SERIE IV. ESTADO S. DE ANTIOQUIA. NUM. 45.
LOS FUNERALES.
En un hermoso dia de los de agosto estaba
yo en el lindo pueblo de Sucre, cuyo
horizonte, como el de An t ioquia., so extien de
bastante hicia el occidente. El sol llegaba
al ocaso, con esa luz brillante y quemadora
ue electriza el cuerpo y la inteligencia,
cual electrizara. á. David el calor de
J erusalem, purificando así su pensamiento
para rc<'ibir la inspiracion de Dios. Ese sol
poniente reflejaba sus dorados rayos sobre
las doa única , rectas y aseadas calles de
aquel naciente y rico pueblo, cuando untoque
de campana acompa sado y fúnebre hirió
mis oidos, {t. tiempo que mi cabeza no
e taba tan fresca como yo la descara, pues
acababa de hacer el balance de mis haberes
y ?alié? con bastante pena se entiende, que
nu paswo era enormemente nu1yor que el
a~tivo. IIa.biame salido á la plaza. para olVIdar
el presente, único lenitivo del que
padece, pues así como Dios ha dado al hombre
facultades que adornan su alma para
su felicidad, tambien le ha negado otros
dones, cuya negacion constituye por si'llola
un bien, un dón inestimable, tal considero
yo, la inc ertidumb-r e del futuro y el olm'do
del p1·esente. Los hermosos mangos de
la plazuela me reanimaron, refrescando mis
ojos con su verde follaje; el perfumado ambiente
de sus flores me trasportó á otro
mundo; la luz del sol en el ocaso lo envolvía
todo en un manto de oro· el rumor lejano
de los habitantes que s~ paseaban en
la playa del caudaloso Cauca, y el olor de
las ~renas que, agitadas por el agua ó removidas
por el caluroso viento eran trasportadas
por las brisas de la tarde, todo formaba
armonía para ~ranquilizarme, para colruar
de placer m1 corazon, sí, el c01·azon,
víscera. del ouel'po humano {pasando de lo
:::=::::::::~ : =:: wn r ..,..._
moral á lo material), que no sólo se ll ena
con el placer, sino con el preludio de él,
oon el asomo de la esp eranza, hasta con una.
quimera misma: y en este in stante sublime
en ese éxtasi s de mi alma. , momento que n~
era en realidad mas que do soberano descanso
, fuó cuando of el triste toque de las
campanas de la bonita iglesia del pueblo:
Qué es esto? m o apre uró á preguntar i un
hombre quc estaba á mi lado. -Es el entierro
del cadáver de José 1\iaría Durango,
.sciio~, vea al pueblo. que ya se ag olpa ti.
la 1gles1a para solemmzarlo. -Quién es
ese Durango, volví á decirle, r1uc tanto así
llama la atoncion? Será un rico de los po ..
cos gamonales de este pueblo? -No se- - ' nor, me cont.estó, aquí hay varios ricos, pe-ro
no es él de ese número; Duraogo no tuvo
?lás que una mediania decente, y su histona
no es tan corta que yo pueda referirsola
en este momento; más si otro dia. usted
quiere oirla, el dueño de la casa que está
al fin de aquella calle que vemos, tendrá
el gusto de contársela, pues vale la pena dd
~n.berse. Y con sus últimas palabras me deJÓ
y se fué. En semejante estado y aguijoneado
por la curiosidad, yo no pude ménos
que seguirlo á. la iglesia. Allí en un modesto
ataud, forrado de negro, reposaba el
blanco y pálido cadáver de un hombre con
sus !ll~rbidas manos cruzadas ante el p~cho,
opnm1endo una pobre oruz su barba azulada
y rasa, frente despejada y cabellos lacios
salpicados de canaa. Y o me detuve
contemplando esa simpitica fisonomíamiéntra~
el señor cura oficiaba; en seguida sus
am1gos clavaron el cajon, un concurso numeroso
lo condujo al modesto cementerio,
y todos uos quedamos como habiamos esta-do
ántes _____ ocupados en nuestros nego-cios,
ui el acento de un suspiro, ni el ruido
354 EL CONDOR
de un sollo7.o, ni una lágrima furtiva asomó
á pr rpado alguno! Y o dijo parn mí:
no
al huérfano y al aban o nado, Jle a r cmaos
nl que huye, intri~ra por el rebelde y A
cn1peña p0r el con crito. Anc át nlo { él
m· amo, y lo ponen como soldado en la filas
del ejército? oigue como volunt:uio n
buscó la gucna, pero bmpoco la t mió, s
constituye en la providencia viviente al !ado
de los soldados, con uc]a al que e. t(L
tristo, anima al cobarde, e lma al en n;ecido,
da p n al que lo necesita, y si J.: Hu.
