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11 GlOO,,\O
tI ~EMINIIELIGIO~l
AÑ O IV.
DE
POPAYAN.
PERIODICO DE LA DIOCESrs.
~ OCTUBRE 6 DE 1883. ~
CIRCULAR.
NúMEIW 47.
A LOS VENERABLES SEÑORES CURAS DE ESTA DIÓCESIS.
Di6cesis de Popayán.- Vicaría General.-Popayán, 29
de septiembre de 1883.
Seño'l." Cura de la parroquia de .•• • •
El CUl'a está obligado por derecho natural, eclesi!isti'
Co y divino á instruir, en cuanto mejor le sea posible, á.
'Sus feligreses en la doctrina cristiana; de donde resulta.
que de todas cuantas funciones abraza su ministerio, la.
m RS excelente, la más necesaria y al mismo tiempo la más
meritoria es la que ejerce cuando funda escuelas pa'noquiales,
las fomenta y las vigila, función á cuyo más diligente
desempeño conjuramos á U. con toda la autoridad
de que ~stamos investidos.
Mas, en esta obra verdaderamente civilizadora, es necesario
que tenga U. presenLs algunos puntos, que pasamos
á explicar.
Una escuela puede hacer mucho bien, y puede hacer
mucho mal. Hace un bien incalculable cuando sea dirigida
por un maestro sabio, piadoso y celoso en el cumplimiento
de su deber, bajo la vigilancia pastoral. Pero
son tantos y tan graves los males que acarrean las malas
escuelas, que sería mil veces prefe,rible que n0 las hubiera.
Compete al Cura la formación del reglamento órgánico
y la aprobación del económico, como también la elec-
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\ ción (le maestros y maestras idóneos y de buenas cos~
tumbres.
Como la Religión es teórica y práctica, no basta enseñar
la letra del catecismo en la escuela; es necesaio, además,
que el párroco explique de tiempo en tiempo el espíritu
y le anime con una distribución periódica de prá~ticas
piadosas. Así se consigue instruir al mismo tíempo
que se va formando por la educación el carácter cristiano.
No aprobamos las escuelas mixtas de ambos sexos, moralmente
inconvenientes; pero ni tampoco aquellas en
que se confunden los niños con los adolescentes de un mismo
sexo, porque son pedagógicamente imposibles; pues
las escuelas primarias deben dividirse en rudimentales y
elementales.
Debe el párroco, en ejercicio de su ministerio, visitar'
periódica y extraordinariamente la escuela, ya para in";'
troducir un cierto estimulo en los niños, ya para apoyar
las buenas. instruccioIles del maestro ó maestra, ya para
darles á niños y maestros las advertencias y avisos que las
circunstancias muestren ser más convenientes, y ya en
fin para informarse de la mayor ó menor observancia del
reglamento. Porque 8, cómo puede afirmal'se que una escnela
esté bajo la inmediata inspección de su respectivo
Cura, siendo éste omiso en visitar el establecimiento, y
en tal caso cómo puede esperarse su buena marcha y mejor
resultado?
Con una buena escuela logrará el Cura ventajas inapreciables
que no conseguirá por ningún otro medio: tendrá
el cnnsuelo de ver á los niños dados á la verdadera
piedad, con fundada esperaza de que perseverarán; y de
que siendo con el tiempo buenos jefes de familia, le ayudarán
á perpetuar la virtud en la parroquia, se grangeará
el amor y la estimación de los niños, la benevolencia
y confianza de los padres; y lo que es más, las bendiciones
y recompensas del Señor.
Esta circular será leída en el púlpito, al tiempo de la
'misa parroquial, en los dos días festivos siguientes á BU
recepción.
Dios guarde á Ud.
GREGORIO SANDOYAL.
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N o ofioial.
l1:STABLECIMIENTOS DE EDUCACIÓN
,SE~OR ViCARiO GENERAL DE LA DIÓCF:SIS.
