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v .. u.E t. O ns.) Jl\ebtllitt1 1 o be nouientbrt bt 185ñ. f JWIJiti· ~ ..
( V.4o.LE t. BE.!1L.
CANDIDATO suceso acaecido en el continente, ántes que
un caballo a escape se haya apartado vein-
ADon.moPORLA. JUNTA CB~TRALELECCIONARL\.DE MEDELLIN. te varas del punto en que Se VCflfiCÓ .••••• Sin
los liceos i sin las academias, sin las sociedades
e instituciones científicas que han hecho
de nuestro siglo, un siglo famoso en los anales
del adelanto pacifico. como el de Alejandro
lo fué en los de las guerras i la fuer-
I• &B."'- GODEB:'W~DOB DE L."'- PBOTI!'i(;IA.
jDirow&UríiíiiiZDnLillt (9Q...;--~~"-._Á_~,-.,--,s)(j
(M~~~~~~~)
C9E L P U E B 1 O JS2) .
~--..,.,..-~-----.,.,.,.----------------
za ....... Sin nada de esto repetimos ¿qué
seriamos hoi? ¿qué seria de la moral humana?
Veamos como nos pinta Jesucristo, lamoral
antigua, i como enseñó a sus discípulos
S a adoptar las reglas de la nueva civilizacion
lla prensa que, segun el Diputado Pbro. que trajo al mundo.
José Manuel Lobo Rivera, es absolutamente Hasta ahora se os ha dicho: H ojo por
libre entre los caribes, no ha introducido en oy"o i d·iente por diente". Mas yo os digo que
las islas i hecho jerminar Jos ''hermosos pe- no resistais al mal: ántes si alguno os hiriere
ro vanos sueños" de los imajinativos gólgo- en la mejilla derecha, presentadle tambien
tas· o si la idea cristiana tan espansiva, tan la otra" o
Go~quistadora, no ha entrado por cualquie- "Hasta ahora se os ha mandado que no
r-a otro camino a visitar el archipiélago, es despidais a vuestra esposa sin declarar ántes,
fuera de toda duda que los señores caribes, por escrito, que la repudiaíso Mas yo os digo,
persisten aun en el raro placer de asar i en- que el que abandoíJa a su mujer, fuera del
gullirse sus prisioneros de guerra; así co- caso de infidelidad, i e] que se casa con la que
mo a no haber venido Jesucristo al mun- ha sido repudiada, son culpables de adul-do,'
]os demas pueblos de la tierra hu hieran terio. ·
continuado sacrificándolos o haciéndolos es- " Ha beis o ido lo que dijeron: ''Amarás a
clavos. 00 o.... tu prójimo i aborrecerás a tu enemigo".
Si el evanjelio no hubiese emprendido, j Mas yo os digo: Amad a vuestros enemirea1izado
en \a mayor parte de\ globo, lata- gos; haced bien a los que os aborrecen; i
rea de restituir a la mujer su dignidad, su orad por los que os persiguen, para que seais
ser, su imperio; mas aun, si n? tuyiera, por verdaderos hijos de vuestro Padre que está
~u invencible poder de espanswn 1 desarro- en ]os cielos, i que hace nacer su sol sobre
Ho la certeza de dominar la especie entera los buenos i los malos, j)lueve sobre justos
un' dia, la mujer seria hoi i seguiría sien- i pecadores''.
do hasta la consumacion de los siglos, una "Yo os doi un precepto nuevo i es: Que
esclava degradada, a quien el hombre ne- os ameis ]os unos a ]os otros".
garia hasla la cualidfld de tener alma, pa- Vemos pues que en materias morales sí
ra hacerla servir perpetuamente a la satis- hai preceptos nuevos, es decir máximas i refaccion
de vergonzosos caprichos. glas cuya justicia es eterna; pero que solo
Si la historia, ese eco perdurable que los tiempos han hecho conocer. H Yo os daré
trasmite a las jeneraciones que vienen las un pTecepto nuevo", es decir, yo os haré
lecciones de las que pasaron, i que desen- ver que la moral que habeis seguido está
vuelve ante los pueblos i los gobiernos los en oposicion con la voluntad de mi Padre
efectos prócsimos i remotos de las diversas i con el proYecho de v,uestros hermanos;
formas que pueden asumir sus relaciones, yo os haré ver que la verdad moral ha esno
levantara su voz hora por hora para sos- tado eclipsada i que es llegado el dia de que
tener el ánimo de aquellos i hacer reflexio- resplandezca i triunfe 1
nar a los segundos, el mundo seria hoi en Directa e indirectarnente pues, el cristiagrande
lo que eran en pequeño esas nacio- nismo hizo resallar un gran número de vernes
antiguas, cuya historia se confunde con dad es morales que fueron ántes desconoci]
a biografia de los tiranos que las esplota- das no porque no ecsistieran en el órJen de
bun. No habria libertad, porque no habria los hechos humanos sino porque no ecsisseguridad,
ni seguridad porque la libertad lian en el de sus descubrimientos e ideas.
faltaba. Segun las mas funuadas opiniones, ]os cuer-mas
que, en sus ataques de nervios, ven deslizarse
entre cada dos líneas que escribimos.
