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P.pélb!ica de , Culumbia).-SEP'l'l~.\fBl:U~. 'i DE 190.!.-.'\'" ~.:!~
~~dadiaa
·.
t. A MON!..D.. A FATA. L .
Encontrábame el 20 de Mayo de
1895 en una en aquel tiempo,.insiguificante
aldea, distante cosa de media
hora de ia Estación <\el Ferrocarril.
Aquella misma tarde debía tomar el
tren para Londres. Con pla,yer vi
llegar la poderosa locomotora que
conducía solamente unos pocos c.trros.
Al en~rar al t ren, se me infoJ:mó
que el trayecto ~era co¡;to y 1qu'e
excepción hecha de mi persona no
había sino otro pa,sajero .q1,1e haría
todo el viaje. ·
Habría p&sado allí ,una media horaJ
ley~ndo y fumando cuaJ?clo , sentí que
abnan la pu,erta .del carr:?· Volví la
cabeza y vi un hom_bre d~ cabello~
blancos, encorvado al parec()r bajo el
peso de los años. L~t viveza de sus,
ojos con~ra~taba con la nie.ve de su
cabeza. A primera \Ísta se comprendía
que aquel hon:,d;>re h~bía sufridd
mucho, y que su aspecto de anciano
provenía, no de una lai;ga vida, sipo
de algún pesar intenso." · ·
Sin notar mí presencia, acomoclóse
cerca de la ventana,J' pas~ó la mi~a-,
da por el brumoso hor;izon.te. ·
Con motivo ele alguna observación
mía, volvió la ct1beza y' .entonces pu~
de admirar la más rara y al mismo
tiempo más fascinaclora fisonomía
que en mi vida he visto.
Una observación trajo otra, y antes
de mucho entablam::>s conversación.
Hablamos de la palítica, de los
viajes, de fianzas, y no sé con qué
motivo de numismática. En un ins-
•. , • 1
tan~e monopolizó la palabr:.t y pud
eomiJrender qué' en · e,sta materia e
hombre era más que maestro.
-Sí, dijo~ he sido e} más afortunado
coleccronador de antí'güedades "
al' ~ismo tiempo el más 'desgraciado.
Fue la· desgt~acia l:;t consecuencia natúral
:de ,mi buen éxito.
Quise il~terrun;tpirle, pero no haciendo
caso de mí, continuó:
· '__¿ Qreéis q,ue lo cg!e Ji~o es un •
contradicción?, EseuchaP,me· hasta ~
fin~ y entonces. l)ensaréi's cpmo yo.
' Ahora diez a¡ío,E¡ ya ,era . yo dueñ
de la más completa colección, . de m o
nedas en .el m.twdo entero.
H~bía ,r.ecorrido el campo de la n:umü•
mát~ca,, paso ~ ,paso; hasta que llegué
-.á imaginarme que nada me faltab~
por a~)ren~er. Enton,ces. me v~no
a la mente. eL 1·ecnerdo de los chneros
de Judas. No, no creais q_ue
soy un loco. iPor qué no habían ele encontrarse
to9tada algunos de aquellos
dineros fatales? Y o' tenía en m1
poder monedas griegas de oro y d
plata, acuñadas muchos años anj,es
d~ n~ce~ el Cri~to.
Tenía tam biéa monecill.s atenienses
.}\ romana¡s, acuñadas hace varios siglos.
Creo que los mejort-s retratos
d_e lo¡; ((és¡ares que he visto son los de
las monedas ro.manas- El artista de
a~uella épo.ca los pintó tales co¡po
e1:an en sus propias monedas de plata.
Una sola mirada á una de las que
tienen estampada la efigie de Nerón,
os bastaría para daros cuenta de la
. ferocidad de aquel hombre. Yo había
logrado relacionar algunas ae estas
monedas con determinados aco'ntecimientos
históricos.
i Era, pues, extraño que yo buscase
monedas de p~ata qne existieron
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ahora diez y nueve siglos, es decir,
en una época comparativamente moderna~
Y á medida que así argumentaba
en favor de su extraña tesis, parecía
rejuvenecer.
-Me t~asladé, continuó, á la Tierra
Santa. Por varios meses trabajé
en Jerusalén y sus inmediaciones.
L9s sacerdotes del templo habían
cómprado un campo á un alfarero
qon los treinta dineros que Judas hal;>
ía arrojado lejos de ,sí, y solo desJ?
Ués de mil penosas investigaciones
encontré la extremidad del hilo roto.
Era preciso encontrar el alfarero.
Supe que Simón, así se llarr.a1Ja este,
ya mu.r anciano había salido prisionero
de Jerusalén con Tito y sus legiones.
Resolví trasladarme inmediatamente
á Italia.
Las dificultades con que á cad~:~< paso
tropezaba me daban fuerzas para
proseguit· con un ardor de que hasta
entonces yo no había sido capa-2;. A
medida que el obstáculo se presentaba
más invencible, con más vigor luchaba
por vencerlo. Un impulso, superio¡:
me dominaba, y aunque r.:ü
naturaleza se revelaba contra él, no
tenía fuerzas para resistirlo.
