La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 160
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Política - Literatura - Noticias - Filosofía-Relijion-Artes i oficios-Instruccion pública-Bibliografía.
:i\Iedicina-Variedades-Revista de la ciudad-Revista de los Estados-De Europa i mercantil.
Se publica los mártes, miércoles, viérnes i sá.bados
. el mi roo dia. se lleva a. ln.s casas de l'Os suscritores d¿
la cnpital i se remite a los de fllet'a por los oorreos respecti'l"
o . Los lúnes ijuéves se publicará si es neoesario.
TRI 1ESTltE IV.
Agua en el vino %
Tal es la frase de los franceses. tan espirituales
en todo. Agua en el vino, quiere decir
entre ellos, moderacion !
Por esta vez, la moderacion es mas que
nunca un deber nuestro. Vamos a tratar una
cuestioll que tiene mucho de sério. Basta
que se trate de la gran cosa de este mundo,
la muerte! i aunque sea por incidencia.
El señor Redactor de El Libel'al, en su
número 167, se muestra lleno de una ira terrible,
i arroja balas echas áscuas por todos
sus poros. Nosotros no poJemos. ni debemos,
ni queremos romper laozf\s con nuestro cofrade.
Su cólera no nos ha contajiado; i en
medio de la calma que conserva nuestro espíritu,
nos creemos mas seguros que de cualquie
r otra manera para apelar del hombre
de partido al hombre de principios filosófico
s.
El señor Redactor de El Libe1'al se mani·
fies~a sumamente irritado porque el Ilustrí,
simo señor Arzobispo de Bogotá desea -que
se le conceda a él, colombiano i hombre altamente
caracterizado como Pontífice i como
bueno i conciliador ciudadano, nada mas
ni ménos que lo que entre nosotros obtienen
los protestantes estranjeros: un cementerio
para orar en él por sus finados feligreses.
Esto es para. el señor Red!;lctor una especie
de abominacion. Desgraciado pais aguel en
que ser estranjero es una fortuna 1
Aquí los estranjeros no católicos tienen
su cementerio; ellos han hecho eso para dormir
en su propia casa, i hacer allí lo qU"l les
parezca en la privanza de cuatro paredes i
un cerrojo. Nosotros no tenemos esa. dicha i
el intentarlo se mira como una semi-rebelion
contra el poder civil. Felices estranjeros!
Bllos tienen cañones i el que tiene catlones
tiene derecho para hacerse enterrar cómo i
en dónde se le antoje, sin que nadie sea osado
hablarle de soberanía nacional, ni de regalías
del poder civil, ni de usurpaciones i
de tantas otras cosas que se arrojan a nuestra
faz a la menor pretension de que se nos
trate siquiera como a los estraños1 ....
No queremos decir que a los estranjeros
no católicos no se les conceda el dere<:ho de
tener su cementerio, como realmente lo -tie·
nen en esta capital. Aunque sus soberanos i
Gobiernos no hubieran recabado del nue5tro
-ese inocente derecho, nosotros no creeriamos
mártir, esclamando: Skame! Sltame!
en tre nosotros se desearia el hacha de Isabel
de Inglaterra o los verdugos de su padre
para hacer con los católicos lo que queria
hacer Calígula con el pueblo romano •.•. !
Pobres de nosotros 1 condenados a ver tantas
cosas que no suceden sino aquí; en que
en medio de la libertad, i de la igualdad i de
la fraternidad democrática, se aborrece a los
hombres porque tienen la relijion que les en·
señaron sus madres; i se les concede el derecho,
de soportar lo que ningun hombre hace
sino con un esclavo.
Estas cosas no nos incomodan, nos llenan
de pesadumbre; porque al reflexionar sobre
ellas, comprendemos que no somos sino unos
pobres palabreros. sin mas ideas que nuestras
pasiones. 1 como esto es ménos que la
nada, comprendemos que nada somos, ni seremos
mas, nunca en la vida.
Donde se le otorga humildemente a Ufi
estranjero, lo que a un compatriota, al hermano
con quien se ha jugado en la infancia i
respirado el ambiente de las horas del placer
o llorado los mismos infortunios juntos, se le
niega, no solo con altive.z} COfi crueldad, con
injurias gratuitas, eso mIsmo que al estraño
se le concede por miedo como a un amo, de
allí d-eberia hacerse lo que dijo el gra n Bolívar
- emigrar!
Pero no nos molestemos; dejemos pasar
estos tiempos de principios-ruidos, de promesas
equívocas, en que se odia al hombre
porque no apostata del Dios de sus padres;
tarde o temprano se alzará un Gladstone,
habrá quien esclame corno en Inglaterra:
Shame! Shame! Vergüenza! Vergüenza! i
el triunfo del derecho brillará para siempre.
En las cuestiones relijiosas sufrires gozar!
Para nosotros, la fe es un punto de conviccion
a priori i un punto de honor. Dios mediante,
dormiremos a la sombra de la misma
cruz de nuestros abuelos. Esto nos complace.
Por lo demas, entlérrennos como Dios
quiera. Nuestro corazon fiel al dogma de su
infancia, palpitará siempre de alegría por no
haberlo olvidado en la vejez.
Aquí no se debe discutir mas sobre ciertas
cosas. L as pasiones no ceden sino a la fuerza
; i en el camino de la paz está siempre la
rehabilitacion de todo derecho. Sigamos pues,
en paz nuestra vía, que los canes que ladran,
al fin se enronquecen i se cansan i se duermen
...
La injusticia es un mal para e,1 que la sufre;
para el que la hace, un verdugo! Toleremos
hasta a los intolerantes.
Con nuestro catolicismo hemos tenido hérO,
es que han hecho patria i dado gloria a la.
América. Esperamos las hazañas de los espíritus
fuertes, que se empeñan en imponernos
su compañía, allí en donde estaremos millones
de veces mas separados que de un polo
al otro del mundo.
Miéntras tanto, vivan los estranjeros! Felices
ellos que tienen lo que a nosotros se
nos niega a patadas. Pero ellos tienen razon
i nosotros no; porque nosotros somos amigos
de) Papa, i el Papa no tiene monitores con
cañones rayados. M. M. M.
El verdadero i el falso radicalismo.
¿ Qué se ha heoho de aquella teoría de las ideas
con relaoion a lo verdadero? Qué se ha heoho
de la lójica, de aquel arte ouyo conjunto de preceptos
tiene por objeto la rectitud de las ideas?
