ESTADO DE ANTTOQUIA.==NUEVA GRANADA.
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~ledellin, 13 de noviembre de t8a6. Número 6 4.
vale un eal.
Trimestre 6 o ~
vale 1 O reales. f
~------~----~------que-, o-lvi-dan-do- ab-sol-uta-me-nte- su- ca-rác-ter-, s-up-o--in-div-idu-o i- arr~og-ánd-os-e en- el- ac-to -la -fa-cult-ad ~de
EL PUEBLO. sicion i sus deberes, se lanzaron en el mundo de conducirlo en las tiniebias artificiales que la Curia
las pasiones e hiciemn de su ministe1·io un poue1·, creó para esplolal'las- i una vez que hahian muti...
_·~~..,..~~~ · VV'VVVVV>o·~ de su influencia una arma i de los libros divinos lado al hombre, protestado contra su capatidad
t./(6r•rkfltn, _¡.J ((!e no~m0~e rle ,-~?b. un Código de abominacion i tiranía. pnr·a ele.Jlr, insultado de la manera mas púhlica
La filosofía no pueue convenir en que haya vi- su inlelijeneia i arrebatádole el mas importante de
Cuando la Bi hlia, rrproclneida por millares de cios que puedan ser aceptados poi' Dios, ni en qne sns estudios, crearon i echaron sobre la tierra
ediciones, comenzó a Céler rn mt1nos de los cris- los' a e los de virlnd o meramente indifcren tes otra raza de seres privilejiaclos con quienes hicicticmos
i que estos tuvict·on una ocasi~~ de com- pueuan ser objeto de censura. El mal, para ella, ron alianza para su propia ventaJa. - Los reyes
parar In lci de Dios con la lci tie sus tnlntstros, un siempre es el mal i el bien, bien. Por eso cuando se fueron proclamados por la Iglesia como escojidos
damo1· siemp1·e creciente ~e le\ antó de todas pa1·- ocupa de una cueslion de cualquiera clase, aunque <.le Dios para mandar, el derecho divino se hizo
·tes, porque se comprendió mui bien que la Con- ' sea de teolo.JÍn, la resuelve de la manera que le adoptar entre los principios constitucionales de eng-.
·egacion apostúlica se había nprovcchado de las aconsPJHn los pl'incipios de juslicia universnl. Si tónces,i estos tiranos a quienes los primeros ha_.
tinieblas que envoh ian los e. píritus, p.t~·a f¡¡lsear, Dios es la fuente de toda justicia i nos ha dado los hian mostrado el camino, siguieron tl'nazmente
corrompct· i rsplotar en provecho propio la doc- medios de distinguir lo que es justo i bueno de lo en él hasta que obtuvieron de la Curia una segun~
trina de Jesuc1·is!o. que no lo es, no podemos persuadirnos de qnc fue- da esplicacion. Enlónces la llam:tda esposa deJe·
Los primeros triunfos (le la Rclijion, tt·iunfos m de la j'ltSticia que aqní_ro.nocemos i respeta m o~. sucristo inventó el principio de la obediencia ciega.
espléndidos que la fortaleza del almadió a los se haya reservado otra dtstlllta pnr~ ~¡ uso part1- [ el mundo quedó dividido entre tres clases de
ficiPs cristinnos en medio de las per·secuciones eular de los que s: _llaman sus m_m1stros. Todo hombres·. Un Papa-Dios que disponía de lodo;
¡ del mar·Lirio, llevaron su fama de boca en dogma, toda lr:1drcwn, tod:~ doelnna qtw se nos unos cuanto~ esclavos coronados que estaban al
boca e hicieron una imprr.sion indeleble en las 1 presen!e, sea cual fuere el. libro de donde se. le servicio del Papa Dios i algunos millones de hom~
oncil'ncias. La sangre inocente que pot' tanto saqu~, el hombre qne lo tryrcntP, la ~orporac10n hl'es, la humanidad enter·a, que obedecia i tr·atiempo
enrojeció los anfiteatros, h sostenga, no no? h~r~ creel'lo m t~espeta,rlo, bajaba en escl usivo provecho de los Papas infalilal
amor pOl' ta causa df! las víetimns i tan pro- ~tno en Lanlo que el pnnc1p.w 9ue enlra1_1c ~s~e d~ bies i de las sRgradas personas de los reyes!
funda a\'f'l':ion ccJnlra los \Crdn~ws; lrt mornl eris- aenerdo con nuc~ . ro, 5cnttmtentos de ]Uslu.:ta, J I nos dic.:en herejes, porque llamamos a ese estiana
babia snlillo victoriosa de tan terrilJics pr Je- en tan~o qnc ~o v_wle lo q_ue pare~ nosntros es un lado, el <.le la mas gmsera injustieia,i porque probas
i dado tan hrillantes i público~ ejemplos de deb.et· unpt·cscindi.ble: !a.mocenma del que no ha testamos, como protestaron los reformadores,.consu
pun\za i u poder, que los hombres oían con temdo voluntad nt mahcm. tra esa céllumnia permanente que levantan a Jcdescuidado
placer la relaeion de sus conquit-Las i Así raciocinamos hoi nosotros, i así raciocina- sucristo, los que sin mas filosofía que la estafa, ni
tributaban eoo sincenuad cuan los elojios podiiln, ron sin duda los reformadores-porque en efecto; mas relijion que el dinero, h:-¡n tiranizado i tir .. -
a los sucesores de los apóstoles. La jerarquía ecle-:. la Corte de Roma pGra sacar plata por tli1-1pensas nizan, han esplolado i esplotan dcsearadamf'nfe
siástica, que ántes no reconocía sino los dos ns· o para ganar influent:ia, babia ido sucesivamente en pl'OYecho propio i para mayor gloria de Dios!
