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1lledell/u, 12 de Jubo de 1855. ~ NUM. 6.
EL PUEBI~O.
LA CONSTITUYENTE.
Hemos terrn inado el c.· a HJen del pri n1er capítulo
l presupuesto provincial, i t.Teen¡os haber clciuostra:
que SI la propiedad, es cu efe~·to_ una gaa·•ntda qu~
de respetarse, l<~s al'cas pa·oviucialcs no deb~n ul
etleu cont.•r cou el pt·oductu de Id veuta de dos fincas
ue pertenecen al di~trllo.
El capitulo que dcue ocuparno· ahut·a es d~ una
portancia bien superior a la que, seguu deJ :nuos
ll'ho, envuelve el prituero. 1 rátose, uo de una (.."Uesn
de propied.,d, facil de r·e::solvcrse <·uando se ven
s t'1tul si se t·omp •ran con l.s leyes, sinó de ld c:ouveiencia
o Ín""onvcniencia abstracto del estableciu11euto
una t·ontribueion determiu .• da. En el prin1er· caso,
el jurist."onsulto quien esta l111m·•do ajuzgar; ~n el
nndo, e1 e{'OllOtnista. Alh derideu los leyes exJ~tentes
, l:iu ·uas o analas; aquí los prin,·ipivs de la cien-a.
All't un C'oJigo; ~quí un sisteana.
Ya se Jeja vet• cuanta disLtncia n1edia entt•e las dos
estioue!; i ''ll<.~ll diferente es la indole de uua i otra.
Por. eso en la prinaera, dccidtmos; I ero. en esta nos
ImitanHlS a opinar. La cuestiou casas uo t1ene rnar; que
)S oluciones, i cada solut·ion Jebe fundarse, no en
opiuiones del que la pl'cseut.,, sino en los docu-ntos
sobre que La fundn.
Pero t•n la ('uestion prr,jes, no hai que <·onsult "'~ r na-que
pueda lla 1na rse lijo i un i forrne. Pri ne i pi os e<·o ..
nucos sn.Jelos a ,·onlradit· · iones; hechos espel'ialcs
pueden o. od i fi ,. ét r los p1·i rll·i pi os re e o ll(Jc id os; daestad
ist i e os deficiente~ o i nes., e tos; tales son 1 os elentos
que h n de servirnos P''ra invesli'gar, i que den
constituir el cuerpo de Jeduciones que obteng,-ttnos.
Nosotros refundianos en la píllabra peaje, las de pasfl-ipontazgoque
uuestr.•sordenanzas han adoptado.Esto
1plifica el <·álrulo, s1n alterar los dato
Cumenlatnos por defirair. ¿Qué se Llama peaje en
estrildo i se levantáron una Carcel1 una lgles
i a • V e d a q u 't todo .
1 a estos infelices cas(·rios, verdaderos asientos de
la ignorancia i Je la tniseria huanana, se les deja el
c_·uidado de sostener las vias publicas. A ellos, que
no tienen por lo jeneral, ni los medios de pagar al
que ha de enseñar a leer los niños: a ellos que miran
las cosas publicHs con hotTor i entre quienes se consiJera.
que los oficios pa~roquialessou t~.n degra?a;ntes ~
tan ruinosos como el cu:nato entre los antiguos cnslianos.
¿Por qué pues, u os ad ruiramos de que no haya
caminos?
Esparcidos a distant'Ías rousider~bles, los pueblos de
esta provincia estan n•as lejos Je los re~:ursos, cuanto
son 1nas pobres. De este rnodo la obl1ga.c1on 1nas pesada
va <'él'\'ClH.Io sobre los que son relatavao·1ente mas
incapaces. ~Pues al pueblo rnlls de~provisto, al .rnas
aisl~do, al tnfls pobre, toca segun 1 stsl.ema establecido.
la obligacion indispensable de reparar el ean,iuo mas
largo i por consi~uienle elrnas abandonado, el mas cos-.
toso, el nlas d ifí~ i l?
· La mísm:. pobrez~ de los pueblos esplica la escases
de anaterias itnponibles. Pero romo para existir es
ne(·estlrio tener rentas i ron1o la única renta que,
sea-un la organizaeion actual, pueden sonseguir, es
l.t nque rindan los in1puestos de td1nsito, re~ulta de
aquí, con1o lo ven)os todos, que el cotnerc1o .sufre
i ~tH'l a Yeces parece en las ntanos de estos miserables
esa<·tores.
Hai otro mal graye i gravlsin1o, que es consec~encia
necesaria de los inconvenientes que llevamos dicho~,
a sabe t· : que alcanzando apeuas la cuota ~otectada par
et p go eJe l.os gastos mas precisos de aclministracion
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
22 EL PUEBLO.
los caminos no aprovechan ni un eentavo de ella.
