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~26 LA MUJER.
Tienen Jengua y expresión.
Lágrimas dulces y abrasadoras.
Sonri~aa de odio y de foliciiJad.
Cuando dos ojos se encuentran sin
conocerse, se saludan y pafan de largo,
comr, un hombre saluda á otro para pe-djrle
luego. .
Si se conocen un poco, se d1cen: Us·
fed lo pase bien.
· Pero si hay aJgun& confianza, se cHeen:
Adi6s.
Al tror.ezarsc dos oj lB cuyos d tH nos
son de distinto se:xo, mcd1an alguuus
palabrAs por e8te es ti lo:
Los ojos de él: No me gu~ta tu~ted.
.Jr•s de ella: Me importa poco.
Y ambos continúan tr.mquilamente
su camino.
O bien este otro diálogo:
Los do é 1: Me gusta usted muclw.
L9s de el!a: JIU graoias.
Y también continúar¡ su camino, aunqne
volviendo )o que llamamos e1 rabillo
ele!. ojo para mirarse.
E tas palabras se cruzan todos los
dias entr~ mi late de p"r ()nas.
A veces varían las especies.
pps ojos de él: E~toy loco por ti.
Los lljos dA ella: lfo será difícil que
t8 &petiazar la corona de Jaorel con que
el mundo entero adornó tu frente de
po~ta!" ·•
Yo, de · tui jardín cultivado por el
sentimiento y que anhela ser fecundado
por el sol esplPndormo de la ciencia,
he arrancado e·st:l humilde violeta para
colocarla en ]a guirnalda que se dedi·
que á tú memoria:
ADRIANO PAEZ
(Para. su hijo).
1 Páez .... ! 1 Oh Páezt poeta sin segundo,
Timbre de honor para. la patriB mía;
Hay en tus cantos un dolor profnndo·
Tiene tu gloria el esplend n del día.. '
Cuando te leo, en lágrimas me inundo;
Las musas te inspiraron á porfía.;
Con tus estrofas conmoviste al mundo,
Quien, a.l verte sufrir, también sufría.
Recorriste el camino de la. vid"
Buscando fic,res y eucontrando abrojolll;
La. dicha estuvo para ti escondid!\;
· No la pudieron contemplar tus ojo8.
Permite, bR.rdo, que al soltar mi canto,
Riegue tu fosa con mi acerbo llanto!
Del Canea sólo hago mención do Jor·
ge Isaacs y Julio Arboleda.
¿Qué puedo yo decir del autor do
María' ¿Qu6 d1jer.)n Pedro, Santiago
y Juan cnando el Hijo do Dios se
transfiguró en la cumbre del Tabor? Nada:
quedaron atónitos al contemplar
tán ta belleza, tán ta majestad!
Julio Arboleda pnso en sus estrofas
todo el fuego que él le había arrebatlldo
al Pt~racé sublime.
El gran vate dol Tolima es .José Maria
Sumper: ardiento como las playaa
en donde nació; fecundo como las campinas
quo escucharon sus primeros can·
tos; melodioso como el susurro de los
palmares que arrullaron su cuna, y juguetón
como las ondas del Gualí.
.Antioquia prei?entó, entre otros, llena
·de orgullo, al famoso Gutiérrez González,
ur .o de los hombres que más honra
dan á la litert¡tura hispano-americana.
El escogió para. inmortalizar su nom·
bre, el grttno que en más abun-iancia
produce el suelo antioqueno, aquél que
con incansable JabOl'JOsidad es cultivado
por los naturaled de allí, y le di ri.
gió los acordes más bellos de en melo·
dioso laúd.
Gut1érrez González encontró también
inspíra('Jón en la precicsa casrBda de
Aures, formada por el río Sonsón; ¡e la
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LA MUJER
no había esruchado notas tan tirrnas,
tan sentimentul(ls como lus que el trovador
an tioquf'fio le de,licó; y no las
había escuchado ni en · la~ dulces confi-
, deucias de la briFa con los helech,)s que
crecen en sus márgt-> nes, ni et e] con·
cierto celestial que las aves levantn!1 e~
sns toldos do verdura, dar do graClas a
Dios porque encontraron en dónde fabricar
su nielo!
