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REPUBLICA DE COLOMBIA -DEPARTAMEN:O ocDE.._A:I:Q:IA ·;·
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EL MONI~rOR !
REVISTA DE INSTRUCCION PUBLICA
·~~~~~~~~~~~~.--.-...~~~~~~~
S'ERm IL ~ Agosto de 1898. ~ Número 17
----~ ~w~~.....,...,.._,.~
PER~.AN"EN"TE :
E te periódico se publica mensualmente y ~e cnnjetl. <·on lo~
}JCrióclico~ nacionale s y extranjero ... o, en reemplazo del Sr. Cristóbal Echeverri, á quien se le
aceptó renu n cia. ·
Decreto número 719, por el cual se nombra al St>. Juan B.
Moreno l\Iaestro de una de las Seccion e s de la primera agrupación
de la Escuela de varones ele esta ciudad, en reemplazo del Sr.
} é:ix A. V1 c i r a.
Decre to número 720, por el cual se clausura temporalmente,
por razón de b : 'epidemia d e viruela, las Escuelas urbanas de Titiribí,
y la alternad·a de Sitioviejo, Fracción del mismo l\lunicipio.
Decreto número 721, por el cual se nombra á la Sra. Petrona
Jaramillo l\1 ,testra de la Escuela alternada de "La Empalizada",
Fracción del rr1 unicipio de Sampedro, en reemplazo de la Sra. Carolina
e ballero.
Decreto) número 722, en desarrollo de la Ordenanza número
24, de 6 de Julio de 1898, que autoriza al Gobernador del Departatnento
para contratar y aclq uirir la B1blioteca y objetos curiosos de
propiedad del Dr. Manuel Uribe Angel, los cuales se destinarán
al I\11:1seo y Bibiloteca de Zea del Departamento.
Decreto número 723, por el cual se declara vacante, para el día
3~ de Diciembre <.lel presente año, la beca de que actualmente clis\-:
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EL MONITOR
fruta, en el Colegio de Zea, el alumno Andrés Zapata, por cuanto
en esa época terminará este joven sus estudios profesionales; tal
beca se adjudica al joven Jesús María Escobar E., de Jericó, para
gozarla del próximo año de 1899, en adelante.
La nueva beca, creada por la Asamblea Departamental, en la
Ordenanza número 46, de r I de Julio del presente año, sobre Pre 4
supue:-;tos, se adjudica, en ese mismo año, ai joven Marco Arango,
de Abej orral.
Decreto número 724, por el cual se nombra al Sr. Pablo Escobar
B. Director de la Escuela urbar1a de varones del l'vlunicipio
de Andes, en reemplazo del Sr. l\II:1nuel Antonio Agudelo, á quien
se le aceíJtÓ renuncia de este empleo.
Decreto número 725, por el cual se nombra al Sr. Ricardo
Echeverri G. Maestro de una de las Secciones de la Escuela urbana
de varones del Municipio de Salamina, en reemplazo del Sr. José
!I.Iaría Arias, quien no aceptó dichc nombramiento.
Decreto núrnero 726, por el cual se hacen los nombramientos
siguientes:
1.0 El del Sr. Simón Ramírez, actual 1\faestro de la Escuela
urban, ele varones del Di-;trito <.le Anorí, para Director <.le la Escuela
de la misma categoría, del Municipio de Carolina, en reem~
plaz) del Sr. Pablo Escobar B., quien fue promovido á otro empleo;
2. 0 El del Sr. Crisólogo Restrcpo,.-para 1\iaestro 'le la Escuela
urbana de varones de Anorí, en reemplazo del Sr. Simón R mírez,
promovido ya á otro empleo;
3 .0 El del Sr. Ricardo A. l\fora, actual Maestro de la Escue!a
urbana de varones de Pavarandocito, para Director de la de Giral
·do, de la misma cate: goría, en reemplazo del Sr. Clímaco Rodríguez
L.; y
4. 0 El del Sr. Francisco Ferro, para 1\faestro de la Escuela urbana
de varones de Pavarandocito, en reemplazo del Sr. Ricardo
A .. rilora, promovido á otro empleo.
Decreto número 727, por el cual se declara insubsistente el
nomhram1ento de un lVIae~tro de Escuela primaria de varones.
Decreto número 7 28, por el cual se nombra Guardián de las
máquma~, instrumentos y demás enseres, que actualmente se en·
cuentrnn en la Casa de Moneda de este D(!partamento, al Sr. 1\Iarcelino
Herrón, á quien se le reconocen, para el pago del sueldo,
los servicios prestados, como tal empleado, desde el r4 inclusive,
del último Julio. La asignación mensual será de veinticinco pesos.
Decreto número 729,.__por el cual se nombra á la Sra. Dolores ·
Ortiz, 1\iaestra de la Escuela urbana de niñas de Pensilvania, en
reemplazo de la Sra. Ana Joaquina Cardona de D., á quien se ad-- •
mitió renuncia del empleo.
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EL MONITOR
Decreto número 730, por el cual se suspenden durante el resto
de este año, los efectmhrase, intorit!
l &ruente, á la Srta. :María de ,Jesús Castro, p 1ua cle~ernpeñar tal empleo.
Art. 2.• Comnuíqnese y con8últese oon el Superior.
Dado en J erio6, á J 6 rle Mayo de 1898.
&ct·etaría de z,anrucci6n Pública.-Medclltn, 24 de Mayo de 1898 •
.Aprobado.
L. CA.Rv .&uro ..
•~Neo
DECRETO N~ 10 °1 L~
(DE 6 DE JULIO DB 1898) ~
por el euni se hace un D(}mbramiento.
Elln&pector Provinoiul de Instruccwn Públic• de 8-.t·~•te,
En oso de su& faoultades legalei,
l>ECllBTA:
Art. 1.• Teniendo oonooim'ianto esta 'Jnspeooi6n., .tanto por informes partioo1ares
como oficiales, de que la Sra. Isabel Mejía de G., Sobdireotofa
~e la Escuela urhana de niñas de Támesis, se halla en completo estado
.de enájenaoi6n mental, raz{,n por la onal no ha podido continuar en sos taI'MS_,
nómbraae ,para reemplazarla, en toterinidad, a la Sra. Glotild~ M--.
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EL MONITOR.
Art. 2.0 Comnnfquese y consúltese con la Secretaría de lnstrnooión
Pública.
Dado en Jericó, á 6 de Julio de 1898.
.Ambrosio Henao
8ecretar4a de Instrucción Púb¡ica.-Medellín, Julio 14 de 1898.
Aprobado.
L. ÜARV ALHO.
DECRETO N? o
(DE 6 DE AGOSTO DE 1898)
por el cual se hacen varios nomhramientos.
Elln8pector Provincial de Instrucción Pública de Occidente,
En uso de sus faonltades legales,
DECRRTA:
Artículo único. Nómbrase Inspectores Locales de Instrucción Públ1-
ea, para el resto del período en curso, á los señores que á continuación se·
expresan:
Principales. Suplentes.
Giraldo
Virgjlio Péroz .... --··--· ..•.. José 1\1.• Jaramillo •
.Abriuquí (Fracción de Gañasgordas).
Juan de Dios Urrego A •.. - . .. ·• },anstino de la Cruz.
Urrao.
Pbro. D. Lisandro Valderrama.. • .................. .
El presente Deereto q•eda sujeto á la aprobación del Sr, SeJrotario de
Instrucción Pública.
Dado en Sopetrán, á 6 de Agosto de 1898.
Manuel José GutUrrea.
ia de ln8trucción Pública.-Medellín, 16 de A-gosto de 1898.
Aprobado.
L. CARV ALH.O.
CIRCULAR N? 1 ff
fti~11ibl1ica de Colombia.-Departamento de Antioquia.-Prefectura tk llJ
Provincia del Centro. -Medellín, Julio 16 de 1898.
