EL HOGAR CA TOLICD
,Se p:ublica bajo la dirección del Presbítero Celso Forero Nieto, Canónigo
de la Santa Catedral-Basílica
, le conviene-por los derechos
.9ue tiene .sobre el holocausto que se
mmo!a. ~o solamente es Hijo único
de Dws el que es muerto, es también
hijo suyo, y gustosa lo entrega la magnánima
madre por la salvación del
m~mdo. Dando . realmente algo de sí
\ · m!~ma, lo que tiene. de más caro, su
HIJO, para la redención de la humanidad,
compra, con tan duro sacrificio,
el título de Madre de los hombres,
que le &!'egurará la Iglesia por toda la
serie de los siglos. En ella se realiza
d antitipo de la primera mujer que
perdió al mundo. A ella pertenece el
dictado de Madre de tos vivos, porque,
nueva Eva que cumple la antigua profecía,
aplasta con su pie_, en el Calva-rio,
la cabeza de la serpiente. Y para
hacerlo entender así, Jesús, en su último
adiós, va a darle solemnemente
el nomure sacramental y profético de
mujer. En su boca este' nombre será.
m4s grande y bello que el de madre ;
tendrá algo tan vasto como el plan
divino.
Elevándose, en efecto, por encima
de todas las cavilaciones cOmunales el
Crucificado ve menos la desolación del
corazón de la madre que pierde su hijo~
que la magnanimidad de la mujer que
da este hijo para .salvar a los hombres.
Se apodera EL, pues, de esta alma
heroica en el arrebato mismo de
su generosidad, y, mostrándola al mundo
cristiano, que nace al pie de Ja
Cruz, le dice: " ¡Mujer, hé aquí a tu
Hijo!" Con la mirada señalaba al apóstol
San Juan, que, de pie a su lado,
representaba la Iglesia. Luégo, dirigiéndose
al discípulo : " ¡ Hé aquí a
tu madre 1 '!-añadió.-Este es el último
de los legados que el Señor hace
a los suyos. No debía ser el menos
precioso.
Juan, siguiendo la recomendación
del Maestro, incluyó a María en el número
de los suyos y la amó como a su
nueva madre. Preludiaba así el afecto
filial, por diverso modo glorioso y
durable, que le reservan los fieles en
lo porvenir. Los que s.e admiran o se
escandalizan de nue1stra devoción a
María y de nuestro <:elo en perp.~.t~ar
su culto entre nosotros_, olvidan que
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CA TOLICO
hemos recibido e11ta buena y dulce
Madre como piadoso depósito de Jesús
moribundo.· N ueslra devóción racio•
. nal no hace más que continuar la. obra
del discípulo amado, que recogió a
·.María, la guardó y la amó.
MoNsEÑQR · LE C~11ws
VIACRUCIS
fñdieiones de la tragedia, dejaré de
. manifest.ar que tal nombre sue na profano .
·singular drama aquel que ti t ne a Dios
por lJrotagonista; por teatro la Ciudad
. Santa;. por espectadora .la humanidad;
por desenlace la Redención del mundo.
También el nombre de Mártir a Jesús le
vi e ne menguado; y jur.to con el de Nabl
de Gali lea, quédese para el rr:al gusto de
espfritus mundanos, ~uyo ideal es un Cristo
académico, un personaje a ~u acomodo,
un recurso lit e rario. Porque propio
es del siglo ver les dolon-s del Redentor
bajo el aspecto meramt:r:te poético,
con que se hal 11 gue la imaginación y
el sentimentalismo, sin ilustrar la fe, ni
remover la conci e ncia adormecida. Mas;
nosotros predicamos sencillamente a Cristo
cruc ificado (1).
Al costado septentrional de J e rusalén
se a!zaba la fortaleza romana del Pretorio.
Partía de a JI 1 la vía, que cruzando
el suburbio y la muralla del poniente
trepaba por la loma del Calvario. Tal
vino a ser el trayecto memorable recorrido
por. nuestro Salvador: esta fue su jornada
postrera señalada en su comienzo
por un tribunal, y en su fin por una tum.
ba. De un lado la injustica humana ; del
otro, la mbericordia divina ; de una parte,
la mayor debilidad y fortalt-za juntas:
las cohortes conqui~tadoras de li tierra,
el imperio, la dignidad y el valor 'latinos,
representados por un juez cobarde. De
otra parte también hallaréis la mayor fortaleza
con la mayor debilidad : un cad~
ver destrozado; unos ancianos que le sepultan;
un joven tfmi<:lo que les acompaña,
mujeres que hacen duelo. Pero en la losa
de aquella sepultura quedó sellada nuestra
salvación; derogado el decreto de
nuestra ruina ; chirographum decreli quod
eral confrarium nobis (2).
Entre los dos extremos dd sendero,
cuántas escenas que hablarán muy alto
al espíritu de muchos espectadores de todos
los tiempos. En ese Procónsul; en esa
soldad esc;a y turba mercenada; en Jos
amigos de la víspera y compañeros de la
Cena que andan ahora bien lejos escondidos;
e·n semejante exhibición de la vileza
humana, reconoced a toJdos los pe-
(1) l. Cor. I-(2) Col. u , 14.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CA TOLICO 757
c:adores que por la propia conveniencia
truecan la amiHad de Jesús. Allí está el
escriba que rechaza la enseñanza di-vina,
y el fariseo moderno que ·acepta con res.
lricciones el magisterio de la Iglesia.
Sólo faltaba ya que el hombre diese
ur.a cruz a su Creador como le<-ho irrisorio
en que durmiese sueño de muerte,
después de refrigerarle con hiel y agraces.
Y tú, Señor, la recibiste animoso, y
estrechándola quisiste anticiparte al abrazo
con que por tres horas te tendrá suje.
to y suspendido entre cielos y ti erra!
Verdadera joya del arte religioso; pas.
mo de Sicilia y del mundo, un cuadro del
maestro de Urbino agolpa en sus no medianas
dimensiones los episodios más notables
del camino de la Cruz. Al medio,
el panorama del monte donde se advierte
una masa confusa de gentío que aguarda
el espectáculo. Pos: la cuesta va diseminada
la comitiva con Jos dos malhechores.
Arboles extraños muestran allá
sus copas funerarias, mientras por acá
un cuerpo de hombres· de arr-:1as, salien~
o de la sombra del muro, deja ver con
disculpable anacronismo los arreos de
posteriores épocas. Y en primer término,
doliente y abrumado se ofrece el Nazareno,
vuelto el rostro hacia la Madre que
hincada y a,istida por los suyos, tiende
los brazos más .bien a los verdugos que a
la Víctima.
¡Oh vosotros qu e desde las alturas de
la virtud, del poder o de la fama vinist':
is al suelo, mirad al Señor caído! 10h
.corazones generosos, imitad al hombre
de Cirene, imagen de Dios mismo que
ayuda a la humanidad a sostener su carga:
d socius fm'l ilineris mti ( 1)! ¡Persegui-
. dores de Cristo! arrebatad ~i queréis a
los esbirros esa soga tendida, esa lanza
que se enristra contra el inocente : reem.
plazadlos; haced eco al pregonero; a u.
mentad el séquito de jinetes, agitad el
pendón de! pretoriano. Y vosotras, almas
piadosas, acompañad a las santas mujeres,
al discípulo amado, a la Vi•gen Dolorida.
Salid al encu e ntro del Esposo;
guardad con Berenice el velo cnsangren-
. tado; llorad sobre vosotras mismas; subid
hasta la cumbre; y cuando el Justo, despojada
la vestidura, entregue los miembros
al último suplicio, no bi e n escuchéis
(1) Gen. XXXV.
entonces el horrible martilleo que rase-a
sus pies y manos, corresponded a esos
gclpes, en vue~tro pecho arrepentido.
Enarbolado el madero, ya podéis contemplar
a Jesús, "inclinado para llamarnos,
abiertos IJ~ brazos para esperarnoto. Atenas le hubiera colocado en e l
Olimpo, como Roma en el Panteón. Mas
la raza de dura cerviz así supo agradecerle
sus milagros: vino a los suyos y no le reci.
bieron (1). Ellos eran s:, n embargo el pueblo
escogido, cuyo gobierno fue teocrá ti~o
(1 ) J oau l.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
75~ EL HOGAR CATOLlCO
bajo la mo~arqula; el pueblo cuyos sucesores
somos. El rey de los Patriarcas y
,Profetas no podía ser otro que Dios. Pero
el Dios de los Ejércitos debía ser asimismo
un Dios humillado, varón de dolores y
éxperto en el pade cer (1), para que entendiéramos
cómo el sufrimiento hace
al hombre perfecto, ya que es propio de
nuestra naturaleza durante la vida pre·
:sente, expla las cu)pas y es el único me,
dio para la bienaventuranza. Pues el placer
aparta de Dios ; luego lo contrario del
pla·cer ha dt> unirnos con Dios perdurablemente.
Y si esta doctrina os parecier
e dura, comparad las penas del Redentor
con las vuéstras y adueñaos de su mérito
infinito.
Llevando por último el pensamiento
al sepulcro que en breve fue pedestal
glorioso de Cristo resucitado, comprended
que siendo hijos, sois tambiénÉherederos.
Si padecéis con Cristo, con L seréis
glorificados. Si filz'i, el her edes; si lamen
palimur el conglorificemur; si susllnebimus,
t! conregnabimtfs (2).
