EL HOGAR CATDLICD
~e ~ublica bajo la direccióa del Pmidente de la Junta Central de la Doctrina Cr~üau
" Nada, ni tm pensanuimlo, para la polítú:a . Todo, hasta el último alz"enlo,
para la Religión "
Series: 1 :S ':lgootá. (Repú'oi ica de Colombia.), Jun;o 3 de 1910 1 Número 2"1
El mnndo católico se congra!u !ó ayer po r
la fecha del nacimien to d e su aug u sto J efe,
acaecido en Riesse el2 de Ju n io de I835, y
la Arqu idióces is de B ogotá se fe licita hoy
por el X IX anive rsa r io de la traslación de
su i l as tre P re lado á esta S ed e Pri m ada . EL
HoGAR CATÓLICú se co mplace altrtmenle en
tributa rles rendido h omenaj e de a mor y de
sear á sus egregios Padres larga vida.
" EL UOG AR CA TOLICO "
El Sagrado Corazón de J esús
Así como Mayo trae inva ria blemente
cada año á la memoria del pu eblo
fie l las g lorias de la Madre d e Dios, y
con gozoso en tu siasmo sus hijos to man
de lo s jardines y verjdes las fl ores
de más r ico colo r y de fragancia
más delicada pa r a co n ellas engalanar
los altares dedicados á su culto,
de ]a misma m anera Junio trae el recuerdo,
siempre ti ernísimo y conmovedor,
de las misericord ias , tesoros y encantos
del Corazón Sacratísimo deJesús.
La gran festividad de Corpus, seguida
de su poético Octavari o, prepara
convenientemente á las almas
piadosas para el hermoso día que el
mismo Salvador quiso escogerse con
el objeto de que se celebrase una fiesta
particular en la cual fues e honrado
su Corazón adorable, y se le hic ieran
. públicos desa gravios por los indignos
tratamientos recibidos durante el tiem po
que ha estad o expu es to en los altares.
El triunfo soberano del Dios de
amor, que se muestra en la Eucari ;; tía
como el Pan vivo bajado del ci elo ,
nos prepara para esa otra di vi na manifestació
n, en la que el mismo Señor se
dignó mos trar á ]a Beata Margarita
María su Co r a zón ad Jra ble, ardiend()
todo en viv ísim as ll amas de indecible
amor á los hombres.
La Eucaristía es, sin duda, el dón
más preciado que el Divino MaestroJ
en los arcan os de su sabiduría, ha podido
darnos; pero ¿de dónde ha brot
ado la sobera na manifes tación de esa
caridad infi nit a sino del más recóndi .
to seno de su Corazón r eden tor, atraves
ado más que con la lanza deicida con.
la incomprensible ingratitud. de los
hombres, y coronado en sus más tiernas
fibras, más que co11 las es pinas:
que taladraron sus sienes , con los ul
traj es de aquellos por quienes vertió
su sa ngre?
E sta delicada manifestación del
amo r más puro y entrañable se muestra
á las soc iedades modernas en los
momentos en que é:>tas hacen mayor
ostentació n de s~ i ngratitud y desafec
to á la R ~ligión bendita, que laS'
sacó de la barbarie y las ama mantó á
sus p echos maternales. Está n enfermas
del co r azón y pued e decírseles lo
que e l D i vi no Maestro cuando enseñ&
á sus discí pul os qué era lo que dañaba
al hombr·e, p orque del tondo de ese
..:oruón gangrenado ha n salido todas
esas manifestaciones de odio satánica
á Cristo y á s u Iglesia, y en d es píritu.
d..: casi todas las t en 1lencias modernas
se adv ierte claramente que el mal que:
aqtt eja al mundo actual no es t á pn!~
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g8 EL HOGAR CA TOLICO
cisam ente en la cab eza que yerra por
e xtravío ó por ignorancia, sino en el
c orazón que ama el error porque le
hal a ~ a.
El m undo actual se siente envan ecido
con su ci encia, sus descubrimi e ntos,
s u progreso, su riqueza, su poder,
de. ; pero, acaso, ¿es feliz? ¿Ha pod ido,
con todas esas conquistas de qu e
t a n ufano se muestra, hallar la apetecida
t r anquilidad, el deseado desc anso
que ll eva la paz al cora zón?
L o que palpamos cada día n os está
proban do cuán errados andan aquellos
q ue buscan panaceas para la humanid
ad si g uiendo sendas distintas,
camino s diversos de los que nos señala
el mis mo Dios por medio de su Iglesia.
. Ella nos guía se g ún sus ideales divin
os, nos gobierna por elevados impulso
s, nos imprime nobleza de afectos
y siempre nos procura un anhelo
viv í~ i m o por lo que no ha de pasar ni
monr.
El cor azón del hombre fue criado
para que, mediante sus buenas obras,
cad a d ía se asem ej ase má s al Corazón
de Dios ; pero si convierte la vil materia
en obj eto prefe rente de sus cuidados
, en vez de ascender desciende
d el pedestal de su gloria, y se envilece.
El Di vino Salvad(·r, ll eno sie mpre
de indecible misericordia, cuando debía
arro jar a l ingrato lejos de sí, se ha
di g nado revelarle más al descubierto
las s ublimidades de su Deifico Corazón,
como si dijese al mundo: "Míra
en ti lo que eres, contémpla en Mí lo
que debes ser. Avergüéncete el contras
te y s éate medicina tu propia confusión."
Muchas almas, en vista de estas manifestaciones,
han vuelto de nuevo sus
miradas al celestial modelo para empre
nder la reforma de su> corazones.
Si los hombres de ciencia y las muchedumbres
hicieran otro tanto, el co·
razón de la scciedad volverla á latir
á impulsos de aquel amor que produjo
en el pueblo, en las épocas de fe, los
-.bellos actos de virtud que lo hicieron
t an fe liz e n medio de las tribulaciones
d e la vida.
TRAN dUBSTANCIACION
E l jugo iner te de la tierr a impura
e b ra en la plan ta vida, y transform ado
Verdece con l~ s vid es el call ado,
Ir isa con e~p ig·as la ll anura.
Estns rinden el pan, de ésas se a pur11.
E l rubio j ug o en la uva reca tr, do;
Y de ú no y atro el hon 1bre a l imen tado
Los conv ierte en ru sa ngre y en su hechura.
Y s i mirando estoy que d e co n ti no
En car ne y sa ng-re en mí s e transub stancia
El pan nutric io y el a legre vino,
¿Por q ué d uda r osar a mi arr ogancia
Que el Criador de ambos, por amo r divino,
L os m uda d e su Cu ERPO en la substancia'?
DIOS EN LA HOSTIA
No en tiende la razón el h ondo arcano
De cómo, en el v ital g·ermen primero
Del r ubio tr igo, estuvo· verdadero
Tánto in n úmero g rano en sól o un g rano.
Nada hay g rand e ó pequeño: al ojo humanoEs
breve di sco e ! so l, punto el lucero ;
Y el átomo en s í ab r ev ia un mundo entero·
La gota de rocío, un oceano. '
Si en lo mínimo es tá n atura entera·
Y lo inmenso, del cielo en el a bis mo, '
P un to es sin extensión , cual s i no fuera,
¿P or qué el Dios in finito, sin g uarismo
E sta r como pe queño no pudiera, '
Múltiple en apa riencia; en sér, el mismo ?
BBLIS ARIO PEÑA.
CARTA
DEL I LUSTRfsmo Y RKVERENDÍSUIO
SR, ARZOBISPO PRIMADO AL ROMANO PONTÍFICE:
Beatísimo Padre :
Con extraordinaria pena y horror he.
mos sabido que Vuestra Santidad ha sido
recientemente objeto de nuevas é inau.
ditas injurias. La arroganda de aquello!
que od ian á Cristo y á su Iglesia, v~ m
aummlo ca da día, de modo que parecen
haberse despojado de todo sentimiento
no sólo de religión sino aun de humanidad
y de gratitud, pues no ha sido par·
te á re primir ;sus excesos ni siquiera la
memoria de los grandes beneficios que
los Roman os Pontífices han dispensado á.
la Italia e n general, y en particular á la.
ciudad de Roma.
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EL HOGAR CA TOLICO 99
P or a q uí se echa ta m bién de ve r cuá n
triste es la co nd ición á que ha q ue dado
reducid a la Santa Sed e A po stólit:a desde
que, con tra tod a jus ~i c ia, le fu e ron a r r e batados
sus dominios te m porales . S i b ien
es ve r d ad que Jos q ue hoy e jercen e l poder
supre mo en R o ma se co mprom etier
on po r le y á da r ga rantfas a l P ontífi ce,
sin embargo se su e lta la rie nda á la licencia
pop ul a r y se perm:t e á las a sociacione
s ene miga s del no mb re católi co ultraja
r im punemente a l S umo Pondfice ,
con ind ignos espectáculos y con gritos d e
odi o y de fu r o r. Y co mo para qu e n a da
faltase a l vili pe ndio y ofe nsa d e la Majestad
Pontificia, tribúta ns e sac r íl egos hono
res a l d es venturado após ta ta Gio rda no
Bruno , y al malvado a ut or d e incendi os,
matanzas y d e va stació n en una ciudad
aye r flore ciente ; y todo esto pasa muy
cerca del Palacio Vati cano y casi á vista
de Vue st ra Santidad.
N o e s mucho, pues , que á t an insol entes
ultraje s, irrogados al Pad re común,
responda , de modo que ape nas pueda declararse,
la h onda pena de vu estros hij os
que demoran en est a s apartada s regio·
nes de A.m érica.
Y como no sea posible emplear otros
medios de de sagravio, val g a el te stimonio
de la aflicción q ue nos han causado
los referidos ultrajes, y de la obediencia
y veneración que pr ofe samos al Sucesor
de San Pedro; testimonio q ue de ja mos
cons ignado en esta Carta, escrita e r, nJestro
propio nombre y en nombre d e l Episcopado,
del clero y de l pu e blo colombiano.
Plegue á Dios misericordioso 11ue, frustradas
las maquinaciones de los impÍos ,
luzca pronto el venturoso d ía en que le
sea dado al Vicario de Cristo recobrar
todas sus prerrogativas y la libertad qu e
ha menestet para ejercer su misión di vina
en beneficio de la grey de l S eñor.
Beatísimo Padr .