tremos de o hispo i sacrrdote, fué es tendiéndose de iuvcntando pecados, estendiendo prohibiciones o Los reyes pagat·on a Roma el trahajo de ayuuno
i otro lado hasta tal punto e invent;u1do ( on arrngcíndose prerogalivas. Pero corno de nada val- dnrles a oprimir. Tranquilos en su trono, porque
tal pt·ofusion términos intermedios, que al caho dr-in cornrler un Jtentado de esa clase i quedar es- el derecho de insuTrrecion, c¡ne es imprescripti(
te pocos siglos ya vcnia a formar como una es- puesto a la censura. la Curia que conocia mui bien ble,habia sido elevado al rango de pec!luo mortal,
trnsa red en que mantuvo envuelto al mundo. 1 la influencia de las ideas rdijiosas i la facilidad i porque su ej~reicio tt·aia la excomunion consigo,
precisamente, porque el mondo comenzaba a srn- C'On quE' los mayores desatinos llegan a ser crci- celebraron sus c.oncoruatos con ia Curia i declaraj.
ir ·e inc6modo i estrecho entre esos lazos, fué que dos i adoptados aun !JOI' los h@mbres mas d~spe- ¡·en consumados et'los contra los de doi para que ha-run
dia, en uno de los momentos solemnes de la jados, se decidió n ponr1·se a cubierto de la ccn- ,qas, en que hln sido tan hábiles los sucesores de
· historia, pidió a Lodos. desde et Papa h;1sta e1 úl- sura n isma i rrohibió a tos fieles -la lectura de San Pedro.
timo monaguillo, una terminante esplicacion. los libr·os santos. ¿Por quéi para qué hi1o la Iglesia tal alianza con
Dcsgraciádamentc la esplicarion era imposible. Apénas puede creerse que el Hbro que cncerra- los encmígos del hombt'e? Por qué i pat'a qué.
J.JAs socaliñns qnc hahian inventado er·an a toda ha en sus pájinas la emancipacion del mundo, i siendo llarnnda a sostener al débil i consolar al
luz insostenibles~ los pecados imnjinarios con q11e que resumia todo lo hu('noqnc S(' ha dicho i pneue oprimido, ?'enegó de su carácter e hizo pacto con
habian 'enriquecido la lista de las hnmanas fla decirse en puntos lle moral, haya sido pi'Ohibido los tiranos? Por qué i para qué en lugar de prequczas,
·no podian resistir el rnns lrivinl exám('n; por los mismos qu(1 estaban t'ncarg·ndos de esten- sentat·se a los pueblos como madre que busca el
las prohibidoncs establecidas i lns privaciones dcr su doctl'ina. A nosotros al ménos,que fH'ol'e- hicn de todos i que a todos Rma igualmente, como
impuest~l, bajo pena de pecado, con el solo objdo samas el pt·inc1pio de fr·anca. discusion i uc líber- hizo Jesucl'isto que jama-s distinguió entre grande
~:;ender el permiso de violarlas, no podian es tad ámplín <.le la prensa; a nosotros que creemos des 1 pequeños, prefirió presentarse como señnra
plicarse racionalmenle i librar a la Curia del qne no hai l'a,zon para prohibír los libros mas iu- i apop¡r ~u poderío en las armas de los reyes i
cargo de- avarienta; las p1·etensioncs al mando lcm- morales i gi'Oseros, nos llena de admiradon el' er en el fuego de la inqnisicion?
poral,la faculla.cJ de juzgar o sentcntiar las wtusas que Jesucristo haya sido colocado por la Curia al Este fué el error de los Papas-i por rso la Re-de
los reyes, que eran en tónccs causas de lns na- Indo de los filó ,mfo.r; i de los excomulgados. fol'ma, históricamente hablan da, corre de cuenta
-cionos; la lijNeza con que reparlian no solo pro- Ya se vé. El Papa es infalible i Jesucristo se de ('llos.
· 'indas i reinos entre sus parciales, sino tambien ncnpó de cuestiones que tnl vez no ern. :ndia. La Como e·l ·sentimiento ue la libertad es inherente
·continentes enler·os i pnehlos; libres, hnuia c-lcspo- Biblia eonliene la palabt'a del Dios vivo; pet'o esa a nuestra naturaleza i como, aun cuando un homjmlll
al llamado Virar·io tic Jesnct'islo de ese carác- palabra, apcsm· tle su oríjen, es peligrosa i maltt~ bre no sea profundo en cosa algttna, sí tiene en toter
de paz, i de humildnd que f'ué,en los primeros miénlras el semi-Dios romano no la haya desnu- do r,nso,discernimiento para comprender lo que tí siglos,
su mejor adorno i que, mas que rl or·o, que dado de su forma e int~rprclado su sentido. citnmente puede o no puede hncer,reBulla.que todo
la fuerza i el podt r, estendió lnn rá id amente po1· Ln infalibilidad Pnpal i la prohihidon de leer acto, toda lci, todo poder que restrinje las accio-
-cl mundo, las doclri11as del Señor. Jns Esc-rituras, fueron pues, dos hechos correlati- nes inocentes o las castiga, atrae sob-re el que lo
Todos(' ·tos des D·lllPS pul licó la pren~a,i corno vos. Cualquiera de los llos que se hubiera in ven- espidc la mala voluntad del que lo sufre. Ahora
los hombres v rdadcrílmcnle pi.tJo os buscaban tado primero, habria producido indispensable- bien; los hombres pensates i mflximas t•omani:t;1s i por ronsi- pe como nosotros, no llab1·cmos ganado mas que )'e-s, que eran amos, estaban reducidos a la condiderarlos
como ambiciosos i esp('Culador<'S de m a- e\'Hdir la responsabilidad i echarla toda sobre nno cion rle siervos; viendo que se había hecho artímayor
o menor talla que, bujo capa de relijion. solo. Ved aqui por qué fué pre·ciso decJara1· que culo ele f'c la oblig~cion de obedece!' a un tirano i
eRquilmaban a lo firlc-s. eso que puede lec!', jamns ptH.de eqnívocarse. i <.le que parn colmo de la injusticia i de la impuuencia ...