Tan pronto como comprendí que
en Roma no encontraría lo que buscaba,,
me trasladé á Herculano. ¿ Cómo
no habría de hallar allí algún indicio~
La ciudad permanecía abando·
nada hacía varios siglos. Aquí estaba
el único lugar en la t~erra que el
tiempo no había cambifl,do; la única
ciudad en la cual la. civilización de
las modernas edades no había dejado
huella:
Después de semanas y aun. de meses
de una investigación infructuosa
en la ciudad, me dirigí, incansable en
mi labor, á los alrededores de ella;
allí estaba. la quinta de Petronio, que
era la más suntuosa de la ciudad sepultada.
:{Jos excabadores habían hallallo en
ella algunos esqueletos, que para
ellos no eran más que huesos, y no
se dieron el trabajo de llevar más lej_?
S su labor. Si ellos hubieran tenido
el interé.:; que yo tenía, sus investigaciones
los habrían llevado al descu-.
brimiento de un salón subte1:ráneo.
en nna de cuyas paredes se hll)laba
escrita una interesante relación de
hechos pasados. En efecto, en uno.
de los cuatro sólidos muros que rodean
el ~ecin.to de esta mansi{m sombría,
había h!3cho gra)Jar. Petronio,
en caracteres. griegos, una. t:elación
de los principales aGontecimientos de
su vida.
Empezaba ésta con el relato de la
partida ele un pariente suyo que había
ido con. Tito á, Tierra Santa. Después
conta.):>a el saqueo de Jerusalén
con. sus horrores y sus triunfos consiguientes,
y cómo á su vuelta á Roma,
aquella había enviado á Petronio
ricos . presentes. en conmemoración
del acq.ntocimiento, entre los
cuales se encontraban cinco esclavos.
Había entre éstos un anciano hebreo,
quien en: su oficio d!3 alfarero superaba
á todos los demás que Petronin
poseía entonces. Durante tres años
el jndío . ~lfarero trabajó con empeño
y fiJelidad, y se hfl,bía. hecho el favorito
de su señor pol' su habilidad y
por su i11-~ustria.
Al cabo de este tiempo, se le dió
un día aviso á Petronio de que el esclavo
jpdío estaba enfermo, y el portador
cl!3 la noticia agregó indiséretamente
que él creía era la lepra la enfermedad
del alfarero. El amo se rió
ele los temores del mandadero y le
ordenó condujera al enfermo ante él,
para juzg·ar por sus propios ojos. Cumda.
la orden, Petronio pudo convencerse
de que no era aventurado el
juicio de su servidor. El hombre era,
en verdad, víctima de aquel espantoso
flagelo.
Púsose energúmeno al pensar que
su casa y los suyos estaban expuestos
al contagio de aquella terrible enfermedad,
y ordenó á sus criados le
retirasen de allí y le diesen muerto
en el acto. Al oir el desgraciado su
sentencia, cayó de rodillas implorando
se le permitiese hacer las paces
con Dios antes de morir. Petrunio
burlóse de aquella t1plica y le pre-
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'guntó qué pecados pocHa tener un
misera1)le judío corno él que mereciera
perdón.
-E->te, señor, exclamó el judío,
mostrancl0 una moltl. 1
, , ele plata que
lleYaba ú::,tampado rt 1Justo de Tibe·
río Cé3ar: el de haber guardado en
mi poder esto que veis!
-Oh! elijo Petronio á los suyos:
un perro judío para quien el dinero
ha sido una maldición! De be da haber
sido bufón, que no alfarero. Más,
-decidnos: iporqué la posesi6n de esa
brillante pieza de buena plata romana
ha sido para vos una maldición?
-Porque, repuso el leproso en tono
conmovido, es el últin':to de los
treiúta dit'leros que Iscario.te recibió
por traicionar al Cristo. Yo soy Simón,
el alfarero á quien los saé'erdotes
del templo compraron un 'C'ampo
para cementerio de los pobres. Soy
el desgTaciauo que1 sin quererlo, recibió
el dinero qtle había sido precio
de la divina sangre, y con él la maldición
que ha seg·nido y seguirá á cada
una de esas monedas hasta su completa
extinción.
-La fábula es interesante, .aúnque,
si no me equh·oco, la desgrat!ia
os ha trastornado la cabeza.
-En verdad qué no, seíior. Nunca
estuve más cuerdo que hoy. Yo
era pobre; ignoraba qué se propusieran
los sacerdotes al darme ese dinero
en cambio de mí propiedad. Contraté
a1egremente y bendije mi bue·
na estrella. Dividí én dos la suma y
di una parLe á mi hijo mayot\ ordenándole
tuviera buen cuidado de ella,
y la otra la guardé 'en un paraje secreto
y seg\.\ro.
Involuntariamente con este proceder
lancé la mam~aria de la discordia
'<'n mi propio hoga r; Mi hi.ío menor
se ofendió porque rio le había hecho
yo igual confianza qüe al máyor; en
una disputa mató á sti hern1aho y se
apoderó de su dinero: Fue condenado
á muerte por su crimen, . y poco
tlespUés murió mi esposa de pesar
por la pérdida de sus dos hijos.
Por muchos años temí hacer uso
de lanloq u
do al pobre judío. tlin embargo,
fábula me fascina ele un modo ext
ordinario. Guardaré la moneda
contare s't.1 historiu. en mis b::thquete
Haré grabar en ella las palabras
judío.
Llevad esa moneda, ordenó á
de sus sirvientes; haced que las
brns Pt·ecio de thLición sean
das sobre ella."