Bogotá, Abril rg de rgro.
t BERNARDO
Arzobispo de Bogotá
Palabras del Ilmo. y Revdmo.
Sr. Arzobispo Primado
En reciente interesantísima instrucción, llama
el Prelado la atención de los fieles acerca
de las últimas enseñanzas y promesas del Di-v
ino Mae s tr o á su s d iscípulos, s obre ledo cuando
anunció las per s~ cucio n es que había de s u fr
ir la I g les ia . ' ' A sem ejanza, dic e, de s u Divin
doctrinas y exhalaron
e l últim o s uspir o s in querer arrepentirs ·, ó
qui zá, más bien, s in h aber tenido tiempo ni
l ib ert nd de abraza r la c ruz de J es uc risto, d er
ramar una lágrima de contric ión y al ean
zar miser icordia y perdón."
Se duele en seguida el noble P ast or d e que
haya "tántos malos cristianos que, alecc ionados
por peores maestros, Ppostata n de la
fe," é insiste en la ne cesidad urg entísima que
hay de t r abaj ;, r por todos los me líos po sibles
par a establece r la ..l CCIÓN CA TÓLICA , de ma nera
que úna á l os hij os d e la Ig lesia y los a lec ci one
para de fender los sa gra do s der ec h os de la
Religión. " En las luchas por esta san ta
causa, dice, todo cristiano es soldado ; p er .:>
sold ado que debe tr;Ib ajar s i empre con aq u ell
a actividad robustecida por la u nión con s us
cor religionarios, y sost n id a c on la a u tori dad
y di1 ección de los que han sid o p ues tos por
Dios para gobernar la Igles ia. T ened pre ~en te,
carísimos hermanos, que como n os di ce
San Pablo, las armas con que combntimos
no son carnales, sino que sen p ode ros ís im as
en Dios para d er rocar f orla 1eta s, dest ruyendo
nosotros con ellas los proy ectos humanos.
Guiados por el espíri t u d ivino é in spirados
por la carid ad d e CrisLo, que nos urge,
sirvámon os de l os med ios de que pod em os legít
imamente usar para dcstru ír l os artificios
de los impíus y e mbatir los err ores, ya sea
con la palabra, ya con l a pren sa, ya fome n tando
las oLras de educación, señala d ameDte
las gue se or denan á l a instrucció n .Y adelantamiento
de las cl ases t r abaj adCI·as, tan dig·nns
de simpat Í Js y de apoyo, sobre tod h oy,
cuando no falta n quienes pretendan llevarl as
á la irrel,g ión, al d es ::>rden, á las revol uciones
so: iales y políticns."
En sr~uida exhor ta á l os fi eles á la purificación
de sus conciencias y los invi ta á tomilr
parte en las g randiosas festividac!es de
Co rpus y Sagrado Corazó n de J esús, para lo
cHal abunda en considera ·io nes de tiCrnísima
piedad y amor á .Jesucristo.
IV
:Basílica del Santo Sepulcro
Entre los santuarios famo~os que ven era
la cristia ndad, por h il ll a rse vinculados
á la pasión del H om bre-Di os , oc upa lu g
ar preem in ente la Sagrada Tumba, e n
la cual, embalsamado por los nobles Senadores
J mé de Arimatea y Nicodemo, y
e nvuelto en finí ,im os sudarios, fue se .
pultado el cuerpo adorable del Divino
Maestro.
Allí permaneció de sde la tarde del
viernes hasta el momento feliz en que, al
esparcir la aurora sus primeros rayos _el
d o mingo, salió, vencedor de la muerte,
de ese mismo Sepulcro, cuya entrada, oficialm
e nte sellada, habían hecho custodiar
los príncipes de los sace rd ote s por
soldados de la g ua rnic ión rom ana .
Mientras velaba todavfa la gua rdia,
una sacudida súbita y violenta h abía conm
ovido el sacro monte, á la vez que, desce
ndiendo del cielo e l ángel de l S e ñor,
cual diligente criado que va á abrir la
puerta á su dueño, 9ispuesto á salir, removió
la gran piedra circular que cerraba
la entrada de la gruta, y, lleno de gloria
y de belleza, se sentó en un extremo
del S e pu lcro. R esplandecía el mensaj ero
celestial como el rayo, y sus ve stidos eran
bla ncos como la nieve. Espantados los
soldados á la vista de este prodigio, ca.
yeron en tierra y pe rmanecieron por alg
unos instantes como mu e rtos. Cuando
vo lvieron de su asombro, halla ron r otos
1 ,s se! o ; y puestc1 al descubie rto la gruta,
d e ntro de la cual apareció e l nicho sagra.
do que h a bía guardado e l cuerpo exang
üe del Varón de Dolor e s, ocupa do tan
sólo con l os sudarios qu e le sirvie ron de
mortaja, Al v er que h a b fa desaparecido
el que era objeto de su cust odia, volaron
á la ciudad á dar cu e nta de lo acaecido
á los doctores d e la Sinagoga. Tal vino
á ser la notificaci6n ofi cial d e la r es urrec-ión
qu e el Sanedrín se procuró por sí
mismo, sin pensa rl o, por ama rga burla
de: la suerte . P o:: ro "como los malos no
ve n e l bién sino para aborrecerlo más, y
Jos me ntirosos á todo está n di sp ues tos con
tal d e ahogar la ve rda1," resolvi e ro n los
prín cipes de los sa cerdotes tap1r con oro
la bo ca de los impo r tunos t es ti g os que
e llos mi smos habían colocado á la entrada
del S epulcro y só lo sirvi e ron p<~ra
confi rmar el triu nf,¡ de su víc tima.
Los prim eros cristi anos ve nfraron con
i ndecible cariñ ) t an to es ta Tumba Sagrada
co mo los demás lugares que sirvieron
de te atro á la pasión d e l Hijo de Dios.
P e ro cuando Jos paganos, en su odio á e isto, cubrieron de ti erra y malezas
aqu e l sitio y sus alred edores, para plantar
un bosque y erigi r una estatua á Ve-
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EL HOGAR CATO LICO IOI
nus,precisamente donde, cubierto por esos
despojos, quedaba oculto el Sepulcro glorioso,
ya no les fue dado acercarse á él
como antes, ni al Calvario, profanado
igualmente con la estatua sacrílega d e
Júpiter. No pudieron hac er ot r a ~.:o sa, por
entonces, que mantene r vivo el r e cue r do
del lugar dond e queda b an apri sion a do s
estos monume ntos qu eridos, q ue habían
visto los acontecimientos m ás grandes
qur! conte mplan los si g los, mie ntras ll e gaba
e l momento prop icio d e pone r los al
descubierto y tributarle s el l: onor de bi do,
lo cual no pudo s u ce d e r sino cien to noventa
años d e spués de la profanaci ón que
en ti e mpo de Adriano ll e varon á cabo , se.
gún r e fier e el historiad or Eusebio, a q ue.
llos " hombres per ve rsos, verd ad e ros satélites
de los demon ios, que qui s ie ron hacer
d es aparece r el S a nt o S e pulcro."
Hacia el año 32 6 Santa E len a , ma.
dre del gran C o ns tantino, sirvié nd os e pa ra
el efecto de la num erosa guarnici ón de la
Santa ciudad y de m uch ís im os cristian os
que quisieron prestar su con c urso, hi zo
remo ver la inmensa cantid~d de ti e rra
que habían n ecesita do a prisi on ar con mu rallas
para formar la expla r. a r!a -:¡u e o i ~ vió
á los pa g an os p a ra la s profan aciones
con que ult ra ja r o n al Dios verdadero.
D escubi e rto s, primu o e l Calvario y
después el Santo Sep ul c ro, la a ug ust a arqueóloga
continuó las excavaciones hasta
dar con la gruta en que h a bía sido gua rdada
la cruz e n que murió el Sal va dor, é
hizo corta r á pic o las rocas que servían
de obstácul o para la grandiosa r otonda
que debla encerrar e n su reci nto "el lu gar
más mara villoso del mundo," según
escri bió el mi smo Emperador al Obispo
de J erusalén, San Macario.
Com o en ve z de una se hallaron tres
cruces, era difíc il dar con la verdadera,
pero e! santo Obispo ocurrió á la oración,
y el Ci e lo permitió qu e al contacto d el
verdade ro leño sacro recobrara in stantán
eamente la salud un enfermo, y la vida
un mu e rto.
La Anaslasú que por orden de Cons.
tantino mandó edificar su santa marlre
con los mármo les preciosos enviados con
piadosa diligencia para este objeto, colmó
los deseos del Emperador, po rque
resultó un monum ento conmemorati vo
espléndido, Mas para el servicio del culto
divino y las r e uni ones de los fieles se ne.
cesitó de un templo especial, construído al
Este de la fa mos a r vtond " , con cinco naves,
pot el estilo de la Basílica Ul p iana ,
de Trajano, en Roma, y fue conoci do con
el nombre de Ma r lyrz'on. Este e n ce rró e n
su recinto el lugar d o nde fu e halla da la
vera crux con los demás in strum entos d e
la pa s ión , pero e l Calva ri o y e l 5itio de
la cru cifix ión-comprendid o s entr e e l án .
gulo izq ui erdo de l á bs ide d e la B asfl ica y
la A na sta sis-que daron, p or e nt on ce s, á
ci e lo d e s cubi er t o, si bi en r esguardados
por p r eciosa r e ja, hasta que en e l fig lo
sig ui, nte San ta Melan ia la J oven, e difi có
allí un orator io.
E stas con stru cc iones, d e r egia arqu i te
ct ura y e sp 'éndid a orn a me ntación, enri
quecidas c on múlti ples of re ndas en el
curso de los sig los IV, V y VI, fue ron
destruídas hacia el a ñ o de 6 r 4 por la feroc
idad de Cosr oe s y sus h uestes, engro~
adas por más de zo,ooo judíos que bus.
caba n oportunida 'l para saciar el odio
que tenían á los cri stianos.
El A bad M ode sto hu bo de empr ender
la r econstru cció n de la rotonda porque
el P atr ia r ca Za carías fu e lleva do preso ·á
Persi a . L a s circ un s tan ci a s no permitieron
r eno va r e ! e splendor de la antigua Anaslasz's
, y de monum en to co nm emorativo
que e ra, pa só á c on ve rtirse e n igl es ia, po r que
no h ubo m o ~· o de r e con str uir el Jlilar·
t yrion . En tonces se le van ta r on capil las 6
pequeña s i g l e~ ias en la Pi edra de la Unción,
e l Cal vario, la A pa ri ción y otros siti
os m e mo rables.
