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LA ESPADA
Pág. 9
DE I-IOLOFERNES.
[ Núm. 2.° ] [Trim. J.O ]
Santajé de Bogotá 4 de Febre¡'o de 1830.
---000--JIeu!
patior telis vulnera jacta , meis.
Ay de mí! que padezco herida con mis flechas.-OvIDIO .
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Contíllúa el Pa rágrajo 2.° del núm. anterior.
" Por conformidad no es posible ir mas adelante con
las reglas de la moral profun da, con las nue vas reglas del
honor, y decencia pública, y con las beBas paradoxas, y
máximas divinas con que este au tor ha regalado á su siglo.
Sin duda, él hubiera sido por conformidad, uno de los garzones
de la boda: hubiera hecho el epitalámio de la Princesa,
y no. hubiera dejado de celebrar. las aLtas obras de su
Padre. "
" Algun dia no se creerá, que semejantes obras hayan
tenido una especie de aceptacion. No haria honor a.
nuestro siglo, si hubiera durado. Los Padres de familia han
reconocido luego, que no era honroso casar sus mayorazgos
con las hijas del verdugo, por grande que pudiera ser la conformidad
entre el pretendiente y pretendida."
En otras partes. llama á Rousseau, hombrecillo flaco
y negro, y otros epitetos de este jaez.
i Tal es el neclar que vomita Jove! (Trad.)
§. 3.0.
OIVeciones pueriles é indecentes.
Refutar los átomos de Epicllfo y otros semejantes absurdos
es perder el tiempo, y m1lcho mas cuando Voltaire
no ayuda, cuando dice: "Berklay pretendi6 probar con
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mil razones capciosas, que no existian los 'Cuerpos: no ·rnetece
la pena de rer refutado. Del mismo modo discurrian los Zenones
y Parmenides en otro tiempo; y estos b om br~s tenian
mucho talento. Os probaban, que una tortuga debia correr
tanto como Aqui l e~, ( que era ligerisimo) y que no habia movimiento.
Disputaron sobre mil qiiestiones ·tan úti les como
estas. La mayor parte de los Griegos jugaban los cubiletes
con la filosofia, y transmitieron 'us chismes á nuestros escolasticos.
Bayle ha sido algunas veces de ·su bando, y ha
bordado:telas 'de araña, como cada cual. En Jugar de romper
la tela, la llevaré mas adelante en nuestro vuelo rápido y
y no nos detendrá . ningun obstáculo. " ( Voltaire)
Cuando una cosa está establecida sobre principios
solido~, cjertos, inco)ltra tables, y de una evidencia patente,
como son ·los de la Religion Cat6lica, es ocioso refutar materias,
que sol1l sirven para perder el tiempo. 'Un grano de arena
arrojado al aire por ei arador, ¿ altera rá la atmosfera?
La resl1 rrcccion de J es llchristo, la dispersion de los judio~.
la ruina del templo de Jerusalen -y el establecimiento de la
19lesia, 011" bechos de un carácter tan singular, que desvanecen
cualquiera duda; mucho mas, cuando nuestros enemigos
est{ln enteramente desacred itados, que apenas hay
neccsidad de .defenderse de ellos. u. Son unos perros, d ice
'Voltaire, que altu}lU.11 contra \In hermoso caball o, que pace
e.n un verde prado, y no les disputa ninguno de los cuerp-
os muertos con que ellos se alimentan, y por los cuales ri - ~ lIen entre ., SI .
on écos fastidiosos, refutado ya mi l veces p01' "allentc
y ,'ictoriosas pjumu~. 'fales enemig'os, mas 30n para
despreciados como viles in ectos, que para refutados, ~omo
dccia 1\1 r. D'Beaulllarchai .
Hay tina clase de ob.i ~ cjones, q.ue llevan consigo un
preservativo en la ~equedad y enfado necesario, que acolllpana
ú un ox;[n\(;I1. "E toy ~egllro, dice )3ayl(', de que si
Espinosa hubiera hallado tanto embarazo en otra cualquiera
scctn, CO\1IO en sus 'propia opiniones, la hubiera tej)ido por
\ índi o, y :1 IlC\:S dct'Ían:3dllr: se contradice, y muchas veces
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afirma Jo mismo do que se disputa; me ha cansado mucho. "
Yo digo á esto autores con el mismo Voltaire:
" Lejos huid, 6 sueños impostores,
y vosotras quimeras enfadosas
110 nos atol'fTJenteis con tristes cosas;
i al cabo ' pre producis errores. "
Quir;'lndole el jaez al caballo, -se, le descubren las ma-adu
ras, como le suced ió al bobo de que Ilabla I riarte en su
fabu la; por que dejando aparte las -risas, los chistes, ciertas
preguntas capciosas, las declamaciones ' y. mil arreos semejantes,
e manifiestan los errores, las blasfemias é impiedade.