En los lujosos oncajes · con que la na·
tu raleza viste los alt,ues que forma nntn
la selva para que sirvan de morada al
Rey de la creación, he c~n te~¡ 1Hdo yo
la modesta flor de bftt, t1lla, a la h0ra
de la alboradH, ergnir~e sobre su tnllo;
y r.l VC'r]a tnostru.r su pasmosa sen<:ill z,
he rt?citado, lleno de ndmiración, Aque
ila inimitable est.!"ofa, purto de tu privilegiádo
entendimiento. en que cantas
con voz suave y llena de armonias la
belleza de la encantlldora flor; ella, al
oír las alabanzns que le hsces, dobla
su cáliz como cuando se ruborizi\ at te
lns miradas ardiente.:; del n tro vivifi·
cador.
Perdóna, ~'cisne antioqnefi·,," que
mi inautoríztdá ~luma h \ya escrito tu
nombre, r nombre que con carn.ctcr
de luz está graba Jo en el !anal que llevan
consigo los cocuyo , para que solamente
ol corazón ]o Jea!
José Eusebio Caro nació en Ocann,
departament.o tel N Úf\ez, Manuel
M. Madiedo, J.,sé Antonio Calcan o (1)
y Joaquín Pu.blo Posada; estos cnatro
sacerdotes del templo de las Musas,
son timbre de gloria para E•l D parta.
mento que lleva el nombre del gt·an Libertador.
De Panamá. recuordo por el pronto á
Tomti-1 M. Fcuillet, kUtor de la poesía
intitula ltl A la flor clel Espí?'itu Santo, --- .---
(1) Naci6 en Cartagena. según la noticia biográ.
fiea p .blic~da en La Pat1·ia de Adriuno
Páez. Tomo l. , eL..trega del 15 de Febrero
de 1878, pi¡ina 263.
qne es un raudal de verdadera inspira·
ción.
Del M~gdalena hsgo memoria de ~f:,
e] Ct>lcdón, quien ha e m piPado su hra
en cantnr las hazanas de 1 : s héroes.
S ns himnos, licnos de amor á la diosa
Libertad, son de Jos mt1jores lau·
reles eon quo se h~m podido cubrir l~s
tu m has de Bolívar en la tierra, de Rt·
cnu rto en el espacio.
Cundinamarca ha sido el corazón de
Oolombia J'cuya fibra más Jr-lieada es
la l orsí~.
El alma SQfladora de esta podel'osa
comarca ea Bogotá.
B (l gotá !. .. Tuviera yo un let1guaje elo·
en ente para tra ·rnitirte, querido Oarlos.
toLlo el entusiasm' que de mi alma se
11 podera al nombrar la poética cindflt1
s~ntnario de mis más caras ilusiones!
Yo te pregnnto, amada Bogotá: ¿quiénes
son tus padres? Y tn belleza me res·
pon de:
- Bny el fru.to de los ardiente.~ amo·
1'88 que tu·vo ol Sol con una. náyade.
-Dí me, ¿ po1· qué vi es n uut\ me"
seta tan elevada?
-Porque ile"eo q'ue el Haced01· me
contem¡de .funto á EL.
-¿Para qué escogiete po1· lecho un
bosqt o de laurel?
-Si no hubiera sido así, no habría
tenido rnodo de cafEi1· con .r;us inmm·cesibles
lto_jas las frentes altaneras de mis
grandes!
-¿Uuéntame por qué el Funza va
sin ct1anr murmurando tn nombre?
-Ah! po'rque todo enamorado va r~·
pitiendo paso, muy paso, el nombre d~
su amada.
-¿Quién puso ]as fHldas de los Andes
p:1ra que reposes tu cabeza?