A sí habían c orri do los siglos q ue se si gui
e ron á la d evasta ción de Cosroes y á la
conqu ista de O ma r, con más ó me nos li bertad
pa ra lo s cristia nos, seg ún fu era más
ó menos fa náti co e l califa que ocupaba el
e l trono de Bagdad, 6 d e E g i p to, hasta
q ue en 101 0 H a k en ,e l Cal! gulade Oriente,
mandó d e mo le r tod as estas ed ific a ciones.
Ob te ni do pe rmi so pá ra rehac erlas, los
Emperado r es d e Co nstan t in opla su m inis.
traron los r e curso s necesa r ios par a lle.
varias á cabo, pero e ~ to s e hi zo de ma ne r a
muy irregular, po r lo cual los Cruza dos
de t e r min a r o n h a cer una recon .>trucción
completa, respetando to do lo qu e aún
subsistía de las e difi ca ci ones de Santa
Elena. Para r ealizar esta idea, acometi e ron
la empresa de encerrar en un solo
templo la rotonda y las demás igl esias y
ANCO v e A k:EPJ 1 ,,.. ... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
102 EL HOGAR CATOLICO
capillas qu e hoy se ven dentro de la gran
Basílica, casi desde el lugar' que ocupó el
p órtic o del primitivo Marlyrz'o n hasta el
extremo occid ental de la A•taslasz"s . Sólo
de r ribaron la iglesia de Santa Marfa, en
donde e st á la Piedra de la Unción, porque
era o bstáculo insuperable para el
ron tis y entrada á la B1síli ca.
La vasta, complicada é irreg ular edifi cación
actua l es, pues, la misma en su
conj unto y en algunos de sus detalles que
a de los Cruzado>; sólo que entonces, y
aun en muchvs siglos poste riores, perte-ne
cfa exclusivamente á los latin os y no se
h J. bían introd ucido los desperfectos proven
iente s d e hallarse h oy repa rtida entre
se is rit os dis tintos, que viven en constane
lu ch a para usurparse lo qu e les sea
dado atrapar, sin m éjorar na da, si em pre
en detrimento de la maj estad del culto
divi no, del arte y de los derec h os d e sus
eg ít imos dueños , lo s ortodoxos roma nos.
EA distintas épocas ha sido preciso hacer
im po rtantes restauraciones. Entre
éstas m erece especial m e n ción la que
l l evó á cabo e n 1555 el R evdmo. Padre
Bonifac io de Ragusa, Custodto e n esa f echa
de Tierra Santa, y d espués O ~ is,J o
d e Stagno, Narradas por é l mismo las dificultades
que hubo de vencer para poder
acomet e r la obra, dice en la relación que
firmó de su puño y letra el 13 de Mayo
de 1570:
" Pareciendo indispensable demoler
compl e tam ente la fábrica antigua (en el
centro de la r otonda), para dar mayor
sol id ez y duración á la que debía reemplazarla,
vimos con nu estros propios oj os
el Sepulcro de J es ucristo, ca vado e n la
piedra, y en él dos ángele s pintados, uno
de los cuale s llevaba e n la mano un ró-ulo
con estas palabras: Sun-exil, non esl
Me. El otro, señala ndo el Sepulcro con e l
dedo, osten t aba esta inscripción: Ecce locus
tt bz' posuerui'll eum. Estas im ágenes se d eshicie
r on ca si enteramente apen as puestas
en contac to con e l aire. Habiéndonos visto
precisados á r emover una de las Josas de
alabastco q ue Santa Ele na habla he c ho
colocar allí para cubrir el S ep ul cro, á fin
de que se pudiese celebrar en él e l Sa nt
o S acrifi cio de la Misa, vimos patente el
1 ugar in efable en q •1e el Hijo del H o mbre
estuvo por espacio de tres días : de
manera que á N6s y á los que estaban
,presentes, pareció ver los ci e los abiertos.
Aqu el b e ndito lu gar, en el qu e se echa .
ban de ver en todas partes seña les de la
sang re de nuestro Salvador, mez clada
con el ung üe nto que ha bía se r vid o para
embalsamarlo, ofrecfase á nu e stros ojos
como una imagen del sol r esplande cient
e , A su vista, exhalámos ti ernos ge midos,
derram ámos lágrimas y b esám os con
amor aquell os r f's tos veneran dos y divi.
nos. Ninguno de los que estaban presen.
t es, que e ra n mu c h os, p ues ha bí an acudido
en tropel numerosos cristia nos de
las naci ones de Ori e nte y O~cidente, po.
día reprimir Jos transportes de su ternu.
ra á la vista del div in o tesoro. Unos derramaban
abunda ntes lágrimas; otros
desfalle cieron. Tan grande era el entusiasmo,
la es¡.>ecie de éxtasis, de santo
estupor de que estaban poseídos todos
los con currentes."
Encontró también dentro del S epulcro
un trozo de leño, probablemente de la
verdad era cruz, envuelto en ri co sudario
muy us a do, con una inscripción . Cubrió
de nu e vo e l lech o sepulcral, qu e mide
un metro oche nta centímetros de largo
po r nov enta y tre s centímetros de ancho
y se alza del suelo sesenta y seis centímetros,
con una 1 sa de mármol blanco,
que es precisamente la que aún subsiste.
N o se ti ene noti cia de que posteriormente
alguno haya vuelt) á levantar esa losa
para ver y tocar la propia roca sagrada.
El peregrino penetra en la cámara donde,
adh e rido por la derecha :í la mas :>t roque·
ra , se e ncuentra e l lecho mortuorio ; sabe
d e ci erto que esa es la Tumba qu e guardó
los restos morta les d el H ombre-Dios,pero
no puede ve r ni t ocar e l propio Se pulcro,
tallado en la roca, porque está cubie rto por
encima con la J o~a ind icada, lo mismo
que por el frent e . Los e xtremos dan con
los muros de la capilla 6 estrecho recinto
que g uarda el prec ioso monumento. Este
se hall a pr ecedido de la Capilla del Angel,
en cuyo centro, sobre una columna de
má rmol, se pu ede ver y be sar un fra'gmento
de la g-ran piedra r edonda que ce·
rraba la entrada de la cámara mo rtuoria.
Esta capilla ocu pa, pues, el lugar donde se
hallaba el vestíbulo de la Sagrada Tumba
y mide tres metros cuarenta y cin·
co centíme tros de 1"-rgo por dos con veinti
cinco de ancho. Desde ella se oye la
misa que se celebra sobre el Santo Sepu
lcro, porque dentro de su propia capi-
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EL HO~AR CATOLICO 103
lla apenas cabrán, con e l ce leb rante, tres
personas, pues sólo mide dos metros siete
centím etros de largo por uno con noventa
y tre s de ancho, comprendiendo e l
-espacio que ocupa el mismo Santo Sepulcro,
p o r lo que en la misa conventual que
'se celel-,ra t odos los días, á las siete d e la
maña n a, el Subdiácono tiene que quedarse
fu éra , en la Ca pilla d e l A , gel, arrimado
3 la peq,J e ñ:s. pu erta por donde se
entra á ese mism o glorioso recinto.
El tem ple t e ó edículo qu e encierra e stas
dos capi ll a s es de forma r ectangu lary
termina al O. en pentágo.w. S e al za
'Sobre el pavimento c osa d e cinco Ó seis
metros y e ncima de la pequ e ña terr aza
-adornada con las columnitas que ha y en
'l a parte superi or,-se el e va un a especie
-de cú pula de estilo moscovita , que t rata de
semejar una corona . En e l mismo templete,
los c optos ti e ne n una peque ña capilla
adosad a á la cab ece ra d e l edíc ulo del
Santo Sepulcro.
Todo esto ocu pa el c en tro de la primitiva
Anaslasis, y h oy el de la ro tond a,
·coronada ésta por la airosa cú¡.JUia que en
el siglo pasado reconstruyero:1 los g·ob ie rnos
francés, ruso y otoma no. D esg raciadamente,
la inte rv e nción de los griegos
en casi todas las obras de reconstrucción
en la Basílica ha sido funesta á la
·vez que para la r el igión para el arte.
Como ya lo in dicamos , la Bas(Jica actual,
en su conjunto, es la misma que le vantaron
los Cruzados, cons ervando en
los muros de la r otond a de l S"lnto S e pulcro
y en otros lugares lo que hallaron de
las edificaci on es de Co nstantino .
La fachada conserva r estos de su pri.
mitiva belleZ", con sus columnitas, ca pi teles,
arcbivolt as, adornadas d e fo llaj es,
manzanas, molduras, et c. De la s d os pue rtas
que hay, la de la derecha , ye ndo de
frent e, ll eva un sigl o de esta r murada. A
la d erech a de esta puert'l se encu e ntra la
capilla ú oratorio de Santa María Egipcíaca
; pertenece á los griegos. Encima
de ésta, formando prim er pis <>, la capilla
de los Francos, ued icada á Nu estra S t ño·
ra de 1 ·s Dolores y á San J uan; perte nece
á Jos latinos, y en ella se celebra la
misa dia riamente ,
El atrio mid e di eci siete me tros de ancho
por veinti ci nco de largo; tiene al
E, la entrada al c onve nto griego de San
Abraham, á la capilla armenia de San
Juan y á la capilla d e San Miguel; al O.
se ven los ábsides de las capil las griegas
anterior es al siglo X de Santiago el Menor,
d e San Juan, d e S a nta María Magdalena
y d e los Cuarenta M ártires. Sobre
e l ángulo N . O . se alza e l cam panario, en
otro tiempo h e rm o> ísimo, hoy mutilado
en su parte superior.
La entrada á la Bas{li ca contrista el
corazón cnstiano : á la izquierda, lo primero
qu e se ad vierte es e l dá;án turco,
do nd e , p or Jo r eg ular, h a y de tre s á cua...
tro musulman es fum ando ó ch a rlando
con aqllel aire perezos o é ind olente que les.
es cara cte rístic o ; se avanza un poco y
qu eda el viaj ero desconcertado por las
irregularidades que nota al ver gruesos y
ennegrecidos muros donde d ebía hallarse
la na ve despe ja da ; oscu ros corr e dores
á Jos lados, etc. Si t oma por la derecha
, halla las dos e scal eras pur donde se
sube al Calvario; si ¡;orla iz r1u ie rda, va
directamente á la r otonda, Pn cu yo centro
se halla el templete q ue guarda e l
Santo Se pul cro; si por el fre nt e, ce rca al
muro co n qu e Jo s grieg o s afe a ron la Bas!
li : a para hacerse en su pr o pio centr<>
iglesia peculi ar, en: ue ntra la Piedra de la.
