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Mede11ítt-Col( tttbia-1 d Noviembre de 1911
BUENA LECTURA
el l alcoh l
N1imero 24
Í(li > fr rn nJná.
· e lH l n
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
546 B R A L~CT H
Remigio Vilariño , S. J.
V ARIE.OADE.S
SOR BLANCA
u aba e obrevenirl
n·ado C'rnel y vi leuta.m u
·istenl i(l, co n uno do eso:
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eligio-
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n a re i r u lo ue
lucha y agonía: d . u
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M:archal.
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Por los golfos
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(De J. J>ü:hepiu)
} n(u !.'H V nl }a: ri ·a: lo ·a, '
ha1nlri ut . mn .. lran ·u.· . . uc;h·'l: 1; <'( s
¡1 '· p Jhr · ,r¡o~ji1 · tH . 1 itl 11 pan.
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¡Bo11ito 11 ()·o io!
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rat· muc·ho.
n
n ·onver acton cosa fácil en la me '\
~·edondc de ut hotel. El banquero hizo 1
al ingl '\ obj to de u atenciones escauiándole,
pnsándole los platos, etc.
Así preparada. mpezó la convcr-
. ·a<'ión.
-Ha querido u. t d vi ·ita r nu l1~
F •·ancia ¿verdad?
- Y · mi vi itar la E rancia.
- 1 ichoso u te que puede hacer
iaje de recreo. iempre fué mi suefio
dorado 'iajar pero lo malditos negocio
me retienen en Burdeos.
- ;.Es usted com rciante'!
-Banqnerc par« s n it· á u t d, de
la ·a. a e ajou . e~
- · b qué h n r .Y ca ualidad! ii
1 u cR r un banquero para negociar.
~ sto a á pedir e boc'l pensó a
~ ·ajou . . · dijo:
-1\fi ca a u na d la . m á acredi-tada.
· d Burd ,o . Uon ~·u tome ofrezco
á n:-sted.
Mi t n r í ulo. para ele contar.
E · <:o a enci1Ja. ·Por cuán o~
- Ouatroci ntos mil franco .
pn " . d l e lmner7.0 pa. aremo,
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do:
lo
*
espué de tan bonita op r ci6n l
ñor Ca ajou hn d eidid re irars d
BAJ8 l!A BAllt1ftRA
·onfín
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·a .
BUE~A LFjrTURA
rn .Y s el J ol at.rav . 11 nn , ' i, la otras e taban in
qui ro tenerlas nuevas ntc
ha· tro \ iaje á Bogotá.
affó .. aún
nog·oci< n1or-mis
h rmano. lijo
lo
~ t mbiPn h ·
- Dí nos papá, I3oe- tli s tan ho· .
nito ·omo docia se extrangero que ,
Ol'a I.~ima?
- on os c iudade .~ en condicione3
diferen t es· la nue tra está sobre los
nd s á una distancia enorme del mtll':
t od lo que val . que e mucho, s In 1
d ob á. su propio sfuerzo; Lima, IDU)'
próxima al Océano se h:1bría colmado, .
anu cuando fuera á · u pes!,r, de los
inmenso bienes d su g-eneroso vecino . .
Hubo algunos momento de ilen- .
eio.
Papá. dijo d pronto la mayor d - .
la niña con su tono r posado ya { •
bien Jos nombres de nue tros principa·
Jo héroes. ¿ ab s u e m o enca.nta Cór .
doba?
--- o te falta razón· á f1 deben
grau par e u libertad nu e ro
lo peruanos.
¿Si? o m e lo ima ·i naba . Cómo 1
querrán en el P rú á lo colombiano .
El c olono onrió con t risteza .Y na·
da conte tó.
- o dices, pnpá,. in. i. tió la 1 iíi' •
con en tu ia mo, qu Córdoba a.vudó ~ i
libertar lo .. ?
-No sólo Córdoba ino nue. trn
.i ~rcito, nue ~tro soldados g·n i.u.lo . por ·
Boliv~r. 1 M:ariscal Sucrc.
Y lo p eruano. solo , no hn) 1'1~11 1
¡)odido conseguir su libertad 1
- o, hija, carecí~U1 de .J f , cll' ·
re ·ur·. o. , de n.bneg-aci~n· tt á los
su. os.