¿Porqué pues, lo repetimos, hen1os de adn1irarnos
de que no haya cao1lnos?
Entre nosotros, fuera de la 1ninería~ no hai rnas intl
stt·ia de ~lgt na c:onsiderariun, que el c·on1ercio del
estcrior. Para los que no se ;:lSUStle-cido,
altera las relaciones ron1ert·ia les de los pueblos;
jntroduce el desnivel eutre las cap:1cidades de los productores;
jat,orece a unos, gt·ava escesivamt?lle a otros~
escluye a auuchns i eleva ind~Jinidamenle el precio de
Jos arliculos, lo ('ual equivale a ap;\rtarlos del consumidor;
introduce mil en1bar·a7os en la ntarcha de
los negocios i finalmente 'riene, en último resultado
a recaer sobre los c!onsurniJores, con esdusion casi
total de los introductores que se hacen rt>e1nholsar alfin;
luego ese impuesto es pcrJuc..li~ial, injusto e indigno
de su b ... isti r.
Continllard.
COLABORADO RES.
PLUTOLO.JI A..
nombre de plttloloiia a la cienria de la,.¡_
queza, siguiendo la nomenddtura tnoderna de un c·ompatriota
nnestro ( 1 ); i bajo esle titulo haremos algunos
estudios de lo que hasta ahot'a se ha llar .ado impropiamente
eronO?niapollticn, pr·•ncip1ando en este nun1ero
por la relacion de la inJ ustria con el servicio Je los
capitales.
1\tiucho se ha rlan1ado en esta epoca contra la libertad
del interes del dinero; pero toJa lei en sentido
de la represion encalla forzos:unente. porque el provee ho
1ndividual es anas poJeroso que elananJato del Lejislador.
Ast~ en e~tos breves ~puntes, 110 ,·amos a rebHtir·
a los que sostienen la t.sa legal, pues no merct·en una
refutaciou seria, sinó a conll·arÍicnhechor~tu
Per·o entre nosotros donde la inJu~tria es incipiente •·
}a UCOJélllda i )a oferta jinttl en orbÍt<~S distintas.
Ninguna t'Ui presa prod tll e tnas del uno por cÜnl •s
mensual que es el pre•nio t·omuu eu el mercado; lut='g o
a índustria no puede soportarlo; i sitiO lo soporta oJ
sucumbe; i sino sut un. be, se estanca, porque no pueda
adelautar un paso en el can1ino de la fortuna. 1: 1o ven
gtln, pues, a decirnos los espe<'uladorcs que los capi ut
les son p t·os i la inJustria n1ucha, a' ojiéndosc al prin ·
c-ipio de que aumenta la petit·Íoll i distninuye la oferta e·
para dernostnarnos que delJe subir el interes; porqu 1
es el dinero quien tieue necesidad de d&r vida a la in AS
dustria, i no esta la que tiene que plegar a la arumula os
cion del dinero: tanto Yaldrla eutónces suprimir la in"d
dustria i dejar inutil el en1pleo de los capitales. U(
Nosotros preguntamos ahora a los prest<~tnista·et'"
Cuándo no podais colocar vuestros fondos porque 1 a
industria de los demas no os pueda contribuir con e or
rédito, conlo est suredien o i ~ut e-dera necesariam~n
te ¿qué haréis con ellos? Los pondréis a la obra de 1 ~o
produrcion, sera vuestra respuesta. Mui bi n. Per ri
entónces, si apenas o: dara, cuando tnurho, el un o
por ciento mensual, ¿P()rqué cobrais actualmete el un u
i cuarto. el tllJO i medio, el dos i hasta el tres i t'Uatr ¿
por mes'? ¿Hctbra .iusticia en sustraet· del producido d or
la industria de otr·o, lo que vosotros no podéis ga11a
Hritan1ente con b aplicacion de vuestras farultade
t'On el tra ha jo de ,. u estros brazos? G a nais, pues, tr11
ha Jando tn U(' ho, lo que vuestro deudor gana en igu s
les t'ircunstanrias; con la diferencia de que no podei Ú
obtener por separado el interes que él os retribuy w
i con el int'onvenicntc de h"ber he\:ho auayor esfuerz L:l so~·iedad se ahr·•na. la des-e
fi.,.nzJ c·unde, l1s tr¡:u..¡ •·iones se cliti(·ultan, las
r1 antias escasean, los l'ol'J·cs de los ri,·os se cierran
d comey·cio se paraliz1.
tr., s usuret·og, por su p 1rt~, gut\rd"n el C'apit•l que
u alvó Jel n1ufr·ajio i hieren nJort:dmente la riqueza
d lica por· fdta de valores c·irculante~. Gozan unicate
la s•tisficcion negativ ., de los avaros para ori.Ji-m•
s t.•ruela reac<.·ion inf.libleJe los pródigos; o se
en empresarios de industria i p:tlpan por us p•·o-a1
11 ujos, que ~odo 1nteres exedent.c del seis por cienel
anual no puede sobrellevarlo en este pais ningun
bl ocio hr·ito por ventaioso que se;¡. 1\las si estos homs
reflexionaran con la esperien<·ia de todos los dias,
O lri-.n h;,cer este calculo: ts son el cura Sautarosano i sus ardientes
cor1t 1ilitones!
