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HISTORIA DEL CANAI.J
El tránsito á través del istmo de Panamá ha sido asunto de importancia
desde el establecimiento de las colonias españolas en el hemisferio
Occidental. El proyecto de atravesar el istmo por un canal interoceánico
fué sugerido desde 1520, y más tarde, en el siglo XVI, por Champlain.
pero la idea no atrajo seria atención hasta el siglo XIX. En 1828 se practicaron
varias exploraciünes con objeto de determinar la facti vilidad de
semejante canal. Se propusieron varias rutas pero con el transcurso del
tiempo, todas, con excepción de las de Panamá y Nicaragua, fueron eliminadas
de toda consideración. Después del descubrimiento del oro en
California, en 1849, una Compañía americana estableció una ruta provisional
de tránsito con coches de postas y vapores en Nicaragua y formuló
algunos proyectos para completar el sistema con la construcción de un canal.
Estos proyectos no se .realizaron debido á varias complicaciones, algunas
de ellas de carácter internacional. En esta época se celebró el tra-
• tado de Bulwer-Clayton· entre los Estados Unidos é Inglaterra. Desde ese
tiempo ha habido un gran número de proyectos para la construcción de
un canal por la ruta de Nicaragua. De 1872 á 75 se iniciaron por los Estados
Unidos muy completas exploraciones y planos de las dos rutas mencionadas,
cuyos resultados demostraron las ventajas de la de Panamá
Antes de que los Estados Unidos diesen algún paso decisivo, un francés
llamado Wyse solicitó y obtuvo del Gobierno de Colomhia una concesión
para construir un canal interoceánico. Los planos hechos por Wyse con
mucha precipitación, eran incompletos; pero armado de la concesión colombiana,
volvió á Francia, donde logró interesar á Ferdinad Lesseps en
eY proyecto. Por la iniciativa de éste se reunió en París, en Mayo de
1879, un Congreso Científico intemacional para estudiar el proyecto de la
construcción de un canal interoceánico. La decisión del Congreso fué favorable
á la ruta de Panamá. Hay que notar que los delegados americanos
se reservaron su voto.
Se formó luego una Compaüia del Canal de Panamá bajo la dirección
de M. de Lesseps, y se compró la concesión de Wyse. De Lesseps visitó el
istmo, declaró que el canal era practicable y un Comité técnico internacional
calculó el costo de la obra en pesos fuertes 169 millones.
Las acciones se colocaron rápidamente en Francia y se dió principio á
las obras de construcción en Octubre rle 1881. El canal seguiría la misma
ruta del ferrocarril de Colón á Panamá. Seria un canal al nivel del mar
con una profundirlad de 29,5 y una amplitud en el fonrlo de 72 pies, con
una longitud de 47 millas. Más tat·de, la Compaflía se viú obligada á confesar
que no era r)osible construír un canal al nivel del mar en el espacio
de tiempo especifleado, con el dinero disponible, y se sustituyó d proyecto
por uno de exclusas.
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La Compañía francesa cometió muchos errores, tropezó con muchas
dificultades, y, finalmente, abandonó los trabajos por falta de fondos en
Marzo de 1889.
Los Tribunales franceses nombraron administradores provisionales Y
se plantearon algunos proyectos para rehabilitar la Compañía. Hasta entonces
la obra había absorvido pesos fuertes 260 millones, producto de la
venta de acciones y bonos, principalmente entre la gente pobre de Francia,
y de sorteos de lotería autorizados por el Gobierno francés. En 1894
se formó una nueva Compañía que obtuvo una concesión por diez años
que se prorrogó por seis más en 1900 para terminar en Abril de 1910, en
cuyo tiempo se calculaba que estaría terminado el canal. De la longitud
total del canal habían terminado las Compañías francesas 12 millas hasta
hacerlas navegables. Esto, sin embargo, no incluía las partes más difíciles
de la obra, y prevaleció la creencia general de que la Compañía no podria
terminar la obra.