1\'L..rí n de angu tia y ¿o. incertidUlnbr
, cuando vi ron qu un·~ • rtina.
de llama cubría el lu~:;ar e l& gr~nja.
- Pt1[ á ha muerto. - gr·~~ J roa y
r· en desg·arrn, or olloz
· - · .,.ien n h cia. aqu1. e:t "' amó l:J
menor con des speraci "n d lirante.
¡Hnn d cul i rto In hand ra~ oldcla.mo.
quitada
- · ájala, p r Dio 1 No ohTide que
papá dice que no . e puede abandonar,
que h,. r qu hrarla á t do trance.
á.giles y prontas, com dignas
hija de la selva, apoder 'ronse del pabellón
y huyer n con velocidad hacia
el río . Cru~aron un descubierto, en
donde fu 1·on ista , y al ·unat bala
umbaron en sus oíd s .
-¡ Cu brám n s con la bandera gritó
Ja má pequeña. Papá dice que el pa.bel16n
defi nde, que la bandera col mbiana
no protege.
Al decir sto la despleg6 confiada.
cubriéndose las do con la glorio a en-eña.
. ·ose una d carga y un bala peruana
cruzó aquella bandera que triunfó
en A acucho, para romper el corazón
de una niña que buscó protecci6n
en sus pliegues sagrado .
Cayó al uelo e tendiendo los bl'nzos
y in decir un ·ay! Era la más pe·
9ueña. u hermana púsose de rodilla
a su lado y al oír sus gritos, parecía
que en el bos9-ue -vecino le desg n·aran
la entraña a una ave alvaje.
De repente, el ruido que hacían Jos
enemigo al aproxim~1-rse, le recordó la
rec lidad.
·La bandera 1 bandera! Gritó le'
a.ntánd se con febril energia, es preci·
o salvarla! Besó con anhel el adáver
de u hermana y delirante de dolor y
patriott mo iguió corriendo hacia el
río.
l 11 o-ar á la orilla, ató la bandera
á u cintura· desgreñada y p"lida ech ..
una úl ima mirada á la niña cobard -
mente muerta y haciendo un igno agTado
obre ·u fr nte y lanzando con
timbre p0dero o un ¡Viva uolombia!
que vibró en la selva arrojose sin vaci·
lar en la. corriente.
adaba con o-entileza porque e hallaba
n u elemento predilecto· lo ex·
Lr mo de la bnndera ftotabn.n obre ella
. ~ la a m jabnn á un nv · e trnña d
ini a(lo pluma.i CJU l c ara la 'Ol'l'i n-e
I r p · 11• ' • un InJROE p ruano
ndi6 un arma d<.' lo t'iltimo mo-
1<'1 -, . • •t>n puntería hecha con regla
d yerdadcro progr , tom6 como
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Herminia 8ómez J. d' Abad fa,
La Cartuja
D 1 monasterio, encerrado d nlro
de altos rnuro , obre una m s ta sin
puntos de vista que la Jorninen 1 cartujo
solo pued mirar al ci lo á que
aspira y la tierra que lo r cibir' en u
seno.
Debajo d severo reo jival u
tiene por dave el e cudo de 1 arma
d Castill y d León, e t.á la pu rta
principal d entrada al conv nto;
allí se hallaba un gtupo de m ndi·
gos, en spera de la pitanza con <).U
se les socorre, n it;ual estado d mtse·
ria á la de los menesteroso que en los
A
ába o d cada s mana pululan en O·
gotá.
e
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ENA LECT A
~======~~====~~--~========~~====~=====----
donda, la cintura ceñida por cinto negro
del que pe~día un rosario, y lo
pie-- desnudos calzado con andalia :
era Emilano Quijano.
Incontenible, r cíproca exclamación
de orprcsa, fué por el momento
la fórmula empleada para manif' tar
el mutuo reconocimento de los acton ·
en aqu lia escena.
Pasado los efu ivo impuL o de
e tilo nt~e antiguos amigo cuando
vuelv n á verse después de larga separación,
el Hermano MeJchor debió de
sentir el recu~rdo de la a tria scg-ú n
pudimos colegir de la discretas pregunta~
que nos hizo. poco t>utno y
mucho malo se redujo nue tra información,
oída la cual el cartujo tomó act:tud
meditabunda que interrumpió para
decirnos con calma inalt rabi :
- Todos los días tloy gracias á
Nuestro Señor que me in piró la vocación
de acogerme al a m paro de e te
monasterio dond oy compl tamente
feliz; aquí aprendí á amar á Dios obre
todas las co as y stoy libre de las
miserias del mundo. Corté corre pondencia
con mi familia y amigos porqu~
en las cartas me compad~..;cín·1
cuando supi€ron mi inquebrantabl rt,;·
solución de pronunciar los voto que.
aunque indigno, me hicieron irrevoca.
ble hijo de an Bruno.
