TIUM. ~. BOGOTA ~ ~ DE JULIO DE ~ 865. , NUM. 7.
EL LIBERALISMO I EL CATOLICISMO
EN EL SlGLO XIX.
TOLJHlANCli\
L:l t!&Ct:-:h1 liberal ha tomado por emblema estas pala.
l rn" : tolerancia, libertad, igualdad, fraternidad. Pues hi,"n,
!'lulo !.1 Ig·le~ia católica ha sabido comprender i ha r~aliz;\do
por medio de ~us phpns, de su, frailes, de sus mur~jf1s. de
su!i jtsuitas, In que hai de grande i hermoso en las idea~ a
que ·corresponden csaB palabras. Blla no ha nece~itado
pronuncir~rlas a ,·oz en cuello comn sus enemigos lo lHce 1
t;.J vez por irri~ion, en medio de los desórdene!l i al pió de
Jos cadalsos, porque algo nn1s que toler11ncia, alg,J mas que
filantropía, algo .,·nas que fraternidad es la herl>ica, la
~ubhme curidacl.
Tolerancia quiere de~.:ir induljencia: se pueden toien1r
el \'icio i el erro1 porque sun malos, i con lo qut es lllillo
se puede \J~ar de induljencia i mil!ericordia; pero dt·cir que
la verdad i la virtud deben !'er toleradas es un contraH•n.
tido. La Iglesia com.J depositaria df' la verdad no pttede
. tnm:>ijit con las doctrinus q11c le ~ean opuestas, ¡:orque la
verclatl i el error no pueden amalgamarse. La tolerancia
que nace dtl amor de nutstrcs hermilno~. de la humil lad
que ll'l'-' hace ver en sus faitas la imitjen de nue:otras prop1as
falta., ·:u sus errores la imájen de los erron•s a que está
cspucsta nue~tl u intelijencia dóbil i enfermiza ; la t<,]Pran.
cia CJUfl predica el catecisuw que se enseña a los miws,
enumtrando entre lfl:: obras de mi 'ericordia la de '' . 11frir
con pHC:;encia la~ flaquezas i udver~idadc;; de r;ueotro~ ¡mí
jimJ"; " la tolerancia que ha hecho encnntrnr u a a::.ilo ~eguro
a la sombra ran venido a hacé'r lo que
el enor ha hcc·bo i hará &iempr e: " Co11ociendo el intcrc¡.:
" que tiene en hact:r>e recome: 1daule por alguna verdad,
" dice .-\.ugu,to Nieolas, i en e .. cubrir.nsl su jueg·o de de~"
tt uecion a les U los de e3tií a abstener'le, si no a reaccionar contra
"-e~l<.. "uuesto de~arr•1llo, i aun a ve.nir a colocarse otra vez
" en aquel saludablt! desarrollo que ellos mismo!- hnbi&n
" im 1 ·eso ya a !u v<:rdad. Nn se descuidan los pMtidarios
" del error de sacar partido de esta prudente conducta de
" los que profe~an la verdad, para denunciarlos i sacrificar-
,, los a la opinion cuma enemigos del progreso social" ....
" ¿ I qué sucede no obstante? Que como la verdad no es
" en sus rnanos- otra cosa q~te una arm~ contra la verdad,
" no por esto le hacen- dar en d hecho un solo palio ele
" progreso, sino que al contrario, usándola de este modo
" la desnaturalizan, la comprometen por sus excesos, la
" retardan, acumulando ruinas por su Glve a
" tomar el curso de su lejítimo desRrrollo -; mas encontran-
" do el programa i las fórmulas de e::;te desarrollo trazadas
" ya por el errot, no le 'queda mas que cumplirlas, i cum-
" pliéndoias. deja la apariencia a su rival, quien no se 1
" descu;' u utribuirse la iniciatira de ello, i de reÍ\'Ín-¡
" dicat { u1tu.dos."