Se hizo esto conforme á la onl
de Petronio, y la moneda, con aq
llas palabi-as g-rabadas sobre ella,
depositada en una caja. t' "'rte.
Refería despu'és In memoria q
con thotivo del aniversario de
gran victoria romana, Petrohio,
roo gran patriota que era, celebr
una fiesta con motivo de tan fa
suceso, digna de los invitados y
~nfit.tión.
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Y la espléndida fie!;ta tuyo en cfec...
···- ·--- 1
m~·r, un no se qué de inexP,licable,
llJP aconsejaban destruír aquello cuya
pose,;ión tánto había anhelado. Sin-lugar
en el magr~ílico salón flP.
nquetes. 1\.os cuantos hom hres
mían y hebít:ll c·omo no lo h<: hían
cho nunca, cunw nu lo 1olterán ú.
cer jamás! CircultLun c;:;n tH f)[n- ,
, Ptübargo, no tu ve 'fuerzas para hae
.rlo.
6n las il.uforas de vinr1: en l:iquísi-a
,Tajilla de oro se :;ir de! un las
ás selectas ;-iand¡'ls; y otra ·:/, otra
.z se hacía refct ir la historia üe lh
oneda, la cm¡..l como, los vasos de
·o que cohterlfan el tibio néctar de
uva, pasaba de tnano 'én mario.
No lo dice la telación á que me he
·ferido, ni 'podla decirlo: pero es el
.so que la moneda maldita-de ello
l teng·o la menor duda,-fue la can-de
aquel cataclismo que dejó, bajo
peso manto de lava y cenizas, selitada
la ciudnd y con'\rettida en
acabro banquete la última fiesta
·1 elegante anfitrión.
Siglos después, las excavaciopes
scubricron este salón, y hallaron
-81 1arios esqueletos. A la cabece-de
la mesa estaba el an'fitrióu·,
tien aún sostenítt cutre sus descar.
J.os dedos la moneda fataL Allí la
cont1·é yo. La contemplé con éxta;
y en seguida . ciuisc . tomarla en
s manos como si fuese mía; ralrla
con la infantil aleg:ría de quien
cnentra alguna coc;a que ]:la per~i;
, y no ha podido hallar en mucho
q:tpo.
Mi labor había concluído. La rerqpcnsa
de muchos aiíos de pacien~
y estudio estaba ante mis ojos; no
l faltaba sino abrir b 'enjuta mano
aquel e. ·queleio para aclueíiarme
la. ma.ra\ illa m~s preciarla que el
mdo contenía .. Por algunos iustanr
; permanecí allí sin resolvem1e á
o. Aquel triunfo sobre el tiempo
las edades rra mío; ~pero sería
nbien mío el Lriunfó sobre 10. fata-ad
1 .
remía tocada, y no obstante no
Jía resistir á la tentación. El de·
1 vehemente que por tántos años
había dominado, desaparecía ante
realídad. El instinto, ó qu~zá un
lO preientimiento de infortunios
e huhieran de sobrevenirme; el te-li'
w ·le esta suerte. 'como fui por
al .,~ tíl. 'tiempo d poseel:lor de aquella
IJ!'e~ ! D .;a mone ~. . .
;Es muy poco lo que me resta por
em;Lresentóse en
la ventanilla del tren un )efe de estación
quo r~clamaba los billetes, y á
ti.nmpo de preseiúarle ~1 m'to, rodó al
suelo mi cartera; un bi1lete clel Banco
Nacional de mi país dio un giro en
cl 'ail:e ~· fúe l caer en las rodillas de
mi inter1ócntor. 'q·uten lo tomó coh
numo te m hlorosa. Después de e~~mil~
arlo eón alg-'ú'na in'flUietud, su rost
ro se t()· 1Ó tan bhnco corno su cabello.
Pú:;ose de pie; un tel!lblor nervioso
se 9.poderó de su cu J'po entlar¡
uec;iclo. Parecióme que había envejecido
treinta años. Su voz llf'gaba á
mis oídos como el tenue murmullo de
una fuente escuchada de lejos. Er:~
un cadáver que hablaba y me decía:
-Dcs,'"nturadol gnoráis que este
papel lleva en sí la de gracia, l~ des-
. ' '
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J
1
trucdión, la ruina. Sabed que en él he
·reconocido la moneda maldita. Es la
misma! iPiedad para vos .Y para vuestra
raza! Para mis ojos se destacan
claramente los caracteres que forman
la frase Precio de la t?·aición, grabadas
en la moneda que fue mía. Es
la moneda fatal 1
(De La Mt.~celdh ea de Nueva York)
'Escrita en un cementerio de aldea
(Tomás Gray )
I
Ln tarde va á expirar, mbra del sa uce y de los t~jos,
Allí do se nlzR de~ignal el pmdo, . ·
Ya del sueño sin fin gozat' los viejos
Y rudos ge'n'itores del poblat.ld.
\r
Ya de la aÜrora el hálito fragante,
De las a ves el trino cadencioso,
La aguda t rompa, el gallo yigilnnte,
~o rompen de sus suefios el repoSo.
YI
. Ya no ven del h'ágar .la lumbre amada,
Ni 01tid ado~ la espo,;n l ~s ti'Íbuta,
·Ni a~erha el hijo tierno ~u llegada,
y el primer o eso 'éon aflu] disputa.
VJI
íf"Juántas veces el suelo hendii• su arado!
1Cuántas cedió In mies á 8U guatlafía!
