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e r, i i\~ 1 ! ('1
1
En tu ausenc1::t.
Y á. la pálida n.ncrla ck la n che IJa,la ese inmenso azul inaccesible
al resplandor de los nlc't< s cirios rlondc lo astro como flores YiYas
Ya descendiendo en :u cnlntntlo cotlw: hecha. de fuego alnmbran lo invisible;
~1icntras 'IUC los cn"'u<"flos y cldi1 ins \' t·n cloncle como tr~mulas cautivas
surgen en los pcn ilcs de la nu:nt<: tras de reja . ignotas, las estrellas
albos como la garza y los lu1os. enderezan ,;u frentes pensatiYas.
Habla el silcnciv al corazón, v s ien le Y abren sus oios lumino a ellas,
el espíritu un ansia inclefiuihlc · las soñadoras l:ilancas del vacío,
de alzarse hasta el azul n::splanclccKnlc, esqui Y as iempre ... pcro iempre bellas,
Todo duerme. la vega, el ho que, el río.
Todo dncnnc: la flor ...... cl a'·"···· .menos
Uí en d sopor del pensamiento mío. ,JTJLJC FLOREZ.
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3556 EL CORREO DEL VALLE
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AL MARGEN DE UNA VIDA
Una vez-nunca podré olvidarlaen
la ardorosa Barranquilla, se encontró
mi a lma errante con un poeta
de toda su predilección. Y o había
irlo á esas playas caribes como militar
adjunto á un Estado Mayor.
Eran aquellos días sangrientos en
que los del país pagábamos tributo
á la discorrlia, y en que la supremacía
ele una idea e tríbaba en la trayectoóa
más ó menos violenta ele un fusil. Yo todavía creía en el arte
de la política y reputaba una octaya
maraYilla eso de echarse al lla no
ú á la montaña á atajar proyectiles
con la candidez ele los veinte
año . Todo por la Patria. Porque
en eso desbarajustes civiles ele que
e compone nuestra historia ele un
siglo, todos nos creemos defensores
el la patria. Y muchos no resultamos,
á la hora del balance, sino peldaños
anónimos por donde muchos
pa aná conquistarellaureldeungeneralato
poco menos que equh·oco.
Trajiné por esas costas lejanas.
l\Iá ele una vez, desde las murallas
cartageneras, miré apagarse el rojo
ol de los trópicos en la gris amplitud
del horizonte marino, manchada
á trechos por el vuelo unánime
de oscuros alcatraces. Cartagena
de India : íudacl glorificada por
los más altos poetas; ciudad que
lleva en su collar leg nclario una gema
ele José l\llaría de Hereclia. Yo
escuché cómo lo palmares del litoral
nimoroso ahanicnban el bochorno
ele la vieja ciudad en las rosadas
tardes de Enero ; muchas veces, en
la penumbra ele los anocheceres, mis
ojos se fueron tras el aleteo de una
blanca lona plegac1n 5 la Yoluntacl
ele la hrisa, mientras lns goletas ventrudas,
llegaclas ele quién sabe dónde
en un arribo paulatino, tornaban
la bahía soíiolienta en un 1)osque
de árboles escuetos. 1Iás a11á
de los manglares costaneros flameaban,
eng-arzac1as en la eminencia de
lo mástiles, las banderas ele los
trasatlánticos surtos en el puerto,
y al occidente ele la ciuclacl enmurall
acla, parpac1éaba, en la o curidacl
de la noche, el ojo del faro indicador ..
En la ardorosa Barranquilla, sobre
el vaivén de una mecedora, en la
sala de un hotel , encontré á un poet
a que convalecía de una dolencia
contraída en la campaña y cuyos
versos, de tiempo atrás, habían
puesto en mi vida el escalofrío aquel
de que habla el viejo Rugo.