E~to ltizü con rc::pee;to a lu tolerancia el filosofismo voltniano,
de quit·n es hija la e~cuela liberal, por mas que
tn:te de negar su oríje11 culmc'ndose con la cRpR de hija
del Evar jelio. E u la edétd nredia In tolerancia, tal como hoi
ht co~oocu¡¡os, era imposihle ; la nacion c¡ue la hubierl\
adoptatlo se habria ~uicidHdo. Tolerar las herejías habría
sido tantt' como tolerar los crimenes i las rebeliones que
las acompañaban. Pero la Iglesia, esa lglesiR mansa que
rechazH de sus altares al Sf.\Cerdote mié11tras una gota de
sangre manch.e sus manos, nunca ha conocido otros medio~·
de \Iolo auto de fé i qut los dcsgr<
leíadr~ jud os perseguid< .s en otras parttts elicouh·aron
en ella un nsih1 seguro. "N'J saheis de qué espíritu sois;
el hijo del ho1ubte no ha venido a perder las almas sjno a
salvarla ," dijo Nuestro Señor a sus discípulos cuando
qui~ieron hacer bHjar f11ego de) cielo sobre una ciudad que
se habiR neg-ado a recibirlos, i la Jglesia no ha olvidado estas
palaln us. Ella, pue~. habría establecido por sí sola entre
los pueblos la üuica vcnlHdera tolerancia, la que nace de la
caridad. " Cuanto mas propio es el partido del error para
'' ~ellala1 las reformas, dice el autor citado ;\ntes, tanto es
" .na~ impotente pata cumplirlas, i esto es un hecho íudu··
"dable. ,'olo puede falseando, desnatUializando, pervir-
" tiendo el objeto, llegar, como realmente llega, a confundir
" de tal modo las cosas i las palabras, que estas se apliquen
" a lo c·ontrario de lo que en cftcto significan : así e& que
"llama el mus completo desarreglo con el nombre de re- "
f.,rma, la opres1on con el nombre tic tolerancia, 1a escla-
" vitucl c_ou. el nornl)re de llbcrtl:ld, el monstruoso desqui-
" ciamicnlo de las condiciones con el nombre de igualdad.
" i se sirve del santo i dulce nombr·e el<:: frllternidad para
" cspre~ar la muerte. Solo al espíritu de verdad, i a lo
'! qu<:: son por él inspirados. pertenece el construir su obra,
" i el reC~lizar modestamente los fr.~~tuosos progr.1mas
" del error."
En un pueblo cuya tolttlidad profesa una sola fé la tolerancia
solo fa\'Orcce n algunos estranjeros, i la relijion debe
merecer siquiera el respeto que los hábitos i costuml.Jres
populares; llll ultraje a ella puede con~iderarse dtrijido
contra la dig-nidad nacional. En ninguna parte hai mas
libertad rcli¡iosa que en los Estaclos Unidos; sinembargo,
como la inmensa mayorÍa es <'I'IStlana, las instituciones ma~
tolerantes, urdenan a tod< s re~petar la opinion dominante
observando 1 de$canso d 1 dom ogo. La base en que puede
fundarse sólidamente hl-lihertad relijiosn es la iecompetencia
del poder temporal pam juzgar en asuntos relijiosos,
es el derecho que debe tt nér todo hombre ante la lei para
hacer lo que hO dañe a lu- dernas; pero no puede sostenerse
que la verdad i el error en m¡¡teria r elijiosa sean indiferentes
para la felicidad de los pueblo~?. Es indispensable que
exista sobre la tierra un poder destinado a conservar i propagar
la verdad, i es la Iglesia quien ha enseñado a los
soberanos que esta ntribucion no les corresponde i que la
fuerza de que disponen es insuficiente para ejercerla. Un
~echo notable entregamos a la comideracion de nuestros
lectores: ningun soberano católico ha oprimido a un pueblo
qne no lo sea, por causa de relijion, durante el siglo actual.
miéntras que los lrlaude~es i Polacos sufren por ser cntó.
licos la miseria i la servtdumbre.
