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IDEARIUM
•••
~et1'i~ta !$l.enil'ttnl
Organo de la Escuela Normal de Or.cidente
FuNnADnR : Germán Peña Martinez
Directo¡· :EDUARDO M.!RTTNEZ ESPONDA Redactor: SERGIO ELI.tS ORTIZ
AÑO 1 { l'a.to, noviembce t• de 1937 } Número 6
DEMOCRACIA Y EDUCACION
Fiel a las declaraciones iniciales de su ilustre fun·
dildor, esta revista seguirá siendo un órgano al serYido
de la cultura nacional, y de manera preferente
abogará por el mejoramiento ele la escuela primaria
en el Occidente Colombiano. Difundirá las ideas del
Gobierno Nacional ~obre educaflión pública, registra·
rá con júbilo todo paso que se dé eu las demás aecciones
hacia la e~cuela n neva, colo m bianista en todas
sus orientaciones, defensiva del elemento humano\ activa
y alegre que requiere el país para que no se in.terrum
pa el movimieuto de transformación a que la h:a sometido
la admini tración actual.
Ese f\S también el programa de la Normal de Oc~
cidente, porque la obra de este centro no admite Ja limitación
material de ~ns claustros, ni se conforma
con la influencin docante circunscrita al escaso cupo
de ~us aulas. Quienes estamos a su cabeza sabemos
que no es ese ~1 pensamiento del Ejecutivo Central;
q ::e no ~e conc1 et.an en tan poca cosa las esperanzas
qu~ ha fincado en ella esta región variada y pro me·
tedora del pais, y sabemos con demasiada certidumbre
que sel'Ía ése menguado itinerario para un instituto
que tiene la atnbiciosa aspiración de laborar por la grandeza
nacional y est!'echar los vínculos intelectuales
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y afectivos que de tiempo atrás nos ligan a la República
del Ecuador.
Hemos aceptado el encargo ponderoso de trabajat ..
por la educación popular en (ll Ocddente Colombiano,
en la convicción de que nuestro e~fuel'zo (•oineirle ~on
el de nuestros compatriotas de otros rincones. herma·
nos en la brega sobre el surco geográfico y humano,
lejanos Pn el espacio pero identificados en el propó
sito sost~nido de hacer una Colombia nueva por medio
de la escuela.
La formación de maestros, función inmediata de
las Normales, sólo cobrará importancia y 8entid0 trascendente
en cuanto cumpla con éxito ~u misión de influir
a la distancia en la educación primaria del pnt-blo,
por medio de los educadores formarlos en cada institu·
to normalista.
A esa influencia mediata -que corresponderá al
primer contingente que nuestra eseuela tlntreguequeremos
anteponer la que cun opot'tuniclad indis(•utible
habrá de continuar ejercientio l» Normal por
medio de la escuala anexa y el instituto noettnno para
obreros en esta (liudad, y la que podrá desarrollar,
~nsanchando su radio de acción, en las escuelas pri·
marias de Túquerres, si las noticias quP tenPmos ~obre
su anexión a este plante] reciben confirma(•ión oficial.
En aque!la ciudad, azotada ayer por ]a violt1ncia
s[smica, se levantan hoy dos edificaciones escolares que
nada tienen que , envidiar a las escuelas mejor eonstruídas
de la capital de la República. Se han con~truído
para Jos hijos del pueblo; todo el confort. y toda
la elegancia que puedHn contener pertP-necen a los
hijos de los trabajadores sufridos de la ciudad sufrida,
que para tener escpela hurnanamente aceptable
ha necesitado el concurso indirecto y doloroso de la
tragedia. -
A ellas irán todos esos chicuelos, representantes
los más genuinos de la democracia, sin qnp, hayarnos
de preocuparnos porque la tierra de sus plantas empañe
transitoriamente la belleza de sus baldosines y
escalinatas.
Atravesando los pantanos del invierno o envuel·
tos en la nube d~ polvo del verano, tendr'án ya un
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aliciente más para 8oportar la dureza y el frío del
camino, en ese bogar común, acogedor y abrigado, donele
cada día habrán de sentirse más democraticament'
3 colombianos.
EDUARDO MARTÍNEZ EsPoNDA
IJas Aspira~iones de la Juventud Actual
A t·tículo reciente de Adolfo
Ferrié1·e, traducido por el profesor
E. Caba'rico pa1·a IDEA~
RIUM.
Es deber de loE! educadores mantenerse a) corriente
de los movimientos de actualidad en materia de psicología
moral y social. No que haya un contacto directo entre
los jóvenes de 18 :1 30 años y la escuela pública. Estos
jóvenes ya no son nuestros discípulos, ni son todavía
los padres de nuestros futuros alumnos. De ellos un reducido
porcientaje se consagra a ]a educación y entrará
mañana a la fila de maestros de escuela pública.
Con todo, de esta juventud emana una fuerza. En va-no
es decir que dentro de cinco años, talvez dentro de
diez, la experiencia de la vida les habrá descubierto hori~
zontes nuevos y habrá corregido lo que su pasión actual
tenga de excesivo y no quede otra cosa sino las doctrinas
que ahora blánden como oriflama, las cuales han de servir
de aglutinante para compactar las masas formadas por
los padres ce nuestros alumnos que han abandonado su
id eología anterior, tenida por muy flojamente "reformista",
y arloptar la del dia, y alumnos de nuestras escuelas
q ue, a ejemplo de sus mayores, no juran sino por sus .ief'es
y ambir.ionan ser preparados para una «acción directa
», si bien jgnor·an cuál pueda ser. Ha sido así como en
1926, en Roma, en una clase de much8chas del pueblo que .
Yisité, en medio de la cual reinaba el espíritu más liberal
- tomada la palabra en el mejor sentido-estas no pensaban
sino en ~quipos a la moda fascista.
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De todos modos, no olvidemos que en la medida en
que haya unidad entre la opinión púbhca y el gobierno se
ha de ejercer una pt•esión desde arriba sobre los maestros
para obligarlos a adoptar las maneras de pensar y de obra1·
de la ideología reinante. Y esto se realiza aun en países
donde dos corrientes de pensamiento se disputan la opinion,
con la diferencia de que si inspectores y maeEt.ros
pertenecen a bandos opuestos se establece entre ambos una
tension en virtud de la cual el maestro busca consejo para
suB actos entre los correligionarios políticos y no concede
a las instrucciones de los superiores jerárquicos sino una oLediencia
superficial, suficiente para evitat· Jos choques y la
exclusión.
Inútil es decir que ni la ciencia psicológica ni la educacion
misma obtienen provecho de ninguna de las dos
actitudes. El descrédito manifiesto en que han caído los estudios
pucientes y minuciosos .de los psi~ólogos, de cinco
años a esta parte, lo prueban cor. exceso. La crisis y las
pasiones que ella suscita han a bol ido la libertad de espíritu
requerida, la pácieucia, la armonía espiritual, necesarias
a la observación ce los enlaces que la teoría y la práctica
comportan y exigen. El simplismo de aptitudes pnmitivas
es sin duda una fuerza. Su éxito en lá niñez y la
adoleseencia prueba que 2stas encuentran en aquéllas un
apoyo conforme a sus neeesidades profundas. Sin embargo,
si es verdad que el papel superior del educador es el de
le\-autar al niño, no para hoy, sino para el mañana, ~ puede
estar seguro de que el subjetivismo tan ponderado le
prepara mejor para la vida, de lo que haría el espíritu ob·
jetivo, tan desacreditado hoy~ Muy probablemente que no.
Qué decir entonces~ Es que la juventud actual se engaña?
Los que se engañan, me parece. son las gentes que
juzgan su actitud por las apariencias y no por las realid(. ·
des fundamentales. Es que hay dos reacciones: psicológicas
y sociales, superpuestas, y que obran <~onj un tarnentB
en Jos jóveaes teno!'es de la hora actual.
!-Reacción de generación a generación, que cubre algunos
lustros y se expresa por lo que en ella es más a parente:
necesidad de unidad, por oposición al disgrega miento;
necesidad de acción, por oposición a los tanteos disco ntinuos;
necesidad sintética de unidad en la acción, de act.!vidad
coordinadá, de disciplina, de sumisión a jefes, por
oposición al intelectualismo que provoca él €Spíritu de análisis,
las distinciones sutiles, que conducen a la parálisis de la
acción; parálisis que coloca sus víctimas a la disposición
de activistas sin escrúpulos, explotadores de monopolios y
logreros; todos egoístas coa ligados que ejercen su ofieio
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a exp~nsas da los impotentes de toda clase. Tal es la reac·
ción actual de la juventud que ha tomado por divisa la
lucha contra el "liberalismo", cordero emisario de sus décapciones.
Agreguemos que en todo esto, en nuestro sentir,
tiene mucha razón. Unicamente que la exageración de suk
odios se presta a la crítica. Pero este odio desaparnce en
cuanto desaparece el abuso que lo causo, abuso que ya
nadie trata de defender.
Esta reacción no es, sin embargo, !':ino momeutánea;
aun cuando mas aparente, no tiene hondo raigambre. La
más real, la más fundamental, a nue~tro modo de ver, es
la siguiente:
li-La reacción de un siglo frente a otro siglo. Reacción
que en Occidente ee distingue por· 1:1 lucha en favor
del espíritu y contra el materialismo histórico que marcó
con su paso el último siglo y el primer cuarto del presente.
Pero a esto oigo formular dos objeciones:
a) En la Rusia Soviética y en los partidos occidentales
llamados de izquierda es precisamente el «materialismo dialéctico
» el que parece triumfar sebre el · antiguo « idealismo
» romántico;
b) Aun en los paises donde ia dictadura ha tomado
la defensa de la religi6n, dícese que r.o se ha servido del
espiritualismo sino a modo de pantalia, como de un ídolo a
propósito para atraer las masas, captando su buena fe simplista,
cuando el móvil real de los dictadores es, lo mismo
que en el siglo pasado, y de una manera más consecuente,
más « racionalizada » y más eficaz, el « roalismo »; pero un
realismo que nada tiene que ver con el culto del espíritu.
A estas objeciones puede uno oponer las reflexiones
que siguen:
Entre los fieles de la III Internacional hay, a pesar rle
todo, un mesianismo refrenado, fundado en una metafíeil'a
quP, por no ser fácil m en te visible, no puede decil'se que no
existe, según lo ha demostrado Nicolás Berdiaeff. Los
"sin-Dios" rechazan simbo los que consideran caducos para
erigir en su lugar otros, de los que no pocos, en re·
sumidas cuentas, se aproximan más a la doctrina pauliana
que las prácticas del cristianismo actual.
En segundo lugar, aun en el caso de que ciertos dictadores,
como hombres, ::;e hayan hecho uu deber servirse
de la religión en vez de servirla, no m8no¡;; cierto que, rle
otra parte, la cat¿sa de su escogencla r:J d ica en el hecbo
de que la religión pertenece al subconsciente colectivo de
la humanidad; y que, de otra parte, el efecto de esta escogencia
es el de atar más fuertemente aún las masas a
la ideología religiosa con su manojo de virtudes: amor al
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prójimo. sacrificio pt·opio por 1a causa común, lucha contra
Hl egoísmo en sí y en los demas, triunfo final de las fuerza¡¡
espirituales. Y todo esto ata al mismo dictador en términos
tales que no puede dejarlo en olvido ni impedir su natui
a 1 desarrollo.
Resulta, pues, legítimo pensar que la aspiración pro·
funda y permanente de las masas y, más especialmente, de
la juventud, es la lucha por el triunfo del esplritu. Y precisando
un poco, conserv~wion y aumento de la potencia
espiritual en H] hombre, individual y socialmente considerado.
De ahí la lucha contra el materialismo y contra los
sfmbolos ya huecos de las religiones refugiadas en el conservatismo,
desprovistas de aliento y de alma. Lucha contra
todo Jo que tienda a anonadar el espíritu, o sea oontra la
tendeucia analíti,•a de la ciencia materialista llevada al extremo;
contra el intelectualismo exagerado que de allí
resulta, contra el objetivismo falto de afectividad y de voluntad.
En estas luP-ha~ la juventud, o bien traspasa los límites
o se queda a la der·iva. Va más allá cuando l'eehRza todo reRJH~
to por la persona, inclusiv~ 1~ vida del espíritu que la anima,
sustituyendo al antiguo nonformismo fenecido, un nuevo
conformismo "totalitario", tan opresivo como el viejo.
Poner por meta de la acción ~1 servido de la colectivirlad sería
insensato, si este servicio viniese a menoscahar el objetivo
~nperior, que es el servicio del espíritu en los homh1es.
Y se queda atrás, deeíamo~, cuando 110 ve más que lo que
h iere aparentemente su visnal, e~ deeir, lo inmediato en vez
de lo permanente. Su culto por la disciplina, si admirable
corno reacción contra la inanición Pgvísta, y la preponderan cia
de los móviles l'astreros, se hace limitado y nefasto
c·nando desconoce el fiu último: la liberación de! espíritu da
los lius de la materia.
Liberación del espíritu he dicho, porque, si la libet tad
anarquista 8S uu mal, la ausencia de la libettad espidtua! es
uu mal mayor. Pero ¿qué debemos entender aquí por espíritu
1
La palabra "Pspíritu " encierra dos sentidos. Uno de
t-Ilos t!S '' ten·Pstre'', si es que e-5 lícito PXpresarrne a sí. El
otro es "metafisico '', que ~n sAn ti do etimológico del té rmino,
sigoitica más allá de lo físic0; y no triunfo de la imagiuacióu
irra<·ional. El primer ~en ti do, sentido relativo, lo da
la psieulogía. E ' píci tu aquí significa as únieo de efecti vidad,
de intuición, de razón y voluntad en el hombre. ''Totalidad"
individual. El otro sentido del t érmino, sentido ab-uluto,
es de ordeu cualitativo; espíritu significará dinamistn
0, ori~utaeión baeLl la Unidad fundamental y final del
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Sel' hacia lo qne es general y pf\rrnan~Jnte; lo que suele expre
sarse por medio d~ leyes y, más geoHral rnent..-, por el Ordf'\n
del cosmos. El contaet,o del yo con lo Absolu.to, de mi ruzóu
con la Razón uui versal.
Trágico contraste! Lo que aquí se dicfl eon palabras AS
realmente el fondo d~l dinamismo incoost•ient.~ de la ju veo·
tud actual. Lo es aun euaudo ella lo UlP~Ue; HUU cuando
niegue las palabras y el sentido qu~ ella eut•ieni:lu; aun cnan ·
do les niegue todo sentido. Lo pieosa así al meno~. Y lo
pieu~a porque I'Oncede a IHS palabras un simbolismo uifer+>n
te al nue~tro. Porque coloed otro cuerpo hnjo la identidad
del ropaje ¿ Qné importa dAspués de todo~ N o me ateugo a
las palabras. Si ustedes, eou otros VOréi5 en toda su plenitud
e!ta aspiraeióu fundamental de los jóvenes y que, habiéodo·
la comprendido, la toméis en cueuta; manteugái:-~ 1-!nreudido
el fuego, no aportando a él matt>riales ineomt•ustibles o no
asimilables; quiero dec~ir, couodruifmtos u o deR~ados, porque
no encien-an ningún interes. Háganseles deseables, si
ello está eu vuestras mC~nos, si bien es igualmente vuestro peligro.