¡Y dirigió su yunta por el pmdo,
Y aten'ó el nito roble en la montaña!
••
Vlll
K o desdeñe el allivo su tar('a,
Su; simples goces, su 'fugaz memoria,
Ni el pot.leroso con desprecio vea
De los huruilde~ 'la modesta historia.
r-x
'PQcde rerldir tributO á Ia'opulencia,
Al tl'iuuf¡¡ y al valor el mundo vauo;
Pero debe más dicha á la inocencia
'Quc 'ál poder y 'que al genio sobet
X
La alcurnia y esplendo•· que el mundo aclama,
La pompa, la riqueza, l>t. hermosura,
'I'od ., muél'e; la senda de la fama
'):'em:üna ante la abierta sepultura:.
XI
Y no Jos culpe la atívez odiosa
De que Ehl'Sus tumbas monumentos fa)te
Do ~n rica na ve ó bóveda esp~tciosa
La adttlaci·(¡h sus 'méritos ctlt.ltt!.
XII
¡,Podrán büstos y túmulos tallados
Volver el a lrim á su 'inansión de tierra, .
Dar vida á ruerpos ·por la 1iriu!h·'te helados'
Mover Cl 'pdlvo qíre la tumba encicl'l'a?
Q•~izá.giliVt;ae est.e hum.ildc cementerio
Pecho:; do el fu~go c el~sllal a1·día,
Manos dignas del cett·o de un imperi~
O de ut¡ laúd de c61ic<\ armonia.
XIV
'Mas 'el f¡•cundo libro de la ciencia
N o enseñó ~us t oso ros á su mente,
Mató su nolole •lllhelo In indigen<~in,
Y heló de sus instintos la corrie'nt\l.
XV
En su fondo insondable el mu oculti
Murhas perlas de cándidos fulgorc~,
Y en el mi ~tel'io de 'a ~el va inculta
Su ·aroma ésf>tit'éen ~gnomJas 'll'óres.
XVl
Quizil d6ern\e aqui nn,Ih'ITipden que atre\rido
Al tirano del campo vencer pudo,
Un Cromwel con la sangre no teñido,
Un dulce Miiton ig norat.lo y 'mudo.
XVII
Arranca~ el aplauso en los comicios,
La intl'iga y la traición ver hu.oilladns,
Colmat· una nación de beneficios,
Ver su hi~toria 'de un pueblo en la!! miradas.
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2~01 EL C'o:B!llA'O 1JliL rALLE
XVIII
Ko fne ~u suerte; limitudo> ftiernn
Lo tni~tno su Yirtu•l que ~us delito~;
ror entre snngr<' it t;n trono 1\0 ~nl>ieron
Ni desdeñaron del dulor los ¡!ritos,
1
XI .S:
Ni hipócritas cnl>rieroll ~u~ flnr¡uczP ~,
Ni elruhot· de sus !rentés oculturun
Ni al altar el orgullo y las riq neza's
Vil incienso !us musa~ prodigaron.
Leju! del mundo y de su encono fiero
Su mode~ta ambición Yieron .cumplida¡
Sileueiosos cruzaron el sendero
Del apartado viille de la vida.
XXI
Acalla la quietud que aquí se encierra
De la p~sión el grito clamoroso;
Parece que brotara de la tierra
Un himno santo de eterna! reposo.
XXII
Por )lbrar estas fo!as del imou!to
Algún 'frágil recuerdo la! decor11,
Que ~n tosco ve~o entre la yedra oculto
Fugaz suspiro cual tributo implora.
XXIII
' .
, Ar¡u! no hay pompa, ni tnent:idos c~htos¡
Sn uombre mal trazado, su edád luégo,
.Y un corto texto de los libros santos
Que uun vida mejor muestra al labriego.
XXIV
¿.Quién, ~resa del olvido, en su agonía
De~a esta vtda dulce y ugitada,
DeJa el recinto dtlri~ueüo díit
Sin tender al pasado la m ira da?
XXV
.• En al~ún. súr a~ante ~iempre es~ef~,
1: una.lagnma extge al moribundo, ,
Que aun en las tumbas el amor impera,
Y 11rde en d poi\' u su calor fecundo.
XXVI
Si álguien por la tristeza conducido
Entre estas tumba~ meditando nga,
Y el fin del que la histol'in ha referido
De estos despojos, cariñoso indaga,
XXVII
, Un vi,ejo labmdor conteste acaso;
Siempré al rayar la aurora lo 'vela
Hollando e~c.1rcha con ligero paso
Ir á la loma ú saludar el die.
·-·····-····························"'''''''''''' ................................................... -
XXVIII
Y l1 la hora de ¡., sie~ta, al pi~ del roble
Que 8US rníces caprichoso enreda,
Lo vl tnil vece! meditando ÍIÍtltoblc
Junto á la fuente que cntr~ guijos rueda.
XXlX
r •entado á la vera del camino
.\1 1 olvct· de) trabajo lo cncontmba
Ab~orto de 1a> aves tlll el trino,
:\lirnndo ll.nsioso al sol que ee ocultaba·,
XXX
A I'CCeS por el uoAque discnrl'ia
~urnnn·ando monólogos el:trañoi,
!a mostraba amargura, ya ironía,
Ya ta angustia de rudos desengaños.
