f~on el presente número concluye
el 4.• trimestre i el pdmer año de
El Católico.•
En lo sucesivo, este periódico ten~
ra dobles dimen.iones de las que ha
nido ha ta ahora, i se imprimir len
uen papel i con mejores tipos; pero
l \'nlot· de la u ct icion set·a de un
:peso i veinte centavos por trimestre,
· el número suelto qn in ce centavos.
m individuo qne reciba el número
¡>r6 · iuw i no lo dcvuelv¡¡, se reputara
usct·ito al trimestre que principia.
I~ntJ·e los pocos amigo¡¡ que suelen
fa Yorccerraos con su corresponden ~ia,
IJai llllO que se distingue por la tt·a~
yesnt·a de su jénio i a quien ocurren
cosas particulares. En s n úllima carta
nos refiere la siguiente :
"En uua hermosa mañana ele vc•
·ano, vagaba yo por el centl·o de un
espeso bosque con cuyo rictl follaje
uguetcab~ el aire tibio, trayendo a
u paso, ya el penetrante aa·oma del
madroño, ya el melodioso canto del
urpial. lli pecho rebozaba de gozo
contemplando \lila nat\naleza rica,
engalanada con todos los pa·imot·es que
el Creador c¡aJiso sembrar con profu~
sion en nuestro hermoso snclo. Aquí,
decía yo, ha hecho con razon su asiento
ind~strnctible la libe1·tad.
"El ruido de un torrente que, desprendido
de una roca, caía como de;;grcitado
sobre UIHI gr·au taza de pied¡
·a de donde salia ful'ioso convertido
en copos de alba espnma, se me a~cmejt\
ba a la \'OZ de nuestros demagogos
que, ahot·a gl'itan descompasada~
tucnte contt·a una tia·ania 4''e no exi~te,
i luego contra todos los derechos
como contrarios a una libertad qne
solo ellos comprenden.
"Deseoso de tomar algnn alimento
de que sentía una gran necesidad,
busqué ·una choza que se me había
indicado existir por allí cerca; i en
efecto, f.n lo mas intrincado del hosquc,
vi un pedazll ele sabtlna cnbierta
ele verde yerba en cnyo cslrcmo se
levantaba la r.a ita sombreada por
uua platanera, t·odeada de chirimoyos
que cmbaL amaban el aire, i ele
copudos carboneros en cuyos ma•
uojo · de be Iludas flores se rcflrjaüa
gracio~amcntc la luz.
"Llamé repetidas \ 'eccs, i no obteniendo
respuesta, me dcci!li a cnla
·ar. Hnllé una salita pel'fectamcnte
blanr¡neada i eu la que todo indicaba
pobreza, pero aseo i la mayor posiüle
couveniencia. Unos tabmetes de madera
onlinaria forrados en cne1·o de
res al pelo, dos mesitas, orclinadas
tambien, sobre las cuales había unos
vasos de cristal, \liiOS plícgos rle pa~
pel, un primot·oso ramillete de flo¡·es
fresca colocarlo al pié de \lll bello
crucifijo de marfil i un bastidor de
bordar con una obrtl empezada, ea·an
todos los u1uebles que formaban el
ajuar.
" Cansado de esperar i no oyendo
ni bti1· un peno, ni cacarenr una gallina,
me clispouia a seguir mi marcha
cuando et·o como estaha
mui (lébil pudimos contenet·lo sin
esfuerzo ; i el jóven en cuya ft·nnca
fisonomia se veia pintada la indigna
·ion, cnlmó no obsta u le a su ntcn·atlo
huésped 1lieiéndole: u N·J tema U,
q Dios a quien ad01·amos i que lo
ha puesto a U. en nuestras mano·,
nos manda amat· a los (¡uc nos aboreccn,
i hacct· bien a Jos que nos pct··
iguen.
"Con una sorpresa (1ne no puedo
intar; vela aquella escena, i te-miendo
pot· la vida de mi cnfet·mo
ctue luchaba cutre el temor i la csICt
·anza, le cspliqné en breves prtlaJras
el estado en <(Ue se había hallado
i los cuidados que sus protecto-re~
lt! IHibiau dispensado. El hombre
Jaso cnlónces del terror a la sorprea.