No para calmar la inquietud de a]gun escritor
público a quien no hemos podido
com~render por la confusion qw.1' arrojó en
su escrito, apoyando cada pensamiento en
tres o cuatro injurias, sino para desarrollar
un poco lo que dijimos en los· números
20 i siguientes de nuestro periódico, volvemos
a ocuparnos de este asunto.
Comprendemos perfectamente que sin el
Evanjelio, hubiera necesitado el Decálogo del
ausilio de muchos siglos para triunfar del
espíritu contumaz de las pasiones; pero nos
dispensarán nuestros adversarios, si nos creemos
aun autorizados para repetir lo que en
otra ocasion dijimos: "Los simples preceptos
del Decálogo encierran todo ]o que se
ha escrito sobre moral desde Sócrates hasta
Bossuet i desde Bossuet hasta nuestros di as".
¿ Cómo se atreven esos nerviosos cristianos,
que desconocen i atacan la verdad de ese
principio, a decir que la paciencia, la caridad
i la igualdad fueron recomendadas por Jesucristo
ántes que por otro alguno? ¿Han olvidado
que el primer precepto que manda
amar a Dios i los 7 últimos que mandan a·
mar al prójimo, fueron simplemente esplicados
por él i que si los llamó nuevos,
fué, no porque no estuvieran promulgndos,
sino porque la barbarie los babia mantenido
ahogados i habia impedido que cundieran
entre los grupos sociales?
· Es que al hombre no le basta que se le
indiquen simplemente las reglns de su conducta,
para compelerlo a que las siga. Así
la lei del Sinaí necesitó para brillar, que el
Hijo de Dios la elevase basta hacer de ella
una relijion i que la exhibiese al mundo mártir
i vencedora, desde la cumbre sangrienta
del Calvario. Así tarnbien la nueva lei, atacada
vigorosa i ciegamente por los emperadores
qae odiaban sus preceptos, i por los
teólogos í casuistas que no los comprendieron,
necesitó para purificarse, de la sangre
que corrió en el anfiteatro de FJavio, i de las
llamas con que a los pueblos devoró la inquisicion.
1\o es que la moral se crea i se inventa con
los siglos; es sí que se comprende mas i mas.
a medida que los conocimientos i la observacion
se estienpen i que la historia hace comprender
a unas jeneraciones los efectos de
los hechos que predominaron en otras.
Ya veis pues, señores moralistas, que es-·
tamos de acuerdo en cuanto a la eternidad
de la lei moral. Ahora veamos si podemos
demostraros que su desarrollo es gradual i
que su verdadera intelijencia va fijándose
con el trascurso de los años. de los siglos
i de los pueblos.
Si GuttBmberg no hubiera dotado al m un- pos que llamamos simples i que encontrado
con la imprenta, i dado a cada alma que mos diseminados en el seno de la tierra fuecintes
se estendia oscura, afanada i sileneio- ron precipitándose de la atmósfera en larsa,
sin salir nunca de su propio límite, la gos períodos de siglos, hasta dejar a nuestro
facultad de ponerse en inmediato contacto globo revestido de su apariencia actual. Cocon
otra i otras i millones mas, para formar mo esos veneros escondidos que, por mas
el espíritu público, la opinion, la comuni- que ecsistan nos es imposible conocer sin
dad moral; ¿qué seria de las ciencias i de la gravísimos trabajos, vivió i vive la ciencia de
industria? Viviríamos sin duda en el fondo la moral, recibiendo de cada civilizacion un
de la mas crasa ignorancia, mendigando aun nuevo amparo, de cada ciencia un nuevo aa
los _sacerdotes, únicos dt;Ieños de lo~ ma: jente, de cada siglo una pájina.
nuscnt?s.' ]o poco ,que hubieran estudmdo 1 Esto alarma a algunos, que están o afee-que
qmsieran dectrnos. tan es lar dominados de una estremada sus-
Si la lei cristiana hubiera sido puesta en
rigurosa ejecucion por los pontífices i obispos
encargados de promulgarla; si la mujer
hubiera sido cuidadosamente protejida; si la
caridad hubiera sido siempre consultada; si
el imperio del mundo no hubiera jamas tentado
al jefe de Ja Iglesia; si el mas refinado
epicurismo no hubiera venido a ser el consejero
de las cortes cristianas; la moral de
Jesucristo se habría desarrollado siglos ha,
i don1inaria hoi al mundo en toda su pureza.
