PERIÓDICO LITERARIO, CIENTIFICO 1 NOTICIOSO,
Bogota, 1. o de not,iembre de 18t>6 SEMEBT. l.o
LA SONRISA. ~ razone5! Pero tambien ¡cuántos paraíso ha fonna-
Cuaudo algun ~entimiento profundo sacudo mi i do C? la tierra una sonrisa .a tiempo, .una de esas
corazon i arrcja en mi interior una chispa de su lum-~ sonr·t~as q_ue vu~lan com.o clns¡)as eléctricas al coraht'C
dirina mi mano se vuelve com·ul·iramente al zon para mcendtarlo al mstante! 11enloncn el lcntinlct'O,
i c;si sin seutil'lo, e:tampa en el papel las ín- guaj~ de las flores i los r~ltímpagos de. los ~jos. La
timas emanaciones del alma. Ayer desperté de una 1 ~onn. a es el arma _favor1ta de. Ta lntl]er, 1 muchos
e:;pecie de sueño ..... m1a boca fresca, voluptuosa, v~lentones he conoc1clo yo rendtrlos ante ella, n~ hapura,
como el embalsamado pétalo de las rosas que btend~ temblado ánte el estruendo de los caaoncs.
btotan en Oriente a los soplos de la primavera me ~ cnmmgos. _
tenia dcsluml!rado : ya iba a empapar mi pluma en ~ . La al~a Sen ora que derrama desde su trono sonsu
divino carmin, para pintar con él en esta hoja la
1
flS3S a, ~1en adoradores, ~omo el sol que Yierte , us
sonrisa que me tenia deslumbrado. Infeliz de mí ! rayos acta todas parles, 1 la ruborosa aldeana pura
¿Se puede pintar acaso la arjentina h1z del sol, qne como l.a nor que enred~ sus cabellos, c~m~.las ~guas
al &alir de en1rc las aguas, tornasola la espuma del 1 ele la .fuente c. n que m1ra J'ctratada su tmaJen, 1 que
mar con purí imos vtsos i cambiantes colores? se solo u ene una sonnsa infantil para el hombre a quien
puede pintar la ola <.le viento que se alza en la ma- ama, toda~ esgrimen con provecho esta arma de tres
ñana arrebaJando los perfumes del lirio? Se puede 1 filos. ¿ Qmén podrü. re::g1tardarse de sus golpes sí son
pintar ~1 fluido magnético que brotan los ojo de tan certeros i al !msmo. tiempo tan dul~cs 'l
nna vínen amada! Ha ta el galante i pulido Campoa-~ . Por fortuna (1 tamlnen por desgracw) sucede lo
mm· me parece f1·io, cuando en parecidas circuns- m1smo con ella que con todas las otras armas; al lln
tancias comenzaba Sil canto por esta linda quintilla: llega a embotarse, e~ tiempo i cl.uso continuo la obt'e todo u rostro la última sonrisa. i Sí, al borde d ese antro tenebro o caminan todos
¡ flh i cu:ín tri~te es la somisa de. la muerte ! Siem- ~ lo sere , ~obre él e despeñan lo iglos, i en . u
pt·c empapada en lágrimas, sicn1pre acompañada de ~ tondo de aparecen las jcneracione cual puñados di!
tanto· adioses! ~ polvo!!!
A í podríamos ir observando la diver a cla es ~ Ahora mi mo yo me hallo al borde de ese abis-ll
c sonrisas, reflejo esacto de las pa. iones humanas, mo-la Y ida c. tá funto a ia muerte, mi cuerpo viví-te\'
waro del sentimiento, 1 nguajc inarticulado, pero ficado por el alma respira en e. te in. tan te en la
sublime que en escala ascendente i de . cendente ti e- ~ man ion de la materia, por c. o te llamo i no me resJJC
tanta narte en nuestra dicha, como en nuestras ~ pon des, voi a levantar tu losa i ... Dio:; mio! ¿ qu.é endesgracias;
no obstante, prefiero detenerme aquí,
1
contraría en ese lecho mortuorio? tus ojos que tan-porque
me parece observar en cada uno de mis po- tas veces respondieron a mis infantiles miradas es-
{'Os lectores cierta sonrisita de que no quiero dal'me tán privados de luz, tu boca que para mí tenia solo
por entendido; i porque cstoi esperando con avidez 1 acentos de cariño i consejos de virtud no eS mas
11na sonrisa (la mas dulce de todas) que haga al que un hueco sombrío, tus brazos que tantas vece ·
in~tantc estallar esta taza de p,:h·ora- mi corazon. me abt'azaron, tus rodillas sobre las cuales me rt'-
1
cliné tantas veces a recibir tu caricias est..1n descarnados
i yertos, tu cuerpo, si yo tratara de al-
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zarlo se desplomaría otra vez a su lecho .. i Necesita.