Una de las causas que mRs han influido en hacer a la
Iglésia catl'lica blanco de las .diatribas liberales, es la prudente
re8erva que prescribe a sus hijo~ en el trato con los
infieles i herejes (o no católicos) i con los escomulgadus
(o ex-fieles). ¿ A q u6 padrE' de familia se le exijiria en
nombre de la t Jlerancia que permitiera a sus hijos niiio~ el
trato con personas de malas idea¡; i depravadas costumbre ?
¿ 1 1& Igle ia nuestra ma i ·e hará mal en prllhibirP""> ·· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
2 EL CATOLiéO .
nosotros, niños en la fé, la comunicacion lihre con los que zada de cortesano o::e arrastraba a los piéR de los trOt >os
pqeden hacetnos!a perder esplotando nuestra ignorancia que minaba. i lisonjeaba \·ilmente las pasiones de los rey es
i sorprendiendo nuestra sencillez ? absolutos pal'a obtener honores i riquez<~s, acusa ba nl Papll
¿Cuál es la tolerañcia que nos predican las escn~las li- i a los Jesuita~ de con pir~r con lc,s pueblos contra los re berales?
No es la que nace del amor del prójimo, del res- yes: hoi que, adornada con lá escarllpela tricolor del repupeto
profundo por la buena fé, cualesquiera que sean las blicano, se mezcla entre lns multitudes para corromperlas
ideas que con ellas se profe~en; es la que crece a propor- i dominarlas, los acusa de c<•n~pirar con los reyes Ct'ntra
cion que mengua el amor de la verdad; es esa tolerancia la libertad. ·
bastarda hija del egoismo i de la indifer:encia i tuadre del L'JS ltheral es manifiestan p< r lu tPferancin rclijio&H i po•
escepticismo. ¿ I cómo la practican ? Rousseau dijo con lítica un entllsiasmo arcliente, creámo8los . ... Pero gunrrazon:
(1) "La duda sobre las cosas que mas uos impar- d.émonos bien de pens<~r ot¡·a cosa <¡ue lo que ellos piensan
" ta conocer es un estado demasiado violento para el alma SI no queremos ser calumniados, denigrados con los mas
" del .hombre, no resiste a ella por mucho tiempo, i ain odio3os títulos i denunci,¡•los a la execraci0n o cuando
"que pueda contenerse se decide de un modo n de otro." ménos al escaruio de la humanidad. I \)U"ndo ellol! calum-
La escuela liberal se ha decidido por el mal, se ha puesto nian no hai medio de sincer ar~e : fieles a los preceptos de
en lucha abierta con el catolicismo i por consiguiente con Voltaire, janm; se torna!'! el trabajo de fundar sus ase1 cÍo•
todo elemento civilizador, i por eso la vemos representar nes; si se les piden las razones, repiten la nfirmacion dogen
la lucha con sus competidores políticos i relijio~os el má.tica; si se les clemnestra que yerran o mienten,la repiten
papel que ha representado siempre el error : " El error €5 mas alto i mas seguido, procurando ahogar ctm su gritería
Antioco, dice el P. Lacordaire, la verdad son los Maca- la voz de la razon i la justicia; i al fin algunos hombres de
beos," i el mismo autor dtce despues: " Hoi que las ideas buena fé, por el prurito de parecer)mparciales, se hacen
" de tolerancia se han jeneralizado· tanto, ¿quién persigue propagadores de ella: tan cierto es que " la n.eotira, a
" en Europa, quién encarcel~, quién pr~scribe, quién en - fuerza de repetirse, se parece a la verdad."
