Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1
FEBRBfW 11 DE l!lOt --:'fo. 1.'>7
Y'
Din·ctor, BL\% S. SO \Hl' RcT1' \
~=========e-- =----·· -~=--------==-...-......=-----
LA SOLED \D
Prólogo i la colección ele cnntares de Augusto
Ferrin y F0rniés.
I
Leí la última página, cerré el libro
y apoyé mi cabeza entre las
manos.
un soplo de la brisa o e mi país,
u~a onda de perfumes y arm,m:ías
leJanas besó n11 frente v acarició mi
oído al pasar. J
Toda mi Andalucía, con sus días
de tranquilas y sus
s1estas de fueg-o, sus alboradas colo1 _
de rosa v sus crepúsculos azules·
Se_villa, con todas las tradiciones qu~
vemte centurias han amontonado
sobre su frente, con toda su pompa
y la gala dE' su naturaleza meridiou~
l, c.on toda la poesía que la imag:
waclón presta á un recuerdo quendo,
apareció con~ por encanto á
mis ojos, y penetré en sn recinto. y
crucé sus calles, y respiré su atmos-fera?
y oí 1 o~; can tos que en tonan á
111ed1a. n1t las muchacbas que cosen
detd.A de las celocías, medio ocultas
etltre las hojas de la" campaniJl_
as a~uíc- s ; y a:,;;piré con voluptuostdacl
la frag-auc1:1. de las nndresel,
·as que con-en por un h ilo de· balcón
á balcón, formando toldos de flores·
Y. t?rné, en fin, con mi espíritu á
vtvn· eu la ciudad donde he n::t~ido,
y de la q uc tan viva gu::trdaré siem pre
la memoria.
No sé el tiempo que trascurrió
'11ienb·as soñaba despierto. Cuando
me incorpot·é, la luz que ardía sobre
mi bufete oscilaba próxir"a á espirar,
arrojando sus últimos destellos,
que en círculos, ya luminosos, va
so m bríos, se proyectaban te m blando
sobre las paredes de rni habitación.
La claridad de la mañana, esa
ciaridad incierta y triste de las
nebulosas mañanas del invierno, teñía
de un vagc azul los vidrios de
mis balcones.
Al través de ellos se divisaba casi
todo Madrid.
:Madrid, en \'Uelto en un3. ligera
neblina, por entre cuyos rotos girones
1evatJtaban sus crestas oscut as
las chi.mene::ts, las buhardillas, los
campanarios y las desnudas ramas
de los árboles.
Madrid ucio, negro, feo como un
esqueleto descarnado, tiritando bajo
su inmenso sudario de nieve.
Mis miem.bros estaban ya ateridos,
·pero entonces tuve frio hasta
en el alma.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1
]_450 EL CORREO DEL VALLE
------- --~-----~·- -------- ·---------------
Y sin embarg·o yo llabía vuelto á
'respirar la tibia atmósfera de mi
·Ciudad querida; yo había sentido el
beso vi v1ficador de sus brisas carg
·ad:ts de perfumes; su sol de fueg·o
había deslumbrado mis ojos al trasponer
las verdes lomas sobre que
·se asientan el convento de Aznal,
fYL rae/te.
.. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .. . . . : . ~ . .
Aquel m un do de recuerdos 1 o había
evocado como un conjuro mágico
un librn.
Un libro impregnado en el perfume
de las flor e~ de mi país: un
libro, del que cada una de las páginas
e un suspiro, una sonrisa,
una lágrima ó un rayo de sol; un
libro, pur último, cuyo solo título
aún despierta en mi alma un sentimiento
indefinible de vao-a tristeza.
¡ La soledad !
La soledad es el cantar favorito
d el pueblo en•mi Andalucía.
II
Aquel libro lo tenía allí para juzgarlo.
Como cúestión de sentimiento,
para mí ya lo estaba.
Sin embargo, el criterio de la sensación
está sujeto á influencias puramente
individuales, de las que se
debe despojar el crítico, si ha de
llenar su mision dig-namente.
Esto es lo que voy á hacer, si me
es posible.
Hay una poesía magnífica y sonora;
una poesía hija de la meditación
y el arte, que e engalana con todas
las pompas de la lengua, que se
mueve con una cadenciosa majestad,
habla á la imaginación, completa
sus cuadros y la conduce á su aütojo
por un sendero desconocido, seduciéndola
con su armonía y su hermosura.
Hay otra natural, bre~ e, seca, que
brota del alma como una chispa
eléctrica, que hiere P] ·entimienta
con una palabra y huye, y desnuda
de arti:6.cia1 desembarazada dentro
de una forma libre, despierta, con
una que la · toca, las mil ideas que
duermen en el océa.no sin fondo de la
fantasía.
La primera tiene nn ~>ra lor dado:
e:-:; la poesía de todo el mundo.
La segunda carece de medida absoluta;
adquiere las proporciones
de la imag·inación que impresiona;
puede llamarse la poesía de los
poetas.
La primera es una melodía que
nace, se desarrolla, acaba y ~e desvanece.
La segunda •es un acorde que se
arranca de un arpa; y se quedan las
cuerdas vibrando can un zumbido
armoniOso.
Cuando se concluye aquélla, se
dobla la hoja con una suave :sonrisa
de satisf:.cción.
Cuando se acaba ésta, se inclina.
la frente cam·ada de pensamientos
sin nombre. d
La una es el fruto divino de la
unióu. del arte y de la fantasía.
La otra e la centella inflamada
que brota al choque del sentimiento
y la.pasión.
Las poesía~ de este lihro pertenecen
al último de los dos géneros,
porque son populares, y la poesia
popular es la síntesis de la poesía.
G . ./i. BECQUER.
LA APUESTA
[Leyendas i:péditas de Hei~ e ]
Pedro y B énder apur·an la cerveza.