Uncz!m, primer santuario qu E visit a al
entrar por prime ra vez en el espacioso
templo. S ob re la roca, re c ubi erta hoy
con una piedra labrada d el país, asegura
la tradición fu e colocado el OtJe rpo de
Cristo pa ra ser ungido con rico bálsamo
y perfum es, antes de ll evarlo al Sepulcro.
Pertenece en común á los latinos,
griegos, armenios y coptos, Jos cuales.
mantien en sus l ámparas respectivas, siemp
r e en ce ndidas, y los cand elabros que
suste ntan e normes c iri os.
Al seguir para la rotonda, se tropieza
con una piedra cir c ular, conocida con el
nombre de L ugar de l as Santas Mujeres;
m ás adela nte se pen etra e n ella : mide
diecinueve metros trein t a centíme tros de
diámetro, y está r odeada de rli eciocha
macizos pila re s encima de los cuales hay
dos gale rías sobrepu estas, de dieciocho
arcos cada una El piso bajo de estas galerías
formaba una h e rm osa n a ve circu.
lar ; h oy está convertí lo en ca r illas y ha-.
hitaciones de distintos ri tos, lo mismo que
las galerías. En la c apilla dt! io s sirianos
jacobitas, situada frente á la que tienen
los coptos cerca al Santo Sepulcr<>,
se halla el paso para la cámara d onde,
l •
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EL HOGAR CATOLICO ll04
)--------------------------------------------------------
1
-está, con otros nichcs, el sep ul cro de
José de Arimatea. En la fachada d e l ed{.
culo del Santo Sepulcro se ven cuatro co)
umnitas en forma d e espiral y tres cuadros,
pertenecientes, el más alto, á. los
latinos, e l de l m edio, á los griego~, y el
i nfe rior á los armenios ; delante de cada
uno arde una lámpara. Hay adem ás grue.
sos candelabros con ciri os y mu chas Jám.
paras dentro y fuéra, pertenecientes á los
div ersos ritos que tienen derecho a l ser.
vicio religioso, ¡:;or turnos, en la Sagrada
Tumba. .
Siguiendo del coro de los franciscanos,
situado al frente de la far hada del te mplete
del Santo · S epulcro, en dirección
norte, se llega á la Capilla de Santa María
Magdaltna; no lejos, en la misma dirección
, está la capi lla ó igl e sia d e la Aparz'_
cz(m de Jesús á su Madre . Esta pequeña
iglesia, cuyo altar, dedicado á la Inmaculada,
tiene el carácte r de santuario de
primera cbse, es lo mejor te nido y ser.
-v)ido que se a dvierte en toda la Basílica,
porque allf está resenrado e l Santísimo
y celebran Jos hij os de San Francisco, con
Ja regularidad debida, todos Jos oficios
ce comuni dad en su coro. En este lugar
el peregrino católico haJia un albPrgue
tranquilo dentro de la BasÍlica, porque no
tropieza con griegos, turcos, sirianos,
armenios, etc., siempre mal avenidos
con los latinos. L os dulcf:s franciscanos
lo reciben con la sonrisa en Jos labios
y aun lo conduce n, si qui ere, á su estr e
cho convento donde, som etidos á irfinltas
privaciones, viven haciEndo la custodia
de esos Santos Lu g-ar es, gratbimos
al corazón sacerdotal. Hoy les es dado dis ·
frutar de la pequeña a zo tea, que á precio
de oro les consiguió en 1869 d Empe rador
de Austria, Francisco J o ~é; antes estaban
privados de ver e l cielo y no podían respirar
inoun aire siempre malsano. No ha.
.ce mu ;J-. os años sorprenclieron á los griegos
con el campanario que en uno de Jos
extremos de la azotea y sob;e los muros
de la Basílica levantaron sigilosamente.
En toda la Santa Ciudad se puede n ofr ya
los ecos sonoros de las ca m pa nas con que
los abnegados reli giosos convida n á las
funciones sagradas, y no es pri vil egio ex.
.elusivo de los gri egos, quienes desde ti e mpo
atrás han tenido el . domi nio d el viejo
<:ampanario de los cruzados, desfigurado
por ellos, según hace n con todo lo que se
apropian, como sello carac t e rísti co de su
mala fe.
La misma capilla de la Aparición tiene
á la derecha rle l altar de la Virgen otro
altar, e n e l c ua l se venera e l fragmento
de la Columna de la Ffagelacz'ón, de se tenta
y cinco ce n tímetros de largo, que quedó
en J e rusalén; es igualmente santuario
de primera clase.
Al salir de esta capilla, un poco adelante,
se ve á la izquie rda la sacristía
franciscan a ; Juégo, yendo en dirección
E, hay una lar.ga galerfa de siete arcos,
llamados de la Virlfe_n. Más adelante está
la ca pilla de la Priszón de Crúlo, perteneci
ente á Jos gr iegos. Sigue lo que llaman
Dea mbulalorz·o , lo cual no es otra cos a que
la nave la teral izquierda de la Basílica,
o~c11ra y sin nada particular; u n poco
adelante se ve la Capilla de San L onginos
y después la de la Dz'vz'sión de las vcsHduras;
esta última ocupa la par te que mira más
al E. de la Basíli ca . A pocos pasos se encuentra
la. puer ta y la larga y casi destruída
graderfa que conduce á la iglesia
de Santa Cruz Ó de Santa Elena. El pavim
en to se halla cir•co metros más bajo
que el de la Basílica, tiene tres naves
y una peque ña cúpula; pertenece á los
armen ios, y e l altar del ábs ide está dedicado
á Santa Elena. Descendie ndo por
e 1 ángulo SE. de esta iglesia, se llega ála
gruta ó capilla de la Invenáón de la
Santa Cruz; pertenece á los h1tinos. Tanto
en ésta, como en e l altar de :Santa Elena,
madre de Con s tanti r.o , se puede ganar
indulgencia plena ri a, Jo mismo que
en los dos santuarios de ia capilla de la
Aparición.
V olv iendo á la Basí lica, se sigue por
detrás d e l coro de los griegos hasta dar
co n un a de las escal e ras que ll ev an al
C?lvario. En este corto trayecto se ve á
la izquierda la CapzUa de los Impropm·os
y de la c~ronacz'ón de espzizas; pertenece á
Jos griegos y se venera en ella un fragmento
de la columna en que el Salvador
hubo de sentarse cuando en casa de Pila
tos los ~ o ldados lo hi cieron objeto de
bur la . Por la escalera indi cada se sube á
la colina sagrada, teatro de la redención
del género humano y po r consiguiente el
lugar más digno de la ve ne ración y amor·
de k s cristianos. Este augusto santuario se
halla dividido e n dos naves ó capillas, de
las cuales la de la derecha 6 S. pertenece
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EL HOGAR CATOLICO
á los latinos, y la N., á los griegos. En la
primera, los franciscanos, con su magnífico
altar en el.Jugar donde fue la Cr ucifixz'ó n,
convidan á orar con sosegada tranquilidad.
Un poco á la izquierda de és te ti enen
además el altar d e l Stabal Maler, precisamente
donde la Virge n Inmaculada presenció
la ag onfa de su Divino H ijo y lo
recibió luégo en sus brazos. En estos
santuarios, lo mismo qu':! en el Santo
Sepulcro, se gana indulgencia pl e na ri a;
nos fue dada la di cha incom pa rable de
cele brar en todos e llos la Santa M is a.
En el fo ndo de la capilla N., s o 'Jre u na
plataforma de medio metro de altura , se
ve el altar grieg0, y debajo el disco de
plata, abierto en el centro, que se ñala el
lugar dond e, alzada en alto la Cruz, murió
J esús, el a vado en ella ... !
Todo, e n los múltiples santuarios que
hay en la Basílica, despie r ta en el pe regrino
e mocione s á cual m ás intensa s ; pero
en el Santo Sepulcro, y sobre to do e n el
Calvario, se siente como fuéra de si, co n
el pecho o primido de tal manera p o r el
dolor, que quisiera prorrumpir en g e midos,
y pe rmanecer allí horas y más horas,
bañando con las dulces lá grimas, que
no pueden dejar de brotar en abundancia,
aquellas rocas que, santificadas con el
más grande y generoso de 'os sacrificios,
contemplaron el dolor más sublime
que hayan visto cielos y tierra l
Dos discos de mármol negro, col o cados
á uno y otro lado d e l altar, señalan
el sitio pro bable que ocuparon las cruces
de los ladrones. A la derecha, removiendo
una placa metálica, se puede ver la
ancha h e ndidura que se abrió en la
roca, en el momento de la expiración del
Salvador. E sta partidura puede observarse
también en la Capüla de Add n, situada
debajo del Calvario. Al salir de
esta misteriosa capilla, el peregrino se
vuelve á encontrar cerca de la Piedra de
la Unción, y por consiguiente no distante
de la pu erta de la Basílica.
Nada más conmo vedor que la procesión
que tcdos los días á las cuatro de la
tarde recorre los principales santuarios
del monumental templo. R e uni dos muchos
franciscanos con los pe reg rino s, y
provistos todos de ceritas delgadas y de
los rituales respectivos, entonan en la
Capilla del Sacramento la antífona O
Sacrum, etc. ; siguen á la Columna de la.
Flagelaa'ón, después á la capilla de la Cdrcel
de Crz'slo ; en seguida se visita la de
la Dt"vz'sz'ón de las VesHduras. De aquí se
párte para el lugar de la Inven ct'ó n de la
San/a Cruz y se sube luégo al Altar ele
Sa n /a Elena, de do nd e se va á la Columna
de la Cor on act'ón y de los Improp er ios-.
De este lugar se asr iende al Calvario, y
ya en él se sigue al L ugar de la Crucifix ión .
De aquí se ll ega á la R oc a sagrada, donde
Cristo fu e le va ntado en la cruz y
muri ó. Se baja á la P t'edra de la Unet'ón
; se sigue de ahí al Sartlo Seput.:...
ero ; lu égo á la Capz'lla de Santa Ma ría
~Mag dalena, y se concluye la procesión
en la misma Capill a de la Ap arú:z'ón.,.
d onde come nzó .