A poco de terminada la guerra hispano-americana, los Estados Unidos
anunciaron su intención de construir un canal interoceánico y firmaron
un tratado .con la Gran Bretaña, en que se estipulaba la neutralización
del canal, por cualquier ruta que se construyese, y para el uso de todas
las naciones. El 4 de Enero de 1902, la Compañía francesa ofreció
vender á los Estados Unidos todos sus derechos y propiedades del Istmo
en pesos 40 millones. En vista de este ofrecimiento, la Comisión del canal
Istmiano de los Estados Unidos recomendó la ruta de Panamá. El 22 de
Enero de 1903 se celebró un tratado entre los Estados Unidos y Colombia,
en virtud del cual los Estados Unidos recibirían en arrendamiento por
cien años la zona de territorio necesaria para la apertura del canal, quedando
á opción de los Estados Unidos la renovación de este contrato de
arrendamiento. Este tratado fué rechazado por el Congreso colombiano
en Agosto de 1903. Siguió luego el establecimiento de la República de Panamá.
El18 de Noviembre de 1903 se firmó un tratado entre los Estados
Unidos y Panamá, referente á la construcción del canal en los términos
siguientes: Panamá cede á perJ)etuidad el uso de una zona de cinco millas
de ancho de cada lado de la ruta del canal, y, dentro de esta zona, la exclusiva
jurisdicción en materia de policía, sanidad, justicia y otros. Se
cede, además, otro territorio para la construcción de canales subsidiarios.
Para la defensa del canal se cede la línea de la costa de la zona y las islas
en la bahía de Panamá. Las ciudades de Panamá y Colón quedan bajo la
autoridad de Panamá; pero los Estados Unidos tienen completa jurisdicción
en ambas ciudades y sus bahías en todo lo referente á sanidad y cuarentenas.
A cambio de estas concesiones, los Estados Unidos pagarán á
Panamá pesos 10 millones al tiempo de la ratificación del tratado y, después
de nueve años, pagarán pesos 250.000 anuales.
Después de la ratificación del tratado entre los Estados Unidos y Panamá,
el Presidente nombró una Comisión que tomase á su cargo la construcción
del canal y el gobierno de la zona. Esta Comisión desempeñó estas
funciones hasta el mes de Abril de 1905, en que se nombró una nueva
Comisión.
El 24 de Junio de 1905 se nombró una Junta de ingenieros consultores,
compuesta de eminentes ingenieros de los Estados Unidos, Inglaterra,
Francia, Alemania y los Países Bajos, quienes fueron designados por sus
respectivos Gobiernos en respuesta á una invitación del Presidente, y los
cuales decidirían el tipo de canal que deberia construírse.
Desc'ripci6n del canal.- El canal tendrá una elevación de 85 pies sobre
el nivel del mar, accesible por una sucesión de tres esclusas situadas en
Gatun, del lado del Atlántico, y una en Pedro Miguel, y una sucesión d~
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millas de longitud hasta las esclusas de Miraflores; de allí pasando estas
dos esclusas que tienen una longitud de 0,9 de milla, el buque descenderá
hasta el nivel del mar y continuará por un canal de 500 pies de ancho y
8 millas ele largo hasta el fondeadero del Pacífico. Se calcula que el tiempo
necesario para que un buque mediano cruce la entera longitud del canal
será de nueve y media á diez horas, y de diez y media á once, para los
buques de mayor porte.
Costo del canal. -La Comisión actual ha calculado el costo del canal
en pesos fuertes 325.201.000 incluyendo 20.053.000 para Sanidad y
7.382.000 para administración civil.
Estas cifras no incluyen los pesos fuertes 50 millones que se pagaron
á la Compai\ía francesa y á la República de Panamá por la propiedad y
franquicias. Por tanto, se calcula el costo total en 375 millones de pesos
fl.lertes.
Terminación del cnnal. -Se cree que el Canal de Panamá quedará terminado
para el 1 Q de Enero de 1915.
Costo detallado de las ob1·as.-El costo aproximado de las excavaciones
en seco para el año fiscal que terminó el 30 de Junio de 1909, fué de
54 centavos por metro cúbico, más 11 centavos por admhlistración gene-ral,
hacen un total de 65 centavos. .
El costo del dragado fué de 12 y medio centavos por metro cúbico,
más 3 centavos por administración general, ó sea un total de 15 y medio
centavos. El costo medio por metro cúbico de excavación y dragado fué
de 37 centavos y 8 por administración general, lo que hace un total de 45
centavos contra un costo medio de 50 centavos por el año anterior, ó sea
una reducción de un 21 por 100.
Dr·aga8 de vapo;·.-Hay actualmente en el istmo 48 de 95 toneladas,
4~ de 70, 10 de 45 y una de 38, ósea un total de 101 dragas de vapor.
