PERIODICO LITERARI~ DEDICADO A LA JUVE~TUD.
RAMÍREZ y RIVERA, EDITORES. c.elada; y el lab~o in!erior parece estar par·
ttdo por el med10. Todo el lado derecho
uel cnerpo .. es algo m:ís débil qne el izquier·
El rano. Ji:~Ml acostumbrado á ser
Primeramente inteutó entrar en el servicio su pr~pio cri~do en m;whas cosaA, y siempre
militar, pero cambió de iueas eu fa,·or do se afe1ta él mismo. li-n efecto. no ha reteni·
la vida clerical y tomó la~6rdencs. Dcspne8 do ninguno de los hábitos ari~tocráticos do
de llevar á cabo varios viaje mi8ionero. y oll juventuu, á cxcepeion de una extraordina·
11eligro os, fué nombrado por el Papa Leon ri.a I)l:euilecci.oi ni aseo. A las siete y mé·
XII director de un hospicio con agrado á dia (l!ce In. m1 sn. en su oratorio : despues de
Han Miguel; y en 1827, cuando tenia trein· é¡;to a istc á otrn misn. que celebra uno de
ta y cinco aiioll, fné promovido al obi11pado l~s patlrcs del Vatieano, y á las ocho y médo
Spoleto. El Papa Grcgorio ./VI. su dia quedan descmpeüauos sus deberes reli·
predecesor, le nomhró arzobi~po de 1mola gioRos.
en L il2, confiriéndole el ornbrero de carde· . Fo.rtal~cida. ¡:u alma por la oracion, su
na! el año do 1840. A los seis aiios dcspucs Imagmac10n se halla libre y dispuesta pam
de ésto a&cctHiió al grado más alto de la ge· lo :unmtos del dia. Sale de la capilla y al·
rarqnía cat6liea IOu·ana; trás de una gran muerza muy poco, pues éste consi .. te en biz·
lucha, el conclave do cm\lenales le eligió ' cochos Y una mezcla de café y chocolate.
P~pa. N o es nue tro objeto relatar aCJUÍ Despnes de (\to el mayordomo, el gran
los interesantes sucesos en concccion y sub- cha~1belan y el secretar~o privado reciben
secuentes al ascenso de Monseñor l\Iastai sus mstruccwncs concennentes á las audienPeneti
á la silla pontifical, sino tratar de cias Y asuntos administrativos. Aparecen
preecntar á nuestros lectores las costumbres despucs en las galerías de los lados del Vadiarias
de la vida de Pio IX. ticano, los oficiales y suplicantes, y poco des·
Pío IX posee una constitucion excelente· pues los ministros de estado, cardenales,
es un poco más alto que la estatura regular: ~·ectores de conventos y embajadores y via·
de pecho ancho y manos llenas pero peque· .J~ros que de.scan rser presentados al Papa.
ñas; anda despacio y áun en ocasiones las Est? los recibe á, todos sin excep:}ion en Sll
mús solemnes, es enteramente natural su gabmete , que esta arreglado con mucha senandar
y sin afectacion alguna. Su cabeza cillez. El mueblaje consiste do una gran
grande y espaciosa, con las facciones regu mes~, .en la que ha~ un crucitijo y avíos de
lares y armoniosas indican raras facultadas escnbu·, una gran Silla cómoda que ocupa el
mentales; su frente ancha y alta, está som· Papa Y otra silla destinada para los huéspe.
breada por un pelo blanco semejante á la des.
plata. A primera vista la cara del pon tí· A las tres expira el plazo para recibi1· las
tice presenta un aspecto indescriptible de v~sitas, Y el auto Padre se dirige al refecto·
bondad; sn nariz no es larga, pero aquilina no en el ala derecha ??1 in~emo edificio,
y muy bien formada; su boca, que se inclina cuya& ventanas le facilitan m1rar al monte
hácia la contorneada mejilla, está bien cin· Cavallo. Este cuarto es nl?Y espacioso y
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.ttL CAUCÁ.
solamente contiene una mesa cubierta con
terciopelo rojo y una silla de brazos, ámbas
sobre una plataforma cubierta con un dosel
adornado con !ll escudo do armas del Papa.
En Homa, el Papa siempre come solo, de
acuerdo con una ~ostUt_nbre antigua; pero
en el campo, por ejemplo en Frascati ó Alhano,
ádmite en su mesa á algunos cardeualos
y prelados. Los hábitos de algunos dé
los últimos papas eran muy frugales; y sns
comidas de una discrecion muy l!etJcilla.
Durante Gregorio XVI, los gastos de la me~
a papal ascendían á $ 3 diarios i y Pi o IX,
quien cuando era arzobispo y c.ardenal gastaba
tan sólo $1 diario para su mesa, practica
una economia semejatJte desde que es
Papa, entiéndase siempre come solo.
