A
Directores, RIJ Y FAR-Administrador, .ARCESIO ZAMBRANO
SEIUEl.' i Bogota, Noviemb1•e 23 de 1895. JNUMEB.O 7
LA MUJER
AMABLES LECTORAS:
Os suplicamos encarecidanlente
pongais vuestra mnyor atención
al artículo Una Pla,qa. que
en se~uida reproducimos. tomado
de un importante periódico extranjero.
No sabetuos su autor.
Las dos palabras á que alude
el artículo ~on, con1o dice, sun1an1ente
cortas, tan cortas, que 1a
una es un n1onosílabc>, y la otra tic.
ne apenas dos sílabas. Sin cn1bar
go, son dos palabras con Jas que
en tnuchas ocasiones, se forma
una revolución, ó se arruina á un
propietario, ó se desbarata un
n1atrimonio, 6 se hunde para sienlpre
en el abistno de la deshonra
á una honorable familia.
La n1ayor parte de las vcees
se usan más, para hacer mal que
para hacer bien.
Por lo regular, las bocas que
prouuncian esas dos palabras, son
de personas hipócritas, cobardes,
zahuneras.
Sí, de personas hipócritas, porque,
socapa de bondad ó de lt~stinla,
hieren con arma mortal á un
individuo, á una familia, y nluchas
veces hasta á un pueblo entero.
De cobardes, porq !le, quien se
cubre con el velo del anónimo,
demuestra que no tiene caracter
ni firmeza, y que tetne á quien
dirige la frase.
Y de zalameras, porque, quien
se ocupa de halagar 6 entretener
con noticias, la n1ayor parte de
lns veces falsas y calumniosas, es
porque anda en busca de migajas
de ~uui tad ó de cnriño~
Leed lo con atención, y después,
creemoF-~, rechazaréis de vuestras
relaciones á qni ;)n con la. frasesita
á que aluditnos, os quiere halagar
vuestros oídos.
UNA PLAGA
Existen .dos palabras tan cortas, que
sou pronunciadas antes que la reflexi6n
tenga ti< mpo para reprimirlas.
Tan ligeras, que vagan de boca en
boca in que se sepa sobre qué labios
se h:.1n po ado.
Tan pocle1·osas. que justifican lama.
ledicencia, a ntorizan la calumnia, asegura
u á las conciencias más timoratas,
hacen ci~oular, sin que nadie pueda detenerlas,
las habltt.durías que destruyen
laa reputacioneP, y preparan la ruina
y la dese pera.ción de las familias.
Tan malvadas, que arrebatan á. la
juventud sus alegríaA, á la vejez su dig·
ni dad y su repo..;o, á los corazones amantes
RU sencilla confianza, y á todos una
parta de su dicha..
Tan inocentes, que tienen fácil en ..
trada en todas las casas, no hay reunión
que pueda pasarse sin ellas; 8e encuentran
allí mi mo de donde parecería que
su malignidad debería hacE::rlas arrojar.
'Pan traviesas, qae animan la conversación,
desenvuelven las inteligen.
cias más obtusas, proporcionan motivos
de conver::,aciones intorminab!es á. las
personas más taciturnas.
Estas dos pnlabras son ': Se dice.
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60 LA MUJER
Se dice, sirve de máscara á un espec ..
tro de la familia de los fantasmas anti·
guos que venían por la noche á turbar
el suefio y chupar la saiJgre de los des·
graciados que escogían por víctimas.
N o es sangre lo que chupa eE.te
monstruo escondido bajo estas dos palabras
Se dice, sino la honra.
Que se presente bajo su forma verdadera.
Fulano ha hecho tal cosa ... Será
rechazado por todo hombre honrado,
y si se escucha será en la sombra, porque
se le podría pedir satisfacción de
su calumnia.