Pero insistir despué::~ del fraec1s0 eg falsear los espít itus
en formación a los cnciles teuéi8 por oiieio educar.
Descubrir las aspiraeiooes profundas, tomll.r!as en cuAn ·
ta, educarlas, sublimadas, es muebo; p~ro no bastante. E8
preciso a m pi iarla~, tender a 1 a pi P.D i tu d. Aspirar al L'OU taeto
del yo con lo Ah8ol uto a tra vé de o t. ro éOD tacto: el del yo
con la colectividad. Querer la fusión del yo con la colectividad
en la mPdida en que exi t.a eout.acto eutre é~ta y lo
Absoluto; mejor· aún, en la medida eu que la coleetividad
esté al servicio de lo Absoluto, del Bieu, de la Verdad y de
ll:l Justicia, sin los cuales no puede eonstruír'se nada duradero.
Eotoo~es, amplíese el campo visual y de accjón de la
juventud; allí donde la sí u tesis do mi na, húgttSe oaeer el deseo
de uu análisis complementario; donde predomine el voluotarismo,
sóplese el brasero de la efectividad y devué vase
el brillo al espejo de 1 a razón; insisto: en carla u no según
sus posibilidades, siguiendo el ritmo de sus aptitudes;
ein lo cual el barniz de la heterosugestión crea autómatas; y
el día llega en que el barniz se cae, en que la sugestión ago-
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ta sus ef~ctos, en que al automatismo vuelve a la nada. Los
cuerpos m uet·tos Vcidente,
encontramos ante todo en Grecia, en el período de la filosofía llamada
presocrática, una serie de filósofos muy notables que pasan
comunmente por ser los fundadores de toda filosofía; esta serie
abarca más de un siglo y medio, desde lo:::~ primeros años del siglo
sexto hasta Sócrates, cuyo nacimiento ocurre en el año 469 antes
de Jesucristo. Todns esoR filósofos t0maron por tarea el explicar la
aparición del U ni verso, ele donde han conservado el nombre de
cosmólogos; y todos ellos no han invocado más qne ]as causas materiales
físicas, admitiendo una ms.teria primordial de la oue todo
ha salido ; ninguno de ellos conoció el dualismo imagina.do más
tardo de espíritu y materia, de cuerpo y alma, etc. En consecuencia,
todos son monistas (como se llantan los filósofos que admiten
un solo principio), y sr aproximan en un gran número de cuestio·
nes, de una manera. admirable, a los principios de la ciencia moderna''.
Si, pues, la filosofía hasta la época de Sócrates es monista,
no existe razón paca que los antigüos creyeran en la libertad tal
como hoy se entiende. De ot.ra parto las religiones no daban tampoco
una idea clara de inmortalidad, y el concepto de alma se
confundía casi con lo que luego se ha denominado el animismo.
El mismo pueblo israelita, en opinión de algunos autores, no
tuvo al principio noción alguna del dualismo anotado; uo sabía
de la existencia de un alma que pudiera sobrevivir después de
la muerte, e parada del cuerpo; y solamente a contar desde el
cautiverio clr; Babilcnia, por su contacto con los griegos que conocían
las ideas de Platón, es cuando adquiere tal CO!:!Gepto. ErJ sustentación
de e ta te is se alega que las recompensas prometidas por
Jehová y logradas efectivamente por los patriarcas del viejo testamento
eran purameute terrenales; así la multiplicación de la deseen
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dencia y la posesión de la tierra prometida, en Abraham; fll aumento
de riquezas y la prosperidad de Job, a consecuencia de las
pruebas a que fue somE-tido.
Y hubo de ser así porque en la historia de los Macabeos es
cuando por primera vez se honra a los muertos en medio de aquel
pueblo, mediante los sufragios que, por las almas de los guerreros
sucumbidos en el combate, mandó celebrar su caudillo principal.
Y el "Libro de los Macabeos" sirve, como quict1 dice,
par!l cerrar los relatos del Antigüo Testamento.
Fue la filosofía de Sócrates la que inieió el dualismo con la
introducción de la creencia en que el alma humana es ~lgn distinto
del cuerpo, algo independiente de la materia. algo e 'Jiritual e
inmortal Pero aceptada. o no esta afirmación p.1r los pueblos antigüos
que la conocieron, es lo cierto que la vida de los mi m0s siguió
sujeta a los caprichos del Destino y que la noción de l!bcrtad
significaba muy poco en aquellos tiempos. A í lo cor.firman las
doctrinas de epicúreos y estoicos, las cuales establecían que , no
pudiendo los hombres rernediar los males e imperfecciones de este
mundo, su deber era someter la volmltad a los designios de lo fatalmente
previsto.
La concepción socrát.ica fue plenamente con firmada luego
con la vida y las enseñanzas de Jesucristo, quien habló claramente
de la existencia de un reino espiritual, donde pueden hallar su galardón
todos los que en esta vida obren bien; pero donde hay
igualmente castigo para aquellos que prefieran hacer el mal. Quedó
así establecido que el hombre no es un autómata, sometido 0n
sus menores actos a influencias extrañas p cvistas de antemano,
ino que, por sn componente espiritual, puede obrar en un sent.ido
o en otro, puede disponer libremente de u voluntad.
Con todo, esta doctrina tardó mucho en expandirse y, a propósito
de un juicio crítico sobre los escritos de Reoán, quien intentó
colocar frente a ella la moral de los estoicos, traemos una cit<1>
que nos parece oportuna. Es de Gabriel Séailles, y dice a ! :
''Por una especie de antítesis preconcebida a la Vida. de
Jesús con que empie~a la obra, el último volurHen toma su no m br0
de Marco Aurelio, del gran emperador con el cual la filosofía
pareció llamada o gobernar el mundo. Es la oca ión para Renán dQ
oponer a la reforma religiosa de Jesú~ la reforma laica que en el
siglo II de los Antúninos ayudados de los mejores hombres de Sti
tiempo, quisieron realizar bajo la influencia de la filosofía estoica,
por medio de las costumbrts, las instituciones y el derecho. La
conclusión de Renán es la de que el cristiani. m o, con su física
imposible, su extraña metafísica, su historia quimérica, su teoría
de las cosas divinas y humanas en todo contrarias a la t'azóu, no
ha triunfado sino por las trivialidades que lo ponían al alcance las
almas populares.
''No entro-agrega el comentarista-a discutir la tesis. pero
es lo cierto que uno no comunica 8Íno la vida de que está ani maclo.
Al tomar como representante de la filo ofía a Marco Aurelio,
aGendiéndose para ello al retrato que de él ha trazado Renáo, e
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ve que el estoici1mo en aquella época no es ya una doctrina vivien
te, plena del ardor contagioso que conquista las almas; es una desespr!
rante resignación, una rama, más que marchita, muerta, a
1~1. cual no adornan sino flores de sepulcro ...... "
Durante la Ednd 1V1edia, en que la filosofía se puso incondicionalmente
al servicio de las concepciones teológicas, la doctrina
de los concilios, al proclamar la prede tinación, oo excluyó por
e o la. litertarl del hombre. Porque la predE-stinación como la entiende
el catolicismo se refiere a la afirmación de que los hombres
todos, nacen con dereeho a obtener una posición en el reino de
lo . ., I:Jirnaventuradf's. PPro en vista de que no tcdos obran como
clebirran para alean r.ar la bi naventurf~n za, aquella doc. trina ha
..:ido tergiversada por los sostE.nedores del fatalismo y la supf'rtición,
Jos cuales dicen que si Jc ·ucristo vino al mundo para redimir la
huma11idaLl) san Pablo para predicar el Evangrlio y san Agustín
para sc:r un filósofo y un santo: Judas hubo de venir para entregar
a su lVIae~tro, Nerón para perseguir a los cristianos y Lutero
tJn.ra encabezar la reforma protestante; quedando, por tanto, cxcen
to. de toda culpa.
Quiérese de este modo poner en contradicción la tesis de la
libE"rtad individual con el principio finalista o teológico, sin percartarse
de que aquella no e sino elemento constitutivo de éste,
en u calidad de proce o. Y, dejando aparte la personalidad de
Jesucristo, bien se puede contrareplicar quE" san Pablo y san Agustín
no nacieron santo~, sino que se hicieron tales después de
haber sido pecadore ; del mi mo modo Nerón y Lutero no nacieron
perseguidores del cri tianismo, el primero en su carácter de
emperador rcmano y el :E"gundo como reformador audaz : fuéronlo
sólo a la po'trc y por causas que ya tiene señaladas la Historia
.
Cuanto al di;,cípulo traidor de suponer es que vendió al Maestro
en virtud de su propio querer, si es que no preferirnos complicar
má su conducta y hacerla oscura, encerrándola dentro de
lo que Papini ha llamado " El Misterio de Judas''.
En lo último tiempos la vieja fatalidad ha resurgido con el
nombre moderno dP determinismo; espt::'cialmente de...,de que el
filó~ofo E~pinoza, en el siglo XVII, t-\egún lo an0ta Baker, sostuvo
que el libre albed1·ío DI) existe. "Nuestra ilusión de que somos
libre ... -dice él-se debe a que tenemos conciencia de nuestras accioee.
e ign0ramos la;:; causas que las motivan. Un deseo particular
c~tá determinado por una causa, que a su vez :3stá determinada
por otra cau a, y e ta última por otra, y así sucesivamente hasta
lo infinito.,.
En e te ca o tenemos al frente no ya la influencia de los
planetas y demás supersticiones de la quiromancia y los mitos paganos
sobre el nacimiento y vida de los hombres, sino uo determinismo
científico, tal vez más p9ligroso que el viejo fatalismo,
puesto que es más real. Ciertamente el mundo está gobernado por
una uce~ióo mi teriosa de causas y efectos, desde el sistema IJlanetario
hasta el último microorgarnismo; las leyes físicas son fata-
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les; y, desde este punto de vista, nada hay más cierto que ~l
principio sabido por todos y cuyo enunciad0 drce: unas mismas
c1usas, puestas en igualdad de circunstanrias, pmducen siempre
los mi~rnos efectos.
Es así como la gravitación atrae invariablemente los cuerpos
hacia el centro de la tierra; como el fuego quema dondequiera
que halle un combustible; como los líquidos buscan siempre rl
nivel que les señal~n los v~. sos comunicantes; cctno el encuPntro d e
dos corrient~ eléctricas, antagónicas, produce la chispa; como la~
raíces de las plantas se ditigen siempre hacia la tie-rra y sus ramas
hacia arriba; como el animal busca el sustento cu&.ndo siente hambre
y se reproduce guiado por el instinto. Pero, en buena lógica,
¿se puede generalizar tal principio a las actividades todas de
los hombres? Si el hombre fuera, como lo suponían lo s antigü o:s
filósofos monistas, de la misma natural@za quP las plan t as y las
bestias, sí; pero admitiendo, como se admite hoy, el dualis mo
previsto por Sócrates y coJJfirmado por Ari stóteles, en virtud
del cual existe semejanza entre los seres de la naturaleza, r.)ero no
identidad, hemos de convenir en que hay en el ser humaGo d eterminadas
acciones y reacciones que no siguen. precisamente, las leyes
que gobiernan la materia.
Por lo demás, en este punto e l e spino zismo se contradicP,
puesto que "tt-> ner conciencia de nu es tras acci0nes '' es tener
conciencia de hechos; y és tos , por de finición , no pu eden s er fi cticios
sino reaies. Sí, pues, tenemos conci tmcia de que nuestro s a ctos
son libres es porque lo son efectivamente.
La psicología moderna, como ciencia positiva que a s pira a
ser, apoya el aserto de Espinoza al sostener que ninguna acción
humana se produee sin un motivo determinante. En efecto Hoffdiog
ha dit:!ho:
"Corno cua.lquiera otra ciencia h psicología está obligada
a ser determinista, es decir, a partir de la suposición de qu e
el principio de causalidad vale tanto respecto de. la vida volitiva
como respecto del resto de la vida consciente y de la naturale z:l
material. Si esta suposición tiene límites, estos limites coinciden
<'on los de la psicología misma. Haciendo abstracción de es ta cu es
tión de principio, es fácil demostrar la importancia que para la
psicología tiene mantener la existencia de las relaciones causal es
en el dominio de la voluntad".
Aceptado lo anterior: nos queda, no obBtante, la calificació n
del motivo que sirve para determinarnos a obrar ; y como resulta
que, aun cuando los motivos sean exteriores, es naest.ro criterio
el que l0s pesa y analiza, somos nosotros los que , en resumidas
cuentas, decidimos sobre el que más nos convi<>ne. En otros
términos, somos libres para elegir.
C')n una conclusión pareJida el filósofo G. B. Foster redujo
a su rontrincante en una discusión sobre el tema que nos ocupa.
Después de un discurso sobre los motivos, sobre lo cual se
llama ''el motivo deter!ninante ", Foster concluyó con este eje m
plo : Sobre la pared de un huerto vecino la. rama, ca5i desga.j~-
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- 2-ll -
da, de un manzano sostiene una manzana madura e incitante.
Por aquel sitio pasan sucesivamente dos personas (que Fostcr
supone ser él y su contendor) y ninguna de las dos se atreve a
eoger la manzana. Pasa luego un muchacho de la calle, y éste
si, inmediatamente, se agarra a la rama y coge la manzana. Pero
¿no estaba allí la ma.nzana o sea '' f'l motivo" p&.ra los tres? Si
estaba. Pero del hecho de que hubiera sido el muchacho sin
educación y no las persona~ educada::;, el que cogió la manzana,
sa 13igue que el motivo estuvo realmente en aquél y no en la fruta
robada.
Ahora bien, la facultad de elegir no puede ser confundida
c0n el inrieter minismo. t érmino de que se valen algunos para
dar a entender que si una persona no acepta el determi:-~ismo
como ellos lo entienden es porque incurre en la tont.ería dP- admitir
efectos sin causa. Que a tal equivaldrían las acciones humanas
realizadas sin cstí mulo alguno. P8rO no. Libertad o facultad
de elegir no e::; lo mismo que indeterminismo. E.:;ta faculr,ad d e
decidirse e n pro o en eontra de un impulso, de una suge s tión, de
un mandato, etc., es de naturaleza muy diferente a lo que se
ejecuta por mero automati mo y ha ju tificudo la introducción
de reglas jurídicas y í;recepto morales entre los pueblos siquiera
semicivilizados, sin contravenir los dictados de la naturaleza íntima
d el hombre, ya que resultaría insulso querer reglame::1tar la
vida de las comunidades si los individuos no pudiesen obrar s ino
en un solo y determinado sentido.