No compt·endia como podía ser
aquello i csclnmaba a cada pa o:"
¡ ~s imposible! ¡Solo que sea para
eucr el gu to de VCl'll1e l'usilar!
''Dos clias dc~¡mes snr,c pot· él mi:;no
todo jo que 1lesenba sahe1·, i com ·
n·ctu.ll hasta dótHlc llegaba el hct·oisno
de aquella virluo~a pareja. He
quí lo que me dijo·
"E u el pueblo de mi rc,Hlencia
1abia una familb mu~ quel'ida pot•
1uc daba de comer a alguno~ bobos
11c c¡·eian recibir un favor de esos
jcos, porque ¡·ccojia en su casa a-los
nfet·mos i po1·que ayudaba al cura a
'aualizat· a los infelices haci~ndolos
erdet· el tiempo en p1·acticas idoláricas.
El padre de esa familia había
·usll·aido a la circulacion un capital
1ue invirtió en adot·nos de lujo para
l templo, i r,e había convertido en
uez de paz, mediando en todas las
isputa!l que se susr.itaban entre los
ecínos i haciendo iolltil mi indostl'ia
e tiutel'illo. lo, por estas razone3 le
bon·ecia, pero pensando un poco,
csolvi hacerme participe de su foruna
enamorando a una hija ele diez
ocho ai10s que tenia i que formaba
i encanto de la casa. l.a muchachl
lC desprecio porque era soberbia e
ipócrita, despues de haberme deja-do
comprendet· por el cariño con que
me tt·ataba, (llle no sc1·ia mal acojido.
Herido en mi amor propio, res()lvi
vengarme, i pat·a ello empecé pot·
al'l'uinat· al padre promoviéudolc pleitos.
Una vez que lo vi pobre, lo hice
r~pat·ece¡· como cómplice en un morímiento
polllico i conscgui que ludestel'l'at
·an. No pudiendo sufs·it· tantos
males s·cunidos, se mul'ió i su hija lo
siguió al sepulcro. Esv no fué culpa
mía.
"Sinemhat·go, el cura i al~uno:; ve·
ctnos, dic1·on en mirat·me mal por eso,
i consegi.lí ltncea· dcsterrat· al cura i
ponct· fuera de combate a.los que me
nbol'l'ccian. Yo cstaha ya l'ico; pero
queriendo anmeutar mi fortuna i ¡;ozar
al mismo tiempo, me hice jugador
i pc1·euemos, sí, aconsejarlo con nnestr
ejemplo para que se convenza de qu
hai un Dios que castiga el ct'Ímcn '
pl'cmia la virtud: para que vea que
a pesat· de estar en la situacion en que
nos ha dejado, somos menos dcsgra
ciados que él, porque tenemos el testimonio
fa~orable dr tnwstra conciencia
i la e-¡:iet·anza en el .fondo del corazon.
Nosotros ano podemos esperar
dias alegt·es. El vivirü lt·iHe pol'(¡ue
no cree, pot·qne los rcmot·dimicuto
lo acosarán i porque ya ha vi ·tn c¡ne
la i'ortuna mal-adiJOil'icla i peor cmplentla,
es n11a vcrdadem cot·ona u
punzantes espinas.
"El enfermo que, siempre llcsconliado,
se ponía a c~cur,har nuestras conversaciones,
oy<í esta, e impresionado
pot· ella, me snplicó le enseña e la relijion
que prescribía vit·tudcs tan he
róicas Hícclo así en cuanto me fué
posible; i un ilustrado i virtuoso sacerdote
que andaba huyendo como
ac¡uel hombre, por virtu.l de la lci de
2:~ de ahl'il, me ayudó eficazmente, i
completó mi obrr~.