Este amable coplero era Eduardo
Ortega, poeta y diarista, que llent
ya dos lustros de viYir á orillas del
Atlántico. Yo lo conocía de nombre,
como se dice. Ya habían fosforecido
en mis caminos, con vuelo romántico,
sus Luciérnagas admirables
; ya existía, entre el alma ele
Ortega y la mía, una feliz concordancla,
que después se tradujo en el
más agradable compañerismo ; ya
los endecasílabos de Eduardo-escritos
con sangre del espíritu-se
habían internad o en mi recuercl o como
las raíces ele un árbol en la fértil
humedad de la tierra ...... Este poeta
que yo encontraba en la sala ele un
hotel, "bien ele males y mal de bienes",
como él observaba, era el mismo
autor de El Nido, el tf111tas ,·eces
citado Eduardo, que ha tenido
la altísima fortuna ele poder decir :
'' Ah! ni sabrás que en el cercano día
en que ya todo entre los dos concluya,
aún quedará en mi pecho la hidalg-uía
de dar la 1·icla á la esperanza tuya
sacrificando la esperanza mía".
El mi mo poeta que ha :>abido
cantar á la mujeres que han desfilado
por u camino, cosas de ahna
y de inten iclad :
" Te retiraste del espejo, y muelo
maldije con el alma aquel espejo
que retener en su cri ·tal no pudo
rlc tu artística imagen el reflejo.
Oh corazón con quien luchando YiH
en silencioso batallar : es tarde,
cuando á Ella me acercaba, eras a ltin>
y hoy, al dejarla, te llamé cobarde
Arcángel 6 mujer, sueño 6 locura,
no sabe descifrar mi fantasía,
si eres del mismo Dios sublime hechura
6 hechura de Luzbel 6 hechura mia.
Ser amigo ele Eduardo Ortega y
haber visto la Yicla durante lu engo~
' ,
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EL CORREO DEL VALLE 3557
días al tra\·és del sonoro cristal de
su espíritu ; haber puesto al margen
de las horas que pasan, notas llenas
ele risa 6 de dolor en compañía de
quien lleva alma adentro seda ele
- sol y de ensueño para vestir con ella
lo triste de las cosas humanas, equi-ale
á tener en el pasado algo así
como un jardín, en donde los versos
de los días lejanos fuesen blancos
jazmines ceñidos al corpiño ele la ju-ventud
que se ha ido ..... .
·Rueda la vida como una piedra
arrojada al azar por un dedi\·e; pasan
los años deshojando los calendarios
enda\·ados sobre los muros
polvorientos; se apagan los soles
todos los días y á la caída ele la tarcle
no más, sentimos que el cabello
se pone blanco ; vamos por un camino;
el camino se ramifica y los
viandantes se dispersan haciá cEstintas
latitudes. Pero de todo queda
el recuerdo. "Siempre el recuerdo
en horas de tristeza v en horas
de placer, siempre el reéuerclo ", ha
dicho Ortega.
Hoy un diario capitalino el a en tono
carii'íoso la noticia de que Eduardo
apresta su barco para \·iajarhacia
el país azul del amor. Y en El
Siglo de Barranquilla leo unos ver-os
que el poeta deshoja á los pies
de su mejor ilusión. Hacía ya más
de una vida que mis ojos nÓ tenían
un hallazgo de tánto valor. El autor
de Luciérnag<:1s había u pendido
la cítara á la rama de un sauce.
Se habíá silenciado. Talvezel tráfago
clel diario vivir y del "Diario de
la mañana", la prosa clitorial, hahíanle
di traído las horas ele hilar
en la divina tueca apolínea. Pero
hoy Ortega, impulsado por ese fuego
extrahumano, más fuerte que la
muerte y más ~ranclc que el infinito,
abandona su s1lencio y canta:
"¿A qué el reproche que tu labio aug-ura
Al hablar de mis ,·ersos de otros días,
Cuando mis más intensas alegrias
Serán para tu espléndida hermosura,
Y habra en mi lira ,·ibración más pura
Y habra en mi corazon más armonías ?
Sí, llevaremos juntos nuestro anhelo
Ante el ara, para ambos encendida,
Y nos dará su bendición el Cielo ;
Yo tu amparo sere; tú mi consuelo
En las sordas borrascas de la Y ida."
Hé aquí que el poeta busca un remanso
y esconde las andas de su vida
en aguas tranquilas. Es necesario
errar un poco, saber lo que es la
soledad, sentir el vacío, cansarse del
camino y ele los hombres, haber partido
el sol enrecia faena con lasuerte
y haberse hecho hijo del propio
esfuerzo, para que la recompensa sea
más merecida v la ribera 6. donde se
arribe tenga más amplia sombra y
más frescos laureles.
Los poetas se casan. Por acá también
marcha el séptimo sacramento.
