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epüblica de 8o, ombin) NOVJB:Ul3RE 26 DE 1P03. ~N.<: 146
y
1 Director, B!AS ::J, 8Eh\RI'E'!'1'~
UN ALCALDE POPULAR
El alcalde de Guigoñán tuvo la bondad
de invitarme, el año pasado, á la fiesta de
su pueblo. Nosotros hablamos sido camaradas
de escrito ri o, dtlfante siete años, P-n
la escuela de l\l onte-Favat; pero después
ni siquiera habíamos vuelto á vemos.
-¡Bendito sea Dios!-exelamó al verme-
lo que es tú, siemp re estás lo mismo
: fresco como una flor, bonito como
una pe et~1, derecho como un bolo. ___ ._
Yo te habría reconocido entre ruil.
- 1-le respondí-siempre el mismo;
sólo que la vista disminuye un poco, que
las sien~-'S rlen, que los cabellos blanquean
y que "cuando las cimas están blancas
los valles yá no están cali entes."
-¡Vaya con el tonto-me dijo- los
viejos bueyes son los que hacen el su rco
más derecho .... Y además, no todo el
que quiere llega á veterano . ... Pero vamos
á comer.
Ya ustedes saben la manera como en
las ficgtns de pncblo se come : y además
yo t•espondo de que en la casa de mi amigo
Bastai1a nadie se muere de hambre.
Los platos con que en esa tarde nos
regaló, e ran dignos del tratamiento de
''Usta": t t·uchas de la Sorga, cangrejos
de rio, cames espléndidas, v inos de marca,
licores de todas clases que adornaban
el centro de la mesa, y una pollita de vein·
te años para hacer el se t·vicio, que .. __
no les digo á ustedes más.
Al ll ega•· á los postt·es comenzamos á
olr un ruido sordo que venía de la ralle.
Run! mn! nm! . ... Eran los tamboriles
en mano de la ju,,entud del pu~blo que
venía, según costumbre, á dar serenata
al señor cónsul.
-Abre la puerta, Fransoneta-gritó
mi amigl) Bastaña-vé á buscar las fougasses
y ¡ paf! lava las copas.
Cnando los músicos aeabat·on su p•·imera
tambor ilada, comenzaron á marchar
detrás de los jefes de la juventud, quienes
entraron en la sala ll~vando ramitos de
flores en el ojal y acompañados, no sólo
del mozo que mostraba fieramente los
premtos en el extremo de un a.sta, sino
también de las bandas de faranduleros y
de muchachas.
Los vasos se llen,aron de buen vino de
Alicante; los enamorados, cada uno á su
turno, cortaron un pedacito de mina; todos
brindaron grandemente á la salud del
señor alcalde; y cuando todos hubieron
bebido, cuando todos hubieron reído, pronunció
mi amigo este pequeño discurso:
-Bailad todo lo que o:> dé la gana, hijos
míos, divertí os todo lo que podáis; en
no dándose golpes y en no haciendo desorden,
todo está p~rrnitido.
-¡Viva el señor Bastaña!-gritó la juventud.
Y poni éndose en camino la farlmdula,
todo el mundo se fu é.
Cuando al fin nos quedamos solos el
amigo Bastaña y yo, mi primera pregunta
fue :
- &Cuánto tiempo hace que eres Alcalde
de Guigoñánf
-Cincuenta años.
-Con seriedad 1, hace ya cincuenta
años~
-Sí, te lo a$eguro; cincuenta años.
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134-5 EL CORREO DEL VALLE
Yo he visto rasar, queriJo, e>nce goh:cr
nos, y no {!reo morir, si el buen Dio me
ayu-da, s~n enterrar tod-a,·Ja otra media
-docena.
-Pero ~cómo has becbu para sah·ar
tu puPsto á tra,· és de tantos acontecimientos
y de tanta:: revofuc1oncs~
-¡Ah! mi amigo, este es el Pater de
los asnos.
El pu-eblo, el buen pueblo, Pl bravo
pueblo, no p1de sino que se le conduz fl,
Ahora biPn: hay algunos que di.en: ''Es
preciso condncirle dulcemente.n En cuanto
á mí &sab:>sloqlle digo? pues: "es
preciso conducirle alegremente."
