La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 115
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'PoIítica.-Literatura-N oticias-Filosofía-Relijion-Artes i oficios-Instruccion pública- Bibliografía,
Medicina-Variedades-Revista de la chldad--Revista de los Estados-De Europa i mercantil.
Se publicn. los mÚ;l'tes, miércoles, vi6rnes i sábados,
el mismo dia se lleva n. lQS casas de los suscritores de
la cu.pitnl i se remite a los de fuerl1. ;por los correos respcotivos.
Los lúncs i juéves se publicará si es necesario.
Valor del trimcstre, tres fuertes.
Valol' del semestre, cinco fuertes sesenta. ccntavos.
Valor del afio, diez fuertes.
Valor dcl número suelto, diez centavos.
rrRLMESTRE 111. AÑ O l.-Bogotá, 20 de julio de 1870.
LA ILUSTRAOION.
Hé aquí el aniversario de nuestra
gloriosa resurreccion! Esa fué la
trompeta del arcánjel, que retumba
en los antros ele la eternidad, llantando
a la vida a los que duermen el
sueño sin ensueños entre el sudario
de las tinieblas del olvido.
El 20 ele julio fué un reto. Reto
del derecho a la fuerza, de la vida a
la muerte.
La justicia inflamó al pueblo en el
nombre sagrado del Dios de los
ejércitos.
La libertad prometió a los hombres
el paraiso de todos sus encantos, levantando
el velo de los siglos futúros,
,i mostrándoles en los mas bellos ho'
rizontes, héroes, victorias i grandes
imperios; imperios que surjirán del
cáos, como el órden creador del universo.
Relámpago lejano de una tempestad
que viene en alas del viento que
s'acude las selvas azorando las aves i
las fieras.
Tempestad poderosa, grande como
un mundo, sublime como las cóleras
de Dios!
20 de julio ele 1810! Dia de tremendos
p-resajios: hosanna i dies i1'ce!
En esas nieblas del porvenir, qué
de pe:r:ipecias, qué de gTandes figuras!
La luchD, en todo su inmenso turbion:
cien estandartes rasgados por el huracan
de las batallas; héroes sin
cuento, perdiéndose para siempre
entre ese infierno de fuego, de polvo,
ele humo i de sangre de los combates.
Esos eran los hijos de las multitudes,
verdaderos mártires que solo Dios
conoce; cuyos nombres nadie supo
nq uí jamas! Otros 1'1 ndieron su viela
en los patíbulos; otros sucumbieron
a la cabeza de las m.uchedumbres;
pero dejaron una memoria, un nombre
laureado; mártires de 1:1 patria,
que la patria llora al recordar, consagrándoles
una pájina de oro en la
historia de la. epopeya de su gloria.
Pero esos otros ...... nadie los co-noce
ya! Sus huérfanos fueron ..... .
"Íctill1as lel de~amparo; caminaron
al sepulcro en los brazos tle] infortunio,
q uizt1. en los del crímen ! 1">e1'o
la pntrin. es libre por esos héroes que
ella. no conoció, qUE' ell[\, no recuerda,
que ella no llora ......... ~ob1'cS hijos
del pueblo! Yo otros SOIS mas que
los mártires de la patria: los mártires
llel Dios que guía. a las jel1C'rn,
f,!iones.:""
Esas horas de la emancipacion de I
las Naciones, son horas providenciales;
horas tllemendas, inexorables
como el destiné). El deJo de Dios 1as
marca i los siglos las oyen azoTados.
Es entónces que se aparecen esos
hombres inadivinables: Tell, Washington
i Bolívar. Esos jenios que se
encarnan aquí de otra rejion que los
hombres no han contemplado jamas.
1 el mundo los ve i los admira i los
obedeúe como por una fascinacion
irresistible, divina. Ellos son mas que
hombres. Arcánjeles en la forma humana.
Por eso hacer. prodijios, milagros,
destellos del poder del Inefable.
El 20 ele julio hemos partido de
'una playa de cautiverio, hácia las encantadoras
rejiones de la patria del
alma-LA LIBERTAD!
La libertad, que tiene sus fiebres i
sus é:,~asis, sus delirios i sus proféticas
VISIOnes.
Diosa de la luz i de las tinieblas, de
las borrascas i de los panoramas ideales;
que cumple las leyes de Dios nI
traves ele un cataclismo incomprensible,
como todos los juicios del que es
dueño elel infinito.
20 DE JULIO DE 1810! Yo te saludo!
Nadie te conoce aún, porque túguardas
todavía en tu seno los fecundos
misterios de la Hbertad.