" via a la Siberia, quién arranca conversiOnes con la astu- ¡ Gran Dios! ¡Qué recuerdos tan espantosos han dejado
" cia i la violencia ? ¿ Es por ventura la Iglesia? i A'h ! de su domín de una horrorosa orjín, las cabezas i las
puertas del racionalismo i a los racionalistas a las puertas entraí1as de los frailes cordeleros. La Italia nos dirá con
del ateismo, sino por una inconsecuencia r¡ue ha costado M. Guízot que ··La libertad relijiosa está ell ella, 'lla vez
lágrimas, muchas lágrimas a la humanidad. " en progreso i en peligro; al mismo tiempo que los pro-
Consultemos sus producciones especialmente en nuebtra " testan tes la adquieren, estJ compr ometidn pRra los catópobre
América: ¡ quó de sarcasmos, qué de calumnias no " licos ... Que el nuevo gobierno at!\ca violentan ente la
las llenan, qué amarga acrimonia contra todo lo que hai " constitucion i las libert;-¡d cs de la Iglesia católica, no sode
mas respetable, de mas ~;agrado, de mas querido para " lamente en sus relaciones con el Estado, sino en su orlos
cat6licol:l ! Presentémosles un papa u un monje i se " ganizacion iñterior i propia ; i miéntras las Iglesins nuecebarán
en él como el tigre sobre su presa. No ha valido " vas se hacen libres, la liuerttld de la antigua Iglesia itaque
Jos protestantes, los mismos protestantes hnynn toma- ".liana sufre i peligra." La República Arjentina pronundo
por su cuenta la vindicacion de los mas grandes hombre& cm á el nombre de Rosas i quedará mud¡¡ de espF.nto;
que han ocupado la silla de San Pedro, para que cesen de Méjico nos dirá que es tal la desesperacion a que la han
repetirse entre nosotros las groseras calumnias, las mise- reducido, que vacila entre aceptar el yugo de sus liberales
rabies patrañas de Voltaire i su escuela. o un yugo estranjero. 1 nuL tra pobre patria ¡cómo res-
¿ Qué, si no es la antipatía contra el catolicismo ba po- pon de! mostrándonos sus poblttciones ricas, activ11s i ale- •
dido inspirar a esa escuela ese odio ciego, mortal, san- gres ántes, diezmada~> i emp<1brecidas; su!! templos cerragriento
contra la Compañía de Jesus, que le ha hecho dos, sus campana¡¡. calladas, sus pastores proscritos o ameatropellar
tódos los derechos i confundir en el lenguaje las ~azad~s con la proscripcion,las fnrnilias,que haciendo duelo,
palabras hipócrita i jei>uita ? Hoi que se han disipado las msenstbles a todo¡;¡ los goces, han colgado la lira al sauce
tinieblas con que los filósofos del siglo pasado envolvieron como los Judíos a la orilla del Eufrates; las vhjeues con.
al mundo, hoi que se han develado sus misteriosas tramas, sagradas a Dios, arrojadas inhumanamente de sus tranqui.
son bien conocidos los enemigos de la Compañía, los me- las moradas, vagando de casa en casa como paloruas asusdios
de que se valieron para e_,tinguirla i el objeto que se tadas, o trasmontando nuestras ásperas cordilleras para ir
propusieron ; solo nuestros liberales pueden ignorar la in. a busca~ en el estrnnjero un asilo que las defienda de sus
fame patraña con que fuá sorprendida la candoHJsa credu- perse~mdores. 1 aun no e::. ebto todo: las pt·oducciones
lidad del rei Cárlo~ m ; solo a sus oidos pueden no haber sangnentas, los sarcasmos brutales, las amenazas, las callegado
aquellas célebres palabras de uno de los corifeos de lumnias, nos hacen entrever lo que todavía nos guardan
la impiedad cuando supo la estincion de la · compañía: nue.;tros jenerosos i tolerantes vencedores.
•• Hemo~ hecho bien la operacion cesárea, mataroos bienj Con razon dice el P. Lacordaire " ¿Qué quereis que
al hijo~ ohora nos falta matar a la madre." Para nosotros " haga el error? ¿No tiene en su abono ni la razon, ni
estarían justificados los Jesuitas con solo contar entre sus " el corazon, ni la historia, ni el 'órden, ui la lójica; enenemigos
a Pombal, Moñino, el duque de Alba i la Pom· " c~entra a cada paso monumentos invencibles, persuapadour.