Alguien ha dicho 1ue si el Tasso y
Armida, Dante y Beatriz, Petrarca
y Laura se hubiesen entregado á la
santa coyunda, habrían ido, cuando
más. uno honradotes padres de
familia, mu-.: zalameros con su hijos
:r muy cumplidores de los deberes
matrimoniales. ~·o lo creo. Y
aunque re peto los fueros del imposible
y toda la complicación de los
ensuciios que no se realizan nnnca,
yo aluclaria hoy, con cariño ceremonioso,
á un descendiente del au·
tor ele la .Jerusalén libertnda y de la
Knnida ele u leYenda.
Bien e tá que -los poetas escuchen,
á la luz de los cirio, que arden sobre
el ara, la fra e sacramental : "con1-
pañera os doy y no escla,·a ". Ellos
podrán recti6car,alamor de la lumbre,
cierto conceptos erróneos qu
criterio ele poco fó foro han arrojado
á manera de espinas, á los que
cruzan por la Yicla con el carr-izo clcl
dios bicorne 11 to á la melodía ..... .
Dc~enerados, lu, dicho algún -inmisericon1e,
y un ilustre poeta ele la
Españajoyen contesta, á la '"uelta
de muy altas digresione : "Dentro
ele quince años habrfl poetitas que
sacudan el polvo {i nuestro li-bros
....... "
Yo he celebrado x tato carde la
noticia de que 1.e i:1superable
Eduardo Ortega, espíritu ele bondad
y de fraternidad eYiclente, Ya á llegar
á un recodo del camino en donde
lo espera un ensueño con la fren-
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355~ EL COHREO DEL V"\LLE
te nimbada de azahares. Pa a á la
otra ribera el poeta en una góndola
que lleYa e ~ulpido en la prora un
cisne blanco. El poeta lleya la lira
al cinto como una espada, segCm lo
aconseja un joyen escritor ele lluestra
tierra. Y vo, admirador ele
Eduardo, y u imtigtoo compañero
en la ~1rc11a ele la prensa y en la arena,
mús candente aún; de Barranquilla,
con el aleteo de mi pañuelo
le significo <...ómo me place verlo tomar
la a<:titud de quien-al través
ele una alma blanca-llega á creer
en la bondad de la Yida.
CARLOS VILLAFAÑ"E.
'"Paisaje trGpical
Magia adormecedora ,·ierte el do
En la calma monótona del ,·iaje,
Cuan·do borra los lejo del pai aje
La sombra que se extiende en el Yacío.
\'enus ¡,e enciende en el espacio puro,
La corrient.: dormida, una piragua
Rompe en su ,·iaje rápido y segut·o,
Oculta en sus negruras el bohío
La maraña tupida, y el follaje
Semeja los calados de un encaje
Al caer del crepúsculo sombrío.
Y con sus nubes el poniente fragua
Ütl"o ci"lo 1 c•sado y Vt!rdf'-obscuro
En lc >s espeJe s húmedos del agua.
e-·''P 1 ~ c1 ·'
(Canción estival)
Así cantan las espigas .
-Fuimos ,·erde.,
con Yerclore tran ·pnrente!' de , snwr;, Ida :
la e meralda se ha trou1clo e:1 (lltr<'<• tinte.
Somos rubias cual las trenz;¡s de lns h'lclns,
de la hadas ele ojo. Yenle ,
que en la fuente rumorosa
noche :v día sollozando tri..,tes C.1ísima
barba, no te recuestes boca arriba
en el campo, para seguir el curso de
las estrellas; b¡She el ámbar líquido
que lloran las uvas blancas.
"!Embriágate y verás que tu cabeza
es un hervidero de estrellas !
"Ves? El cielo mismo tiene la forma
de una inmensa copa azul.
"¿Quién bebe en ella?
"¿Salve á Noé, dos veces padre
de la humanidad! Repobló la tierra
v nos dio el vino.
- "El agua subió quince codos sobre
las más altas montañas; el vino
un codo más.
" alve, mil veces salve, al émulo
ele los dioses griegos.
"¡ Losbárbarosin,·arlieron la Italia,
porque querían vino!
" ! Salve, oh vino!
"Salve, míl yeces sah·e, á tí Noé.
