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TRIM. I. AÑO II. Bogota, 26 de julio de 1864, NUMERO 60.
SEÑORES SUSCRITORES.
Con el presP-nte número termina el trimei!ltre
primero ucl segundo año.
CIRCULAR.
ARQurnrócEsrs DE SANTAFÉ DE BoaoTÁ.SEcRETA
H.Í.\ DEL GoBIERNO ECLESJASTIco.-
NUMERO ... 22 DE JULIO DE 1864.
Señor Cura de ..••
Pnra ue la Junta de los se11~re:s Tesoreros
creada por decreto de 1. 0 de mayo del flño anterior,
pu~da tener conocimiento perfecto del
cumphm1cnto qne hayan tenrr1o las disposiciones
sobre la materia, se hace ind!spensable que
el s~ñor .Cura, tomando los datos respectivos,
se s1rva. mformar ántes del 1. 0 de setiembre
sobro lo siguiente :
Si lo correspondiente a los años anteriores
ha simntn.dcr.
En adelante se publicará mensnalmente la
relacion de las parroquias de donde se haya
1 hecho la consignacion correspondiente en la
Caja decimal.
Del señor Cura, mni atento servidor,
MIGUEl.. AHTAS.
_ _.,;__-.. ... ~---
SEÑOR VICARIO JENERAL.
Permítame su Señoría, que distraiga la
atencion de sus mui graves e importantes ocu·
pnciones, para manife~t~r a US, al venerable
Clero que rije, i a todos los católicos de la Arquidiócesis,
que no es esacto lo que el señor
Vicario i respetable Clero dicen en la Ihanifestacion
que a sn Señ0rfa dirijo con fecha
1.0 de marzo, inserta en el número 50 de ':El
Católicó": '' ¡Qué escándalo i mal ejemplo
h::m dado al Clf>ro católico los Sacerdotes de
S<1ntander, desobedeciendo los preceptos del
Sumo Pontífice, Vicatio de Jesucristo en la
tierra! " Al leer tales palabras se resiente mi
ortodojía, pues aunque no me ha llegado el caso
de manifestar abiertamente mis sentimientos
relijiosos, no por cobardía," ni por algun interes
mundan0, boi que se dice eso en la citada l\1anifestacion,
sin escepcion alguna. de loH Sacerdotes
de Santander; yo que resido como Párroco
del Valle de J esus en dicho Estado, croo
me hnlJo igunlmente comprendiJo en el número
de los
aparece esc:tito, ~ narhe, en. ta~es casos, firma. lo
que no está escrito como dicto. . .
Que no m&.ndó a su Clero que JUrara smo
qu e aconsejó a dos Curas que lo híciera.n PARA
1 EVITAR CON UN MENOR MAL OTRO MAL MAYOR.
De manera que si el señor Obispo cree
conveniente _un asesinato para evitar males
mayor es, aconsejará comete_rlo no obstante que
la Icolesia enseña lo contrario.
Decir que no tenia el 14 dO" agosto último
1·egln. a qué atenerse respecto de los negocios
de l a Iglesia, es poco honro5o para Su Señoría
Ilustrísima, cuya retractacwn, contrasta con
los de los simples clérigos de su Diócesis.
Se vanagloría el señor Obispo de haber pro·
cedid o bien puesto que en sus actos condenados,
consultó la UTILIDAD PÚBLICA, i cita a
1 San Juan Crisóstomo en apoyo de éste principio
benthamista. Tambien ~1 Jeneral M?sque-.
ra ha elojiado al señor Ob1spo por sus Importantes
servicios a la reYolucion que triunfó
hace tres años. N o debió Q1vidarse de esto el
señor Tórres al hab )~r del princi io de utilidad.
Dice tamb~en que el acuerdo presuponía la.