XXXI
;o a~omó una mañana en el collado',
Ni ~1 1 pi¿ del alto roLle, ni en la fuente;
Ott'll mañana vino, Y. en el prado
Lo busqué, y en el bosque, inútilmente~
XXXII
. A la otra, paso a paso á la capilla
te llev11.ron con fúnebt e cortejo.
Ved de su losa la in~cripción sencilla
Bajo ese e>piuo descuidado y \'iejo:
XXXÜI
"Un }oven sin renombre ni fortuna:
Aquí repo8a en perdurable calma·
No de~deüó el saber su humilde ~un~
Ma~ la tristeza se adueñó de su alma.'
XXXIV
Fue generoso)· fiel, su ardor fti'~ santo;
Y justo premio mereció del cielo:
Al pobre dió un tesoro, fue su linnto;
Y obtuvo un buen amigo, fue su anhelo.
XXXV
Los méritos Ó vicios que tuviera
DcjaJ J?ajo esta Josa sepuitades,
Porque y11 en la balan1.a justiciem
De 8U Padre y su Dios fueron pesados. ''
RoBERTO MAc DouALL.
Antiguo alumno y C~ttedritico del Cotegi~
llbyor de Nuestra Señora del Rosario.
1 •
$n sttefio¡¡¡
VI ele,·arse un altar á la virtud
y el crimen castigado por doquier; ,
vl ¡oh pr,Odigio! constancia eil la mujer
v cienciJlo ~n la indolente juventt1d1
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..
, H~nrada contemplé h la senectud
y en manos de los buenos el poder,
triunfante la justicia y el debet•,
levantado ~ magnífica altitud .
Arca ~biertn tniré la earid,~d,
y proscl'i ta la infamia de Cáin¡
Fe eu e1 amor, contian?.a cu la amistad¡
1 .
Patriotismo Pn la ~ente tnás ruin . . ,
Pero ¿en dónde víó Ud. tanto primor?
En sueños, queridlslmo lector.
'
RiCARDO l'ALM:A.
~
LO U~liCO CIERTO
Jamás un Rolo ser de 'los que
'se fueron vuelve. . . Se collsf'rVa
'rsn rec·uerdo en lHS e~tatil.a~, y tarn·
hién los moldes ,de é~~Rs, 'que !'trv~.
n para ser PO todo ti~mpo ohje
tos patecidos; pero mi cu,..rpo, mi
semblante, n.is pett8atment .. s, rtti~
OeSeOSl lliU I'Cupal'Ct'l'l'árl jamás. Y
sin embargo, nacerán 11Jll1<>nes,
millares de · tu iliones d~ SPI't'S 'q1le
' ' ~ 1 en unos cuantos cehttmetros cna-drados,
,tendnú1, couw ·yo, n'iuiz,
ojo.;:, una frente, n1PjillaR, una bo.
ca y taffil,ién u'l aldtH, lo _·misrno
que yo, ,sin qÚe jamá~· yo \lúelva,
sin qúe la ll)!"Itl;f cosa 're'conocihl'e
l , , ' • como m1a re:lparPzca t'n t:':"a.s In-numet'ables
criatura:;, ta·1 tl]vet·sas
1 1-1t
'é indefillidam~tlte d:ft' l't'1ltc>s, aun· ·
que Jllly ,part'cidas. ¿A _qué puvrto
R<:ogt-·r&e? ¿IlHcia q1tién t>levar
grit"s de angu:-tia1 En qué podemos
('l"\"'e~·? . ...
Lo úoico cit>rto E>S la muet·tf'.
Gity de JJ1attP~l&sunt.
. , EL CISNE
Cisne cánd,i'cl c>, siempre mudo,
PU calma siempre! Ni el dolor ni
~a alegria pu \ d~"'n turbar la sere.~
lidad de tu indif..-renc·ia; prutec·
\
'tor majt'~ttw ~o del B:lfo q11e se
adu~rme, tú te has <:!esliz11do so-
' bre las aguas sin jamás producir_
.. . (
2302
un murmullo, sin jamás lanza'r u~
cántic·o.
Todo lo que juntamos en nncs·
tros pasos, .inram~ntus de Rmot·,
mirad¡:¡s angustio~'ás, . l1ipucresias,
mentiras; ¡qué te in1portabao!
·iQué te importab:m?
Y ~inetllparg(l k m11ñan:1 de tu
nllwrte su~piraste tu agonía, mlll··
muraste tu dolor . .
Y et·as tú1 c1sne!
.B~t1·iq tle lbs en.
UN SUENO
1 (Cuentos del Norte)
R~costado en sn noble le•·ho, el
.ndo 'q-;cettte trató de l'eCollstrnü·
la v~:--1ón pá iid.a é intt~llsa de su
ú itimo t·ús'úenó de amor.
Le par'ecía estar en una sala e.xtrañam'ente
adornada, t>Dtre jó\'Cne:-
4 mar'] U eses e u biPrtos de em:blei)
llls. ftlttiguos y pl'incisas (·oro
hadas de 'flores <"Olor de r11sa. Tocio::
hahluban de lo~ asuntos de la
tiena como de 3Sun'tos anti·
feria. . .
. De pronto ,·111 mnrc¡nés se df'tll·
vo an.te el ariPlescente y exc·lamó:
" U nos han n<~cido para amar;
otros para sr~· am.: :~dos. "Lo s h <•m-bres
:-;ond t~ ron; las mujeres se pu~
i<~ t·oll pá!i, 1 as.