-El Amor y los Genios quisüron
e1'me con la sien 'recl i·nada sob~re una
de la.q más imponentes obras del St¿pt·e'
lno Sér.
-¿.P(lr qué 1 s ondas de tu rabiotm
Ter!uenJam~, en vez de sepultarse en el
abismo se elevan al infinito convertidas
eu vapores?
- P01·que ellas no quieren tnorir sin
vet· y adu~i?·m· desde las alturas 1ni angelica,
l belleza.
-¿Para qué pusiste á tns pies e~a in·
menba sabana cubierta de agrestes flo·
recillaa? ·
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LA MUJER
-Para d1:.~traer rni v1:sta pflsPánd,Jla
por eso.f4 cmnpns. cU.'l/()S dt.vinns colore.~ lle·
von inefables encantos á mi e.qpíritu.
-¿Por qué las tempesta les nunc~ se
desatnFl en tns altí~imas montif'las?
-Porque las tempestades temen despertar
mi suefío.
-¿ P0r qué nacen en tu seno loa azahares?
-Porque ellns son el emblema de 1ni
pureza sin 1'_quat.
Bogotá! V1rg •n hechicera! Yo en tns
Han u ras pasé mi niflez; en u no de tus
verdes gramales mi buena madre levantó
la cabana en donde fui fuliz, y¡ quién me
hubiera dicho ent'Jnces, rumoroso Fucha,
testigo de mi~ juegos infant1les,
que esa edad plácida y tranquila se irí ,
como sus crist..s.linas aguas, nsbalando
por entre el verjel de il usiones que
nue¡:~tra misma corriente fecnndó!
¡Oh Bog ltál d etrá~ de tu serran1a
está el escuálido astro de la noche
agua ruando el i nstun te en que el Sl 1 se
oculta, para Sl\lir á contem~,l.,.rtc, ¡ virgen
sed nctnr d per•> él huye n n tes de
que e1 ostro rey apar<·za en el Orie nte
y lo en cuentro en esos dulces y npacible
coq u .taos.
El m•rto, el heliotr .->po, el jl\zmín y
la violet a lucen en tus j \rtl i ncs ex ha htn ·
do los m' s frugtm tes perfumes que t e
em briHg}tn.
J) é o~,icodo Roj \S, Jo 6 Mnnnel Marror¡
u1n y mil poetas rnái han a lzado
sus e m tos hasta el limpillo <- ielo que te
cubre.
¡Oh Oulombia! cltlía que el astro p1 e r 4
d~ su bnllo, que lo B mund 1s e ncabc n
y que reinen las tinieblas, f'H0 dín, digo,
los querubee apret d ·rán las estrofa~ de
tus ba · dos, e m f•l objt.:to de repl1 ttrlas
por los ain•s, uHHo~ todoe, para extasiar
á Dios!
J. MALD ONAUO PLATA.
Bogotá, Julio 7: 1895.
Legumbres crudas.
Tocante á legu m brea crndns en c on·
tramos ~n el Oonsefero Doméstico oe
D. Marcos Mena el . iguieute in ter<sante
é instructivo cupítulo, qne copiamos
al pío de la letra:
"Los it1 lianos comen l11s habas crndas.
En Itblia Jos c&zadorea no llevan
much'l.a veces en su morr ~1 sino pan y
vi no, y cloncie encuentran un sembra·
d1o de h'ihas, hacen con e\las un magnífico
a'm•Jerzo.
" Los franceses romen las arvejas, y
los alPmanes además lta zanahorias crudas.
Lo mismo sucede con el maíz tierno
tomado de la mata; pero no guardado
uno 6 dos días, 6 duro, porque
pierde entonces todo sn valor. El maíz
ha de estar con loa granos h\nchaditos
y que salte la leche, para que sea flgradlible.