apr.ohacion del Jefe de la Iglesia ; pero como
el artículo 12 dice claro que para ponerlo en
ejecucion basta que sea aprobado por el Presidente
de los Estados Unidos de Colombia, i
como el Aeñor Obispo principió a ejecutarlo
pidiendo hasta a las monjas su lista nominal
En fin, nos ha llamado mui especia 1m ent e In. ~ ~
atencion la siguirnte frase contcnJ ) porque "el plaji'o cie ltí- ·
fico sería mui notable ; pero dice : C\ la leyenda~>) ~
IJa actitud de la critica racionalista frente a siempre la leyenda. "ftsta palabra es todo su sec1·eto,
1 re1 te con el reinado histórico de J sucl'isto ])ios, todo su encanto, toda su sc<.luceion. Está orgullosa
no tiene el mérito de la franqueza ni de la digni- de poseerla; i la cl'itica estranjera, sentada rn ..._]
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
92 EL CATOLICO. --1
medio de nosotros, se adoi'Da con ésta linda pala·
bt·a, como las jóvenes con la ondean,t~ pluma que
gustan colocar sobt·e su ft·ente. La cntJCa moderna
embellecida .-on ésta especie de penacho nuevo,
obtiene éxitos de salon mas que de escuela ; pero
como pretende tt·astornat· la pos~sion. se~t~lar de
Jesucristo Dios pot· la demo:.tracwn ctentihca, es
preciso investigar tan sériamente como lo permit¿
1 un ataque tan ;·uin, cuales son las razo11cs graves
que o¡wne ul becl:w grundioso que acabamos de
manifestar.
Yo me- contento con seüalm· tres procederes
empl eados por ella para q ue bran tar el grande h echo
o al ménos para anulm· su estension demos.
trativa. Ésto:; tres procederes que reas ímcn bas-
1 tante bien toda su estratéjia, pueden espt·esarse
por éstas tres palabras : . negact'on,. duqa,. hip.rJte-
1 sis. Tal es en su reumon, la arttllerJa c1enttfica
que dil'ije contt·a la inespug nable fm·taleza en que
1 se defiende contt·a ella la Divinidad de nuestro
Cristo.
I desde luego, señot·es, al hecho inmenso que
os hemos recordado, la cl'Ítica modema opone la
negacion, implícita o esplícita, altiva o vergonzosa
segun la necesidad del caso. I aunque lleve su
elegante mano cubierta con un fino guante, dá
con ella a Cristo el golpe de la ncgacion. Niega,
nó la matel'ialidad del hecho considerado eu su
rca lirlacl histórica, sino su !Pjilimidnd i su estension
consideradas bajo su relacion doctt·inal i dogmc\
tica. Delante de la humanidad cri stiana que
afirma, hace ya cerca de dos mil años, la Divinidad
de Cristo, i canta de un cabo a ott·o del mundo
el himno de su adoracion, la cdtica moderna
dice: "Nó, Ct·isto no es Dios." ¿Qué vale ésta
ueo·acion delante ele nuestra afirmacion ? ¿Habrá
entt·e n nsotros quien se espante al ruido de las
negaciones contempor ele
negat·. Pet·o yo pregunto, , quién entre vosotl'os,
ante el pt·odijioso testimonio que acabo de invoco en Aténas i en Col'into, en Roma i Alejandría,
c1·ecis en Ja Divinidad de Jesncl'isto 1 ¡He aquí aun en la misma Jerusalen; i entre ellos, ¡cuántos
cómo se esplica por qué, dm·nute dos mil años, creyeron con el pueblo en la Divinidnd de Cl'isto!
cien pueblos. han estado i están aun de rodillas l 1 Cuántos, des pues de b aber marchabe. impresiona•· aquí esa leyeuda del Cristo Dios diYinizado por el enuo
es la facilidad de hacer aclmitit· tal dogma; tusiasmo, sino es un sueño de vucs t1·a febl'il imaes
la dificultad. Que la .Divinidad esté realmente jinacion, \ma quimera que miente a la vez a la
en un se1· que se me pt't:'Se nta en forma humana, razon, a la naturaleza i a la histolia? l
no es lo que la rnzon me inclina a admiti1· rlesde Así, la crítica dá vueltas en un ÍJ'Clllo en que '!
luego. La J'azon, antei'Íormente U'toda prueba de se ve reducida a embrollnrr,c en su propia conhecho,
no inclina ácia tal creenciCI ; al conta·al'io, tradiccion , i a darnos de un hec ho inmenso causaz !
· ' la rechaza. que no son causas i es p\icaci011es que nada es-
I por cierto, la p1·ueba })ien palpable de ésta plican.