Y adviértase que una vez invadido el campo de la moral,
campo donde la noción d el libre at·bitrio obtiene su plenitud, la
libertad presenta. dos aspectos : el uno, traducido por el impulso
a obrar y en virtud del cual los actos humanos se proyectan m ás
allá del sujeto que los rea.li 3a, es el asp e cto positivo, considerado
en líneas generales hasta aq ui. El otro aspecto es negathro, y
se halla muy bien expresado en el siguiente concepto de uno d e
Jos filósofos de la escolástica : ''El hombre es libre cuando, dispuescas
todas las cosas para prorrumpir en "'"un acto, puede,
sin embargo, abstenerse de ejecutarlo".
Algún paradigna no estará de más en la exposición ele este
tema, árido por naturaleza. Veamos: Un ciudadano de Pasto amanece
un día cualquiera con deseos de conocer a Bogotá, y, sin
más vacilación, hace bs preparativos, se pone en marcha, llegn.
a la capital, se detiene allá el tiempo preeiEo para conocerla. y
-satisfecho su des~o, regresa nuevamente al boga~. Si nos repugna
afirmar que así estaba determinado, que t.al viaje se hallaba e ·crito
e n alguna parte, es del caso recurrir a la libertad in di vi dual y suponer,
simplemente, que esta hombre fue a Bogotá porque a ' Í lo
quiso. He aquí un hecln de libertad positiva.
Ahora bien: el congreso ha dictado una ley. que lleva la sanción
del presidente de la república y en virtud de la cual se manda
a los ciudadanos pagar un tributo. El ciudadano N. a qui en
cobija dicha }P.y, ha sido notificado por autoridad competeotP y
aún se ha hecho cargo de las sanciones que corresponden a los
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• • •
- :!42 -
infractores. No obstante deja transcurrir el tiempo hábil para pagar
la contribución y no la paga. No es por falta de dinero, tampoco
por enfermedad ni otra causa grave. Es que, sencillamente,
N. no quiere pagar, se niega a obedecer la ley. Tampoco ahora se
puede afirmar que la terquedad de este hombre sea asmnto de
determinismo o porque así eetaba escrito desde que nació. Más razonable
es pen, ar que N., por su propia voluntad, se atreve a desobedecer
una disposición del gobierno. · En otras palabras, ~s este
un caso de libertnd en su aspecto negativo.
Hemos dicho antes que es la noción de libertad la quE' ha
justificado la introducción de leyes y reglamentos en la vida de
lus pueblos. Ahora podemos agregar que los códigos penales de
los diferentes países se han elabm ado precisamente en vi~ta de la
infracción de las leyes por parte de bs ciudadanos. Infracción que
no existiría si Jos hombres no pudieran decidirse en bien o en mal.
Trasladándonos en seguida a otro campo de la vida cotidiana,
a las acciones que traducen sentimientos, verbigracia, y, concretando
más, a los actos que realizamos en beneficio de nuestros :;:;emejantcs,
actos que para la .filot:ofía positiva son altruismo, y
caridad para la doctrina cristiana, troprzamos asimismo ~on objeciones
a la libertad de que los suponemos dotados. Véase, si
no, este argumento del filósofo Clarence Darrow, al parecer, de
la filosofía sensua!ista de Bentham :
'·Dos hombres van por la ealle. Ambos ven a un ciego que
pide limosna. Uno de ellos le da una limosna. El otro sigue su
camino sin darle nada. Es uno egoísta, y el otro no lo es? Nada
de eso. Los dos son egoístas. Los dos obran para procurarse su
propia felicidad. Si el hombre que dio la limosna hubiera tenido
mayor placer no dándola y conservando el dinero, no habría
dado la limosna. El hombre que d~o dinero al ciego tenía una
imaginación que !e hacia ver, probablemente, cómo se sentiría
é! si fuera pobre y ciego, y, al darle dinero al mendigo sentía placer.
Y el hombre que no dio limosna, que conservó su dinero, sentía
que era preferible para él, que contribuiría más a su felicidad,
conservar ese dinero para otros fines que le ocasionaran otros goces.
Pero ambos eran influenciados por el mismo motivo: procurar
·e el máximo de felicidad".
Guy an había dicho que si los filósofos del paganismo obraban
p0r vanidad, los crif:!tianos no se mueven sino por interés. Ahora
viene el señor Darrow a decirnos que el único móvil por las
acciones es el goce.
Pero est9. doctrina del placer no es exacta en su conclusión,
porque, si el que dio la limosna, en vez de imaginarse Giego y
necesitado, era creyente y pensó más bien en una posible recompensa
más allá de ec;;:ta vida, estableció una diferencia con respecto
al goce que podía suministrarse el quP no dio limosna. Es claro
que el primero reconoció en este caso dos órdenes de valores, el
de la materia y el del espíritu ; y, comparados los goces respectivos
entre sí, la superioridad está de parte del goce espiritual. Por
tanto, arín suponiendo que fuera por egoísmo que dio su limosna,
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-243-
Pste rgoismo es diferente al del que se abstuvo de darla. Fuera
de que no dar limosna es un acto negativo, de ningún valor, por
consiguiente, ante uno afirmativo, intencionado o no.
Réstanos aún exRminar otra clase de objeciones esgrimidas
contra la libertad individual. Se trata dP los fenómenos ronocidos
con los nombres de sugestión, tomados en el entido de hipnosis.
En virtud del primero se ve a una persona ejecutar solamente los
actos qne le impone otra. Esto es, conv~?rtirse en mero instrumento
de un querer ajeno. Y cuanto al segundo, freeuentes son los
casos de auto-convencidos raros. Pero es necesario h~cer una distinción
: en primer lugar no todos los indivjduos son bipnotizables,
y los que se dejan dominar por una sugestión cualquiera son tipos
anormales (históricos, psirastén!cos, e te). Er el terreno de bs
auto-convencidos se encuentran ya las caractrrístiras de la derneu
cia en cualquiera de sus manifestaciones. De donde se deduce
que estos casos son de excepción y no de regla.
D~ maynr grttved~d es ol oÍutoma q11~ ¡.;~ pre"ent ·\ P!1 la HCtunlidkd
en el campo político .V ~OCÍ!\I df"~f>tvorablf~ al [H'P.stigit)
de la líber tad individunl .V cindaLiann.. Cor.aur1i-;mo y f1t!!eismo C:llllcuerdall
f"l) RU df'Qpr·eeio por la libert•td u el ei t1da.Ual1<~, df'rÍ VI\ ·
da. de los qu; prPclarnó la Revulu0ión
Fr!\nce¡.;a .Y ~ue han ~ido dP- Je entoncP~ la rHzÓrJ de ser· df> 1~-t
vidn. d PmOcrática. En I1ombre del :::es de «urden s alltorid~tcl» Pl 8eg1111do, ambas
tt>ndf'riCII\S coincden en el intPnto de abolir la volunt"d cl!!l
hombre y drl ciudHdano f.)ara sacrifiCinlo en ara~ tlel E.-t!!Ju. L ·l
filo!!!ofía de hc,y oacila, por· tanto. f'Dtre liberti\d y determinrRmo,
y es toeguro que acabe por decl~trarse en favor del tíiLimo,
porque '"te favorece, mej·>r· q:1e a.quélln, 1~-ts tendencias Íg' lu-drtar
ÍHR y de~;póticas del < e StátÍ~tno», y ya vVrli'\Dl James ob>1PI'VÓ,
n propó · ito de la teoti!l evolucioni ta, q11e las corril"r.Les filos6-
fic f\ s uo pe, Q!anecen inrlif e rent a lo~ sistema~ políticos tri•Jn·
fanteA ni a los descubrimiPntos [JaulatiDo9 de ltt ciencia, sino
que tif'nden a apoyarse en ellos.
De lo que no ca be d nda. :1lg·,1 Oll r , de que IR ed ncRcióo perfeccionl\
la libertad en el hombre. Ll6rnesel~t positiva o neg-a:
tiva, e lo cierto que un Rnj ~ to cualf!lJÍera se h ·dla en mej o re~
con flicion'3s para llenar su co ,netido en la. vid,\ cnando eR erlucadcJ
que cuando no lo es. BPor cpré, en 11110 dr lt>S Pjemplos citRdos,
rl muehllcho ·111 la culle, de llll ~alto se apoderó de ltt. nHU1-
ZRilH drsg11jada sobre la pttred del huerto, cnanrl(l otras fHw·or.as
habíHnl~ vi . to primero, pero 1~-t dejaron Íllt!ictH'? El CRQt) hR sillo
puesto para probar quij el motivo de esta Rl.!ción, si bien rxterI•
o y al alcance de vttrias persona.,, no decidi9'. siu embargo,
sino a la tercera que se pre entó. D · ~utro del impulso a obrar,
incitadtl poc «el motivo determinnnte», este acto es libre, indu~
1~tblem nte. Pero mir:dn a travé~ de otro crit~1·io y de otras
normafil, esto es, desde el punto d~ vist!l del dchcr y la buenét
crianza, el mismo acto resulta censurable. Y nosotros, en vez
de aplaudir al muchacho por el hurto realizado, preferirno~ adhe.-
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-244-
rirnos a la conducta de os señores Foster y Darrow. La rsz6n
e tá en que é stos obraron como personas educadas, correct~t~, por
tant<,, mi:lntras el chico caliPjero se dejó dominar por UD impulso.
Y se ,lejó do m mar a 1 porq ~e no tenía coetu m bre de
refrenar sus tende~•cias. En otros té rminos, porque DO era educado.
La conclusión qn3 scaban)C)S de adoptar no deja fle tener
gu importancia, ~obre todo en el campo de la Pedagogía, en el
que, como es snbid0, aparece cada año una nne,va teoría que
preteDd•' ser mPjor· que las anteriorf"s. Naturalmente, del cou·
cepto que se tt>nga acerca del !in d~l h0mbre han de derivarse
Jos medios para - darle ln educación correspon::Hente.
E. ÜABAUIOO
Licenciarlo e n 'i<' n cins de la
E !l,lCnc ión
APENO ICE
SOBRE LOS IDlOMA.S DEL CAQUETA ~ 1 ~
IDIOMA INGA
S egún e x presamos en el cuerpo de la obra, este dialecto tiene
la s raíces d e sus palabras en el qu echua, o son quechu a s pu :-
é! s, pero h o y día se han olvidado muchísimas palabras de ese
i ct i o ma y s e h a n reemplazado por las ca stellanas equivalent es.
( 1) En ~>l af,"tn de íac:ilitar el estnrl io de h1 · [Pngnns indígenas ele Co lombin,
qnerP11Ws r eprNlucir. de VE'Z en cuando. en c~tn. «(•cciótl , como )'li<:a ·ionc::s hoy agotada· y en su ti mpo dt>
lirnita1b <.:irenlnc·i(m . Sa.bPmos no . otros ele las s de nue~tro país en
l:~r< hiu lio tt>cns v:xt 1 a njen.s. A no:-otn •s nos pn::.a otro t anto re~pecto de la::- puuliraC'ion
e; extmnjerns sobre temas americanistas.
En esta ecliciéln n los sudcaucanos para aprenrler
el inga. Como los provincialismo del sur del Cauca, donele
hnsta hace un siglo se bobló quechua, tienen su origen en
est~ 1enguR, y estos pro\·incialismos son en número de gran
consideración, y, como gran número de las palabras del ioga
son castellanas, resulta que los sudcaucanos, a poco de habitar
en Mocoa, se entienden ya con suma facilidad con los ind
ius.
En cuHnto a la gramática, sigue el inga la del quechua, y
absolutamente nada la castellana, pero hay algunas diferencias
con respecto a la del quechua. Ejemplo: el inga tiene artículo
cr~.1e es la dicción cuna, y el quechua no la tiene. En éste,
cuna es la terminación del plural. El quechua titne inflexiones
para el número y los casos, y el inga no las tiene. La Conjuga-ión
que es tan regular y lógica en el quechua, me ha parecido
muy ~tnárquica en el inga. Digo, sin embargo, me ha parecido.
porque poco he podido hacer el estudio de ese dialecto, y
como lo he oído más a blancos que a indios po(lría suceder que
yo hubiera tomado los e:·rores de aquéllo5 por yerros de lógica
en la gramática del dialecto mic;:mo.
Decíamos arriba que muchas palabras ingas son quechuas
puras. Daremos un tjemplo en la siguiente
Lista de algunas palabras idénticas en quechua y
en inga
Cachi, Sal
Cara, Cuero, piel
Chaca, Pueo te
Chaqui, Pie
Chini, Ortiga
Chupd, Cola, rabo
Huarmi, Mujer
Huasi, Casa
Huat&, Año
Mama, Madre
Maqui, Mano
Nina, Fuego
Puma, Ltón
Quilla, Luna
Rumí, Piedra
Yana, Negro
Pero en las más de las palabras del inga hay algunas
rlifereul'Í:l · d8 pt·oouut~iaeión eon respecto a las del quechua.
LoR ~ouidos fuertes d l queehua se han su~vizado en inga;
a8piracionP, de aquél se han perdido en éste; y a la vez soDidos
palatnles en la lengua madl'e se han convertido eu as-
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-246-
pirados en el dialecto, y suaves del quechua han pasado a
ser fuertes en el inga. Sigue una
Lista de algunas dicciones en la lengua y e:t el dialecto
para darse cuenta de los cambios fonéticos
( ADVERTECIA-l( es svnido en que<:hua, intermedio Pu tre
e y c. La e tiene e: sonido de nuestra e bU ca pa. La Qq
es este mismo sonido máE; fuerte. Chh es sonido más fuerte
que ~1 d& la simple ch. Pp y Tt sou más fuertes que tJ y t
sencillas. La h es aspirada).
QlTEposición de
i (illachapa) ha pasado a t-"igoificar en inga colcha o enaguas.
Llapa, todo, todo eon v~rtido en yapa e u el dialecto, significa
... u é:'tfl mui (quechua, Lla paatipac. Todopoderoso; inga Ya-
1Ja tmqu,spa, muy enfermo); Churi, que significa hijo en que
··hna, ha pasado en la forma turi a significar hermano en
ioga.
Forma también el inga palabras de raíces quechuas que
resultan muy diferentes a las de igual significación en querhua.
Así, mamima quA dice uo, nada, ninguno, se ha formado
de la n~gnr.ión mana, no, y del relativo neutre ima,
qué, qué cosa. Maitaco, euánto, ha sido formado de may
t·náu. (Quechua, j Hay ka? Uuántof) De cancha, patio, corral,
ba formado canchama para deeir afuera. De ucu, cuarto, formó
ch:ucuma, adentro. De esta clase son chi, ese, ch~pi, ahí;
cllillatata, ahí mismo; chituco, demasiado; micap'Uan, siempre;
nij picá, en tonct-1s.