N os diste el vino amarillo, que e.
disolución ele cabellos rubios en gotas
ele rocío, y el rojo, que es sangre
de mejillas morenas.''
Calló el trovador.
El Conde mandó á Noé una copa
ele vino n1bio. El patl;arca bebiél
oP había dormido media hora.
Al rlespertar se pasó la lengua por
los labios, como quien saborea alf¡o-o.
Entre las hoj<1S de la parra bri laban
los racimos como con luz interna,
y las uvas semejaban un agrupamiento
de ojo de mujer en la
sombra ..... .
\ ÍC'l'OR G. ;\L 1"\TILL.\ .
1
En el. campe triste
¡Qué triste está el campo, amada!
Mudas las brisas están
dormidas en la enramada
y nunca rlespertarán.
Las frágiles mariposa!'
hacia otros campos se van,
porque se han muerto las rosas
y nunca renacerán.
¡Ay! qué tristes son las cosas.
son las e o as e¡ u e se van !
Labrador madrugador
que más sabio que los sabios:
con una canción de ~tmm·
dulcificando tus labios.
y ;,,.. rnmbo {¡tu pt·acleríu
no can tes mtis la bradm·,
que nie,·a y hay mucho frío.
\ 'é y con el hacha que lnce.
corta t·amnjes añejo~
y haz me ct uces, muchas cruces
para los recuerdos ,-iejos;
y con hojas :tmarillas-para
ensueños é ilusiones
hazme coronas scncill¡:¡s
en forma ele corazones;
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3562 EL CORREO DEL VALLE
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pero haz muchas, un montón,
porque on muchos los muertos
y quiero que e tén cubiertos
<:omo con mi corazón!
Dicen que cuando murió
¡ay! era tan inocente,
que hasta el bosque se inclinó
<:uando el entierro pasó
para besarla en la frente.
Dicen que cuando murió
tan bella y tan joven era,
que ha ta la misma madera
de su caja floreció ..... .
Dicen que cuando murió.
Bajo un pinar oi'ioliento
c~mta un viejo de la selva:
-Hoja que arrebata el viento
ya nunca esperes que yuelvaC
«nta, viejo, tus congojas
á la ombra de los pinos ..... .
¡ Quf'. mustia e tán ]as hojas,
y qué olo los camino ! ... .. .
La tarde á morir empieza,
reza por la tarde, reza
y llora, llorando e tán
las ro a y los aleares ..... .
Maclre, -¿ por que llorarán
los pájaros y la flores
cuando la tarde se van? ..... .
Te c·antaré una canción,
una canción in fortuna
que le hice á mi corazón
junto á la orilla del río,
en una noche de luna
que era una noche de estío;
te la cantaré, bien mío,
cuando aparezca la luna
y baje á bañarse al río.
Piedra blanca en la que un día
le dí la mano al bajar,
su recuerdo todavía
¡ay! me está haciendo llorar.
Y más amargos que el mar
son los llantos que me arranca ..... .
J. o la llegues á olvidar,
piedra blanca, piedra blanca
que tienes forma ele altar!
Lirio azul de la montaiia,
lirio lánguido y gentil
1
que llenaste mi cabaña
ele una fragancia de abril;
lirio azul, lirio sedeño,
lirio que murió de amor,
lirio que fuiste un ensueño
materializado en flor;
te formaré tu mortaja
con mi más blanca ilusión,
lirio azul .r haré tu caja
con mi mismo corazón.
La vendimiadora viene,
la vendimiadora Ya,
Y en la cabellera tlene
una ro a muerta ya.
Para apaciguar su angustia
ya en busca de otra no mustia,
más ¡ay! es fuerza que pene
porque no la encontrará:
La Yenclimiadora YienP,
la Yendimiadora \"a.
¿ QuP pensará el Josque, qué,
que e tá tan triste callando? ..... .
Parece que está pen ando
en algo que ya se fue.
~o é quf'. tiene; no é
qne me e tá el alma punzando;
¿ será que tam biC.n yo esté,
como este bo que, pensando
en algo que ya se fué?
Campanero de la Ermita
toca y con Tri te tocar,
que ya e hora de la cita
y el entierro Ya á pasar.
..\le dijo al morir, que aquí
la espere_. aquí la espero.
Vine á mi boda, ¡ay. de mí!
toca, toca campanero.