Tenemos á honra comunicar á U sía que hemos abierto y cs·
tamos instalando un colegio de ;;eiíoritas baJo el patroei ll io ele
la hienaventurada americana santa Mariana de Jesús, in,; titnto
que desde luégo cnmplimos cun el sagrado deber de ponerlo
bajo la in,;pecciól1 de la Autoridad eclesiástica.
De Usía Ihna. humildes hijos,
El dilrector; La directora,
RAFAEL LENIS. AMALIA. A. VE REY-XEL.
Popayán, 24 de setiembre de 1883
SE~OR ViCARiO GENMtAL DE LA DIÓCESIS DE POPAYÁN,
P RESENTE.
El 17 del pl'esente principió sn~ ta reas, del 2° año escolai",
el C(\legio que, bajo la aovdcación de la Inmacnlada Concepci6n,
tengo el honur (le regentar; el que, como en el añu e::<(;olar
que terminó, continuará bajo la inmedita inspección de la
A utoridad eclesiástica.
Lo cllal tengo el honor de poner en su conocimie nto, para
que se sirva impartir SHS órdenes.
Soy del Sr. Vicario su muy atenta estimadora,
EMILIA VELASCO.
l>opayán, 28 de setiembre de 1883.
~ '. ..
LOS MANUALES.
n.
El atento lector no habrá dejaclo de observRr qne la
cuestión en que !lOS o~nparnos en nu('st.I"O artíel;]!) anterior,
tanto tiene q \le ver con la ciudadanía como con cual.
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quiera otra mateda, y así com') cnpo en el Mnnual del
ciudadano, había podid(j C(l l¡e r "n el Manual de señoritas
(¡ en el .Mannal del carpillt~I'\J ; pues tallto interés tiene
un ciudadano ell saber en q né cunsiste la felicidrr d, co·
mo lo tieue una señorita. como lo tien!' un carpintero.
Nada de derecho político-cuestión moral y religicsa.
Como de esas impertiuencins hallaremos en adelallte.
Dice el Manual, parágrafo 19: "~I objeto exclusivo de
la sanción penal es el resarcir en lo posible el mal causa'
do por la inf'J'acción de la ley. el de consagrar' en la viua
social el principio de la responsabilidad, y el de impedir
por el escarmiento la repetición de la f .. tlta. "
j, Se habla de una rr.anera general de sanción penal, ó se
trata sólo de la sanción emanada del Gobierno civil? Si
]0 primero. resultará que 110 pudiendo las penas eternas tenel"
por objetos los indicados en el Manual, su existencia
no podría afirmarse; y sin penas eternas la religión quedaría
anulada. Si lo segundo, se s igne, que nI) teni~nd(lla
pena por objeto la expiación, (.¡{.) no hay razón para hacerla
propocional al delito, y entl ,nces la pena más grave se
debería aplicar á todos los delitos,. pues así Stl llelladan
más fácilmente los objetos de la pena. Solamente los dafios
á la propiedad pueden, ha blan do propia Illente. ret>arcirse
; así es q ne en pocos casos habrá resarcirniell too y éste
no se opone á la gravedad de la pena. La cunsagraeión
de la responsabilidad en la vida sO<:Íal, y el escarmiplIto,
se alcanzan con tanto mayor eficacia, CU ¡illto mayor sea la
pena que se apliqne; luego debe adoptarse el código de
Dracón agravado hasta donde fuere posible. Ni la jus·
ticia ni la caridad deben mezclarse en la cuestión de la
penalidad.
No se crea ni por un momento que lo qne decimos respecto
á este Manual, sea lo único que se puede decir. Apenas
enuneiamos lo qne basta para llamar la atención
pública al examelJ de este y de los demás libros destinados
á la enseñanza oficial.
01 •
De "El Eco Católico," excelente periódico de CostaRica,
tornamos el siguiente artículo.
(*) Suponemos que no se tendrán como sill6nimos expi~ci6n y
responsábi 1 ¡dad .
..
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SIN MORALIDAD
D E NADA. SIRVE LA. INTELIGENCIA.