El qGechua, o el inga, como dijimos, ha dado graudísimo
númE~ro de provin<~ialismos al castellano del sur del Can ca;
numerosos al del sur del Tolima y a Antioquia, y algu·
nos al lenguaje bogotano y al resto de la República. De es·
tos últimos son los que ponemos a continuación.
QUECHUA
China-"Criada, moza del servicio"
(Diccionario quechua
del padre Lobato).
Huacba-" Pobre" (Id.)
Lt'nguaje bogotano o colombiano
China-Muchacha pequeña del
servicio.
Guache-Hcmbre de la plebe
menos baja, pero mal
educado, insolente.
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QUECUUA
Huaatu-"Anda que llevan en
hombros" (Id.)
HuariLha-" Mujer de cuartel,
ramera."
Konchu-"Heces, asiento del
líquido."
K oto-" P:=~ pera"
Kucho-"Esqu.ina, ,·értice de
ángulo.'' (Id.) Rincón
en inga.
Kuku-"Espant::~jo con que se
espanta a los niños."
(sic). (Id.)
Llampagu-"Sin zapatos, des-calzo."
(Id . )
Muruchhu-"Duro, fuerte."
Pucho-"Sobras" (Id.)
Yapana-"Añadidura." (Id.)
248-
Lengu11je bogotano o c o lomT) iam~
Guando-Andas para cargar
enfermos.
Guaricha, mujer de cuartel,
ra~íera.
Cuncho-Heces, asiento del líquido.
Coto-Papera perenne.
Cucho-Rincón, cuarto muy
pequeño, casa pequeñita.
Coco-Espanütjo con que se
asusta a los niños.
Ñapanga-Muchachade la plebe.
Morocho-Duro, fuerte.
Pucho-Cantidad pequeña, pedacito.
Ñapa-.~~adid ur!l en lo qt:e se
compra o se vende.
Par& utilidad de los que viajan por e1 Alto Caquetá, inserto
a c0ntinuación
Algunas frases usuales de inga
Caripuangue (sa!udando).
Allilla (respondiendo al saludo).
Yarcai. Rumo catohuui.
Cai. Anchisito mican.
¿Maituro balín?
Subya real. Iscai. Quimsa.
Chusco. Píchica. Sojta.
Canchis. Posa. Iscun.
Chunga.-Su atahualpa cato-huai.
Asua randihuai. Suma mican.
Yaco nayahuan. Yaco carahu3i.
Chirih uan. Ca tachihuai. Catachí.
Cataña manachihuai-Cai.
¿ Mui:Jangui carga Yunquillo-ma
apangapa?
Arica. ¿Maituco papangui?
lsea pa tacon arroba.
¿Munangui nucanchi manda
ringapa?
Buenos días.
Buenos días.
Tengo hambre. Véndeme yu-cas.
Tómalas. Están pequeñas.
¿Cuánto valen?
U u real. Dos . Tres. Cuatro.
Cinco. Seis. Siet~. Ocho.
Nueve. Diez.
Véndeme una gallina.
Cómpramechicha. Está buena
Tengo sed . Hegála me agua.
Tengo frío. Cobíjame. C obí-jate.
Pásame la frasada.-Tómnla.
¿Quieres llevar maleta a Y unguillo?
Sí. ¿Cuár!to pagas? .,
A dos pesos la arroba.
Quieres ir conmigo?
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- 2±9-
Mana munane. ~Maituco apa
d or ministicu?
Cbusco apagador ministido.
¿Ima puncha ricangui?
Caya tutamanda tutaica ri~a-
Caya madrugai ministido.
l\ianima r~n~apa catlchu.-Risa
mt ntrca.
Nucanchi pirdirisca .-¿ l\1aipi-tá
ñarnbi tian?
¿MRimanda samungui?
.:Vlocoa manda misamucone.
¿Máimata rincangui?
Risa masta Yunguillo.
Ñarnbi ca_illape.-Manima caro
mtcan.
Caipi mi ñambi.-Yuqui maqui.-
Alli maqui lado.
Caro m anCla misa mucone.
¿Yaco ~tun micam?-Uchulla
mtcan.
Chimbachihuai-Mana pudine
huaitanga.
Tamia sucurico.-Tamia urmaco.
Acú caitambo yaicuchingapa.
Na ocsiriaco. I~inacusunchl.
¿Camba cosa mapi sitiarca?
Chimbá.
Richí mitopangui nuca cosa.
Dio3 manrla, amigo de mi vi-da,
posadita manachihuai.
Areca.
Samui.-Yaicui.-Tia ri
¿Imasata micongapa?-Logro.
Ape. Patasca.
¿Plátano yucangui?-Manima
y yucan.
Aicha cuascaí-Micusunchi.
Majllai chaque cuno yocoa.
Asua upai.-Upiasuncbi.
Puñunga munane.
~aodagri puñangapa.
Na cbu mandarcangui.
No quiero. ¿Cuántos cargue-ros
necesitas?
Necesito cuatro cargueros.
¿Qué día te vas?
Mañana a la madrugada oscura
me voy.
Necesito que madrugues mañana.
Ei no va.-Dijo que iba.
Nos perdimos. ¿Dónde está
el camino?
¿De dónde vienes?
Vengo de Mocoa.-Para donde
vas?
Voy hasta Yunguillo.
El camino está cerca.-No está
lejos.
Aquí está el camino.-A la izquierda.'-
Al Jadoderecho.
Vengo de lejos.
¿Está grande el río?-Está
bajo.
Pásame al otro 1ado.-No sé
nadar.
Va a llover.-Cayó el <-~guacero.
Entremos a este rancho. (Vamos
H entrarnos a este
rHncho).
Escampo ya. Vámonos.
Donde está tu marido?-Al
otro lado.
V éte y adelante encontrarás
a mi marido.
Hágame el favor, amigo, de:
darme posada.
Bueno.
Vén .-Entra.-Siénta te.
¿Qué comeremos?-Sancocho.
Mazamorra. Mote.
¿Tienes plá tan os?-N e ha y.
Dame carne.-Comamos.
Lá va me los pies coa agua cc..-
lien te.
Bébe (tú) chicba.-Bebamos.
Tengo sueño. (Quiero dormir).
Tiéndeme la cama.
Ya está tendida la cama.
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-250-
¿,\ttaitucu dibí?-Iscai curi.
buarco.
Sojta caucho libra,
Su quillapi samungui. Ñami cuas
caqui dibichihuangui.
Lienzo iscun vara dibichiguay;
píchica sirnanapi pugasa.
Cure manda pagasa.
¿Ima suti?-Jesé Sijindioi suti.
Cunapuncha suma puncha.
Cai n&. tamiarca-Su ratucama.
Cbisia cama.-Ca va cama-Su
puncha cam~a.
¿Cuánto te debo?-Dos caste.
llanos de oro.
Seis libras de caucho.
Ven dentro de un mes v te da.
ré lo que te debo ~
Fían1e nueve varas de lienzo;
dentro de cinco seruanas
te lo }JHg~~ré.
Te lo pagaré en oro.
¿Cómo te Ilamas?-~Ie llamo
José Sijindioi.
Hoy está hociendo buen día.
Ayer 11ovió.-Hasta luégo.
Hasta la noche.-Hasta ma.
ñana.-Adiós.
De quechua hny gramáticas y vocabularios. De inga no
hay lo uno ni lo otro.
COCHE O IDIOMA DE L08 INDIOS D.fi~ SEBO N DOY
NUMERACIÓN
K.ahgui ...................... Uno
()ta .......................... Dos
Chininguana ............... Seis
Ka...:¡uisuktana ............. Siete
l ngá ......................... Tres
Kü.nta ....................... Cuatro
Pusukta na .................. Ocho
Eskuuukta .................. Nueve
Sácbina ..................... Cinco Benesana ................... Diez
Al escribir una gramática y vocabulario de coche habría
que inventar caracteJ·es significativos de sonidos especiales que
tiene esa lengua o brindar a determinada reunión de letras latinas,
valores fonéticos convenciona!e~, como para los idiomas
teutóni~os :r el francés. En la lista siguiente, que incluye unas
p ocas palabras de ese idioma, sería inútil aspirar a dar la genuina
pronunciación coche tan áspera y difícil. Diremos sólo
e¡ue el sonido que atribuímos aquí a la combinación sh es el
que tiene esa misma combinación e u inglés.
Ach, Yo
Aka, Tú.
Ayine, Sí.
Belsash, Cabeza.
Binache, Camino.
Bitash, Hueso.
Blandachá, Plátano.
Bokoi, Chicha.
Bokoi shmachetá, Dame chicha.
Bornó, Papá.
Boneté, Día.
¿ Domui ekusá? Para dónde vas?
Doñi, No.
Esnona, Te quiero.
Eskenine, Plato.
Guche, Barro.
Guitebiash, Uñ&.
Huahuanai, Cocina.
Huaitina, Está lloviendo.
Huajisayá. Raíz.
!bita, Noche.
Ipna, Casa.
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251-
Boyá.. Hombre.
Buiish, Agua liRio.
Buiishsá, Río crecido.
¿Domuikana kjabó? ¿De dón.
de vienes?
Jasama, Quiero comer.
J ui bi~ n, Cara, rostro.
,Juitash, l\1uPia .
• Jusi ::~ma, Quiero beber.
Kanya, Sol.
Katshata, Hermano.
Kuataya, Vámonos.
Kukuach, :Mano.
J{upjanse, Blanco.
:Machi, Malz.
Maman. shu, Entra tú.
Matabaja, Olla.
Mutebin, Siéntate.
Nabastí, Bueno días (saludan-do).
Neshibé, Piedra.
Ninise, Palo at'bo1.
Pushinibé, Ojo.
Sabá, Bueno.
Samiash, Rodilla.
Shatojni Kjabó 1 Vengo de l\Iocoa.
S ha toj u ka, Está en ~rocol:L
}Hgkonuka, Bordón, báculo.
Huiñe, Sangre.
Huiñe tukuhuá, Sangre derra-mada.
J ajañe, Labranza, semer. ter a.
Shima, Mujer.
Sllindos, Yuea.
Shiko huamensé, Estóy can-
SHdo.
Shkiná, Nosotros.
Shlukse, Cola, H.abo.
Shuká, Está enfermo.
Sikuasch, Pie.
Sik~hag, Ají.
Singa, Negro.
Singohuá, Cintura.
Sinsh, Luna..
~kuá Bastoi. Voy para Pasto.
Sm~achik8, Es!á llorando.
Soson, Niño.
Stagau~sh, Cabello.
Suiñe, Vive.
Sugunnacha, R:lm:1IIHojJ.
Suksosekse, Dolor.
Tnmú, Sal
Tuksobana, l\Iuri6.
(El guión eolocado sohre un::t letra hace su ~1ronnu·
eia~ión na ·a l).
As~-wé, Me d Ué!H.
Ayá, Río.
Ayó, Hermano.
Birakucha (palabra quechua):
El hombre blanco.
Emuké, Varón.
&Ijore nipi Paikiní? &Quiéll vive
aquí?
Iosaró, Puerto.
Jiré, Quiero, dame. Fire oko,
Dáme agua.
J uiñe, Murió.
Ka, Cusma.
Kaje-seká, Cuatro.
Ok6, Agua.
Pak~, Hombre
Pó. Blanco, P oncó nguH5
blancas, agua: clara
Romí. :Mujer.
8áiji, Véte.
Saimé. Sal tú.
Samukuá, Dos.
Samuyo-t.e, kuá Tres.
Semeñó. Lengua.
Sekauái, Todas.
J(oují sialcuá'i asi ?ué, 1\re
cuelen todos los dientes.
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~52-
Kajoró, Oreja.
Ke-umá Pie.
Kují, Diente.
Kusipé, Nariz.
:Mué (pronombre posesivo) Tú.
11-hw~lcá, Tu cusma. (Chibcba,
rnué, tú).
N en k e wé, La casa de otro.
Nunka-o, P látano verde.
O, Plátano.
Tu--sararrá, Camisa.
Tu, surapue, l\1anoll01nco.
\Vá, Sal
'Vé, casa.
'Vejaike, Buenos días.
Sié, Niño.
Yi sU, 1\fi niño.
SinKi-Ké, Pierna
Siño,-Pué, Cabeza.
Sipayá, Dulce.
TeKuá, Uno.
Toá, Fuego.
Toá-yoKú, Buque de vapor.
Tupué, Palo, árbol.
Tuiró, Sombrero.
Yaí, Perro. Yai airee, Tigre.
Yowatl, Remo.
Yaji-ó, Plátano maduro.
YanKuás, Calzones.
Yi (pronom b~·e posesivo) 1\-Ii.
YoKú, Canoa.
En el Catálogo de la Biblioteca Nacional de Bogotá
he visto una Gramática y Vocabulario de la lengua Ceona,
pero nunca he tenido el libro en mis manos.
DIALECTO COREGUAJE
Como en el Ceona, el guión colocado sobre una letra
indica pronunciación nasal. Las diferencias entre la lengua
madre (Oeona) y el dialecto (Coreguaje) son pocas y entre
los varios dialectos Coreguaje, Tama, Macaguaje, son
también insignificantes. Me figuro que no sean éstos ni aun
siquiera dialectos y que un C:oreguaje y ua Macaguaje no se
diferencien entre sí en el lenguaje hablado, sino tanto como
entre sí un bolivarense y un antioqueño, o un socorrano
y un pastuso.
Sería curioso comparar los dialectos de las tribus in~
diás de la Intendencia de San :Martín, región de los Lla~
nos, sobre todo los de las tribus del Guaviare con los dialectos
del Ceona del Caquetá.
Achá, Río.
Achí, Hermano.
Airo, Monte.
AI\é, Padre.
AE:ó, Madre.
.Arruei-Pué, Nariz.
A u.Kuamué, Tengo.
Afiá, Culebra.
Iosaró, Puerto.
Jáine-kuáme, Mucho.
Janamée, Raya.
Jau roró, Fulminante de escopeta.
Jawá, Hoja.
Jawí, Escopeta .
Jinte, Mano.
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-253-
Ans6, Yuca dulce .
Aura, Hamaca.
A utují, Caza be.
Awá, Yuca brava.
A wasá, Almuet'ZO.
Chaje--oó. Plátano maduro.
Che-chó, Caña dulce.
Ch é ro sañu chií, Mañana me
voy.
{Jhi, Niño.
C hí-a, Huevo.
Cili-opü, boca.
Cho-owí, Canoa.
Cllowatí, CanaletA.
Emú, ~fono churuco.
Estaje. Sál tú.
Gaá. Chaquira.
Gañá, Uabellos.
