LA MUJER ·
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Directores: B.J:J" y PAB.
SERIE IV } Bogota, Agosto 22 de 1896. { NUM. 63
DEMANDA QUE ENALTECE
Llenos del más noble orgullo y
de distingu~do honor, cedemos hoy
las colun1nas de nuestro editorial
para ocuparlas con la publicación
de la cristiana solicitud que varias
señoras y señoritas del Hato, en el
Departamento del Tolima1 elevan
á Su MaJestad la Rejna regente
de España en favor de nuestros
desgraciados hermanos de Cuba,
y la cual nos ha sido remitida para
darle el curso conveniente.
Nada que hable más alto en
favor de nuestro bello sexo y que
sirva de mejor ejemplo al espíritu
decaído en que se encuentran al
presente la ·mayor parte de las
capas socialer;.
Hoy, que el Fe .. yo ferncnino
tiende á vencer las preocupaciones
que le han limitado ea su acción,
y cuando todos los pueblos civilizados
del mundo no piensan sino
en la paz y el progreso, la mujer
americana, con su corazón caritativo,
levanta también su voz para.
hacer que se cumplan en todas
partes las leyes de moral y de j usticia.
que enseñó el divino ~laestro
y para. protestar al mismo tiempo)
con digna energía, contra todos los
abusos que tienden á debilitar ó
destruir esos .sagrados principios.
Es muy posible que por el momento
no se reconozca el verdadero
valor de la sublime acción
de las expresadas señoras y de
otras de diferentes puntos de la
República que, llevadas por ef
mismo generoso impulso, se prestan
gustosas á dirigirse á una
Reina, recordándole ~us sentimientos
de mujer, esposa y madre,
para que con mano :firm~
detenga la ejecución de actos que
no están de acuerdo con la moral
cristiana ni con los adelantos del
siglo que concluye; pero, más tarde,
estatnos seguros de que la historia
recogerá sus nombres y los
pondrá al lado de los de las grandes
heroinas y de todas aquellas
muJeres de magnánimo corazón
que se han levantado en favor de
la humanidad.
Al hacer la publicación que
honra en alto grado las columnas
de nuestro periódico y que enaltece
de todas Inaneras á la mujer
colombiana, reiteramos la súplica
á nuestras lectoras para que, siguiendo
el digno eje1nplo de las
señoras del Tolima, cooperen por
cuantos medios les sea posible en
favor de nuestros hern1anos de la,
Perla de las Antillas, y principalmente
en favor de las mujeres
de esa Isla, á quienes se ha. tratado
con increíble crueldad.
Séanos pertni ti do al rnistno
tiempo recon1endar el nombre de
la señorita doña María. del Pilar
Lara, quien con entusiasta. y noble
interés inició y llevó á efecto
la s·olicitud expresada.
Tanto á la señorita Lara como
á sus demás dignas colaboradoras
damos las expresivas gracias por
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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haber acogido nuestras ideas á
ese respecto, y las felicitamos de
la manera tnás sincera por su hunlanitaria
y generosa obra.
A SU MA.J'ESTAD
LA B.EINA DE ESPAÑA
Los cubR.nos, nuestros hermanos,
así en la hurnanidad como
en la Patria .t..\tnericano, víctimae
hoy de los furores de In. guerra
que azota. á la Isla, y tratados por
vuestros agentes como extranjero~
de la. peor lPy, han animado
nuestra. natural timidez para. elevar
á Vuestra Majestad una voz
de súplica en favor de eJlos.
Ochoa, Herminia Ochoa, Betsabé
Ochoa, María Lucía C. de Lara,
Felicinda P. de Lara, Clementina.
C. de González, Atenais C. de
Lara, Dolores Lara, María del
Pilar Lara, Otilia Lara, Soledad
Lara, Encarnación Lara, Araceli
Lara, Cletnentina Lara, Bárbara
Buen día de Pizarro, J ulin. Lara,
Amalia V. de Macias, Cupertina
de Vega, María Irinrte, Abigail
Iriarte, Rosario Iriarte, Matilde
Iriarte, Clementina S. de Gasea,
Sofía G. de Victoria, Enriqueta
Cabrera, Emilia Cabrera, Omaira
O. de .Irinrte, Margarita. C. de
Buendía, Petronila C. de Cano,
Dolores de Sendoya, Edelmira Ch.
de Rnmírez, Petronila de Sendoya,
Lucila Borja, 'rrinidnd SendoyQ.