de un reposo tan largo para Yolver a la vtda!. ......
1 yo, en tanto que tú has dormido tu sueño de
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muerto, me he vi to obligado a cruzar por entre
los zarzales i los precipicios del mundo! Ai! no
recuerdas la vez postrera que me abrazaste? tu mano
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se alzó para bendecirme, i esa última bendicion cayó
sobre mí alma, ahogada por tu su piros i bañada
' con amarguí imas lágrima . Despue . . . . . despues
EN LA TU liBA DE lftl PlD~E 1 crucé selvas i montes i el Oceano ~recibió .en u
. . • · . seno. Una ta1·de yo me paseaba a un lado 1 otro
'cngo otra vez a ~en.ta:me JU~to al. marmol de 1 del h:~jel absorto en meditaciones profundas: la matu
· epulcro,. oh dulce 1 umco amtgo mw, que tan jestad imponente del océano, el ileJlCio que reinaba
pronto te fmste, que tan pronto me abandonaste en en los ámbito de un ciclo circuido en torno por
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL ALBUM.
rillantes nubes de púrpura tornasolada .... Oh! todo 1 de los uno~, el ajio de Jos otro~, la >
Entónces que ser~i de mí'! Se evaporará mi alma Tomamos uno de los hotes del Cobiemo filiO
· l desprenderse del cuerpo, como el aroma de esas ~ cruzan frecuentemente el rio para conducir las per:
llores q11e oscilan sobre tu &epulcro, como mis hí- ~ sonas que desean visitar la isla. Desembarcamos
~rimas que re~balan desde tu losa para sumcrjirse ~ en un puertecito en forma de rotnnda, i siguiendo
'• perderse entre la tierra? No! esta alma, este se1· unos pasos encontramos un sencillo i hermoso
que domina i galvaniza mi cuerpo, tiene i siente edificio de granito cuyo color gris cont1'a taba prien
si mismo el Jérmen de una vida que dejará atras ~ morosamcnte con el claro azul del ciclo i el verde
a los siglos; este ser puro i espléndido como un 3 esmeralda del cesped. Allí presentamos la boleta
rlestello de su Dio·, noble i granclioso como imájen ~ autorizada por el secretario del Cobcrnadot' de
del Criador tiene que ir a sumerjirse en . f. u seno ~ «Alm's l1ouse» (ca~a de limosna} qu_c ~os fl'anqura-para
saciar en él los deseos que no alcanza a llenar ba la entrada a touos los estilhlectmtentos del go-el
Universo. bierno pmnícipal.
JosÉ JoAQt:r~ Bono.\, IV.
