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ALI, (nep6hllcn de Colombia.) OCTUBRE 1:1 DE 1910
LUIS TABLANCk
De antaño data la creencia de que sólo la capital di:' la Repúulica es
campo propicio para las ciPncias y las artes. Yo creo .v seguirÍ> crf'yPndo,
mientras no !!le mP pruebe lo contrario, que la vida siiPnciosn )' model-ta.
de provincia es más propicia para. el ensueño y para el el-ltudio deteniJo -:.•
consciente de las almas y de las cosas; su silencio, su calma de remanso
espiritual, invitan á todas horPs á la mc?ditación y al ensueño; .ro creo
que los que nacimos lejos de esos grandes cE:ntros donde se agit~1. presa
de todas las preocupaciones, el colmenar humano. y corrimos con los pies
desnudos por lae ubérrimas !'abanas y los sotos floridos, que hemos sentido
más de cerca las palpitaciones de la Naturaleza, uuena mad1·e é inmejorable
consejera y, oído desde niños las voces amorosas y saludables
de la tierra, hemos tenido más fortuna. ¿,O creeis que es en Yirtuu de un
sacrificio de renunciación que Francís Jammes, p0r t--jl:'ruplo, no quiere
dejar su rincón "agazapado entre un grano de arer~a: los Pi1·ineos, y
una gota de agua: el .\tlántico ", para ir á vi_vtr á París? Recordad <Í
Zozaya: "Cuando la vejez !'e aproxima no son ni loe:: triunfos ruidosos ni
los alborotados rl:'gocijos ni las fiestas deslumbradoms. las qne dt:jan un
recuerdo imborrable en el I:'Rpíritu. Son los momentns de soled~Hl qne pasamos
en rincones humildes, son los hechos que parecieron insignificantes,
los inocentes juegos con objetos minúsculos, los que c!e_ian su huella
imborrable en el corazón. Un vil'jo port(m qne se cierw. la ahumada.
campana de un hogar campesino, un gTupo de :nbuRtos, nnn flor guP. entreabre
sus pétalos, una estrella errante que rnbJ'JCa (~or. lumbre ~idcral
eh el cielo, unas voces acordes que rememoran no ~é qu(> ya viejas melollías,
todo ello nos saeude :r nos sobresalta, recordH.ndonm:1 soledades inolvidables,
antiguos monólogos en que supimos desposarnos cuu lo absoluto".
Ese amor entrañable al sol, al agua, á los campestrales amnnecerl:'s ;.·
á los crepúsculos desfallecienteR, ese persistente inquirir de loa misterios
de la Naturaleza y el empeño tenaz, en veces torturante, de aprisionar en
un orden de palabras el alma indecisa del paisaje, que se nota en los poetas
que nacieron y dieron rienda. á sus primeros ensueflos ni ampo ro de llL
grata serenidad de la vida de prodncia, tienen no sí- qné st>clucción que Re
impone. Esos trovadoreR con sus cautos que, a trnvPR de lns efltrofas
cinceladas conforme á los modernos proced im1entos, dt>jn n traslucir alg·o
de espontaneidad primiti\'0, son parn. decirlo en una pnlnhra, qnizús me·
nos artistas, pero como má.s poetas. De&stos eR Luis 'l'r\hla tll'#1, g·entil bardo
de Ocaiia, la vieja ciudad cuya~ brisas tibias arrullaron la e' una de .Jo:,:e
EuaebioCa.ro.CEsa ensoñadora ciudad qne "seciiie un anillo ele montaflas
triunfales" para emplear el hermoso verso de E:dmnn,]o YPlú~guez, y quo
recibe todos los días el baño lustt·nl de un sol cariñoRo, ha sido el escennrio
estrecho es verdad, pero familiar y propicio donde se lm desarrollado el
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4:72() EL CORREO DEL V ALLS
proceso mental ue qne es ~alioso producto ese bello libro tan bien bauti·
za.Llo con el nombre atr:.•j·Pnte ue Cuentos sencillos, la primer·a cosedm
"co~ida con el sol de la mn,ñann." por el poeta de su huerto que
os un reflejo de los jardines de Or.::añ:t, de los ribazos soleados que perfu·
man los azucenas sih·estres y sombrean tupidos Pncinares. Decidme si
t¡uien llenL eu el alma uu jardín odorante que ostenta todos los mati~es,
destle el blanco do los. jazmines y las ::nargaritat:l hasta el rojo encendido
de los claveles, quien se embriaga con exquisitos a1·omas y exterioriza
con admi1·able habilidad la \'ibraciún de sus nerdos eJe artista, las místicas
visiones de SLl espíritu esencialmente poético, no resulta un portalira.
~etlnctor. Porque Tablanca se nos manifie~ta como uu poeta de att.o coturno
en sus versos .r en sus prosas; quizás mt\s en éstas qut3 en aquéllos:
Allí están uiciéutlolo, eutre otras, las tres páginas que forman el mejor hilado
.Y más poético de sus cuentos: Jlada Dolorosa., y las consagradas
á esa ·'Cl1arca sonámbula que en una altiplanicie andina, abre en las noelles
sn pupila glauca ansiosamente, llenándose de una consolación creciente,
hasta que un pastor misterioso que ninguno ha soñado, trae á
abrevar en sus ag·uas las siete cabrillas de oro".
Ta.ulanca coge un rasgo, un recorte de la vida al parecer iusignilicantJ,
un suceso trivial y con ello hace un cuento, una página original d~ exquisita
sencillez artística en que con vi,..i6o honda anota las palabras y
los h~>chos que casi sielllpre tienen en .a vida una ~ignif.lcación más trat:!ceutlente
de la que les da el comi\n í:!entir.