Cosa estr&ña! Cuando la escuela impía, diEfra- " cwnes que ·no vacilan, transfiguraciones del alma que le
" arrebatan sus sectarios; ¿ qué quereis que haga el error,
(1) Emilio., tomu IJI, lib. XV. _ "repite? No puede hacer mas que init11rse i caer desde Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CATOLICO
" la demencia en el homicidio. La sangre impresa sobre
" Caiu, he aquí su enseña : hoi se trata de de~cifrarla ;
" vendrá un tiempo eri que la púrpura no se mee!''tre la..
vada ni permanezca oculta."
La escuela liberal es Antioco ; la Iglesia católica son
los Macabeos.
LIMA, ABRIL 2S DK 18"63.
Hai liiiR escuela en América,osada, activa i per~eYeran te
que por desgracia esfá influyendo profundamente en la
,ituacion ~ctual i en los futuros destinos de nuestra incipiente
sociedad política. En d delirio de su vanidad impe·
riosa, se cree inspirada, i ha tomado a su cargo la triple
mision de la reforma filosófica, social i política. No es
nueva en el mundo, ni hace dañn en las naciones- de Europa,
donde encuentra elementos organizados i rolmstos
en que se e.;trellan impotentes 'Sus esfuerzos ; pero gann
terreno i hace peligrosas conquistas en ·nuestras inocentes
socied~des , no preparadas aun para precaverse
del error, i destituidas del poder social bien cimentado,
que es indispensable para resistir a los asaltos combinados
de la seduccion i de la fu~rza. Allá tiene que batallar sin
fruto con instituriones arraigadas i firmes, con la luz que
han consentrado los siglos, i con una civilizacion poderosa
i vijilante que le arranca. la máscara,la rechaza i la vence:
acá se halla con gobiernos mal construidos i débiles, con
pueblos sencillos sin esperiencia ni cultura, i con antagú·
nistas desunidos, tímidos, indolentes i egoístas. que presencian
el mal i precienten sus funestos efectos sin oponer le
In necesaria resistencia. Así la América española,inespetta,
bÍempre ccnmovida, e tenuadr~ pot la si:;cordia i sin ba~:e~>
permanentes de 6rden i armonía social. es el cr~mpo ft>rtll
en que la escuela democrático-socialista trabaja a su
anchura, i cabi sin oposicion, en impouer como sistema de
gobierno utopías irrealizable&, sembrando al intento ideas
i alcanzando refnrml\s que tmerá.n consigo la disolucion i
la ruina de nuestras nacientes reptíblicn!;,
LA voz de esta srcta u turno, vendrá tambten a exijir i conquistará
con -sangre la {guominiosa sumision de la República. I si
conviene a su ambician inconsecuente, tampoco escusa
asociarse a los abct recidos caudillos de la fuerza, aclamar
con ellos el derecho de la guerra como el único derecho,
poner en la-punta de la espada todas las prerogntin1 del
hombre i del pueb!o, i quemar incienso al poder absoluto
en los mismos altares consagrados por ella al culto de la
santa libertad!
A tiempo que aboga pomposamente por la inviolabilidad
de ]a vida del hombre ante la leí, arma mil verdugos ifeJ
J>uñal ~ue la ~acriúca ante el otlio i la smbíciol? : lo qtJe Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
niega a la sociedad contra d cr.rncn, prr11 itelo de bLen
grado Rl crimen contra la sociedad, para que rue personal que
le estorbnn ?
Se indigna i vocift:Ta contra la propiedad i la riqueza,
acusando a los ricos ele la miseria de los pobres; pero aprovecha
sus triunfos inhumanos en acumulo! bienes de fortuna,
i se mece S< hn.snmcnte entre las delicias de unn \·ida
opípara i ostentosa : las •11iajas de suE banquetes nunca
llegan a los lábio~ del indijente. ni la alegtia de sus ft·stiues
se iuterrn.upe por los ay es del infortunio i del doior.