1 rcpulsion de la razon humana, es la oposicion qtJe Tal es, seiwres, la actitud jenera l que toma en
hacen hoi Jos racionnlistas, rn pleno Cristianismo, nuestros días la critica negativa ánte e] grande
n éste dogma fundamental de nuestra fé. E~ sor- hecho qul' acabamos de acreditéll'. Drlnnte del rei-
, prcudente, pot' no decir otra cosa, que los hombres nado prodijioso de Jesuc;·isto poseedot· de la huque,
despues de 18 siglos de creencia universal, manidad, ella se coloca <;!on sus tres cosas raciorechaz¡
m aun en nuestt·osdias el gt·an mistel'io con nalmente impotentes i científi r an1e nte nulas : una
una tan prodijiosa obstiuacion, sean precisamente n 'gncion que no tiene Jem ·ntos pa rn se 1• séria, i
los mismos qne suponen lu1bcrla admitido la hu· que desaparece como unn sombra tijera en la glo- \i
mnuidad entera con una tan prodijiosa facilidad. ria de nuestra universal afirmacion : una duda ¡,
¡ Qué ! Delante de la fé de los siglos i de la enferma que no purde nuda p ·ua quebrant, ,. el ~
nfirmacion de los pueblos; delnute de todas las hecho de una posesiou cierta; i una hipótesis qui- ,
})l'Uebas aducidas pot· )a apolojética cl'istiann; en 1 mérica que, ro.dca de no sé qué somht'US mitoló- ~ ~ ·
d
pt·esencia de esas demostraciones que hnn inclina- jicns nuestra cuna colocada n la plrnn luz de la !· ·
. o ante la Divinidad de Cristo la mnjcstad de la 1 publicidad, i qt e hace violencia a In naturaleza !.!
mtelijencia i la reyedn""~~
' ilust1'e que se haya visto nuuca, esta po.seslou vale DUEL
~ título ante la t•azon i ];1 ciencia. Ella supone uua "" 0 · l
. conspit·acion de juicios i un trabajo de intelijen... Los dolores intensos son mudos,
l. cias, tales que, J·amas posesion alguna, por leJ'ítima no se espresan mas que con la- .... grimas. - 'l'Asso .
. ,' que haya sido, ha sufrido en la twmanidnd. Con.. ·La muerte acahn de arl'ebatm· al señot· docto1• 1 tra ésta posesion intclectunl, pet·pétua en plena luz
1
de todas las civilizaciones; contra éste asentimien- JosÉ MARÍA JniÉNEZ, cuyas vil tudcs habrán sido
1 pt·emíadns en el cielo i cu.va memoria vivirá en -· to de tantos jénios interesa( os en uo engañarse;
~ : contra el veredicto de éste incomparablejw·y, tl'i- el cor·azon de los que sentimos i lamentamos su
! bunal anfictiónico de la misma humanidad que m- pérdida.
¡· tilican en cada pueblo i en cada siglo cristiano Digno i cumplido Sacet·dote, fué constanter
esta poscsion del Cristo-Dios. ¿Cuáles son, pre- mente modelo entt·e los suyos, i aunque re-guntamos,
Jos títulos ciertos de la crítica moderna 1 signaJo, no fué insensible a los haz~res porque
Contra ésta posesion que se apoya sob1·e el hecho tuvo que pasa,·, i contra los qu.e lnrha la Tgl.esia
1 santa de .Tesucl'isto. En las terribles pruebas que
(e su propia existencia i b¡·illa con su propia luz, suft·e lloi el sacerdocio católico entre nosotros, él ·
¿ dónde cstún vuestras razones evidentes, vuestros
'bl d estuvo siempt'e n la nltlll'a de Jos ve!'dade¡·os mi- ¡¡ Rrgumentos irrefutables, vuestras invenct -es e- ni!:;tros de Dios. Su alma noble habrá alcauzado ~
mostr·aciones? Las exijimos, i tenemos {lerecho ¡.
p~m ello, porque contra una posesion históric.1- el fruto de la fé cl'istiana en que rebozó i que lj mente incontestable, necesitamos nada ménos que tiene consoJadot·us recompens)
Esta no fué una decision dogmática sino la cGndenacion
de una p1·oposicion.
No fué dada pot· un Concilio jeneral, ni cont1·a
un Concilio jeneral ; i esa conclenacion no fué
contt·n el culto de las imí\jenes como lo enseila
Ja lglesin, sino contm la adoracion de latría que
atJ•ibuyel'On al Concilio de Nicea sobt·e un en·o•·
de hecho.