Pues os ha sido dado no sólo creer en
Cristo sino además sufrir por EL (3). Y
razón es entrar en el reino 'de Dios por
tribulaciones muchas (4), que conlleva- ·
das eq paciencia, se nos tornarán en
triunfo, en paz, en inmortalidad.
Son tan pasajeros los trabajos: el cielo,
e~ ete rno.
JUAN CRISÓSTOMO G ARCÍA
Presbítero.
A LA CRUZ
¡Oh Cruz 1 ¡Oh enseña espléndida,
Del mundo vencedora !
Trofeo d,el espíritu,
¡Oh Cr11z FtJertadora !
Iris de amor y s ímbolo
De eterna r edención.
Padrón ayer de escá ndalo,
D e Dios hoy trono augusto,
Tú eres terror del réprobo,
Sublime a fán del justo,
Itucha en la tierra y lábaro
De la inmortal Sión.
Por ti co nsuelo y término
P el munrlo logra el llanto,
)' a¡p paro el alma huérfano,
G,o r ,qna s e! quebranto,_ ·
L a fr. sus dulces éxtas1s Y a l~iRs la ~aridad. -(•) 111. L1ri-(~) Roro VIII-(3) Phi!. l.
(4) Act. XIV.
Enhies ta sobre el trágico
Tumulto de la vida,
Tus brazos unen próvidos
La tie rra prometida,
Y de un valle de lágrimas
La inmen sa soledad.
¡Oh 1 Si a tu abrigo acógense
Del mundo los pesares,
En ti h a lla p uerto e l náufrago
Y la virtud altares;
Que al abrazarte el mísero
Consagras su dolor.
Tú eres principio y lími te
Del alma a la esperanza ;
En ti justicia y t 9rmino
La lu cha humana alcanza:
Quien te od i:~ .... eternas lágrim as;
Quien te ama .. .. eterno amor.
¿Quién d emarcó tus ámbitos
Y dio a tu ley fronteras ?
¡Oh Cruz 1 El orb e humíllase :
Tú vences y tú imperas,
La tierra, el cielo, el b áratro
Proclam :~ n tu vi r tud.
Rota el ara del íd olo,
Tú sola al mundo abraza s ;
Del Pate rnón y e l Agora
Del circo y de las plazas
Triunfaste, ¡oh, siempre indómita
Locura de la Cruz 1
Cerrad el antro, ¡oh réprobos l
La Cru7 se alzó en el Moría.
Abre, Salén espl éndida,
Las puertas de la gloria,
Que tras su Rey altísimo
Se acerca a ti I srael.
Ved ya en las cumbres célicas
Las tribus redimidas ;
Sus tronos .... ¡ Cantad, ángeles,
Cómo de allí vencidas,
Rodaron con estrépito
Las huestes de Luzbel !
Salve, trofeo y símbolo
De redención glo riosa,
Bandera de los mártires,
Del penitente esposa,
Corona de las vírgenes,
Del mundo exaltación.
Salve tú, del espíritu
Senda, verdad y vida,
Pacto de amor y cántico
De libertad cumplida,
Signo de Cristo y lábaro
De la inmortal Sión.
P. R. D EL VALLE Ruu:
Agustino
D elegació n Apostólica de Colombia-Número
634- B ogotá, _25 de marzo de 1914
Señor Director de la Ga ceta llepnblicanaPresen
t e
M u y señor mío :
Varios periódicos, sobre todo franceses, de
las tendencias de Le Temps y Le Matin, es
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CA TOLICO 759
ocupan con mucha frecuencia en fabricar noticias
y anécdotas relativas al Padre Santo
algunas inocentes y otras b.yo a
esta grandwsa obra.
Organización de la Prefectura
Apostólica del Caquetá y Putumayo
y personal que tiene ocupado
· La organización de esta Prefectura Apoetólica
y el personal ocupado en los múftiples
trabajos emprendidos para dar vida a estas
selvas y estabilidad a la obra civilizadora de
la Iglesia, es el si?uiente: Prefecto Apostólico
y su Secretano, sin residenciá fi;a por
tiempo notable.
Santiago-En este pueblo hay una residencia
de dos misioneros que administran di...;
eho pueblo y el de San Andrés. Tres Hermanos
Maristas, que dirigen tres escuelas de varones,
con ciento ochenta niños. Cinco Madres
Franciscanas, que dirigen tres escuelas
de niñas, con ciento noventa alumnas. Un
taller de carpintería, con diez y seis oficiáles,
dos aserradores y cuatro individuos que diri.:.
gen seis yuntas de bueyes en el arrastre de
la madera para edificios. Tej eros, tres. Empleados
en hacer astillas para teja, dos. Ocu..:pados
en trabajos de agricultura, cinco. En el
servicio del convento, dos.
San Andrés-CaTpinterus, tres. Albañiles,
tres ; una maestra seglar que dirige la escuela
alternada, con cien alt.lmnos entre niños y',
niñas. .
Sibundog-Una residencia con uh misio-nero
que administra este pu ~blo y el de San
Francisco.
Trrs Hermanos Maristas que dirigen dos
e~cuelas de varones, con ciento vei-nte niños.
Cinco Madres Franciscanas, que dirigen dos
escuelas de niñas, con ciento diez alumnas •
Aserradores, dos. Albañiles, uno. Ocupados.
en la ganadería, cuatro. En el ~nsanc he y
mej oramiento de los patreros, tremta.
San Francisco-Un maestro y una maestra
segl~r~ s, que dirigen las dos escuelas, con
veintitrés y treinta y tres alumnos, respect i..:
vamentc. Ocupados en quemar c.al pa~ a las
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CA TOLICO
obras en construcción, cuatro. En ensanchar
7 mejorar potreros, once.
Mocoa,--Una residencia con un misionero,
que $do)inistr!l el pueblo, con un Hermano
lego. Un maeatro y una maestra seglares, que
dirigen las dos.escuelas, con cincuenta y cmco
niiios y cuarenta y cinco niñas. Un taller
de carpintería, con seis oficiales y cuatro aserradores.
OcupaJos en el servicio de la casa,
dos.
Santa Rosa, Alto r:aqrt:etá-Una r esidencia,
con un misionero_ que administra el pueblo.
Un maestro y una maestra seglares que
dirigen las dos escuelas, con cincuenta y
cuarenta y tres alumnos, respectivamente.
Empleados en el servicio de la casa, dos.
Descanse-Una residencia, con un misionero
que administra ese pueblo y los de Tun·
guillo y Condagua. Una maestra seglar, que
dirige la escuela alternada, cor:. cincuenta
alumnos. Ocupados en el servicio de la
casa, dos.
Yunguillo-Una maestra seglar, que dirige
la escuela alternada, con cincuenta alumnos.
Condagua-Una maestra sPglar, que dirige
la escuela alternada, con veinticinco
alumnos.
Florencia-Una r e11idencia, con dos misioneros
y un Hermano lego, que. administran
toda aquella región del Orteguasa. Un maestro
y una maestra seglares, que dirigen las
doa escuelas, con cincuenta y tres y treinta ·
y tres alumnos, respectivamente. Empleados
en varios trabajos, ocho. En el servicio de la
easa, dos.
Limón-Una residencia, con un misionero
que administra ese pueblo y los de San Vic.
ente y Guineo. Una maestra seg lar, que dirige
la escuela alternada, con treinta y dos
alumnos. Empleados en varios trabajos, seis.
En el servicio de la casa, uno.
San Vicente-Una maestra seglar, que dirig&
la escuela alte¡·nada, con treinta alumnos.
Puerto As/s-Una residencia con tres misioneros
y un Hermano leg o, que administran
aquella colonia y los pueblos de San
Diego, San José, San Antonio del Guamues,
Santa Rosa del Aguarico, Aguarico, Ocano,
Yocoropuí y Montcpa. En el próximo noYicmbre
las Marres Franciscanas dirigirán
Qn orfelinato y escuela alternada. Carpinteros,
treinta y dos. Aserradores, seis. Mecánicos,
uno. Directores de la siembra de a lgodón,
uno. Jefes de cuadrillas de trabajarfor f's,
s; is. Her~eros , uno. Peones trabaj adores, dosctentos
dtez.Empleados en la fonda de la colonia,
dos. Secr f,tario del Jefe de la colonia, uno.
Ocupados a ·~cide nt~lm e nte en diferen tes
trAbajos en tod .• la Prefectura, diez.
(Del Informe del Prl'ftJcto Apostólico)
PRIMERA VISITA
DE •RAY •1\ANCISCO XIMÉNEZ DK Clll!lEI\08 A I.A.
REINA DOÑA IS.A.BEL LA C.lTÓUCA
Una hora larga duraba ya la substanciosa
plática, cuando la interrumpió la
Reina de repente, pidiendo a quemarro.
pa a Fray Francisco, que, pues tánto ~abía
y tan cuerdo pensaba; le pluguiese pór
caridad ser su confesor, su consejero y su
guía .••
Horrorizdse Fray Francisco, cómo el
Cardenal Mendoza había profeti7ado, y
más que el horror, la sorpresa paraliz6
su lengua, impidiéndole negarse desde
luego rotundamente. Hízolo al cabo, alegando
razones desatinadas que a su hllmildad
parecían evidentes, pero que en
nada convencieron a la Reina, y con tal
ahínco insistió ésta y tales razones adujo
por su parte, y con tal delicadeza -sacó a
relucir la obediencia que a su Prelado y
a ella misma debía, que, vencido al fin
Fray Francisco, consintió en ello, poniendo
humildemente, sin embargo, estas condiciones
:
"Que no había de asistir en la Corte,
sino en el convento más cercano, y que en
el caso de ir a palacio, hab ía de ir siempre
a pie y solamente· con su compañero.