Con razon el autor de la confidenoia filosofica dividia
en cuatro clases la sociedad de lo enemigos del Evangelio:
lo reid ores, que conte tan con carcajadas: lo chistosos que
re pon den cou n gaciones secas y con sa rcasmos: los pregunton
~, que son un fuego graneado de objc~iolles de por<.
juees, que no dejan tiempo para responde r; y l o~' raeiocinador
8, que c mo son tan misteriosamente profundos, Yagos,
indefillidos, láconico , finos')' superfi cia les, miran con la lente
de su orgullo su pequeiíos pensami en tos, y. ongañados
con su aparento grandor, ellos ¡,e ven sabios, cuando el llnll1-
dQ nI elO se rie de MI verdadera ig'oorancia.
~- '" ..... •
Of¡jeciollt',j i1llqjillarias, .7/ JIIágia del cscita.
E', co. a bien rara el modo se lisonjean. de- h~bernos
echado ]1'1r tl\;n'a. Extral'iall diestramente nuestros espíritu
de la pn. enanza pública de la Iglesia, para fijarlos en
opinione particularcs (!ue ella jamas ' há ad-o ptado. ,P onen
á cargo dI; la religion todos los ab urdos escandalosos, todo
los dogmas insensatos de los hereges, y todas esas
plantas pegad¡~s, que no reciben del Cielo, ni la culturll '
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ni el rodo. ¿ Qué de dogmas desfigu rad os no tiene el sistema
de la naturaleza? Cuantos no la han achacado tambi
en los protestantes? Tocios estos no hacen mas que atacar
el vano fantásma de Religion, que ellos mismos se forman.
Les sucede lo que á Maxencio, que cuando creyó
haber asesinado á Constantino, no babia ensangrentado su
puñal sillo en un esclavo suyo. La Religion -victoriosa celébra
sus triunfos , y se corona con los laureles que á
su pesar le ofrecen 'Sus mismos enemigos.
j Cuantas objeciones hay en cierto modo mágicas,
q\le DO deben su existencia, sino á la mágia del estilo!
Palabras alucinadoras armoniosamente dispuestas, poéticamente
seductoras por el atractivo del placer: pint uras brill
antes, ornatos galanes, coloridos poéticos, chístes g-ra ciosos
ocupan el lugar de un discurso convincente en el juicio
de un ignorante, de un insensato, y tal vez en el del
mi sm.o impio que los forja . Mr. Rousseau suplica, ., que se
t enga á bien dejar á parte sn estilo hermoso, y que se
examine solamente si discurre bien, 6 mal; porque en fin
solo por que un autor se esplique en estilo hermoso, DO
se vé como pueda decirse, que este autor tenga razono Se
cree con derecho de decirlo todo, porq ue se tiene la habilidad
de adorna rlo todo; por que se sobresale en el arte
de engañar, desfigurárlo y enmascararlo todo. Los sistémas
mas inhumanos y crueles pasan si se cuhren con destre
za. Los venenos entran á despedazar nuestras entrañas
con tal que los bordes de la copa es tén elados de miel. Una
imaginacion fec unda en re curso~ logra hacer amable á los
hombres la serpi ente, cuya morcleclura es venenosa; basta
coronarla de flores. P or extravagante, absurdo y disparatado
que sea un autor se le perel ona tocio en favor del estilo.