Entónces se sujelaron n la mas severa crílica los qué manera se vé patentemente al abnso de la ccn- se babia declnrndo que sn persona era, inviolable;
principios de la Cm in; la escandalosa simonía, sura, produeiendo por sí i forzosamente, el Jesa- viendo que, bajo el aspecto pólitico, el mundo esque
eonstituia sn principnl recurso, fué demos- tino de l.a infalibilidad. taba organizado de la manera mas absurda porque
tt·aua i desenvuella a los ojos drl mtlndo er•obras Siempre el cfeclo del primer paso que se tla en no babia libertad, segul'idad, garantías, ni anen opo- juzgar; el fierecho de interveniL' en los negocio¡:;
como dicen los clérigos romanistas, las malas pa· sicion con los principios tle JUsticia, eran sosteni- ¡'propros i de participar por iguales pol'ciones, dt.
siooes de los hombrrs, ni los libros <.le los enc.:i- dos baJo pena de excomunion i a veces, apoyados los . públicos; es decir, el derecho de soberanía,
clopedistas, ni lns tentaciones dPI uemunio, sino ¡.~or la fuerza bruta que el brazo secular Pl't'staba 1 sin el cual ni hai individuo completo ni sociedad
los mismos Papas i los partidarios de su política voluntariamente. Por eso se comenzó cegando al que marche bien; icnuo todo esto, drciarnos, los,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
L- •
filósofos apelaron a la prcusa i la prensa hizo su no democrático le hahia servido para quebrantar
deber. uno a uno los miembros de la República i des te-
Los antiguos principios cayeron en desuso, i la rrar de nuestro suelo hasta la sombra del gobierllumauidad
cornenzó a urdir tma vasta eouspira- no propio. El candidato popula1· oblenif.'ndo el
cion. Era inútil bu car los cómplices, porque nin- · triunfo llamaba al pueblo a quien representnba i
gun inlcrcsado se rehusaLa a entrar en ella; los do donde habifl salido,a la participacion de la careyes
i los Papas, que no tenian bastantes scides sa pública, a la inlcrvcncion en el manejo de los
JHH"a hact.:r presa de los descontentos, ni hubic ·an negocios políticos i sociales dd pais. La l'eaccion
ten ido calabozos en r¡ ué echarlos, csperuron te m- republicana alentada i v· gorizada con el triunfo
hlnntlo que le llcgam su hora. La revolucion se ohtcniuo pam la primera majistratura,sigui,) cnérhi~
o eu nomLlrc de la libertad politica i se dirijió JÍca en la \Ía que se trazara, i el p teblo llevane
•nlt'a los tn·ano solamente. Si la Iglesia sufrió <.lo a las cumles lejislativas a las notabilidades
cnLónces i vió sn seno desgarrado, suya fué la culpa, democrüticas del país, vió con gozo que sus eleput:
s se habia al" a do hasta tal punto con los er e mi- ji dos cumpliendo sus jumr 1en tos, echaban a tiergos
u .1 pt cblo, que era imposible derribar a estos ra esas t.lespólic~ s inst; t !ciones, hijas de la aciasin
que el golpe cayera sobre ella al mismo tiempo. g·a do mi HH.:ion de los doce afios. En tanto el par~~!!!!!!!!!!!!!!!!!~-.!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!~!!!!"!!!'!!!!!!!!!!'~~~~!!!!!!!!!!'!!!!!
m~~ tiLlo conservador impotente para detener ese torrente
(fe entusiasmo dcmocr·ático que enlónces reCOLABORADORES.
COI'l'icrn el pais, e mcapaz de hi'H~er oir su voz en
IVVVVVVVV\~~WWVVV.,.VVVVVWV'-~VVVVVW>AVV\N\NVV\. lrc los gritos de tt··unfo i alegría del pueblo emancipado,
. e sen tia arrastrado por la corriente 1 anegado
entre las olas de ese mar encrespado i tempestuoso
que se llama: el palriolismo. Sin embRrgo,
en medio de sus desgracias, en mcf io de
su profunda impopularidad, el partido conservador
qucl'ia recobrar el poder que le fu.cra arrebatado
por el pueblo, por mas que, vktima de su política
oscut'a,op¡·csiva i tenebrosa se sintiera débil
en presencia de la nohle frnnqnez::t del gobierno,tlc
lo grandioso de los acontecimiento5, e incapaz
de dominar la situacion que hiciere surjir de sus
torpezas.
DESENGAÑO.
Cuando en 185'1 el partido liberal arrancaba al
clero las usurpaciones del poder público que heredara
de la dominacion colonial, el partido conservador
vencido i humillado, trémulo e impotente
1:11 presencia del cuadro grandioso de ln H.epúLliea,
alzó el grito al cielo en defensa de ese clero
amenazado en sus reductos. Cuando en 18t:H la
idea dcmocrátieu ganando inmenso terreno, acababa
con el fuero eclesiástico, ese santuario del
ultramontanismo,paladion de la impunidad de los
tonsurados, el partido conservador ensur,inha las
pnjiuas incendiarias de su virulenta oposicion, diciendo
que el Gobierno invadía los dcr·echos de la
Iglesia, i que el purblo no tenia derecho de traer
hajo la comun cuchilla de la lei aciertos criminales,
cuando esos criminales tenían un disco en la cabeza
i cubrian sus cuerpos con veslidos talares.
Cuando el Congreso de 1851 atacaba ilecididamcnte
las socalifias clericales 1Vunat1as ~·derechos
de estola," i pretendía poner a sueldo a los pasto'
res de los pueblos como funcionarios púLJicos
que et·an, el partido conservador sin ideas pmpias
que ofrecer a un pueblo emancipado i sediento
de verdadem libertad, daba el toque de alarma
a las conciencias, .se unía a los esploL¿u.lores
dcsenmasearados, decía que la herejía amenazada
acabar con la relijion heredada de nuestms
padre~, i r lir.~b.a .el edificio den o"rálico que
eutónces se levantaba, promoviendo contra el Gobierno
una eoérjica reaccion fanútíca i supersticiosa.