I nsí, Piña.
1\:uija-oó, Plátano verde.
Kuntí, Loma.
K.urá, Gallina.
K urí, Oro, Plata. (Ing:=~J.
~lajña-koó, Estrella .
l\faka, Monte.
l\Ia ra tí, Pava colorada.
11e jkó, Temblón ( Gimnoto
elÁctl'ico).
~1eKá . Hormiga.
l\1 eó, Dedo.
Misú, Ratón.
1\li-ú, Aguja.
1\foito, Tabaco.
Naikuamué, Noche.
Nikuacha-á, Calzoncillos.
N asó, Mono cotudo. (Steator).
Namaroké, Pólvora.
Ñ ansé, Y á taro.
Ñ askowá. Ojos.
Natamué, Día.
Ñ akuasé, Calzones.
Oimanejé-é, No llores.
Ji-oñé, F1ecilla.
Joé, Tortuga.
J ué-ká, Cusma.
Ju~-mué, Mnrió.
Juiñá. Camarana.
Kaá, Frazada.
Kajo, Oreja.
Kaña, Lienzo.
Kane, iHola! (Interjección).
Kañú, Dormimos.
Ka-wé, :Mosquitero.
Keire, oko, Dame agua.
Kinaré, Lanza.
Kína-totoró, Caldero.
IGrojó, Marido.
Ko-apé, Pie.
Kojí, Lengua.
Konsá, Palma mil pesos.
Kore, Garrapata.
Pikokonó. aguardiente.
Pisto, Anzuelo.
Poawí, Bagre.
Ráiji, Ven.
Saijí, Vete,
Saimú, Adiós.
Samu-yaí, Perro.
Sañu, Vámonos.
Sense, Marrano.
Sijo-pué Cabeza.
Suí. Paujil negro.
SuKá--pué, Cielo.
SunKiñi, Palo, Arbol.
Sunsl. Mosquito.
Sususuí, Gallo.
Su-upo, Hacha.
Toá, Fuego.
To-apé, Pierna.
Tomió, Mujer.
Totóre-awá, Plato.
Totoro, Olla.
Tuiro, Sombrero.
Uje, Pava negra.
Unsíí, Sol.
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254 -
Okó, Agua.
06, Plátano.
Oremué, Mentira.
~Paiké nipi wé~ ¿Quién vive
en esta casa!
Painasó, Mono marimba, o
bracilargo.
Pamiaé, J. una.
Pené. Guamo (Género Inga).
Pejawé, Playa.
Perornú-chii, Está enojado.
Pésa ráiji, Ven aprisa .
Pi-á, Ají.
Pi-á, Pájaro.
'Va, Sal.
Wajkiñí, Yarumo Cecropia .
Watí, .Macheta.
Watí-oje, Papaya (Carica
papaya}.
Vve, casa.
'Veá, .Maíz.
Weisamué, No sé.
Westé, Danta.
vVija-weá, :Mazor~a de mair,
tierno.
Witó, Caucho.
Yai, Tigre.
CARIJONA
Con más datos de los que poseo, emprendido el estucio
comparativo de las lenguas carijona, huitota y quechua,
se hallaría quizá que son hermanas las tres, mieutras
que hecho el mismo estudio con r e specto a l rt lengua
ceona y las de los L1anos, se hallaría tal vez que estas otras
pertenecen a una misma familia. (1) Podrí a deducirse entonces
que los indios que hablan las primeras vinieron del Sur
al territorio def CaquHtá, y que vinieron del Norte los q u e
hablan la segunda.
Akirá, Cafuche.
Ariminá, lVlono churuco.
Bebe, Palo, árbol.
Bereke, Eslabón.
Bokirí, Chicha.
Chano, Cuchillo pequeño ..
Chare majotó, Pásame fuego.
Ohitúi, Aguja.
Goto, Zaino.
Huá, No.
Huanai, Poco.
!guasa, Machete grande.
Iguasá Mungurú. .Machete
pequeño.
Kebéi, Anzuelo.
Kenajoro, iQuién sabe!
Kinoró, Guacamaya.
Kumo, Palma mil peso s.
Kuyuya, Pava.
l\1achijuri, Danta.
Mainectó, Vamos.
Mama, Madre.
Mesene, Espejo.
Monome, Bastante.
Munguro, Niño pequeño.
N ajej·é, :Murió.
Nocha, Mujer.
Numiyara, dormir.
(1) Otra vez en medio ue la civilización, al releer obras que yn. conocía. ltnll~Í
fJUe efectivamente ,turnas y coreguaje han habitado los Llanos de Cas:mare y ~tUl
Martín, noción que ya hauía olvidado.
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255-
Tkoimo, Páujil.
• Ta m ueima. Sal.
.TRrejo, Chontnduro.
¡,T óre- joja! iOuidado!
• Turují, Lienzo.
Kaikuche. Tigre/ Perro.
Kan:nva, C2noa .
Sukutume,, El negro (subtantivo).
Támue, Tabaco .
Tuna, Agna.
U te jojá, Vine .
U-úi, Yuca brava.
'Vajijá, Plato.
\Viwí, Hacha.
Probablemente son palabras carijonas mahuaré, la tambora-
teléfono de los huitotos y mayoyoke, chaquera, nombre de
un p~=traje a orillas del Caquetá. La palabra muuguro, niño
pequeño, ha sirlo adoptacla tanto por los huitotos como por
los coreguajes y tamas.
No existen gramáticas ni vocabularios de carijonas.
HUITOTv
Sobre gramática buitota fue muy poco lo que pude recoger.
Sólo pude anotar que en los sustantivos cuando hay sexo ma
es la terminación del masculino y iío la del femenino; que las
preposiciones, no deben llamarse en huitoto así sino posposiciones,
porque, lo mismo que en el quechua, no preceden al consecuente
sino lo siguen; y lo siguiente sobre conjugación, en la
cual hay la particularidad de que hay número dual, como en el
g riego; pero sólo para la 1 f.l y ~r:t personas.
CONJUGACIÓX DEL VERBO güi, COMER
Presente (Encanto ) .
Singular.
G ii.idike, Yo como.
Gii.ide-o, Tú comes.
Kái-mué-güide, El come.
Dual.
Güidikoko, Tú y yo comemos.
Ogii.ia, Tu comiste.
Náimué güiga, El Comió.
Dual.
E:oko güiga T1i y yo comimos.
Futuro ( YaboyaiJo)
Singular.
~ko-kué güiche, Después comeré.
ll~o 6 güiche, después e .nerás.
lko Gai-mué güiche (Id.), Co-merá.
Dual.
Iko koko gii.iche (Id.) Tú y
yo comeremos.
Plural.
Güidikae, Varios comemos
Güide-oma, Vosotros coméis .
Naimake güide, Varios comen.
Pretérito (Encanto ) .
Singular.
Kué güiga, Yo comí.
Plural.
Iko lu~e guüiche ( Id.) Va.
nos comeremos.
Iko orna güiche (Id.) Vosotros
comeréis.
Iko nai make güiche, (Id.),
Varios comerán.
Imperativo.
Guño, Come tú.
Plural.
l{ae güiga, Varios comimos.
Oma güiga, Vosotros comisteis.
Nái·m.ákegüiga, Varioscomieron
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-256-
Como se :ha dicho en el cuerpo de la obra, hay ya ríos di&Jectos
del Huitoto. No todos tienen futuro para la conjugación.
El futuro que aquí damos es el del dialecto yaboyano ~
La siguiente lista de palabras e:-; del
HUITOTO DE EL EN CANTO
El guión sobte la u ( i) le da el sonido de u francesa.
Ai-foi, Veneno.
Ai-fóke, Paujil.
Ai-jáiteke, Me voy.
Aima, Brujo, médico.
Aimetáitike, Ter:go ha.mbre.
Airí, Cazabe.
Akate, Deseo, quiere.
Ama, bemano.
Amena, Arbol, palo.
Arikina, Aprisa.
Atawa, Gallina. (Quechua,
atebualpa.
Biñete, No ha venido.
Bite, Vino, llegó.
Biti, Vienes. Para salud~r al qne
llega le dicen ?Biti? ?Vienes?
Bitique, Vengo.
Bitikue, Vengo. Eré mona bitikue.
Vengo del Eré.
Betate, Viento.
Bu:¿Qué? ¿Como? Buérigiiiíiéto.
¿Porque no comes? (En
el dialecto del Caguán btí
es muka: Muka mameke?
¿Como te llamas.?)
Cbakuto, Estrella.
lferi, Cuesta.
lfo, Sigue tú.
Ifoke, Cabeza,
Ifoke-keire, Sombrero. Quizá keifeesel
castellano lcepi, muy
usado por sombrero entre los
indios vestido de la Huitocia.
Ifo-eire, cabello.
Iko, DespuésiiLugar.
Ima, Horubre.
Imake, Gente.
!maní, Río.
Ini-rói, Vestidos.
Cba-uta, Vtnado negro.
Chikrse, Ca r(le.
Chobefe, M~chete.
Chobema, Hacha.
Chobel;::a Escopeta.
Chobetera, Cuchillo pequeño.
Daje, Uno.
Dofo, Nariz.
Dape-h:uiró, Cinco.
Doritadó, Escopeta.
Düwe. Tabaco.
Enie, Suelo tierra.
Euche, Pie.
Eré, CHnangnehito, Yaried~.d
de la palma cananguclw o
moriche.
Fagosí, Anzuelo.
Pano, Mátalo. Fañe,w, No lo
mate.
Fito. Sopla tá.
Fuina, Compón tú.
Fuí-wí, Luna.
Góne-neke, Caña d u lee.
Güi, Comer.
I-akirna, Bagre.
I-é. Es. Uséredé c-é, Es blanco-.
Jitañ o, J ov·~n (femenino).
Jito, Hijo. Kuéjito. mi hijo.
Jitoma, Sol.
Jitoro-kiño, Nutria.
Jituíte, Negro. (adjetivo).
Jiáide, Colorad o.
Jurái , Magua.ré. La tambo.
ra-teléfono.
Jué, Boca.
Juí-mona, Verauo.
Jusefo, Ceniz&.
Júisi-piúre, Palo de yuca braba .
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Inó, G::t llinazo.
lpache. Pagas. Es voz tomada del
castellano. ¿M u ka ipache?
¿Cuanto paga:s?
I~ito, diente.
Ite, Hay tiene. Iñt:te, no hay,
no tiene.
Ito, 2stás. lto? Saludo equi-valente
a buenos dft:...s.
Iyaima, Capitán, cacique.
Iyake, Raíz.
J agafe, Remo.
Jainói, Agua. Jainoi kuemo
ate. Dame agua..
Janeride, Pequeño.
J anoko-pesa, Rancho.
] a ti-jiko. Tigre.
] a tike, \1oo te.
Jayo, Culebra.
Jerie, Grande.
Jifisiño, Gorrión.
Jifig()gue, Caintito. (Lucuma.
caimito).
]ikadoma, Danta.
Jiko, verro.
Jimeoo, Cogcllo de la palma
de chootaduro.
Jimene, Una tribu llamada así.
Gente de chontaduro.
Jimeke, Fruto de la misma
¡:;alma.
Jimf>na, Palm~ dechontaduro.
Jinike, :Mosquito.
Jip,in, Coca. (Eritbroxyton
peruvia.num.)
Jiri-kopú, Uva caimaron~.
Jiro, Beber. Ji ro a.káleke, Quie
ro beber, tengo sed.
:\1ameque, Llamarse. Bu nlameke.
¿Cómo te llamas?
Maní, tres.
Maño, Vamos. Maña faiteke,
Vamonos. Maiía. koko,
ja.iki, V á monos los dos.
Mare, Bueno.
Mariñete, Maloll Pícaro.
Méido, Rastrojo.
Jusi-yam6i, Días.
Juüvíe, Yuca brava.
Kchiñoña, Prostituta.
Káe, Nosotros.
Kai -yake, Eslabón.
KnjunR C~tuchn negro,( Castilloa.
elástica). El vocabulario parece
derivado del castellano.
Ka-kHñete, No oigo.
Kañika, Pindo o caña bravaKañete,
no oigo.
Kañike. Rodilla.
Kawalla, Chicha.
Kioego, Cogollo de la palma
de en na ngucho.
l(inete, fruto de id.
Kiuena, palma de id.
.Kinene, Gente del Canangu.
cho, tribu llamada así.
KiragnFI, Ya rumo. ( Creropiapelta.
ta).
Kirigue, Canasto.
Koko (Pronombre personal,
dual) T6 y yo.
Komuine, Gente, indio.
Konirue, Joven ( mas.-::ulino ).
Koreño, I~aya.
rué, Yo.I! Me y ~i (CFISOS posesivos
y oblicuos.)
Kue eurhe joko, Lábame los piC's.
Kuto, venado colorado.
Kuy o. Lombriz
Ma, Terminación del mascu -
lino cuando hay sexo.
Maike, Yuca dulce,
Maja. Cera.
Nojuiko, CFI scad a, c!:lorrera.
Nok-kao, Canoa.
~uyo, Boa.
Ne, No. ( 1)
No, TerminRción del femenino
_ cuaudo hay sexo.
Noña, Madre.
O, Tú. (Pronombre personal
y posesivo).
(1) Se intercala de la misma manera que en el quechua las pal'.ticnlas moclificativas
d~ los vet'bos, entl'~ el radical y la tel'minación para expresar la. neg¡tcióu.
Ejemplo: lte, hay; ifiite, no hay. Yono, dí; yonino, nu Jigas.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Mé-juái, Ve a ver.
Mena, Dos.
Miño, Pago. é·Muiia m1ño?
¿Qué pagas?
Miriño, Herma.
!'vliyuke, Camarana.
Mo-A (Preposición(.(En inga m a
en quechua man) jjPadre
l\1oisokó, Calzones.
Makorede Azul.
Moma, Padre.
1\1ona, Cielo. Mare mona, buen
día.jjDe. (Preposición).
Mota, Padre.
Nl uioane, Gen te de a bajo.
1 uruene, Gente de arriba.
Kache, Aguárdate.
Kaga-a amaga, Cuatro.
Nai. Pindo, cañabrava.jjPar.
ttcula afija a los pronom·
bres de tercera persona.
Nai-make, Varios.
Kaimaní, El río Putumayo.
(Río de la caña brava.)
i~aimoretc, Dulce.
Nai-mué, El. (Pronombre per-sonal).
Nairide, in~ierno.
Nairiye, Nube.
Náiso, Camino.
Nájere Todo.
Nino, Dónde. ¿Nino mona b1.
te? De dónde vienes? Ni no
mojáido? A dónde vas?
Nino, Teje tú. J(irigne niño,
Téjeme un canasto.
Nogo, Olla.
Nojuike, Piedra.
Urbeño, Guala, el gallinar.o
colorado.
Urito, Consérvate bien.