Bénder dice:-" Tus cantos arrebatan :
apuesto á que coo e llos· no seduces
á 1\ietta, mi adorada".
Ped.ro c;lice :-.. " Yo ~ a.puesto mi .cabaUo
contra tus perros: ;: al1.-venn· ·\'3:l,,albff; {1? ; _;
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CORREO DEL VALLE 1451
ya Meta, seducida por mis cantos,
Habrá iqo á mi· cai::wña."
** *
Cuando se :-~proximó la media noche
!Salió Pedro, ca11tando; sus estaneias
turbaron en C'Oncierto de armonías
el silencio del valle y la montaña.
Despi értanse las aves en sus nidos,
atentas por si viene la alborada,
Jas estrellas asoman en el cielo,
el torrente se callF!.
Meta despierta:-~ Quién está cantando
al pie de mi ventana 1
Vístese aprisa y sale. En el destino
hora fatal se marca.
Sigue la virgen el rumor del canto
que al lejos en la noche se dilata __
Va á su cabaña el seductor poeta,
y ella._ va á la cabaña.
•* •
Al otro día, Bénder que b espera
la ve llegar inquieta y agitada:
-De donde vienes~"-Veng 1 de la fuente" ..
-De la fuente .. ! y el cántarof y el agua~''
-Ah! .. no .. Estuve en el río con Jo¡;¡ silfos,
donde fui á ve1· sus danzas"·
-Mientes, mientes! Ahora es el otoño
y es en Abril cuando los silfos bailan.
Tus vestidos etStán d0spedazados
y llenos de rocío; tus piés sangran_Hojas
en los cabellos !. .. Mientes, mientes,
Est~s temblando y páilda."
-Ay, no; perdón, perdóname! Fue Pedro:
él cantó : y es tan dulce cuando canta,
que salí, y en la noche lo be seguido
al través de las peñas y las zar;-;as.
Sus canciones-placer envenenadoturbñn
el corazón : sus versos matan ...
¡ Ya soy suya, soy suya ! Y o me m u ero ...
¡De hmor muere mi alma 1
.En la tarde, en la torre del poblado
doblaban lentamente las ce panas.
-Alguien ha muerto"-Metta!" En,la capilla
yacía su cadáver ante el ara.
•
Y á los pies del <'adávf'r, Bénder, triste,
hablaba en sn dclor :-Perdí mi amada,
¡-erdí mis ti eles Ferros."
Y corrí a
por sus rudas mejillas nna lágrima !
ll:iAÍAS G AlllBO.\.
JNGENUIO;\DES TRISTES
1
Como lirios acuátiles de cinco
p éta los, cada uno, así tus manos,
y tus ojos, dos vínculos hermanos
en que mi buenaventuran;~,a finco.
Todo me inquieta en tí, pero mi ahinco
es vano y todos mis anhAlos vanos,
aunque ante tus hechizos extrahumanos
deshojo el alma y las rodillas hinco.
Haz que en mi olvido tu mirar florezca,
ven, oh risueña encarnacion ~1 ar te,
á redimir la sed de mis empeños,
y verás como vuelan á encontrarte
y á ufanarse de tí, cual tu1 ba fresca
de parbulitos rubios mis ensueños.
II
Ya tú lo has comprendido: desde antaño
busca la ingenuidad de mi deJ¡rio,
de tu glorioso amor, el blanco lirio
por quien mi flauta bizantina taño.
¡ Oh mi casta pasión ! qué injusto daño
le has suscitado á tan devoto cirio!
en tu idilico altar solo un martirio
encontró y en tu soplo, un desengaño.
Mus ¿por qué be de~ejar~ aun no emigro
de tus dominios, ven á do mis hondas
voces, te llaman en lenguaje raro,
y de mi ingrato mar sobre las hondas
serás en la inminencia del pPligro
mi piloto, mi brujula y mi faro!
CARLOS VILLAFAÑE.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1
1452 EL CORJ.\EO DEL VALLE
E N EL " TE Q U E f\ DA ~'l ,\ "
( Hdm'!T,\)
Hoy, qne la Patria de amargu•'a llena
Solloza en Pi umbral del o tracisrrío,
En el ant•·o más hondo dt>l 11 hismo
Tu estruendorosa láo·rí;na resuena l
Y on tanto c¡ue los ámbitos atruena
El eco de tu horrible paroxismo,
Aseiende tu p t·otesta al cielo mismo,
De tus onda,, t:ltal trásfuga sirena.
Pero luégo pensando en el altivo
Dé-;potu, que tu margen desflorara,
Bu:;c:as en el d es ¡.>ret:io u o leniti ~-o ___ _
¡Un momento tu t:óle ra s~ p:ua,
Contemplns tua murallas de eautivo
Y escupes la negrura en plena cara!
LUIS EDUARDO CA LO ERÓ N,
• F U B: G O F :\ T U O
l Inédita 1
Dejémonos de risa
que de un amor estlí.n en el entierro
y como no era un pet'I'O
le cantan un responso y una misa.
Nada de avisos, coehes ni t ~lrjetas
f'n letras gorrlas y cnlut 1dos sobres.
Pesengañans, daos prisa,
y en alas de la brisa
Como al amor de todos los poetas
llevadlo al cementerio de los pobrt's!
CLÍ~IACO SoTo BoRDA.
RETO NO
Es el olvido un ave y ella an·anca
del eorazón el ml'll y va muy lejos ....
El ala negra del olvido es blanca
cuando se lleva los dolores viejos.
Jr LIO FLOREZ.
i\ SOLAS
i Imitación l
-¿Y qné m!ras f me nijo con anhelo,
Acercando hac1a mí los labios rojos.
-l\Iiranclo es toy, la dije, el puro cielo,
Porque es a~. ul COliJO tus lindos C>jot>.
-1':~ qué pi t>nsasV me elijo seria y fría.