Una época no~able do la historia servirá de aclaración y apoyo
á esta verdad_ El solo rOl,uerdo de la Revolución fruncesa~
de ese acontccimiento colosal en sí y en sus efectos, nos
lleva natural monte á con::¡iderar lo que es la inteligencia separada
de la moralidad, lo qne la civilización puede prometerse
del pensamiento del horn bre, cuando no está regulado por
los eternos principios de la moral, cuando quiere á toda costa
realizar sus concepciones, sin atender á lo que demandan las
inmutables verdades sobre que descansa la suerte del individuo,
de la familia y de la sociedad. La inteligencia sin moralidad,
es el ángel caído, que lleva berida su frente con el rayo
del Eterno; y que en medio de su desesperación, blasfema contr&
su Criador, lleva en su mano la tea de la discordia, hace
temblar la tierra bajo sus plantas, y transforma y abrasa el universo.
Verl, sino, á ese hombre que con torva frente y la
mirada encendida, deja caer sobre el papel sus pensamientos
terrihles; á ese misántropo, qne, medroso de Sil propia sombra,
se figura ver á la sociedad que conjurada le persigue; que insulta
á la civilización, punderando las ventajas de la vida salvaje;
que con su infausto talento bace problemáticas las más
altas verdades; que ora defiende el duelo y el suicidio, ora los
cundena; que unas veces pinta con negros colores el adlllterio,
y otras procura protegerle, cubriéndolo con un velo; que
mina el orden social en sus más hondos cirnientos; que lanza
SIlS tiros vibrante contra todas las instituciones cxistente~; que
no se asusta con la espantosa conflagración que va á provocar,
cuando su corazón la presiente, y su mente la divisa; este
hombre, cuyo libro es el código de la revolución más formidable
que vieron los siglos, es el emblema de la inteligencia sin
moralidad; es J. J. Rousseau.
j Ay de la socienad donde se verifica tan sacrllego divoroio!
vivirá en la inquietud, se agitará en medio de la,; revoli1eiones,
y si no conserva en su seno aigúlI germen regenerador, su destino
será la muerte. ¿ Qué hubiera sido de la Francia, con el
tan decant!ldo saher de sus grandes filósofos, si el genio de
Napoleón no la huhiese salvado, preservándola de la disolución
y extirpando la anarquía' Por cierto que no faltaba la
inteligencia en la Asamblea constituyente, que contaba un Sicyes
y un Mirabeau; pero, ¿ qué hizo aquella Asamblea "1 Derribar
y nada más. Echó por tierra el prestigio dol trono, niveló
todas los clases, dió rieuda suelta a las pasiones, exaspe-
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r6 109 ánimo!?, ·olCtravió las ideas, sembr6 el terror, y extravi,í
la Ro\:\'ió n, Ya '1ue tanto se pondera la fecunniClad de la filo
'una, 'u inflnencín. en la civilizaeión, en el anelanto y progreso
(le la sociedad, dígascnos, t qué ha :Jecho la revolución
francesa, esa hija predil enta de la filo¡¡ofh , de la inteligencia
abandunada á sí rni stuá, sin moral, silt Rel:gi '.n, en el cnmpleto
ai~lal1lientQ á <)Ile ella misma se había conclenado, ó mejor
di cito, á 'lue ella misma se ba\.¡ía entregano, como á un hermoso
sueño, como al helio ideal de la bumanidad, COUlo al apogeo
de su poder, de su esplendor y de su gloria Y ¿ Qué es lo
que ha creado ~ L Ql1é obra á sustituido á tántas como derribó
1 ¡, Qné es lo qlle qlleda á la revolución? Una sola cosa,
el haber destruido tone, lo exi stente; obra, por cierto, grande,
magnifica, propia de las tempestades, arrasando hosques y
call1jJiíh s, y sumiendo en el llanto y en la misoria á los pueblotl.
E>:to salle hacer la inteligencia sin mOl':Jlida(l, á tánto alcanza
su fuerza: detrllye, pero no le pidáis más: su misión¡ conclnye
aquí, y se retira luégo del teatro de sus haza.ñas, cediendo
el campo, 6 á humhres extraord inarios, á fluienes envía de
vez en cnanclo la nivina Providencia para la realización de
granel es él estinns, 6 :i la acción lenta y regeneradora de los antiguus
principio", ¡¡ne ocultos en el seno de la sociedad vuelven
a. germinal' y á floreoer, después qne se retira del oampo la hoz
det'tructüra. Así Ita sncedido siempre, y así sucederá. Tal es el
carácter nel espíritn del hombre, tal es el ejemplo de la historia.