Emplearlos ?J obreros.-En el mes de Febrero de 1910 había aproximadamente
45.000 empleados en el istmo, de los cuales 5.000 eran americanos.
En Marzo de ese mismo año trabajaban 34.733 hombres, 29.954
por cuenta de la Comisión y 4. 779 por cuenta del ferrocarril de Panamá.
De los 29.954 que trabajaban por la Comisión 4.599 eran pagados en oro
Y 25.355 en moneda de Panamá ó su equivalente. Entre los que 1·ecibían
su paga en moneda americana, se cuentan los mecánicos, artesanos, empleados
de escritorio y altos funcionaras, la mayor parte de los cuales son
americanos. A los peones y trabajadores comunes se les paga en moneda
de Panamá.
Benéficos rc.cmltados del ccwal.-En 1879 declaró el presidente Hayes
que <jas
semejan como una hostia! procesión,
} saltan y pasan alegres r buenas
l><1jo la calit·nte car;cia rlel ~ol · · · ·'
RA)!6N ¡, DOLL.\. "l'E,
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EL CORREO DLE VALLE
La reja
La reja! Sus hierros, que besa la luna,
allá en la desierta calleja moruna,
encierran misterios y encantos sin fin;
parecen que exhalan, cubiertos de flores,
murmullos de besos, palabras de amores,
promesas de citas y olor á jazmin.
Tras ella adivina quien pasa á su lado
un busto de nieve de nardos cuajado,
dos ojos muy negros que acechan quizá,
un pecho impaciente que late de prisa,
los pasos de un hombre, la seña que avisa,
y el "cuánto has t~rdado" y el "heme aqui ya."
i Benditas mil veces las rejas hermosas,
cubiertas de albahaca, claveles y rosas,
que aromas derraman y prestan calor !
¿Qué moza garrida, que joven pareja,
naciendo andaluza, no puso en la reja
el fin de sus ansias y el sello á su amor ?
i Cual dulces en ellas las noches calladas !
Rumor de suspiros, brillar de miradas,
el largo coloquio de inmenso placer,
la música extraña del blanco ceceo
que sabe á caricia, que suena á gorjeo
saliendo de labios de aquella mujer.
Detrás de los hierros, cual blanco tesoro,
la bata crujiente, más limpia que el oro,
que mueve el latido de un seno vivaz;
delante, flotando ligera y galana,
la capa torera con vueltas de grama,
y el ancho sombrero que oculta la faz ..... .
Y pasan los años, los años crueles,
y hay siempre en la' reja, de albahaca y claveles
la misma cortina de eterno verdor;
hay siempre una mano qu cuida las flores:
son otras mujeres, son otros amores ..... .
Se van los amantes, mas queda el amor. '
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EL CORERO DEL VALLE
Donde hay una reja discreta y florida
hay siempre una hermosa de amores herida,
que acude á la sefia del tierno galán ....
Ayer, al reclamo, las madres salieron;
hor salen las hijas que de ellas nacieron;
las que aún no han nacido, mafiana saldrán
Al pie de sus hierros se oirá eternamente
de un canto de amores el ritmo doliente,
suspiros que vuelan hacia una mujer,
la copla vibrante, la endecha que implora ....
Hoy es la guitarra quien canta y quien llora;
su madre la guzla, sin dtl; la planicie inmensa, con sus sabanas de florecillas blancuzcas y
su simétrica vegetación, su horizonte infinito, que apenas rompía lamancha
gris de una caravana.
Y había sido más tarde la vida monótona del espartero, los días inclinado
sobre la tierra, las noches en la tienda, que roudaban las hienas,
los monólogos cortados por sollozos, el anonadamiento final, el estupor de
que le sacara la carta de Fuensanta.
Cuando se la leyeron, sintió como una sacudida en su alma. Ella le
esperaba siempre, aguardando con ansia, la hora en que, olvidado el recuerdo
de la trágica noche del alijo, volvería á su -lado para embriagarla
de dicha infinita.
Una enfermedad de varios meses le retuvo moribundo sobre el triste
lecho del hospital del Círculo. Apenas convaleciente, marchó á Orán,
luégo á Constantina; trabajó como peón en las Granjas, y habiendo
reunido 500 fracos, embarcose con rumbo á España.
