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ARQ.UtDl6cEsrs DE SANTAFE DE BoaoTÁ.
9 DE JULIO DE 1864.-SECR.ETARÍA DEL
GoBIERNO ECLES I A Trco.-NúMERO 472.
M. V. sci'íor Maestre-escuela, Dignidad de la
santa iglesia catedral de San Pedro A. de
Pamplona.
La situacion deplorable en que se encuentra
esa huérfana grei, eS!pecialmente desde que el
dignísimo i santo Obispo que la rejia, pasó a
Ja mansion de los justos, me hace tomar la libertad
de dirijirme 11 US. para que por lomé·
nos se tenga conocimiento, de que pot parte tlel
Gobierno de la Arquidi0ceis no se hu descuidado
ei dictar las medidas que tal situacion
demanda, i que con ésto, un rayo de esperanza
reani'lle un tanto esos corazones lacerados, algunos
de los cuales, a. juzgar por las notas recibidas,
tocan ya. en la desesparacion ..
Efectivamente: al mismo tiempo que se re·
cibi6la nota de US, fechada en marzo lÍltimo,
en que espresa que por falta de QUORUI\I no se
puede verificar la rcunion del Venerable Capítulo
para designar· el Vicario capitular, estando
en consecuencia, la Diócesis, en completa,
acefal ia; se recibió otra nota del Ilustrí.~ imo
señor Arzobispo, fechada el 27 de abril, en que
deplorando ''la desgraciada muerte del venerable
i virtuosísimo sefíor N Ifío ·" exijo datos
para como Metropolitano i por dele.gacion especial
, informar a 1~ Santa Sede i proveer a
las necesidades espirituales de esa iglesia sn·
fragánoa. La nota de US. llegó, pues, con la
mcjol' oportunidad i mui pronto se remediará
en lo posible la situacion escepcional, en que,
entra todas las Diócesis de la. República, azotaclas
por la revolucion i por la impiedad, se
ha encontrado la iglesia de Pamplona.
No terminaré sin poner en conocimiento de
US. la sertsacion profunda dQ dolor con que
fué recibida la noticia de la pérdida del defen·
sor de la fe e 11 us tri sí m o señor N rño, i que
así como en San Antonio del Táchíra, en los
dias 13, 14 i 15 de febrero, un pueblo cat6lico
i reconocedor del mérito, rindió los debidos
homenajes a la víctima; así como la ciudad de
:1\>Iéridn, el 2o de abril, a ~scitacion del digno
Dean i Cabildo c~e esa santa iglesia catedral,
tributó " los honores fúnebres debidos a la
, 1 memoria del INVICTO MARTra, dignísimo Obis-po
que honr6 la patria con sus her6ícos ejem.
plos i eminentes virtudes, " segun las palabras
do que usa en la escitacion el mismo Venerable
Capítulo; así, i con mayor razon, el señor
Vicario j en eral de la Arquidiócesis, dispuso se
ofrecieran sufrajios solemnes con igual fin, los
que tuvieron lngar del modo mas suntuoso i
digno del héroe, en la mayor parte de las parro·
qubs d~ la misma Arquidiócesis ; todo lo cual
habrá mitigado la pena que han debido esperi-
NUMERO 59.
mentar los católicos de la Diócesis al verse
privados ~asta del tri~ste . consuelo d~ espresar
ese dolor 1 elevar publicas p~egarias por el
MARTIR;, cuya alma, no h~1i duda, impetrará
clemen.Cla para sus victimarios i para toda
su gre1.
. Con ~ent1mientos . de disting uire _Renan_ al
perfeccionar la obra de Voltau·e, q mere q u1tar
los estorbos que aquel descuidó remover, para
hacer brillar con nueva luz la gran verdad, que
consiste en hacer al hombre pura i simplemen·
te un- anima\, hablándole sinembargo de lo
ideal sublimado hasta el último grado.
En Europa la controversia está empeñada
con calor, i la obra de Renan ha sido de trozada.