Para cada v isit a se canta el himno respe
ctivo con sus antífo na s, ve rsículos y
oració n. Al r e tirarse e l per egrino, g uarda
cuidadosamente la ce rita,-como r ecue
rdo ¡;:ratfs im o, - y cua si aturdid o Ie
parece hallarse domina do por las im pres
ione s del más misteri oso sue ñ o ; e n t odo
caso, á dura s pe nas se d a cue nta, como
Moisés e n e l O r eb, de qu e ha recorridOlos
mismos lu g ares en q ue el Hombre .
D ios de jó sus hU e llas e n.san g r entadas,.
en tregó su esp íritu al Padre , fu e sep ultado
y r e sucitó gl orioso.
Mad rid, Febrero de 1909
A mi hija Elena
CON MOTIVO DE S US VO T OS P ERPETUOS
Oh! ¡ Cu án so lemne es para t í es te día !
Haces á tu Señor el d óu de tu a lma ;
Tu juve n tud por siem pre s acrificas
Del R edentor e n las benditas aras.
¡C uá n valien te eres, bija ... ! Ya co mpr end0,
L a ab negación d e aquellas denodadas
H er oínas que dieron su existe nc ia
En h olocau sto d e la fe cristiana.
E l mundo co nocis t e en eda d t ier n a,
Y los OJ OS ce r ra s te á sus fa lacias,
Y los al zaste á la r eg·i ón s ubli me
De la verdad y el bién, la fe y la g r acia.
¡Fel iz t ú , q¡; e el eg is t e p or es p oso
A Aq u el que bl'i uda amor, y n unca engaña py
le va ntas te á la man sión eterna
Tu vir g· inal, p ur ísima esperan za !
¡Pe r o yo .. . ! l\1 e dej as te en este m undo
Entrega d o al va ivén de turbi as ag ua s,
En es te mar que la tormenta ag ita
Y do el viajero mí sero naufrag a.
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106 EL HOGAR CATOLICO
Tú vivías en mí ; m e comprendías,
Y mis oc ultas pena s aliviabas;
Tú mi vida endulzabas g ener os a ;
Tú enjug·abas, solícita, mis lág rimas ....
¡Pero silencio ... 1 El sacrifi cio es d oble:
Tú lo consumas con serena calma ;
T6came á mí imitarte, y tras tus huellas
Seguir tam bién con valerosa pl a nta.
Dáme valor, y ruéga por tu triste
Viej o, rendido ya bajo l a c arga
De su orfa ndad ; por este s olitario
Que ya su lucha con la vida acaba.
Suba por mí, dulcísima hija mía,
A los cielos tu fé rvida pleg aria,
Y alcánzame va lor para que pueda
Dejar aquí mi despedida amarg a :
¡Adiós . . • ! Bendíce á tu a batido padre
Del s acrificio con el sig no armada!
.A.dióa .. ! ¡Adiós ... ! ¡Tu casta fren te oprimo
Y esta mpo en ella el ósculo de mi alma!
ENRIQUE ALVAR EZ BONILLA .
LA TARDE DE LA VIDA
( Traducción del Presbíter o D. Francisco
J osé Verg~ ra)
TERCERA PARTE-EL SACERDOTE
CAPITULO I
El alma del enfermo
La vida, que en cada uno de n 0s otros ha
tenido su aurora, su de sar r oll o prog res ivo y
su curso más ó m e n os larg o y m ás ó menos
mezclad o d e goces y tristezas , tendrá también
su fin. Así c om o l u l uz d el d ía, q ue se
exting ue en tre las somb r as d e la noch e, la
vida acabará tam bi én, v olvienJo á la sombra
.Y al silencio.
E s ta última faz de una exist en cia que t er mina
tiene también alg o de so lem ne y conmov
edor. S e sien te que la vi da no conc :uye aquí
l!'i no par a volver á empeza r en otra pa r te, y
parece que sus últim os la tidos pe r tenecen y a
á ese desconocido ter rible y mis ter ios o en que,
seg ú n la fe, continú a la hi storia de la s almas.
H asta ahora hemos tratad o de la en fe rmedad,
ese mensaj er o de Dios, cuya misión p rovide
n cia! n o si em pr e se compr en de bien . La
enfer m eda d no es sola mente el crisol e n que
s e puri fi ca la v ida, s ino ta mb 1én el molde de
don de sale r ejuvenecida y perfecta. La sumis
ión á la vo luntad de Dios, que envía l a
enfermed ad , no es incompat ible, como ya lo
a notámo s, con el deber de proteg er nuest
ra existencia e nlra el mal de q ue se ve
atac ada, sal vo el cuid ad o de l os intereses d el .
a lma y de los d el c uer po, que he mos de procurar
en la elección del m éd ico al que otor- 1
guemos nuest ra con fianza.
En las líneas que sig uen trataremos sobre
tod o de l os intereses de esta alma, que va
á comparecer delante de Dios.
A los oj os de la ciencia, y desde un punto
d e vi sta me: ame nte humano, el enfermo es
y a digno de t oda atención. Tiene la grandez
a mor a l de un vencido, al que nadie se atreve
y a á h erir; y por humillantes que sean l os
des fa llec imientos de ese cuerpo qu ebr antado 6
len tamente devorado p Cl r la enfermedad, el
enfermo no es menos digno de respeto y c onsider
aciones .
P er o es la fe la que principalmen te nos revela
t odo lo que hay en el enfermo de no bleza
y dignidad. El S alvador, que r eha bilitó la
pobreza al tomarla para sí en Betl en y Naza
ret, quiso tnmbié n ennoblecer el dolor, y
por t anto se condenó á los sufrimientos. Había
venido para salvar las almas, y dio c omo
prueba de su misión divina la c urac ión de los
enfermos . A los que les interrogaba sobre esa
misión, les res pondí a: ·'Id á anunciar que son
curados los e nfermos."
Enfermos eran les que de todas partes le
llevaban ; y como para enseñarnos lo que nosotros
debíamos hacer después, para ellos eran
sus palabras más dulces y sus más ti ernos
cuid<~ d o s. Ni esperaba á veces que los enfermos
llegase n hasta EL, sino. l es curaba d esde
lej os, como lo hizo c on el criado del centurión.
Por la tarde, cuando el d ía había transcur
rid o en las fa enas de la · predi caci ón, parecía
hallar repos ) en el e u d ndo de l os enfe
rm os; le ; hablaba dulce mente ; exte ndía
s obre ellos sus manos , beodicié ndoles, y los
d espachaba curados.
" Para colmar los d. e hon or , dice Mon se ñ or
Planlier, hace m i em bros de su propia Humanidad
Santís ima á todos los que sufren ; consider
a como hechos á E L mismo los cuid a dos
que á aquéll os se pr odiguen ; reputa ofe ns.a á
EL m is mo el a bandono en que se l es deje ;
y aun pod ría d ecirse, a mplificand o la hermosa
fr ase de Salvian o, que así com o Cristo es
el que m end1g a en l a univer sa lidad de los ind
ig·e ntcs, E L es también el que s ufr e en la
u niver s alid a d de los enferm os."
Esta maj es tad de que D ios ha r r vestido el
d olor, asig na á és te , ig u alme nte, u n rang o
magnífico en la Ig les ia , y un lugar de pr~.ferenci
a en s us res pe tos y en su abneg-a c10n.
Bo ssuet h abl a ba elocuentem ente de la " eminente
d ig nidad de l os p ob res en la Ig lesia.''
Apropiá ndon os esta pala br a, podríamos hablar
de l a eminente di g nidad de los enfermos.
P ara h o nrar en los e nfermos la imagen de
AQUEL que es el ob jet o de sus adoracion es, la
Igl esia les ha con s truído casas suntuosas com
o los pa lacios, y cas i tan ven erPd as como
los templos ; y para cuidar de ellos allí mismo,
ha suscitado legiones de servidores voluntari
os, que se muestran altivos de su mi-
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EL HOGAR CATOLICO 107
-sión, y miran como un hon or el cumplimiento
de faenas de que difícilmen te se en carga
un merce n ario. Esta noble misión s e nos
confía b mbién á todos, pues á carla uno de
noso tros encarg·a Dios , 9 lo meno,; dentro de
cierta med ida, el cuidado de es a alma qu e va
á d ej ar la ti e rr,t.
Cuando s e h ayan ag otad o eo torno del lecho
tod s los cuidados que dicta e l afecto y
todos los rec ursos que dicta la expe riencia;
cuando b ciencia misma se d rclare impotcllte,
ent o nce.~ , no si n perder l a última esperanza,
debéis pen sar en esa alma, que es todo
lo que os q u· ·da de esos seres queridos.
H ay un ho,ubre á qui e n el munrl o escéptil'o
y burlón nfecta tratar con desdén, cuando
no se le ir r oga l a injuri a de clasilicarl e
entre lo s que d esempeñan una fun ión cualquiera,
retr i buída por el Estado ( 1 ) . Su misión
e s discutida p 1r u nos y desconoei.Ja p or
o tr os; para muchos v iene á ser c omo un pe rsonaj
e extraño, cuya palab ra es importuna y
cuya presencia fastidia. Si se l e hace lugar á
vec. e~ e n las reuni " nes ordinar ias, se le teme
en las horas rl olor os a s d e la enfer m e dad ; pa rece
que en los p li egues de su austero traje
lleva ra un a especie de senten c ia de muerte.
El médico pue.le multiplicar sus visitas, de
cuya i nuti lidad nadie se hace ilus ió n; los
amigos, y el Notario mismo, podrán tratar
larga m ente de las dispos ici ones t estamentarias
; só lo a l sacerdote se le t eme como á
h o mbre de mal presagio.
El cél ebre fi 'ós ofo Cousin, hallán rlose un
día de paseo con un amigo, a lcanzó á ver á
un sacerdote que entraba á un a pobre viYi en da,
llevando b ~ j o el brazo una sobrepelliz y
una estola. Cousio le siguió con la mirada, y
volvi éndose le dijo :
" ¿ V éi s á ese sacerdote? Va á hacer una
gran cosa: v .¡ á a y udar á un hombre á bien
m orir. Nosotros, durante, treinta años, hemos
tratad o de d emos trar la existencia del al ma
sin lograr lo jamás. Mientl'as tant o, esto s sacerd
ote s que desd eñamos. van á co m uatir el
vici o en las almas de los malos; la tentación,
e n los que dudan; la des es peración , en lo s
que s ufren. A todos ,>Jcanza el soco rro de su
abneg ación, tan heroica como d esconocida .