:\ladre, cuanuo llegue el día
feliz en que yo me muera,
entiérrame, madre mía,
en esta misma pradera;
mas cava mi tumba á priesa
pero muy hondo, muy hondo;
yo nece ito una huesa
sin márgene y sin fondo ..... .
¡ Cuán.lo llegará e e día,
mudre mía, madre mía!
Lt 1 , RosADO VEG.\.
)
.l
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EL CORREO DEL VALLE
V I EJ AS L AGRIMAS
La anciana señora, frente ú la
imagen de la j oyen mórbida y risueña,
se ha puesto muy triste, en esta
clara mañana vernal, que llena
el jardín de céfiros y de gorjeos argentinos.
cumpleaños.
Esa amiga, sin eluda, alienta hacia
ella un Yiejo rencor. Y se imagina
\'er la sonrisa hostil de la decrépicla
compaiiera ...... De pronto u
flácirla boca se encoge con un gesto
de pena y rloK lágrimas surcan lentamente
sus mejillas enjutas.
.\Iírase con dolor en el fastuoso espejo
ele su estancia y no acaba jamás
de conYencerse de que la linda
muchacha que con los brazos desnudos
recoge rosas en su delantal de
seda es ...... ella misma. Ella misma,
hace Yeinte años.
Y comprende, entonces, la sutil
ironía del regalo. Pues ha visto, á
tnn·és de sus lentes, sobre el redondo
seno de la hermosa-que fue ella
en un tiempo remoto-un medallón
con una miniatura del hombre que
amara locamente y que su amiga le
arrebató en una nochedefiesta, después
de algunas cálidas palabras
pronunciadas en el Yértigo ele un
Yalse .....
Ese retrato de medio siglo, que lleva
al pie una firma ilustre, habíase
extrayiado durante un largo viaje
...... y hé aquí que después de un
lapso monótono, una amiga de colegio,
surcada, como ella, de arrugas,
se lo enYía ele obsequio, en su FROJL..\.• Tl'RCIO
1
nc"fl a
rnas manos ,.¡riles ¡qué no ~erán las mías!
agotarán el lujo ele :->us galantería ,
delicadeza y tacto queriendo conjuntar,
para con fina gracia, con ademán sencillo,
ceñir la epitalámica promesa de un anillo
a l suaYe primor blanco de tu dedo anular.
V tras de aquella noche ele música y ele fiesta
vendrán la serenatas: el alma de la orquesta
preludiará gemidos para tu corazón ;
y aprenderás el arte ele manejar el rico
disimulo galante del abierto abanico
para mezclar los versos á la conversación.
Y yo (pese ú la crnda malignidad traidora
que me alejó del ciclo rosado de tu aurora
por conquistar el orhe donde brillaba un sol),
domeño clPntro el alma mis júbilos extraños
al ver que . e me fugan los diez y nuen~ a1io
que idolatré• con celos y sangre ele español.
Porque tú no rectwrcla , pero yo ,í recuerdo;
porque ante la e\·iclcncia tenaz de que te pierdo
para toda la Yida, para la eternidad,
á trechos luminosos enhebra mi memoria
detalles imprevistos de aquella transitoria
risueña historia blanca de dulce intimidad.
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3564 EL CORREO DEL VALLE
Esos amores nuestros tuvieron cual ningunos
tranquilos reposorios, paisajes oportunos,
serenas lontananzas propicias al soñar;
los lagos bonancibles, las frágiles piraguas,
la brisa de las costas, el ritmo de las aguas,
¡amores junto al río!, amores junto al mar!
Y sinembargo, tengo que contemplarte ajena,
sin que pueda culparte ni negar que eres buena,
porque tienes pureza de Cordero Pascual;
y porque los recuerdos floridos con que lucho
me dicen que lloraste, que me qusiste mucho,
¡pero que siempre tienes el pecho de cristal!
M. MOREKO ALBA.
~LaveL
Estrellado tienes
en tu boca un el a ve! o loroso
que yo hecincelado
con los dos cinceles de mis l:1bios rojos,
y he formado una copa encendida
de bordes carnosas,
donde saboreo
}o mismo que un opio.
los dcsrizamientos de luz de tu risa
que suena á redonda campana de o r o.
El clavel de tu boca es un vaso,
un vaso caótico,
triunfal alarido de sangre que enciendey
aturde mis ojos.