Pero bajo la máscara del Se dice,
t por qué se ha de esconder ?
i Quién es responsable 1 i Quién ha
sido el primero que ha hecho esta revelación
que mata 1 Nadie lo s:.~.be.
iN o se podría conjurar este terrible
é i1.1fatigable demonio del hogar 1
Se podría si la mentira, la malevo.
lencia, el odio, los pequeños rencores
de la vanidad fueran reemplazados en
el corazón humano por la verdad, la
ju ticia, la bondad, el amor del prójimo
...
1{as ay! este tiempo dichoso no
vendrá jamá'~, y hasta el fin del
mundo el demonio de la maledicencia
y de la calumnia reinará escondido bajo
su máscara pérfida Se dice.
Lo que sí es posible, es el no acoger.
lo nunca.
Reuníos, corazones honrados y leales,
y todos juntos proponeos:
1.0 No pronunciar jamás esa palabra
hipócrita Se dice, pues en el pensa·
miento que oculta puede e ... tar la deshonra
de una familia;
2. 0 Detener desde el principio á la
pers~nc\ que la pr?nu.ncie y pre~nnt~rle
simplemente quien es ese m1stenoso
personaje Se dice; y
;).
0 No dar créJito á lo que os sea
referido por es t e mensajero Se die~,
que hace propó ito de mentir y de burlarse
de los engañados, á los que les ha
hecho creer en sus mentiras.
LA MUJER
Después que Dio hizo el mundo
Todo armónico y perft:cto,
Desde el hombre hasta el insecto,
Desde el astro al mar profundo,
Quif\o dar de su fecundo,
Inagot ble poder
N u a va mueGtra en otro sér
Que probara su grandeza:
Hizo un tipo de bellez~
Y dio aliento á la mujer.
El hombre á veces se afana
Por la gloria, por la ciencia,
Y consume su exi tenci~
Siguiendo una sombra vana;
Mas se olvida del mañana
Y del hoy y del ayer,
Y de cuanto puede haber
Que despierte su ambición,
Si turba su corazón
El amor de una mujer.
CÉSAR CONTO.
Señores Directores de LA. MuJER.
En el número 4 de Ru simpático po ..
riódíco hemoR leído un artículo, muy
bí~u elaborado en el quo piuta su autor,
de una manera clara, qné cosa es
una coqueta. En reíllid~d de yerdad
es una b11ena pintura de tal defecto
de qt1e arlolecemos muchas, y del qne
debiéramos corregirnos, pero para lo
cual, preciso es decirlo, nece"' iti mos
que los hombres sean los primeros en
coadyuvar á tal fin.
De niuo-una manera pretendemos. y
lejos de n°osotras, semejante idea, def~
nder á las coquetas, pero sí debe
plantearse la cuestión en su verdadero
terreno.
i Por qué razón son coquetas algunas
mujeres 1 i Por qué razón ha:r algunas
n1flas que aceptan á un m1smo
tiempo las pretensiones de dos j '¡venes
y Jas corresponden 1 Bien quisié ..
ramos que un hombre nos contesta.ra
estas pr·eguu tas de una m~nera ~ atisfactoria
y para ello vamos á proporcionarle
algunos datos.
El coraz·1n de la mujer es todo sensibilidad.
Esto no nos lo pueden negar.
Inmediatamente que nuestro co ..
razón de pierta al afecto que nos de ..
muestra algún hombre, creemos sinceramente
que tal afecto es real, es
verdadero y sobre todo eterno. i Hace·
m os mal en creerlo asH $ólo teniendo el
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LA MUJER
corazón de dura roca, empedernido
por las decepciones porl.ríamos no pres ·
tar atenci,)n á las primeras fl'ases de
amor que se murmuran á nuestros oídos:
pero, aquí tenemos el prqblemaque
quisiéramos se nos descifrase. i Uómo
podtem os conseguir no dar oídos á
ninguna protesta de amor, siendo nuestro
coraz )n tal como es? i Y c6mo es
que el cot·az6n do una mujer puede
librarse de las decepciones 1 i Cómo
sabemos cuando es sincero 6 n6 el afecto
que se 11os demuestt'a? i N o vemos
todos los días á hombres de toda edades,
clases y condiciones, prodigando
demostraciones de amor infinito, que
apenas exi"ten en sus labios pero en
las que su coraz6n no tiene parte ?