Sres. Alcalcte y Personeros Municipales de .•••
PClr el articulo 33 de la Ley 89 de 1888, se da á los :luncionnrioa
del orden Político y Municipal el carácter de Inspectora~ de la Instrttc·
ci6n Pública primaria, y en las at.t·ibuciones que me concede el articulo
181 del Código Político y .Municipal, se encuentra la de fomentar
aquel importantisimo ramo, baso de la ci viliz.ación.
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Aunque conozco perfectamente que los que hoy desempenan las
funciones de Inspectores Provinciales en Medel1ín y Santodomingo se
interesan y emplt'&ll una actividad digna de encomio porque la instrucción
de los Municipios de sus Provincias marche con la regalnridad y
progr·eso apetecibles, creo de mi dcher intel'\'(•nir, po1· los mNJios que
estén á mi alcance, á fin de que aquél IR produzca los resultaflos que son
de desearse, interv6mción que debe recibir e como coadyuva<"ión á. los
patrióticos esfuerzos de los empleados directamente encargados del
1·nmo.
Con tal objeto ho resuelto dirigir á Ucles. la pt·()sentl~ Cit·cular, rscordándolcs
!a facultad que les otorgu la LPy 89 m"nciorHl.da, ~n su artículo
33, y para que el Aje•·cicio Je Psta fue u 1 tad sen plaust ble t>n sus
efectos; me permito relacionar á continuación los. punto:-~ á qne deben
concretarse al inspecciona•· los plantcl.;s de educación existentes en ese
)lnnicipio.
En los últimos dícz díns de cacla mf•S practica.l'ñ n U eles. una visita
á carla E~cuela con el fin de ell•ls, i ucllcaudo si ha sido por d('SCUHlo''·
De este invAnttt.rio Uds. compulsarán eopia para conservarla en
sus respectivas Oficin:u~, con el • bjeto de qne, al tiempo dt) dssta, so
hagan la.o comparaciones necesarias.
Es importante, tnmbién, vigilar lu cono neta. que en toclo sentido
observen los rnucstros, parn. snbes· Cttli.udo es el caso de hlleer cumplir
el artículo ~ü de la ley citada ul priru·ipio.
Llamo la atención de Uds. al a1·tículo 53 de dicha ley, p·u:a lo que
pueda acontecer.
l\fuch11e veces sucede r.¡ne por cualqniC'r motivo un Concejo Mun
cipnl no provee á la Tesorería del Dist1·ito do los recursos tcece8a ·
pnrn el pHgo rle los ga. tos de Instrucción Públrcn, que u.l Murticip
corl'esponclen, y entonces Uds. están en la obligaeión de du1· cue
al Sr. Inspector Provincial respectivo, pal'n los efectos consiguientes.
De cada visita nsentnrt1n nn acta en el libro espee~at que deben.
abrir, y copia de ella la. remrtirán á e ta Ofidna, dando cuenta, ademá'l,.
de todo lo q ne con venga hHcet· para la buena marcha de los estableei-mientos
f}Ue allí existen. · ·
Sírvanse acusar recibo de esta circular, á la cttal espero se le dar ..
estricto cumplimiento.
Dios guarde A Uds.
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OPI 1 l0N AUTORIZADA
Con gusto damos cabida en nuestro periódico á la muy
honrosa carta que el ilustre Profesor de Derecho Romano,
en la Universidad de Aix (Francia), Mr. Georges Bry, dirigió
á nuestro amigo el f)r. J uat. C. Trujillo, con motivo de la
publh;ación que éste hizo del Programa de Derecho Rornano,
en su carácter de Profesor de la materia en el Colegio
' de Zea.
A.ix, 10 juillet, 1898.
Sr. Juan.. C. Trnjillo, ProfPsor de Derecho Remano.--a .Medellin,-IUpubl,que ••
Volombie ( Amérir¡ne el u Sud).
Tres honoré Monsieur :
J'ai été profondem~nt ému en receYant votre programrne
de Droit H.omain et la dédicace trop e1ogie.use qui
l'accompagne. Permet.tez 1noi de vous retnercier du fond
du cceur de l'hornmage que vous me faites et de !'insigne
honneur dont vous rue gratifiez.
Le pr·ograrnrne de Droit Rornain que vous avez composé
esta lui seul un ,·ét·itable et ~avant ouvrage, et l'étndiant
qui le saurait devrait se tronver déja tres heureux de
la connai ance qu'il aurait du Droit romain.
11 était difficile de condensei· tant de choses d'une fac;
on si claire et si précise.
Vous tllC laisserez la liberté de féliciter a mon tour
l'auteur savant du Progra1nn1e, en le priant d'agréer, avec
l'expression de ma vive reconnaissance, l'homtnage des
sentiments les plus distingués
de son dévoué collegue
G. BRY. *
• Profesor de Derecho Romano en la Facultad fle Derecho de la U ni vereiiJad
Aix (Fraucia.) Autor ele la obra titnla.da. "PrincipeB de Droit Homain.-Pa.-
1896'', adoptada. como texto en la. Universidad Nacional de Colombia.
COSTURA Y OBRAS DE MANOS
Dice así la tesis que me ha tocarlo desarrollar por escri·
to para la "Conferencia 1\lensual rle lnst.itutores": ''Costura y
tlhras fle manos. Extensión que clehe darse á esta clase en las
Escuelas de ninas. Método progresivo que debe en1plearse en •n ensenanza .. " ·
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Pues hien, no entraré á definir ni á explicar lo que debe
entender~e por en:o;eñ.anza de Costura y obras de ma1ws, pór
aer inútil. ~Ie ceñiré e~t.rict.amente á lo que sennla la te:sis en
los dos puntos á que ella se refiere:
1. 0 Extensión que dehe dar:e á la clase cie Co~tura y
ohras de manos en la~ E~cuelns de niñas. En mi conct·pto, la
exten~ión de oicha enseñanza dP.pende de múlt.i pie¡;¡ ci reunstancias
f)Ue impedirát ó permitirán, ~egún el ca:-;o, darl~: toda
la que se pueda apetecP-r. i E~ que lo~ padres de lc ' ::s niña:-~ :on
suficientemente acomodado~ y generosos, para que quieran y
puedan proveer á ésta~ de todo=-' lo~ útiles y en~ere~ IIP(!e. 'arios,
para llevar á cabo un nprendizajP. completo l i 11..~. que
de los fondos público~ se gastan la, ~lltnn:o; nece. aria:-- parn
comprar en el país 6 para introducir lo preci. o eomo Fie hace,
por ejemplo, con la~ piza rrn:--, J¡í pi ce.· y cunrierno. d~ C!!critura
6 con los libro~ de lectum. Pu ·~ cntorH!t·:-o, d bn ser
complctrt la cnsefianza, ha:1a donde lo permitan la:-- aptit11des
de la~ niüa:-~, desarrollada!'\ por In. ex pi icaeion<.·~, por ni t ra hajo
a.'lid u o y por el intf'ligm~te ejemplo de In:· :\lae:-t.ra:·. Pero 8i
todo lo dieho falta; si RÓW ~e cuenta ron lo: r •cur. os y ero~
gacione~ pobres que punde11 haeer padres ó madres indigentes,
no habrá mús rem dio que limitar el trabajo y eireunscrihir
esas tareas á lo que :-;ea purnmPr1tc indi:.;pensahle para
la sati.--facción de las m:'t~ comunf~s llece:-;idadc::. de la vida. En
el primer ca. o, ~iempre que el tiPrllpo . ea 8tdieiente, d(·he
aTanzar. e ha¡;¡fa horrlar en raso; en el s(·gundo, podría considerarse
Rldicicnte la pn·paraeión y co~t u ra de las piezas más
uf!uales en el Yesticlo cqtnÚil de la gente pohrc, graduando, si
es posible, las circunstnneias de cada filmilia.
Comprendo, desde luego, que á lo dieho Be puede obje
ta.r que las niñas más pobres ti en en m á~ i m pe río: a ueee~ida
'ile este aprendizaje completo para ~anar con decencia la vid
Yo confieso que la objeción e~ ele fuerza incontc~t.ahle, pero
al inconn~niente no !')e le puede poner remedio, porque falta
el motor principal de la rueda del progre~o, que es el dinero.