"Que por confesor no se le habla de
señalar ración alguna para mantenerse,
sino que para este fin había de permitír.
sele, donde no hubiere convento de su
Orden, que pidiese limosna de puerta en
puerta, según prescribían sus reglas."
Prometióselo la Reina, gozosa y profundamente
edificada, y puesto que ya le
había abierto su gran corazón de Reina,
·quiso abrirle tanbién su no menos gran.
de corazón· de madre, hablándole de sus
hijos, sus dngdes, como les llamaba siem.
pre, jardín de sus delicias y paraíso de
sus deleites hasta entonces, y que habían
de ser, andando el tiempo, manantial de
cruelfsimas penas y triste causa que precipitara
su muerte.
Su hija mayor, la infanta doña Isabel,
proporcionábala ya la inmensa pena de
verla viuda e inconsolable, a los ocho meses
de casad ~ ; los otros cuatro se educaban
entonces a su vista, y esto, que era
el úniw recreo de su vida y el solo des.
canso en sus trabaj'>s, era al mismo tiempo
su preocupación constante.
Eran ellos : el príncipe dón Juan, gloria
y legítimo orgullo y esperanza de
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CA TOLICO -
sus padres, que tan presto había de desaparecer;
y que contaba entonces cator.
ce · años; segulale : la infanta doña Juana
de doce, tan pare cida en el rostro a s~
abuela p~terna doña J o.1ana Enrlquez,
que la Rema solla llamarla, por donaire,
mz' suegra; la inf .t nta doña María, d· ~ di e z,
única feliz de la familia, que fué reina de
Portugal y madre de la emperatriz doña
Isabel, esposa de Carlos V, y la infanta
doña Catalina, la más pequeña y la más
desgraciada de todas, que contaba en·
tonces siete años, y habla de se r reina de
Ingla terra y víctima de su o dioso marido,
Enrique VIII.
Era la hora en que los Infantes solfan
dar sus lecciones, y deseosa la Reina de
hacer a Fray Francisco alguna distinción
cariñosa que expresase su agradecimien.
to, invitóle a ver a sus hijos en la intimi.
dad, honor que rara vez dispensaba y a
muy po cas personas concedía.
·Llevóle entonce s ella misma por un e strecho
co rredor que ponía en comuni : ación
sus habitaciones con las de sus hijos
y le permitía visitarlos a todas horas, sin
necesidad de atravesar las galerías y sa.
Iones, llenos siempre de cortesanos, guar.
días y curiosos.
Había, como a la mitad d e l corredor,
una puerta abierta, a medio cubrir por
dentro con un rico tapiz, y a ella se acer.
c6 la Reina de puntillas, haciendo mudas
señas a Fray Francisco de que mirase
por la abertura. Hfzolo así el francisca·
no, y una dulce y complacida sonrisa se
dibujó en su austera fisonomía .
Tenía ante la vbta lo qu e llamaríamos
hoy una sala de labor, muy am plia y regia.
mente decorada ; colgaban de las pare·
des paños de brocado azul cele ste , color
favorito de la Reina, y ve íase en el fondo
el estrado indispe nsable en tonces en
toda habitación regia, y que el afán d e
imitar todo lo que nos supera, introdujo
después e n los palacios d e los Grandes y
se vieron más tarde en todas las casas
de la Nobleza. Sobre el estrado había un
gran bastidor, sobre poco más o menos
como los que se usan hoy, en el cual bordaba,
a la sazón, la Reina, con oro y se-
das de colores, un rico ornamento que
dedicaba a la nueva Catedral de Granada,
y que en ella se conserva.
Era el bastidor muy largo y bordaban
en él tres personas al mismo tiempo : en
medio bordaba la Rei:ta, y veíase enton-ces
su sitial vado; a la izquierda hac(alo,
con grande afán y cuidado, doña Menc(a ·
de la Torre, y a la derecha bordaba tam- ·
bién una niña de doce años, flaéa y r~bla,
que era la infanta doña Juana -; una dueña
vi e ja, maestra de bordar, guiaba su
poco experta aguja, y otra dueña de las
de su servicio, sentada en un almohad6n,
le escogía las sedas y le enhebraba
las agujas. .
En el otro extremo del estrado, la: infa
nta doña María y una dama muy joven
y muy bella cosían en sendas almoh adillas
pi ezas de ropa blanca, y otra d 1,1eña
muy vi eja enseñaba a la tie rn a infa nta
doña Catalina el manejo d e l huso y de la
rueca, en una pequeñita construida al
efecto.
En medio de todas, y sentada en un
escabel, una dama, ya ma dura, leía en
voz alta y acompasada un libro manuscrito
con cubiertas de cuero amarillo y
cerraduras de latón, q ue se ti tulaba Tercero
tratado del libro de las mugeres , y q ue
todas escuchaban religiosamente.
Era esta señora la célebre doña Beatriz
Galindo, llamada comúnmente la LaHna,
que habla sido maestra de latín de
la R ei na.
Dejó ésta gozar breves momentos a
Fray Francisco de aquel espectáculo,
grande en su sencillez, que había de inmortalizar
la Historia, y ent ró al fin en
la sala de labor, seg ui da del franciscan o.
Levantáronse todas a su vista, perma.
neciendo cada cual e n su p u esto, menos
la infanta doña Catalina , q ue tiró la rueca,
preci pitóse fuera d e l estra do y vino
a col g arse d e l brial de su mad re. H!zo la
és ta arrod illa r se a nte F ray Fra ncisco,
para qu e la be nd ije se, y besarle luégo el
cordón de su hábito ; llamó después, para
lo mis mo, a las otras dos infantas, d oña
Juana y doñ a Ma ría, y como si quisiera
lu cir a nte e l fra nci5 can o las ha b il id ades
de sus hijas, m :>stró le con se ncilla satisfacción
de madre lo s cartapacios latinos
de éstas, que sobre una mesa de estudio
all! se ha llaba n corregidos por su maest
ro, e l italiano Ale jand ro Geraldino; hizo
tocar a doña J uana en un cla viórgano un
himno religioso, y cantar a doña Marfa,
a compa ñándola su he rmana, unos villancicos
de J uan de la Encina, y hasta la infantita
doña Catali na recitó en latín el
Padrenuéstro, e l Cr Pdo y l a Saluta ción
angéli ca , con fo r malidad ta 11 g rave y die-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO
.. .
ci6n tan clara y tan pura, que parecía
digna de la Princesa que proclamó Luis
Vi11es, más tarde, por la más culta de
Europa.
Llevóle luégo a ver al que, con tanta
más razón que Cornelia a sus hijos, podía
e lla llamar su joya: el príncipe don Juan.
Había en el mismo corredor, poco más
allá del cuarto de las Infantas, una estrecha
escalerilla de seis o siete peldaños,
abierta en el mismo muro, y por ella subió
la Reina, seguida siempre de Fray
·Francisco.
Encontráronse entonces en una especie
de reducida tribuna, cerrada por una celosía
que daba al salón de estudios del
Príncipe; desde allí solía presenciar la
Reina las "lecciones de su hijo cuando no
asistía a ellas públicamente.
Sonaban entonces en la sala voces de
muchachos, como si riñesen en latín con
grand'e s exclamaciones, y atónito Fray
Francisco apresuróse a mirar por la ce.
losía ....
Aquello se diferenciaba mucho de la
sala de' labor de las Infantas; era una
gr-an pieza cuadrada, revestida toda de
maderas oscuras; cubrían algunos tableros
del maderaje ricos cueros labrados
de Córdoba ; otros, primorosos mapas,
l0s más adelantados de su época, o dibujos
anátómicos que enseñaban la estructura
y mecanismo del cuerpo hum:mo, y
leíanse también en algunos máximas morales
y religiosas, escritas en latín y en
griego. En el testero, y sobre un dosel
que lo ocupaba, leíase en grandes caracteres
de oro, como si se quisiera indicar
que en la carrera del saber es lo primero'
que debe aprenderse: IniHum sapienliae,
timor Domini.
·Cobijaba el dosel dos grandes sitiales
destinados al Rey y a la Reina cuando
asistían a las lecciones de su hijo, q •Je
erá con harta frecuencia. A la izquierda
de este solio estaba la cátedra del maes.
trb, con gran sillón de baqueta, e n que se
sentaba durante la lección el maestro,
aun eri presencia d e los Reyes, y a la derecha,
· la tribuna del Príncipe don Juan,
especie de pulpitillo muy semejante a las
sillas de coro que aún nos quedan de aqu e l
tiempo, con elegante doselete tallado,
asiento de madera con blando almohadón
de paño y pupitre giratorio adosado al
mismo asiento¡ y también ricamente es.
culpido.
Entre la cátedra del maestro y la tri- buna
del Príncipe habla enfiladas otrascinco
tribuniilas, iguales a la de éste, aunque
no tan altas ni tan ricas, dedicad~s ar.
los cinco niños, escogidos por la Rema,.
que se educaban con el Príncipe, a fin de
despertar su emulación y aprovecharse
de las ventajas de las educaciones colee.
ti vas.
Con igual obj eto le había rodeado deseis
pajecitos de su edad, de las primeras
familias del R ei no, que le servlan y
aprendlan juntos, con el maestro Bernal
el manejo de las armas y el caballo, lo!>
deportes en uso, y, sobre todo, la música,
a que siempre fue el Prlncipe muy aficionado,
como todas sus hermanas.