Al deseo que manif stamo d vi -
itar el monasterio, corr spondió el
Hermano Melchor dej ~ ndonos _n e p
ra mientras solicitaba c..lel prior el r -
p . tivo permi o, o ten ido el cual peu
tr uno n el t mplo. E te tiene uua
o lo n
V en 170 .
El altar ma or ocupa la tester
del pre biterio: cntr su· prindpale
reta~lo fijura un Crucifijo rodeado
d d1 versa imágen<.. y mbl mas rle
la Pa ión. En e 1 e entro 1 corr .,po ndiente
agrario obre 1 cual hay un
ni ho, en el que, mediante cierto meca-nismo
apare en 1 princi a. mi te
rio d ! ,..a t lici ·mo, eg.ún la 'poca
del año, y al pi lel altar ustá 1 dftístko
illón J nogal debajo del dosel
destinado alpre te celebrant en cicrt
actos de 1 m! mayor, cu ·a ceremoni
en la Cartuja difieren w d la liturgia
romana.
Contiguas al t mplo hay capillas
de esca o m' rito n el costado exterior
d 1 presbitt;rio e halla la acn -
Ha que tien por priucipal adorno
la famo a estatua scu'pida n madera,
que representa á an Bruno oa la
ioclumeat ria clá. i a d los monj
artujo e toe :lacar y cab za af i tada
d jaudo n 1 última 1 reducido
cerquillo; ncima del hábito blanco 1
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8 BUENA LECTURA
do, mientras llega el turno á otro que
lar clame.
La vida solitaria la practica el
cartujo n su celda, sin que por esto
permanezca ocioso, puesto que la Regla
le di tribuye el tiempo dedicado á
la meditación, lectura espiritual, estudio,
oración, trabajo manual y cultivo
del jardín particular, de manera
que le es fácil guardar silencio en su
aislamiento de tal modo qúe se le pasan
muchos días sin hablar· pero no
por esto deia de tener libertad para dirigir
la palabra á los superiores ó iguales
cuando las circunstancias lo exijan.
empleando en ello las frases indisp e ~sables,
i no por medio de señales co mo
algunos pr tenden que sucede .
U na vez en 1 a emana e r eún n
los monj y durante dos hora al u
al campo n lo alrededores del monast
rio; eu los días festivo tienen
tambi 'n un rato de expansión en la
que r ina perfecta cordialidad.
El cartujo co me olo en la celda,
menos en lo ·-!ía festivo , egú u lo
hemos indicado: la abstinencia de
arn 1 es tan absoluta, que no pu -
de u a r la ni a un para alvar la id a
á un monje. En cada emana hay un
día d riguroso ayuno pan y ao-ua
u puede mezclar e con vino á voluntad
d cada r eligio so .
Lo ~ ayuno empiezan á mediau
de e pti mbr y tcnnin · n 1 2-4- d ~.; Dicie"
1 · Jur n h: t oJ o e:ste tie mpo v
tt t lo;,) Jo vier nes 1 1 año, lo cart tljo
. ol h ~eu u u ·omi d á la onc :
por l a n e h pu l nto w a r algo de pan )
v!n o ttd uado. En 1 Adviento y la Cua·
r sma les stán prohi bi"los los 1, tici Ll
i o y b u e vos.
El ai !amiento d~ 1 cartuj e
interrumpe tres vec s al dia: á fa ietc
d la mañana, cuando asisten á la
misa conventual y llora 1e nor · á
la tr s de la tarde para c:t ntar la ·
í peras, y á media no-:he, n el r e re
el riaiti ne . Todo el rc~to del tiempo
permanec u en la celda. A las sci p.
m. la e mp n to~ 1 Au,gelu , rezan
Completas n privado y se acu es tan
para lev nlarse á la on .. e d e la no c h e ;
rc4an en la c"lda los Maitines del 0-
ficio de Nuestra Señora; al segun
toque de campana se presentan en
tEmplo á cantar el Oficio Divino, ha t; ·
las dos de la mañC~.na en que vuelve !
al lecho para levantarse á las cinco 3í
m.