Llegado á Málaga, un amigo del Perche! alquilóle una yegua. Y al fin
en aquella hermosa tarde otoñal, trotaba por los caminos:de su tierra,
mientras en los marjales muchos hombres de ancho sombrero y camisa
blanca se inclinaban sobre la vides cortando sus racimos.
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Era yá oscurecido cuando divisó el pueblo. Acordóse de aquella
otra noche invernal, en que se despidió de su novia, y comparólas
jubiloso. Entonces, lluvia, frío, luto en las cosas y en su corazón. Ahora,
luna clara y serena, cielo estrellado, aromas en la campiña, alegría en su
espíritu .. .... Alegría, si, porque iba á verla.... .
Rodeó el pueblo, y, entrando en el callejón de cercas que lo flanquea,
internóse en una escampada. La casa se destacó al fondo, entre los árboles,
nada había cambiado aquel rincón acusaba una paz inalterable.
Acercóse y vió luz. Y después de desmontar y atar el caballo, empufl.ó
el aldabón con mano trémula.
-¿Quién es?-preguntó la voz de Fuensanta.
-¡Abre, abre pronto! o
Moríase de impaciencia, y al mismo tiempo setía un temor desconocido,
como si, tras la puerta, le aguardase la desgracia.
Abrieron. Juan precipitóse en la sala baja, palpitante el corazón, el
alma en los labios y en los ojos.
Ella habia dejado la luz sobre una mesa, y se quedó mirándole atóni-ta,
con la expresión de estupor del que se ve en presencia de un resucitado.
-¡Tú!
-¡Yo!
La abrazó frenético, llorando, y riendo, en un transporte de júbilo"que
le enloquecia.
Pero de pronto se separó de ella, cogióle las manos y la miró sorpren-dido:
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1 -¡Tú! ¡Tú .... ! ¡Pero tú no me l..lesas!
-jNo .... no puedo! '
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EL C0RREO DEL VALLF: GO~O
-¿Qué no·}mcdes?-gritó. él, sinticiJ(h la ll10ri1c· ra ele una atroz
sospecha.
- Nó.
-¿Por qué?
-Porque ... iporque me ca~é hace dos meses -! ~
Arrojóla conll'Or sus laderas al asalto. Lué:•.o Jos \ ailes somhrtos
donde blanqueaban algunos cortijos entn parras. Después la gran sábana
de la vPga, surcada por acequias 1nurmun.mtcs, festonc;¡_das de matorrales,
peinada y simétrica, cnn f'llS \ides y harhctlw:, sutmehlecillo d~ luces pero
elidas, sus casas de• luhor ocultas Pntre je:u·a~~. Luégo una linea confusa, nnpinceladaque
era linde y ¡,;onfin y que p~u·eeia recortar el ¿¡gro en .un dibujo
caprichoso. Y por úllimo, una masa th: llulws que se e ·tcndia hasta lo
infinito, un cl~ro vago de estanque dormido, donde la luna rielaba, y á la
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EL CORREO DEL VALLE
derecha, como un gr::m borrón que acabara er. punta, una sombra siniestra;
el pico gibraltareño .
• Juan abrió los brazos y pareció estrecharlo todo en un abrazo inmenso,
tierra, mar, montes, casas, árboles, lo vivo y lo inanimado, lo que amaba
y lo que aborrecía. Aquel abrazo era como una obsolución.
Des¿ués aflojó riendas y clavó las espuelas en los sangrientos ijares de
la yegua.
-¡ Arza!
Y el animal arrancó al galope por la pelada planicie que limitaban algunos
peñascos.
-i Corre! ¡Corre! iMás! iAsí!
Un picacho. Otro. Un barranco. Una loma. La yeguas corría siempre.
Juan miraba á las estrellas.
De pronto apareció entre dos rocas un-agujero negro, una hendidura
una raja de lisas paredes.
Juan se inclinó y con ambas manos tapó los ojos á la yegua mientras
la espoleaba frenético. El animal relinchó de dolor, encabritóse y saltó al
abismo.
Hubo un momento de silencio, al que siguió un golpe sordo. Después,
nada.
La paz de la noche, que turbara la cabalgata de Juan, reinó otra vez
en la montaña.
Y la luna continuó brillando en el palio azul del cielo y derramando
sobre las cosas su luz serena.
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1 TROVA
! Niña 1 esa sombra que cual leve gasa
fluctúa en ese abismo de tristeza,
dime: ¿es la noche que se extingue y pasa?
dime : 1 es la noche que á reir empieza?