La inLeligencia humana sólo es fecunda (maudu est.á subOl'din:
Jda á la inteligencia infiui ta, cuando ouedeee á S11 impnl
so; y esto s610 se verifica cnando no se aparta de los principios
eternos de la moral, cuando es vi vificana por el espíritu
de la R.eligión, cnando uo tirite el nel'.io orgullo de renovar
la guerra ¡Je los gigantes Asoalando el cielo, ó la insensatez de
atril'll ir¡:e la fnerza del Omnipotente.
Decía Newton que sin máximas de sana moral no es más
el ~ah(1r f}11E' un nombre especioso y vano; yo me atreyo á
llevar más adelante el pensamiento del célebre natnl'alist.a, anrm:
l1t prooura á los inrli viduos los bienes intelectuales
que tiende á promover, y llega á ser nociva al orden
y bienestar de lntl pueblos. La instrucción es necesaria á t()das
las clases para Sil existencia y su adelanto, pero la edncación
religiosa es la única oapaz de roejo¡·Il.l· Sll moralidad y dirigirlos
por la senda de la virtud." "El mal de la instrucción,
dice M. Mureau Christophe, procede del modo como se
proporciona, y no de ella misma. 1,uelo frutos inútiles y
peligroilos. En nuestras escuelas toda la enseñanza se sacrifica
al agrado de l cuerpo, de la memoria y del t.alento 1 nada.
se reserva para las virtudes del corazón. Puedo salirse sabi ...
de talos institutos, pero seguramen te no se sa.le virtuoso. Y
¿qué \"ale la ciencia l!in la moral ~"
Ya veis, Señores, no son ya s610 los frailes y clédgos los
que predican y ponderan la neces1dad de la educación moral y
religi o dt1, los que invocan la religión co:n(} base necesaria ,te
toda enseñanza, sino hombres conocidol:l por sus opiniones liboraJes,
distinguidos por Sil ilustraci6n, y llenos de experiencia.
Quode sentada con caracteres indelebles la importante ver<
lar! de 'lue allí donde hay in stl'Ucción sin religión, hay dosia
rrullo de inteligencia sin moralidad, hay I1n semi lIero de vacios
y de crímenes, y hay por consiguiente un enemigo de la
civilización.
PEDRO ARRÁ.EZ.
EL HOMBRE DE DARWIN.
R,j ) este título publica el Journal de Bome el siguiente
n!"tículo:
,. La pI·ensa liberal está de gaudeamu8: i qué ha 8()c('
di do? el Papa se ha sometido á la Revol udÍln 1 los
nihilistas han logrado algún nnevo atentado 1 los Emperadl1res
de Alemania y Austria han venido á saludar e11
el QlJil'inal al rey de Italia?
Nó, pero se acaba dI;} descubrir en los confines de la
República Argentina y del Paraguay un niño salvaje
dQtado con un apéndice posterior, semejante á. la cola de
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tln mono! El hombre de Darwin ha sido, pues, descubierto!
iSe comprende al pre~ellte la alegl'Ía de los liberales
1 Ellos han encontl'arlo un títu lo que e"tablcce sn
parente, co Cúll llls monos. (*)
Hasta aquí la amhición de 10& hombres husC" ... ba las
genealogías ilustres. Oada uno pretendía descendel' ue
héroes: Julio Césal' salr.daba en Vellue á: su abuela; los
duques de Levis emparentaban con la Santa Virgen; los
Políguac querían haeer sllbir sn nobleza hasta los pl' ~me>ros
patriarcas: llll cnadro de su familia representa al último
hombre sumergide por el clilnvio, llevando su brazosobre
las aguas para entl'l~gaI á Noé en su Arca los títulos
de la fltd ice más
digno de la especie mona, y ciertamente toda 1" tri"" 11'"
tiene nada que envidiar 2. los tl'ogloditas nl'gr"8 lo:; tIle·
jor dotados á este respecto j Oh Darwin! PHi IllI{~ has
muerto ante~ de haller examinado la extremidad d()I'sal
de Tllcllcu-Tnju, Tú habrías sido recompensado, ilustre
Darwin, de tus trabajos en favor de la hnmnuidad !"