2. 0 }.fétoclo progre8Ívo C]lle clehe ernplear:;;e. Si para ensenar
á leer y eseribir en una Escuela 6 clase de 11iños, por lo8
métodos actuales, es i ncl i~pensa hle que éstos tengan el rrlismo
graoo de instrucción, y anden, por decirlo así, con pn~o~
iguale!':, para la en~eñanza de costura, que requiere mayo
~u m a o e trabajo, e a igltaldad y si m u itaneidad 8e i rn ponen
más imperiosamente, porque arp1i es forzosa la enseñanza in-
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EL MONITOR
rlividual para la corrección de los defectos, y porque así pueden
emplearse con provecho Io~ adelantos de las niñas más
hábiles. Esa tarea de corrección para la l\Iaestra sola en una
Escuela numero~a, es insoportable y sería ineficaz por falta
de tiempo; y es bien claro que una niña no podría corregir
obra~ de inferior escala, cuando no las haya ejecutado.
Después ele estas consideraciones que podré llamar generales,
pa~o á exponer mis ideas sobre el orrlen progre. ivo
de la enscfianza :
J.>rimer grado.-Enséñese {t las IIÍfías el mono de enhebrar
la aguja y colocar la costura. Para ést .o, como para la.
tnayor parte de lo que sigue, debe emplearse el segundo procedimÍP.
tlto que aco11~f~ja la Pedao.}
(ContinuaciÚll ).
CAPÍTULO VI
Capít.nlo c.~peeial mereee el c~tudio ras la lcngna ele Ua:-.;t-i]Ja, qne no es
an'ntnrado con.:ideral'lo como el verdadero fundador de la literatut
·a española, el que dio al romance eastellauo la. may.or c:orrect:ión y
galanul'a luuüa. el]Hlllt(J euéfi.eas de leg·i.-Jador, la.s combinaciones profnlldas
de matemátieo y a, t.rónomo, el talento y convencimiento de
histor·iador y lo~ lanrPles de poeta."
Nació en 1221, hijo dd Santo Rt>y D. 'Fernando, y desde temJ)
ntna ecc.·ida.
d de uniformar la legi. lación tm d f('ÍIJO d o11de sn r<•gían los pueblos
por cartas, pntlbla:, clt.>crdos, fnei'O .· &c., distinto y á veee ·
e.outnulictol'io!4, y emprenclió la tarea d h: <:er nn (., ')digo 1 ra. la
E .· pafia <·ri~t.iana, éHJOllHHliindo e :í Ja. costnmbrc,·. ciren11 ü nc·ias
e. ta. , a no pndo JfpyarJa {t cabo San l 1'ernando, y Udió la magna empro~a qne habia . oündo sn antece. or,
y comenz • su obra en 1~5G ; le dio primero el nombre de Setemcri·o,
pero desnnés el du Las Biete J>a1·tirlas, con el q tw ha q ue'lado.
Son las Siete Partidas un do<'nmcnto ~ulrnirabh~ do erndición
y cieneia, superior á nena. en sí qne comprehcn<
le toda. las otra· \~ •rt.uu •. principal e ' a ·í c omo di. ·cron los
sabio , por eude 1~ a:Hcn_J j: ron á l{í como el agua des ta fnento
es caliente cm invierno et fría en vern,no, et. la, l>onda(l della e; ... eontraria
{t, la nmljó eucomendado á su e posa na Beatriz de Saboya.
Tenía apenas 12 alío, D. Juan ~Iannel cuando estaba ya guerreando
contra los moros gTana.díes en el reino de 1\Iurcia, cuya defensa
le había eontiado el H.ey D. Sancllo.
La muerte del Rey Fernando, en 1312, dejando al hereQ.ero del
trono~ D. Alfonso XI, de corta edad, trajo grandes discordias. Prin-
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EL MONITOP 86I
cipiaron á disputarse la regencia D. t.Tnan l\fanuel, y los infantes D.
PeaJazuelos que la Heina D. a l\Iaría tendría la. crianza. del Rey y cada
uno de los infantes usaría de la tutoría.
En 1319 murim·on en la vega de Granada D. Pedro y D. Juan,
y que(16 así expedito á D. Juan .Manuel el cmnpo para hacerse nombrar
Regente det reino, corno lo llizo. Gran sagacicla.d, inteligencia
y valor mo~tró entonces este eximio caudillo, hasta. que el Uey Al-fonso
llegó {tt la mayoría de eda'l. .
Parece que el Hey le hizo ~tlgtuu1s ofensas á D. Juan ~lanuel, y
entonces éste, que no tenía {tnhno para sufrirlas, se levantó, ayudado
por su inn1enso prestigio, y hubiera echado seglitramente á tierra
la corona de AlfonRo _.'"I Bi é~te no hnhicra comprendido la situación
y no hnl>iera llamado á arreglos al jefe enemig·o. En efecto, D. Juan
l\-iaunel con ~intió en deponer las arma.s, si el Rey se ca.saba. con su
hija Uonl:)tanza, uiila n.ún; con~intió el h.ey y le dio en prenda8 del
cumplimiento futnro de Stl promesa. los castillos de J-Iuete y Lorca y
el alcázar o aq ttí m atlt:laate siguió ltwhan, et ut' la fabla que fizo conutigo Uel ey don Sunch'J en nfadrid
aute de su Inuerte-- .... "
J)espués ele éste signe enumerando los siguientes y haciendo
algunas observaciones sobre cada uuo de ellos: Castigos y consejo1 á
mi hijo D. Fe,·na?~do, El libro del Caballero y el Escudero; el libro tk
la Caballería.; La 01·6niea~ abreviada; La Or6nica cwmplida; Libt·o d~
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862 EL MONITOR
los Engeifos; Lib¡·o de [((, Caza; Lib>·o de las Cúntigas; Libro de loz:
Esta.dos; y Libro de las ·reglas del t·rovar.
Como se ve, la suma de estos librog no da ~ino onne y falta en·
tre e1los el prit!Cipal, titulado El . Conde Lucmwr; quizá e.ste error
pt·ovendda ra ·.
El primero de los citados libro.~ es, como su largo título lo inclica,
una c.yplicación ló en l\ladricl
.
Bl liln·o del Caballero y el EscurlotQ eR c.le nna trama sencillísima,
J1Cro escrito en pro . ..;a, fáeil y elP-~.rantc. Cnéntase ~~~ él que un joYenr
halagado con el buen esta.do de la: eos a s de sn paí~, deseó adquirir
altos pueRto:, y al efecto ~e encamiuú < llngnr donde e ·tabau reuuidas
la~ Uorte: pat':L hnc·~r. e armar cahalh~ro; en el camino se encontró,
re.Uraclo en una. ermita, á nno que ya lo era y ó ·to lo inició ert
Jos deberes, y fórm nlas de la caballena. U o u tinuó el mancebo á las
Corte·, y ft · u regl'e.~o se quedó con el anciano conocido hasta que
éste mnric>, y entonc(.,"S el jo,·cn <'al>allcro siguió Rn carrera coRecha.
ndo tl'inufos., g·loria,. Prec-iosos r0greso en todas lnM Escuelas, t'S el cultivo da
ln atención de lo~ nifiM.
De~de }u(:'g) s~ \.:ompren clerá que no trato de nquelln ntenoión prodoeidn
por el temor que el .1\Iae~tro infunda en los e~;eolares aplicándo,
le~ fu..,rLes L'a~tigoe, quizá por on.'l leve dic;trnoción ó porquo no conte~ten
L' on cerLczn ó ligerament(:' unn pregunta que tnl vet no ha flido expli·
cnda Rllfil'ientement.e; nó, ¡JCJI''luo esLu cln•e de atención s('do 1•roduoe t-'11
los niñofi h~Rtio é indifere:1c:ii\ ¡.>()r el estudio, y ademóa mirnn con horror
el E:-;tablE'cimient(), en el cuAl paiwll diariament..6 »lgunns horB~ entre
el aburrimiento y el mHit>stur. ltstc medio df" cultiva•· la ntenoión sólo
eR ¡.>ropio del qoe ElO (jedien á la oarrera tiel l\Iagi~terio "in una vocación
(>Special y Ain loH conocimientM podngf,gieos qno se requieren para desempPiif'lr
tan rielicf\do ptH!sto. Hab l o sí de In. ntenci6u prodtlllÍda por
el dominio qno 111 intt>ligcn1:i:.~. dol .M:leHtro ejerza sobro la del niflo, "haci~
ndn l e o~nulea.