dinero para racionar la tropa, como se verificó
una ocasit•u con el doctor Berrío, abre
su bolsa y no lleva oueota., como no b llevó,
y el Presidente del Estado al cabo de
cinco años tiene qué oblignrlo á que b. presente
parn. que reciba sn ditero. El tr In r
pide n. Duraugo diez y lleva dos, el pct:H·dista
veinte y lleva diez, el trabajador pido
seis y lleva ciento; 61 sabe cómo viven lo
domas, qué gastan, quó deben y qué ganan;
con todos se entiende, todos tioneo cuentas
con él, todos los qt e lo rodean recib en favores
unos como menestet·o ~ os el pan de su
caridad, otfllS coJuo amigos el rcg- lo del
amigo genero o, y los extr- üos el obserp.üo
de un a ter to caballero.
Este era el hombre cuyo caJá.vcr vió usted
ell5 de este mesj sepultá 1dose en uuestra
humilde aldea. ¿ J1Jngaiíé :'t. ust.ed cnnn ·
do le dije que m la ·gn. é interesante sn
histori:t y que 'alía la pena de S'lbcr:c '?
-No, señor, me apresu.ré á d cirl vo ~() ..
lo no me hn. cn~ai ado si110 que me h "tlde'tado
y admirado con la narracion que acaba
de hacerme: un hombre como el que us·
EL CONDOR
ted me pinta merece ocupar un lugar muy
distinguido en la historia contemporánea,
tanto mas cuanto que en ol present e si glo, un
carácter semejante es excepcional y yo no só
cómo calificarlo, me pa1;eocn poco significativos
los términos de filantropía y caridad i
poro> en fin, Dios sabe lo que esto es, y El
en su justísima misericordia habri sabido
premiarlo. Entónces dos ardientes lágrimas
vertieron los ojos de mi interlocutor, y quedamos
ambos en un silencio 8epulcraL __ ~
Despues él levantó su rostro y me dijo: usted,
caballero, se ha expresado con mucha
cordura en sus apreciaciones; el hombre que
nos ocupa era. singular y raro en esto siglo
de hierro, de plata y de oro : yo creo que
asÍ como e pn an siO'los sin qur apar zcan
hombres célebres que llenen la hi storia con
el catt·ucndo de sus hech o , a.sí e pasará.
tambien mucho tiempo s in que se vea. en
nue tro Estado un hombro por el tipo do
Durango.
Yo estaba pttra despedirme de este tan
buen narrador, cuando se me ocurrió preguntarle:
¿por qué me dijo usted, al principio
de su relacion "aquí no hay ni heroimo
ni nobleza? Si las bellas prendas que usted
describió en Durango, oo constituyen
twbleza de oorason, yo no s6 qu6 lo sen; y si
batallar incan&ablomento por ol bien de todos
no es lteroismo, entónces el hcroismo no
exi te sobre la tierra. -:bJ verdad, señor
mio, me contestó él, esa es mi opinion y celebro
que pensemos del mismo modo, pero
no es esa la opinion de nuestros tiempos; y
como yo ignoraba su modo de pensar, preciso
era que me expresara de la manera que
lo hice.
Díle las gracias á mi buen compañero y
me despedí diciéndole: yo agradezco á usted
altamente la narracion que me ha hecho
y espero que no tenga á. mal que le dé
publicidad á, primera ocasion. -Haga usted
lo que guate, me dijo él, l vida pública.
del hombre es del dominio del público,
y no puede ser una cosa reprobada dar al
César lo que es del César, como á Dios lo
que es de Dios. ·
La hermosa tarde que describí al priuciP.
ÍO de este artículo, no fu6 infructuos•t p -
r;~ mí in í son los acontecimientos humanos:
una cosa, que al parecer es insignificante
precede :í otra de gran val-or, y el enlace
mutuo de los suce os pres enta al ojo inex·
perto, admiraciones y sorpresas que jamas
Bospechó.
