PERIODlCO DE LITERATURA I COSTUMBRES.
TRIltI. l. }Bogotá, 4 b-e julio b-e 18S.cr. NUllI. 8.
INTOLERANCIA POLITICA.
La intolerancia, ódios i venganzas
nacidos de las opiniones políticas
dan una idea mui triste del estado de
atraso de algunos paises; en donde
quiera que aqüellos dominan sobre el
espíritu de sociabil idad i de fraternal
intelijencia que debe reinar entre los
miembros de. una misma comunidad,
allí la verdadera civilizacion no ha
. sentado todavía sus raizes, ni la cultura
ha echado raizes; i miéntras mayor
influjo tienen aquellas malévolas
pasiones en una sociedad, tanto mas
se acerca esta al estado de barbarie i
selvatiquez. No hai cosa mas repugnante
en este siglo de tolerancia i de
fraterninidad que esos rencores que
nacen en una opinion cualquiera, i se
aumentan i se propagan de padres a
hijos arraigándose tenazmente aun en
cOrazones tiernos, aun en corazones
femeniles; i sinembargo nada es mas
comun entre nosotros que esas enemistades
exajeradas, esos ódios violentos
••••
¿ Por qué me mira con adusto' ceño
aquel sujeto que viene ácia mí ? ••••
Porque desde el año de 28 pensamos
de diverso modo, i cada uno ha seguido
desde entónces el camino que le
ha parecido mejor. .
¿ Por qué se pasa a la otra acera
de la calle i vuelve la cara para no mirarme
aquel jóven que, sinembargo
me daba el otro dia la mano en un
corrillo? . • . • •• Porque no estamos
acordes en ciertos pun tos políticos
del dia, i yo estoi suscrito a periódicos
que él no lee.
¿ Por qué me quita el lado i me mira
de soslayo aquel caballero que se
encuentra conmigo en una calle poco
concurrida? •••• Porque desde el año
de 40 diferimos en opiniones, i no
han sido parte a unirnos las continuas
vicisitudes i vueltas de los partidos.
. ¿ Por qué se envuelven en su mantilla
i bajan las ojos aquella señora
matrona i sus dos hijas al verme venir
de frente? • •• Porque conocian
mis opiniones en punto a jesuj.tas, i
creen i pobres mujeres! que porque
fuí partidario de su espulsion, yo tuve
parte directa en la medida, i les
hice cruel guerra durante el tiempo
de su permanencia en el pais. De
antijesuita pasa un buen creyente i
cristiano viejo, cuando ménos lo piensa,
a hereje, a impío, a rojo,.ajudio! .. ..
a perverso, a corrompido .••• Lo mas
gracioso es el uso que hacen nuestras
mujeres ortodojas de algunos adjetivos
para agraviar a ciertos hombres:
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58 :mI. TP..OVADOP...
este es el de los ilustrados, dicen; ¿ se
ha visto un insulto mayor, ni que envuelva
mayor elojio? Ojalá me dijeran
a mí cada paso ilustrado!
Cada cual tengasu opinion, enhorabuena!
Esto es conveniente i aun nepesario,
i no puede concebirse una sociedad
bien organizada donde no haya
diferentes opiniones en cuanto a la
política doméstica. Donde no hai diversidad
eJe opiniones no hai discusion
, i donde no hai discusion, no hai
estudio, no hai práctica, no hai adelanto
alguno Dosible en la educacion
política -del pileblo. Pero este es un
campo que tiene sus linderos, de los
cuales no es permitido pasar; es un
combate que tiene sus armas peculiares,
de las cuales no puede usarse fuera
de ~l. ¿ Por qué el comercio, la industria,
Jos negocios ordinarios .de la
vida, las relaciones sociales i aun los
vínculos de fami lia i de sangre han
de resistirse, i au'n ser quizá víctimas
de esas opiniones que deben ser ind -
pendientes de todo lo demas? En las
elecciones, en las asambleas públicas,
debe lucharse palmo a palmo, debe
. combatirse con enerjía i constancia
para obtener el triunfo de los principios
que cada uno profesa i del partido
que ha abrazado; nada mas loable,
nada mas conforme al espirítu de
nuestras instituciones; pero esta lucha,
este combate, este triunfo, no debe
producir sangre, venganza, ódios,
rencores i enemistades: la lucha es
política i los resultados deben ser puramente
políticos. Comprenderlo de
otro modo, es comprender mal la naturaleza
de la asociacion i los fines de
un GQbierno regular.