A brochada mi boca á la tuya,
bebo, bebo, bebo tus risas á sorbos,
y te ,·oy dejando mis sueños de ,·ida.
en jirones rotos.
Y ya ,·oy pensando, mujer insaciable.
con un terror loco,
que es tu boca un el a ve! de tragedia
que no tiene fondo.
SALVADOR Rr: EDA.
SUELT~S
" El Correo del Valle "
deplora el fallecimiento de la estimable
señora doña JuLIA
RIA e os v. DE VELÁSQUEZ acaecida
en esta ciudad el día 14 de
los corrientes y el del apreciable
padre de familia y honrado
artesano señor don SERGIO CoRRALES
quien también entregó
su alma á Dios el lunes 17 del
que nge.
Un saludo n1uY efusi,·o se
lo damos al Pbro:] orge Machado
quien ha llegado de lacapita]
del Departamento.
Seria bueno que para amenizar
las carreras de caballos
se contratara á una de las bandas
de música.
Dos artículos muy importantes
publica El Timbre de
Palmira en su último número,
"Colombia y el Japon" y "Ferrocarril
del Cauca". El primero
pertenece á la pluma del brioso
escritor do11 Juan María Uribe
y en el segundo que la Dirección
de dicho periódico acoge
muy merecidamente, se revela
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EL CORREO DEL VALLE 3565
la bien tallada pluma de uno de
sus mejores colaboradores.
Dicen los rematadores que
en una casa de lazarinos que el
Gobierno había sellado en el barrio
de Santa Rosa, encontraron
una destilación de aguar-diente.
....,
Popayán progresa.-En
1as noches de función ya no hay
en la puerta del Teatro ni música,
ni empanadas, ni cohetes.
Bien por la Capital.
Por unos pocos nías e ·tuvo
en este lugar parte ele la familia
política de nuestro fino ami-go
don Honorio Henao. Deseamos
que lasimpresionesquehayan
recogido del Caucalessean
placenteras.
En el próximo número tendremos
el honor de publicar el
retrato del señor doctor Carlos
Albán.
En atenta circular nos participan
los señores Agustín Patiño
y Alejandro Gaviria C. que
han establecido en la ciudad de
Bogotá, una Agencia de Comisiones
bajo la razón social de
"Patiño, Gaviria & C'. 0
CERCADO AJENO
, 'rH'IDIO n E •· CA;-.! ARIO ".-ConmoYida
se halla la población tle Zipaquirá
por el sangriento drama
ocunido el domingo último ú las
diez de la mañana.
AbPl Flórez (Canario), clie~tl'o
peruano conocido en esta eindad
por haber lidiadc en mncha ocasiones
en los circos que ha hauiclo;
esta,ba estal>lecido en Zipaqnirá hücía
·a bastantes años. r~· ltimamcnte,
Seg-Ún nOS informa lll1 SU amigo,
YiYía triste y decepcionado po1· ulg-
unoH contratiempos amot·o:->os, y
hablaba de sus pf'sa1·e.o; en términos
c1ue si bien mo::;traban el e::;taclo de
exaltaci6n en que se hallal.la, no
hacían pe nt;n,r en íJ u e tuYiei'h el
asunto tan tr{tgico desenlace.
El domingo á la hora mencionada
ante~, Flórez ::;e lwllaua solo en
la casa qne habitaba en In Yecína
ca,pibll. ( !nizás había medi'.aclc
antes su fatal proye(·to y estabn,
listo para ejecutarlo ú la primera
oportnniclacl, y por PHO, aproYe·
chantlo el gue l o~ inquilinos ele la
c·asa He hallaban en mi::;a, se dirigió
á sn eama y se disparó un tiro ·de
revóh·er en la boca, tiro que lo dejó
muerto en el acto. pues cuando acudieron
algunas personas al oír la
detonación, el infeliz torero era ya
un cacláYer.
-¿ Pon QUÉ EH ,\L.U>O EL :IL\.R ?
Para que ::>in·a ele gran purificador
nos cliee el Jfé¡rine]ollrnal:
El Criador Haló el mar para salYa
r de la putrefacción á los hombres
y á la tiena.. El Yicnto arrnstra
lÍncia el mar todo>' los miasma
y todos los nq>ores pútridos y pestileneiales.