Resumiendo, tenemos que el r 'gii
men de la cartuja divide la noche e::r
tres partes: la primera y la Última d _
dicada al descanso, y la otra á la oréll
ción. Respecto del día, se distribuy.·
tambien en tres partes, á saber: de lac
eis á las diez de la mañana, Oficio Dii
vino, Adoración al Santísimo Sacra.a
mento, misas conventual y rezada
meditación, &; de las diez a. m. á laL
dos y meJia p . m. comida, trabaj<.(
m'!-nual y estudio, y de dos y media·~: ·
set p. m. rezo de la parte corre~pon·
diente del Oficio Divino, cena frugal.!
y r cogerse á dormir. La circunstancié
d e que la generalidad de lo cartujo
mueren de avanzada edad arguye etu
favor del régimen d vida á que está
o metidos.
La indispensable ropa interior d
lo cartujos es de lana que suple la fal ·
ta d estufas en el invierno; ademá~
llevan cilicios d cerda en la cintura y. ,
n los brazos.
El personal de la Cartuja de Ii-rafiore
en el año de 1908 era 1e l'l1
padres profeso . 3 novicios y 17 hermano
legos, e11tre lo cuales se en-u
e ntra el Hermano 1elchor, que enn
su humildad no s cr .yó uigno de r cibir
la órde e sacerd tal ~ y d semp
ua el ofici de enf rm\;ro.
Cuando cunt mplamos el lecho deJII
qu n el mundo conocimo con ell
nombre d~ Em:liano Quijano, deduji -
mo qu s1 lo espartanos creían qu .
hambr~ e la mejor salsa de los manja-re
an Bruno ~;osidcró que el ueño• '
con la conciencia tranquila recmpla~a .
al colchón mejor mullido.
El Hermano felchor debió comprvnder
la medro a impresión que nos
e u a ron la au teridade que tenía
m os d pr ente, p.:>rq U e in preámb ulos
no m nifestó con ademán de quien
sabe lo que dice:
- Los que vienen aquí á vi itarnos
y nos compadecen, ignoran las itte-
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. UENX J:.,ECTURA
---'
ble delicia q u colman 1 1m a
.Jando logra conqui tar la intimidad
n Dios· para el cartujo la muert
nodriza cariñosa ue 1 duerme en
re azo r lo de pierta en el ci lo!
ada má teníamos qu hacer en
quel recinto d e . ·piació~ y. ac~i~cio
oluntario; en con "ecuenc1a tnquu1mo
el Hermano Melchor si para despediro
ería permitido darle un abrazo.
Por toda re puc ta el cartuio a rió
los brazo y e arrojó en los nues-
.ro : así, e trechamente nlazados por
reve instantes no pareció sentir lo
tido d 1 corazón de un anto .
Dos veces en la vida hemó mirado
trás en nuestra" frecuentes de pedidas:
a primera vez que a limo del hogar
aterno en busca de aventura , y al
decir adiós al monje que no volvere
mos á ver ha ta 1 valle de Jo afat .
José Maria Cordovez Moure
La osamnro~ lo cniricniqni
Reunió e la L gislatura provincial.
¡Dia de gloria, día inolvidable,
día fausto, día día, día de lo;;: día !
No hay cosa más sabrosa que el
día en que se reúnen los cuerpos colegiados,
encargados de hacer 1 felicidad
de todo el mundo. o hay ino
una cos que le supere en delicia:
¡el día en que e ponen en l'eceso!
En América dice el pueblo como
"'\ ashiugton, hoy es 'mi día, 1 ía en
1 u e tumba una con titución y el día
en que ha ., otra.
¡No ~ay dulzura igual á la
jurar obediencia á una Constituci' n,
' á la de no obedecerla!
Legislatura se reunió ell5
de, unio, ran 16 los ip ltados y
oncurrier n 16· p 1· p n con-curren
J 7. 1 in:L l · r n en unta
reparatori· , y 1 avi · ron al
vernador. 1 ntaron y lo avisar n
al Gobet·nad r. Eligieron Pre. i ent
, Vice t•e idente y ecretario, y lo
avisaron al 1 oberna ot·. DJcl raro u
1 gatmeut instalad· la o ion
vis -
al Diavisó
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T. TURA 561
alguno
e -
touo,
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2 UENA LbCTURA
Y y a .' lic: rm las ·' rní mi -
1no.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BUEN A LECTURA
n 1 mun·
..;uciones.