La isla tiene de lonjitud 9, tt>O pie~, i 527 de
~ anchura media: está situada sobre una intne!'lsa roca
APUNTES DE MI CARTERA· ~ de granito, con el cual se han fabricado los edifi-
1
ci~s. de la insti~ucion, ca. si. todos por lo~ mist~10s
PE~lTE:\:CIAIUA 1 CAS.\S DE ASILO F.:-1 ~EW YOHK, pl'lSIOncros constgnados a U•. Hace 30 3JJOS Ja ¡·la
. pet'tcnecia a un particular quien la YCrHiió a la
, 1 ~ municipalidad de Nuew York. Una b!'isa ¡mra i cm~
balsamada ra refresca incesantemente; i sus calles
Si hai alguna in-:titucion digna de atraer sohre ,
1
regulares de pinos, olmos, sauces i ciprcces, !'.us
sí las miradas del político, del lit~íntropo i del filó-: marcos do flore~. sus cuauros de hortalizas i verdtt-
~ofo, es segura_111entc a~tuell~ en que _un go~lier~o r?s i su aspecto rbueño, hacen el~ ella un ~ilio dcli¡
cncroso ba. Sabtd_o fCl~ntr. bajO el mtSI~.O tnfitiJ~ f CIOSO pnra el criminal que a lit se ~10I'altza con. f'l
moral e~ .cnmen 1 la .mtsena para co~reJn' aqu~l 1 ~ tl'abajo i la tranquilidad; u~ du.lce _retu·o _para. el mpara
allV!ar esta. Alh el hombre a qmen la socte- ~ fehz que Qlvida allí su mtserta; tun astlo dtchoso
tlad re~haza. de su ~e no p~rqu~ la_ ignoranci.a o la ~ p~ra el desgraciado que perdió la razon i que refudesgracta
le nnpubo a dclmqlllr; 1 el mendigo a ~ Jlandose allí se resguarda de la mofa del mundo.
quien esta misma sociedad le niega el pan, encuen-~ ·
Lran una escuela de espiacion en la soledad i el V.
tt·abajo i un ~cguro asilo a cuyas puet'tas desapa- .
t·ecen la, miseria i la qesesppracion. ~ · Una muralla sólida de nueYc pies de elevacio11,
· ~ i de granito tambien, corta la isla en dos partes que u. $ forman do::: departamentos: el del Sur est~1 destina( lo
. ~ a la penitenciaría, el hospital i sus rlepcnclencia~:
Bajo el influjo ele est~ sublima conaepcion que ~ en el del Norte se hallan, ocLunatic asiltm" (asilo de
el gobierno de los EE.UU. ~mlaz cnanto próspero ~lunáticos). «Aim's h.oused«Work honse• (casa de
i feliz, ha sabido realizar, se despertó en mí ferv-o- tra1>ajo) con sus correspondientes oficinas, en d~ncle
rosarnente el recuerdo dp mi patria, en prueba d~l se nota cierto órden i regularidad que caracter~zan
cual la dedico estos apuntamientos. Si ellos pueden ~ todos los establecimientos del gQbierno de la rmon.
darla una idea siquiera sobre estas lmmanitarias Es digna de notarse la solicitud con que los em-institncioncs,
nada sed mas grato i sat¡sfactorio picados informan i dirijen a las personas _que reci-para
mí. ~ ben en sus oficinas i que· llcg3n con la · mtr~ de cs-r
Nadi-c ignora que la Ntuwa Granada solo nece- ~ tudiar el curso del sistema establecido, ~ac~éndole~
ita de paz. para desarrollar sus inmensas riquezas, ~~ observar las me. joras que se emplean dtanamentn
todos los elementos de prosperidad i de dicha que con las cuales se obtienen felices resultados·
ncicrra su tecunlici- ~ -No lo sé; parece que es la clerniere, nos
üad, como de alguna utilidad pública. s c~ntestó. En cuanto a mi, desde que publiqué en
Nos presentamos cierto día de visita en casa de ~ thas pasados, una de mis composiciones con mi firnucstro
amigo Delio que, como jóven de talento e ~ ma al pié, empezaron a venir a la- puerta criadas
ilustracion, pi'Csenta ratos mui (lgrada!Jies por su ~~ con recados de su señua fulanita, que hai le manda
amena conversacion i finos modales. Ademas tiene sn album al DoLor, ¡)ara que le e criba alguna co-lina
hermana intelijente, graciosSJ. i bella, lo cual sita.».~ a propósito de e. to les referiré lo que me
no deja de agi'egat' una dósis de placer a la visita ¡ Sll~edw hace tres días. Tocaron a la puerta; mi
cuando, por casualidad, está en el cuarto de su her- ¡ crtado preguntó quien era, i la petsona que tocaba
mano, o aparece como una vision de la fantasía ~ empezó a decirle el objeto que la traia. Yo no oí de
p~ra de.aparccer mas o ménos pronto, dejando 1 todo lo qu~ hablaba sino estas palabra3, o:úli amo
siempre diversas emociones en el espíritq del vi- el Dolor>>, 1 figmanctome que .et'a un mendigo (le
.sitante al despedi:·se con la mas esq~isita elegancia.~ tantos que, como deeia Florentino, bloquean las
Pero 1lejemos a la hermana para otro dia. puertas d~ las casas, dije a mi criado, sin esperar
Es el ca:so que nos prc:;entamos (cero i van dos), que me chcra ~otic1a de la embajacla: dile que per-i
encontramos a nuestro amigo sentado a su mesa 1 d?nc,que no ha1 n.ue darle . . -1 era la criada de la seño-dc
escribir. nta .... (}lle me traia un elegante album-canastilla
-Qué haces'? le preguntarnos a la vez. pai':l que le 1~1andara nor~s. ..