¿ ~·or qué molivo el el ero atacado en sus indignas
usurpaciones, i el partido conscrvadot• arrojado
del poder, vencido por la opinion i arrastrado
por la reaccion republicana, se dieron un abrazo
fraternal en 1 Rn1, i juntos emprendieron esa
campaña liberticida -cuyos resultados cumienzan
a consUinarse? Vamos a verlo
El partido conservador manchado con la sangre
jcnerosa de los republieanos de 181.0, abrumado
bajo el peso de tantas dcsgrac· as que lra.iera
pnra la patria, convencido de Jelilo de lesa-democracia
i vcnci1 1o por la opiniou independiente
e ilustrada de 184.8, sin lió escaparse de sus manos
{'Sa vara de hierro que con el nombre de gobicr-
¿ 1 qué medio quedah• al partido conservador
para recobrar el poder, objeto de sus ardientes
aspimciones? ¿Qué podía ofrecer al pueblo en
cambio de lo que le pedía? ¿Qué gajes ofrecerle,
que programa prescularle? Ah! el recuerdo de su
pasada dominacion bullía en el ánimo del pueblo;
la historia de los doce años se interponía como
un fantasma tenebroso, i en cnmhio de sus
necias declamaciones el partido conservador solo
recibía del poeblo el anatema lanzado contra
su pasada uomioacion. ¿, Podia hablar al pueblo
en nombre tlc la Jiherlad, de la seguridad, de las
garantías? Pero allí estaban la lei de medidas de
seguridad, los cadalzos de 18iO i ~18~ 1, los innumerables
destierros para el esterior, i mas que
todo la Constitucron de 1845. ¿Podía hablar a las
pm incias prometiéndoles fmnquicias, ensanche
en su podor munidpal? A esto le respondían recordando
el apumdo centralismo qne impusiet·a
a la nacion, i en frente de su sistema político le
mostraban la lei de descenlralizacion de rentas i
gastos cuyos benéficos resultados se veinn ántes de
consumarse. ¿Podia hablar en nombre de la prensa,
en nombre de la humanidad? Pero el pueblo
le respondía echándole en cnra los jurados de imprenta,
i sepalando esos millares de manumisos,
ciudadanos libres de la administracíon de marzo,
a quienes en su larga dominacion no di1·ijiera
ttna sola mirad,1 comp:.1siva. ¿Qué recurso pues
intentar para engañar al pueblo i uncirlo de nuevo
al carro del despotismo? Ninrruno; el pueblo
habia conoc"do sns dcrcc 1os, babia distinguido a
los enemigos de la República i la opinion los condenaba
para siempre.
li'OLLETIN. medio mas segnro: e1 libro de los (jorcicios espirituales,
la obra que encierrn todo su secreto, i que él ha !Joswvvvvvvwvvvvvv..-..
vvvvvvvv..~"""'vvvv..vvvvvvvvo.~~ q11ejado enias ermitas de Espaón. Preparados por su palabrd,
ningnno de sus amigos so escapa al poder de esta
EL JE UITISMO. obea estraüa, que ellos U:~man el libro ?nislel'ioso. Ya
dos discípulos han proiJatlo esto bocado, i ellos le perle-
(Continuacion). m~cen para siempre: otros de ln misma etlad se l'Oilllen a
El Célbrtllero de la corte de Fernando, el Anacoreta de lo;; primeros, i sufren a sn tnrno la fa:scinacion. Snn, Jalas
roen de ~Ianreza, el libre peregrino dd monte Ti'lbor, cubo Laynes, que mas larde será jeneral de la órden, Aleneurva
n cspídtu npocalíptico 1 sobre la grarnátira 1 ¿Qué fonso Salme ron i Roddguez de Acevetlo, todos españoles
hace este hombre ante el cual los cielos e ·tán abiertos? o porlllglll'Ses.''
Aprenue las conj11gaciotH'S do los verbos ¡ la:; declinacio- Un dia estos JÓ\renes 5:c reunen sobre l~s alturas de
11cs de lo.s nombres- deletrea el latín. J~ ;,!e p··oJijio.so rlontrn:utre ...... ¡ Ln. a1luras do Montmarlre!. ... Pcrmiirnperio
sobre sí mismo, en medio de las ilm.~linaciooes taseno:-; aquí una refiexion.
divinns, sciíala yn una época enteramente nueva. Uni sobre la cima de la .. montélñas alguna cosa decidi-
En!re tanto, el h,ombre d('l desierto renparece todavía dat.aente propi<'ia n las gramtes inspi1·aciones del alma
en el estudiante. El n·suscita los muertos, rura los en- humana. llai sobre h nlturn d' lo: montes algo ligado
fermos i exorci a los e~piritus; no se ha convertido tan diabólica o sanlamcnln con los grandes destinos de la huonteramente
en un niño, que 11o dHje ver de Cllct!ldo en manidad. En la cima del Sinay recibió Moises las tabla
cuanrlo al santo. Por otra parle, él profesa no se sabe qué de la lei nmversnl. Sübre la cumbre del Tabor se verifiteolOJín,
q11e nndie le ha ensenado¡ que comienza por e3- có la trasfigurJcion t'e la humanidad en la divinidatl.
cnndnlizur a lA lnquisicion. E$lU le llllrlí..le en las prisio- En la cima .... del Gólgota murió Jesus i se salvú el Jém·ro
111:>.,, i no le saca de nllí sino con la condicion de no hwnano. En la cima del 1\Iont-blancjnra Bolívar lillerabrir
la boca ú.!lc.:; de haber estudiado cuatro año:s en una lar a la América. Así tambien al despuntar la aurora del
escuela regul.:ll· de t.eolojía. pen.:amieulo lHósofico,- sob-re las alturas de ~Iontmartre,
Esta scniP-ncia le decide a ir a1H donde la ciencia It~ pronuncia Loyola nn juramento terrible. ¿Qué es lo qne
atraía, a la Umversidacl de Paris. ¿ , o es tictllpo ya de jura est~ hombre? ........ votarse, consagrnrse a una lncha
que se declare e~le pensamiento nHHhu·ndo tan !entamen- perpétua contra el espíritu humano; poner:e a la dispote
'( E te e~lr no estudiante tirne en el colcjio de Santa sicion del Papa para mntar el alma tle las naciones que
IJárbara, por compañeros de Cánwr:1, dos j6venes, Pedro ya se atrevan o no, a sacudir el yugo que les ímpusiern
Lbfevre i Franci. co Javiet': el uno es nn p[l::;tor de. los Al- la teocracia.