Tenia también otros cinco p~jes de
mayor edad que le vigilaban constantemente,
sujetos todos a los dos ayos, el co.
mendador de Hornachos, Juan Zapata,
primero, y despu és don Sancho de Castilla ~
Más tarde formóle también su previsión
de madre una espscie de Consejo, compuesto
de los más g·raves personajes del
Reino, donde se proponlan, es t udiaban y
resolvían imaginarios negocios de Esta-
. do, verdaderos muchas veces, con el fin
de enseñar al Príncipe la difícil práctica
del gobierno.
Cuando Fray Francisco, atraído por
los gritos, se asomó a la celosía de la tri-buna,
daba el Príncipe su lección de Humanidades.
Estaba sentado en la cátedra un frail e
dominico, de fisonomía inteligente y bondadosa,
que era Fray Diego de Deza,.
maestro entonces de Humanidades del
Príncipe y luégo Arzobispo de S evilla.
En su tribuna de enfrente se hallaba don
Juan, que contaba entonces quince años
y era muy alto para su edad, y bién hecho,
pero de constitución débil ; su fisonomía,
en extremo agradable , hallábase iluminada
siempre por esa simpática expresión
que llama el pu Pblo anda luz ángel,.
y má!> qu e a su madre, r e cordaba a su
tío, el desgraciado infante don Alonso, a
qui e n los rebelde s de Avila proclamaron
R ey en vez d e Enrique IV.
El cabello, rubio como el de la Reina
y muy abundante, llevábalo cort<:do en
forma de fl ~ quillo sobre la frente, a la
moda del tiempo, y largo hasta los hombros
y espaldas por las demás partes.
Vestla una ropa larga morada, muy an-.
cha, con flores del mismo color, más os-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO -
curo, en relieve, y encima un tabardo sin
mangas, de terciopelo negro.
. Los otros cinco condiscípulos del PrínCipe
seguían, como él, la lección atentamente
desde sus tribunillas, y era el tema
de; ella aquel día el at~álisis crítico de la
comedia de Terencio el Heaulonlimor ou"'.
enos, el cual hacían de la siguiente cunosa
manera :
Repartfanse los papeles de la comedia
entre todos los alumnos, y después que
cada uno habla estudiado en particular
el personaje que le correspondía, su carácter
propio y las circunstancias en que
se encontraba, leíase la comedia públicamente
en el aula, cual si fuese una representación,
pero sin moverse ninguno de
su tribunilla, de pie los que figuraban es.
tar en escena, sentados los demás, y procurando
tan sólo dar vida, expresión y
verdad a lo que declamaban.
. Seguían todos la lectura en ej e mplares
1mpresos de Terencio, de la edición hecha
en Venecia en 1471, y que la Reina
había hecho traer a toda costa, como
cuantos libros eran necesarios o solamen.
te convenientes para la educación del
Príncipe.
Después de cada acto hacía Fray Diego
de Deza una breve disertación sobre
él, haciendo notar las bellezas y marcando
los defectos, y durante un cuarto de
hora podían después todos lqs discfpulos
exponer sus dudas, siempre en latín, o
hacer sus observaciones.
Tenían todos los estudiantes, incluso el
Príncipe de Asturias, designado otro de
entre ellos mismos para corregirles en alta
voz, durante las lecciones, las faltas de
prosodia latina que cometieran, cosa harto
fácil en los que comienzan a e jercitarse
en la hermosa y difícil lengua del Lacio,
y daba esto lugar a curiosos episodios infantiles,
que ponían de relie ve el carác.
ter de los muchachos y el mayor o menor
grado de humildad o de soberbia que
poseían.
Y sucediÓ aquel la ma ña na q ue h acía
el Príncipe el pape l del anciano Chre.
mes; protagonista de la come di a ; había
estudiado con gran intelige ncia y cuidado
su carácter irascible y quejumbroso, y
procuraba, con grande ahinco y entusias.
mo, expresarle fielmente en su declama.
ci6n, preparando poco a poco el efecto
de aquel tan famoso verso, siempre aplaudido.
Ho'nlo sum; Jmmani ni,.l a me alienum
pulo ( 1 ). y como s'u mismo ent usiasmo le.
distrajese y emhargase, esca pósele un a
falta garrafal de prosodia.
Le vantóse al punto su corrector, que
era don Garcfa de Toledo, pr imogén:to
del Duque de Alba, y con voz atronadora
corrigió la falta . Hizo esta interrupción
sobre el entusiasmo del Príncipe el efecto
de un jarro de agua fría , y con un gesto
de impaciencia, digno del mismo Chremes,
prosiguió declamando sin confesa rsu
error, ni hacer caso de la enmiend a .
Enrojeció de cólera don Garcfa hasta
el blanco de los ojos ; mas sin descampo .
nerse ni dar muestra al g una d e e nojo, limitóse
a recitar la regla en que marcaba
l_a cuantidad de aquella sílaba la g ramática
a cabada de p ublicar por A nto niode
Nebrija, escrita, según se cree, para
las damas de palacio.
Llamó entonces al orden Fray Di eg o
de Deza al Príncip e, levanta ndo un a va .
rica que tenía sobre la mesa, según era
costumbre, y éste, haciendo un esf uerzo
sobre sí, vol vió atrás en su lectura y repitió
el período, pronuncia ndo la palabra
como don Garda le había cor regido.
Un murmullo de aprobación se leva ntó
entonces en la sala, como apla udiendo lapronta
obediencia del Príncipe y la moderación
de don García. Fue este don
García de Toledo el mismo que murió
heroicamente, años después, en la fl or de
su juventud peleando contra los mor os de
Gel ves.
Sonrió gozosa la R ei na a l oír aquel
murmullo, y señaló a Fray Francisco el
lugar de donde provenía : reparó entonces
éste en que había a lo largo de lapared
bancos sin r espa ldo, y sentados en
ellos todos los pa jes, ofi ciales y caballeros
del cuarto del Príncipe, seguía n con
avidez las lecc iones ; reparó también q ue
por la ancha pue rta de la sala, abierta
de par en pa r , asomaba n racimos de ca-.
be zas de hom b -es de todas edades y condici
ones, pero especial mente jóven es, qué- -
con igu a l a nsia y cui imidad oían las le cciones
del maestro y las disp utas de losdisd
pul os.
La Reina ha b ía mandado franquear
aquella puerta a todo el que lo so licitaba, _
deseosa de despe r tar en los cortesanos
primero, y en todos después, el amor y
(1) Soy hom bre, y creo que nada huma n()
me es aj eno. -
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
764 EL HOGAR CA TOLICO
afición a las letras, al saber y a la cultu.
ra de que daba ejemplo ella misma, y
que poco a poco iba implantando en el
Reino.
.. Alzó el franciscano las manos juntas al
cielo, comó en acción de gracias, porque
a la vista de aquel espectáculo y a la sombra
de aquella mujer extraordinaria, Reina
poderosa al mismo tiempo, se le presentó
por primera vez como posible el
pensamiento que de continuo atormentaba
su mente como un h ermoso deseo
irrealizable, como una bella ilusión que
nunca tendría cuerpo, como una dorada
quimera f~era del alcance de sus débiles
manos.
¡ La fundación de la Universidad de
Alcalá 1 ...
(De Fray Francisco, por el
R. P. LUis CoLOMA, S. J.)
El afio apostólico de 1913
POil M. A. GUASCO, SECRETARIO DEL CONSEJO
CENTRAL DF. PARÍS DE LA OBRA DE LA
PROPAGACIÓN DE LA FK
Cu ando se ven en conjunto los aco ntecimientos
que han llenado estos úl.limos a ño s,
siéntese renacer la esperanza, si se tiene el
alma ca tólica. Parecen e n t onces surn ~ rn e nte
mezquin as las pequeñas disputas que perturban
a t an tos hombres, p or otr a pa rte inteligentes,
y les hace n dudar del porvenir y
creer a l a Iglesia n egada p or las muc hedumbres,
conden ad a por la Ciencia, en m archa
hacia irre mediable fin.
Jamás, desde hace mucho tiempo, la I g lesia
d e Di os, que atraviesa las persec uciones
sin c,o_noc e r el de salien to, y es más, que las
cons1dcra corno uno de los e lementos de s u
v ida, co mo una prueba de su fu er za, jamás,
repito, ha visto a l a Divina Provid encia trabaJa
r por ella con tan to esplendor. La s pruebas
de deferenc ia que sus r epresen tantes r ecib
en de l ns a u torida des disidentes, el mov imien
to de apr oximación h acia R oma que s e
n ota esb ozado en c ie rtos g obiernos c ism áticos
, el des eo de unidad qu e se mani fi esta en
el seno de poblacio nes separadas d el centro
de esa unidad, el llama m iento hecho po r pa ganos
a las oraciones de los fi eles, los congresos
que los católicos or ganizan con tanto
éxito en p aíses donde su solo n ombre era , n o
h ace mucho, título s uficiente p ara l a proscripción,
t od o es to merece que la histor ia lo
reg istre, y fo r zará la atenció n de l os escritores
de l p_o rvenir, .p u es ve rán en toJo ell o gest
os d.e D10s, y r endirán su razón ante e l m isterio
de sus desig n ios, cuyo d esenvo lv i mi e nto
Je s será .dado p r ese nc iar.