-En que el cielo no tiene ese rolor,
Y.como miente el ciPlo, hermoba mía,
Así tus ojos mentirán de amor.
ALEJANDIW VEGA.
Tu osc~ura cabellera
cae sobre tus hornb•·os de alabastro
lo mismo que un follaje en primaver-a·
brilla en tu:> ojos el fulgor de un asko:
y en tus labios, botones encendidos,
aletean los b~ sos,
como si fueran pájaros traviesos
que pugnan por volc. ,. hacia ot1·os nidos.
VICTOR RACAliiONDE.
DOLOR ITA
Le pusiste tan raros pareceres
á nuestro mutuo amo1·, que, según veo,
de tus labioe me be vuelto tan ateo,
que si acaso me juras que aun megniet·es,
juro que, aunque me quieras, no te creo.
ENRlQUE ALVAREZ HENAO.
"" **
Una mujer envenenó mi alma
·Y <,tra mujer envenenó mi cuerpo;
ninguna de la;; r:los vino á buscarme,
yo de ninguna de las dos me quejo.
Uomo el mundo t>S rt>dondo, el mundo rueda ...
si alguna vez, rodando ese veneno
envenena á sn vez lo por qué culparme'
no he de dar más de lo que á mí me dieron.
GUSTAVO A. BÉCQUER.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CORREO DEL VALLE 1453
VE MI LIBRO
I
Tus negros ojos y tus labios tersos
me cauti'va ron ; como buen orfeb're
seguí tus pasol:l y en la intensa fi Pb rc
de 11n s ueño azul, te comulgué con versos.
Mas hoy que en tí la llama dl?genera
d el espíritu, y algo que divulga
tu prosa ingrata, en tu mirada impera ....
fispera mano, de bru ta! mane ra
~on ru eoas de molino te comulga!
H
Baja e l f'X:pe rto buzo hu sta la flntraña
más rP.mMa del mar· y busca el g~:~ j ·~
de su arte ro peligro; entre la saña
de las aguas lo encue .. tra: perla ex traña
ó eneend ido coral : no pie'rde el viaje.
Y yo, poeta crédnlo in vest igo
cómo á mi sed tantá lica respondo
buscando en tí un e'lral ó un or·o amio-o b
de tu riqueza espiri tnal testigo,
y no hallo á m1 pes~r, lo que persigo
porque-y e;;; la verdad-na tienes fondo.
CARLOS VJLLAl!'l>ÑE.
EL PUDOR----
Clnéuita..l
La Noche, , pasional y seductora,
Ante e l prado florido se embelesa
Y les ba.ce á las flores la promesa
De amarlas como el angel de la aurora:
Tiemblan l a~ flores a l ll ega r· la hora
En que la Noche con pasi0n las besa,
Y su alma virgen, de inqui etudes presa,
Rechaza la caricia tentadora·.
Al fin se va la negra desdeñada ...
Y las esqu ivas flores en capu llo
Se estremecen de amor con la a1borada!
1 Llega la aurora, les desgarra el b ·oche ..
Ln égo el sol las rnnrebita ... y de su orgullo
S"e v enga, dcshoj ~n dolas, la nol'lH~ !.,
1903 EDUARDO FEtRER.
LAS FLORES DEL ABE MO
• El h echo pasó en ,·erano, en la éroea
en que la vida de las eneinas, de las bayas
y de los abe tos estall a en toda su tuerza.
La montarw , eon yerbas cortas, pl a n~itas
apretadas con tra ;,:1 suelo, prodi ga ba
como l'Ontraste todos los lujos de la flor,
una furia de tuatices frescos, d~:: pulpas
luminosas.
Marciana, entre el océano de bálsamos
y pe rfumes, se s intió úe pronto con una
extraña amargura.
Por prim e ra vez en sn vida sintió un
va¡.{o descon ten to 'contra esa hermana brillante
cuya belleza y gracia no sólo reconocía
ella, sino que las proclamaba altamen
te. ·
Al verla marchar· cerca de Francisco
Darganco y rozárse con tinuamente con el
joven , se e ntris tec ió. ~
Paula amaba á Francisco del mismo
rnodo que á tantos otros á qni en ~s había
atraído enloquecido y d t:!ses perado.
Pero & no hnbi era podido notar que
esta vez robaba á su hermana nenor una
d icha posible~
.Antes de habe r intentado fascinarle,
Franeisco hacía casi la corte a Ma rciana .
Al menos, se ntía un placer sincero en
compañia de la j oven.
¡Hubiera sido tan fác il no hacer caso de'
ese recién ven ido, dejar una endeble esperanza
á la que se in c linaba con tánto
gusto al resplandor· del corazón ! ¡Pero nó,
e lla no q_uería dejar escapar á ninguno!
Nece.; ita ba á toda costa esa presa nu eva
por el ún ic·o pbl:et· de atormentarla.
Y l\Jareiana miraba oblicuamente Ta
mareha a lac!a de su her·mana, su tez más
fresca que la de los niños, toda la irra rJiación
misteriosa, toda la enigmá tica armonía
que la hacia irresi~tible.
¿,Cómo luchar <'on ,ra esa seducción con
un ro;;t ro agradable, pero sin brilio, ojos
ti ernos, lindos, pero no d eslllnJbrantes,
·nn cuerpo elegante, pero modesto de
líneas y de rit mo~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1454 EL CORRto DEL VALLE
Se sintió perdida, y, ademfÍs, vió todo
lo qne es<· pobre Francii'co, de alma demasiado
sensi ti va, iba á s ufrir.
Salió la parr:•ja rlel camino y ~:>igu ió por
un sendero de pastor. La yerba era más
corta aún, pl'ro la 11 fl ores e ran más numerosas:
la g· unas, lagos, torrentes de flores.