Sin el vapor que hace trabajar a la natu- ceptibilidad sobre este punto i les hace ver
raleza para que el hombre descanse; sin el te- en nuestras doctrinas el fatalismo, la 1:1nlégraf0
que lleva a Lóndt·es la no!icia de un piedad i no sabemos cuantos otros fantas-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
'Pero fué preciso que el Protestantismo se alzara,
amenazando destruirlo todo, para hacer
ver a los pontífices i casuistas el abismo
que iba a tragarse sus tiaras i sus doctrinas.
Dígase lo que se quiera, por los que
no han le1do mas h·, torias que las de Fleuri
i los ejemplos del Caton cristiano, el Protestantismo
hizo un inmenso serneio a la Relijion
católica, porque la ~urificó,_ rurificando
la Corte de Homa, escandalo VIVIente que
de tiempo atras desacreditaba el nombre
cristiano i mantenía avergonzado al mundo
de los fieles. Los papas embebidos en la literatura
romana i mas amigos de leer a Horacio
i a Ovidio que a San Juan i San Mateo,
habian adquirido ese espíritu de incredulidad
que tan naturaln1ente se desprende del
estudio de la latinidad antigua. Leon X con
su figura sombría i su cabeza cargada de
crín1enes, fué en esos desgraciados tiempos
€1 papa-t1)JO. En la Corte; el asesiJ?ato, 1a
traicion, el incesto, la escandalosa ~Imonía,
€se peculado de los tesoros de Dios.-En la
Iglesia; el mas supremo desprecio por los
:l\listerios de la Relijion, de los cuales no
11odin n ya hablar sino p~ua escarne.cerlos. i
esplotarlos; en los palaciOs ...... festines, vt-
IlO de Chipre, mujeres, perros, caballos~ halcones
i venablos; poesías eróticas en du1císin1o
toscano; v<'jillas i estatuas concebidas i
cinceladas por Benvenu_to, 'Cartones de Rafael
i frescos de :Miguel Anjelo; música i bailarinas,
cantatrices, devaneos e intrigas .... ,
.;\sí pasaban los pontífices i cónclaves, embria-gados
unos tras otros en esa suprema vofupluosidad.
¿Qué podia esperar la moral de Jesucristo
de los actores ternpesluosos o Ít·ldoleutes de
:tan escandalosa ori1a? Nada, i rwua obtuvo.
Fué luego que el proteslcmlismo atacó pt'1-
.hlica i resueltamente esos desmanes, que la
.moral eristiana, sostenida únicamente por el
nuevo clero, fué colocada una VI~Z mas en
la Si11a de San Pedro, C.U"O señor al fin abrió
los ojos. Eutóncrs ;.'le e ·hibjó el ejemplar
i austero Pau1o lV. Eutónces fué elejido el
hnmilde i virtuoso Pío V, que así llevaba
]a camisa de ceeda bajo la púrpurn, como unia
a su bonrlnu i dulzura la indómita tPna.
ziuad de Hi!cJcbrct 1do. Entónccs brilló Gregorio
XIII, dignísimo riYal de Pío i ar.abó
por refonnar i purilicar la Iglesia, llevando
$U influencia a los objspos, a los Gasuistas,
,a la líteraturn i a las artes. Así se echó pcr
"'tierra 1a literatura de~earada del Ariosto i se
creó la nueva era a en yo frAnte brilla el Tassu.
La inqu1sicion empero, a que en esos tiempos
se apeló co1uo nwdio UP morijerar, impidió
con sus u husos que la moral cristiana,
cuya esencia forman la carid;.Hl i la pnz, llegase
a triunfar completamente. S(llo cuan-
·do esta escnndalosa iu_titucion cayó, pudo
-dar un paso mas el Evanjelio.
Al Jado de esos tropiezos que en el seno
n1ismo de la Iglesia contrariaban la mal'cha
próspera de la moral cristiana, mil i mil
otros se alzaban i caían sucesivamente en
el seno de las cornunidades; ya por que la
verdad evanjélica no babia penetrado en
€llas, ya porque se habia tenido el cuidado
de pervertir i corromper sus dogmas.
La mujer, que ántes era universal i absolutamente
esclava, comienza apénas a ocupar
su verdadero pues lo en u nas partes; en
otras, ni la primera hora de su redeucion
ha sonado aun.