Aquí vá a recomenzar la lucha, i es preciso
que no nos quedem<:>s atras. Dios proteje su
causa indudablemente, porque es la causa. de
la verdad; pero si nos callamos, si dejamos q~e
los sectarios del error continúen su tarea s1n
ningun estorbo, puede ser que nos castig.ue
dándoles el triunfo i permitiendo que fructdi·
quen las doctrinas desoladoras que est-án sembrando
en el pueblo, i que convertirán aquí la
vida. en un verdadero infierno.
Cuando el hombre cristiano tiene la des·
gracia de perJer alguno de los séres a quienes
ama deposita un piadoso beso sobre la frente
helad-a. del que ya lo dejó, cae d~ rodill~s al
pié del Cru~ifijo, le dinje su oructo#n fernente
i se alza resignado. Una gota de balsamo precioso
cae en la honda herida de su corazon i lo
alivia: porque sabe- que el objeto por quie~ llora
NO HA MUERTO, SINO QUE DUERME, 1 ha
de despertar un dia radiante con los destellos
de la gloria.
Cuando pierde su fortuna por alguno de
tantos reveses que no está en manos del ho~bre
evitar, repite con Job: "Desnndo. nac1,
desnudo me hallo; pero sé que el que al1menta
a las aves del Cielo i viste a los lirios del cam
po con la magnificencia que no alcanz(4n los
Reyes, cuidará de mí."
No hai dolor, por acerbo que sea, de los que
nos rodean en ésta. vida toda de dolores, que
no tenga un consueto en nuestra creencia, n~
hai virtud que no esper~ su recompensa. ¿ ~ue
quieren darnos :n cambio n?est~os P!etend1dos
filósofos? i Su Incomprensible 1deallsmo? i El
culto de los placeres 1 Oh! los placeres sensuales
cansan pronto, hastían i conducen al
suicidio. Ni qué placer se podrá disfrutar
~mando no haya frenv que contenga el del!to
que la lei civil sola es impotente para COR·
tener!
Los que trabajan con tanto ahinco en difu~dir
el ateísmo, son los verdugos de la humamdad;
i son, no obstante) los que llaman FANATrco
a todo el que cree que "no solo de pan
vive el hombre.'' Si se las pregunta qué es fanatismo,
contestan con una algarabía Ít:comprensible,
porque ellos son los únicos yerd<:l.deros
fanáticos que quieren con el h1erro 1 el
fuego, i al grito de '' Viv_a la libe_:t~d,'' arr~ncar
de esta infortunada tterra la umca semilla
de bien: el Cristianismo católico:
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
r'l 83 . E:t CATOLICO.
t ...,......_,...,....__,......_,-.....,\._' ... ...........,...~---....---"""'-~J""',...r-..~~~~~'"""-~~,....,_~...-... ............. ~__,.,._,-....,..,......_,""'"'-~-.J
SEGUNDA CONFEUENCIA.
El reinado de Jesucristo Diosi lacdtica nwderna.
Seiio t·es :-Hemos emprendido éste aüo vengar
a Jesncristo i al Cl'istianismo de los ataques de la
falsa cien cia, i eh particulat· del fantasma científico
que se in itula m tre nosotros la critica ; hemos
empreudido sobre todo mostrat· cómo, pot la oposicion
que hace a la Divinidad de Jesucristo, se
condena a sí misma al deshonor de a contraclic~
cion. La fata!i ad del error como la de la iniquidad
1~ es mentit·sea si mismo. Mentita est iniquitas sibi.
1 La critica nueva se presenta como la mas alta
espi'esiOI de la ciencia i del Cristianismo ; noso
·¡ tros hemos reconocido en ella, a la luz de la evi-dencia,
lo<3 dos caractéres que la distinguen o mas
1 bien la deshonran : que es anticientífica i anticrisJ
tiana en sumo grado.
1 Es anticient(fica porque no verifica en sí ningu,1
na de las condiciones elementales de In ciencia :
una definicion clara, un objeto preciso, principios
ciertos, conclusiones rigurosas. Es anticristiana
¡ porque, al t ~·aves de sus admiraciones i sus 1·espetos
aparentes por el Cristianismo, deja traslucir por
· \ todas partes sus ódios anticl'istianos. Todo lo que
toca del Cri tianismo lleva la huella de sus golpes i
1 de sus desprecios ; tanto que si le cercenais todo
lo qne e1la ataca, no queda nllda de ese Cristianismo
que es el vuestl'O, nada, ni aun Jesucristo.