Al dia siguiente, cuando el sol derramó
sobre el valle de Antioquia, su bella y a.r·
diente luz, yo galopaba en mi caballo por
los hermosos llanos que separan á. Suero de
Sopetran; la vi~ta se me extasiab admirada
de tanta belleza, todo era digno do
una mirada: el Cauoa qur :í mi derecha. se
ostentaba. blanco como una cinta de plata que
ondea en un campo do esmeraldas, segun
·taban de lindas y vcrd r.s sus dos ribiras;
la mul tiplicada fi re que por todas pn.r·
tes lucí an, y que para cogerla sólo hubiera
bn : tado e tend er el brazo; los bellos y
corpul entos árboles ¡uc cual testigos se cular
e ::~ de los don s de a~uclla comarca privilegiada,
no se desdeñan do asistir á todos
lo festin es de la. naturaleza y de acompa·
ñar al modesto y aromático prisnus ( *) y
por último las lindas a-vos que con sus pin·
tados plumaje& y sus trinos variados y repetidos
acababan do engalanar ose magnifico
pnnorama. Yo mo dijo entonces: vaya
una observacion, miramos lo que está pintado
como una cosa rn.ra, como si no la hubiéramos
visto jama , como hermosíaim&;
y despreciamos e to lindos paisajes en que
la naturaleza se mue tra con todas sus gra·
cias, con todo su brillo y sonriendo á nuestros
ojtJs. Así tambien nos parece poético
y sublime el est~lo del gran Fenelon, cuando
describien1o el Egipto dice: "dos veces
al año se cubrian los campos de una co·
secha dorada, y los segadores se veían agobiados
bajo el peso de los frutos que la
tierra brotara de sa fecundo seno", y Antioquia
ve sus campos; tres 'veces en el año,
cubiertos de hermosa y dorada cosecha, y
los hombros de todos sus segadores juntos,
son impotentes para llevar á las ciudade3 y
aldeas, los frutos que la tierra brota de su
fecundo seno", y no hacemos ningun caso.
de ella.
Fredonia, 2 de agosto de 1871.
B m nTo JARA:\HLLO GARCÍA.
( * ) Ciruelo.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Rerública, Colombia.
ELCONDOR 857
::;: sw:! ·-= =· : =-= -=~-=:::::::: ::::::::: -=-~~=::~ = : ::::::=-:::: ::::: ::= ;r,...
GLOSA \traba yo amilanado por la lluvia en uno de tan-
DEDICADA A MI AMIGO ADRARA. { SALAZAR. ) tOf!. portOOf>S que lucen tan di tinto y Y:ll'ÍadOS
El d
1
h b
1
. i reJ¡eves, pero que maldiLo lo que amparan á uno
cora.zon e om re e una. 1m : de un t€'tn]) ral
Dispu . ta á producir cualquier soniuo ¡ \ . · .
1'emulento do amor goza y d lirn, \ Ya VCJ~, lcctot· nuo, quo aunquf- hay una que
llerido do dolor lanza. un gemido. ; otra frase inciobr s vestí-en
ro , m á lleno de goismo; d
d
: o. , nlllHJU , mn IH'!!I'O ·, l blanco dP n:-~ hnmc-acia.
o é in acial>l , h rm so y feo, 1 --
Tirano nunca dueiio de. f mi mo; \ e e dor s tiro:, r<"_Rolvf esrm-rirme :í lo largo ele
En sn primera E>dad i amor le in pira ;. la pared con el ol>.Jeéo de l.m cat· mE>jor hospi141.-
Bl co1·azon del hombre es una lira. l lidacl pnr·a mi indiYiduo.
~ Ilnbrin caminado média cuadra, peaado á la.
Atras en v leidad del av el uelo
Deja, y leja tambien al viento vario,
irne cual la paloma. in consnelo
O cauta u su prision como el canario.
1 a do su · speranza. su be ni cielo,
Ya de sn amor se esconde u el osario;
lnstrum nto fatal no comprendido
.Dispuesto á ptoducir cualqr¿ier s01udo.
Cnn1 salta el conlerillo en la pracl ra
Y en la yerba enflorada q n la esrual t.a,
Cual avecilla tímida y parlera
Que en los alambr s de ·n jaula salta;
O en la h nda limpia cabo Ja ribera
El pececillo al cual nada le falta,
A f en su juventud, i ella le inspira
1'cmutento d~ amor goza y delira.