Lu habas y demás legumbres.
para tomarlas cruda~, necesitf..n dos
condi~ ! onea: 1.a, acostumbrarse á ellas,
pues el sabor crudo, que al principiar
á comerlas en su estado natural, se les
sientr, no es más que f~lta do costumbre,
que con el tiempo se convif_rte ~n
una verdadt> rn ptlsi6n, como hemos VISto
á muchos con las habas y el maíz
crudos, que eon las más sabrosas; 2. •,
qne estas legu m hres y hortalizas se co·
m an al pi o de la mata y tiernas todavía;
6 Ri 110, por lo meno~. recién traídas.
Onando las h tbas no tienen cresta,· deben
Cúcerst:, pues ya están d s~~hridas.
"Las arvejas tiernas, al pie de lamatlt,
son muy ligradt bles; pero jamás co·
mo el muíz, dulce y ft·osc o.
"Torlas estas legumbres son, por supuesto,
inmer1samento má8 sanas, esto·macalea
é higiénjcus en sn estado natup
ntl, que cocidas.
"Se har1 un gran bien á la juventud
»Costumbrándc,}a rles •le su más t iernito
t: dad á tom r los altmPntos en est.
tdo nntur·'l. con ¡,,s n•eno alinos y ar*
tificios posible ; en~wfiándoJa á preferir
r:iempre lo primitivo y puro á lomo·
o i ficn (io y al i na,io, y lo natural á lo ar·
tiíieial; y calificundo la salubridad de
un alimrnto en rnzón de su aproximación
al estatlo primitivo ó natural; mi·
rán oh> como m~s dnfloso, mientras
m9s diste, p 1r hts modificaciones .V artifinios,
de su sitnac16n original. Aá es
más sano un clwclo crudo que uno cocido,
y este muy superior á un ·:i hunti·
ta, que á sn vez es menos danosa que
nn pa:;tel, etc. etc.
"Las personas de e~tómago débil lo
robu.:st. cerán mucho, comit"ndo la papa
nueva con sn cortt za, 1 edén Silcad a de
la tierra, bien lavnda y en su estado naturttl.
No es tan mala como se cree. La
costumbre lo hace todo; y para los en'!
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T~ A M
fermos de diFenter1a es un alin1ento
asombrosamente clesirritante.
" Desdn q ne se guardan lRs papas,
ya no pueden comerse al natural, pr•'fque
se vuelven futrtes y pican la ga!'ganta.
"Inmediatamente que llegan las verduras
al mercado, son rociadas con
agua; si no se vnt1lven á rociar en el dfa,
se repite al siguiente ]a misma opera·
ción, y así sucesiva m en te. DPspuéa en
la C.lsa se haee lo mismo, y unn Re me·
ten en ngua. uno ó mAs días. .B-to es
horri blemen to iusa1 n bre. ( g¡ ag ua extrae
188 s ~des nuh itivhs y dt'm:l.~ p1 rt s
solubles á todas las sustancias quo lle
gan á su alcnnce; por E:1 SO no h y que
guardur los rábanc s, etr, en agua, ni ·h·;ty
que }1$,ar mucho ttempo lu }e¡ hnga. bs
pap11s y otra 1· gnmbres, an teR 1 e ( omPrlas
ó de pon lla al fuego. J. K ). Vale
más comer la ve1 dura marchita y aun
seca q-ue en descowpo!(ición.
"Pueden svbrevenir malns cmu::ecuencias
con alimento1·se tXt:lw~il'rmlente de
fnda fresca en su estado 1wtu,ral, ó d8
legumbres cruda ·:
'' 1. o Si el indit,illuo l}llC h •1 dt bU itado
su apal'Hto' 1gm-tivo Ct n comidHs <'O
cidas y cot,dnneutxd s, líquido3 co irlo
ó ft•rmen ttidos, xtractc s 6 cnncen t r tciones,
etc.~ hace el cambio muy de re
pente.;
''2. o Si la calidad de la fruta 6 legumbres
desdice de la· regl"s de la higiene;
"3. o Si e. as sustanr:ws (h gumbres y
frutas crudtts) se comen en exceso.