Una zanja los detuvo, vertiginosa, en
cuyo fondo se oía la aiPgre voz cristalina
d e una onda. Paula tJe indinó y dijo lanzando
nn ligero g rito:
- ¡ Qné de licio as so ldan elas!
Sob re un Ps trecho saliente, á pe>cos metros
de !a orilla, ha bía, en efe~to , un grupo
exqui s itú de esas flores de las nieves.
L evantaban sus cabecitas brillantes hacia
la luz: su vista daba á la vez una imprt>
s ión de belleza y de vértigo.
Al otr e l g rito de Paula, Marciana se
est re ru e ció: cunocla 1 a maldita coq ueterfa
de su l. ermar.a ; temió qu e indujera á
Francisco para qu~ se apoderara de ese
ramo del abismo .
La cusa no era imp o~ ible pa ra un hábil
trepador de rocas; p ro el menor paso en
falso e ra lo mismo qn" ir á la mue rte.
Es indudab le que Paula debio pensarlo;
es probable también que apartara la
t entacion.
Un iigero aceidente vino á comp\icar
el estado de ánimo de los paseantes.
El brazalete de Panla, m·d cerrad o, sin
duda se abrió brusearneute y rodó sobre
' la mura lln granltiea. Por una de esas cas
ual idades que parecen una obsr.u ra malicia
de las cosa , la joya ~e detuvo prc~
isamente en !a misma plataforma: allí.
encontró u .. a superfi c te blanda, saltó d é- -
bilmente y se detuvo entre las flores apet
ecid as.
-¡Qué lástima !-exclamó Pauta, con
c ierto pe::;ar.- ¡Era mi tal ismán!
-¡.Siente Ud. do veras su p érd ida ~-
preguntó F rancisco.
-De veras que si-di jo e lla.
Pero se contuvo inm d iatamente.
-No tiene ningún \ a lor _____ _ ._Una
chuche ría _______ . Sería absurdo conce-derle
la menor importancia.
t
Pet·o en su mirad~1, fija sobre Fra udsco,
estallaba un deseo ardiente : el de que
se sacrifica~·a á su capricho, que arriesgara
su vida por una sonrisa de ella.
El joven dio un paso hacia el abismo.
Marciana lanzó un gt·ito de espanto y se
puso dela .1te de é l; una luz pet·versa ilumino
los ojos de Paula que, sinembargo,
protestó:
-&Está usted loco, señor Dargance Y
Francisco, con una sonrisa extraña,
cedió á las súplicas de Marciana. Los
tres d eshicieron el eamino andado, hablando
cosas indiferentes.
En el chalet, Francisco fingió subir a
su cuarto: pero, pocos minutos después,
volvió á salir furtivamente en direc~ión
al tol'l·ente.
Por casualidad, Marciana lo divisó de
lejos, entre las hayas y abetos. Adivinó
todo, y se quedo atónita un instante, incapaz
de hacer un movimiento.
La reacción le devolvió su energía.
Cor·rió al cuarto de Paula, y la aga.rró
con violencia del brazo, diciendo:
-¡Pronto! F•·anciseo ha ido á la montaña.
Tú sola puedes impedirle que arriesgue
su vida; vol ver· á á tu voz.
Paula, domtnada por la emoción de iU
hermana, la siguió; las dos echaron á eorre
r, pero la mayor prete xtó muy pronto
el cansancio y contuvo el paso.
Francisco había previsto la pe rsecución:
fué pot· el atajo, f1·anqueó obstáculos
donde las jóvenes no hul)Jeran pod1do
pasar, y ellas llegaron en el mismo momento
en que él desce11dla al abismo ....
-¡Qué locu~a!-exclarn ó Paula; pero
toda su persona respiraba la alegria más
bien que el te;~or, mientras Marciana
lloraba amargamente.
Cinco horrible:; minutos trascurrieron:
desp ués surgió una silueta lentamente entt
·e las pi edras, y Francisco se presento
llevando en una mano las flores codiciadas
y en la otra el fatídico brazale te.
Pasado su tenor, Marciana se sintió
llena de una amar·ga tristeza. El acto insensato
que alababa de cometer el joven
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
EL CORREO DEL VALLE 1455·
----------- - ---- - ---------------
1rf>velaba ha taqué punto había desaparecido
toda e peranza para ella.
Esperaua Marciana, triste. desesperada
y ha ·ta celo a. U u y pronto estuvo á
su lado Francisco.
Se det:JvO cerca de Paula, le alargó el
brazalete y le d!JO :
-Aquí está el talismán, señorita. Espero
que le dará la d1cha .
Mareiaoa, mortalmente pálida, intentó
sonreír ~1 triunfo de su hermaua, pero de
pronto su corazón se detuvo: una alegría
fresca coruo el agua de los manantiales,
penetró en su sér.
Francisco se volvió hacia ella y le ofreció
las flores, murmurando:
-Soy supersticioso. He jugado mi
destino sobre esas flores d<·l abismo .. _.
Me ba parecido que, al arriesgar no poco
mi vida por ellas, la arriesgaba también
pur usted .
J. H. ROS.NY.
NUBE NEGRA
Aquella noche, como de costumbre,
estábamos reunidos en el saloncito
de nuestra casa de campo, en
uno de cuyos muros pendía un reloj,
que marcaba el tiempo con el vaivén
acompasado de ~u péndulo. Mi padre
estaba sentado á la cabecera de
la me~a; yo leía en Vcltas, d·~ Becquer; los demát'; oían.
La noche estaba oscura v á intervalos
llegaban á nuestros ·oídos los
misteriosos ruidos del campo: el lejano
ladrido de los perros, el paso
de rt.lguua ave nocturna, el quejido
de una rama que se quiebra y la confusa
algarabía de los grillos y las
ranas ocultas en el juncal vec- no. De
pronto no~ sorprendió el b1 il~o de un
relámpago y se desató una tormenta;
el• viento , il haba afuera é inclinaba
las 'co-pas de los árboles; la lluvia.
caía á torrentes, y el trueno retumbaba
á l0 lejos encontrando eco en
lo5 Yecinos montes.