i Cuántas veces no sucede que una
tierna niña) abre su coraz·)n al que
creyó diguo de ella, le presta entera
fe á sus juramento., y alimenta año
tras año las esperanzas de un halagiiefio
porvenir que con los más bellos
colol'e lo pinta su a orador. y cuando
cree llegada la hora, de prestar el mu.
tuo juramento en los nltare , su hasta
en ese momento constante ga.l~n, vuela
en busca de otra fiot·? Repetimos,
de ningnna manera pretendemos de-.
fender cÍ la·.; coquetas, pero sí deseada.
mos cono·cer las respuestas á nuestras
preguntas arriba enunciadas.
vN.A. SUSCRIPTGR •
(Comunicado).
POR LA PAZ
El comité francés de la Unión Internacional
de las mujeres po'r la paz,
ha dirigido el siguiente memorial á las
mujeres alemanas :
" Las rnuj e tes de Francia á sus he,· manas
de .Ale ·rnania : m,ad,.es, e;o,posas y hei·manas
alem.anas :
La. gu~rra. parece ya tomar su verdadero
nombre, que es a esinato, asesi.
nato tanto más bárbaro, porque él es
colectivo y es premeditado.
La inteligencia humana se revela al
fin contra e te secular y formidable
error que se llama la gloria militar.
La, vista de los penachos hace temblar)
porque dc,trás de cada ejército hay lá-grimas
y duelos. •
L~s inglesas se han dirigido á nosotras
para q 11e noa encarguemos de ci.
montar la f lianza. por la paz entre las
madres, las eRposac:;, las hermanas, las
novias de ambos paí. es y con ella hemos
crea.do nna Uoión de mujeres de
todos los pueblos para la concodia int,
ernacional y el desarme, la Unión
intf3rna.cion'1.l de mujeres por la paz.
A nuestro turno, nos dirigirnos á
vosotras y os ten·h~rnos uua m~no ami~
ga. Apoyad la lJn·ión, vosotras tam ..
bith. mujeres alemanas.
Vosotras no desearéis qne á. los vne3-
tros ~e les mate, mucho menos que ellos
matou. N u estros intereses y los vue~Jtro
son, pues, los mismos.
N o más sangre enbre los pueblos,
entre aquelfos q 'le la naturalez3. ha.
creado hermano y amigos. El planetl.
es demasiado pequeño para que en un
rincón cualquiera, bajo pretexto de
fronteras, que han levaot1.do las eonvonciones
y los o,iio ·, se dcgü llen los
hombres. L1. educaci0n de las generaft
ciones nuevas pertenece á la madres.
Unámonos para conseguir la más bella
de las victorias, b del desarme universal.
Hermanas del otro lado del Rhin,
ánimo! Cordialmente responded á nuestra
1 lamada.
Gritemo en to:Jas partes que la con.
ciencia hnmana. reprueba al fin la violencia.
Que sea P.sta la aurora. de los
nuevos tiempos."
ORIGEN DE LAS TERTULIAS
Y SUS ESPECIES
(Conclusióo}.
La plebe que ejecuta los trabajos
materiales, no se veía antiguamente
sino en las plazas para divertirse en
los espectáculos p1íblicos, 6 en las fondas
y tabernas por necesidades momentáneas,
ó en las iglesias para las
prácticas religiosas. Ocupada más en
gozar que en discurrit·, se hallaba ade ..
m:\s separada de las otras clases por
la sociedad que la cubría.
Las ..Q6Useff. Pt q f. ~on co!'