"lloi el bandido, ellintcrillo, tel'l'or
de loo; hombres hoJll•aclos, comprenpclar. e l:t propicdnd
la liuertad, el honor i la vidn de lo~
. demas; cree en la virtud i trata de
hacer olvia entr·e ellas el
ven erab le Prelado doctor A· DRES ~hJILl
GAr.to~ que t•cemplazando alllu!J•
tl'i simo metropolitano, sufrio como
j fe de la Jgle ia, los tiros de sus
enemigos, h,lSia bajar a la tumba, al
rigor· tic las péuas ¡¡uc oprimicr·on sn
corawn. llabicudo teniclo cnll>nces
'Jlre;a hogarcn el silencio uucstro dolor,
creemos hui un debcr·r'atc~ inmortalizariw el
nombre de sus defensores, al mismo
tiempo que cubrirande infamia a sus
Ycrdugos. He aqul las linea~ a que
hemos aludido :
UNA PERDID! fL.UlENTABU:.
Los acontecimientos funesto con
que e:> rtflijida la humanidad, on tan=
to nias seusibles, cuanto se verifican,
en circunstancias anormales pa1·a la5
clases a quienes afecta u. Jl,sto sucede
precisamente al clero de la Aa·quidit\ccsis
llc Santafé de Bogotá en el golpe
m do i doloroso que ha sufr·ido, con
la muer-te del seiiot· Joctot·
AIWDRES lYI..lBI..l -..&LLO,
Provisor, Vicario jeneral, Gobernador
tlel A nobispado i A rccdea no de la
Jr;l cs ia Catedral metropolitana.
No solo h amistad sino la justicia
exijcn que se tribute al mérito del se·
iior· GALLO un recuerdo en honor de
la Iglesia i rlel Estado de Boyaca; a
quienes mui p:~r·ticulormente consagró
sus servicios i talentos.
Nacido el señor GuLo en la ciuclan
de Tnnja, el 4 ele febrero de 1792, teniendo
por padres a los señores Auclres
Maria Gallo i Juaua de Dios Velazco,
no ménos di:;linguillos por· S\1
ejemplar ",irtud que po1· su nacimien·
to, obtmo, siendo se~ lar·, empleo'i honol'il1cos
a llue lo haciun acreedor
sus luces i nol01·ia honradez, entre
ellos el de Mini~tr·o de la alta Corte de
justicia en el Estado federal de Tunja
i miembro riel Congr·cso en el mismo
Estado. Sirvió a la patl'ia en 1812
como Jefe militar·, defendiendo la
causa de la emancipar.iou politica del
país. Llamado mas tat·,le al sagr·aclo
ministerio tlcl sacerdocio, llenó con
caridad i celo apostólicos el snnto deber
· de dirijir· a su grei por· el recto camino
~le las virtudes, en los diferentes
bcnellcios que sucesivamente se le
encargaron. Entnsia ta por la civili·
zacion i por· la cdacacion de lajnven
tud, fue uno de los ¡)l'ime•·os apoyús
para la fundacion del Colejio académico
tielloyacvincia
dequefué miembro, son fieles
testigos de su laboriosidad, patriotis·
mo i amor por la justicia.
El mérito del sciíot· GALLO se patentizrt
con la elecci ou que hizo eu él
Nuestro Santísimo Pach-o l'io lX para
Obispo de CaJ·t11jena, la que tuvo
lugar en el Congreso de la Nueva
Granada para el Obispado de Pasto,
i la Jesignacion que hizo en él el señor
Delegado Apostólico para la silla
Episcopal de l'amplóha. La abocgacion,
la humildarl. sus \'Ü·tudes caraclcrl~
tlcas le hicieJ·on renunciar estas
mitras, i solamente por corresponder ·
a la amistad i la confianza con que lo
honró el Ilu~trisi m o señor Arzobispo,
doctor Antonio Herran, aceptó el penoso
encargo de soberuar la Arqui-
· Íli~cesis como ¡>¡·ovi~or Vic-ario · jeneral,
dcspues de ttuc había sido nect-suio
obligarlo por obediencia a ocupar
una silla tn el cor·o metl'opolitano
i la dignidad de Arcedeano i como
tal la de Presidente del Capitulo Catedral.