Los sacrifieios humanos. aeeptados sin escepcion
en todo el antiguo mundo, van des-apareciendo
al fin ...... ; pero ¿cuánto falta-rá
aun para queJas leyes de sangre sigan a
las relijiones de sangre; para que la juslióa
humana dr.jc de pedir ej ccucio~1es i pagar
yerdugos?
La esclavitud Ya borrándose del cuadro _ almas i haced! as eternamente felices; al oti o se
de las propiedades· pero millares nlillones le dijo: gober~~d a los ,hombr·es, sal>iar!1ente para
· . ' - d ' · . hacer su felwtdad aca en la tierra, i al tet·ce -·
de Cristianos, son aun senores ,.e siervos, o ro se le dijo: cumplid los mandamientos de Dios
esclavos de sus hermanos. ¿ Cuando se fun- i de los hombres para ser Llichoso en la tierra
darán la igualdad abso1u la, la completa li- i en el cíe~ o. . .
bertad, la jgualdad forzosa? " Ahor~ bwn ~~ha scgmdo si~n:!pr~ el sacerdote
Creedlo pues señores nuestros· la moral el sub}u'!le .den otero que le :senalo el f~ndador
. ' .. ' del cnsh nsmo? ¡oh! no, por desgraCia de la
anda 1 anda fo_r~~sa~ente, porque la l~ev.:tn espeeie humana. .
en brazos, la ClVIhzacwn que todo lo HlVa- Revisemos, aunque sea ·someramente la htstode,
la libertad que ante nadie se pros terna, ria de los pueh~o i veré m os con horro~ i con asomi
el espíritu del hombre que nunca se de- bro, e~ gran cumulo de males o.cas onados por
t
. los clengos p!!rversos: ved aqm una pctrte de
Iene. ... sus obras.
Por eso diJimos que no toca al hombre a- En el año de 2~).1 el obispo de Cartago en aso-brirle
su CatYlino. Nó; ella va adelante; nos cio de los clérigos Cipriano, Novato i No\'ida-guia
i no nenesita de nuestra ayuda eon1o no, armaron a los ct·istianos, los ,empujaron al
""t · · 1" '' t h combate i fué horrible Ja matanza.
no teme nues ra r~s1stencw. · · ·· · ¡~uan ° an En 313, algunos clérigos impulsaron a la m u-hecho
por destruirla los malos cmdadanos, eh dnmbre a asesinar cobarde i alevosamente
los malos Gobiernos i los malos sacerdotes ! al hijo del emperador Galerio, a una niña de 7
i sin embargo, ella anda i anda, porque co- años, i hasta el emperador 'Maximino vió a Sll
mo dijimos otra vez '/Su suerte no depende esposa .arra~lrad~ de }os cabellos por las, c_allcs
. . de Antwqma. Sm numero fueron las nctunas
de 1a voluntad SIDO de los destinos del hom- sacrificadas en aquel motín cristwno.
bre". Cuando se levantó en Africa el cisma de los
¿ Cuál es ese destino? En otra ocasion os Donatistas, }1ubo tambien una espantosa rnortan-
]o diremos. dau, verificada ~on instrumentos. -contundentes,
ORES.
EL CRISTIANIS~IO 1 LA DEMOCRACIA.
o
LA IGLESIA I. LA REPUBLICA.
No ha muchos dias que vimos en el alcance ál
número 15 de" El Pueblo'' un artículo firmado
en Palo-coposo por uno efe nuestros amigos, bajo
el mote de ''La Iglesia Victoriosa'' i desde enl.ónces
hemos estado con la tentacion de escribir
algo sobre el mismo Rsunto; lo que hoi hacemos
con tanto ma)or gusto cu.anto que, nos hemos
.llegado a per~uadir íntimamente de que
el porvenir de la democracia cstú seriamenle amenazado
por esa potencia inln,Jsa i nbsorvente,
compuesta de los falsos apósloles del cris-
1 ianismo, i de alg·unos politicastros repletos de
am >icion.
A esos curas intr·igon1es i embusteros que o] ..
viclaron su deber en la pasada/ contienrfa eleccionaria.,
los llama nuestro amigo con fa mas
amarg-a ironia, bene1ntiritos de la Iglesia, ilustres
cam!Jeones de la 'milicia cnsúana; nosotros
los llamarémos simplemente, sacerdotes espurios.
J miéntrns nos dejen 1 ihres las mnnos i la impl'enta,
no dejal'émos de denunciar ante eJ augusto
tribunal de la opioion públie«, los escáutlalns
i abusos de esos hombres que, en vez de hacer
el innwnso bien que pu •den, se ocupan en
i1arer el inmenso mal que tarnhieu pueden.