En estos días últimos, acaba de publicar El . ..YUe!'o Tiempo Litera·
río, el siwpatico suplemento del diario del poeta .\rcinieg·as, una
llOvelita de Tablar" snjestiva y uella como sua cuentos. Se llama
El fWJOl' pasajero. S .. arg"um::-nto 'es sencillo; casi C]L'e no lo tiene. Un
amor á uordo, incidental y efíruei'O despertado por una mujer descouot:
ida y ajena "una de esas mujeres que más de una ~ez pasau
por el paisaje de nuestros sueüos como la estrella que orilla y
cone, .1esvauecif'11dose en una, ray¡L de luz", pero que no por int:itlentttl
dejú de merecer la ofrenda de unas lfi.grimas. ¿ i'io son aca~o muchas veces
las más fugaces de las emociones lai'l que ch•jan una huella más honda
en el espíritu, y no resultan, otras, máR bellm. y queridas las cosa~ en
cuanto ellai'l sean más efímeras y pasajeras? Y este senci!lo argumento
t it~ne su snjestión y ~;u simbolismo. 1'\o era pos:ble que no lo tu viera. Creo
habe1· dicho ya que sobre la. más trivial de las página~ del libro de 1'ablanca
paslo es
dada ñ temperamentos de elección. )<~::o.. tracto al acaso:
" La noche AP hizo con suprema"!~' f.>Hl'atli>~iaca uelloza. Una ilnminaf!
ÍÚU fantástica haufu. quedado flota ntlo sobre la Hombt·a de las moutu.iias
.Y la¡; altas palmeras eran percrptihle,.¡ dif:.Hmmf'ntc C'oruo en 011a yj.
sión de en¡;ueño. Corría una ,.Pntir>c•l nllwantc, pahíJi,·n, que l'ra c01110
la reopiración do las anchas cií·nagn>~, y traín. diluido el olor dP ln~ pe'lcas
lojanas y de las serojas podridas. l~lrío no lf'\"Ontal..Hl elm:\s lJ\'t'! rur:wr
y 111 o~:~ traba los lomos seruiplateatlos tle las o11cl a::~ corriendo r-tPI''Ja m en tl'.
La:; mosc·as \le luz rojiza hadan figm·as geomr-tricas y se apao:aban pan~
rosuciLar incausaules. .\lg·unas chicharras roncad cantabru1 su celo en
lori rastrojos, y mus lejos. tlonde la noche er~. impenetrable unjo las 1':!1.·
ruus, las bestias y las a ves uoctur.na¡¡ lanzaban ~:~us gritos ú~llil'orero.s ".
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4728 EL CORRF.O DEL VALLE
A UNA NOVIA
La novia es como un pétalo rosado de la aurora ... .. .
Oh alondra matutina, despiértate, J ·, .,. hora 1
Re~nonde á las querellas que lanza el ruiseñor;
Un ~ido entre las hojas del barandal se mueve,
La novia es como un pétalo de rosa emre la nieve ....••
La alondra matutina que canta es el amor !
Señora: un verso e.-raut-:. pequeño y delicado,
Muy quedo á tu ''eotaoa de novia ha golpeado
Y espera tu permi~o pa~:~ ooder pasar;
Por sus alitas de oro parece mariposa,
La novia· es como un pétalo caído de una rosa
Sobre el abierto cáliz de un nítido azahar.
El ruiseñor ya canta : yo soy la melodía;
La alondra le responde ; ya viene el claro día :
Julieta enamorada ya espera en el balcón;
De músicas y aromas el saucedal se puebla, .
La novia es com@ un rayo de luna entre la mebla ..... .
Oh, alondra ¡patutina. preludia tu canción 1
RICAJII.DO NIETO.
ORAClON DE LA TARDE LAS ILUSIONES DE GLEYRE
rara ttna caucrrna
Crepúsculo piadoso, dulzura vespertina
Del mar en la ribera contemplo un vate
Que triste arroja al suelo bastón y lira,
Que vas subiendo á mi alma con taciturno vuelo,
Dáme el opio balsámico de la quietud divina
Con que embriagas á montes y llanuras y cielo.
Es azul y p10funda tu mirada bovina
qu<> sugH"Ie á los hombT"S el incógnito anhelo
De Jisolver;;e en casta la~itud de neblina,
Y abrcza1 se á las cosas sobre el húmedo suelo.
Yo vengo fatigado de la fórmula humana,
De las fals.'ls virtudes de la ciudad liviana
En mi pecho los cuervos del dolor hacen presa.
Busco. austero crepúsculo. sinceridad, descanso.
Fortaleza de árbol, hondura de remanso
Y la misericordia de tu unciosa tristeza.
M. A. CARVAJAL
Y amadas ilusiones marcharse mira
En barco cuyas velas el viento bate:
La mitad de la vida son ilusiones.
Soñad ! Todo es cadUCQ, todo es fungible.
Real cual la existencia de lo tangible
Es el sueño que forjan los corazone!.
Dos mundos, el uno adentro y el otro fuera.
Pero ambos nacen, mueren, cual toda cosa,
Y es proceder imbécil de alma medrosa
Dar puntapié á la dicha porque se muera.
Paisana de María, que he imaginado
Candorosa y amante como caucana.
(¿Me engaño ignota amiga?) soñad, hermana,
Que al fin sólo ha vivido quien ha soñado.