Pero los siglos vienen detras de tu
aurora sagrac1a.~ . ... Vienen radiantes
de 1 HZ, cargados ue perfumes, de fuerza,
de vida i de gloria inmortal.
Entónces viviremos en nuestros
hijos; i esas jeneraciones que habremos
creado, eí uc1adanos de imperios
poderosos, bendecirán nuestra memoria
i elevarán hácia Dios un him-no
el1 tu nombre ! ~1. ~I. ~1.
---........- --
'Un héroe.
Con el presente número recibirán los lectores
de La Iluslraciun el retrato de PEDRO
GUTIÉnREz LEE. uno de los hijos mas ilustres
del Estado de Cundinamarca i uno de los
ciudadanos cuya muerte ha dejado mas honda
huella en el corazon de su patria. Sin
pretender por nuestra. parte hacer lo CJue
pudiera llamarse una b~o~raf/a, varno~ a tratar
de refrescar en el aOlmo de nue tros lec·
tores alcrunos de los rasgos Illas característi.
cos de ;quella t'1impálica figura. Iloi despues
de nueve años de muerto, con templado friamen
te i juzaauo con toda imparcialidad.
GUTr-k:RREZ L~E se nos presentn tal Como lo
vimos morir: digno de .er ofrecido como
ejemplo al patriotismo futuro,.i nu.nea ba
tantemente llorado por liS amIgos I contem-poráneos.
. . .
i no es nue Iro anl1l10 hacer su blO!!ra·
[la, lo e;: mucho ménos hacer su apoteós¡".
Queden pum las mediocrida(les de mérito
dudoso e"a exajeracillnes con que la adorna
la inju.ticia, presentándolas como dechados
Se publican remitidos i llIVisos, o. un preoio sumamente
módico, que se arreglaTií. con los editores. Todo
lo de interes jeneral se inserta grátis.
Los editores, NICOLAS PONTON 1 C~
NUMERO 115.
de todas las perfecciones i esentas de todo
defecto: vestiduras ridículas de calificativos
rimbombantes que léjos de embellecer afean
el rostro al cual CJuieren servir de pasaporte.
GUTI:ÉftREZ LEE que ocupó puestos elevados
en la carrer~ pública i que supo hacerse
acreedor en alto grado a la estimacioll i al
respeto de sus conciudadanos, no pertenecia
a ninguna de esas familias privilejiadas por
la 'fortuna o ilustradas por miembros esclarecidos
que consiguen al fin dar gloria ilustre
a su nombre. Lo que él hubiera de ser, lo
que hubiera de valer, tenia que debérselo a sí
propio; i es seguro que si una bala no hubiera
roto el hilo de su preciosa existencia lo
habriamos visto llegar a la primera majistratura,
como lo vimos partir de un nacimiento hamilde.
I así como no tenia en su apoyo el prestijio
del nombre, ni las facilidades que dan
las riquezas, tampoco podia deslumbrar a nadie
con el brillo de su talento, ni con su vas·
ta erudicion. Pero si no tenia estas últimas
cualidades, tenia el mas raro de los talentos,
ese juicio recto tan difícil de encontrar, que
solo 'por ironía llamamos sentido comun, i
que a él le servia no solo para apreciar a los
hombres i las cosas, sino para juzgarse a si
mismo, para medir sus fuerzas i para aplicarlas
siempre con provecho al servicio de su
patria.
A ese buen sentido que lo distinguia en
todas las situaciones de su vida unia otras
tres cualidades no ménos raras i que el carácter
de nuestra raza romanesca i caballerosa
aprecia infinit~mente: era honrado hasta
la escrupulosidad, patriota hasta la exajeracion,
i desprendido i jeneroso hasta la prod igalidad.
Inútil seria agregar que su valor
rayaba en temerario, tanto porque ese es un
mérito con el cual estamos familiarizados en
Colombia, como porque como valiente 106
principales rasgos de su vida sen triviales en
nuestro pueblo, i todos saben que a su arrojo
temerario debió la patria la incomparable
pérdida que en él hizo. La naturaleza por su
parte lo dotó con una fisonomía animada,
entusiasta i.simpática, i con el carácter ené!'jico.
franco i jovial que se traslucia a primera
vista por debajo de sus modales naturalmente
finos.