Tanto bebe en la fnente d la vida,
Que el raudal y la fuE.'\Dtt" al no agota,
De pncs en su rcjoz adolorida
En vano, en vano buscar{l una croLa;
Sn ruda lira por su mano herida
Ya apénaR puede modular un canto
Y al rendirse por fio desfallecido,
Jieriilo ile dolor lanza un gemido.
~ par d como abrazándola, cnando tro}>C'Cé con
; nlao parecido al nmrco d una. pnerta. Felir.men~
t, para mf, porqne :íotros,essegmo que no le ¡ i.ria m1~y hi. n, un rn o f~1rioso roll)pi6 la. atmós(
f ra é 1lumrn6 con '{U roJO r planrl< r lo rtnP- mi
;. vista poclia. alcanzar . .1. oté al]Hlllto qn la pu r¡
ta. ·taba aLir 'La y qno lahn ntrada A nu es~
tr 'cho pasaclir.o, que e n vio! ncia impnlsó el agun, me nr.otó con
(e-lla todo <"l ·uf.\rpo l1aciéndome volver á la. rea~ ¡ li.dad y al conocimiento pcrf cto de qne estaba.
{ SI mpre en esta dudad de Medcllin, en Medellin
¡ que canará, la pobr , y no sabrá nunca qu6 es
¡ una puerta cochera!
;. E pantado por el ataque que tan de impro-
Jos:B ~1. VERGARA Y VERGA.RA. ~vi o me. venia del cielo, emprendí carrera por
: el pa:ad1zo que, corno era al de ·c ubierto , no me
1 favorecía de la llnvia ha ta llegar al correJor
~ no in darme un terrible golpe en la cabeza con~
( tra nn maldito parapeto que no sé qu6 era, ni
~para. qué diablo lo poodrian allí.
(A bordo del vapor" Conftanaa" ).
UNA NOOHE DE BORRASCA.
A riesgo de ser proéesndo por abuso dE' con- \ Tan luego como sentí que en mi gastado soro-fianza
ó u o de la co a ajena sin la corre pon- :• brero no golpeaba ya el agua, me detme á exadiente
,·éoia de su dueiio ' i el lector 00 me 1 minar el tt"rrcoo, haciendo t.:so para ello del meguarda
una e tricta re erva' r feriréle una a ven- f jor Y ma aparente gentido de lo. que tenia ;í mi
t?ra nov('l1esca qne es tal, n~ por ser in ven.~ ímil, ¡ di po i ion : el tacto. Entónces comprendí que
!lllO por parecer e á muchas de esa que lo~ so- : me enconLraba ya en el corredor, qne muy bwn
ñadore~, especialmente lo.· france e , forjan allá ~ e-n lo arlo, ~·~can.te y desocupado goza?a de hoen
un rmcon de su gabinete, para embancarnos { n?re Y priVIlegiO como un dE'samort1zador de
fl nosotros, pobres lectores; de cuanto sale m le- \ b1enes de mano mu rías.
tra de molde. ~ Ya e ta a, pues, ct salvo de la lluvia. iEra esto
No comenzaró como casi todos los literatos \ lo que qn ria? Quizl\ f; más, como todo sér hu(
porque no tE'ngo de Lal ni el p lo), diciendo que i ma.oo, ~ po~o no e tn~·e atisfecho y qui e más.
"era ~na h rmo a mañana tle verano" ni que : Qu1se e ·amm~r y curiO. enr aun i despecho de
"cornan los años ele gracia tale ó u ale " ¡110 i la densa o ·cundad que me rodeaba.
lisa y llanam~nte que.una de 1a l11timas ndche , ~ A alguna distancia en que 1 corredor termicomo
á las s1eto, llov1a á cántm·os, y me encon- í naba en no pu.tio despu s de formar un cuadra-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re~ública, Colombia.