Con que no hai argumento ni contt·a la infalibilidad
de Jos Concilios, ni contra el culto de las
1 imájenes. El argumento consiste en la ignorancia
del que Jo pone, que ni conoce la bis!ol'ia de Jos
Concilios, ni la Constitucion de -la Iglesí •
_:_En Popayau, el dia de los Santos Apóstofes
.Pedt·o i Pablo, dió el señor José Usul'iaga un
espléndido banquete al señot· Obispo Riaño. A él
concut'l'ió todo lo mas notable de la riudad que
sigue manifestando admiracion i •·esp eto pot· éste
ilustt·e Prelado, hablando del cual, nos dicen que el
Presbítei'O Manuel t\'I. Orosco, babia descuidado
hasta la publicacion de su protesta contra el juramento,
por consagrat·se a servirle, i que tambien
le sirvió activa r desinteresadamente el Cura de ·
Guapi en la Costa del ~acífico, Presbítero Fran- l
cisco JavH:w Campiño. Estos nombres no pueden
se•· indiferentes para los CRtólicos, para los que
comprendemos el mérito de la caridad.
-:ta muerte continua amontonando víctimas
entt·e la clase notnble de la sociedad. Desde el
dia 15 del próximo pasado junio casi no ha dejado
de ve1·se rodm· el carro mortuorio "onduciendo el
cadávet· de alguna persona intere ·nnte, i C!Jya
pérdida cnbre de luto una lm·ga familia. Este
aumento de mot·tnlidnd, debe consistir en la ih·
quietud mot•a\ en que vivimos, siempt·e azorados,
temiendo algun trastomo del órden púbJico ; i en
el n-otable desaseo ele la ciudad que se ha convet·tldo
en un vasto nruladar.
Una de las mue1·tes que lamentamos es la dél
señot· PEDRO BEnNAL a q!Jien atTastJ'Ó a la tnmbu
una pulmonía causada por cierta diversi-on muí
digna de la época, i :1 que se entt·egan los niños
del bajo pueblo en las calles pl'incipales. Consiste
en atravesat· E'n todo el ancho de Ja calle una
cabuya cuyas puntas retienen los que quieren 1
' •
dive1·tirse haciendo dat• en tiel'l'a a Jos tr·anseuntes.
El seño1· Bemal sufrió un ponazo así, i como el'a
corpulento, el pulmon sufl'ió una gran conmocion.
El señor Bet·nal mul'ió, i sus matadoras contiuúan
en su diversion sin que la policía se meta con elfos.
-Con fecha 6 de éste mes escriben de Popayan
que el Clero está dispuesto a tenet· unos ejercicios
espirituales en el Seminario, luego que lo- de•
socupe~ las Monjas de la Encar-naciou que se mat·chan
tambien para el estranjeró a fines de éste
mes..- Los Sacerdotes quieren ~ene¡· un loca-l como·
el indfcadt> pam podet· administrar los sncr·amentos
a los fieles, sin <.leja•· su retiro, porque el puebl-o
rechaza tos ausilios de los clérigos colombianos.
-En carta rechada · el 25 de abl'il último en el
puerto de Sau Sebastian en España~ dice una pet··
sona respetable, lo siguiente:
« Se han ido de aquí muchos hermanos i her- 1
manas de San Vicente de Paul, a Francia, al luga1·
del nacimiento del Santo, pm·a inaugurar un nuevo
hospicio. Ayer, domingo 24, debe bahet· sido
el pl'ime¡• día de la funcion. Llevan desde el pueblo
al nuevo hospi<•io. la caja que contiene el cadável'
del Santo, en homb1·os de SacC'rdotes. Asisten
val'ios Cat·denales, A1·zobLpos i Obispos; el Jene · ~
ral de los Lazaristas i In Superiora de las hermanas
de la caridad. Die.en que de éstas asisten mas
de mil, muchos Canünigos i Cléorigos i todas las
autoridades civiles i militnt·es de rnuclws leguns a
la •·edonda. El l?ad1·e jeneral canta la mi a en la
capilla, i el Cardenal mas antiguo la cauta con
grande orquesta bajo el roh\e que daba sombra 1 al Santo cuando era pnstol' de ovejas. En fin, la
fiesta dura ocho días; se celebran misas de media ,
en media hora; se distt·ibuye In comunion en
cada una; todas las tat·dcs se dá la bendicion con
el SANTÍSIMO, i se gana indulj ncia plenal'ia i muchas
pnrciales concedidos pot· Pío IX. ¡Sola la
virtud hace gt·andes 1 Alejandt•o i Napoleon están i
olvidados, i si se les recuerda es pm·a maldecirlos;
i un tt·iste hijo del pueblo, un pastot·, es honrado.
ce Así se hom·a a aquel a quien el Rei quiere 1
'hom·ar.»
Libro de Ester, capitulo 6, verso 9.
UfPRENI.A. CONSTITUCWNAL-POR NICOLAS PONTO N •
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 60", -:-, 1864. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687958/), el día 2025-11-26.
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