BANL · t:L ARANGO
8\&U01ECA LU IS - ANG
HEMEROTECA Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
l U MUJER
municaciones entre las varias reuniones
socia lbs, y transmigraron sus miembros
de una á. otra parta, son las siguientes
: l. • La pasión del juego,
fortísima en todos ti e m pos y lugares,
y mucho más antiguamente, como se
verá más adelante, rompió la barrera
que separaba á la nobleza del comercio;
algunos nobles no creyeron envilecer
sus armas acercándose á los comerciantes
con el de~eo, no muy no.
ble, de obtener, jugando, parte de su
dinero. Muchas familias nobles arruinadas
por las cartas ó los dados, co.
nocieron por experiencia qtle todos
los diplomas gentilicios no bastaban
para comprar una vara de paño ó una
Jibra de carne. La plebe que había
sido invitada por el!os, dejó de respetarlos
luégo que ya no los vio en carrozas,
y se hizo un proverbio : qne
nobleza sin riqueza es hun1o sin a ado.
El celibato á que antiguamente es.
taban condenados los nobles cadetes,
mientras que las muchachas noble e
sentían llamadas para el claü tro, Jo ·
impelía, no pocas veces, en egnimiento
de las bellezas plebeya ,- alida.
del palacio paterno, no de defiaban
entrar en el hogar del zapatero, del carpintero
6 peluquero, y tal vez
...... En noche umbría
Seguir á la moznela, que en ayunas
El pan sale á buscar de cada día.
Bn esta caza, la nobleza contrajo un
poco de fango, y lo que es peor, se
dej6 arrebatar muchas riquezas; ]o
que con doble ra2ón hizo dism1nuír su
crédito.
' pérdidas del feudalismo v la supersti-ci6n,
aplaudiendo los derechos del mérito
personal, no quiso dar ningún valor
á viejos pergaminos, y dijo que un
cojo no dejaba de serlo porque su abuelo
tuviese las piernas derechas, y que
por tanto debía ser más estimado un
artista, que con honrosa indu1-1tria acreditaba
su peculio, que un noble que con
sus vicios daba fin á su patrimonio.
L!:t. poesía, más atrevida que la filo ...
sofía, o 6 suponer, riendo, que las matronas
nobles no habían sido todas Lu.
crecías, y que quizá<) la mujer hizo ve ...
nir al mundo hijos menos nobles que el
marido; en suma, la pureza de la san ..
gre quedó c,ujcta á muchas dudas, aun
en 1a opinión del vulgo, el cual da siem.
pre la razón al que le hace:reír.
El aumento de los teatros 'disminuyó
el coucurso de las tertulias partícula ...
res; quedando así una misma la necesidad
de conversar, fue preciso ser menos
escrupuloso en La admi 'i6n de nuevos
miembros: antes la etiqueta exigía.
un diploma, después se contentó con un
ve tido de seda.
L~s invenciones te6ricas y prácticas
pusieron ell contacto á los doctos y á
los arti. tas : cada una de estas clases
sintió la necesidad de consultar á la
otra; la priruora para conocer los be ..
cbos, la segunda, para saber su explica·
ci6n: el docto aprendió á resp tar al
artista ; éste reconoci6 que les consejos
de aquél podían serle muy útiles.
Creciendo los puntos de comunicaci6n
y los contactos sociales, crecieron
las nece. idades riel lujo y se estendie-
Los príncipes á quienes Ja nobleza
potente había impuesto en los siglos
pasados, aprovecha ron todas ) as ocasiones
de hacer mermar sus privilegios,
fuentes de copiosa~ riquezas y
mayores vejaciones; por esto el coche
que er~L tirado por ocho caballos, lo
fue por cuatro, y luégo por dos y 1\
veces quedó empolvado en la cochéra.;
en consecueucia, se fue di. ipando la.
niebla que cubría Jos árboles genealógicos,
y Jos hacía tau grandes á los
ojos del vulgo.
1 ron; por esto los trabajadores rPcibieron
un salario menos e~caso que antes ; desapareció
poco á poco, 6 al menos en
parte, ]a desnude~ y E-uciedad do la ple.
be, y pudo conseguir un vestirlo, si bien
inferior al del rico, pero que imitó su
apariencia.