Pero mueho hemos ad 'lilntado ya en conoccrlt•
s: ellos se han desembozado i se presentan
va con la cara descubierta rt'lando a los amigf)
s ele la libertad: sea en buena hora; 1anto
rnr. or para nosotros que ya podemos sefialarlos
eon t>l dedo i decir a los pueblo~: mirad
af]uí a Jos falsif1('adores del Evanjrlio, a los
eorruptores de vuestm conciencia, la peste de
los gobiernos libres: me1or pitra nosotros que
sabernos ra quieues son los dóciles ajentes de
:.\Iariano Ospina para llevar adelnnlc sus intentos
deprnvados i consumar en Antioqnia sn plan
Ji herticida: mejor para nosotros que sabemos ya
donde debemos dirijir nuestros atar(ues, i de qué
lobos debemos defender a la grei republicana.
Ahora entr·cmos en muteria.
l\las de 18 siglos ha que apareció en una pequena
ciudad de Galilea llamada 1 razaret, un Novador
tan humilde como intrépido, que se decía
enviado por el cielo para dt'moler el imperio
del error i la mentira, i fundar el rcina,lo
de Ja verdad i la ju~ticia. Era Jesus, el gran
revolucionario, que debio cambiar la faz del mundo
moral con su purísima doctrina; era el Hijo
de Dios.
I consumada que fué la grandiosa obra de rejenerar
la humanidad, el Cristo se alejó de la tierra
despues de haber echado los fnodi mentas de
su (glesia, i confiildo a sus . discipulos la propaganda
de su moral divina. El subió al cielo despues
de haber dicho a los hombres: la paz os
traje, la paz os dejo, la paz sea con vosotros.
Desde entónces quedó marcada por el dedo
mismo del gran Lejislador, la senda que debe seseg
·uir el sacerdote, la que debe seguir el gobernante
i la que debe seguir el simple ciudad;
mo; la primera puramente espiriltn.l, la segunda
puramente temporal i la tercera espiritual
i temporal. Al uno se le diJo: puriíkad las
por que los clengo-verdugos uccian que las armas
cortantes i punzantes son prohibidas por
la iglesia, a consecuencia de la sangre que ha~
cen verter. Orútiarw pensamiento!
La ~-mportantlsirna disputa sobre la consustan~
eialidad del Padre i del Hijo costó tamuien asi,
asi, como unos 500,000 cristianos. Pero despues
de esas gotitas de sangre cristianamente der-ramadas
la cosa se aclaró, i ya pueden eS}1lica.rla
satisfactoriamente nuestros di,·inos tcologos.
¡Admirable virtud la de la 'Sangre!
Las conli'Oversias de los iconoclastas con los iconolastras
L:nnbien costaron a la cristiandad la bobería
de 60,000 individuos; pero al fin se pudo
acla·rm· el etsun to i cesó la carnicería.
l,a Emperat;·iz Teodora, por allá en los años
de 845, hizo morir igualmente unos 100,000 maniqueos
para cumplir la 1-1enitencia que su con~
fesor le impuso. 1Saludublc penitencia! ¡piadoso
confesor!
Es rama qne la escaramuza aquella de las Crt~zadas,
no dejó fuGra tle combate ménos de 3 nnllone
·s de musulmanes i crisLianos. Pero qué remedio:
era preciso ibertar el sepulcro de Cristo
''o morir en la demanda"
En el sig·lo XlV el gmn cisma de oriente inundó
de sangre locla la Europa, i aunque el suplicio
de Juan Thus i Jerónimo de Pt·aga dizque
hizo rnuc.ho honor al Empemder Sejismundo,
produjo sin embargo la famosa guer-ra de
los Husitas de donde resultaron mas de 150,000
muertos.
Las matanzas de l\Ierindol i de Cabreres tuvieron
un carál:ler mas teroz todavía que las an~
leriores; pues los niños eran arrojados a las llamas,
i las 'irjencs 'iolauas i descuartizadas. Pero
qué hacer; así lo e. ijia la Reli;jion.
Asegura u11 historiador que desde Leon X ha~ta
Clemente XI, subió euormemente el precJO
de la l<.'na en Europa; pQr que era talla acLiYiJad
i el número de las hogueras cristianas·
que ya empez:-:ba a faltar comhustible para alimentarlas.
Mas qué remedio: primero la relíjion
que todo.
E:tá averiguado que el tribunal fiel Santo oficio
hizo chamuscar las barbns a mas de medio
millon de brujos; fuera de otr·os tantos herejes
que perecieron en las cárceles al rigor de
los mas crueles tormentos.