Rejenerar es comunicar nuevo sér a alguna cosa
que dejencró, restableciéndola, purificándola 2' 'm4o·
ránd9la ~on8id(ffablemente. A cada nueva guerra, a
a.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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Radicalismo es un sistema, en el órden de las
opiniones políticas, que implica l.a idea de progreso
i avance en las reformas polítICas. En a)gunos
paises personificándose dicho sistema, ha .correspondido
admirablemente a su naturaleza 1 a su
nombre: en Inglaterra, por ejemplo, pidiendo la
reforma electoral para reparar una grande injus·
ticia, e imprimir a ese gran pueblo un movimiento
saludable en la vía de la igualdad democrática
i de la libertad: en los Estados U!lidos del Nor·
te aboliendo la esclavitud i rebelándose contra el
principio antihumanitario de la absorcion del
hombre por el hombre.
Podemos decir que ese principio o sistema, como
la sabia de la humanidad, está en todas partes,
aunque no se blasone ni se ostente j porque la
tendencia a la perfectibilidad es una lei tan constante
i universal, que si parcialmente llega a falo
tar, jamas puede faltar en la especie. ~s un poder
latente, vivífico, que si llega a echpsarse o
adormecerse nunca llega a estinguirse. En Colombia
nació con la emancipacion de los esclavos,
o si se quiere con la fundacion de la República;
despues se ha eclipsado i hoi parece muerto.
Los hombres que por temperamento, o por
educacion han abrazado este sistema son los iniciadores
de toda idea grande, de toda medida de
progreso, de toda reforma radical, porque no ignoran
ellos que el mundo les impone la noble cuanto
gloriosa tarea de fundar el derecho moderno i
echar las bases de ese progreso costoso e incierto,
pero indefectible con que sueña el patriota suramericano
como el santo i noble objeto a que de·
be dirijir todos sus conatos, todas SUB ambiciones.
Radicalismo no es la guerra, no es el pillaje, no
es cl fraude, no es la concucion, no es el peculado,
no es el prevaricato, no es la calumnia, ni la intolerancia,
ni la deslealtad, ni gamonalismo, ni el
monstruo de la anarqu1a j no es nada de aquello
con que los fuertes i los poderosos oprimen a los
pueblos, lllanteniéndolos en el oscurantismo i el
vasallaje para que no puedan jamaR, degradados i
débiles, como el desdichado polaco, ni reclamar
sus derechos, ni elevarse a la condicion de hombres
independientes i libres.
El radicalismo es la pa'!, a cuya sombra se espanden
i desarrollan todos los elementos materiales
con que la Providencia ha favorecido a cada
grupo de hombres que constituye una Nacion;
es la iustz'et"a que distribuye con la mas sabia
equidad, la suma de bien de que ha menester cada
sér humano para cumplir su mision al rededor
del hogar i como miembro de la gran familia hu·
mana j es la proteccion de todos los derechos, de
todas las garantías que él ha tomado de la naturaleza
para aplicarlo al hombre i a la sociedad;
pues el derecho individual no viene do la lei, como
absurdamente lo sostiene Bentham; porque
0 ________ _ _________________ _____________________________ _
[CONTINUAcroN. ]
-1 Ah! i sí! la impremeditacion de mi marido la
fatalidad, la infamia de un miserable le ha reduc'ido
a usted a la pobreza ......
-No hablemos ~e eso, señora: la pobreza es la me.
nor de las desgraCias cuo,ndo viene !!ola: mi desgraoio,
es anterior a mi pobreza.
. :-Adios, caballero, me -dijo Gabriela asiendo a su
hIJa de la mano i dirijiéndose a lo, salida.
-¿ 1 a d6nde va usted? la dije.
-A presentarme al capitan jeneral.
--¿ I par/¡. qué?
-l'o,ra pedirle un ausilio para mí i para mi hija.
-i En un establecimiento de beneficencia!
-Lo quiere Dios: trabajaremos en él caballero.
-i. 'l>'abajo,l' ustedes! j trabajar! ustedes no saben
un ofiCIO.
-Le aprenderemos.
-En nombre de su hija de usted señora protesto
de la nobleza de mis intenciones.' ,
-No, no puede ser.
--¿ . .No puede ser que yo viva para ustedes, que yo
trabaje para ustedes?
Habia si~ dudo, tal sinceridad, tal verdo,d en el acento.
con que pl:onuncié mis palabras, que Gabriela me
mlr6 conmOVida, con los ojos llenos de lágrimas i me
tendi6 la mano. '
Pero continu6 negándose a servirse de mi.
CLXXXI.
Aque~la fué una lucha lq,rga i dolorosa.
Gabrlela ~margada por sus desgracias, ~'ecelosa por
sus desenganos, no comprendia Ill. razou de mis súpliCll.
S, de mis ofrecimientos.
Yo no podia decirla:
-Te am.o, con un amor de reflejo, es cierto, pero oon
un amo~ vlOlento.' porque eres la reproducoion de mi
MargarIta, de lDI amor muerto, de mi amor fantástico.
No,. yo .~o podia. decirla esto, porque era decirla:
-Tu .hlJa ha dejado de ser: yo la he tenido muerta
entre ~IS brazos. Yo la habia preguntado si no tenia
lDas hIJa que Ines, i me habia contestado tremula p'á-lida,
agonizando: '
-SI, tengo otra hija: es decir, tenia: dije tengo,
porque mi hijq.. mayor lIIargarita, vive en mi imajina-lA
ILUSTRACION ..
esto seria lo mismo que autori2ar al homb~e para
suprimirlo o atropellarlo. Todo derecho vI~n.e de
Dios ¡los gbbiernos no son mas que sus mISIoneros
para impartirlo i asegurarlo.
NI radicalismo no violenta la naturaleza, nul~
lm violentum permanet, ni exije del hombre que
apostate de su destino ~ oríjen ~obrenaturales
para asimilarlo al br~to 1 ~e?suahzar!o en todos
los goces de la materIa estuplda; obliga, es verdud,
!lo prestar obediencia a los gobierno~ popu·
lares una vez sancionados, pero no proscJ'lbe las
creencias i las opiniones, porque reconoce en la
tolerancia de aquello que el hombre no puede renunciar,
el mas poderoso i seguro medio de fundar
la paz i de :u'monizar el órdeu con la libertad.
El radicalismo no es enemigo dc la ciencia; al
oontrario, armoniza con ella admirablemente. Es
un faro que esparce sus rayos bienhechores, llevando
la luz a todas las intelijencias estraviadas
i la conciencia de lo justo a los corazones obsecados.