Ya conocemos esa nueva potencia que ataca a
Jesur.·isto cubierta con el doble presti ··o deJa cien"
cia i del Cristianismo, esas dos cosas etemamente
populares ; ya está juzgada, i desde ahom. sus
maniobras, cualquiera que pueda set· su habilidad,
no os engañarán mas. Pero no es bastante habet·os
hecho conocet· al adversario; es precis~ determinar,
siquiera bajo un aspecto jeneral, la posicion
rc!'pectiva de Jesucristo atacado pol' la crítica i de
la crítica que ataca a Jesucristo.
Parto de un principio admitido i reconocido
como incontestable en otro órden de cosas, i que
encuentra aquí su aplicacion lejitima Hélo aquí :
1 la posesion vale título, i debe suponet·se lejítima
1 basta b demostracion evidente de su ilejitirniclad.
R Desde tiempo inmemol'ial mi faJl?ilia está en po~eu¡
sion de éste campo, patl'imonio de mis abuelos;
1 vosotros venis a disputar nuestros derechos dicién-
1
do nos: '' vuestra posesion no es sino una usurpa·
cion, '' A vosotros os toca dat· vuestt·as pruebas, a
vosotros demostrar, con vuestros a•·gumentos en
1
la mana, que nuestra posesion no es lejítima. Si os
faltan las pruebas, la posesion nos vale título ; si
1
la demostracíon os falta, la propiedad nos queda.
_ A la luz de éste principio, podeis ver dibujarse
claramente la posiciou respectiva de Jesucristo en
1 posesion de su Divinidad,i de la crítica contemporáneé\
que viene a colocarse en guardia contra esa
Divinidad. Jesucristo delante de su advel'sario es
' un 11oseedo1· secular: diez i nueve siglos han pasado
po•· su posesion, i le han tt·aido la sancion de
todas las intelijencias que la han ratificado. La
cl'itica nueva encarada con Jesucristo, es una mala
litigante que, sin ningun titulo viene despues de
casi dos mil ai1os a disputm·le la lejitirnidad de su
. posesion. Nosotr9s tenernos derecho de decil'le
1 tatnbien: os toca dar vuesb·as pruebas. Jesucris'
to Dios está en posesion de las almas, o si quereis,
las almas están en posesion de la creencia en la '
Divinidad de Jesucristo. Vosot•·os decis que tantos
siglos han creído sin motivo, decís que Jesucristo
ha poseído sin razon ; a 'osotros corresponde
demo t•·at' que la posesion de Jesucristo es ilejítima
i que nuestro dogma no se sostiene.
No hai nadie, seúot·es, que no pueda entender
la sencillez de ésta demostnw.i on , i la firme1.a
gt·nnítirn del tm·reno en que no apoyamos. Dibujando
así frente a frente In drfensa i el ataque, no
hacemos una petirion de principio; no suponea1os
·la cuestion misma, es decir, la Divinidad de Jesup '
cristo ; admitimos o mas bien patentizamos un
hecho inmenso : el reinado uuiversal de Jesucristo
Dios en la humanidad. I uecimos que la crítica
contemporánea es absolutamente impotente .J3t'a
destruido. En efecto, Jesuc1 isto Dios tiene el títu-lo
de Dios i está en posesion de una monarquía 1
rnilagt·osa históricamente inconstestable, i en dere- l
eho ésta reyedad es cirntíficamente inatacable,i su -
dcstruccion racionalmente imposible. 1
l.
Señores :-Permitidme princi inr éste discurso
por las pl'ime1·as palabras que os ha dirijido éste
año nuestro' digno i venerable Pastor: "Jesucristo
llena PI mundo, i los siglos llevan su nombre. , To-das
las jcneraciones se inclinan ul pasar ante EL, i '
sus altares fundados en las conciencias, ro'deac os
de respetos i defendidos por el a mol', desafia.n las 1
injurias de los hombres i la mano de los tiempos."