Expongo á (·ontiuuaciún, Bunqno Pll extracto, elgonos d lo~ prindpales
rnedioR que el p~dngogo frnncés M. OornoL indioa para e) cult.i\'
0 de lo. nteneión:
"Pn~parar el i\laOf~tro lns loooiones con cninado; pon·~r la er.seii!lnza
al aloanoo de lol-1 niñ()s y nrnonizaria en cuanto I'Oii po .. ible.
"Pre~ent. nr <•jl'mplcH f~icilt' ~'< y concretos, pre cindi~nJo do la abs·
tracC~ión qno •iescieñan lo~ niños.
"S a bor inte rrogar clarn y perfdctt\mtnLc y sabor á qoiónoA deben
dírigirRo do pr e fe r~ noia la~ pnguntas.
" .,.o e~ r•' eomcndablo pres!:'ntar !Í llJ~ niñ0R v:nios objotos á la vez,
ni ha•; erle~ div<'r!'ltlti pioglltJtall, ijin esperur que r"suolvao la prirnert\; ni
pusar brus<~anHHitc rle un trntado E\ otro,
''ICI niiio es nut.uralmente <·ori0RO y siompre est.ñ ávi.io ele saber:
satisfacer la curio~id»d or-~ tUJa ne•~c idad dP su e:>spíriLn; por consigoientt>,
si se le prc~entau los s nnrnbrarán tambión el substituto, dando
de olio ouentn inmediutnmente á l11 In~pección Provincial. Deben tenor
prosente qne fuera dol caso dir.ho, los licencias de los Maestros siempre
la~ debe conceder el lnRpEutor Provinuial. Si por nlgnn~ circnn tanoi~
llegnre á conocirnie.lto de oHta ln$pecl'ión que Ud~. han concedido licencia
á algún Diroc:tor ain Rer eaao ur~C'nto, é1:-1tu ~erder~ el derot·ho
que le da el nrt.íenlo 13 del Doornte en !as Et-cuolas, auot:1.ndo el 'J~tndo en qne se lu-tllon, dejando
un <>jemplnr en la respel!tiva Escuela y rem:tiendo los resttLIItos, uno al
Inspector Local y el otro á estn lnsJ.'ecci0n.
Corr~sponriiendo según el artículo 76 del R6glamento, á los Ius~
pectores Provinciales dnr avi. o al Seuret:lrio de Instrucción Pública del
Departurneuto de las loc.:alidades en qne, confonne al artículo 13 dol
Decreto ~obre instrucción primaria, deban eRtableoert!o Escuelas rurn·
les, ec señalan para en lo sucesivo en esta Provinci:l, las reglns aigaion·
tee :
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EL MONITOR
1.• TreR ó cuatro vecinos uaracterizados del ponto donde so qoier&
establecer .B:souela, elevarán ea papel se lado de t.• clase, un memorial
al Inspector Local del Municipio en que certifiquen :que el oa~t~río dista
á más de tres kilómetros de la cabecera del Distrito ó de la Escuela
más coreana; que hay por lo menos quince uiños y quince nii'ias en estado
de recibir educauión,. acompañando la lista generaimente quiere dPcir: ¿ .... xiste,
al alcance de las familias, una Escuela aceptabl~ E>n todo sentido?
y si no se dispone de medios para pagarla ¿puede obtenerse gratuitamente?
¿ Cuáles son las influencias que más han impulsRdo la difusión
de la enseñanza primaria en los últimos cien años ? M. Levasseur,
que se ha propuesto sobre todo n•coger y clasificar het:hos, no t-xamina
á fondo este problema histórico. El no se ha preg;nntado, á su turno,
como tantos otros, si la Revolución no principió por abatir mayor
número de Escuelas que el que reconstruyó de¡;:pués, y si, por otra
parte, la Iglesia Católica, en Francia principalmt>nte, no hizo todo lo
posible por exteoder y difundir una inst.rucción proporcional á las necesidades
de los tiempos. Sin embargo, sobre estal3 cuestiones, á menudo
obscurecidas, él no deja de esparcir ciertas cltniclades.
Las nBcione.s que primero proclamaron la obl igRción de la instrucción
prim!:lrÍa son las del Nort~, primeh1 la Suel'ia y la Finlandia,
(pasada apenas la Rt>forml.i); luégo Dinamarca y los Etitados
del Norte de Alemania, en el siglo diez y siete. La mayor parte, sal ..
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EL 1\IONITOR . 879
vo el católico '\Vurtemberg, que estableció la obligación desde 1649,
son naciones protest.antes.
Sábese lo que ltls dP.cidié: eJ deber de Jeer la Biblia y de exJllicársela,
que la Reformsa imponía á cada uno de los fieies. ¿La esCU()
Ia primaria daba todas las luces necPsarias para penetrar el sentido,
el espiritu de los Libros B i \nto~? Bl'ljo todos aspectos, esto es
más que dudosf). Pero en fin, es evi1lt:>nte · que este erd el primer paso
hacia untl interpretación individual, del cual presumtan entonces
saoar otra cosa que funt1-1si11 é i ocoherencis.
Hé aqut una obs~rva.ción muy justa: aunq:Ie el joven católico
tenga que leer y aprender el cn.tecismo, la enseñanza de la religión
que profest\ es sobre todo oral; por la palabra del sacerdote y por la
confesión, recibe principlllmente su fe y sn dirección moral. Loa protest
tutes tienen ineludible neoPsida1l de que los fieles sepan Jeer Jos
Libros santos, á fin de que busquen en el los la regla de su fa y de su
condnctu.
Luégo, se nos permitirá agregar, si la Iglesia Católica, no obstante
e8ta circunstancia, ha trabajado t · nto, como no se puede negar
hoy, en abrir y establecer gscuelat~, ha obrado con más desinterés en
esto que en lo que se refi.Pre á sus intereses eclesiásticos. Si,ldejBndo
muy atrás las nacione'3 cismáticas. las naci• n~s grecoortodoxas, las
naciones mahometanas, se ha dt•jado avent•ijar por las protestantes,
se acuba de ver la primera razón de esta ventnja. I~xistea otras dos.
Los puPblos prot.e8ta.ntes son generalmente los más ricos; además,
habitando de pref~rencia las regiones del Norte, , experimentan esos
largos inviernos que convidan y aun obligan á buscar en Ja lectura el
empleo de las hor~s sedentn.rins y de las largas veladas. Las partes
fritts y montañosas de nuestra Francia del Este y del Sudeste figuran
hace largo tiempo á la cabeza de nuestros Departamentos por Ja
frecuentación y sobre todo por el éxito de sus Escuelas. Pero en oada
una de estas regiont>s, dentro y fnera de nuestro pnts, la buena voluntad,
el celo mismo de los ci udiidanos han sido más eficaces que la ley
de obligación. En Escandinttvia fue donde se inventaron las Escuelas
ambnlantts que duraban sucesivamente tre-s meses en cada una de las
aldeas adonde liPgaban. Poco á poco, cou los progresos de la riqueza
y la facilidad de las nuevas comunicaciones, se transformaron en .Escuelas
fijas 6 permanentes.