Era pues imposible que tantas cualidades
raras, reunidas en el mismo hombre, no lo
elevaran a un rang0 eminente i no le captaran
simpatías aun entre sus mismos adversa·
rios. A. Í fué que comenzó su carrera sirviendo
un oscuro puesto militar, el afio de 1 40,
i la terminó en 18G1 siendo gobernador del
primer Estado de la Confederacion Granadina
i jefe de la plimera divi!>ion del ejército
de la República. Veinte años le ba-t ron para
poner en ejercicio eS8H brillante prendas
personales i hace roe con ella una reputacion
como militar. como rnaji trado. corno padre
de familia, como amigo. E l oficia 1 valiente
i arrojado de 1 10 llevaba. en su rostro lacicatrices
de Te cu i su nornbre unido a lo'
recuerdo' de Huilcluipamba j ¿·\.ratoea. El
primer gobernador popular de J::¡ provinei
de B 'gota habla dejado escrito _u non b/
con letra;; de oro on la brillan e cnmpniw
que lrajerun I I el>taurae lOfl del urden con -
t¡tucional en 1 54. I.l maji trajo i el guerreo
.0 de 1 G 1, conyertiJo en ¡dolo de us compañeros
i _uualterno •. héroe \'erd derall)cnt
popular,lejílirno represe .(::lnte de confi n-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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za públic3r bajó al sepulcro entre raudales
de lágrimas dejando a su patria presa de la
miseria i de la anarquía, a su patria que des·
pues de 9 años aun lo llora huérfana i viuda i
siente en su corazon el golpe que la priyó de
tan bella vida.
La temprana muerte de GUTIÉRREZ LEE fué
particularmente para el Estado de Cundina·
l'I1arca una desgracia espantosa. Pasarán los
años i los años, i es bien difícil que se en·
cuentre el que pueda reemplazarlo con
ventajas. Que se encuentre otro que como
él tenga ese conocimiento esacto de tas lo'
calidades i de los hombres que tantas facilí
dades le daban para gobernar con acierto.
IJo raro para él era encontrar en Cundina·
marca una cara o un nombre desconocidos.
De la mayor parte de las jentes podia decir
quiénes eran, en dónde i cómo vivian, i para
qué servian. Se necesítaba haber gobernado
siquiera una parroquia para estimar debida.
mente el precio de esa cualidad en el Jefe
del Gobierno. El que estas líneas traza, lo
vió muchas veces recorrer aquellas largas
filas del ejército de la Confederacion, ago·
tando su bolsa i repartiendo cariños, conse·
jos, o reconvenciones entre millares de compañeros
de armas a quienes llamaba por su
nombre i de quienes hubiera podido escribir
vida i milagros. 1 lo mas raro no es que todos
lo conocieran lo mismo, sino que todos lo
quisieran con tanto entusiasmo i con tanta
fe que en el ejército se disputaba con calor
el honor de pertenecer a los cuerpos que estaban
a sus órdenes inmediatas. Por donde
pasaba, restablecia la confianza i producia
entusiasmo. Las madres le entregaban con
gusto sus hijos para que los llevara a iniciarlos
en el camino del honor i del deber.
Durante la época mas cruda de la revolu·
cion, su nombre era el talisman en que todos
los buenl)s patriotas fincaban las mas halagüeñas
esperanzas de paz i de libertad. Por
eso la sola noticia de que estaba herido pro·
dujo el desconcierto i la duda en los espíritus
mas fuertes; por eso su muerte fué 110-
rad~ con lágrimas de dolor i de desesperaclOn.
La práctica del Gobierno habia suplido
en él la falta de estudios elevados. Habia
logrado formarse un tacto fino i seguro que
garantizaba el acierto en la. solucion de las
mas difíciles cuestiones. Pero su desconfianza
de sí propio, su humildad eran en él
EL BÁLSA~10 DE LAS PENAS.
(CONTINUACIOX. )
-':p~~ar de los celos que devorabn. en silencio, esta
posl.~Jhd~(l ~ruel, no se habia presentado jamas o. su
Imo.JmaClOn ...... .
--Pel·o! Dios mio 1 esclamó de pronto, si no hubiese
callado, SI no me hubiese ido, tal vez hubiera sido yo ...
¡Yo su esposo, Dios mioL . .... No, no! Tiene razon
Nicolas: mi espíritu es demasiado pequeño para abar-car
tanta dichll ! ..... .
1 se cubri6 el rostro con las manos i prorrumpi6 cn
sollozos ..... .
De repente oyó pinfar los caballos en el patio.
Claudio se abalanzó a la Yentana.
Habia tres, i el uno era el de Jenovevo..
-Va 11 salir, pens6, tal vez ya a salir con él l. .....