.\llí. las aguas lo n hson'en
áYiclnmente. La sal es nn
agc>nte purificador.
El Oc:{>nno e.· un grande indu::;trial.
Trnu~fonmt todo lo sucio en
ozono 11til Y no;:; lo enda á título
<>Tntníto. sin qnt> ni
aún se hnyan <1P pn;.:;-eientos trilione;.;
( 11. ()()()' ()()() 1000. 00() o()()())
de toneladas DE L.\ Prm. ·s.\.-[1Iist6-
rico].-Corrían los días inolvidables
de la famosa Delpiniadn, aquella
célebre campnña periodística
1 con que una legiún ele jóYenes pensadores
trata¡-on de oponerse {1. la
dictatorial dominaciín1 ele! General
Guzmán Blanco.
A la mansión presidencial llegaba
la onda rugiente de las pasiones en
fermento, contenida á diario en sus
ímpetus con órdenes lacónicas de
prisión. Las puertas de la Rotunda
no cesaban de abrirse; pero porcada
luchador aherrojado. nueYos
paladines sur~ían á la palestra.
A un periód1co hundido en el silencio
sucedía otro periódico, cuyaspáginas
incendiarias vomitaban fuego:
por cada periodista caído, diez
periodistas se ponían de pié; y ......
entre tanto, Guzmán Blanco, empinado
sobre el pedestal de su soberbia,
se impacientaba por no poder
dominar la situación.
Una tarde paseaba las calles de>
la ca pitHI, acompañado de sus edecanes,
cuando dos jóvenes se lanza-ron
de improviso !'obre su coche.
señalándole dos impresos que cada
uno llevaba en la mano.
E¡ Generfulos, y
el pobre Yiejo se alarmó tánto, qu'e
empezó á pedir socorro á mi madre,
quien trajo al momento un jarro ele
agua tibia llamó á un criado para
que llevase una botella de aceite.
A pesar de miresistenciay mis explicaciones,
mis pobres padres me
obligaron á tragar medio galón r]e
agua tibia, creyendo que yo había
tomado un veneno y mientras tanto
mi padre decía á mi madre, muy
asustado:
-Si no le sacamos pronto á Benjamín
esas cosas del estómago, estamos
perdidos.
Después que devold el agua tibia,
deseando calmar su excitación y que
no me obligasen á tomar la botella
de aceite, les dije que lo que había
comido era simplemente unas ostras
Desde entonces quedé curado para
siempre de mi primitiva pedantería,
y hé aquí la razón por qué me
acostumbré á usar un lenguaje sencilio,
á fin de que todo el mundo h
comprendiese fácilmente.
LLEGÓ BoLÍVAR á Bogotá en momentos
en que reinaba gran entu:-;
iasmo con moti\·o de una fiesta religiosa
en que había de predicar un
sacerdote notable, quien á su justísima
fama de orador eminente, unía
la circustancia ele ser un 03triota
exaltado. ·
Atraídó el Libertador por ambas
cualidade~. dispúsose para asistir á
la fiesta; pe1·o debido á sus múltiples
ocupaciones llegó á la Catedral
cuando ya el predicador, disertando
sobn'> el misterio de la ... ~mtís ima
Triniclacl, l!e,·aba muY adelantado
su discurso. -
No queriendo perturbar el t>:xta ~ is
con que la multitud de fieles escuchaba
ln palabra sngT:~da. se detuvo
Bolh·a, ú la ent1-arb del S~1ntuario;
pero habiéndolo notado el orador.
interrumpí<'> sn pr(•clica y cliri·
giéndose {¡ 01 k dijo :
"Entrad, señor, que en vos también
se encierra un a Tnnidad purísima
: ,-os soi el Padre d~ la !'atria,
el Hijo de la Glona y el Espíritu
de la Libertad. "
El Libertador. cmocionn.ch, sig-uiú
adelante. El afortunado orador cogió
de nueYO el hilo ele su el isnHso
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.356 EL CORREO DEL VALLE
y la concurrencia, maravillada, se
hize cargo de aquella impro\·ísación
tan feliz, para legarla á la historia
como modelo ales que hacen un
ruido cap[Lz de despertar á la Pril.ceRa
Durmiente en personn.