pl'd pronto a gustar loJa palabra pod r>rosa; Lnyola se ' 1Eslos j6ven · hacen el voto solemne de unirse para
·abe inj niar co 1 el; no le revela sus proyectos sino des- ír a la tierra santa o para ponerse a la disposicion del
1•ues ele tres nños de re. erva i de c~ilculos: el oll'O e::; un Papa. Se pasan dos años; es los mismos hombre llegan
hidalgo mui infatuado de su juventud i de su nncimiento; a Venecia por caminos diferente , con un ba. ton en la
tovola fe alnb:-~, le. acaricia 1 viene a ser p:1ru su amigo mnno, un saco sobre la espalt!J, i cllcbro mis'erio o
el hidalgo ct~J 'izr·Dya. Clllrc la alfm:ja . ¿A dónde van'? No 1( su!Jen ellos misD~
~·ebto, para subyugar los e¡:pírHus, I.oyola po~~e un : nw;¡. llan hecho aliunzu con tlll espíritu r1uc los arrns-
En tanto lleo-a el Congreso de 1851. El pueblo
fielmcn te representado, ve consumadas mil importantts
mejoras en los ramos administrativos,
rentísticos i judiciales. El Congreso queriendo llenar
en todo su mision, lleva la mano de la reforma
a los asuntos relijiosos. El clero herido en sus
prcnogativas alza el grito HL cielo i habla a los
pueblos sencillos e ig·noranles, en nombre de una
relíjion que tiene el cinismo de personificar en
si mismo. Entónces el partido onscnador, que
en el campo de la discnsion nada tenia que oponer
al torrente Jemocl'ático, juzgó lleg~da la
hora del trabajo i pensó que era tiempo de semhrnr
para el porvrnir. En el teneno de las teorías
democrálicas nada podia decir, nnda podia hacer;
pero con su mala fe acostumbrada i siguiendo los
principios de s11 programa,cuyo objelo es embru.
tcccr al pueblo para dominar\o,juzgó que haciendo
causa comun con el clero atacado en sus usurpaciones,
lntia la cuestion de su amhicion al campo
de las disputas relijiosas. El clero despojado de
sus indignos privitejios, igualado ante la leí a las
demas clases de la sociedad, i detenit.lo en esa
carrera de ahsorcion ~s i de depredaciones inauditas,
llamó herético al gobierno, lanzó el anatema
contra sus actos i encendió la hoguera de la guerra
de relijion. El partido conscrvaclol' unió los
dniquilados restos de su poder pasndo a la falanjc
clerical, i los espoliadores espi1·ituales i los espolindores
temporales hicieron un pacto solemne en
que aquellos ofrecían a estos el poder público basándolo
en el fanatismo que iban a encender, en
la alarma que iban a sembrar en el corazon (le
los pueblos afectos a la relijion de sus padres,re·
cibiendo en cambio la restitucion de sus privilejios
i lll impunidad de sus actos, los mas inmorales
i criminosos. El partido conservador buscaba
en el clero un medio, un apoyo, una escala
para trepar al poder, i el clero buscaba en el partillo
conservador aduefiado del poder, un cómplice
o un tolerador de sus inmensas usurpaciones.
Consumado el pacto, la obra comenzó, la campaña
se inició enér,1ica i vigorosa, i protcjidos ámbos
a~ociados por la misma Con!5Litucion democrática
de 1853, bastardeando el sufraJiO i perrertiendo
los principios republicanos, han logrado
apoderarse del poder público en el país, desde la
primera majislratura hasta los puestos mas insignificantes.
Obtenido el triunfo, es llegada la
hora de repartir el bf'tin, i cada uno de los compañeros
quiere la parte que en el pacto se re~
servó.
Mas era aquí donde el mas triste desengaño so
esperaba a los conservadores. Ellos creyeron que
tomando por su parte Ja tlefenza clel clero amenazado
en 51 ,buscaban en él un nliado complaciente
i sumiso, nada mas que un medio, que un inslrumento
para llegar al objeto de sus ardientes
aspiraciones. Mas como toda la fuerza del partido
conservador le venga hoi de los servicios que el
clero le prestara; como es a este a quien aquel
debe el triunfo que sobre la causa democrúlica a.
caba de obtener,i como este ha llegado a persuadirse
de su influencia i ha hallado el secreto de
su fuerza, hoi se exhibe con descaro i con enerjía
como dominante, rechaza el papel de instru-tra
en su fnerza lójica. J_,oyola llega a la citn ror otro ca~
Illino. Pen:saban embarcarse. para las soledades de la
Judea; Loyola les mne tra en vez de estas soledades, el
lugar del combate: Lutero, Calvino, la Iglesia anglicana,
Enrique VHI, que acosan el papazgo. Con una palabra
q1te sale de su boca, él envia a Francisco Javier a las estremidades
del mundo orienlal, i guarda a los otros ocho
discípulos para hacer frente a la Alemrlnia, a la Inglatcrrn,
a la mitad de la Francia ido la Europa, sacudidas
al grifo de reforma. A una señal de1 maestro, e tos ocho
hombres marchan con los ojos cerrado", sin contar ni
medir los adversarios. La Compañia de Jesus queda formada;
el Cilpitan de la ciudadela de Pamplona la conduce
al combate. En la refriega del siglo XVI una lc.Jion sale
del polvo de los Célminos. Este oriJen e grande, poderoso,
adrnir:tblc; el sello del jenio esta allí; nadie ménos que
no otros pensará en dLimularlo.
HSi tal fué el orijen de la Compañia. remontémonos
al monnrnento que ha venido a ser el alma de e ·ta So<'
iedéH.l, i que encierra lo que Tácito llamaba los arcanos
del imperio (C1rca,na imperii). Se ha estudiado el Jesuitismo
en sus desarrollos; nndie que yo sepa Jo ha mostrado
todavía en sn idenl primitivo. Elli!Jro de Jos Ejercicios
e ·pwil'Lutles ha vaciado en el mismo molde, los unos
en pos do los olros, a todos los primeros fundadores de
la ón1eu. ¿De dónde le viene este caráctct· estraordinario?
E~to es lo que debemos considerar. Tocumos aquí
ya a la fuente misma del espíritu de la Compañia.