--Ver:os, nos contestó. ' ~ -Nuevo Jénero de limosma, diJO uno de noso-
- Buena ocnpacion l dijo uno de nosotros. ~ tros. . ..
-Oeuparion mui lucrativa! dijo el otro. -I de mendigo:, diJO el otro: . . .
- -Por lo ménos, replicó Delio, deja fama entre 1 -En la sen1~wa pa:lanoo f!'ancamcnte i para entre nos, yo ! -Sea, pero nadie tiene obligaci.on de adivi-no
lo:-; he pedido. Unos, me han obligado sus due- narlas, i cuando uno no h · conoce .....
lío;; a pedirlos, 'los otros, i de estos son. lns sei.s
1
-~o e. cribe nada, i se le contesta, «perdone
octavas partes del nu~e1 ~· me los h~n. enviado aqw. por Uws, que no hai flores en el jai'din.))
UU. saben que 133 senontas n:as tnnulas, mas or- -Eso no pasa de ser una chuscada, porque su-gullosas
o mas recatadas, apenas s~ atreveñ a ha- ~s pongo gue UU. no cometerían tal descortesía con
hlar ele sn albnm con alguna amiga, delante del una senOI'i~a.
can(lidato de quien des~an obtener elojios i nores ~ La conversacion continuó sobrt} el mismo asun-por
escrito; ~ero siempre en voz bastante all.a para ! to. Dejamos a la perspicacia de lo s ~cñores RR. 1 de
que este las 01ga. I campean en la conversaciOn las los lectores, que adivine los comentarios que posinrtircctillas
linísimas, i a renglon seguirlo van la
1
teriorrnente hicimos a la demiere.
alabanza i las ponderaciones del talento del candi- ABDUL MEDJID.
dato, hechas a él mismo, hasta que consiguen que
le :· pida el album. Esto me ha sucedtdo cien veces. ~ COSTUmBRES DE AflTA~Q.
--I es cierto que hai señoritas que mandan su ( co:-lTINUAcw:.)
alhnm? ¿las hai de veras en Bogotá? le interrumpí- En el Corpus era otra cosa. Los sastJ·es no tenian que
mos. . 1 hacet· tantas casacas; porque muchos cachacos preferían
-Tan es cierto, que miren UU. -si gu ió Delio, vestirse ~e Inatarhincs o de danzantes, unos pata ahorrar
tomando uno de los albums que teníamos delante.- . el gas~o 1 otros porque bajo el anónimo solian ser mas -
Este es os, cu
que no se saca ya Sumo Sacerdote sino :;umo de sacerdotes;
no, lo qúe entónces se les ponía eran diamantes, oro,
c&-nlcraldas i perlas finas. ¡Qué contrastes de tiempos!
Seguiánse las dílijencias a las tiendas del calalan, de Lomba
na i de Páramo por lantejut!las,gusanillo, arjeuteria ele.
Luego las consultas sobre los cmblL•mas, at1·ibutos i ve:;tidos
de los personjes de la Biblia que l1abian de rrprcsen·
tar. La Biblia del Scio con láminas andaba de mano en
mimo. El Padre Venancio, el Padre Ruiz, el Padre llcntul'ita
i otros padres graves eran consultados en esta i en
la otra casa i dcbian resolver sobre los puntos dudosos. El
Padr ·V enuncio, pnr ¡•jemplo, t'ntraba por la tat·de a rso
de las cuatro i media, a la casa de donde había sido llamado.