Es, pues, una inYención preciosa,
tanto parn lo.· que tienen ;;neño difícil
como para lo r¡ne clnl'nnen dema
·iatlo.
--:\fONÓLOGO DE{.', A ('Ot 'l:\"ERA..\
uestro oficio es c·ucla dín mñs difícil.
f-li somos gu[Lpas, la ama nos
mira con tleRconfi[Lnzn. Si somos
feas, el amo nos Ye con lmenos ojos.
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1
EL CORREO DEL VALLE 3569-
Si cocinamos mal, nos despiden; si
cocinamos bien, se lo comen todo
y no nos queda. nada en la cocina.
CONTl{A LA TOS FERINA.- En un
periódico francés de años atrás, leemos
que los canzaoos, indígenas de
la Nneva Caledonia, ( Oceanía ),
usan un remedio para curar en tres
días la to~ ferina ó coqueluche, remedio
que no puede Rer más inofensivo
y que el colega parisiense asegura
se ha usado con efecto completo
durante nueve ó diez años.
Consiste la medicina en hervir en
un litro de agua doce dientes de
ajos, de la cual agua se le darán al
er.fermo tres cucharadas de las de
sopa diarias durante tres días, en
los que sanará el paciente por completo.
Los médicos condenan uná.nimemente
el u o de emulsiones que contienen
Creo ota ó Gua vaco l. E. bien
::::abido que estas ::;ustáncias cuando
se toman mezcladas r-on el Aceite de
Hígado de Bacalao irritan el estóma~:
o y los riñones, entorpecen la
buena nutrición y por las frecuente
· evacuaciones que causan, producen
el rápido aniquilamiento ele
loR eufermos.
El rloctor Parsons, un distinguido
especialista de la ciudad ele México.
dice á este respecto: " Refi-riéndome
al valor germicida de la
Creosota, cuando se le administra
á enfermos tuberculosos, incorporada
á preparaciones de Aceite deHígado
de Bacalao, declaro: quelos
experimentos químicos y la ob-sen-
ación cuidadosa de un gran número
df casos, han demostradO>
que cualquiera que sean los resultados
benéficos que los enfermos puedan
recibir del uso de la Creosota
y otras sustancias irritantes, estos
resultado~ los nulifican los efectos
perniciosos que ejercen tales drogasen
el estómago.
Es un hecho bien conocido que la
asimilación fácil y completa de los
alimentos es de la mayorimportancia
en el tratamiento de las eufermedades
que se caracterizan por denutricióu.
Se sabe también que el
Aceite de Hígado de Bacalao, perfectamente
emulsionado, es uno de
los mejo1·es reconstituyentes. Por
eso es que los más disting·uidos especialistas
presc1·iben hoy las emul-siones
ele Aceite ele Hígado ele Bacalao
que no contienen Creo ota ú
otras su tancias irritantes que ocasionan
el desorden de las funciones
digestiYas.
De las diferentes preparaciones
de Aceite de Híg-ado de Bacalao, yo
prefiero la Emul8ión de eott qul>fabriran
los señores Scott & Bownl>de
NueYa York".
REMITIDOS
HIP00R~M0 VERSALLES
Hace poco más de nn meR sucedió
en él lo igniente: Listos treR caballo,
para disputnr e la Yictoria
en una carrera de premio. el Heñor
Juez de Salida dió la. Reiial y sólo
partieron dos; al otro !';e le impidió
salir ........... .
Der,;pués de largR cleliberaei(>n sentenc-
iaron q ne el ce1 bailo q np no corrió
había. perdido parfl la ca n ·era
pero nó para las apuestas.
El Domingo lG Re present6 el
mi~>mo Cü::>o en la primera carrera
de premio; no obHtaute, h1 r:;entencia
no fne exactamentP ig·nal. <'i pe·
Rnr ele exi, tir, sin nltPraeit'm alg:nna
el mismo reg:lamento.
¿ Cuál ele la. clo sE>ntencias fne In
insta ?
Esta dnrla 11os hHt·e i11,.;inuar lct
confección tle nn reg lamento menos
elástiC'o.
AFIC'IO:'\.\DOH.
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570 EL CORREO DEL VALLE
N ~TUNF=O
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1
Cali, Octubre de 1907. 20-12
l
Citación recomendada (normas APA)
"El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 322", -:-, 1908. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686389/), el día 2025-11-21.
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