Fíjate un segundo en loa pa tores: los
más listos no so'1 los que llevan siempre
el garrote levantado, ni menos aÍln !os
que se acuestan bajo un sauce y se duet·~
men sobre los repec hos, sino los que marchan
tr-anquilamente á la cabeza de sus
rebaños, tocand • sus flautas. El ganado,
que se con~iJera libre y que en efecto lo
es, pacr, sin perder un mordisco, todas
las puntas de hierba nueva; lu6go, cuan·
do los vientres están llenos y la tarde comienza
á caer, el nastor toca el aire de
retirad21 y el rebaño toma .!Ontento la ruta
del corral. Bn cuanto á mí, yo hago lo
mismo: toco la flauta y mi rebailo me
sigue.
--¡Tú tocas flauta! Eso está bueno
para cr¡ntado .... Pero E:'n tu distrito tiene
que haher blancos, rojo , testarudo y rabiosos,
como en todas partes. Y lu t'go,
cuando llega la hora de elegir un diputado,
pot· ejemplo, ¡,cómo te las arr<'glasq
-&Que cómo me las aL:reglof Pues no
metiéndome en nada, mi buen hombre;
porque decir á los bl~mcos: votad por la
República, sería perdet· su latín y su trabajo,
y decir á los ro jos : votad por las
Flores de Lis, valdría tan lo corno escupir
contra esta muralla
-Pero A,Y los indecisos, los escambada,
los que no tienen opinión, los pobres inoeentes,
la buena gente que vacila ¡caramba!
y que va según el viento 1
--¡Ah! ¿esos~ c:.tanJo por casualidarl
me preguntan mi opinión en la barbería:
Vean ustedes-les contt to'-Ba.;;aquln
no vale tuás que Ba-acán . ::li u,tcdes votan
por Basaquín este \'etano tendrán
pulgas; y si usted e· ,-otau ¡1or Basacán,
tendrán pulgas este verano. Cuanto á
noeotto:; los g.ti)!nlwn<'n e·, uua buena
lluvia nos c0111 •', ITt<~s que todas las
promesas de lus candidatos. Lo mejor, en
r e"l!tlad, l!l la el<>gir campesinos. como
en ~u~cia y en IJimtma,·~a, po1que de
otra mauera nunca e:>taréis oien representados.
Los abogados, los burgueses
d~ todas e a e , en fin, que u tedes manden
al parlamento, no piden sino una. cosa¡
quedarse t>n París el mayo1· tiempo
posiole para ordeñar la vaca y coger lo
mejor· del pesebre .... ¡ Poco les importa
á ellos Guigoñán! Pero si, como yo os
aconsejo ierupre, vosotros eligiérais campesino.;,
las ec0nom:as senan mayor·es,
los grandes empleos se suprim irlan, se
abrinan canales, se abolirían los derechos
rt>uoid os, no se hanan la g•1rna, y se
apres ... rarían a arreglar los negocios para
volver á sus campo.;; antes de la cosecha ...
¡Pensar en que, habiendo en Francia más
dtl veinte millones de pies terrosos los
campe inos no tienen bastante inteligeneia
pat·a escoge¡· entre ello mismos unos
trescientos que va) an á r<>presentar la
tierra! .. . . ¿Qué se arriesgana con ensayar?
Bn todo caso, más mal que los otros
no ha de hace!'.
Y cada uno exclama al oírme: "Este
señor Bastaüa puede tener razón a l'esar
Je ~:~us bromas.
-Bueno-le dije-pero tú personalmente,
tú, Da taüa g.cónto has hecho para
con9ervar tu popularidad y tu autoridad
en Guigoñán cincuenta años seguidos~
Nada más sencillo--me respondióMira,
ahora tenemos necesidad de tomar
el aire, levantémonos de la mesa, y cuando
hayamos dado una ó dos veces la vuelta
á Guigoilán, tú sabr·ás tflnto corno yo
del asunto en cuestión.
Lcvantámosnos, pues, de nuestras si
llas, encendimos un cigano y echa'Uos 1
andar} camino de las fiestas.
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EL CORI~EO DEL VALLE 1346
Delante de la puerta, en la ruta1 baÍJ!a
uno euantos muchaL·ho::; que jugaban á los
bolos. Un tirador !r•vanto u pala y su
bola e quedo en el 111iotuo bÍtio dt::spuÉ.s
de haber ganado dos punto:; de un solo
golpe.