En efecto, J enoveva bajaba en aquel instante por lo.
esculera, apoyada en el brazo de icolas.
Estaba encantadora con su troje dc amazona.
Claudio stlcudi6 los barrotes de la ventana como si
qui~iera romperlos, i un grito BalY;lje se escap6 de sus
labIOS amoratados.
Jenovcva levant6 rápidamente la cabeza i le hizo un
frio saludo.
. Lue,?o se puso a. hablar con Nicolas, el cual tenia un
lure triunfante i parecia mui dichoso.
~bos montaron a caballo, i se lanzaron al galope,
segUldos de un criado.
Ent6nees Claudio dej6 cael' los brazos a 10 largo de
su c~erI?O, exhaló un suspiro, i yolvi6 lentamente 11. su
eSel'ltorlO. Apoy6 los codos sobre 10. mesa, cl rostro
sobre s,!s manos cl'llzndns, i durnnte mucho tiempo,
sus lágrimas cayeron hilo a hilo sobre el papel que
tenia delante.
-¡ Haz que sean felices, Dios mio, murmur6 por fin;
haz que sean mui felices 1. ... . .
~~s6se nlgun tiempo siD que Cloudio hubiese podido
ndlvmar en noda la vengonza de 1" selIora, cuyo ultimotum,
es inútil decir que dej6 sin contebtacion.
Parecio, por el contrario, que no debia lemer yn su
resentimiento, o juzgor por un hecho que IIcnbalH\ de
tener lugnr.
Hacia algunos di as que se le habia presentado un
jóven, invocnndo su apoyo para entrar en la casa con
~ualquier tHu;o, porque, segun decia, se hnllaba en
LA ILUSTRACION.
verdaderas virtudes, i mostraba la mayor
solicitud en escuchar las opiniones de las
jentes que estimaba i a l.as cuales pedia consejo.
No como de ordinario lo pedimos todos
para ver qué nos dicen, srno con ánimo i
voluntad de seguirlo i acatarlo. En los negocios
graves era tardío para formarse una
opinion propia i ~ornar una resolucion : ántes
pensaba, estudiaba, meditaba, consultaba ~
pero una vez tomada era incontrastable en
la firmeza, i rápido en la ejecucion. Llegado
el caso de obrar, para. él no habia tiempo ní
distancia, todas las horas eran útiles para
el trabajo, para la fatiga; i si el de!>pacho de
los negocios requeria todo su tiempo, se lo
consagraba con gusto pues era infatigable i
no conocia fa pereza.
Como Jefe de la admÍnistracion pública,
ha sido tal vez el primero que ha creido que
su deber no era solo estarse firmando Dotas
en su oficina, así era que a todas horas se
le encontraba recorriendo las subalternas,
viendo cómo llenaban sus funciones los de·
mas, examinando escuelas, visitando cárceles
i hospitales, informándose de cuanto
podia necesitar la accion de la autoridad i
llevándola hasta los últimos estremos a donde
fuera necesaria. El sabia a punto fijo có·
010 se administraban las rentas púlJlicas, có·
mo se invertia el último centavn, en qué
estado se encontraban los edificios públicos.
qué camino necesitaba una reparacion o una
mejora. Sucedió muchas veces qne la policía
fuese ineficaz para desenredar los hilos de
hechos criminosos que alarmaban a la socie'
dad, i él con su vijilancia constante i sus innumerables
relaciones suplia cuanto se escapaba
de las autoridades inferiores. No haí
exajeracion ninguna en decir que gobernaba
supliendo en cuanto era posible los defectos
de nuestra incipiente i defectuosa organiza.
cion administrativa.
En su vida. privada fué siempre fino i afectuoso,
consecuente en la amistad, laborioso,
honrado, modesto i excelente padre de fami·
lias. Dejó una digna de su nombre i que hace
honor a. su memoria.
Esa gran vorájine que se llamó la revoln·
cion de 1860, que se tragó tantas vidas, tantas
haciendas, tanta honra i moralidad, cuenta
entre una de sus principales víctimas a
PEDRO GUTIÉRREZ LEE,víctima ofrecida en el
altar de ese mónstruo llamado la guerra ci·
vil que jamas se sacia de lágrimas ni de sangre.
lo. mayor miseria, i tenia. que sostener a su mndre ancianll.
i nchncosll..
Clnudio, siguiendo el impulso de su coraaon, se lo
reeomend6 calorosamente a su princival, i este le respondi6
con bondad, d{~ndole golpecitos en In espalda..