Es esencialmente moralizador; i si nunca
pierde de vista el punto a que se ha propuesto
llegar en el órden moral que es el reinado de la
justicia, tampoco se olvida del progreso material
que es compatiblc con los recursos i facultades de
los pueblos. Toma del jenio todo su prestijio i de
la ciencia toda su sabiduría para acometer las
pequeñas como las grandes empresas, i sin riesgos
i ruinosas esperienoias, lleva a cima obras colo·
sales que pasan a la posteridad en testimonio de
lo que pueden la intelijencia, el valor i la fe, inspiradas
ménos por el lucro i el renombre, que por
el amor a la patria i a la humanidad.
En las pequeñas empresas, propias de pueblos
nuevos i pobres, su accion no es ménos dilijente i
certera: pone a nivel las conveniencias bien en·
tendidas con los exíguos recursos i no quiere
nunca ir !lo remolque de naciones viejas, ricas i
populosas j cuyas sabias instituciones admira i
estudia, pero no trasplanta ni copia irreflexiva·
mente.
En las monarquías ha solido estraviarse tritemente,
buscando en los títulos i pergaminos lo
que ha debido buscar en la virtud i la ciencia;
i entónces esas monarquías han vacilado i caido
al fin para dar lugar al despotismo de la fuerza,
que es la muerte de la libertad i el peor ejemplo
que puede darse a una Nacion.
En las repúblicas tambicn se ha eclipsado la·
mentablemente, i creeriamos en su muerte como
pleta si, como hemos dicho, no fuera precisa su
existencia, como supremo regulador de la vida
del mundo i poderoso delegado que ha de cumplir
un destino que el dedo de Dios le tiene marcado.
Empero ese radicalismo despertará algun
dia, lleno de vigor i de enerjía para gritar a los
pueblos: ¡Adelante! 1 entónces no habrá ni
vencedores ni vencidos, ni odios, ni fraudes, ni
cion: ignoro si ha muerto, porque ...... me la robaron
cuando era niña.
No podia yo, pues, decir a Gabriela: te amo, por mi
amor a tu hija.
Me hubiera preguntado por ella.
- ¿ I c6mo deoir a una madre que duda de la exis·
tenoia de su hija: tu hija ha muerto?
OLXXXIl.
Logré al fin llevarlas a una fonda e instalar en ella
a las dos señoras.
Mi conducta con ellas empezó a tranquilizar a Gabriela
.
-Es neoesario, amigo mio, me dijo un din, que nve·
rigue usted d6nde pára mi primo el marques de la Ro·
ca; él tiene el deber de velar por nosotras.
Pregunté en la Habana, i me dijeron que el marques
debia encontrarse en su hacienda de los Plátanos a
ocho leguas de la ciudad.
Monté a cabnllo, 'pero al llegar a los límites de la
hacienda, el capMaz me dijo que su señor estaba en la
Habana.
Pasé de largo sin entrar en la hacienda, i me volvi
a la ciudad.
Inútilmente busqué al marques.
Al fin supe que se habia embarcado para Cádiz.
CLXXXIII.
-i Ah! s~ yo pudiera ir a España, me dijo Gabriela.
--Iremos, la dije.
-iCómo I
-Nada tengo en el mundo: me es indiferent,e vivir
aqul o vivir am.
.Me cost6 una nueva lucha, una nueva campaña el
reducirla.
Al fin consinti6.
Pero al oonsentir me dijo:
-Neoesitamos hablar de un asunto mui doloroso
para mí: para hablar llr usted de ello, he alejado oon
un nretesto a Ines.
Guard6 por un momento !¡ilencio Gabriela, i luego
levantando háoia mí los ojos, i poniéndose suoesivo,men·
te pálida i encendida, me dijo:
-Yo he oometido ciertament,e grandes faltas, Pablo,
pero Dios me ha castigado terriblemente; adoraba a
mi hijo, mayor, i la he perdido: mi marido (a quien
no amaba, pero a quien no n.borrecia) ha desapareoido ;
acaso ha muerto de una manera horrible. Mi hija Ines,
lo único que me queda en el mundo, agoniza lentamen·
te, desesperada, con' el corazon desgarrn.do. En medio
de estas terribles desgracills, la Providencia me ha da-antagonismos
inmotivados. Un sistema tal no
será ni el golgotismo carbonario~ ni ~l con~ervatismo
de antaño, ni el refractano hberahsmo;
sistemas anticuados i proscritos ya por el progresismo
radical.
Esc radicalismo no tendrá padres eapúrios ¡,
solo reconocerá por madre a la Nacion que lo ha
llevado en su seno para darlo a lU3 en los mas
felices tiempDa. Será. la Nacion misma que despojada
de su pasado vergonzoso i ataviada con el
brillante ropaje de la civilizacion modcrna, aparece
radiante i majestuosa com~ el astro refuljento
que ilumina i llena todos los horizontes,
despues de una noche de trescientos años, en que
los desgraciados hijos de la América han estad()
sentados bajo las sombras de la muerte.
La raza neo-latina, que la Providencia ba co·
locado sobre el continente Sur-americano, te,
niendo, como tiene, los mas fecundos clementos
de su futura gr,andeza, se ostentará algun dia
hermana digna de la raza anglo-sajona, i como
ella podrá sentarse sin rubor al lado de las na·
ciones de primer órden que Dios encamina i protejc
miéntras son dignas de su amor, i que desa·
parecen mañana, como Társis i Babilonia, cuandC)
han desconocido sus · beneficios entregándose al
desórden i a la iniquidad.
Sogaruoso, 1870. D. S.
Cundinamarca.
Eljrn'oicz'08 eapirituales.-Del 19 al 26 del pasa.
do setiembre, tuvieron lugar en el distrito de San
Juan, dirijidos por el señor doctor Patricio Plata,
canónigo de la Iglesia Catedral metropolitana,
ausiliado por el señor cura de San Juan doctor
Antonio José Gutierrez, i por los doctores Ber·
nardo María Gonzálell cura de Boyacá, Araujo
cura de Puli i Echavez cura de Bcltran.Abundan·
tes frutos se cosecharon, pues durante los dias de los
ejercicios confesaron i comulgaron cerca de mil
personas.