Juana Sendoya., Laura Suárez d~
V., Arcelin. Borjn., 1\'Iercedes Silva.
de Ch., Nieves Pereira. de Guzmán.
S1JEMA
N u estro corazón de tnujeres,
naturalmente compasivo, nos impele
á dirigiros ln. expresión de
nuestro interé:, que creemos sea
el de In. hutnu nidad, en favor de
esos de .. gruciados, y no dudan1os
de que vuestro augusto carácter de
Reina, vuestra sensibilidad como
mujer y vue::,tro amor como tna ..
d
6 LO~ INll'ORTUNIOS DE U.NA J'OVEN }~~CLAVA
re se interpongan entre vuestros G 1 ll La repugnante lepra de la esclavitud
enern es Y aqne O colonos, para que ntacn al hombre en lo físico y en 1¿
dulcificar su suerte, aunque gran- morRl, qno le degrndn y lo eoTilece á un
de os parezca el error que in1pli- mismo tiempo, que lo cntreCTa ,¡los nu~s
que sn actitud bélica en la. pre- cruelea sufrimientos, .·¡) o ... t~ntaba con
Sente lucha. todos BU horror~, ha~ta hace fJOCGS años,
A veces son Inás ccrter<)S los en las cosins de Africn. El padre Horner
Director de la misiou de ZnnCTuebar con~
tires que se disparan hacia el e·- suelo del mundo católico, po/' su c~lo de
píritu que !o& que llevan á la nHt.. apúc¡tol y lumbrent dd mundo científico
terir~; la destrucción y la muerte. por los de. cubrimientos con que ha iJus~
Aco!red, señora, nuestra htunil- tl.'ado la c:ioucia geogrftfica, ayudó podero-
._, samente nl Bmbnjador ingléR, sir Bnthe
de intercesión. Frcle, á conseguir del Sultán de ese país
Hato, }.o de Agosto de 18 96 . la abolición del tráfico de negros.
. En lns cartas de e ·te misionero llenas
., Adelaula S .. de La,ra, Dolores ?e no.ticias interesantes y curiosa's sobre
Cleves de I., V:!.Ceota B. de Ochoa, f las t;tbus que pueblan aquellas regiones
Rafa.ela Ochoa. de Ch. J oaquina sumtdas en la barbarie, están consignados s·¡ d S M , ' . mochos ra. gos cuya loctura causa horror
1 va e ., . ana del R. Silva y despierta al propio tiempo sentiiniontos
de S., Al'ceha S. de Ra.tnírez de ternura; pero hay uno que parece pnCarlina
C. de Silva, J u1ia C. d~ sar los limites de la verosimilitud.
Silva, Concepción Silva Recrina 1 Para darle c~édito. so. necesita tener
Sendoya Sus . S d ' pe>·¡ presentes los testimonios urecusables que
, an,l. en oya, l ar cos garantizan su autenticidad. Es la his-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
LA MUJER 499
toria de 1& esclava Suema, referid~ por guardianes, fué azotada hasta. sacarle sanella
misma á las hermanas del orfelinato gre, en castigo de semejante delito. Los
del padre Horner. días siguientes tuvo la pobre niña el dolor
Suema pertenecía á una tribLl situada de ver á su madre consumir e de innnial
Oeste de Niassa, uno de los lagos de ción.