Al concluir su comida, se retira á sti cmirto
eu donde echa una corta siesta. A las
cuatro se halla listo M canuaje para llevarle
al campo~ en donde por lo regular suele
pasearse á pié pot· espacio de una hora: á
las seis en punto ya está de vuelta en el Vaticano.
Se sienta eutónces á trabajar y no
cesa hasta las diez y média. Despues de
orar y hacer una corta modit:'M!ion en su oratorio,
se retira á su ouarto de dormir, en
tlondc encuentra al ministro do 1111 casa, que
tiene que estar siempre presente cuando el
Papa se acuesta. Conversa con él sobre las
noticias del día y los astmtos domésticos.
'fan pronto como Pio IX no le contesta,
el ministro cierra las cortinas do la cama y
se ret\ra, dosr.ucs de convencerse de que el
criado del 1 apa, que debe dormir ell el
cuarto contiguo al suyo, se halla en su puesto.
Los Pupas anteriores acostumbraban preparar
durante los meses de verallo, gran val
·iedad de refrescos, helados, &. cuando se
hacia insufrible el calor, y grande fué el allümbro
de Pio IX corto tiempo despnes de
~u elevacion á la silla, cnando pidió una. nal
·anjada y el criado se le aparE:ció con una
gran variedad de refrescos y dulces; el los
devolyió todos, tomand.o un cuchillo y una
haranja, y esprimiendo él mismo el jugo en
l:in vaso; por lo tanto dió órdenes estrictas
de que sus criados no debían traerle tuás
qne lo que les pidiese, porque de lo cbntral'io
le desagradariá sobre manei·a.
Pío r observa la misma sencillez en O·
do lo correspondiente á su persona. Su ropa
i~t~rior fué por mucho tiempo la misma
que babia usádo en sn posicion episcopal en
Im~?la; despues de reinat· por quince meses
ho babia aún agregado nada á su guardaropas,
exceptuando la casulla que babia mancladdo
á hacer cuando le eligieron Papa; y
su levita de un fino casimir blanco, no coli•
t.ieno á_ causa del gra aseo de su duefio, ni non
sola mancha, ni la más mínima partícula di)
rapé, cosa que le gusta mucho al Santo Pa•
drc;
(De El Sol).
AlYIOR D}~ ltU.DRE1
I.
Ay~r al ver á su hijo cntt·e la ctmli
de amor se estremecía,
de besos lo uolmaba, y cual ningun!1
dichosa se creía;
II.
Hoy ..... pobre tn~dre! su copioso llRntt:t
revela su agonía:
secarlo no qucrrais ...... huyó su encanto 1
la cuna está vacía !
J. M. VELASCO CASTILLo,
Popayan. Enero. 1875;
t..A MUJER:iS Y LAS NOCÍIÉ~a
Nada slleedc;
El calor que da vida á los reptiles y llnirt1d
á los insectos parece que ha helado loi.i acon •
tl>ciniicntos¡
E11te frío de verano es insoportable;
J.as gentes se e~cuentran; se miran, se llíl'
ludan r siguen su camino con triste indiftP
rencia. Exceptuando al dinero, nada hay M
la capital de la monarquía que inspire interés;
Pero hay en cll!nbio dos cosas agradables ¡
la mujet·es y las noches.
Las ttlujeres de Madrid y las noches do ve•
rano se parecen en lo ligeras.
Se favorecen recípr<>camel1te como si hu•
bitmln hecho un convenio n1útuo.
De noche todas la mujl>res son más herthb•
sas. Entre las mujeres todas las noches sor!
más bella!!.
J .. a noche le di M al hombre : duerme; la
mujer le dice : sueña.
J,a noche está llena do lllisterios y la mu•
jer de Recretos. .
La noche desaparece ante la luz dsl dia;lla9
mujeres ante la realidad;
Las unas lisonjean nuestra failtas1a; lás o;
tras adulan nuestr6s sentidos.
Al través de e~e vidrio mágico que la tw
che pone delante de nuestros ojos; todo lo
vemos distante de cottlo ea. Al que mire por
lo~ ojos de tina mujer le sucederá lo mismo1
La noche nos quita la luz y las mujeres nos
ciegan.
N aJa más terrible que una noche c1e in-
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EL CA UCA. 339
somnio ; nada más cruel que una mujer que
no nos deja soñar.
Las estrellas cent.ellran en el cielo como
las miradas en los ojos de una mujer hermo·
sa. Así como se dice : de noche todo~ los
gatos son pardos, se p¡ede decir : delante ele
las mujeres todos los hombres son lo mismo.
La belleza de la noqile consiste en el velo
que la cubre¡ lo más hermoso de una mujer
es el pudor.
Todavía tiene la mujer una semejanza más
bella oon la noche.
La noche derrama sobre nosotro s el b:ílsamo
que reanima nuestras fuerr.as, la mujer
vierte en nuestro espíritu el sentimiento que
vivifica nuestro c01·azon.
