zd)'-¡ UN HOMBRE DE BIEN! ! !
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ofreee sus servicios a la persona que quiera ocupado
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gorla, que pueden dar informes satisfactorios de su . 1,·.
honradez. En esta imprenta se dará rnzon de S\! ha· ;J
hitacion o residencia. , __ 1_2_-_2 i,
BIPRENTA CONS'!lTUCIONAL-:PÓR NICOJ,AS POi'ITON,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 71", -:-, 1864. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687969/), el día 2025-07-16.
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