Felicitamos al señor doctor Gutiérrcz, por el
interes que toma por la buena marcha del feligresado
que está a su cuidado i a los señores que lo
ayudaron en tan bellos actos relijiosos. Ojalá que
todos los pueblos imiten este ejemplo. Con la mo·
ralidad de los pueblos, se obtiene la paz, el bie ........
nestar i la riqueza.
Santander.
Señor Editor de La Itustracion.
Permítanos usted las columnas de su mui acreditado
periódico, para llamar la atencion del Go·
bicrno jeneral, por lo que a éste incumbe, re8pec·
to a ciertos hechos que están pasando desapercidoa
en la ciudad de Sanjil, i de los que seguramente
no tiene conocimiento el Gobierno del Estado.
do en usted un amigo; mas que un amigo, un hermano.
Todo lo puedo revelar a usted, todo.
I trémula, avergonzada, me refiri6 que Ines habia
sido seduoida por un j6ven pariente suyo; que por re·
sultado de aquella seduccion existia una orio,tul'o, reoientemente
naoida ántes de la llegada de Don Lorenzo;
que se le habia podido ocultar este suceso, i que aquel
niño estaba. en poder de una negra emancipada que
le criaba.
Era neoesnrio que aquel niño nos siguiese a Europa.
CLXXXIV.
Arreglose pues t.odo lo necesario, i se determin6 el
viaje para de-alll a un mes.
Yo aproveché parte de este plazo para volver a la
aldea de pesoadores, a la roca donde bajo un panteon
de piedra oalada dormia su sueño eterno Margarita.
Me arrodillé junto a su tumba, i allí en la oript.a del
panteon, con mis labios puestos sobre el montecillo de
tierra juré a Margarita velar por su madre i por su
hermana.
Hubo un momento en que senti una espécie de vértigo,
en medio del cual me pareci6 ver o. Itumela, a mi
pobre esposa, a la mujer (\ quien tanto habia amado,
saliendo de aquella tumba i esclamando :
-¿ Por qué te hll.s olvidadp de mi?
Pero yo no he oonsignado en estas memorias los su'
cesos de mi vida anteriores a mi encuentro con Margarita
muerta: yo he puesto una cubierta de remordimientos
sobre aquellos recuerdos.
I sinerobargo se sublevan oontra mi, me atormentan
i con mucha frecuencia cuando quiero recordar a Margarita
recuerdo a Itumela.
¿ Qué habia sido de ella, Dios mio?
i Eselava tal vez, aoaso muerta!
I yo no la he buscado.
El amor de Ma.rgarita me ha vuelto 1000.
Ha llenado mi corazon, ha. arrojado de él lodo lo que
no era ella.
Mi vida anterior al dia en que la enoontré, era para
ml un recuerdo confuso, una historia vaga, un sueiIo.
Amo a Gabriela i a Ines a nombre de Margarita.
1 a nombre de Margarita he desoendido rápidamente.
No me oonozco.
Mi altivez ha desaparecido.
Me aoometen ideas que nunca hubiera creido cupiesen
en mi cabeza.
Ideas informes.
l\1i expiaoion es tenible.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
De paso pOl' aquella ciudlld ahora dios, fuimos
por casualidad informado~, que el Fcñor Federico
Muñoz, Alcalde d el distrito desda prinoipio del
año en curso, es a la vez \.dministrador de oorreos
naoionales, i a cualquiera sc le ocurre por media·
no sentido comun 'lue tenga, que en el desempeño
de estos dos destinos por una misma persona,
tiene que haber una bien pronunciada incompati.
bilidad, siendo oomo son los Alcaldes en los respeotivos
distritos, los enoargados de visitar meno
sualmente las ofioinas de Hacienda, así nacionales
como del Estado, i de velar en que los empleados
q~e est.\o a su especial servicio desempeñen cumphdamente
sus deberes. Pero todavía no es esto
solo. El mismo señor l\Iuñoz, Alcalde i Administrador
subal~erno de correos nacionales, se halla
ooupando hOl un puesto en la Asamblea lejislativa
como Diputado por el departamento de Guan:
otá, i egun una lei del Estado espedida en el
ono de 1 6 ,por el heoho solo de haber admitido
el oargl) de Diputado, ha debido quedar vacante
el destino de Administrador subalterno de correos
nacionales. Segun estamos informados, no es esto
10 que ha suoedido, sino que el señor Muñoz, oon
t?da s.u n;tansedumbre, lo que ha becho es pedir
licenCia, 1 hacer que sea nombrado en interinidad
durante ella, el jóven Rioardo Balderrama. Al
haoer esta oensura, no se vaya 8 oreer que obra.
mas arrastrados por espíritu de partido, ni movi.
dos por interes alguno personal que no lo tenemos,
porque bien puede quedar en el destino el jóven
Balderrama, que ademas de ser suficientemente
idóueo i honrado, es el que ha estado desempeñando
al señor l\luñoz. Lo que queremos es, la fiel
observancia de las leyes i que estos no ~enga.D a
quedarse en papeles como lo deoia el Libertador
BolívOl' en los últimos dias de su existencia,
Clima no es tampoco nuestro ánimo provooar
polémioas sobre hechos que niuguno podrá desmentir,
porque están pasando a la vi~ta de todo
un pueblo, no entramós en examinar, si el señor
Muñoz sea o no suficientemente idóneo, DO siendo
esto hoi un requisito como lo era ántes para ent
rar ea el desempeño de algun destino. Nos basta
saber, que es ciudadano de Colombia i que oomo
tal i con la proteccion que le dispensa un alto
l\Iajistrado del Supremo Tribunal que es su hermano
político, puede alcanzar a los mas elevados
puestos del Estado. Si se nos contestase, DO solo
replicaremos, sino que sacaremos la oara, exhibiendo
a la vez las pruebas de los hechos que
quedan relacionados i de otros que dejamos en el
tintero. Por ahora solo diremos que los que esto
escribimos Somos nones i no llegamos a tres.
'rolima.
Diputados electos para la. Asamblea. constituyente del
Estado que debe reunirse e115 del presente.
Departamento del Sur.
CLXXXV.
Nos bicimos a la vela..
El pequeño bijo de Ines nos acompañaba.
La negra. 511 nodriza nos acompañaba tambien.
Los primeros dias tuvimos un tiempo magnifico.
Pero en el golfo de las Damas llOS acometió un tem-poral
horroroso.
Fué necesario alijar gran parte del cargamento, i en
la confusion mi equipaje fué lanzado al mar.
I,os restos de mi fortuna se habian sumerjido en el
océano.