Y ese f~lgor que en armonioso enlace
con esa sombra me fascina y hiere,
dí me: ¿es la aurora que se eleva y nace ?
dí me; ;, es la tarde que se apaga y muere ?
Mientras esto á mi 'amada repelía,
-lD6nde, dónde ves eso?- ella decíaviéndome
inmóvil á sus pies de hinojos;
mas yo. sin responderla, proseguía
mirando al ciclo ele sus tristes ojos! ....
Jl!LIO FLOHEZ
FABIAN VIDAL
Oros de luna
Sobre el mar, oros de luna;
Borclado en blanco el vacfo;
Y en nuestras alm;¡s, bien mio,
Nignuna sombra .... ninguna.
Suspira el viento eo la bruna
Copa del maoglar sombrío;
Y entre las ondas del río
Duerme uoa garza : la luna !
Sirio en el alto joyero,
Como un rubí prisionero
Su lumbre en tu crencha enreda;
Y al besarla, me imagino,
Cauda del astro divino
Tu cabellera de seda !
P!!DRO GONZ.(LEZ RODRÍGUEZ:. '
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EL CORREO DLE VALLE 6086
Pero tú proclamas la materialidad del beso y e1 pecado del beso.
¿,Acaso, tu divina buen solamPnte conoce el falso beso? ¿Acaso en días
de dolor y desesperación, en ella han formado su nido los besos que destilan
amarguras y arrojan tinieblas sobre el alma atormentada? Oh, y
el falso beso ha dPjado la obsesión del eflpautu, porque la materia solamente
habla en él y se estremece com·ulsivamente. Y la materia te causa
horror. Sin duda él beso auténtico, el beso que es luz y es música ves dulzura
no ha visto jamás los labio'J dP. grana y de rosa. Por qué sÓlo ante
mf has hecho la ofrenda de tu amor. Y cuando no se ama, el beso pierde
la espiritulidad, y es solamente un disfraz.
81 beso conserva su pureza de origen. Pero tu crees ¡ ho Amada 1 que
es el preludio del pecado.
Y por eso tod? muere en mí.. Aun la esperanza-:-que es azul y es
profunda como lo mmo1·tal-agomza lentamente en mt corazón.
Es una agonía muy cruel y muy larga. Amada, sé piadosa, y buena
como piadosa y buena fue ~laría con el Espíritu Santo. '
Y salvarás la vida de mi esperanzrt.
* * *
Así habló el Amado por las cuerdas llc su lira.
Y la amada; encarnación de la blancura iuefable, sedienta de los be.
sos del Amado, se dejó morir dolorosamente, ante~ que la luz del beso
enturbiara la purísima luz de su alma.
}ULIÁN L6PEZ PINEDA,
SUELTOS
El Director de El Correo
del Valle, agradece de manera
muy especial á los periódicos
de la localidad y á las demás
1 personas quienes por medio de
1 telegramas, cartas, tarjetas y
visitas, lo han acompañado en
la inmensa pena que ha sufrido
¡;on motivo del fallecimiento ele
su señora madre, ocurrido en
esta ciudad el día 11 de los corrientes.
El próximo. domingo 28 de
Mayo, tendrán lugar las elecciones
para Representantes al
Congreso. Encarecemos á los
ciudadanos, en ese día, el mutuo
respeto y la moderación y
cultura que corresponden á nn
pueblo ci v ilizaclo.
Nunca es tarde para enviar
nuestros cordiales parabienes
al inteligente hijo de Cali señor
don Manuel A. Carvajal, por la
designación que ha hecho en él
la Facultad de Derecho de la
UniYersidad Nacional, para que
la represente en el Congreso
Internacional de estudiantes
que ha de reunirse en la Capital
de Venezuela, con motivo
de la celebración del centenario
de la independencia de aquella
República.
Cali está de plácsta
ciudad un instituto dental,
para cuyo fin se ha conslituíuo
una Sociedad compuesta de los
distinguidos Profesores doctores
t1on Pablo Garda A., don
Mario Caicedo L., don JuliL>
Córdoba, don Jorge Pombo 11,
don Leopoh1o Verga ra y n
Jfedcrico O'Byrnc. '
Citación recomendada (normas APA)
"El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 427", -:-, 1911. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686408/), el día 2025-06-15.
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