Despues de haber pasado por todas lns condiciones dol
éstasi , del entusiasmo, de la santidad, Loyola, con un
cálculo cuya profundi+.lad uo se llegaría a esprcsnr pmas
baslante bien, emprende reducir a un cuerpo de sistema
las espcri ncias que él ha podido hacer sobre í mismo
hasta en el fuego de las vi iones. Aplica el método del
c.,píl'illt mot.lcrno, el do lo:s físicos, a lo . que sobrepuJa J
dej/1 · t'>1~ que fuera vencido por el clero. En la reconstdcracron de {jUe an Clntcamcn e esp O aran eJ <> ' 0 1 ..,..,. este articulo el Sr. Ospina venció al clero, i en una discu-
Esta C()nlmdiccion no nos admira, porque es sion sabia i lucida dijo a este cuatro ct•sas agradables.
Propjo de los hombre .~ que olH'an de mala l'é, el Hectificamos asl el concepto emitido en este acápite de nuestra
prorlucrion i ofrecemos a nnestros lectores hablar algo caera cada paso en abiertas conlradiccioocs; i la en el número siguiente sobre la discusion a que dió lugar
apnricion de ese proyecto ha puesto en claro la reconsiderac.ion del articulo primitivamente negado.
m manual, o mejor dicho, la fórmula del éstasis i de la
santidad. _
¿Sabei lo que le distingue de todos los ascelas de lo
pnsado? es que él ha podido ob ervarse fria monte, analizarse
lójicamente en esle estado de arrobamiento, que
en todos lo otros e cluye la idea siquiera de reflex:íon.
Imponiendo a us discípulos, como operllciones, Retos que
en él han sido e pontónco·, treinta dios le bastan para
quebrantar, por e;,ll? método, l_a voluntad i la razon, ca: i
como un caballero qne doma 1 quebranta su corcel. El
no pide i no treinta dta , triginta dies, para reducir una
nlrna. Nolad, en eft•cto, que el Je uitismo se desarrolla
al mi tuo ti mpo que ]a Inquisicion modernn; miéntras
que la lnqui icion dislocaba los cuerpos, los ejercicws
espin,tuccles discolaban d pensamiento bajo la máquina
de Loyola.
Para llegar nl e lado de sanlidacl se encuentran en este
lihro reglas tale::; como e::.la: "p1·im.e1·o, trozar sobre un
papel lmeas de diferentes magnitudes, que corrcsponuan
al grandor de lo pensamientos: segundo, encerrarse
en una C.ímara cuya ventanas estén medio cerradas
(januis ac fene~tris clau,sis tantispet) &e; quinto, exa~
lat"e en esclamat.:iones ( quintum. in exclamacionem p?'Onnnpere
); sesto, en la contemplacion d ·l infierno, la.
cual comprende dos prel-ttdios, cinco puntos i ~ld~ coloquio,
figurarse que se oyen lamentos, voziferaciones,
imajinar e tambicn el humo, el azufre, el plomo derrc·
1ido i el gusano de la conciencia. Pero no solamente
las visiones quedan impuestas asi; lo que no supondríais
jamas vosotros, los su piros mismos quedan anotados, la
aspiracion, la respiracion quedan marcndas; las patlsas,
los intervalos de silencio queúan escritos de anlcmnno
como sobre un libro de m1ísica. No me creeríais; i ~ prGciso
citar: '•Tercer manera de orar, midiendo de un cierto
modo las palabras i los tiempos de ilencio." (l) Este medio
consiste en omitir algunas palabras entre cada soplo,
·ada resf}irnciou; i un poco mas léjos dice: ''Qne se observen
bien lo intervalos iguales eut.rc las ilSlJiraciones,
cuestion relijiosa, un pnnto de conciencia, i el
pueblo arrastrado por sus predicaciones ha entregado
_la mejor i mas bella de sus prerogativas aJa
~e tal 1 corruptora absGJ:cion de la clcrigalla. Aduenados
del terreno eleemonario, los clérirros son los
':erdade~us amos del pais, i los con~ervadores, que, .
~omo d_tcc uno de nuestros meJores escritores,
mtrodujcron a esos profanos de la República en
eJ. saytcl~ sanctorum de la democracia,llorarc]n un
d1a la~nmas de. sangre i de anepcotimiento al ve1•
el pm~ c~nverlldo en abadítts, prcvenJaúos monastenos
1 com_uni~adcs rclijiosas; llorarán e;llónces
su obcecacwn 1 su ceguedad, i sobre la tu m ha
d~ todas nuestras bellas instituciones, pensando
e!l ,la suerte que s~ ~t1ar·da para sus hijos, maldec¡
r~n la torpe amb~ewn que los llevó a enlregar el
pms en manos de Jos enemigos jurados u e la Ii~
el'ta_d, de la democracia i de la vcrdatlera clvihzacwn.
DON GASPAR EN MIIDELLIN.
Figú_~~~~t~, lector amigo, o enemigo que tampoco
e.s d1JIC1~ que lo seas, supuesto que en este mundo
iementHJo, ademas de los tres enemigos aquellos
de que nos hablan las sagradas leyendas ¡que
a la v~rdad no son. ~e despreciarse, todos tc~cmos
enem¡gos,de otro.tenero, mas o ménos terribles, i
ma~ o menos numerosos; pero tenemos,aunque
nad1e sepa cuantos liene a punto fijo. Pero figúrate
lector, quien quiera que tú seas, a un hombre
pas?an~~se a lo largo de su estancia i bostezando
de 1ast1d10 por falla de qué hacer; a un hombre
que se halla e~ uno de esos momentos de inaguantable
spleen 1 de aburrision estrema, momentos
tan comunes entre los m•>radores ele este suelo,
que algunos poe~astros han tenido la humorada de
llamar pa?·atso, 1 que de eso tiene tanto, como de
alegre un_a tu,n~ba; en un momento finalmente, en
que, el f!llSllliSlm_o Job habría sido capaz de cometer_
un dispar~ te, 1 mas aun si viviera en esta ticr.
ra 1 en es~a epoca en que hasta los hombres mas
sesudos dtsparatan por mayor.