Solo me quedaban diez mil reales de oro que llevaba
en el bolsillo.
CLXXXV1.
Cuando desembaroamos en Cádi~, nos fuá preciso,
por razon de economía, trasladarnos de la manera mas
incómoda i mlls lenta a Madrid, en uno de esos infames
traaportes que se llaman galeras.
GabrieJa iba alentnda por la esperanza de que en
Madrid encontrariamos al marques de la Roca, i cam-biaria.
nuestra posiciono .
Jamns Gabriela me reveló las rallones que tema
para confiar en su primo el marques de la Roca.
Yo por mi parte respeté su secreto.
Ni aun me he atrevido a. sospechar cuál puede ser
este.
Pero debe ser grave, terrible, cuando Gabriela no
se ha a.trevido a revelármelo.
CLXXXVII.
Por lo. misma razon que habiamos hecho pobremente
nuestro viaje de Cádiz a Madrid, llegados a este
paramos en una posada, i yo me dediqué inmediato.mente
a buscar habitaeion.
Debia ser necesariamente barato.: diez mil reales
ee gasto.n mui pronto aplioados a la manutencion de
tres personas. .
Todas las habitaciones. baratas de Madrid me parecieron
detestables, estrecha!!.
Todu estaban encaramadas allá en los tejados de
enSIlS altisimas, o sepultadas en lo interior de patios
lÓbregos i bÚmedos. . . . ..
Las casas de vecindad prometlan una soc,edad 10:1-
ceptable de todo punt.o. ..
Prescindi, pues, de la poblaClon, 1 me ecbé a buscar
vivienda en los b3.rrios estramuros. .
Al fin, en el de San Isidro del CaI?po .ene.ontré una
casita limpia, alegre, abierta al mediO dUIo, 1 ~ue bastaba
para los tres; nos trasladamos a. ella I en ella
vivÍlnos.
LA ILUSTRACION.
PRIMER CíRCULO.
Pnlzcipales. Suplentes.
Fidel M éndez. 1.0 BIas Corredor.
José María Pala nía. 2 .0 J. Ramon Castillo.
José María Al varez. 3. o Ramon l\fanriq ue.
SEGUNDO CÍRCULO.
Gaspar Diaz.
Manuel J. Uribe.
Ignacio Manrique.
1.0~ . Cabrera Cajiao.
2.0 Fortunato Puyo.
3.0 Celia no Barrero.
TERCER CíRCULO.
Manuel J. Silva. 1.0 Joaquin Garofa B.
Vicente Ortiz D. 2.0 Cusiano López.
Toma~ Pizarra. 3.0 Eladio Gutiérrez.
CUARTO CíRCULO.
Nicolas Perdomo C. 1.0 Manuel A. Silvestre.
Sisto Guzman. 2.0 Rafael Torrijas.
Pedro A. Pargo.. 3.0 Pio Delgado.
Departamento del Norte.
PRIMER
Domingo Cuycedo J.
N éstor Esoovar.
Mariano Pereira M.
cíRCULO.
1.0 1. A. Buenaventura.
2.° Pio Triana.
3.0 Ánjel M. Gordillo.
SEGUNDO CÍROULO.
J. Posada G. ( jeneral.) 1.0 Clemente Camaoho P.
Indalecio Saavedra. 2.0 Pedro Cardozo.
Camilo Ricaurte. 3.0 Ignacio A. Bonilla.
TEROIilR CíRCULO.
F.de P. Diago (jenera!.) 1.0 Tomas Pardo.
Enrique Berbeo. · 2.0 Juan C. Arjona.
Alejandro Caycedo D. 3.0 Joaqui!l París R.
CUARTO
.Juan N. Lozano B.
J ustino Leiva.
Inocencia Leiton.
CíRCULO.
1.0 Bonifaoio Arciniégas.
2.° Francisco Caycedo L.
3.0 Rafael Rocha G.
Biografía
DE DON FERNANDO LÓPEZ ALDANA.
( Conclusion ).
Ademas de las comunicaciones de López Aldana
con el jeneral Cnsteli i la junta de Buenos Aires,
mantuvo otras mui interesantes i ardesgadas con el
jeneral San Martin en Chile, oon el jeneral Belgrano
en el alto Perú, i con lord Cochrane, cuando por
primera vez vino a estas costas. Entre otro!! avisos
dados por López Aldana al jeneral San Martin, merecen
particular mencion, los que lo dirijió por medio
de los señores teniente coronel Tórres, oficial
Parédes ¡don Remijio Silva; este último que estaba
esoondido por escapar del furor del ' vil'ei que lo bus.
caba para seguirle causa criminal por una insurreccion
denunciada, se puso en comunicacion con
López Aldana quien no solo le proporcionó quinien-
En la familia ha habido una leve variacion.
La nodri~tlo negra nos ha abandonado.
Un sarjento de provinciales ha encontrado hermosa
a Magdalena i la ha arrastrado consigo.
Magdalena se ha despedido, i el hijo de Ines ha sido
entregado para que lo crie a una buena vecina.
CLXXXVIII.
Yo me he trasformado.
N o me oonozco.
Para evitar murmuraciones, !lo despecho de Ga.briela
i de Ines paso por su criado.
Visto como vestiria un oriado, i las sirvo como tal
cua.ndo hai jentes delante.
Cuando estamos solos, somos llna familia a quien
une la desgracia.
CLUXIX.
Me ha costado un inmenso trabajo el encontrar al
marques. .
Me he visto obligado a valorme de l!l 'pollcía ..
A fin he podido ir a verle a un vieJo. palacIO que
tien!! en el campo a media legua de l\lad1'1d. .
He ido i me ha recibido un frances, un hombreCillo
encarnado comg una. remolacha, que siempre se está
riendo con la risa de los píoaros solapados, i que me
declaró terminantemente que nO podia ver al marques.
Insistí en que a lo ménos se entregase al marques
una oarta. que Gabriela me habia. dado pll:ra él: .
Empezó el criado por negarse; pero mi sufrllnIento
se estinguió rápidamente, i exiji con tal firmeza., que
al fin la carta de Gabriela fué llevada al marques.
Poco despues el hombrecillo v?lv~ó.