35 EL OONDOR
doy volver#. entrar en f mimo, noté que por~ samentennalindacajitadero aque,abiertayaso ..
una especie d ventana 6 quiz<\ reja, ·alía Juy,, : brela me. a, me dejó ver algo como cintas ligando
lo cual m o alegró, pu ha ia. buen rato que no \ flores, encajes, paquetes y hotecitos. Sacó la travcia
talco. a, á no st>r la luz fo ·fórica del rayo :· viesa nifia un paquctito cnidadosa,mente aforratlo
qne m tenia allí hacit>ndo uso de la co a ajena, \ y ligado con un cordoncito verde. Al desplegat·
que es lo que tllt> llacf' temer las pe qni as de ) In cubierta, tomó Rosa una. e quelitn que segnlos
de facedores do agravio y enderezadores de ¡ raruente tenia preparada y la gua1·d6 junto con
tuertos. } lo que contenía el paquete en la cajita de rega·
Me dirigí en puntillas ñ aquel lugar, y á me- ~ los. Ent6nces sonrió satisfecha.
di da qu me acerc11ua cref percibir \'Oces que lle- : -Qn~ ser :l. e to1 me pre untaba admirado
gabau ha ta mf. cguf imperturbable ha ta en-~ yo al ver la malicia que mostraba. ltosa al hacoutl'at'me
n fr nte de la '\"entana, la quo por ·er i cerio.
runy baja, me p r ütió acur1'ucarme y v r al in te- ~ A poco llegó Susana trayendo lo.s papeles que
rior in er de ·cubicrt . Una ele las abra~, un: quería le r.
poco corrida, nLadas alretledor de una linda me ita, con- :· el tiempo leyendo que en hablar de cosas insnsTersaban
do jóvene hermosas, aunque do muy ( tanciale. cot o la que trat~bamo .
di tinta belleza. La una cou sa beH za trnu -Ho- ¡ - Jn ustanciale , dice 1 Con franqueza, dime,
rin que da ln ~racia y la d envoltnrn que ."e du- ~ iDO quieres ¡\ Pepe1
morn ~ntlin a m nto ¡ la. otra, tfmida y cand - ) Par ció amostazar. e un tanto ]a pohr niíia
ro a, r .v ·laba lns cunlidad · en u pur · y \ con e '1\ in pNnda pregunta, y cont ¡.;tó ~ntre
a moro '0.' ojo ., y n tod o." u:s mol ·ólo hecho de ofrecerlos os una prueba~ --Pero si e tan eductor como tú dices, Rol>
alpaule d q ne no me estima lo ba tantfi para \ sa, iPOr qué 110 te ha prendado de él1 O tserá
re. p tarrue. Ninguna sPñal que revele poco afee- ¡ que es preferible su amigo Andres1
to ;¡las buena maneras de una ~eñorita, ha po- \ -Ah! es natural que cada oual estime mas
dido sorpr nder en m f. tPor qné no ha visitado¡ su alhaja que la ~jena.
rn! ca a, pudie?do a f aber q~1ién so-s Y cuál es ~ iA dónde irá á parar esta serpiente que trattL
mt carácter, 81 e.s que me estima. ~E algo1 ¡ de coger t>n su redes á. tan cauto y pudoroso
-Eres una eh tea muy tonta, m!la; los hom- ) pajarillo? Esto me preguntaba yo, interesado
bres son por ~atural.eza muy ~trevtdos, y .. :· ¡ más de lo que creía en tan imprevista escena, qne
-Por lo m1 ·m?, .mterrump16 Su. aua, qmero í era representada como la§ escenas de tragedia
moder~r su atrevtml~nto. r. ro no hablem~s d~ ~ al siniestro fulgot· de los relfimpagos que recl}e.
to. ? a que la lluv1a contmüa Y ttt mama esta ) rriendo los e pacios, pe u~ traba indiscreto hasta
dtve,•ttda m el salon, leamos nosotra algo que nos : el ca to retiro de la señorita Susana.
distraiga. El Gondo,., El Bstudio y otros perió- ~ . . ..
dico y libros que voy á Lraer, nos darán un ra-; -Oyeme, 9nenda aru1.ga, dlJO ésta. al cabo de un
to de solaz. A·ruarda. ¡ n~o!Oento. P?r 1~ medmna educac10n ~ue he re~
• e='>. • \ c1 1do, gracms a Jos e fuerzos de papa que m€1
Puso e n p1é la ~ncantadora mña, v atrave- í quiere como yo no merezco ser amada de nadie,
só el c~arto con maJestuoso ~aso. Ent6nce pu- :: bt> alcanzado A comprender ]a sabiduria de la
de med1r la belleza y la arac1as de .su ana. Re- ( m:txima que se me hizo aprender con empeño: la
gnlarmen~e alta, o · ~entab~ una cunbradora y i muier debe ser mas pura que los puros botones
delgada cmtnra mocho cub1erta por el_ largo y~ de la ro a, ma precavida y temerosa que la flor
ondulante cab llo q~1e .uelto y e. p_a.rctdo sobre ~ que inclina su tallo, para que los ardore de un
s~ espalda. , e movm bgeramente a Impulso del \ sol abra ·ador no manchen ui deslumbren sn bri·
VJento de la noche. ( nantes colores. iQuién te ha dicho que Ans: yo no he de abrir ninguno de
·on ólo extender su brazo, puede de gajarlo y ;. ello , con que así ....