·~ 'Q11é más. Dio~ mio? El ndo]
Pst·ente veía la.s somisas, oÍ11 los
suspiros y se perdÍl en la vngned:•
d de su ensnpfio, cuando una
visión precis:1 apareció antf> su re·
cuerdo, en la dt'coradón brumosa
de un jatdincillo mal alumbrado"
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1
230:1
.... Ruhía, sí, muy rubia, la
virg ... n iba hacia él; ib:l ,]espacio
por temor de que las dos lágrimas
que tt:mLlaLan en sus párp&.do~
r~tobnlnr¡ttJ por RUil mejillas.
El adolescente tímido salió á sn
t
y de hs esperanzas.
Asi p·1~arun una hora, ba..;ta
que dPtrás de t·llos un 1'1Ji(10 de
be<;;os y 1\e suspiros hizJ ruboriz.
arse á Li vi 1·gen ¡ah, tan rubial
y al ado\e<;eeute ¡oh, lan tímido!. ..
El marqué~, empolvado, volvió
á detcrtet·se ante el adolescente y
completé~ así s 1 fra~e:
" . . . Otros para set' amados,
pero sólo los qne tienen el alma
vH. gen. "
Entonces los enamorados se sol.
taron las m&nos y ~e alt>jaron, tenwrosos
del ZÓl'a lo blar.co so ln·e
el cual sonreía un fauno de mál'mol.
E. Gó~mz ÜARnn.Lo. . - ... -- ............. ·· ··· ······· ······· ···
SUELTOS
PERDIDA LAMENTABLE
Tócanos hoy reo· i~trar la 'Lite-l'at
·ii> ·je Bahía. ..
-.ft,eé D. O(n·peño.-Taml)ién
ha tenitlo la galailtet'Í:t l.lc renti·
tirnns este iutefigcilte iitcrat<>
:-al vadore ñl) un eje m plat· de fU
obra.. tit.1láda "Vida Lite· lu ia."
Corpcño es dem1tsiado jo,·en
1 .Auié rica.
l:1,uera de infiilidad áe 'artlculos
de ÍH~ rióllioo, ha dado á la, luz
. rput,Jiea los Slg"nieÍlte8 fifwos ;:
Nú: blá~, Lrttigaz_o~:, En crt1n inó
del Arte~ A n t(j zo:IJ ·vciwidus y Vida
Literaria.
Nosotn'>s al f,,]ic'ibl'r á. los ~ eñores
doetor Aaúlft, I,.~ci'm Gómez
y 'do1t .:Jo::Ó D. do;·peño po'i·
la bnena aeogida que h:1 11 mere
cido ~us trabtijw;;, nos oonqlla<"e-
~ j ~ 111os en prescr, tarles nuestros
1 . . . lt 1 1 ' 1 agm( eciii!Ien úS po1; e CIIVlO
que nos l an he.·1w de ellos.
' • 1 ¡
SALUDO
' 1 Se lo da'ni01S muy atento á la
. ~ef10ra dufla. Joaquina B. <\e
G 11 n·é~ que ha regresado de Eu
ropa, al doctor Alfonso B01Tcro
-~ señora que lmn -re11ido del Ue
' .. "7-í·~ y al. jovm.• 'poeta. Man,tel
l A. ~ rva.)<nhcnza.
ENLACE
En las primeras horas del día
4 de este n1es reeihieron la hendieión
nupcial en la ip;lcsia lle
S.;.n Pedro, ·el joYen l>~))lo Sa ·
l'l'ia ·y la sefiori ta Muda. Colonia.
Üc t;1<1o eóra%<~n anhel;.úiuis pa.·
ra e~tPs cstilühbles attiÍ~os una
fe! id dad no int.3ITU 111 piua.
' '
C:F.;J\'I:ENTJCHlO CATOLICO
Hemos tenido la pepa de. sa.·
her q'ue lils traba):;s dcl.¿elllenferio
haii sido SllSpencT1dl)S por
fult~ dt,_rec~u-~o.~. Oj::Iu qu~ lns
vecmos (1el Ua'l~ hagan tlll n u e·
vo esfuerzo· en pro de lo's que
f'UC\'011.
, El digno Cura <.le la parroquia
n.(~~ ·ha, ?_iri~i~lo ,11~ signim~te ; ~s.,
q,uela, q~1e nos parece oportuno
reprodu<·ir·:
Seño1' . .... . · . ... . .
Cón mucha pena he suspendido la
obra del Cerrientetio, porque se me
agotaron ~ompletamente Jos fondos.
En nombre de l)ios pit.lo á. usted una.
lirn9sna-en dipero, animales ó alhajas-
para 'pode)· cor1tintiar:. 'Las cenizas
'de s,us a,nte.pasados 'i>iQ.e¡;~. conmig-
q, . y DiQs le pagará esta caridad.
Su ftfectísim.o, 1
~LADISLAO Go~zÁÚz, Pbro.
Cali, Agosto de 1905.
' • ¡ • '
D:R:SPEDIDA
1
Ha s<>guido para .M1~mizalcs el
apreda,blc snjcto don .Knriqne
~olp;uin y su. sc,ñoh1 e~po!-la do~
ña l\laría IJalim1e. Q'ue , lleven
un fcljz \·iaJ'e .