(:Ois Antioqueños? F:l Hijo del hombre declaró que
las puertas i nfern~ les no preva Je,·eria n ja n1as contra
su Iglesia; i el Cur.t de S~nta-Hosa sostiene que los
1·ojos pueden desLar:' tar la obra cle Dios!
¿Ois Antioqueños? El Congreso gr(\ nad1no en la plenitud
de su sabiduria separó la lglesia del Estado, i
tr~zo distintas orbitas a una i otra potestaJ, restituyendo
a la lg1esia su sober~ania, i encerrando a las
autoridades pollti•·a i t·ivil dentro de los lín1ites pur~n1enle
ten1porr~les; i no en bilt'~ante, el ('lira de Santa•
Rosa ;¡firant. que si los rojos se ,,dueiirln del podet,
en la provincia, promulgaran leyes nefdndas contra.
los fueros de la Iglesia, i que la re1ijion C'on1prin1ida.
entre sus grtn·as morirá ignominiosatuente!
El sacerdote de buena lei respeta i hare respeta
los dogmas sacrosantos de la relijion; i el cura de
quien l-1:-.bla•nos, se apodera de cs:t misma relijion, que
pretende defendet',para convertirla en instruaneuto que
Je asegua·e el triunfo de sus candiJatos predilectos ..
¿No es una iniquidad apoyar en el cielo la palanca
con que se trata cle mover bajas pasiones, que al
irritarse han de produt'ir la discordia entre los púeblos?
Ht'spouda el clérigo en cuestilJn.
El buen cindad princ1pio
fundarnent·lcs de l"' República; i el bendito p~dr
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
antarosano Ha o~ado prostituir a'nte los OJOS oet
pueblo, i Ldsear la institucion del s-ufrajio, una de
las m ¡;s ricas conq u istils de la detnucra e ia. 1 si esto no
es verUad ¿Como se tla1na eso de su.bit·se al pulpito
e mezdar ld idea política ·on ia idea,~ lijiosa~ la idea
Hi ~i na con la idea te m porat, i hacer ca léH' esa confeccion
artct'a en el auimo de un auditot·io crédulo i encilio,
per U!ldién( olo de que 1~ Helijion se a,·aba si
no salen e ier tos no m ht·es de la u1·na e lec ionaria :J Pero
quedese aquí el cura de Santa·Rosa i jenerctlizemos
algo mas nuest ·o lenjuaje.
Sacerdotes cistnáticos, llenos de ignorancia o de rnalícia:
¿cuando Jejaréis de pervertir la <'onciencia de
los bocnbres <'andoro os, en vez de ilustrarla i fortificarla
en Ll fé del cristianismo? cuando trctt :,réis ele
unir los forazones con los vÍnt·ulos de la caridad evanjelica,
en vez Je sembrar en ellos el odio i el rencor!
Sacerdotes cismaticos llenos de ignorancia o de analicia:
¿Cudndo dejaréis de entrdb.•r la tnareha providencial
de la especie huanana, con vuestras supet~cberJa~
·i vuestro refinado fanatismo? ¿Cuando dejareis
de tr ·
Tan1bien o he visto con la oliva en la mano
cificando las i enciones, aplacando los odios; pre
cando el olvido i el perdon de las i njurios i herr.
nando a los que se aborrecen i hacen maL
Os he visto finalmente a<'ercar.us al lecho del
ribundo, i recojer su po~trin1er aliento des pues de
ber llenado su esptritu de fe, i su corazon de consu
. d 1 1 e esperanza •••
He ahi, com rovincianos, a los verdaderos 1\ti
tros del Altisimo: bendecid los. Pero guardaos bien
aquellos redomados i falsos sacerdotes que con
refinada hipoc1 esía i su perversidad profunda}
hacen mas que insultar a los hombres, velipcfi~
la tnoral, ultrajar la reLijion i provocar la cólera
Cielo!
Medelli • 1855.
T. LLANO.
ll\11 ENTA BE BALC.AZAR
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Pueblo - N. 6", -:-, 1855. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3684471/), el día 2025-05-17.
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