Pasemo á lo d la barr .
Está compuesta e nn m l vado,
le un hombre santo, de un liberti-o
dos partidario de 1 moral, tt· s
HlÓsofos, un militar,seis ocio ·o. et .
~te. El resultado de todo s u aun.
1ue cada uno aplaud diferente coa,
unos lo bueno y otros lo malo,
1 total de ap1 u os es á lo malo.
E to no hay u e e tl'aña rlo, que
J mismo ucede en la paleta d 1
·pintor. El bermellón pinta rojo co-o
llam e infierno; 1 ln neo
1 inta blanco como p cho palo-
; el azul pinta el color l 1 ci lo,
y el negro pinta negro color de la
tumba, de la noch .
Revol.ved todos o · color y
dará ..... una mezcla pintore e , ·un
·olor nuevo No. Predo1 inará el
dulce color ue los cielos. Tampoco.
· ué color re. ult el negro, lanc
, ít.Zul, rojo etc., r~unidos~
Resulta un negro tle vein inuev
quilates; un neg1o arrobante,
ucho mas negro que 1 negro original.
Otro tanto sucede con la b rra..,
ó sea con el ueblo. Dicen (por fortu
a qui u !o diJ era un p rr p -
gano]: ¡dicen que la voz d l pu blo
s la v r. de Dios! La v z e tre
mil diablo sorá.
La Legislatura de Chiric!li uí
hizo entre otr co a · val'io · uom-br
miento . U u ello fu' l
Gobernador, no en la pe1·son del
José arra Vergara y Ve1·gara.
HISTORIA PATRIA
.BOLIVAR Y ~AN M.ART
Scmcjant á aquel rio de lo trópi·
cos, el iayor del Universo, que cuauco
sal de madre en la súbitas creces
d 1 verano baña n un olo día comar-a
tan va t q u formarían por sí
ola dilatado imp rio, y arra a en u
incb ado turbione lo bosque como
d 1 zu· b1e yerba y desborda 1 r la
cim s d las montaña · que cornprim n
u cauct olivar, hijo d ! Amazonas,
sci nde desde las montañas del ragu
é inunda el bay neta todo l
valle de la América que aclaman su
victoria . Sa l artín, el e lo o 1 1
And s h,t i lo 1 vantilud s . á m
J n ~a de a e 11 , s m 1 q u~ 1 o
~::;eólogos firm n han brota o en re -
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
5 4 BUENA LECTU A
ciente iglo obre la costra de la tierra,
alzándo e lentamente en silenciosa
majestad.
Bolívar ap na cabe ca la e tuaria
del má grande de los ríos de la América.
El pede tal cteruo de la gloria de
~an Martín está fijo en la cú pid · de
los ndes. Desde ahí ha vi to pas .. r
delante de su severa mirada, ejército r
naciones, dando á aqucilos g·Joria y li·
bertad á la últimas. Y por e~to á u
vez, la generacion s le di i an toda vía
ea lo alto de la roca como la sombra
de níbal, contemplando la obra
portentosas que u o-enio ha e mbrado
por doquier. San Martín es l pico de
concagua cuyo solitario y apagado
cono desafía al cielo. olívar e · el íb·
neo Chimborazo, que acu,l las entrañas
de las ierra tropicale con ruido
atronador.
En la d shecha borrasca d la
América, Bo1ívar el aquilón que a ola
y arranca la mal segur nave á
su cable ; San Martín e e l faro, inamovible
ntrc las roca , que la alumbra
y que las ~al va. Bolívar el vuc!
o el ave, el águila de la sabana . que
remonta hasta lo a tros y hace reso n •. ·
bajo la bóveda del firmam nto, lo rone
s gritos de sus victorias. Para juzg·a ·
á an Martín e· preciso a) ontrari .
d scender á lo abismo in tcrroga ;·
s us i ne de granito, ped tr ~ 1 are·
no eternos la e.-plicación de u grat1
deza acusad á vece de terrible, pe ·
incomprensible todavía.
