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I LA ESPADA DE HOLOFERNES .
• [ N,úm. Il.P ] [ Trim. 1.0 ]
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SantaJé de Bogotá 15 de Abril de 183(}.
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Heu ! patior telis vulnera Jacta meis.
:Ay de mi! que padezco herida con mis flechas.-OvI DIO.
~.O 3.°
Las cl'ueldadu del paganismo. y la lxnignirlad y dulzura del
cristianismo Jormall la apología de, nuestra santa Religioll.
De lo dicho en el paragrafo anterior se sigue, que le debemos
a la religion cbristiaoa un sin número de beneficios, que
nunca podrémos pagar bastantemente á su divino Autor.
Ella ha ilustrado nuestro entendimiento, nos ha hecho mansos,
dulces y sociables. ' .. La supersticion de la idolaMa comun
á todas las Naciones, dispuso los hombres á una crueldad
llamada religiosa, pero vordaderamente infernal, con la
que ciertamente no nacieron ,. pues entre mil niños no hallareis
uno que guste verter la sangre hnmana." ( VoLt. tom. ,
41. pago 16.
La religion del paganismo jamás qued6 satisfecha de
sangre humana. Los millares de víctimas empapadas en
la sangre de los niños Mexicanos en tie:mpo de los indios
gentiles, nos demuestran bien cuanto le debemos al christianísmo,
que no exije de nosotros otras> víctimas que el sacrificio
de nuestros vicios, enemigos verdaderos de nuestra
alma. El christianismo es el fin y término de la crueldad,
y el principio y cODsumacion de la caridad. En todas partes
la b~rbara crueldad es el caracter de la reli gion pagana,
y en todas se le encuentra sellada con la sangre humana.
LicaoD, Calchas, Saturno, Baca, &c. todos estos ídolos
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eran adorados con crueles y sanguinarios sacrificros, y en
tan horribles sacrilegios la ' ternura mate rnal se convertia en
una crueldad religiosa, que hacia que la misma madre inhumana,
condujese el fruto tierno de sus entrañas, y lo colo,..
case á sangre fria entre los ardientes brazos del Dios de-vorador.
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En cierto modo hororriza mas la cruel diversion que
se proponia al pueblo en los juegos de los gladiadores: dego
llarse unos a otros, combatir en el circo con las bestias
1eroces; he aqui lo que servia de delicia á Jos espectadores,
y lo que tambien hacia parte del culto que se tributaba 'á
aquellos Dioses sanguinarios,
En ti e mpo de Jos Emperadores vino del oriente á Ro.
roa un hombre sencillo, pero ll eno de fé, ll amado Telé ma~
o, con el noble proyecto de presentarse en la arena, é
mterrumpir estos juegos sangrientos. Se pro ponia arengar
al Pueblo á nombre del Dios d e l os christianos, y salvar á
aquellos g ladiadores. ¿ Cómo fu é recibido este apóstol de la
humanidad, animado d e tan tierno zelo? Los paganos aficionados
con extremo a semejantes espectáculos, asesinaron
a T e lémaco, y fu é tenido por m á rtir de la fé christiana. N o
hay qu e olvidarlo. El que d eja de ser christiano, parece
qUe;! deja de ser hombre, pu es que se pierde todo, ya sea
de parte de la razon como idólatra: ya'. sea de parte de la
hUI:nanidad, asesinando á hombres para honrar á l os dios es.
Como e l sol di sipa las tini e blas, as! el christian!smo disipa
la tiran!a y la cru e ldad . Ello es vi s to, qu e á proporcion que
se iba estal:¡leciendQ e l imperio de la C ruz, se iba disipando el
de e l demonio: y á proporcion que se va di ipando el de la
Cr uz, va restableci e ndose el d e e l d e mon io : El paganism o lo
v i6 y nosot ro s, con harto dolor lo palp a mos. D esgracia fu nesta ,
que nos ha ce vivir gimiendo, temi e nd o y exclamando con
Roussea ll y Voltaire:
Yo temo á Dios, y despues de él 110 t em o sino al que 1/0 le
tem e. ( Ho ussca u.)