Lo que no se ha podido averiguar por ~squisilas
dilijencias que se han hecho, es sr esos
magos infelices, eran rojos o conser adores; pe··
ro la historia edc iá tica se inclina a creer que
todos eran rojos, porque de otro modo no se les
hubi(,ra sorprendido en relaciones íntimas con
el cornudo mon&rca del auismo.
1 sicnc!o así, bien merecieron su suerte; por
que la rclijion no adlllile tales desórdenPs.
Pero prescindamos de los horrores causados
por el fanatismo rrlijio::;o allá en el vieJo continente,
i ' 'enmos sus hazanas aquí en las rejiones
de la América. ¡Cuan desolado quedó el imperio
de los Incas des pues de la conqui~tal Cuantos
millares de los inocentes adoradores del Sol
fueron sacrificados al fanatismo i la codicia del
bárbaro españÓI. .
Ahora ¿en quiénes fué que hallaron la mas Vlg-
oros::t resisteneia los Libertadores de. Colombia?
¿Quiénes rodearon de estorbos 1 _embarazos
la grande obra de nuestra emaneipacion
política? Los malos sacerdotes; los sacerdotes
avezados a la senidumu ·e, i secuares feroces
de la tiranía española.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL PUEBL •
'~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~---¡
Oh! siempre ve reís al clero corrompido, en pugna
eon la República, i en perpetua guerra con
)a Libertad.
Por eso hemos llegado a preguntarnos: ¡,será
que la forma republicana i el Cristianismo se
es el u·uen? ¿Ser·á que existe un fatal antagonismo
entre la relijion i la libertad social? Será que
no se puede ser buen cristiano, i al mismo tiempo
buen republicano? ¡Ah 1 no; mil \·eces no.
Ya hemos visto que uno mismo _('ué el orijcn
de la iglesia cristiana i de la República democralica;
ya hemos visto que son oriundas del
cielo esas dos entidades fundadas para hacer
Ja felicidad del hombre, temporal i eternamente.
Si pues las dos mas bellas creaciones de la mente
divina léJOS de combatirse se ayudan i se hermanan
¿por qué vemos constantemente a una
parte del clero armada contra los dogmas de
la democracia, por sostener'los dogmas del catolicismo?
Confesamos. francamente que no podemos
esplicar tan lamentable aberracion, sino es
por un grado mui subido de malicia o de torpeza
inauJitn.
Sí: la cartilla del clero i del gobierno es el e van·
jelio: allí esta señalada la mision de cada uno;
solamente que, la mision del gobierno se detiene
en el sepulcro, i la del clero va todavía mas
allá ... _.El individuo puede ser libre en la tierra,
i JUslo delante de Dios.
Mas nosotros no desesperamos de que esos
sacerdotes que por fines puramente temporales,
se han apartado en otras ocasiones de sus deberes
sacrosantos, vuelvan a entrar en el camino
difícil pero bello, que les traza el cristianismo.
Nosotros esperamos con fundamento que las
bomilias de nue.;tro clero en adelante se reducirán
simplemente a bacer aborrecible el vicio
i amable la virtud. Creemos que su esclusiva
ocupacion en lo fulum se reducirá solamente a
propagar la het'mosa moral de J. C. i a trabajar
por la felicidad et.ema de las almas.
. Ya se habrán persuadido esos clérigos estra'
'Iados, de que su presencia .en la política les
aearrea la execracion de un partido, i de que ellos
110 son sino instrumento de que otros se valen,
pRra humillar i oprimir a sus contrarios.
El dia en que el clero ejerza de~orosa i dignamente
su delicada mision, ese dia qner~. no crea, lo único que puede hacer
P.S r~produc1r ~m ohjf'to bajo distintas formas,
ha dwbo el emmcnte Say. Esto es mui esnclo, i
d~duzco JO de ello.que tanto mas se podrá producir
cuantos mas objetos se lenrra para trasformar
A hora dividam~s el todo de u~1 produe;to en do~
nueras partes, 1 ~ean estas, el ohjeto que debe
ser .trasformado, 1 el cómputo de fuerzas naturales
1 humanas qne deben operar la trasformacion ·
llamemos la ~rimera R i la st>gunda F. Es evi:
d~nte que.cl numero tolnl de trasformaciones parCI~
les es 1gual ~ la trasf?rmacion total; pero es
ast q;ue ca~a umdad de fuerza debe producir una
lrasformacwn en cada unidad del todo . trasformab.