Una penosa enfermedad, ocasionacla,
segun la esposieion de los fncnllativo~,
por sus sufrimientos morales,
le condujo a la tumbn. Can esto
la Iglesia ha pcrrlido nn digno i disliuguirfo
sacerdote, i la patl'intul fiel
servidor· i un honrado cindarlano.
llogota, 15 de nbril ele 1863.
B. A. Toscano.-Migu.el Arias.
PROTESTA.
El iuft·aicr·itoComi.-ar·io de la Orden
Tercera de San Francisco, habiendo
visto por casualidad en el número l3
de «m BoGO'UNO. una retncion tomada
del Prcsllpuesto de gastos pre•
sentarlo al Congreso actu:d, en la
cual figura la Or·den espr·esacl:~. per·
cibicndo como renta viajern la suma
annal de 40 fuertes; decl at·o: t¡ne
nunca he percibido tal renta aunque
estoi fur.cionantlo clesde el mes de
no\'iembrc tic 1861. 1 como yo clcbia
;;cr· el que In pet·cibicrn, suponiendo
que puclier·a hnef'rlo, protesto solcmuemcnlc
t¡uc es falsa la partida del
l'resupueno.-fiogotá, 29 de ahl'il
de i86l1.-Francisco Tamnyo Iloyos,
Presbltew.
PROTESTA SOLEM~E
CO~TR.l U PROP.~GAND.l CISMATrCA 1 SUS
AUTORES.
Los infra crilos Sacerdotes de la
Vicai'Ía ele Santiago el menor. protes·
tamos enér~ica i &olcmnern<·ute con
Ira las perniciosas i escandHlosas pr·o·
clucciones puhliradas por la prenl'a,
titnlucl:~s: ''El Cle1·o en su dehel', ''
"El Romaui~mo uo es el Catulici~
mo," en que algunos clérigos ma
aconsejados, injul'ian gravemr.ute a
Illmo. seiio1· Arzobi~po i a sus sufra·
gáneos vcner·andos, con moti\'o d
Jos mandatos con que, en cnmpli
miento de su deber, han prohibido a
Clero pr·estar el juramento inicuo exi
jitlo por· la lei subrc policía naciona
en materia de cnllos, e invitan al cis
ma i a la rebelion contra la autorida
divina de l:'t Iglesia~ depositada en <'
Sumo l,ontífice i en los Obispos.
Nos adhel'imos de corazon a la San
la Sede Apostólica i nl Romano Pontl
fice, a quien se ba dado la suprema
clivina ¡>otestad de apacentar, rejir
gobernar· la Tgtesia Católica, i recha
zamos cnalc¡uier·a innovacion, cual
quiera falsa dortt·ina que tienda a
Cisma, a la he•·ejla, ~ la encn·acion
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
dcpt·esion o sometimiento de la auto·
ridad de la Iglesia a la. pote tades se·
Clll\ll'CS.
Uenovamos une !t·a promesa de of¡
ediencia i t·espeto que hicimos el dia
de unestt•a ordeuacion, a llllC~h·o pt·e·
lado i a sus lcj áLimos sucesores. Hecono
11110:) us mandatos como muí
acorflt:s con los preceptos divinos, estamos
di¡¡pu tos a acatar siempre sus
sabias disposiciones i a respetar sus
penas i censuras. ·
Santa Rosa de Vitet·bo, etlero 20 de
1864.
El Vicario principal tle Santingo el
menot·, Cayetano Brl!'rcto.-f'r. Rrt-
1non Cade!la.-Luis ·Rou1l({o RoMan,
Vicario p:u·ticnlat· de la 3. e:: de Santiago
clmenor.-El Gma interino de
Tibasosa, Cayeiano ~ltoreno.-El Cura
i Vicario de la 2. C\1 1le Sautiago el
mpuor, Juan P. Ularlr..-El Pánoco
de F.loresta, Francisco de P. Reye .El
Párroco ele Bctcitiv~, J. Viwtie
Rujas.-El Parroco do Tntasá, Ignacio
1:.. Abella.-El Penclicio de Tdsco,
R. lln cda.
L'~A RETHACT\CIO?i.