-El ma.rques, me dijo, se ba irrItado sobre manera
solo al ver el sobre de la oarta: me la ha devuelto sin
abrirla, i me ha dicho: que digan ~ esa sei'i:0ra .que yo
no existo para ella i que esta es mI resolUGiOn Irrevocable;
que si se ha venido de allá formando sobr~ mi
proyectos, sean estos cuales fueren, que renuncie o.
ellos; que no se me incomode; que yo he. muerto para.
todos i especialmente para ella. Aquí tIene usted la.
oarta, nfiadió el oriado, tal cual me la ha entregado
usted; i que la he presentado al marques lo prueba la
oontestacion que el marques me ha dado.
En efecto, yo no podio. dudar .de que el marques ~abia
visto la carta por los tér~mos de la contestaClon
que me habia dndo el bornbrectllo.
Sali desesperado de la quinta.
Nuestros recursos se habian agotado.
J>a.rQ. el dia siguiente no teniamos pan.
635
tos pesos beneficiando un pasavante que tenia aquel
de lord C~(;hrane para que pudiese fugar a Chile, sino
que el mismo le llevó el dinero, ll! buscó .un buque
seguro i le acompañó hasta el muelle, disfrazados
ámbos Silva de marinero i L ópez Aldana de
oficial. EI'jeneral San Martin i su Ministro el señor
Álval'ez J ante escribieron a Lopez Aldnna en 20 de
febrero da 1819 pidiéndole noticias relativas a los l'e~
cursos con que contaba el virei del Perú, el número
. de sus fuerzas, su si tuacion i planes, sobre todo 10
cual el señor López Aldana los satisfizo sacando los
datos de su inforlDe de la misma Secretaría del vi·
r einato, con mil compromisos i riesgos, babiendo
obtenido de don Eduardo Carrasco en oquella ocasion
varios planos topográficos de la 'costa del P erú,
que r emiti6 al mismo jeneral i que le fueron de la
mayor importancia para el arreglo de sus operaciones.
Seria obra superior a los estrechos límites de estos
epuntes, el seguir uno a uno, ll)s pasos que el doctor
L ópez Aldana dió en favor de la independl'ncia ;
baste saber, que el jen61ral Son Martin com encido
dt'l patriotismo i decision de que se hallaba poseido,
lo nombró su ajente seoreto en Lima, autorizalldolo
para que bajo la garantía de su firma i en virtud del
docuruento que al efecto le remitió, pudiese abrir
crédito con los patriotas de la capital, para que por
falta de fondos no se paralizasen sus útiles tareas,
El doctor López Aldana en el corto espacio de pocos
días, en medio de los obstáculos de todo jénero que
difioultab30 i hacia n tan riesgoso el desempefio de
su comision, tuvo bastante habilidad pa ra reunir
catorce mil i mas pesos, sin que llegase a conocÍll,
liento de las autoridades españolas. Dicha suma se
invirtio en el ausilío i socorro de cuatro partidas numerosas
de oficiales i otras personas de importancia,
a quienes López Aldana i sus colaboradores don J oa~
quin Campino i otros, estimularon a pasarse de las
filas del Rei a las de la patria, en el de correos terrestres
i marítimos, que llevasen al jeneral San
Martin noticias esactas de la situacion de las
cosas, i en el fomento de útiles empresas a la
causa de la libertad, que si no todas tuvieron un éxi.
to ft'liz, no por eso son ménos dignas de figurar al
lado del pronuuciomiento del batallan" Numancia"
en favor de la causa americana, suceso en que el
doctor Lopez Aldana tuvo una parte mui activa e
importante. De la distribucion de estos fondos rindio
al jeneral San Martin una cuenta prol.ija i documen-tada,
cuando entro aquel jefe a Lima_ :
Los contínuos servicios que López Aldana haCIa
por la independencia del Perú, i principalmente la
trasformacion de la Nurnancia acordada con Heree
en la casa de López Aldana, despertaron contra ~l
la persecucion del Virei, quien a virtud de denunCia
hecha por el rejente Ansoátegui, le mandó procesar
como espia i ajente de San Martin. Por esta razon
tuvo que or.ultarse el 22 de diciembre de 1820, i ántes
de verificar su marcha de esta capital, en donde
no le era posible permanecer sin gran 'riesgo de su
vida, trató de buscar una persona a quien delegar la
cOmision que tenia del jeneral San Martin, i l~ hi~o
en don José Boqui, que ántes habia sido depOSItarIo
de los 14,000 pesos, dejando en poder de éste no solo
la suma que existia de dicha cantidad, sino los pode.
res del jeneral San Martin i su carta de crédito. Del
Ni me era posible encontrar recursos.
Yo no servia para. nada.
Para. nada. absoluta.mente mas que pa.ra. la. mar
para la guerra.
Es cierto que era fuerte, vigoroso, pero un trabajo
rnfimo no habria producido lo basta.nte para ateuder o.
la subsj¡¡teucia de Gabriela i de Ines.
CLC.
. Horribles tentaciones ennegrecidas por la desespera.-
cion se ajitaban en mi cabeza.
Cuando salí de la quinta del marques oscurecia.
A poco que anduve por el camino oscureció del todo.
N adie pasaba.
De repente sentl los pasos de un caballo.
Se acercaba,
De nuevo la tentacion envolvió mi alma.
Me representé a Gabriela, a la mujer a quien amaba.
con toda mi alma por el amor de .Margarita, a In es, a
su hijo, con hambre, con frio, reducidas a la mas espantosa
miseria.
1 el jinete se acercaba.
Llevé la mano al bolsillo de mi chaqueta, i la puse
trémula sobre el puño de mi puñal.
Entónces el jinete llegó a mi i me dió cortezmente
las buenas noohes.
Un momento despues, aquel hombre caia muerto tIel
caballo a tierra.
Habia saltado sobre el oJoballo, f mi puñal se habillo
hundido en su pecho.
Le ar1'llstré fuera del camino.
El caballo asombrado partió al galope.
Habia quedado completamente solo con el oauáver
palpitante aun entre un sembrado.
Rejistré a aquel infeliz, i enContré entre su faja un
bolsillo, i dentro del bolsillo diez onzas a juzgar por
el tacto i por el peso.
Arrojé el bolsillo, guard6 el dinero i partí a la oarrera
horrorizado de mi mismo.
Yo era asesino i ladron.
CLCr.
ID aquel dinero a Gabriela.
Pero conservé conmigo la carta.
-¿ Es esta la contestacion de ese hombre ? me dijo
pálida i temblorosa.
-Esa, Gabriela; esa i nada mas, la contesté.
-¿ Le ha visto usted ?
-~ o: me ha enviado su dinero con un criado.
(Continuará. >
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
60'36 LA ILUSTRACION.