¡Los elementos desatados afuerauuestras
al mas unidas por el amor
adentro;-afuera la furia y el desorden,
adentro la armonía y la paz !
El cielo estaba negro y encapotado,
pero aquel mi pequeño cielo estaba
limpio y puro!
Al sentir levantada mi alma por
la sana lec~ura, y ensanchado el pecho
por aquella atmósfera de amor;
al escuchar aquellos corazones que
palpitaban al unísono, en tanto que
se desataba la tempesta.d afuera,
sentí el deseo de que el tiempo detuviera
su paso, y comprendí que la
felicidad puede encontrarse entre las
cuatro paredes del ::;alón de una casita
de <::ampo.
Oblig-ado por estos pensamientos,
suspendí la lectura y contemplé
aquel cuadro vivo, paseando la mirada.
alegre en t0rno de la habitación.
Pero al tropezar mi vista con
el reloj que, pendiente del muro, seguía
marcando el tiempo, cruzaron
como una nube neg·ra por mi mente
estas palabras: Y mañana?
Cuán distinto fue entonces el ctiadro
que se presentó á mi imag-inación-
en vez de cabellos neg-ros y cabecitas
rubias-vi cabezas encaneci-·
das; en vez de ojos con fulgor de sol
de oriente, vi ojos con indecisos respL-•
ndores de ocaso.
Pensé cuán triste sería el recuerdo
de esa deliciosa velada, pasados
muchos años, quizá en el mismo aposento
de la p;-ttern'l casa, en una noche
semejante, en que se escucharan
los ecos de la sorda tempestad, que
resonaran en las mismas llanuras y
montañas, porque entonces al pasear
};:¡ vista en torno de Ja habitación
¡cuántos nombres de séres queridos,
separados ror Ja distancia, y cuántas
tumbas hadan parte en la fúne-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
lt EL CORREO DEL VALLE 1456
bre proce:->ión de recuercos que cru-zarían
por mi mente! . .. .. .
Enjug-ué una lágrima q ne a ·c,mó
á mi pupila y recometJcé la lectura.
Et viento siguió sih·ando é inclinando
las cop-as de los árboles, la
lluvia sig·uió cayendo á torrentes, el
trueno ' ig-uió resonando y encontrando
·eco en los vecit1os · montPs,
11uestras almas siguiet·on elevándof'e
en ala.s de la ima . ., ínaci6n del poeta
sevillano, y el reloj, con su impasible
tictac, siguió marcando el tiem
po que nos conduce indefectiblemente
al porvenir, á lo dt~sconocido.
D1EGO u RIBE.
LA LUi\ A
J. liii ESl'CJS,\
Ya del Orient~ en el conf1 n profundo
La Luna aparta el nebuloso velo;
Y leve sienta en el dormido llllllldo
~u casto pie cun virgi11::tl recelo.
Absorta ::~llí la inmensiclacl <>dnrla,
Ru faz humild,, al cielo lcYanta.ci:J;
Y el hondo azul uon eloc:uenc;a muda
Orbes sin f1n ofrece á su mirada.
Un lucero no más lle\'a por guía,
Por himno funeral silencio santo,
Por sólo rumbo la reg!ón va<:Ía,
Y la insondable soledad por manto.
¡Cuán Leila, oh Luna! á io alto del espacio
Po1· el turquí del éter lenta sube'~
Con ricas tintus de ópalo y topaeio
Franjando en torno tu clo.sei de nubes!
Cubre tu marcha grupo silencioso
De rizos copos, que tu lumbre tiñe;
Y de la Noebe el iris vaporoso
La 1egia pompa de tu trono ciiie.
De a!lí desciende tu ealltl~a lumbre,
Y en argPn tinas ga&as se el .>¡: l1ega
De la nevaJa sierra por la eurnLre
Y por los senos de la umbrosa vega.
Con se,go rnyo pOI' la falda osenra
A largos tre('hos el foll~tje toeas,
Y tu albv re;,plandor sobre la ;.dtura
En mármol torn3. las desnudas roea.;;
O :..l ¡Jic del eer:·o do la roza our,Jea,
Con el matiz de la azucena bañas
La blanca torre de vecina aldea
En su uido de sauce;:; y cabañas.
Sierpes de plata el valle recorriendo,
Vér.se :í. tu luz las fuentes y los rlos,
En sus brillantes roscas envol\'iewlo
Prado$, florestas, c:hozas y plan tíos .
Y yo en tll lumbre difundido, ¡oh Luna!
Vuelvo al tra\·és de solitarias bre1-1as
A los lc>janos vallc;o, do en su cuna
De umbro::.os bosques y erwumbradaj J)<:'ñaR,
El lago del D es ierto reverbera,
Adormeeido, n1 tid o, sereno,
Sus montai'las p i11tanno en la ribera,
y el lujo ue los cielo.;; en su seno.
¡ Ob ! y estas son tus mágica~ rf'giones,
Donde la hnn1ana voz jam ,)s se e.seucha,
Laber intos de selvas y peñones
En qne tu rayo eon las :;ombras lucha;
Porque lns sombras odian tu mirada ;
Hij;;¡s del Caos, por el mundo e!Tante3 ;
Náufra~os restos de la aroti~ua Nada,
Que E:ll el mar de la luz vagan flotantes.
Tu lnlllbre, empero, entre el ,·a por· fulgura,
LLwe del cerro en la áspera pendiente ;
Y á. trechos ilnminá. en la espesura
El Ímpetu salvaje del torrente;
En luminosas perlas se liquida
Cuando en la espuma del raudal retoza;
O, con la fuente llo1·a, que pet·dida
EJtre la oscura vOiedad solloza.