GABRIEL LATORRE
->+<--
UN MILAGRO DE AMOR
Ci\.RTA l.
Q~icres q_ue te cscri_ba, hcnnosa Elvira, yo', pobre ciega, que tengo
que clt_ctar mts peosamtentos; y ¿no temes que te causen tristeza mis cart;;
ts, dtctadas entre tinieblas?
Que!·id_a E~vira, ¡qué feliz eres tu! ¡tú, que puedes ycr! ...... ¡ah! i'·cr!
poder dtstmgmr el azul de los cielos la verdura de los campos, los arreboles
del poniente! ¡qué bello es tod¿ eso, gran Dios!
ti
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EL CORREO DEL VALLE 4729
Y de todo eso disfruté mientras tuve mi vista; pero., .... después ......
¡ay de mí! ¡palpando tinieblas! Entonces tenía once años, ahora cuentu
veintitrés.
Procuro en vano darme razón de la hermosura de la naturaleza; mis
ideas de la forma y del colorido de los cuerpos son muy confusas, tal ,·ez
equivocadas. Huelo una rosa, por ejemplo, y adivmo su forma por medio
del tado; pero su color tan admirado, al que comparan la tez de lao
hermosas, se me olvidó del todo, y no acierto á describirlo.
¡Mira! El otro día puse casualmente la mano, y uo adi,·inarías sobre
qué, si no te lo dijera: ¡sobre un espejo! Me senté delante de él)' me puse
~ordenar con esmero los rizos de mis <;a bellos. jCu1nto desea0a ycr m~
Imagen, _para desengañarme y saber st soy tan hermosa co:uo dtcet', tH
mi tez es tan blanca como ponderan, si mi .color se parece al de .a ro"q,
y si son muy largas y crespas mis pestañas!
l\Ie preguntas en tu carta, que me leyeron, si es positi,·o que mi padre
está en quiebra. No he oído hablar de tal cosa. Creo que mi padre es
muy rico, porque á mí, no sólo no me falta nada, sino que me sobra todo.
A donde quiera que extiendo mi mano, no toco sino razo y terciopelo,
flores y telas de gran precio. En la mesa me sirven exquisitos manjares,
cuanto puede regalar el gusto; é infiero, por lo mismo, que mi padre goza
de muchas comodidades.
Escríbeme, Elvira, ya que has vuelto de tu viaje á !bagué. T·.1s nr·
tas serán para mí encantadoras, como los cuentos de las hadas. Escr!beme,
tú que tienes compasión y amas tanto á tu pobre CIEGUECLLL
CARTA II
Sé, dulce El vira mía, que al leer esta carta te reirás á carcajada::: y
juzgarás tal vez que me he vuelto loca. No importa, te he de contar lo
que me pasa; pero ¡cuidado con guardarme el secreto!
Te lo digo en el oído: ¡Tengo un enamorado!. ..
Sí, ¡queridita! la niñ.l de los ojos sin luz, la cieguecita. tiene también
su enamorado, y tan asiduo y suspiraclor cual pudiera tenerlo uu:.t tl:.:queza.
No sabre explicarte cómo son esab cosas del amor, pero ~ucedió
qu~ ~1 otr0 di a comía con !'0".-'t!''·& nn ~;'!j~~· ·y !.!!•: ~en·~:~ ~::::n eGI''"-o ;¡
fimstma atención.
1 -Señor, le dije, la primcr:1. '.:tz es ésta que tengo el honor de ectar
cerca de usted .
. -Es cierto, señorita, pero Lace mucho tiempo que conozco y apre"io
á los padres de usted.
-!vfe ale;r!'o mucho, y más si usted sabe apreciar á c:.os ángeles que
Dios me ha dr do, cual se lo -r _,.··-:en.
-No só!o siento por ellos ..... respeto profundo, mezclado de vcr.:iade.
ra estimaciór... -:. ...tad ió, con una vocesita tan su a ,.e, que me hacía rdozar
la risa por. tc.do el cuerpo.
-¡Ah! coutesté atolondradamente, entonces ¿quién más le agrada á
usted en esta casa?
-Usted, me dijo resueltamente.
-¿Yo? y ¿qué quiere usted darme á entender con eso?
-Que la amo: que la amo con delirio.
-¿A mi? ..... . ¿ustcd? ¿á mí?
-Con la más ardiente pasión.
-¿Entonces será usted mi pretendiente?
-Sin duda.
Al oír sus últimas palabras me cubrí con el chal, y seguramente me
pondría colorada, pues me ardían como fuego las mejillas.
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4730 EL CORREO DEL VALLE
-¡Dios mío! ¿Y tiene usted valor para decirme todo esto? •
-¡Oh! Eso se echa de ver en mis miradns, en mi semblante, en toda
mi conducta!
-Puede ser, caballero, pero achierta usted que soy ciega, y á las ciegas
no se les hace la corte como á las 0tras mujerc~.
-¿Y qué importa la ,-ista? me dijo con un acento de'adorable ingenuidad.
Aunque sus ojos no puedan ver la luz ¿no es esbelto el talle de usted,
no es microscópico su pie, no es elegante su andar? ¿no es melado su
cabello? ¿y no es su tez de alabastro, y su color de carmín, y no son sus
manos blalJcas como unas azucenas?