En resumen: la inetrucción primaria se propaga más y más,
por todas partes, de t>Scala en escala; y en esto 1~ ley obligatoria no
parece desempeñar el papel preponderante. N o hay hoy en Europa
sino tres Estados que no h1lyan inscrito en sus lt>yes la instrucción
primaria obligatoria; estos son Portugtll, la Holanda y la Rnsia. En
la eHcala del progreso, dos de éstos están singularmente alejados el
uno del otro. Si la Holanda no está precisamente á la caheza del movimiento,
no está muy lejos de ella. Pueblo feliz que, satisfecho con
su Gobierno en lo re latí vo á la Administración de Justicia, no ha
querido el establecimiento del Jurado; que ve disminuir de año en
año el ntunero de sus iliteratos; y que, por lo tanto, no ha adoptado
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aso. · EI:.. MONITOR
el principio de obligRción. Pdro, se comprende fácilrn~nte: en un pais:
industrioso y compa:}to, como es el dd los Países Bllioe, la tarea era
más fácil que en las inmensid~des del Imperio Rn~o. Este, 8in embargo,
tiene alío menos conscriptos iliteratos que la Hum'lnia y la SerYia,
que han inscrito en su~ lt>yee 11\ obligación, la una t\U 1864 y 1
otra en 1882. ¡Cuántos otros Est~dos hay, que han cre1do un deber
color.ar este prinC}ipio en la fachl\da de sus instituciones y que han
permanl3cido después ca~;i eetacionariost L11 Grecia decretó la oblig"ción
desde 1834, y en 1871 tenia todav1J\ el 67 •¡. de iliteratos entre
los hombres, y el 92 °/0 entre las m 1j res. ¿Qué ruR.R diré? La. TorqníB
proclamó la obligación en 1847; y aetualrJJente tiAne, por cien
habitantes, un alumno "inscrito'' en las Eecuelils primarias, mientras
que Jos Paisee Bajos tienen 13 fu por ., •.
Si salimos de Europa tendremos torlavt.a que hacer con M. Levasseur
interesantes aproximaciones. Los grupos europeos que han sido
fundadores de colonias, dernu,..stran en general extremada aolicitud
por las Escu~las primarias. El Canadá, la Australh, las colonias neerlandesas
de la Guayana y dti las islas fle la Sonria, Jos Estados
Unidos, la. Algeria mi~rna, tienen, por 100 habitRntes de origen europeo,
más alumnos inscritos que la Sniz,l, W urtemLerg y Prusia.
En las coloniAs que ac~bo de citar, algunas tient•n 22 y 23 •zo; la quE"
menos, tifne 17 ~, y el lm P('rio Alt\mán o o tieue sino 15. ¿De qué dependf'
Qsto? Principalmente, de qne los oolouos tienen más hij0s por
famitia y por grupo de h1 bitantt'IS que los que cuenta la vieja Euro ..
pa. Pero qnizá puede influir tr.mb ién el qtH' aquellos h11yan llev11rlo
consigo y querido hacer trinnf~tr todo Jo que habü,n, encont.rn,lo nuevo
y más orientado hacia el porvenir, en las sociedRdes cuyo pasado
tradicional abandonab:ln. Puede ser también que l.os emigrados e~ben
afrontar 1~ lnch11 por la vida mf\terial en IJls condiciones más Í!lvorables:
por esto tienen que asflgnrar á RUS hijos los beneficio~ técnicos,
iodust.riales, comerciales, de una icstrucción elemental. Aaf,
ninguna Nación en el munllo ha hecho por eus EscuPlas prim~rias
tantos ~Sacrificios como Jos !1~stados U nidos. El conjunto de sus Escnelee
representa un valor de más de dos mil millones de dollars; y
para el bienio de 1893 á 1894, 8U presupuesto para la Instrucción popular
ascendía á 170 mil!one~ de dellars, 6 sean 884 millones de francos.
Veremos, después, en qué medida hay lng1lr á f~licitarlos por loa
ventajfls que han obtenido en cambio de e3toe eaorifi~ios.
Entre tBnto, no hay que dudar que la! naciones nuevas han da·
de el ejemplo á algunos de esoa viejos paises cuya rivalidad comercial
y quizá militar comienza á hacernos espe3a twmbra. Se habla
mucho del peligro amarillo (*) y de la E>strella at~~cendiente del J ap6n.
¿El maestro de Escuela dasempeñ~trá nlli algún papel? Imitando
nuestros cañones y nuFstros navíos ¿h11 imitado también nu~etros
ardores pedagógicos? Sí. Y t\Un parece que noe i:nita en nueairas
disensiones, hasta en nuestras impaciencias y nueB~ras crisis, con
un eolect·icismo que no ha alcaszt\do á ponerlo al abrigo de ninguna
(*) La -crun& ..
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E-L MONITOR 88I
·de Jae dificultades de la materia. E!cuchad lo que dice de él M. Lo'
vaeseur.
"El Japón se ha inspirado, para eu transformación pedagógica,
en Inglaterra y eus Escuetue boards, en ios Estadoe Unidos y sus Es•
uelas mixtas, en la ~,macia y sus Escoa las N ormalea, en la Alemania
y sus U niver6idades. H~ hecho grandes f'sfuerzoa que han tenido
~o Yt~ioticioco años resultadoe considerables y que eon, con el conjunto
de su transformación política y social, uno de los hechos sorprenden
tes de la hiatoria de la ci vilizllción. s~mejanta revolución no i&
opera ein tant~os y rtsisteooiae. Muchos ha habido y los hay aún.
Los gastos han sido E-xogerndoe; ha sido pr~ciso reducirlos, recargar
el gravnmen ele los Municipios y el progreso se h11 detenido. Los conservudores
se han iuq uietado por el det~l\rrollo de la instrucción, la
que acusan de hacer perder al pueblo e! Bt4ntjmiento del reapeto y la
obediencia que lo car'lcterizaba y de contribuir al sacudimiento moral
que la catda de lae antiguas instituciones le hobia causado. El espíritu
nacional re8iete á lA. invasión del esptrit.u extranjero. Sin embargo,
el Japón, no obstante las vocilacionc8 que teHgl\ en ~u marcha, no
saldrá de la vía de la civilización, en la cual se ha encarrilado.
"Ee inútil decir que la instrucción primaria es obligatoria en eat•
país.· Lo es desde 1890. La aplicaQión del principio no ha dado por
result"do que el imperio tenga por cit'n habitantes un número de
alumnos igoal al de loA principales Estados que hemos citado. Pero
8Í tiene yá mRt~~ que la Rnmanitt, más que Portugal, casi tantos como
talia, poro en este paíe la cifra so es relativamente eltlVIlda sino á
causa del contingente d lae Eacuelas priYadae, restos de latt antiguaJ
inatituciont's católicas".
M. Leva~st-ur no me censurará que complete, medi'!Lnte datoa e•pecialee,
loe curioeo11 documentos que nos ~umiaistra acerca de esto
ioq uietant6 pata. El "I~ibro de la Enseñanza primarira en los paises
ciYilit:lulos", se detiene ron relaci(n al Japón en el año de 1892, lnclmtive
. .Si damos crédito al informe vigésimo ~egundo dsl Ministro
de Instrucción Pública de estt1 Estado, rtiltltivo ai año 1894, el progreso
teñalado e.o l~tnguifltloe. En 1873, por 100 niños de et.iad comr,
etent~ para 1\SÍstir á la Escuela, sólo ~8,70 recibian alguna instrucción.
En 1894 la. prop~rción era de 61,72. Los esfuerzos se han dirigido
prin,~ipalmente hacia los niños; porque en 3.907,349 varonea
japoneses no ee contaban sino 193,116, que no frecuentaeen la Eacuela;
mientrae q U6 en 3.412,842 niñas no la frecuentaban 1.908,938.
Par" obtener estoe resultados, los jsponeses han eido ayudado•
por algunos ProfeRores extranjeros, pero en proporciones muy limitadas.
En cerca de 70,000 maestros 6 maestras no había, más que 270,
•n 1890, y 250, en 1894, que no fuesen indígenas.
Asf, pues, en la.s ob.: erva<:iones que no! restan por hacer, debe•
mos considerar al Japón y á la Australi~ en el miamo grado de adea.
i«nto qao los EJtados miM a-vRnzadoa de Europa.