En 1:~ mansión oculta de las Ninfas
Hendiendo el bosque á penetrar alcanza;
Y alumbra al pie de despeiiada'l linfas
De las Ondinas la noctul'l1a danza.
A tu mintcla SU!'ipPtHiido el viPnto,
1Ji :lrbol ni flnr <'11 e>l DesiPrtO ag·ita:
No hay en los s~res voz ni tnovi1nieuto;
El corazón del mundo no palpita ....
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
14S'l EL CORREO DE!. VALLE
¡Se are rea e l c e ntin e la de h l\fn r:> l'te!
¡Hé fl q ní e l S il(> n <· i" ! Só lo en ;;q pt·t> e ncía
Su pro pia d Psnud e 7. el nlnw advi e •t e,
~ Su pr.,p ia voz esc uc ha la coociPn c ia.
Y pifln so aún y con pavor medito
Que del Silencio la in so ndable e alma
De los s e pulcros es tr emendo grito
Que no oye el cuerpo y estremece el alm-a.
Y á su muda s eñal ele Fantasla
Rasg·and o al tiva su mortal sudario
D < 1 in ti 11 ito á la exte ns ión sombría
Ren1onta audaz e l vu e l,o solitario.
Ha:;ta e l confín de los espacins hiende;
Y dt'sde a llí c or.t e mpla fiJT ebatada
E¡ pi é lflgo de mundos que se e ~tiende
Por e l callado abis •no de la Nada! ....
El que vi s tió de nieve la alta si e rra,
D e o:;c uridad la s selvas see ulares,
V e hi e lo e l polo, de v e rdor la ti e rra,
Y de hondo azul los ci e los y lt•s ruares,
E e!Jó tambi <'n so ure tu fHz un Ye lo,
T e mblando tu ful g·o r para q ne e l hombre
Pueda los or bes nume rar d el ei el o,
Ti emble ante Oios y su pode r le asombre.
Cruzo perd ido e l v::¡,¡:;to firmam ento,
A sume r g- irme tor·no ent r·e m1 1ui smo;
Y se pi c· rde otra vez mi pe ns l'ltni ento
D e mi pro pia e xi s te ncia en e l :::.u !smo.
D e l iri os si en t o q ne mi men t e a t erran ...
L os And.Ps á lo l<>jo;; en lutados
Pi en so q ue son la:; t um LHtll clo se enci e rran
L as cen i z1.s d e m undos y a juzgados ....
El ú ltimo luce ro en e l Levan te
Asnma, y tri ste tu pa r t ida ll ora :
Cayó de t u diadema ese dil'l. rnante,
Y adorna rá la fre nte de la A ur ora .
¡ Oh Luna, adiús! Qn isiera Pn mi -lrspecho
El vll leno- u::tj. e maldec ir del homb1·e
o ' Qnc tanta' emocionr:>s en su pecho
Dtja que broten y les n iega un nomhre.
S' agita mi ::~lma, Jesc;;rpra .Y g-i ue,
Sintién lot>e en la c.< nrnfl .o t·ísinnet·a ·' R ·c·nerda al Vl"rtc sn tnisiún !'nblíme,
Y el f rági l polvo sae udtr qui s iera .
l\hs si del polvo libre se IHnZfll'a
E sta que si e nto. im::~gen de Dios mismo,
Para t"'nd Pr su vuc~lo no basta•·a
Del firmamento el infinito abismo;
Porque Psos astros, cu_yfl luz d('. maya
Ante el brillo dl-ll alma hija del cielo,
No son siquiera arenas de la playa
Del mar que se abre á su futuro vuelo.
DIEGO FALLON.
SALUDO
El inteligente escritor Carlos
Vi11afañe, compañero del chispeante
Soto Borda en la redacción
de La Barra, ha estado por unos
pocos días en esta ciudad. u.L\.1 presentarle
nuestro cariño~o saludentO J'. Opina
el doctor Glenf,·li, autnr del hallazgo,
que se trata de un EvangPiio no publicado
y atribuído por la tradición al Apóstol
Santo Tomás. Hóllanse en la coleceión
sentencias cuya sustancia ::se oncuent~a
en los Evangelios. conocidos, pero c~on
notabl e. variaciones, y otras de que no.
han hecho traslado los cuatro Evangelistas
. Entre los papiros ha ll ados los hay
anteriores á la Era cristiana en siglo y
medio, flrrojando mucha luz sobre la historia
de aquellos tiempos, y un epítonie
en latín de lo se is libros perdido~> de Tito
Livío. Otro papiro menciona el het>ho de
qne á un muchacho esc·lavo se le iba á
enseñar taquigrafía por 130 dracmas. El
más notable de los dichos atribuidos 3.
C1·isto es: "Que el -que busca, no cese
de busC'ar hasta que <~ncuentre, y cuando.
enC'UPnt re que se lllaravil~c; porque mnravillándo
-e hallará el Reino, e:-to es, el
Reino de los Cielos, y cuando alcance el
Reino, descansará. "
SA CION
Como en todas partes los juegos quP
se consideran ptohibido;;, imprimen rna.'-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1
EL CORREO DEL VALLE 1459
ca de oprobio sobre los que en eltos se
ejet·citan, bPmO podido observar q11e en
1\léjico, como en el l~cuadur y la Argen tina,
lo<> diarios publican la lista de los
ju~aderes sorprendidos pot· la Policía en
oficw, para poner á di::.tancia de la gente
honrada IJs hijos del vicio.
El jugador e:11peña no sólo lo propio
sino también lo ajtlno-pruebas saltan ~
la vista aquí como en todas partes. El
jugador, decía un pensador, principia por·
ser robado y acaba por ser lad('(>n. El jugador
se hace p etardista y trctmpo o; y
es capaz de sacr ifica•· hasta e l honor de
la familia en ar·as del vicio. Cuántos males
se evitarían; cu·l ntas desilusinnes no
nos sorprendieran, si la mano de la autoridad
e hiciera SPntir en esos asilos del
deshonor y del crimen.