N o tiene ni exac titn d en los hecbos, ni preci ion en
e l razonamiento; pero el lenguaje es puro, y la diccion elegante,
i quando dejarémos aparte esta elegancia, esta riqueza,
esta pompa exterior para no atenerno sino al fondo,
y saber apreciar las cosas ? ¿ harÍlse con sus esc ritos
como con los esclavos P ersas, de quienes solamente, se a preciaban
los vestidos ? El sátrapa Megampi o entró un dia
muy cubierto de vestido de oro en casa de Apeles. Los
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discipulos de este, que estaban moliendo' colores, se asom~
braron al ver tan sumtuoso vestid o, y creyeron que Megampiso
era un hombre extraordinario; pero la desgracia
quiso que el sátrapa habláse y muy neciamente. Habiéndose
puesto á disc urrir sobre las pinturas de Apeles exit6
luego la ri sa burlona de aquella juventud y quedó confundido:
prémio digno de todo razonador ignorau te . · El oro
que brillaba en su vestido lo hizo obj eto de admiracion,
y las palabras salidas de su boca le dieron á conocer y
le hici eron des preciable." El Abate Saint- Pien'e decia:
.. que la mayor parte de los libros le pare.cian una tela
malísi ma, hermosamente bo rdada. En los mios, añade él,
la tela es buena; pero falta el bordado. \' Aplaudia el
dicho agudo de una mujer sobre un discurso que acababa
de oir. i Quanto espíritu encierra! decia uno de 'los oyentes.
Es tanto, respondi6 ella, que yo no le hallo cuerpo.
( D 'Alembert ).
¿ y cuando Rousseau escupe contra el Cielo sus atrabiliarias,
é inconsecuentes producciones, aunque cubiertas
con la elegancia de la diccion, y con la belleza del estilo,
no será justo que se le dé el premio digno de todo
razonador ignorante? Merece ciertamente esta tierna re-prension
que Voltaire dirige á Lucrecio. _
J
Ah! si el vicio tú hubieras combatido,
y la virtud hubieras tú querido! ! !
Maestro de los mal os, tú, tú abriste
Del crimen é injusticia el vasto abismo,
Arroj aste á él la ti erra y le cubriste
De encantadoras flores ...
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y se podrá creer, que este Filosofo insensato, ouando
abusa tan sacrílegame nte, como lo hace en sus obras contra la
R elig'io l1, llaya dicho: ¡ciegos é ignorantes d~ nosul.ros, vTcti ..
mas de n uestros aplausos, insensatos, no aprendemos jamas
quanto ódio, y desprecio merece:el que para de~g racia del género
humano abusa del ingenio y los talentos! Se podrá creer,
vuelvo á decir, que éste tan mal filosofo haya escrito de buena
fé? La exactitud del len-guaje, la gracia, la belleza, la armo-
---,,--- ' "-- '
n
nia de las · palabras, podrán engañar á tos apasfonados Ó '
menos advertidos; pero jamas harán que la· verrlad, ni el
error sean otFa cosa de lo que son. Al caso creo qtle vienE!
la fabulílJa de Iriarte, que he!1ws ,citado. ,Permítanos ellectcr
que la pongamos aquL
Ayer por mi calle
pasaba un Borrico,
el mas adornado
que en mi vida he visto
Albarda y cabestro
eran nuevecitos
con flecos de seda
)"oxos y amar,illos.
Borlas y . penacho
llevaba el Pollino,.,
lazos, cascabeles
y otros atavíos,
y hechos á tixéra .
con arte prolijo
en pescuezo y anca
dibujos muy.lindos.
Parece que el dueño,
que es, segun me han dicho,
\In chalan . gitano
de los mas ladinos,
vendió aqueHa alhaja
á. un hombJ'e sencíllo;
y añaden que al pobre.
]e costó un sentido.
Volviendo á su casamostró
á sus · vecinos
la famosa compra;
y uno de ellos dijo:
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Veamos, compadre,
i este an imalito
tieue tan buen cuerpo
como buen vestido.
Empezó á quitarle '
todos los aliños,
y. bájo la ,albarda '
al primer rejistl'o,'
le hallaron el lomo
azas mal· ferido
con seis mataduras
y ' tres -lobanillos,
amen de dos· grietas,
y . un tumor antiguo,
que bájo la cincha
estaba. escondido.
Burro, ( dijo el hombre )mas
que el burro mismo
soy' yo, que me pago
de adornos postizos.
A fé que este lance
no echaré en olvido;
p• ues · \'Íene de molde • •
d,- un amig'o mio .
~ .
el cual á buen precIo
ha comprado un Jioro
bicn encuadernado
q ue no vale un pito.-
I
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¿ No podrémos con j usticia llamar ;Í boca llena Asnos
bien engalanados á los libros de Rel1sseau , que tan
impíamente há escrito contra la Religion christiana, y cou'
los que tan astutamente ha eDg,añado á la pobreJuveDtud ?