Se sentaba en su illa ron mud.1a grnv edad, con
un meneo de cabl·za natural que lo haria mas impcmente.
Se proponía el punto por la señora . En rsto entraba la
criada de líquida, jubon i trenza, muí aseada, con C'l chocolate
de canela en posillo de plata acompaña u o de tostada'!;,
bi!coclmclos i biscoel!itos de filigrana. El Padre lo
redbia con agrado i cortesía; i ·entre sopas i largos sorbos
de la aromática pocion, iba contestando i resolviendo, pro
tríbunali, todos los puntos diflciles que la sei'íora o seiíoras
le proponían desde su estrado de coji1ws de tripe i tapetes
quitrños. El coristica rompaiíero dcsparhaba rnientras efo
su. jicaron en la antesala, echando en la manga algunos
biscochos i rajas de queso.
Los galantes jóvenes vol dan a las vi ·itas del sastre
que todos los días los rngañaba con rl vestido, que no venia
a ucabat·se sino a la hora de salir la procesion. Otros
iban a las rasas de las viejas en bu ca de casacas biscochuelC'ras,
dé sombreros templadores, de pelucas de bucles
i de calzones bragueteros. il esto para qué! Ya lo
hemos indicado arr1ba. Para vestirse de matachines; porque
muchas-veces mas agrad:J. a una niiía un matachín que
un grave diplomático, aunque en sustancia un dip!omático
no sea rvas que un matachín grave, que a veces pasa a ser
agudo i hasta sobreagudo por medio dt• ciertas tnmskioóes
que ellos se saben,con venlacl sabida i buena fé guMdada
que es su estribillo.
Los pulperos, los artesanos. los IT\I'rcachiflcs, todos
andaban en esos días a cna de disfraz i máscará; unos
. para salir en parranda c·on zurriago desplegado, chucb¡¡s
i pandereta¡ otros para las danzas, i .otros no tenían que
buscar nada de esto porque los alcaldes i el cabildo los
habtlitaban con lo néccsario para que saliesen de mampnchos
i jígantes, cuyas vestimentas i armazones lr.s daban
gratis. Asi er!ln habilitados de hombres grandes los altosaneros
i adovcros. Estos jigántes eran forjados sobre
unas armazones de chusque fonadas en lienzo pintado al
temple. Por supuesto es escusado advertit· que el alma
que los l!lovia era el peon que iba dentro, mirando por un
agujero que el jigante tenia en la barriga i cuya alta cabeza
estaba bencbid::t de lana cosa bien significativa para
ciertos hombres gt·andes que siempre miran por su batTiga
en este mundo politico.
Otras almas como las de los jigantes salian haciendo
1
f
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1
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1
andar la Tarasca, que era un auimalon dl' figura atortugada
i con rabo. Estas almas o pies del animalrjo rran
unos diez hombres que atropellaban i hacían correr a las
mujeres i a los muchachos cuando se les iban encima con
el armante. No se les veían mas que los pies, pero ellos
vcian mui hien donde pisaban En donde veian los cana-
tos de frutas de las revendedoras; allá iban a uar cun
la Tarasca: pasaban por cncim'l, derramaban las manzanas
i la Tarasca se paraba aPí micntms sus pies daban
tarascones a las frutas. Las revendedoras le tiraban pedradas
qac daban sobre el cuerpo de lumbrosa
plata, i una pequeña gr·arotancnlaimajinacion de lospoe~
tas meridionales, astt'ntan sulcYc i acreo pie pat·a lan-
~~ zars
1
e r1~su~dltamcntc 1a la
1
p
1
rofundid:Hl, ya conve
1
'rtitlas en
per n. u¡ut as que e so < ora con sus rayo:·, e dan un
a:¡ .. ect.o tan h~rmoso, tan _blamlo 1 tan r.i.ueiio, que l.mlll btcn pudiera compararscl0 a una lepna sont'i:a
~le. ese jigantc que siempre tmena, i siempre fa!'ciua
1 stempre ateqa con el abundo, o raudal del Fnnza.