Pues en uno de esos momentos anO'ustiados me
hall_aba _yo pocos ~ias ha; pero yo qu~ no te nao Ja
¡~a.cwnem que tema en grado heróico el flJósof3jentii,
yo que no puedo pasarme un cuarto de hom sin
~cuparme_en al_go, aunque sea en desollar al próJimo,
a qUien Dws me manda amar como a mí mis-
1~1~, .prc?epto ~uyo cnmplimiet~to de!)e ser algo diftr.
tl, po1 que l1l yo lo l.1e cumplido, n1 tengo noticia
de que lo haya cumphdo alguno desde que el mundo
es mundo; yo, que cuando esloi sin oficio me
veo asaltado por malísimos pensamientos o me
entrego a cualquier diversion pecaminosa;' yo ...
e~ fin, !l~be_ de resolverme a sali!·, 1.0 para sacu(
hr el tedw _1 la pereza que me dominaban, i 2.o
p_ara cumpllr con aquello de, evi_lar las ocasiones;
sm .embargo de que, esto de evitar las ocasiones
deb1a tener su cortap_isa, p~rque yo, sostengo que
no todas se deben cvtlar, smo que antes bien alguna
que otra debemos aprovechar, aunque no
l~ pod~mos coJer por los cabellos, porque la ocaswn
d_Isque. es calva, segun aseguran los que la
han v1sto pm1ada.
Resolverme a salir, i dar en la calle con mi tris-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
2~8 EI_.J PUEBLO.
te humanidad, totlo fué uno. Pero hétemcnqní en mente dió con migo, i velis nolis hube de condes- cerca de la pila para ver bien aquella brujería.
otro aprieto: ¿qué hacer, por donde ni adonde di· cendcr en servirle de cicero'fte. Pasa tia la sorpresa 1 Quis~ oponerme; pero en vano, porque halándorijirme?
Hallábame ni mas ni ménos como l proceder tan nudo 1 acr1btllarlo. Termmado este exabrupto,
' do su fatídica i terrible mano. anti cristiano, que parecía estar intimamenté per- preparó el sombrero a eslilo de algunos camioan-
G6zese U. cuanto a bien lenga le repliqué; pero su1H.Iirlo de Sll inmunidau. Yo al ver aquello me re- les, salló la barrera, con detrimento de un muslo
por Dios! no se vuelva U. a goza¡· ~:n atenlc\1' rontra vestí de las funciones de juez de paz, aunque que quedó herido, i del impúdico pantalon que tumi
vida sepa U. que mi pestuczo no es de> gua- no soi del número de los 60, e interponiendo mis vo ~bien abrirse~ ctejarle una pierna a la intemyacan,
ni yo soi bl·~tia cerril, para que m.e vuel- buenos olicios, logré calnwr a Don Gaspnr, e in- pene; pero nl fin 1 al cabo él llenó su objeto lleva
con tan un1zcos manoseos . So~icguese U. ~e- ducirlo a quu se aet:>rcara al nnit'ITO con bandera nando de agua. su eslómago, circunstancia que
ñor Dot1H', que yo no ~o hice por mal, sino por blanca. Asi lo hizo i en lleg-nndu donde el arriero obligó al chaleco a imitar al pantalon, con lo
tlariP una pt·ueba de earii'io i dt! franqueza. Aclmi- eslaha le dijo: ¡ homhe Jelip~ que es eso; por qué cual se desbordó el abdomen saliéndose efe roamirado
i mas qut! admirado, acardenalado n.e de~ no rt='spondcs, put's que! ¿no me conoces? Ya lo dro: pero esto, merced a la camisa, no quedó en·
Jaron el earii1o i la frllnqneza de Don naspar. Es voi conociendo mi amo; pero estú sumcrcé, tan rli- leramente a la inclemencia.
\'et·da,l que~ no es el primero ni sed. el úllímo, que {eretiie ... ! Se ha puesto sumercé de un modo que Yo, aunque se me trate de inhumano i desleal,
por ser c·ariilns,> es inhunmno: ejemplo. Antioquia ... avemaría! i lut>go, como sume1·cé no anda hice entónces lo que la zorra con el chivo. A pro·
tiene hoi d liítigo suspendido soor_, sus e·pald~s. asina t'lwndo eslá alla en la parroquia. ·pei'O éres veché la coyunlum, i me voi\'Í para mi Cjasle, i Periquito·?¡ Día- el 10 de los conientcs, dejando un vacío in-neucia
de hacerlo Dqmt¡:¡do. Pero a que d S' 1. tl- bl ill1)? i GDlnza? i M ni ilona? i. ... h:ihlame de lo- menso en medio u e sus amigos i una sensa-
.dicho P,arra,lo ha hec. ho conof~erde i\ledellin, bue-~f d t.~s.JelipP 9ne pa~a eso te llamaba. To~los guedaron cion profund.t en nnestm sociedad, que loco-no
sera que yo lo h:1ga eonon·r· de mif' lectores . g·ucnus rnt nrno, 1 hneen muchas austenCH\S de su nocia apénas i que lo consi~leraba Ja como a
Es Don Gaspnr mediano de «!Slnluril, pdo m·\liza- uwr<·é ¡Oh bien me !o figuraba yo que hahien de uno de sus hijos por la bondad de su caráclcl' i
.do de negro i blanco, frente chala, ojos prqtH"'tlttt·- ='"'.rlir mucho mi n'nida ¡pobre Tecla, pohres an- por la:; simpa lías que inspiraban su tmtofran-los,
vivarachos i saltones, nariz <.le embudo enl'la- .ll'lllo~! <'uando \·oh·eré a \'t!l' aqnellas niñas de mis coi la dislincion de sus maneras.