D e cada opinion de la impiedad n ace un a furia armada
d e un sofisma, v de un puñal para hacer a Jos h ombres , J lIIse¡¡ ,s atos y crueles. (VII /t,)'
Conocid.os pues los delir io s y las cru e ldad es no solo '
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del paganismo, sino tambien los de la impía filosofia de nuestro
siglo, es necesario conocer y aplicar el único remedio
que hay para curarlos. La filosofia moral nos enseña las
obligaciones del hombre para con Dios, para con sigo mismo,
y para con los demas hombres; pero solo el E vangelio divino
ha difundido torrentes de luz, que la mezq uina filosofia
habia estrechado en la corta esfera de la ra zon: y solo
el Evangelio ha dado fuerzas al hombre para practicar sus
deberes, y sobreponerse á si mismo. Solo él ha curado el
orgullo, y ha sacado á los míseros mortales del inmundo
cieno de los placeres, y de la tiranía del sordido interés,
cortando así las raices de nuestros males. Todas las sectas
de los fil6sofos han sido estériles para la virtud,decia Rousseau .
MI'. Voltaire que nos favorece tan freqüentemente, nos
dá sobre este punto una leccion, que por tener el sello de
la verdad la seguiremos nosotros; y por ser del Patriarca de
Fernei la seguirán sus amigos. Dice así: "La Religion produce
en las almas que se penetran de ella virtudes superiores
á las humanas. Confieso que entre los antiguos se
hallaron todas las virtudes humanas; pero las divinas hallánse
solamente entre los christianos. ( Volt. tomo 63. pago 4.33)
El Estoicismo no ha producido IDas que un Epitecto, y la
filosofia christiana forma miles, que ni aun saben que lo son,
y cuyas virtudes llegan hasta ignorar que las tienen. (Volt.
carta á M. M. de la Acad. )
Su compañero en impiedad, aunque enemigo acerrimo,
J. Jacobo Rousseau se une ahora para coronar nuestra.
proposicion. "El filosofo para ser virtuoso necesita estar á
la vista de los hombres; pero eljusto ante los ojos de Dios,
es mucho mas fuerte. Jamás creeré que pueda haber virtud
sin Religion: pensé así ántes; pero me he desengañado."
( Rousseau, carta sobre los espectáculos.)
El paganísmo divinizó las bestias para embrutecer
al hombre. El Mahometismo lo cubrió de confusion y vergüenza;
y el Protestantismo lo sacó de la casa paterna para
echarle en la cara la inmundicia de las sectas, y á estilo
de comedia acabar con casamientos de frayles y monjas.
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El ·Pagano las bestias diviniza
En tanto que á· los hombres embrutece:
Mahoma á la virtud ben.igna y pura.
Dc sangrc y cieno el galardon promete.
Con capa ele reforma el Protestante
A la fiera discordia asilo ofrece,
y del que abriga ¡\ la virtud preciosa
Echa á tierra los muros inocentes.
Las trágicas escenas con que alarbe
Llenó de compasion,' terror y muertes~ ,
En casarse un Obispo ó una Monja
Vinieron á concluir como sainete.
La impiedad, pues, no solamente se muestra cubierta
de sangre, sino tambien manchada con el cieno de todos
los vic iOB. En los dias de su triunfo ultrajó la honestidad
pública. El , Romano en tiempo del paganÍsmo tribut~
ba una especie de culto á sus La impiedad ha
paseado con pompa por nuestras ciudades a las mugeres púplicas,
las ha puesto sobre los altares; y ent6nces nuestros
femplos acostumbrados ¡\ oir los cánticos de Sion, resonaron
con cánticos de disolucion!!! ( l)
j Qué gloria para el Evangelio ! No la parte con
ninguna otra Religion. Él solo hapyrificado la tierra, fJ
héchola emuladora del mismo cielo. El solo ha hecho ¡\ los
hombres tener una vida 'angélica en cuerpos mortales. Hemos
hablado de las vestáles. Aquel Pueblo Romano qlle
contaba .cien Provincias" no podia hallar diez de estas viTgenes,
sin embargo de todos los honores que se les prodIgaban;
y al nacimiento del christianlsmo hubiera costado
trabajo contar por millares las que se consagraban á
Dios, y. aun se conságran hoy dia a la instrucclon, edificacion
y consuelo de la humanidad. No hay una cosa que pueda
entemecer el corazon feroz de un incredult>, como transportarse
á aquellos felices siglos de fen'or en que las sefi
Citación recomendada (normas APA)
"La Espada de Holofernes - N. 11", -:-, 1830. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3684013/), el día 2025-07-18.
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