le, luego F unidades producirán F trasformaclOnes,
de manem que tendremos P=F ( 1+1
+1+1+ ....... . ) el número de unidades que
componen R; luego P=F+F+F + ......... y o
P=FR. Si dividimos i multiplicamos el serrundo
miembro por N' no habrá alterado su v~or, i
tendremos, P=~ = ~ RN'. Ecsaminemos estoS'
l'C' l'C'
fado res~ iR N'; F hemos llamado la fuerza colectiva
que concurre a la produccion: est:l fuerza
no es a su vez sino un producto, d producto de
la accion humana sobre la naturaleza, i tenemos
por lo demostrado F=HN'. de donde !:..=n:.Aho-l'C'
ra, haciendo razonamientos semejantes llegamos
a esta nueva igualdad, n = :. , de donde resulta.
R N'=N. Luego si P= .; nN', será a fortiori P=
N H. Esta demostracion es matemáticamente
e saeta
De este teorema podemos deducir el siguiente
corolario, que por su claridad no necesita ser demostrado.
Hac-iéndose mayorres el elemento humano
i el elemento natural, o uno solo de ellos la
produccio· .. se hará mayor. Ahora bien, digo que
la libertad tiende a hacerlos incesantemente mayores.
1 o Porque aumentando los capitales, aumentan
las fuerzas naturales en una cantitlad mui
crecida.
2° Porque hace que los capitales sean trabajados
por manos las mas aptas respectivamente;' lo
cual sucede· por el hecho mismo de prestarse didinero,
pues siendo tanto el mutuante como el
mutuatario amigos celosos de su propio provecho,
se deduce que aquel no diera su capital si de sus
cálculos resultara, que podria ganar mas tmbajándolo
él mismo; i el olro no la tomara si de sus
cálculos no le resultara la probabilidad de ganar
con él, mas de lo que debe parrar por su uso.
Aunque en las anormales circunstancias en que
se encuentra el comercio de estos pueblos, se presenten
varias o muchas escepciones de este fenó.
meno, es seguro que la esperiencia i las luces las
iran haciendo desaparecer; todas las probabilidadt~
s humanas nos dicen que la naturaleza de las
cusas las lleva necesariamente a una conslilucion
regular; tlebemos pues esperar que tarde o
temprano esa será la leí del intcres del dinero.
3° Porque el que trabaja con capital ajeno debiendo
sacar de él dos intereses, uno que queda
a favor del capital, i otro que es la remuneracion
de su tntbajo, i estando interesado fuertemente
en que este segundo ecsista, i sea tanto mayor
cuando él pueda, puesto que él no percibe la utilidad
del capital, debe aumenlar su actividad,
sus conocimientos&, tanto euanto le sea posible;
lo cual no seria así trabajando el capitalista mismo,
pues ese interes del capital lo percibe él.
Aumentando, como queda demostrado, la libertad
la masa de elemeutos naturales i humanos, es
claro, evidente que tiende incesantemente a haeer.
maym·es los productos de los capitales.
(Continuará.)
Pascual Bravo.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
~~ S'fElUOS · 1 do disimulo bajo la solapa de nuestro paletó. 1
• como perros de mala lei que abandonan la pista
Hai cierta cosa incomprensible i necesaria que tan deseada por correr eu pos de la primera ripreside
invariablemente a todos Jos grandes a- dícula alimaña. con que dan al paso, así nosotros
conlecimientos de las sociedades i de los indi- atraídos por el deseo, olviJamos ) a la rústica.
au~1 nos permite ver; C}UC toJos meditamos i que 6.0 «Semana virjínea para la hora de morir~>.
:ning-uno comprende; es decir cierto mistel'io. 7. 0 Un carrtucho cou pas1as pectorales, ·
¿Dónde nació Homero? ¿Cuándo escribió Os- 8.0 «Oracion i't~f'cdtble contra la disenteria>).
sian? Misterio. 9. o Un paquete con un cabo de veJ.a bentlila,
;. Cómo escapó Moises? ¿Cómo murió Rórnulo? dos medallas, medio biscocho i tres escapularios
l\lislcril). con sus correspoudicntes títulos de propiedad i
¿,Qué será lieo del que hecho en m8:riniya pues tan"
Ive Ct ~..,to,que las cosds d.e t lls bulto se. le stt.l:'an bien escribian las CQsas que b~enen de carlaa
uno de entre los dedos 1 se vuelvan o;o de lwr- gena del Protestante que a beniuo i Jas caR-m1.9a.