No exageramos nada. Esas cosas SOll tradllcidas da
la Oapitale, que las ha publicado en primera página.
(-) Eu el Cauea 'hay pocos qu~ pretendan sQmejante honor.
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N Qsotros querríamos no tl1rbar la fiesta de familia de
los liberales, ni sus efosiones monas.
Sin embargo, ellos no hall vip.to á ese párvulo TucucnT
lJ,b No han acariei ado con !IlallO blanda Sil apénclice
cau da l. N" lo ('ollocen sino por las relaciones de la pren sao
HNodoto hahía oído hablar de hO lllbres sin cabeza.
El Oonstitl¿tionel p(:!rcibía periódicamente en otro
tiempo la gran serpiente del mar, que ha escapado hasta
hoy á las investigaciones de todos los navegantes.
y adomá8, no es necesario fiarse mucho en la autenticidad
de eSt)S apéndices excéntricos.
M. Paul Bert. después de muchos suavo~ africanos, ha
fabricado ratunes de trompa, al mismo tiempo que ratoDes
sin cola. Se cOlloce el Pl'ocedimiento: tomad dos
ratone8, cortad dclicadamente la cola del pri •. nero; practicad
una :nl!Ísión sobre la nariz dp.I segundo; ingertad la
- cola cortada en la abertura h echa en la nariz. Esta iDgeniosa
operación, cl1yo éxito es infalible, os clara por una
parte ti n !'atón pro\Tisto de una trorn pa y de una cola;
por otra parte un ratún sin cola ni trompa.
/, Lrr, Orr,pitale está bien segura de que los Tucucu-TlljU
ignor¡¡n 10s secI'etos de este ingel'to animal, el cual ha si-
do invellt,\do por M. Paul Bert, aunque lJ.lllcho tiempQ
después de los soldados franceses 1 Los salvajes ti,meu
gnsto..; estravagentes en materia de elegancia. i Qllién
pudiel'a atirmar que ellos no mgertan en sus hijos la cola
de SItS ani males domésticos, (luerielldo asi completíor su
sernej allza con Iils bestias 1
Al menos estos soo salvajes. Pere- i Of) es extraño
ver á hotubres que fueron cI'istiános, á homb¡'es qlle reivindi
can el progl'pso y la dignidad de Sil especie, aspirar
á. 1111 origell bt'stial, adopt.ar cu:uo tipo de la humanidad
los Tltel10I\-Tuju y los gorillas, y gloriarse con ~l parentes~
o de los brutos ~
~Stil abel'racióo es sin embargo natural. El día en
91\e los I iberalf's no hall q Ilerido b estias.
Dios castigó los ~rírnenes de Na bl1l~odonosor infligiéndole
durante siete años la forma bestia. Parece qlle 'f;l
talDpi€>n castiga á la revoluciúll infligiéndole los apetitos.
los instintos yel espíritu de las bestias.
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Ponoio Pilato
(Conclusión)
El CarlÍc:td r dllminf\nte en 103 débiles y e~clavo~ .),·1 ,.e~ peto
hUlllan.j es el de ser en todo conci liadol·e¡.;. No
creá.isqlle Ilborrt'zcan la vOI'dad, nÓj tampoco Pilatú aborrecía
á Cristo. Desean sólo no ser abt>rrecidos por CROBa
de ella. Por esto tienen sonrisas complacientes para
el error qUll ql1izá detestan en el tundo de su conciencia.