" La fruta iumatu ra ó p~:~sa.da aerá
altaml·nte pe judicial para todo individuo
que no tuvifre otros hábitos higi6nicos
con qué compensar 6 emasnr
en algo la mala inftuenc1a de aquélla."
JoRGE KrJICKMANN.
CONFERENCIAS
SOBRE LA EDUCACIÓN DE LA MUJER
POR MED.4 .ROO RlVAS
( Oonttnuación)
En el afio de 1810, anrlando descalza
por estos p1 a des, 1 b~ á baflarse todc,s los
, días, Cf'n las mfi~. s compafiersts de dla,
· una muchacha que no tendría la eda11
de la mayor de 'osotras, quince unos:
inocente y buena como una cerv¿. ti-
Ha, y romo ella libre, tl( gante y hermosa.
Y era la más arrojada para en-
JER
t r r achlndo á lfls pf z0s profunclfls;
se dtl~prencHa df sde lo alto de una brefia
al fondo del pozo, qu~dando ron~umida
por largo rHto h tsta que al fin ~aca·
ba su linda cabPza, y como una ninfa
ll~gaha á la rib ru; y encabPzuoa expediciones
á bu~c 11' colmenas 'n el b0sque,
ó uidoa de p~j HitoP, y mat11ba con sor·
prendente serenidad las serpientes que
á su paso encontrabu.
Esta nina era llamAda en el pueblo y
por sus amigas Lrt PoZa, rlándole por
11< mb1e (')diminutivo de Poliearpa, y
antepo 1iendo el la, Jlorqne ella se hahia.
adr¡uil'ido cierta rep•1tac ón que la
di tingnía pr r su aud1".!ia, su travesura
y S 'l S t'•)Stn m bres independientes y un
tanto nómatleB y ngrestes.
E1·a La. Pula de gt:ntJI talante, de leve
talle, formas pri moro~a" q tte apena$ ond
ul&ban el Vt'Stido, cncllo esbdt.o, rolor
de perl11; brwa de labios delgados }¡gennnente
cont aídos on los t-lXtrt mos;
n·niz r cta y levPmente ínfLun: da; ojos
grandesJ neg1·os, Rndaees y ch1spl tulles;
fron te ~:en: na) cabeza griega y suave y
tt hun io o cabdl<.1
•
La negr~ que In crió le había contado
de lllfl C}llO á SU lll!Hlt·e )a habían
c0g ido los e pafio] s en una tierra muy
dio tan te, en donde tenía su esposo, y
qne, conduciéndola con su bija en un
bu9ue, cargada de cadenas, ltt habían
trnid(' á ClirtHgena, en don< e la hHbían
vendido por esclava y le daban muchos
azotes. Ll Pola principió por odiar á
los espanoles por crueles.
La revolución de Independencia que
sacó á la colonia del blando sut no en
que había dormido por trescientos aflos,
llegó con sa ruido también á Guttduas;
pero llegó con un ruido de fiesta, di a ..
cursos á In libertad, banderas tricolores,
coronas de hmreJ> música y regocijos
(·D los diversos anivers ríos clel memo·
rabie día del 20 de J u1io . Y La Pota,
qne tenía. un corazón entusiasta, empezó
á amar la ltbertad como se ama el
placer.
Su padre era ratriota, y estaba en·
cargado de organizar Jas milicias del
putblc'; y sns hetmanos, que se educa·
han en los co legios de B gotá, cuar do
volvían á Gnad u as en Jus vacaciones
s< steníttn con calor Ja causa de lapatrin,
contra los que aun eran am;gos
del'rey.
De repente dicen: "¡Los eapalloleal"
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232 LA MUJER
Y.ce~an las fiestas; un pánico terror se
ptnta en todos }oq semblantes como en
presencia de un~l gran cala mida~· y su
P.ad re, comprometido como patriota,
t1em bla por su porvenir.