Grandes i nobles palabras que reasumen admirablemente
el hecho incomparable que yo debo renovar
en vuestl·os recuerdos ~ el reinado de JesuCJ'isto
Dios eu la humanidad.
Lo pt·imero que debemos hacer efectivamente
ántes de entrar en el corazon del objeto, es poner
ante vuest•·os ojos tal ' 'ez distraídos, éste sorpren- 1
dente espectác-ulo : quiero decit·, el hecho históri~
coi palpitante de la rcyedad soberana de Jesucri '-
to Dios en las Naciones i en los siglos. Nada mas
grande ni mas decisivo puede ser aquí abajo, objeto
de vuestl'U relijiosa cont-€mplacion ; porque
no es solo en la plaza de San Pedt·o de Roma, smo
en todos los puntos del espacio i del tiempo i en
todas las profundidades de la humanidad, que la
bistol'ia ha esct·ito ésta palabra que aclama pol'
donde quiera i siempl'e la victoria de Jesucl'isto i
el triunfo de su Divinidad:-Christus vicit, Christus
1·egnat, Christus imperat. La crítica que
saca el cuerpo a la dlscucion de todo lo que tmstorna
sus ideas, deja a un lado éste hecho inmenso;
finje no percibirlo a fin de no apreciarlo, porque
siente todo el peso de un testimonio que la
agobia. azon decisiva para restablecerlo en sus
gt·andes propm·ciones, puesto que fot·ma un muro
invencible alrededot· del dogma fundvmental.
Cuando se considera en su vasta estP11Sion éste
reinado de Jesucristo, se presenta al pensamiento
del obse ·vador con tres caracléres que forman en
la historia un fenómeno sin igual. Si no se quiere
ver en él sino un hecho humano, queda uno estupefacto
al contemplar su lonjitud, su latitud i su
profundidad : su latitud en el espacio, su profm -
didad en la humanidad i su lonjitud en la dmacion.
La primera gloria de éste reinado de Jesucristo
Dios, es su estension en los espacios i su poder a
que no hai ott·o comparable, puesto que ha vencido
todos los obstáculos i fmnqueado toda$ las fronteras
que se oponían a la realizacion de su imperio
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84 EL CATO L 1 C O.
sobt:e_la tiena. Y o pod ria detene1·me a m ostra t·os
el estandat·te de Jesucristo franqueando todas las
]Jarreras que la naturaleza material opone a los que
han tenido el insensato sueño de la dominacion
univet·sal. Vosotros veríais éste estandat·te mas
glol'ioso que todos, dnndo la vuelta al mundo i
flotando sobre todns lns altnras. Lo ve1·iais lle\'ado
po1· hombres sin poder, sin prestijio i sin nombre
al traves de los rios, de los mares i de las
montañas, plantarse en el seno de las Naciones i
en la cumhre de Jos imper·ios, sin pedir a la espada
que ]e abra el camino, sin que ninguna violencia le
l·aya dado la mano, regado solo con la sangt·e de
Jos mismos que lo· llevan. L(} vel'i ais volm· de un
polo al ot1·o del mando mas rnpido que las águilas
romanas i francesas, s-in que el vapot· Je haya dado
alas, sin que la indnstl'ia le ~wya allanado los
montes ni colmado los valles. Esta marcha triunfal
de Cristo a traves de los estorbos que ha encontrado
en la na tllt'aleza,. es un hecho tan no todo i
tan vulgar, que me bn-sta habéroslo hecho presente
1 i despertado su recuerdo. Pnt·a establecer su reina:¡
do la Divinidad de Cl'isto tenia ott:os obstáculos
l qu~ H'ncet·,. otras bat'l'el'as qne fmnquear. ¿ Cuáles,
me preguntais Y Lns ~e las idl'as, Jas d.e las
costumbt·es, de las instituciones,. de las nacionali-dades
i de las relijiones. ·
Bat·t·e¡·a de las ideas.-Quién no sabe Jos abismos
pt·ofundos que caba entre uno i otro pueblo
la separacion d.e las d'octrinas i el antagonismo de
las ideas?