-Que venga., que venga, i tomúdlo por escribiente!
Cándiua me ha dicho que trabnjais demúsiado, i tiene
razono
-Si ser(~ mejor esa mujer de lo que yo pensaba?
dijo Claudio para sí.
Quince dias hllcin ya que lenio. un compañero, cuando
unn mnflano. entr6 Gámbarll, snludándole con su
risita ir6nicn ncostumbrada.
- 010, le dijo, pensaba que habia un e eribiente!
-Ayer me pidió permi o para 1'etirarse temprano,
porque su mndre estobll. peor, i hoi no h¡. veniuo tOUIl.-
vln ..... .
Peruonud ...... voi a mllndar saber ue él ahortl mismo.
1 Claudio con este pretesto, le volyió la espaldn i se
diriji6 a 10. ventann.
Ca ualmente pasoba por nilí un criado, al cual di6
su 6rden; pero queriendo obligor a Gámbarl\ o. que se
fuese, finji6 haberse distraido mirondo algunn oosa.
-Eh! dijo Gámbara SIlOuui6ndole del brazo, los
poetns no saben mas que mirar al cíelo. Yengo a negocios.
-Qué se os ofrece ? replic6 Claudio volviénuos('.
-Vengo a cobrar estn letra de nueve mil re"lt's.
Claudio sac6 la llave ue la cnjll fuerte, qne llevaba
siempre encima, i nbri6 ...... pero i cuál fu6 su terror,
cuú.l fuá su sorpresa al echar de ménos un poquete de
billetes de banco, que habin. puesto en ella lo víspera!
Quedó inmóvil, con los ojos hoscos, con los cobellos
el·izados.
-Estoi cierto, estoi cierto! murmur6, por fin con
voz sordo.
Luego rt'jistr6 convulsivornente EUS bolsillos, corrió
a rejislrar los cojontls del escl'Ítorio, yolvi6 o. hundir
sus monos en la cujo, como un insensato, i luego escla.ru6
con :1oento desgnrrador:
-Rohndo ! ...•.. Me hun robndo !
-Eh! eh! dijo Gñmbul'I\ que le bobia yisto hacer
todo aquello con fria cnlma; está yiolentndn la eerra·
duru?
- o!
.....Pues c6mo quereis ocrcdilnrlo?
Claudio no lo oio.: cerr6 mnquinolmento In coja i
eeb6 a correr. Atravesó el patio, subi6 lo. escalel·a,
cruz6 por todas las habitaciones, i no se detu.o hasta
Los entónces revolucionarios celebraron en
esa muerte la posibilidad de un triunfo que
él solo retardó por mucho tiempo: los partidarios
de la lejitimidad i del órden constitu·
cional la lloraron como una calamidad irreparable,
como el principio de esa série de
infortunios que aún mantienen en completa
postracion a la República. Si un baño de
lágrimas hubiera bastado a resucitarlo las
que se derramaron por él, solo el dia de su
entierro, habrian levantado del sepulcro
su cadáver lleno de fuerza i de vida.
Guerrero intrépido, majistraoo justiciero,
proho ci'udadano, cristiano, amable í benévolo,
GUTIÉnREz LEE bajó a la tumba
entre los sollozos de un pueblo entero i las
preces de la iglesia por el descanso eterno
de su alma. Murió en la mitad de su·
brillante carrera jóven i entusiasta, lleno de
esperanzas i de ilusiones, con la tranquilidad
que da la conciencia del severo cumplimiento
del deber en todas ocasiones. Sus restos
mortales reposan en el cementerio de esta
ciuda€!; su alma en el cielo. Su memoria
vive fresca en el coraaon de sus amigos.
Bogotá, 20 de julio de 1870.
GÁRLOS HOLGUIN.
.o •
Bai que ser justos.
La justicia es un deber. Quien lo desconozca
no es hombre.
Es por esto que insertamos el trozo que'
sigue, i que tomamos de un periódico de
Antioquia.
El señor Víctor Górnez, objeto de esa publicacion,
nos fué conocido en esos dias sin
luz ~ara la patria, que tantas !ágrimas i sangre
J atraso moral nos han legado. Era en
1840. El señor Gómez, et señor Sebastian
Amador i otros caballeros tan simpáticos como
él, llegaron a Nare en diciembre de
aquel año, a tiempo que nosotros huiamos
hácia Honda de la ola revolucionaria, contra
la cual íbamos a estrellarnos. El desOTaciado
Vezga se habia pronunciado en lao ca-...
pital de Mariquita.