Había acabado de hacer esta descripción, y todavía me parecía que
la estaba oyendo. Luégo, según afirmaba ese .señor, yo tenía talle muy
elegante, bonitos pies, una cabellera blonda y sedosa, y la piel blanca y
rosada. ¡Oh Eh·ira! ¡Elvira mía! para las muchachas cualquiera que describe
Rus perfecciones puede ser un enfadoso; pero para una pobre ciega,
el que le habla de su uelleza no es un impertinente, es un espejo.
-¡Cómo! señor, seguí diciéndole, ¿con que soy tan bella así?
-Y mucho más, señorita.
-¿Y á qué a<>pira usted?
-A que sea usted mi mujer.
Al oír esto, no pude contenerme y solté la carcajada.
-¿Piensa usted, añadí, que haya matrimonio posible entre una ciega
y un hombre que ve claro? Eso sería como sise casara la noche'y el día.
~ería preciso que yo cogiera á tientas mi corona de azahares para ponérmela
en la cabeza, ei día de las bodas, y me quedaría mal puesta.
1 'o, no, mil; padras son ricos, el celibato no me disgusta: viviré soltera,
1~1e quedaré para vestir santos, y tanto peor para ellps t1Í quedan mal
yestJrlos.
El hombre se retiró sin añadir una palabra más: ¿qué me importa?
pero me dijo que era buena moza,·y no sé por qué me admiro de que le he
cobrado algún cariño á ese señor espejo. ¿Será por gratitud? ¡Adiós!
CARTá. m
s¿ucrida amiga: es evidente que mi padre está arruinado: los usureros
le.~ han sacrifica, según dicen; pero el de mis
padres és sublime. A nadie he contado que estoy impuesta en tan fatal
secreto. 1Cómo sentiría mi madre, si supiera que todos sus cuidados por
ocultarme la penosa situaci6n de la familia, han sido inútiles! Por tanto,
sigo haciendome !a engañada; pero he resulto sctlvarlos.
El señor Gúmez, que así se apellida mi pretendiente, volvió ayer á
\'ÍFitarme.
-¿Sigue usted profesándome la misma veneración? le pregunté
-Sí, me respondió, la amo á usted con toda el alma, porque usted es
tan bella, tan casta, tan modesta!
-Vamol:! á ver. ¿como es mi talle?
-Elegante, flexibe como una liana.
-¡Ah! ¿y mi frente?
-Eflpaciosa y tersa como el marfil.
-¿Y rniH ojos?
- · Susp1ró y dijo: color de cielo, tienen pupilas negras, unas cejas que
r~¡uec·en. dibujadas [t pince~, .runa:~ pest!'lñas divinas. Al no saber que ustecl
e~ ctega ...... ¿ qlllén puchera clectr ...... ~
-¿De veras? ¿y mi boca?'
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EL CORREO DEL VALLE 4i31
-Su::; labios son gruesos pero muy encarnados, y no pueden darse en-tre
mil dientes otros más bellos que los suyos.
-¿De veras? y me puse {1. reír.
-¿De qué se ríe nsted? señorita.
-¿De qué me río? de la idea que me ha ocurrido ahora mismo.
-¿Cuál?
-Que usted es mi espejo.
-¡Ojalá i.o fuera siempre!
-¿Y se resolviera usted á semejante sacrificio?
-Sí; á ser su compañero, su fiel esposo, el espejo en que se reflejaban
todas sus excelentes cualidades y tojas sus virtudes. Convenga usted
ser mi esposa: soy bastante rico, y j~ro por lo más sagrado dedicarme
con todo mi corazón á hacerla á usted feliz.
Cuando él me dirigía estas palabras, pensaba en mis padres, á qtticnes
mi casamiento libraría de una carga muy pesada, y cuyas miserias
se remediarían con el apoyo de un homl>re que, amándome con tanta pasión,
no podía menos de servirles de grande alivio.
Si consintiera en lo que usted me propone, s1· trnor propio sufrida
mucho sin duda, le observé, porque no podría ve .v.
-¡Ah! debo confesar á usted una cosa, me üijo el señor Gómez.
-Dígamela usted prontamoote.
-Que soy muy feo.
¡Caramba!
-Más feO' de lo que usted puede figurarse. Soy un hombre sumamente
infeliz por ese lado. No tengo airoso cuerpo, ni buenos ojos, ni
buen color, di nada que Jo valga para cautivar el corazór. de una mujer
tan hermosa como usted. Soy Yizco del bjo derecho, tengo '57 años, cojeo
de una pierna, y como me dieron las viruelas en el año de 1840 ......
Así es que nada tendría que sufrir mi amor propio.
Cuando hubo dicho esto, le presenté mi rñano, Jiciéndole: usted me
quiere; ¡bien! pues yo lo recibo á usted ·con todas esas imperfecci0ncs que
dice, y confío en su t:orazón leal y g·eneroso. Al menos no nos molestarán
los celos.
¿Hice bien 6 hice mal, amadísima Eh·im? r'o los~; pero sí que libro
á mis padres de muchas tribulaciones, y por eso sin su consentimiento.
1 he empeñado solamente mi palabra. IIe sido generosa no reparando en
los defectos que mi no,·io ttt\"O la. franqueza rle confesarme. Adiós, mi
buena amiga. ·
CAllT.\ IY.
l\lil gracias, dulce Eh·ira mía, mil gracias por tus felicitaciones. Dos
meses hace que me casé, :r cada día soy mtis feliz. Nada tengo que desear:
amada de mis padres y sin separarme ele dlL1s, y adonH1a de Gúmez,
ni aun echo de menos la yista. Dios lo ha querido así; ¡y cu:íntns
criaturas no gozarún ni de la milésima pnrte de Jo~ beneficios que calla
día me clispensa su mano generosa!