Uséve-dé, Blanc:o. (Abjetivo).
Usama, Tío.
rTsuño, Tía.
Uta, Canilla.
Uyever, Platanillo arborescente.
( Urania).
258-
Ofo, Caso.
Ogoto, Plátano.
0-güise, Yuca. (Dialecto del
Caguán).
Oma, Vosotros.
Onache, Mano.
Oroi Ves. ¿Bue oroi? ¿Qué ves?
Oyeko, Cara. rostro.
Písite, Pequeño en el dialecto
del Caguán.(Quechua Pisi).
Pono, Ház tú.
Pori5o. Catarro.
Pópai, Madera resinosa de que ha.
cen hachones para alumbrar·
se. (¿Del quechua, copál?)
Raike, Fuego, Raik.e pono,
haz fuego.
Ráire, Pereza
Ra, Hoja. (Quechua, Rappi)
lXpedi~ut.e de tributo8,
N>nespoodiente a los años de 1767, los dntos per-tinentPs
i"t nue;:;tr·o objAto y otras noticins que pueden tener interés
para la historia colonial de estas regiones.
Se trata en Al expedieutA eu cuPstión de ]n "Cartaquenta''
levantada por· el señor· ~fanuel Fernando Zarama, en su
calidad dl3 apoderado genPral dt:>l SE>ñor Salvador Car·avajal,
arrendudvr da los Rt-~ales Tributos de los Indios de la "Provineia
de los Pastos'', perteneciAntes a la Real Corona y distinguirlos
cou el uornbre de ''Tercios de San Juan y de Navidad''
· Eu cumplimiento de su mi..:ión el ~eñor Zarama recorrió
uuo por· nno todos los pueblt•s y pat tidos de la "Pro\'
Í ucia de los Pasto8", asociado del protector de Indígenas,
... eñur Gerónimo de Meza, dbl Cura de la jnrisdicción y de
rlos testigos hábiles a falta de Escribano. En cada pueblo
hada comparecer al Gobel'nador de la Parcialidad y lc,s
indios prineipales o maudon...,s coo las listas de su resguar·
do para la valoración de los tributos. En dos casos, para
los partidos llamados Túquerres de An·iba y Túque1·res de
Abajo, tlt>-1lCia ca tE'llann, porquE' :;e supont>n aplicadas a siLios "de muchos pastos ', ano ·
t::uno ··que en nn documento de 11573, pel'teneciente a la municipalidad el-e Pasto,
lJemo leído la palal>n J>a zutos para designar a lo babitauteH de esa Provincia .
.Fue error del El'cril.>a no o la verdad{!ra grafía de esa. denominación? En el egnn-
"' do caso, lo' ca~tellano!'i habrían acomodado a su modo de decir el primitivo nombre
intlígena, con tanta mayor razón cuanto que la mioma tierra confirmaba la altera~
'ión, ".IJOl' Sl'l' tierra ele rnnehos pastos".
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~6-!-
El Problema Triguer o
I
Uno de los grande-3 problemas que debP H~8olvPJ 11n
sólo el depart:tmento de Nari>ñn sino el país en ~enerHr
es el que se refiere al cultivo del trigo. A t>í'te l'l-'l"peetoT
mucho se ha dicho y escrito,. pero pocas veces se _ha COlleretado
el problemRr
Como quiera que el uso princ1paJ del trigo es la e~al>o ·
ración de harina ftUe luego se ba de eonve.-~ir· en pHn, de
buena o mala calidad ~egim la cla e de trigo utilizcHior
resulta! en Último anl\lisis, qHe t'l ¡:)J'oblema qne uos ocupa
se puede plantear en los t~nuiuoR Rignielrte:-; ¡wodvcdón
de t?·igodebuenacalidail. Ya ~d~unck hombre¡.; de (-'m ...
presa, con r-ecomrndable empeilo, han tratado de producir
harina de mejor ealidad, empleando mol}no : ntodt>nws.
Pero, si bien es ver·tlad qne por· \~Hte proced tiU ien to t"e 1 ogra
nbtt>ner un producto algo meJor, esto t-~, nua hnrina de
mnyor·es cualidades panificautes c¡ne la~ de la ordinarifl,
sin embargo, e· preciso oo olvidar que e1 fndor crr lidat l
del trigo también e u en ta 1 pot-> · t>S pri nt:i pi o n ni Vt>rsa 1 mt: 11 t e
·onocido el e¡ u e la bueua calidad de n n pro el ucto el aborado
dep~nde de Jos factores e encialt>s: 1~ buena c~li·
,Jad de la materia prima utilizada y 2? bondad dt>l lHOCedimientu
de fabricación o el~boradón, dPterminado por la
excelencia de la maquinRI'Ía empl'eada y la eoneda aplicación
de los princi pio8 qne la técniea aeon t->jH.
Según esto, n1ientras no se disponga de trig<~s excelemtes
desde el punto de Yista de su calidad 1 llO será. posible
preparar l:ln huen pan, aun(ple }tJS molinos sean modeJ'·
nos y la técnica pel'fecta. Ni ttt m poco se diga-como lo
afirman muchos-que el pr·oblem~ triguero entre nosotros
es irresoluble, por razones ignoradas o mal conocidas
todavía.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
- ~65-
Con el fin de esclarecer este impottante problemfl. el
~u .c t·ito ha Hdelantado alguno~ ensayos rett->relltes al anÚ·
i ·i!'l de ha1·inHs pt·ocedPnte~ cfp trigos de diversnA regiones,
d(l climas tl.:'nJpiHdo~ y fríos, obteniendo r~~ultado~
concluyentes en lo que dice rela\dÓn con la calidad del
cereal que no¡;; ocnpa.
Como se sabe, la har·ina lle tr·igo está intt~~radH, entre
otros componentes, por· almidón, gluten, nutteria grns:t,
mHteri antore. que má:-; hrt estudi:tdo P:--te a:-;ttnt(),
ha llegndo a la ~1gnientt~ coneln:-;ión: si se oclnúte como tipo
el pan ·!lecho con l1rt1'ina cuyo gluten p1'e:::;euta la ('ompm:.iti()u cen·
te:·:.imal an·iba indicada. et pro" hecho con una hurintl cuyo ylllten
J~fiere en un 2 por lOO de e ·trt cmnposicion, pl'ese1da .'J'L cli-fe,
· m,cias que un e.vperto pucdfi. fácilmente apreci({J'. Si lrt composiciún
l!vga a ser
20
H4
80
G6
( 1
(1
4) ó
2),
o que se acetque a éofa s, el pan no .se desw·?·o71a., rprulrt com pacto
y es indigesto .
El trabHjo qne he l'enlizndo se refiere prt'c:Í:'IItnPll te a
1a det~rmiuación de Ja relación en que se enl!uentt·i1n los
Jos meneionados et>mponentes dfll gluten, y he eneontt':Hio
r¡ue se apa.rta extraordinarii1mente de la ya nntes citadn.
25: i5, que se adopta corno tipo.
He aqni algunos resultados:
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-266-
Muestra de Glutenina .
II:nina de Pasto 34
Harina de Túquerres 44
Harinas ecut~torian~s:
''}1~1 Ceu~o'' (Qnito) 3~
' 1 GuayR~'' (Ambato) 40
Gliadina
66
56
68
60
~¡ a e ·tos datos añadimos los encontrttdos por el doctor
R pinoza TRmayo, director del Labot·atorio Municipal de
Gu~yttquil (1), según puede verse en el cuadro siguiente:
Trigos de Glutenina Gliadina
Cbimbor~zo 31 69
Tor!O'u ra hu a b 30 70
León 31 69,
conve ndrPmos en que las harinas mencionadas no pueden
:-:er de buena calidad. Como el c»so es general, pues~ e
análisis se ha hecho con mayor número de muestras que
las únicamente anotadas en este artículo, resulta que me.
diante este sencillo análi is se ha 1lt->gado a conocer la causa
de la defectuosa capacidad panificante de la bHrina de
estHS t't>giones.
Cabe, entonces, pnguntarse: ¿Será posible remediar
esta anomalía? ~Se deberá in ten bulo? Y al hacerlo, ¿se
conseguirá resultados, si no excelentes, al menos satisfactorios?
Me ntr·evo a pensar que la re~puesta a tales cues·
tiones es ba tan te compleja, y que no será dR ble encontnu
· la sino meditulte un tenaz y paciente estudio experimentéil.
Eu sn dilncid:lc16n debf\rán tomtu parte no so·
l_ameote los bomhres de ciencia-especialmente los agrónt>mos-
sinn tnmbién los ~grieul~ores. quienes son, por HSÍ
decirlo, lo, direct:1mente interesado en el asunto, puesto
llUe el eulti,·o es su cotidiana labor.
Es verdRd que la química puede contribuir también,
t'D gran pnrt~, para encontrar· la clave ambicionndn;
pero, repitámoslo, nún a rie¡;:go de provocar molestia, qne
H0lo ayudttrá en parte, y los datos por ella enco~ürados, 6lo
rendinín efedo positivo, en cuanto sean secundados por ln
(1) UDmercio lnte?'?zacional. Re,·. de Ouayac¡nil. (junio de 1930, páginas
:!~y 24).
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
-267-
labor paciente y concienzuda del agrónomo, quien, a su
vez, no deberá poner en saco roto los valiosos datos que
aporte la experiencia de los agrieultores.
A s í planteado el estudio de este capitrll prob!emA,
me permito poner a la consider·ación de la il11stre corporación
de agrónomos y agric,Iltor·es del paí:-;, las conclu~
ione s a que he llegado confiando en que mer·ecet·áu su e::Jtudio
detenido y una crítica sincera, que tenga por objeto
el esclarecimiento de aste ioterHsantísimo punto (l ).
La mala calidad de nuestro~ trigos se de be a tres
cau~as principales: falta de calor en la épo ca de la 1Jutdw·ez;
pob1 ·eza de calcáreo en el te1·r eno, y 1nala calidad ele la s vuric·
da eles cultivadas.
Me concretaré, por tanto, a probar esta aset·ción, tl'a·
tan do de hacer ver la ca pi tul influencia q ne la tri p 1 e eau~alidad
antedicha tiene en In. produ~cióu d~ trigo¡;; de mala
calidad; luég o mencionaré ligeramente lo que se pudiera
llamar lo s rr nnecliot:.
BRAULI0 ÜÉSAR .MONTENE G ilO
(Continuare(, ).
( 1) E tn,. conclu o;;ion e· estií n entr., ;-;aca.cl as cl c l trabrtjo i n t it nl n, l o Dete r minnción
de ta Gli,ulinn y Gluteninn en el glu.ten de la /¿rr l'f,JUtS de trigo C"ll11torianrts y
del Sw· de Uolombin, r ealiza( lo en lo.;; ~tito:; de l !J3 1 y 1032.
El problema de la Tuberculosis en Pasto
Dr. G. Hammerle
TERCERA PA.RTE
Iniciados en el conocimiento de la enfermedad y . abi en do c0n
certeza que existe en esta ciudad por contaminación adquirida d e nt
ro de la misma, pasamos a hacer un breve análisis de ella de de
e l punto de vista social y a dar algunas sugerencias tendie nte a
oluciooar el problema que hemos planteado.
Con las enfermedades venéreas, las tropicalps y toxieoma.nias
constituye la tuberculosis el grupo de los males llamados sociale ·,
porque atacan a los grandes grupos humanos y tienen una prolon-
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-268-
gn.da evolución; por Psta razón sn círculo es mucho mf.s vasto del
que se refiere al eufermo como t::tl, convirtiéndose en los punto
capitales de la protección social y pre"entado por ello en toda
la, naciones graves problema admini. trutívos. Ct,mo el enfermo
de tuberculosis es un hombre msE'rvíble al rstado y a la ociedad,
aím más, es peligroso a los mismo .. , tienen éstos la obli(Tación de
restaurarlo a la vida social. El esfuerzo ai lado del tubercul() ü, generalmente
pobre, 3penas si e capaz de llevarlo a con egnir algun:.
i mejoría personal, pues~o que el tratamiento de la tubPrculo is
e uno de los más honero os por cuantt) no sólo e reduce a la
adqui ... ición de medicamentos f'it:lo sobre todo al mejoramiento del
ambiente individual. que comó sabemos, lo constituyen la alimrntación,
el vestido y la habitación; tanto peor aún si el enfermo
no puede trabajar. E~tas son las razones porque las naciones
que han . si te matizado la Lucha Antituberculo .... a, tengan
que hacN grandes crng:lrione de dineros, qtw serán el arma más
poderosa contra la enfermedad y la única solución al problema,
que como la mayoría de lo.s problemas de estado, sólo se solu·
cionan así.
Para dar una idea de la importancia que en Europa se ha
dado a la lucha contra este mal. me rarece oport;.mo reproducir
algunos datos de nacíone que como Italia, Alemania y Francia
han querido aarancar el mal de entre su pueblo: hn Italia en 1926
urrüjn.ron las e tadís;tica una fabulosa cantidad de tuberculcsos:
!Seiscientos mil enfermo !, diagno ticado en todo el Reino, con la
no menos enorme cifra de mortalidad que subió por encima de
~esenta y cinco mil por año. La campaña inten a realizada en 10
años, ha demostrado que la curva de e. tadí- tica de tuberculosos
ha descendido lentamente año tra :;\fio ha. ta menos de
treinta mil muertos nor esta enfermedad en el año 1935. Pero
por otra parte la cantidad de dinero inYertido en la lucha ha
subido dPRde 20 millones de liras anuale a má' de 120 millones
en 19:35 . l!Jo Francia, después de In. guerra mundial. hubo
uua mortalidad por tuberculosis, hasta del 11% y ahora ha
descendido al 3,.5%; pero incremf>ntando en más de un 50% el
eosto de la campaña antituberculo a. En Alemania funcionan
más de 500 Di pensarios Antituberculosos en los que se ttticnden
má de dos millones de enfermos, con sus respectivos familiares;
en los sanatorios de la mi m a nación, se trata de reactivar
al enfermo para la vida normal, levantando el nivel psíquico
decaído naturalmente por la enfermedad, permitiéndoles des
pués trabajar corno cualquier sano pero iempre, eso sí, bajo la
vigilancia de los médicos del Estado. E ta campaña le exige al
gobierno del Reich más de docientos millones de marcos por año.
\o nos llamará la atención que naciones poderosas puedan hacer
e tas grande ... erogaciones solamente para lurbar contra ]a peste
blanca; pero si nos demuestra esto que la enfermedad es socialmente
tan grave que si lo estados no intervienen en la lucha,
en ningun9.. nación podrían las pequeñas colee ti vidades hacer
nada contra ella.