est.ruirlo. ! -.-Pues yo no o y manca, onte. t6 Ros. , y di-
--Hermosamente hablas esta. noche querida; \ cieno o esto, ele. ató fácilmente la ligadura del paper
por mas elocuencia que emplee~, tus razo- Í qu Litu, y desplegó el papel quo le· serviu de cnrnientos
son absurdos. Conque e os dos inmejo- '¡ bierta.
ables caballero pretenden burlarse de noso- -Mira lo que contenga, mióntras examino los
tras? otros, continuó. Má , viendo que Susana, hacia
-No aseguro tal, contestó Susana apresura.- . con la cabeza. una ~ñaluegativa, agregó: qué!
amente,. ólo b querido m strarte la posibilidad ) no quieres 1 Qné remilgada! Yo . f soy curiosa!
e que eso nceda. in conocer sus cualidades ¡ Mira, aquf hay una cal'tn; y es p'ara tt, para la
su defecto 'mal podría asegurar nadado ello . ) S fiorita. Susnnn r • •••• Abrela, querida, y vea.~
-Te lavas 1~ ·mano , lo eULiemlo; pero qui- ¡ mus qué dice Pep .
iara quitar ha tala dnda. Pepe, burlarse d~ ¡ -Y ¡,cómo sab M que cM. carta s sn ·a 1
tf! Andre., hac~r de mf unjur~uete! E. o no es 1 -J.~o pr sumo, puesto que s encuentra entre
ni preRumible; y ya que lo fuera, jnaamos con ~ ese cofre quo es para U.
rma de irtnale , porque las nue, Lra son supe- ( -Gu: L'dala, U.osa, y no nbt·amos e a carta;
iores A la suyas. En fin, tu amable pre encía ha. ~ yo la devolver junto con lo dorun ..
a.utivado á Pepe, tu· finos y amoro ·o modales { -D volverla, no. E u e . ario, es urr~enta
o tienen apri ionado n tus redos, y de é te t-s :• verla. Abrola. ó la abro.
mpo iblo sospechar siquiera. lte pecto á An- l Incontinenti rompió la cubierLa y extrajo de
·es sólo estoy · gura de una co ·a, y e do qne ~ ella un pli go de papel e esquela, qu por lo
e adora hasta la demencia, y de que le amo 1 qu ví, estaba todo escrito, como se dice, de ca·
asta el sacrificio. \ bo á rabo.
-tNo decías eso mismo de Luis cuando él te i -Toma, léela, Susana. Y viendo qu ella se
01teja.ba? ! inclinaba sobre la me ita en eñal de disgusto y
-Esos eran otros tiempos; eran locuras mi a.~. ( desaprobacion, añadió :
aro bien crei ahora dos me. es que me babia ena.- \ -E tá e rita en una linda l~tra. No te decía
orado locamenlie ele aquel petillan de Ortega; ~ yo? En todo sobresale, es un compl to caballa·
ero no recordemos esto. Mira, vuelve á con-~ ro. Si no la lees, la leeré yo. Escucha, pues :
mplar esos dijes que te regala Pepe y dime si ~ " SEÑORITA :
o son la prenda ma preciosa y la mas clara ~ " Extraiiará usted recibir una carta mia, y tie~
anifestacion de su loco amor. Chica, éste e un : ne para ello mucha razon ; pero i atiende á la
artido excelente, atiende á sus deseos y sal pe, qu e llamaba :\la dad de veinte
tJne d véra~ ruo culpo. Yo los del sto; pero no i años no con umado p rillan, y qno n compañia
poclia. ha er uso de otra. cosa mejor. Amo á us- ) de sus amigo· lla eguido di erlido estudimulo á
ted de tal manera, señorita, que el pa. o que voy .: las mujeres. no a la está chaudo de sesuda al
á dar, con respecto á u. ted, 11 m spuuLa, auu- ) cabo de la vej~z por v r i a f hay un pez quo
que por otros ea mirado corno un atr imiento i coja E'l anznclo; pero n mi concepto está desa~
inconcebible. En una palabra, quiero que usted ) huciada y morirá impenitente. Su mamá no abe
siga siendo quien e::;, m que dé dered10 á que~ toda~ía que por estar á todo gusto en el alon,
l:le diga que e~ digna de . u atnirra!. T,a seiiori- ¡ su bij::t. ra. in ·ulta.da gravemente en el cuarto ele
ton Ro a e llama su amiga, y e~ta es una ofen a :: sn amiga, recibiendo una cruel vapulacion es·
que ella hace á su bnen jnicio. Ustecl que e el í critn.