El señor Gómez i sus honorables compañeros,
estaban en vía para la Costa, bajo la
cu todia de un peloton de soldados de la revolucion
de Antioquia. Nosotros que militáuamos
en las mismas filas que los perseguidos,
nos consolábamos mútuamente en los
pocos momen tos que duramos juntos. Ellos
llegar al comedor, en donue la familia de )Ienuoza
eSlabo. almorzondo.
Al ver u palidez lívida, su aire eSlraviado, Jenove.
a i Nicolas se abalanzaron hácill él.
--Robado! Me han robado! gritó Claudio con desesperacion.
-Robudo! Cómo! Quién? esclamaron todos.
-Lo. cerrndura no está. forzada! dijo Gámbaro. qU&
venia del ras de él.
-Siempre 10 he dicho! .ocifer6 Cándida; j hacertal
confianza de un mequetrefe cnalquiera!
--Vamos, vamos, dijo Eujenio, calma señores, calma!
Examinemos los hechos i luego raoiocinaremos.
-Pero qué es lo que falta? C6mo ha siuo ? esclamó
Mcndoza..
-Bajemos, bajemos! repnso Eujenio arrastranuo
Irns sí a CI:mdio; tal Tez es una obsecacion del momento.
Todos le siguieron.
Pero por desgracia no era obsecncion.
En la coja falla ban tres mil duros.
-Habeis dejado la llllve! pregunt6 Menuozo. enfu-recido.
-~o! responui6 Claudio.
-lIabeis visto entrar a. alguno?
-~o!
-'" ospechais de lilguien ! So pechais del escribiente!
-No!
-Busquemos, busquemos, interrumpió Eujenio. La
preoipilacion de nado. sin·e. • Dónde estll. la llave ue
vuestro cajon, Cllludio, tnl vez hayais gual'dndo alll
los billetes.
-La llaye! balbuceó Claudio completamente atur-dido,
no sé, la teni ... ahora mismo ...... Ahora acabo de
abrir! ...... Qué he hecho de ellll, Dios mio!
-. o importa, uijo Eujenio, i con la. ayuda ue un
cuchillo hizo saltar la cerro dura.
-Pero quién puede haber siuo el ladron! gritó
l\Iendozl\.
-Quién ha de ser sino él, murmur6 Cándida por lobajo.
Aoaso se compran trojes de seda pn.ra 8U hermnna,
sillerla buena, i oauenas de oro oon diez mil
reales I
-Señora! gt-it6 Kioolos abalanzándose a ella.
-Cnlmaos, por Dios! uijo Jenoyeva cojiéndole uel
brazo.
-Pues Cándido. tiene rnzon! repuso Mendoza de.
j(muose anebatar por lo. c6lera, en el dia no se haoen
milagros.
-Oh! grit6 ioolas retorciéndose las manos con
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
lograron conmover a su conductor i esca¡)aron
de la persecucion C]ue los maltrataba.
Nosotros seguimos nuestra vía, para ser testigos
de tri!Stes escenas de lucha i de azares
en la vieja ciudad de don Leon Armero,
aquel gran patriota de nuestros tiempos homéricos.
Desde entónces recordamos siempre con
simpatía, aquel encuentro casual que jamas
_ e ha borrado de nuestra memoria. Hoi,
insertando algo en honor del distinguido anlioqueñtl
don Víctor Gómez, bendt::cimos a
la Providencia, que al cabo de 30 años, nos
)0 deja contemplar aun tan digno i honorahle,
corno el dia en que tuvimos la dicha de
estrech,1J' su noble mano, empleada siempre
en la bellísima tarea de hacer el bien de la
patria. M. M. M.
Aparecen en la soci~dad, luchando con la fo rtuna
i el destino, ciertos hombres a qu ienes uno
cree encargados de sostener el equilibrio que dehe
exi5til' en el universo para que éste no bambo.
lee, CI jido de oblícuo por una de esas tormentas
populares que se forman en su seno, provocadas
a veces por indh.iduos que quieren vivir del pillaje,
i para quienes el llanto, la desolacion i el in'
fortunio de sus semE'jantes son una music!l celestial.
Son aquellos los sacel'dotes, los médicos, los
abogados, Jos políticos, los filósofos, los poetas
i los institutores: pléyade brillante cuyo vívido
fLllgor es la a ntorcha que conduce por el sendero
de la civilizacion i de la felicidad a los que sufren
del alma i del cuerpo, i a los que yacen sumidos
en el abandono i en la ignorancia. !