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882
l
EL MONITOR
* * t;f
¿Cuáles han sido hasta aqui los caracteres dominantes de este
movimiento de expansión?
Era casi inevitable que, á consecuencia de la obligación y de la
presión moral ejercida en los padres por tántas ideas, tántos ejemplos
y tántas necesidades, no llegarán á establecerse las Escuelas gratuitbB.
Todlls éstas lo son en absoluto, de derecho y de hecho, en Sajonia,
Suiza, Francia, Italia, Portugal, Rumania, SHrvia, Estados U nidos,
y en ]a mayor parte de los Est&dos de la Australia y del Canadá.
~in serlo rigurosarut>nte de derecho, lo son casi completamente de
hecho en Inglaterra, Prusia, Baviera, Wurtemberg, Bélg\ca y Rusia.
Dinamarca conserva dos categorins ele Esf!Uelas: rt>mnnerudas y
gratuitas, éstas abiertas á qui(:lnquiera. Finlandia hn df'jado subsistir
una retribución escolar, pero bastante exigu". H oianda (dt:cididamente
este pais no cede ciegamente á las corrientes internacionales y á
)as ideas que éstas llevan consigo) asegurl'\ la Escuela gnltuita á todos
los niños pobres; pero dt-ju aún ona pl\rte irnportantf:' á la contribución
escolar: en una suma total de cerca de siete millones de floriDE>
s, exige de aquélla y los obtiene, dos millones. ¿Será porquf} la
Holanda es uno de los paiset! más ricos 1el mundo? Pero Anstria no
está en este caso y la retribución escolar subsiste en Boht>mia, ·Moravia,
Silesia y el Tirol. En cuanto á Rnngrfa, que ha tenido que tomar
de todos los paises lo que le ha -pArecido bueno y qnt~ lo sab.., orgr.nizar
muy hábilmente, no hf\ renunciado á la retribución individual.
Está lejos de exigir de ella In porción más considerable de sus recursos;
pero, en fin, en un gasto de cerca dE' d Íf>Z y nueve mi llont's de
florines en 1894 y 1895, aquélla ha contribuido con un poco más de
dos millones, y, lo que merece atención, el producto de esta contribución
va en aumento anuBimente.
Veamos lo que sucede en el Japón, que tan vivo interés merece.
Al promulgar una de las leyes orgánicas de la instrucción en el Imperio,
en el mee de Agosto de 1872, e~ Emperador St1 t-xprtsllba en
estos términos: "Todos los conocimit>ntos, desde los precisos para la
vida ordinaria, hasta aquellos de que n .. cesitan los funcionarios, los
agricultores, los negociantes, los artistas, los médicos &c., cada uno
en su arte, se adquieren por la instrucción. Es nE\cesario, en consecuencia,
que la instruccilln esté tao difundida que no haya una aldea
que contenga unA familia que cuente uno de sus mif'mbros sumido
en la ignorancia. Las pPrsonJlB que hRst.a hoy se han df>dicado al estudio,
se han atenido casi siempre á que el Gobierno provea á los
gastos de su educaci6c. Esta es una falsa idea que procede de un largo
abuso. Todt~ persona debe tratar de instruirse por sus propios esfuerzos."
Hé aqnf, realmente, juiciosas palabra~. A 1 reproducirlas en su
-obra nnestro eminente economista, hl\ debiclo pensAr que si ('!las ha.
bian sido provech0samPote dirigidtts al puuhlo japonés, otros pueblos
también podrían leerlas con provecho. De hecho, y apesar de la leo-
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KL MONITOR
ción dada por el EmpPrsdor, la E cuela japonesa ha venido á ser
gratuita para un gmn utímero de habitantes pobres 6 que se hacen
consid~rar como tales (es de creer que en el Oriente hay de estos así
como en el Occidente). Desde 1890 los gastos generales están á cargo
de los ·Municipios. Pero ''en las localidad~s sin recursos existe una
rel rí buei6n es~olar que se paga en plata 6 an servicios personales."
¿El padre de familia pttga entonces el institutor de sus hijos con
arroz 6 cu 1 ti váodole una pequeña era de su jardín? Esto no seria más
que une gran tontería.
Seij, de ello lo que fuere, la g'ratuituidad ha seguido por todas
partes una · march1\ Rsceodente. Como lo dice nuestro autor, ella ha
hecho rsípidos progresos en ~1 mundo al mism.) tiempo que la demoCJ
·acia. Dios tjllÍt>ra que no sig•• progresando d url'lnte algnnoR años, lo
mismo q ne t-~1 socialismo. ¿Es la Et\cuela gratuita un bit-o? ¿Es necesarin?
En este punto .M. Levasseur se expresa con reserva, casi con
timidez, si no de pensamiento al menos de tono. ".El historiador, diC'e,
prueb,~ la FXisteneia de la corriente; el economista vacila en creer que
ella conduzca á la repartidón rle la mayor parte de los fondos públicos."
ER, en efecto, muy claro que finalmente todo se paga: esto nadie
lo puede nl:"gnr. Tampoco se puede negar que lo que t'il Est~ldú se
encarga de pag11r, s~ paga, P.n resu"31idas cuentas, más caro, á caus&
de los numerosos interm'"'diarios, amanuenses, tA!.'Oreros, \"erificadores
y empleados de todas clases á quienes tiene que indemnizar. EMta
era, en el momPnto de votar la ley, la opinión de uo diario poco sospe
cho ~o, Jtll Tiempo, quien no h~bia tt~mido decir á los Diputados y
al público: Bi e n pronto se verá que nada es más caro que la gratuitidad."
N uest.ro sincero y clari vidPn te publicista aduce 4. este r~speoto
conceptos que merecen ser citados.
"La gratuituidad no es, en realidad, más que un!-\ variedad del
gravamen pecuniario. En vez de la farnilia, es el Municipio ó el Estado,
es decir, el impuesto local 6 general, el que soporta los gastos.
I. .. os economistas de la escueto liberal, en el conocimiento de que todo
servicio dt-'b8 Bt>r, en :m~-tnto eea posible, pagado por el qus lo recibe y
de quP., en ~eneral, se toma más interés por aquello que cuesta que por
lo que no cuesto nada, se inclinan á juzgar que es preferí blt1 hacer
pagar á los padres que pueden hacerlo y t>Ximir á todos los qlile no lo
put>rlen, de manera que nadie sea priv~do rle la inst.rucción y td mismo
tiempo el prt>supuesto ele la comunidad no sea intitilmente gravado".
Y después d~ rt~cordar la "rac·ional y justa" gr~duación de
responsl'lbilid11dr-s financieras 'lu~ h11bfa establecido la lt)y de 1833,
agrega: "La tercera Reptíblit;a juzgó que estas distinciones eran complicadas
y no eran ignalitari ,~s: se decidió en el sentido rle la gratuituidad
absoluta, á fin de 'llle no hubiese en la Escuela diferencia alguna
E:ntre el rico y el robrA. siendo admitidos todos los alumnos bajo
unos mi mos 1\Uspicios. Hli. querido tllrnbién que el in titntor fuese
ruáH respetado, sin tt:'ncr que negociar con los pacires su remuneración
y qu~ lu Es.;uula. pública lai~a no estuviese en situación desventajosa
en frente de la Eacuela oongrtgante que se hacia fácilmen-
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EL MONITOR
te gratuita. Juzgó que asi todos ios niños irfan más fácilmente á la
Escuela y que la asistencia ganarta; ein embargo, no está probado
que la gratuituidtJd absoluta se" tan favoratle oomo se babia creído
á la asistencia.',
Desde el punto de vista doctrinal todo eeto es de nnl\ moderBci6n
ejemplar. Deede el punto de vista histórico, la antepentíltima frase da
)a clave del asunto. ¿ Pué(lele conjeturar, como el autor lo expresa en
una carta, que ciertos Concejos ~funicipales hubiesen sido tentA.cios á
¡nocurarse el bE'neticio de la gt·atuit?Jidad aceptand·) cong,.egantes y
que importase "mantener en equilibrio la balanza?" Hoy muchos padres
y madres de familia, más bien pobres, prafieren pagar una eneeñanza
que les convi6ne, á aceptar gratuitamente otra que, bajo el
aspecto moral y religioso, no lss parece completa. En el otro sistema.,
loe padres tendrian siempre la libertad de pref~rir maestros l&inoA, sin
perjuicio de png!\r á. eu turno por honor á sus conviodont~s. Al querer
restablecer la igualdad de la balanza ¿el sistema de Ja gratuituidad
no la hace inclinar del lado purllmente laioo y gnbern~mental.