1
El cspcctadot' que la contemple de ahajo para anih.
a, la encontrar:í Yclada pot' ut1a nich:a p:llida i su-
! t1¡ que prc::.to se desvanece a la primera apariciun
del sol, dejándola en toda su adorable i poética tle--
nudcz. Dé sc()'uro que lo;:; grato~ arrullos, i los
!llantos nacaratfos d esa hüa del Tcquendama merecen
la pul. acion de ma~ de una lira de oro de las
que cuenta el Pamáso Granadino.
~ SE'11~.\niO CO~CILL\11. -VenciCn(]O grandes i di~
v~rsos obst:ículos ha logrado por fin el digno i
1
vtrtuoso Metropolitano levantar de entre ruinas c~te
co!cjio, i ponerlo en un pie que augura los ma~
lmllantes resultados. En e, tos último~ di as hcmo:
1
~cnitlo el placer de asistir a los cert:ímcnes públicos,
1 confc~amos que el éxito de el!os ha . upcrallo
nuc:tras e, peranzas. Los finos modales r¡ue han
1
ostentado los jóvenes, i el vasto conocimiento que
han desplegado en los idioma:-:; Patrio i Latino, co-l
m o tamhien en las ciencias Filosóficas i en la~ ~Iatcm:íticas,
en el Derecho canónico i Eclesi:ístico, son una
corona de inestimable valor para el Prelado i lo~ dignos
1
Superiot·es del Colcjio. Hoi, cuando Y CiliOS tan poco:~
cstahl~cimientos de ctlucacion en la haz ele la Rrpública,
h01 cuando vemos que la Iglesia Católica estü es-
1
puesta a penlcr terreno en su marcha triunlal, a causa
tal vez de quien ménos lo debiera temer, es para noso-
1
tro un con. u el o íntimo el vet' e¡ tic la vidct.penctra de
nucro en los clcsicrtos i at'ruinatlo , alonc ele
aquel recinto. I no puede ser de otro modo: allí fué
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
;)8 EL ALBUjf.
-·----
trpude oimos lecciones de ritnc ia i de virtud con- ~ arbustos levanta su rgnllo sa copa, tic--afiando la
li_l't_llatlas con el ejemplo de JIU( slro. sab io i Yirtuo- ¡ f'ul'ia del rayo i el po et· tic las tempcstade~. Mas
~l'lmos profc:ores , cuyos re eu nl 10:. conscrramos de rrpentc, por' uno de aquellos func tos acontccimtlclcl>
leo1cnte en c_l corazon, i Cll!ya a\l'cncia la- ! mi ntos mc flitados por la mahlt\(1 i el vicio, se mina
mentamos como patrrota · i ami3o: 1d la cienc ia : . ¡ el pcd e tal, la columna bambolea, el árbol es invaVari.?
s concti ·cípulo · nue~tros rcje ntan en aquel 1 di do por el hacha ele la ha!'har·ic, i la tempestad
·eoiCJIO alguna: cátedras, i por sus te~ruc r·io. se co- desgaja su ramas rlej;mdo el tronco sin frutos,
llut:e que comprenden pcrf'ect¡un en le la altura de ·in verdor· i ca i sin vida. ¡Fatalidad sin límites !