La filosofía, cuyos delitos &;on medí.
dos precisamente por las repentinas
En tal e tado de cosas, disipado el
humo gentilicio, se vio cuáles eran las
personas que concurrían á la hacienda
social y cuáles no; cada uno obtuvo
un valor de opinión correspondiente á
la riqueza ó á la habilidad de que estaba
provisto. Concedido así un grado de
estimación á la baja plebe, y deducido
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LA MUJER 51
otro á ]a. nobleza, el resto fue di vid ido
en una. prbporción gradual. El d esprecio
se reservó para los que querían vivir
á espensas de otro, chasqueamdo ó
pidiendo fa.vm·; la abominación para
los que hacían 1o mismo, ?'Obando; y
la beneficencia publica se iutore.;.Ó por
los que eran irn potentes para el trabajo,
no por falta da voluntad, sino de
poder.
La idea de que todos los matricula .
dos como posHe,jores de u u ca pi t,d real
ó 'indu trial concurrían á. h. b, ciPndü
social, y que cadi\ uno tenía necC:'sida.d
de los demá ·, hizo franqnear la puer.
tas de las t:..Itulias con mutua Vt>ntaj u.
de los concurrentes.
LECTURA DE NOVELAS -
Esta cla ·e do lectura ·e ha extendí.
do de una manera aJarmant en nue· .
tra soci .dad, y e muy posible que ha
ella se deba, en gr.!n p l'te, lo.; defectos
que frecueutemento se notan
en e 1 bello sexo.
La literatura moderna, al 1ac1o de
los muy pocos LuP.no. fruto · qne ofrece
como alimento á las intelig~ ·ncias,
]es da, en cambio, muchos, nocivo y
perniciosos: uuas vece , la novela presenta
el vicio con sus horribles caracteres,
sin velos de ninguna especie
para que. en vista de sus deplorables
1·esuJtados, el lector se retraiga de las
pa ·iones execradas en sns pPr"onajes; 1
otras, relata escenas escandalosas de
taberna, de cripciones de impódicas
bacanales, de a ·e inatos terribles v · r·o há mucho tiempo en El
Diario de esta. ciudad, ~eguros de que
no di'-gur;tarán á nuestras lectoras, al
menos en la idea.
EIJ JUEGO
''Escribir respecto de este vicio que
anonada, envilece y arra tra. al hombre
hasta la. aciedad, y que sacaba las
m:í~ sólidas bases de la , ociedad más
civil izada, es trabajo aj no á nuestra
pluma, no porque de conozcamos y
dejemos de deto tar todos los males
que ese a¡;-quer·o ·o vicio produce, Rino
porqne carecemos de la erudición snfiuieute
pnra hacerlo, y mucho más
cuando plumas á millares y demasiado
competentes, se han ocupado en diversas
vece. de ollo.
Queremos únicamente ocuparnos en
algunas cosas que respt'cto de ese vicio,
ó la sociedad cierra los ojos para
no verlas, ó las autoridades se hacen
indiferent s para corregirlas.
Si no e tamos mal informados, pa·
rece que entre nosotros varias Asambleas
se han ocnpado de tan grave
asunto y voces muy autorizadas se han
levantado ya para sostener la absoluta
prohibición del juego, ya para darlo
libre, r·ajo reglas espec]ales y absoluta
vjg-ilancia de la policía, ya que
no se puede acabar por completo con él.
Después de ser]as y acalorHdas discusiones,
fue resuelto prohibirlo del
todo en la República. Por supuesto
que se esperaba que las autoridades
todas se ocuparan sériamente y con
todo el interés posible de asunto tan
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liG LA MUJER
trascendental y grave, ya invigilando
ó haciendo invigilar para que no se
contrariara la ley, ya ca .. tigando con
la mayor severidad á los contraventores.
pero principalmente á aquellas
autoridades que no sr·lo se hacen de la
vista gorda para impedirlo sino que
son las primera.s en fomentar e~a~ casas
de degradación y en asistir á ellas.