como las tenía Pilato para con aquel pueblo ebrio. d~
quien salió á tomar conse}. desde el balcón. QlIi'lieráo,
por esto, que el error y la verd::\d viviesen amigos, hermanos,
sin I'efiir sangrientas batalias, sin despedazarse
con tieras invectivas, acorJes ambos en respetar los tueros
del pensamiento libre. El error, dicen, DO debe sel'
perseguidur, y esto en él por espíritu ele ilustración y de
tolerancia, Tampoco, anaden, debe ser perseguidora la verdad,
y esto en ella pOI' ei!pirítu (je caridad cristiana. Nada
de asperezas, nada ele intransigencias, nada de actitudes
claras y definidas. En todo, el equilibrio, el justu medio,
el nequid nimis así para el bien como para elma!. Huid
las exageraci .ne8, el ce lo ind iscreto, las intem peranci as.
El furor, la falta absolllta de consideraciones, el despecho
y los dicterios guárdense únicamente para quienes en
su polémica no se avengan á seguir ese meloso procedi.
miento de temperamentos y trunsaccio!les . . i Duro eDil
éstos!
i Vive Dios. amigo lector, que Pilnto fué map:-Itr" en
tales mafias, y no le valieron. Al fin hubo de res .. lvel'se
por Oristo ó por Barrabás. Su conducta cun h reVII IIICi0I1
de entoncei! pu ¡~ d o COIU pendiarse en los siguiente::; t{'lllIi IIOS:
-Danos á J esus; cl'ut:ifícale!
-No puedo j es il10cente.
-Tenemos uníl ley, y según ella debe morir.
-j Ah! es cierto, pl'im ... ro la legalidad j pt:ro. po.:ll'Ía,
mos contentarltOs cun azotarle.
-j Quita de ahí, CI'ucifieado le queremos!
-Bien, ea digno de muerte, tenéis razón. "pero lo in-dultaré
pOI' razón de la Pascua.
-N o q neremos indulto para El, sino para Barrabás_
. ¡ Crucifícale !
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--760--
-Pero, . , • amigos míos,.,. es iuocente, ya lo veis,
¿ que mal ha, hecho?
-1 Vaya un cuento! La legalidad, la opinión pública,
el mejor seryicio del Oésar, la razón de Estado " •••
-Por Dius, hijos"i no basta con 01 destmzo que se ha
hecho de BU persona 1 ft'cce Homo, ver! le abí, . , •
-N ada; Mi no Jo haces, i que dirá de ti el César 1
Oaet'ás de sU fa VOl' . , •• ¡Reaccionario I
-Sea, cruciticadle, pero. , .• ya lo veis, ••• me lavo las
manos . , •• ,soy inocente de la sangre de este Jllsto, • ••
y el Justo es entregado I'or un am';qo en poder de los
enemigos, Porqué? SilIlple(llente por condescendencia,
por amor á la conciliación,
Traslademos ahOl'a igual escena á otro escenario, es decir,
á la Europa de nuestro siglo; vistamos á la moderna
los personajes, y sea el uno la revolución europea, sea el
otro el católico conciliadOl',
- i A.bajo tll Catolicismo 1
-N o, amigos míos j no, hijos, no, : .• los dere~hos oel
pensamiento libre, esto sÍ, 1 ili empre ! mas no abajo el Catolicismo,
• Porq ué 1 t no tenéis bastante con el .derecho
de atacarlo ~ .-
-Tolle, talle, abajo el Catolicismo I
-Bien, tenéis "azón hasta cierto punto; suprí miremos
!os monasterios; el fl'ailll no es cosa del día, las necesidades
de la época, el espÍl'itu moJernu, los apuros de la hacienda,
, .•
-1 A.bajo el Catolicismo! i Oruoifiqe eum!
--i Tendl'éis bastante cun la desamurtización 1 Qnita-rémosle
al altar su 1 '~ lOpara, al clt>,rigo Sil prebenda, á la
mooja Sil dote, al pobre del hospital su caldo ..•••• acudid
á la subasta .••• , os daremos parte del rico botín,
-¡ N ¡por fsas! Oruc~fige I orucifige I
-OS lo asegnraruos baj" palabra de homhres honrados,
La teocracia se hllndió para siempre, sí, Stlñor, el clero á su
~acristía, la religión sólo e l! el templo, nada oe influencia
.~ l erici\1 en los negocios pú bl icos, II a-le ha andado bas,
tante aún? 'El Papa ya no es rey temporal, ni debe Sel'-
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--751--
10: pasó sü tiempo: el Catolicismo apenM tieno ya intervenciólI
.\6C1a1 en la marcha de las sociedades IlIodernas.