Cuál de tndos los astl'os que componen esa
pléyade merece mas respeto, mas consideracio·
nes, mas deferencia 1 Nosotros no somos capa·
ces de esplicarlo.
Quién, a la verdad, puede decj¡· que el sacerdote
que en el lecho de muerte de un agonizante
le dá su ultima bendicion i le abre las puertas de
la eternidad i lo conduce tal vez al cielo, es mas
suhlime i cumple un deber mas sagrado que el
médico que al borde de ase mismo lecho, con su
última pocion arranca a ese mol'ibundo de los
hrazos de la muerte i lo devuelve a su familia
desolad'!, que ya entreveia: en lontananza su mi.
seria, su abandono, quizá su de~honor ?
Quién puede decir que el abogado que, revolviendo
empolvados pMgaminos,leyelldo documen·
tos ilejibles casi, compajinando lE'yes. decretos i
sentencias, saca de una choza miserable a una
viuda que agonizaba dp- hamhre con sus hijos
porque un depositario infiel, un quebrado fi'audulento
la habi In arrojado en el infortunio i la pone
.1esesperaeion. oir esto i callar ...... i Defi6ndete, Claudia,
defiéndete por Dios! ...... l\Iim que no tenemos
mas patrimonio que el honor de nuestro padre .....
-Uo papel! Eojenio ha encontrado un papel! esclam6
Gámbarn.
En efecto, Eujenio habia encontrado en el cojon un
papel roto en tres pedazos i arrollado. En su aflln de
busenr indicios, que salvasen a su amigo, habia unido
os pednzos i cuando quiso ocultarlos yo. ero. tarue.
Gíimbnra se los arrebató, i en medio del angustioso
~i1cllcio de cunntos le rodeaban, ley6 con voz pausada
('~tas palabras acuso.doras, escritas en uno de loa fraomentas
~
"Podeis dar el grito de alarma: cuan n
el ~a!on. cn donde 'e celebrab aquel imponcnte llelO,
que de1)ie~ senil' de tnnto c511mulo lajuventu aplioada,
459
atleta incansable de la educacion entre nosotros.
Tal homenaje, aunque tardío, nos ha llenado
de positivo gozo, pues som s amigos del señor
Gómez i nos creemos obligados a felicitarlo por
e!!o.
Pero si no dp.iamoa de estrañar al propio tiempo,
que el hombre que en la ca \le puede decirle
al primero que se encuentre: " Usted ha sido mi
discípulo; Ir que ofreció en"eña r gratuitamente en
los c()lejios de Itagüi i. de Enviaado, i estuvo dando
en este ú.ltimo pueblo lec~iones por mas de
dos años todos los domingos ha ta que el colejio.
terminó; que hizo igual ofrecimiento a los artesanoS
de esta ciudad j que tuvo reunidas en su
casa muchas veces n las señoritas mas caracteIÍzadas
de esta capital, enseñándolell español,
jeogl'afía i aritmética, sin ninguna remuneracion;
que casi ~iempre en todos los certámenes públicos
ha obsequiado a algunos de los alumnos con
obras elementales i de literatura para estimularlos
nI estudio; que deli ra porque la juventud se
eduque i se civilice i que ha enseñado a leer i es,
cribir hasta a algunos sirvientes de su casa; 110
dejamos de estl'añar, decimos, que d hombre que
ha ejecutado i desea ejecutar todo eso, no haya
poatao hacer8e acreedor a algo mas que a una8 pocas
línea8 en un periódico ! !
El señor Gómez, ciudadano de intachable
moralidad, de conocimientos esactos sobre las
malerias a cllya enseñanza se ha dedicado, si
merece tanto como muchos otros que se le con·
fíen en el Colejio del Estado dos o mas cátedras,
pue.s ~stamos seguros que las desempeñará con.
lUCImIento, como hasta ahora está haciéndolo con
una.
Sí merece que se le considere un poco mas i
se le coloque en el puesto a que lo han hecho
acree.do~ tantos años de enseñanza gratuita, de
ofi'eclnllentos i de obseqnios, i tantos años de
una vida pública i privada irreprensible.
S1 merece que todas las familias de los jóvenes
a quienes ha educado i tratado de educar sin
remuneracion alguna, recuerden oon respeto i
gratitud su nombre.
Sí merece que, cuando él deje de existir, i su
fami!ia. se hallare en abandono por alguna desgracIa
Illesperada, no olviden sus servicios i recompensen
en aquella el desinteres i la honradez
dol padre.