Y n osot r os qu er ria r1w s arroj a rl vs a l agua .
Más v a ldría q ue nos arrf'jaran á no s otros mis mos.
¡ Sí ! Ell vs se ~acrifican por es a.l almas
cuya ex istenci a nosotros di , cuti.n os tan inú
tilmente. i Sí 1 E llos son ne<"esarios; y no sotros,
con toda n t e •lra ciencia, ¿ d ~ qué se rvim
os?
V am e- s lÍ rxami uar e n una se r ie d e conferencias
si r l srcerdote m er ece esa d rsconfi anza
de que tan á me n u ':lo se le r odea , y lo que
v alen la s razones que una indi¡;na debilidad
se forja p or t e ner á ese h ombre á raya; en
una palabr~, tratarem os de comentar útil-
(1 ) Esto en Francia. (Nota del Traductor).
mente aquellas palabras del Apóstol Santiago
: " ¿ Eotá enfermo alguno e ntre vos otros?
-Llame á l os presbíteros de la Ig les ia."
(Santiago. V . 14).
El Angelus
El ÁNGELUS es una oración que hemos de
rezar por la mañana, al medio "d ía y á la caída
de la tarde . a l toqu e de la campana, para
ve n erar á la Madre de Dios y adora r al
propio tiempo el i lfi sterio d e la Encarnación.
E l que estos toques se d en al salir y al
pon erse el s ol, y cuando es tá en lo más alto
del ciel o se funda e n que Cristo es el Sol de
gracia q~e da lu z a l mundo. L a apari~i?.n del
sol en el ciel o nos recuerda la apanc10n de
Cri s to e n la tierra, y, por consiguiente, su
Enca rn ac i ón . Añádase que, en la orac ión que
hacemos en estos tres tiempos, recordamos la
Anu nciación del naci m iento de Cris t o, pues
d eci m os: 1) E l á ngel del S e ñor (el Arcángel
San Gabrie l) anunció á María (en N azareth),
el nacim ien to de J esús; y ella concibió del
Espíritu Santo (es to es, se hizo Madr e de
Cristo por obra del Espíritu Santo). 2 ) Hé
aquí la esclava del S eñor: h á gase en mí COJ?-form
e á tu palabr a. (C on esta pa labra, atraJO
Ma ría á la ti erra al Hij o de Di os) . 3) Y el
V erbo (HiJO de Dios) se hizo car n e (esto es,
se hizo h ombre ) y v ivió e ntre n os J tros (los
treinta y tres años de su v id a mortal~ .
La costumbr e de tocar l as tres veces á la
oración d ata del tiempo d e las Cru .:adas
( lesrle 1095 ).
Con todo eso, ya desde más antiguo se solía
co nvidar á l a ora ción tocando la campana
de ma ña nitn, y es taba tam bién en uso en muchos
p ¡nblos e l t oque d e l anoch ecer, para
que lo ~ extravi ad os en los bosques h al la ran
más fá c ilmente el c am ino del a lbergue; por
eso se lla maba a este t oque e l de los e x;travi
ados. P or la mi s ma causa hay en Ru sw la
costumbre de tocar las campanas en las g randes
nevadas, para que los ca min a nt~s pu edan
d irigirse al lugar de r efug io . La m1 sma costum
br e tie n e n los mo~jes de San Berna rdo:
Des de el ti em po d e las Cruzadas se co me nzo
á toca ¡· r e gular,nente á la mañana y á la n?-'
che (media b ora antes de s a ltr e l sol y medta
hora drspu és d e p on er se) á la orac ió n para la
r eco n quista de la Tierra Santa. (U rbnn o II,
' "95). El t oqu e drl medi o día se _añ~d_i -J ID;ás
tarde. !Ca lixto 111 , 14 56 ) . Al ,pnn c ipiD_ so!~
s e rezaba un Padr enués lr o, luego se anadw
un t\ ve m a rín . Más ad el ante se dividió es ta
oración e n tres toq ues (á h on ra, en cierto
modo, de la Santb i ma Trini dad) y en cada
t oq ue se r ezaba u n Avemaría para alc a nzar
de la Virgen la extirpac ión de las h erejías.
El ANGELus, en su forma actual, nac ió en
la Edad moderna. (Benedic to X III concedió
i ndu lg encias á Jo¡; que lo r ez aran, 1 ¡.:¡4 ).
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
I08 EL HOGAR CATOLICO
Después del toque de la tarde se suele toc;;
r.otra vez e l llamado toque de ánimas,
excitando <Í orar por las benditas almas del
Purgatorio .
. El que, al sonar esta campana, dice de r od~
llas un Padreo u é stro y A vemaríu, añadtendo:
Dadles, Señor, ete rno d e~ ca ns o , y
luzca para eilas la l uz perpetua. ( REQUJEM
AETEI\ NAM DONA PIS DOMINE, ET LUX PEI\ PETUA
L?CEAT EIS), a lcanza c ien día s de indulgenCia.
(Clem. XII, q36\ San Alfonso M. de Li~
orio dej,aba c_ua lquiera ocupación, e n seguida
que 01a t u ner la campana de l . A N GEl us .
En muchas regi r n es ( en la es tación tem plada
d el año) hay la costumbre de deteners e y rezar
con la c a beza descu b ie r ta el ANG ELUS a un
en los caminos .
FRANCISCO ESPJRAG O
Actos de la Santa Sede
-El . ~ de Eo e ~o y e l 30 de Marzo (! e Igo8
conced to Su Santidad á los soldados el p ri vilegio
de poderse investir por s í m ism os e l
E s ca pulariO d e Nu estra Señora d el Carm en.
- E l 8 de Julio d el mis m o año d e c l a 1 ó, p .1 r
medio de d ecreto es pecia l, P a trono d e Jos oradores
sag-rados á San Juan Crisóstc mo.
-.El I8 de l\farzo d e. ¡gr g c oncedió, por
med!o d e la Sagr~da Congreg ación drd Sr. oto
O_ficw , 50 días de in d ul grn c¡ a, aplica b le á los
dtfuntos, cada vez que se b é se el anillo el e los
Cardenales, A rzo bi spo": y Ob is p os . .
-Por Decreto de l a misma Sagrada Cono- r e ga,
ción ( I, 0 de Abril de 1 gog) s e c Gn ced e permtso
á toJo s ac e rdote p;.r a dar la Be n di ci ó n
Apos tó lica fn el artículo el e la muer te á Jos
re~i&·ioso s d e v otos solemnes ó simples, al admmtstrarles
Jo s últimos sacra m entos.
-Ig u a lmente co n cede 3oo día s de indulgencia,
apli cables á !as alm a~ del pu rga t 'l rio,
!'-los que, con corazon co ntrito, ree itaren la
Jaculator ia : To ,l o p or Vos, Cora zó n Sacra-ilsimo
de J esás . ·
-El 18 de Ma rzo de 190 9 con c edió la misma
Sag rada Co ng reg ación del Santo Ofici o á
los sa c erdotes autor iza dos pnra b endec i r c oronas
, r osar!os, cruces, e tc., facnltad de e ·nceder
5 0 días d e indulgen cia, aplicables á las
almas d e ! purgator io, á las n: ecl a llas dt' l N iñ o
Jes ús , s iem p r e q u e, b e sando los fi e lr s la im agen
sagrada, diga n: Santo N i iío J es ú s ben -
decidnos. '
-El 13 d e Marzo de l mism o a ñ o prohibió
que se re emplazaran e n l os ros3ri os ó camándulas
l os g ranos del Pater nostcr por m ed allas.
-!gu ~lm ~ nle p ro? '. b ió c on ced er s e pul t ura
ecle siá s tlC~ a l os caLo ltcos c¡ue hao contraído
malr!m o mo .d e l.a nte d e l min istro h ereje, conw
tá 1, consin ti endo explícita ó implícit am e nte
en la educa ción de sus hijos en l a h err j ía
habiendo incurrido por esto en la excomu:
nión, si mueren sin haber s e rec,mcil iado con
la Iglesia ó s in haber dado jamás ninguna
señal de arrepentimiento ( 8 de Ma yo de 1907 )
(Del Vade-mecum sacerd o tis de IgiO)
EXTERIOR
INSTITUT O BíBLICO.-Ya está dando opimos
frutos e l fund ado por Su Santidad en la ciudad
eterna, según el Bre ve Vinea Electa de
7 de Mayo de I gog, para pro.nover de l mejor
m od o p Jsi ble los estudios bíblicos, según el
sentir d e la Iglesia. Ha conferi~o a lg unos
grade s de D?c~ or en Sagrada Escntura, y el
3 de l\lar~o ult:mo el R. P. F o nck i naug uró
las conferencias en la Saia Pía, cerca d el
Puente de San Angel, con un concurso de
I , 500 p ersonas, viéndose en los primeros puestos
á ks Cardenal es Marti oelli, Saominia l e lli
y Jos principales Prelad os del Vaticano.
El tem a de las confer e ncil'l s d e este año se reduce
á r es .[ ver las dificulta de s sacadas de las
ciencias naturales contr a la inerrancia de la
Sagra da E scritu:·a, Amee izó, dice Razón y
Fe, s u conferencia, el R eetor del I n stituto Bíbli
c o, con proyec -io ncs r f lativ,. s <Í la fl ora y á
la fauna d e Pales tina, j m d i rt .!~ d e J a ff a , fuentr
s d el J o rd ·1n, orilla s della!3· · d e Gen ezar eth,
cumbr e s de l Líba n o, páj a ro~ , s r. rpicnteq, i n sectos,
r oe dores, cuadrúped os, Pi e.
EL CA NTO EN LAS IGLES!AS.-En una entrevista
que tu v o con el Suu1o P on t. ifi : e el perind
is t>J A. Coquard, oyó d e ~ u ~ la !, i os , según
refiere L' Echo d e Parí s, las sig uientes palabras
:
" Pued e ser que el empleo de v oces femeninas
e n los t e mplos n o o frezca en ocas iones
inco nve nientes ; pero m ir a cto el co ujunt o del
mundo cristian o, presenta tal es p eli g r os, que
en ningún c aso ni e n o :n g una nación autorizare
mos s u en s a yo. Hny, cu n todo, u u medio
que s e usa en Ita li a, P'r;~ n c ia y Alema nia:
ejercitar á las mucltedumóres en el can t o
q reqoriano p a ra q ue i1Ue r venqan en la Mt'sa
y funcion es saqradas.'' ( Ra ::ón y Fe) .