~~====~===================
buen uso que Boqui hizo del referido documento, i
de los mas importantes servicios que pre to en aqueHa
época, el jsneral San Martin fué bien informado,
ya pOI' las cuentas que dicbo Boqui le rindió oportunamente,
o ya por otros documentos irrefm~ables.
En fines de diciembre del mismo año, López aldana
en union de una partida considerable de oficjale~,
.soldados i pai ~a nos, en número de cuarenta i tantos,
que fué la última que López Aldaua habilitó, emprendieron
su marcha para el ejército libertador,
.saliendo un poco ántes de anochecer, López Aldana
disfrazado de militar español con vigotcs que al efecto
se habia dejodo crecer, i así paso por las calles
mas públicas hasta la portada de Guadalupe, que
era el punto de reunion acordado. En esta vez, fué
cUlindo se pasaron a las banderas de su patria S. E.
el gran MarIScal Presidente dA la República, don
Agustin Gamarra, coronel entÓnces. i los oficiales
Velazco i Eléspuru, con varios soldados i clases de
.su rejimiento. Fueron tambien de la partida los señores
Urisar, Reloize, Flores, Valdizan i el jeneral
Salaverry) joven de 14 años. Emprendieron su marcha
por el camino de Cient'guilla, i por una casualidad
no fueron tomados por un dessacamento de cabullería
que al dia siguiente mandó en su persecu-
civn el Virei, Juego que supo la fuga del coronel
Gamarra i demas oficiales.
A los dos dias de viaje en que caminaron de dia i
de noche sin parar, se incorporo la partida de emigrados
con dos montoneras mandadas por los patriolas
Acuna i FrF'sco, i de este modo se formó una columna
de mas de 100 hombres que inmediatamente
llamaron por todas partes la atencion de los espafiotes,
de suerte que mandaron por diversos puntos v.aTios
destacamentos para perseguirla, como en efecto
la persiguieron tiroteándola pOI' muchos dias. Esta
peregrinacion duro trece hasta Retes, a rausa de los
muchos rodeos i contramarchas que tuvieron qLcreto del Congreso Constituyente de 7
de marzo de 1826.
Cuando el doctor López Aldnna regresó n Lima,
rpcibió el nombramiento de Voeal de la Silprema
Corte de Justi cia i desde aquella época hasta la renovacion
pfectuada en agosto de 1831,los pacificos cuanto
árduos i bonrosos cuidados de la judicatura, absorberon
todas ~us vijilias. Durante las convulsion~~
civiles del Perú, el doctor López Aldana pel'teneclO
siempl'e n la causa de la nacionalidad i las leyes, i
en los tenebrosos dias de la usuf'pacion estranjera
sufrió tambien como todos los buenos peruanos persecuciones,
humillaciones i quebrantos.
La carrera pública dE'l doctor López Aldana ofrece
ejemplos de ncrisolado patriotismo, de un valor cívico
a toda prueba, de una constancia i desinteres
poco comunes; de integridad i honradez, i no es
dudoso que cuando las pasiones contemporáneas
acaben de d¡s ipar~e, cuando no pesen sobre su tumba
ni los odios, ni las venganzas, de cuyos tiros por
desgracia ningun hombre público se halla libre, brillarán
sus virtudes en todo su esplendor. Miéntras
tanto, el sentimiento que la mayor parte de este
vecindario ha manife3tado con ocasion de su rouerte
ocurrida el 2 de junio del presente año, es una prueba
inpquivoca de que, si durante su vida tuvo algu.
nas veces que quejal'se de la ingratitud republicana,
sus servicios i méritos no se desconocen ni desatienden
por el voto nacional del Perú. Semejante consiaeracion
debe enjugar las Jagrimas de su familia a
quien con mil títulos gloriosos, lega un nombre sin
mancilla i una honrarla pobreza, de la que el Gobierno
Supremo, representante de la N aeíon, sabrá sin
duda aliviarla como lo exije la justicia.
REVISTA DE LA OIUDAD.
Bogotá, octubre 3 de 1870.
Al comenzar hoi nuestra revista, tenemos que
esclamar con el poeta:
"Sunt lacrtlnce rerum, et mentem mortalia tangunt."
Por qué esclamamos así? Porque ha muerto la
buena, la hermosa, la virtuosÍsima señora J OSE!!' A
RIZO DE OSORlo.
Quién era la. señora RIZO DE OSORro, lo dijo
ayer el inmenso concurso que la llevó al cementerio
i qué falta hará en nuestra ciudad, lo saben
i lo sabrán su esposo i su familia, la ciudad de
Bogotá; pero sobre todo, los pobres todos de
quienes fué aquella noble señora eterna protectora.
Que pida la señora de OSORIO bondad i misericordia
al Dios de las misericordias por la sociedad
que tanto la llora i que sus virtudes se imiten.
-La estimable señorita FRANCISCA OHEYNE
tambien ha muerto, cuando apénas empezaba ~
VlVlr. Acompañamos sinceramente a sus deudos
en el dolor que les ha causado pérdida tan irreparable.
-El respetable sacerdote señor doctor Mejía
sigue cn la Penitenciaría sindicado del delito de
estafa. Es posible? Sí señores; pero posible i
cierto que esté preso, mas no que el señor doctor
M ejía sea estofador. El señor doctor Mejía confesó
a un caballero en sus últimos momentos j este
caballero tenia una casa de manos muertas; el
doctor Mejía le exijió que hiciera una restitucion
a la iglesia, i el moribundo convino: tal es lo que
se nos ha asegurado ;-he aquí la estafa. i De qué
engaño, de qué artificio, de qué superchería, de
qué práctica supersticiosa u otro embuste usó el
señor doctor Mejía para sacar al moribundo dinero,
efectos o escrituras? De ninguno, a no ser
que tales se llamen las sentencias de San Pablo
sobre la restitucion i 108 cánones del Concilio de
Trento sobre la desamortizacion. Sabemos que el
señor doctor Mejía está sereno como todo el que
cumple oon su deber: que no ha querido dar fianza,
en lo cual ha hecho bien, porque no hai en su
alma ni la sombra de la delincuencia' i en fin
que toda la sociedad católica lo apoya' i lo aplau~
de. N o nos admiran estas persecuciones contra la
Iglesia i lo que deseamos es que la iglesia sea lo
que es o que no sea: ella si~mpre triunfará si
cumple las leyes de su Fundador.