Cuando, en el silencio de las catacurnbu
y el discreto abrigo de seguros asilos, se multiplicaban
l os c ristianos bajo el principado de
tiranos como Ner ón, de filósofos como Mareo
Aurelio, de grandes h ombres de Estado como
Dioclesiano, y m orían en las arenas des trozados
por las garras de las fi eras, en los tribunales,
en el caballete, en las encrucijadas y
pris iones baj o el hacha homicida, los pr ocónsules
perseguidores creían haber v en cido a
Dios ; m as EL trab aj aba por las víctimas y
los descendi entes de sus verdug os. Un día
llegq, en efec t o, en que el Emperador cerró la
éra de las persecuciones, y proclamó en 313,
por el Edic to de Milán, la tolerancia religiosa.
Hoy, como en los tiempos heroicos de
la Iglesia, e l cielo vela y obra P.O r ella, y lo
mismo que en aqu ella é poca brdlan ante los
oj os de t odos l os que saben ver, las pruebu
de s u acción.
La Obr a de la Propag aci ón de la F e debe
especial mención a esa memorable fecha de
313, a las grandes sole m n idades relig iosas
que han conme morado el décimosexto centenario
de l g ran acontecimiento, a las let ras
apos tólicas por las cuales Su Santidad Pío X
se ha d ignad o con ceder al mundo en te r o un
Jubileo cuya s condicio nes debían ser indicadas
por los Obi spos de cad a diócesis.
El 30 de m arzo se a brier on .en Roma las
Fi estas Consta ntinia nas, con una cerem onia
conmemorativa en las catacum b as de Santa
Domi t ila; el 8 de diciembre se efectuó la claus
ura de las m isma s e n Santa Ma ría la Mayor,
d espués de un Triduo de acción de gra cias . El
6 d e abril s e ce lebró en la Basílica de Sa n Juan
d e Letr án, madre y m aes tra de todas las iglesias,
u na Misa pontifical d e rito g riego , con
concelebraci ón, si e ndo ofician t e Mons. Isais
Pa pa dopolo s, Obispo titular de Gra tianópoll's
, el cua l desde el 21 de e nero de 1912 ejerce
juris dicción apostólica en Constantinopla
y e n el territo rio de l v ica r ia to apostólico, sob
re los fi eles d e ri to griego puro. ..
¡ Y a hora , caros lec t or es , mirad y sacad
consecuen cias ! ·
El vener able P rel a do c u yo no mbre hemos
cita do, v ie ne del c isma . P er t enecía en otro
ti em po a l rito g riego, llamado ortodoxo ; na ·
cido en 1855 abj ur ó en 1877 , y fu é orde nado
de sacer do te en 1882, por 1\tons. Be njamín -
E rsevides, a n tig uo Ob is po titula r de Neapolis
y au x iliar de Bos n aser a'i, par a los cisrni- .
tieos, el cual tam b ié n había vuelto a la unión.
L as poblaciones que han permanecido nestorianas
se aprox i ma n cada v ez más al rito
cald eo católico, y nótase marcado movimient
o entre los jaco bita s . P or ot1 a parte en Eur
opa la s disp utas b alkánicas han hec ho nace
r deseos nuevos . Los periódicos han insistido
lllu cho sobre la in tenció n manifestada
por el g obierno serv io, tan alej a do hasta aquí
de l os católicos, de establ ece r un Concordato
con Roma. Hase podido comprobar que entre
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO
los búlgaros de· Macedonia se empezaba a hablar
de un retorno posible a la unidad romana.
Después del Congreso Eucarís tico reunido,
hace a!gunos años, en ,Londres, y que fué,
por pr1mera vez, despues de la reforma, ocasión
de la presencia de un Cardenal legado
t>n la gran metrópoli d el Imperio británico,
después del de Montreal en 1910, hemos visto
este año celebrarse c tro Congreso Eucarístico
internacional en territorio inglés, en
la isla de Malto~, cuyo gobernador, sir Run·
die, hospedó en su casa ul Cardenal Bour·ne,
Arzobispo de W estminster.
¡Qué grata emoción causó en el mundo católico
la conversión de los ben!!di ctinos anglicanos
de Caldey que, en número de 3g, entraron
en el seno de la l~les ia católi · ~a el 28
de febrero de 1913, cuyo eJemplo siguieron 37
religiosas de la misma orden, dependientes
de ls Abadia! ¡ Y cuántas otras conversiones
de menos resonancia ! Inglaterra y Escocia
que, a principios df'l siglo XIX, formaban
un verdadero país de Misión con
sólo 1.2o,ooo católicos, contaban en 1900,
1.86s,ooo; y siete años más tarde, 2.xgo,ooo;
número que todavía se acrecentó de modo
considerable en los cinco últimos años. Este
movimiento ascensional se comprueba por
todas partes. Los Estados Unidos, por ejemplo,
que en 1.0 de enero de 1900 poseían una
población católica de 10.129 ,677 almas, c ontaban
en e nero de 1913 15 millones xs 4,158.
¿Y qué diremos de la China ? ..
El 15 de marzo de 1 899 publicóse un decreto
imperial fij ando las relaciones entre las
autoridades locales y el clero católico. Cabía
pensar que se iniciaba en el Celeste Imperio
una nueva éra para la Religión cris tiana, y
cuando el 14 de junio sig uiente, el embajador
de China, que asistía a una Mi sa e n acción
de gracias en Nuestra Señora de las Victorias,
vino a inclinarse ante Su Eminenéia el
Cardenal Richard, los testigos de aquella escena
tuvieron como una visión del porvenir,
Casi en seguida, sin embargo, se oscurecía
·el cielo, violenta tempestad pasaba sobre la
China, amenazando arrastrar en su furia todo
.o católico, y abriendo una nueva éra de per
·lleeuciones. Todo fué arrastrado, es verdad,
pero muy de otro modo de como se suponía.
Ya hemos contado cómo la Revolución había
echado a tierra el trono de los soberanos
mandchús, y a esta Revolución de que enton.
ces hablábamos el año pasado, suce::J ió este
.año una guerra civil que invadió el Norte y
Sur. Por t odas partes, en medi o de dos borrascas,
fueron respetados los misioneros y
sus establecimientos. Si en un punto dudo
hubo algunas destrucciones, fueron resultado
de atentados particulares.
Si Hoog-Ou, el fundador de la dinastía de
•os Ming, si los soberanos perseguidores, como
Young-tcheng, K'ien-loung, Kia-'king~
y tantos otros, hubiesen salido en la pasada
primavera de sus tumbas, hubieran presenciado
estupefactos una cosa sorprendente. A
petición del mismo gobierno chino dirigiéroose
preces al Señor, el 21 de abril de _rgr3,
en la catedral de Pekín, con motivo de la
apertura del nuevo Parlamento, y por la Chi~
na en general. El ministro de Negocios extranjeros,
convertido al catolicismo en 1911.
Lou-tsentsiang, asistió persona!mente a la
ceremonia, en la cual el Presidente de la República
estaba represen tado por su secretario
Tang-tsai-tchang. Hubieran escuchado, aque~
llos fantasma• de otras edades , las mismas
plegarias, dirigidas al Señor de cielos y t ierrH,
en otras varias ciudades, a instancia. del
Gobierno mis mo, y asistir a ellas en cada localidad
los primeros funcionarios, con carieter
oficial, acompañados de crecidos destacamentos
de soldados en traje de g ala. Tanta
abnegación desplegada en el curso de los siglos,
tanta sangre derramada, tantos sacrifi ~
cios libremente consentidos y heroicamente
aceptados, tan tos trabajos, t antas fatigas,
cuidados y oraciones, obtienen al fin fiU recompensa.
Par ecen haber lleg ad o los días de
salvación." El tiempo marcado para la resurrección
de la China ha sonado al fin," nos escribía
últimamente un misionero de todos
muy conocido, M. Gervaix, y po.· ello debemos
todos dar gracias al g rán n :spensador
de toda misericordia, que ha querido que esta
resurrección se efect.u nse sin grandes conmociones
ni ruinas. ¿ Quién hubiera podido sos·pechar,
en efecto, hace ahora un año que de
semrjante alzamiento, de tal sohresalto del
tercio de la población del globo , se constituiría,
en el es pacio de cien días, la de mocracia
más flamante que existe debajo de l sol ? ..
Las granJes con ce pciones no se hace n, sin
embarl?o • sin sacudidas, y de ell o somo s testi
8' os m tran q uilos en nuc;; tra viej • Europa.
¡ l¿ué de ruinas acumuladas y cuánta miseria
en esos Balkanes, donde la g uerra sucedió a
la guerra! En el seno de esas turbulentas
conflagracion es, capaces de desbaratar todos
los cálculos, y que derraman vi vís ima luz sobre
la historia de la ocupación del imperio
griego por los Otomanos hace vario s sig los,
nuestros religiosos .Y r eligiosas han puest o
una vez má s de relieve la caridad católica.
Citar emos algunos hechos, entresacados al
aza r de en tre los muchos q u e han ocurrido.
Kady -Ke uy tuvo tres a m bulanc ias desde
el principio de las hostil id ades tu rco -balk!~
ni cas, la primera en el Colegio de l os Herma ~
nos de las Esc uelss Cristia nas, en la q ue ellos
mismos prodig·a ron sus cuidados a los heridos;
la srgunda en U D hosp ita l alquila do con
este 0bjcto por l a cnlonia euro pe a ; la tercera
en uD co nve nto q ue los Capuchin os pusier o n
a di s posi ción de Mme . Bompard. Estas dos
últimas habían sido confiadas a las Obla tas de
la Asunción, de las comunidades de Ha1dar~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
766 · EL HOGAR CATOLICO
Pachá y de Phanaraki, ·auxiliadas en sus caritativas
tareas por seño'ras y señoritas de las
principales familias. A la Superiora general
de las Oblatas de la Asunción fue a quien M.