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'El que nieera un ~Ji terio, es necesario que los niegue iodos.
CO)'"l BATE D EL ATEO COY EL D E 'I ST A • •
'Ei christianísmo tiene dos enemigos principales, el Deísta
y el 'A téo. " El Deísmo y el A teísmo, d ice el célebre
Pascal, ' son nos oosas que la Reli.g,ion aborrece casi igualmente;
pero rnientras el De!s ta se ocupa en combatir contra
nosotros, le ataca á él el Atéo. Este le obj eta puntual.
rnente todo lo .que él nos reprende á 110sotros " Vamos á
ver cornbatir á estos dos atletas; sin eQtrar en la lid
será nuestra la viotoria.
Empieza el Atéo el ataque. ¿ Qual es, dice al Deíst¡¡.
la garantía ·;de la ve rdad de vuestro Aposto lado?- Deísta.
La evid encia.-¿ Qual es el fundamento de vuestra regalía JLa
evid encia.- Estamos pues de acuerdo, responde el Atéo.
la evidencia es el rnotivo de toda persuasion; ¿ ·Pero cornprehendeis
evidentement-e la natural eza del Dios que admitis,
sus perfecciones, sus relaciones; y sin recorrer tantos obj etos,
ab uno disce oml/es,' ~' e is el'iden temente,--por. que ·en es te, globD
............ un destino fatal
P or una on za de bien
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Cien quiut.ales dió de mal ?- ( Voltaire )
Cie.rtamente .una religion ll ena de misterios, no está funda rla
en la evidencia. Así dice el Atoo. Veamos responder Il Voltaire
y á'Housseau, las dos mas··firm es columnas de la impiedad.
El ' christiano simple espectador, saldrá triunfante .del
choque violento ·de estos dos . formidables contrari os.
Vo/taire. Yo compondria un gran tomo si quisiera
d.etallar todo lo que no puedo ·comprehender.
'RolIsscau. Yo quiero decirme, Dios es así, yo lo siento.
yo rne lo digo, yo me lo pruebo, y yo ·110 conozco meJor
como Dios p"ede ser as,í. ¡
Voltaire. Dios te hi zo para auurl e, y no para com-prehend
erle. _
ROllsscau. 'Las objeciones indisolubles S011 comunes
á todos los sistemas. •
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Voltai/·e. Lejos de decidir sobre este abism!)._
Le adóro con silencio el mas profundo,
El misterio es inmenso; me confundo:
Solo puede saber lo 'l ue es, él mismo.
Rousseau. Quanto mas me esfuerzo para contemplar
la esencia infinita, menos la conozco; pero ella existe, y
esto me basta: cnanto. menos la conozco mas la adóro.
Voltaire . No imitaré yo al sábio desgraciado,
Que quiso ver el ethna alborotado,
Sobre lava encendida caminando,
Murió en lo mismo que iba examinando.
Rousseau. Sér de los séres, yo soy, por que tú·
éres: mE;ditarte sin cesar,.. es elevarme á mi origen. El
uso mas .. digno. de mi razon, es aniquilarme delante oe
ti: sentirme agoviado del peso de tu grandeza, es el en-canto
de mi debilidad, y el éxtasis de mi espiritu.
Voltaire. Quando. él solo. Potente,. Sábio, y grande
De este mundo la obra bubo acabado,
Los cuerpos celestiales ordenado,
Ocultó de sus obras los resortes;
Con el velo mas denso é impenetrable.
Cubrió á. natura ............ ... .
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Rousseau. El mundo intelectual está lleno de verdades
incomprehensibles, y no obstante incontestables, por que la
razon que las demuestra existe, y no puede tocarlas, por
decirlo asi, al traves de los limites que la detienen, .mas
solamente percibirlas.
Voltaire. El caos del universo. es para, mí mas inconcebible
que su armonía. En eL sistéma que admite un
Dios, hay que vencer dificultades; pero en qualquiera Otfll
hay que tragar absurdos. ( Cotinuará. )
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CON LA LICENCIA NECESARIA.
Impr. de Bruno Espinosa, por José Ayarza.
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Citación recomendada (normas APA)
"La Espada de Holofernes - N. 2", -:-, 1830. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3684004/), el día 2025-07-18.
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