La propiedad es un elemento de iH den i conser\'¡¡cion q l.) e
opone obstitC'ulos peder osos a su::; miras de nbsoluto seña.
rio: por e,o !a arrebata de los lejitimos poseedores ; i la
entrega a sus Eecuaces para intcre~nrlos en la aseguracion
i perpetuidad de sn poder.
La palai>ra, este don celc~tial concedido al ~ér raciom1l
• para la difusion del bien i defensa de la verddo eu
deseo con la po8esion del poder ¿ ruál de sus ach·crsarios
po(h·a hNer, nr á un alzar la voz impunemente?
No la sigamos en su larga i asorobroea carrera . de contnldicoi<>
nes ó infidencias. Preguntarón1os !'Olamente ¿qu<'·
bien ha hecho esa secta en el munckl ? quó ha fundado?
que fundara en An¡érica? Disoh iendo lh fc;milin, anulando
ln rrl ijion, Jll">~tiluj'C'ndo la en. eñan7.a, f'IIYenennndo las
ideas, de moralizando las costumbres, eufur«>cicnrlo a las
turbas bnrbarizadas i haciendo imposible:; loo gobiernos,
¿que p dra fundHI' en Amóriea? [tui nas i de ·olncion !
(Tomado de "El Melcmio de Lima.")
En el número 20 i mas e~a union
sacrílega entre los intere ·e rnezqu:noA i pereccd~ros de
un partir! i los intere~es inaprcciaules i etcrnos ele In cansa
cri~tiana.-PÓr amor a esta cau'-P quisiern'llos que uo se
la degrnc!a~c.".
Contcst .. r émos l•Or partes :
"Ei Católicu'' circula mui poco fl'll' que no tenemos
confian7.a en las garantías C<1n~titncionale!O. Los perió,licos
anti-católicos tienen plena libe1[act para su impresion i
circulacion por f1Ue cuent;.n éon tl u poyo del poder. El
poder pesa sobre no~otros, i tenemos que usur de una
imprenta oculta i distribuir nuestro periódico a escondidas.
El núm. 2. 0 de "El Pueblo'' ha venido a corroborar
nuc~tros temores, copiándonos una disposicion ejecutiva
que echa por tierra todos los derechos dáfidole una el as.
t i(·idad, mui cómoda para el poder, al sentido del <•rtículo
91 de la Constitucion. Entendiendo así las co~as, será
eterna entre nosotros la tiranía disfrasada impudentemente
con el nombre de libertad.
Nosotros no defendemos los intereses de ningun partido.
Defendemos el derecho de 'todos los catolicos a la práctica
libre de su creer.cia-Att~camos a los que atacan es& creencia
que es la nuestra como la de la mayor1a de los hijos de
esta República. Nosotros defendemos el mi8mO partid_o que
defienden Augusto Nicolaos- Donoso Cortez, Santo
Tomas, San Agustín, el Conde de Maistre,etc. í hasta Mr.
Guizot.
N,osotros no decimos como vosotros :-" defendemos
nueE:tro partido :;-gobernamos con nuestro partido:uos
sacriflcamos por nuestro partido" etc. Nó, nosotros
decimos: " defendemos nuestra creencia i con ella los
derechos de la humanidad."
Renovándose la sociedad en Ja jeneracion que comienza
j ha de ocupar el lugar de la nuestra, la escuela reformadora,
que no olvida prepararla desde el regazo materno
para Jos designios socialistas, ménos descuida organizar
la educacion i la instrucciun de la juventud, cual conviene
a sus propósitos i principios . Quiere que se forme el corazon
de los niños, pero a su manera i contentamiento,
sin réjimen ni edifi.cacion doméstica, si l creencia relijiosa
que ilumine su almél i la predisponga para la vida~íntirna
i social, i dejando ahogada i sin cultivo la semilla moral,
que no brotará flores, por cierto, ni encaminará al bien las --------------------------------------------------
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 7", -:-, 1863. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687905/), el día 2025-07-17.
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