TAHEAS ESCOLAHES
J;as mati'Íenlas del Colegio de
S:mto Tomás de J'.qnino, qno
dirige eu ('R1a dudad rl notahl~
,ped:.tgogo <)on Uabricl Montañ9,
ef'tarriu abiertas d~sde el pro, ·.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1
23J5
nio 15 de Septiewhre. Se reciben
aluunws internos y c:xter-nos.
SENSIBLl~
I1as obrus púhlicas del Uauca
han sit1o suspendidas en el De·
partamento por la pehuria del
Tesoro.
OBITO
Ha muerto c11 Popayán el
apreeiable caballero D. DANIEJ.;
ÜAJJAO. ~uYiamos el pcsallle á
su fnudlia.
N uc\'O Goberu:ulói·
En reemplazn del finado señor
Ül'ballo..; y ("11 p1opiedad, ha sido
nombnt c~o pa' a el re~to del pedodo
legal , Gobernndor del Magcla]
eua, el doctor Rafael de Arnas.
~UeYO CÍl1pleo
Ha sido creada la Dirección nacional
de Obms Públicas, gne
tendni á. su cargo el estudio pt•e"
Vio é inspección dH Jas mismas,
Riendo 11ombrado pa·ra : dt'S~-'l1lpeñarla
el notl'll>le i11geniero liberal
&eñor doctor Gabt iel Solano.
La literatura·en el Japón
Los idioinas eul orPos más coJIOCÍdos
en ül Japón, como ~e sa
hf', son e] iPglés. el francé-. y el
nlemán. las obras escritas en estas
ltnguas !:'on nllly lf'idas.
Los más populares t-ntre lvs in
gleses, son lus hi storindore.., Carlyle
y Macnulay; y Herbert 8pen~
er tiene rnn<"l1os admiradores.
Entre los poE.tas de Albión, !';8
prefierf>n á 1\·nnyson, Lot·d .Byrou
v 1Hilto11.
· E \' cu;mt•J á hteratur:: fhu ccs:1,
el ''Contrato Social'' de.. Juan J acoho
Roli.:;seau ha eje1·cido una
influencia enorrile ¡::obre el país,
<'a~i tn tJ d ecísi va como e11 Fra nt'ia,
Ese libm del filósofo de Ginebra
ha d~do impulsos al movimiento
de reforma en el Imperio del Mikado.
:Fcera de Rousseal!, hay mny
pocos frar.c~"'ses lddos en el .J a..,
pón: son los privil~"'giados V ícto~
H11go y Maupbre astrónomo Servís
cree qtle el primer hombre qnt;
llegue al Polo, pondrá el pie subrt
Pl s1tio qne vcupó el Paraíso
terrenal. Para él no ofr~-'1'e casi
duda qu~ la cuna de la humanidad
está allí.
Los al'gtl mentos en qnt> ~poya
su cret->ncia son interesantes.
L~s tradicr·iunes más remotas
de vario~ pu,..bbs afirman c¡ue los
as('et¡Jit·l!tt--s de toda., bs !'a7as
<-1ne dCtt1almeutt' pueblan d mundo
vivían t-n la ,.e,·indad del Pulo
Norte. Tudas las grHudes l'étzets
humanas han C!JI;~prvac.lo un \'ago
reeuerdo de emigracionPs nntignl'ls
que pr·ocedíun siempre del
Norte.
Apa1 te dt Ir~ tradicción, hay la
teoríll. cit~ntítica de que el Pvlu
. Norte Lté el punto de origen de
la ,·ida. Eu ¡.rimer lug··ar, cua.ndo'
se enfrió la tierra, la regióu p'olar
sed!l Jn pt·inwrn que llegara á UOTi
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
2306
............................... ------- --------
temperatnra en que fuera posio.!e
b existenc:a de formas vivas. Se
ha derno:ltl'ado por mHdio de br-gas
investigaciones que en edades
remotas las plantas fueron avan~
ando ~obre la tiprra rle Norte á
:Sur. Walh,ce hat·e constar que las
planta~ á1·tieas abuwlan en el M(}·
(\iqdia de Chile y en la Tierra del
l;'uego, y que indudablemente estas
plantas fueron emigrando dPS·
de el Norte basbl el Sur á lo !argo
de la Amé-rica del Norte y de
la América del Sur.
También las fo•·mas árticas de
la vt:>get!lción han ido avat~zando
por Asia y por Europa proceden·
tt-s del Norte; después de cruzar
el Ecuador han penetrado en\ el
hemi:-fel io Sur. La geología cn~efia
qne en el antigtw período silél"
i r_·o, en las region.;s pola1~es del
N arte había formus. tropicales de
viria.
La razóu po.r la cual el PQlo
No1te fu~ en un principio el centl'o
de la vida, y no lo fué el Polo
Sur, e~ que ias g¡·andes.. masas
dP tiPna están en el hrmi,_f;_,rio
Norte, que es el ht!mi::!ferio· de los
conti~,e11tes, mieotras que el hemisfetlO
S•u; es el de los océanos.
En muchas tr¡.¡dierione~ antiguas
se !ndica. un he~ho singufar;
~s el de que en ioR tiempos remotos
y en los prime1·c8 días de la
historia de la huma.nidad, 1aR es-.
trellas en ~ez de levantarse y po·
1wrse como las vemos nosotros, se
movían al. rededor dta· la tierra en
eín:ulo paralelo· al horizonte. Este
es prccisamt-nte el aspecto qu~
1~· presentarán vi~4ts del Polo. Igual/
mente ex.iste . la tradicción de que
en IN; ti e m pos remotos no habían
más que un día y ur.a not·bt~ en el
transcnrso del año que es precisa·
mente lo que también oenr1'"' en
el p,_~to.