ARTE DE AGRADAR
No habléis jamás de vosotros ni de
vuestras cosas.
Escuchad sin interrumpir jamás á los
que hablan, aunque hablen d'3 ellos mismos
. .
Después de C'sto medid vuest1·as fuerzas
para hablar y escoged ti e m f'O y
asur.to.
Escuchad á los sabios, y con ellos sed
pan~os con vuestras palabra:;.
Hablad cosas serias con los hombres
sensato .
"ed prudente y sufrido con los necios.
Ved solo en todos lo que haya_en ellos
de bueno. .
Haced la vista gorda para sus defectos.
'fened, en fin, pt·esente que vivís en
sociedad, no por vosotros sino para complacer
á los demá .
Si no ten éis valor para observar esta
conducta, si os repugna, dejad el campo
y retiraos.
,R. ~~! 1·1 rr J:r J~ rr ,D--O-~-~o1
BAZAR DE SAN NICOLÁS
El mal t iempo de los últimos dtn" de
Dieiembre impidio la completa y fnltz
realización del Bazar á beneficio del
Nne~o templo. I-Iabieodo quedarlo la
mPjor y más abundan' e existencia de obj
e tos, se reserva su a11 ertura pat·a el d1a
de Pascua (3 de Abril) en el espacioso
local del Colegio de Santa Librada. El
Cura de la Pal'l'oquta da las gmeias n las
personas que tan bénevola y gt>nPro ·a
mente correspondieron á la excrtal'ión
que se permitio hacerles en favor de la
obt a en construr:ción y conft a en que In<
que no pud .e ron llena r sns deseos eu la
época sei'lalada entonces, podrán' sat1:;f.1
cer sus buenos se11timiento1 hacia la
Igle;ia en la próxima o·~asión.
Los objetos vnch·en á qtt~1ldar d<'po-;itac!
os en casa del señor uon .L\lanuel Ca 1··
vajal.
CIRCULAR
Cali, Enero 27 de 190-!.
Sr. Director de "El Correo del Vall,.l'-:·.
l\[uy seño t· nué::;tro:
Tenemos e l .honor de parti cipar á n~
t.ed que por escr itura pública nlÍnlPr" 3g
de e:sta misma fecha, otoqrada 11nt• ,.¡
Notario número 11? de> este Ctrcuito .Y ¡o(lJ'
común acuerdo y mutuo convenio, lw ''''
disuelto la soc1edad mercantil que> p ·rabl
•cimos en esta ciudad de ·de el 1 '? de
Julio de 1903 bajo la razon social de
BEPLA1' & HOLGU1N
El activo y pasÍ\'O de dicha casa ha
quedado única y ext·lusivamente á fa,·or
y á cargo d el socio Otto Ih•plat.
Rogamw i\ u'lted tomat· notad<· la ¡ re
sente cireula r· y nos SLISc ribi nlOS de u"te
muy atentr:s y S. S.
ÜTTo BEPLAT. · -HENt~tQUE HoLG ÍN.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CORRED DEL VALLE 1460
GRATIFICACION
8·~ dará una muy l;wena á quien
0ntregue en la casa del doctor
Tg·nacio Palaú, una cartera de
<'U f' I'O de rusia, perteneciente al
señor C. Villafañe, la cua 1 se ha
nf'rdido con varias rartas y tar
.:etP 'l, $ 4,550 en billetes de $ 50
;:r $ 100; y una letra girada á
Bogotá por Honor]o Villegas &
\]~p or$ 10,000y úfavor del mismo
señur Villafañe.
Cali, Febre10 9 de 1904.
CONDICIONES
El o•·rco del Valk fundado en 1§94
Se publica lo~ jueves ele cada semana.
A't! <.uc s(! le envía.
... e 'ar.jea con todos los pt'riódieos nacronales y
~ t ra n jeros.
Apartado de correo m'imerr· fl5.
Agente general, Mateo Gamboa.
Dirección telegráfi:-a: BLASCATIPETTA.-C:ali.
---------
LUIS G. BARRAGAN
Ofrece llevar agua á domicilio
y piedra de toda clase
para edificar.
También se compre1nete
á trasladar, en su carro, de
nn punto á otro de la ciudad,
toda clase de o~jetos.
5,-3
----------------
SUCESION INTESTADA
St> nvisa á los (pe ~P. crean con
de recho á l?t RnceRión intestadH de
las fina ::hu:; st>ñori tas E l oisa y F ~llt~tina
Llanos, q 11 e 2e ha d~elaraclo
~bierta por auto de f'StH Juzg::lrlo
dt"l Ci>~eltito con fecha veintiot'bo de
Noviembre de mil uov ec iento~ tres.
Cali, :Febrer0 8 de 1904.
El Secretario dPl Jt¡zgado,
J'o&é 1Wa1'Ía Va.?'o1za Ll.
Se vende una casa bastante
cómoda y situada
cuadra y media arrriba de
la esquina del puente.
Pormenores los dará
jORGE PiNEDA C.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CORREO DEL VALLE
Cómprela Usted
Se vende una casa inmediata á
]a plaza de San Nicolás, contigua
á la de Primitivo Romero. ÜJnstrucción
nueva y bastante solar,
con árboles frutales. Enteuderse
con Blas Scarpetta ó
Alejandro Guevara. 3-3
ISNIAEL ESCOBAR B.
Vende en Palmira por la mitad
de su valor :
Una r.aSC\ eh~ ::~dt>h 0 , C'ubierta de
teja ('n la cr> lle d!:' l l\I ut:,dero, á tres
r.undras y nwdfa O\, la ¡•L-1za princip;=d.