Qué obst~ículo no encontraría en el borde d.e
éste abismo el dogma conquistador de la Divinidad
de Cl'isto ! Sitlembat·go, ha sal vado el abismo :
filosofías del norte, üiosofías del mediodía; Ja
idea oriental i la idea occidental, se han encontt
·ado de rodillas delante del Cl'isto Dios en uua
misma fé i en una misma adoracion ~
Barrera de las usa con ÉL, como EL i por EL, i todo pensa- puesto, ha sido reconocido, amado i ado1·ado como
miento cristiano es el reflejo de S\1 pensamiento. · Dios. Supt•imíd por un momento la éreencia en su
Todo lo que es confomle a su palabr·a, es vet·da· Divinidad i engrandeced luego tanto como vuestm
dero en la medida de ésta conformidad; i todo lo imajinacion de arti$ta pueda engt·andecet·la, su
que e opuesto a su palabra, es fa\so en la medida figura de hombt·e, de sábio i de lejislador, i nada
de ésta oposicion. As·í en la esfe1·a de las cosas se comprenderá ni de ésta dictadura interectual, ni
decisivas i sustanciales no hai mas que un pensa- j de ésta fecundidad moral, ni de ésta acéion social.
m.ier to.: ~1 de Cristo. I rada semejante a ésto se Si Cristo no hubiera reinado como Dios, la humaha
visto nunca, 4 ni aun l~abria podido imajinarse. nidad habria creído en su palab1·a poco mas o méEs
la supr·emacia mas podemsa ejercida sobr·e el nos que como cree en la de Sócrates,se habría ins-
' pensamiento - Es In dictadura de las intelijencias pirado con sus virtudes poco mas ó ménos que co-
Jibremente aceptada i divinamente ejercida. m o con las de Sócrates i habría respetado su auto-
En el órden moral ci reinado de Cristo no es rielad poco mas o ménos qua la a e Sócrates.rnénos
profundo; i si me puedo espr·esar asf, Citad una sola Nacion que haya pedido aSóapar
·ece mas p1·ofundo aun. Miéntt·as que la huma- crates o a otr·o sábio de una ilustracion igual, Ja
nielad cristiana lleva en su intelijencia trasfigurada, razon de la vet·vad en el órden intelectual, la razon
su Cristo verdad, lleva tambien en su corazon del bien en el órden moral, la razon del órden en
f tt·asformado, su Cristo santidad; i así como el el órden social. Citad un solo hombre que haya
Cl'isto verdad es para ella la regla de lo verdadero, llegado a ser bajo ésta triple relacion, en un solo
' el Cristo santidad es para ella t·egla de todo bien. pueblo siquiera, el resorte de toda la vida i laim-
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rf 8~ EL C-ATÓLICO.
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IJ
;:;:~ No---l-"e'-"h...ra'-"'l..l.._"a"I-~--e..i.rs'"'."--"-ñ-->.c./'a-.'...._d"o"-,--..i.r'-'s"'a-"li_,.a..'n-'"'·~ ,~~~ j
El mas afortunado de ésos sábiós no ha pasado de signo. I cuando Mahoma mismo vino a negar la
los límites de una escuela i de las fl'Onteras de una Divinidad de Cristo, era demasiado tarde; Jesu- ' ·
secta, porque la humanidad no puede hacer mas cristo reinaba como Dios. La fé en su Divinidad
por un hombre. Nunca podrá dm· a al'gU>no ésta babia_ echado ya raices tan profundas pot· todas
tl'iple dictadura que se impone soberamente a las pades, que no habria sido posible sacmlirla, sin
doctrinas, a las costumbres i a las sociedades. conmovet· el mundo.
