PERIÓDICO LITERARIO, CIENTIFICO 1 NOTICIOSO.
NUM. 10. Bogota, 27 de iulio de 18n6 .. TRIM. l.o
LAS COiliPRAS EH LA CALLE REAL· ¡quiera, que yo estoi a su tlisposicion.
Estaba recien venido a Bogotá Don Ro-~ -Es decit· (fUe estás desocupado un rato
que mi ti o, hombre de poco mas de 40 ¿eh?
aiws, de sencillas costumbres i bastante -Sí señor.
rico, pues tenia una buena hacieuda, aun·~ -L~ celebro sobrino
que mui distante de la cnpi!al, i tan di~- -Pero es con tal qu~ no pase de una
tante ademas de toda poblacwn que pod1a hora.
ascgural'se que el pt·opietario no era ve-~ _Vea m o i' 0 • • • cino de ninguna soci dad humana Con . s, d J sacando el reló, son las
todo, es tal el poder de la riqu;za ¡'la es- once de la mañana. La hora es oportuna:
cla,·itud del rico que Don Roque no babia ~ a las doce estamos desocupados.
tenido libertad para volverse un necio, l· · · · · : · · · .: · ·. · . · · · · · · · · ·
pues por una parte Jos negociantes i por 1 -:-,Cornente, diJ~ mi tw, que y~ est2ba
otm los petm·di tas habian tomado a su pomcndose una le~? t.~ nuev~ de pano azt~J,
cargo el no dejarlo embrutece•·· I ?n S?m.brero de J1PlJilp~ sm ahormar? sm
Como Don Roque debía vol verse a su • cmta 1 sm fol'l'o. Llamo luego al ct·Iado
hacienda mui pronto i e1·amos mui amirros ~ pam que nos siguiera, cerró Ja puerta i
me ví en la necesidad uu vicl'llcs po~· 1~ ~ llenos de ~~·incipios econ6micos salimos i
muiiana de ü· a hacerle mi última •i ita.
1
nos cncammamos a Ir. calle del co~ercio.
-De eándotc estaba sobrino me dijo Yo procm·aba acclct·ar el paso, 1 al fa-con
muestras de mucho' gozo, a ·'í que me ~or d~ esa celeridad llegamos ~ las once
,,¡ó en su cuarto. Tú que eres hombre de ~~ meuta a la calle del comerciO. Icdia
buen gusto i que habitllndo en Bogotá ~1or~ nos quedaba para hacer nuestra diliestás
al corriente de las modas, vas a pt·eg.. Jencm, pel'o yo dtficultaba bastante crue
tarme hoi un seJ'vicio. Desean a ptws un ~ nos alcanzase.
l'ato qne Juego tenemos que salir juntos. ¡ En Ja primera calle babia entre los pl'i-
-Mui. bitln, tío Roque, se1·á como U. meros un PI macen asistido po1· un frances
guste: yo estoi siempre a sus órdenes i ya ~ tan meloso i obligante que era difícil sasabe
que si puedo set· •irle tendré mucho i lir de allí sin haber comprado algum1 co'a·
gusto. 1 pero al mismo tiempo era tan escrupulos~
--Sí: ya lo sé. 1 hoi me serYirás mu- en los precios, que era cansarse en vano
eh o: Sí. ... ¿no te digo que estaba desean- . pedirle rebaja ni en un céntimo. Yo preodote?
A hora te esplicaré ... aguarda, aguar- ·¡ cu pado aun con la doctrina de los preda
acabo de amat·rar esta petaquiiJa que cios corrientes, i acordimdome de los guanestoi
atTeglando ya pat·a mi marcha.
1
tes de cabritiJla que era facil se nos olvi-
-Por lo que a mí toca, mi quendo tio, dasen, elrjí esta tienda pa1·a buscarlos
U. puede arreglarla tan despacio como seguro de que allí los babia. Entramos,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
l 80 EL ALBUNI.
pues, i pregunté al fra~ces si tenia guan- ! -Aguarde lJ, decia el ft·ances desde el
tes de cabritilla negros. ~ rincon; yo le voi a mostrar muchas cosas.,
-¡ Oh! señor mio contestó. Como yo ! i principalmente una cosa que le gustará
celebro de verlo a U. aquí; que se ha ol- mucho. ¡Oh! aquí ~stá: este es un tamboYidado
de comprarme tan buenas cosas < ril pa.-a el niño. El tiene el sonido mas
como yo tengo ahora. 1 miéntras esto de-¡ fino que puede haber en un objeto así pe ..