Y cuando la hora del éxito llega
para Jos campeon s, ¡tl cuán diversa
suerte la acogen esa alma tan diver sament
templadas y tan vivament
grandes! Ile1nos gauado completamente
la acción, tal es el boletín d Maipó 1
A jiJ-er.za de paczenci& ·omos dueños de
ia capt'tal ele los Piz wrl'o Tal es el bol
tín .le Lima! La lmér/ca del ur
exclama Bolívar, empinándose o re
lo ndes q n r u e na !1 todavía con
la de 'Carga del ondorconqui, está
cubterta de ws trofeos de uuestro valor
pero • yác.uclto, emejante at Ch,~m-borazo
leva,nla SI(, cabeza eroutda sob1·e lodos.
Soldados colonzbt'anos, ccnte11,ares
tie vzct.n ias alarf(uen vuestra vz'da /las-:
ta el térm,ino det 1nundo 1
. Otra di!erencia de oldados .Y caudlllo
. Bohvar es solo. adie manda
donde "1 manda. adie puede dondt
"1 / "1 e ta, porque e e todopoderoso. Sam ··
fartín, hijo de la Logia al contrario,
e v ujeto bajo !ey de muerte, it
una t e nebrosa ubordinación que al .fim
lo pi _rde. Bolívar, de pués d Chacabuco,
no habría repasado lo Andes,,
solitario viajero, seguido de un ayudante
qu no hablaba siquiera u propia
lengua. Habría desobedecido al.
Eterno, y con la lanza en los riñones'
de Ordóñez, habría entrado junto con 1
él á Talcahuáno. .
Pero entre la soberbia omnipotencia
de Bolívar y la admirable unidad
de ~onducta de San Martín la historia
vacila en di tribuír el ti br de la su.
perioridad. Bolívar es un gran jugador
que todo lo echa en los azare~ de la
g uerra. San Tvlartín e'3 un experimentado
piloto que no aparta su mirada de
la estela que deja u combatida nave.
olívar e si no b dond v, porque
n da preconcibe de nad e da cuenta:
su in piración fugaz l: u único con ej
o. San iartín. fu e rte al timón desde
la prim ra hora d u misión sublime,
mantiene la proa contra todo 1 s viPn·
t o y tod a· las borr41 ca h a ci e nuer.
t d ignad . Lim J·
1é ri ... a : y mi ·u
• ,... • , t (1
omo hombre , la di v ~:r ·i ad es
auu más sostenida. Bolívar ti n !a organización
d 1 águila, la estructura
nervio a, la miracla de fuego la tez
bronceada 1 pa o ágil, lct voz ronca
1 corazón iempre en\;.cndido. an
Matín . mejant á lo robl de la
rrimiti" as , e-l va en que vió la luz, enc
ubre baj u ruda orteza todo lo qu
hay d ardí nte y de fecundo en la avía
que la alimenta. Por esto el bronce
le ha carad rizado con propiedad en las
e tatua q 1 gratitud de Jo do pueblo
que ambos libertaron le consagran.
olívar lanz do sobr u caballo,
omo el rayo sobre el trueno, parece
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.. UENA LECTURA 5!
ue hiende lo aire como i fuera un
rupo de fuego. an iartín, al contraio
ha d tenido u dócil bridón, y fija
n el a 'ta de la bandera, que e 1 em-
'blem.a de u.na idea, u mirada rena
e ublime c->nvicción.
olívar a imila por orgullo. San
• Iartín mancipa por amor. Bolí ar
por doquier e impone. an Martín se
acrifica n toda part s. olívar es el
personalzsm.o americano. o Martín
ólo la 1de1ttijicacióll de la C(tttsa amencana,
y por to alguno le han comparado
al padre de la Am 'rica dd ort ,
omo otro han llamado á su émulo
"el Napoleón del Nuevo iundo. '
Bolívar e la brill nte petulancia
de lo trópico 1 rica y pontánea cu tno
u e pléndida naturaleza. San
1lartín sereno como la tarde d la
zona templada, pasa e si mudo por la
lierra.Hijo de un soldado de la montañas
d León, tiene en u angr de la
r ~a de Pelayo. an Martín nunca ha
hablado, nunca se ha defendiuo y pidió
por gracia que ha ta obre u féretro
se guardase 1 silencio dl! u gloria.
I4a apoteo i qu hoy h ccmos á u
manes es en cierto modo una irrevcre ~ ·
ia á su po trer volunt d.