-¡ '- uerte de uios !-gritó mi nm igo
Bastaúa.-¡Eso si que se llama tirar! i\Iis
cumplimientos, Juan !audio; yo he ' i:oto
bastan les partidas y te a::;eguro que
JJUn~.:a vi e eamotear una bola tan Lonit••
mente. Eres un farno:;o tirador.
Y seg'limo andando. A pocos pasos
dos chiqu1lla:1 pa aron delante dc _nJsotros
con lo brazos enlazados.
-l\Iire u ted eso-dijo Bastaña-mire
u ted eso y di game si no parecen un par
de reina'. ¡:Los cuerpos bonitos, las cal
itas tinas. lo pendiente:; á la última mo-da!
¡ La flor del pueblo ! ___ _
La chiquillas volvle•on la cabeza y
nos 1dudaron sonrientes.
Al atrave ar la plaza, comú pasásemc•s
frente á una puerta donde un hombre e:.taba
entado:
-Y bien, ruaes'ru Quitri\n-le dijo
Bastaúa-;.varnos á ludHII' como hombres
o como emi-bombres este año~
-¡Ahl mi pobre bei'lor-rc pondió el
v1ejo atleta-nosotro& ya no luchamos oomo
nada.
-¿ 'e acuerda usted del año en que se
pr~::sentaron sobre el eampo l\leissonnier,
l\lat se:lle y Raba son, los treo luchadores
más grandes de Provenza? sted los
denoto á todos, sin embargo. __ _
¡Como no habta de aco:darme!-dijo el
luchad ot· enardeci?ndot.e.-Eso fue ju stamente
el aüo d~.:: la tuma de la eiudadela
de Aruberes; había un premio de cien
e~;..:udol', t011 un <:arncro para los sc mihouobres.
__ .El prefecto de Av1ñón me
dio la mano. Y luégo In gen tes de Bedarride
que pemaron en batr1 se con la de
'urtezon ____ porque unos eotal..oan ele mi
pHrte y otros en contra!. ___ ¡Ah ! ¡Qué
ti ~::mpo! Hoy más val no hablar de luchadores;
po1 que ya no hay ni un hombre,
scñ 01·, ni uno ._ .. y además se en,
tic u den entre sí ___ _
Cuan,( o h 11 bi m os andado unos ci ncuenta
pa. os, el señor cura salí& de su presb
tcri·•·
-Buenas noe~.es, señores.
-1\luy but>na:>, señor cura,_ .y ya que
tC>ugo •·1 gusto de encontrarlo, es neces~~
rio que haLlemos nn lllOmento de cierto
asuntillo. .E:;ta mafiana, en la misa, me
pareee haber notado que nuestra igles1a
va siendo muy e trecha. sobre todo para
los días de fi esta .... ¡No crt>e usted que
ería muy bnPno pen:;ar en cnsancharlaf
-En e:oe punto, señor alcalde, yo comparto
en absoluto vuestra opinión, porque
en rea lidad los d ías de cetemonia no hay
lugar P'•ra hacer un movimiento
-Voy á ocuparme en eso, señor cura,
voy á oeuparme en eso. En el primer
concejo municipal propondré la cnes~ion,
la pondr emos á e tudio y si la preft'ctura
qui c>re prestamos su ayuda ___ _
1\Iagndico, señor Aka!de, magnífico¡
por mi purle no puedo metros que darle
un millón de gral'ia .
Un momen to de pu és nos topamos con
un muchaeho que ibu á eotrar al café con
su l'haqueta sobre el hombro.
-En todo caso-le dijo Bastaña-me
parece quP tú no estás enmohecido. Ya
me han dil·ho algo de la buena sacudida
que supi te dat· al pi;;avet·de que cortejaba
á 1\ladelón queriendo sustituirte.
- ¿Y acaso no estuvo bien hecho, sei'Jo¡
· Alcalde1
-¡Bravo, J <.us elet, btavo! Es preciso
no dejarse comer la sopa .. Sólo que,
para otra vez, te aconsejo pegar menos
duro.
-Vamos-dije á mi amigo-aboraya
com ienzo a colllprender.
- ' 1 i Pues aguarda un peco aún-me
respondió él.
Como "'aliésemos de las fortificacioner:~,
lo primero que enc011tramos fue un rebaño
que ocupaba todo el ancho de la ruta.
Bastaña gritó al pa tot·:
-Al solo olr el ruiuo de tus cascabeles
ya comencé á decirme: ese debe de
ser Jorge; y ya ves cómo no me eqnivoquó.