¿, I por qué i cómo ha podido hacer Jesucl'\sto en ¿Cuándo, pues~ Jesucristo, si no es mas que un
cien pueblos lo que ningnn hombre h'a podiclo ja- hombre, ba itTogado a la humanidad la injuria
mas hacer en uno solo siqniera ? La razon es bren de hace¡•Ja prosternar ante 'ÉL? ¿Cuándo fué que
simple.-Jesucristo es el únieo Sábio, el imico Le- esa humanidad lo tomó en sus manos para elejislaclor,
el único Bei en quien la humanidad ha varlo spb1·e el altar i decirle por la primera vez:
adrimero que dijo : Cl'isto es Dios?' ¿ Quién
para destmirla. lo hizo ct·ee¡· a todos cuando ninguno lo c1·era aún?
Avancemos aun mas ácia el odjen de nuestra Segummente no fuet·on ni San Agustin) ni San
fé. A qué h?t'a de su larga Yida tom6 poses ion Jerónimo, ni San A robrosio, ni San Gregorio, ni
Jesucristo de su Divinidad? ¿ Fué en los siglos de San Juan Cl'isóstomo, ni San Atanacio; i ménos 1
tmbajo i de nacímiento social que han p1·ecedido que todos éste, que se defiende bien por su guena
a la gt·ande edad cristiana 'l ¿ Entónces, cuando célebre contm Arrio, de la gloria de tal inveucion.
los pueblos se unian a los pueblos i la barbarie ¿Quién, pues, ha b01·dado el primero sobre el tese
confu dia con la civilizacion? N6. Entónces jiclo de la historia la sublime leyenda? ¿San Hi·
los pueblos bárbat·os adoraban la Ct·uz i al Ct·uci- lario? ¿ San Epifanio? ¿San Cipriano ~ ¿ San
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El. CATÓLICO. '87
)ustino? ¿Clemente de Alejandría? ¿Tertuliano?
i Arnobio? ¿ Atenágoras? ¿Quién por·fin~ ¿Tal
vez San BernabéT 'O San Pedro, o San Pablo, o
San Juan?~ Ah! ¡San l"uan! ¿no sería él el que
tuvo ésta estraña idea? La crítica lo sospecha,
i •••• es cierto que San Juan en su Evanjelio.,
afirma con mns insistencia i solemnidad, el dogma
1 soberano. Pero es que cuando él escribía su Evanjelio,
la negacion se levantaba ya delante de la
afirmacion. Ya vivia la negacion gnosrca de que
vemos aun de r- prres de diez i ocho siglos miserables
imitaciones. I ucedió lo que sucede siempte en
Ja gran lucha de la verdad con el et·rot· : se insistió
sobre la afit·macion al apal'ece•· Ja negacion.
Lo qtte nosotros hacemos hoi delante del gnosticismo
de éste tiempo., Jo hizo San Juan,a 'SU manera,
delante de la crítica del suyo. Entónces San Juan
habló como todos, i todos como San Juan ; todos
afirmaron el mismo dogma i pt·ofesat·on la misma
fé;todos dijeron: Cristo Salvador,Ct·isto Redentor,
Cl'isto Señot·, Cristo Rei, Cl'isto Dios.
En esa época, que toca al óríjen en que brilla a
1 toda Juz la cuna del Cdstianismo, dos cesas mari
cban en toda su plenitud, el amor a Jesucristo en
·¡ los corazones i la fé en su Divinidad en las intelijencias.
Entónces éstas dos palabras ·: arpo a Jesucristo,
adot·o a Jesucristo, se oían por todas par-
' tes como la voz verídica i el eco sincét·o de toda
alma crist"ana; i es preciso querer estar ciego
pata no vet· que entónces, i sobre todo entóuces, la
fé fil'me , absoluta .¡ ardiente en la Divinidad · de
Cristo, abunda i sobreabunda por donde quiera.
Así,pues, si no es un sueño de vuestt·a irna.jinacion,
sinó son simples uto.pias, descublidnos aquí uu
lugar pat·a vuestra leyenda i una cuna para vuestro
mihto.
' 1
No hai mítho nqui: no hai mas que un hecho;
el l1echo brillante ele la fé de todos los Cristianos
en la Divinidad de Ct·isto. No hai tal leyenda:
no hai sino historia ; la historia que se desarrolla
al brilio de su propia publicidad ; la historia que
se afirma i se escribe a m~dida que ocurre lo que
refiere, en monumentos que subsisten i en obras
que viven ; la historia que, desde hace cerca de
podrá salit· sino pm·a emba1·carsc en el pri.