Siento una satisfaccion positi ·a al dar al pú·
liro la adjunta e~posic10n que bago al ~elio r
efe de este !\tu icipio, porque se me prcscna
hoi la mas brillante ocasion de manifcs ·
ar ante el mundo entero, cuan sum i& o i re ·
•erentc 6oi a los maQdatos del Padre comun
le los fieles. La eaposicion dice asi:
Señor hfc ~e este Municipio.
Cuando presté el juran)entu de someti~lien-
0, pre,·enido por la Jr.i de 23- de ab11Í del
rt;s~ntr. aiio, creí que con . aquel. nct~ no
omprometel'ia '.ui ~u~cít~cía ni IBllana a
os debl!l'cs de m1 mlnJsteno; pero •í lile prouse
dP-sdc entOnces agn~r¡lar lo que l11 Santa
ederf'solviese en el partic~lar, .para obrar en
onsonllncía con su determmac10n suprema.
a el Sumo Ponlffics por su Encidiea de i7
le setiembre u(tÍI1lOs ba condenado la .con·
ucta de los qqe he~os presta~o aquel Jlll'a·
nto; í yo, obedec;ren~o sum1samente la ~e,
crmioacion del l1carto de Nuestro !lenor
esucristo, me retracto dol modo mas solero·
e de aquel sometimiento, condenando' CO•
0 condeno el acto n¡encionado, i d~claran-scgun
la mente de S, S. que . al CJCcutar·
, me separé del camino ~" laju~ticia i ~e
verdad. Reciba pues, senor Jelc Mumipal
esta formal retrac!acion que. hago ane.
e, pidiéndole qu~~esuvap_reveDlr, que so
gregue esta espos1C10n al ltb~o en que se
sl'ntaron las dilijPil(:Ías del JUramento ya
encionadu, para que aquella obre lus cteecoosiguientes.
RETRACTACION.
Cu:mdo en el mes de tnayo del aiio pasado,
me exijió el Correjidor de la Aldea tle Candelaria
el juramento prevenido ni clero por la
lei de 23 de abril, sobre policla de enltos, no
fue mi :inimo sometc1·mc a las leyes protestadas
por la Igle&ia CatWca de que soi Ministro,
aunque indigno, sino sulamenlc pt·estar aquella
obediencia que se de~e al Gol!i~rno en lo
temporal; sincmbargo me cabe hoi la satisfa.c·
cion de cumplir lo qnc se nos ordena por
nuestro Smo. Padre Pio IX, en su Encíclica
de 1.7 de setiembre último, retractándome
en debida forma, pidiendo penlun a mis Prelados
i a la J glesia por el error en que ha ya
inrunido, siendo siempre fiel a la Unidad
Católica, como lo prometi desde el Bautismo
¡ al recibir la~ órdenes sagradas como biju
mui obediente al Primado i cabezo. de la Iglesia
de Nuestro Señor Jesucristo.
de ab.-il de ~ 864.
1 entonces el dolor que ora me abate,
Contc,nplare como el q_uc ayer surriera
Cuando bic;e, ui:cio, consistir mi dicha
En el amor, la gloria i la riqueza.
Ya no habra tiempo para mí: ya libre
Por entre bosques vagaré de estrellas,
1 amaré a Dios cual debe ser amadó
Viendo admirado la creacion .entern.
es tan dulce perdouar
Fcrnan Caballau.
Léjos ai! del sacro teclJo
Que su cuna vio rodar,
Tn padre proscrito arrastra
Su maseria i orfandad.
Reclinado en la alta popa
Del bajel que huye fugaz,
Tristemente de su patl'ia
Ve los m'>ntes qtte se va u,
1 a su~ crueles enemigos
M.tnda l.lll ósculo de paz.
}>erddnalos, Margarita,
Que ~s rnui dulce perdonar.
En apartadas rejioncs
Triste se levé vag .. r,
1 amasado con sus lagrimas
Come del dolor el pan.
Rn tanto sus enemigos
J,a yida en l>lando solaz
Di frutan, i del pro~crito
Escarnecen la lealtad.
Ptrddnalos, ftfargarita,
Que es muí clulcc pcrdon.a¡ ·.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 48", -:-, 1864. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687946/), el día 2025-07-17.
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