Esto es lo que sucede en los Estados
U nidos: el combate se 'abre en las
épocas determinadas; las prensas Cl'll-·
jen, las asambleas, los meeting:; se
multiplican; las intrigas mas de~ caradas
se ponen en juego; en el circo
político se levanta un turbion i una
polvareda que amenazan trastornarlo
todo; pero pasa la crísis i las cosas
vuelven a su pristino estado: la calma
renace, los ánimos se serenan, los ene_
migos se dan la mano, los contendien-tes
se abrazan, i todo sigue el curso
natural, restableciéndose el equilibrio
turbado por un momento. Esto se llama
verdadera civilizacion, verdadera
cultura, verdadero progreso, i no
pr:~icar matanzas, i rebelion, i estermInIo.
No hablamos con un partido determinado:
nos dirijimos a todos, porque
todos necesitan mas o ménos reflexionar
seriamente sobr~ esto. Si
la decantada democracia no es mas
que un trasunto de la lei evanjélica, .
recordemos que esta nos aconseja toleral'
las debilidades i flaquezas de
nuestros prójimos. Ahora bien! si
estos prójimos son miembro'S de una
misma familia política, que juntos
trabajaron por dar a su patria libertad
e independencia i que juntos levantaron
el edificio de un Gobierno popular
representativo, con cuanta mayor
razon no deben tolerarse sus debilidades!
No son consideraciones personales
las que nos mueven a hacer estas reflexiones,
por otra parte mui triviales:
por lo que a nosotros toca, poco nos
importa que talo cual ciudadano de
aquellos que toman el rábano por
las hojas, nos niegue un saludo, o nos
mire de soslayo a guisa de lanzarnos
un apptema, solo porque diferimos. en
opiniones o porque nos espresamos
con la claridad i fi'anqueza de republicanos
i hombres de bien. Ojalá todos
hicieran lo que nosotros, que entónce~
los hipócritas i murciélagos no
engañarían a unos i a otros. Poco
nos importa, repetimos, caer en la
desgracia de ciertas personas, cuya
amistad no necesitamos, i cuya opinion
acerca de nosotros- nada podia
añadirnos, favorable o adverso; pero
sí queremos que la sociedad en jeneral
no sienta la maléfica influencia de las
pasiones políticas, ni ,sufra las tristes
consecuencias de un estravio lamen.-
tableo .
•
ASESINO&-LADRONÉS.
Esta es una cantinela de moda, inventada,
como la de los LADRONES en
1840, para insultar i escarnecer un
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partido político. Prescindiendo de la
infamia que este procedimiento atrae
sobre la nacion, porque siempre será
para ella un deshonor abrigar en su
seno un pariido de lad1'ones i asesinos,
es un insulto que inconsideradamente
se hace a ella i al Gobierno, al buen
sentido i a la inmensa mayoría de
honrados granadinos, que viven en
paz, al lado de un partido que hasta
hoi ha dado constantes pruebas de
respeto por todos los derechos políticos
i civiles de los ciudadanos. Por
esto hemos considerado como un deber
de la Administracion, que tiene
su principal apoyo en este partido de
ladrones i asesinos, en que no deje
pasar ocasion de averiguar jurídicamente
cuatquier hecho que se anuncie
oomo un atentado cometido por
ese partido. El résultado de estas investigaciones
debe probar que los
crímenes que se dicen aparejados a'
nombre de ese partido de lad1'ones i
asesinos, se perpetran realmente, o
que los que di vulgan o publican semejantes
especies, son unos forjadores
de cuentos i enredos, inventados con
dañada in tencion.
Dos hechos graves que se refieren
por personas que se dicen autorizadas,
bien merecen que se pongan en
claro, porque de otro modo esas mismas
personas autorizaans tomarian
ese otro dia materia para gritar "hemos
anunciado que se preparaban
asesinatos, i la autoridad que proteje
los asesinos, (si es que ella misma no
lo sea) no ha hecho caso de nuestras
advert~ncias." Por esto creemos que
el Gobernador de Bogotá obró en su
derecho para interrogar al señor M.
Ospina acerca del conato de asesinar
.al señor Tórres. El señor Ospina lo
presentó con apariencias de factible,
rodeado de circunstancias agravantes
bajo la solemnidad de su firma, i no
era posible vacilar en presencia de un
hombre de honor i de verdad que
suelta así una prenda como para que
la recojan. ¿ Cuál fué el resultado de
la inteirogacion? El señor Ospina
que en su escrito no 'deja duda de la
ciencia cierta que del hecho tuviera,
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se evade tristemente esponiendo que
lo habia oido decú·. Así no cumple el
h?mbre grave que deja correr la pluma
en una materia delicada. El señor
Ospina es un sujeto entendido cuyo
dicho pesa mucho, al decir de· sus admiradores,
i corresponder con una lijereza
a un acto serio, es darse una
pelada.