cia, se habia subido sobre el mostradot·, i qucño como este tamboril. J tomando
habia ido bajando primem unos naipes, ~ Jas baqueticas empezó a golpearlo; i
despues unas peinillas, luego unos compa- efectivamente sonaba como una campases,
i sucesivamente con una lijereza es- na. Mi tio que hasta entónccs, como se
traot·dinaria i hablando por los codos, si-! ha dicho se entretenía en silencio miranguió
bajando anteojos, braseros, despabila- ~ do ya los anteojos, ya las pipas i demas
deras, botones i otras mil cosas que pare- ( objetos que babia traído el frtmces al
cian destinadas para hacer olvidar lo que ~ mostrador, dejándolo todo, le pidió el tarose
estaba buscando. ~ boril i tomandolo con una sonrisa pueril,
-Sí señor, dije yo mirando el tendal~ empezó a darle 'ueltas entre las manos,
de objetos que babia eo!ocado el comer- riéndose mas al ''et· las pintUI'itas que teciante
sobre el mostrador; todo esto es nia en torno de la caja. ¡Qué cosa tan
buenísimo, pero tenga la bondad de bajat· l curiosa, decía, qné cosa tan chiquita~
ante todas cosas los guantes de cabritilla. -Sí, repuso el fmnces dirijiéndose a
-¡Oh señor! quégunntesde cabritilla! mi tio; U. no sab,e qué cosa tan curiosa
Eso no es bueno: 'ea U. qué nuteojos es-~ es este ta1 boril. El tiene un resortito para
tos tan finos; póngaselos U.: sí señor, ~ templario que es co a fiuísima. U. Ya a
póngaselos i verá si no se queda sin unos.~llevur el tamborcito para el niilo, porque
-Sí son mui buenos, dije yo pouién- es muí barato.
dome los anteojos. --Qué te parece, sobrino, me dijo,¿ qué
-Ahora Yea U. ésta ·cáclena ¡Ah! to- ~ te parece la calidad del tamborill
dos van a creet' que es de oi'O, ya lo 'erú -¿Piensa pues comprado? tio.
U. ~:sa que tiene U. en el re lo; ¡ Va ! Eso ~ -Preciso; si esto es pl'cciosísimo: voi
no sit·ve; esta le sentará mucho mejor: a !le\ m· el o a llaquito.
llévcla, U._: es baratísima. --Paquito, dijo el ft·anccs, será mui
, -St nor; es una het·mosa cadena~ ~ero l contento del ta~boril. Esta e una co a
sn·vas~ al:an~ar los. g~antS salié1·amos, Llegamos a otra tienda i pt·eguntamos
porque el p1·ecio era exhoruitante. Mas ~los guantes. No había. En la otm tarocuando
ya iba en la puerta me llamó la poco i así sucesivamente en otras mil.
señora diciéndome: ¿Qué es esto? decía mi tio: ¿si u o habrá
-Pues para que vea que quiero tratar !' ~uantes de cabritilla negra en el mundo?
con U. , voí a dat·selas a once. Pero eso no puede ser, pues que yo Jos be
-Pe1·o, mi señora si no puedo pagarlas
1
tenido. Si estará prohibida su importa-mas
que a cuatro. · cion? ¿Si sera pt·eciso encat·O'arlos es pe-
-A once son regaladas: pregúntele U. cialmente a Eut·opa? Busquemos, sin ema
Don Fulano, a mi señora Zutana, a Don 1 bm·go, otro rato, a ve1· si pot· fin los enPet
·cnsejo i a todo el mundo si no es ver- contramos, i volvimos entónces pal'a arridad
que las be dado a doce. Volvimos ba, basta la última tienda pero siempre
a salirnos: nos volvió a llamar, i vol vi- ~ en vano.
mos a regatear aunque ya en la escala de i os pammos en la esquina fatigados i
diez, despues en Jade nueve, luego en la ~ sin sabet· qué hacernos.
de ocho, hasta que de la escala de siete 1 -A que ya no se llama cabritilla la
empezó a hacerme alto no de real en real, cabritilla, dccia mi tio: seguramente nos
sino de cuat·tillo en cuartillo. ~ equivocamos, ¿qué entiendes tú, sobrino, 1 Cuando estábamos ya en los cinco i ~ por guante de calwitilla ? 1
cuat·tillo era la una del di a, el hambre me ~ -Yo que estaba poco listo a , emejante
devoraba, me habia olvidado de Jas doc-¡ definicion, me contenté con invitarlo a
trinas económicas de mi Ho, i no pensaba que volviéramos pal'a obajo prrguntando 1
sino en ir u comct donde mi ami1ro que otra vez por lo guantes de cabritilla.