Por las tardes solemos pascar mi marido y yo por lo::; jardines, y r.r,.
mez me hace 'tdmirar las llores por su perfume, las ::n·cs por su canto, y
las frutas por su sabor, ¡Ah! ¿Qué me importa que él sea tan tco? Yo
no acierto á distinguir lo feo de lo bello; pero sí que C.l es complaciente,
bueno y afectuo:.o. ·
¡Hasta qne vengas, Eh·im! y procura Yenir pronto. Siempre tuya,
JJA ('lL<1tTEC!TA.
C'A H'l'.\ Y.
¡Ah, ingmta Eh·ira! te cstu\·e esperando en las mañanascleAbril,cnel
mes de Junio, entró el invierno eu Noviembre, y no te ~speré entonces,
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4702 EI, CORREO D~L V .\LLE
porque creí que ,·endrías con los hermosos días de Diciembre: así se ha
ido pa~ando el tiempo, y hoy, llena de orgullo, de vanidad y de alegría,
voy á comunicarte una nueva feliz.
Sov madre ...... y de un uiño preciosísimo, seg6n dicen los que le ven:
de un serafincito que ele los brazos de mi madr..: pasa á los de mi padre,
y ele éstos á lo> el~ G.>rnez y d ~spuésál os míos. L t familia está llena dt> regocijo
y de gala con este ángel de Dios, que se h't aparecido en el hogar doméstico.
A-,eguran que es mi vivo retrato: Gómez no se cansa de repetírmelo.
¡A::.í será!
¡Qué grande es el amor de una madre! de b~ten grado estoy resigna.
da con no Yer el sol, ni el azul de la bóveva estrellada, ni las llanuras del
Punza; con no Yer las flores, con no ver á mis padres, con no ver á mi esposo;
¡pet·o no YCr á mi hijo! ¡Oh! ¡que cosa tan cruel! Si este fúnebre
crespón que cubre mis ojos, como dicen los románticos, cayera por u!l
breve instante, por el tiempo que gasta un relámpago en recorrer el honzonte,
veloz como el pensamiento, y en el instante que dis-o pudiera yo
ver á mi hijo, n>mo fe ve un relámpago que de~aparese súbttamente, sería
la más feliz de todas las criaturas y estaría orgullosa toda la vida. En
vano dice Gómez que mi querubín, que mi adorado cielo tiene los cabellos
de oro, los ojos picarillos y la boquita de carmín: en vano. ¿De qué
sirve que me lo diga? Yo no quedo satisfecha y crecen mis deseos de ver
áeste hijo idolatrado cuando gime, cuandoextiende sus bracitos buscando
el seno de su madre, de tu amiga la triste CIEGUECITA..
CARTA VI.
iGómez es un ilngel! Hace meses que, alegando varios pretexto.:;, me
hace purgar y dar baños, porque quiere volverme la vista. El es mimédico:
ha estado haciendo un estudio prolijo de tui enfermedad y dice que
sabe mejor que todos los médicos que hay en Bogotá abatir la catarata;
que ~e ha ejercitado ya con varios pacientes que han recuperádo la \'ista.
Los 1nstrumentos que había encargado á Pari-; acaban de llegarle, por·
que no quería ernplear para mis ojos los que le han servido para los otros
emiermos. :'Xo se cansa dH estudiar; ha consultado á lus doctores Cheyne
y Vargas Reye,;, de cuyos conocimientos hace grande aprecio, y jura por
nuestro s·~rafin que si tengo valor y le dejo obr,tr con entera libertad, responde
de mi curación. Yo no la espero, y haría mal en formarme ilusiones
qne no han de realizarse; sin embargo, le he dicho que soy suya y que
puede hacer <.le mí lo que guste. 1\lira hasta clónde llega su ternura: dice
que me he puesto más hermosa o:on los baños v con las purgas: que mí
color t>stá más brillante y más e 1cendido, y mi cutis más despercudido.
¿Qué debo creer? Que el amor que me tiene le h.1ce ''er visiones. A.-er me
dijo: •
-¡ Sabes nna cosa'?
-,~ Cu(tJ?
-Qnc mis esp..:ranzas crecen de día en día.
-; FL1cno! no hay que p:.-rclerlas amiguito.
-Tú \'cr.'ts, y muy pronto. '
-¡Oj.dít lo permitieran Nuestro Señor y mi Señora de Chiquinqnirá!
-~í: lo han ele permitir; y al decir esto me abrazó c<.>ntrn su corazón.
I~é.iame gozar de e~ta dicha, añadió, porque cu,tndo veas ¿cómo será postble
que me ames?
-Cuando ''ea te querré lu mismo que te quiero h()_v, aunque seas tan
f~.o comn una tarasca; y si no crees á mi lenglla, ¡mira! no me hagas tal
operación, cleja, déjatue entre tinieblas, con tal de que vivas segttró de
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ETJ CORHEO DEL VALLE 4783
que te amo. Al oír estas palabras me besó una mano, y sentí que sus mejillas
estaban humedecidas de llanto.
No puedo continuar, porque me enternezco al referírtelo.-Soy tu
amiga.
ÚL'l'I:\IA CARTA
¡Eh·irn!
Tm·o lugar la operaci(m ...... ¡hará dos meses! al sentir eJ hierro en mis
ojm,¡, lancé dos gritos; y estú Gtm1cz? ¿d(>nde está mi marido'? grité.
-Esconcli!lo, porqn~ no le \"eas, elijo mi madre.