lo interior de Africa. En su niñez vivía Los esfuerzos de ll\ desgraciada para no
feliz con sus padre~ y sus hermanos, 1 quedarse atrás eran cada vez más penocuando
un día, en una cacería, vi{, caer ti o.,, y no hacían otra cosa qno retardar el
su padre en las garras de un león, que lo 1 momento fataL en qne, ogotadas por comarrastr6
á la selva. I..~a madre de Suem!l. : pleto sus fue1zas, no pudiese seguir. Cayó,
quedó viuda y huyó de allí con sus hijos 1 eu efecto, sobre la arena, y )a caravana
y con la miseria, que desde entonces no : continuó su camino arrastrando consigo á
cesó de perseguirlA.. JJos hermanoii de ' Suemn, la que, viendo que cada paso la
Suema murieron, y ella qnedó con su alejab11 mús de su madre, abandonada en
madre como único consuelo, acompañ.ín- la soled,ld del deC:iierto, no pudo roprimirdola
en una choza miserable. · 1 se, emprendí<) ]H. fug~. en medio del si len-
Un día llegaron unos cazadores de es- 1 ci1> de la nochE\ y volvió en busca de su
clavos con el objeto de hacer m1a recogí- [ madre.
<]¡, en el país, y hallándolas I'Ín deft:moa, ' Allí: en el mismo . ítio en donde la hase
apoderaron de la uiiía y se disponían á 1 bí:.m dejndo, Ja encontró, y en torno suyo
llevarle también :l. 1 madre; y éstn, su- !las ave-s ele ·apiñn, que re •olotcaba1, esplicando
y ofreciéndoseles para llevar car- 1 parando que exhala e el último aliento
ga en la caravana, consiguió t]UO no la para devorarla. IJn prc:cucia de Ja bija .
sep1-1rnscn do HU hija. reanim{> á IR. mndre moribunda; abrió los
Nada más cruel é inhumano que una brazo , y estreoha.ndo í~ ,'uemn contra su
caravana de e clavos. Se les ata á una corazém, la Arrulló con dulznra 1 murmularga
cadena q ne llevan al cuello y cuya rnnd.o á Rll oído amoro~n.s expr~siones.
extremidad est,, í confia.d {l nuo do l Agobiada Suema bajo el pe~o de tan
conductores p ra no dejarlos escopar. Es tri. tes sentimientos, ncnb6 pot• dormirl'ie;
usí como ·e le:-. hace marchar durante mn::- do E;Úbito . e sintió acudida bruscadías
entero. á traYés del de. ierto, Hin mente. Su madre h cstn:chnba cont.ra s11
tregua ni de can ·o, cargados con fürdos seno oon ttínta fuerza cuanta. empleaban
pesadíámos; y si llegan ú ncortnr el pa ·o, unos hombras crueles para arrancarla de
rendidos por la. fatiga y In~ privnc1one~, sus brazos. Bran los mismos de la curasus
feroce guardione:; los bnccu apre. u- vann qne volvían en persecución de la
rnr Ja marcha á lntignzo.. fugitiva.
os que rendidos por In dcbili • d caen , -Dad le 6. ln vieja para que ueltc la
en tierra y revelan u in en pncidnd ¡ara pre a, dijo el jefe de In partida; y una
ir. m.' lejo , son abandonado para ·1w~ lluvia de golpes cayó sobre 1 madre de
irvan de pasto á laR fieras. Snema, pero inútilmente, porque no on-
.-,e ha vi. to á muchos jefe de c::~ns ca- tragó á !'-lU hijn.
ravanas cortar los p1es :l nl•vnnos de aque- -Dad ahora lÍ. ésta, rcplic() el capataz
lloR desgraciado parA. nterrnr á los otro,; mostran(lo h Snema, á quieu el dolor
y quitarles pot· e te medio toda ide:-~ de nrrancab:~ gritos la.'timeros.
fuga, toda r.. peranza de libertad. La macre hbrc los brazos, y los verdu-
Las víctimas ue t{mtas OnlOldades pe- gos se apoderan de su víctima, á la que
recen en nümero con idornble anteiS de arrastt·an cnsi exánime.
llegar á la co ta. Quebrantada de cuerpo y de espíritu,
Los q ne sobreviven, lleg
Citación recomendada (normas APA)
James Clear, "Hábitos atómicos", -:Diana Editorial, 2020. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3648631/), el día 2025-07-18.
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