Dejando aparte la fanfarronada del
Ciudadano Jeneral Borrero, veamos
como se ha portado cuando se le llamó
por el Jefe político de Cali para que
dijese lo que de cierto contuviera esa
rnanifestacion "A los demócratas
l:OjOS." y a entendemos que el Ciudadano
Jeneral en este acto no hizo un
denuncio, ni solicitó proteccion de
ninguna autoridad, que él solo se sobra
i se basta para combatir malandri
nes i follones. Pero la autoridad
obrando conforme su deber, como
encargada de prevenir los delitos, pudo
interrogarlo para que diese el nombre
i circunstancias de los asesinos,
puesto que el J eneral lo sabe de una
mane1'a positiva. La autoridad no
quiso exijirle la responsabilidad en
que haya incurrido por imputar en
un papel impreso hechos calumniosos,
quü;o tan solo investigar la 't;erteza del
hecho, para perseguir a los endriagos
que a<í perturban el repooo del J eneral.
Mas este, con un acatamiento
ejemplar, dió una respuesta al Jefe político,
como pudiera dársela al mayordomo
de los Limones; i como un Jeneral,
i mas si es Barrero, es en Cali
una persona sagrada, el Jefe político
en vez de hacerlo comparecer, como
a cada hijo de vecino, a que rindiera
su declaracion, se dió por satisfecho
con la comedida respuesta del amo
Barrero. Repetimos que no se trataba
de averiguar lo que de criminal
tenga esa hueca pubiicacion, sino lo
que de cierto hubiera en cuanto al hecho
que refiere, no por la persona de
la presunta víctima, ni por ampararla
ni defenderla, que sus aftos i sus
alifafes la han puesto en cuarteles de
invierno, sino por la vindicta pública,
por el deber de evitar la perpetracion
de un crímen, publicado nada ménos
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que por un Sr. Jeneral filósofo, emparentado
con Montesquieu.
Tal ha sido el resultado de las publicaciones
de dos altos personajes
que con un celo cristiano han revelado
los consabidos proyectos de ase·
sinato. Se les ha llamado para que
espresen el grado de certeza que haya
en sus aserciones, i el uno aquí se contenta
con un humilde" lo oí decir ", i
el otro en Cali con un arrogante" i no
quiero!" Pero entre tanto se ha COIlseguido
insultar al bando contrario,
congraciarse coQ. su propio partido,
i esparcir la calumnia. 1 los autores
de tan inocente proceder son el Sr.
Ospina que trajo a los PP. para que
nos moralizaran, i el J eneral Borrero
que se ha criapo en las faldas de Madama
Stael. j Viva la moral!
•
POPAYAN, PASTO.
Vea el querido lector dos nombres
de las ciudades que ElO este momento
llaman la atencion de los granadinos.
La causa de la celebridad actual de
estas pobladones es relativa a las circunstancias
políticas que corren en
estos tiempos de sin par ventura, i es
por esto que de ellas vamos a ocuparnps.
Nadi~ se atreverá a negar la
conmocion que produjo el indispensable
decreto de 18 de mayo pasado. Semejante
medida, provocada por la animosidad
de la oposicion, que la presentó
primero como un horroroso
atentado, i luego como aciaga i fecunda
en males gravísimos que alcanzarian
a turbar la paz pública: la importancia
misma que la oposicion con
su conducta mañosa diera a esa medida,
para simular que las garantías
individuales habian recibido un
ataque sériq, tal que comprometiera
a los que se han mostrado hostiles a
la Administracion, todo ha contribuido
a mantenernos en una animosa
espectativa, atalayando el punto
~:m-donde debiera sonar la esplosion.
Sentimos decirlo, los ciegos rencores
. de partido. enjendran deseos insensatos,
que se quisieran ver realizados a
,costa del reposo público. Otros lamentan
con justicia que la guerra ci-vil
vuelva a redoblar los males que
nos aquejan por desgracia, i hagan insoportable
la existencia. Estos afectos
encontrados, de esperanza i temor,
hacen que vivamos en constante angustia
por el presente, puesto que del
porvenir es inúti! hablar, tan confuso
como se ofréce. En tal estado hemos
visto pasarse tres semanas preguntando
con cierto sobresalto: ¿ Qué hai
de nuevo? Supimos al fin que en Popayan
se ejecutó el decret.o de espulsion
con la firmeza que exijia su importancia.