Bolívar gra ca H: 1 • o·r. n p t 1
gr n r d or, to 1 ~ e prodi-u-
io a a u· ip :,;1 1 f ul ade
del ·e .. tio. s,"J ltl xibl
uniciad Y sí en l
más allá l · 0 "
lras la sowbr·
agite en los
1 umbradora D. Jo ' e San M:utín s
habría q ued do de pie en 1 pórtico < J
la inmortaU ad, esperando como el oldado
en facción que los siglos le señalen
la e n igna de su pae to.
De esta man~ra San Martín d~ja.
de h.r un hombre para ser un misión,
mi ntras Bolívar no se ha levanta<. J
jamá de la esfera d caudillo. or eso
la posteridad, i alg·una vez e pronun·
cía ntr lo do colosos del sept nlrió
y mediodía, podr' decir, iu temor de
·er inju ta, u ~i Bolív r fué má
grand romo hom-Ó'I'C, San ... fartín, á u
vez, lo fue iempr como am.ericallo.
Pero ni en la misma muerte, ni en ,J
mármol de u sepulcro
dado arrodillarno b e and
l!elo, de aparee el ello d u opu -
ta naturalezas. Bolívar mner
rio y ombrío como 1 cor::>o de
Elena· an fartín rodeado d nan-to
ama. como Wa hinb ton n r 1 unt
Vermot. Las niebla de Bol nia nvuelven
en 1 marcha el féretro <.l ucin
del oldado de la zona
!)lada . El 301 de lo trópico
toda vía ~a lo a del e pulcro _t1 jll
de cansa el libertador del mundo, de -
pu' de la expiación y ante d le
gloria.
BE JAM.f VICUÑA .Jl \CK
Dr. José Félix de Restrepo.
(Viene de la página 5.¡..¡. Ju{m cro 2.1
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
6 U~}N A LE TURA
da in trucci 'n qu el joven ~SPl E o
había wo tr do n lo· ~c to públicos con
que orouara us tudi s uni r.sitarios,
1 ranj arou wu lcmprc no una
reputación li onj ra. 1 ()'uno u jeto
r pet bl d opa án que e hallaban
en nt fe nando R "STREPO ncluía
allí su tudios, y que tenían ·J
ncargo d contrat r un sujeto d cos
tumbres pura , man ra cultas é in ·
tucción n las cienci positivas, q u
emp ~aban ·ntonce á intere ar á algunos
am ricano distinguido y qu lo
viejo doctor molondros y la burocracia
española miraban con horror, para
qu fu ra á encargar e de la en ~ eñanza
en la clase ue s llamaba de filosofía
n el eminario de Popayán · aq u-..llos
sujetos hallaron n 1 jov n . J -
sxt 1• J:~r.I todo lo que apetecían,é hicieron
cuantos sfuerzos pudieron para
comprometerlo, lo que al fin lograron:
en con 'ecu ncia, el Sr. R~STREPO e
trasladó á aqu lla chtdad y e consagró
n lla á la nseñanza.
Lo que n aquel tiempo llama-ba
' un curso de filosofía' qu dura a
tres años, e reducía al estudio d • la
c.lial 'e ti a, d la metafbica y de le 'ti c:t
aristotélicas que s hacía en latín por
1 método peripatéti o. Las m temáticas
la · cien ia ft ica v naturales la
g ograHa, la historia, la literatura no
ran materia d e e señan~a en e e cur o
ni en ningú otro. ada ra má común
ntonccs u ver un bachiller en
filo fía aventa 'ado dial' ctico que no
b ... a ha r un urna de núm ros n·
eros.
El prim r cur o d filo ofí·t darJ)
en 1 N u evo Reino de rana da en 1
~ual e pa ó del vi jo istema peripa \!·
tico á la en eñan~a el la ciencia p
si ti v s PO" lo rnéto o moderno·, fu '
s gur~ mente 1 prim ro q u dió en Pópay'
o el Dr. REs·r.a ,ro.
E to no habría ood ido haL r c n
otra cittdad d 1 Vtrr~lnado por u\,; 1 ..,
Joclore ri tot 'hco no J habrían
on eotido;p ro e u op y' n había c..iernúm
ro de ujdo ricos y r e p tli
lcs,que llevaban 1, VOí'. en 1 sociedad
lo cuale e habían procttrado alg-unn,
il> y la iuiaiaeión en la5 ci\!ncia~,
que de eaban ver difundida n el país::
con u apoyo fué como el Sr. R RTRHPo
pudo auaudonar el vi jo si tema y en .
señar lo que con tanto nhelo habí
procurado aprender.