E s te c anto es, pues, e l c¡ue d e be enseñarse
para las i~l cs i as, y oj a lá que se hicie ra de sde
la escue la , á fin dC' que lJs n i ños lo Rprendie,
· an, y más t arde pudier a can ta r todo el pueb
lo. Desgraciada m en le nu es tros cantores,
e n g en era l , ~ e mue tt·an muy de safectos a l
canto g r eg ori ano, e n té rmin os rle que e l sac
erdote que c ~ola la mis fl conf•1 r me está prescrito,
se ve amarg o para s osten el' la mel odía
litúrg ic a , pOt'que rar a vez aci e rtan en el c oro
coo..Jas rrsponcio nPs. ¿ Por q ué las socie dades
de canto ~ es, cuyo r ficio principal mira á las
ig lesias, no aprenden el c a n to grego¡·ia nn,
tai com o es, es decir, según las re g l ~ s c¡ue el
arte c onsag ra á C'Se canto? Apena oí r las misa
s y música profana que en muc h os cRsos suelen
empicar en las i g lesias.
-Su EMINENCIA el Cardenal Richelmy, Arzobispo
de Turío, ha ven dido por diez m
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO
francus una propiedad suya para invert irlos
integramcnte en el sos tcnimient·J d ~ l periódico
cntól ico It Momento.
- EL CoNGRr: so diocesano de París ha tomado
vivísimo empeño en fo :ncnt'll' y sos tener las
escuelas católicas, y, para ahogar el mal C3 n la
abundancia del bién, J cterminó fundai' Escuelas
normales para la f Jrrnación del profesora1o.
Anunció l\Ionseñor Amettc la pronta
reforma del ratccisrnn en sentido más :; poLgético
y práctico.
- SL I:IE CARDEN lL ME ~t ~ IER , Arz0bispo
de Mal inas, h·1 obt·' nido, m cd i :~n te votación
unánime del J ur .• Jo, compues to d ) doctor
es de tod as l ts Universidades de Bélg ica,
el pr emi 1 decena ! de hon 1r-codiciado por
muchos,-:lebido á lo notable de su ~ obras fil osóficas.
Se ha die ho del eminente fi lósofo que
lleva de frente todo el saber de su s i3· Io, y que,
aunqu" aristotélico - tomista, ha sabido exponer
una d"ctrina original y pcrsJna l, haciendo
penetrar en las idea ~ clásic.Is del más puro
escolasticismo las modalidades de las ciencias
moder nas.
- I o ossrANTE el creciente desar rollo de la
impiedad en F ran · ia, co n ~ uel a ver có .no se
organizan los ca tólicos en Ligas de oraciones
para obtener el favor di vino. En só!o u fl mes
la·Arch ic 1fracl ía de Nuest ra Seño"a de l Sag-
rado Corazón de Soudan i nscr ibió 1,6oo
nuevos socios, y se han ob tenido 2.6oo,o Jo
Viac1 uc~s para exp :ación y re.neu io de Francia,
goo ,ooo misag, 35o,oJo cJmun iones,
4.ooo,o ,o de rosarios y 4.ooo,6 Jo otras obras
buenas. La Cl'll::arla del R Jsario ha repartido
en poco t iempo 13o.ooo,oo:1 de r osari os.
-MAH 'MED V, Sultán de Constantin op la,
concedió al Cardenal Merry del Vat Secretario
de Estado de S. S. , la g ran cruz de la Or ·
d en de Osmán. Es la p1·imera vez que en un
firm án turco se emplea la palabra gran cruz,
según J i.·c Razón y F¿. Este acto <;le cor tesía
muestra el d ''eo que tiene el Sult,;n de ag-radar
á la SA nta Scue.
- LA& "ANIFESTAC I):"> ES Católicas CO n t r~ las
escuel¡,s laicas y neu tras, que en los últim os
meses se h ~n h e~ h -¡ en las principa les ciudades
de España, han rPsu ltado imp::men tes ta nto
por el número corno por la caliuad de los
que han tom,1do parte en ellas. Quiera Dios
que de esta mane1·a, y con la unión de todos
los buenos, se <~ t aj e la cor r iente de impiedad
que arranca de las mismas esferas ofi cia les.
Parece sarcasmo un g vbierno ofi c.ialmente
catól ico convertido en fa utor principal del
anticatolicismo Asi sucedió en Fran: ia, has ta
que el Esta.Jo rompió ofic ialmente con la
Ig lesia.
-EN MnNTREAL (Canadá) se celebrará el
vigésimo CongrPso Eucarístico inter nacional,
del 7 al 11 de Sr ptiembre próximo, bajo la
presidencia de un delegado pontificio.
-EN ATENCIÓN al ex lraordinario progreso
que el Catolicismo va adquiriendo en lnglate-rra
, el Il ·no. Sr. Arzobispo de \Vestminste!'
ha dispuesto que todos los años se celebre un
Congreso católico; el primero tendrá lugar
en Lrchr.
GLORIOSA CONDENA.-Como t áJ 'mer ece Calificarse
la que ha sufrido el Cardenal Arzobispo
de Reims, qu ien fue condenauo por el
tr ibunal civil á pagar 500 francos de multa
y las costas de l proceso, por la herm o ~a Pastoral
colectiva dd Episcopado francés contra
los perversos li bros de texto qoe infestan, en
ese desgraci 1do pa ís, los establtlcimient os de
educación . El Cardenal Lu((Ón y los 91 prelados
que la firmaron están dispueBtos, como
los Apóstoles, á sufr ir toua clase de pers ecuciones
por d e f~ n d er los sagrados der rchos de
h Igles ia y de las almas confiad 13 á su cui
dado.
¡ FniOLERA 1-L'Eclw de Parfs , h:J.ciénd
ose eco de la indignación ljeneral, ha denunciado
al anticler ical DJez como malversador,
y algo más, de los bienes de las Comunidades
r eli giosas, que el g·obierno j a co ~J ino de ese
país se apropió de manera inicua. Había sido
nombrado el honorable liquidador genera l
de los bienes de algunas congregaciones, y él
no tuvo r eparo en ~j·uarda r s e la simpleza de
diez millones, según L ' E cho. El liquidador
D..tez (procesado y ddenido) ha dicho que sólo
s • r¿seroó cinco mi ll ones. Por las indHgaciones
que se han practicado, resultan complicados no
poco> políticos de los que se han exh ibido como
enemigos furibundos de la Ig l es i ~ . Como
era de esperarse, se. han hecho recriminaciones
poco g alantes, llamándose unos á otros
pr otectores de ba ndid os, etc .
DoN RúA.- Al morir este varón insigne
ha dej ado á la ilustre Congregación Sales iana
en si tua.:ión de ásornbrosa prosper idad, no
sólo en Europa sino en tod el mundo.
El Sumo Pontífice Pío X, los Cardenales,
Obispos , Clero, Príncipes de la Casa de Sabaya,
el Pres iJente del Conse jo de Ministros
Sr. Luzzatti (jud ío), var ios Ministros, Senadores,
Diputados, J efes mili tares, Gobernador
de Roma, Gobemador y Alca lde de T urín,
periódicos de tori os los colorrs, hasta fur iosos
ant irleriea les, como La Trtbuna, de Roma é
1l Secolo, de Milán, etc. etc. , han mostrado
á porfía, con palabras expres ivas, su inmenso
dolor por la pérdida de l g-r an ciudadano de
Turín, que pasó haciendo el bién . An te el
cadáver pasaron más de 1 oo,ooo personas, y
el gobie1 no italiano permi• ió que fuera sepultado
fué ra del cementerio común, en el santuario
de Va!salice, cerca á DJn Bosco.
VARI A.
- iJ,BuOGRAFÍA. Con gusto r eproducimos
la sig uiente nota bibliog ráfica que trae el último
número de Ra zón y Fe:
" Filosofia del Derecho. Conferencias die tadas
en la Facultad de Der echo y Ciencias
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
r ro EL HOGAR CA TOLICO
Políticas de Bogotá p or PEDRO MARÍA CARREÑo,
Profesco r en dicha Facultad. Tomo I.
Etica !/ d erecho indiutdaa l. Volumen de
239 pág-inas en [¡. 0 pro loogado.-Bogotá, i mprenta
de La Luz, Igog.
Baj o el nombre de Füosofla d e/ Derecho
comprende el autor en este primer tomo la
Etica y el Derecho Natural. Con claridad,
orden, erudición só lida y bu en criterio ya
ana liz ando l os principies é ideas f undamentales
de la ética y Derech o Natural, como son
el fin del hombre, el orden m or al, la ley eterna
y sus participaciones, la moralidad, la j_usticia,
el derecho, sus propiedades y especws ,
el deber y los deberes jurídicos, etc. Estudia
la libertad de conciencia, oo en el sentido en
que e! liberalismo la proclama como u n a de
sus conquistas, sino en cuan to es un derecho
limitado, y el autor señala bien la verdadera
autoridad que lo limita. El libro vie ne á ser
un buen tratado de Filosofía del Derecho, y re
sultará completo en su género cuando el autor
le añada la crítica de algunas teorías y orientacio
nes que han aparecido recienteme nte."
-DES! B LOS COMIENZOS del mes pasado quedó
mag·oíficamente terminada la reparación
de las torres y el frontis de la Catedral. En
esta obra, como en otras muc has, el respetable
y modesto arquitecto D. Julián Lombaoa ha
s alido airoso, p orque el daño que amenazaba
la t orre n orte y parte de la f mbró, com o siern pr P,
al num eroso a uditorio, con el bellísimo serm
ón que predicó.
H oy se celebra en la misma Catedr al-Ba~ flica,
con g ran pompa, l ~t fi esta del S agrado Corazón
de Jesús, y admira el entusiasmo y fervo
r que caracteriza á la Congrega ción qu e
lleva este n ombre gl ori oso . Fue precedida del
suntuos o Octavario del Santís im o, el retiro de
señoras y la lujosa Novena acostumbrada.