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En nuestra República S<" ha iniciado en buena hora una
campaña activa y prometedora contra este azote social; se están
fundando dispensarios moderadamente dotados en todas las capitales
de departamento, pudiendo jactarse e~ta ciudad de Pasto
de gozar entre las primera , desde hace más de tres meses, de
lo .. beneficios de esta Institución. Ella nos permite ya hablar
~obre dato~ seguros y bier1 fur:.dados, como veremos en adelante.
1·.1 análi is de cnnjnnto hecho en el artículo anterior nos llevó
a conclu ion~'s únicamente aproximada s obre porcer.tajes y propaga
•ión de la enfermPdnd; ahora creo que fuimos optimistas al
f'ntar estos dato , puesto que corno veremo3, la realidad es distint.
a, pero peor. Como una de la principales finalidades del Dispensario
es la de conc,ur los enf<>rmos para poder hablar con cifras,
hemos iniciado una inte~sa examin8ción de varios grupos hu::nanos:
hasta esta fecha se han practicado al rededor de 500 exámene.
· radioscópicos y se han inscrito 260 enfermos; de ésto~ hay 190
positivos y el resto probablemente lo será también algún día, a
excepción de una mínima proporción que con el tiempo puede llegar
a ser clasificada como sana. Estos datos nos dan cerca del 50%
de positividad!, cifra que es un grito de alarma a. esta sociedad
y voz de atención para nuestras autoridades. Es preciso acbrar,
f'SO ~i. que la mayoría de los examinados ha tenido alguna sospecha
o algún temor sobre el estado de salud de sus pulmones
lo que atenúa mucho la alarmante realidad y hará bajar el
porcentaje verdadero cuando se logre examinar indistintamente a
toda. la población.
Debemos a continuación entrar al análisis minucioso de la
dist.ribución d~ estos enfprmos desde dos puntos de vista importantes:
cl11se social y profesióu, como la distribución en el plano
urbano de Pasto. Por la pr<'fesión y comodidad pE'cuniaria de ellos,
tenemos que casi todos per~enecen a las clases media y pobre,
siendo ellos los habitantes de las tiendas, que estudiamos en el artículo
anterior y de pequeñas casas sin higiene alguna. Ojeando el
plano de la ciudad, encontramos los puntos rojos que señalan los
enfermos, en el corazón misnw de ella; habitan la planta baja
de muchas casas de personas acomodadas, e~tán en las cocinas
de las familiAs, en lugares de ventas de comestibles y preparación
de confituras y dulces; ellos son de profesión panaderos, caramelE>
ros, vendedores de carne y leche, madres y padres de numero
as familias y por fin estudiantes y profesores, que reuni·
dos integran el fúnebre batallón de bacilíferos de la ciudad.
Conoc!do estos detalles de importancia en el problema que
no ocupa, podemos penetrar al estudio de las soluciones posibles
del mismo: El descubrimiento de los infectadod que es la
primera parte de él. lo mismo que el tratamiento de los pobres
~' iquiera ha ta qnc dajen de ser infectantes, corn·e de cuenta del
Di pensario Antituberculoso; pero es f' to sólo una mínima parte de
la solución, puesto que cualquiera insinuaría, como es natural, el
ai:::damiento de los Gontagi~lsos y aquí nos preguntamos, quién
aislará y en dóncle a estos enfermos'?. . . . quiér! hará la protec-
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- ~70-
ción de la infancia con la separación de los recTen naridos de
madres tuberculosas? .... a qu:én le toea su~ pender negocios y
subvenir a la alimentación de aque!los a quienes hubo que suprimir
su trabajo por ~er socialmente p('ligrosas. como lo son Jo ~
veudedort-s de vívrres, los maestros, los conductnrrs de vehículos,
et.c? ..... Esto implica la creación de grandes y costosas in .... tituciones
llamadas Sanatorios donde el e11fermo encuentre tratamiento
y trabajo par!l que pueda así curar ~u cuet·po y su alma deprimida
por el grave complejc, de inferioridad al que la. enfPrmedad
lo condenó. No es únicamente una sa' a de hospital o un estrecho
pabellón de aislamiento el que srrvirá para llenar esto
fines; ellos cuando más sirYen como lugarPs dot1de los tubPrculosos
graves van a morir. enr.ontrando así en el silencio y la ob:-cn ridad
que siguen a la muerte la única y definitiva solución de
su mal.
Suponiendo que la campaña antituberculosa. se estable;r,ca.
en buena forma en esta ciudad y que disponga.nos de lo medio.
suficientes para tratar los enfernws en el Dispensario y aún para
aislar a muchos contagiosos en un pabellón de hospital, esto no
nos solucionara sino una mínima parte del problema. Pongamos
un ejemplo concreto que nos demuestre lo amplio de la
campaña: Demos el ca~o que en una tienda estrecha y antihigié·
nica se haya descubierto una madre tuberculosa en estado contagioso,
supongamos que haya forma de tratarla y aislarla de
sus hijos .... Cualquiera preguntará qué se hace con esos niños'?
Pues lo correcto sería el envio de ellos a un prevcnt0rio, si es que
no están enfermos o a un sanatorio si lo estuYieran; puesto que
si se los deja en el mismo medio ambiente en que vivían con su
madre, eso será su fuente de contaminación y nacesariamente
~erán de~pués tubercalosos. Para evitarle a la sociedad esos trrs
o cuatro tuberculosos más, lo acerts.do sería prevenir su contaminación
en la forma anotada. Por consiguiente necesita m os para
llenar todas estas necesidades de la campaña, de las siguientes
instituciones: Dispensario, hospital, sanatorio, preventorio y salacuna
o protección infantil. Estas fundaciones solamente se haren
con dinero y su sostenimiento cuesta a1ín más que su fundación
Mas no por estas razones nos hemos de quedar estacionados sio
pretender seguir adrlante; mientras baya forma de a van zar f'm ~
pecemo~ por infundir en la conciencia del pueblo las nocioneS'
fundamentales sobre la enfermedad, hagamos saber a todos que
la tuberculosis es la más grave de todas las enfermedades no
tanto por lo contagioso o mórbido de e11H, cuanto por la gravedad
colectiva qne representa cuando ataca a 1os pueblos en
conjunto. En todos crea problemas que ninguna de las otras enfermedades
presentan, ataca al hombre, como sabemos, eu todos
los climas y eondiciones sociales y se transmite con mayor frecuencia
cuando los pueblos pecan por deficiencia en la higiene
colectiva. Seria de desear, al establecer la campaña en esta ciudad,
que todo el que IPa un articulo u oiga una conferencia sobre
tuberculosis, grabara en su imaginación los conceptos fundamen-
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t!'ll<'s de la enfermedad y contribuyera a la campaña enseñando a
los demás bs hábitos conveniPntes para evitar la propagación.
Mucho conseguirá, dentro de poco, este ciudad, cuando el
aseo ya no se haga en lf.s acequias ni en las calles. La construcción
dPI acueducto es por esta parte una obra redentora, pues en las
condiciones en que ahora viYimos, nadie está libre de contaminarse
ea cualquier momento por los bacilos levantados desde la
pxcreta humana arrc1jada a caños descubiertos y muy frecuentelliClltc
<-'xparcida sobre el piso de las calle~; rostumbre inveterada
rs aún aquella. de arrojar la orina dirPctamente a la calle desde
n.d~·ntro ele l::t' babitaeinne y más aún desde los pisos altos y ventHnns
.... i esa r. rina re ulta ser de un tuberculf)so será rica en bacilns
de Kt1ch; en el momPnto de ser arrojada se pulveriza fiYtnmente
l'!on el viento y es llevada a buena di, tancia pudienrlo
introdncirse en Jn boca y en la nariz de los transeuntes. Los esputos
nnojad0s al snclo no sólo en las calles sino el:! todos los
lug.are público·, e. pccialmente en las igle ias, e diseean y cen el
polvillo de la at.mósfera se levantan los bacilos de ellos convirtiéndn
·e a, í en un peligro o medio de coutnminación. Los alimento::::
que ....<' con~ tan en ya prcpa rados, como pan, dulces, caramel,•
s. dC .. tienen una rnauipulación generalmente carente de higiene;
por otrrt. parte. r-e conservan en recipientes descubiertos por
mucho tiempo en los que reciben el p@lvo de las calles y las
partícula~ de nliva de los Ct)mpradores quP comunmente discuten
antes de hacer su compra. Asi pudiéramos referir muc bos otros
mecani"mos de contaminación que e.:5tán t'n la conciencia pública
y que sin embargo se toleran ya por c0nstumbre ancestral o por
imitación .... ¿No opina también usted que lee este artículo, que
una buena parte de la solución d~l problema de la tuberculosis depende
de todos los ciudadanos? Pues en bien de esta nuestra tierra
y en bien de las generaciones que se levantan, enseñemos lo que
·epamns sobrE> higiene, que nunca estarán por demás todas las
bucna.s prácticas que enseña esta ciencia tan útil.
La parte económica del problema que a primera vista parece
insolnble, se vuelve fácil de resolver cuando se dispone de un
pnco de buena voluntad y contribuye a ella toda la colectividad
interesada. La empresa no es onerosa si se la sabe sistematizar y
en e te asunto, como en ia mayoría de los acontecimientos de
nuestra til:'rra~ tenernos que imitar a las naciones extranjeras más
cultas que han resuelto ya dus problemas. No es en el resto del
mundo la Campaña Antituberculosa atributo exclusivo del gobierno;
éste aynda, naturalmE-nte en una forma definitiva pero lo
principal lo hacen las mismas E~ociedades que quieren prot.eger·
se. Como ejemplo veam0s lo qnr hacen algunas naciones curorcas
al respet:to: El estado. por medio de !a Dirección General
de Sanidad, tiene en sus manos la dirección y reglamentación de
la r.ampaña antituberculosa; esta campaña tiene un fnndo común
ccnt.ral. Deprndiente de ]a Dirección Central, funrionan los llarnndos
' 1 on nrcio·" que son ag1upacianes de todos los hombres
cn.pai.:itados para trabajar, los que obligatoriamente deben ser
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n-ry
- .... 1...,-
socios del consorcio, al que contribuyen con una pequeña parte de
su salario o sueldo anual, lo que les da derecho a ser atendido.~
gratuitamente en caso de contaminación. Dependientes de los
consgrcios funcionan algunas organizaciones do hombres o de m ujeres,
distinguidas con diversos nombres. E. tas e. tán encargadas
de la recolección de fondos, lo que renlizu.n por medio de
festivales diversos realizados entre todas la' clases sociales. Existe
también la 11 estampilla de la tuberculosis'' qur recarga un
poco el porte de correo con destin0 a la campaña. Una vez por
año se lleva a efecto la semana de la tuberculosis, en ella se
hacen bazares, rifas, fi ~s tas, et~. Dependiente de los Institutos
Nacionales de previ.;;ión social y por' ley del estado, funcinna el
Hseguro obligatorio contra la tubercuksis", todo trabajador debe
estar asegurado pagando una pequeñísima cuota anual por dieho
concepto. Por fin, una gran fuente de entrada de dineros la constituyen
las lo te rías.
El programa de acción de los consorcios abarca toda la profilaxis
contra la tuberculosis: creación de instituciones, bú 'queda
e identificación de enfermos, asistencia, p·oraganda y educación.
Todo consorcio está obligado a crear un di pcn ario central
y dispensarios seccionales. Al dispensario contr::tl se vinculan las
otras ~nstituciones: protección infantiC preventorios, etc. La función
principal del consorcio consiste en la reclusión de Jos enfermos
encontrados, para ser tratados gratuita mente, cuando tienen
póliza de seguro y pagando una pequeña pensión si es que
no están aspgurados. Los resultados beneficiosos de esta campaña
los demuestran palpablemente año por año los cuadros estadísticos
con notable descenso de enfermos. Est.o como e-jemplo
es hermoso; pero como una realidad para nosotros es una utopía.
Mas, algo podremos hacer y se hará en breve gracias al
empeño que ha tomado la dirección de la lucha Antitub~rculosa
Nacional, que depende d0 la Dirección Nacional de Higiene. La
intención es fundar en cada capital de departamento la Liga Antituberculosa
y en las provincias, los comités sPccionales dependientes
de esta Liga. Esto se hará a raíz de la realización de la
semana antituberculosa, que se llevará a efecto en los primeros
meses del año entrante. Desde ahora me permito insinuar a los
nariñenses que leyeran este artículo y a los extraños residentes
en esta ciudad, contribuyan con su aporte de buena voluntad a
la realización de tan noble fin. Esto acarreará provecho aún parti~
ular, puesto que los servicios del dispensario tarde o temprano
tendrán que ser ocupados por la mayoría, de los ciudad3nos residentes
en esta ciudad, sino para sí mismos, seguramente para sus
dependientes; así los jefes de oficinas, talleres, almacenes, los
dueños de fábricas que quieran saber de la salud de sus obreros;
las madres de familia que desean confiar sus hijitos a niñeras
sanas, etc, etc., todos necesitarán de dichos servicios, porque
se ha creado ya la conciencia de la en fcrmedad.
(Continuara).
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-273-
Ejemplo de esta raza de titan ~ s. con algo del Cid Campeador
y mucho del Grán Capitán, es Sebastián de Benalcázar,
(1) hombre de baja estirpe, que nunca purificó del todo su e:.;píri
tu de pechero, que principió bu mildemen te la existencia,
que llegó a las más altas dignidades y que en proddencial
castigo de sus excesos m u rió pobre y deshonrad o, recibiendo
caritativa sepultura, de uno de sus mayores enemigos, de uno
que, probablemente, al tenerle a las manos en los tiempos rle
su poderío, lo habría enviado a la picota y con el que él, de
seguro, no habría sido más benévolo.
Benalcázar es el Conquistador, el hijo de la acción caste.
llana en América; en lu península era nadie, un pobre labriego,
cuyo nombre habría pasado olvidado, al no ser por la curio~
idad de Garcilazo; uno de tantos que vino oscuro a Indias,
tan oscuro, ..:¡ue no se sabe cuándo, ni cómo atravesó, pur
ve?: primera, el Atlántico, que combatió en las primer.as coloni3s,
en la fila anónima de los soldados ignorados; que
poco a poco en el guerrear sin fin de las guaza rabas, va emer~
giendo a la !uz, hasta llegar a ser una de las figuras desceBantes
de la Conquista, para luego sentir no sólo el peso de sus
muchos delitos, sino más que él, la envidia y el recelo de los
cicateros y astutos funcionarios, enviados por la Corona
para deshacer el ya peligroso poder de los que sólo con su
esfuerzo y su peculio, habían regalado a Castilla riquísi
mos dominios.
Cuenta Castel1anos, que Dn. Sebastián, fue hijo de >, que se sus ten taba o del cul ti ,.o de
(1) Sa ha discutido cómo debe pron11nciarse el nombre ele Dn. Selw'lti:\n,
si Belalcazllr, o BetHdc;ízar; nosotro~ preferimo la ::;egnnrla forma, rrmpnrat1o,
con IH. autoric1ad ue Cervantes, por ser la emvl~ttda por el Conquistador en to,¡os
los documentos ecuatorianos; la varia ole Belalcázar aparece eu los popa:nmejos,
cosa de los Secretario~ del Adelantado, que-por lo de111ás-no sabía escrihir.