Pichon, Minis tro de Negócios extranjeros de
Francia, hizo llegar las felicitaciones y muestras
de gratitud del Gobierno britámco, por
el valioso concurso que es tas Hermanas prestaron
a la dirección del Hospital anglo-oto·
mano de Andrinópolis. " Es imposible, escribía
el cónsul de Inglaterra, hablar en términos
bastante encomiásticos de la abnegación
y celo desplegado por estas s ,• ñoras en
el desempeño de los deberes que se habían
impuesto, lo mismó que del valor y sangre
fría de que han dado prueba bajo el fuego. La
tarea del hospital no hubiera podido llevnrse
ll cabo sin su asistencia." .
-A principios de noviembre de 1912, las Hijas
de la Caridad de San Vicente de Paúl,
francesas, en Constantinopla cuidaban los heridos
en siete lugares diferentes : en el hospital
francés, en los tres hospitales de la Paz,
G_erencia y Municipal, en el hospital y en la
Escuela militar, en tanto que sus Hermanas
de la Casa San Jorg·e de Austria s e ocupaban
de ellos en sus hospitales y en una ambulancia.
En aquella fec ha se calculaba en unos
2o,ooo el número de heridos reunidos en
Constantinopla.
En Salónica, el celo de las Hijas de la Caridad
se desplegó, sobre todo, en favor de los
refugiados turcos que se morínn de miseria y
de hambre, amontonados en aquella ciudad en
número de 3o,ooo a 4o,ooo. Fueron, asimismo,
e~¡tas buenas Hermanas, la Providencia visible
de los fugitivos turcos en Koukouche, Yenidze
y Monastir. Según la expresión de M.
Cazot, superior del s eminario búlgaro de Zeitenlik,
"el Cat olicismo ha hecho honor a su
reputación de caridad.''
· Cuatro Hermanas, con diploma de la Sociedad
de socorros a los heridos militares de
París, mostraron su blanca corneta en la ambulancia
de los heridos montenegrinos de
Padgoritza, y otras cuatro en Uskub, entre
los servios.
· Mons.Mennini, vicario apostólicodeSofía y
FiHpópoli, tributó también sus elogios a sus
coláboradores, en enero próximo pasado :
"Todus los hospitales de la Misión están, en
eate momento, llenos de heridos. De igual
mo'dó, todos nuestros establecimientos escolares
fueron transformados en ambulancias,
en lás que cientos de soldados y de heridos
han recibido y reciben aún los más inteligentes
y caritativos cuidados. No puedo menos
de. llamar vuestra atención sobre la conducta
admirable de nuestros Hermanos de las Escúelas
Cristianas, y de nucsti·as Hermanas de
Sán José."
Nuevas pruebas de abnegación, nuevas
manifestaciones de la caridad cristiana se
dierón en la segunda guerra balkánica, pero
sería forzoso repetir lo d"icho ya. La Tracia
fue la que salió, por des gracia, peor parada
en esta última sacudida. Oc Gallipoli a Tchataldja,
hasta la frontera búlgara, sólo se oía
un mrnenso grito de d olor ; ¡ no quedaba ya
en pie ni un solo pueblo cristiano ! Los que
habían sembrado no han cos echado; los que
habían plantado la viña no han vendimiodo.
Vióse mendigar el pan de cada día a ancianos
no há mucho p ose edores de pingües r entas,
pobres mujeres errantes sobre los despojos
de sus moradas de rruidas, largas filas de
viudas y huérfanos implorando la caridad
cristiana. Estas viudas y esos huérfanos apenas
si tenían con qué cubrir su desnudez. No
fue tan sólo en la Europa oriental y en las islas
griegas, sino también en la Turquía asiática,
d onde la guerra proporcionó a los misioneros,
a los Hermanos y a las Hermanas
ocasión de derramar, en provecho de l os heridos
o de los refugiados, l os tesoros de abnegación
de la caridad católica ; todos despertaron
así las simpatíaq, hicieron que se desvaneciesen
inveterados prejuicios, y pusieron
fin a las hostilidades de secta. 1 Quiera Dios
que la paz , firmada d ~sde agosto, d é a los desgraciados
países balkánicos largos días de
reposo!
Antes de las invasi ones árabes, el Africa
del Norte era cris tiana ; grandes hombres
que son ahora grandes santos, habían ilustrado
sus iglesias. Después del paso de las tropas
de l profeta ya no se oyó en estas regiones
desoladas más que la pleg aria musulmana.
Salvo alg unos cónsules y los españoles de
los presidios, no se encontraban cristianos
en la costa del Mediterráneo, desd e Trípoli a
Marruecus, más que en las prisiones de Túnez
y de Argel, o en los dominios de algunos
moros ricos del interior. Cuando los Esta dos
de la Europa occidental comenzaron a poner
el pie en el suelo africano, reaparecieron las
iglesias, reconstituyéronse, en parte, las diócesis,
y el año 1913 fue testigo de la continuación
de los gestos de Dios, impuesta, en
cierto modo, por la fuerza de los acontecimientos
y la consecuencia de hechos anteriores
a ks gobiernos modernos.
En el momento en que nos tocó en suerte
la penosa tarea de poner fin a la anarquía marroquí,
la esclavitud estaba reconocida oficialmente
en Marruecos y esparcida casi por todas
partes. M arrakesch era un mercado público
de esclavos. Francia ha puesto legalmente
fin a este repugnante tráfico. Lo mismo ha
ocurriclo rn la Tripolitania, hecha italiana;
también allí se han cerrado grandes exutorios
d e e sclavos ; las dos hermanas latinas han
trabajado, en la costa africana, por la civilización
c1·is tiana.
La regencia de Trípoli, hasta aquí Prefectura
apostólica, confiada a los Franciscanos
italianos, se convirtió en Vicariato con el
nombre de Libia, siendo designado como Vicario
Mons. Luis-Juan-Bautista Antonelli,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO -:
de la Orden de Hermanos Menores. ·La 'Prefectu~~
apostólic~ Marruecos, que citarnos
t~n so.o corno re~rdo, fue transformada en
Vicariato apostólico _el 14 de abril de 1go8, y
confiado a los Franciscanos españoles.
_ NOTICIAS DEL EXTERIOR
-L'OssERVATOR E RoMANO ha vuelto a hablar
de los dis cursos del Arzobispo de Udine
l\~onse ño r Rossi, y del Con de de lla Torre di~
c1endo . que es ridículo asegurar que :n la
Vllf Semana Socla l de los ca tólicos italian
os se hayan formulado renuncias en nombre
~e la Santa Sede ; que a la acusación que los
h~t'ral e s hacen a _los ~ató licos de haberse petrlfic~
do en su cnteno sobre la cuest ión ro~
ana, p~ede opo n c r ~e ~ 1 hecho de que hoy se
d1 s cuta SI pueden extst1r otras soluciones además
de la qu e hasta h oy era considerada co mo
únic" ; y que la presente ley de garantías es
abso lutamente insuficiente para garantizar la
libertad de la Santa Sede .
-EN PARÍS se ha celebrado con entusiasmo
delir~nte l_a reunión de lo s queelañopasado
han s 1d o mdagrosamente curados en Lourdes
; también se ha reunido la Conferen cia
int~~naci o nal para la s eguridad en la navegaclOn.
-THE S cm~TJFJC AMERICAN ha premiado,
e!l concurso ab1erto para averiguar cuáles han
s1do los diez más grandes de scubrimientos de
los,ti~mpos modernos, la respuesta dada p or
W!lham Wyman , de Wáshington, que dice
así:
''Los diez inventos más grandes del últip¡
o cuarto de siglo han sido: El horno eléctrico,
d escubierto en 188g, horno de altísima
temperatura, parecida a la de las primeras
fuerzas de la naturaleza, que puede producir
gemas artificiales, carborúndum, carburo· de
calcio, nitratos, grafitos artificiales, y que ha
revoluciooado la industria del acero. La turb!
na de vapor, que data de 18g4. El automóVIl,
cuyo desarrollo empezó en 1892 . El cinematógrafo,
inventado por Edison en 18g3. La
telegrafía sin hilos, descubierta en 1900 por
~ranley y Marconi. El aeroplano, que ha reahzado
desJe 1906 uno de Jos sueños de la humanidad.
La cianuración de los minerales
auríferos, que des de dlgo aumenta la riqueza
mundial. La linotipia, que ha revolucionado
el arte de la imprenta. Los trllnsformadores
elé ctricos, imaginados por Nicolás Tes-·
la en 1888, que han permitido el transporte
a distancia de las corrientes eléctricas. Y los
procedimientos para soldar eléctricamente,
de Elihu Thomson. ''
Los REl-IGIOSOS VOLVERÁN-¿ Qué sucede en
Francia ? No hace muchos días dábamos
cuenta de manifestaciones hechas en favor de
las Hermanas de la Caridad.
Pero ya no son únicamente las Hijas de
San Vicente de Paúllas llamadas por el pueblo
francés.
. · ~e ha dad~ u.n paso más :. a-hora son Jos reltg:
wsos. d~ d1sttntas órdenes expulsado.!! ,por
elpcobm1smo l os llamados por la voluntád
n ac ional.
Recien~emente se ha organizado en B~rdeos
una 1mp onente man-ifestació n para pe.dir
a los poderes públicos la vúelta de los religiosos
a Francia.