verdadero tipo do una ~o~eñorita no merece quo i Dios nos libre, á mis 1 ctores y á mí, de las fia ..
una coqueta e dé se honroso tftulo vara con ) jelaciones por escrito.
u::,ted ...... " i
-Dios poderoso! Qué horrible trama ! dijo ~
ADIOS!
Ro a medio aho~ada. Susana por tl parte oia ~
ya con][\ ·tima los crueles epft tos qne ese Adó- \
nis prodigaba á su prole tora. Ro a continuó: ( A Rosita.
RÉGULO.
'· Nosotros los jóvenes somos un tanto perilla- ¡ Adios mi bien! La uert.e dc>, graciada.
nos, señorita; pero C:)ta. calidthl qn nos di tin- :: 1 oy se interpouo, cruel, é re los dos!
gne no la empleamo para hacer la burla do las \ To dejo A tí, me llevo la e ·p chuza
mujere que aben lo que valen, ino olamente :· De coronar con oro nue. Lro amor.
para poder estudia,.las y saber cuáles son las 'seo- ~
gidas. Usted es una de éstas,· más, la quo se dice 1 No llore ángel mio, que tu l1anto
Viene A ruatilr la fe del corazon;
su amiga no es siuo do las llamada3. Andre ha \ · 1 b'
llenado su obJ'eto, y rie-ra de n idolatrada IIcle-) Alza iu frente, deja que mi a lOS
J Pose en tus labios al decirte ¡ a dios! na, que como la de Tro a hubiera sido robada: )
si nue ·tro amartelado hubiera c¡uerido imitar á ¡ Alza tu fr nte, mira que serena
Pári~. Usted ers de una esfera mas el vada y por \ Lamia se prepara á combatir;
tanto 110 pueden auiYelarse sioo eleYtíndose ella ( A la fortuna buscaré doquiera
6 bajándo e u ted una. y otra cosa imposibles. \ Ya qne ln. suerte me la niega aquí.
"La seiíorita Rosa es la que lleva estacar- ( La corona le aMhare que en tu frente
ta y.... ¡ Al pié del ara te ciñera ayer,
Aquf qui o detenerse la lec Lora, .pero un ras- \ N o quiero e marchite con el llanto
go de curio idad la obligó á eguir, seguramen- ¡ . Que de tus ojos derramar se ve.
te porqne e con ideró completametlte vendida. ·: ¡No llore ; no! Recuerda que en el cielo
'' Y quién •;abe qué astucias emplear:í ,para ( Se halla el bien qu eo la tierra se perdió,
ponel'la en u. mano . E· ruin el ervinue de ella ¡ Pide al eñor que al infeliz viajf'l'o
para entenderme cou usted, tan pura como en- ~ Vuelva á tu lado, mi Rosita ¡ adio !
cantadora. Ojal~\ que e ·as relacione entre 11 ·leu 1 Rionegro, 15 ue diciembre d 1~60.
y Ro a tuvietan fin, vorqu disuena , . i a f pu - ¡ A "TONIO J. PÉREZ.
de decirse, la pudoro n. mirada de ust-ed sobl'e la :· ~·--.,~--............ ,-. · - ·· · ·--- ~---·--- ·· · --· · ··----·----·-----·-··aU
·evidn. ~o11rit>a d.o e líl, iuy diferonL s ~:~on sus {
Die italizado eor la Biblioteca Luis Án el Aran o del Banco de la Reeública, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Cóndor: periódico literario - N. 45", -:-, 1871. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3683888/), el día 2025-05-03.
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