Cuando el texto es nuestro, siempre escribit·emo 13enalrt1zat·, cnnnt1o SP'l.
la transcripci6n de una crónica, o documento, con:>el'ntretnos la variante gue en
el se emplee.
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-274-
lR tierra, en las inmediaciones del castillo de Belalcázar o
Benalcá.zar, y que tenía varios hermanos, habiendo nacido,
al mismo tiempo que él, según Garcilazo, otro varón y una
hembra; según el historiador poeta, solo otro muchacho.
Varios debieron ser ]os hermanos del Gobernador de
Popnyán, y no sólo tres, como dice Garcilazo, pues CastcIIHnos
hHbla de uno, que por ser el mayor, hizo veces de
padre para con el Conquistador. ( 1)
Sea de esto ]o que fuera, podemos afirmar con certeza,
que su apellido propio era Moyana, ya que el testimonio del
Iuca Cronista es concluyente, «de su alcuña se llamaba Mo-ynno,
tomó el nombre de la Patria por ser más famoso ..... .
L~l hermRno se llamó Fabián García Moyana, y la hembra
At:astasia Moyan<1, fueron vaierosos, a imitadón del hermnno
mayor, pHrticularmente la hermana. Esta relación me
dió un I), según su propio testimonio,
«año de mil e quinientos e siete, siendo solamente desCllbierta
la Isla de Santo Domingo, a donde llegue». (4) Por
(1) CAR'l'ELLANOS Olrrrzs de Juan de Castellanos. ErA. Buuilla, clerigr. payn.ué:;) mandado en
t>l rlecn,to de la \'llelta (Pop:~yán 2;) de juuiu de 1785), y con vista de los
tlocurne11to · m:wife ta, del Adelantado Dn.
f'p\)llstian tle Bela.lcúza t y su hijo don Francisco, const&ntes en tt es informacio,
, ,~, rE'cibidRs en ,·irtnd rle dos rt~al ... - provi~iont.-s libntdas sobrfl el asunto por los
~ t>fíores Presiden le y Oiélore de Sanbt Fé y Quito, y de cinco Reales Céduhts ....
<·Ntifico ..... como c·onstn J>Or ittfonnacionPs y disposicicme, d~ rlieziocho te, tigos contPstes,
como r¡uP urompnfíaron y cortocierc>n al Adelantatlo Dn. Seun li:\n de Belale:
lZtLI' y a n hijo l>n. Francisco: Que ...... ''
Como ~e ve t>S un rc:-nmeu muy pMterior dt> docnmeuto- que-posiblemen¡
p-¡;(• han perdido, pPrn lwchu e'l nn tiempo muy pú, terior, en el cual-quiz.ís-ni
~e f'!lteudió hier.t la p, aitnrn clel ·iglo XVI, o se mintió 11. ~abienda ·, de acuerdo
c'<' n ;o::; iulerNe,· d el Dr. MosquPm Bonilla ya qno conti ne t>rideutes y nnmer
nso11 etTnrP ·. prro PTI el CtHtl luty, nsí mismo, clntos rreciost,R. (GROO'l'. Hist01'Üt
F üsiústirn. y Un:il de la Nueva Oranrultt, li E d. Yo l. l. Bogotá 18S9, pngs.
~74-4 J.
( ~) De.'grzdo Grtlh>go. Pam la biogm{1a de Belrzlcazm·. Carta tle Belnlcá?.ar nl
l{ey :'le c~tli, ;3 de noviembt·e Ciencia::.,
He il.ts Lett·us y Kuble · Arte de Cót\lova,.-Yol. IX, Cónlova 1930, pag. 34.0.
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- 27;)-
lo que sabernos (1) que no fue en los tercios de Pedrnrias Dávila,
en los que se enroló en Esprtña, sino en a·lguna de las
muchas expediciones que de la Península salieron ccn anterioridad.
Cou lo que queda también, talvez, reltgado al reino de
las leyendas, el curioso episodio del asno, de que graciosHmen
te cuenta CastellEt nos:
Y algunas veces Sebastián solía,
por mandamiento del mayor hermano
o por su voluntod, ir a la breña
con un jumento do traía leña.
Trayéndolo cargado por sendero
en que pluviosa tempestad embarga,
en un atollad a r y atascadero
cayó la flaca bestia con la Larga;
quitó la soga, lazos y el a perdo,
animándole con gritos 00rq u e salga,
rle la cola con gran sndor ayudH,
ma~ el jumento flrtco no se muda.
Entonces él con ~uvenil regaño
en las manos tomó duro garrote,
diciéndole: <(Sabed que si me ensaño
vos os habéis de erguir y andar u trote:>>.
Al fin sin \·olnntad de tanto daño,
con uno le acertó tras el cogote,
y fue de tal vigor aquel acierto
quel asno miserable quedó muerto.
El mal recado visto no se tarda
en huir conoCida su locura,
dejando leña, sogas y el &]barda
y el vivir en pobreza y angostura,
con imaginaciones que le aguarda
en otra tirrra próspera ventura,
y selle muy mejor ir a la guerra
que cultivar Jos campos de su tierra>>. (2)
Huyendo del castigo que por esta tropelía le aguar·
daba, fue 8egún el autor, que acabamos de citar, que el Út·
moso conquistador de Quito vino a Indias. ----(4) En el resumen de lo m'-ritos tle Bt>í:alc;ízar. ht>chn pot· Mnrg'tlC'it:o. e11
P()pay:i.n, en 1785. se IPP: •·Qnt' dt>scle el tiempo riel Ca.pitH.n Co l(Jtt priml'r dt•,.('lllll
·idoi· de Jaa ludia~<, .fu e <:'1 Atlt>lantaclo Dn. Seuasti11u ...... uno de lo:s princi¡ ale:s
cn. uclillo '' (U1·oot Ob. cit. Vul. J, pag. 47i.)
El cuarto viajP dP Colón íue uel 9 de mayo ele 1502. nl 7 de nnril'ml :· e rle
]:')04; Iuegn Benalc-lzar no pudo e~tar en Indias, si pa~S6 3 uiTr)s má-; tarde , ('Oil
el AmimnLe Dn. Ct·i~t6bnl.
Así, si Benalcázat· esttHo a las órdenes ue un Col·'n, h.•brá ~icln de 1>1'1.
Diego, tlcspuéli de 1509, lo qur. parece poco probat,le, ·i ::it ! Liene e•1 cue:tL:t t)lll~
debió pn.rtiJ· al Darién con Ni 'llc:brero l verfuico y prolijo Cieza de Lt>ón, "tan
:-~ nciftuo·•, sólo se pueden R plicnr a un hombre de nerca de setenta afíos, lo que
daría para el naéimiento de Bena]c;\7.ar la fecha de 14í1 a 1476; la cnsi decrt>pitnd
moral, varias veces afirmada por el mi8mo Cronista y por l0s Ofi<:1ales lteales f'U
Jt~:~ supo, ición, aún toman Jo la fecha de 1476, como la de
:-u probable mtcinlieuto , tenemos qtte murió de 74.
(5) Aqní ~Hita a la Yista una de la muchas falsedrtrtdPeió mucho::; trnb;~j o~, hambre·, cntermecribano me7.cla la vcrtlncl con el error; en la·
lo fonuaeioncs €'11COlltr6 nn ll(l lll bre Jli'Opio, qne 110 pudo leer r puso el ele Perl
ll'tl"Íf\S que le f:'rH J'amilinr, pero lo tl e mÍls ciel relato C<'ncnenla con lo qne nos
c- ue nta PI mismo Benalrázar y debe ser rerítlic:o, sa!Yo en que en él SP pint~t. ya al
Allelnntado co mo C~·pit{¡ll impol'lante. CU31H.lo uebió ~ er simple. soldado.
(1) Deluado ., Galle,qo , Op. cit, Bolptín tle la Real Academia dt> Ciencias, Bella
Letra::; y Noul s Arte¡.; ele Cónlovt~-Vol, VI, 'órdova 1021, pug. 490.
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-277-
Palabras son del mismo Benalcázar: «de Santo Domingo
vine al río del Darién, de do,Jde se descubrió el Nombre de
Dios. siendo yo de los primeros descubridores, e de allí e Pa.
namá», (1) las que manifiestan que pasó a Tierra Firme en
la armacta de Diegn de Nicuesa, (2) ya que fue éste el fundador
del fuerte del Nombre de Dios, en 1509 (3). Es posible
que Benalcázar haya permanecido allí hasta mediado~ de
1"'>11, f~cha en la cual Vasco Núñez de Balboa, que con la
expulsión de Nicuesa y Enciso, vino a quedar de señor de
la An tigu~, después de haberles (:n viad o, repetid as veces,
mnntenimientos a los vecinos de Nombre de Dios, los llevó
a la Antigua y en ella les repartió solares y tierras. La situación
en que se habían encontrado, hasta entonces, los
soldar1os de Nicuesa, era terrible, diesmados ¡::;or el hambre y
expue!'.tos &. los cor:tinuos ataqlles de los indios (4).
Desde entonces ouedó don Sebastián incorporado en el
movimiento colonizador que tuvo por centro a Panamá; es
posible que haya militado lJajo las órdenes de Núñez de Balboa
(5) y date de esos años su amistad y compañerismo con
Pizarra y Almagco.
Así, habiéndose distinguido por sus hazañas, recibió de
Pedrarias «repartimiento igual a los más ricos y mejores» y
fne, sin duda, en aquellos días en que en unión de Francisco
Pizarro, fue padrino de bautismo del mestizo Diego de Almagro,
el ejecutado por Vaca de Castro. (6)
A este tiempo (7) debe referirse el episodio relatado por
Ca.;tellanos; según el cual, estando Pedrarias perdido en
el bos4ue~ Benalcázar divisó a lo lejos la humareda de un ca ·
se río indígena, al que se dirigió con veinte soldados, metiéndose
por la espesura del bosque, «con tan puntual tino»,
que volvió al Real con «tres mil pesos y de todas edades muchos
presos~. (8)
(1) Orte,qrt y Rubio. Htswria de .Am-lnc•t. Vol. I. Madrid 1917, pag. 404.
(~) Vol~amos 111 compentiio del escribano Mu•·gueitio. ·'Que luego que ......
B la.lc¡Í6ar, conLJUistó y pobló la ciudad Lle Santo Doming<' ...... salió 3! descubriuliento
dt>l Da.rien, que t>lt efecto con~ui;;tó en cou1pañía de Pedrarias''. f G1·oot.
Op. cit, V ol. I. pag. 4í8). Aquí el nombre de Pedradas debe estar en lugar de
Diego de Ni'.:'uesa.
(3) Ortega, y Rubio. Ilistodn ele Am?n'ca. Vol. I, Madrid 1917, pag~ 404.
(4) ~Ueclina (J. C.) El ])¿scub1imiento del Oeéano Pacifico. Santiago de Chile,
1U14. Vol. I, pag. 51 y 52.
(5) Envuelto en no pocn. exagemcion, debe haber no fondo de veruad en
Jo .!icho pM :\1urgnPitio, "~'o•· iodustTia del Arlelantado Belalcázar, se descubrió
l..t. ;\l.lr uel Sur". Groot, Op. cit., Vol. I, pag. 478.
(6) Castellanos. Op. cit., Vol. lT. pag. 121.
(7) Hay otros datos que creemos útil consignar en el compendio de Murgueitio:
Benalcázar habría estado en el descubrimiento y conquista de Urabá, con Pi*
~;tiTO y Almngro. (G'root, Loe. cit.)
(8) Oastelíanos Op. cit., Vol. U, pag. 121.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
- :Yi8-
Po~o es Jo que· se sabe de nuestro biografiado de esta
época de su vida; sólo puede afirmarse con. certeza, que partió
a Nicaragua, no con Pedrarias, como afirma Castellanos,.
sino cun Fra-ncisco Hernández de Córdoba,. en 1524, asistiendo
a la fundación de .Nueva León, donde se asegura fue «primer
alcalde» (1). habiendo sido el escogido por Hernández~
para ir a dar cuenta a Pedrarias de lo hecho por la expedición.
(2) Luego debió volver, siendo, probablemente, testigo
de la ejecución de su jefe y, quizás, uno de lo muchos
descontentos que contra Pedrarias quedaron por eHe hecho de
sangre; así vuelve a aparecer su nombre en las historias,
con motivu del viaje qne con Diego Albitec, un escribRno y
otras personas, hizo en 1527, a la gobernación de Hond i.Ara~,
por orden de Pedrarias, donde fueron él y sus com pé-1 ñerospresos
por el Comenctador Diego López de Salcedo, que Jo~
envió para ser juzgados a la Audiencia Real de Santo Domingo,
en don•i'e merced al a poyo del Lice¡1cian o Gaspa r de Espinosa,
Oidor de dicha Audiencia, fut:ron libertados, volviendo
Dn. Sebastián a León, donde ya-por entonces-se encon.
traba preso Salcedo, «injustamente, e assi ovo lugar que se
rescatassen o lo echasen como a Pedrarias le parescio, e quiso
por gratificarlos con hacienda agena. E aun er1 verdad Benalcázar
fue el más comedido que ninguno de los otros, ...... é como
vido en necesídad a Diego López, no r¡uiso dél más de lo que
Diego Ló¡.¡ez le quiso dar por sus gastos»·. ( 3)
(1) Castellanos. Op. cit., Vol. II~ pag. 1~1.
(2) Be7'?·'tra. Jiistoria Gene?·al de los Ilecltos de lo.q Oastellan,m , en las Isla ·
Tiel"ra Fi;rme y Mar Oceano. Década 'l'ercPra. :\laclrid 17:26, pag. líO.
(B) Oviedo y Valdez. Htstorza Geneml y JV:atuml de las Indias. ·vol. IV, ~hdricl
1 .3, pu.g. 137. ,'i hubieramo · uc crl"er tollo lo q ne dice :'lfurgnf'iti(), Be'Ntld\
zu.r, en buzca de geute y cu.ballo!', habda iüo hasta. México ({ ,'J•oot. Loe cit. )
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NOTAS
Escuela de Bellas Artes
En conversación ha bid a entre el Di rector N aciou al
de Bellas Artes y el di rector de esta Y e vi ta es bnzo la posibilidad
de fundar en esta ciudad una escuela de Bellas
Artes.
Posteriormente aquel .alto funcionario se dirigió al
señor Director de Educación en tal sentido, mauifestau·
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel A
Citación recomendada (normas APA)
"Idearium: revista mensual - N. 6", -:-, 1937. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3683682/), el día 2025-06-14.
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