Entonces me acordé ele sus cincuenta y siete, del ojo vizco, de las virudas
\" ele toda su fea ldar1.
-¡i>olJrccito! dije inm"cliatamente; que \·enga, que salga del escondite,
porf(uc quiero verle• y ahrnzarlo: que salga pronto: que venga.
-En tanto r¡ne lleg;t tu marido, acércate al espejo, dijo mi madre.
Obedecí, tnuto por complacerla, cua._nto por curiosidad. Si soy fea,
1 pcnsnha al ac..::rcnrme al espejo, si tal vez so.r un monstruo, y me ha.n estado
cngaíi pudiendo fijarlos de seguida, porque
me parecía que tcmiJ!aba el espeJo.
~!in~ dctrús ,. Yi un jo\·on muv tJicn \"Cstido con casaca azul, conchalcc:<>
blanco, con- p ;t n tal~·~n color rle pe da, seg(an me han dicho después.
Su celad sería como de t rcinta años, y tenía unos ojos muy negros, y la
frcnte·mny cll'sp<:j:llla y nohll'.
Al ,·erlo tu \ ' C' tlltt<'lw \' C'rgiienza.
-:\f:tm·'t, <' .· <·lamí· seíial;índole detrús clel espejo.
¿.r¡ madre, di~tmíd:t, cogiiÍ tillO s los tuyos tnn hlnncos y tan gordos, que parecen
de una dtiiJIIl"Za. .
l'ero mam(t, repare ustccl que aquí hay un señor.
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4:73! EL COgREO DEL VALLE
¿Cu(ll?
-Ese, le dí á entender con una mirada.
-¡Simple! ¿no ''es que e'5 tu marido?
-Gómcz, grité, cayendo en sus brazos casi desmayada.
Al reponerme, me zafé de entre sus brazos, porque me parecía ta:t
hermoso ...... Ciega lo h:1bí~l amado con confianza, creyendo que era fto:
ahora un nue\'O amor hacía latir mi corazón, amor que crecía de punto
al saber que un hombre tan escogido había hecho correr la YOZ de que
era un monstruo, sólo con la mira de consolarme en mi ceguedad.
G6mez se arrodilló delante de mí, diciéndome: ¡qué hermosa eres,
amiga mía, qué hermosa eres!
-Embustero, le responcH, cayendo otra vez en sus brazos
-No tanto, me respouclió, mírate en ese espejo. pues de aquí en ade-lante
no tendrás necesidad de que yo pinte tu hermosura
Esta es la historia de mis dolores y de mi felicidad, querida Eh·ira.
Ven á aumentarlo con tu presencia.
EL POETA
Buscaba el poeta
De pálida frente
Con sus cantos nacidos del alma
Corona á sus sienes ;
Pero hallaba sólo
Desengaños siempre
Y en los labios del mundo veía
Sonrisa insolente.
Al cabo, á la sombra
De negros cipreses
Un espectro le dijo una tarde
Con acento breve :
- Temprano coronas
De glo ria pretenrles,
Que la envidia rastrera del mundo
Guardadas las tiC'ne
1
Rara vez alguna
Avara discierne;
Pero en cambio las da juntas toitas
A aquel que yo llc''l"
Camina á mis brazos
Que el que en ellos duerme,
Lo que anhelan en vano los gr:nios
En el acto obtiene.
- Oh! ven. elijo el bar< lo.
Y ciñe á mis sienes
La corona de gloria que ansío.
A dime quién eres ?
Ciiióle el espectro
Sus brazos de nie\'l'
1
Murmurando con burla al oído
-Mellamo .... I~a Muerte!
ADOLFO LEÓN GÓMEZ
PRIMERA CITA
Medió una cita al Parque, y entretanto
Que la esperaba en. la alameda umbría
De pinos y de sauces. me decía,
Pensando en Ella con secreto encanto:
--Si llega por los pinos. me ama tánto
Como es ciega mi inmensa idolatría, -
Mas toda su pasión no será mía
Si llega de los sauces bajo el manto.
El tiempo fue pasando poco á poco
Mientras miraba aocioso hacia el camino,
Y así abstraído en mi delirio loco
Odiaba al sauce y adoraba el pino,
Y al fin por el pinar Ella no vino
Y por los sauces ...... no llegó tampoco,
F RIVAS FRADE
LA BORRASCA
No está el árhol caído, ni harán leña
Los que quieren alarlo 1 Firme y recio
Sube al azul. conversa con la brisa.
Cubre al vil leñador con su desprecio.
Y todo lo de abajo lo desdeña!
Al aire lanza su triunfal sonrisa,
Se alegra con la luz, y dan canciones
Al són del \'Íento sus vibrantes hojas.
Villano talarlor · tal vez no sabes
Que no se ha muerto Dws, que hay corazones
Como el árbol aqu61. r¡ue no despojas
De sus trutos. sus flores ni sus aves ;
El árbol esta en pie. viles roedores
Del ajeno dolor : i lavad el hacha
En ese corazón ! El sus dolores
Pagará, cuando el bien sople una racha,
Con una lluvia de perdón y flores !
CLfMACO SOTO BORD.\
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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1
EL CORREO DEL VALLE
LA COSTURERA
A B . Sa11!n Cano
Ya la noche va vencida, y la 01na cose y cose,
Y se mira de la seda que produce suave roce
Los cambiantes con la luz artificial,
Y se escucha E:'l eco sordo que á la estancia llega y muere
De los vientos que modulan su lejano miserere
De la aguja de la máquina al compás.