En todo oaao, pueeto que se trata de dinero, no se tiene en mira en
~ato el mayor alivio de los contribuyentes.
¿La gratuituidad trae consigo la preponderancia de la acción del
Eitado, no sol mente sobre las familia&, pero sobre loe grnpos sociale•
más próximo!t á ella8, tal~s como las Provincias, los Departamentos
y, 8abre todo, loe Mnnicipins? Stoguramente st. (Y por esto~~~ por
lo que loa autores d~ las leyes más recientefl se han felicitado máfll vivamente'!).
Ea cierto que en gran númAro de paises la ingtrucción pri·
mari. eetá adn á cargo de las Municipalidad ... s, Y" completam~nte,
ya en parte: tal sllcede en PrusiB, Suiza, Itnlia y España. Pero esto
u.o es frecuentemente sino nn artificio del presupuesto, que no implica,
como ~e poclrt" cretr, gran independencia monicipal. En Prusia,
por ejemplo, le bBeta al Estado aeegumr ~upleroentos de sueldos y de
retiros. tener á en cargo las Escuelas Normales y pagar Jos lnap~ctores
ProYincialel!l para que en accsión ca.ntralízadora no encuentre ningún
obstáculo serio.
Tal es la manera de orgflnización qu~ parece dominar aun en los
Estados en que son los Municipios los que hacen los prinoipalea
gas toe.
Una mención particular es debida á Au~tria-Hungría, dond~,
todo el mundo lo sab~, nlldR absolutamente pasa comn en otro~ p»iees.
En~~ orden de los asuntos escolares como en loR de la Administración
6 de la poltticB, el Imperio de Francisco José es de nna. mezcla
y de una complexidad que proceden ambAs de la diversidad de las
razal!l. No contenta con ttlner ya tántas subdivisiones y categorias,
Austrin ha inventado e! "Distnto escolar"; de suerte que Municipios,
Distritos escolares, Dietas, Estado central, contribuyen al gasto, pero
en concurrencia con las parroqui&s y las administraciones de cierto•
fondos especia.I~s. Leed t'Sta frase qne, en la Europa contemporánea,
tiene visos de exhumar (ligo prouigios!lmente arcaico, me apresuro á
egregar, profundamente respetable : "En toda• las Provincial ta
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EL MONITOR 885
,fundaciones y las obligaciones pArticulares en favor de las Escuelas
ha.n permanecido intactlis." H11y, pues, un pa1~ en que algo bueno
"'hll permanecido intacto." Puede uno resignarse á cualquierlt complicación,
cuando tient! la pt>rspectiva de gunda hipótesis
no s~a la verdadera. El Estado especialmente suministra IÓ m~nos posible.
N o contribuye con un florín para la construcción de los locales;
pero lt,B E'cneltts Normales y las inspecciones dependen de él solamente;
va h 'sta hacer casi so lo lo~ gastos que ellas dAmandau. Y esto
bast . para asegunu, en lati nnmerotH's raztts de la mon rqnfa, la
unidad, siempre cnrnprometida, rero si11mpr~ difícilm+->nte restableci-
da, con lo ct.:all el Esttldo ee Ye obligado á conformarse.
Un alto funcion~rio me decíA. en Viena, hace tres años: ''¡La
Hungril~! Este es, para nosotros, un país ~xtranj~ro." Sin eru bnrgo,
yo veo qu~, á pes1H de sns esfuerr.l)a h cía la unidad hasta el extremo
de obtener su dominio propio, la Hungría tiene uún grRn comp lt-xida<
l de organización y de recura :.-> s; pero creo q ne todos l'UR e1--fnerzos
111e ucumttluu en '31 mismo sentido, y qlle h tly, por toiias [JIUtes, Yer<.ladera
emu lación por <:reur y por desarrollar. En todo cnso, ~1 presupuP-
sto de su instrucción prirullrin. asciende ñ. cerca de l9 millont-s da
finri m~s, d~ Jos cualeii dos corresponden á las re tri buciooes 1-lSCOIIlrett .
. Pero si el Estado suministra <.los y medio rnillonea de :tl 1rines y los
Municipios casi seís millones, las "aubvt>,ncion~a de las parroquios" S!l
elevan á 4.300,000. Pero h y, t\demá.s, 1.25'-',00U que previenen ele
"fuentes diversas", sin contar los inmueb les y los "intereses de ci·er
·tos capitales."
Vol vamos al resto de Europa y Utra ó laica.
Seamos imparciales. No podemos reprochar ni Estado propiamente
dicho declsrarse incompetente el'l mat~rÜl religiusB, porque lo -es, en
-realidad; ni podemos re¡,rocharle que funde Escuelas en los lugares
donde otra iniciativa. diferente de la suya no alcance á proveer fmfi.cientemente
á esta necesidad. I.,ll neutralidad en el Estado es, pnes,
correcta, pero á contl icióu de que respete sinceramente la libert:ul de
fundar .Esencias, en primer lngar, la lihertad de ensefiar la religión, no
'8olnmPnte fuera. de él, sino también dentro de é1. Porque, en fin, cuan·
do clecimos "dentro de él" designamos un lugar donde cada ciudadano,
cnda padre de familia está igualmente en ''su Ci.lsa", con Ja condición,
-eso sí, dEJ~ observar todas las leyes que interesnn á la colectividad. LMe.
go si el Eatado no da la ensenanza por medio de maestros que él miamo
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886 EL MONITOR
ha formado y nombrado, es necesario q ne la deje dar por quien tiene
derecho en la Escuela misma, qne e:s una parte de la "casa común".
Leed todo el libro de M. Lev¡.¡,sseur· y veréts que en ninguna parte
del globo ha sido tan estt·echamente entendida la laicidad como en la
Francia contemporánea,. Le sefialaré al lector afanoso nn medio de verificación
pl'onto y cómorlo. Qne abra el cuadro analítico, bajo los títulos
''Obligación, Gratuituirlrul", verá largas series tle notas. En la
¡1alabra "J~aieiJad'' sólo encorltr·ará once, de las cualss nueve se refieren
á Fl'ancia y sus colonias; las otras rlos son pat·a el EstaJo de Victoria
(Anstl'alia) y para la Nueva Celandia. Ann en estos dos paí.~es
los Ministro~ del cnlto van con bastante regularidad y muy libremente
á dar sus lecciones á la~ Escuelas.
N o basta crear E ·cuelas pam que ellas ~can frocuentallas y, sobre
todo, para que los niños so aprnveehen (le las lecciones qne s~ dan en
ellas. Sin embargo~ esta es la primera condición pam qne se difunda
la instrucción. M. Levasseur hn querido complt>tar sus vastas averiguaciones
p1diendo á torlas las E:3StaJístJCn.s del Univer~o datos tan precisos
cnanto ha sido posihlo sobre la asistencia y sns progl'esos. No ha pretendido
"Oinrnente saber y hacernos saber cn:íntas JiJscuPlas y cuántos
alumnos inscritos hay en Cniclo oc:•sión fl:tlar ('Sta. irregnhrirlacl en la
ePft>ra pv!~RI y p{'nitencinr·ia. Con una poblac·ión que, ·n 1878, contaba
en el reino 82 (\lo de ilitPrntos, lus g-rnnsitareis aú 11 de nlgu nas lcr:ciones, voh·ed; hasta los 20 aflos encontraréis
E>ll nosoL ¡·o~ le ·cione gratuitas; pero lo i mportanlo no <.>S ndq
n ir ir nlllrho, sino praeticar lo poco que se sabe allí donde se npreudo
realownt.e á utilizari)e de ello y á completarlo en la vida."