Pero ha sucedido todo lo contrario, y
por consiguiente no sólo se h::~n burlado
de la ley, AÍno que se ha dado
mayor fomento á esos establecimientos
que se aumentan día por ella, que
no pagan ningún impuesto, qne nadie
vigila y que arruinan y desmoronan
la sociedad.
cipa.lmente á 1a juventud, hacia sus
centros, proporcionándoles di~tracciones
conRtantes, decentes y morales,
apoyando y proporcionando trabajo á
mnlt.itud de individuos que viven sin
oHcio, y, en fin, tV1tando de mil ma.
nerCJs t~ntas liigrimas, desolación y
rnina que por inexplicable negligencia
tlene la sociedad que soportar.
Rrr.
LUTO
A nte11.yer, á las el os de la tarde, falleci6
el.señor D. PLJ\.CIDO MORALF.S,
víctima de las heridas causadas por los
espafioles rn el ataque que tuvo lugar
el domingo último y de que dimos cuenDe
todo eso hemqs deduciclo: qne ta en nne~tro número anterior. Lf\ ma.
es deficiente la ley y entonces debe yor parte de nuestros mejores médicos
rAformarse; 6 qne si no se puede pro- de la capital, su familia y amigos, hi •.
hibir en absoluto ese vicio, se dé libre cieron r:uánto estaba ú. su alcance para
ya ea siqniera para qne las autorida- s~lvarle la vitla, pero todo fue inútil.
des ó la misma sociedad pueda vigi- Enviamos á sus deudos el mas sentido
larlo en algún tanio y reformarlo, ya pésame.
sea también para que el rl'esoro públi-co
pueda sacar alguna renta. (que por
. . \ d "EL DLRECHO ,, Clerto sería cnantwc;;aJ e quien debe r:.
y puede pagarlo sin deterioro de sns Saludarnos á ~ste nuevo peri6dico
inter~~es. ~ues si ,inT?orn.l pa~·ece que ha aparecido t:>n eRta ciudt.l.rl. del
dar hbre el JUego, mas mm01·al ttene cnal hemos recibido el número 1. 0 y le
q.ue ~r el permit~r qtH! á ciencia y pa.- j d(;seamos una larga vida, y con gusto
e1enma y por encuna de todo se bur- corre pondemos el canje.
len de la ley, el eximir de derechos á
una e peculación tan poco honrosa y
consentir el que á escondidas-en modio
de tinieblas-se desmoralice al
hijo, se arruine al marido y se envilezca
al padre de familia.
Y ya que hablamos de asunto tan
delicado, asunto que afecta de una
manera tan directa á la mujer, puesto
que ella es la que ufre las con. ecuencias.
ya como madre de familia, ya como
hija, ya como espoQa, nos permitiremos
aconsejar el que, así como en
Europa y los Estados U nidos se organizan
por el bello sexo socierlades de
temperancia que gastan y trabajan ~in
descanso para moralizar las sociedades,
se organicen también entre nosotros
compañías ó asociaciones semejantes.
que trabajen por aniquilar en
lo posible el mal de q11e nos ocupamos.
Esas asociaciones podrían atraer, prin-
CHARADA
Mi primera os un artículo,
:Mi seg'undn dignidad,
Pri·m,a y te'rcia una planta,
Te'rCe'ra y cua,rtrt animal:
De torres y chimenefls
Prima y cuarta es cmJidad.
El todo mi~ pies lo calzan :
i No te gusta? pues no hay más.
Soluci6n á la charada del numero
anterior : Rome7'0.
AZAHARES
En la presente semana se unieron
en matrimonio, en esta ciudad, el seflor
D . Daniel Villa y la señorita. D. •
M a TÍa Posada. Que la felicidad cobije
siempre ese nuevo hogar.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"La Mujer - N. 7", -:-, 1895. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687014/), el día 2025-05-05.
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