\'ada entre dos tótjidos mollt'le!', J'ealzado el unr> n.ro:o~!. Ven acá .fl'lipe yo te doi una enct>mienda La muerte no es un fenómeno i sio em-de
e~los con una benuga de a puño, labios del~·,¡- q(J(· mc- 1~:.; 111'\CS para que \'ean que de mí no se bat·go es inesplil'able i afecta profundamente
.dos 1 prontos; sn voz recorre toda la escala r-nu- tlehe 1lt;'_<'ll' qtH', ''a e:-spa!dns \ ueltas memorias hasta al mas indiferente la rlesapa1·iciun repeu-sieal,
Je:sde el sonido de tiple, hasta "el dt• quin- CTJUl'l'lilS n o:l'iendn estf) entró en una lienda, i PI'O· Hna de un jó"\en, qne parecia destinado a pasar
to b01·don pisado en eJ segundo traste·" su espal- gnnló si había tri1jc•s d~~ morcelina. Le dijeron que mucho tiempo sobre la tierra, a presenciar ua tiene de a11chura soDre un melro 'pocn mas o sí i compró lliW,-Toma.lelipe,ese es para Tecla, muchos acontecimientos i que reunia todas
·ménns, i su vientre ha muchos m1os que se decla- le dijo al arriero cntreg-an con Gaspar. Aqn~ est~n ~1.10 e.l te.nclern. _Toma, Jeltre i mas galana flor la qne la oruga acierta a roer
alas como de águiiR, ¡ cuya copa tendria la eapa- d~~e t'Sos a 01abltllo 1 Penqm~o. Úlltmamente pt- en el jardin i la mas perfumadcl i mas her-cidnd
Je un dcecililro; lo cual no quiere decir que diO Don Gaspar 111~ pnl' de panuel~s ~e _los ll1Cj~· mosa la que el huriican troncha en el desierto,
le quedara holgado, pMque le venia perfectam<·n- r~s que hay~n vemdo de la ~ ... tranJel'~a 1 a cond1- así tambicn, cuando Dios necesita una alma
te: n1J se sabe si el sotnbl'ero esta ha metido en 1<~ cton_de q~1e luPrnn.~Je la fab¡·¡ca del senor Londou. pura en el cielo arranca inflexiblernent~ del
cabezA, o era Jn cabeza entre el sombrero: peru Aqu1 los t1ene U .. diJO ~1 tendero. Torna .lelipe,esos seno de la sociedad un hombre de veinte
decia, que salvo el sombrero, todo ~u H·slido rs~ son para Goloza 1 M_otllona, ¿estás? si mi amo; pe- años!! Estraño cambio! l
taba a la 1·igorosa. El pe~>~cuezo estaba infirxihle ro ~-r~,nt~la~~ la cortnera n~ le envía su mercé un El amigo, cuya pérdida lamentamos eomen-po¡
· el rriyor de la corbatn; !a espnlda, Jos ))l'azos ¡ CtHimto? 1H~nr.s razon, Jclt_pe: ¡ pob~e Tomasa, es zaba IPs del buei i del becerro. No ha rebaja? ...r df-~ sus sentimientos, a la elcv::tcion de su ca-faltado
quten as_egure qne vió a Don Gaspar ·dan- -Sin rebuja! F,s precio fijo. rnctcr i a la jcnerosidad de su corazon!
do COJ'cobt~s, qutzá cuattdo la casaca le empezó a -Pues eutón~cs, tome U. el dinero, i diciendo ~ · l.\1edellin, noviembre
11
de
1856
·
aprela¡· baJO el sobaco, pero yo no lo añt·mo porque estü, metió Ja mano en una de las faltriqueras
este punto aun no se ha podido nwrigwu <.~n forma. panlalomHias; pero cuan múslio se quedó al reAVISOS
·
, r.ómo quedó la inf'e~íz humanidat~ ele Don Gas- co .. ·dn~ qne el di~ero se 1~ habill queúa!.lo en el ca- '-vVvvwv ... vvvv.,,.~ .... ~~~vvvvvvvv·~vwvvvw.
par ro~ oqut•lla veshmenta, se depba conocPr, rnrl, 1 su turbacton erecta de pnnlo al ver que el A NUESTROS AJENTES 1 SUSCRITORES.
pot· lo t.ezo q_ne anda ha, por los jestos q,ne ha~ia i tendero ~,o lo conocía, i que ya el arriet·o babia Se suplica mui encarecülamcnle a los señores
por los .. a~ es _1rac.:undos que exl~Hiabn. C~talqUiera pues lo p1e_s en pol_voro~a. Trasudaba de vcrgüen- suscrilores que no hrly1n1 satisfecho las cuotas a
lo haht t:l tentdo por un dcsgl'nciado a qn1t>n le dan za el desdtchado, 1 ponn una cara tan lacrimosa ¡ cuenta del 6. 0 trimestre, que las consignen sin
tonnt•nto para que conli~se sus delitos, i sin em- c~mpunj.ida, que daba compasion. 1\Iajndero ! de- demor·a en las ajencias respectivas, pues sin la dehatJ~
O, pon_ Gaspar era JJJOcente. Pero 1 cosa es- c1a yo para mí, ¿de quó sirve la inmunidad sino hid::t puntualidad eri el pRgo, la empresa no se potrana!
el m1smo er·a el autor de tan atroz suplicio: es p:.tra estos hnces? Sin embargo cuando vi al dni sostener. Tambien se espera de los señores
·de forma que, Don Gas par era Ja víctima i Don tendero pronto a decirle euántas sdn einco v0lví njentes que se sirvan remitir oportunamente el va-
Gas¡Jnr era el Yet·dugo. a revestir~-ne de la funniones de Juez de pn;, que lor de las suscriciones pagadns, i devolver los nú-
Esto pasnba el 1!) de seliembre último entre las con perm1so de la Asamblea, lodo buen ciudada- mei'Os sobrantes; porque de otra manera, se ha~~
diez i las once de la mañuna. :Mi amio·o hacia la no debe ejercer en tales situaciones. Disculpé a un gasto innecesario tirando mas e.1emplares do
-primer salida¡ por lo tanto era de snp~nerse que Don,G'aspar, aseguré la_deucla co~ mi fianza, des- los que se necesitan para llenar el número de las
hnsta enlóncE's nada conocía de la ciudad, i ni auu ped11nonos del tendero 1 prosegmmos. suscriciones .
. salJria pur .qué calle ~irijirse a su destino. Feliz· Dió D. Gaspar en que hahiamos de pa ... ar por Ull'I\El'\TA IlE J .\COTIO F. l.l:'iCK .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Pueblo - N. 64", -:-, 1856. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3684529/), el día 2025-12-19.
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