Si esto llegare a Euceder, nosotros que dudamos
tanto flue "La Gratitud." esa diosa de
sonrisa anjolical i alma divina, haya posado bien
su planta en esta lodazal que llaman mundo, renunciaremos
a esa duda i bendeoiremos a la diosa
por su sorprendente aparicion!
He aquí cuanto deseábamos decir con respecto
a nuestro amigo el señor GÓmez.
En el testero de lo. sala estaba el grave presidente,
sentado a una mesa, cubiert:!. con un tapete verde, i Q,
~l\S dos lados los eminentes artistas que componian cl
Jurado.
Un poco mas abajo, i a la izquierda, los secret rios
que tomaban acta de la sesion, i a la derecha los
alumnos.
A los.piés ele la sala se ajitaba el páblico, que en
aquel dIo. lo formaban los pel'souajes mas distinguidos
de In. corte, los cuales examinaban los cuadros, i por
un natural esplritu de jactancia, se apresuraban· a dar
su voto, ántes de que lo pronunciasen los jueces competentes.
-!oIira aquel ánjel caido, dijo un jóven seilalando &
su compañero un gl'an cuadro de tinlas sombrlas, pero
que espresaban admiraQlemento la desesperacion de
Lu~bel, al verse arrojado de los cielos. Yo uada entiendo
dc pinturns, pero P?r la sensacion que me causa,
me parece que es el mejor que se ha prel!entndo.
--1 te parece bien, porque ese cuadro revelo. un
gran jenio I ojalá que Ir. p rcialidad i la injWlticia no
hag~n 'lue sea un jenio perdido para nuestrll patri :
-Quién será el aulor!
-Aquel jovencillo que eslG. aUl, llijo un cn.ballero
que se hallab cerc de los sacrifi<>ios
sirva como premio a la chicana i al fraude.
CUNDINAMARQ.UESES: Al hacer uso del último
i sagrado dereoho de los pueblos, debeis colocaros
a la aHura de la causa que os poue las armas en
la mano. Sed hoi mas que nunca respetuosoa del
derecho ajcno, puesto que peleais por 01 vuebtro ;
mostraos valerosos i leales adalides en defensa de
vuestra soberanía aniquilada. Haced esto i nada
tendreis que temer de parte del Gobierno jenera\.
Su vecindad, léjos-de dañaros, os aprovecha; él
ha sido testigo presencial de los alevosos ataques
que se os han hecho, i ejercido cemo está, por
majistrados justioieros i republicanos de corazon,
os veré, con gusto ejercitar un derecho que os garantizan
las leyes de Colombia, i que es en sí el
mejor garante de la libertad da los pueblos, cuando
ésta es atacada por mandatarios infieles o
a ven tureros audaccs.
Quc el Gobierno jeneraI, a su turno, nada te·
ma de la revolucion. Los que tienen tan arraigada
la conciencia del deber, que esponen sus vidus en
defcnsa de sus derechos, no pueden ir a atacar ni
siquie¡'a a entrabar el ejercicio de lejítimas facultades.
Por el contrario, sepa el Gobierno de la
Union que, en los que hoi se arman para rejenerar
el Estado, encontrará siempre ciudadanos
respetuosos a las instituciones federales i soldados
resueltos a darle el mas eficaz apoyo.
'CO::WJUDADANOS TODOS: No es de temerse q1:!e
la causa del de LIma, sabemos
que el Ministerio ha sufrido algunas alteraciones.
El señor Dorado renunció la (artera dc
Relaciones Exteriorcs, i el senor Paz Soldan la
de Justicia e Instruccion pública. El prim ero fué
reemplazado por el señor Loaisa, que deBemI:e~t>
el :Ministerio de Hacienda durante lól AdmlDlstrncion
Pezet i i el segundo por el señor Araui-bar,
abogado de gran reputacion. __
-Hace pocos dias que hubo en la PC?ltenCl3'
ría de aquella capital, un motin que OCaSIOnó f?r.
mal combate entre un piquete de la fuerza pubhc&
i los reos que allí sufren su condeua. En él murieron
dos penitenciados, -siendo uno de ellos el
promotor del motin.
-Por ahora. las empresas que mas favor .alcanzan
en la capital del Perú, son la construcclon de
una nueva casa de Gobierno i la del muclle en el
Callao i aquella bajo la direocion del arquitect~
Zoellcs, i éste a cargo de la casa Templeman 1
Bergman.
ANUi\lOIOS.
20 DE JULIO.
I?UJgGJ
Citación recomendada (normas APA)
"La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 115", -:-, 1870. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687352/), el día 2025-06-08.
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