En esta ciudad, asiento
de la aristocracia quijotezca, soberanamente
orgullosa con su sangre i con
sus creencias, el jesuitismo había venido
a ser el elemento natural para
sostenerla. Preciso era qtre la espulsion
sufriese alguna contrariedad, i los
manejos de los ajitadores se hiciesen
sentir de alguna manera. Se nos ha
asegurado que algunos relijiosos europeos,
junto con los povicios granadinos,
salieron fujitivos en via para
Pasto . . ¿ Qué iban a buscar a esta ciudad?
¿ Es así como estos relijiosos,
cuando les conviene, cumplen, sumisos
i obedientes como siempre, los mandatos
superiores? Un capitan Cabrera,
se dice que sedujo su compañía,
con voz de salir a la defensa del Gobierno,
la puso en armas, i de marcha
ya para la plaza, en donde esperara
hallar al pueblo congregado, le salió
al encuentro el bravo Coronel López,
hizo contramarchar la compañía, i
capturó a su capitan. Este atentado,
hijo de algo, no compromete a los antiguos
defensores del Gobierno lejítimo,
que siempre han detestado las
facciones i los facciosos. Sinembargo,
¿ qué nombre daremos ·a este hecho,
para cuya justificaciori se ocurre
a que el capitan Cabrera está loco?
¿ Por ventura los pretendidos hombres
de órden, que vilipendian la imprenta,
que provocan la rebelion, que insultan
la majestad del Gobierno, todos
se han vuelto locos? Así debe de ser,
si por sus obras se les ha de juzgar .
En Pasto las cosas pasaron sin mayor
efervescencia. Pudo haber un
motin so color de impedir la salida de
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los jesuitas, pero como no habia interes
en dar a una asonada las apariencias
de una rebelion para luego lanzar
allí un ejército, matar unos cuantos
corderos en Buesaco, habilitar con
esto ciertas reputaciones militares, i
promover en seguida una causa militar
para deshacerse de un competidor,
se tuvo la fiesta en paz, i los jesuitas
tomaron soleta, via de Quito. Se esperaba
que en Pasto, la tierra de los
chuanes granadinos, viniese a ser el
. centro de una contienda relijiosa:
que allí, donde se dice que reina el
mas ciego fanatismo, fuese infalible
la resistencia, i el Gobierno viese estrellarse
su poder i úierza contra esos
riscos inespugnables, contra esos guerrilleros
infatigables. El desengaño ha
sido cruel, que los pastusos de hoi distinguen
la diferencia qt:e hai entre la
relijion i los jesuitas; que este ~upuesto
Vendee, no lo es en realidad sino'
cuando hai otros intereses que se ponen
en juego para perder a los crédulos
o ilusos.
•
CRONICA-. VARIEDADES.
MAXIMISACION DEL RIDICULO.-
Las beates jesuitas se han
reunido en sociedad a puertas cerradas
cubriéndose con el nombre de
"Hermanas de la Caridad ", en la
casa de una hermana del J eneral Herran.
El dia de la instalacion nombraron
su Presidenta, Vicepresidenta
i dos Secretarias, i acordaron adoptar
para la direccion de sus trabajos
la táctica parlamentaria; mas habiendo
declarado la Presidencia que no
entendia palote de tal cosa se llamó
por algun .rato al J eneral Herran a
que sirviera de maese Pedro, hasta .
que la señora Presidenta se creyó bastante
instruida i lo despidió diciendo
que no debian permanecer los hombres
en aquel lugar. Poco despues
fué llamado D. Urbano a dictaminar
sobre otro punto de táctica parlamentaria
de que entenderá el pobre poco
mas que -la señora Presidenta. Refieren
las señoras que de . esto nos han
hablado, que tanto el maese Pedro como
D. Urbano se cortaron singular-
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mente al verse entre aquellas venerables
hermanas llamadas a decidir
intrincadas cuestiones de táctica. El
canónigo Herran quiso quedarse en
el salan alegando que él tambien te..
ia faldas, pero lo arr010 hoi llegué a couocer
Que erau mis grandezas aire,.
Oh ! sigue enseñando, espeJo,
Que no hai en la humana esfera
Ni belleza duradera,
Ni luz de eterno reflejo.
A esa juventud lozana,
Muéstrales cristal luciente,
Que no hai cabello sin cana
Ni sin fea arruga frente.
1 que aprenda en tus verdades
Con desconsuelo profundo,
Que son las glorias del mondo
Vanidad de vanidades."-
JaSE DEI. COIlIlAx..
Imp. del Neo-granadino, por R. Gouzález.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Trovador: periódico de literatura i costumbres - N. 8", -:-, 1850. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687847/), el día 2025-05-18.
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