~u _mi'ion, ~ c~ntriiJnir' a la. fomJacion de sacerdotes 1 La ru ina i ol de_spoti:n!o ahu_..:~ndo_ del Poder b~u-llu
trado s 1 Ytrtuo sos, aqut t.lond' un Clero de esta t:J.I co n el cort<'JO de tgnommws 1 nefandos odtos
n_at_u_raleza puede ser el mas poder o~.·o demento de alzan su fl·neo i bárbaro brazo para de~garr·ar' ücl
Clvrltzac:on i una ba~c Ólitla para la .ocicdad . ~~ seno del ilu . tt'e Col cjio, u brillante ju\·entud, :;us
_Dos d~ e ·tos Sres, <:cllicntlo a n ll CSll'as reitera- csclarccitlos )l~1eslro que juntamente con el in igne
das rn tancta , han t nido la bond:ad de cnriarnos ~ I'Cstaurador, el Pa ~to r 111ertc, el mártir de la Jglc. ia
l~s (~1scursos que inser'tar·en10 · en c. te i en el número granadina, -:;on vícti ma-; de la p rscc ucion i de la
~tglllcnte pronunci:.H los re . peclivam cnte por ello , mas abominable de la.. pro'CJ'ipc ioncs. Pero he
mtsmos, al abrir··c i cerrar:-.c lo . ccrltamcncs. 1 aquí que lq Pt·ovidcn ci<.. celo•a tic sus obras, todo -lo
El m:írtes del mes pa:::.ado rcprc .. entar·on los ni- corrijc, todo lo di spon l', i hace que la Iglesia . e~
íios del Colejio la hcrmo. a 1>ieza titulada E rEn pa1'ada del egoi. mo civil, o~tcntc tot.la itl maje ·tad
compue. ta pOI' el ilustre poela .!. R acine, para 1~ ~ i abrigue bajo su manto al Colcjio (IUe en Ya no
c;¡sa de Saint Cyr, i mui bien tradl! ci< a por el se- ~ quisieron sepultar la . mczquin:ts i desenft•enadas
íior Beli ar·io Peiia. Sin olvidar a 1 o dentls jóre-~$ pasiones, puc: hoi torn:1. a revivir i a mostr'arse
ncs que sali ron a, la e cena, no podclílo dejar de tOtliO la al tira palmera de lo· bosque~, no con su
elojiar al sciior Tri\'in que tle. empa!ñó el papel de mi:mo c'splcndor, pero s1 al ruénos con sn robu..:ta
ESL En con mucha gt'acia i naturalill. di. 1 cxi.t 'nci::t .
. Dice así el ui ·cur:o JH'Onunciado pou·e señor Fran - i Glor'ia i honor al celo i a la coopcracion de
cr co O. Banera: nuestro digno Prl'latlo i , p_rm st p:1ra
ambtcton 1 la barb:ll'lc. SoiH'C sus t- e )mbro han dar a conocer q11c donde ja111as han remado el dc-re:~
par~citlo lo~ r;~~·o · lu1~1ino ·o.; qu e . irmprc ha 1 sórLt'C Ftuulat or, ma1 challa con 1 c:pliq ue los mist rios cliYino. del mas augusto, único
·a pi·l 'z por la. scntlDO :~:~::::~F ~:~;ARUOBECEnn; 1
El amor ·que me consume es mi única ,.
inspiracion i la única l'ida de mi alma. ~
Estended ese velo tachonado ~
De i!USÍIJDCS, de amor, de poesÍa, ¡
Que de la noche entre la niebla fria
Siento Pn la inercia el corazon morir. ! Tcndedlo, si, mis anhelantes ojos
Cansados con las sombras de la tarde
Se tornan a ese sol que espléndido :m.lc
En mi májico tíelo de zafir.
Como un copo magnífiro de fuf'go
II undióse ('\ sol tras del lrjano monte,
1 en el ancho tnpiz del horizonte
Reina la luna maj<•stuosa ya.
La luna compañera misteriosa
Que del poeta endulza Jos ·dolores
La. luna! astro de paz, astro de amores
Que vida, luz e inspiracion nos dá.
¡Cuán süave la bri ·a se estrrmece
Enarrando el plumaje de esmeralda
Que de este negro monte en la ancha falda
bc~pliegan a la par árboles mil!
¡ Cuán· amorosa entre süs frescas alas
El perfume suavísiu10 me brinda
De tanta flor que CHamorudn i linda
Esmalta el valle, d bosque i el pen iJ!
Yo anlH'lara arratH'ar en mis delirios
La cuerda de oro al fúljido Querube;
Pintara así la trasparenle nube
Que ora enluta. a. la estrella su t>splcndor :
Pinlara rn los azules horizontt!S
Del meteoro la ardiente cabellera,
De insectos mil que pueblan la' pradera
El f?sfórico pálido color,
I el ancho rio que entre rora suena,
I el ruido de la hirviente catarata.
Que ruje, en albas plumas se desata
l derrúmbase a la honda caridad.
l\1as ai ! enmeJio a mi delirio riego
Se doblt'ga mi sien entristecida.
Calla mi voz. i el altna conmovida
Sum
Citación recomendada (normas APA)
"El Álbum: periódico literario, científico i noticioso - N. 18", -:-, 1856. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687793/), el día 2025-07-04.
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