¿ !~lIé os f,IIt:\ ~ i Can·can todas las l1 oc'hes ? ¿ Libel
·tad de cultos? i Matrimonio civil ~ TOllladlos, y dejadllo8
en paz, pero res petad el cu lto de nnetitros pad!·es •
• • eS" sí .... j IInton, j notitos vivirelllos todos en a rnigable
consorcio; rein en en hora buella la tolerancia, la ilnstración,
el progreso ;-le las IlIces . . .. el derecho nuevo •.. las
corricn tes modamas .... igualdad pa ra todos .... el I!:stado
libre ....
-1 Basta, basta! i Todo ó nada! i Cállese el neo!
i Guerra á Dios I i D iOtl es el mal! i Viva la liquida.
ción social! na,la de lu existente! Ni reyes, ni ricos,
ni Papa, lI i D ic.R 1
••••• lO. ••• • ••• • • . . .. ......... . lO ... . ... .. .... . .. .
1 Pobre Pi ] ·to! i Cllán atras te van dejan do tus Rprnvechadu,;
i llllt ,dol't ,,,,! De de lJilidad en del,ilid ad, de
con lesc;endel1<:h HII cundescen' lencia, pll sis te á .I es ús, á
tu amign, al inoccn te, al Justo, en crll¿ e nt re dos bd roDes!
i Óyelo ! La execrHción de los s iglos no an atelll a ·
tiza p or e l d eiciJio á Judas, ni Anás, ni a Caifús, lI i á la
plebe amotinada, sino á ti: Pa881l8 8ub POllt~'o P i lato.
Así lo repite di ez y llueve sigl o,; há el Sí lllbol\l cristiuuo.
Lo mismo que tú han dado los tllyctricidad,
al pUllto el poder magnético cesa, y los cuer!J0s (IBe lo hahían
reci bido vnel ven á su estarlo de indiferencia habitual. Hasta
ahora no se había podido nunca magnetizar niugún cuerpo sólido
no metálico.
Vn prelarlo armenio, :M:gr. Nerchaboub, ha descubierto que
cuando se forman con cualquier substancia pequeñas agujas de
diez y siete ó diez y ocbo centímetros de largo con dos milímetros,
poco más ó mellos, de espesor; suspendiéndolas de On hilo
de algódón ó de seda no torcido, se las ve dirigirse constantemente,
según su naturaleza eléctric¡J" ó bien de norte á sur,
en la dirección misma del meridiano magnético en que se fija
la aguja, ó bien hacia el este y el oeste i y, en fin, que ellas
oscilan alrededor de su centro de gravedad, de derecha á izquierda
y de izquierda á derecha. Algunas veces, en fin, según
el cambio de la atmósfera. y de la naturaleza eléctrica,
voltean sobre sí mismas con un movimiemto continuo de rotación.
',l'al es también la consecuencia que Mgr. ~ercbabo\lb ha sacado
de sus pri~eraa observaciones. Ahon~ bien, este cal"líc-
•
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-'753-
ter rc ...· olutivo de la fuerza, y revolutivo siguiendo su sentido
rleterminado en IIn medio que, COHIO la plata y el col,re ó cualqnier
otro melal ó suL,stancia natural parece perfectamente
idéntico en todas sus partes, ('s un fenómeno extruordiuariamente
notahle de que uo se había visto hasta ahora sino un
ejemplo único que pertenece á la teoría de la luz, y que consiste
en las desviaciones que ciertos líquidos imprimen á los
planos de polarización de los rayos luminosos.