1 ruer buque que zarpe de ésto puet'to.
Notífiquese en el día ésta resolucion.-Lope C.
.Nieto.-El Secretario, J. JUendez Zapata.
En el mismo día, rnes i al' o, el seiior Alcalde
asociado del infrascrito Secretado, se constituyó en
el palacio Episcopal del Ilustdsimo señor Arzobis-
1 po de Bogotá, doctot• Antonio Henan, con el objeto
de notifiearle la anterior t·esolucio.n. I pt·eseu.
te dicho seiwr Arzobispo, se le Leyó pot· el espre.
sado inft·ascrito Secretario, la resolnc·on en refe-rencia,
e ~m puesto de ella dijo: que reconoce al
1 señor Lope Nieto como Alcalde del Distrito de
Gqrtajena; pet·o que se deniega a fhmat· ésta dilijencia,
porque ,no lo reconoce como la autoridad
con'lpetente para dal' cumplimiento respecto de él a
l{l lei de 1.7 de mayo, sobre '' inspeccion de los
cultos; " porque el lugm· de su residenria no es
éste sino Bogotá, en donde está su Silla Epi~copal.
, , Con lo C\.llll se dió po1· terminada la pt·esente diliJencia
que firma el señot· Alcalde con Jos testicros
de quienes se ha acompaüado; los señores l\'Ielquiades
Mazeneti i Pedro l"élix,pot· ante mí el Se~
cretal'io, Lope C. Nieto.-JJ. 11/a::;enet.-Pedro
Félix.~EI Secretario, I . .nléncle::; Zapata.
J~s fiel copia de su orijinal a que me remito ¡
la cual compulso de ón1en del señor Alcalde del
Distrito i,para en~r~gat· a! lllmo. señor At·zobispo
de Bogota a su sohcttnd-El Secretario,/. JJiendez
Zapata.
Estados Unidos de Cotombia-Estaúo Soberano
de Bollvar-Alcaldla det Distrito--Núm. 258.
-Cm·tajena a 15 de junio de 1864.
Al !Ilmo. Sr. Dt·: Antonio HeiTnn, Ap?· de Bogotá.
En el memonal de US. Illma, de esta fecha se
ha resuelto lo siguiente: '
<{ Dése la copia que se solicita; i en cuanto a
la dt-elat·atol'ia {}Ue se pide de la resolucion de la
Alcaldía del dia de nye1·, pnra que se fije el té¡·mino
del estt·niwmiento decretado, ella entiende
que el ünico que puede fijm· ese término es el
·mismo lllmo. seüol', sometiéndose al mandato de
la lei, cuya negacion o prescindencia es lo que
motiva el pt·ocedimiento de la Alcnldía en estl'icta
o~servancia de la lei ; porque la di;posi<:ion
del art1culo 4 ..... se refiel'e a castigM Jos hechos
el'ijidos et~ delito e~1 el a1'tículo 3. 0 i su parágrafo,
que ~on 1nclepenchentes de la accion que castiga
el artículo s.o.-Comunfquese.
Tengo el honor de comunicado a US. lllma.
para su intelijencia.
Soi de US. Jllma. yuestro atento sel'vidot·
Lope Niet~.
A 1 seüo1· Alcalde del Distrito de Cartajena.
Carlojena .. t 5 de funio de 1864.
. En co~1te~taeion a la nota de U, fecha de hoi,
d1go lo s1gmente :
Increíble es que una autoridad qut~ se dice competente
para aplicm· uua pena como la de estmñamiento,
ignoro el tiempo que debe durm· él
cuando la lei de que se hace ejecutor ha seüalad~
el máximu'fn i el minimum. Ya i\ntes he dicho al
scñot· Alcalde a quien. me dirijo, las razones en que
me r.undo para negarle Ja c.ompetenria en éstas
c~t es twnes respecto de mí, i ahora le digo, que no
ti~uo derecho p:na darme consejos, porque como
Arzobi po·, bien 'Cono~e: _mis deberes i sé cumplir
con ellos. .