Tu rebaño parece un espejo. ¡Qué
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1347 EL COR~EO DEL VALLE
animales tan h e rm o~os ! Nadie sabe lo
que tú les das de come!'._ .. Y lo que es
el precio, estuy segut•o de que no los darla!
l, el uno con el otro, pur menos de
diez escudos.
-Segnramente que no-replicó Jorw'.
-Los compré en la feria f1·ia este año
mi~>mo .. Casi todos han de reparir.
-No sólo eso, amigo, sino que un ganado
de tal espteie ha de producir camadas
iguales. _ ..
-¡Dios lo oiga, señor Alcaldt>l
Apéoas habíamos acabado de hablar
con el pastor, cuando vimos acercarse á
un carretero llamado Sabatu :
-¡Hola, chico!-le dijo Bastaña-tal
vez no vas á creerme, pero es lo cierto
que todavía estabas tú con tu l'arreta á
media legua de distancia cuaudo yo había
adi vinario tus latigazos.
-t, Verdaderamente, señor1
-Nlt hay más qu~ tú, muchacho, para
hacer tronar la meeha de esa manera.
Y Sabatu hizo vibrar el aire eon su
fusta, hi1·iendo rudamente nuestros oldos1
para pr<)baroos que era verdad.
A fuerza de anda1· encontramo una
vieja que recogía hierbas en los bordes
de las tosa!l.
-¡Cómo! ~Eres tú, Berangera~ Pues
has de sabe•· que al mirarte po1· la espalda,
con tufichu rojo, te había tQmado:por
Teresona, la nuera del maestro Franc.
¡Vaya, es admirable que te le parczea
tánto!
-¿Yo t ¡Este señor · Bastaña siempre
es el mismo! Figúrese usted que yo ya
t~ngo setenta años . ...
-Qué demonio! i tú te miraras por
detras, ya verías cómo aún estás guapa ...
¡Siempre bromista, siempre bromista
el ~;~eñor Alcalde! -dccfa la buena vieja
echándose á reír. Y luégo, dirigi éndose
á mí:
-Y á ve usted, señor, y no es porque
éi esté delante, pero en realidad, nucsb
·o seño•· alcalt.le es una pura crema
de hombre. ¡Tan familiar que habla,
ya lo ve usted, 'basta con los últimos del
pueblo, ba~ta con loll niños de tres meses !
Por eso es por lo quE>, habiendo tomado
la Alcald1a hace cincuenta .aúos, la conservará
to .la su vija,
-Y bien, cúlega-me dijQ Bastaña tú
ves que no fui yo quien la hizo hablar..
A toJos nos gu ·tan las buenns tajadas, ¡l
tociGs nos agradan los cumplimientos )
todos gozamos al mirarnos tratados cor
butnas mane ras ._ . ___ Y así sea con e
rey, sea con el pueblo, el que quier,
mandar mucho que guste mucho también
He ahí todo el sP.ct·eto del Alcalde d·
Guigoñán. ____ _
SA LMv DE VIDA
.A la. señorita Luisa Mercado
Ya voh'éi . m1s amante gol'ta el pretil ele la azotca
O á lo pardo alero
Y lo~ ~nntos de ;)iedra que en los nicho
De 1, vecina iglesia e levantr.n,
1 Pa recen ometeTSe á los caprichos
De la co a. que cantan!
Vuestro revuelto l.Jatallón parlero,
J m·ga del antuario en la corni '\,
Y ele pertando al viejo campanero,
Le dice:
-¡ Pcrez0 o, llama á misa !
Ya vuelv-e , P6mavera,
Ya vuelve con tu séquito de amores,
Y &e ocoltu en lo fre, no vocinglera
La tml.Ja de los p{i.jaro cantore .
Ya vuelves, coquctucln fugitiva,
Y, al rumor de tu gráciles pisatlns,
IInycn las penas, el amor >!C !l'Viva,
Y e uu can los ilfo y la hadas.
¡,.Por qué no vuPlve en tu cortejo hermo··
Entre flore y luz mi poesía ?
¿Fui :::u amante? TnJ vez ... Tal vez su e poso
i Pero me dice el nlmt\ que fue mía !
Recuerdo que en compestre, escut ' iones,
Para expre nr mi an in má ecretas,
le prestaban u Yersvs los gorriones
Y algunos cvnsonante la violeta .