Como preliminar ni ACt0 se dieron conferencias
públicas, a las que asistió el Cardenal
A ndrieux. M ultil ud de personas d e todas las
idea s y tende ndas llenaron el local ; las conferencias
tenían el carácter de polémica :
cualquier individuo del a ud"torio tenía derecho
a pedir la palabra y rebatir lo s argumentos
de los oradores.
El abate Desgrnnges pron unc ió -un eloc
u ente disc urso, en el que hi zo la apología de
las Ordenes r eli g iosa s; habló de lus bienes
que en todas la s épocas habían h ec h o los religios
~s a la human id ad, y particula-rmente a
. Francia; demostró h asta la eviden ci a aue la
ci vilización, la ve rJadera civilízación, se debe
a ellos, y que las p ágin as más gloriosas
de la historia de Francia es tán uniJas a la
historia de las comunidades religiosas.
GnA NOIOSO MONUMENTO-La gran t orre que
se leva ntará en San Francisco pa r a la Exposición
que conmemorará la apertura del Canal
de Panamá, tendrá su base adornada con
cuatro estatuas g igantescas de ochenta pies
de alto : s obre la entrada principal de la torre
estará San Francis.co de Asís, que dio su nombre
a In ciudad ; del lado d el Océano estará ei
atrevido Balboa, descubridor del Pacífico ; del
lado de la. tierra habrá un grupo de estatuaria
qu.e representará a Fray Junípero Serra,
de~embarcando en Monterrey de California;
la cuarta cara estará ocupada por la estatua
del Gen eral Fremonted, soldado y explorador.
La torre se levantará so bre una colina que
domina el mar y el Golden Gate; la cumbre
es tará a 1,100 pies sobre el nivel del mar.
La torre r.ematará en, un globo terrestre de
vidrio y acero, de 8o pies d e diá metro, que se
iluminará durante la noche.
Cuatro ascensores estarán a la disposición
de los curiosos.
Después de la Exposici ón , esta tor re de 850
pies de alto servirá de faro, de estación meteorológica
y de estación de telegrafía sin hilos.
L a construcción ·correrá a ca rgo de una
empresa privada.
ROMA-LA NUEV A BASÍLI CA CONSTA NT INI.oi.NA
-Celebróse con mucha solemnidad la i nauguración
de la basílica que la piedad de Jos
fieles ha levantado en el mismo campo debatalla
en que Constantino venció al tirano Majencio.
Construida en el espacio de diez meses,
mide 55 metros de largo, 28 de ancho ·y
38 de alto, y es una obra prodigiosa, aun para
los tiempos actmdes. L'Osservatore Romano,
al dar cuenta del suceso, decía : " El prodigio
se ha cumplido. Prodigio de re, de caridad,
celo apostólico y pastoral. Donde no ha-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
768 EL HOGAR CATOLICO
ee un año, en esta época, la hierba del campo
yacía bajo las brumas del invierno, hoy ee
·alza majestuosa la nueva basílica de la Santa
Cruz." Todos Jos católicos han contribuido
eon sus limosna s a la fá brica de este templo,
conmemorativo d e l Jubileo Cons tanliniano.
Semé jnse la ig les ia a la const;~ nti n iana de Sa n
Lorenzo extramuros, que Constantino el
Grande cons truy ó sobre la tumba de San L orenzo
y Santa Ciriaca. Débense los pl an os a
los hermanos Leooori, dos arquitectos r o manos
de g r ande talento.
A UDIENCIA--E) 22 de diciemlHe recibió en
s olemne audiencia Su Santidad a una representación
del Sagrado Orden milita r de San
Jorge, pres idida por el Duque de C:ala bria,
en nombre de s u pa dre el Conde de Co se rla.
Después de haber r enovado el Duque el t e stim
on io de adhesión a la Santa Sede y a la augusta
persona del Pontífice, le ofrec ió el homenaje
d e la Orden Cons tantiniana d e San
Jorge, suplicando al Vicario de Cris t o que
les P.ermi tiera dedicar a s u Santo tutelar una
eap11la en la basílica ele la Santa Cruz, y juntamente
le presentó un cáliz precios o para
que se d ignara consagrarlo y prestar su con·
sentimiento a fin de que el Cardenal Ferrara,
protector de la Orden, se s irviera d e él en la
mau~uración de aquella basílica. Dióles las
gractas Pío X, a ccediendo benig namente a
1us deseos.
PRo PoNTJFJCE ET E c cLESJA-Es conocida
la aprobación que el Soberano P ontífice otorgó
a la Liga Pro Pontifice et E cclesia . . Un nuevo
testimonio ha venido a manifestar el interés
que po r ella se toma. Su Santidad se ha
dign ado escribir de propio puño el siguiente
método de trabajo y apostola do que d ebe n seguir
sus afiliados : " Dada la profunda ignorancia
e n que h oy se hallan, com o a negados,
innumerables fieles en lo que concierne a la naturaleza,
dignidad y derechos de la Ig les ia ;
dados los errores y preocupaciones gravísimas
que cotidianamente se es parcen acerca
de esas materias, así en los periódicos como
en otros escritos, y que a biertam ente se divulga
n en asambleas, escuelas y a c ad emia•,
l os socios inscritos en la Lig a Pro Pon t ifice et
E cc le s ia dirigirán sus esfuerzos a es te blanco
: ' T engan cuidado d e ins truir o po r tuna
y d iligen te mente a los fieles sobre la naturalez
a de la Iglesia ca tólica, sociP.dad perfecta,
instituida p or Cris t o Nues tro Señor, sobre s u
dig nidad s obrenatural y absoluta neces idad
de s u s d erec hos . Además ya e n C on g resos y
periódi cos , ya e n tra bajos llen os de d octrina
y erud ición, i n s is tan, d e t a l s uerte, que todos
lo comprendan , en que ante t od o l a Ig les ia
d eb e de se r en absoluto indepe ndiente del E s tad
l', puesto que se ele va muy po r en ci ma d e
la soci edad ci vil, por perfecta qu e ésta sea,
del ruism o modo que el orde n so bre na tural
sobrepuj a i ncomparablemente al .natura l. ' "
-Los OBISPOS prusianos han cele~rado
nna asamblea en que tr11taron extensamen.te
de los peligros que repre ;e nta el cinematógrafo
desde el punto de vi s ti. m oral , y han acordado
que los al u ounos Je la ~ esc uelas no debí'n
ser admitidos m ás q ue ep funcio nes es peciales
y acorn pañ :~ dos de sus profes ores de r·eIigión.
Asimismo ha n a corda do q ue d ebe im pedirse
la en trad a e n l v~ cine matógrafos a lo•
niños m enores de s eis años.
Las madres de familia deben tener p resentes
estos avis os que de tod as pa rtes lleg an sobre
los morales y materiales peligros del cinematógrafo.
-RECJEN TEMRNTE se ha cele brado e n el
Bon Theátre de París la r eunión anu a l que
cele bran los milag r os amente cur ados en Lourdes.
Presidid os p or el s eñor Obispo de Ta rbes,
y c on asisten c ia de n ume r oso pú blico y de
más de cincuenta m é•!i cos, se analizar on t odas
las milag rosas curas realizadas en 1913,
exponiendo los detalles de las mismas los facultativos
que asis tí :~ n a los e nfermos.
El doctor Pier re L a s:~ ge r efirió la milagr osa
curación de la señori ta Clara P acquignon ,
enferma de peritonitis tu berculosa, curación
comprobada por él m ismo, que se per son ó
precipitadamente en Lou r d es a l e n te r ars e de
tan extraordinario mila gro.
El doctor Pineau, de la Coill iére ( Vendée),
expresó la sobrenatu r al curación de M. René
Clement, que pad eci endo un cánce r en la
cara, se vio curado súbitam en te al i nvocar a
Nuestra Señora d e L ourdes .
El profesor de la U n iversidad ca tólica de
Lovain a, M. Rabet, refi r ió la prod ig ios a curación
de la señorita María Lerr ic h , de Lieja,
quien a la semana s iguiente d e terminar
una n ovena a Bernardita, se encontró completamente
curada de u n t umor voluminoso
que le causaba pé r didas h orribles de s1n gre
y una supuració n cns i c ont inun.
En esta interesante r eu nión quedó comprobado
una vez más , con el testimo ni o de eminentes
méd icos , el orJen sobr en a tur a l y p rodigioso
que en Lourdes resplandec e.
-A TÍT ULO d e cu riosidad reprod ucimos
aquí a lgunas c ifras de la reciente nota p ublicada
por l a ofici na de estadís tica universal
belga, domi ~il iad a en A m be r es.
La población del m u n d o, a l fi nali zar el año
rgr 3, era de m il ochcc ie ntos m illones de pers
onas ( números r ed ond os), dis tribuida de l
modo s ig uiente:
E n As ia .. . .• • •• .. .. . .• ~ •• g 33 .79 5, r1 o
En E u~o p a • ••• . ..••.. . . •. . . 484 1g::l ,o~ 7
En Afn,c ~ ·· · ··· · · · ·--- -· ·· 188 907,1 ., 9
En A~eri,ca .• • • . . .• .. .• • .. J87J57,gd!
E n üceam a . . • .. • . . . ... . •.. • 57·7 8s . go o
T otal.. .. •• ." . . .. .•• J,85 2. o3g,15 9
La esta d ístic:1 d e este a ño da obre la del
a.n t er ior u n numPnto d e pobla c ión rl e ,.¡('oto
cuarentn milJ , n e~ el e h~ hi t a nt!' '' ·
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
' EL ·HOGAR ·CATOLICO
· -SE CALCULA en 1tio,ooo el número de
· p~regrinos católicos. 9ue t.lura·nte el pasado
ano de 1913 han v1s1tado la Ciudad Eterna
c~n motivo del Jubileo de la Paz Constantin1ana.