. , , . . las dela banderaque son cosas que ban aser mu- -s,·. ~mce~Doncl~./~~ta «La ,s1 ~u~c~~~»? eha falta i que no se que agamos Ha para t~-
-~o ';·.ll~ .~~~~ .~d~ ~.riJ·~:l1es, nos contes~a.. . n ~ler qe ler que el poema me Jo se de_ memo~:tia -s:. 1 '!'1. a "Que L.1 he <.ho :.1 U: ~ie «La ~tlu~cJOn ? 1 no me gustan esos bersos tan largos 1 tan sun.-
~Nl -~1ccl10 real, nos diCe, evitando dicstrctmente ples uespues que uno ha le.do los del ctotor Bl-
-tl c~ro~: . . , ~a a los Rojos que tstavan tdf1 selebrcs. con
-.~~ · ''.anll, Sr. ~~cesF'I_, Sr ~Jlla, ~S ,Pbr~~· que por no poderle mandar la cituaSion te man-
~.Bc\Z~1, CtJ~~to, Gonz<1lez 1 Jem?.ts colabo1 adore:; t1o esns abisos de las pildoRas Je bl'ander que
<.que ha SH•O de ceLa · · · · · ·. · · · · , icn Jos podés ler que no tienen cosa mala i
A1~t,es que hayam.o~ ternll~la~!c~ la preg:t~ta,. ~e iumismo hes. que si quiera e cosa nveba i deencc:,
lcn de hombros 1. nos '~lli\Cn las rspüldt~s. siandole que estés de mejoría soi tu beRdade-
-:SS. Gamonal<'~, que Jurasl('IS s~lstencda por' un H.a AIJrcsiadora. R.' H. J.
:.állo aunque nadw la co1uprara m ley(.;ra: SS. Co-. .
Jnisal'ios que en tndo os enlromtleis i que todo Po~CRITUN. SI tenes desocupaos_los ~o]des ace-lo
\'Íjilais, hasta la prensa que es libre: Sras. bea- me Jabor ~te me ndamclos Con JCSUSJta cuando
tas que de memoria os la aprendíais en misa .... b~nga a m1sn que es para Cortar un camtson que
. ¿Dónde csttí HLa Sitt ;:ciun>) riel '13 de noYiembre? pteuso aser pues anque ~ande pot' unos ond.e las
Silencio sepulcral; mis1eTio solemne i tento.dor.' scnoras Hes~ovarcs que s1~npre me .an eho tabor
Entregados cuerpo i alma, a la punzante tarea de prcstame 1 onoc las scnoras c~ye¡as, me ~ande
dcsentwnar la verdad del caso rcsolvimo~ daron unas cosa que no cr.lcnch 1 unas lammas
esta mauana asomamos a la Igtesi~ a ve¡· si el del eoreo de Ullr~má que son unas niiías mui japadre
La echaba e11 misa, o si el sacl'Ít-tan la ha- lanas con _flores 1 ~osas_ qu~ pnresen _honbres eon
bia colo-ado de la baranda del P' lpito o de la pi- chaqueta 1 cueyos 1 punos 1 pehera 1 una eabcsa
la . Si fueramos poetas~ o lilera- mas hedJs1on del papel de la C1tuas10n>). Bale.
tos siquiera, diriamos que un t'ago presenti-miento
nos impelió a carga· con él; pero como no RE
somos ni tenemos intencion de ser Jamas lo uno
ni lo otro, dirémos ti a i llanamente, que nues- SE~ ORES RRDACTORES DE "EL PUEBLO".
tra curiosidad se ptcó i que mm idos del deseo
de ver lo que allí hahia, cometimos el pecado de l\1edellin 11 de noviembre de 1855.
. ..al.zarlo,i mirando .a todos lados pu:;ímoslo con to- 1\Iui señores rnios:-En el núm~ ~3 de su perió-
...
dico, en uno de los últimos acápites de la Seccion
"Crónica Inlerior '', se hace al Tesorero parroquial
de este distrito, que lo es el que suscrib~
el cargo de que no ha pagado a los serenos i demas
empleados parroquiales los sueldos correspondientes
a los meses de setiembre i octubre últimos,
cuyo retardo dicen UU, no .pueden ménos
de estrañar, porque siempre han sobrado al distrito
fondos para esto, i sobre lo cual se abstienen.
de hacer cargo alguno al seiíor Tesorero parroquial,
pero que lo exi.tan a que dé esplicaeiones,
ofreciendo publicar gratis en el ·" ·Pueb'lo" sus
descargos .
Aprovechándome, pues, de su jeneroso ofreci·
miento, i conociendo que debo como empleado
público dar· al "Pueblo.,. cuenta de mi conduct
Citación recomendada (normas APA)
"El Pueblo - N. 24", -:-, 1855. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3684489/), el día 2025-05-01.
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