Un est<1h lecimi<-' nto clt: Gai¡:>ón con
sns t>ll;,eres, sitttr.cio en '' lA• f'orl;::~da
de S<~nta Earh;:~t'l1, '' con casa de
habitaeiótl. ( Pr<·pied< des habidas
antes de la gut>rra pa!lada.)
Acepte ttna permu ta por una casa
6 una finca de cnmpo en Cali.
Eoterdt'rse '"'n Palmira, con Da·
mit: n Mora, ó '~n Caii con el vendedor,
frente á las Galerías contiguo
al Estanco. 4-2
-----------------
F i d e 1 Rizo
Ven ,]e una casa cómoda, de Rll
propiedad, en el barrio de San Ni·
colás. Entt>nderse con el St ñor Fran·
cil'co Gnerrero en dicho b;;rrio ó con
el senor Joaquín Palacios en su Es·
t ilblecimi entó de peluquería en la
plaza de mercado de est.J ciudad.
LIBRE ESTIPULA O_! JN.
Vendo ó permuto una casa
cón1oda, reciente1nente
construída.
Eduardo Sierra F. 6-:3
SE VENDEN 1
Ochenta mulas de El Alisal y San J e
rónimo, acostnmhradas á pasto de lo !~'! r~
Pueden verse en la hacienda de "La E:, ned::
t". El señor Franeisco A. Lozach dará
inform f's en Cali y Enrique Sant:1m :, ría
en Yumbo. 4-0
Dr. Pacífico Rivara G.
ABOCADO
y agente de negocio§
UALI.-ÜAUCA.-UOLOMBIA.
Telegrafo : Adalmar. 12-7
SE VENDE
POR ORO O POR BILLETES
Una finca en el Distrito dt· P rt v;:¡s
compuesta de cafetal [más ó me nos
50-00 árboles) en muy buen estRS firF>S. Polvos de arroz MlliOa-Lescaut, Ro-y1.
le y Veioutine. Pa ñ1H:Ios de ~eda y de lino. Pic¡oé blanco. Paños
n g-ros y cte c·.olor. Puños parfl homb1 e y para st·ñont.
Rasetes. Satinetas. Sumb1 eros de fieltro, ala dzwa. S?mbreros finos
para señora.
Tir~ntas. Telas de st!da para traje¡;; y parA fa~das.
V I N () T I N T O en cu r.~rtos y t>n medi ns bPtt>llas
W 1 S K E Y "American Club " y "Brandy Hennessey'
6--6
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CORREO DEL, VALLE
EN LA FABRICACIÓN DE AZÚCAR ! !
Verdades sobre el azúcar de LA MANUELITA
Elnúcar de LA M ANUELIT A está empacada en bonitas talegas cosí·
~ as . E~tá empa<·Hda t-!n la fábrira y ::~bierta en el bognr ; 1,10 uay manost ()
inte rmt'di ;uio ; ror eonsig-tJÍ'-' nte, nn hMy rl esaseo , no h;:¡y desperdicio, no ha y
acl ultel'rfecta. Cómoda en forma, perfecta f'n cnli
dad, brillante ~:.n l'lp:'\rient·ia, ninguna azúcar la iguala en f'X ce le ncia. Cu?. ndo
cotn pn· usted t>Rta az(wnr, acuérdese que la t a ltga cosida ll eva e l l <:> tr ~ru dt-~
' 'LA MANUELITA", eomo también el nombl"f3 de ios fabri ca ntes. Ust{>d estHrá
snti sfec htl en ~ 1 momPnto f'[¡ que- abre una talega, Usted estará más sa tisf
t>cho cuando la lw probado en su café, dnlces, etc. Está de venta en t o·
das las poblaciones, desde Popayán hasta Manizáles, y es únicamente Lbricada
po r !a
OAUUA VALLEY·AG.KICULTURAL C.o
Sucesores ele Santiago M. Eder.
Palmira.-Cauca.
ENRIQUE RODRIGUEZ
V ende una casa, dos cuadras
abajo del Hospital. EntenCL
rse con él 6 con
Roberto Valencia.
le -conviene a Ud ?
Se vende la casa de J usla Roías,
v. de Caicedo, distante tres cuaci 1 :~s
y media de la ¡t!Rza de la Constitu ción,
t:alle de San Nicolás.
Entenderse eon Ernesto Gavírt"a.
Cali, Febrero de 1904. 5----_4
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1 1
1
EL CO~"REO DEL VALLE
¡
1 L
A.brirá sus operaciones el l. o de Febrero próximo.
Desde esa fecha abonará las siguientes ratas:
Cuentas corrientes ó depósitoR á la orden 6 ozo anual.
, 2 meses 9 o¡o ,
., 3 " 12 ozo "
,. 6 " 18 0}0 "
" 12 " 24: 0]0 "
Los intereses se abonarán por trin1estres vencidos
para las CUENTA~ CORRIEN'l1E8 ó DEPOSLTCS A
LA ORDEN, y por mensualidades, también vencidas,
para los DEPOSITOS FIJOS.
. El BANCo hace operaciones en participación; abre
créditos flotantes; afianza obli~aciones; reendosa Letras
y Pagarés; hace préstamos y descuentos; co1npra y vende
Letras sobre el Exterior y plazas con1er0iales del país.
El 30 del presente mes debe cubrirse el primer insta1an1ento.
El 29 de Febrero queda cerrada la suscripción
de acciones.
Local : CALLE DE SANTA BÁRBARA, media cuadra al Occidentt>
de la plaza.
Palmira, Enero 18 de 190+.
El Gerente, Lurs FELIPE RosALES.
El Director l. 0 Alonso JJiadriñán.
12--3 El Director 2. 0 Rito Antonio Medú~a.
L
Citación recomendada (normas APA)
"El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 157", -:-, 1904. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686265/), el día 2025-05-09.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.