Elluí.l.Jil mirlo y el pichón sedeño,
La matinal alondra y la paloma.
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EL CORRE
lllil 1ri ·te e.1 algún neño,
nle daban ver ,) murnnu anclo :
- 1 Toma
Hoy e. n. huenn hacln. no mP qui<·ren,
Y mi· C'oferm•tS, ptílidn e ·trofa~.
A bren 1o. ojos, Jlornu 1 y SP mueren .'
Onz que vuel\·,1!1, nmnnle I'rinHI\'C'I'll,
La que ver o y canto~ me enseñurou
i Dormida entre mi brazo;:; la e. pera
La mu~a que dejaron !
Dame flores, petfume-' y armoníri
Pero no flore tuya., ¡ ioo mía./
Pon en mi mano el fre. PO ramillete
Que lle\·aha iebel á i\Inrgarita ...
Ya asoma, sonriC'mlo, en su ,·entaun,
La pálida enfermita..
¡Oh, qué invierno tan tri te! ¡ Cuán ob curus
Su noches y cuán larg!l 1 De la muerte
:Muy quedo no habla.ban ;
La nie:ve, del sudario ; y la es! relh1
L'omo eon mucha lágrima brillaban.
~Iut.lo el pi>ono, y avida lu l:iore
D e fecundunte ne_go ;
En silencio lo aneho. corredore.,
'Triste ln almas y rl bognr in fuego.
A la luz ele murientc lampnri llu
Anunciab:t, vibrnndo, la mañana .
El toque de la tazn dC' ti ana
Herida pnr la breve cucharilla ....
Tímida ht e peraoza; icmprc ausente
La risa amable de los lnbio rojo ,
Pen ~a mi entos muy torvos en la fre>nte
Y el sueño iemprc leJO de los ojos.
Temblor de coruzone p a lpitante
Cuando el octor venía ;
~Jiedó de preguntar, en ,os. emblante.,
i pensativo el médico ·alía . ..
¡Y cómo Mlivinabto el¡ nsamiC>nto,
En 1~ a tmó Cera nmcl:\ de la alcoba,
El vuelo cauto y el glncial nliento
De la que vicia y cndínn,
Y us tri. tes mimdns. al cruzarse,
-¡ o puede ser! ¡ To puede er, decían!
Pero volviste al cnho, Primavera,
Y yá la enferma en u balcón te :-;pera,
¿•Qué, no tienes mth fwres? 1 Dale toda.
Hoy con la v1dn celebró sus bodas.
Tti pón . como te plazca, alt>grc ñesta ;
E criiJiremos el litE~ o n la rosas ,
Todas las ave formaran la orqu sta
Y el u FI!ET servirán la · ruuripo. as.
DEL VALLE 1348.
Ordenn que tle luz . e Yista el cielo
Y mnnda que despierten muy t< mprnnn
A tu tenor de grac·in, el arr(lyuelo ;
Y á tu bajo profundo, el Ocenno.
Oí á tus 'it·rvo. Jos ra1 . do~ colihríes
nc traigan flore de p~rfumc.Jlenns,
IJar. platos con hojitas de alclíes
Y cop11 con In blanca azucenas.
La ombra queda atrú ; no está invitada;
Envidio a en la puerta se detiene,
Yendrá la noche, de a tros coronada.
Por aquélla ... la otra . . . la enlutada .. ••
1 E a, no puede entrar ! ¡E a no viene!
ólo yo, Primavera azul y he rmo!'la,
Para C'l fe~tin no tengo ni una rosa.
Yr,lvi 1e; lo::. botones se entreabrieron ,
¡ Pero mi pobre verso no volvieron 1 •
¡ Ve, pue., en rui lugar, tti que í cantas,
Tú, que tr:~ji ·te la alud, la vida,
Tú, Primavera, la de aladas plunt11s,
La que de piertn á la luz dormida.
En las onora ala de tu brisas,
Llévale alegre tus fragante. dones, t
Y a í como entreabrt- lo botones,
EntrE>abre su labios con ourisn .
Tú, que la trns del invierno calmas:,
'u e tra inquietud, nue tro temor eren a• ... ..
1 Que gozo! , Ya está su na! ¡Ya e tá buena 1·
¡Ya e tás, oh Primavera, en nue.trn almas!
1\IA 'UEL GuTrEmmz
SORTIL EGIO
-Cuando llegue el plenilunio
' ré tup\ .. . .