Todo propagador de una doctrina, ..
qu aparee como cosa nu va en un paí
se hace apó tol celo o d~ ella 1 Jev n=do
á 'ece u ardor hasta el fanatismo ..
Esta circun tancia debió influír en la 1
elección del método de enseñanza que.
l Sr. RESTRI<;PO adoptó. E te método,
que nadie antes de éL pr cticara en el
paí , consiste en que el profesor e to·
me el mayor trabajo posible para inculcar
en el ánimo de Jo estudiantes
la doctrina que enseña. Yo sé por el
te timonio de sus discípulos, que un
cursan l de mediana intehgencia podía
quedar suficientemente instruído en las
materia que este celoso propagador
dictaba, sin nece idad de texto 6 libro
de estudio, porque las demostracione
y explicac:ones r iterada del profesor,
hecha con la mayor claridad y con
cierto ardor y dulzura in iúuante , y el
. amen diario d la lección precedente,
ba. taban para g·rabar en el ánimo
cua n to nscñaba. uando no había texto
para la en eñanza 6 eran e ca í i·
mós, ol e t método podía s r fi.
caz.
El 'r. RER~i'Rl~PO trataba en la cla·
e á todos us di cípulos con afectuosa
y delicada cortesía. como i fueran
hombre yá formados y culto , y d esta
manera lo inducía á portarse como
tales sin 1ue llo cayeran en la cuenta.
:ro e oy ron nunca n su clase r -
""años ó recon vencion acre ni se vieron
ca tigo duro de otro género.
Cu n o alcrún cur ante com tía una
f Ita, y e. to debía ser rarí imo deD.los ..
t ba con dignidad y dulzura lo inconvenientes
d t· 1 proced r in lastimar
el orgullo d 1 d l i ncuente. A los e tudiante
que por falta de int ligencia no
ac rtab n á re poudcr bien en el xámcn
diario le repetía con la mayor
~Iarida la explicaciones del punto en
cuestión, si!t mostrarse nunca mol to
:iÍO ofender el amor propio del rudo
' \.tr a u te.
Saze>n ba sus lecciones refiri ndo
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BUENA L:CCTURA 56'"'
·on oportunida . o·r cía p "aj
on o y anécdota curio:as, qu
au ocasi 'n para ·uculcar la.i mejore
ioctrinas morale . El Sr. RgRTR PO,
!n su e' tedra parecía profundatnen te
enetrado d 1 ~rin ipio fundamental del
rte de en ñar que atribuye el apro-
1echamieato y progre o de lo e tudian·
e al hábito d fijar la atención y
ace nacer e te hábito d~ lo agradab1
e lcl lección. Cuando ' ta e grata la
tención d 1 niño ó d l joven e fija y
e detiene en lJa in e fuerzo. Por el
.:ontrario cuando la a pereza de la manera
.. 6 de la voz del mae tro su caráct
r duro ó iracundo ó el tratamiento
espreciativo 6 vulg r de que u a, le
acen desagradable, los di cípulo ven
con repugnancia al prec ptor y su lecdones
y por un in tinto indomable
procuran apartar de ello su a tenci6n.
El a pecto iempre pláci o la mirada
dulce y comunicativa el tono afectuo o
' insinuante d la ~oz. la manera
ultas . digna y 1 decir sencillo y
•levado de nuestro profe or, cautivahan
irre i tibleme~te la atención e
cuanto le oían.
Todo esto hacía que J a horas de
cla e fueran d licio a y ap tecida.
que el profe or fuera cordialmente qu ·
tido y re petadc, que la aplicación de
lo e tudiante fuer e pontánea y g -
ncral, i nece idad de exigtr a. La
menor falta d re peto hacia un ro esor
tan tento, tan ben 'v lo y que to-maba
un ínter' tan vivo por todo u
discípulo quizá el ca tiO"O popular
dd delincuc:nte· pero juzgo que sa
f lta no ocurrió jamas.
Co a JarO"a ería f mar la Ji ta de
lo e·
Citación recomendada (normas APA)
"Buena Lectura - N. 24", -:-, 1911. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3683811/), el día 2025-07-16.
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