1 Cómo agitan su cerebro mil extrañas emociones !
Y desfilan por su mente las doradas ilusiones,
Como el hilo por el blanco carretel ;
A intervalos un suspiro de su herido pecho brota,
Y da el llanto á sus pupilas los cristales de una gota,
Gota triste, gota amarga como hiel,
Piensa acaso en sus felices y mimadas compañeras.!
En aquéllas que en la vida sólo encuentran primaveras
A través de lo diáfano de un tul,
O recuerda los q:.te viera cuando fue á coser un día,
Recatados camarines donde reina la alegría,
Adornados con ei blanco y el azul.
Cose y cose, dominando la fatiga que la agobia.
Que es el traje de la virgen, que es el traje de la nGlvia,
El que pasa bajo el corvo pisador.
Y le dice, mientras pasa, de coronas de azahares.
De las horas apasibles, del calor de los hogares
Y del ósculo sagrado del amor 1
Si levanta la cabeza, ven sus ojos, ya marchitos,
Los jergones donde duermen sus pequeños hermanitos
Arrullados por el ritmo del pedal;
Cruza entónces su cerebro cual relámpago una idea,
Y volviendo á su trabajo. sin descanso pedalea.
Que mañana, si despiertan. hallen pan 1
El instinto de la vida á sus miembros vigor presta:
1 Cose, cose! que es el traje de la reina de la fiesta
Que reclama ligereza y pulcritud.
1 Cómo le habla aquel :a tela, de los talles cimbradores
Que se mecen con el valse, de diamantes y de flores,
De perfumes, y de notas. y de luz ...•
Ya la sombra de la noche con sus rayos rompe el día,
Y se escucha la lejana. la confusa algarabía
Que le dtce que despierta la ciudad:
Aún no tiene terminada la mitad de su tarea,
Y vencida por el sueño, ya la niña cabecea
De la aguja de la máquina al compás.
Con las toldas de remoto y animado campamento,
Surge dtáfana y hermosa la figura de un sargento.
De los pliegues de su herido corazón ;
Una turba de recuerdosque su pecho le centrista
Surge cutónoes. mientras lentas van pasando ante su vista
Las mortajas de la came de cañón.
¡ Ctímo agitan su cerebro mil extraíias emociones 1
Y desfilan por su mente las doradas ilusiooes.
Como el hilo por el blanco carretel ;
A intervalos un suspiro de su pecho herido brota,
Y dá el llanto á sus pupilas los cristales de una gota,
Gota triste, gota amarga como hiel.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1
EL CORREO D~L VALLE
1 Pobre oiña que eo la vida sólo hallaste sinsabores 1
Cose, cose, y la miseria coo los viles seductores
De la puerta de tu estancia mira huir ;
Sigue, sigue eo tu bohardilla, pobre y lioda costurera,
Eo la lucha comenzada, lucha larga, lucha fiera,
Cooquistáodote el derecho de vivir 1 ....
Y á esa oiña que ha cosido taota seda, dao los aiios
Privaciones y miseria. amargmas, desengaños.
Y uo humilde trajecito de percal ;
Y por último, se torna su pupila turbia y seca,
Y la vida se le escapa eo uo golpe de tos hueca.
De la aguja de la máquina al compás ..... .
DIEGO URIBE
EL DRAMA MAS CORTO DEL MUNDO
4737
Muchas naciones se disputan el honor de haber producido la tragedia.
6 el drama mejor del mundo, pero ninguna habla de la producción dramática
más pequeña. Creemos que ésta es la que reproducimos en seguida.
y que se debe al poeta italiano Giovani Ventura., que la dio en Milán y
Turín, con gran éxito, hace setenta años:
"ROSMUNDA"
Tragedia en cin::o actos, por Giovani Ventura. Personajes: El Rey
Albión¡ Rosmunda, hermana del RPy Kunimond y esposa de Albión;
. Peridens, esclavo.
AC'fO I
Alblón (presentando a Rosmunda el cráneo de su padre lleno de
vino):
-¡ Bébe! ¡Es el cráneo de tu padre 1
Rosmzmda. (horrorizada).- 1 Oh 1
/ Albión (impet·iosamente).-Yo lo mando.
Rosmunda (bebe).-¡ Infeliz de tí 1
.ACTO ll
Albión _(con afecto· á Rosmunda).
¿ Por- qué tan triste?
Rosmunda..- ¿Puedo estar de otra manera?
Albión. -Olvidemos el pasado.
Rosmunda.-¡ No me toquéis l
Albión.-¿ Me odias?
Rosmunda.-¿ Cómo evitarlo ?
ACTO lll
Rosmunda (examina cuidado!?amente un puñal, luégo Jlama).-Es-cla
vo !. .....
Pflddens (acude y se arrodilla ante ella).-¡ Mi soberana l
Rot:imunda (con fuego).-¡ Te amo!. .....
Peridens (admirado).-¡ Oh, mi reina l
Rosmunda. Vén conmigo (lo besa).
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
4738 EL CORREO DEL VALLB
ACTO IV
(De la estancia contigua llega fuerte ruido de respiración).
Rosrmmda, (tiende el puñal á Peridens)-Vé, mátalo l
Peridens (dudando).-Es el Rey ......
Rosmunda-Es el rival.
Peridens (con valor y determinación)
-Morirá! (entra en.el aposento de Albión).