me estaria esperando quizá todavía. J>or ~ -No: d cabl'itílla no digas, sobrino;
mane1·a que mi tio tuvo que pngéll' en cada i es mf.ljor jenemliza¡· un poco mas la petivara
de muselina l'eal i cuartillo mas de ~ cion poL' i acaso nos hemos equivocado:
lo que valia, pero yo quedé mni contento pregunta solo po1· guantf.l~ nPgros.
de habet· avanzado un paso mas en las As1 lo hicimos sin mejot· resultado, de
dilijencias. l tal modo que cuando llegamos a la esqui-
Ya nos saliamos cuando mi ti o me re- na, ya mi ti o iba sosteniendo que los O'uancordó
los guantes de cabritilla. Pregunta· tes no se llamaban guantes en el tecni~~
os por el!os, i no habi~ndolos en esta 1 ci.smo del comercio, .pues no po?ía pcr u atienda
nos mformó .la Senora, que en un d1rse que en Bogotano se pud1em enconalm~
cen que e~taba a dos cuadras de dis-¡ t1·ar un. pat· d~. guantes negros. E'tas
tanc1a los habm mui buenos. dudas vmo a d1stpal'las un mercadet· que
-Salimos, pues, a buscarlos i entónces nos dijo haberlos tenido mui buenos, pero
observó mi ti o que sobre l,a puerta habia 1 que y~ se Je habían aca~ad.o: sin embargo,
una tabla que decía: Aquz se venden las nos !uzo el favor de mdiCarnos ot••o al-
1
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL ALllU~I. 85
macen donde era probable los hubiese. f tenia Jos guantes, mas todos eran o ''eJ·-
Salimos contentísimos con la noticia i ~ des, o colorados o blancos: el único color
despues de habet· caminado una cuadra, l que faltaba era pt·ecisamente el negro.
llegamos; preguntamos por los guantes, i -Señor saque U. Ja caja de Jos guantes
nos dijeron que los había de superiot· ca- negros.
lidad. ¡Gracias a Dios! d~cia mi tio, ~ -Eso sf no hai: no tengo mas que
con que es cierto que pot· fin los cncon- ~ estos.
tramos? Bien: vamos pues a ver esos l -Pero los que b.uscamos son negros.
guantes? -¡Sí? no obstante; ¿por qué no lleva
-Sí señor: le mostraré a U.... Cosa U. de estos que son lo mismo?
mui buena .... i no los hai en nincruna l -Bien, dijo mi tío: busquemos los mas
parte. Esto decía el met·cadet· parado en oscuros i contentémonos con ellos; que al
el fondo de la tienda i mit·ando altema- fin, en asuntos de encargo no se usa mutivamente
ya para anibn, ya pat·a abajo, l cha esactitud. Vamos: me llevo esto: ¿qué
ya al frente, ya a la espalda. Luego daba valen?
vueltns diciendo entre dientes: ¿dónde es-¡ -Se los daré n U. en cinco pesos: ya
tán? ¿Dónde puse yo estos guantes?.... le digo que no los hai en ninguna parte.
¡Ah~ allí ya me acot·dé . Tomó entónces la -Aunque el precio e1·a exhorbitante,
escalet·a, Ja arrimó a un estante i empezó l mi tio no pensó en eso, i trató solo de
a subir. Cuando estuvo bien nrriba, co- probat· si le vendrian los guantes; pero al
mePzÓ a vota1· al suelo panchos i percal as, ver el met·cader la tentativa de mi tio
pam dat· con los guante que debían estar 1 par·a probat·selos, se opuso abiertnmente,
debajo. ~las al cabo de un rato se bajó di- exijiéndole que si los comprnha, debía JJeciendo:
¿me ct·cen UU .que no están aquí? 1 vm·los sin intentar semejante prueba. ¿Qué
-
10 señor: como no han de estat·, decia remedio? Mi ti o tuvo que cedet· i compt·ó
mi tio, un poco caritriste. por cinco pesos i a ciegas los guantes que
Pues no est<'m; seguramente están en ¡ cncoutmba por gran fortuna.