La he~oica Oartagena resiste como
Numanm11, y cayendo al fin hambrienta
y agotada cu poder del pacificador Morillo,
son fusilaclos por los espafl.oles el
Gent>ral Castillo y todos loa otros de·
fensore~, y los espafloles llegan á ser
un nombre de horror v ele muerte para
los pueblo@. "
Avanzan, precedidos de la fama de su
crueldad, y al llegar á Honda hacen
fusilar al patriota Armero, y ponen S lA.
cabeza en una escarpia á la entrada de
1~ población •. Pola siento un terror pámco
y un odiO profundo por los invasores.
La tormenta revolucionaria había
deshecho el nido en donde Pola había
pasado su dichosa y libra juventud; y al
cabo do a1gunos anos vol vemos á htdlarla
en Bogotá, mujer hermosa y llena de
atractivos.
Era la época de duelo y de tristeza
para la capital. El sanguinario Sámano
gobern,.bn con el terror, y uno á uno
los patriotas ht~ bían ido á morir á los
cadalsos. Fru t s a n tiérrer., Oa.ldas, '!'udeo
Lozano, Nicolás de Rivas y ot1os
muchos hombrt's civiles, cuyo único
crimen había sitlo eimpatizar con )tl
ca u ea de la independencia en u na época
en que la mndrc patria sufría el yugo
extranjero, hnbían sido arcabuceados;
las cabezas de Toricef! y do Torres, puestas
en jaulas do hierro á la entrada de
la ciudad; y la. mielll '$ suerte habí8n
conido los bravos ntilitares que, lidiando
con valor, habían sido hecho prisioneros
de guerra en el campe de batalla.
Duelo
Han dejado de existir en estos úttimo3
días en estfl ciudad la se flora D.~
}!arí'' Josefa Oualla. de Barberi y el se·
nor D. J U;lll Pablo Restrepo.
A sus deudos en\iamos nues~r'' manife~:
taci6n de condolencia.
Una señora
que sir m pre qncría saber Á. Fu la.nn. quién
la sirve y Fulano á quién sirve, Fulana
en qué se ocupa, Z:1tano de qué vive,
pidió á un caballero, estando en una
reunión, le prestase un libro que trataba
de las vidas de loR diez emperadores, y
él Je respondió:
-Ya lo vendí, se nora, porque soy
muy enemigo de averiguar vidas ajenas.
Circular.
Hemos recibido una de los senores
Sánchez & Oompanía, en la cual avisan
haber establecí do en la calle 10, cuadra
11 de esta cind~d, una agencia con el
nombre de El Ar1·endaclor, que ee hace
cargo del arrendamiento de fincas raíces,
comisiones, etc.
Cierta dama
valenciana. u e muy buenas condiciones,
tenía una tacha, y era que á veces hablaba
mR.s ele lo que fuera menester.
Un día, estando en un sarao, le dio
un desmayo y fueron corriendo á bus·
ear á su marido, diciéndole que su mu·
jer estaba sin habla; el cual, al oír esto,
con testó:
-Déjenla nsi, que si eso dura, será
la mejor mujer del mundo.
Charada,
Dos y dos son seiss
Decía un nino en la escuela.
Primal gritaba el maestro,
Que era nn viejo ehapetón:
Déja al fin tu cautinela
Y prepárate un jerg6ns
PorquP en Jos todo no puedes
Dormir como duermo yo.
Solución á la del número anterior:
Bogotá.
DECRETO NUMERO 161 de 1888
(17 DE FEBRERO),
sobro prensa.
(Continuación)
Al't. 5. 0 Permítase ampliamente á
todo escritor:
l. o Discutir loa asuntos de interés
público, proponer y razonar lus reformas
que e~t}me justo y conveniente se intro·
dazcau en la legislación;
Tlpograf1a de L4 Lv.s.-B<>&otá. •
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"La Mujer - N. 29", -:-, 1896. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687035/), el día 2025-05-05.
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