En Inglaterra L1s materias obligatorias <'st:1n igualmente muy res.
tringidas: Lcctnrn, 11.Jseritura, Aritllléticn, con Dibujo para. los varones,
y Co tura para las niñas. Lo demás (• facultativo.
En Alt'maniH, como en Sniza, lo p1·ogrnmns están más recargat1os,
porqne <'Omp1·enden para ambos sexos la Historia Nacional y la
Hü.;toria N atnral. Parece que el país "e e1wucn tra binn á este respecto:
nna largl\ tradi(•ión ha PXtl'lldido por todas partes C'l gn. to por el es·
tu dio, y ha pPdeccionHdo los ·métodos que están repre~rntados pot· u u
personal mny bjen rf'pnhl(lo en toda la nac1ón. Asi instrnído, el joven
alemán no entrará en lu lucha internacional con tanta dt•cisión y destreza
como el joven inglés; pero llevará á ella más rnétorlo y t•l háb1to
de dirig1r e ¡wr I10ciones mejor apren el conocim!euto espiritnal
por mea dnda por el in t.itntor podría reempluzttr la ensenanza religiosa
as, á condición de quo
aquéllas pertenezcan á una Corpornción ó sociedtu], <]Ue la cns o ñn.u~a
y los maestros sean conformes á la ley, que el número 'le alumnos de
más de sois at'ios sea de veiute por lo menos, que ]n. retribución
escolar· no se oleve á 80 florines y que la E::.-;cucla uo sea s por semana, las instrucciones necesarias
y tendrá el cuidado de qne los nifios aprendan de memoria las
proposiciones que se hagan.
"2,0 En cada Municipio, una Comisión de tres miembros, de la cual
hará parte el Cura, ejercerá la inspección de las Escuelas ó informará
sobro la marcha de la instrucción religiosa".
Estas proposiciones fueron aceptadas por el Gobierno del Gran
Ducado.
No necesito nombrar los Estados donde ellas no podrían ser siquiera
presentadas. Aproximémonos, pues, á un ré~imcri que parecerá.
menos atrevido, aun cuando ya ha sido objeto de v1vas discusiones.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
JrL MONITOR.
,
Como torlo Jos pníses ,1e Europa. y aun e] el m u tillo, Ingln teJTa ti e·
ne Escuelns públicas y gscuelas peiva•lnlecta. de los
impuestos con qne so atiende al so ·· touimicnto de la' Esencias y catla
nno escoge un visitador. quo tlCIIH fatmltade ornnírn•l(bs para nsogurat·
]a asistencia, p!! l'Slgniellllo á los n 1 t10S reft•¡t.('tat•ios. il,ty, pne alli, a u U
para las E:euela públ Íl!as, m twha mono~ t:l!ll tml 1 %ani '"n ad mini trati va
que entre no otros As. E ' tas últimas se ~uhd i vidcn á. 11 tumo.
Qne la ens<'Üan:~.a de las K:cuclas votuutarii't. e tlHO si,--·mpre ÍtHH'·
tcmente impt·e>guaua del espíritu reJte>-io ·o, es innect·Sttri'J dt •eirlo. gn
cuanto~ los JiJ stableomtientos de los Scltool.· board.·, puede decirl4e que
cstaua.n fuPra de totio es¡dt·itn <>onf,~sional; pt·ro u na ley ie 1871 dt>ci ..
dió qne la Biblia fncse IPída en ellos freenentunwnte y que el mnostro
ens<'fia.e la Ili~toria 10anta. con tndas las vcrda,dPs <'Omnnes ú. toda' las
iglesias cristian:~s. Una. "cláusula de cot1c:icn"'ia" pt•rmltía g .. )anwnte
que, sobre dccdaración expre~n, los maeo:tro · C'nem igo de esta t•u:o:;eflanza
pod l'Ían hacNse reem plar.ar y q uo lo.'j ~ ; H] rt ·s pnd iO 't•n ~"X igir q u o
sus hijos no pnrtieipar·an 1ll' -~t, a en 'efia'll.i'l.. l~n Cllllllt'> :'t hl...; fatnllta.s
seriamente creyentP'. la libre el.•ct:ifm que hac: ·mn nty va á dccí~·
noslo:
"En el año último, deeía taclu la exi~:~t.PtH:ia dt> la .BJ ·c:nel.ts volunt•t·
rias? E~:~t<~ es cue~tión 1llscutida. En cuauto á mí, soy rle los qne pi-!nsan
que es ventajosa, porque esta.::~ Esett~la:::; titmden á iDfundir en
nuestra educación naeional la indepcudencia, la or1ginalidres existían y t¡ue era irnposihlc snpl'irnirlas
sin ''cnm~tel' nn aetu dl· tutolentllt<Ía que el puobio de Inglaterra1
en esta ilustrada époer .. , no sopot·taría;
2·. 0 Que si se las qL1ería reemplazar con Escuelas púulicas, esto eos·
taría á la Nación ur.. gasto de poco menos de mil millones de francos; ,Y
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL ]IIONITOR
3.0 Qne las Escuelas voluntarias lnchaban penosamente contra las
dificultades pecuniarias que surgían de sns obligaciones y qne por interé~
de la instrucción n~cíonal, debían protegerse.
Así, el mismo Ministerio pt·oponía hacer aún más liberal una legis1aciún
que ya lo era mucho; pero este espíritu oc libertad no ha extinguido
el sentimiento de la responsabilidarl del EstadD con respecto
á la instrucción religiosa ele la infancia. Hé ac¡ui) en efecto, las dos modificaciOnes
esenciales que caracterizan la ley ingle~a de Abril uc lt:\97.
1.0 A la "cláusula de conciencia" que permitía la exención de la
instrucción religiosa rednmda á su mínimo, se ha agregado como contrapeso
otra cláusula que, después de tE-ner en cnenta los intereses de
los nó creyentes, defiende los de los creyentes. Esta nul'va cláusnla dice
que, en toda Eseuela elE"mental públlc(L, "si los padt·cs de nn níunero
ra?.onablc de alumnos piden que se dé á sus hijos una enseñanza religiosa
separada, se dictarán las dilig-encias conducentes á que e ta cnseüanza
sea dada.". En las E cuelas libres subveucionadas delwrá igualmente
prestarse atención á esta exigt ncia y &sta será una de Jas co.nuiciones
del subsiuJO concedido por el Gob1erno.
2.0 Este subsidio lo extirnrlc y orgnni7.tl. la reciente ley. La disposición
antcrÍOI' que fijaba su máximnn ordinario en 17 ('helines, 6 peniques
por alumno, está abolida; los eciificios y terrenl)s de las Bsc·nelas
se han declaraclo exentos do tocio impuPsto local, y un suhsid10 suplementario
de 5 chelines por alumno les ha .·ido otorg¡.tcJo. Adetn{~s,
las Escuelas voluntarias pueden formar en trc sí agl'u paciones 6 fetlct aciones
; el Gomité director (le la federación roco~e el 1m porte total del
su bs1d io y lo ¡·e parte libremente, segúu las necesidades de las Escuelas
que representa.
Tal es el régimen cuyos adversarios oficiales han dicho con amar·
gura, que dota lus Escuelau confesionales "á expensas uel Tesoro público".
Este reproche no debe i m presin de ft·ecu e utar la Escuela
do sn elección? llay en esto una intolerancia que seguntmeute
no aprovecha á la fuerza y unidad nacionales. En úlgunos puntos del
¡mís los esfuerzos dt~ Muuicipio& indept.lndientes han Jograclo hacer
tno
Citación recomendada (normas APA)
"El Monitor: revista de instrucción pública - N. 17", -:-, 1898. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3683675/), el día 2025-06-23.
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