También se celebra esta fies ta en la ig·le s ia
de San lg·nacio, con triduo de Cuarenta H oras;
en la de Santa Claro se hará la tradicional
y h e rmosa fiesta de Desagravios.
En l a Ca pilla d el Sagrar io s erá el do m ing
o, 12 del presente , la fie s ta del Sagrado
C orazón, y e l 29 la de San Pedro ; en és t a podrán
ganar indul g· encia plena ria todos Jos
que, habiéndose con fesado y c omulg ado, v isitm
esa ig·les ia y or en según la i n tención
del Papa.
-EL 6 d el presente celebrará n las R eli gios
a s de la Visitación, con regia pompa, e l tercer
centenario de su fundación. Desde hoy ha
comenzado en su iglesia (Santa Inés) la
Oraci ón de Cuarenta H oras con s olemn id ad
espe cial. Predicarán distinguidos orador es
sagrados.
- HA SEGUIDO par a R o ma Monseñ o r Colatei,
Dignísimo Auditor y S ecretario de la
D elegac i ón Apostól ica, y para Turín, los dist
in gui dos RR. PP. Aime y Bassignana, á
tomar parte en l a elección del Superior Gener
al de la be n r.m érita Comunidad que ha d e
suceder á Don Rúa . L es deseamos viaj e feliz
y pronto regreso.
- Pon pri me ra vez n os ha visitado el respe
t ab le B o!l! tín D iocesano, de la Diócesis de
Tunja. L o agradecemos.
-DE MEDEL LÍ N, Manizal es, Antioq u ia,
S ansón , J er ic ó y otros l ugares d el ant1g uo
De partamen to de An tioq ui a nos vienen siemp
r e canjes de periódicos y r evistas m u y b ien
servidos. Contienen amenos é interes11ntes
ar t ículos que r ev el an la alta intelctualidad,
juic io y religiosidad de los labo riosos hijos de
esas reg io nes. Nos ha ll a mado la atención El
Centenari o, p or la s er ied ad é interés con que
es tá tra baj and o en la cel ebración de la fecha
g lori osa de nues tra Inde pende ncia, y el car
ácte r altame nte civili za d or q ue le e stá dando
á. es te acontec i!ll icnto patr io. De las publicaciOnes
q ue á este r es pecto se están haciendo
en Bog·o tá, no tenem os n oticia, p orque con
EL H oG AR C ATÓLIC O n o se estilan en esta ciu•
dad co r tesías sino en muy c ontados casos .
IGLE SIA DE BELÉ N - Di g n os de loa son los
esfu e r zos que el R . P. Capellán d e esta igle·
sia ha estad o h aci endo, no para reconstruir
si no pa r a h ac er, en l ug a r de la antigua que
amer ~~:z a b a. ruina , una nueva, amplia y herm
os a 1g les1a que corres ponda á las necesidades
d el numerr,so v ecind a rio qu e p uebla esos
contornos. La obra se e nc ue ntra muy adelantad
a , y so rprende lo que el abnegado Padre
ha con seguido, no sólo en la obra del templo,
sin o e n e l embell ecimiento de la plazuela
y la calle q ue sigue en dirección á La Peña;
pero si esto. admira, muc hís im o má s es lo que
h a c onse gu1do, en orden á la moralización.
del pueblo.
EL VIEJO RE LOJ
(DE LON GF ELL OW)
Tlze 0/d Clock on th e Stairs
Distante d el bullicio de la a ldea
E stá la a n t igua habitac ión cam pes tre
E n cuyo viej o pór tico la so mbra '
De los copudos á lamos se mueve,
Y fij o contra el muro s e c on serva
T osc o r eloj q ue sin cesar p reviene :
"Siempre , Nunca,
Nu nca , Siempre."
De la escalera en el desc anso al v erle
Cómo vuelve l a s man os y la s cruza
En su nich o de r ob le , se dij e ra
U n monje q ue , calada la capucha,
So santig ua, y suspira, y al que pa sa
Esas voces tristís imas mur m ura :
" Nunca, Siempre,
Siempre, Nunca. "
Su voz es te nue y sorda por el día ;
Pero en la noche, cuando todo duerme
Distinta como el paso de l viandante '
P or el hueco vestíbulo se ext iende,
En el piso r esuena y en el tech o
Y á cada pue rta re petir parece :
"SiemprP, Nunca ,
Nunca, Siempre."
En las horas de pena y de alegría,
Ora el féretro al ve r, ora la cuna,
A de s pecho de l tiempo y sus mudanzas,
E l igual, im pasi ble, continúa;
Y, cual si todo, como Dios, lo viera,
Las pal abras fatí d icas p r onunc ia:
" Nun ca, Siemp1e,
Si e m pre, Nunca.''
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
112 EL HOGAR CATOLICO
Un tiempo fue que al d eudo y a l amigo
De esn ma nsión e l gener os o hu ésped
Franca su rne ~a y su am istad brindaba;
Mas c omo aquel es pectro que el banquete
Vie ne á turbar, el vig ilante horario
Deslizaba su antífona per en ne :
"Siem pre, Nunca,
N un ca, Siempre,''
· 1 Cuántos alll soñaron en la infancia
Dulces horas de amor y rl e v e ntura,
Horas pr eciosas de la edad primera
Que la esperanza y el amor endulzan 1
Como cu enta el avalO su tesoro,
Las conta ba el rel oj una por u na:
"N un ca, S iem pre,
Siempre, Nunca."
Casta doncella la nup~ial cor ona
Allí 1 ució so bre su b lan ca fr ente,
Y allí tambié n el funebre sudar io
Cobij ó los despoj os de la mu erte,
Y en e l c a ll ar que á l.J. oración seguía
Murmuraba e l relOJ con voz sol emne :
"Siempre, Nunca,
Nunca, Siempre."
· 'Todos e tán ausen tes y di spe r sos,
Unos casados y otros en l a tumba;
Y si acas o pregunto aco n g- ojado
Cuándo será que todos se reunan,
C omo solían en mej ores tiempos ,
Sólo el reloj contesta á mi pregu nta :
"Nunca, S i ' mpre,
Siempre, Nunra."
Aquí j a más; all á dond e la a usencia,
Las penas, los cuidados y la mue r te,
Y el tiempo mis m o, á nada se reducen,
R eunidos estarán p ~ rpetu a mcnt e.
A sí la eternidad hora p or hora
En su reloj á todos nos advierte :
''Sie mpre, N une a,
Nun ca , Sie mpre,"
VENAJ'; CIO G. MANRI QUE
Ascensor á l a cúpula
de San Pedro
El día de la fes ti vi dad de Sa n J osé, ono m ás t
ico del Pontífice Pío X, se in a u guró en l a
Basílica Vaticana el asce nsor que se aca ba de
co nstruir para subir á la cupula de Mi q- u el
Angel. Es el más elevado de cuantos se h a n
instal ado en Italia. Tiene 44 metr os d e a ltura
y pued e levantar 8oo kilos de peso, 6 sea u n
promedio de diez personas. A l a so lemne inau
guración, ndemás del P npa, asistió e l Emmo.
'Cardenal H.ampolla, Arcipreste de la Basílica,
y á cuya munificencia se debe en grao parte
la impo rta nte obra, iun to con el Cabildo de
San Pedro. L a máquina del ASCENSO R, que á
más de estar á disp osición d el público servirá
también en adel a nte para cuando el Papa
tenga que bajar d es de las habitaciones del paa
lcio á la Basílica de San P edro, e s de l o más
artístico y perfecto qu e eo su género s e cono
ce. ¡ Y lu égo iirán que la Jg lesia r etrasa la
civilizac ión y que es enemi:;-a s is temática do
los adela ntos modernos ! ( El iris d e P az).
Constituciones de la Esc uela de Cristo
(Contin úa)
Art. r4 . Son d eberes y atribuc iones del
Consej o :
1. ° Con voca r la Junta General , c u a nd o lo
juzgue necesario, para algun asunto impor
tao te;
2. 0 Reunirse ord inariamente a l fi n de cada
mes, y extraor J ina riamente, cuando sea conv
ocad o por el Presidente;
3 .0 Nombr ar de su seno lo s dos secr et arios.
4.0 Hacer e l nombram i e n to de Síndico en
perso na de re ; po ns abilidau;
5. 0 Ins peccionar la administración de l as
rentas; resolver, con las seguridades de l caso,
so b re los traspasos de capi tal es, a rrenJ amiento
de fincas etc.;
6.0 H .•cer el inventario de los haberes d e
la Asociación, custodiarlos é impedir que vengan
á menos y disponer lo conv eniente acerca
de arrendamientos de fin cas etc.
7. 0 Hacer a nualmente presupu esto de gastos;
examinar y fenecer en primera instaocia
las cuco las y p 9sarlas á la Curia para su finiquito
;
8.° Fijar las hora s y días en que deban h acers
e lo s ejercicios y fi estas de la Socied a d y
organizar y disponer lo co nven i ente al r etiro
cuaresmal y á la fi esta de San Fran c isco de
Paula.
A r.t. 1 5· Es prohib id o al Consejo enajenar
los b ien es donados á la Escuela de Cristo y
des tin a r sus r entas á g astos d e otro orden,
po r ser d e conciencia r espetar la vol untad d e
l os donantes; só lo por m a n la to ó decisi ón del
Prelado podrá verificarse la en jenaci ón ó
inversión.
Tnmbi é n es prohibi do ex i cr ir contribucion
es á los h er ma n os; pero sí se le> admitirán
l as li mosnas y d o na~ ion es e spontáneas.
C .~PÍTULO VIII - DE LOS SECRETAR IOS
A r t. IÜ. Los dos Secreta rios de ben suplirse
r ecipro amente y distribuirse los trabajos
para que los asu n tos no estén a trasados, y sus
deberes son :
1.0 Asistir á las juntas generales y a l C onsejo
y tomar la minuta para extender las actas
e .1 el libro r espectivo ;
2 ° Llevar el li bro de Acuerdos y e l d e Registro
para i nscribir á l os hermanos ;
3.° Comunicar l os n ombramie ntos y resoluci
ones del Co nsejo á quie n corresponda ;
4.° Cumplir las órdenes de l Presidente ó
Capellán y las dispos iciones de l Cons· jo.
Continua r á
, ,
IM PRENTA ELECTRICA-BOGOTA
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Hogar Católico - N. 27", -:-, 1910. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686847/), el día 2025-08-22.
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