Qued.o de U. mui a-\ento sen,idor, ·
ANTOr ' IO ARZOBISPO de Santafé de Bogotá. 1
Al ciudadano Presidente del Estl:\dü S. de Bolívat·.
Cartajena, 16 dejunio de 1864, 1
Antonio HetTan, Arzobispo de Santafé d"e Bogotá,
a vos con el respeto i en la fot·ma debida 1
digo, que el dia 1 - ~ de éste mes el seüot· Alcalde
del Distl'ito, asociado de su Secretado i dos tes- 1
tigos, me notificó un auto en que dispone que
permanezca preso en la éasa que habito i que salga
estrañado de\ territ~l'io colombiano·, en el pl'imer
buque que parta de éste puerto. Y o manifesté
que aunque reconocía i acataba· su autol'idnd como
Alcalde de éste Distrito, no lo ct·eía comp~tente
para ejecutar respecto de mí la lei de 17 de mayo,
sobre inspeccion de cultos. Las razones ciudadano 1
Presidente en que me he fundado son las siguientes
: el artículo 7. 0 de la lei seilala a los Ministt
·os el lugnt• de su residencia, pm·a dar el aviso i
prestar el juramento, i como yo estoi aquí tr:msi·
toria i accidentalmente, no es <'ste ef lugat· de mi
residencia ql:le es el que designa Ja Iei ; i por consiguiente
no es el señor Alcalde de éste Distrito la
autol'idad competente para conocet· en éste negocio
respecto de mí. Ademns el m·tículo 8. 0 dice
así. " La pl'im.era autoridad local en el órden administnltivo,
que es la competente para oít· el aviso,
recibil· el juramento i dat· Ja copia certificada de
que trata el pnrágrafo 1. 0 del artículo 6,o es tam-
. bien !a competente pant ót·denat· el estrailamiento
prevenido en el &rtículo 7. 0 _ " Ahora bien, el señor
A!calcle no es la pdmera autoridad de Ja eiuclad
en el ónlen aclministmtivo .. i pot· lo mismo,no
creo qne sen el designado por la lei pam ponerla
en ejecucion. Uitimamente, estando en Bogotá la
Silla Arzobispal, es aJJí i no aqui en donde debo
decit· si doi o nó el aviso, si presto o nó el juramento.
Estos son ,ciudadano Pt·esidente,los fundamentos
que he tenido para no cono<'et· fa competencia del
señor Alcalde en éste negocio, i éstas mismas las
que tengo pm·a pediros que mandris cesat· todo
pro.cedimiento respecto de mí, i que se me deje en
libertad para volver a Bogotá. Mas, si no accedeis
a ésta mi peticion, os pido que proi'Ogueis el
tiempo angustiado que se me ha seiwlaclo pam saJit
· estmñado, hasta el pt·óximo mes de agosto, i
que mi salida sea para el punto que yo elija t>n
otro país i no en un buque que n1e condujera a
donde yo no debia estar.
Para resolvet· ésta peticiou atended, c-iudadano 1
Presidente, mis cil·cunstancias ; mi edad es avanzada,
mi salud está notablemente detel'iot·ada, lo
ardiente de éste clima me' ha dehilitt\do en estremo,
i no teniendo recursos pam trasladarme a
6-tt·o Jugar i subsistit· en él, necesito gcurrit· a Bogotá
para pt·oporciouármelos. No seria honroso a
Ja Union Colombkua que un Arzobispo, anciano i 1
achacoso, fuera a mendiga t· el pan en un pals estranjero.
Os prometo que si ántes del tiempo cuya
próroga os pido, yo pudiere salir fuera de la
República, así lo verificaré.
Jamas olvidaré,, ni podrá bon·arse de mi comzon
,el recuerdo de los favores de que os soi deudm·.
A vos ciudadano Presidente pido que resolvais
favorablemente éstas mis peticiones.
ANTONIO ARzon:spo de Santafé de Bogotá.
IMPRENTA CONSTITUClONAL.-POR N. PONTON.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 59", -:-, 1864. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687957/), el día 2025-07-17.
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