- Nuestras tristes reclamaciones sobre la disolucion
del ejército de Oundinamarca no han tenido
resultado alguno: el ejército sigue devorándose
al ERtado, sin necesidad la mas leve. Se nos
asegur~ !:Iue se gastan p.or mes unos diez mil pe·
sos, a tlempo que las caJas están exhaustas i que
la miseria es jeneral. Instamos a la Asamblea
constituyente para que se ocupe de este asunto:
todos estamos interesados en él porque todos somos
contribuyentes;
-La administracion de justicia sigue en calma:
hemos. ~olicitado de.l seño; Gobel'Oador que haga
una. VliHta en el Trlbu?al ¡ en l.os Juzgados civiles
1 tampoco hemos Sido atendldos. En el pais
en que no se administra justicia no hai libertad
dijo el Libel'tlador. '
-Oontinúan las obras públicas: el puente de
Colon, que une la Huerta de Jaime con la carrera
del Perú, está concluido i se proyectan otr08 dos
sobre el mismo rio San Francisco: uno en el otro
estremo de la misma plaza i otro en medio del
cnmellon de 108 Oarneros i de 1¡\ calle de San
Juan de Dios. La carretera que debe venir por el
puente de Colon está igualmen te en obra. Cuánto
mejor seria quc las autoridades se ocuparan de
obras de esta clase i no de iniquidades iguales a
la prision del doctor Mejía !
Jj'elicitamos al señor Garai, alcalde del distrito,
por las obras públicas que ha acometido; pero las
carreteras en la ciudad, señor alcalde, las carre·
tenIs.
-El 1.° del presente se instaló el Liceo colombiano.
1.,a conculTencia, aunque escasa cstuvo lucida.
Asistieron el Ilustrísimo señor Ar~obispo i el
Presidente de la Union. Se aprobó el proyecto
de Oonstitucion que presentaron los señores Ancízar,
Gutiérrez de Alba i Ortiz, i en seguid'l se
hicieron los nombramientos de los empleados que
deben componer la comision de la mesa, resultando:
Presidente, el señor José María Gutiórrez de
Alba. I
Vice-presidente, el señor José J oaquin Ortiz.
Tesorero, el señor Gregorio Obregon.
Vice-tesorero, el señor Francisco J. Oaro.
Secretario, el señor Ricardo Sil va.
Vice-·seeretario, el señor Leopoldo Arias V.
El señor Gutiórrez ha logrado lo que d eseaba.
Un feliz éxito ha coronado sus esfuerzos. Ayudemos
todos i el viceo progresará.
A ÚLTIMA nORA.-Octubre 4.-Ha sido puesto
en libertad el señor doctor Fernando A. Mejía,
segun s~ no,> ha asegurado, sin condicion alguna.
Tal vez se convencerian sus perseguidores de la
sin razon con que procedian. La justicia siempre
triunfa.
-Una de nuestras suscritoras nos ha remitido
el siguiente artículo que insertamos con gUl!to :
El reverso de la medalla.
Señor Editor de La IlustraGÍon.
En El Bien Público se halla un aviso proponiendo
casamiento a las !;eñoras.
El aficionado puede i debe fotografiarse en el
mismo periódico que se enuncia para ver si nos
conviene aceptarlo en vez de andar a caza de marido
las llamadas.
Si esto se verifica, exijimos mui atentamente
que ademas de su posdata, no sea ni prusianogranadino,
ni colombiano, ni materialista.
Exhiba pruebas. B. i O.
Bogotá, 4 de octubre de 1870.
Píldoras de Cauvin-Las pildoras de CA UYIS
son purgantes, túnicas i depurativas i están compuestas
esclusivamente de sustancias vejetales. Su
eficada i el empleo fácil al cual se prestan las hacen
un mpdicamento fuera de línea i cuyas ventajas no
podian escapar a la observacion de los médicos; las
ordenan estas Píldoras con éxito 6n las enfermedades
agudas i cronicas del estómago, de los int"st¿llOs, del
hígado, del bazo; contra el asma, los catarros, las
afecciunes de los b1'ullquios i de los pulmones, la pituita,
los excesos de la bíUs, las enfermedades que
hact'n nacer las flemas, ptc. Los dolores de cabe=a,
las;'aquecas, aturdimientos, ceden al uso de estas
píldoras. Como ellas purifican los humores i dpstrllyen
la acritud de la sangre, producen Jos mejores
resultados en las ellfprmedarles de la piel; las escrófulas,
he1pes. comeZOll, etc. Ningun remedi" es mas
favorable para combatir la cOTlstipacion, esta causa
cierta de tantas enfermedades t'll las mujeres i la,;
personas sedentarias.
Las PILDOIl.A.S DE CA UVIN, que purgan sin fatigar
el estómago i ~in debilitar ningun órga-no, no exijpn
ni té, ni caldo, ni tisanR, ni réjimen, ni precallcion
preliminar,ni interrupcion de ninguna especie en lo:!
usos i trabajos de la vida habitual. Se puede plle~,
afirmar, que Alias constituyen el mas cómodo purgt\
Dte i el ajente mas propio para restablecer la armonía
en las funcionc~ vitales.
l\1oDo DE EMPLEAltLAS--Estas píldoras, que no
producen ordinariamente su dilcto sino al cabo de 5
a 6 horas, se toman a la hora mas convenientA para
cada persona; no obstante, es preferiule tormlTlll a
la hono de c,0mer en una cucharada de sopa, dc ligua
O de cualqlllera otra bebidR, pues rntónces se mt'7.clan
n los alilUE:'lltos i filCilitan su dijestion.
DÓSIS QUE SE DEn E TOMAR-Es dificil, se comprpnde
porqué, el precisa!' dA un modo cierto la
cantidad de píldoras que cada uno debe t"mar. CRda
persona determina esta cantidad s\'gun ~1I E'darl, por dia, es de I a 2
pnra los niños, llast~ In edau de 12 años; arriba de
esta pclAd, de 2 n 4, I tlt· 5 a 8 para Ins personas n)ui
difíciles de plll'gal', salvo disminuir la dósis en razon
de la accion que hayan producido.
LAS PILDORAS D~ ~AUVIN son, en el mayor número
de CI~S?~, preferlda$ a .Lodo> los otros purgantes;
su mento puede !'E'!'IHn\r8e en estas palllbras;
Resta.blecer o ma.ntener la salud.
HIPREN'l'A DI!: NICOL.AS rONTON 1 c.a
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 160", -:-, 1870. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687397/), el día 2025-07-16.
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La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 160