Siete hijos en un parto
G na señllJ"a residente en I nahua.
yn, Departl\nwnto de L01·eto,
Perú, :Jesembarazó en meses paSitdn,;
!<Íete hombrecit(ls pe•fecta·
l.l;}t-nte coufurmados.
Los sit>te infantes mtÚiet·on al
ver la lnz.
El padre de estos malogrados
niños es un caballero de !quitos,
de profesión cauchero.
Idioma nuevo
El profesor ruso Boleal:.u.¡ Gajew
. .-ki propone la adoptación de un
idioma de su invención, más fácil
q•te el volapück y E:>l esperan·
to. Es el So1re~ol, t11n armonioso
que casi P-S lllÚsi•·a. He aquí algu ·
nas ¡wlab'i·as Je h~ más usuales:
dore, yo; domi, tú; dofStán JE'gl't·Sanrlo t.'ez. :tp~Stol de paz, Ünuit>n ·lq d..::,-:
~ ·Jt>n.,s ne l~Íedo y ha~ta de horwr. jado oir SU paJ abra, Sil rnprt> tOn·
La gnf-1'1 a que el mosqmto ha- c:iliud~)ra y, pt-tsua:h-1-1, innnguró 1 cealyan~~e·e~uua'gu'ena 'ániuer,- la o\>rn cuyos pAd1111os fueron el
te, una guena sin cuartel, deses- jvvt'n Ad1il-lno Valled~la y su her-pernda.
mann la gt>n.til señorita 8usnna.
Y los enormes color:1dote¡:, los En 8e~·ni~a. á Nillas dt>l poéti·
homb¡ onazl•S giga11t~s huye~ ate·· co rio de ~u\ticol,ora~ guija:-; y ba
rrorizados ante esos emjambres. jo un cprpul ... nto mauroüo qnP á
débiles de ÍtÚPctos .. que ht, ba:-'ta t!•do:-: llfJS Hbrigaha c<.m su s(lmbra,
sino uua pa.Jmada- para, dcstrn,ir los concurrt'lltC ... fuimos ohsequia-centeuart>~.
dus COII liU ,UcUJentO 1'1111(:/1, UOtl-
A_ fJf' arde las Pnérgic:.as nwdi- de i·cmó. la. (·u!tura y,' pronnn<.:'i'a-d:
ls d,e salnhli·clad, ios cadávert'S ron opo1tU1us discurso..:, alusi,·os
c'ontiuú!ln pasando 'á los cenwnte- al acto, verdader0 pasPO Cívico, el
l'lOS. do<:tor Joaquín A Coi.Jflz.,~ y don
Se hn.o afligid~ Qastant~ las a,!J- José JV!AJ'Ía F ... ruándt'Z. Y. al c·ut·t·
tol'idadt:!S amPricana!;. lu t(t'rde l~1 entn~iast<•, dec-idora ca-
J:I~ ¡ • f.1'1.l ai'W• H. h~.J.!,l a'ta desf.i"ó llor e~~$ abiertas e t S l J t' . llauu·ras á 'J] ... qp·, al do. tor l 1érez
,or e .-= up!rema' e Y~ JCia; á la c·Hsa cura! de .Jamu•l(lí. Ji,,_
El Presiden.te de lu.. República, p,or. . t 1 e los neo• des de la músi··a y da -
Decreto de '14''del p1\esente, firmado . · . . . \'
por todo ell\Ln'stei"io, ha declai'ado d»s c·o_rchales 1eheltr~am,.s
}'lugistrado en los Sres. Dr:~s: C'ar- Jlevandc;> gra.tos n·cuerdos de t- ·.e
melo Arango y Gabriel Rosas. díopitalidrtd, nos oir·igímo¡; á
l JNA OBRA DE PROGRES,O:~ su ,casa y com,o yá Pstal•a entran-
Con motivo dP} fuerte \·enwo do la n.<;>•·he ap~nas distiull t>l
tor Alf1·ea,<;> Pé .. ez, &u pt·ugrc ista hori70IItt>, ·algo usí'cumn u11a tiLn·
Cura! <·úncibió el proyi"Ctll de avro dil ?riental, l'Oigada PO apa,·il.},.,
\'echar u na plirtP de' la de Rioclc{-· oas1s.
ro pMa. aUIIlé'nt~'r d nrroyo {!e Ja La fiesta del ngu¡, hará época
muhd'Í: todo fue ' Ull'), pensar y en J amuudí y ~u comarca, faltó
ha.ce1lo: ' los esfu ... rzos asocia ios sí un Amado ·N erro ,¡ue ca11tara
obl'an prdd!gios. Al' H'c ·tü. de:oi- á la hermana Agua eristaliua y·
pues de poco tiempo de 'trabajn y bnlle11t".
1 de h1ibcl'se gastado U\l:l S!lma re Agc~ti 30: 1905.
iutivamcnte pE>qr.t>iht, pl lunes 28 ALi y Ü.YAn
Citación recomendada (normas APA)
"El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 229", -:-, 1905. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686336/), el día 2025-06-18.
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