A primela vista no se presentan sino dos maneras de expli.
oarlo: 6 bien tvdas lal:! sllstancias de la naturalela son SUCl'ptibIes
de magnetislllu, ó bien todas contienen partículas de hierro
y de Ot.I·OS metales magnéticos que les comuniquen esta
propiedad; ó, en fin, absorven el oxígeno del aire, ó ellas contienen
una relación propia ('011 la electricidad atmosférica.
Pero la alternativa no es tan inevitable como parece á primera
vista; porqlle ella supone que la acción experimentada
por las agujas es realmente magnética, y es lo que no se podría
afirmar rotunda.mente.
Cuando vemos que el simple contacto de cuerpos heterogéneos
desarrolla fuerzas eléctricas sensibles, cuya existencia no
se ha s08pechariu siquiera durante larg') tiempo, ¿ no debemos
mirar como p08ible que otras circunstancias desarrollen fuerzas
semejantes ó sulamente análogas, cuyos efectos en extremo
débiles no podrán ser percibidos sino aun aparatus lIluy sutiles
T y la aoción experimentada por las pequeñas aguj&s de que
Nercbahunh ha hecho I1S0, no sería Jphida á. alguna pequeña
fuerza de este géneru que nos fuera aun desconocida'l E8to es
imposible decidirlo en el estado act.ual de la ciencia.
Esta sencilla ohservación nos descubre ya mnchas propiedades
nuevus. Todos los procedimientos empleudus hasta abora
para imanar los cnerpos no había producido efecto Bino sobre
los metales. Pero se puerie hacer igual experiellcia con ugujas
de oro, de plilta, de vidrio, de madera 6 de Cl.ules'llliera otras
sustancias orgánicas 6 inorgánica::!. Además, se experimenta
algunas veces una pequeña (Ionmoción instantánea, peru ¡mcomparablemente
más débil que la descarga de la hatería,
cuando se le presenta otro cuerpo heterogéneo: en fiu este es
el sistema más ¡;encillo:
1':' Para descubrir por el método de oscilaciones tal como
Cnlomb 10 empleó, la. presencia del hierro en los productos del
arte 6 en los minerales, aun enoontrándose en proporciones excesivamente
pequeñas. Ba.sta formar agujas con las sustancias
que se quiera experimentar,_ bacerlas oscilar entre dos fuertas
imanes, y comparar sus oscilaciones con la de una mezd,a
conocida de hierro y de otra. sustancia no magnética.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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'2'? Para conocer las pertubltciones atmosféricas. Se nece:
sita, para ohtener UD valor bien exacto de la declinación, repetir
las observ.a-cianes en dias y horas tales, que estas variaciones
se oompensen por su oposición rigurosa; se necesitaría.
también evitar las circunstancias en que la aguja de variaciones
diutrms hubiera indicado -causas de perturbaciones accidentares.
,3'? Para observar la 'int.ensidad de la electricidad atmosférica
y la de la fuetza de la aurora boreal. De todas las formas,
la ruejOl' para este género pe observaciones es la de un
;rectá,-ngulo laifgo y delgado. Es pre0iso, también tener cuidado
-de suspender la agnja al contae'to del aire, de tal manera
que se disminmya la resistencia que el aire opone á sus oscilaciones.
4'.' En fin, el mismo método servirá aun para determinar la
~y de las atracciones y de las repulsiones; porque presentan.
do á la aguja un cuerpo de la misma naturaleza, ella oscilará,
~n 'v~rtLHl cte su fuerza natural y d-omiuante en una posicion
.diamet-rahn.ente opuesta á la primera.
No dud-o qlle, eli. muchos casos, este genero de prueba no
Plleda 8er ig-Ilalmente exacto y út.il, y no conduzca á resultados
.clll~,OS()S 8\1l1t'e los camhios atlllosfériclls; poro en cuanto á rnanife,;
tar 111'; eomhinaciones del bierro CIJn las otras sustauuias,
es imposihle revocarlo á duda desplté3 de las experienoias de
Colomh
Citación recomendada (normas APA)
"La Semana Religiosa de Popayán: periódico de la diócesis - Año IV N. 47", -:-, 1883. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3682835/), el día 2025-09-12.
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