ACTO V
Albi6n (en un grito).-!Socorredmel
Rosmunda.-¡ Muére, muére, muére t
Peridens (entra con el puñal ensangrentado).-¡ Ha muerto 1
Rosmunda (le arrebata el puñal y lo levanta al cielo)-Ahora, bébe,
oh! padre! ¡.Bébe 1
DISFRACES
1 Todo es disfraz l Bajo una frente hermosa
descubro un pensamiento pervertido,
allá contemplo un sér empedernido
con tristes ojos y la voz llorosa.
Aquf la corrupción con faz de diosa;
y allí, en risueño y apartado nido
de amores. el rencor vela escondido.
i Todo es disfraz 1 Con cara placentera
cual víbora en el cáliz de una rosa
y en el labio de alegre carcajada,
la horrorosa perfidia nos espera.
i Tuvo siempre el cobarde audaz mirada 1
1 Piel sedosa y brillante la pantera !
Y resplandores la traidora espada !
MANUI!.L REINA
[Telón]
SILENCIO
Tú sabes que tu afán es prematuro;
Tú sabes que no es tiempo todavía
De que derrame el suspirado día
Luz de Justicia sobre el antro osc~ro.
Si el porvenir es sordo á tu conju·o.
Si es inútil tu ardor en la porfía,
Calla y contempla con mirada fria
Las penumbras inquietas del futuro ••• •
Canta al sol cuando el sol bese la oumbre ;
Pero hoy, sumido en ti ; sella tu boca :
1 Y que ruede á tus pies la muehedumbre 1
Más vale ser. guardando el pensamiento,
mudo y firme á la vez como la roca
que hablador y voluble como el viento ! .. . •
JOSÉ s. CHOCANO.
SUELTOS
Un año Más. Con el presente
número entra EL CoRREO
DEL VALLE en el año
XVII de su vida. Mucho tenemos
que agradecerles á los inteligentes
colaboradores; á los
colegas de la prensa Nacional
y Extranjera y al público lector,
por la benevolencia con
que han atendido nuestra Empresa.
Sírvanos ésto de pode-roso
estimulo, para luchar con
bríos en las faenas de la prensa.
Damos las gracias por los
siguientes libros que nos han
remitido:
"Claro-obscuro" poesías de
Aurelio Correa, editadas en
Londres.
"Fugitivas'' del poeta Francisco
Herrera Velado, libro impreso
en Centro América en la
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL COBBIGO DBL
Tipografía "La Unión,' de San
Salvador.
''Causa y Efecto'' del u.t¡p
ble escritor Enrique Péii:P.'III~-prólogo
de Enrique Olaya;
rrera y un folleto de 1;L H oria
y Geografía de YumbO por
M. M. Sánchez V. y otro de
nuestro es'timado amigo don
Manuel S. Caicedo C. en refutación
de varias publicaciones
que ha dado á la 1 en esta
ciudad,~ ~eijor ·
Ad
Grata
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
4740 EL CORREO DEL VALLE·.
nos anticipamos á darles la cordial
bienvenida.
El lunes 10 terminaron los
los Ejercicios espirituales que
para el distinguido Clero del
Valle, vino á presidir el Ilustrísimo
· y Reverendís1 m o señor
Arzobispo de esta Arquidiócesis.
Además de su Señoría Ilustrísima,
asistió el señor doctor
Maximiliano Crespo, Obispo
electo de Antioquia y treinta
sacerdotes de lo más granado
de nuestro digno clero. Acepten
ellos nuestros parabienes.
Nuestro talentoso amigo
don Alberto Carvajal, ha recibido
de la "Academia Nacional
de Historia." un voto de aplauso
por su i~portante libro sobre
la vida del doctor don J oaquín
de Cayzedo y Cuero. Felicitamos
al amigo por tan honrosa
distinción.
Seales muy placentera la es-tadía
en Cali, al Pbro. José Ramón
Beja rano C. y al ~eñor general
Ramón .Buendía. quienes
han llegado del Pacífico.
He1nos tenido el honor de
ser favorecidos con la siguiente
tarjeta que mucho agradecemos:
BOH~IER & Llt ·zE ... '
Agentes Banqueros de ''La
Equitativa de los Estados
Unidos" .._<;ociedad de seguros
sobre la vida, tienen el honor
de anun.cz'ar d Ud. que el seftor
don ARTURO RIVERA, ..-1gente
Especial de la Sociedaa, ha
abierto su oficina en la Carrera
fl Ns. 203 y 205. en donde
le será onzto dar detalles y
exp!icact''ones sobre las p6!izas
nwdernas que expide "La
Equitativa."
Cali, Octubre 7 de I9IO.
H ~ij~~fij ~fl ~~llf
P[RIODICO llUSlRROO, llHRRR\0, INOUSlRml Y NOTIGIOSO
(Fundado en 1894)
Se publica todos los jueves.-Edici6n 2.ooo ejemplares
Valor del ejemp~at· ................................................... .. $ 0,05 cYs. oro
Anuncios, página entera ........................................... , 2,00
Las repeticiones.................................... . ... . .. . . . . . . .. . . .. , 1 ,;)O
Gacetilla palabra ...................................................... , 0,01 ,
R em1' t1' d o's , co1 u mna ............................. · .............. ·· ·.... , -'> · GO "
J,...os anuncios del Exteriot', pagarán clo~ y medio centn\'OS oro,yor
centfmetro lineal al ancho de columna ó el doble si el ccnlílllcl ro l1nea
ocupa el ancho de la página.
t
Citación recomendada (normas APA)
"El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 339", -:-, 1910. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686391/), el día 2025-06-15.
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