Estreché us fiera manos de patricia,
lllano. puras
Que en lo eno de una e clava
Con nguda horquilln de oro
Ensayaran In tortura.
Blanca ro ·a del mi. terio,
Tu corola taciturna
De ·t:allece,
De. fnllere al hechizo de la luna.
En la ombra del cabello,
B11jo el arco de tu cejn,
ómo l~tte,
Cómo brilla In locurn !
Entrea1Jiertos lo narcLos, arom!llba.n
En ln atmósfera nocturna ;
obre el mu~go soporoso, los insectos
A gitn ban us élictros.
Luz di{U$1l
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• 134<) EL CORREO DEL VALL8
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n l'sde el almr. ele los astros,
Por el bún~eclo ropaje
Se filtral.Jn en In llanura.
-Díime un beso.
-~eré lu_,·a
Cuando lbg ne el plenilunio . .•
Y robándome u manos
Quedó muda.
Un livor rle paroxismo
En la fina comisura
De lo labio- ; agran lada e 1UlO un ciclo
Ln.s pnpil: s errabundas,
Y en el valle sol itario,
Al hecllizo de la luna,
Galopnl>n.
Galop ,ba el corcel de la Loc11ra.
VrcTOR ~L LoNDOÑo.
SANTIFICAR LAS FIESTAS
Carta de trueno, que puede ser\'ir á nsted de ejemplo
de cómo oyen misa algunas señoritas de m, pneblo.
• "Adió , por siempre, trnidor,
Decfl'telo no debiera ;
Pero me vence el amor:
A.~er en misa mayo¡·
Ni me mira to siqui era.
Si yo no te nmnra tanto
No vertiera e te llnnto,
Al ver que ni nna on1· i ~n.
::\fe has diri¡;:ido en el Santo
Sacrificio de la misa.
¿Por qné esa faltaV ¿por qué?
¿Que tu vi ta me buscaba 1
Eso es fal so, yo lo sé;
PueR yo, como F>icmpre, estaba
Debajo rle San José.
Tú llegaste haRta o\ altar
De la Virgen del Ro'ario;
í lo que me hace tron:n
Es que te he visto mirar
A Iue~, l;t del boticario.
Llegó el fJredo, y con dolor,
Al mirarte de ese mouo,
Recé con m u ello fervor¡
Creo eu Dios Padre .... y en todo,
Menos en tí y en tu amor."
Al comprender tu falsía,
Dios sabe lo que sufrí. ...
Cua.ndo el Santos parecía.
Como qnf' Tnés té caleños.
Muy al contrario, de Bog-otá
comunican que lo<> panameñ_os han
continuado {Tozando de ampltas ga- ~ .
rantía sin que nadie los mole te, m
¿á qué vendría molestarlos? Eso ería
para cazar molestia internacional
con la nueva potencia del mar ele
Balboa.
-No sabemos como desenvolverán
el ovillo allá en la nue,'a Entidad
contratista del Canal con la
Compañía francesa, pue Colombia
á fuer de ·nación libre é independiente
y más que los que ahora quie ran
serlo, no puede permitir en manera
alguna, el traspaso del privilegio
para la excavación del Canal,
:í ningun país ó Gobierno, ni puede
consentir en la venta Je us biene
que en ca o de caducar lo co!:tratos,
pertenecen exclu i''a.mente á
Colombia; pePú no olv1dábamos de
que en la América del Sur no hemos
saboreado aún los tiempo del célebre
Mari, cal de la Francia : '' ni
una. pulgada de nuestro territorio
ni una piedra de nuestras fortalezas
''.
- En el Interior de la República.
hay completa tranquilidad, no obstante
de que el gobierno se apre ta
y formaliza la organización de fuerzas
; a pe, a r de esto los negocio· , iguen
su curso reg·ular, lo precio
aumentan por la consecuen ia.s que
se de prenden, y el cambio dá la
medida de la horripilante situación
que habremos de a.tra\'esar denb-o
de breves día . ólo el ,·erdadero
conct.u-so patriótico podrá al varnos
y que en vez de pensar en utopías,
aunmeos nue tro e fne1·zo, para
conseguir la e tabilidad de la paz y
salvarnos c1 1 furioso cataclismo. De
Citación recomendada (normas APA)
"El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 146", -:-, 1903. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686254/), el día 2025-06-18.
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