ca a: vuelvan UU. maiwna; yo los haré Era ya mui taJ'de: mi tio i yo nos en-traer
esta tarde. tl'amos pues, a un café con el fin de to-
- .. ro, por Dios, decía mi tio: búsquelos l mar alguna cosa. Miéntras no ser ian
que ahí drben estar. t1·ató de nuevo mi t!o de probarse los gua n-
- Dice U. bien: aquí están: no me acor- ~ tes; mas cuando logró introducir la mano,
dabn. ~ ya e. taban hechos pedazos por varia - put·-
• ' e metió cntónce debajo del m o trador, ~ tes. llí nos acol'
espaiiol crujiendo i desplomándose ¡ h)]co de Buenos Aires hacia porThalbe1·cr en
bajo la elava d 1'apoleon: nos pintó las su último concie1·to, no se ha hecho l asta
c·olonins dt'spt·endidas de la nwt1·ópoli, co-~ hoi por uingun atti ·ta, pues que ninw:uno
mo naY"e' que, roto el cable que las man- tampoco ha enloqn{\cido a su audiltorio
te m. en el puel'to, en meuio de una te m- como el di\ in o Tl albcrg. Vana prt"t\>npestad,
se destacan nl oceano: nos pintó ¡ sion se1·ia entrar a pintar lo que es 1 'halen
fin la desaparicion de tolos los gt·an- berg en el piano. El piano dclantte de
d homhl'e· del siglo. sí una orquesta completa i todo. los
1-0 truPmos palabras para ponderar la l instrumentos conocido se dejan oit· bajo
b(\Jlí ·ima romposicion clrl S(lilOl' Ortiz. 1~1 el ma~rn ;tiro podc1· de sus manos. Se p( \Snlíl
pueblo colombiano qnr!))'anc o su cadena uno de admiracion, se abisma i no fllicnneu,
yjecida contra 1~ fnz de su opre .. or, los ¡ za nadie a COffi:Pr<'nlh r eomo es capnz" fs~e
'nhentes desnparee1endo en el campo de homh1·e mara' 1llo ·o ele 'encet· tanta~ di·
batalla, como las espi~as S del d1vmo La querida ilusion duró un momento
artista. Unos pedían la Lucla, otros la I a1ios enteros durará el dolor.
Lucrecia, otros la lVonna. Thalberg es-taba
en conflictos. La voz de una seño- Otro busca sin treguas la riqueza,
rita pidiéndole el El t.ár de amor, ino I suda i s ·. <.lt•sv:ela trabajando
a saharlo· ::;e scnto al p;ano 1 sobre la I., u~a sed t~s~clable devorando
• , .'. • • ; 1 • • • • ~ ~ Esta su codtcwso corazon,
11 senctllcl. bcucnrola ~el Ll~x_ir (ljecu~o l_a~ ~Mientras mas ah•sora mas anhela,
¡¡ mas SO!'PL'ende.ntes l bcllis~mas Yarwcio- ~ Su vida se convierte en un mal'tirio,
li nes. J~n mediO de la amnedad con que l No bai afecto que aplaque n delir·io.
1! lo escuchábamos tuvimos la paciencia de No h:li en él sentimiento no hai razon. ·
contar once "ariacioncs tan di tintas unas
de ot1·as como Jo blanco de lo negro.¡ Aquel, tras de la gloria va corriendo
~~~~ Esta Yez el público inYentó aplausos pat·a I se tlanzabfuridoso ;
1
n la batalla.
11 Thcdhcro· ! ... Los conocidos no eran dirr- ·n 1·c nu es e po vora i metra a
nos de it ! .. .. 0 1 Cree st,l diosa fantá 'tica mirar,
li Thalbe1·g. como todos los al'tistas, tiene 1•110 \'C <~uc la sangre qu~ derrama
,.. 1 .. 1 ¡ H· ,,. l , 1 .. ] Esa glonn que busca. va menguando,
sus .o' ljlníl Juac cs. UulatnOS e sup lCU( o ¡ I qu e el 6dio i la envidia rú. sembrando
pu ·¡era ulo·un rccuenlo en el AIIJum de Para mil desengaüos cosechar.
li una señorita arjentina, residente en Val-li
parniso i cuyo libl'O ne encontraba ca ' Ual- 1 La mujer que se goza en su bcllc7.a,
1: mente en esta ciudad. ·El célebre artista Que vé arder a sus pies mil corazones,
11 accedió con gusto i em·iqueció el lbum S};mprc cselava entre tri tes ~rivaciouc
con u propia carieatura i algunas pala- ~ V.c su amada be~leza ~onsurmr.
hra bajo las cuales pISO u firma. ~ ~~ a co~~~ <.le ~ellg.ro. 1 dolores .
El l'élebl'c artista esta dotéHlo de un ~l placer de ser ma~re. ha conquistado,
1 • , . ~ 1 eme todo por su hiJO 1dolatrado
belhs1mo per.:onal. Es de un tamano re- 1 su vivir de wadre no es vivir
guiar, i de un cuerpo mui bien formado. ·
11 Su tez es bl
Citación recomendada (normas APA)
"El Álbum: periódico literario, científico i noticioso - N. 10", -:-, 1856. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687785/), el día 2025-06-28.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.