La una nos dice: vive; la otra DOS dice:
ama.
La noche empuja al hombre bácia su casa,
Ja mujet· lo atrae al seno de la f.jos.
A uno y otro lado se Yen casas con los te·
chm~ destruidos.
En e ta calle no hay otro nstigio humano
que las huellas marcadas en el empedrado
por los canos que rodar·o~ muchos años sobre
él y que despues no han rodado durante
dieziocho sigl ;s.
Nada se oye. Nadie pasn pot· ninguna
part.e.
Uomo esta calle hay muchas.
Y nada rcfis.
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ElCAUCA.
De trecho en trecho encontramos nnns
J•asaderas de piedt·a destinadas á que los
transenntes cruzasen de uua acera á otrn lo.i
días deRtale : veis el "l:t'o·
rum Civile," el "Templo de Venu~,, las
"Terma ·~ 6 baños públicos, los "Tribuna)
cR,'' las " Fábricas,'' los "Teatros'' ...... rasais
de la calle de las " Turn has ' í1 la calle
de los " Doce Dioses;,. de la "Villa de Ci·
' ceron," á laP "Prines; " rccorreis toda la
ciudad en mil RentitloR y no encontt·aréis á
nadie y no sucede nada, y sin embargo, todo
os parece animado y vivo, todo reciente y
nue\'o.
N o : no es e te el muntlo nntiguo, col
do por las rnina~, ad:"inado por los mo
mento!! , aprendido por 1ft e1·•Jdicion.
I~a antigüedad .pareoió nqní real: tangi
presente. •
E~ qne no han pal!:ulo los dieziocho sigl
Y en efecto para ~ompeya no ban pasa
Pompeya no h~ sit.o testigo de na~l~ de
que ha siJo el mundo durante u largo f!l
ño. Sus caPaR, sus calle1:1, sue. templos
han vi to lueir esoR cientos de nni i l·~ de
le. que constituyen toda la edad rnéJia y l
siglos <1el renacimiento.
¡A-in la la multitud de hechos que en
na el paréntesis abierto en la v i•la de e
ciudad!
Seguramente, todo esto trao á La imagi
don el dia del juicio, hiela la sangre, ext'
gne lnf! ilu~iones.
PEDRO A. Ar,.uwo!i.
A ~11 ¡tiJA EN L .t CUN . •
l.
Oh! cómo al borde de tu hnmil de cuna
se estremece ele amor el alma mía
y ohiuo los tormentos que me aLruman
y sueño de esperanza y alegria!
II.
J,os ojos tienes !le mi ti!\rna madlrc,
que há largos años en el cielo mor·:t,
y es por é to que á \'ece nl mirart~e
tu pobre padre se entrit;tecc y llor:n !... ...
III.
Sin fuerzas ya para luchar, auxil iio
demandé á Dios en la de gracias m1iaR;
y ÉL te envió á mi, de comp1u1ion tmovitlo,
como promesn de mejores días .......
IV.
Del Salvndor á la amorosa lfadr·e
yo te he cntregndo oou re11peto santto:
¡que ELL.\ tu vida y tu inocencia gmnrde,
cubriéndote benigna con !.IU manto · !
***
Y ni compadecer podeis el de tino de los
'Pompeyanos: á cada momento hallais á la
entrada de una calle ó á la puerta de una caRa,
nn atributo infame de su prostitucion, un
signo de su cabeza, un hlolo nefando que os Buga. 18i4.
hace apartar la vista con horror ......
· Y o no ceso de recorllar la Ira de Dios de
Zorri!la:
LO QUE ES LA COQUET.
Con e!!tos geroglíficos impuros La hnmanidal sello del gobiemo bribínico, en el IJU
uparecon grabadlllo hUI pufaloraa: "liulloway't l'ills ar.
Ointment, London."
lb llcguclo ot ser netesario el dnr publiciclnd ú esto
hechos, porque h. "Compnñfa Qufmi<~n de Nuevn York,
que jnm:ts pagaba su~ deudas, habiendo adquirido mlll
reputi\Cion, gira !wy bajo la razon social de "liollowlly
(:al ; pero úun nsf nndie quiere comprarles direetumtnte
s~s prcparacioneR, de suerte que estos sngetos verifico
toda~ sus \'Cn ta~ 1ctualas por conducto de los señore
llenry y C.•i, de Nueva York." .
Vendo mi8 Píldora..~ y Ungüento cuando el lmport
del pedi tlu •¡ll
asilo hag:t.
TO!>l!S ltOLLOWA.Y.
7 de abril, de 18;4 .
.í33, Ouortl Sh·eet, Lóndrcs, W. C.
1.\ll'RE:\'I'A DEf- l(R'I'ADO. Se ,·cnth• en la agencia ~encral de liuros y.
l'criódicos \le Hamírcz ~- Hiu:ra. ;
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 43", -:-, 1875. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3683932/), el día 2025-07-17.
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