- EsT~ A PUNTO de instruirse, por iniéiati-va
de la JUnta de caballeros de San Vicente
·en Lugo, el proceco de beatificación en bono;
del fundador de las conferencias de San Vicente
de Paú!, Federico (\zanam eximio literato
y sabio catedr9tico de la so:bona.
Consultas
Insertamos a continuación lu interesuntes
disposiciones eclesiásticas que trae la selecta
revista Páginas Marianas en su número 11
sobre el El tango argentino y los bailes in~
fantilel.
· El tango argen tin o-ConfiTmamos lo dicho
por nosotros en el número anterior acer·
ca de este baile, copiando el siguiente documento:
. París,!} de enero-El Cardenal Amette en
una amonestación que será publicada m;ñana
en las iglesias, prohibe el baile del tango
el cual será considerado en adelante como pe:
ea do.
"Condenamos-dice el Arzobispo-la danza
traída del Extranjero con el nombre de tango.
Este baile es indecente y ofensivo a la
mo~al; los cristianos no pueden tomar parte
en el.
"En con~ecuencia, será un deber de los sacerdotes
tomar nota de esto ante~> de dar la
. absolución."
El abate Gouzet, Secretario del Casrdenal,
ha declarado hoy que su Eminencia ce había
aentido muy afligido por la introdudción del
tango. El Cardenal había espera o que el
~xito de esa danza duraría foco ; f•ero 11nte
la boga, cada día mayor, de dicho baile, ha
creído de su deber intervenir.
El Cardenal Amette condena igualmente
las modas indecentes.
" Recordamos a las 'mujeres-dice- que
ell~s están en la obligación de observar las leyes
de la modestia cristiana, violadas con demasiada
frecuencia. Pedimos a las mujeres
cristianas que se unan para abolir ciertos modelos
de trajes contrarios a la decencia."
Sabemos, además, que varios otros Obispos
lo han prohibido en Europa. En Bogotá, nos
dicen, que ha desaparecido el tango ; pero,
l alerta !, lectoras, que liay también otros baies
no menos peligroiJOs e inmorales que ése ;
no permitáis que se introduzcan en los hogares
católicos semejantes diversiones.
Y con esto pasamos a responder a otra pre-gun~.
'
Bailes infantiles-Nada diremos de nuestra
propia cuenta. Copiamos del hermoso libro
Los niños mal educados, por Nicol11y, unas
lineas: "Se lleva a la niña a Jos bailea infan-tiles,
do~d~ trueca su ingenuo undor por eJ!
afán de 1m1tar extemporánea y ridículamentelo
qu~ hacen las. personas mayores en análo-gas
«;:1rcunstanc1as. · .
Elige a sus caballeros de un modo· excluli-·
vo, y esto encanta a los padres. · ·
¿ v.el! iniciarse una coquetería precoz '!..El
exllo es completo, y n() aciertan a disi-·
mular .la alegría que experimentan.
Y sm embargo, ¿a qué darse tanta pril:t
pura m!lrchitar antes de tiempo esa alma apenas
ab1erta y destruir sus ilusiones infanti•
les ?.... ¿ A qué sembrar la vanidad, la envi-·
día, los celos, como si no llegaran con demasiada
prontitud en la ~ida la~ tristezas y laa.
~ecepc•ones ? .... ¿A que reductr los años de la
JUVentud , ya bastante breve y fugitiva 7 .. • ~
"Les chérubins onl bien le tem>piDe
connattre notre mis~re 1"
"Estos juegos no tienen ninguna con•ecuenciapara
losniños,sedice ; son tanpequeJÍos
.... "
¡ Menos de lo que se cree 1
Terminamos con el artículo 758 del Concilio
Plenario de la América latina, que dice :
" Reprobamos el abandono de los padres que
concediendo a sus hijos absoluta libertad e~
el trato con personas de d1verso -sexo, n o escudan
bastante su pureza contra los peligros
que la rodPan, no evitan los tempranos amoríos,
y no robustecen ni fomentan en sus corazones
el amor a la castidad. Por la misma
causa, declaramos dignos de igual reproba:.
ción a los promotores y fautores de los baile•·
infan tites, y gravisimamente encarecemos
en el Señor a lol! padres, que- no expongan a
sus hijos a tamaños peligros, aunque para
buscar disculpas en los pecados, se aduzcan
no pocos pretextos, con apariencias de h onestidad.
·oe igual manera reprobamos el in tole·
rabie abuso de frecuentar los baños públicos
sin guardar la debida separación entre personas
de diverso sexo; y encarg-amos gravemente
la conciencia de todos los que están obligados
a impedir tan peligrosa corruptela, contraria
a la circunspección cristiana y aun a
la modestia natural, y sin embargo, no sólo
no lo impiden, siBo que lo permiten."
S. M. DE LOINAZ
NOTAS VARIAS ·
SoClEDAD DE SAN LÁu.no-Muy concurridD
estuvo el retiro espiritual que el señor Director
de esta benemérita So ciedad y la i nfatigable
Presidenta doña Z oila Aldana de Jiménez
consiguieron que dieran distinguidos sacerdotes
en la Ig lesia de San Juan de Dios. Al retiro
s iguió el triduo de Cuarenta H oras.
EL E xcwo. SEÑOR VA s4·LLO DE TonnEGnoS4-
Si el tiempo es favor able para la subida de
vapores, nos será dado el placer de que el ilustre
representante de Su Santidad haya llegado
a esta ~iudad para la Semana Santa. · ·
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR ·CATOLICO
. De nuevo tenemos el ho n or de presentarle
: nue stro res petu os o y fili3.l saludo de bie nveni.
da, d eseá ndole g rata permanenc ia en nues tro
país y l a b or fe c unda 'en la alta mi s ión que le
ha sido en comen dada. Las columnas de E t.
H oG An CATÓLI CO están a s us órden es .
PRIM E!\ CENTE NAl\ lO DE L SACRIFI CIO D ~L CAPITÁN
DON ANTON IO RICAUI\T E-La c iudad pre senció
alborozada, del 24 al 29 del me s posado,
el conjunto d e fe stejos a c ual más s untu osas,
que se celebra r on en homen aj ~ a l egreg io
· hér oe de Sa n Ma teo, n acido en 178ti en la Villa
d e Leiva y mu e rto gloriosa mente el 25 de
· marzo de I 8 I4, en el ramp o que in mor taliz ó
su no mb re . La a lta n ota d e c ultur a d ad a tanto
· p or l?s que fu eron acto res en estos fes t ej os
· coi'II:o p or ·Ios que g oza ron de su es pec t ácul o,
a l a ,·ez que h a s ido t imb r e d e honor para la
capital, h a llenado de cons u elo a los amantes
de la s g lorias pa trias. EL H oGA I\ CAT ÓLI CO se
as oc ia a estas manifestaci on es y felicita n l a
C omisi ón que supo d ese mp e ña r s u cargo co n
tanto espleiJ dor. ·
SENTIDO PÉSAME-L o. d a mos muy de cora zón
a l Ilmo. y Revd mo. Sr. H errero, Di g ní si mo
Arzobispo d e Bog o tá, y a toda la d e más honorable
familia de la d is ting ui da matr o na D..• M.•
. Francisca H e rrera R est repo de Buen j ía, quien
entregó su alma a Dios el 24 del mes pasado •
. A las exequias, celebradas en la ig lesia de San
Igna ci,o , concurrió todo el clero y l o más. selecto
de la sociedad.
EL Sn. PRESBÍTERO D.Lu 1s CAI\LOS SIL V J.- .
Muy de lamentars.e ha s ido la temprana des.
pparición de. este apreciable sace rdote, en
quien, a la inte~ridad de su vida, · distinguían
exeelente.s dotes que lo ponían en ca-pacidad
de hacer mucho bien e n el ejercicio de su miniaterio.
También ha sido m uy lamentado el R . P.
Guillermo Z a bala, agustino recol e t o.
-:- AGRADE CEMOS a La So ciedad y a El De ber
los conceptos en extremo ben é volos con que
. ee han dignado favorecer at'E L HoGAI\ CATóLIco.
El primero d e es tos diarios ya lleva e xistencia
larga y gloriosa, pues ha contribuido
c:,an mucho a la difus ión de las do ctrinas ca-
' t ólieas, cuyo imperio está afianzando la p az
en C olombia; el segundo ha venido aportando,
desde que apareció , el generoso contin~
rente con que parte considerable de la juventud
co adyuva al mismo obj eto. Estos dos diarios,
al igual d el bid ~ario La Un idad, se han
distinguido p or s u c ordialidad co n nuestra
modesta revista, a la que no han cesado de
honrar con su siempre grato canje.
"IBÉI\ICA"-Hemos s eguido recibiendo esta
magnifica revista semanal, de trascendental
importan_cia para la vulgarización de las ciencias
en E"spaña y la América latina. Todo en
ella es selecto : los estudios que publica, las
crónicas científicas , los boletine s sismológico
s , loiJ f otograbados , la nitide z de la impresjó~,
e tc. Ojal4 circule extens¡t.mente en nu~l!tro
país par., que, av ~vado el entusiasmo por
esta clal!e . d.e e~ttJ.qio!l{ ~qrn!
Citación recomendada (normas APA)
"El Hogar Católico - N. 68", -:-, 1914. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686886/), el día 2025-08-02.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.